Calles

Cuando Akasha preguntó qué hacer, al principio no supe qué decirle. Dhelian sí, así que me mantuve callada mientras seguía intentando retorcerme en el asiento. La ochroria le hizo caso y cuando parecía que no iba a lograrlo, el mecanismo tuvo un cambio. Todo pasó demasiado rápido, aunque por muy lento que hubiera sucedido no podríamos haber hecho nada. <<¡Marsi no!>> Sí, hubiera prefirido que otro hubiera sido el alcanzado por la daga. Y habría reaccionado igual si le hubiera pasado a Dhelian. ¿Por qué tenía que pasarles lo peor a Marsi? Primero Talento e Yrfy y ahora esto... Si salimos de esta, ¿en qué estado saldrá ella? ¿Y los demás? Pff...>> ¿Y yo? Ni idea.

—¡Marsi!—grité, al ver lo sucedido. Justo entonces escuché un rumor extraño, pero me centré y añadí—¡Marsi, aguanta! Y todos lo mismo, ¡vamos salir de aquí como sea!

<<¿Cómo va a estar bien, idiota? ¡Le han cortado una oreja, joder!>> recriminé mentalmente al español. Girando y girando, Sura gritó a la ochroria que intentase hacer algo, ya que tenía una mano libre, pero solo con una no podría articular hechizo alguno. Y si se soltaba, a la velocidad que íbamos, saldría malparada... Esto era como una ruleta de la suerte de los concursos... Pero mucho más macabro... <<Vas a lo fácil, Rocavarancolia, ¿eh? Te gusta vapulear a gente que no puede defenderse... Puta ciudad de cobardes... Esta asquerosa ciudad siempre se las ingeniará para superarnos... O eso se cree. De ningún modo>> Álvaro ya lo había dicho antes. Y Dhelian le había añadido otro detalle: podíamos curarnos. Si había que llegar a esos extremos, mejor eso que morir aquí. No estaba muy convencida, tampoco, me aterraba la idea, pero de lo que sí estaba convencida era que no perecería de esa manera. <<Sigue moviéndote, forcejea como puedas, hasta que te duela todo>>

Marsi aseguró que estaba bien, con la oreja cercenada palpitándole dolorosamente. Estaba empezando a marearse de verdad con tantas vueltas, y de pronto se vio en la misma situación que Akasha. << No..>> Volvió a revolverse con violencia, tratando sin éxito de liberarse. Cuando Ozz le habló, intentó hacer lo que le había pedido.

-Apenas puedo moverme- dijo con voz temblona.-Pero puedo tocar los engranajes. Voy a intentarlo.

La sierra chirriaba a su lado, y la ansiedad de la varmana aumentaba. Las posibilidades y los posibles resultados se le antojaban cada vez peores, tenía miedo, por ella y por sus compañeros.

Ver como la siguiente victima de aquel juego era la propia Marsi fue como un puñetazo en el estomago. El juego estaba ensañándose con Marsi. Primero una oreja perdida y ahora ella era la mano que portaba el arma que heriría a alguno de ellos sino conseguían pararla, quisiese la chica o no.

Dhelian tenia miedo, por sus palabras se había salvado el brazo de Akasha peor había sido Marsi la perjudicada. ¿como podía decirle a esta que hiciera algo cuando aquella maquina parecía solo tener dos movimientos posibles? Por suerte para Dhelian en miedo de las vueltas que volvieron a retomarse, ozzchreanos fue el primero en pedirle hacer algo a la chica. Tocar los engranajes tal vez serviría, para bien o para mal.

<<Oh, venga ya, ¿ahora Marsi? ¿No ha tenido ya suficiente?>>. El olor a putrefacción que me asalta desaparece como si nunca hubiese existido pero en vez de extrañarme siento un profundo alivio. Y esto sigue dando vueltas, podrían haber hecho que las diese mas despacio al menos. El tiempo pasa y con un par de vueltas consigo ver por donde va la sierra.

-¡Marsi! ¡¿A qué coño esperas?! ¡Tira la puta daga! - le grito por encima del ruido.- ¡Nosotros estaremos bien! ¡Tírala! - le urjo.

Confío en que la gente tenga dos dedos de frente y al que le toque intente zafarse del cuchillo, yo personalmente pienso intentarlo. Y si pasa lo impensable... bueno, yo asumiré toda la responsabilidad.

¡Marsi otra vez! ¡Mi niña no, maldita ciudad! Había que salir de ahí, curarle la oreja como fuera y largarnos, ¿y buscarla para re-colocársela de alguna forma? ¡Primero escapar! Me estaba magullando de tanto forcejear, pero no conseguía nada, las cadenas no cedían ni un milímetro. Y me estaba cansando... ¡Pero tenía que hacer algo, no podía acabarse todo aquí! Y menos con Marsi y los demás en peligro...

Otra vez la sierra avanzando. La varmana hizo lo que le dijeron y nada cambió, todo igual. Para colmo, Sura le gritó algo que me hizo gritar al momento de acabar ella.

—¡No lo hagas! ¡Sé que te duele, pero si lo haces, se nos irá a la cara!

<<¿Entonces qué sugieres? Ya vimos que lo que hizo Akasha no sirvió más que para dispararnos. ¿Disparar y quedar libre de un brazo? Sí, es más fuerte que la ochroria, pero ¿arriesgarnos a que nos acierte dónde? ¿Que se quede quieta entonces? ¿Y arriesgarnos a... a que...>> Estaba temblando. No sabía qué hacer y a cada segundo la poca esperanza de escapar se iba esfumando. No quería morir ahí abajo ni ver morir a mis amigos, pero aún menos ser la culpable de nada. Así que, temblando, volví a hablar.

—Y-yo no sé... Haz lo q-que creas... Es tu bra-brazo, a fin de cuentas, ¿no? Ya... ya nos curaremos si hace falta... No tenía que haber dicho de salir hoy... ni haber sugerido comer en el jardín ni nada...

¿Y ya está? ¿Se acabó? ¿Esperar a que Marsi se salvara o no? ¿Y luego qué? ¿De verdad me iba a quedar de "brazos cruzados" mientras veía cómo nos descuartizaban? <<¿Y qué puedo hacer sino? No puedo hacer nada...>> Si al menos cedieran algo los cepos de los brazos y las cadenas...

Marsi trastea con los engranajes de forma desesperada, la sierra está cada vez más cerca. Al grito de Sura, después de arrancar y mover todo lo que hubo podido, fue a echar el brazo hacia atrás, pero se detuvo. Miró a Alice, con los ojos llenos de lágrimas, se mordió el labio con fuerza, y luego echó la cabeza hacia atrás. << Que sea lo que quieran los espíritus>>

«¡Hostias, Marsi!». Sentía ganas de llorar. No era justo, no era nada justo, y no sabía qué cojones podíamos hacer para salir de allí. Las palabras de Ozz parecieron ser una pequeña guía de esperanza, pero por desgracia aquello era en vano. Nuestro destino parecía horriblemente ineludible, y no había nada que pudiésemos hacer para evitarlo. Ni siquiera me había dado cuenta de que había dejado de forcejear, pero daba igual. La única esperanza era tirar del puñal o lo que fuera que había dentro y seguir con aquel macabro espectáculo.

Y aquello tampoco parecía ser posible. Si las miradas hubieran matado Alice habría sido convertida en polvo cuando soltó ese "No lo hagas". Estábamos todos nerviosos, cais parecía que condenados, cierto, pero quizás... «¡¿Quizás qué?! ¡¡Despierta, coño, no va a venir ningún príncipe de brillante armadura a recatarnos!!»

—¡Marsi, joder, TIRA-DE-LA-DAGA! —la sierra se acercaba peligrosamente a la carne, y ya no quedaba mucho para decir nada—. ¡Estamos dispuestos a correr el riesgo, coño! ¡Quién cojones sabe si... si lo que has hecho no habrá inutilizado el mecanismo o... O algo así! ¡Y que da igual, cojones! ¡No puedes perder el brazo, tendremos que arriesgarnos, y ya está!

Marsi se mordía el labio con tanta fuerza que había acabado haciéndose sangre. Temblaba de puro pánico, pero aún así no tenía valor para lanzar la daga, no quería herir a sus compañeros. Pero tampoco quería perder el brazo. Tenía miedo al dolor, y no se sentía con fuerzas para soportarlo, no se veía capaz.

Las palabras de Álvaro fueron lo que necesitaba. Se sentía débil y patética. Se sentía cobarde, pero no quería morir desangrada, no quería sufrir más dolor. Echó el brazo hacia atrás, y realizó el mismo movimiento que Akasha minutos antes.

-¡Lo siento!

El miembro 'Lupin' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 78, 36, 62

Si no llego a estar atada a la silla le cruzo la cara a Alice, ¿cómo se le ocurre decir que no haga nada? Se nota que el brazo no es suyo para decir eso. Por suerte la varmana cede ante los gritos de Álvaro que está conmigo en esto y tira de la palanca disculpándose. DISULPÁNDOSE. Pero vamos a ver, ¿por qué se disculpa si todo ser racional haría lo mismo que ella en este caso?

La daga se clava peligrosamente cerca de la cabeza de Ozz que está a mi lado y por lo que puedo ver le raja la mejilla, bueno, mejor eso que la cabeza no importa como lo veas. Sí, por fin un golpe de suerte. La daga acaba encima de la mesa y yo me echo hacia adelante en la silla todo lo que puedo, recojo el arma con uno de mis tentáculos por los pelos. Si me pongo a cortar la correa yo estaremos aquí hasta que nos muramos por viejos, no tardo en decidir tirarle la daga a Marsi, no cabe duda de que ella es más fuerte que Akasha.

-Marsi - grito,- cógela y libérate - una vez dicho eso se la paso por encima de la mesa con toda la fuerza que tengo para que no se desvíe por el camino. Eso sí, con la agarradera hacia ella, no vaya a clavárselo sin querer en una pierna.

Marsi pega un chillido angustiado cuando ve el corte en la mejilla de Ozz, pero por suerte no llega a ser nada fatal, y el mismo ochrorio parece soportarlo bien. Cuando el cuchillo cae a la mesa, la herida de la oreja comienza a palpitarle con fuerza, la adrenalina le sube y se le taponan los oídos. Sura parece pensar lo mismo que ella, pues le pasa el cuchillo valiéndose de los tentáculos.

Sin dudar un segundo, Marsi atrapa el cuchillo y empieza a cortar las correas de su mano derecha. De lograr liberarse, luego iría a soltar a Ozz para que pueda curarse la herida.

Todo se decidió finalmente entre gritos de sus compañeros. Y aunque Dhelian no articulo palabra no pudo ponerse de parte de Alice en esa situación, Marsi debía arriesgarse y ellos también. El mover los engranajes podía ser la clave.

Aun así el susto al ver como el puñal era lanzado y cortaba la mejilla de Ozzchreanos no se lo quito nadie. Grito espantado al ver la sangre correr pero sintió un alivio tremendo y tuvo que aguantarse las lagrimas al notar que estaba vivo, herido de forma grotesca pero vivo, aunque fuese difícil de mirar. Aun podían hacer algo. Una herida podía tener solución, la muerte no la tenia.

Ahí tenia dos personas con los brazos libres y un puñal al alcance de Surasara que no dudo en pasárselo a Marsi la mas apta en esos momentos para poder librarse, tenia mas fuerza que Akasha y esta aun estaba aterrada.

"Vamos, Marsi, libérate, correas ceder, ceder...antes de que esto empiece a girar de nuevo" pensó Dhelian desesperado por ese juego sin fin.