Calles

No parece salir ninguna clase de seres monstruoso y asesinos de ningún lado, pero no me relajo ni un pelo. Rocavarancolia había demostrado de sobras su gran capacidad de imaginación, creatividad y la gran variedad de posibilidades que tenía para mutilarnos y asesinarnos entre terribles sufrimientos, así que el que durante diez segundos pareciésemos a salvo no me engañaba. Y todavía estaba el hecho de la coincidencia, de mi sueño... No, no puede ser. Es absurdo, ninguno se volvería nunca contra otro de nosotros..." Una vocecita tan molesta como el zumbar de un mosquito me contestó. "Hasta que alguno lo haga". No pude pensar en nada más porque rápidamente comenzó a invadirme el sueño. "¿Qué...? Oh, no, no, no. Otra vez-"

"-No." Gemí al despertarme, maldiciendo con frustración una y mil veces a los seres que habitaban la ciudad. "¿Por qué les gusta tanto las drogas? Deberían ir a una clínica de desintoxicación o algo". Rumié, bastante molesto, examinando bien alrededor. La escena me traía recuerdos que no me gustaban precisamente. "Era mucho más divertido cuando se veía desde fuera de la pantalla que como protagonista" bufé.

-Bueno, ¿quién es el que se corta la mano? -pregunté cínicamente con el gesto torcido. Suponía que sólo Alice se daría cuenta de la referencia.

Realmente tenía mucho más miedo del que dejaba ver mi broma. De hecho estaba simple y llanamente aterrorizado. Mi pulso se iba acelerando por culpa del miedo, y mis ojos miraban ansiosos cualquier rincón, intentando encontrar cualquier forma de escapar (es decir,cualquier forma que no supusiese horribles mutilaciones). Por desgracia, no parecía haber ninguna, ni con miembros amputados ni sin ellos. "¿Nos van a matar de hambre, o sed, o cualquier forma de este estilo?". Desde luego prefería algo así que las diversiones habituales que proponía Rocavarancolia.

El parón bursco elevó mi desconfianza a cien. Sentí un nudo en la garganta cuando vi el gancho sobre Akasha, al que miraba con horror. "No, no, no, no, no, NO, NO, NO JODER". El alivio que sentí a continuación no duró casi nada. En cuanto la sierra apareció abrí mucho los ojos con una expresión de horror. Mi boca se había quedado entreabierta, y en mi cabeza no podía dejar de preguntarme si la culpa había sido mía. "No, esto, no, no puede... Qué... Oh dios". Mis pensamientos no tenían ningún sentido, y había que esforzarse para distinguir mis balbuceos.

-Una sierra -contesté sencillamente a su segunda pregunta, sin pensar demasiado, como si estuviese hablando del tiempo. Mi mente estaba completamente en blanco-. Va lenta, pero... Pero...

No pude terminar. "Pero te va a cortar el brazo."

Que una niebla salida de la nada, con lucecitas brillando y con música de acompañamiento en una ciudad como Rocavarancolia, implicaban problemas por donde se le viera. El intento de huir de ella fue infructífero quedando todos dormidos.

Y ahí estaban tras despertarse, sentados mirándose las caras aterrorizadas, sin sus armas y sin poder hacer magia,  todos su cuerpos atados a las sillas al igual que sus brazos. Las palabras se ahogaron en la garganta del daeliciano que aun no podía creerse como había acabado en aquel lugar cuando solo había tenido una inofensiva salida. Las palabras de Alice aunque intentaba ser tranquilizadoras no conseguían su objetivo, y los gritos de Marsi que el mismo no podía articular, ayudaba aun menos a conseguir que dejara de temblar. "No...no otro juego macabro no, por favor" rogó en su fuero interno el daeliciano teniendo por momento muy vividos los recuerdos de su pesadilla.

Cuando las sillas comenzaron a girar en aquella especie de ruleta en torno a aquella maquinaria que pendía del techo Dhelian sintió como todo lo que había comido quería salir de e.Logro contenerlo, pero aun así su nauseas pasaron a horror absoluto cuando vio con sus propios ojos como Akasha era al escogida de ese especie de ruleta de sillas."Oh...por el demiurgo...¡Akasha!" grito en su mente, su garganta atorada por el espanto, su pesadilla haciéndose realidad de algún modo. Miembros cortados de sus compañeros.

-Tranquila...Akasha...te ayudaremos, tenemos que poder salir. Intenta ver si puedes bajar el brazo o algo -intento darle confianza a la aterrada ochroria a pesar de que la voz le temblaba. No sabía hacer pero intento mover sus propias piernas y brazos a conciencia, haciéndose daño con las correas y sin lograr nada. En su asiento, Surasara también lo intentaba usando su pelo. De nuevo las sillas comenzaron a girar y Dhelian sintió como el mundo daba vueltas, con los latidos de su corazón taladrándole los oídos era difícil concentrarse. ¿Otro seria la nueva victima de un despedazamiento?¿Iban a acabar todos echos cachitos por esa extraña maquina a esa altura del juego? No podían haber sobrevivido tanto tiempo para morir de esa forma y contra una maquina "Maquina...¡alguna forma tiene que tener de desactivarla por mas mágica que sea!"

-Akasha..escúchame...que ves...¿desde tu posición que ves de la maquina o que puedes tocar? - pregunto medio mareado como estaba con las vueltas su voz sonaba estraña pero logro articular lo que decía, intentando darse prisa pues aunque la sierra iba lento no sabían cuanto tiempo les quedaba. Tal vez sabiendo como era esa estraña maquina podrían buscar alguna forma de desactivarla o de mínimo parar la sierra que intentaba cortar el brazo de la ochroria. Si conseguía liberar su brazo, tendrían un brazo libre con el que actuar, a poder ser antes de que acabasen echos pedazitos.

Aquello era un desastre, no había forma de pensar con coherencia, las sillas dando vueltas no ayudaba, la histeria de la ochroria menos y la sierra...la sierra estaba pudiendo con sus nervios. Aun así, Dhelian, medio mareado como estaba, consiguió prestar atención a las palabras de Akasha sobre lo que tanteaba y las acciones de aquella maquina que sostenía su brazo. "Vale...ha empujado y solo la maquina bajo pero nada paso ¿debería hacer mas fuerza? No..no...otra cosa, debe haber algo mas. ¿Que es eso que toca? ¿alargado y sin huecos? un arma...no...un arma no puede ser...¡Dhelian piensa!" se decía intentando usar su cerebro a marchas forzadas para intentar imaginarse que podría ser lo que la ochroria sostenía. Esa maquina tenia ganchos y poleas, así que algo debía hacer girar esa cosa ¿no? Como fuera solo podían guiarse por la descripción de Akasha y usar esta a su favor.

-¡Akasha! No sabemos que pasara con esa cosa...pero...sino intentas algo...tu brazo...- dijo alzando la voz para intentar hacerse oír entre los giro y de paso conteniendo la comida en su estomago, sin llegar a terminar la frase se decidió- ¡Prueba a tirar de la cosa que agarras! ¡El movimiento contrario al anterior!- exclamo con los nervios ya tan disparados que no sabia que hacer. No, no sabia que iba a pasar si Akasha tiraba ¿se quedaría brazo? ¿sin lo dos? No podían saberlo, solo estaba claro que uno de los brazos peligraba de ser cortado sin que nada pudiera frenarlo...debían arriesgarse, Akasha debía decidir si arriesgarse. Ellos sabían tan poco como ella.

Dhelian solo podía rogar que su decisión no empeorara la situación de Akasha o la de ellos, o jamas se lo perdonaría "Por favor...que funcione bien" rogó en su mente con sus ojos aguándose por la desesperación y los nervios.

Marsi quiso alegrarse de que la sierra se hubiese detenido, pero un repentino dolor, una sensación de quemazón y calor bajándole por el lateral de la cabeza, se lo impidió. Había perdido una oreja. Sus sentidos no habían podido reaccionar a la daga volando hacia ella, no la había visto. Ahora había perdido una oreja, y la sangre chorreaba por la herida.

-¿Qué?

No le salían más palabras que esa, con un hilo de voz. Dudaba siquiera que sus compañeros la hubiesen oído. Iban a morir todos, de forma lenta y horrible, y no iban a poder hacer nada. Empezó a temblar en su silla, mientras veía el mundo girar según el mecanismo volvía a ponerse en marcha, pero no podía hacer nada más que mirar al infinito y temer por su vida.

Me quedé callado, en tensión, mientras el resto intentaba guiar a Akasha. Mis ojos no cesaban de ir de la sierra al brazo, mientras iba como se reducía la distancia. «¡Gilipollas, gilipollas, si es que eres gilipollas» me repetía una y otra vez, desesperado. No creía en las casualidades, y una trampa así no podía mantenerse sola. Alguien tenía que estar controlándola. Y, por tanto, si Akasha iba a perder el brazo era por mi culpa. Sentía ganas de llorar.

Me palpitaban las sienes y comenzaba a marearme con las vueltas, de manera que no es extraño que, ante el alivio, mi vista se nublase un momento. Vi salir algo disparado del armatoste que había tenido Akasha en el brazo, aunque sólo pude lanzar una exclamación ahogada ante la rapidez. El grito de Marsi me reveló quién había recibido el golpe, pero desde mi posición no podía ver casi nada. Aun así, lo poco que podía ver hizo que el mundo se me echase encima.

—¡¡Marsi!! —mi grito era el culmen la angustia—. ¿Cómo... Cómo estás? ¿Qué ha sido eso?

«Vamos a morir» pensé, sin ninguna esperanza de poder salir de aquí. «Vamos a morir todos. No tenemos poder para salir de aquí». Apreté los dientes, sintiendo que el miedo cambiada a la angustia y el odio que sentía por nuestro captor en furia, y comencé a tirar lo más fuerte que podía de los brazos, gruñendo y bufando por el esfuerzo. Si iba a morir al menos no me quedaría sin intentar salir de allí.

Los asientos frenan bruscamente y no puedo evitar pensar si no lo harían así para que la gente echase el contenido estomacal fuera. Pensamiento que se interrumpe cuando veo algo cruzar el aire a toda velocidad. También observo segundos después la desaparición de las letras en el aire. <<Dagas, esta máquina lanza dagas. ¿A quién le ha dado?>>. Busco con la mirada y no tardo en descubrir que a Marsi le falta una oreja, la visión de la sangre borbotando de la herida me pone frenética.

Comienzo a luchar contra las correas con todo lo que tengo, y busco alguna forma de salir de aquí, la que sea, mi mirada se posa en Akasha que vuelve a estar dentro del círculo. <<Espera, ¿tiene una mano suelta? Eso puede ser lo que nos salve>>. Pero antes de poder decir nada los asientos vuelven a girar. <<Que puta fijación con girar>> Pero no es momento de despotricar.

-¡Akasha! ¡Intenta soltarte o haz magia, sólo tú puedes ahora mismo! - grito por encima del resto.

Quiero seguir diciendo cosas pero un olor nauseabundo me invade las fosas nasales, un olor que junto a las vueltas que da esto me empieza a producir arcadas. Necesito todo mi auto control para que la comida se me quede dentro.

El miembro 'Dal' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 16, 75

Ver que la sierra se paraba fue casi como un bocanada de aire puro. su alivio no duro demasiado pues antes de tan siquiera poder decirle a Akasha que intentara sacar el brazo, desde el interior de la maquina algo fue lanzado y lo siguiente que vio Dhelian fue la sangre de Marsi manchar su hombro.

-¡No, Marsi! ¡Te curaremos, aguanta!- exclamo Dhelian horrorizado y desesperado por lo que había provocado. El le había dicho a Akasha que lo hiciera, Marsi estaba herida por su culpa. Salvar el brazo de una compañera en pos de que otra acabara dañada no era un resultado bueno viese como se viese. "Podría haber sido un golpe mortal...aun puede serlo..¡debemos salir de aquí! ¡hay que curarla!" pensó revolviéndose a duras penas en el asiento.

Pronto comenzaron a girar de nuevo y con ello las nauseas volvieron. Debían buscar la forma de salir, como fuese o todos morirían en ese estúpido juego. Surasara fue la primera en darse cuenta de que Akasha tenia su brazo libre, era la única que tenia cierta libertad de movimiento. mientras tanto solo les quedaba retorcer en el lugar hasta que esas vueltas cesaran de una vez y esa maquina decidiera seguir haciendo de las suyas.

Cuando Akasha preguntó qué hacer, al principio no supe qué decirle. Dhelian sí, así que me mantuve callada mientras seguía intentando retorcerme en el asiento. La ochroria le hizo caso y cuando parecía que no iba a lograrlo, el mecanismo tuvo un cambio. Todo pasó demasiado rápido, aunque por muy lento que hubiera sucedido no podríamos haber hecho nada. <<¡Marsi no!>> Sí, hubiera prefirido que otro hubiera sido el alcanzado por la daga. Y habría reaccionado igual si le hubiera pasado a Dhelian. ¿Por qué tenía que pasarles lo peor a Marsi? Primero Talento e Yrfy y ahora esto... Si salimos de esta, ¿en qué estado saldrá ella? ¿Y los demás? Pff...>> ¿Y yo? Ni idea.

—¡Marsi!—grité, al ver lo sucedido. Justo entonces escuché un rumor extraño, pero me centré y añadí—¡Marsi, aguanta! Y todos lo mismo, ¡vamos salir de aquí como sea!

<<¿Cómo va a estar bien, idiota? ¡Le han cortado una oreja, joder!>> recriminé mentalmente al español. Girando y girando, Sura gritó a la ochroria que intentase hacer algo, ya que tenía una mano libre, pero solo con una no podría articular hechizo alguno. Y si se soltaba, a la velocidad que íbamos, saldría malparada... Esto era como una ruleta de la suerte de los concursos... Pero mucho más macabro... <<Vas a lo fácil, Rocavarancolia, ¿eh? Te gusta vapulear a gente que no puede defenderse... Puta ciudad de cobardes... Esta asquerosa ciudad siempre se las ingeniará para superarnos... O eso se cree. De ningún modo>> Álvaro ya lo había dicho antes. Y Dhelian le había añadido otro detalle: podíamos curarnos. Si había que llegar a esos extremos, mejor eso que morir aquí. No estaba muy convencida, tampoco, me aterraba la idea, pero de lo que sí estaba convencida era que no perecería de esa manera. <<Sigue moviéndote, forcejea como puedas, hasta que te duela todo>>

Marsi aseguró que estaba bien, con la oreja cercenada palpitándole dolorosamente. Estaba empezando a marearse de verdad con tantas vueltas, y de pronto se vio en la misma situación que Akasha. << No..>> Volvió a revolverse con violencia, tratando sin éxito de liberarse. Cuando Ozz le habló, intentó hacer lo que le había pedido.

-Apenas puedo moverme- dijo con voz temblona.-Pero puedo tocar los engranajes. Voy a intentarlo.

La sierra chirriaba a su lado, y la ansiedad de la varmana aumentaba. Las posibilidades y los posibles resultados se le antojaban cada vez peores, tenía miedo, por ella y por sus compañeros.

Ver como la siguiente victima de aquel juego era la propia Marsi fue como un puñetazo en el estomago. El juego estaba ensañándose con Marsi. Primero una oreja perdida y ahora ella era la mano que portaba el arma que heriría a alguno de ellos sino conseguían pararla, quisiese la chica o no.

Dhelian tenia miedo, por sus palabras se había salvado el brazo de Akasha peor había sido Marsi la perjudicada. ¿como podía decirle a esta que hiciera algo cuando aquella maquina parecía solo tener dos movimientos posibles? Por suerte para Dhelian en miedo de las vueltas que volvieron a retomarse, ozzchreanos fue el primero en pedirle hacer algo a la chica. Tocar los engranajes tal vez serviría, para bien o para mal.