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Subterráneos

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Subterráneos - Página 30 Empty Subterráneos

03/08/11, 11:04 am
Recuerdo del primer mensaje :

Los subterráneos ocupan todo el subsuelo de la ciudad y están plagados de horribles criaturas. Se puede entrar en ellos desde cualquier punto de la ciudad y puedes salir en cualquier sitio.

Descripción más detallada sacada de la saga:

Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

27/05/24, 10:38 pm
Testarazo tras testarazo, Damian podía sentir lo pequeño que se le quedaba todo. No se sentía listo para hacer nada, aun con su brazo como nuevo y la adrenalina disparada mientras todo a su alrededor le andaba superando. No podía hacerlo solo, no quería hacerlo, nada dentro de él le impulsaba a querer hacer un poco entre el fangoso pavor que le enterraba las piernas.

Pero un leve vistazo, un intento de ver a que diablos se estaban enfrentando le hizo abrir los ojos. El bicho, enorme, estuvo encarado en esos instantes por la enorme figura de Connor y detrás a Nohlem con su arco tensado y…

Era como ver luz, más que cualquier rescoldo que se colaba en el techo que tenía sobre su cabeza. El golpe de la maza en toda la cabeza, el flechazo de Nohlem de seguido, todo era tan intenso y lleno de fuerza y valor. Damian abrió sus ojos, impactados y llenos de un brillo que le hizo encender algo dentro de él.

Esperanzas.

Recuperó el aliento, apretando los dientes al oír una voz tremendamente recurrente en salidas pasadas y también lo último que vio mientras estaba en la mierda, en ese hueco de luz. El ambiente caldeado de Ethan y Rick indirectamente aportó leña al fuego que el italiano tenía dentro, un sabor tan amargo y a la vez tan familiar. Era demasiado odio para su cuerpo, ni siquiera pudo gesticular o formar media palabra en su cara tensa.

De pronto Ethan empezó a contar a Aniol acerca de un hechizo y Damian prestó atención, conservando ese fulgor candente en su mirada. Es verdad… debían ser algo más, debían ser más que niños porque él quería ser un soldado, un tío capaz de defender a sus amigos y a sí mismo. Quería fuerza, fortaleza de un guerrero armado que masacraría a un puto pollo porculero sin pestañear aunque solo sea ametrallándolo a puras piedras en las alas y, de paso, en la jodida cabeza mientras observaba el pedrazo de Rick yendo fuera de su objetivo. Él no quería fallar, él quería reventarlo.

Aniol… —el reflejo del miedo, menguante pero persistente, seguía en los ojos de ambos niños. Damian podía sentirlo, como enfrentarían de cara al miedo y a todos los que los lleguen a molestar con ese corto pero intenso discurso de su mejor amigo. Apretó los labios, arrugando la frente con rabia—. Vamos... a reventarlo… de una puta vez.

Claro que quería salvar su reino, lo salvaría con las piedras que estaba recogiendo mientras el polaco estaba respondiendo con su propio dominio. El circense no poseía ese poder y no lo necesitaba, lucharía a su modo y como mejor se le daba.

A lo bruto.

Usando toda la fuerza que su brazo derecho repuesto le dejaba, lanzó a mala uva cada piedra a ese pájaro que le hizo pasar horrible y gruñendo con los dientes cerrados. No tenía palabras para ese hijo de puta, solo quería cargárselo a balazos, en su mundo donde tendría una ametralladora para coser a tiros a sus enemigos mientras la magia de su colega lo acompañaría en un ataque lleno de contrastes unidos.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

28/05/24, 12:45 pm
Era curioso como funcionaba el tiempo en ocasiones. Alguna veces las horas sucedían tan rápido que uno no se daba cuenta hasta que el sol caía por el horizonte, pero también había momentos donde los segundos y minutos se hacían tan largos que parecían una puta eternidad. Éste era uno de esos momentos. Aquella jodida bestia casi parecía cargar contra él a cámara lenta, con sus fuertes músculos tras el pelaje dejándose ver a cada paso a la carrera que daba. Sus colmillos curvos de jabalí apuntando con violencia y rabia animal. En un alarde de puta fuerza en la que prometía destrozar al motero nada más tocarlo. La tensión y el pulso de Connor seguían disparados, pero tras varios bufidos para relajarse había conseguido enterrar la mayor parte del miedo bajo una caja fuerte. ¿Estaba acojonado? Joder, que sí... Pero también estaba harto de que el miedo le controlara, de sentir el temblor en su mano y la impotencia de que allí, en esa ciudad de cabrones, de nada valía ser uno de los putos Wyverns de Texas. Estaba hasta los cojones de no poder hacer nada, y lo más importante: Quería golpear a ese puto bicho con todas sus fuerzas. Era un Wyvern, joder. No iba a matarlo un oso de mierda cruzado con jabalí. Tenía que volver a casa. Tenía que volver al club.

En aquella concentración tan profunda: con los ojos entrecerrados, el ceño fruncido y ambas manos agarrando la maza... Sus sentidos estaban atenuados, como si supieran que lo importante era lo que tenía delante y ninguna otra puñetera cosa alrededor. Los sonidos llegaban distorsionados y apagados, como el eco del jo de Räg al caer al suelo cuando lo lanzó hacia ellos en un intento de ayudarles... Nunca era mala idea si perdía la maza y lo agradeció en silencio. Pero si algo escuchó a la perfección fue el grito de Nohlem a su espalda, pidiéndole que se apartara para dejarle espacio para tener un tiro claro. Connor dio un paso hacia la derecha rápidamente haciéndole caso, y aunque su rostro era el de alguien concentrado y enrabietado, por dentro sonrió de alivio y alegría al no verse solo contra aquel puto bicho. Nohlem estaba allí con él... Nohlem y su arco. Y también daba las putas gracias por ello.

Con la maza en alto y el cuerpo preparado para el golpe inminente, Connor pensó en todo lo que habían pasado para llegar hasta allí. Las mazmorras, las ratas lanza espinas, la sombra esquelética... Nada de eso les había dañado tanto o matado como si lo había hecho ese puto grupo... Serena ahogada en veneno. Los días sin comer por culpa de aquel puto pajarraco. Aquella cabrona de mierda y el resto, que les habían metido en esa trampa mortal explosiva. Al final siempre se reducía a eso, ¿verdad? <<Los más hijos de puta siempre son los desconocidos...>> Y si quería vengarse de ellos antes tenía que pasar por ese puto animal. La eterna espera, a sus ojos, llegó a su fin. Cuando la bestia estuvo lo suficientemente cerca de él, Connor gritó. Un grito carente de miedo o terror. Solo pura adrenalina y rabia, como cuando mató a Roderick a cuchillazos. Solo había lugar para la violencia, la que surge cuando sabes que solo queda matar o morir. Cara o cruz.

-¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!- Y rápidamente bajó el arma con ambas manos hacia la cabeza de la bestia. En un movimiento cargado de fuerza y explosividad, usando toda la inercia de su cuerpo. Rodillas dobladas y cadera baja. No atacaba con los brazos, sino con todo él.  Impacto. Nada más notarlo, Connor sabía que había tenido que provocar daños. Sintió un golpe seco provenir de la cabeza del animal, producto del metal de la maza al abrirle una herida. Y una corriente de calambres le recorrió los brazos desde las muñecas hasta los hombros. Una parte de él esperaba que la propia inercia del animal quizás se lo llevara por delante, pero en cambio paró en seco completamente aturdido para reaccionar o moverse. Una energía de júbilo y más violencia le recorrería el pecho. La esperanza de que no todo estaba perdido. Ni un segundo después la flecha de Nohlem silbó a su lado y se clavó en el pecho de ese cabrón peludo. Marcando su pecho en sangre a juego con la que le caía de la cabeza y le entraba en los ojos. Otra fuerte oleada de júbilo le recorrió ante la imagen exitosa del tiro del varmano. Podían contra aquella cosa, joder. Iban a destrozarlo entre los dos. -¡VAMOS, VAMOS JODER!- Gritaría con un frenesí violento más propio de los tiburones al oler la puta sangre, mientras se decidía a golpearlo de nuevo.

Sin embargo, un sonido familiar lo distrajo lo suficiente para frenar en seco un segundo mazazo. Sutileza estaba allí. Burlándose de ellos, como siempre. Comentando que le informaría a su grupo de él. En aquel momento la rabia de Connor era incontenible, más aún al ver el éxito del ataque al monstruo. Una parte de él quería decirle que hacía bien en advertirles de él, porque pensaba matar a cada uno de esos putos cabrones. Pero la bestia seguía delante de ellos, entorpeciendo su paso y aún no estaba muerta. Oía la voz de Airi dentro de la pequeña cueva y gritos de fondo que no pudo distinguir bien, hasta que vio a Rick asomarse para lanzarle una piedra fallida a Sutileza. Estaban allí. Rick, Ethan, Damian y Aniol estaban allí... La voz del polaco haciendo nacer de sus labios un hechizo y Damian y Ethan también lanzando piedras. El alivio de estar todos juntos se mezclaba con el miedo de que estuvieran en el mismo lugar que aquella bestia peluda. Pero los cuatro estaban luchando. Los niños estaban luchando. Con energías renovadas Connor alzó la maza de nuevo preparando un nuevo ataque. Echó un rápido vistazo hacia Nohlem y asintió, con la esperanza y la camaradería de quién sabe que tenía las espaldas jodidamente bien cubiertas.

-¿¡ESO ES TODO LO QUE TIENES, PUTO CABRÓN DE MIERDA!?- Le gritó al monstruo mientras bajaba la maza con fuerza otra vez hacia su cabeza. Sutileza era para Ethan, Rick, Aniol y Damian. A ellos les tocaba enseñarles al jabalí- oso que había elegido a las presas equivocadas.
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

28/05/24, 08:51 pm
El impacto de la maza y la sangre del animal le causaron júbilo y mareo a partes iguales. Su parte menos acostumbrada apretó los labios ante el rojo que brotó del cráneo de la bestia (el golpe había sido espeluznante se viera como se viera), mientras que su parte instintiva se emocionó por ello, aupado a más por los gritos de Connor y la certeza de su propia flecha. La victoria era adictiva en casi cualquier formato, y luchando por su condenada vida cualquier ventaja por mínima que fuera se sentía espectacular. No consideraba tenerlo todo bajo control, ni por asomo, pero al menos sabía que no lo estaban haciendo tan mal. El granta gritó con su amigo, puro sentimiento contenido que le devolvió el control de sí mismo, centró su cabeza y acompañó su adrenalina, y es que si gritando podía intimidar al animal se dejaría la voz en ello. Claro que tampoco iba a permitirse la duda de si funcionaba o no... si con eso no bastaba Nohlem ya estaba preparando el siguiente tiro. Que se arrepintiera de atacarles, fuera vivo o muerto.

Pero por supuesto las cosas no iban a ser tan idílicas. Como si tener que enfrentarse a una bestia de 500 kilos no fuera ya bastante, una voz familiar le hizo desviar los ojos de su objetivo hacia arriba, sobre su cabeza. Una voz que le erizaba el pelo, que le hacía enseñar colmillo y tensarse con cero raciocinio. Hacía escasos minutos le había tenido miedo, se había sentido débil; ahora no. De la mano de la victoria venía la violencia. No tenía que verlo para reconocerlo.

El putísimo pollo.

Exhaló el aire que malamente había estado conteniendo en un temblor de completa furia. Su flecha seguía apuntando al oso, pero con corazón y alma deseaba estar dirigiéndola al otro. ¿Cuántas veces había intentado Sutileza matarles? Ya no se trataba solo de cuando se cobró la vida de Serena, eran todas las veces que les había tirado la comida, era esa trampa a la que habían ido a caer, era ahora mismo distrayéndoles con el jabalí-oso. Santos, si tan solo pudiera regodearse en la fantasía de matarle y machacar con el tacón de su bota su nauseabundo cadáver, presentárselo así a sus amigos... chasqueó la lengua. El varmano estaba tan obcecado entre su repelente figura y la urgencia que tenía delante que no vio a los demás, Rick, Ethan, Damian y Aniol asomando por su escondite, siquiera esa primera piedra errada que bien podría parecer el techo cayendo a trozos. En segundos fugaces sus ojos dilatados habían vuelto a la criatura de gruñidos y dientes, pues por mucha venganza que quisiera cobrarse tenían que encargarse del oso o el oso se encargaría de ellos primero. Asintió a Connor con ímpetu, echándose a un lado donde su amigo no estuviera en medio de su trayectoria. Sobrevivir se estaba tornando en una cuestión de orgullo.

¡Te voy a hundir el pico tan hondo de tu ano QUE TE VAS A AHOGAR EN TU PROPIA MIERDA! —gritó mientras soltaba la flecha, apuntando esta vez al cuello del animal; sus palabras cargadas de un veneno soez que no había experimentado para nadie nunca, sin saber que quizás en su volumen pudiera beneficiar como distracción. Si hacía ruido no podía escuchar su propio miedo.

En todo lo rápido que la flecha viajase su mano izquierda buscaría la siguiente, comprendiendo con horror en el hueco de su carcaj vacío que solo le quedaba una. Y muy posiblemente, la decisión más difícil de su vida hasta entonces sería decidir si tenía o no el nombre de Sutileza.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

29/05/24, 12:37 am
Lo que Rägjynn estaba sintiendo al comprobar que Connor y Nohlem estaban logrando plantarle cara a aquel enorme animal enfurecido era una sensación completamente desconocida para él. Nunca habría pensado que podría verse en vuelto en una situación como aquella y en el que no solo su vida sino la de muchas otras personas corrían peligro por el ataque de un terrible animal salvaje. En cualquier otra circunstancia se habría sentido mal por estar presenciando tanta violencia, pero… ¿Acaso podía sentir otra cosa que no fuese alivio?

Bueno, lo cierto era que sí: frustración. La misma que llevaba sintiendo todo ese tiempo al verse completamente inútil. Además seguía teniendo la sensación de que en cualquier momento podría volver a ocurrir y…

Aquella risa que había aprendido a temer le sacó del trance en el que estaba entrando de nuevo. ¿Sutileza? ¿Por qué? El mjörní no podía comprender la motivación del extraño pájaro para tomarse la molestia de ir hasta allí para reírse de ellos. ¿O es que le habían enviado para hacerles algo en caso de que…?

Una vez más, salió de sus pensamientos debido a influencia externa. En aquel caso, el tirón en su manga y la voz de Airi llamándolo le hizo mirar hacia le sanaí, abriendo la boca para intentar responderle. Tras realizar ese movimiento un par de veces más y aclararse la garganta logró hablar.
Connor y Nohlem le han hecho bastante daño a esa cosa y… Los demás están aquí. Los he oído…

La súplica de Airi le hizo morderse la mandíbula con indecisión. ¿Qué podían hacer? Él solo podía… No, hechizos. Podía hacerle alguna sugerencia a Airi como antes. Su mente buscó entre los sortilegios del libro de cocina en busca de algo, lo que fuera. Detuvo su búsqueda mental en la página imaginaria de un hechizo con el que estaba muy familiarizado.
>>El… ¿el hechizo térmico? Quizás si puedes calentar el metal del arma de Connor sea de ayuda…

No estaba para nada seguro de su propia idea, pero fue lo primero y único que se le vino a la mente con cierta facilidad. Fuera de su pequeño escondrijo Connor y Nohlem seguían luchando. Gritaban. Creyó escuchar de nuevo las voces de los demás… ¿Dónde estaban exactamente? ¿Estaban a salvo? El animal rugía con fuerza, Sutileza volvía a reírse y lo vio pasar en la otra dirección…

Rägjynn no podía soportarlo más. Su cabeza le ardía, una jaqueca se estaba empezando a instalar en ella, pero no era lo único. Solo había una cosa que él realmente pudiera hacer con aquel brazo inutilizado, y además llevaba mucho rato siendo cada vez más insistente. Había vuelto al punto de no retorno y no podía controlarlo. Sin apenas ser consciente de sus propios movimientos y la vista nublada salió del escondrijo.

Emitiendo un grito, sus globos oculares estallar por segunda vez aquel día. Chorros de sangre salieron disparados en varias direcciones.
Rocavarancolia Rol

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

29/05/24, 12:51 am
El híbrido de oso y jabalí empezaba a recuperarse del aturdimiento, sacando las fuerzas de la adrenalina y la furia que sentía al haber recibido tanto daño. Las carcajadas de Sutileza no ayudarían a que no empeorase su ira, precisamente, y el animal se prepararía para cargar contra quien tuviese más cerca.

---

1-15: Connor acierta el golpe de nuevo en la cabeza del animal, al cual ya casi no le quedan fuerzas.

16-70: acierta, pero el jaboso está cargando enfurecido y le da en un costado. Esto hace que se detenga y emita un rugido, buscando torpemente lanzar un zarpazo a su atacante.

71-100: falla el mazazo debido a que el animal lo esquiva dando un salto en dirección hacia Nohlem.


Tirada de dados escribió:El miembro 'Giniroryu' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 46

El disparo de Nohlem no se hace esperar.

1-80: acierta el flechazo. El jaboso vuelve a retorcerse de dolor y no alcanza a Connor.

81-100: debido a la distracción de Sutileza, esta vez la flecha solo roza al animal. Este lanza el zarpazo hacia Connor, quien recibe una herida algo profunda en una parte del cuerpo a elegir.


Tirada de dados escribió:El miembro 'Giniroryu' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 86
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

29/05/24, 01:00 am
Las siguientes cuatro tiradas corresponden a las piedras lanzadas por Damian, Ethan y Rick en ese orden. Mientras que la cuarta indica si uno de los chorros de sangre provenientes de los globos oculares de Räg cae encima de Sutileza.

1-50: acierto
51-100: fallo


Tirada de dados escribió:El miembro 'Giniroryu' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 33, 81, 78, 19


---

El hechizo de corte de Aniol da el blanco sin problemas, y el roquense parece sorprendido unos instantes, antes de echarse a reír: sus defensas logran detener el golpe y todavía no terminan de estallar por completo.

Sutileza sigue la dirección de los proyectiles y vuela hacia el saliente desde el que se los lanzaron. Tiene al animal furioso detrás y entretenido con el otro grupo, por lo que, confiado, vuela un poco más bajo para acercarse y dirigirse directamente a los que acaban de dispararle.
—¿Es que no sabéis lo que es un hechizo defensivo? No soy tan estúpido para venir sin preparación.

Lo que no esperaba el roquense, era que en realidad sí era más estúpido de lo que pensaba y no se había dado cuenta de que el hechizo de corte había producido muchos más estragos a sus débiles defensas de lo que él creía. La única piedra que consiguió alcanzarle fue suficiente para dejarlas a punto de caer y es entonces cuando llega la sangre a presión.

—¿Pero qué..?
El inicio del chorro rebota contra lo último que queda de las defensas físicas de Sutileza, pero la que sigue le da de lleno. El roquense se ve de pronto embadurnado de sangre. Ni siquiera es consciente de donde ha salido, creyendo que el grito de Rägjynn se debía al ataque de la criatura, y empieza a chillar, mientras empieza a moverse frenéticamente intentando sacudirse la sustancia con fuerte olor a hierro de encima.
>>¿¿Qué es esto?? ¿¿Es sangre?? ¡Qué asco!

En ese momento, una criatura que había estado acechando en la oscuridad, temerosa del enorme animal híbrido y de la luz decide que es el momento idóneo para hacer acto de presencia.

Un vlakai abandona la seguridad de su escondrijo en el techo de la cueva y se lanza hacia Sutileza, agarrando al roquense con sus fuertes garras y llevándoselo lejos de la refriega.
—¡Ahhhh, no, nooo, ¡suéltame! ¡Suél... AAAAAAAH!
El eco de los gritos del roquense en la galería, a pesar de que cada vez grita más alto, se irán perdiendo en la distancia, apagándose por completo cuando este se convierte en la cena del vlakai.
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

29/05/24, 12:55 pm
Fue al lanzar e ir a coger la siguiente piedra que fue consciente de que aquello iba a ser mucho más complicado de lo que pensaba. Para empezar, era la primera vez que tiraba a algo en movimiento y, encima, que volara no lo hacía precisamente más fácil. Usar el arco o una pistola era distinto a una roca por más puntería que tuviera, pero además de todo aquello entraba en juego una adrenalina a la que todavía no terminaba de estar acostumbrado y todas las heridas que tenía. El notarse dolorido al soltar la piedra y los intentos para que la vara aguantara la presión para no caerse ya le estaban mandando señales antes incluso de ver el resultado. Falló, se quedó corto. Una mueca molesta se dibujó en la cara del neoyorquino por unos momentos, aunque al menos parecía que Sutileza no se había dado cuenta todavía de lo que estaba haciendo.

Mientras el otro grupo seguía su lucha con la bestia, con insultos también guardados para el pajarraco, Rick volvió a centrarse en seguir lanzando. Aunque lo que estaba pasando en su lado de la sala le hizo detenerse por un momento, echando una fugaz mirada a sus tres compañeros. Por suerte la tensión del momento enmascaraba las dudas que tenía con el plan que estaba preparando el británico con los niños. Nunca había estado cómodo con que los niños usaran armas, aunque había acabado aceptando que lo mejor era que las tuvieran para defenderse si era necesario, había demasiados peligros por allí. Y aunque la situación pedía a gritos que todos ayudaran, el neoyorquino no podía dejar de sentir la punzada de que algo estaba mal en pedirle a los pequeños que atacaran también, fuera decorado con un juego o no. De momento tendría que aceptarlo y no prestarle atención tal como había hecho con las réplicas de Ethan cuando se soltó, pero muy probablemente se sumaría a la larga lista de cosas en las que tenía que pensar si salían vivos de allí.

Intentando aislar todos sus pensamientos y las palabras de reafirmación de los pequeños, el chico volvió a concentrarse y volvió a lanzar una segunda roca junto a las del resto. Claro que los nervios y la mente le estaban jugando una mala pasada y en esta ocasión trastabilló al usar más fuerza de la que debía. Llegó a tiempo de poner la mano libre en la pared para no chocarse, pero soltó otro quejido frustrado al ver de nuevo su mal lanzamiento. Al menos una de las rocas le había dado y el hechizo de Aniol había impactado, pero en cuanto el pájaro empezó a reírse entendió amargamente que no había servido de nada. El enfado que estaba sintiendo con las burlas era más que visible en su cara. -(Lo fuiste la primera vez, maldito)- pensó cerrando el puño con fuerza sin apartar la vista de Sutileza. Si estuviera un poco más bajo haría el esfuerzo de intentar atraparlo en un salto a pesar de su tobillo, pero como siempre era la distancia justa para que no pudieran hacer nada a tiempo.

Con un cabreo creciente, barajó la idea de volver a tirar otra piedra ahora que estaba más cerca, pero un nuevo proyectil que no esperaba fue la clave. Al ver al pajarraco manchado de sangre se sorprendió y miró rápidamente en la dirección en la que venía lo que fuera lo que le había dado para hacerle tanto daño. ¿Era desde el hueco donde estaba el resto? Solo había visto a Nohlem con un arco, entonces... En cuanto se fijó en los otros chorros de sangre que salían disparados de allí lo entendió, aunque no por ello se quitaba la preocupación. -¿Räg?- preguntó desconcertado al aire. Era  la segunda vez que hacía eso y no tenía ni idea de si era peligroso para su amigo.

Lo que no podía negar es que aquello estaba distrayendo a Sutileza, ahora era el mejor momento para hacerlo caer. Rick volvió su atención al ser alado listo para lanzarle algo más... -¿¡Qué coño!?- soltó totalmente asustado al ver... algo aparecer y llevarse al pájaro. Había sido tan rápido que no le había dado tiempo a fijarse en qué era esa cosa, pero la siguió con la mirada al perderse en una de las galerías. El neoyorquino no dudó en desenvainar su sable por si ese murciélago monstruoso volvía, con la cara pálida por la impresión y los gritos de Sutileza, con la certeza de que sería lo último que escucharían de él. Se acabó pensar en como atraparle. Se olvidó por unos instantes de la batalla que seguía librando el resto, tenía la mirada fija en esa galería con el arma por delante. -(Podría haber sido cualquiera de nosotros)- pensó aterrorizado. La suerte había querido que el pajarraco pagara por todo lo que había hecho, pero la idea de que hubiera sido él o cualquiera de sus compañeros era horrible.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

30/05/24, 01:05 pm
El arrojo de valentía de Aniol no se vio mermado cuando su hechizo se estrelló contra las protecciones de Sutileza. Ni siquiera cuando el ave aterrizó en el saliente más cercano para reírse de ellos. Lo que sí percibió fue una súbita oleada de rabia a la que le acompañó un escalofrío de confusión.

¿Por qué no lo había logrado? Notaba el inconfundible desprendimiento de sus reservas al abandonar la comanda de sus propios dedos por lo que... el conjuro había sido realizado con éxito. Sin embargo...

¿Se trataba de magia? ¿Existía alguna manera de protegerse del daño que desconocían?

Las palabras de la propia criatura parecieron confirmárselo instantes más tarde pero ninguna de aquellas dudas importaron en el subsiguiente desenlace.

El niño retrocedió por impulso cuando un chorro de sangre bañó por completo a su hostigador y casi sin poder reaccionar de otra manera diferente volvió a dar un par de pasos atrás cuando algo se llevó a Sutileza a las profundidades. Los gritos resultaron horribles y provocaron que todo atisbo de coraje escapara de su cuerpo.

Se quedó paralizado pues la situación se le antojaba tan desconcertante e inminente que era incapaz de celebrarlo, especialmente cuando vio a Connor caer al suelo tras recibir un golpe de las garras de la otra bestia.

¡No! —tenían que salir de allí pues ahora sabían que el jabalí-oso no era lo único que acechaba en las galerías subterráneas. Sus pies se movieron antes que la lógica y con urgencia el pequeño atravesó la rampa rocosa y natural hasta quedar en medio de la explanada. Ahora sí estaba aterrado y podía ver las dimensiones reales del monstruo lo suficiente como para comprender que la situación sería insostenible en unos minutos. Por suerte Ethan no tardó en seguirle—. Hay que hacer... algo... hay que... —la sugerencia del medio japonés volvió a prender el aire pero esta vez no en una comitiva candente. Se trataba de una cuestión de vida o muerte y no iban a permitir que Connor los dejara. Así que hizo caso, con el corazón en la garganta y las manos temblorosas, pero lo hizo. La magia volvió a ser canalizada y expulsada con toda la fuerza posible solo que en lugar de apuntar a un ala débil ahora lo hacía a un punto vital.

El cuello.

Por favur... que funcione —susurró con voz trémula tras la aparición protectora del cuerpo de Ethan. Había salido despedido tan rápido hacia delante que no se había preocupado por el destino de Rick o Damian, pero es que ahora solo era capaz de observar el cuerpo abatido del motero en el suelo—. Por favor...

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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31/05/24, 02:39 am
La explicación de Räg fue suficiente para atar cabos, aunque no incluyera detalles. No tuvo apenas tiempo de alegrarse de saber que el resto estaban cerca, aunque definitivamente era un alivio, debido a la situación límite en la que estaban. Escuchó la sugerencia de Räg, dándole vueltas, sin saber muy bien cómo ejecutarla sin ponerse en peligro.
Si… si lo distraemos lo suficiente… —empezó, aunque no supo cómo seguir. Ahora encima se les había unido Sutileza, quién sabía si armado. No se enfrentaban solo al condenado animal furioso.

Estaba siendo demasiado para Airi. Quería salir en ese mismo momento y unirse a la lucha. No veía el sentido de hacerlo si no podía aportar nada más que terminar con heridas o algo peor. Sus pies ardían por moverse, pero sus músculos se negaban a funcionar. Su cuerpo entero estaba en guerra contra sí mismo, plagado de contradicciones e ideas que no acababan de formarse. Entonces Räg se movió, dejándole atrás.

Sintió desamparo, y se sintió traicionade en parte, al no saber qué tenía en mente su amigo. Pero eso fue justo lo que necesitó su cuerpo para ser capaz de moverse. No quería quedarse sole. Quería apoyar a Räg, si es que iba a intentar lo de la maza o cualquier otra cosa, ya que no podía hacer magia por sí mismo. Avanzó hasta las rocas que tapaban la entrada y se asomó, justo a tiempo para ver al mjörní sangrando por los ojos una vez más. La sorpresa le detuvo en seco durante una pequeña eternidad. Aquello no era lo que había imaginado cuando vio los regueros de sangre la primera vez, lo último que se habría esperado es que esta pudiese salir despedida a algunos metros de distancia como lo estaba haciendo.

Sus ojos también se posaron en Sutileza machado de sangre. No le había visto tan de cerca desde el día que se asomó a su torreón; probablemente ni siquiera aquel día lo había visto tan de cerca. Airi logró llegar junto a Räg, deseando detener el sangrado de algún modo, pero cuando estuvo a su lado ya no era necesario. Sus “heridas” parecieron cerrarse tan rápido como se habían abierto. Sin pensar zarandeó a Räg, imprimiendo más fuerza de la debida, tratando de arrastrarlo hacia el interior de la cueva antes de que la bestia se lanzase hacia ellos en aquel momento de vulnerabilidad.
¿¡Estás bien!? —le preguntaba con voz alarmada. Su ropa y su piel también habían terminado teñidas de rojo, pero en aquel momento era lo que menos le importaba.

De fondo, Sutileza protestaba acerca de la sangre que le había salpicado. «Ojalá te haya entrado en los ojos» deseó le sanaí sin casi ser consciente de sus pensamientos. No estaba ni mirándole cuando escuchó los aleteos desconocidos y las súplicas y llantos que le siguieron. De un vistazo rápido Airi pudo ver cómo Sutileza era arrastrado hacia la oscuridad sin apenas poder defenderse, incluso si la criatura que le había atacado era de menor tamaño que la que enfrentaban Connor y Nohlem un poco más allá. «Era… como Antorchita» pensó, quedándose helade.

Airi dejó de forcejear al escuchar los horribles sonidos que provenían de la gruta oscura. Su cuerpo amenazó con paralizarse de nuevo por culpa de los crujidos y gritos, que se oían cada vez más lejos. Solo la voz de Aniol conjurando fue capaz de sacarle del trance. Si el pequeño estaba encontrando fuerzas para hacer magia a pesar del miedo, ¿qué demonios estaba haciendo elle? ¿Qué llevaba haciendo todo ese tiempo?

El hechizo de Aniol no tiene ningún impedimento para impactar en una bestia ya cansada y que está centrada en las amenazas que tiene delante. Las heridas que ya ha recibido entorpecen sus movimientos y su atención, impidiéndole identificar al niño como una amenaza. Su hechizo le impacta como una hoja invisible, provocando un tajazo en su cuello que en un instante está rezumando sangre a borbotones.

La consciencia del jaboso comienza a nublarse y este, al reconocer la gravedad de su herida, se retira al trote hacia la única salida que queda de la galería. Sus pasos descoordinados se alejan por el túnel, retumbando de piedra en piedra, hasta que se desploma y la suave vibración que provoca su caída parece extenderse por el suelo hasta los pies de los cosechados.


No importaba cuánto temiera seguir los pasos del animal moribundo: no había otro curso de acción posible en una cueva con solo una salida. Le sanaí apenas había podido localizar con la mirada a todos sus compañeros, pero agitó el brazo para llamar su atención.
Tenemos que encontrar el sitio por donde ha entrado Sutileza y salir de aquí ya. Antes de que esa cosa termine de comer —apremió, y sintió náuseas al pronunciar esas palabras. No quería más sorpresas, no quería permanecer en aquellas galerías subterráneas más tiempo. Era consciente de que estaban heridos y cansados, por lo que no insistiría en la prisa una segunda vez y esperaría a que todo el mundo estuviese en condiciones de continuar antes de encender la llama mágica una vez más. En lo que a Airi respectaba, podían salir primero de allí y hablar todo lo que tuviesen que hablar cuando estuviesen a salvo en el torreón… Si es que conseguían regresar.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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01/06/24, 12:10 am
Al querer lanzar esas contundentes piedras le provocó una enorme hervida de su sangre al completo, embriagado por los gritos de sus compañeros luchando sus propias batallas, sus propias guerras por reventar de una jodida vez a los cabrones que no paraban de darles por culo. Si querían guerra tendrían una llena de gritos y de piedras y de magia, plagada con la furia desmedida que daban como respuesta.

Estaba enfocado como quien veía a su pero enemigo. Sí, era su puto enemigo jurado y solo tuvo atención para él. Tenía confianza en aquel combo de aciertos del otro grupo, prefiriendo dedicar todo su ser a machacar a piedras al pájaro de los cojones. Era su misión como el soldado que los salvaría a todos, tal y como los demás se jugaban el pellejo él lo haría aunque fuese tirando lo que tuviese a mano.

Entre los lanzamientos de sus compañeros, el suyo fue el único que le acertó. Esa casualidad no fue tanta casualidad en la cabeza del italiano, ardiendo por dentro al haber visto su mala ostia acertar al pollo… Sin embargo no sirvió de mucho, la piedra no le acertó aunque sí fuese directa a su puta jeta y Damián apretó los dientes y los puños, listo para reventarlo ya no con una, con cientas si hacían falta.

Y de pronto, el impacto del corte aéreo de Aniol vino. Aquello lo pudo sentir el propio italiano, sorprendido por ver de primera mano como se desenvolvía con aquel tajo hecho de un cuchillo invisible que tan solo impactó pero, joder, ¿ni siquiera eso podía puto matarlo? Miró rápido a su amigo, con la mirada desconcertada para luego acabar en Sutileza quien se acercó. Los oscuros de Damian amenazaban con atravesarlo, igualmente llenos de miedo e impotencia en una mueca arrugada.

¡Con… todos tus muertos hijo de la gran puta! —insultó escupiendo sus palabras en una respuesta llena de la peor de su bilis, deseando que ahí mismo se pudriese. De pronto, un líquido rojizo fue directo a Sutileza quien en un inicio lo bloqueó pero no tardó en ser bañado en eso—. ¿Que… coño? —¿sangre? ¿De que- de donde? Desconcertado miró a todos lados y a la vez a ningún sitio, dando un par de pasos hacia atrás al no saber con exactitud qué fue eso.

¡Mierda!

Y ahí las cosas se torcieron. Sin previo aviso un puto bicho, otro puto monstruo decidió aparecer también en aquel macabro espectáculo y agarro al aturdido lleno de sangre, arrastrándolo. Esos gritos, esa desesperación llegó a los oídos del italiano con el corazón peligrosamente acelerado. Se lo llevó… a una oscuridad, perdiéndose sus gritos en ella. Parpadeó un par de veces, mirando al otro grupo.

No…

¡CONNOR! —no era cierto, no era verdad que el jodido monstruo no hubiese muerto con aquel golpe tan certero, ni con flechazos. Damian gritó, asustado por ver a Connor caer al suelo por un zarpazo mal dado.

Tuvo el impulso de querer ir, ¡mierda quería reventar a ese puto oso! Las piernas no le iban, no querían llevarlo a socorrerlo aunque fuese un maldito momento ignorando un enorme animal de por medio. Un gesto cerca suyo, familiar, estaba siendo ejecutado por el polaco quien acabó de lanzar otro de esos cuchillos que no se veían. Giró la cabeza hacia ese bicho. Sangre en su cuello. Una fuente carmesí que era algo bueno, nada de eso era malo, era lo que quería.

¡SI, JODER! —celebró nervioso, tragando saliva por ver al animal agonizando y corriendo por vivir torpemente, escapando.

Había caído, no tenía una sola duda de que ese monstruo ya no volvería a despertar. Habiendo por lo pronto solo gente conocida, Damian fue rápido hacia Connor no sin antes mirar con brevedad a Aniol, el chico aparte de su mejor amigo fue lo más parecido a un héroe para el chiquillo, había salvado a su amigo.

¡Joder Connor! Estas… ¿bien? —no quiso acercarse mucho igualmente, esperando a que se levante y viendo a los demás. Su preocupación volvió, haciendo pequeños pucheros que contenía con todas sus fuerzas—. Vámonos… Vámonos ya porfa… —se aferró a las palabras de Airi, asintiendo como nunca y temiendo que esa cosa volviese.

Por último, su mirada fue hacia Rag y, en la luz que había, pudo ver sangre en su cara, otra vez. No pudo sumar dos mas dos, no le daba la cabeza ya quemada de tantas cosas intensas y simplemente le miró, con algo de miedo en su mirada por ver tanto rojo donde no debería.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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01/06/24, 09:27 pm
Connor bajó la maza con la misma fuerza que en el anterior ataque, usando todo el movimiento de su cuerpo para darle mayor peso al golpe. Flexionando rodillas y bajando el centro de gravedad de sus caderas. Escuchaba ruidos lejanos, quizás de Sutileza...  ¿De Räg? ¿De dolor? Ni sabía lo que estaba pasando ni lo entendía. Pero en ese momento no podía importarle aquello. Su vista debía estar clavada en su objetivo. Su cara era un rictus de concentración y rabia mientras gritaba, sin muestras de miedo alguno y no por que no le temiera a esa puta bestia. Solo se debía a la determinación y la adrenalina que le daba saber que estaban peleando para matar o morir. No había momento para temer. Solo podían aplastar con la maza y ensartar con las flechas. Solo podían luchar para sobrevivir... Solo podían...

¿Fallar?

Un bufido de esfuerzo fue la antesala del sonido de la maza impactando contra el enorme monstruo. Un sonido seco que aplastó carne y músculos duros, volviendo a sentir su propia fuerza recorrer sus brazos como unos calambres. Pero había sido un puñetero y jodido error. La carga de la bestia había sido demasiado rápida y él demasiado lento. Su maza había aterrizado con fuerza y contundencia en uno de los costados, pero demasiado lejos de su verdadero objetivo que era el cráneo. Donde sangraba profundamente y quizás un segundo impacto habría bastado para reventarlo. Estaba jodido. Lo supo en cuanto el jabalí-oso se deshizo del nuevo aturdimiento con un rugido que triplicaba en rabia la propia de Connor. Lo supo en cuanto la flecha de Nohlem rozó al animal sin causar daños graves ésta vez. Supo que estaba jodido en cuanto una masa grande y oscura se precipitó hacia él con una rapidez nada propia de su tamaño. Una garra. No le dio tiempo a gritar, ni a vociferar. Ni siquiera le dio tiempo a sentir más rabia o empezar a tener miedo. Solo hubo dolor.

Connor había recibido muchos golpes en su vida. Sabía como dolían las heridas de una navaja o una pistola, y aquellos golpes que no cortaban pero dejaban surcos amarillos y morados en la piel debido a un bate de béisbol bien usado. Sabía lo que era sangrar y jodidamente sabía lo que era el puñetero dolor. Venía con el chaleco de los Wyverns y compartir la vida con el club. Pero nada se asemejó a lo que sintió en ese momento. Fue como si un enorme martillo con púas afiladas le impactara en el pecho. El dolor lacerante no se hizo esperar, y casi pudo escuchar la carne desgarrándose allí donde le cortaba fácilmente como si fuera una puta figurita de papel de las que hacía Ethan. Una figurita hecha de carne, músculos y sangre. Una marca sangrienta en forma de cuatro zarpas que empezaba debajo del pectoral derecho, cerca de las costillas y tocandoparte del abdomen, y terminaba en diagonal ascendente hasta su pectoral izquierdo cerca de la clavícula. Los ojos de Connor se abrieron por la sorpresa y el dolor, pero su garganta solo pudo liberar un quejido ahogado. Pues el golpe había sido tan contundente que el aire se escapó de sus pulmones como si se tratara de su jodida alma siendo absorbida. La maza salió despedida por los aires ahora que no había una mano fuerte que la sujetara, mientras que el propio Connor era levantado un palmo del suelo y era despedido hacia atrás debido a la fuerza del golpe del monstruo. Un martillo lleno de púas afiladas y él una puta figurita de papel de mierda...

Sus huesos dieron con el suelo con otro quejido de dolor varios pasos hacia atrás, mucho más cerca de las rodillas de Nohlem que del monstruo. Casi a la misma vez el repiqueteo metálico de su maza se oyó varios metros hacia la derecha, donde había caído con estrépito e igual de inútil que su propietario. La adrenalina recorría su cuerpo minimizando el miedo en un acto de supervivencia, pero el dolor y la ausencia de aire eran mayores y Connor no pudo levantarse del suelo. ¿Iba a morir allí, joder? ¿Tras pelear tanto iba a morir en una puta cueva? ¿Lejos del club y su familia? Se quedó allí, tendido de lado mientras boqueaba como un puto pez fuera del agua y el caos y la confusión se hicieron dueños del lugar. A su alrededor oía gritos, pero el motero solo tenía tiempo para buscar el poco aire que encontraba e intentar levantarse en vano con unos brazos que no le respondían del todo. Pero debía incorporarse antes de que esa enorme bestia se abalanzara hacia él y.... Un enorme tajo salió de la nada en el cuello del jabalí-oso. La criatura estaba cubierta de sangre entre el mazazo de Connor y las flechas de Nohlem, pero ahora aquella herida invisible se abría paso en su carne arrancándole lo que le quedaba de vida. Con ojos confusos y doloridos Connor fue testigo de cómo la bestia salía huyendo y se perdía por el túnel. ¿Qué estaba pasando? ¿Quién cojones había hecho eso? Tras el estrépito lejano de la bestia cayendo, el jaleo terminó por cesar. Era casi una calma tras tanto ruido y violencia. Sutileza parecía no estar ya por allí.

Connor se movió con esfuerzo hasta quedar bocarriba, su vista clavada en la poca luz que entraba por el agujero del techo y aún jadeando dolorido en busca del poco aire que entraba en sus pulmones. Los cortes se hacían notar y pintaban de rojo su torso y pantalones, tras los jirones destrozados de la camiseta y el chaleco de cuero.

-Estoy... Bien...- Le respondió a Damian con dolor y apretando los dientes, su voz una leve parodia asfixiada, para luego dejarse abandonar por una serie de toses.- Vosotros... ¿Estáis bien, joder?- Preguntó con preocupación mientras intentaba incorporarse con ayuda de los brazos, aunque lo hacía muy lentamente y con intentos fallidos de por medio. Sentía los cuatro desgarros como un puto fuego en su piel, mientras que su respiración era más propia a la de un jodido motor viejo.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

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02/06/24, 09:10 pm
Todo sucedió demasiado rápido. En apenas una exhalación el aire se inundó de un olor metálico y junto al mismo las piedras volaron alejándose de su destino. Ethan escuchó las risas, el golpe secó de algo impactando y los posteriores gritos perdiéndose en una lejanía oscura. El jaboso gruñía, Sutileza agonizaba y la voz grave de Connor acompañaba aquel dolor. Era muy confuso pues la definición de aquellos sonidos reverberaban en su interior en contraposición de lo borroso que resultaba ser su entorno. No veía bien, entre pestañeos la imagen iba y venía, un contorno difuso que por suerte le salvó de ver bien a la nueva criatura. No fue hasta que distinguió la pequeña figura de Aniol avanzar que él hizo lo propio más movido por inercia que por raciocinio.

Su corazón latía con fuerza, bombeando con cada nueva inyección de adrenalina que recibía su cuerpo. No había tiempo para asustarse por el final inesperado del pájaro, ni tampoco para razonar que la mancha rojiza que acababa de ver no era una alucinación si no el proyectil que Räg había lanzado. Los ruidos de la bestia ahora eran tan lejanos como la conciencia de que quien estaba en el suelo era el Canadiense y hasta la presencia del joven polaco tan cerca suyo tenía un aire enfermizamente irreal.

-El cuello… -Murmuró con una convicción tan serena que de golpe indicar cómo asesinar a un niño pequeño se le hacía tan natural como el respirar. -Si apuntas ahí, quizá…

Su única mano buena fue al hombro del joven, dándole un ligero apretón antes de que sus ojos, esta vez sí, pudieran presenciar la eficacia de un hechizo bien utilizado. Las notas se grabaron en su mente como una extraña melodía, una que acompasada con los movimientos del joven cortaron en dos el aire. No vio el filo, pero si sintió la brisa que dejaba a su paso. Su flequillo se movió suavemente y tan solo basto un pestañeo para que el rojo volviera a ser protagonista. Si la voz del pequeño había sido dulce como la miel, el daño que había causado chirriaba como uñas que raspan una pizarra.

La bestia sangraba profusamente, con el cuello partido en un perfecto segmento que ninguno de ellos habría podido hacer con tan solo un arma filosa. Lo vio correr, huir despavorido de ellos y lo vio caer agonizante. El peso de su cuerpo retumbó contra el suelo y fue su silencio acompañando el de Sutileza el que le dio una victoria cuya amargura desaparecía rápidamente tras una inesperada emoción.

Lo habían matado. Con un par de flechas maltrechas, una maza oxidada y un niño asustado. Estando heridos, desorientados y aturdidos por una enorme caída habían podido con aquella putísima aberración. Se sintió poderoso, pues aún no habiendo hecho nada había sido partícipe de ello y en esa nueva gloría sobre todo se sintió esperanzado. Tras haber recorrido sinuosos pasillos oscuros por fin veía una luz mucho más clara que la tosca que salía del techo. Podían salir vivos, podían sobrevivir y ante todo podían luchar.

Al menos por ahora se había acabado el sufrir por un puñetero pájaro.

-Aniol lo has, eres -Contuvo la emoción tras los dientes tratando de no soltar todo su enredo sentimental en un grito eufórico. -¡ERES LA HOSTIA! ERES LA MEJOR PRINCESA DE TODAS

Le revolvió el pelo en un gesto cariñosamente agresivo y a continuación lo pegó a él en un torpe abrazo dedicado con solo un brazo. Quería apretujarlo, llenarle de besos amorosos y levantarle en el aire en una explosión de alivio, calma y felicidad. En vez de eso su rápido ánimo fue a morir en unos gruñidos lejanos que le devolvieron a una no tan bonita realidad. Connor sangraba mucho. Su camisa era un amasijo de tiras, carne y un granate que empezaba a invadir el suelo a sus costados. La estampa era tan horrible que por un momento su propio estómago subió a la garganta y tuvo que contener tras un mal trago las náuseas de quien veía a su amigo ya muerto.

-Joder… Claro que no estas bien, gilipollas.

Exclamó esta vez en bajo, dejando que su voz fuera un reflejo de su creciente preocupación. Entonces no perdió más tiempo y se acercó junto al pelirrosa. Por desgracia el combate no había terminado tan bien para todos, pero ahora que había experimentado la victoria no quería que hubiera sido a costa de nadie.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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03/06/24, 01:42 am
Todo pasó en cuestión de segundos. El caos se desató en una serie de eventos que no se molestó en entender, incluso si los múltiples gritos (“humanos” o no) y el repentino calor húmedo que empapó uno de sus laterales fragmentó su concentración. Tenía la muerte delante, y esta tenía demasiados colmillos para mirar a otro lado.

Pero la ira no era buena consejera. Da mucha energía pero poca precisión, y por ella lo que debería haber sido un tiro estúpidamente fácil se convirtió en un fallo que le haría prender fuego a base de maldiciones a todo su árbol genealógico. La flecha se perdió en la oscuridad tras la bestia, quien cargó contra Connor sin importar tres carajos el golpe que este acababa de propinarle. El movimiento ascendente de la zarpa sucedió tan rápido que se sintió irreal, dejándole con un grito oprimido en la garganta y los ojos tan abiertos como lo estaría el pecho del canadiense. Nohlem se quedó sin aire como si el impacto también lo hubiera recibido él, y situándose en lo peor al creer que Connor estaba muerto -o a punto de estarlo- retrocedió amedrentado. No fueron más de dos pasos helados y robóticos, dos pasos que no aumentaron por la dualidad de lo que estaba sintiendo. Por un lado, la fría realización de que con solo una flecha y sin su guerrero poco podía hacer él contra aquel monstruo, por otro, que muy a pesar de su profunda cobardía, no quería dejar a su amigo solo.

Soltó el arco. Si ni a dos palmos de morro conseguía apuntar, con su última flecha no iba a conseguir nada. En su lugar se llevó la mano a la espalda, a la altura del cinturón donde guardaba su patética daga de emergencia no más grande que un cuchillo de mantequilla, y en la mayor idea de bombero retirado que hubiera tenido nunca la desenvainó. Cuerpo a cuerpo con un oso. Quizás se daba por muerto, si no por ese bicho por lo que quiera que se acabase de robar a Sutileza (no quería ni verlo, no quería ni pensarlo), pero no les iba a dejar quedarse con Connor, no iba a-

Y en un pestañeo, algo cortó al animal por él, tiñendo de rojo su pelaje y el suelo bajo sus pies. Rápidamente el varmano bajó la vista a la daga en su mano como si fuera mágica para, milisegundos después, ir en dirección del corte como si se tratase de un disparo. Vio a Aniol agitado por haber lanzado un hechizo, acompañado de Ethan, Rick y Damian. La bestia se quejó, alejándose por donde había venido antes de caer muerta. E igual que cayó ella, cayó él sobre sus rodillas al lado de Connor. Por desgracia no tenía tiempo para festejos.

Connor —musitó—. No te mueras. Connor —repitió. Tenía ganas de llorar, pero los ojos se le habían quedado secos en un efecto parecido al del mar que se recoge antes de volver con un tsunami. Contuvo la respiración al ver como intentaba darse la vuelta, “ayudándole” a base de colocar las manos en el aire como si pudiera recogerle, demasiado asustado de que un mal contacto resultase en más daño. La imagen le hizo apretar los dientes, mostrándolos en una mueca rota—. Connor… no. No estás…

Su pecho estaba destrozado. Su camiseta estaba reventada, camuflada entre su piel pálida y el rojo que teñía a ambas. Carne viva que le hizo mirar a un lado con un siseo, momento en el que se fijó en su propio brazo. El líquido rojo que manchaba su ropa en una herida que no era consciente de haber recibido (y no se equivocaba pues no la había, siendo esta realmente la sangre de Räg) le arrebató parte del aire que le quedaba. Se mareó tanto que perdió fuerza y su boca se secó como si llevara todo un día sin beber agua. Tendría que haber cerrado los ojos en ese momento, permitirse ni que sea un respiro, pero entre las voces y el shock ni a eso le atendía el cuerpo. Se atrevió a palparse el brazo de codo a hombro, pasando por la mejilla donde también notaba la humedad, en toques superficiales, temerosos, incluso si no dolía para nada. Los bordes de su vista se volvieron tan blancos que supo aún sin haberlo experimentado nunca que estaba al borde del desmayo. Menos mal que ya estaba en el suelo. De manera más inconsciente que consciente se apoyó en la espalda de Connor, de forma tan anecdótica que más bien parecería que le estaba ayudado a quedar sentado.

No te mueras —exclamó en un hilo de voz—. Me debes un puto favor, ¿no? pues- no te mueras.

Oyó los pasos de los demás, la voz de Airi apremiando o el peso de Ethan bajando a un lado, pero apenas pudo alzar el rostro. Se alegraba de que estuvieran bien pero primero necesitaba saber que Connor y él también lo estaban. Recuperar la respiración y si es que lo lograba, quitarse el recuerdo carmesí de las pupilas. Era difícil con las palmas tan manchadas. Al menos estar juntos le permitía ser débil.

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♪♫♬:
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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03/06/24, 01:36 pm
Los segundos pasaban extremadamente lentos para el neoyorquino. En sus oídos solo sonaban los gritos cada vez más apagados y lejanos de Sutileza y el batir de las alas del monstruo que se lo había llevado. Por más que intentara mantener firme la espada, el terror de que esa cosa volviera en cualquier momento por la galería para cobrarse alguna víctima más le hacía temblar la mano. Si la superficie ya era un lugar jodido, bajo tierra la ciudad estaba resultando una de las peores pesadillas imaginables. Tenían algunas armas, ¿pero podrían hacer algo contra eso o lo que fuera que todavía podía acecharles de camino a la salida?

A la vez que los últimos sonidos del pájaro se esfumaban en la oscuridad, los gritos de sus compañeros fueron ganando fuerza y le hicieron volver al presente. Aún quedaba el oso jabalí y... ¿qué pasaba con Connor? Rick se volvió con tensión, tanto de esa nueva tanda como la acumulada por todo lo ocurrido en esa sala, y avanzó tan rápido como pudo por el camino por el que ya habían pasado Ethan y los niños. -(Por favor, que no esté muerto)- deseó mientras se iba mentalizando de que tal vez tuviera que usar su arma contra la bestia. Tal vez "solo" había sido una herida y el canadiense seguía en pie, ¿no? Joder, ni aunque quisiera ponerse en el mejor de los casos conseguía tranquilizarse, tenía que darse prisa antes de que nadie más estuviera en peligro.

Para cuando el chico llegó junto al resto del grupo, el principio de la escena ya había ocurrido, pero estaba justo para las primeras consecuencias. Vio el asqueroso corte que tenía el monstruo en el cuello y cómo escapaba por la galería por la que había llegado Sutileza, vio los ánimos que el británico le daba al polaco, no tardando en unir los puntos. No podía negar que había sido toda una proeza por parte de Aniol pero, ¿había sido parte del "juego" o había sido su instinto para defender a sus compañeros? En cualquier caso volvía a sentir que había algo mal en todo aquello, pero ahora mismo no podía centrarse en aquello. Porque también vio al resto de sus compañeros, ahora a salvo del monstruo, y a Connor en el suelo.

-(Oh no)- Rick se acercó preocupado para ver mejor cómo se encontraba el motero y el resto del otro grupo. Dejó un poco de distancia para no agobiarle mientras algunos de sus compañeros que ya se estaban poniendo cerca de él, pero desde ahí pudo fijarse bien en el zarpazo que se había llevado. -Joder- dejó salir con una mezcla entre miedo por el tamaño de los cortes y alivio de que "solo" hubiera sido eso. No pudo evitar mirar por unos instantes hacia Ethan, con una seriedad que aunque se mimetizaba con la preocupación por todos, en su interior había cierto enfado. Tenían suerte de que Connor siguiera vivo, ¿pero y si hubieran actuado antes? ¿Podrían haber evitado eso? ¿O acaso si hubieran tardado más... habría acabado peor? De nuevo, todas sus dudas internas tendrían que esperar cuando había otras prioridades.

-Más o menos- contestó escueto por el cansancio al motero. Desde luego habían tenido suerte de no llevarse ninguna herida más después de la caída y ya les contarían luego sobre el colgante y lo demás que habían encontrado. -¿Y vosotros? ¿Os ha hecho algo más esa cosa?- preguntó luego pasando la vista por Nohlem, Airi y, en especial, Räg. Ahora que podía ver bien los horrores que se habían llevado de la trampa, le preocupaba más aún las manchas rojas en la cara del mjörní. Joder, cuanto se alegraba de que estuvieran todos juntos de nuevo aunque no estuvieran ni sanos ni a salvo.

Le sanaí se adelantó con lo que estaba pensando que sería la mejor idea, asintiendo a sus palabras. -Sí, no nos conviene estar más tiempo aquí abajo- se sumó intentando no pensar en cuánto podría tardar el murciélago gigante en ir a buscarles. Con todas las heridas que llevaban encima, confiaba en que Connor pudiera seguir adelante igual que el resto. Tampoco es que tuvieran ninguna forma de curar a todos hasta llegar al refugio ahora que el colgante se había quedado sin magia, por desgracia. Rick esperaría a que estuvieran listos, aunque por su lenguaje corporal y las miradas que echaba de vez en cuando a las galerías quedaba claro que no quería pasar mucho tiempo allí. Iba a ser todo un milagro si conseguían salir vivos a la superficie, mejor no tentar a la suerte.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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03/06/24, 09:45 pm
La mano de Ethan sobre su hombro se sentía bien, funcionaba como un respaldo a su propio miedo y tranquilizaba los ánimos de la joven Elsa en ciernes. Cuando derribó a la bestia con un giro de muñeca y toda la fuerza de voluntad reunida en un solo hechizo también se sintió bien. El desplome de la criatura unos metros más allá no le perturbó tanto como habría cabido esperar pues lo que más primó dentro de su estómago fue una vibración extraña a la cual rechazó nada más recibir su embarcación ígnea y poco infantil.

Ahora era poderoso. Apenas un eco pretencioso que no casaba nada al rebotar dentro de una mente de su edad. Sin embargo no le hizo falta disfrazarse de júbilo porque la emoción le sobrevino con una intensidad tan real que parecía que iba a salir flotando de un momento a otro.

¡SOY! ¡LO SOY! ¡SOY LA MEJOR PRINCESA! —Aniol devolvió el abrazo contenido al medio japonés con mucho cuidado de no hacerle daño. Las lágrimas brotaban de sus mejillas casi sin razón aparente y sus dedos regordetes —hace unos segundos ejecutores— se aferraron a la mano buena del chico justo antes de comprobar que la atención de su angelito de la guarda se desviaba hacia quien más lo merecía en ese momento.

Durante unos instantes los había olvidado. El corazón del polaco se desbocó hasta que llegó al segundo grupo reunido entorno al motero y fue entonces cuando la bajada de adrenalina comenzó a luchar con los ánimos que poseía por haber salvado la situación.

¡Elfito! —abrazó a Nohlem por el lado carente de sangre y ahogó algún gemido de emoción y lamento contra lo que quedara de sus ropajes—. Yu... —los ojos color miel del niño no se despegaban del pecho del canadiense, así como también bailaban sobre la broma escarlata en la que se había convertido Räg—. Pensaba que iba a morir... pensaba que todos íbamos a morir y... ¿Lo habéis visto? He sido yo... —de nuevo un tono de voz demasiado agitado para la situación, uno exaltado y propio de un crío que no entiende que el horno no está para bollos—. ¡Lo he conseguido! Ahora... tenemos que salir de aquí... algo se ha llevado a Sutileza y creo que... Connor tiene que salir de aquí... yo...

Doblegó el temblor de su voz, solo para separarse y apretujar a Airi con delicadeza. Todos estaban tan mal... empezando por Rick y el propio Ethan. Quizá tuviera que añadir un nombre más a esa lista porque de repente percibía como las fuerzas le iban abandonando a la par que volvía a comprender la cantidad de metros de tierra que coronaba sus cabezas.

Así que tiró de la cadena, esforzándose en esgrimir murallas en pos de detener aquella marea negra que amenazaba con ahogarle.

¡CUalquier Otra COSA Y LE HAGO PIUM Y ZAS! y CAE AL suelo en redondo... ¿Verdad Damian? Ahora ya sé por qué te gusta jugar tanto a Rambo... ¿Verdad? ¿ConnoorRR? —se arrodilló junto a él, la expresión entre distante y a punto de hacer pucheros. Buscaba su aprobación con insistencia. Su energía rimbombante le impidió ver el trozo de pezón colgando.

Puede que necesitara un exorcismo de Elsa.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

04/06/24, 05:50 pm
Quizás su mejor amigo tuviese en su poder un arma poderosa e inalcanzable, normal que pudo escuchar tanto a él como a Ethan celebrando el logro. No era para menos, tener aquello tendría a cualquiera sintiéndose poderoso, capaz de cualquier cosa. Damian, lejos de la euforia inicial, se sintió rebasado por todo al ver que cuando Connor se fue incorporando, cuatro lineas feas, rojas y desagradables adornaban su pecho y se extendían mucho.

Mnh… —se quejó con molestia para sí y encogió los labios, nervioso por ver algo así de gráfico en la piel de su amigo mayor.

Connor era un tío duro pero eso… pintaba feo y más sabiendo a lo que se estuvo enfrentando por el resto. La camiseta reventada, el rojo que la teñía, todo era tan malo… ¿Por qué todo en ese día era tan puta mierda para él y para sus amigos? Tensó los párpados, quería dejar de ver los estragos en su piel y miró a Nohlem. Su reacción al pelirrosa le hizo temer y lo que andaba diciendo en voz baja, apretando su puño mucho mientras observaba a su amigo abrazar a Nohlem en una vorágine de preocupación.

Estamos bien… Yo me-me he recuperado del brazo con un adorno muy raro y mágico —respondió a Connor, exhibiendo su brazo extendido y una leve sonrisa claramente forzada para ser de él, empapada de tensión.

Todo tenía que ser magia, ¿no?

Admiraba a su amigo, claro que era una confianza ciega en él incluso después de aquella tonta pelea que tuvieron. El poder que brotaba de sus dedos era entretenido, guay, incluso lo usaban para jugar… Pero tenerlos y no tenerlos era una gran diferencia, mirando el enorme abismo que tenía entre sí mismo y polaco. Salvó a Connor, si no fuese por él… dormiría para siempre. Joder, ¿por qué tenia que ser tan genial y poderoso y él un matao que de milagro no vuelve con el brazo hecho un boomerang?

Las palabras de Aniol, aunque exentas de malas vibras y llenas de emoción, en Damian estaban sobre su pecho, pesadas. Exhibía logros con energía, hasta él mismo hubiese tenido esa misma reacción logrando cosas así. Sin embargo jugaban a niveles distintos, bajando su arma y quitándose el cinto de la cabeza porque no sabía si siquiera los llegó a portar. Enfrente suyo, no obstante, había otro que sí llevaba las riendas del juego.

¡Es...! Es la ostia lo que has hecho tío, has dejado tieso de una a-a un bicho así de tocho. Yo le metí… balazos —tan solo eso, pedradas que poco o nada hicieron con el pájaro de mierda y se paralizó delante de otro animal que era un peligro.

Tragó una pelota amarga, al fin y al cabo se escudó en que su mejor colega había salvado a sus amigos y, joder, estaba feliz por ello y tremendamente agradecido, aunque se haya quitado de momento la máscara de Rambo.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

Subterráneos - Página 30 Empty Re: Subterráneos

06/06/24, 10:09 am
Dolor. Lacerante. Desgarrador. Connor lo sentía por todo su torso, como si le hubieran prendido fuego desde el abdomen hasta el pecho. Uno que solo le sacaba gruñidos, sudores y palabras a medio formar. Intentó ponerse en pie una vez más, pero le resultó del todo imposible y cayó de culo contra el suelo. Dónde se quedó sentado como buenamente pudo y jadeando de esfuerzo, con las manos apoyadas para no desplomarse. Y por supuesto jadeó de dolor. Ese jodidamente lacerante y desgarrador. La calma había llegado lentamente como un pequeño velero tras una noche tormentosa, pero el corazón de Connor bombeaba con una fuerza impropia de un cuerpo tan débil. Le pedía moverse, salir de allí y ya luego lamerse las putas heridas. Pero ésta vez no se trataba de los cortes de un rastrillo o una navaja. Era como si esa puta zarpa de monstruo se hubiera llevado todas sus fuerzas consigo. La voz de Nohlem le hizo salir de sus lamentaciones y trajo consigo el puñetero miedo. "No te mueras" dijo con una voz que parecía prometer a todas luces que justamente eso iba a ocurrir. Y fueron esas palabras las que le devolvieron a la puñetera realidad, porque... ¿De verdad estaba bien?

-¿Qué?- Musitó entredientes mientras ésta vez sí se obligaba a mirar sus heridas.- Joder...- Gruñó con una mueca de dolor en cuanto vio el resultado de aquella pelea. No eran cortes, ni de puta coña. Cuatro desgarros cruzaban su torso, desde parte del abdomen hasta el pecho. Cuatro desgarros que surcaban su piel como si fuera jodido papel, dejando en varias zonas trozos de carne colgante e inútil. Connor alzó la vista rápidamente con un miedo claro y revelador azotando su cuerpo, sus ojos sin enfocarse en ningún lugar concreto. -Que estoy bien, cabronazo... No sé cuántas veces tengo que repetirlo, coño...-Gruñó dolorido con una sonrisa de lado, que lejos de mostrarle despreocupado y tranquilo se veía que solo intentaba convencerse así mismo. Sin demasiado éxito. Cuando sintió el apoyo de Nohlem en su espalda, Connor se inclinó hacia atrás para quedar en parte apoyado en él. Estaba tan jodidamente cansado de intentar no desplomarse de nuevo... Cerró los ojos unos segundos con una mueca cuando otro fuego intenso recorrió su cuerpo.- Te lo digo en serio, joder... Que estoy...- Sus gruñidos doloridos fueron cortados en seco por las palabras pronunciadas por Nohlem: "Me debes un puto favor, ¿no? pues- no te mueras..." Connor se quedó en silencio, con los ojos abiertos de más y una mano cerrada en un puño. ¿Iba a morir? Sus ojos se desviaron otra vez hacia su pecho sangrante y rojo. No sentía que hubieran roto costillas o perforado pulmones pero... <<Yasser no sintió una mierda cuando le reventaron el estómago a balazos...>> Le dijo una voz que era la suya en realidad, agonizante y lastimera. Su puño cerrado se abrió para buscar la pierna de Nohlem, y se la apretó con fuerza durante unos segundos con un intento de sonrisa.- Eso cuenta... como un puto favor... Que lo sepas, puto gili...- Sus palabras quedaron cortadas por otro gruñido dolorido.

El resto de sus compañeros empezaron a acercarse, y Connor los miró con ojos dispersos y aturdidos uno a uno. La cojera de Rick, el anormal hueco en el hombro de Ethan, el júbilo de Aniol y el brazo de... ¿Damian? Recordaba haberlo visto doblado como si fuera de jodida gomaespuma pero ahora... El italiano no tardó en explicar que era gracias a un colgante... Pero Connor no tardó en perder el hilo de aquello cuando gruñó de dolor otra vez. Antes de que la palabras de sus amigos ahogaran cualquier poca creencia que pudiera tener de que estaba bien. Ethan se acercó a él con esa misma puta mirada en los ojos y esa voz preocupada, mientras Rick murmuraba un insulto por lo bajo... Joder, empezaba casi a sentir que iba a ser su puta tumba aquella cueva. Bufó con sorna mirando a Ethan e intentó incorporarse para demostrarle (y demostrarse) que estaba bien. Su cuerpo cedió de nuevo ante las llamas del dolor y cayó de nuevo contra Nohlem. Con cada movimiento sentía la carne desgarrada.

-No es la primera vez que me rajan... ¿vale? Dame cinco minutos y me levanto por mis...- Salió un quejido de dolor que cortó aquel intento de frase orgullosa-.... putos cojones...- Terminó de decir con el rostro algo compungido mientras miraba a Ethan. Sabiendo que pronto iba a empezar a pensar en cómo curarle a pesar de la puta lesión que él mismo tenía en el hombro.- Ten cuidado... con el puto chaleco, por favor...- Murmuró al ver, con el mismo pesar que por su cuerpo, aquel cuero destrozado. Luego su atención se desvió hacia Aniol y aquella euforia que sentía propia de un crío. Sus palabras le abrumaron enseguida, muy lejos del estado anímico en el que se encontraba Connor. Pero no fue hasta que el polaco se dirigió expresamente a él que el motero empezó a entender lo que había ocurrido. Sus ojos se abrieron de la sorpresa y buscó los de Ethan, Rick y Damian. Casi pidiendo que le confirmaran si aquello era verdad. Aniol había matado a ese monstruo. Aniol le había salvado la vida.

Miró al niño y su expresión distante y con pucheros, buscando su aprobación a sus palabras. Connor bajó la mirada al suelo un segundo, casi digiriendo toda aquella información. Aquel niño que creía en la puta Navidad como el que más acababa de degollarle el jodido cuello a una mezcla entre oso y jabalí... Y lo había hecho por él... Poco a poco, su rostro dolorido pasó a una expresión bien distinta. Una ligera sonrisa adornó sus labios a medio camino entre el agradecimiento y el puto orgullo por ver de lo que era capaz Aniol. Su mano se posó en su hombro y tiró de él con suavidad pero firmeza, hasta que pudo darle un pobre intento de abrazo a Aniol. Procurando no tocarle con las heridas pero sí que apoyara su cabeza en su hombro, donde no sangraba. No había lágrimas en los ojos del motero, pero sentía un leve aprieto en su garganta que hacía años que no sentía.

-Si, Aniol... "Pium" y "Zas"...- Murmuró con la primera carcajada tras todo aquello, una risa débil y que se acortó rápido debido al dolor. Luego su mirada se puso de nuevo más seria, con la vista perdida en el camino por donde se había ido el monstruo y había muerto. -Gracias, cabroncete... Terminó por asentir a las palabras de Airi. No podían tardar mucho más en esa puta cueva.
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