Irraria
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Irraria
23/07/13, 04:38 pm
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Irraria
Portal situado en un bosque en el ecuador del continente, cercano a la ciudad de Ío.
Portal situado en un bosque en el ecuador del continente, cercano a la ciudad de Ío.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Irraria
18/11/13, 08:52 pm
—Bien, un momento, ahora le llamo…
El dependiente trasteó con su ordenador holográfico hasta llegar a la agenda de contactos. Pulsó encima de la fotografía de su hijo quien tardó unos instantes en descolgar la videollamada y un niño de unos ocho años apareció en la pantalla. Tras él se podía ver un comedor y se escuchaban las voces de fondo de cientos de jóvenes irrenses, además del sonido de los cubiertos y los platos.
—Papá, ¿no te acuerdas qué es la hora de cenar? —respondió el niño al otro lado con la boca llena justo antes de tragar—. En el colegio siempre dicen que les digamos a nuestros padres que no llamen a estas horas…
—¡Hola, Marem! Sí, lo sé, pero es importante… Seguro que en el colegio no te ponen pegas cuándo lo cuentes —el tono de voz de Remiro se había tornado mucho más amable cuando hablaba con su hijo que cuando se había dirigido a Pablo—. Mira quién ha venido a ver a papá, te vas a sorprender.
El irrense dirigó la cámara de su ordenador hacia el vampiro y le hizo un gesto con la cabeza para que se pusiese frente a la pantalla.
—¿Quién es…? ¡WOOOOO! ¿Eres de Rocavarancolia? ¿Sí, verdad?
El niño ya había visto la libreta que era Tap revoloteando por ahí y sus ojos marrones brillaban con evidente emoción.
—¡Lerina, Merror! ¡Tenéis que ver esto! ¡Hay un rocavarancolés en la tienda de mi padre!
Marem se había girado unos instantes para llamar a sus amigos antes de volver a mirar hacia su pantalla donde aparecía Pablo en primer plano.
—¿Harás magia? —preguntó una niña que aparentaba la misma edad que el hijo del dependiente haciéndose un hueco para dejarse ver ante la cámara.
El dependiente trasteó con su ordenador holográfico hasta llegar a la agenda de contactos. Pulsó encima de la fotografía de su hijo quien tardó unos instantes en descolgar la videollamada y un niño de unos ocho años apareció en la pantalla. Tras él se podía ver un comedor y se escuchaban las voces de fondo de cientos de jóvenes irrenses, además del sonido de los cubiertos y los platos.
—Papá, ¿no te acuerdas qué es la hora de cenar? —respondió el niño al otro lado con la boca llena justo antes de tragar—. En el colegio siempre dicen que les digamos a nuestros padres que no llamen a estas horas…
—¡Hola, Marem! Sí, lo sé, pero es importante… Seguro que en el colegio no te ponen pegas cuándo lo cuentes —el tono de voz de Remiro se había tornado mucho más amable cuando hablaba con su hijo que cuando se había dirigido a Pablo—. Mira quién ha venido a ver a papá, te vas a sorprender.
El irrense dirigó la cámara de su ordenador hacia el vampiro y le hizo un gesto con la cabeza para que se pusiese frente a la pantalla.
—¿Quién es…? ¡WOOOOO! ¿Eres de Rocavarancolia? ¿Sí, verdad?
El niño ya había visto la libreta que era Tap revoloteando por ahí y sus ojos marrones brillaban con evidente emoción.
—¡Lerina, Merror! ¡Tenéis que ver esto! ¡Hay un rocavarancolés en la tienda de mi padre!
Marem se había girado unos instantes para llamar a sus amigos antes de volver a mirar hacia su pantalla donde aparecía Pablo en primer plano.
—¿Harás magia? —preguntó una niña que aparentaba la misma edad que el hijo del dependiente haciéndose un hueco para dejarse ver ante la cámara.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Irraria
19/11/13, 12:04 am
Mientras el dependiente estaba ocupado realizando la llamada volví a desactivar el colgante para hablar con Tap. -Tengo una idea, pero necesitaré bastante magia, cuando veas que lanzo algún hechizo haz la transferencia.-
Volví a encender el colgante a tiempo para el inicio de la llamada. Me aseguré de recordar el nombre del hijo, así como el de cualquiera que se mencionara de ahora en adelante. No causaría el mismo impacto si empezaba a preguntar cosas.
-Saludos Marem. Soy Valek Kel, y efectivamente vengo de Rocavarancolia- Paré un segundo al ver que se giraba a llamar a algún compañero mientras memorizaba los nombres una vez más. -Saludos a ti también Lerina. y sí, para eso estoy aquí. Esperemos un segundo a que vuestro compañero Merror se nos una-
Aprovechando esa espera le pedí al dependiente un pedazo de metal. -No importa su calidad. Cualquier trozo de chatarra servirá, solo tiene que ser metálico-
El irrense aceptó, y tuve un fragmento oxidado en mis manos justo a tiempo para ver aparecer al niño que faltaba por la pantalla. Tras saludarle por su nombre a él también les mostré el trozo.
-He aquí un vulgar pedazo de metal oxidado. Decidme, ¿Os parece bonito?- Como esperaba los tres niños negaron con la cabeza. -Eso es porque le falta un ingrediente: magia. Pues lo mejor de la magia es que puede transformar las cosas más feas en verdaderas bellezas- “Lástima que también sirva para hacerlo al revés”
Había llegado el momento. Tras tomar aire inicié el hechizo, haciendo levitar el metal. En cuanto sentí que Tap había añadido su magia pasé a utilizar el de moldeo, y así comenzó el espectáculo.
Ya que eran tres los niños, lo primero que hice fue separar el metal en tres partes, y una vez tuve las tres en posición comenzó lo más difícil.
Mantener a flote todos los trozos a la vez que los iba moldeando requería un montón de concentración, por lo que me vi obligado a ralentizar el proceso, o corría el riesgo de perder el control. Esos tres trozos fueron divididos a su vez en otros tres, a los que les di forma de aros, siendo nueve en total. Por último los junté en tres grupos de tres y, tras una ligera pausa, cada grupo se fusionó para formar una esfera de tres anillos. Las mantuve a flote, mientras seguía elaborando unos últimos hechizos que, aparentemente no hicieron nada al terminarlos, ya que los había preparado para que se activaran simultáneamente ante un sonido concreto.
-Hace un tiempo escuche una historia de lo más interesante. Narraba que, en algún lugar muy lejano, existía un pueblo cuya gente creía que el color de sus ojos definía sus vidas. También puede haber objetos mágicos cuyas propiedades varían según su color.- Mientras hablaba había hecho que las esferas comenzaran a girar describiendo círculos, e irían frenando poco a poco para quedarse quietas en cuanto acabara mi historia.
-¿Podríamos entonces suponer que si alguien tuviera uno de estos objetos, y que este fuera del mismo color que sus ojos, se pudiera crear un vínculo mágico entre el objeto y su dueño?- En el momento en el que terminé de hablar las tres esferas se detuvieron completamente, y chasqueé los dedos. Ese era el sonido para activar los últimos hechizos.
Al sonido del chasquido tres luces brillantes prendieron en el interior de las esferas, cada una coincidiendo con el color de ojos de uno de los tres niños, siendo así una marrón claro, otra marrón oscuro y la última dorada.
-¿Quién sabe? Pero no me podéis negar que los colores siguen siendo una forma magnífica para diferenciar tres objetos iguales, pues las tres esferas que veis aquí son vuestras, una para cada uno. Me encantaría entregároslas en persona, pero me temo que no me va a ser posible. Por ello Marem, se las daré a tu padre. Él te las dará a ti, y seras tú quien le de a tus compañeros las suyas-
Tras el espectáculo de magia prometido y las correspondientes despedidas, la videollamada llegó a su fin, y tras ello finalicé el hechizo de levitación para luego tenderle las esferas al dependiente.
Volví a encender el colgante a tiempo para el inicio de la llamada. Me aseguré de recordar el nombre del hijo, así como el de cualquiera que se mencionara de ahora en adelante. No causaría el mismo impacto si empezaba a preguntar cosas.
-Saludos Marem. Soy Valek Kel, y efectivamente vengo de Rocavarancolia- Paré un segundo al ver que se giraba a llamar a algún compañero mientras memorizaba los nombres una vez más. -Saludos a ti también Lerina. y sí, para eso estoy aquí. Esperemos un segundo a que vuestro compañero Merror se nos una-
Aprovechando esa espera le pedí al dependiente un pedazo de metal. -No importa su calidad. Cualquier trozo de chatarra servirá, solo tiene que ser metálico-
El irrense aceptó, y tuve un fragmento oxidado en mis manos justo a tiempo para ver aparecer al niño que faltaba por la pantalla. Tras saludarle por su nombre a él también les mostré el trozo.
-He aquí un vulgar pedazo de metal oxidado. Decidme, ¿Os parece bonito?- Como esperaba los tres niños negaron con la cabeza. -Eso es porque le falta un ingrediente: magia. Pues lo mejor de la magia es que puede transformar las cosas más feas en verdaderas bellezas- “Lástima que también sirva para hacerlo al revés”
Había llegado el momento. Tras tomar aire inicié el hechizo, haciendo levitar el metal. En cuanto sentí que Tap había añadido su magia pasé a utilizar el de moldeo, y así comenzó el espectáculo.
Ya que eran tres los niños, lo primero que hice fue separar el metal en tres partes, y una vez tuve las tres en posición comenzó lo más difícil.
Mantener a flote todos los trozos a la vez que los iba moldeando requería un montón de concentración, por lo que me vi obligado a ralentizar el proceso, o corría el riesgo de perder el control. Esos tres trozos fueron divididos a su vez en otros tres, a los que les di forma de aros, siendo nueve en total. Por último los junté en tres grupos de tres y, tras una ligera pausa, cada grupo se fusionó para formar una esfera de tres anillos. Las mantuve a flote, mientras seguía elaborando unos últimos hechizos que, aparentemente no hicieron nada al terminarlos, ya que los había preparado para que se activaran simultáneamente ante un sonido concreto.
-Hace un tiempo escuche una historia de lo más interesante. Narraba que, en algún lugar muy lejano, existía un pueblo cuya gente creía que el color de sus ojos definía sus vidas. También puede haber objetos mágicos cuyas propiedades varían según su color.- Mientras hablaba había hecho que las esferas comenzaran a girar describiendo círculos, e irían frenando poco a poco para quedarse quietas en cuanto acabara mi historia.
-¿Podríamos entonces suponer que si alguien tuviera uno de estos objetos, y que este fuera del mismo color que sus ojos, se pudiera crear un vínculo mágico entre el objeto y su dueño?- En el momento en el que terminé de hablar las tres esferas se detuvieron completamente, y chasqueé los dedos. Ese era el sonido para activar los últimos hechizos.
Al sonido del chasquido tres luces brillantes prendieron en el interior de las esferas, cada una coincidiendo con el color de ojos de uno de los tres niños, siendo así una marrón claro, otra marrón oscuro y la última dorada.
-¿Quién sabe? Pero no me podéis negar que los colores siguen siendo una forma magnífica para diferenciar tres objetos iguales, pues las tres esferas que veis aquí son vuestras, una para cada uno. Me encantaría entregároslas en persona, pero me temo que no me va a ser posible. Por ello Marem, se las daré a tu padre. Él te las dará a ti, y seras tú quien le de a tus compañeros las suyas-
Tras el espectáculo de magia prometido y las correspondientes despedidas, la videollamada llegó a su fin, y tras ello finalicé el hechizo de levitación para luego tenderle las esferas al dependiente.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Irraria
19/11/13, 03:05 am
Otro niño, ligeramente más bajito que los otros dos, se acercó rápidamente a la videollamada al escuchar al rocavarancolés decir su nombre. Los tres niños observaron atentamente los movimientos de Valek Kel con los ojos bien abiertos y prestaron igual atención a sus palabras.
Los tres intercambiaron exclamaciones y miradas de asombro ante el moldeado que realizó el vampiro con el trozo de metal. Lerina aplaudía entusiasmada y los dos niños pegaban saltitos mientras hablaban el uno con el otro de forma atropellada.
—¿Has visto eso, lo has visto? ¡Mi padre nos los traerá mañana!
—¡El año que viene nosotros también iremos a Rocavarancolia y podremos hacer eso!
—¡Sí, como Ippon! Yo le vi una vez, estaba en quinto curso.
—Yo sí que lo he visto, era amigo de la amiga de un amigo de mi hermana —afirmó muy orgullosa Lerina.
—¿Ah sí? Pues yo me crucé con Archime un día…
—Te lo estás inventando, me dijeron que nunca salía de su casa.
—No, pero cuando todavía estaba aquí.
—Pues… ¡pues yo tengo familiares en Resqiria así que pude ver al chico que cosecharon allí!
—Eso sí que te lo estás inventando, dicen que vivía en el campo así que no creo que lo vieras en Resqiria…
—Gracias, señor Valek Kel —se despidió la niña alegremente mientras los otros dos seguían discutiendo quién había visto más veces a los elegidos de la noche de la cosecha.
Cuando la videollamada se interrumió, Remiro sonreía. Recogió las esferas que le tendió Valek y las guardó bajo el mostrador.
—Se lo agradezco, ha hecho muy feliz a Merem. Aunque… ¿cree que el año que viene lo cosecharán? —su expresión se tornó preocupada un instante—. Bah, déjelo —añadió enseguida negando con la cabeza—. Aquí tiene lo que prometí.
El dependiente se había dedicado a reunir los metales que le iba a ofrecer al rocavarancolés a cambio de su espectáculo mientras duró la videollamada y los introdujo en una pequeña caja metálica con asa para dárselos al vampiro.
—No le puedo dar más o me arruinaré, sin embargo si se dirige hacia…
Remiro le proporcionó indicaciones sobre otro proveedor que comerciaba unas galerías más allá y se despidió mientras sus manos jugueteaban con el artilugio mágico que le había dado para Merem.
Los tres intercambiaron exclamaciones y miradas de asombro ante el moldeado que realizó el vampiro con el trozo de metal. Lerina aplaudía entusiasmada y los dos niños pegaban saltitos mientras hablaban el uno con el otro de forma atropellada.
—¿Has visto eso, lo has visto? ¡Mi padre nos los traerá mañana!
—¡El año que viene nosotros también iremos a Rocavarancolia y podremos hacer eso!
—¡Sí, como Ippon! Yo le vi una vez, estaba en quinto curso.
—Yo sí que lo he visto, era amigo de la amiga de un amigo de mi hermana —afirmó muy orgullosa Lerina.
—¿Ah sí? Pues yo me crucé con Archime un día…
—Te lo estás inventando, me dijeron que nunca salía de su casa.
—No, pero cuando todavía estaba aquí.
—Pues… ¡pues yo tengo familiares en Resqiria así que pude ver al chico que cosecharon allí!
—Eso sí que te lo estás inventando, dicen que vivía en el campo así que no creo que lo vieras en Resqiria…
—Gracias, señor Valek Kel —se despidió la niña alegremente mientras los otros dos seguían discutiendo quién había visto más veces a los elegidos de la noche de la cosecha.
Cuando la videollamada se interrumió, Remiro sonreía. Recogió las esferas que le tendió Valek y las guardó bajo el mostrador.
—Se lo agradezco, ha hecho muy feliz a Merem. Aunque… ¿cree que el año que viene lo cosecharán? —su expresión se tornó preocupada un instante—. Bah, déjelo —añadió enseguida negando con la cabeza—. Aquí tiene lo que prometí.
El dependiente se había dedicado a reunir los metales que le iba a ofrecer al rocavarancolés a cambio de su espectáculo mientras duró la videollamada y los introdujo en una pequeña caja metálica con asa para dárselos al vampiro.
—No le puedo dar más o me arruinaré, sin embargo si se dirige hacia…
Remiro le proporcionó indicaciones sobre otro proveedor que comerciaba unas galerías más allá y se despidió mientras sus manos jugueteaban con el artilugio mágico que le había dado para Merem.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Irraria
19/11/13, 03:53 am
Cuando el metalero entregó los materiales a Pablo, la actitud de la libreta cambió por completo. Se cerró de golpe frente a la cara de uno de los irrenses, escupiéndole una bocanada de aire con olor a tinta y hojas viejas, y se lanzó en picado hasta la mochila. Siguieron las indicaciones del hombre y no tardaron demasiado en conseguir el resto de materiales.
Antes de salir de la ciudad, Tap convenció al vampiro de que le ayudara a buscar una "peluchería" antes de irse. Desde que su conejo había sido chamuscado por RR, Tap no había vuelto a meterse en nada con extremidades y hasta que su cuerpo estuviera listo, le valdrían. Además así hacía más sencillo que Pablo no asociara su trabajo con la creación de un cuerpo en condiciones. Como era de esperar, los irrenses no dieron muchos problemas y el poltergeist volvió al bosque nevado con la mochila más cargada de la cuenta, eso sí, le había quedado claro que la especie prefería otro tipo de juguetes. A todas sus pertenencias se había sumado un peluche de tarántula que hacía sonidos raros si la apretaban, otro de un pajarillo blanco y lo que Tap decidió llamar "muñeco de gigante pequeño articulado y con lianas bajo la carcasa"; se trataba de un robot de juguete, las lianas eran los cables.
El resto del camino hasta el portal lo hizo sumido en un silencio escrito, fruto de lo imposible que era sacar la libreta de la mochila de lo petada que estaba.
Antes de salir de la ciudad, Tap convenció al vampiro de que le ayudara a buscar una "peluchería" antes de irse. Desde que su conejo había sido chamuscado por RR, Tap no había vuelto a meterse en nada con extremidades y hasta que su cuerpo estuviera listo, le valdrían. Además así hacía más sencillo que Pablo no asociara su trabajo con la creación de un cuerpo en condiciones. Como era de esperar, los irrenses no dieron muchos problemas y el poltergeist volvió al bosque nevado con la mochila más cargada de la cuenta, eso sí, le había quedado claro que la especie prefería otro tipo de juguetes. A todas sus pertenencias se había sumado un peluche de tarántula que hacía sonidos raros si la apretaban, otro de un pajarillo blanco y lo que Tap decidió llamar "muñeco de gigante pequeño articulado y con lianas bajo la carcasa"; se trataba de un robot de juguete, las lianas eran los cables.
El resto del camino hasta el portal lo hizo sumido en un silencio escrito, fruto de lo imposible que era sacar la libreta de la mochila de lo petada que estaba.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Irraria
22/11/13, 09:19 pm
Tras recibir lo que nos había prometido nos marchamos, aunque tampoco quedaba otra ya que la rápida retirada de la libreta no dejaba espacio para otra cosa.
Aun nos faltaba parte, pero gracias a las indicaciones del dependiente no tardamos en conseguir los materiales que quedaban.
Tuve que armarme de paciencia para no mandar a Tap a tomar viento más de una vez, y al final acabe por ceder a lo de conseguirle un peluche, aunque ese “uno” acabó por convertirse en “un montón” ya que por supuesto no podía conformarse solo con uno. Por suerte no llevó demasiado tiempo, y pronto salimos rumbo al portal.
Ahora que tenía metales en condiciones podría fabricar muchos de los proyectos que había dejado parados, y como regalo de despedida había dejado un par de runas explosivas dentro de la caja metálica en la que iban los metales. Ya las disfrutaría en la sede, porque la guerra que teníamos no había acabado ni de lejos.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
Aun nos faltaba parte, pero gracias a las indicaciones del dependiente no tardamos en conseguir los materiales que quedaban.
Tuve que armarme de paciencia para no mandar a Tap a tomar viento más de una vez, y al final acabe por ceder a lo de conseguirle un peluche, aunque ese “uno” acabó por convertirse en “un montón” ya que por supuesto no podía conformarse solo con uno. Por suerte no llevó demasiado tiempo, y pronto salimos rumbo al portal.
Ahora que tenía metales en condiciones podría fabricar muchos de los proyectos que había dejado parados, y como regalo de despedida había dejado un par de runas explosivas dentro de la caja metálica en la que iban los metales. Ya las disfrutaría en la sede, porque la guerra que teníamos no había acabado ni de lejos.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Irraria
01/08/14, 05:22 pm
—Bueno, mientras no haya un pirado con una motosierra no hay problema — contestó a su referencia con una sonrisa antes de atravesar el portal. Lo primero que sintió al llegar fue frío. Había vivido toda su vida en Canadá, pero en el año que llevaba en la ciudad se había acostumbrado a un clima más cálido. Tuvo que lanzarse un hechizo térmico sobre sí misma debido al frío antes de siquiera poder mirar a su alrededor. Era mucho más bonito de lo que imaginaba. El bosque en el que habían aparecido, el cielo...todo le resultaba sacado de un sueño. «Nieve... Hacía mucho que no la veía...», pensó, mirándo al suelo fijamente unos segundos antes de ocurrirsele una idea. —Eh, Enredo —llemó su atención antes de tirarle una bola de nieve con una sonrisa en la cara.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Irraria
01/08/14, 06:01 pm
Lo primero que hago al llegar es usar un hechizo térmico a mi alrededor para no morir por hipotermia.
-Que blanco es todo - dije mirando alrededor embebiéndome de la blancura de la nieve del suelo y de la que caía en forma de copos tranquilamente. Al oír mi nombre me giro y una bola de nieve impacta en mi cara, por suerte no me hace daño, solo la sorpresa.- Muy maduro Yttria, mucho, en serio - pero aunque parecía calmado ya estaba elaborando una venganza hacia la bruja. Con las manos ocultas y susurrando para que no se diese cuenta empecé a levitar nieve dejándola fuera de su vista, si quería nieve se la iba a dar.
Sin darle mucha importancia a lo que acababa de pasar la distraje con un poco de charla banal.
-Oye Yttria, sigues llevando gafas - le comenté como de casualidad.- ¿Estarías dispuesta a que te arreglase la vista? Puedo hacerlo - me ofrecí.
Antes de que pudiese contestar situé la nieve encima suya y cesé la levitación. Nieve suficiente para cubrirla con ella.
-Cada uno tenemos lo que nos merecemos - y riendo escapé de ella corriendo.
-Que blanco es todo - dije mirando alrededor embebiéndome de la blancura de la nieve del suelo y de la que caía en forma de copos tranquilamente. Al oír mi nombre me giro y una bola de nieve impacta en mi cara, por suerte no me hace daño, solo la sorpresa.- Muy maduro Yttria, mucho, en serio - pero aunque parecía calmado ya estaba elaborando una venganza hacia la bruja. Con las manos ocultas y susurrando para que no se diese cuenta empecé a levitar nieve dejándola fuera de su vista, si quería nieve se la iba a dar.
Sin darle mucha importancia a lo que acababa de pasar la distraje con un poco de charla banal.
-Oye Yttria, sigues llevando gafas - le comenté como de casualidad.- ¿Estarías dispuesta a que te arreglase la vista? Puedo hacerlo - me ofrecí.
Antes de que pudiese contestar situé la nieve encima suya y cesé la levitación. Nieve suficiente para cubrirla con ella.
-Cada uno tenemos lo que nos merecemos - y riendo escapé de ella corriendo.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Irraria
13/08/14, 01:19 pm
No pudo evitar reírse al ver como el proyectil impactaba en la cara de Enredo. No creía tener tan buena puntería, por lo que la broma había sido aún mejor de lo que esperaba. —¿A que sí? —respondió ante su comentario con un amplia sonrisa. Se detuvo unos segundos más a mirar a su alrededor, mientras el brujo hablaba. Había leído bastante sobre el mundo, pero no se comparaba con la realidad «Lo que daría por poder ver Ío». Al oír la pregunta de su amigo volvió a clavar sus ojos en los de él. —¡Claro! Será mas cómodo. Además, con lo distraída que so...—la nieve cayendo sobre su cabeza le corto a media frase. Sintió como la nieve se fundía más rapido de lo normal gracias al hechizo térmico y en cuanto tuvo la libertad suficiente como para moverse, echó a correr detrás del brujo. —¡Maldito seas! ¡Y luego la inmadura soy yo! —le gritó, riéndose.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Irraria
18/08/14, 01:39 pm
Había cogido una buena distancia pero aún así pude oír el grito de la bruja que empezó a perseguirme. Corrí un poco más y luego me derrumbé sobre la nieve. Correr sobre la nieve cansaba más que hacerlo sobre empedrado o pavimento.
-Mi oferta iba en serio, pero lo de la nieve te lo merecías - comenté riendo.- De alguna forma te tenía que distraer para que no vieras lo que se te venía encima.
Estaba seguro de que Yttria se vengaría, sólo me quedaba esperar esa venganza.
-Mi oferta iba en serio, pero lo de la nieve te lo merecías - comenté riendo.- De alguna forma te tenía que distraer para que no vieras lo que se te venía encima.
Estaba seguro de que Yttria se vengaría, sólo me quedaba esperar esa venganza.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Irraria
14/09/14, 11:05 pm
La experiencia resultó tan interesante como, tal y como había advertido Saren, mareante. Tal vez los últimos resquicios de su miopía habían contribuido a aquel desorden visual que se desencadenó durante la travesía interplanetaria y que continuó todavía una vez se encontraron bajo el mortecino sol irrense. De todos modos, el biomecánico mantuvo el control del hechizo de levitación sin demasiado problema tras haber descendido dos metros en una fracción de segundo.
El ingeniero observó a su alrededor, entornando los ojos debido al deslumbre de la nieve que, a pesar de que esta había comenzado a derretirse, contrastaba con el perpetuo gris al que se había acostumbrado en la ciudad. La temperatura, ya que el deshielo se encontraba cerca, era más soportable que durante los meses más fríos, pero aun así esta se hallaba por debajo de cero grados. El irrense se había hecho con un abrigo en la Torre Serpentaria, pero sin su ropa térmica el frío conseguía traspasar su ropa y decidió aplicarse un hechizo térmico a la prenda exterior antes de comenzar a tiritar.
No sabía reconocer el terreno donde se encontraban en sí mismo, ya que aunque sabía que había bosques como aquel en los alrededores de la superficie de Ío, el hecho de vivir permanentemente bajo tierra imposibilitaba el distinguir un lugar de otro. No obstante, sabía que la entrada a la capital se hallaba cerca y tan solo debían guiarse por el mapa que llevaba el idrino.
—En las plazas de las principales ciudades se celebra la fiesta de la Cosecha, en la cual se reúnen todos los jóvenes en edad de ser cosechados —empezó a explicar a Saren sin más una vez ambos se encontraron en tierra firme—. Hasta hace siete meses tan solo se trataba de un resquicio de un pasado lejano, una tradición de algo que tuvo el suficiente impacto como para no ser completamente olvidado con el paso de los años, pero que parecía incluso irreal y que se había convertido en una mera excusa de celebración. Con total seguridad ahora la población irrense se encontrará revolucionada con la vuelta de Rocavarancolia. —En ese momento el índice del biomecánico orbitó sobre el puente de su nariz hasta que, al toparse con el mismo en lugar de con la curvatura metálica grabada en la memoria gestual, Archime retiró su mano mientras su rostro se contraía en una mueca casi imperceptible—. Debemos ser muy discretos por ello —concluyó finalmente mientras parpadeaba a ritmo de tic-tac—. Necesito bajar a Ío para acceder a mi taller, pero confío en que no me reconozcan.
Y acompañando a su última afirmación, Archime empujó la capucha de abrigo para colocarla sobre su cabeza, de modo que lo único que se vería de él era su rostro. Confiaba en que aquel tono levemente antinatural pasase totalmente desapercibido de aquella manera. Al fin y al cabo tampoco podía comunicarse con nadie para componer una excusa ya que el lenguaje irrense había sido completamente borrado de su cerebro.
El ingeniero observó a su alrededor, entornando los ojos debido al deslumbre de la nieve que, a pesar de que esta había comenzado a derretirse, contrastaba con el perpetuo gris al que se había acostumbrado en la ciudad. La temperatura, ya que el deshielo se encontraba cerca, era más soportable que durante los meses más fríos, pero aun así esta se hallaba por debajo de cero grados. El irrense se había hecho con un abrigo en la Torre Serpentaria, pero sin su ropa térmica el frío conseguía traspasar su ropa y decidió aplicarse un hechizo térmico a la prenda exterior antes de comenzar a tiritar.
No sabía reconocer el terreno donde se encontraban en sí mismo, ya que aunque sabía que había bosques como aquel en los alrededores de la superficie de Ío, el hecho de vivir permanentemente bajo tierra imposibilitaba el distinguir un lugar de otro. No obstante, sabía que la entrada a la capital se hallaba cerca y tan solo debían guiarse por el mapa que llevaba el idrino.
—En las plazas de las principales ciudades se celebra la fiesta de la Cosecha, en la cual se reúnen todos los jóvenes en edad de ser cosechados —empezó a explicar a Saren sin más una vez ambos se encontraron en tierra firme—. Hasta hace siete meses tan solo se trataba de un resquicio de un pasado lejano, una tradición de algo que tuvo el suficiente impacto como para no ser completamente olvidado con el paso de los años, pero que parecía incluso irreal y que se había convertido en una mera excusa de celebración. Con total seguridad ahora la población irrense se encontrará revolucionada con la vuelta de Rocavarancolia. —En ese momento el índice del biomecánico orbitó sobre el puente de su nariz hasta que, al toparse con el mismo en lugar de con la curvatura metálica grabada en la memoria gestual, Archime retiró su mano mientras su rostro se contraía en una mueca casi imperceptible—. Debemos ser muy discretos por ello —concluyó finalmente mientras parpadeaba a ritmo de tic-tac—. Necesito bajar a Ío para acceder a mi taller, pero confío en que no me reconozcan.
Y acompañando a su última afirmación, Archime empujó la capucha de abrigo para colocarla sobre su cabeza, de modo que lo único que se vería de él era su rostro. Confiaba en que aquel tono levemente antinatural pasase totalmente desapercibido de aquella manera. Al fin y al cabo tampoco podía comunicarse con nadie para componer una excusa ya que el lenguaje irrense había sido completamente borrado de su cerebro.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Irraria
20/09/14, 11:31 pm
Saren soltó al biomecánico en cuanto llegaron a Irraria y empezó a descender. No tardó en hundir sus botas en la nieve, y la sensación le trajo recuerdos de su vida en Idris. Hacía casi dos años que no tenía tanto frío, pero aun estaba acostumbrado, y escondiendo la cara tras su bufanda el selkie echó a andar junto a Archi, siguiendo las indicaciones del mapa que se había traído de Rocavarancolia.
El norteño prestó atención a las palabras del irrense acerca de la fiesta de la Cosecha, preguntándose si en Idris podrían tener una festividad similar de darse las circunstancias adecuadas. El chico lo dudaba, pues el factor de engaño que implicaba aquel proceso sería demasiado evidente para cualquier idrino, y en su opinión creía que el método actual, aunque ofensivo a corto plazo, era lo mejor.
—No te preocupes, si hay peligro de toparse con una multitud puedo modificar un poco tu aspecto con un hechizo de ilusión. No te reconocerá nadie —le tranquilizó, siguiendo su ejemplo y calándose la capucha.
Unos veinte minutos después, pues se entretuvieron mirando el mapa, los dos chicos se toparon con el recinto de invernaderos que se encontraba junto a la entrada de Ío. Lejos de ojos curiosos, el selkie detuvo al kairós y evaluó la situación. No les interesaba llamar la atención tan pronto, y era preferible superar el ascensor sin que nadie les viera. El mecanismo de bajada era visible en la distancia, pero había personas trabajando en los invernaderos, y si caminaban tranquilamente hasta allí alguien les descubriría.
—Voy a conjurar un hechizo de invisibilidad sobre los dos para poder bajar hasta la ciudad sin interrupciones, pero es bastante costoso, así que tenemos que darnos prisa —le informo.
Había aprendido aquel sortilégio a raíz de su paranoia particular de selkie, pero no lo empleaba con frecuencia debido a su enorme coste mágico y al esfuerzo que suponía llevarlo acabo. En cuanto los dos desaparecieron en el aire, el norteño tanteó con la mano hasta encontrar el brazo del novato y empezó a caminar hacia el ascensor.
—Es para no perderte por el camino, a fin de cuentas soy responsable de ti hasta que volvamos a Rocavarancolia —le explicó al irrense en voz baja—. En cuantos lleguemos a Ío te suelto —añadió con una sonrisa que su interlocutor no podría ver.
El norteño prestó atención a las palabras del irrense acerca de la fiesta de la Cosecha, preguntándose si en Idris podrían tener una festividad similar de darse las circunstancias adecuadas. El chico lo dudaba, pues el factor de engaño que implicaba aquel proceso sería demasiado evidente para cualquier idrino, y en su opinión creía que el método actual, aunque ofensivo a corto plazo, era lo mejor.
—No te preocupes, si hay peligro de toparse con una multitud puedo modificar un poco tu aspecto con un hechizo de ilusión. No te reconocerá nadie —le tranquilizó, siguiendo su ejemplo y calándose la capucha.
Unos veinte minutos después, pues se entretuvieron mirando el mapa, los dos chicos se toparon con el recinto de invernaderos que se encontraba junto a la entrada de Ío. Lejos de ojos curiosos, el selkie detuvo al kairós y evaluó la situación. No les interesaba llamar la atención tan pronto, y era preferible superar el ascensor sin que nadie les viera. El mecanismo de bajada era visible en la distancia, pero había personas trabajando en los invernaderos, y si caminaban tranquilamente hasta allí alguien les descubriría.
—Voy a conjurar un hechizo de invisibilidad sobre los dos para poder bajar hasta la ciudad sin interrupciones, pero es bastante costoso, así que tenemos que darnos prisa —le informo.
Había aprendido aquel sortilégio a raíz de su paranoia particular de selkie, pero no lo empleaba con frecuencia debido a su enorme coste mágico y al esfuerzo que suponía llevarlo acabo. En cuanto los dos desaparecieron en el aire, el norteño tanteó con la mano hasta encontrar el brazo del novato y empezó a caminar hacia el ascensor.
—Es para no perderte por el camino, a fin de cuentas soy responsable de ti hasta que volvamos a Rocavarancolia —le explicó al irrense en voz baja—. En cuantos lleguemos a Ío te suelto —añadió con una sonrisa que su interlocutor no podría ver.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Irraria
22/09/14, 02:08 pm
El kairós no objetó a ninguna de las resoluciones de Saren, aunque antes de que comenzasen a avanzar con el hechizo de invisibilidad ocultando su presencia detuvo al idrino con un breve aviso para proceder a conjurar un sortilegio insonorizador anclado alrededor de ambos. Se pusieron inmediatamente en marcha para evitar un gasto mágico innecesario al selkie y mientras se acercaban a los inveranderos Archime le explicó al idrino que de aquella forma no se oiría su avance sobre la nieve ni el ascensor mientras ellos estuviesen en su interior.
—¿Conoces algún hechizo que elimine nuestro rastro en la nieve? —inquirió al cabo de unos segundos cuando comenzaron a caminar. No se trataba de una precaución imprescindible, pero probablemente los trabajadores de la plantación más próxima a la entrada a la capital advertirían a las autoridades sobre aquel uso fantasmal del ascensor si dejaban la evidencia de su paso en forma de pisadas sobre el fenómeno meteorológico.
El biomecánico apenas dedicó una breve mirada al interior de los invernaderos cuando alcanzaron su posición y se dejó conducir por Saren hasta el ascensor de bajada a Ío. Una vez allí se aseguraron de que no hubiese nadie en las inmediaciones que pudiese detectar la manipulación del sistema y una vez se cerraron las puertas comenzaron su descenso a Ío. Archime le indicó al idrino mientras tanto hacia donde debían dirigirse para deshacer el hechizo de inivisbilidad, ya que los elevadores tenían cámaras de seguridad y prefería evitar cualquier acción que comportase alarma. Probablemente los irrenses asociarían el incidente a Rocavarancolia, pero se cuestionarían por qué unos rocavarancoleses se habían tenido que ocultar para visitar Irraria y el ingeniero prefería que su paso por su mundo fuese irreprochable en todos los aspectos.
Una vez salieron del ascensor, las caras sorprendidas de algunos irrenses que se encontraban cerca de la entrada a la capital los recibieron, cuando comprobaron que nadie salía del interior del elevador. Probablemente habrían comenzado a realizar conjeturas acerca de aquella anomalía, aunque con toda seguridad lo asociarían al comportamiento inadecuado de algún transeúnte que había pulsado el botón del ascensor sin tener intención de utilizarlo.
Por suerte para los rocavarancoleses las calles de la ciudad no se encontraban muy concurridas pues habían llegado en el momento en el que la mayoría de la población se encontraba en plena jornada laboral o escolar. Archime condujo a Saren a un punto cercano en el que sabía que no habría cámaras y buscaron un lugar apartado de miradas para que el idrino deshiciese el hechizo sobre ellos. El biomecánico, no obstante, mantuvo la insonorización activa por el momento.
—Si sabes realizar hechizos ilusorios tal vez deberías modificar tu rostro con rasgos irrenses. En cuanto alguien repare en tu aspecto se acercarán a ti para preguntarte acerca de Rocavarancolia y podría resultar sospechosa la incapacidad para comunicarte con ellos.
—¿Conoces algún hechizo que elimine nuestro rastro en la nieve? —inquirió al cabo de unos segundos cuando comenzaron a caminar. No se trataba de una precaución imprescindible, pero probablemente los trabajadores de la plantación más próxima a la entrada a la capital advertirían a las autoridades sobre aquel uso fantasmal del ascensor si dejaban la evidencia de su paso en forma de pisadas sobre el fenómeno meteorológico.
El biomecánico apenas dedicó una breve mirada al interior de los invernaderos cuando alcanzaron su posición y se dejó conducir por Saren hasta el ascensor de bajada a Ío. Una vez allí se aseguraron de que no hubiese nadie en las inmediaciones que pudiese detectar la manipulación del sistema y una vez se cerraron las puertas comenzaron su descenso a Ío. Archime le indicó al idrino mientras tanto hacia donde debían dirigirse para deshacer el hechizo de inivisbilidad, ya que los elevadores tenían cámaras de seguridad y prefería evitar cualquier acción que comportase alarma. Probablemente los irrenses asociarían el incidente a Rocavarancolia, pero se cuestionarían por qué unos rocavarancoleses se habían tenido que ocultar para visitar Irraria y el ingeniero prefería que su paso por su mundo fuese irreprochable en todos los aspectos.
Una vez salieron del ascensor, las caras sorprendidas de algunos irrenses que se encontraban cerca de la entrada a la capital los recibieron, cuando comprobaron que nadie salía del interior del elevador. Probablemente habrían comenzado a realizar conjeturas acerca de aquella anomalía, aunque con toda seguridad lo asociarían al comportamiento inadecuado de algún transeúnte que había pulsado el botón del ascensor sin tener intención de utilizarlo.
Por suerte para los rocavarancoleses las calles de la ciudad no se encontraban muy concurridas pues habían llegado en el momento en el que la mayoría de la población se encontraba en plena jornada laboral o escolar. Archime condujo a Saren a un punto cercano en el que sabía que no habría cámaras y buscaron un lugar apartado de miradas para que el idrino deshiciese el hechizo sobre ellos. El biomecánico, no obstante, mantuvo la insonorización activa por el momento.
—Si sabes realizar hechizos ilusorios tal vez deberías modificar tu rostro con rasgos irrenses. En cuanto alguien repare en tu aspecto se acercarán a ti para preguntarte acerca de Rocavarancolia y podría resultar sospechosa la incapacidad para comunicarte con ellos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Irraria
25/09/14, 05:12 pm
El hechizo de insonorización que había tejido a su alrededor el previsor de Archi les ayudo a avanzar sin emitir ningun ruido, evitando de esta manera que alguien se alarmara al escuchar pasos que no tenían dueño. La respuesta del idrino a si conocía algún sortilégio para ir borrando las huellas fue hacerse con una rama frondosa de un árbol de la familia de las pináceas y ponerse a barrer, pues en aquel momento no se le ocurría ninguna solución mágica y aquel método era perfectamente efectivo. Apenas se cruzaron con nadie durante el trayecto hasta el ascensor, pues casi todo el mundo estaba trabajando en el interior de los invernaderos, y una vez alcanzaron su destino, solo tuvieron que asegurarse de que no había ojos indiscretos cerca antes de entrar en el ascensor y empezar el descenso a Ío.
Saren mantuvo el hechizo de invisibilidad siguiendo el consejo de Archi, fijándose en las cámaras de seguridad y atendiendo a las palabras del biomecánico sobre que hacer a continuación. Asintió para dejar claro que lo había entendido, pero también lo tuvo que confirmar verbalmente cuando se dio cuenta de que el irrense no podía verlo.
—Oído cocina —dijo, bajando la voz inconscientemente y usando la misma expresión que le había dedicado al guardia en el portal—. ¿No tendréis sensores térmicos también, verdad? —preguntó con curiosidad, saliendo del ascensor y alejándose del gentío hacía un sitio apartado.
El norteño deshizo el sortilegio y al instante volvieron a ser visibles, lo que dificultaba su misión si Saren no le ponía remedio a su aspecto como bien indicaba el kairós en aquel momento. El idrino volvió a gesticular y entonó unas palabras amparado por la burbuja de silencio de Archi, modificando su aspecto y sustituyendo sus rasgos faciales por los de un irrense, incluido el color de la piel. También dio aspecto de prótesis mecánica a su brazo izquierdo tomando como ejemplo la del propio Archi, y solventó la diferencia de altura encorvándose ligeramente para no destacar tanto.
—Bueno, ¿qué tal estoy? —preguntó, mostrándole el resultado a su compañero—. Si está todo en orden tu abres la marcha, Archi.
Saren mantuvo el hechizo de invisibilidad siguiendo el consejo de Archi, fijándose en las cámaras de seguridad y atendiendo a las palabras del biomecánico sobre que hacer a continuación. Asintió para dejar claro que lo había entendido, pero también lo tuvo que confirmar verbalmente cuando se dio cuenta de que el irrense no podía verlo.
—Oído cocina —dijo, bajando la voz inconscientemente y usando la misma expresión que le había dedicado al guardia en el portal—. ¿No tendréis sensores térmicos también, verdad? —preguntó con curiosidad, saliendo del ascensor y alejándose del gentío hacía un sitio apartado.
El norteño deshizo el sortilegio y al instante volvieron a ser visibles, lo que dificultaba su misión si Saren no le ponía remedio a su aspecto como bien indicaba el kairós en aquel momento. El idrino volvió a gesticular y entonó unas palabras amparado por la burbuja de silencio de Archi, modificando su aspecto y sustituyendo sus rasgos faciales por los de un irrense, incluido el color de la piel. También dio aspecto de prótesis mecánica a su brazo izquierdo tomando como ejemplo la del propio Archi, y solventó la diferencia de altura encorvándose ligeramente para no destacar tanto.
—Bueno, ¿qué tal estoy? —preguntó, mostrándole el resultado a su compañero—. Si está todo en orden tu abres la marcha, Archi.
- GiniroryuGM
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Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
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Re: Irraria
25/09/14, 07:32 pm
—En el ascensor es improbable que los hayan instalado —le respondió ante la duda de los sensores térmicos—. Pero aún en el caso de que los hubiera no creo que realicen ninguna comprobación si nadie alerta de que haya sucedido algo fuera de lo ordinario.
El kairós quiso acompañar su última afirmación con su gesto habitual, pero detuvo su mano cerca de la nariz al darse cuenta de que había vuelto a intentar subirse unas gafas fantasmas.
—Será suficiente —aprobó una vez el idrino hubo finalizado de modificar su apariencia—. Voy a deshacer el hechizo insonorizador y te guiaré hasta mi laboratorio. Por el camino deberíamos recoger todo lo disimuladamente que podamos el mayor número de muestras posibles empleando el hechizo de Giz.
Dicho y hecho, el biomecánico emprendió la marcha a través de las galerías de Ío y, en voz baja, comenzó a conjurar el hechizo mientras se acercaban a una pareja de irrenses que caminaban por la calle distraídos con sus respectivos ordenadores integrados. Archime había decidido mantener apagadas las funciones inalámbricas del suyo, ya que si se conectaba a la red se darían dos circunstancias que era mejor evitar: habría gente que sabría que se había conectado y su ordenador colapsaría al tener que procesar la ingente cantidad de notificaciones de toda clase que se habrían acumulado a lo largo de siete meses.
El bote para muestras que le había prestado el genemago pronto comenzó a llenarse con pelos de diversas tonalidades pertenecientes a varios ciudadanos de Ío con los que se cruzaban. Archime notó las miradas de algunos de ellos, ya que sabía que su vestimenta no era precisamente lo más habitual, sobre todo teniendo en cuenta que se cubría con una capucha cuando bajo suelo en aquella época la temperatura era más suave. El irrense procuraba caminar con la cabeza gacha y ensombrecida por la prenda, pues aunque dudaba que alguien se dirigiese a él para preguntarle por su tono de piel, prefería evitar llamar la atención por completo. Por ello tampoco se dirigió a Saren en todo el camino y limito sus palabras a la conjuración de los hechizos. Cuanto menos hablasen menos posibilidades había de que alguien se diese cuenta de que hablaban en un lenguaje extraño.
Finalmente llegaron. El biomecánico asó se lo indicó escuetamente al idrino mientras observaba la fachada del edificio en el que se encontraba su taller y, por tanto, su casa. Tecleó la combinación de la cerradura electrónica y presionó su dedo contra el escáner dactilar para lograr que la puerta se abriese y entraron. El taller era la primera estancia a la que se accedía tras un pequeño recibidor en el que había un par de asientos. Todo estaba como lo había dejado. O no exactamente, ya que alguien había recogido las herramientas que había dejado descuidadamente tiradas debido a la frenética búsqueda de una llave allen que no se encontraba donde debería. Notó también que el piso se encontraba tan limpio como siempre. Estaba claro que Sorrina había continuado limpiándolo durante todos aquellos meses.
—Necesito recoger algunas herramientas y piezas de recambio para poder reparar los brazos de Cío y disponer de materiales para llevar a cabo los sucesivos mantenimientos de los implantes adecuadamente durante los próximos meses —le informó a Saren mientras comenzaba a reunir los elementos referidos.
El kairós quiso acompañar su última afirmación con su gesto habitual, pero detuvo su mano cerca de la nariz al darse cuenta de que había vuelto a intentar subirse unas gafas fantasmas.
—Será suficiente —aprobó una vez el idrino hubo finalizado de modificar su apariencia—. Voy a deshacer el hechizo insonorizador y te guiaré hasta mi laboratorio. Por el camino deberíamos recoger todo lo disimuladamente que podamos el mayor número de muestras posibles empleando el hechizo de Giz.
Dicho y hecho, el biomecánico emprendió la marcha a través de las galerías de Ío y, en voz baja, comenzó a conjurar el hechizo mientras se acercaban a una pareja de irrenses que caminaban por la calle distraídos con sus respectivos ordenadores integrados. Archime había decidido mantener apagadas las funciones inalámbricas del suyo, ya que si se conectaba a la red se darían dos circunstancias que era mejor evitar: habría gente que sabría que se había conectado y su ordenador colapsaría al tener que procesar la ingente cantidad de notificaciones de toda clase que se habrían acumulado a lo largo de siete meses.
El bote para muestras que le había prestado el genemago pronto comenzó a llenarse con pelos de diversas tonalidades pertenecientes a varios ciudadanos de Ío con los que se cruzaban. Archime notó las miradas de algunos de ellos, ya que sabía que su vestimenta no era precisamente lo más habitual, sobre todo teniendo en cuenta que se cubría con una capucha cuando bajo suelo en aquella época la temperatura era más suave. El irrense procuraba caminar con la cabeza gacha y ensombrecida por la prenda, pues aunque dudaba que alguien se dirigiese a él para preguntarle por su tono de piel, prefería evitar llamar la atención por completo. Por ello tampoco se dirigió a Saren en todo el camino y limito sus palabras a la conjuración de los hechizos. Cuanto menos hablasen menos posibilidades había de que alguien se diese cuenta de que hablaban en un lenguaje extraño.
Finalmente llegaron. El biomecánico asó se lo indicó escuetamente al idrino mientras observaba la fachada del edificio en el que se encontraba su taller y, por tanto, su casa. Tecleó la combinación de la cerradura electrónica y presionó su dedo contra el escáner dactilar para lograr que la puerta se abriese y entraron. El taller era la primera estancia a la que se accedía tras un pequeño recibidor en el que había un par de asientos. Todo estaba como lo había dejado. O no exactamente, ya que alguien había recogido las herramientas que había dejado descuidadamente tiradas debido a la frenética búsqueda de una llave allen que no se encontraba donde debería. Notó también que el piso se encontraba tan limpio como siempre. Estaba claro que Sorrina había continuado limpiándolo durante todos aquellos meses.
—Necesito recoger algunas herramientas y piezas de recambio para poder reparar los brazos de Cío y disponer de materiales para llevar a cabo los sucesivos mantenimientos de los implantes adecuadamente durante los próximos meses —le informó a Saren mientras comenzaba a reunir los elementos referidos.
- Red
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Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
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Re: Irraria
25/09/14, 11:26 pm
Saren sonrió ante las palabras del irrense y lo siguió de cerca cuando abrió la marcha hacia su laboratorio, preparando el hechizo apropiado para recoger muestras. Se limitaron a guardar cabellos con disimulo en un bote que Giz les había prestado mientras caminaban, cuidándose de no llamar demasiado la atención y limitando sus palabras para que nadie les oyera.
El idrino avanzaba encorvado, pero de vez en cuando estiraba el cuello para observar mejor cualquier cosa que le llamara la atención, y no eran precisamente pocas las que lo hacían. Aquella ciudad era increíble y resultaba lo suficientemente estimulante como para que el hecho de estar bajo tierra no le afectara demasiado. Su claustrofobia natural se había agravado desde la transformación y estar bajo tierra constreñía su faceta de roc: no tener el cielo sobre su cabeza se le antojaba opresivo.
Cuando llegaron al antiguo hogar del biomecánico, este así se lo indicó al norteño, tecleando luego la combinación en el panel de seguridad y escaneando la huella de su pulgar. Aquel sistema era demasiado moderno para el idrino, pero había leído sobre ello en libros humanos y se hacía una idea de su funcionamiento. Siguió a Archi a través del recibidor y observó con curiosidad el anterior lugar de trabajo del kairós. Se notaba que alguien limpiaba la estancia con asiduidad, pero eso no era lo mas destacable del lugar, y Saren estaba seguro de que de haber tenido tiempo se habría entretenido durante horas curioseando entre aquellos aparatos.
—Está bien, si necesitas ayuda estoy aquí mismo —dijo, apoyándose en el marco de la puerta para "vigilar"—. Si necesitas espacio para transportar las herramientas y materiales he traído un zurrón vacío, tenlo en cuenta también por si te quieres traer mas cosas de las que puedas cargar —añadió con una sonrisa amable, dejándole a continuación trabajar tranquilo.
El idrino avanzaba encorvado, pero de vez en cuando estiraba el cuello para observar mejor cualquier cosa que le llamara la atención, y no eran precisamente pocas las que lo hacían. Aquella ciudad era increíble y resultaba lo suficientemente estimulante como para que el hecho de estar bajo tierra no le afectara demasiado. Su claustrofobia natural se había agravado desde la transformación y estar bajo tierra constreñía su faceta de roc: no tener el cielo sobre su cabeza se le antojaba opresivo.
Cuando llegaron al antiguo hogar del biomecánico, este así se lo indicó al norteño, tecleando luego la combinación en el panel de seguridad y escaneando la huella de su pulgar. Aquel sistema era demasiado moderno para el idrino, pero había leído sobre ello en libros humanos y se hacía una idea de su funcionamiento. Siguió a Archi a través del recibidor y observó con curiosidad el anterior lugar de trabajo del kairós. Se notaba que alguien limpiaba la estancia con asiduidad, pero eso no era lo mas destacable del lugar, y Saren estaba seguro de que de haber tenido tiempo se habría entretenido durante horas curioseando entre aquellos aparatos.
—Está bien, si necesitas ayuda estoy aquí mismo —dijo, apoyándose en el marco de la puerta para "vigilar"—. Si necesitas espacio para transportar las herramientas y materiales he traído un zurrón vacío, tenlo en cuenta también por si te quieres traer mas cosas de las que puedas cargar —añadió con una sonrisa amable, dejándole a continuación trabajar tranquilo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
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● Naeleth: arco, sai y báculo.
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Re: Irraria
26/09/14, 05:18 pm
El biomecánico se enfrascó en la tarea de reunir todo lo necesario hasta el punto de olvidar que todavía se encontraba acompañado. Aquel era su taller, probablemente el único elemento que todavía le resultaba difícil dejar atrás de Irraria. No tuvo intención en ningún momento de acceder al resto de estancias de la casa, era completamente innecesario. La voz de Saren lo sacó de su ensimismamiento en determinado momento, sobresaltándolo internamente. Se giró hacia él y le dirigió una mirada sincronizadamente parpadeante mientras terminaba de colocar sobre una mesa de trabajo uno de los botes de aceite para los implantes. Había cogido todas las reservas del mismo de las que disponía, y esta vez se aseguraría de que no les sucedía nada.
—He cogido una bolsa de cuero de uno de los baúles en la Torre Serpentaria —le respondió al idrino mientras se desabrochaba el abrigo para sacar la susodicha. A continuación el kairós observó alternativamente y a ritmo de tic-tac los utensilios sobre la mesa y su bolsa—. No obstante… Tal vez haya que dividirlos, creo que es demasiado peso como para que pueda cargarlo solo y no podemos hacer uso del hechizo de levitación en las calles de Ío.
Por tercera vez aquel día, Archime retiró la mano frente a su rostro al darse cuenta de que había vuelto a intentar subirse unas gafas que ya no estaban ahí.
Al cabo de un segundo exacto, el irrense volvió a ponerse en movimiento y comenzó a separar las herramientas y materiales de tal forma que el peso se repartiese todo lo equitativamente que podía calcular a ojo. Los materiales más delicados, no obstante, los colocó en un tercer montón ya que los transportaría en sus bolsillos.
—He cogido una bolsa de cuero de uno de los baúles en la Torre Serpentaria —le respondió al idrino mientras se desabrochaba el abrigo para sacar la susodicha. A continuación el kairós observó alternativamente y a ritmo de tic-tac los utensilios sobre la mesa y su bolsa—. No obstante… Tal vez haya que dividirlos, creo que es demasiado peso como para que pueda cargarlo solo y no podemos hacer uso del hechizo de levitación en las calles de Ío.
Por tercera vez aquel día, Archime retiró la mano frente a su rostro al darse cuenta de que había vuelto a intentar subirse unas gafas que ya no estaban ahí.
Al cabo de un segundo exacto, el irrense volvió a ponerse en movimiento y comenzó a separar las herramientas y materiales de tal forma que el peso se repartiese todo lo equitativamente que podía calcular a ojo. Los materiales más delicados, no obstante, los colocó en un tercer montón ya que los transportaría en sus bolsillos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Irraria
01/10/14, 10:14 pm
Saren sonrió imperceptiblemente cuanto captó por tercera vez el gesto que Archi, de forma inconsciente, realizaba para subirse el puente de unas gafas que ya no estaban allí. La memoria gestual era algo fascinante para un idrino, pero aquel no era el momento y, asintiendo hacia el biomecánico, el norteño empezó a colocar las herramientas en las dos bolsas disponibles, sobrecargando la suya de forma premeditada aunque en un inicio los dos montones fueran iguales. Era bastante obvio que el irrense estaba en baja forma, y como era recomendable moverse rápido, el selkie llevaría la mayor parte del paso. Estaba mas que acostumbrado al esfuerzo físico.
Cuando todo estuvo listo, el idrino se colgó su zurrón del hombro y esperó a Archi junto a la puerta, dejándolo unos instantes por si quería despedirse del lugar.
—¿No hay nadie a quien quieras ver? —se interesó, escrutando el rostro del muchacho. Había algo en los movimientos y los ademanes del kairós que llamaba la atención de Saren, pero no lograba identificar el que, y con la presión de ser descubiertos a cuestas no tenía tiempo para tratar de averiguar nada.
La respuesta del biomecánico fue negativa, y sin mediar mas palabras se pusieron en marcha. El selkie recordaba la ruta y aquella vez fue él delante, esquivando los grupos numerosos de personas para no llamar demasiado la atención. En cuanto alcanzaron el callejón en el que el idrino se había "disfrazado", Saren deshizo la ilusión y volvió a tejer sobre ellos el hechizo de invisibilidad, pues el ascensor no lo podía usar cualquiera sin levantar alarmas. De aquella manera pudieron volver sobre sus pasos pare regresar a la superficie, empleando la misma rama que antes para borrar sus huellas. Había sido una incursión sin incidentes.
—Giz estará satisfecho, ¿no crees? —le preguntó a Archi una vez estuvieron lo suficientemente alejados de la zona de invernaderos, cerrando el caudal mágico que sostenía el conjuro de invisibilidad. El portal estaba cerca.
Cuando todo estuvo listo, el idrino se colgó su zurrón del hombro y esperó a Archi junto a la puerta, dejándolo unos instantes por si quería despedirse del lugar.
—¿No hay nadie a quien quieras ver? —se interesó, escrutando el rostro del muchacho. Había algo en los movimientos y los ademanes del kairós que llamaba la atención de Saren, pero no lograba identificar el que, y con la presión de ser descubiertos a cuestas no tenía tiempo para tratar de averiguar nada.
La respuesta del biomecánico fue negativa, y sin mediar mas palabras se pusieron en marcha. El selkie recordaba la ruta y aquella vez fue él delante, esquivando los grupos numerosos de personas para no llamar demasiado la atención. En cuanto alcanzaron el callejón en el que el idrino se había "disfrazado", Saren deshizo la ilusión y volvió a tejer sobre ellos el hechizo de invisibilidad, pues el ascensor no lo podía usar cualquiera sin levantar alarmas. De aquella manera pudieron volver sobre sus pasos pare regresar a la superficie, empleando la misma rama que antes para borrar sus huellas. Había sido una incursión sin incidentes.
—Giz estará satisfecho, ¿no crees? —le preguntó a Archi una vez estuvieron lo suficientemente alejados de la zona de invernaderos, cerrando el caudal mágico que sostenía el conjuro de invisibilidad. El portal estaba cerca.
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