Palacete
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Palacete
03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :
Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Exterior:
- El palacete se encontraba en mitad de una avenida, frente a una larga línea de casonas macizas, con tejados a dos aguas invadidos de gárgolas. Era la única construcción situada a ese lado de la avenida, pero llenaba el espacio con más rotundidad que la treintena de edificios que se desplegaban frente a ella.
Era de piedra gris, con forma de «U» redondeada, y había algo en sus ángulos y en su disposición sobre el terreno que tranquilizaba, que hacía pensar que no todo en aquella ciudad era horror. Lo que más llamaba la atención era la gigantesca cúpula que coronaba su centro: una maravillosa construcción de cristales negros y esmeralda. Bajo ella, en mitad de la fachada, se abría un gran ventanal ovalado rodeado de decenas de ventanas tan estrechas que parecían arañazos en el muro.
El patio era un sinuoso entramado de senderos que se desplegaba entre lo que una vez debieron de ser parcelas ajardinadas, pero que ahora no eran más que solares de tierra reseca. Se dirigieron hacia la escalinata de azulejos negros y verdes que conducía al portón de entrada, observando con cautela las ventanas que salpicaban los muros del palacete. Tras el enorme ventanal que ocupaba el centro sólo se veía oscuridad.
- Recibidor:
- Lo primero que vieron fue una densa zona de tinieblas, una cortina de oscuridad que precedía a un gran recibidor, iluminado por una delicada luz verde.
Se reunieron todos alrededor de Rachel en el último tramo de escaleras. El aire que se respiraba ante la puerta era de una pureza increíble, en nada se parecía a la peste rancia de los lugares cerrados que estaban acostumbrados a encontrar.
Fueron a parar a un amplio recibidor circular, de suelo y paredes de piedra gris. El techo, en cambio, era una pesada amalgama de grandes planchas de hierro que no encajaba con el resto del palacio; la sensación que provocaba aquel entramado era de asfixia, como si en cualquier momento fuera a caer y aplastarlos.
Dos grandes escaleras se disponían a ambos lados del recibidor, del mismo azulejo negro y verde que la escalinata de la entrada. Desde donde se encontraban, esas escaleras gemelas parecían hundirse como cuchillos en el techo enrejado, en una perspectiva extraña y forzada. No habían dado ni dos pasos fuera de la zona de sombras cuando se detuvieron todos casi al mismo tiempo, mirando hacia arriba, sorprendidos, boquiabiertos.
Lo que habían tomado como techo no era tal. Al salir de las sombras su perspectiva había cambiado y ahora podían ver el palacete tal y como realmente era. Las planchas que en un primer momento había creído colocadas en un mismo plano estaban suspendidas en realidad a distintas alturas por todo el palacio. Retrocedió un paso para regresar a la zona
de tinieblas y las planchas desordenadas volvieron a equilibrarse, formando un techo sin fisuras
aparentes que no era más que una ilusión óptica: si entrecerraba los ojos podía ver que las planchas flotaban en diferentes planos.
El palacete constaba de una sola planta, una planta vasta y asombrosa en la que flotaban
decenas de estancias de todos los tamaños y formas. La única semejanza entre ellas eran sus bases, de idéntico hierro forjado. La mayor de todas ocupaba tres pisos de altura y medía más de doscientos metros de largo, mientras que las más pequeñas eran meros soportes para adornos y estatuas. La mayoría ni siquiera tenía paredes.
Las escaleras no se hundían en ese falso techo como habían creído, sino que se prolongaban
curvándose en el vacío, hasta perderse en la movediza niebla esmeralda que copaba las alturas. Del tallo principal de cada escalera brotaban decenas de nuevos tramos que se dividían a su vez en más ramales de ajedrezado negro y esmeralda, retorciéndose en el aire hasta aterrizar en los bordes de las habitaciones flotantes. Aquel despliegue de habitaciones y escalinatas producía una prodigiosa sensación de armonía; era como si el mundo entero se hubiera vuelto liviano de pronto, como si la realidad, la propia existencia, fueran menos pesadas y opresivas entre aquellas paredes.
- Ascenso y ejemplos de habitaciones:
- Tomaron la escalinata de la izquierda. El tramo principal no tardaba en dividirse en tres grandes ramales. El de la derecha bajaba en una pronunciada curva antes de dividirse en otros dos tramos de escalera retorcida. A medida que avanzaban por aquella colosal montaña rusa pudieron contemplar un sinfín de habitaciones y salas. Vieron dormitorios de ensueño; salas de recreo con divanes de terciopelo, escabeles de cristal y columpios colgantes; zonas de paseo con fuentes y bancos de hierro…
La perspectiva resultaba engañosa allí arriba; prácticamente cambiaba a cada paso que daban, convirtiendo el palacete en un espacio en constante mutación. Una estancia vista desde arriba era diferente por completo contemplada desde abajo o desde un lateral. Todo fluctuaba, fluía. Era un enloquecido juego de perspectivas y arquitectura. Una sala observada desde una escalera parecía una selva rebosante de vegetación al quedar semioculta por los helechos que colgaban de las plataformas vecinas, para luego, desde arriba, convertirse en un elegante dormitorio. Desde otra curva de la escalera, esa misma habitación parecía vacía.
Rachel los guió hasta la estancia central del palacio, la única completamente cerrada con muros.(...) En el suelo, ante ellos, había aparecido un diminuto chispazo, una salpicadura brillante que se proyectó despacio hacia arriba, convirtiéndose en una creciente columna de luz que no se detuvo hasta alcanzar el techo, situado a gran altura. Un poco más adelante, una nueva columna tomó forma, de igual modo que la primera. Poco a poco, aquí y allá, se fueron formando más y más columnas. La luz que irradiaban iluminó la gran estancia, transformando la negrura en claridad.
—Es una sala de baile —murmuró Madeleine con admiración.
Mistral asintió, aunque sabía que aquel lugar era mucho más que eso. En aquella sala se habían
celebrado todo tipo de eventos: desde torneos de piromantes hasta conciertos de las fabulosas aves cantoras de Alarán, pasando por duelos de hechiceros y bodas reales. Se contaba que, en una ocasión, allí dentro se había sacrificado un dragón albino para mayor gloria del reino.
Los muchachos bajaron las escaleras que llevaban al suelo espejado de la sala. En el muro que
quedaba a su derecha se encontraba el gigantesco ventanal que habían visto desde fuera. El tercio inferior del mismo estaba cubierto por cortinajes negros, corridos en su mayoría, mientras que en la zona alta dos grandes cortinas verdes se abrían a izquierda y derecha.
En el extremo opuesto a la entrada se levantaba un pequeño escenario ocupado por varias estatuas metálicas. Se trataba de una orquesta compuesta por siete músicos tan extravagantes como los instrumentos que se disponían a tocar.
Un engendro con aire de rata humanoide empuñaba entre sus zarpas dos varillas que parecía a punto de estrellar contra el tambor agujereado que tenía delante. Entre los músicos había un ser casi humano, con la piel de un intenso negro y un magnífico par de alas rojas plegadas a su espalda. Aquella criatura sujetaba en una mano un violín abombado mientras en la otra empuñaba una varilla recubierta de protuberancias. Del costado de todas las estatuas surgía una mariposa metálica: una llave con la que darles cuerda.
Después de abandonar la sala de baile, fueron de plataforma en plataforma, siempre con Rachel a la cabeza. Casi tan sorprendente como el mismo palacio era el estado en el que éste se encontraba. Apenas había polvo y suciedad y aunque algunas habitaciones parecían vaciadas a conciencia, la mayor parte estaba en perfectas condiciones, como si los habitantes del lugar se hubieran marchado un instante antes de llegar ellos.
A media tarde hicieron un descanso para merendar. Se sentaron en los bancos de madera que
rodeaban un pequeño estanque. Apenas hablaron. Aquel lugar inducía al silencio, a la ensoñación.
Al poco tiempo de ponerse otra vez en marcha descubrieron una gran sala repleta de estanterías vacías. El cambiante deambuló entre ellas igual que todos, aun sabiendo que no iban a encontrar nada allí. Ese lugar había sido una importante biblioteca mágica, pero hacía tiempo que los pocos libros que no se habían llevado los magos de los mundos vinculados habían sido trasladados al castillo.
Otro ramal los condujo a una plataforma de paredes listadas en las que se desplegaban más de una veintena de grandes armarios, con espejos de marco de plata en cada puerta. Rachel se apresuró a abrir el más cercano y su contenido la hizo jadear emocionada. El armario estaba repleto de vestidos, a cada cual más espléndido.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Palacete
08/06/13, 11:13 pm
Vladimir rondaba por la fiesta muy en su salsa. Tras el final del discurso del rey, había tomado habilidosamente una copa de vino tinto libense de una de las bandejas que blandían los camareros en su recorrido por la lujosa sala. Ciertamente, aquel ambiente no era en absoluto desconocido para el conde, que durante sus años en la Tierra había recorrido salas de aquella guisa (quizás menos variopinta que la de aquella ocasión) aprendiendo el arte de la apariencia, de la palabra suave y a esconder puñales entre las palabras de terciopelo. Otra importante característica unía su experiencia anterior con la presente, y era el artificio utilizado para cubrir de brocados de oro la verdadera miseria decadente de la realidad.
Parecía que toda la ciudad se había personado en aquel palacio para la ocasión, todos ellos engalanados de punta en blanco para la ocasión, y Vlad decidió buscar a sus antiguos compañeros de cosecha, a los que hacía mucho que no veía. Buscando con su profunda y perniciosa mirada, escrutó la multitud en busca de algún rasgo que le fuera familiar entre el pomposo desfile de monstruos que tenía lugar ante él. El primer físico que llamó la atención al íncubo fueron las muchas miradas del antiguo bruto de su refugio durante la cosecha, aquel ser semi cefalópodo. ¿Cómo se llamaba?… Toima, cierto. Y cerca suya parecía estar Giz, que no había cambiado demasiado tras los fulgores del astro escarlata.
Se dirigió hacia ellos con paso natural y seguro, meneando con suavidad y elegancia la cola tras de sí, añadiendo a su figura y a sus movimientos un ritmo sinuoso y ofidio.
-Saludos, señor Toima, señor Giz.-comentó con tono suave y cordial del anfitrión cordial y atento con ciertos tintes de sensualidad, que parecían impregnar cada gesto del rumano con cada gesto y cada movimiento.- Es un verdadero placer verlos por aquí tras tanto tiempo sin oír hablar de ustedes. Parece ser que perdí el contacto con mi generación a raíz de mis labores diplomáticas, pero dicen que los reencuentros son más dulces cuando la espera es larga, ¿no creen?
Hizo una ligera pausa en aquel momento para darle un ligero trago a su copa, no sin antes agitarla suavemente. Paladeó el néctar con tranquilidad y atención, mientras alzaba ligeramente la vista al techo y permitía que su lengua bífida asomara ligeramente por la comisura de sus labios para limpiar su extremo de una gota imperceptible de líquido carmesí.
-Afrutado, ácido con pinceladas dulces y exóticas. Y con cuerpo. Se nota que, a diferencia que en la Tierra, los libenses no bajan la graduación de sus vinos.-comentó, mientras una sonrisa pérfida e hipnótica se iba dibujando lentamente en el blanco lienzo que era la piel del conde. En su etapa plenamente humana, había dado la sensación de que era incapaz de sonreír. En su estatus actual, como el resto de sus acciones, sus labios se llenaban de astucia y educada lascivia. Ciertamente, parecían dos tipos completamente distintos de relamido aristócrata, aunque ambos compartían la naturalidad con la que ejecutaban cada uno de sus movimientos. Era evidente que ambos Condes habían sido forjados para aquella extraña tarea de las apariencias.- No es lo único singular de su cultura, pero podría decir sin temor a equivocarme que un catador y un sociólogo utilizarían los mismos adjetivos para designar el producto y al productor.-y, al decir esto, su sonrisa se hizo suavemente más ancha.- Esperemos que a ellos también les impresione nuestra singular cultura, Aunque témome que este festejo pueda resultarles tan ameno como confuso… y engañoso. Supongo que es parte de Rocavarancolia el vivir de la apariencia y el lujo de las glorias pasadas. No se imaginan hasta que punto me es esto familiar. Aunque el discurso de nuestro monarca desentone un poco con lo pomposo de la situación, ¿no creen? Demasiado parco… marcial para la ocasión. Aunque tampoco podemos exigir mucho más de nuestro Gran Señor; estoy seguro de que, con el tiempo se irá haciendo más a la política activa. Desde luego, así deberá de ser si quiere lidiar con la Emperatriz de Libo. Son gente carismática, desde luego, y Su Alteza no es sino el exponente superlativo de ese rasgo.
Vlad dirigió su mirada hacia la interpelada. Tanto sus vestiduras como su porte no hacían más que realzar aquella severidad tan atrayente. Aunque sí es cierto que el conde tenía un abanico muy amplio de gustos, la familia real era ciertamente un elenco de particularidades atrayentes.
Lo positivo de trabajar tanto en Libo era que no había necesidad de camuflar el natural entusiasmo ante la belleza bien llevada.
Parecía que toda la ciudad se había personado en aquel palacio para la ocasión, todos ellos engalanados de punta en blanco para la ocasión, y Vlad decidió buscar a sus antiguos compañeros de cosecha, a los que hacía mucho que no veía. Buscando con su profunda y perniciosa mirada, escrutó la multitud en busca de algún rasgo que le fuera familiar entre el pomposo desfile de monstruos que tenía lugar ante él. El primer físico que llamó la atención al íncubo fueron las muchas miradas del antiguo bruto de su refugio durante la cosecha, aquel ser semi cefalópodo. ¿Cómo se llamaba?… Toima, cierto. Y cerca suya parecía estar Giz, que no había cambiado demasiado tras los fulgores del astro escarlata.
Se dirigió hacia ellos con paso natural y seguro, meneando con suavidad y elegancia la cola tras de sí, añadiendo a su figura y a sus movimientos un ritmo sinuoso y ofidio.
-Saludos, señor Toima, señor Giz.-comentó con tono suave y cordial del anfitrión cordial y atento con ciertos tintes de sensualidad, que parecían impregnar cada gesto del rumano con cada gesto y cada movimiento.- Es un verdadero placer verlos por aquí tras tanto tiempo sin oír hablar de ustedes. Parece ser que perdí el contacto con mi generación a raíz de mis labores diplomáticas, pero dicen que los reencuentros son más dulces cuando la espera es larga, ¿no creen?
Hizo una ligera pausa en aquel momento para darle un ligero trago a su copa, no sin antes agitarla suavemente. Paladeó el néctar con tranquilidad y atención, mientras alzaba ligeramente la vista al techo y permitía que su lengua bífida asomara ligeramente por la comisura de sus labios para limpiar su extremo de una gota imperceptible de líquido carmesí.
-Afrutado, ácido con pinceladas dulces y exóticas. Y con cuerpo. Se nota que, a diferencia que en la Tierra, los libenses no bajan la graduación de sus vinos.-comentó, mientras una sonrisa pérfida e hipnótica se iba dibujando lentamente en el blanco lienzo que era la piel del conde. En su etapa plenamente humana, había dado la sensación de que era incapaz de sonreír. En su estatus actual, como el resto de sus acciones, sus labios se llenaban de astucia y educada lascivia. Ciertamente, parecían dos tipos completamente distintos de relamido aristócrata, aunque ambos compartían la naturalidad con la que ejecutaban cada uno de sus movimientos. Era evidente que ambos Condes habían sido forjados para aquella extraña tarea de las apariencias.- No es lo único singular de su cultura, pero podría decir sin temor a equivocarme que un catador y un sociólogo utilizarían los mismos adjetivos para designar el producto y al productor.-y, al decir esto, su sonrisa se hizo suavemente más ancha.- Esperemos que a ellos también les impresione nuestra singular cultura, Aunque témome que este festejo pueda resultarles tan ameno como confuso… y engañoso. Supongo que es parte de Rocavarancolia el vivir de la apariencia y el lujo de las glorias pasadas. No se imaginan hasta que punto me es esto familiar. Aunque el discurso de nuestro monarca desentone un poco con lo pomposo de la situación, ¿no creen? Demasiado parco… marcial para la ocasión. Aunque tampoco podemos exigir mucho más de nuestro Gran Señor; estoy seguro de que, con el tiempo se irá haciendo más a la política activa. Desde luego, así deberá de ser si quiere lidiar con la Emperatriz de Libo. Son gente carismática, desde luego, y Su Alteza no es sino el exponente superlativo de ese rasgo.
Vlad dirigió su mirada hacia la interpelada. Tanto sus vestiduras como su porte no hacían más que realzar aquella severidad tan atrayente. Aunque sí es cierto que el conde tenía un abanico muy amplio de gustos, la familia real era ciertamente un elenco de particularidades atrayentes.
Lo positivo de trabajar tanto en Libo era que no había necesidad de camuflar el natural entusiasmo ante la belleza bien llevada.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Palacete
09/06/13, 12:42 am
Noel arqueó una ceja cuando Vac le devolvió la pelota antes de rodar los ojos con fingida exasperación.
-Pero nada de eso es la realidad porque eres Campanilla y no Cenicienta. De todas formas yo me replantearía seriamente eso del atractivo, porque si Wen está conmigo por el dinero que no tengo, sin duda tiene que haber un motivo de peso para que no te haya elegido a ti que eres una fuente de ingresos andante -le espetó con una sonrisa socarrona-. Eh, oye, ¿soy más alto que tú? -añadió tras unos breves segundos colocándose al lado de su hermano y midiendo la diferencia entre ambos con las manos. En realidad eran prácticamente de la misma altura y era casi imposible discernir quién de los dos medía más, pero le resultó enormemente divertido el hecho de ser igual de alto que su hermano.
El sueco miró a su hermano con una omnipresente sonrisa sarcástica mientras le respondía, hasta que le llamó pollo y la cambió por una mirada amenazante.
-Si yo soy un pollo tú eres una frágil mariposa. Y encima imberbe -se burló-. Aunque te compadezco, hermano -añadió recuperando la sonrisa y dándole unas palmaditas en la espalda-. Y ten cuidado con a quién amenazas, camarada -contestó en respuesta a su comentario sobre cortarle los pies, empleando el mismo tono mafioso que su hermano-. No creo que sea del agrado de Don Lagartone que te metas con su familia -finalizó haciendo un gesto hacia el goliat para después estallar en carcajdas.
Continuaron intercambiando comentarios hasta que se cansaron y el draco no pudo sino disfrutar de aquel constante tira y afloja de pullas con su hermano.
Durante el camino hacia el Palacete, varias criaturas que mostraban la misma imprudencia y agresividad que las de los subterráneos les salieron al paso sin tener en cuenta en ningún momento el elevado número del grupo. El draco encontró altamente divertidas las breves escaramuzas debido a lo inusual que era realizar algo así con aquellas vestimentas, y también los constantes flash de las fotografías que estaba realizando Vivia las cuales pidió ver cuando fuera posible. No se separó de Giz y, entre risas, no dejó que él hiciese nada alegando que Don Lagartone no podía permitirse mancharse las manos y mucho menos el traje. El traje que sí se manchó fue el suyo, que para cuando estaban cerca de Luna Alta tuvo que realizar un hechizo de limpieza sobre el mismo, salpicado aquí y allá de manchas de sangre.
Al igual que a muchos otros, lo primero que le llamó la atención fue el estado del barrio. No se habían molestado en reconstruír nada hasta ahora y no pudo estar más de acuerdo con los comentarios acerca de la hipocresía de la que estaba haciendo gala el Consejo aquella noche.
-Es como si nos estuvieran lanzando a la cara el hecho de que se preocupan más por las apariencias con los libenses que de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad -comentó con un gesto de desaprobación mientras se ponían a la cola para entrar.
Le hizo gracia la inusual educación con la que Gael saludó a la que llamó Dama Puntada, una chica albina que era quienes los estaba recibiendo en la puerta y a la que dedicó un saludo de buenas noches cuando les pidió sus nombres.
El interior era todavía más espléndido que el exterior, y el sueco no tardó en no saber ni hacia donde mirar de tantas cosas que llamaban su atención. Reconoció a algunos habitantes aquí y allá a los que había visto casualmente por la ciudad y vio a muchos otros que jamás había tenido delante. Inconscientemente echó un vistazo por si veía a Enna pero no consiguió distinguir a nadie que se pareciese a ella entre la enorme multitud. Se encontraba observando una de aquellas llamativas estatuas de hielo cuando las luces se atenuaron haciendo que dirigieran su mirada hacia la tarima donde Andras Sula se adelantó para hablar. Fue un discurso breve y directo, el cual no dejó impresión alguna en el sueco, que en aquel momento tenía su atención mucho más centrada en el dragón del rey, ser de impresionante envergadura que descansaba tras su dueño y que sin duda era el elemento de todo aquel gran salón que hacía evidente que se encontraban en Rocavarancolia. El resto del ambiente se le hizo pesado de digerir y, sobre todo, impropio. Le daba la impresión de estar metido en medio de una fiesta de un noble terrestre como las que se veían en las películas, tal y como había supuesto cuando les llegó la carta. Con este pensamiento le dirigió una mirada a Adara que la ángel negro tal vez no supiese a que venía. Aunque brevemente, también observó a la nobleza libense que se encontraban al lado del rey, haciendo gala del peculiar exhibicionismo cultural de aquella raza, haciendo hincapié en lo paradójico que le resultaba que se tapasen la cara y no el pecho.
Algunos de los del grupo original no tardaron en desperdigarse un poco por el lugar, pero él prefirió mantenerse cerca de sus más allegados y no tardó en acpetar la propuesta de Gael de dirigirse hacia las mesas llenas de comida.
-Ya que nos hemos dejado el sueldo en esta farsa por lo menos vamos a sacarle todo el partido que se pueda -comentó mientras empezaba a probar un poco de todo, acción que acabó lamentando al encontrar un par de "manjares" completamente intragables.
Al poco de empezar a comer, el draco se sorprendió al escuchar una voz lejanamente familiar que saludaba a Giz y a Toima. No había vuelto a verlo desde que enterró a Mark en el patio de Letargo y su voz tenía una entonación distinta, pero era la suya. Si se le observaba bien, de todos modos, podía seguirse reconociendo al "señor conde" con el que había compartido cosecha hacía tres años. Allí estaba Vlad, el íncubo del que sólo había oído hablar a través de Mánia en un par de ocasiones, vestido de una manera que podía armonizar con los libenses. Su apariencia había cambiado considerablemente, acorde con la naturaleza de su transformación, pero el sueco no pudo evitar sonreír con socarronería al oírle hablar. En eso no había cambiado ni un ápice.
-Ya sé que mi insignificante presencia nunca fue muy tenida en cuenta por nuestro "señor conde" -intervino sin más componiendo una sonrisa sarcástica pero haciendo hincapié en las dos últimas palabra que puede que resultasen familiares tanto para el íncubo como para Giz-. Pero creía que unos modales como los suyos le comprometerían, por lo menos, a saludarme -prosiguió con evidente jocosidad en el rostro imitando a su manera los modales que había utilizado su interlocutor para luego quitarse el sombrero y que de este modo Vlad pudiera reconocer sus rasgos-. La verdad es que no puedo culparte por no reconocerme. Cuánto tiempo, Vlad -dijo dejando finalmente de lado el tono de diversión.
No pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado desde la última vez que había visto a su ex-compañero de cosecha. Ya no era ningún crío inútil al que mirar por encima del hombro. <<Ni siquiera literalmente>>, pensó riendo para sus adentros al acordarse del intercambio de pullas que había mantenido con Vac al respecto de sus estaturas hacía un rato.
-Pero nada de eso es la realidad porque eres Campanilla y no Cenicienta. De todas formas yo me replantearía seriamente eso del atractivo, porque si Wen está conmigo por el dinero que no tengo, sin duda tiene que haber un motivo de peso para que no te haya elegido a ti que eres una fuente de ingresos andante -le espetó con una sonrisa socarrona-. Eh, oye, ¿soy más alto que tú? -añadió tras unos breves segundos colocándose al lado de su hermano y midiendo la diferencia entre ambos con las manos. En realidad eran prácticamente de la misma altura y era casi imposible discernir quién de los dos medía más, pero le resultó enormemente divertido el hecho de ser igual de alto que su hermano.
El sueco miró a su hermano con una omnipresente sonrisa sarcástica mientras le respondía, hasta que le llamó pollo y la cambió por una mirada amenazante.
-Si yo soy un pollo tú eres una frágil mariposa. Y encima imberbe -se burló-. Aunque te compadezco, hermano -añadió recuperando la sonrisa y dándole unas palmaditas en la espalda-. Y ten cuidado con a quién amenazas, camarada -contestó en respuesta a su comentario sobre cortarle los pies, empleando el mismo tono mafioso que su hermano-. No creo que sea del agrado de Don Lagartone que te metas con su familia -finalizó haciendo un gesto hacia el goliat para después estallar en carcajdas.
Continuaron intercambiando comentarios hasta que se cansaron y el draco no pudo sino disfrutar de aquel constante tira y afloja de pullas con su hermano.
Durante el camino hacia el Palacete, varias criaturas que mostraban la misma imprudencia y agresividad que las de los subterráneos les salieron al paso sin tener en cuenta en ningún momento el elevado número del grupo. El draco encontró altamente divertidas las breves escaramuzas debido a lo inusual que era realizar algo así con aquellas vestimentas, y también los constantes flash de las fotografías que estaba realizando Vivia las cuales pidió ver cuando fuera posible. No se separó de Giz y, entre risas, no dejó que él hiciese nada alegando que Don Lagartone no podía permitirse mancharse las manos y mucho menos el traje. El traje que sí se manchó fue el suyo, que para cuando estaban cerca de Luna Alta tuvo que realizar un hechizo de limpieza sobre el mismo, salpicado aquí y allá de manchas de sangre.
Al igual que a muchos otros, lo primero que le llamó la atención fue el estado del barrio. No se habían molestado en reconstruír nada hasta ahora y no pudo estar más de acuerdo con los comentarios acerca de la hipocresía de la que estaba haciendo gala el Consejo aquella noche.
-Es como si nos estuvieran lanzando a la cara el hecho de que se preocupan más por las apariencias con los libenses que de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad -comentó con un gesto de desaprobación mientras se ponían a la cola para entrar.
Le hizo gracia la inusual educación con la que Gael saludó a la que llamó Dama Puntada, una chica albina que era quienes los estaba recibiendo en la puerta y a la que dedicó un saludo de buenas noches cuando les pidió sus nombres.
El interior era todavía más espléndido que el exterior, y el sueco no tardó en no saber ni hacia donde mirar de tantas cosas que llamaban su atención. Reconoció a algunos habitantes aquí y allá a los que había visto casualmente por la ciudad y vio a muchos otros que jamás había tenido delante. Inconscientemente echó un vistazo por si veía a Enna pero no consiguió distinguir a nadie que se pareciese a ella entre la enorme multitud. Se encontraba observando una de aquellas llamativas estatuas de hielo cuando las luces se atenuaron haciendo que dirigieran su mirada hacia la tarima donde Andras Sula se adelantó para hablar. Fue un discurso breve y directo, el cual no dejó impresión alguna en el sueco, que en aquel momento tenía su atención mucho más centrada en el dragón del rey, ser de impresionante envergadura que descansaba tras su dueño y que sin duda era el elemento de todo aquel gran salón que hacía evidente que se encontraban en Rocavarancolia. El resto del ambiente se le hizo pesado de digerir y, sobre todo, impropio. Le daba la impresión de estar metido en medio de una fiesta de un noble terrestre como las que se veían en las películas, tal y como había supuesto cuando les llegó la carta. Con este pensamiento le dirigió una mirada a Adara que la ángel negro tal vez no supiese a que venía. Aunque brevemente, también observó a la nobleza libense que se encontraban al lado del rey, haciendo gala del peculiar exhibicionismo cultural de aquella raza, haciendo hincapié en lo paradójico que le resultaba que se tapasen la cara y no el pecho.
Algunos de los del grupo original no tardaron en desperdigarse un poco por el lugar, pero él prefirió mantenerse cerca de sus más allegados y no tardó en acpetar la propuesta de Gael de dirigirse hacia las mesas llenas de comida.
-Ya que nos hemos dejado el sueldo en esta farsa por lo menos vamos a sacarle todo el partido que se pueda -comentó mientras empezaba a probar un poco de todo, acción que acabó lamentando al encontrar un par de "manjares" completamente intragables.
Al poco de empezar a comer, el draco se sorprendió al escuchar una voz lejanamente familiar que saludaba a Giz y a Toima. No había vuelto a verlo desde que enterró a Mark en el patio de Letargo y su voz tenía una entonación distinta, pero era la suya. Si se le observaba bien, de todos modos, podía seguirse reconociendo al "señor conde" con el que había compartido cosecha hacía tres años. Allí estaba Vlad, el íncubo del que sólo había oído hablar a través de Mánia en un par de ocasiones, vestido de una manera que podía armonizar con los libenses. Su apariencia había cambiado considerablemente, acorde con la naturaleza de su transformación, pero el sueco no pudo evitar sonreír con socarronería al oírle hablar. En eso no había cambiado ni un ápice.
-Ya sé que mi insignificante presencia nunca fue muy tenida en cuenta por nuestro "señor conde" -intervino sin más componiendo una sonrisa sarcástica pero haciendo hincapié en las dos últimas palabra que puede que resultasen familiares tanto para el íncubo como para Giz-. Pero creía que unos modales como los suyos le comprometerían, por lo menos, a saludarme -prosiguió con evidente jocosidad en el rostro imitando a su manera los modales que había utilizado su interlocutor para luego quitarse el sombrero y que de este modo Vlad pudiera reconocer sus rasgos-. La verdad es que no puedo culparte por no reconocerme. Cuánto tiempo, Vlad -dijo dejando finalmente de lado el tono de diversión.
No pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado desde la última vez que había visto a su ex-compañero de cosecha. Ya no era ningún crío inútil al que mirar por encima del hombro. <<Ni siquiera literalmente>>, pensó riendo para sus adentros al acordarse del intercambio de pullas que había mantenido con Vac al respecto de sus estaturas hacía un rato.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Palacete
09/06/13, 04:03 am
Ahora que todo el mundo parecía hecho a la idea de la fiesta, Giz estaba empezando a cuestionarse muchas cosas. En un principio había sido de los primeros en defender todo lo que se podía hacer allí, pero ahora que tenía una tarea más complicada, la idea de la celebración se le hacía cuesta arriba. Por suerte, las bromas sobre la mafia y Don Lagartone que se dieron por el camino, sobretodo cuando les atacaron las alimañas suicidas, relajaron un poco al goliat.
Lo malo es que no duró mucho, en la puerta del palacete se encontraba Cai. Giz no pudo reprimir la mueca reacia que su cara gestionó por su cuenta y pasó de largo, caminando con cierta tensión. Si le preguntaran, no sabría decir por qué se la tenía jurada de esa manera a la trasgo, pero su sola presencia le incomodaba. Tanto que no se dio tiempo ni para sorprenderse porque un peluche estuviera tomando notas en la misma puerta.
En el interior, admiró la decoración no sin cierta envidia. Organizaban todo esto para hacer un tratado de paz que él no veía ni necesario y luego ellos mismos tenían que andar cazando en mundos vinculados para alimentarse. <<E incluso gastar más dinero aposta para la propia fiesta>> refunfuñó mentalmente. Aún así, Giz no era el más indicado para quejarse, pues le habían permitido montarse su propio laboratorio en las mazmorras del castillo, asíque simplemente se dedicó a llenarse la boca con alimentos varios que fue pescando por las mesas. Su paladar no era capaz de reconocer la calidad de los alimentos libenses, pero lo que más le gustó fue, como era de esperar, algo parecido a unas galletas.
El discuro del rey lo escuchó con más o menos atención. Aprovechó que todo el mundo estaba pendiente de Andras Sula para lanzar el hechizo de rastreo por genoma y así localizar a los daelicianos de la sala. Llegó justo a tiempo para escuchar la segunda mitad. <<Cuando Rocavarancolia realmente sea fuerte y recupere su verdadero legado, ¿mantendrá toda esta parafernalia y compartirá con Libo lo que consiga?>>. El asreniano creía saber la respuesta y, por lo tanto, la fiesta le parecía cada vez más un timo. Giz estaba siendo consciente por primera vez de que les estaban pagando un banquete de lujo a los libenses como forma bonita de decirles “no os vamos a matar todavía”. Definitivamente, lo que más le gustó -probablemente también lo único- de todo el discurso fue el dragón. El genoma del dragón, para ser exactos.
A partir de ahí, Giz solo tendría que arrastrar a Nasher en dirección contraria a la que el hechizo le señalaba, al menos si Enna parecía acercarse, que de momento no era el caso. <<Solo hay una daeliciana, por suerte>>. Si ya de por si había demasiada gente, lo cual imponía bastante al asreniano, de haber también muchos daelicianos... <<Me emborracharía y que fuera lo que Nassandra quiera>>. Como era de esperar, dadas las circunstancias, Giz se había prohibido beber alcohol.
Estaba picoteando en otra de las mesas, junto al Toima y el resto de los cuchitrileros cuando Vlad se les apareció delante. Giz no pudo evitar escanear de arriba a abajo el cuerpo del íncubo, sin estar seguro de si lo hacía solo para comprobar la fama de su transformación o debido al influjo de la propia.
-Hola, Vlad-saludó sin mucho espíritu.
El íncubo se puso a hablar con ellos muy a lo libro complicado de leer y Giz miró con cara de “no entiendo nada” a Toima. Ver la expresión facial (y corporal) del argos, que parecía tener un tic nervioso en esos momentos, consoló un poco al goliat. La respuesta de Noel le ayudó a salir del paso. Más o menos.
-Sí... Cuánto tiempo...-se rascó la barbilla y se ausentó de la conversación para echar un vistazo a los transformados que había. Se preguntaba si a alguno de ellos se le caería el pelo y, en consecuencia, si quedaría mal visto que alguien fuera recogiendo pelos en plena fiesta.
--------
En otro lado de la estancia, Dirke mantenía su actitud infantil y despreocupada ante una buena fiesta. Esto podía deberse a lo poco que le había costado encontrar un traje. El hombre árbol iba totalmente desnudo, salvo un par de hojas de rigor que le tapaban las vergüenzas. Además, como complemento natural, su piel brillaba tenuemente en un tono verde pálido.
Lejos de tener los problemas de socialización del asreniano, el alemán iba de aquí para allá saludando efímeramente a desconocidos como si fueran primos hermanos suyos y aprovechando para dar a conocer su nombre rocavarancolés y, si se terciaba, de sus cualidades como hombre árbol. En concreto, ahora estaba presentándose a un hombre que le hizo mucha gracia por ir vestido como un mosquetero. De hecho, lo hacía básicamente para elogiar el traje.
Lo malo es que no duró mucho, en la puerta del palacete se encontraba Cai. Giz no pudo reprimir la mueca reacia que su cara gestionó por su cuenta y pasó de largo, caminando con cierta tensión. Si le preguntaran, no sabría decir por qué se la tenía jurada de esa manera a la trasgo, pero su sola presencia le incomodaba. Tanto que no se dio tiempo ni para sorprenderse porque un peluche estuviera tomando notas en la misma puerta.
En el interior, admiró la decoración no sin cierta envidia. Organizaban todo esto para hacer un tratado de paz que él no veía ni necesario y luego ellos mismos tenían que andar cazando en mundos vinculados para alimentarse. <<E incluso gastar más dinero aposta para la propia fiesta>> refunfuñó mentalmente. Aún así, Giz no era el más indicado para quejarse, pues le habían permitido montarse su propio laboratorio en las mazmorras del castillo, asíque simplemente se dedicó a llenarse la boca con alimentos varios que fue pescando por las mesas. Su paladar no era capaz de reconocer la calidad de los alimentos libenses, pero lo que más le gustó fue, como era de esperar, algo parecido a unas galletas.
El discuro del rey lo escuchó con más o menos atención. Aprovechó que todo el mundo estaba pendiente de Andras Sula para lanzar el hechizo de rastreo por genoma y así localizar a los daelicianos de la sala. Llegó justo a tiempo para escuchar la segunda mitad. <<Cuando Rocavarancolia realmente sea fuerte y recupere su verdadero legado, ¿mantendrá toda esta parafernalia y compartirá con Libo lo que consiga?>>. El asreniano creía saber la respuesta y, por lo tanto, la fiesta le parecía cada vez más un timo. Giz estaba siendo consciente por primera vez de que les estaban pagando un banquete de lujo a los libenses como forma bonita de decirles “no os vamos a matar todavía”. Definitivamente, lo que más le gustó -probablemente también lo único- de todo el discurso fue el dragón. El genoma del dragón, para ser exactos.
A partir de ahí, Giz solo tendría que arrastrar a Nasher en dirección contraria a la que el hechizo le señalaba, al menos si Enna parecía acercarse, que de momento no era el caso. <<Solo hay una daeliciana, por suerte>>. Si ya de por si había demasiada gente, lo cual imponía bastante al asreniano, de haber también muchos daelicianos... <<Me emborracharía y que fuera lo que Nassandra quiera>>. Como era de esperar, dadas las circunstancias, Giz se había prohibido beber alcohol.
Estaba picoteando en otra de las mesas, junto al Toima y el resto de los cuchitrileros cuando Vlad se les apareció delante. Giz no pudo evitar escanear de arriba a abajo el cuerpo del íncubo, sin estar seguro de si lo hacía solo para comprobar la fama de su transformación o debido al influjo de la propia.
-Hola, Vlad-saludó sin mucho espíritu.
El íncubo se puso a hablar con ellos muy a lo libro complicado de leer y Giz miró con cara de “no entiendo nada” a Toima. Ver la expresión facial (y corporal) del argos, que parecía tener un tic nervioso en esos momentos, consoló un poco al goliat. La respuesta de Noel le ayudó a salir del paso. Más o menos.
-Sí... Cuánto tiempo...-se rascó la barbilla y se ausentó de la conversación para echar un vistazo a los transformados que había. Se preguntaba si a alguno de ellos se le caería el pelo y, en consecuencia, si quedaría mal visto que alguien fuera recogiendo pelos en plena fiesta.
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En otro lado de la estancia, Dirke mantenía su actitud infantil y despreocupada ante una buena fiesta. Esto podía deberse a lo poco que le había costado encontrar un traje. El hombre árbol iba totalmente desnudo, salvo un par de hojas de rigor que le tapaban las vergüenzas. Además, como complemento natural, su piel brillaba tenuemente en un tono verde pálido.
Lejos de tener los problemas de socialización del asreniano, el alemán iba de aquí para allá saludando efímeramente a desconocidos como si fueran primos hermanos suyos y aprovechando para dar a conocer su nombre rocavarancolés y, si se terciaba, de sus cualidades como hombre árbol. En concreto, ahora estaba presentándose a un hombre que le hizo mucha gracia por ir vestido como un mosquetero. De hecho, lo hacía básicamente para elogiar el traje.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Palacete
09/06/13, 05:32 pm
Nia, Toima y Tania
La ulterana reaccionó a los elogios de una manera muy vergonzosa, puesto que no se esperaba que tanta gente de verdad lo encontrara "bonito", pues era un vestido de legado cultural ulterano, de todas las familias. Se habia comprometido a llevar los colores de su mundo consigo, a modo de representante y, por ello, era normal que Toima no lo reconociera.
Cuando estuvieron en marcha, de camino al palacete, Toima decidio que seria un buen entretenimiento para aliviar estress el hacer wrestling contra un colaespina algo despistado para dejarse atrapar por el colosal ulterano. Cuando el colaespina ya no dio más de si, el ulterano se aburrió y lo lanzó lejos por la cola, como si fuera un martillo. Su traje se habia ensuciado en el proceso, lo cual le ganó una reprimenda de Tania y un suspiro de cansancio de Nia quien fue quien arregló el traje de nuevo gracias a un hechizo. Con las protestas del ulterano, entraron en el barrio en el que se encontraba el palacete. Con la ayuda de la magia, habian renovado el barrio por completo a base de hechizos ilusorios para "aparentar" ante los visitantes libenses. Aquello se ganó dos miradas amargadas por parte de las chicas y una confusa del ulterano quien se artevió a intentar tocar las ilusiones, incredulo. Fue Tania quien tiró de él de vuelta al grupo, cogido por la oreja. Ya se habian retrasado bastante por su culpa.
Al llegar a la entrada, Nia comprobó que conocia quien estaba recibiendo a los invitados. Una demiurga que respondia al nombre de Dama Puntada y un oso enorme, hacian las veces de puerta y guardia vigilante. Nia la saludó cordialmente, recordando brevemente su estancia en su hogar particular. Toima no le quitó el ojo de encima al enorme oso de peluche mientras entraba y no pareció haber más incidentes.
Finalmente entraron. Toda la ciudad congregada ante ellos, les sacaron nervios hasta al impasible Toima, quien comenzó a parpadear rápidamente, intentando procesar más información de la que podia hasta que hubo blancos en su vista, al intentar registrar a todos los presentes. Finalmente se dio por vencido e intentó mantener pocos ojos abiertos. Por su parte Nia exploró con la mirada a la nobleza libense. Descartando su nudismo cultural, la ulterana apreció como parecian llevar esa aura de superioridad característica de la alta cuna. Se cruzó de brazos y frunció el ceño mientras jugueteaba con la seda de sus mangas, pensativa, absorta más bien. Por su parte Tania, no hizo muchos esfuerzos para exponerse a toda la multitud que habia congregada e intentó camuflarse en el seno de los cuchitrileros que, por su parte si que querian ver el espectáculo.
El rey procedió a dar su discurso, sin ningun incidente si no se contaba el hecho de que el ulterano habia intentado interrumpirle gritando: "¡Si! ¡Un valioso aliado, si eres una mujer!" pero en cuanto habia puesto sus manos entorno a su boca para amplificar el sonido, Nia le habia lanzado un hechizo de silencio, para evitar causarle problemas a nadie. El ulterano, ignorante de esto, pensó que su voz habia salido de su garganta y habia llegado a oidos del rey, quien la habia ignorado, por falta de una contestación que estuviera a la par. El ulterano se lo tomó como una victoria y se colgó la medalla.
-Heh.-dijo, revolviendose el pelo.-Soy demasiado bueno para él.-
El objeto en cuestion era la mano derecha de la ulterana y el objetivo fue la nuca del ulterano. Todavia silenciado el sonido entorno a él, solo los cuchitrileros llegaron a oir sus palabras, al igual que la sonora colleja que le propinó la ulterana en respuesta a su intervención. Por desgracia, la reprimenda del albino hizo que la ulterana se perdiera el resto del discurso y que solo llegara a tiempo de ver al dragón rugiendo y apagando las velas.
Sumidos en una oscuridad repentina, la niña no dudó en tirar de su último truco bajo la manga y, rápidamente, se llevó su pulgar derecho a los labios y, como si fuera el tubito que servia para hinchar una rueda, comenzó a soplar con fuerza. A partir del tercer soplido, su piel se comenzó a iluminar, tenuemente, como si fueran brasas de un fuego, solo que eran de un color zafiro brillante y, para cuando hubo terminado de soplar, toda su piel expuesta, incluida la de la cara, estaba recorrida por un sinfín de glifos, marcas y letras ulteranas, a modo de tatuajes. El color de estos no era constante y parecia que fluctuaba entre diferentes tonos de azul que se movian, como si de lenguas de fuego se trataran.
-Lista.-comentó para si misma, contemplando sus propias manos absorta.
A continuación, se iluminaron las esculturas y finalmente toda la sala de nuevo en ese fulguroso rojo que ensombreció al azul de Nia. Entró todo un banquete de diferentes delicias de todos los mundos vinculados, algo dubitativa, se giró hacia los cuchitrileros y dijo que iba a dar una vuelta, para ver que podia degustar. Dicho esto, cogio y se fue, confundiendose entre la multitud. La niña no tenia claro que pretendia llendo sola, sabiendo que empezaba a hacerse un nombre en la ciudad y que aquello podria acarrearle problemas. Pero sintió que tendria toda la noche para estar con el grupo, que primero debia saciar su curiosidad.
Paseando entre mesas, encontró más de un plato que conocia de sus estudios, ya fuera de Libo, Ulterania, La tierra e, incluso, de Idris, probó uno a uno de los que exponian. Algunos le dejaron un sabor amargo en la boca y otros salado, pero para lo que no estuvo preparado fue para una especie de gelatina púrpura que servian los abanderados de daelicia. Nia se preguntó como es que nadie se habia atrevido a probarlo antes y estaba intacto. Cierto era, que todo en Daelicia era venenoso para los no daelicianos, doblemente si eras un ulterano, pero Nia tenia más de un antídoto encima y no pudo evitar plantearse si probar el plato o no, a sabiendas del riesgo que suponia. Dudó unos instantes antes de que reemplazaran una bandeja con unos cangrejos de río peludos que todavia se movian, en una salsa picante que estaba preparada con un tipo de alga rojiza y muchas especias que les daban un color anaranjado. Nia se quedó mirando la bandeja ensimismada. Hacia años que no veia y probaba ninguno.
-¡Kus-kusu!-exclamó riendo mientras se servia.
Por su parte, Toima localizó a la única persona que le merecia la pena buscar en aquella sala. El conde, fue el primero en acercarse a ellos y el ulterano se quedó quieto, alisandose la coleta, distradio, fingiendo que no le habia visto venir. Cuando les saludó Toima formó una mueca en su cara. No estaba acostumbrado al nuevo tono de voz del rumano y no creia que se fuera a acostumbrar. Con eso, y sus recuerdos de lo que pasó en la noche de Luna, hicieron que Toima no se mostrara tan... amigable con el conde como lo habia hecho en un principio, años atrás.
-Conde.-le saludó escuetamente, con un ligero movimiento de cabeza. A continuación, el íncubo se sumio en una discurso, casi como una letania monóloga en la que decia muchas palabras que Toima jamás habia oido por separado, aún más raro haberlas oido junto. Asumió que era parte del caracter del conde que no habia cambiado con los años. Durante toda la cosecha, habia tenido arranques así antes, pero Toima nunca les habia dado mucha importancia y nunca se los daria. Sin embargo, entendio que hablaba de la realeza de ambas culturas, y Toima decidió dar su opinión también, sin importarle muy bien la apariencia actual de este.
-La verdad, el rey por mi se puede ir a tomar viento fresco y los otros tambien. La gente nunca ha necesitado de lideres "por sangre" o "por magia" y yo sin duda tampoco, asi que no le veo el punto a todo este...-buscó una palabra.-Engaño.-dijo refiriéndose más bien a la monarquía que al evento de alianza, y entonces permaneció callado.
Detrás del ulterano, algo tiró de su chaqueta. Sus ojos captaron a Tania que le suplicaba con la mirada irse de ahí, alejarse del conde que le daba de todo menos buenas sensaciones. El ulterano se enfrentó a los otros dos.
-Bueno, la noche es larga y hay mucho alcohol que probar, asi que, si me permitis, me sumerjo en...-intentó recordar la palabra que habia usado el conde.-...la catación.-
Con un ligero movimiento de cabeza se despidió y, junto a Tania, marcharon a las mesas que servian la comida y la bebida. En la lejania pudieron apreciar a Nia escupiendo una especie de gelatina purpura en una servilleta y toisendo fuertemente hasta que se bebio un pequeño vial que pareció ayudarla. Toima, con una copa de vino libense servido, dio un buen trago despues de comentar.
-Algún día la glotoneria matará a esa chica.-y rió, socarronamente.
-No eres quien para hablar, Toima. Tu hígado te agradeceria moderación esta noche.-comentó la otra. El ulterano contempló, con asombro, como la nublina sostenia una copa, al igual que él y estaba casi vacia.
-Estas bebiendo.-dijo, algo sorprendido.
-Si, he decidido probarlo, por esta noche solo. Una ocasión especial.-dijo jugueteando con su pelo nerviosamente. En verdad sabia de los efectos inhibidores del alcohol y pensó que seria una buena oportunidad para aprovecharse de estos y hacer un movimiento sobre Vac. El ulterano se hundió de hombros e hicieron un chinchin.
-Bien, tengo hambre.-dijo, dejando la copa vacia sobre una mesa, contentillo.-¿Tu crees que si lo pido, me prepararán ese bicho a la brasa?-dijo, señalando al dragón que reposaba al lado del rey.
-Toima ha sido solo una copa.-dijo la otra, exhasperada, llevandose su copa a los labios y dando un pequeño sorbo.
-Lo digo en serio. Apuesto que esas patas estan buenisimas con un poco de sal y pimienta.-contestó, con una carcajada seca mientras cogia otra nueva copa llena.
La ulterana reaccionó a los elogios de una manera muy vergonzosa, puesto que no se esperaba que tanta gente de verdad lo encontrara "bonito", pues era un vestido de legado cultural ulterano, de todas las familias. Se habia comprometido a llevar los colores de su mundo consigo, a modo de representante y, por ello, era normal que Toima no lo reconociera.
Cuando estuvieron en marcha, de camino al palacete, Toima decidio que seria un buen entretenimiento para aliviar estress el hacer wrestling contra un colaespina algo despistado para dejarse atrapar por el colosal ulterano. Cuando el colaespina ya no dio más de si, el ulterano se aburrió y lo lanzó lejos por la cola, como si fuera un martillo. Su traje se habia ensuciado en el proceso, lo cual le ganó una reprimenda de Tania y un suspiro de cansancio de Nia quien fue quien arregló el traje de nuevo gracias a un hechizo. Con las protestas del ulterano, entraron en el barrio en el que se encontraba el palacete. Con la ayuda de la magia, habian renovado el barrio por completo a base de hechizos ilusorios para "aparentar" ante los visitantes libenses. Aquello se ganó dos miradas amargadas por parte de las chicas y una confusa del ulterano quien se artevió a intentar tocar las ilusiones, incredulo. Fue Tania quien tiró de él de vuelta al grupo, cogido por la oreja. Ya se habian retrasado bastante por su culpa.
Al llegar a la entrada, Nia comprobó que conocia quien estaba recibiendo a los invitados. Una demiurga que respondia al nombre de Dama Puntada y un oso enorme, hacian las veces de puerta y guardia vigilante. Nia la saludó cordialmente, recordando brevemente su estancia en su hogar particular. Toima no le quitó el ojo de encima al enorme oso de peluche mientras entraba y no pareció haber más incidentes.
Finalmente entraron. Toda la ciudad congregada ante ellos, les sacaron nervios hasta al impasible Toima, quien comenzó a parpadear rápidamente, intentando procesar más información de la que podia hasta que hubo blancos en su vista, al intentar registrar a todos los presentes. Finalmente se dio por vencido e intentó mantener pocos ojos abiertos. Por su parte Nia exploró con la mirada a la nobleza libense. Descartando su nudismo cultural, la ulterana apreció como parecian llevar esa aura de superioridad característica de la alta cuna. Se cruzó de brazos y frunció el ceño mientras jugueteaba con la seda de sus mangas, pensativa, absorta más bien. Por su parte Tania, no hizo muchos esfuerzos para exponerse a toda la multitud que habia congregada e intentó camuflarse en el seno de los cuchitrileros que, por su parte si que querian ver el espectáculo.
El rey procedió a dar su discurso, sin ningun incidente si no se contaba el hecho de que el ulterano habia intentado interrumpirle gritando: "¡Si! ¡Un valioso aliado, si eres una mujer!" pero en cuanto habia puesto sus manos entorno a su boca para amplificar el sonido, Nia le habia lanzado un hechizo de silencio, para evitar causarle problemas a nadie. El ulterano, ignorante de esto, pensó que su voz habia salido de su garganta y habia llegado a oidos del rey, quien la habia ignorado, por falta de una contestación que estuviera a la par. El ulterano se lo tomó como una victoria y se colgó la medalla.
-Heh.-dijo, revolviendose el pelo.-Soy demasiado bueno para él.-
El objeto en cuestion era la mano derecha de la ulterana y el objetivo fue la nuca del ulterano. Todavia silenciado el sonido entorno a él, solo los cuchitrileros llegaron a oir sus palabras, al igual que la sonora colleja que le propinó la ulterana en respuesta a su intervención. Por desgracia, la reprimenda del albino hizo que la ulterana se perdiera el resto del discurso y que solo llegara a tiempo de ver al dragón rugiendo y apagando las velas.
Sumidos en una oscuridad repentina, la niña no dudó en tirar de su último truco bajo la manga y, rápidamente, se llevó su pulgar derecho a los labios y, como si fuera el tubito que servia para hinchar una rueda, comenzó a soplar con fuerza. A partir del tercer soplido, su piel se comenzó a iluminar, tenuemente, como si fueran brasas de un fuego, solo que eran de un color zafiro brillante y, para cuando hubo terminado de soplar, toda su piel expuesta, incluida la de la cara, estaba recorrida por un sinfín de glifos, marcas y letras ulteranas, a modo de tatuajes. El color de estos no era constante y parecia que fluctuaba entre diferentes tonos de azul que se movian, como si de lenguas de fuego se trataran.
-Lista.-comentó para si misma, contemplando sus propias manos absorta.
A continuación, se iluminaron las esculturas y finalmente toda la sala de nuevo en ese fulguroso rojo que ensombreció al azul de Nia. Entró todo un banquete de diferentes delicias de todos los mundos vinculados, algo dubitativa, se giró hacia los cuchitrileros y dijo que iba a dar una vuelta, para ver que podia degustar. Dicho esto, cogio y se fue, confundiendose entre la multitud. La niña no tenia claro que pretendia llendo sola, sabiendo que empezaba a hacerse un nombre en la ciudad y que aquello podria acarrearle problemas. Pero sintió que tendria toda la noche para estar con el grupo, que primero debia saciar su curiosidad.
Paseando entre mesas, encontró más de un plato que conocia de sus estudios, ya fuera de Libo, Ulterania, La tierra e, incluso, de Idris, probó uno a uno de los que exponian. Algunos le dejaron un sabor amargo en la boca y otros salado, pero para lo que no estuvo preparado fue para una especie de gelatina púrpura que servian los abanderados de daelicia. Nia se preguntó como es que nadie se habia atrevido a probarlo antes y estaba intacto. Cierto era, que todo en Daelicia era venenoso para los no daelicianos, doblemente si eras un ulterano, pero Nia tenia más de un antídoto encima y no pudo evitar plantearse si probar el plato o no, a sabiendas del riesgo que suponia. Dudó unos instantes antes de que reemplazaran una bandeja con unos cangrejos de río peludos que todavia se movian, en una salsa picante que estaba preparada con un tipo de alga rojiza y muchas especias que les daban un color anaranjado. Nia se quedó mirando la bandeja ensimismada. Hacia años que no veia y probaba ninguno.
-¡Kus-kusu!-exclamó riendo mientras se servia.
Por su parte, Toima localizó a la única persona que le merecia la pena buscar en aquella sala. El conde, fue el primero en acercarse a ellos y el ulterano se quedó quieto, alisandose la coleta, distradio, fingiendo que no le habia visto venir. Cuando les saludó Toima formó una mueca en su cara. No estaba acostumbrado al nuevo tono de voz del rumano y no creia que se fuera a acostumbrar. Con eso, y sus recuerdos de lo que pasó en la noche de Luna, hicieron que Toima no se mostrara tan... amigable con el conde como lo habia hecho en un principio, años atrás.
-Conde.-le saludó escuetamente, con un ligero movimiento de cabeza. A continuación, el íncubo se sumio en una discurso, casi como una letania monóloga en la que decia muchas palabras que Toima jamás habia oido por separado, aún más raro haberlas oido junto. Asumió que era parte del caracter del conde que no habia cambiado con los años. Durante toda la cosecha, habia tenido arranques así antes, pero Toima nunca les habia dado mucha importancia y nunca se los daria. Sin embargo, entendio que hablaba de la realeza de ambas culturas, y Toima decidió dar su opinión también, sin importarle muy bien la apariencia actual de este.
-La verdad, el rey por mi se puede ir a tomar viento fresco y los otros tambien. La gente nunca ha necesitado de lideres "por sangre" o "por magia" y yo sin duda tampoco, asi que no le veo el punto a todo este...-buscó una palabra.-Engaño.-dijo refiriéndose más bien a la monarquía que al evento de alianza, y entonces permaneció callado.
Detrás del ulterano, algo tiró de su chaqueta. Sus ojos captaron a Tania que le suplicaba con la mirada irse de ahí, alejarse del conde que le daba de todo menos buenas sensaciones. El ulterano se enfrentó a los otros dos.
-Bueno, la noche es larga y hay mucho alcohol que probar, asi que, si me permitis, me sumerjo en...-intentó recordar la palabra que habia usado el conde.-...la catación.-
Con un ligero movimiento de cabeza se despidió y, junto a Tania, marcharon a las mesas que servian la comida y la bebida. En la lejania pudieron apreciar a Nia escupiendo una especie de gelatina purpura en una servilleta y toisendo fuertemente hasta que se bebio un pequeño vial que pareció ayudarla. Toima, con una copa de vino libense servido, dio un buen trago despues de comentar.
-Algún día la glotoneria matará a esa chica.-y rió, socarronamente.
-No eres quien para hablar, Toima. Tu hígado te agradeceria moderación esta noche.-comentó la otra. El ulterano contempló, con asombro, como la nublina sostenia una copa, al igual que él y estaba casi vacia.
-Estas bebiendo.-dijo, algo sorprendido.
-Si, he decidido probarlo, por esta noche solo. Una ocasión especial.-dijo jugueteando con su pelo nerviosamente. En verdad sabia de los efectos inhibidores del alcohol y pensó que seria una buena oportunidad para aprovecharse de estos y hacer un movimiento sobre Vac. El ulterano se hundió de hombros e hicieron un chinchin.
-Bien, tengo hambre.-dijo, dejando la copa vacia sobre una mesa, contentillo.-¿Tu crees que si lo pido, me prepararán ese bicho a la brasa?-dijo, señalando al dragón que reposaba al lado del rey.
-Toima ha sido solo una copa.-dijo la otra, exhasperada, llevandose su copa a los labios y dando un pequeño sorbo.
-Lo digo en serio. Apuesto que esas patas estan buenisimas con un poco de sal y pimienta.-contestó, con una carcajada seca mientras cogia otra nueva copa llena.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Palacete
09/06/13, 06:12 pm
No tardaron mucho en salir del burdel, rodeados de bromas y de un humor impecable, que no empañaron las alimañas suicidas que salieron a su paso. “No tenía ni idea que los bichos se volvieran tan locos con la llegada de la Luna” se dijo mientras entraba en el barrio donde se encontraba el palacete. En ese momento, se sintió como si hubiera entrado en una ciudad completamente diferente, pero en seguida se dio cuenta que eran ilusiones. “Parece que el Consejo ha puesto mucho empeño en que Rocavarancolia aparente la opulencia de antaño.” Pensó al ver la belleza de los edificios comparándolos con el recuerdo de algunas descripciones leídas en un libro de historia. Pero todo eso pasó a segundo plano cuando entraron al palacete. La humildad, la sencillez y la escasez brillaban por su ausencia. El palacete era un continuo de ostentosidad, riqueza y magia, mirara a donde mirara todo le impresionaba: las esculturas, la decoración, las ropas de los asistentes, el consejo y la corte líbense,… sin pasar por alto el dragón del rey, del cual había oído hablar, pero al que nunca había visto en vivo. Todo era una muestra del futuro que se esperaba para Rocavarancolia.
Wen avanzó despacio por la sala, intentando guardar en sus retinas todos los detalles de la sala. No recordaba haber visto nada que se le pareciera ni en su corta estancia con sus hipócritas y ricos padres adoptivos. Una vez empapada en todo el esplendor, se concentró en buscar a la daeliciana de su cosecha, con la que no quería que Nasher se cruzara por nada del mundo. Su vista no dio con ella y, en vez de sentir alivio, sintió enfado. Quería hablar con ella, no sabía muy bien qué le iba a decir, pero tenía la imperiosa necesidad de saber si estaba vivía y, si lo estaba, hablar con ella y, si era necesario, darle su merecido. La vouivre a veces se sorprendía arrepintiéndose por no haberle dado a la daeliciana el mismo trato que le había dado a Res. “Ambos hicieron lo mismo.” Se decía, pero enseguida lo desestimaba ante la clara diferencia de una y otra acción.
A penas oyó el discurso del rey al estar pensando en Enna y en cómo habría muerto si es que lo había hecho, pero algo en su interior le dijo que no estaba muerta. “Esa niña no se iba a dejar matar por Rocavarancolia.” Concluyó. Sus pensamientos fueron interrumpidos al instante por el rugido del dragón y en seguida siguió a Noel y a Gael hacia las mesas de aperitivos y comenzó a probar manjares de otras tierras que no podía identificar mientras por su cabeza pasaban nada más que pensamientos banales. Wen se separó un poco del grupo casi persiguiendo a un camarero que portaba una bandeja con un vino preparado especialmente para la ocasión: una mezcla de un vino líbense muy popular y de su vino favorito, un caldo algo picante que daba la sensación de estar bebiendo veneno de serpiente. La vouivre no sabía exactamente si se podía considerar ironía que le gustara o que esa fuera la razón de su predilección por aquel vino. La británica tenía entendido que se habían hecho algunas mezclas especiales con vinos rocavarancoleses y vinos libenses, pero también sabía que el número de unidades de estas eran exclusivas de la fiesta y escasas, puesto que la mayoría de bebidas expuestas eran libenses, con algunas excepciones de otros mundos vinculados.
Ya con dos copas de ese vino especial en las manos, una de ellas para dársela a probar a Noel, se acercó de nuevo al grupo, sorprendiéndose al ver con ellos a Vlad. No era la primera vez que la vouivre veía al incubo, ni iba a ser la última. Vlad era un trabajador esporádico del burdel, por lo que ya lo había visto otras veces e incluso había intercambiado algunas palabras con él, pero no tenía con el conde la misma relación que con el resto de compañeros de trabajo, por lo que la conocía como dama Diurna y no sabía de su verdadera transformación.
- Buenas noches, Vladimir. Últimamente no te hemos visto por el burdel, supongo que estarías ocupado con los preparativos. - saludó educadamente la vouivre, para luego ofrecerle la segunda copa que llevaba a Noel.- Pruébalo, es magnífico. Suaviza un poco el picante del vino de serpiente, pero la pérdida es remplazada por el intenso sabor del vino líbense. - luego de decir esto, se dio cuenta de lo pedante que sonaba, por lo que lanzó a Noel una mirada de advertencia ante la seguridad de que su pareja bromearía con ello.
Mientras los antiguos compañeros de criba hablaban, la vouivre buscó con la mirada a los suyos, exceptuando a Nasher, y los apartó un poco del grupo para hablar con tranquilidad sin que el asreniano se percatara, aunque sabía que, por su oído fino, le sería imposible evitar que Noel los escuchara, aunque le era indiferente.
- Os quería informar de que voy a hablar con Enna. - les dijo en voz baja a Kaethe y a Matt.- Todavía no la he encontrado, ni sé si sigue con vida, pero si vive estará aquí y tengo que hablar con ella. Sois libres de acompañarme si queréis, pero nada de espectáculos ni levantar la voz. Solo hablaremos con ella para advertirla de que no olvidamos y que ni se le ocurra acercarse a ninguno de nosotros. Espero que no tenga que deciros que de esto ni una palabra a Nasher. Ya sufrió bastante por su culpa y parece que se está divirtiendo, no queremos estropearle el día.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Palacete
10/06/13, 12:25 am
Vladimir se giró hacia el curioso personaje, con una expresión de relamida sorpresa.
-¡Señor Lindström!- comentó, recorriéndolo de la cabeza a los pies para luego hacer el camino de vuelta hasta sus ojos amarillentos con una mirada que podría haber hecho parecer un polvo una misa en comparación.- Perdone mi absoluta descortesía. Veo que ha crecido mucho, aunque… quedarme con ese detalle sería muy burdo por mi parte, ¿no cree? Ciertamente parece haberse convertido en un hombre desde la última vez que le vi. Tendrá que informarme de sus peripecias desde entonces, que de seguro son muchas, si mis escasos datos sobre su paradero hasta la fecha no son erróneos.
Vlad escuchó con atención las palabras del argos, en parte con interés por su curiosa orientación política y en parte divertido por su nerviosismo. Ensanchó una sonrisa placentera mientras seguía con ojos medio cerrados los pasos de Toima en su camino hacia cualquier sitio que no fuera a su lado. El conde se consideraba suspicaz, pero no había que ser un genio para saber que a aquel personaje difícilmente le podía coger alguien por sorpresa.
-Curiosa postura, viniendo de un ulterano.-comentó mientras daba otro sorbo a la copa.- creía que en su mundo tenía la sacrosanta responsabilidad marcial de salvaguardar la vida de su emperador… aunque a decir verdad, podría equivocarme. Llevo bastante tiempo conociendo militares y altos cargos, y uno puede traspapelar perfiles. Y hablando de perfiles… Creo que no me han presentado debidamente al resto de los presentes. Diría que es una vergüenza por su parte, pero quizá sea cosa de mi impertinencia a la hora de irrumpir en la conversación.-dijo con tono jocoso y formal, dando a entender que aquel era uno de esos comentarios que sólo podían reírse si uno se sostenía el monóculo y agitaba su cóctel a la par.
Cuando Wen se acercó al grupo, el conde hizo una ligera reverencia con la gracia y fluidez que le había conferido su transformación.
-Saludos, dama Diurna. Siempre es un placer encontraros.-comentó con un tono sutilmente pérfido y adecuadamente camuflado entre la perfecta cortesía.
Escuchó atentamente las palabras de la muchacha, para luego dar un ligero trago a su copa de vino.
-¡Señor Lindström!- comentó, recorriéndolo de la cabeza a los pies para luego hacer el camino de vuelta hasta sus ojos amarillentos con una mirada que podría haber hecho parecer un polvo una misa en comparación.- Perdone mi absoluta descortesía. Veo que ha crecido mucho, aunque… quedarme con ese detalle sería muy burdo por mi parte, ¿no cree? Ciertamente parece haberse convertido en un hombre desde la última vez que le vi. Tendrá que informarme de sus peripecias desde entonces, que de seguro son muchas, si mis escasos datos sobre su paradero hasta la fecha no son erróneos.
Vlad escuchó con atención las palabras del argos, en parte con interés por su curiosa orientación política y en parte divertido por su nerviosismo. Ensanchó una sonrisa placentera mientras seguía con ojos medio cerrados los pasos de Toima en su camino hacia cualquier sitio que no fuera a su lado. El conde se consideraba suspicaz, pero no había que ser un genio para saber que a aquel personaje difícilmente le podía coger alguien por sorpresa.
-Curiosa postura, viniendo de un ulterano.-comentó mientras daba otro sorbo a la copa.- creía que en su mundo tenía la sacrosanta responsabilidad marcial de salvaguardar la vida de su emperador… aunque a decir verdad, podría equivocarme. Llevo bastante tiempo conociendo militares y altos cargos, y uno puede traspapelar perfiles. Y hablando de perfiles… Creo que no me han presentado debidamente al resto de los presentes. Diría que es una vergüenza por su parte, pero quizá sea cosa de mi impertinencia a la hora de irrumpir en la conversación.-dijo con tono jocoso y formal, dando a entender que aquel era uno de esos comentarios que sólo podían reírse si uno se sostenía el monóculo y agitaba su cóctel a la par.
Cuando Wen se acercó al grupo, el conde hizo una ligera reverencia con la gracia y fluidez que le había conferido su transformación.
-Saludos, dama Diurna. Siempre es un placer encontraros.-comentó con un tono sutilmente pérfido y adecuadamente camuflado entre la perfecta cortesía.
Escuchó atentamente las palabras de la muchacha, para luego dar un ligero trago a su copa de vino.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
10/06/13, 01:37 am
Noel se mantuvo aparentemente impasible ante la mirada que le dirigió Vlad; aunque no pudo evitar sentirse incómodo, no pensaba mostrarlo en ningún momento. De todos modos le hizo gracia que todavía recordarse su apellido y que lo hubiese llamado por él, cosa que no hacía nadie más en la ciudad.
-No importa, es normal que no me reconocieses. No te "tortures" por ello, que de eso ya me encargaré yo -dijo esbozando una sonrisa sádica, que fue su manera de devolverle la pelota para luego soltar una breve carcajada-. Es broma, humor de dracos de estínfalo -añadió haciendo un gesto con la mano como quitando importancia a lo que acababa de decir-. Supongo que Mánia te habrá contado algo sobre nosotros por lo que dices. Toima, Giz y yo junto con Koval y Adara aquí presentes -esperó un momento para que se dieran por concluídas las presentaciones- nos dedicamos a realizar toda clase de... encargos. Supongo que podrías llamar cazarrecompensas a nuestro oficio. Para el poco tiempo que llevamos creo que hemos tenido bastante suerte, últimamente hasta teníamos algo de dinero. Hasta que a nuestro estimado rey se le ocurrió ostentar hipocresía como si se tratase de riquezas y aquí estamos -finalizó en tono de burla pero asegurándose de que no había nadie potencialmente peligroso cerca que pudiera escucharle.
Había evitado deliberadamente el hacer ningún comentario al respecto a la alianza con Libo anteriormente, sabiendo de la posición de Vlad en todo aquello y no pensaba añadir nada más acerca del asunto que los había reunido a todos allí aquella noche. Fue también en ese momento cuando se dio cuenta de que Wen ya no se encontraba a su lado y por un momento miró frenéticamente a su alrededor, buscándola. Suspiró aliviado cuando la vio acercarse de nuevo con unas copas en la mano. Tal vez estaba siendo demasiado paranoico, pero no podía evitarlo. Por mucho que hubieran colocado protecciones mágicas a su gema, el draco no podía evitar desconfiar de cada mirada que le dirigían a la vouivre. Casi toda la ciudad estaba allí, y el comportamiento de muchos de los habitantes podría ser cuanto menos impredecible.
Se sorprendió un poco cuando la británica saludó al íncubo como si lo conociera, pero no tuvo tiempo de preguntarse cómo o por qué cuando lo entendió por las propias palabras de la chica. Tenía sentido que alguien con su transformación se dejase caer por el burdel con frecuencia. A continuación cogió la copa que ella le tendía y comenzó a esbozar una sonrisa divertida ante sus palabras preparado para hacer algún comentario pero la advertencia que captó en su mirada le hicieron callar. Pero no perdió la sonrisa en ningún momento.
-No está mal, aunque creo que todavía he de acostumbrarme a este sabor -aprobó tras probar un par de sorbos.
La vouivre entonces se alejó para hablar con Matt y Kaethe y el draco se vio tentado a seguirla, pero tampoco podía irse sin más mientras Vlad aún les hablaba. Constantemente observando a Wen por el rabillo del ojo, escuchó lo que el íncubo tenía que decir sobre un comentario que el argos le había hecho anteriormente.
-Me parece que a Toima le importa más bien poco su emperador -defendió al ulterano ya que este ya se había alejado-. Y no creo que precisamente él encaje en ninguno de esos perfiles de los que hablas.
Pronunció las últimas palabras casi de forma distraída, ya que en ese momento su oído estaba captando la conversación que mantenían Wen, Matt y Kaethe un poco más allá.
-Me alegro de haber vuelto a verte -dijo tras unos segundos de silencio-. Pero creo que hay un asunto que reclama mi atención. Y seguro que tú también tienes que regresar a tu puesto -esbozó un sonrisa con un leve tinte socarrón-. Giz, necesito que vengas conmigo -le indicó al goliat y le hizo también un gesto a Gael-. Hasta otra, Vlad.
Una vez se hubieron despedido del íncubo, Noel le preguntó a Giz acerca de la búsqueda que sabía que había realizado nada más entrar en el palacete. El goliat le indicó por donde había notado la presencia de la daeliciana y con esta información se acercó al grupo que charlaba sobre el tema.
-Espero que no os importe que vayamos con vosotros -dijo mirando específicamente a Wen.
Puede que estuviese exagerando en su preocupación, pero no pensaba perderla de vista ni un instante. El draco sabía que ella se había dado cuenta y le dirigió lo que creyó que era una mirada de reproche, pero no pensaba ceder.
Mientras esperaba la respuesta de Wen, el draco observó a Toima a lo lejos, que se había ido nada más responderle a Vlad. Había estado a punto de conseguir, como mínimo, que lo mataran, y el sueco se había quedado con las ganas de darle una colleja bien dada y de hacerle una advertencia. Aunque por otra parte confiaba con que Nia, que era quien había manejado la situación en esa ocasión, no le permitiese cometer ninguna estupidez. Aún así en cuanto pudiera tendría unas palabras con el argos. Su decisión se vio reforzada al observar como la náyade parecía haber decidido intentar envenarse a sí misma. <<Al final habrá que hacer de niñera de todo el mundo>>. Aquella fiesta le gustaba tan poco o menos como había supuesto.
-No importa, es normal que no me reconocieses. No te "tortures" por ello, que de eso ya me encargaré yo -dijo esbozando una sonrisa sádica, que fue su manera de devolverle la pelota para luego soltar una breve carcajada-. Es broma, humor de dracos de estínfalo -añadió haciendo un gesto con la mano como quitando importancia a lo que acababa de decir-. Supongo que Mánia te habrá contado algo sobre nosotros por lo que dices. Toima, Giz y yo junto con Koval y Adara aquí presentes -esperó un momento para que se dieran por concluídas las presentaciones- nos dedicamos a realizar toda clase de... encargos. Supongo que podrías llamar cazarrecompensas a nuestro oficio. Para el poco tiempo que llevamos creo que hemos tenido bastante suerte, últimamente hasta teníamos algo de dinero. Hasta que a nuestro estimado rey se le ocurrió ostentar hipocresía como si se tratase de riquezas y aquí estamos -finalizó en tono de burla pero asegurándose de que no había nadie potencialmente peligroso cerca que pudiera escucharle.
Había evitado deliberadamente el hacer ningún comentario al respecto a la alianza con Libo anteriormente, sabiendo de la posición de Vlad en todo aquello y no pensaba añadir nada más acerca del asunto que los había reunido a todos allí aquella noche. Fue también en ese momento cuando se dio cuenta de que Wen ya no se encontraba a su lado y por un momento miró frenéticamente a su alrededor, buscándola. Suspiró aliviado cuando la vio acercarse de nuevo con unas copas en la mano. Tal vez estaba siendo demasiado paranoico, pero no podía evitarlo. Por mucho que hubieran colocado protecciones mágicas a su gema, el draco no podía evitar desconfiar de cada mirada que le dirigían a la vouivre. Casi toda la ciudad estaba allí, y el comportamiento de muchos de los habitantes podría ser cuanto menos impredecible.
Se sorprendió un poco cuando la británica saludó al íncubo como si lo conociera, pero no tuvo tiempo de preguntarse cómo o por qué cuando lo entendió por las propias palabras de la chica. Tenía sentido que alguien con su transformación se dejase caer por el burdel con frecuencia. A continuación cogió la copa que ella le tendía y comenzó a esbozar una sonrisa divertida ante sus palabras preparado para hacer algún comentario pero la advertencia que captó en su mirada le hicieron callar. Pero no perdió la sonrisa en ningún momento.
-No está mal, aunque creo que todavía he de acostumbrarme a este sabor -aprobó tras probar un par de sorbos.
La vouivre entonces se alejó para hablar con Matt y Kaethe y el draco se vio tentado a seguirla, pero tampoco podía irse sin más mientras Vlad aún les hablaba. Constantemente observando a Wen por el rabillo del ojo, escuchó lo que el íncubo tenía que decir sobre un comentario que el argos le había hecho anteriormente.
-Me parece que a Toima le importa más bien poco su emperador -defendió al ulterano ya que este ya se había alejado-. Y no creo que precisamente él encaje en ninguno de esos perfiles de los que hablas.
Pronunció las últimas palabras casi de forma distraída, ya que en ese momento su oído estaba captando la conversación que mantenían Wen, Matt y Kaethe un poco más allá.
-Me alegro de haber vuelto a verte -dijo tras unos segundos de silencio-. Pero creo que hay un asunto que reclama mi atención. Y seguro que tú también tienes que regresar a tu puesto -esbozó un sonrisa con un leve tinte socarrón-. Giz, necesito que vengas conmigo -le indicó al goliat y le hizo también un gesto a Gael-. Hasta otra, Vlad.
Una vez se hubieron despedido del íncubo, Noel le preguntó a Giz acerca de la búsqueda que sabía que había realizado nada más entrar en el palacete. El goliat le indicó por donde había notado la presencia de la daeliciana y con esta información se acercó al grupo que charlaba sobre el tema.
-Espero que no os importe que vayamos con vosotros -dijo mirando específicamente a Wen.
Puede que estuviese exagerando en su preocupación, pero no pensaba perderla de vista ni un instante. El draco sabía que ella se había dado cuenta y le dirigió lo que creyó que era una mirada de reproche, pero no pensaba ceder.
Mientras esperaba la respuesta de Wen, el draco observó a Toima a lo lejos, que se había ido nada más responderle a Vlad. Había estado a punto de conseguir, como mínimo, que lo mataran, y el sueco se había quedado con las ganas de darle una colleja bien dada y de hacerle una advertencia. Aunque por otra parte confiaba con que Nia, que era quien había manejado la situación en esa ocasión, no le permitiese cometer ninguna estupidez. Aún así en cuanto pudiera tendría unas palabras con el argos. Su decisión se vio reforzada al observar como la náyade parecía haber decidido intentar envenarse a sí misma. <<Al final habrá que hacer de niñera de todo el mundo>>. Aquella fiesta le gustaba tan poco o menos como había supuesto.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Palacete
10/06/13, 06:32 am
Al que no se le podía quitar ojo de encima era a Toima, que por suerte iba seguido de cerca por Tania y Nia, lo que permitió que los demás pudieran relajarse un poco. Tras la escenita durante el discurso del rey recibió las reprimendas pertinentes por parte de todos los cuchitrileros, que no podían creer que fuera tan difícil guardar la compostura por una sola noche. Por eso Gael seguía echando rápidas miradas si el ulterano se movía o iba a otro lugar. Pero no era al único al que se quedó mirando, pues en un momento dado, no muy lejos de allí, le pareció ver a alguien mirando hacia el grupo fijamente. Le escudriñó durante el suficiente tiempo como para terminar percatándose de que miraba a Wen. Le saltaron las alarmas y se acercó al draco y a la vouivre con disimulo, movimiento que provocó que el otro apartara la mirada. Se dedicó a observarlo durante un tiempo más, tenso, hasta que empezó a sentir vergüenza ajena. Aquel tipo se dedicaba a mirar a cualquier chica de buen ver hasta que se sabía descubierto. Aun así, Gael lo siguió observando durante un buen rato, protegido tras el fuego, por si acaso aquella era una treta. «Esto vuelve a uno paranoico… Noel tiene que estar pasándolo mal».
Estando enfrascado en la vigilancia de aquel sujeto, tardó en percatarse de que alguien se acercaba, y se giró cuando la voz aterciopelada se dirigió a sus compañeros. Se encontró con un hombre imponente, que reconoció como íncubo por los cuernos y el rabo, aunque no solo por aquello. Resultaba inevitable apreciar la belleza de aquel hombre, aunque le resultase extraño pensar de ese modo. Por ello evitaba mirarle muy directamente, aunque de forma prácticamente inconsciente. De todas formas, aquel íncubo era un conocido de sus amigos, pero para él solo era el misterioso compañero de Mánia. Se limitó a escuchar la conversación, medio embelesado por la voz, medio alucinando por la forma pomposa que tenía de expresarse. Lo único que sacó en claro era que la relación con sus compañeros no era tan amistosa como Vlad parecía pintarla. Cuando se abordó el tema de la política ni siquiera metió baza, ya que el recién llegado no sabía ni su nombre. De hecho, intentaba escabullirse hacia las mesas de comida cuando por fin fue presentado.
-Encantando –dijo escuetamente. Y la conversación siguió sin que llegase a decir nada más.
Cuando por fin se despedían del íncubo respiró aliviado y se acercó a las mesas para agenciarse una porción más de comida, pero Noel lo reclamó enseguida. Agarró un pedazo de pastel de verduras y alcanzó rápidamente a Giz y al draco. Se acercaron a Wen, Kaethe y Matt, y por fin entendió a qué venía aquello. No había escuchado la conversación, ni la de unos ni la de otros, pero por el grupo reunido y el interés de Noel era evidente que se trataba de lo de Enna.
-¿Habéis dado con ella? –preguntó torpemente.
Estando enfrascado en la vigilancia de aquel sujeto, tardó en percatarse de que alguien se acercaba, y se giró cuando la voz aterciopelada se dirigió a sus compañeros. Se encontró con un hombre imponente, que reconoció como íncubo por los cuernos y el rabo, aunque no solo por aquello. Resultaba inevitable apreciar la belleza de aquel hombre, aunque le resultase extraño pensar de ese modo. Por ello evitaba mirarle muy directamente, aunque de forma prácticamente inconsciente. De todas formas, aquel íncubo era un conocido de sus amigos, pero para él solo era el misterioso compañero de Mánia. Se limitó a escuchar la conversación, medio embelesado por la voz, medio alucinando por la forma pomposa que tenía de expresarse. Lo único que sacó en claro era que la relación con sus compañeros no era tan amistosa como Vlad parecía pintarla. Cuando se abordó el tema de la política ni siquiera metió baza, ya que el recién llegado no sabía ni su nombre. De hecho, intentaba escabullirse hacia las mesas de comida cuando por fin fue presentado.
-Encantando –dijo escuetamente. Y la conversación siguió sin que llegase a decir nada más.
Cuando por fin se despedían del íncubo respiró aliviado y se acercó a las mesas para agenciarse una porción más de comida, pero Noel lo reclamó enseguida. Agarró un pedazo de pastel de verduras y alcanzó rápidamente a Giz y al draco. Se acercaron a Wen, Kaethe y Matt, y por fin entendió a qué venía aquello. No había escuchado la conversación, ni la de unos ni la de otros, pero por el grupo reunido y el interés de Noel era evidente que se trataba de lo de Enna.
-¿Habéis dado con ella? –preguntó torpemente.
- InvitadoInvitado
Re: Palacete
10/06/13, 04:03 pm
Cain desapareció en cuanto acabó el discurso, fundiendose en la multitud. Solo Mephis le acompañaba, mientras que los demás prefirieron ir por su cuenta. Vivia permaneció cerca de los cuchitrileros hasta que dama Circe la convenció para ir a fotografiar los vestidos más espectaculares. ''Con un poco de suerte nos acercamos lo bastante a los invitados de Libo'' Pero no fue necesario disimular, pues Mánia las hizo llamar pues a la duquesa de Zhandre le había llamado la atención el artilugio. Pudieron revelar la foto al instante y tanto los nobles como el rey se llevaron un recuerdo. Vivia y Circe volvieron al poco a reunirse con el resto de compañeros casi saltando de la ilusión. Zedrig había huido a la terraza para alejarse de la multitud, y Jau había sido secuestrado por Gahna, que probablemente se lo llevaría a una de las habitaciones cuando la noche estuviese más avanzada.
Nasher no había parado de dar vueltas admirando la decoración. Su propia piel le había traicionado en más de una ocasión cambiando de color sin que él pudiese controlarlo. A diferencia de los chicos del cuchitril a él la presunta hipocresía del Consejo y del Rey le importaba bien poco, tenía espectáculos, comida y bebida a su disposición, música y gente interesante, y eso era más que suficiente. Trataría de divertirse. Atacó todos los platos rechazando de inmediato todos los dulces y quedándose con los picantes y crujientes, Le gustó especialmente un plato de la tierra de Nia, que había probado animado por la felicidad de la chica al descubrirlo. Sin embargo, el comportamiento de sus amigos no le pasó desapercibido. Estaban tensos, Giz sobretodo, y sabía que era por Enna. Cuando fue a llevarle una bebida al goliat pilló por caualidad algunas palabras de Noel, y vio de reojo a Wen, Matt y Kaethe reunidos. Con un gesto sombrío le entregó a Giz la copa de vino.
-Escucha, no quiero que esteis comiéndoos la cabeza por mi. No quiero que andeis buscandola ni quiero que esteis preocupados mientras yo intento pasarlo bien. Por mi, Enna y su locura pueden irse al Abismo ¡Mira este lugar!- hizo un gesto que pretendió abarcar toda la sala y tomó a Giz de la mano- Puedo olvidar mi venganza una noche si es por vosotros, pero por favor no agobiáos por mi. Ignorad a Enna, por favor- le dedicó una sonrisa y un leve tirón de la chaqueta- ¿Vamos a bailar?
Nihil se había separado de su maestro. Siloco parloteaba con el príncipe de Libo y no parecía haberse percatado de su ausencia. Evaluó a la multitud. Era la única adepta de Ewa en toda la sala, la única reconocida al menos, pero podía sentir la bilis negra en el organismo de algunos de los invitados. Se paseó con gracia, sonriendo cuando la gente se apartaba a su paso, escrutando con ojos que no eran suyos, hasta que dio con la persona que estaba buscando. Más bien el grupo de personas que estaba buscando.
-Aquí estas- le dijo a Gael posando las manos en sus hombros. Se inclinó abrazándolo por detrás y con una sonrisa inquietante le susurró al oido- ¿Tú y tus amigos mercenarios estaríais dispuestos a hacer un trabajito para mi?
Nasher no había parado de dar vueltas admirando la decoración. Su propia piel le había traicionado en más de una ocasión cambiando de color sin que él pudiese controlarlo. A diferencia de los chicos del cuchitril a él la presunta hipocresía del Consejo y del Rey le importaba bien poco, tenía espectáculos, comida y bebida a su disposición, música y gente interesante, y eso era más que suficiente. Trataría de divertirse. Atacó todos los platos rechazando de inmediato todos los dulces y quedándose con los picantes y crujientes, Le gustó especialmente un plato de la tierra de Nia, que había probado animado por la felicidad de la chica al descubrirlo. Sin embargo, el comportamiento de sus amigos no le pasó desapercibido. Estaban tensos, Giz sobretodo, y sabía que era por Enna. Cuando fue a llevarle una bebida al goliat pilló por caualidad algunas palabras de Noel, y vio de reojo a Wen, Matt y Kaethe reunidos. Con un gesto sombrío le entregó a Giz la copa de vino.
-Escucha, no quiero que esteis comiéndoos la cabeza por mi. No quiero que andeis buscandola ni quiero que esteis preocupados mientras yo intento pasarlo bien. Por mi, Enna y su locura pueden irse al Abismo ¡Mira este lugar!- hizo un gesto que pretendió abarcar toda la sala y tomó a Giz de la mano- Puedo olvidar mi venganza una noche si es por vosotros, pero por favor no agobiáos por mi. Ignorad a Enna, por favor- le dedicó una sonrisa y un leve tirón de la chaqueta- ¿Vamos a bailar?
Nihil se había separado de su maestro. Siloco parloteaba con el príncipe de Libo y no parecía haberse percatado de su ausencia. Evaluó a la multitud. Era la única adepta de Ewa en toda la sala, la única reconocida al menos, pero podía sentir la bilis negra en el organismo de algunos de los invitados. Se paseó con gracia, sonriendo cuando la gente se apartaba a su paso, escrutando con ojos que no eran suyos, hasta que dio con la persona que estaba buscando. Más bien el grupo de personas que estaba buscando.
-Aquí estas- le dijo a Gael posando las manos en sus hombros. Se inclinó abrazándolo por detrás y con una sonrisa inquietante le susurró al oido- ¿Tú y tus amigos mercenarios estaríais dispuestos a hacer un trabajito para mi?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Palacete
10/06/13, 05:38 pm
Cuando Noel le preguntó por la dirección en la que se encontraba Enna, Giz torció un poco el gesto. <<Que mal se me da hacer las cosas con disimulo>>. Sin embargo, lejos de sentarle mal, ver que el resto también se preocupaba por ello le alivió parte de la carga que llevaba.
-No les dejéis hacer nada raro-pidió a Koval y Noel, señalando al grupo de la tercera cosecha.
Ambos se dirigieron al grupo y Giz se quedó durante unos segundos solo. Segundos en los cuales buscó casi asustado a Nasher por la sala. Le alivió ver a que estaba cerca y que solo había ido a por vino. A pesar de que tenía claro que no bebería, cogió la copa y le dedicó una sonrisa preocupada. Entonces fue cuando Nasher le habló sobre el tema de Enna.
-Está bien...-lo cierto es que esto acabó de relajar al goliat. Saber que no ocurriría nada desagradable en la fiesta y que no era necesario andar todo el tiempo alerta era tranquilizador. Tanto que, cuando Nasher le recordó dónde estaban, Giz empezó a ver la fiesta con mejores ojos. Y no solo la fiesta. Había estado tan preocupado por mantener las distancias entre Enna y Nasher, que casi se había olvidado del propio Nasher-. Perdona por haberle dado tantas vueltas al tema-decidió que era un buen momento para olvidarse de no beber y se llevó la copa a la boca. Se bebió el vino de un trago y no tardó en hacer muecas de desagrado por su sabor fuerte. Cogió aire como acto reflejo y esta vez le sonrió más despreocupadamente-. Hmm... Sabes que no sé bailar, ¿no?-Giz le plantó un beso en los labios-. Bueno, así será más divertido-tras encogerse de hombros, cogió a Nasher de la mano y se lo llevó hacia la zona donde tocaban los autómatas.
Por el camino se cruzó de nuevo con el hombre árbol, que se dirigía ahora hacia la chica mona que hacía las fotos de recuerdo.
-No les dejéis hacer nada raro-pidió a Koval y Noel, señalando al grupo de la tercera cosecha.
Ambos se dirigieron al grupo y Giz se quedó durante unos segundos solo. Segundos en los cuales buscó casi asustado a Nasher por la sala. Le alivió ver a que estaba cerca y que solo había ido a por vino. A pesar de que tenía claro que no bebería, cogió la copa y le dedicó una sonrisa preocupada. Entonces fue cuando Nasher le habló sobre el tema de Enna.
-Está bien...-lo cierto es que esto acabó de relajar al goliat. Saber que no ocurriría nada desagradable en la fiesta y que no era necesario andar todo el tiempo alerta era tranquilizador. Tanto que, cuando Nasher le recordó dónde estaban, Giz empezó a ver la fiesta con mejores ojos. Y no solo la fiesta. Había estado tan preocupado por mantener las distancias entre Enna y Nasher, que casi se había olvidado del propio Nasher-. Perdona por haberle dado tantas vueltas al tema-decidió que era un buen momento para olvidarse de no beber y se llevó la copa a la boca. Se bebió el vino de un trago y no tardó en hacer muecas de desagrado por su sabor fuerte. Cogió aire como acto reflejo y esta vez le sonrió más despreocupadamente-. Hmm... Sabes que no sé bailar, ¿no?-Giz le plantó un beso en los labios-. Bueno, así será más divertido-tras encogerse de hombros, cogió a Nasher de la mano y se lo llevó hacia la zona donde tocaban los autómatas.
Por el camino se cruzó de nuevo con el hombre árbol, que se dirigía ahora hacia la chica mona que hacía las fotos de recuerdo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
10/06/13, 06:29 pm
La conversación se vio interrumpida por el asreniano que precisamente no querían que se enterase. Sin embargo, Noel no pudo sino sonreír ante las palabras de Nasher. Wen había temido demasiado por él y, aunque lo entendía estaba claro que no hacía falta. La quimera sin duda parecía estar pasándoselo bien, <<al menos alguien lo hace>>. Si bien antes de salir el propio draco estaba más animado a pesar de todo lo que había despotricado, ya no se podía decir lo mismo en aquellos momentos. El sueco quería estar en todas partes a la vez y no podía. Le preocupaba que Toima hiciese alguna estupidez y no estar allí para impedirlo, incluso aunque sabía que había otros atentos a los movimientos del ulterano no podía evitarlo. Y por supuesto la constante paranoia por el miedo a que alguien pudiera descubrir de algún modo la transformación de Wen, que lo tenía desconfiando de cada habitante que le dirigía una mirada aunque esta fuese muy breve. Por suerte se quitó de encima en buena parte este peso cuando Adara manifestó su intención de mantener al ulterano vigilado más de cerca y se alejó en dirección al argos.
Pero en conjunto, la fiesta estaba consiguiendo algo que no ocurría con frecuencia: estaba estresando al draco. Durante todo el tiempo había vuelto a ponerse y quitarse la chaqueta varias veces, maldiciendo todas las mangas largas del mundo y notaba como sudaba ligeramente bajo el sombrero, al cual también le dio un par de vueltas quitándoselo y volviéndoselo a poner. Su naturaleza de draco de estínfalo hacía que no le molestase en absoluto estar rodeado de tanta gente, pero el ambiente y todo lo que ello conllevaba le crispaban los nervios. Deseó que si a pesar de todo iban a buscar a la daeliciana lo hiciesen de una buena vez para luego intentar salir a tomar el aire.
Aunque la casualidad no parecía querer que encontrasen a Enna, pues aún después de la intervención de Nasher y que este arrastrase a Giz con él, la conversación no se pudo retomar debido a la repentina aparición de una mujer que se acercó a Gael de forma casi sigilosa. Aunque la pregunta fue susurrada, el fino oído del draco le permitió escuchar con claridad a la súcubo, pues enseguida se dio cuenta de que eso es lo que era aquella mujer.
<<Es como si nos persiguieran los íncubos y los súcubos esta noche o algo>>, pensó no sin cierta jocosidad resignada mientras notaba la evidente tensión del fuego fatuo que pareció relajarse al darse cuenta de quien se trataba. Porque la conocía, y el sueco recordó entonces que había oído hablar de ella a través de su amigo. Era Nihil, la aprendiz de Siloco. Se extrañó de que alguien así estuviese buscando sus servicios pero desde luego no pensaba quejarse. Si conseguían un cliente sus pérdidas por haber tenido que asistir ya no serían tan flagrantes, a parte de que no sólo era importante el trabajo en sí, sino el hecho de que se les tuviese en cuenta en su oficio. Una vez Gael dio su aprobación, el sueco habló tras él, vacilante.
-Encantado, soy Noel, draco de estínfalo -se presentó de forma automática-. Ahora mismo sólo estamos nosotros dos de nuestro grupo, pero les haremos llegar al resto la propuesta. Dinos de qué se trata -pidió pasándose una garra por la barba distraídamente. Todavía no tenía del todo claro cómo debía tratar con los potenciales clientes.
Pero en conjunto, la fiesta estaba consiguiendo algo que no ocurría con frecuencia: estaba estresando al draco. Durante todo el tiempo había vuelto a ponerse y quitarse la chaqueta varias veces, maldiciendo todas las mangas largas del mundo y notaba como sudaba ligeramente bajo el sombrero, al cual también le dio un par de vueltas quitándoselo y volviéndoselo a poner. Su naturaleza de draco de estínfalo hacía que no le molestase en absoluto estar rodeado de tanta gente, pero el ambiente y todo lo que ello conllevaba le crispaban los nervios. Deseó que si a pesar de todo iban a buscar a la daeliciana lo hiciesen de una buena vez para luego intentar salir a tomar el aire.
Aunque la casualidad no parecía querer que encontrasen a Enna, pues aún después de la intervención de Nasher y que este arrastrase a Giz con él, la conversación no se pudo retomar debido a la repentina aparición de una mujer que se acercó a Gael de forma casi sigilosa. Aunque la pregunta fue susurrada, el fino oído del draco le permitió escuchar con claridad a la súcubo, pues enseguida se dio cuenta de que eso es lo que era aquella mujer.
<<Es como si nos persiguieran los íncubos y los súcubos esta noche o algo>>, pensó no sin cierta jocosidad resignada mientras notaba la evidente tensión del fuego fatuo que pareció relajarse al darse cuenta de quien se trataba. Porque la conocía, y el sueco recordó entonces que había oído hablar de ella a través de su amigo. Era Nihil, la aprendiz de Siloco. Se extrañó de que alguien así estuviese buscando sus servicios pero desde luego no pensaba quejarse. Si conseguían un cliente sus pérdidas por haber tenido que asistir ya no serían tan flagrantes, a parte de que no sólo era importante el trabajo en sí, sino el hecho de que se les tuviese en cuenta en su oficio. Una vez Gael dio su aprobación, el sueco habló tras él, vacilante.
-Encantado, soy Noel, draco de estínfalo -se presentó de forma automática-. Ahora mismo sólo estamos nosotros dos de nuestro grupo, pero les haremos llegar al resto la propuesta. Dinos de qué se trata -pidió pasándose una garra por la barba distraídamente. Todavía no tenía del todo claro cómo debía tratar con los potenciales clientes.
- InvitadoInvitado
Re: Palacete
10/06/13, 06:52 pm
Nihil no pareció mostrar la mas mínima intención de separarse del fuego fatuo. A pesar de que su influencia como súcubo era mucho menor en el mundo real, parecía incomodar al chico con su presencia, y eso la divertía. Además, era cómodo y calentito. Convocó una cúpula de insonorización sobre los tres, y sin cambiar el tono aterciopelado de su voz empezó a hablar:
-Bueno, como sabreis, hace poco asesinaron a una de las demiuergas de la ciudad, dama Aurea. Digamos que su muerte ha perjudicado a mi... organización- matizó, suponiendo que los chicos acabarían comprendiendo a qué se referría- Por supuesto no tiene sentido buscar al causante, pues no es mas que un mercenario como vosotros, pero quiero que eliminéis al que la mandó ejecutar. No quiero que quede nada; ni cuerpo, ni casa, ni esclavos, ni familia. Borradlo del mapa- dijo como si estuviese pidiendo que barriesen el polvo de una habitación.- ¿Aceptáis el trabajo? Ttened por seguro que os pagaré muy bien...
En la pista de baile las parejas bailaban algunas con más elegancia que otras. La música no se parecía en nada a la de asrena, aunque a Nasher no le disgustaba igualmente. Tranquilizó a Giz diciéndole que él tampoco sabía bailar lo que fuera que estaban bailando los demás, así que optaron por hacer un poco el ganso, intentando imitar al resto de parejas, con mejores resultados de los esperados. Como buen camaleón, Nasher pronto dio con el ritmo de los pasos y trató de guiar a Giz lo mejor que pudo, exagerando mucho los movimientos para que el goliat se relajase y teatralizándolo todo, como si se burlase del baile en sí.
-Bueno, como sabreis, hace poco asesinaron a una de las demiuergas de la ciudad, dama Aurea. Digamos que su muerte ha perjudicado a mi... organización- matizó, suponiendo que los chicos acabarían comprendiendo a qué se referría- Por supuesto no tiene sentido buscar al causante, pues no es mas que un mercenario como vosotros, pero quiero que eliminéis al que la mandó ejecutar. No quiero que quede nada; ni cuerpo, ni casa, ni esclavos, ni familia. Borradlo del mapa- dijo como si estuviese pidiendo que barriesen el polvo de una habitación.- ¿Aceptáis el trabajo? Ttened por seguro que os pagaré muy bien...
En la pista de baile las parejas bailaban algunas con más elegancia que otras. La música no se parecía en nada a la de asrena, aunque a Nasher no le disgustaba igualmente. Tranquilizó a Giz diciéndole que él tampoco sabía bailar lo que fuera que estaban bailando los demás, así que optaron por hacer un poco el ganso, intentando imitar al resto de parejas, con mejores resultados de los esperados. Como buen camaleón, Nasher pronto dio con el ritmo de los pasos y trató de guiar a Giz lo mejor que pudo, exagerando mucho los movimientos para que el goliat se relajase y teatralizándolo todo, como si se burlase del baile en sí.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Palacete
10/06/13, 09:29 pm
Fue el propio Nasher el que interrumpió la pequeña reunión, diciéndoles que no tenían de que preocuparse. Realmente así lo esperaba, parecía todo en orden en la fiesta así que si algo estaban, era seguros, y lo importante era que Nasher parecía tomárselo con calma. Se alejó con Giz, y Adara también se marchó, pero para tener vigilado a Toima. Por fin parecía que podían tener un momento de relax, y se limpiaba distraídamente las manos del pedazo de pastel que acababa de comer cuando una presencia le sorprendió por la espalda. Se quedó a medio camino de voltearse cuando se le abrazó una mujer repentinamente. Se tensó por la sorpresa, pero la voz era inconfundible y se permitió relajarse un poco.
–Claro, de eso vivimos, ¿no? –le respondió con una media sonrisa, esperando que no se le notaran las dudas.
Nunca sabía muy bien cómo tratar con Nihil ni qué esperar de ella. Prueba de ello era el nerviosismo que le estaba produciendo tenerla pegada, lo que hacía que se le notaba tenso y vacilante. La súcubo conjuró una burbuja de insonorización y continuó sus explicaciones. La mención de dama Áurea hizo que el muchacho recordara la angustia que conocer aquella muerte le había producido, pues aunque había perdido el contacto con Helli no creía que una chica como ella mereciese morir de aquel modo. Sin embargo lo que dijo Nihil a continuación le desencajó completamente, distorsionando los recuerdos que tenía de su antigua compañera. No era el momento de darle vueltas a aquello, y menos cuando el objetivo del encargo le cayó encima a plomo. Nubla, Valenz, esclavos, Varmania. Los recuerdos se agolparon en su imaginación por una fracción de segundo, y los desechó tan rápido como pudo. Esperaba perseguir y matar a alguien, lo que le había incomodado del encargo fue la mención de la familia. Se miraba los pies a sabiendas de que su expresión revelaría su agitación, pero levantó la mirada e interrogó a Noel mediante el silencio. Él había decidido, por muchos motivos, aceptar el encargo, y trató de reunir todo su aplomo para mirar a su compañero y que entendiera ese hecho, porque seguro también notaría sus dudas. Le dio de hecho la impresión de que el draco estaba igual, pero le respondió con un asentimiento.
–Se lo diremos a los demás, que ahora están desperdigados por la fiesta. ¿Te parece si contactamos contigo por el espejo cuando nos hayamos puesto de acuerdo? –Aflojó el nudo de la corbata y mostró el cordel del que pendía en su cuello el espejito que le habían dado tiempo atrás.
Pensándolo de forma práctica, no podían ponerse a rechazar encargos. Apelando a la furia que le producía la muerte de Helli, tampoco le importaba ver muerto al culpable. Necesitaban el dinero. No era nada que no hubieran hecho otras veces. Era perfectamente plausible que el sujeto ni siquiera tuviera familia. Pero por encima de todo, si no eran ellos, otros lo harían. Quien quiera que fuese estaba condenado. Pensar ordenadamente en todo aquello le ayudó a serenarse. Se acabaría acostumbrando tarde o temprano a la naturalidad de esas peticiones, comprendió.
–Por cierto, ¿por dónde anda Siloco? –le dijo después a Nihil, preguntándose si tendría tiempo de intercambiar algunas palabras con el nigromante.
–Claro, de eso vivimos, ¿no? –le respondió con una media sonrisa, esperando que no se le notaran las dudas.
Nunca sabía muy bien cómo tratar con Nihil ni qué esperar de ella. Prueba de ello era el nerviosismo que le estaba produciendo tenerla pegada, lo que hacía que se le notaba tenso y vacilante. La súcubo conjuró una burbuja de insonorización y continuó sus explicaciones. La mención de dama Áurea hizo que el muchacho recordara la angustia que conocer aquella muerte le había producido, pues aunque había perdido el contacto con Helli no creía que una chica como ella mereciese morir de aquel modo. Sin embargo lo que dijo Nihil a continuación le desencajó completamente, distorsionando los recuerdos que tenía de su antigua compañera. No era el momento de darle vueltas a aquello, y menos cuando el objetivo del encargo le cayó encima a plomo. Nubla, Valenz, esclavos, Varmania. Los recuerdos se agolparon en su imaginación por una fracción de segundo, y los desechó tan rápido como pudo. Esperaba perseguir y matar a alguien, lo que le había incomodado del encargo fue la mención de la familia. Se miraba los pies a sabiendas de que su expresión revelaría su agitación, pero levantó la mirada e interrogó a Noel mediante el silencio. Él había decidido, por muchos motivos, aceptar el encargo, y trató de reunir todo su aplomo para mirar a su compañero y que entendiera ese hecho, porque seguro también notaría sus dudas. Le dio de hecho la impresión de que el draco estaba igual, pero le respondió con un asentimiento.
–Se lo diremos a los demás, que ahora están desperdigados por la fiesta. ¿Te parece si contactamos contigo por el espejo cuando nos hayamos puesto de acuerdo? –Aflojó el nudo de la corbata y mostró el cordel del que pendía en su cuello el espejito que le habían dado tiempo atrás.
Pensándolo de forma práctica, no podían ponerse a rechazar encargos. Apelando a la furia que le producía la muerte de Helli, tampoco le importaba ver muerto al culpable. Necesitaban el dinero. No era nada que no hubieran hecho otras veces. Era perfectamente plausible que el sujeto ni siquiera tuviera familia. Pero por encima de todo, si no eran ellos, otros lo harían. Quien quiera que fuese estaba condenado. Pensar ordenadamente en todo aquello le ayudó a serenarse. Se acabaría acostumbrando tarde o temprano a la naturalidad de esas peticiones, comprendió.
–Por cierto, ¿por dónde anda Siloco? –le dijo después a Nihil, preguntándose si tendría tiempo de intercambiar algunas palabras con el nigromante.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
10/06/13, 10:18 pm
La fiesta se vio completamente distorsionada cuando Nihil conjuró el hechizo insonorizador. No importaba cuantas veces experimentase aquello, la sensación de verse rodeado de gente a la que no podía oír en lo más mínimo siempre resultaba surrealista. Especialmente teniendo en cuenta que el draco poseía un oído más fino de lo normal y constantemente le llegaban sonidos de aquí y de allá. Instintivamente miró hacia donde se encontraba el grupo que había quedado fuera de la insonorización, como temiendo que Wen se le "escapase" delante de las narices para buscar a Enna sin esperarle.
No se esperaba que les fuese a hablar sobre la muerte de dama Áurea, aquella demiurga que había compartido cosecha con Gael, Adara y Vac. Aunque por otra parte tampoco sabía que esperar, se dijo, y no le sorprendió realmente la naturaleza de aquel encargo. Cuando mencionó lo de su "organización", el draco recordó de que se trataba. Nihil era la que había ido a buscar a Sezk cuando se transformó, al cual por cierto no había visto en toda la noche. Ató cabos y supuso que era probable que ni siquiera hubiesen invitado a los miembros de la secta, sabiendo la merecida y mala fama que tenían en la ciudad, y que probablemente Nihil era una excepción debido a su contacto en el consejo.
El encargo, si bien era esperable, no era tan fácil de digerir. Era la primera vez que recibían un encargo de aquel tipo, siendo irónicamente lo más parecido que habían hecho una venganza personal de la cual no se sentía especialmente orgulloso. Una mirada a Gael le bastó para confirmar que su amigo debía de estar pensando en algo muy similar. Sin embargo, a pesar de todo ello, Noel no se planteó en ningún momento rechazar la oferta. Era muy probable que aquello le diera en lo que pensar, ya lo estaba haciendo, de hecho, pero era lo que él mismo había elegido y no tenía sentido alguno dudar a estas alturas. Además era probable que lo disfrutase. No, sabía que lo haría. Y eso le parecía tan despreciable como atractivo.
Captó la mirada cargada de duda del fuego fatuo y le dijo sin palabras que estaba de acuerdo en aceptar y dejó que hablase primero. Gael le dijo, acertadamente a su parecer, que tenían que hablar primero con el resto y cuando él finalizó de hablar intervino.
-Comprenderás que tenemos que consultarlo con el resto primero, tal y como ha dicho él, pero es bastante probable que estén de acuerdo. Por otra parte, me gustaría saber al menos una aproximación del pago que vamos a recibir porque creo que es un dato importante para tomar una decisión. No parece precisamente un juego de niños y podríamos tener que dedicar más de un día y contar con varios imprevistos. No es necesario que respondas ahora mismo, de todas formas.
Hasta ahora había sido Adara quien se había encargado de pormenorizar aquellos detalles siempre que les había surgido algo así, pero la ángel negro no estaba allí y el draco se sintió obligado a encargarse él de dar a entender que no dejaban las cosas al azar, incluso si no hacía falta hacerlo.
No se esperaba que les fuese a hablar sobre la muerte de dama Áurea, aquella demiurga que había compartido cosecha con Gael, Adara y Vac. Aunque por otra parte tampoco sabía que esperar, se dijo, y no le sorprendió realmente la naturaleza de aquel encargo. Cuando mencionó lo de su "organización", el draco recordó de que se trataba. Nihil era la que había ido a buscar a Sezk cuando se transformó, al cual por cierto no había visto en toda la noche. Ató cabos y supuso que era probable que ni siquiera hubiesen invitado a los miembros de la secta, sabiendo la merecida y mala fama que tenían en la ciudad, y que probablemente Nihil era una excepción debido a su contacto en el consejo.
El encargo, si bien era esperable, no era tan fácil de digerir. Era la primera vez que recibían un encargo de aquel tipo, siendo irónicamente lo más parecido que habían hecho una venganza personal de la cual no se sentía especialmente orgulloso. Una mirada a Gael le bastó para confirmar que su amigo debía de estar pensando en algo muy similar. Sin embargo, a pesar de todo ello, Noel no se planteó en ningún momento rechazar la oferta. Era muy probable que aquello le diera en lo que pensar, ya lo estaba haciendo, de hecho, pero era lo que él mismo había elegido y no tenía sentido alguno dudar a estas alturas. Además era probable que lo disfrutase. No, sabía que lo haría. Y eso le parecía tan despreciable como atractivo.
Captó la mirada cargada de duda del fuego fatuo y le dijo sin palabras que estaba de acuerdo en aceptar y dejó que hablase primero. Gael le dijo, acertadamente a su parecer, que tenían que hablar primero con el resto y cuando él finalizó de hablar intervino.
-Comprenderás que tenemos que consultarlo con el resto primero, tal y como ha dicho él, pero es bastante probable que estén de acuerdo. Por otra parte, me gustaría saber al menos una aproximación del pago que vamos a recibir porque creo que es un dato importante para tomar una decisión. No parece precisamente un juego de niños y podríamos tener que dedicar más de un día y contar con varios imprevistos. No es necesario que respondas ahora mismo, de todas formas.
Hasta ahora había sido Adara quien se había encargado de pormenorizar aquellos detalles siempre que les había surgido algo así, pero la ángel negro no estaba allí y el draco se sintió obligado a encargarse él de dar a entender que no dejaban las cosas al azar, incluso si no hacía falta hacerlo.
- InvitadoInvitado
Re: Palacete
10/06/13, 10:48 pm
-Hmm ¿y qué os parece un adelanto?- propuso Nihil- Mañana recibiréis, digamos que lo que os habeis gastado en trajes para esta fiestecilla- dijo acariciando el cuello de la camisa de Gael- Si por alguna razón no aceptáis o cambiais de opninión por verlo demasiado arriesgado, podeis devolverme el dinero. Ya os enviaré los detalles de la misión en cuanto termine de recopilar datos. Y ahora...
Chasqueó los dedos, disipando el conjuro de insonorización y entrelazó su brazo con el del fuego fatuo.
-Vamos a ver al maestro, que tiene que estar ligando por ahi. Espero que no haya bebido demasiado...
Siloco no había bebido demasiado, pero indudablemente había bebido. Nihil arrastró al chico por toda la sala hasta una terraza con sillones cubiertos por toldos de finas telas de colores. Allí estaba el nigromante con el príncipe de Libo, riendo y hablando de temas que los recién llegados no acabaron de entender. Lil' zombie estaba encadenado a la pata del sofá, vestido de marinerito y comiendo carne cruda tranquilamente, y dos abominaciones de Siloco mantenían a los curiosos a raya.
-Koval, mi pequeña linternita de Halloween, ¡cuanto has crecido!- saludó con entusiasmo abriendo mucho los brazos para recibir a su aprendiz- Mira, es el príncipa de Libo, estamos intercambiando batallitas, es realmente fascinante- comentó, sin dejar muy claro si se refería a la historia de Libo o al príncipe en sí.
El joven nombre se presentó como Khaigren de Krorona III y saludó a Nihil y a Gael con una suave inclinación de cabeza. Preguntó por la transformación y habilidades del chico, y a qué se dedicaba.
Chasqueó los dedos, disipando el conjuro de insonorización y entrelazó su brazo con el del fuego fatuo.
-Vamos a ver al maestro, que tiene que estar ligando por ahi. Espero que no haya bebido demasiado...
Siloco no había bebido demasiado, pero indudablemente había bebido. Nihil arrastró al chico por toda la sala hasta una terraza con sillones cubiertos por toldos de finas telas de colores. Allí estaba el nigromante con el príncipe de Libo, riendo y hablando de temas que los recién llegados no acabaron de entender. Lil' zombie estaba encadenado a la pata del sofá, vestido de marinerito y comiendo carne cruda tranquilamente, y dos abominaciones de Siloco mantenían a los curiosos a raya.
-Koval, mi pequeña linternita de Halloween, ¡cuanto has crecido!- saludó con entusiasmo abriendo mucho los brazos para recibir a su aprendiz- Mira, es el príncipa de Libo, estamos intercambiando batallitas, es realmente fascinante- comentó, sin dejar muy claro si se refería a la historia de Libo o al príncipe en sí.
El joven nombre se presentó como Khaigren de Krorona III y saludó a Nihil y a Gael con una suave inclinación de cabeza. Preguntó por la transformación y habilidades del chico, y a qué se dedicaba.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Palacete
11/06/13, 02:05 am
La oferta de Nihil era interesante, porque no había nada más cierto que su vuelta a estar en números rojos. Sin embargo era verdad que faltaban datos y datos para aceptar y poner un precio a aquel asunto. Le parecía bien si la ganancia dependía todavía de la información que faltaba por recopilar.
–Pues… me parece bien –dijo simplemente, porque Noel también estaba de acuerdo.
Casi no hizo falta ni preguntar, sin darse cuenta ya estaban atravesando la sala para buscar a Siloco. Gael no pudo evitar sentirse un poco intimidado, más desde que su maestro era parte del consejo. De forma inevitable, se sentía un poco como si fuera hacia el matadero, perdiéndose en aquella fiesta y lejos de las caras conocidas. Hacía tanto que no veía a Siloco que casi se preguntaba si se acordaría de él. Mismo no se había atrevido a llamarlo antes por el espejo porque temía que estuviera ocupado.
Llegaron a una terraza bien decorada, pero Gael ni siquiera se fijó en el entorno al ver allí al príncipe de Libo, cuya ropa era inconfundible. Tragó saliva y trató desesperadamente de no desencajar la cara y mantener la compostura. Había ido a esa fiesta esperando llegar, llenar la tripa y marcharse sin llamar la atención. Aquello se le iba un poco de las manos. Miró a Nihil interrogante, al recordar que había dicho que Siloco estaría ligando por ahí, «¿con este? ¿en serio?» se moría por preguntar. El nigromante se había vestido también para la ocasión, le gustó el toque oscuro pero elegante de su vestimenta. A quien tampoco esperaba encontrar allí era al pequeño ghoul del cementerio, pero no hizo preguntas. Siloco lo saludaba efusivamente y le devolvió una sonrisa que pretendía parecer relajada.
–Cuánto tiempo sin vernos –dijo. El saludo del príncipe sí que le puso los nervios a flor de piel, preocupado por hacer o decir algo inapropiado. Serenándose como pudo se inclinó él también con reverencia y trató de responder sin bajar gradualmente la voz ni titubear-. Soy un fuego fatuo, capaz de dar vida a la materia muerta poseyéndola. Me gano la vida como cazarrecompensas.
De vez en cuando sentía temblores en las extremidades, pero esperaba que nadie se diera cuenta detrás del fuego. No podía estar más avergonzado en ese momento, y recordó que, para colmo de males, brillaba más que nunca. Poco le faltó para pedir disculpas por eso, pero supo que tenía que mantener la boca cerrada. Por otro lado, en aquellas circunstancias no sabía ni cómo abordar lo que le quería preguntar a Siloco «en otra ocasión será».
–Pues… me parece bien –dijo simplemente, porque Noel también estaba de acuerdo.
Casi no hizo falta ni preguntar, sin darse cuenta ya estaban atravesando la sala para buscar a Siloco. Gael no pudo evitar sentirse un poco intimidado, más desde que su maestro era parte del consejo. De forma inevitable, se sentía un poco como si fuera hacia el matadero, perdiéndose en aquella fiesta y lejos de las caras conocidas. Hacía tanto que no veía a Siloco que casi se preguntaba si se acordaría de él. Mismo no se había atrevido a llamarlo antes por el espejo porque temía que estuviera ocupado.
Llegaron a una terraza bien decorada, pero Gael ni siquiera se fijó en el entorno al ver allí al príncipe de Libo, cuya ropa era inconfundible. Tragó saliva y trató desesperadamente de no desencajar la cara y mantener la compostura. Había ido a esa fiesta esperando llegar, llenar la tripa y marcharse sin llamar la atención. Aquello se le iba un poco de las manos. Miró a Nihil interrogante, al recordar que había dicho que Siloco estaría ligando por ahí, «¿con este? ¿en serio?» se moría por preguntar. El nigromante se había vestido también para la ocasión, le gustó el toque oscuro pero elegante de su vestimenta. A quien tampoco esperaba encontrar allí era al pequeño ghoul del cementerio, pero no hizo preguntas. Siloco lo saludaba efusivamente y le devolvió una sonrisa que pretendía parecer relajada.
–Cuánto tiempo sin vernos –dijo. El saludo del príncipe sí que le puso los nervios a flor de piel, preocupado por hacer o decir algo inapropiado. Serenándose como pudo se inclinó él también con reverencia y trató de responder sin bajar gradualmente la voz ni titubear-. Soy un fuego fatuo, capaz de dar vida a la materia muerta poseyéndola. Me gano la vida como cazarrecompensas.
De vez en cuando sentía temblores en las extremidades, pero esperaba que nadie se diera cuenta detrás del fuego. No podía estar más avergonzado en ese momento, y recordó que, para colmo de males, brillaba más que nunca. Poco le faltó para pedir disculpas por eso, pero supo que tenía que mantener la boca cerrada. Por otro lado, en aquellas circunstancias no sabía ni cómo abordar lo que le quería preguntar a Siloco «en otra ocasión será».
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Palacete
11/06/13, 02:52 am
Tas un momento lleno de flashes en el burdel decidimos ponernos en marcha. El camino fue bastante entretenido. No solo por los comentario o por las risas, sino por que algunas criaturas habían decidido hacer acto de presencia siendo victimas del numeroso grupo. Me dejo llevar por el ánimo del ambiente y mando a la muñeca a ir a por una de las colaespinas que había decidido atacarnos.
La muñeca sale despedida y de sus brazos brotan dos hojas de arena que cercenan la cabeza de la bestia a su paso salpicando una de las mangas de sangre al pasar la hoja por el cuello del colaespina. Limpio el traje de Sandy mientras le doy una pequeña reprimenda. -Eres una guarra.- Le digo mientras le termino de lanzar el hechizo. -Mira como te has puesto.- Le comento con un tono jocoso.
Cuando llegamos al sitio donde era la fiesta abro la boca de par en par. "Whao. Se han esmerado en adecentar esto." Pienso mientras paso por la calle impoluta y libre de escombros. A la entrada del palacete una mujer espera en la puerta acompañada de un oso enorme de peluche. "Mmm Interesante propuesta. Quizás te la copie." Pienso mientras observo al oso apuntando mi nombre en la lista. -Me gusta el oso.- Comento pasando por la verja de entrada agarrado de la muñeca. Al entrar solo puedo soltar un sonoro silbido. -¿Pero seguimos en Rocavarancolia? ¿O he pasado un portal a otra dimensión?- Digo mientras miro las habitaciones flotantes. Mi asombro se hace aun mayor al llegar a la sala donde una multitud de personas están congregadas. -Sigo sin saber donde coño estaba escondida tanta gente cuando era un cosechado.- Comento entre dientes.
Comienzo a andar entre los presentes fijándome en todos y cada uno de los invitados como si un fuese un niño la primera vez que le llevan al zoo. Por alguna razón los nervios que se apoderaban de mí en un principio se han transformado en una ligera hiperactividad. Todo son risas y bullicio a mi alrededor. Los camareros, los invitados, las mesas, las jaulas, los murales. Todo me llama poderosamente la atención. Cuando me doy cuenta me he quedado solo de todos los que venían en mi grupo a excepción de mi muñeca. -Menos mal que te he traído.- Le digo a la figura mientras esta se agarra a mi brazo. -Vamos a ver las jaulas a ver que hay dentro.-
De camino unos camareros pasan a nuestro lado con bandejas llenas de copas con algo que parece ser vino. Agarro un par de copas mientras pasan y le doy una a mi acompañante y brindo conmigo mismo. -Salud.- Me digo mientras que de un trago me bebo la copa. -Mmm- Digo saboreando. -Esta bueno.- Le cambio la copa a la figura y me entretengo mirando las bestias.
Tras un momento mirando a una especie de mono con una melena abundante escucho a alguien hablando a mi espalda. -¿Desea otra copa mi señora?- Dice un camarero dirigiéndose a la figura de arena. Me giro y no puedo reprimir una sonrisa de oreja a oreja "Parece ser que sí que he hecho un buen trabajo con la muñeca.. Hasta le ofrecen copas y todo." Me Felicito internamente mientras le comento al camarero. -No creo que te conteste querido.- Miro su bandeja que esta llena de aperitivos y bebidas y hago una mueca. -Perdona pero.- Hago una pausa mientras cambio las copas por dos nuevas. -¿No tendrías unos Doritos por casualidad?- El camarero se pone algo nervioso y me contesta con un cierto tono de miedo. -Lo siento mi señor pero no se al tipo de alimento que se refiere. Perdone mi ignorancia señor.-
El tono del muchacho me sorprende por lo que me acerco a él y le cojo una especie de brocheta de carne. -No te preocupes hombre. No pasa nada. Reerlaaaaajate.- Le pongo una mano en el hombro y le sonrío. -Estamos de fiesta hombre.- El chico sonríe tímidamente y me hace una pequeña reverencia con la cabeza continuando su camino. En ese momento todo el mundo se queda en silencio mirando hacia una pared por lo que me giro apurando mi copa y mis ojos se abren de par en par. Escucho el discurso del rey con una sensación extraña en el cuerpo. "Vaya... Matt estas en presencia del mismísimo rey de este lugar. Anda que a quien se le diga. No se lo cree." Voy divagando en mis pensamientos mientras apuro la copa de vino que tengo entre las manos y me escandalizo con las ropas de la supuesta reina de Libo. "Que discretitos van todos los de la corte macho."
El rugido de una bestia enorme al lado del rey me hace soltar la copa del sobresalto y abandonar mis pensamientos pero muevo rápidamente a la muñeca que la recoge antes de caer al suelo. "¿Eso es? No... Matt... No puede ser... ¡Un dragón!" Pienso sin poder dejar de tener la boca abierta. Lo único que había leído sobre dragones era lo que había en mis cuentos y libros de la tierra. "Increíble. Las películas que he visto de dragones son una puta estafa. Son preciosos." Pienso mientras observo al dragón maravillado. Tras el rugido todo se apaga y las figuras de cristal comienzan a iluminarse. Algo en la sala me llama la atención en la completa oscuridad. Una de ellas es la iluminación azul que proviene de las llamas de Gael "Os encontré" Pienso para mí cuando me fijo que no solo Gael esta iluminando el lugar sino que a los pocos metros de ellos otra figura mas baja desprende colores azules que varían de intensidad. "¿Otro fuego fatuo?" Pienso mientras intento descubrir de donde proviene el despliegue de tonalidades. "No, No es la misma luz" Me digo extrañado."Ya miraré quien le hace competencia a mi vela particular." Tras imaginarme a Gael como una antorcha niego con la cabeza y vuelvo a centrar mi vista en el lugar donde estaba el dragón ahora totalmente oscuro.
"Joder. Que pasada.. Que despliegue de magia." Pienso mientras las luces vuelven a su estado normal. El olor de la comida inunda mis orificios nasales y como guiado por una mano invisible acabamos mi muñeca y yo en una mesa donde están cortando una especie de animal que no tiene mala pinta. -Me da igual lo que sea pero quiero un cachito.- Le digo al camarero encargado de esa mesa.-En su punto por favor.-
Mientras me estoy terminando la porción que me sabe a gloria localizo a los chicos de serpentaria y les saludo alzando la copa poniéndome en dirección a ellos. Cuando estoy de camino puedo ver a Kaethe y a Nasher de pasada y al fijarme en ellos puedo ver que están con todos los demás. Me giro hacia Tsusu y gesticulo moviendo también los brazos en dirección a los cuchitrileros.
-*Luego os veo*- Le digo sin hablar mientras me encamino a hacia los chicos que estan con un hombre con cuernos y cola. -Interesante forma.- Me digo mientras cubro la distancia entre nosotros. Al llegar a la altura de los chicos alzo mi copa y brindo en el aire mientras doy otro sorbo a mi copa de vino.
Wedn me coge a mí y a Kaethe y nos aparta del grupo un par de pasos y las palabras de la voivre hacen que se me pase el puntillo que me estaba ofreciendo las tres copas de vino que llevaba para el cuerpo. "Enna... No había pensado en la niña azúcar glas desde hace muchísimo tiempo." Pienso para mí mientras me explica su intención de ir a buscarla. "Si esa zorra sigue viva tiene que estar en esta sala." Me pongo lo mas serio que puedo y les hablo a las dos en tono firme.
-Tienes razón.- Le digo a Wedn. -Nasher no tiene que enterarse de nada.- Miro a Kaethe esperando que su respuesta fuese la misma que la mía y continuo hablando. -Voy contigo.- Miro a mi alrededor y resoplo. -Pero vamos a necesitar ayuda.- Tras decir esto acerco a la muñeca a mí y le susurro en voz muy baja un hechizo de localización mientras se lo implanto a la muñeca que esta, al recibirlo, se pone tensa y se va silenciosamente perdiéndose entre la multitud buscando a la daeliciana.
Gael y Noel se acercan a nosotros comentando la idea de buscar a la Daeliciana con nosotros pero al momento Nasher aparece pidiéndonos que disfrutemos de la fiesta. Que no nos preocupásemos de él ni de la desgraciada de Enna. Tras el comentario del arseniano busco los ojos de Wedn para poder ver en ellos alguna respuesta pero en ese momento una dulce voz algo hipnótica sale de detrás de Gael y me hace temerme lo peor. "Que no sea ella... que no sea ella. No puede ser esta situación tan peliculera" Me digo mientras busco el origen de la voz que sale de la figura de la chica que esta a su lado. Por lo que parece ser es una conocida de Koval por lo que me relajo bastante. Noel se acerca a ellos y en un momento una esfera verde les envuelve impidiendo escuchar lo que hablan dentro. "Así funciona una esfera de silencio." Me digo mientras observo a los tres personajes hablando entre ellos sin escuchar nada. "¿Qué clase de monstruo será?" Me pregunto mientras veo la forma de la mujer.
Wend comenta entonces que si Nasher quiere no la buscaremos hoy por lo que respiro hondo alegrado de la noticia y les hablo. -Entonces Dama Diurna, Sobras y Nasher. ¿Operación búsqueda de loca psicópata abortada?- Digo mientras chasqueo los dedos y anulo mentalmente el hechizo de búsqueda implantado sobre la muñeca.
La esfera de silencio de Gael, la chica y Noel se explota y al momento la chica se lleva a Gael casi a rastras hacia fuera. "Interesante forma la de esa chica." Me acerco a Noel y le pregunto extrañado. -¿Quien era esa chica?- Hago una pausa y me coloco la capucha a la espalda que se había descolocado un poco y continuo hablando. -Y lo mas importante. ¿Qué se supone que es?-
La muñeca sale despedida y de sus brazos brotan dos hojas de arena que cercenan la cabeza de la bestia a su paso salpicando una de las mangas de sangre al pasar la hoja por el cuello del colaespina. Limpio el traje de Sandy mientras le doy una pequeña reprimenda. -Eres una guarra.- Le digo mientras le termino de lanzar el hechizo. -Mira como te has puesto.- Le comento con un tono jocoso.
Cuando llegamos al sitio donde era la fiesta abro la boca de par en par. "Whao. Se han esmerado en adecentar esto." Pienso mientras paso por la calle impoluta y libre de escombros. A la entrada del palacete una mujer espera en la puerta acompañada de un oso enorme de peluche. "Mmm Interesante propuesta. Quizás te la copie." Pienso mientras observo al oso apuntando mi nombre en la lista. -Me gusta el oso.- Comento pasando por la verja de entrada agarrado de la muñeca. Al entrar solo puedo soltar un sonoro silbido. -¿Pero seguimos en Rocavarancolia? ¿O he pasado un portal a otra dimensión?- Digo mientras miro las habitaciones flotantes. Mi asombro se hace aun mayor al llegar a la sala donde una multitud de personas están congregadas. -Sigo sin saber donde coño estaba escondida tanta gente cuando era un cosechado.- Comento entre dientes.
Comienzo a andar entre los presentes fijándome en todos y cada uno de los invitados como si un fuese un niño la primera vez que le llevan al zoo. Por alguna razón los nervios que se apoderaban de mí en un principio se han transformado en una ligera hiperactividad. Todo son risas y bullicio a mi alrededor. Los camareros, los invitados, las mesas, las jaulas, los murales. Todo me llama poderosamente la atención. Cuando me doy cuenta me he quedado solo de todos los que venían en mi grupo a excepción de mi muñeca. -Menos mal que te he traído.- Le digo a la figura mientras esta se agarra a mi brazo. -Vamos a ver las jaulas a ver que hay dentro.-
De camino unos camareros pasan a nuestro lado con bandejas llenas de copas con algo que parece ser vino. Agarro un par de copas mientras pasan y le doy una a mi acompañante y brindo conmigo mismo. -Salud.- Me digo mientras que de un trago me bebo la copa. -Mmm- Digo saboreando. -Esta bueno.- Le cambio la copa a la figura y me entretengo mirando las bestias.
Tras un momento mirando a una especie de mono con una melena abundante escucho a alguien hablando a mi espalda. -¿Desea otra copa mi señora?- Dice un camarero dirigiéndose a la figura de arena. Me giro y no puedo reprimir una sonrisa de oreja a oreja "Parece ser que sí que he hecho un buen trabajo con la muñeca.. Hasta le ofrecen copas y todo." Me Felicito internamente mientras le comento al camarero. -No creo que te conteste querido.- Miro su bandeja que esta llena de aperitivos y bebidas y hago una mueca. -Perdona pero.- Hago una pausa mientras cambio las copas por dos nuevas. -¿No tendrías unos Doritos por casualidad?- El camarero se pone algo nervioso y me contesta con un cierto tono de miedo. -Lo siento mi señor pero no se al tipo de alimento que se refiere. Perdone mi ignorancia señor.-
El tono del muchacho me sorprende por lo que me acerco a él y le cojo una especie de brocheta de carne. -No te preocupes hombre. No pasa nada. Reerlaaaaajate.- Le pongo una mano en el hombro y le sonrío. -Estamos de fiesta hombre.- El chico sonríe tímidamente y me hace una pequeña reverencia con la cabeza continuando su camino. En ese momento todo el mundo se queda en silencio mirando hacia una pared por lo que me giro apurando mi copa y mis ojos se abren de par en par. Escucho el discurso del rey con una sensación extraña en el cuerpo. "Vaya... Matt estas en presencia del mismísimo rey de este lugar. Anda que a quien se le diga. No se lo cree." Voy divagando en mis pensamientos mientras apuro la copa de vino que tengo entre las manos y me escandalizo con las ropas de la supuesta reina de Libo. "Que discretitos van todos los de la corte macho."
El rugido de una bestia enorme al lado del rey me hace soltar la copa del sobresalto y abandonar mis pensamientos pero muevo rápidamente a la muñeca que la recoge antes de caer al suelo. "¿Eso es? No... Matt... No puede ser... ¡Un dragón!" Pienso sin poder dejar de tener la boca abierta. Lo único que había leído sobre dragones era lo que había en mis cuentos y libros de la tierra. "Increíble. Las películas que he visto de dragones son una puta estafa. Son preciosos." Pienso mientras observo al dragón maravillado. Tras el rugido todo se apaga y las figuras de cristal comienzan a iluminarse. Algo en la sala me llama la atención en la completa oscuridad. Una de ellas es la iluminación azul que proviene de las llamas de Gael "Os encontré" Pienso para mí cuando me fijo que no solo Gael esta iluminando el lugar sino que a los pocos metros de ellos otra figura mas baja desprende colores azules que varían de intensidad. "¿Otro fuego fatuo?" Pienso mientras intento descubrir de donde proviene el despliegue de tonalidades. "No, No es la misma luz" Me digo extrañado."Ya miraré quien le hace competencia a mi vela particular." Tras imaginarme a Gael como una antorcha niego con la cabeza y vuelvo a centrar mi vista en el lugar donde estaba el dragón ahora totalmente oscuro.
"Joder. Que pasada.. Que despliegue de magia." Pienso mientras las luces vuelven a su estado normal. El olor de la comida inunda mis orificios nasales y como guiado por una mano invisible acabamos mi muñeca y yo en una mesa donde están cortando una especie de animal que no tiene mala pinta. -Me da igual lo que sea pero quiero un cachito.- Le digo al camarero encargado de esa mesa.-En su punto por favor.-
Mientras me estoy terminando la porción que me sabe a gloria localizo a los chicos de serpentaria y les saludo alzando la copa poniéndome en dirección a ellos. Cuando estoy de camino puedo ver a Kaethe y a Nasher de pasada y al fijarme en ellos puedo ver que están con todos los demás. Me giro hacia Tsusu y gesticulo moviendo también los brazos en dirección a los cuchitrileros.
-*Luego os veo*- Le digo sin hablar mientras me encamino a hacia los chicos que estan con un hombre con cuernos y cola. -Interesante forma.- Me digo mientras cubro la distancia entre nosotros. Al llegar a la altura de los chicos alzo mi copa y brindo en el aire mientras doy otro sorbo a mi copa de vino.
Wedn me coge a mí y a Kaethe y nos aparta del grupo un par de pasos y las palabras de la voivre hacen que se me pase el puntillo que me estaba ofreciendo las tres copas de vino que llevaba para el cuerpo. "Enna... No había pensado en la niña azúcar glas desde hace muchísimo tiempo." Pienso para mí mientras me explica su intención de ir a buscarla. "Si esa zorra sigue viva tiene que estar en esta sala." Me pongo lo mas serio que puedo y les hablo a las dos en tono firme.
-Tienes razón.- Le digo a Wedn. -Nasher no tiene que enterarse de nada.- Miro a Kaethe esperando que su respuesta fuese la misma que la mía y continuo hablando. -Voy contigo.- Miro a mi alrededor y resoplo. -Pero vamos a necesitar ayuda.- Tras decir esto acerco a la muñeca a mí y le susurro en voz muy baja un hechizo de localización mientras se lo implanto a la muñeca que esta, al recibirlo, se pone tensa y se va silenciosamente perdiéndose entre la multitud buscando a la daeliciana.
Gael y Noel se acercan a nosotros comentando la idea de buscar a la Daeliciana con nosotros pero al momento Nasher aparece pidiéndonos que disfrutemos de la fiesta. Que no nos preocupásemos de él ni de la desgraciada de Enna. Tras el comentario del arseniano busco los ojos de Wedn para poder ver en ellos alguna respuesta pero en ese momento una dulce voz algo hipnótica sale de detrás de Gael y me hace temerme lo peor. "Que no sea ella... que no sea ella. No puede ser esta situación tan peliculera" Me digo mientras busco el origen de la voz que sale de la figura de la chica que esta a su lado. Por lo que parece ser es una conocida de Koval por lo que me relajo bastante. Noel se acerca a ellos y en un momento una esfera verde les envuelve impidiendo escuchar lo que hablan dentro. "Así funciona una esfera de silencio." Me digo mientras observo a los tres personajes hablando entre ellos sin escuchar nada. "¿Qué clase de monstruo será?" Me pregunto mientras veo la forma de la mujer.
Wend comenta entonces que si Nasher quiere no la buscaremos hoy por lo que respiro hondo alegrado de la noticia y les hablo. -Entonces Dama Diurna, Sobras y Nasher. ¿Operación búsqueda de loca psicópata abortada?- Digo mientras chasqueo los dedos y anulo mentalmente el hechizo de búsqueda implantado sobre la muñeca.
La esfera de silencio de Gael, la chica y Noel se explota y al momento la chica se lleva a Gael casi a rastras hacia fuera. "Interesante forma la de esa chica." Me acerco a Noel y le pregunto extrañado. -¿Quien era esa chica?- Hago una pausa y me coloco la capucha a la espalda que se había descolocado un poco y continuo hablando. -Y lo mas importante. ¿Qué se supone que es?-
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