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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Montañas
03/08/11, 01:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Altos picos escarpados que separan a la ciudad del desierto.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
OWNED
03/02/14, 12:05 am
Dama Aurora era temeraria, pero no estúpida: ya se esperaba que una barahúnda de hechizos la asaltara en cuanto lograsen detectarla. No llegó a oír lo que decían la mayoría de ellos debido a que efectivamente llevaba anclados diminutos campos de silencio en los oídos, pero se podía hacer a la idea.
En cuanto vio que más de uno empezaba a gesticular retrocedió prestamente dos pasos sin esperar a ver qué conjuraban. Al haberse hecho intangible previamente, no tuvo más que respirar hondo y hundirse completamente dentro de la pared de roca. Dentro de su refugio rocoso sintió el chisporroteo de los hechizos impactando contra su anterior localización. Todo estaba oscuro dentro del muro, de modo que tanto los embrujos de tiniebla y luz como las plumas de Noel le pasaron desapercibidos.
Y justamente por eso no vio venir el lanzazo de magia de Giz en dirección a esa misma pared.
Una explosión y un montón de escombros más tarde dama Aurora estaba en el suelo paralizada, merced a la admirable sincronización del hechizo de Gael con el de Giz.
No había esperado ganar realmente, y le habría sorprendido mucho que se limitaran a largarse, aunque no la hubiesen dejado KO de forma tan inmediata. La lógica de acudir a su encuentro pasaba porque sí le interesaba dejarlos sin ganas de hacer más que coger lo que hubiesen venido a buscar y se marchasen. Dejar a gente desconocida por un alijo lleno de objetos hacía que las manos largas surgiesen por generación espontánea.
Dama Aurora lo sabía bien: por algo se ganaba la vida así.
De haber sido capaz habría alzado una ceja burlona, pero dadas las circunstancias sus ojos decían bastante claramente: "Bueno, ¿y ahora qué?"
En cuanto vio que más de uno empezaba a gesticular retrocedió prestamente dos pasos sin esperar a ver qué conjuraban. Al haberse hecho intangible previamente, no tuvo más que respirar hondo y hundirse completamente dentro de la pared de roca. Dentro de su refugio rocoso sintió el chisporroteo de los hechizos impactando contra su anterior localización. Todo estaba oscuro dentro del muro, de modo que tanto los embrujos de tiniebla y luz como las plumas de Noel le pasaron desapercibidos.
Y justamente por eso no vio venir el lanzazo de magia de Giz en dirección a esa misma pared.
-
Una explosión y un montón de escombros más tarde dama Aurora estaba en el suelo paralizada, merced a la admirable sincronización del hechizo de Gael con el de Giz.
No había esperado ganar realmente, y le habría sorprendido mucho que se limitaran a largarse, aunque no la hubiesen dejado KO de forma tan inmediata. La lógica de acudir a su encuentro pasaba porque sí le interesaba dejarlos sin ganas de hacer más que coger lo que hubiesen venido a buscar y se marchasen. Dejar a gente desconocida por un alijo lleno de objetos hacía que las manos largas surgiesen por generación espontánea.
Dama Aurora lo sabía bien: por algo se ganaba la vida así.
De haber sido capaz habría alzado una ceja burlona, pero dadas las circunstancias sus ojos decían bastante claramente: "Bueno, ¿y ahora qué?"
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Montañas
03/02/14, 01:43 am
Toima
Tapándose los oidos con un gesto de dolor, el ulterano maldijo con voz estridente.
-¡HIJA DE PUTA DE MIERDA!-gritó, dejándose la garganta. Él no parecia el único afectado por el potente ruido, puesto que los demás habian tenido reacciones parecidas, aunque no demasiado afectadas. Aquello le hizo cabilar un instante sobre que entendian los demás por "ruido" y por "música" ya que al ulterano le parecia lo mismo siempre. Por suerte, Toima no era de las personas que solia pensar durante mucho tiempo seguido y pronto logró volver a estar alerta, pasando a informarles, con gestos, de que estaba haciendo en cada momento.
A su espalda, una fuerte potencia mágica se concentraba, proveniente de sus amigos para tranquilidad de su paranoia y fue entonces que el ulterano se preguntó si de verdad subestimaba la magia. Viendo tal demostración de poderes varios, el argos no pudo hacer nada más que señalar como un retrasado donde se encontraba y que hacia, mientras el penetrante pitido le hacia querer encañonarse la cabeza y apretar el gatillo.
Fue entonces cuando, de pronto, a una velocidad increible, un lanzazo de magia golpeó a la ladrona, derribandola, a continuación de otra sucesion de poderes mágicos que Toima no pudo identificar a simple vista. Pudo comprobar, sin embargo, que se encontraba sumergida en uno de los hechizos que mejor conocia, por experiencia propia: el de paralisis. Casi con ironia, sentia algo de pena por la chica ya que entendia su situación. Casi. Seguia siendo una bastarda ruidosa que hizo que le doliese la cabeza. Les hizo señas para indicarles que se encontraba paralizada y luego, llamandoles la atención hacia el techo, hizo señas de dibujos y de ruido en la oreja, con la esperanza de que le entendiesen.
El ulterano, no se detuvo ahí. Tenia una imperiosa necesidad de hacer algo. Avanzó a paso constante y casi acelerado hacia el cuerpo.
Confundiendo las capas de magia, y en parte porque el hechizo se estaba desvaneciendo, se le olvido percatarse de la intangibilidad y fue a darle una patada dura en el hombro para ponerla bocarriba. Lo que sucedió es que la atravesó limpiamente y casi se cae por la inercia de esta. Maldiciendo una vez más, desenfundó su pistola y la apuntó directamente a pocos centímetros de la sien. Sin girarse, se alegró de que el sonido parara cuando Noel lo desactivó y entonces habló.
-¡Joder que gusto no oir ese jodido berrinche!-dio en un resoplido aliviado y levantó el seguro del arma con un "clak" apurando el cañón de la pistola mientras mantenia a pulso el tiro directo.-¿Y ahora que hacemos con esta mamonaza?-dijo en un gruñido, consultando con el resto. Si movia un solo músculo, él lo sabria y abriria fuego. Quizas, a esa distancia, un disparo tan directo, la mataria muy dolorosamente, pues pocas posibilidades tendria de sobrevivir a una descarga directa a la cabeza.
Tapándose los oidos con un gesto de dolor, el ulterano maldijo con voz estridente.
-¡HIJA DE PUTA DE MIERDA!-gritó, dejándose la garganta. Él no parecia el único afectado por el potente ruido, puesto que los demás habian tenido reacciones parecidas, aunque no demasiado afectadas. Aquello le hizo cabilar un instante sobre que entendian los demás por "ruido" y por "música" ya que al ulterano le parecia lo mismo siempre. Por suerte, Toima no era de las personas que solia pensar durante mucho tiempo seguido y pronto logró volver a estar alerta, pasando a informarles, con gestos, de que estaba haciendo en cada momento.
A su espalda, una fuerte potencia mágica se concentraba, proveniente de sus amigos para tranquilidad de su paranoia y fue entonces que el ulterano se preguntó si de verdad subestimaba la magia. Viendo tal demostración de poderes varios, el argos no pudo hacer nada más que señalar como un retrasado donde se encontraba y que hacia, mientras el penetrante pitido le hacia querer encañonarse la cabeza y apretar el gatillo.
Fue entonces cuando, de pronto, a una velocidad increible, un lanzazo de magia golpeó a la ladrona, derribandola, a continuación de otra sucesion de poderes mágicos que Toima no pudo identificar a simple vista. Pudo comprobar, sin embargo, que se encontraba sumergida en uno de los hechizos que mejor conocia, por experiencia propia: el de paralisis. Casi con ironia, sentia algo de pena por la chica ya que entendia su situación. Casi. Seguia siendo una bastarda ruidosa que hizo que le doliese la cabeza. Les hizo señas para indicarles que se encontraba paralizada y luego, llamandoles la atención hacia el techo, hizo señas de dibujos y de ruido en la oreja, con la esperanza de que le entendiesen.
El ulterano, no se detuvo ahí. Tenia una imperiosa necesidad de hacer algo. Avanzó a paso constante y casi acelerado hacia el cuerpo.
Confundiendo las capas de magia, y en parte porque el hechizo se estaba desvaneciendo, se le olvido percatarse de la intangibilidad y fue a darle una patada dura en el hombro para ponerla bocarriba. Lo que sucedió es que la atravesó limpiamente y casi se cae por la inercia de esta. Maldiciendo una vez más, desenfundó su pistola y la apuntó directamente a pocos centímetros de la sien. Sin girarse, se alegró de que el sonido parara cuando Noel lo desactivó y entonces habló.
-¡Joder que gusto no oir ese jodido berrinche!-dio en un resoplido aliviado y levantó el seguro del arma con un "clak" apurando el cañón de la pistola mientras mantenia a pulso el tiro directo.-¿Y ahora que hacemos con esta mamonaza?-dijo en un gruñido, consultando con el resto. Si movia un solo músculo, él lo sabria y abriria fuego. Quizas, a esa distancia, un disparo tan directo, la mataria muy dolorosamente, pues pocas posibilidades tendria de sobrevivir a una descarga directa a la cabeza.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Montañas
03/02/14, 04:19 pm
Vaya. Eh. Esto ha sido muy rápido. Bueno, ¿acaso esperaba algo más? Solo sé que me escondí de la luz ochroria y luego… No sé, muchas luces, el pitido molesto que no desaparece y… bueno, el resultado es el que veo: la ladrona paralizada e intangible y la pared destrozada. ¿Suerte o coordinación? ¡Maldito pitido! Voy a reventarte algo más que los tímpanos, estúpida. Aunque parece que voy a necesitar algo de magia para acabar contigo, pero… la que haga falta.
Por fin. No sé quién ha terminado con el silbato pasado de decibelios, pero es algo que agradecer. Ahora los que me pitan son los oídos, y duelen. No oigo nada, ni siquiera lo que grita Toima, aunque supongo que se queja de cualquier tontería, como siempre. Da igual. Vamos a ver, podría reventarle el cráneo con un lanzazo de magia, mismo. Oh, espera.
—¿Tan poco ha durado… ¡Agh! —¡Casi ni me escucho a mí misma!— ¡Muérete! —Endurezco una ala y dirijo el filo hacia el cuello de la ladrona—. ¿Defensas? Veamos cuánto te duran.
Otro tajo que no acierta. Otro más. Y otro. Otro. ¡Bingo! No ha sido mortal, pero me da unos segundos en los que sin duda está sufriendo.
—¿Cómo estás? ¿Es agradable ahogarte en tu propia sangre? —Empiezo a entenderme, más o menos. Pero me siguen doliendo—. Bah, mira que eres aburrida.
Sí, claro que sé que su falta de reacción se debe al hechizo de parálisis —ya sea el mío o el de Gael—, pero seguro que sufre aún más por esa razón. No está de más burlarse un poco. Bueno, creo que ya ha sido suficiente, venga. Otro tajo más y este es el definitivo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Montañas
03/02/14, 04:53 pm
Todo transcurrió de forma confusa, pues Gael apenas pudo abarcar lo que hacían los demás. Era difícil saber qué había acertado y qué no, pero lo importante era, a fin de cuentas, el resultado. Se protegió a duras penas con alas y brazos cuando saltaron los escombros y, ante el resultado que mostraban sus ojos, se limitó a sacudirse los cuerpos de polvo y tierra. Sabía que Toima se iba a tropezar con la intangibilidad cuando se acercó a la ladrona, pero ni siquiera se molestó en intentar advertirlo. Hacerse oír por encima de aquel pitido no era tan fácil. La tentación de reventarle los tímpanos a los cuerpos era enorme.
Cuando el ruido cesó sus ojos debían de expresar una enorme gratitud, pero no tuvo ocasión para agradecimientos porque la pregunta de Toima le hizo volver a mirar a la chica. Le daba igual lo que pasara con ella, aunque tampoco era un gran peligro ni nada parecido. Pero se guardó su opinión. Estaba claro lo que Adara quería, lo que necesitaba, así que se apartó del espectáculo y se dirigió al botín de la ladrona. Todavía faltaban otros tres instrumentos.
—Bueno, sería una lástima que estas cosas se perdiesen aquí —dijo la pequeña niña empezando a revolver entre los objetos de menor valor—. Toima, ¿ves los demás? —preguntó la quimera, agarrando el brazo del argos para llamar su atención.
Poco pudo rescatar, pero sí se hizo con un par de amuletos que aparentaban ser de buena calidad aunque un poco ostentosos de más. Y haría lo propio examinando todo lo que encontrasen. No le reconcomía robar a un ladrón, y menos a uno muerto.
Cuando el ruido cesó sus ojos debían de expresar una enorme gratitud, pero no tuvo ocasión para agradecimientos porque la pregunta de Toima le hizo volver a mirar a la chica. Le daba igual lo que pasara con ella, aunque tampoco era un gran peligro ni nada parecido. Pero se guardó su opinión. Estaba claro lo que Adara quería, lo que necesitaba, así que se apartó del espectáculo y se dirigió al botín de la ladrona. Todavía faltaban otros tres instrumentos.
—Bueno, sería una lástima que estas cosas se perdiesen aquí —dijo la pequeña niña empezando a revolver entre los objetos de menor valor—. Toima, ¿ves los demás? —preguntó la quimera, agarrando el brazo del argos para llamar su atención.
Poco pudo rescatar, pero sí se hizo con un par de amuletos que aparentaban ser de buena calidad aunque un poco ostentosos de más. Y haría lo propio examinando todo lo que encontrasen. No le reconcomía robar a un ladrón, y menos a uno muerto.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Montañas
03/02/14, 07:21 pm
Giz se cubrió de forma instintiva, a pesar de estar lo suficientemente lejos como para que no le cayera nada encima. El sonido seguía ahí, taladrándoles los oídos, por lo que no hizo ningún comentario y se dedicó simple y llanamente a conjurar una burbuja de silencio graduada para escuchar levemente y espantó el humo con las manos. Deshizo la burbuja con las manos en cuanto Noel desactivó el pitido y fue entonces cuando dio un tirón mágico de la cabellera de la muchacha. Varios pelos volaron hacia él y se guardaron en unos tubos que había sacado de su bolsa sin fondo.
No le importaba mucho el destino de aquella chica y, desde luego, si moría sería la evolución más lógica de la situación, dada su temeridad. Cuando Adara hizo patente cómo acabaría todo, Giz decidió imitar a los cadáveres de Gael y seguir buscando por las diferentes habitaciones de aquella cueva. Abrió la gola y avanzó con precaución por un pasillo. Iba con pies de plomo, asegurándose de que no pisaba nada con runas dibujadas, para no desatar un segundo pitido infernal en el mismo día.
La gorguera le llevó a una habitación algo retirada y sin nada más que un puñado de ollas y utensilios de cocina. Eso y un potente hechizo ilusorio en una de las paredes de piedra. Se acercó con cuidado y disipó el encantamiento a tiempo para ver otro de los instrumentos: el violonchelo . Sin embargo, cogerlo no sería tan sencillo, la cavidad en la que lo había escondido estaba protegida por una maraña de protecciones mágicas y runas. Maldijo por lo bajo y se armó de paciencia.
—He localizado el segundo instrumento, ya solo nos quedan dos—comunicó por el transmisor antes de ponerse manos a la obra.
No le importaba mucho el destino de aquella chica y, desde luego, si moría sería la evolución más lógica de la situación, dada su temeridad. Cuando Adara hizo patente cómo acabaría todo, Giz decidió imitar a los cadáveres de Gael y seguir buscando por las diferentes habitaciones de aquella cueva. Abrió la gola y avanzó con precaución por un pasillo. Iba con pies de plomo, asegurándose de que no pisaba nada con runas dibujadas, para no desatar un segundo pitido infernal en el mismo día.
La gorguera le llevó a una habitación algo retirada y sin nada más que un puñado de ollas y utensilios de cocina. Eso y un potente hechizo ilusorio en una de las paredes de piedra. Se acercó con cuidado y disipó el encantamiento a tiempo para ver otro de los instrumentos: el violonchelo . Sin embargo, cogerlo no sería tan sencillo, la cavidad en la que lo había escondido estaba protegida por una maraña de protecciones mágicas y runas. Maldijo por lo bajo y se armó de paciencia.
—He localizado el segundo instrumento, ya solo nos quedan dos—comunicó por el transmisor antes de ponerse manos a la obra.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Montañas
03/02/14, 08:23 pm
El draco se cubrió con sus alas del polvo y los escombros que levantó el resultado del hechizo de Giz. Una vez comprobó que habían dejado a la quimera fuera de combate, Noel no perdió un solo segundo en tratar de buscar de dónde venía aquel infernal sonido. Con las indicaciones de Toima se dio cuenta de que provenía de unas runas de eco grabadas en el techo de la cueva y, empleando amplificación sensorial para disponer de mayor precisión, procedió a arruinar su trazado haciendo uso de moldear materia inorgánica para deformar la roca. En cuanto uno de los trazos dejó de conformar el anteriormente perfecto diseño, el sonido cesó. El sueco resopló aliviado una vez aquella masacre sonora cesó, aunque todavía le pitaron y le dolieron los oídos durante largo rato.
Todos excepto Adara, cuyas intenciones eran claras, se pusieron en marcha para terminar el trabajo. Noel le pidió a Toima que le acompañase por los pasillos para encontrar así más fácilmente el resto de los instrumentos. Antes de abandonar el cuarto, no obstante, se giró para observar como la ángel negro comenzaba a acabar con la vida de aquella temeraria revienta-tímpanos. La quimera estaba paralizada y por tanto no podía articular palabra. Ni gritar.
—Así no hay quien saque provecho de la situación —comentó de pasada frunciendo ligeramente el ceño aunque esbozando una media sonrisa.
No lo había dicho completamente en serio, pero había una parte de él que pensaba que había desperdiciado una oportunidad de obtener un buen caudal mágico de otro transformado. Pero dadas las circunstancias, aquello era lo más lógico.
Mientras el draco y el ulterano, siguiendo las indicaciones de este último, habían llegado a la habitación donde dama Aurora había guardado el otro violín, recibió el mensaje de Giz a través del comunicador.
—Nosotros acabamos de encontrar otro. Cuando acabes ahí deberías venir por si hay hechizos peligrosos protegiéndolo, pero con los ojos de Toima acabaremos enseguida la búsqueda. Adara y Gael, ¿creéis que podríais empezar a borrar nuestros rastros?
El argos era más que suficiente para encontrar lo que estaban buscando, por lo que no les llevó mucho más tener también la viola localizada. Durante el registro de las sucesivas habitaciones, Noel se hizo con algunos amuletos mágicos y algunas monedas de oro que encontró en los distintos alijos de la ahora difunta dama Aurora.
—Me gusta este trabajo, tiene complementos salariales —comentó sarcásticamente en algún momento del saqueo.
Así mismo, también encontró un amuleto ilusorio que, tras probarlo, comprobó que proporcionaba apariencia humana. Los objetos que tuviesen que ver con la Tierra solían ser caros y los comerciantes se aprovechaban a menudo de ello, por lo que no dudó en guardárselo.
Finalmente se unió a Adara y Gael para finalizar de eliminar todo rastro de su presencia en la caverna y en los alrededores de esta, nunca se sabía si alguna persona que tuviera relación con la ladrona podría querer buscar venganza por su muerte. La venganza era un curso de acción que no les era precisamente desconocido.
Todos excepto Adara, cuyas intenciones eran claras, se pusieron en marcha para terminar el trabajo. Noel le pidió a Toima que le acompañase por los pasillos para encontrar así más fácilmente el resto de los instrumentos. Antes de abandonar el cuarto, no obstante, se giró para observar como la ángel negro comenzaba a acabar con la vida de aquella temeraria revienta-tímpanos. La quimera estaba paralizada y por tanto no podía articular palabra. Ni gritar.
—Así no hay quien saque provecho de la situación —comentó de pasada frunciendo ligeramente el ceño aunque esbozando una media sonrisa.
No lo había dicho completamente en serio, pero había una parte de él que pensaba que había desperdiciado una oportunidad de obtener un buen caudal mágico de otro transformado. Pero dadas las circunstancias, aquello era lo más lógico.
Mientras el draco y el ulterano, siguiendo las indicaciones de este último, habían llegado a la habitación donde dama Aurora había guardado el otro violín, recibió el mensaje de Giz a través del comunicador.
—Nosotros acabamos de encontrar otro. Cuando acabes ahí deberías venir por si hay hechizos peligrosos protegiéndolo, pero con los ojos de Toima acabaremos enseguida la búsqueda. Adara y Gael, ¿creéis que podríais empezar a borrar nuestros rastros?
El argos era más que suficiente para encontrar lo que estaban buscando, por lo que no les llevó mucho más tener también la viola localizada. Durante el registro de las sucesivas habitaciones, Noel se hizo con algunos amuletos mágicos y algunas monedas de oro que encontró en los distintos alijos de la ahora difunta dama Aurora.
—Me gusta este trabajo, tiene complementos salariales —comentó sarcásticamente en algún momento del saqueo.
Así mismo, también encontró un amuleto ilusorio que, tras probarlo, comprobó que proporcionaba apariencia humana. Los objetos que tuviesen que ver con la Tierra solían ser caros y los comerciantes se aprovechaban a menudo de ello, por lo que no dudó en guardárselo.
Finalmente se unió a Adara y Gael para finalizar de eliminar todo rastro de su presencia en la caverna y en los alrededores de esta, nunca se sabía si alguna persona que tuviera relación con la ladrona podría querer buscar venganza por su muerte. La venganza era un curso de acción que no les era precisamente desconocido.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Montañas
04/02/14, 02:43 am
Toima
Poco a poco, Toima percibia el hechizo de intangibilidad desaparecer. Zonas esporádicas que durante micras de segundo se hacian sólidas. Micras de segundo en las que podrian sangrar. Sin poder apartar aquellos pensamientos de su mente, apenas percibió cuando Adara se echó encima de la chica. De un salto torpe hacia atrás, se apartó de la zona de ataque de la mujer que con saña buscaba cortar a la ladrona paralizada. El breve instante de pena que habia sentido antes se agudizo sin medida para los estándares del ulterano. No volvio a la normalidad hasta que no escuchó la voz de Noel, llamándole.
-¿Qué?-preguntó, saliendo del sopor.-Ah, si si... claro.-logró contestar entre dientes, mientras se ponian a buscar los objetos. Fue entonces, cuando se derramó la sangre y Toima la contempló con otros ojos, aunque no lo exteriorizó. ¿Hasta que punto se habria equivocado aquella ladrona para elegir esos objetos que robar? De nuevo, Toima no solia pensar durante mucho tiempo en algo, así que pronto dejó de preocuparle.
Encontraron otro de los instrumentos entre otras pilas de botín. Vio como otros, a lo largo de la cueva, sablaban su parte del botín de la ladrona, ahora sin dueño. Alcanzó una bolsa de cuero algo gastada y comenzó a llenarla de todos los objetos de valor que podia ver. Joyeria, cuberteria, amuletos, cosas cargadas de magia y otros enseres que seguro le saldrian por un buen pellizco. Ocasionalmente encontraba algo que le llamaba especialmente la atención, por un motivo u otro, se detenia a observarlo y luego lo guardaba en los bolsillos. Una diadema con joyas incrustadas, un anillo, un frasco de perfume y un colgante fueron tres de los objetos que se guardó en sus bolsillos y, el resto, fue para la bolsa, pues pensaba venderlo. En esta tarea fue cuando tuvo una pequeña oportunidad de charla con Noel. Toima forzó una sonrisa, aun con la mente en otro lugar, mientras seguia llenando la bolsa con lo que ahora parecian candelabros.
-Más les vale, hasta ahora, pocos hemos tenido así.-respondió al draco.
Para cuando terminaron de saquear la cueva, Toima portaba una bolsa de cuero bastante hinchada que parecia apunto de explotar. Con el enorme botín a la espalda, el ulterano abrió la marcha en silencio. No fue hasta un buen rato despues que sacó el frasco de perfume, lo abrió un instante con un "plop" y se lo acerco a la nariz. Casi al instante, lo retiró de su cara con un gesto asqueado y lo cerró. Olia a cadaveres en descomposición y a carne quemada. Fuera lo que fuese, era raro y apestaba. ¿Quizás era algo magico-raro de las pociones, como las que hacia la bruja? No lo sabia, pero sin duda lo averiguaria, aunque para ello tuviese que ir a verla en persona, lo cual le desagradaba. Por otra parte, probablemente podria sacar un mejor precio por ello, ya que solo lo habia cogido porque podia apreciar las incrustaciones de oro en el cristal. Si tenia suerte, el contenido podria valer más que la botella en sí y si tenia aun más suerte, lograria sonsacarle un buen botín a la niña, que últimamente fardaba de dinero más de lo que le gustaria al argos.
Jugueteo con el anillo, de plata, con incrustaciones en miniaturas de rubies para formar una especie de lagarto echando fuego. Era bonito, pero no deberia valer mucho. Finalmente, probó a introducirselo en el dedo anular. Al ser demasiado grande, probó en el índice. Fracasando de nuevo, suspiró y se lo introdujo en el meñique, que, para sorpresa le iba justo, pero no le asfixiaba. Sopesó el peso del colgante. Parecia tener algun hechizo atado a él, no sabia si tirarlo, o regalarselo a otro cuchitrilero, él poco uso tendria para él ya que ni conocia el valor, ni conocia a alguien para estimarselo adecuadamente. Sin embargo, lo habia cogido por la combinacion de colores que le impresionaba, casi como un arcoiris en su forma especial de ver el mundo, para el argos, aquel colgante brillaba con una luz única que no habia visto. Pero para los demás podria parecerles un simple colgante de bronce cargado de protecciones mágicas de diversa índole. Fuera como fuese, se lo colgó del cuello y lo introdujo en la sudadera, ocultándolo de la vista.
Finalmente, la diadema. La sacó de el bolsillo de su sudadera y lo examinó. Comparandolo con otras joyas, estas eran la mayoria de pobre calidad o, en su peor caso, falsas o tóscamente cortadas. Bien podria importarle poco al ulterano, pues su gusto por las cosas a la hora de los regalos no era el valor de estos, sino el efecto o resultado que se conseguia. La diadema estaba decorada de tal forma, que recordaba a una serpiente enrollada, si cada escama fuese una gema preciosa, en este caso, unas esmeraldas falsas. Llamativo como era, lo habia cogido sin pensar, pero habia decidido guardárselo por otro motivo. Observó a sus compañeros unos instantes antes de armarse de valor (o de inconsciencia) y finalmente preguntarles.
-¿Creeis que le gustará a Tania?-preguntó sin mucha confianza mientras les mostraba la diadema.
Sigue en el Cuchitril.
Poco a poco, Toima percibia el hechizo de intangibilidad desaparecer. Zonas esporádicas que durante micras de segundo se hacian sólidas. Micras de segundo en las que podrian sangrar. Sin poder apartar aquellos pensamientos de su mente, apenas percibió cuando Adara se echó encima de la chica. De un salto torpe hacia atrás, se apartó de la zona de ataque de la mujer que con saña buscaba cortar a la ladrona paralizada. El breve instante de pena que habia sentido antes se agudizo sin medida para los estándares del ulterano. No volvio a la normalidad hasta que no escuchó la voz de Noel, llamándole.
-¿Qué?-preguntó, saliendo del sopor.-Ah, si si... claro.-logró contestar entre dientes, mientras se ponian a buscar los objetos. Fue entonces, cuando se derramó la sangre y Toima la contempló con otros ojos, aunque no lo exteriorizó. ¿Hasta que punto se habria equivocado aquella ladrona para elegir esos objetos que robar? De nuevo, Toima no solia pensar durante mucho tiempo en algo, así que pronto dejó de preocuparle.
Encontraron otro de los instrumentos entre otras pilas de botín. Vio como otros, a lo largo de la cueva, sablaban su parte del botín de la ladrona, ahora sin dueño. Alcanzó una bolsa de cuero algo gastada y comenzó a llenarla de todos los objetos de valor que podia ver. Joyeria, cuberteria, amuletos, cosas cargadas de magia y otros enseres que seguro le saldrian por un buen pellizco. Ocasionalmente encontraba algo que le llamaba especialmente la atención, por un motivo u otro, se detenia a observarlo y luego lo guardaba en los bolsillos. Una diadema con joyas incrustadas, un anillo, un frasco de perfume y un colgante fueron tres de los objetos que se guardó en sus bolsillos y, el resto, fue para la bolsa, pues pensaba venderlo. En esta tarea fue cuando tuvo una pequeña oportunidad de charla con Noel. Toima forzó una sonrisa, aun con la mente en otro lugar, mientras seguia llenando la bolsa con lo que ahora parecian candelabros.
-Más les vale, hasta ahora, pocos hemos tenido así.-respondió al draco.
Para cuando terminaron de saquear la cueva, Toima portaba una bolsa de cuero bastante hinchada que parecia apunto de explotar. Con el enorme botín a la espalda, el ulterano abrió la marcha en silencio. No fue hasta un buen rato despues que sacó el frasco de perfume, lo abrió un instante con un "plop" y se lo acerco a la nariz. Casi al instante, lo retiró de su cara con un gesto asqueado y lo cerró. Olia a cadaveres en descomposición y a carne quemada. Fuera lo que fuese, era raro y apestaba. ¿Quizás era algo magico-raro de las pociones, como las que hacia la bruja? No lo sabia, pero sin duda lo averiguaria, aunque para ello tuviese que ir a verla en persona, lo cual le desagradaba. Por otra parte, probablemente podria sacar un mejor precio por ello, ya que solo lo habia cogido porque podia apreciar las incrustaciones de oro en el cristal. Si tenia suerte, el contenido podria valer más que la botella en sí y si tenia aun más suerte, lograria sonsacarle un buen botín a la niña, que últimamente fardaba de dinero más de lo que le gustaria al argos.
Jugueteo con el anillo, de plata, con incrustaciones en miniaturas de rubies para formar una especie de lagarto echando fuego. Era bonito, pero no deberia valer mucho. Finalmente, probó a introducirselo en el dedo anular. Al ser demasiado grande, probó en el índice. Fracasando de nuevo, suspiró y se lo introdujo en el meñique, que, para sorpresa le iba justo, pero no le asfixiaba. Sopesó el peso del colgante. Parecia tener algun hechizo atado a él, no sabia si tirarlo, o regalarselo a otro cuchitrilero, él poco uso tendria para él ya que ni conocia el valor, ni conocia a alguien para estimarselo adecuadamente. Sin embargo, lo habia cogido por la combinacion de colores que le impresionaba, casi como un arcoiris en su forma especial de ver el mundo, para el argos, aquel colgante brillaba con una luz única que no habia visto. Pero para los demás podria parecerles un simple colgante de bronce cargado de protecciones mágicas de diversa índole. Fuera como fuese, se lo colgó del cuello y lo introdujo en la sudadera, ocultándolo de la vista.
Finalmente, la diadema. La sacó de el bolsillo de su sudadera y lo examinó. Comparandolo con otras joyas, estas eran la mayoria de pobre calidad o, en su peor caso, falsas o tóscamente cortadas. Bien podria importarle poco al ulterano, pues su gusto por las cosas a la hora de los regalos no era el valor de estos, sino el efecto o resultado que se conseguia. La diadema estaba decorada de tal forma, que recordaba a una serpiente enrollada, si cada escama fuese una gema preciosa, en este caso, unas esmeraldas falsas. Llamativo como era, lo habia cogido sin pensar, pero habia decidido guardárselo por otro motivo. Observó a sus compañeros unos instantes antes de armarse de valor (o de inconsciencia) y finalmente preguntarles.
-¿Creeis que le gustará a Tania?-preguntó sin mucha confianza mientras les mostraba la diadema.
Sigue en el Cuchitril.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Montañas
30/05/15, 03:04 am
No fue hasta que llegaron al pie de la montaña que Ergot salió de su escondite y volvió a posarse sobre la cabeza del sinhadre. El repoblador pensó que lejos del fuego y de ese lugar rojo y monstruoso se sentiría más a gusto pero la visión ante él tampoco le reconfortaba demasiado pero no le disgustaba, tenía sentimientos encontrados sobre el lugar. Se encontraban ante unas rocas altísimas de cimas filosas y amenazadoras, como si de colmillos y garras se tratasen lo que extrañamente le recordó al Macetero, y teniendo en cuenta que Ergot nunca había visto una montaña ya que solo había vivido en su parcela de bosque, este pensamiento le resulto raro hasta para él mismo. La montaña le recordaba a toda esa fauna gigantesca y depredadora que habitaba en su mundo y que le hacía sentir pequeño e insignificante, las montañas tenían el mismo desolador efecto. Aun así lo más interesante es que en comparación con las montañas hasta sus compañeros que habitualmente le parecían grandes ahora en cuestión de escalas eran igual de insignificantes que él. El repoblador no sabía si sonreír con complicidad o fruncir el ceño por lo preocupante del hecho, al final se decidió por lo primera.
Sin apartar los ojos de los peligrosos picos habló:
-¿Vamos a subir?- Y aunque su intención había sido hacer una pregunta tenía que admitir que había sonado como una afirmación que no escondía para nada su entusiasmo. Su sonrisa se ensancho ante la idea a pesar de que era consciente de lo peligrosa que era esta misma.
Sin apartar los ojos de los peligrosos picos habló:
-¿Vamos a subir?- Y aunque su intención había sido hacer una pregunta tenía que admitir que había sonado como una afirmación que no escondía para nada su entusiasmo. Su sonrisa se ensancho ante la idea a pesar de que era consciente de lo peligrosa que era esta misma.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- InvitadoInvitado
Re: Montañas
31/05/15, 06:28 pm
No se acercaron, pasaron rápidamente y sin hacer muchos más comentarios. Twixy's podía sentir el influjo de la catedral apagarse poco a poco a medida que se iban alejando de ella. Junto al alivio que le provocaba librarse de la horrible visión roja, había también un pequeño vacío, una punzada de añoranza al despedirse de semejante fuente de poder. No se detuvo a pensar en ello más de tres segundos.
Las montañas eran escarpadas e inmensas, pero no dejaban de ser montañas. No tenían nada de especial ni particular, ni siquiera había nieve en sus picos. El comentario del repoblador le hizo recordar una moda fugaz que provocó una telenovela en la que amantes subian al pico de una montaña en concreto de su mundo para dejar un cartel con sus nombres como muestra de amor eterno. Obviamente la cima se llenó de carteles con nombres que se repetían e intercambiaban pues los romances frivys no eran precisamente los más duraderos, como había comprobado al compararlos con las relaciones de las que le habían hablado sus compañeros. Ella no tenía ninguna intención ni motivación para subir a ninguna cima, aparte de que tampoco tenían los materiales.
-Megadebería haber un paso por aquí cerca- comentó- Hiperintentemos cruzar al otro lado a ver que hay, pero yo ni de frosty's supertrepo a estas cosas.
Las montañas eran escarpadas e inmensas, pero no dejaban de ser montañas. No tenían nada de especial ni particular, ni siquiera había nieve en sus picos. El comentario del repoblador le hizo recordar una moda fugaz que provocó una telenovela en la que amantes subian al pico de una montaña en concreto de su mundo para dejar un cartel con sus nombres como muestra de amor eterno. Obviamente la cima se llenó de carteles con nombres que se repetían e intercambiaban pues los romances frivys no eran precisamente los más duraderos, como había comprobado al compararlos con las relaciones de las que le habían hablado sus compañeros. Ella no tenía ninguna intención ni motivación para subir a ninguna cima, aparte de que tampoco tenían los materiales.
-Megadebería haber un paso por aquí cerca- comentó- Hiperintentemos cruzar al otro lado a ver que hay, pero yo ni de frosty's supertrepo a estas cosas.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Montañas
02/06/15, 03:09 pm
Al fin llegaron a las montañas que decía el mapa a juzgar por las palabras de sus compañeros. Samika solo podía ver un muro frente a ella que se perdía mas alla de su visión, cosa no muy difícil, la perspectiva de tener que escalar la montaña sin conocer donde estaba el final de esta se le antojo angustiosa. Eso y que imposible que treparan mano desnuda, un mal agarre o un pie mal colocado podía convertirse en una caída mortal.
-No podemos trepar Ergot, tu eres el único aquí que puede subir por ahí sin romperse el cuello. Bueno, tu y puede que Kires o Hal, el resto no tenemos posibilidad- aseguro Samika que era consciente que los demás solo tenían manitas y pies, no alas que te ayuden a planear o un mini cuerpo que te ayude a agarrarte a cualquier borde- Así que estoy con Twix, no hay necesidad de ponerse a escalar sin seguridad, tiene que haber un paso que atraviese la montaña o al menor que te permita subirla a pie sin tener que ir escalando. Supongo es cosa de buscar -añadió Samika a a pesar de no tenerlas todas consigo. Ya había visto y le habían descrito el estado de la ciudad, sino se habían preocupado por reformar los edificios dudaba que se hubiesen preocupado en mantener en buen estado los caminos de la montaña, fuesen naturales o no. Pero seguía siendo mejor opción asegurarse que ponerse a escalar a lo loco.
-Si Kires o Hal pueden mirar un poco desde arriba, a ver si encuentran algún camino de subida estaría genial, solo no os alejéis mucho si lo hacéis. -continuo Samika dando un idea para agilizar un poco la cosa o no habría forma de pasar esa montaña a tiempo antes de que anocheciera- Mientras podemos buscar desde aquí un paso que atraviese por el interior, si es que hay, aunque de tener que elegir me gustaría evitar este- añadió con una sonrisa ligeramente nerviosa, pues aunque no tenía claustrofobia seguía siendo un poco aterrador, tanto por la estrechez como por el simple hecho que para ella seria sumergirse en la oscuridad por mucha luz mágica que crearan.
-No podemos trepar Ergot, tu eres el único aquí que puede subir por ahí sin romperse el cuello. Bueno, tu y puede que Kires o Hal, el resto no tenemos posibilidad- aseguro Samika que era consciente que los demás solo tenían manitas y pies, no alas que te ayuden a planear o un mini cuerpo que te ayude a agarrarte a cualquier borde- Así que estoy con Twix, no hay necesidad de ponerse a escalar sin seguridad, tiene que haber un paso que atraviese la montaña o al menor que te permita subirla a pie sin tener que ir escalando. Supongo es cosa de buscar -añadió Samika a a pesar de no tenerlas todas consigo. Ya había visto y le habían descrito el estado de la ciudad, sino se habían preocupado por reformar los edificios dudaba que se hubiesen preocupado en mantener en buen estado los caminos de la montaña, fuesen naturales o no. Pero seguía siendo mejor opción asegurarse que ponerse a escalar a lo loco.
-Si Kires o Hal pueden mirar un poco desde arriba, a ver si encuentran algún camino de subida estaría genial, solo no os alejéis mucho si lo hacéis. -continuo Samika dando un idea para agilizar un poco la cosa o no habría forma de pasar esa montaña a tiempo antes de que anocheciera- Mientras podemos buscar desde aquí un paso que atraviese por el interior, si es que hay, aunque de tener que elegir me gustaría evitar este- añadió con una sonrisa ligeramente nerviosa, pues aunque no tenía claustrofobia seguía siendo un poco aterrador, tanto por la estrechez como por el simple hecho que para ella seria sumergirse en la oscuridad por mucha luz mágica que crearan.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Montañas
09/06/15, 02:05 am
Las colinas no dejaban ver nada más allá de la ciudad, pero ahora que las tenían tan cerca no parecía imposible cruzar hacia el otro lado. Solo hacía falta encontrar los caminos indicados en el mapa, o de otro modo necesitarían más que aquella tarde para transitar a través de las montañas.
—No es necesario separarnos ni hacer locuras. —El sinhadre sostenía el libro de mapas en aquel momento, y no apartaba la vista de él—. Todavía tenemos que caminar un poco más hacia el sur para dar con el paso más cercano, me parece. Fijaos, esa… Rocavara… lo que sea, está aquí, y la hemos bordeado por el norte. Si esos caminos se usan, debería notarse que lo son.
Siguieron caminando por el pie de la ladera, dejando atrás el castillo y dejando atrás la catedral. Y, aunque no había señalización alguna, pudieron encontrar el primer paso. Allí los caminos no se marcaban por la ausencia de vegetación, pero sí se apreciaba tierra pisada, ya fuese por animales o personas, que formaba un camino que serpenteaba colina arriba entre los desniveles y pedruscos. El sinhadre miró al cielo cuando enfilaron por aquel sendero.
—Pronto será mediodía. Si no alcanzamos la cima antes de que empiece a bajar el sol vamos a tener que dar media vuelta, así que parece que vamos a tener que comer mientras caminamos. —Suspiró. Más les valía estar en forma para la caminata que les esperaba.
—No es necesario separarnos ni hacer locuras. —El sinhadre sostenía el libro de mapas en aquel momento, y no apartaba la vista de él—. Todavía tenemos que caminar un poco más hacia el sur para dar con el paso más cercano, me parece. Fijaos, esa… Rocavara… lo que sea, está aquí, y la hemos bordeado por el norte. Si esos caminos se usan, debería notarse que lo son.
Siguieron caminando por el pie de la ladera, dejando atrás el castillo y dejando atrás la catedral. Y, aunque no había señalización alguna, pudieron encontrar el primer paso. Allí los caminos no se marcaban por la ausencia de vegetación, pero sí se apreciaba tierra pisada, ya fuese por animales o personas, que formaba un camino que serpenteaba colina arriba entre los desniveles y pedruscos. El sinhadre miró al cielo cuando enfilaron por aquel sendero.
—Pronto será mediodía. Si no alcanzamos la cima antes de que empiece a bajar el sol vamos a tener que dar media vuelta, así que parece que vamos a tener que comer mientras caminamos. —Suspiró. Más les valía estar en forma para la caminata que les esperaba.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Montañas
13/06/15, 06:24 am
El pequeño repoblador disfruto de la larga travesía por el paso de montaña, por supuesto el no caminaba. Era la primera vez que salían de ese conjunto de callejuelas y edificios terroríficos que llamaban Rocavarancolia, se sentía tranquilo y animado. Ya hacia bastantes días que Ergot había dejado de buscar plantas en cualquier otro sitio que no fuese el refugio de Irianna, Ruth, la mal rollista, Rasqa… los otros, aun así siempre se descubría desilusionándose al no encontrar vegetal alguno, ya había asumido que viviría de este modo hasta el final de sus días.
La caminata duro varias horas, los exploradores comieron durante el trayecto para no perder el poco tiempo que tenían. El vegetal tamaño bambú de Ikea se pasó todo el tiempo reordenando el pelo de Ayne en trenzas mientras de vez en cuando le preguntaba o le decía alguna tontería del tipo: “¿Falta mucho?” “¿Te has dado cuenta de lo raros que sois vosotros los animales?” “Creo que esas rocas me está mirando y muy mal además.” “¿Crees que debería de mudarme al sofá contiguo?” “A veces me pregunto porque estamos aquí… ¿tú que crees?” “¿Es muy largo este camino?” “Definitivamente me están mirando mal.” Ergot estaba comentándole una nimiedad a Ayne por centava vez “¿tú y Eara desde cuando sois pa…” cuando tuvo que dejar la frase a medio terminar pues la visión ante sus ojos le dejo sin aliento.
Habían llegado a uno de los puntos más altos del paso y ante ellos se extendía la definición de lo que Ergot hubiese denominado, si la decisión hubiese sido suya, como Anti-Bosque. Kilómetros y kilómetros de arena y nada más, un territorio yermo y vacío. Al Ergot de hace un mes este paisaje le hubiese deprimido y le habría dado que pensar durante horas, ahora solo sentía el ligero embotamiento de quien no esperaba gran cosa en primer lugar “Habría sido más productivo y divertido escalar las rocas…” Así que fue con toda la parsimonia y despreocupación del mundo que pregunto:
-Y bueno… ¿ahora qué?- Tras lo cual, suspiro con resignación y se giró sobre la cabeza de Ayne para observar a la ciudad que habían dejado atrás y de nuevo sus ojos se congelaron ante la visión que le ofrecían, pero no estaban clavados en la Rocavarancolia que descansaba a sus pies sino más allá, en el gigantesco lago azul, el mar. –esto… ehmm… ¿podríamos ir mañana en dirección contraria? Me gustaría ver esa cosa más de cerca…-
La caminata duro varias horas, los exploradores comieron durante el trayecto para no perder el poco tiempo que tenían. El vegetal tamaño bambú de Ikea se pasó todo el tiempo reordenando el pelo de Ayne en trenzas mientras de vez en cuando le preguntaba o le decía alguna tontería del tipo: “¿Falta mucho?” “¿Te has dado cuenta de lo raros que sois vosotros los animales?” “Creo que esas rocas me está mirando y muy mal además.” “¿Crees que debería de mudarme al sofá contiguo?” “A veces me pregunto porque estamos aquí… ¿tú que crees?” “¿Es muy largo este camino?” “Definitivamente me están mirando mal.” Ergot estaba comentándole una nimiedad a Ayne por centava vez “¿tú y Eara desde cuando sois pa…” cuando tuvo que dejar la frase a medio terminar pues la visión ante sus ojos le dejo sin aliento.
Habían llegado a uno de los puntos más altos del paso y ante ellos se extendía la definición de lo que Ergot hubiese denominado, si la decisión hubiese sido suya, como Anti-Bosque. Kilómetros y kilómetros de arena y nada más, un territorio yermo y vacío. Al Ergot de hace un mes este paisaje le hubiese deprimido y le habría dado que pensar durante horas, ahora solo sentía el ligero embotamiento de quien no esperaba gran cosa en primer lugar “Habría sido más productivo y divertido escalar las rocas…” Así que fue con toda la parsimonia y despreocupación del mundo que pregunto:
-Y bueno… ¿ahora qué?- Tras lo cual, suspiro con resignación y se giró sobre la cabeza de Ayne para observar a la ciudad que habían dejado atrás y de nuevo sus ojos se congelaron ante la visión que le ofrecían, pero no estaban clavados en la Rocavarancolia que descansaba a sus pies sino más allá, en el gigantesco lago azul, el mar. –esto… ehmm… ¿podríamos ir mañana en dirección contraria? Me gustaría ver esa cosa más de cerca…-
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Montañas
16/06/15, 08:08 pm
Fue una subida un tanto agotadora, mas por simple cuestión de ser cuesta arriba y un lugar desconocido donde debía fijarse siempre donde pisaba, que por altura. En alguna que otra ocasión tuvo que tener la ayuda de Lemus, pues ciertamente incluso con el bastón se le hacía realmente complicado, terminando hasta las mismísimas narices cuando al fin parecieron llegar al punto mas alto. Solo de pensar que luego habría que hacer la bajada le daban ganas de quedarse a acampar allí.
Samika tenía bastante resistencia, pero por motivos evidente ese tipo de caminos no era lo suyo. Lemus a su lado le aclaro la vistas. No sabía que esperaba encontrar al otro lado de aquel monte, pero ciertamente no creía que fuese a ser un desierto después de salir de una ciudad derruida. ¿No había ni un poquito de vida en ese sitio o que? Es decir, vida que no fuese bichos que quisieran atacarles o comérselos.
-Al parecer no hay forma de salir de aquí, no hay manera de sobrevivir en un desierto en nuestro estado. Y a saber que cosas puede haber bajo la arena- dijo con un suspiro, sentándose en una roca para descansar un poco, comiéndose una de las frutas que había traído, decidida a descansar un poco. Iba a necesitar energías para la caminata de vuelta. Caminata que iba a costarle un poco porque había tardado bastante y en algún momento empezaría a ir oscureciendo. Samika alzo una ceja al escuchar la voz de Ergot desde el hombro de Ayne que estaba a poco mas de un metro de ella, su interrogación fue obvia para Lemus que le respondió con simpleza mientras el mismo devoraba la comida que había traído, evidentemente con intenciones de descansar un ratito antes de decidirse a bajar. A la mención del mar Samika parpadeo confusa.
-Esta ciudad es como una prisión, el desierto por un lado y el mar por el otro. No creo que ir a ver sea un problema, tal vez encontremos algo mas alla, porque aquí no tuvimos mucha suerte -respondió Samika ante las palabras de Ergot, no perdían nada acercándose allí, aunque siempre con precaución claro. Ademas, se preguntaba si había algo mas alla de ese desierto o de aquel mar, ¿porque debía, no? Osea no podía ser que solo existiera ese trozo de tierra en aquel mundo, ¿no? Ni siquiera la Tierra tenia tan poca tierra. Aunque claro todo dependía de la amplitud del desierto- Estaría bien comenzar a bajar en cuento descansemos un poco, antes de que oscurezca -añadió finalmente mientras miraba el cielo sin verlo realmente, tan solo intentando evaluar cuanta luz quedaba para ella antes de que su visión fuese disminuyendo.
Samika tenía bastante resistencia, pero por motivos evidente ese tipo de caminos no era lo suyo. Lemus a su lado le aclaro la vistas. No sabía que esperaba encontrar al otro lado de aquel monte, pero ciertamente no creía que fuese a ser un desierto después de salir de una ciudad derruida. ¿No había ni un poquito de vida en ese sitio o que? Es decir, vida que no fuese bichos que quisieran atacarles o comérselos.
-Al parecer no hay forma de salir de aquí, no hay manera de sobrevivir en un desierto en nuestro estado. Y a saber que cosas puede haber bajo la arena- dijo con un suspiro, sentándose en una roca para descansar un poco, comiéndose una de las frutas que había traído, decidida a descansar un poco. Iba a necesitar energías para la caminata de vuelta. Caminata que iba a costarle un poco porque había tardado bastante y en algún momento empezaría a ir oscureciendo. Samika alzo una ceja al escuchar la voz de Ergot desde el hombro de Ayne que estaba a poco mas de un metro de ella, su interrogación fue obvia para Lemus que le respondió con simpleza mientras el mismo devoraba la comida que había traído, evidentemente con intenciones de descansar un ratito antes de decidirse a bajar. A la mención del mar Samika parpadeo confusa.
-Esta ciudad es como una prisión, el desierto por un lado y el mar por el otro. No creo que ir a ver sea un problema, tal vez encontremos algo mas alla, porque aquí no tuvimos mucha suerte -respondió Samika ante las palabras de Ergot, no perdían nada acercándose allí, aunque siempre con precaución claro. Ademas, se preguntaba si había algo mas alla de ese desierto o de aquel mar, ¿porque debía, no? Osea no podía ser que solo existiera ese trozo de tierra en aquel mundo, ¿no? Ni siquiera la Tierra tenia tan poca tierra. Aunque claro todo dependía de la amplitud del desierto- Estaría bien comenzar a bajar en cuento descansemos un poco, antes de que oscurezca -añadió finalmente mientras miraba el cielo sin verlo realmente, tan solo intentando evaluar cuanta luz quedaba para ella antes de que su visión fuese disminuyendo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Montañas
18/06/15, 07:43 pm
Agotado. El sinhadre solo podía pensar en esa palabra, y es que aparte del cansancio físico tenía que luchar contra las ganas de cerrar su mano en torno a la boca del repoblador para que no saliese de ella ni una palabra más. Le respondía con monosílabos, o con incoherencias. Cualquiera que le escuchase se daría cuenta enseguida de que había puesto el automático y no prestaba auténtica atención a las palabras del pequeño.
Finalmente la subida comenzó a hacerse menos empinada. Hacía tiempo que, si miraban hacia atrás, podían ver la totalidad de la ciudad, así como el mar. Aquel lago de apariencia infinita lo había logrado impresionar. Así como la ausencia de vegetación más allá de las casas, o en casi cualquier lugar al que mirase. Se moría de ganas de contarle a Eara todo aquello y ver qué cara pondría. Era una lástima que no fuese posible que lo viera con sus propios ojos. En el agua, la orilla podía verse totalmente ensuciada por navíos y restos flotantes, lo que le hacía preguntarse cómo había acabado toda aquella basura allí. Tal vez un vistazo de cerca podía resultar instructivo, y eso fue una de las pocas cosas en las que estuvo de acuerdo con Ergot.
Alcanzaron una planicie en lo alto de las montañas, y a partir de ahí el horizonte se convirtió en un páramo tan desolado como infinito que horrorizó al sinhadre en lo más hondo. Nunca había visto nada parecido en Sinhdro, y como paisaje era realmente triste, aunque sí resultase impresionante. El desánimo lo golpeó como a todo el mundo, ya era definitivo que aquella ciudad era como una cárcel. No podían ir a ningún lugar fuera de ella.
Se sentó a tomar aire, pendiente del cielo como hasta entonces, e instó al repoblador a que fuese a contarle cosas a alguien que no fuese él. Tenía ganas de relajarse un momento mientras comía una pieza de fruta para recuperar energía. No dedicaron tanto tiempo a descansar como a sus cuerpos les habría gustado, pero era tal como decía Samika, no debían arriesgarse. Si se perdían iban a necesitar todo el tiempo que fuese posible para volver a encontrar el camino al torreón.
El sinhadre creía que la bajada sería más descansada, pero se equivocaba. Le dolían los pies y, en algunos tramos resbaladizos por la tierra seca, no había nada a lo que agarrarse. Se golpeó en varias ocasiones los pies y a punto estuvo de pedir alguna nueva pausa. Pero para Samika y Lemus tampoco estaba siendo fácil, y si ellos no se rendían, Ayne tampoco quería hacerlo.
Cuando habían descendido aproximadamente la mitad del camino, el sinhadre vio algo moverse por el rabillo del ojo y plantó los pies en la tierra dando un grito de advertencia a sus compañeros. Fuera lo que fuera, se había escondido detrás de una roca, y el edeel ya había cogido su sable con ambas manos, apuntando hacia el lugar.
—He visto algo ahí, se ha movido y está escondido —explicó, con el nerviosismo a flor de piel—. ¿Retrocedemos? ¿Corremos? —Pero mientras preguntaba aquello, algo asomó la cabeza lentamente.
Se trataba de un roedor pelón de medio metro de alto con aspecto blancuzco y enfermizo, que los miraba de hito en hito. Se movía despacio, y su mirada vacía parecía decir mucho de su inteligencia. Ayne se sintió estúpido al instante en su pose defensiva, pero empezó a recular sin bajar el arma. Lento o no, tonto o no, no se fiaba de nada que no conociese.
—Parece que podemos irnos. Y mejor rápido… ¿y si tiene camaradas y atacan en grupo?
«Demasiado precavido, casi parece que me hubiese asustado ese saco de parásitos». En el fondo, el sinhadre echaba de menos a Eara para que se encargase de decir aquellas cosas por él.
Finalmente la subida comenzó a hacerse menos empinada. Hacía tiempo que, si miraban hacia atrás, podían ver la totalidad de la ciudad, así como el mar. Aquel lago de apariencia infinita lo había logrado impresionar. Así como la ausencia de vegetación más allá de las casas, o en casi cualquier lugar al que mirase. Se moría de ganas de contarle a Eara todo aquello y ver qué cara pondría. Era una lástima que no fuese posible que lo viera con sus propios ojos. En el agua, la orilla podía verse totalmente ensuciada por navíos y restos flotantes, lo que le hacía preguntarse cómo había acabado toda aquella basura allí. Tal vez un vistazo de cerca podía resultar instructivo, y eso fue una de las pocas cosas en las que estuvo de acuerdo con Ergot.
Alcanzaron una planicie en lo alto de las montañas, y a partir de ahí el horizonte se convirtió en un páramo tan desolado como infinito que horrorizó al sinhadre en lo más hondo. Nunca había visto nada parecido en Sinhdro, y como paisaje era realmente triste, aunque sí resultase impresionante. El desánimo lo golpeó como a todo el mundo, ya era definitivo que aquella ciudad era como una cárcel. No podían ir a ningún lugar fuera de ella.
Se sentó a tomar aire, pendiente del cielo como hasta entonces, e instó al repoblador a que fuese a contarle cosas a alguien que no fuese él. Tenía ganas de relajarse un momento mientras comía una pieza de fruta para recuperar energía. No dedicaron tanto tiempo a descansar como a sus cuerpos les habría gustado, pero era tal como decía Samika, no debían arriesgarse. Si se perdían iban a necesitar todo el tiempo que fuese posible para volver a encontrar el camino al torreón.
El sinhadre creía que la bajada sería más descansada, pero se equivocaba. Le dolían los pies y, en algunos tramos resbaladizos por la tierra seca, no había nada a lo que agarrarse. Se golpeó en varias ocasiones los pies y a punto estuvo de pedir alguna nueva pausa. Pero para Samika y Lemus tampoco estaba siendo fácil, y si ellos no se rendían, Ayne tampoco quería hacerlo.
Cuando habían descendido aproximadamente la mitad del camino, el sinhadre vio algo moverse por el rabillo del ojo y plantó los pies en la tierra dando un grito de advertencia a sus compañeros. Fuera lo que fuera, se había escondido detrás de una roca, y el edeel ya había cogido su sable con ambas manos, apuntando hacia el lugar.
—He visto algo ahí, se ha movido y está escondido —explicó, con el nerviosismo a flor de piel—. ¿Retrocedemos? ¿Corremos? —Pero mientras preguntaba aquello, algo asomó la cabeza lentamente.
Se trataba de un roedor pelón de medio metro de alto con aspecto blancuzco y enfermizo, que los miraba de hito en hito. Se movía despacio, y su mirada vacía parecía decir mucho de su inteligencia. Ayne se sintió estúpido al instante en su pose defensiva, pero empezó a recular sin bajar el arma. Lento o no, tonto o no, no se fiaba de nada que no conociese.
—Parece que podemos irnos. Y mejor rápido… ¿y si tiene camaradas y atacan en grupo?
«Demasiado precavido, casi parece que me hubiese asustado ese saco de parásitos». En el fondo, el sinhadre echaba de menos a Eara para que se encargase de decir aquellas cosas por él.
- InvitadoInvitado
Re: Montañas
18/06/15, 08:36 pm
Twixy's tenía entrenamiento de caminatas largas con zapatos mucho menos aporpiados que los que llevaba puestos, pero la subida era traicionera incluso con las botas. Todo estaba sucio, las piedras a veces cortaban, había recovecos inquietantes por todas partes y las nubes cubrían el sol dotando el paisaje de un color gris deprimente. No le apeteció sacar conversación en todo el trayecto, no había nada que comentar, nada a destacar, y todos estaban demasiado cansados y concentrados en avanzar como para querer decir nada. Odiaba comer mientras andaba, por lo que solo consumió lo justo para no desmayarse por el camino. Ya terminaría cuando lleguasen arriba.
Apenas prestó atención al desierto, pues Rocavarancolia entera se extendía ante sus ojos cuando alcanzaron la cima. No había que tener mucha imaginación para completar los edificios delirantes que destacaban entre las ruinas; las torres carcomidas, las cúpulas cascadas como huevos de ave... Algunas manchas de verde aquí y allá en las que no habían reparado, y el mar. Tenian playa. Estaba sucia y rodeada de peñascos grises pero era una playa igualmete. Twixy's se sentó en una roca y se llevó un trozo de pan con queso a la boca, clavando sus ojos en la inmensidad azul verdoso. Pensó que tal vez la ciudad no fuera exactamente una carcel, que podrían usar alguno de los barcos para navegar. Sin embargo no pronunció palabra, no tenía ni idea de manejar barcos que no tuvieran motor.
La bajada fue tan silenciosa como la subida. Todos querían llegar cuanto antes al torreón y dar la excursión por terminada, pero aún podía ocurrir algo y aquel pensamiento zumbaba en su cabeza como un abejorro negro y repugnante. El aviso de Ayne le sobresaltó de tal forma que casi resbaló por la pendiente. Un roedor calvo les acechaba. Twixy's le dedicó la mirada mas asqueada que pudo expresar.
-Mejor superdarnos prisa- apremió.- Pero hiperestad alerta.- Ya había desenvainado la espada, y aunque retomó la marcha iba mirando hacia atrás de vez en cuando.
Apenas prestó atención al desierto, pues Rocavarancolia entera se extendía ante sus ojos cuando alcanzaron la cima. No había que tener mucha imaginación para completar los edificios delirantes que destacaban entre las ruinas; las torres carcomidas, las cúpulas cascadas como huevos de ave... Algunas manchas de verde aquí y allá en las que no habían reparado, y el mar. Tenian playa. Estaba sucia y rodeada de peñascos grises pero era una playa igualmete. Twixy's se sentó en una roca y se llevó un trozo de pan con queso a la boca, clavando sus ojos en la inmensidad azul verdoso. Pensó que tal vez la ciudad no fuera exactamente una carcel, que podrían usar alguno de los barcos para navegar. Sin embargo no pronunció palabra, no tenía ni idea de manejar barcos que no tuvieran motor.
La bajada fue tan silenciosa como la subida. Todos querían llegar cuanto antes al torreón y dar la excursión por terminada, pero aún podía ocurrir algo y aquel pensamiento zumbaba en su cabeza como un abejorro negro y repugnante. El aviso de Ayne le sobresaltó de tal forma que casi resbaló por la pendiente. Un roedor calvo les acechaba. Twixy's le dedicó la mirada mas asqueada que pudo expresar.
-Mejor superdarnos prisa- apremió.- Pero hiperestad alerta.- Ya había desenvainado la espada, y aunque retomó la marcha iba mirando hacia atrás de vez en cuando.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Montañas
22/01/16, 09:43 pm
Cerca de una semana después de la luna roja.
No tenia buenos recuerdos de esa parte de la ciudad, recordaba la larga caminata hasta lo alto de la montaña y el descender. Para ella esa caminata había sido la mas incomoda de todas, casa igual que traspasar el puente de la cicatriz, notar ahora que con un simple chasquido o sonido podía notar perfectamente donde estaba cada piedra sin necesidad del bastón era risible de alguna forma. Ya no existía ese muro, pues ahora podía verlo sin necesidad de usar sus ojos, como descubrió durante esos días al ir guiándose por Serpentaria durante la noche con los ojos cerrados, haciendo trampas de vez en cuando eso si, y solo con el chasquidos de su lengua mientras esperaba que Ayne y Eara despertaran para el entrenamiento nocturno.
Ese seria su primera practica de vuelo, por llamarla de alguna forma, y estaba impaciente y nerviosa, mentalizada de antemano en que no seria nada fácil y que probablemente acabaría herida.
-Me apuesto lo que sea a que seras el primero en volar de los dos, ya medio consigues mantenerte en el aire....mas o menos -bromeo hacia a Ergot que había ido junto con ella, apuntándose también a la practica de vuelo. No sabían que tenia pensado Rasqa, siendo que las alas de los tres no se parecían en nada y que en el caso de Samika, al estar unidas al brazo suponía un extra diferente en la forma de usarlas. Samika imaginaba de alguna la forma pero le resultaba tan ridículo visualmente hablando que no lo había intentado siquiera. Sobretodo porque aun suponía que sus alas podría soportar su peso, al verlas tan frágiles le hacia dudar, por lo que prefería estar cerca de alguien que si supiera del tema antes de intentarlo siquiera
-En estos momentos que bien nos vendría la magia, porque seguramente acabaremos lleno de chichones.-dijo mientras estiraba un poco, llevando apenas un pantalón negro cómodos y una top sin tirantas por debajo del ombligo ajustado bajo el pecho, siendo el temita de la ropa seguía siendo un problema para ella. Su cabello recogido en una trenza dejando despejada sus orejas, con un par de dagas y porta dagas en la cintura, que había tomada prestada de la Sede el día anterior. Tal vez seria inútil pero sin magia y sin saber defenderse aun correctamente, estar sin armas le era muy incomodo, era solo por costumbre.
-Oye Rasqa ¿como aprendiste tu a volar? Digo, como aprendéis en tu mundo -pregunto la evaki con curiosidad viendo en dirección a la figura del moloch a pesar de no verlo. La pregunta era un poco tonta a decir verdad, pero al ser un ser con una inteligencia prácticamente humana se preguntaba si usaban un metodo bruto, como tirarse desde cualquier sitio alto y que fuese lo que dios quiera, o tenían algún proceso de aprendizaje previo. Tal vez sabiendo eso se sentiría menos ansiosa sobre como les enseñaría.
No tenia buenos recuerdos de esa parte de la ciudad, recordaba la larga caminata hasta lo alto de la montaña y el descender. Para ella esa caminata había sido la mas incomoda de todas, casa igual que traspasar el puente de la cicatriz, notar ahora que con un simple chasquido o sonido podía notar perfectamente donde estaba cada piedra sin necesidad del bastón era risible de alguna forma. Ya no existía ese muro, pues ahora podía verlo sin necesidad de usar sus ojos, como descubrió durante esos días al ir guiándose por Serpentaria durante la noche con los ojos cerrados, haciendo trampas de vez en cuando eso si, y solo con el chasquidos de su lengua mientras esperaba que Ayne y Eara despertaran para el entrenamiento nocturno.
Ese seria su primera practica de vuelo, por llamarla de alguna forma, y estaba impaciente y nerviosa, mentalizada de antemano en que no seria nada fácil y que probablemente acabaría herida.
-Me apuesto lo que sea a que seras el primero en volar de los dos, ya medio consigues mantenerte en el aire....mas o menos -bromeo hacia a Ergot que había ido junto con ella, apuntándose también a la practica de vuelo. No sabían que tenia pensado Rasqa, siendo que las alas de los tres no se parecían en nada y que en el caso de Samika, al estar unidas al brazo suponía un extra diferente en la forma de usarlas. Samika imaginaba de alguna la forma pero le resultaba tan ridículo visualmente hablando que no lo había intentado siquiera. Sobretodo porque aun suponía que sus alas podría soportar su peso, al verlas tan frágiles le hacia dudar, por lo que prefería estar cerca de alguien que si supiera del tema antes de intentarlo siquiera
-En estos momentos que bien nos vendría la magia, porque seguramente acabaremos lleno de chichones.-dijo mientras estiraba un poco, llevando apenas un pantalón negro cómodos y una top sin tirantas por debajo del ombligo ajustado bajo el pecho, siendo el temita de la ropa seguía siendo un problema para ella. Su cabello recogido en una trenza dejando despejada sus orejas, con un par de dagas y porta dagas en la cintura, que había tomada prestada de la Sede el día anterior. Tal vez seria inútil pero sin magia y sin saber defenderse aun correctamente, estar sin armas le era muy incomodo, era solo por costumbre.
-Oye Rasqa ¿como aprendiste tu a volar? Digo, como aprendéis en tu mundo -pregunto la evaki con curiosidad viendo en dirección a la figura del moloch a pesar de no verlo. La pregunta era un poco tonta a decir verdad, pero al ser un ser con una inteligencia prácticamente humana se preguntaba si usaban un metodo bruto, como tirarse desde cualquier sitio alto y que fuese lo que dios quiera, o tenían algún proceso de aprendizaje previo. Tal vez sabiendo eso se sentiría menos ansiosa sobre como les enseñaría.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Montañas
22/01/16, 10:24 pm
Rasqa había encontrado un sitio perfecto para empezar las prácticas. Se trataba de una pequeña explanada en mitad de la montaña. Tenía espacio suficiente para que aprendieran volar sin matarse, pero al mismo tiempo estaba lo suficientemente cerca del precipicio como para que Ergot y Samika sintieran la urgencia de hacerlo bien.
—La magia está sobrevalorada —respondió Rasqa con una mueca que rallaba lo mezquino—. Si las lagartijas más cagonas de mi antigua manada pudieron aprender a volar sin magia, a vosotros no os hace ninguna falta —les enseñó los dientes en una sonrisa amplia y añadió—. Confiad en la intuición de la Luna, si os ha dado alas será por algo.
Para el parqio era indudable: iba a disfrutar viéndoles caerse con muy poca gracia. Y si además podía meterles el gusanillo del miedo en el cuerpo...
—Nos tiran de pequeños por el acantilado más alto de toda la isla central —mintió para su disfrute—. Aprendemos a volar por cojones —acabó con una carcajada ronca.
Estaba deseando ver sus caras.
—La magia está sobrevalorada —respondió Rasqa con una mueca que rallaba lo mezquino—. Si las lagartijas más cagonas de mi antigua manada pudieron aprender a volar sin magia, a vosotros no os hace ninguna falta —les enseñó los dientes en una sonrisa amplia y añadió—. Confiad en la intuición de la Luna, si os ha dado alas será por algo.
Para el parqio era indudable: iba a disfrutar viéndoles caerse con muy poca gracia. Y si además podía meterles el gusanillo del miedo en el cuerpo...
—Nos tiran de pequeños por el acantilado más alto de toda la isla central —mintió para su disfrute—. Aprendemos a volar por cojones —acabó con una carcajada ronca.
Estaba deseando ver sus caras.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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