Ruinas de Margalar

- Sí tienes razón - le digo mientras asiento con la cabeza - vivir cada momento... pero ¿y si con tus actos luego pudiera haber consecuencias?
Le devuelvo la mirada, algo distraida.
- Porque en esta ciudad siempre ocurren cosas muy raras - respondo evadiendome de la pregunta - y a saber en que situaciones nos podamos encontrar... quizás la del otro día fue la situación fácil.
- Nunca desespero - le dije riendo - pero soy muy observadora... quizás caigas tú antes.

(Conéctate al chat xDDD)

Me encojo de hombros de nuevo.
-Los actos siempre traen consecuencias...ni buenas ni malas. Eso depende del punto de vista...
La miro con una media sonrisa. Así que evita la pregunta...
-La de ayer...creo que fue de las más fáciles que nos encontraremos aquí. A saber qué nos puede pasar mañana mismo...
-Nunca desesperas? ¿De verdad? ¿Quieres que te ponga a prueba?-pregunto para picarla.

- Nunca desespero... puedes ponerme a prueba como quieras, pero voy armada - le dije sonriendo maliciosamente - tal vez no acabes muy bien intentando tentarme...
Le miro de refilón, no está decidido.
Cojo otra pieza de fruta distraídamente y le miro de reojo.
- Aquí los actos pueden ser... peligrosos - añado.

Guiño un ojo.
-Vas armada, sí...y yo también...-digo bromeando-. Igual acabamos mal los dos.-me río.
La miro fijamente y tomo una decisión.
-Sí...los actos pueden ser peligrosos. Sobretodo este.-al mismo tiempo que lo digo, me echo para delante y le doy un leve beso en los labios para apartarme luego con rapidez-. Pero, como te he dicho, hemos de disfrutar cada momento al máximo...y yo lo he hecho con este. Las consecuencias pueden ser las que dios quiera.

- Igual - le digo tanteandole.
Le devuelvo la mirada y le dejo hacer. Para cuando se separa, le agarro de la camiseta y lo acerco a mí besándole con ansias en un mar de sentimientos. Le atrapo el labio inferior entre mis dientes y luego lo dejo estar. ¿Desde cuándo me he vuelto tan salvaje? Antes era más tranquila. Vuelvo a mi posición anterior, tranquilamente.
- Como ya te dije... te puedo hacer desesperar - respondí sonriendo - desear, volverte loco...

No me esperaba esta reacción, pero no dejo translucir mi sorpresa. En cambio, como respuesta, vuelvo a acercarme a ella con rapidez y vuelvo a besarla, esta vez introduciendo mi lengua en su boca. Jugeteo unos segundos con la suya y me vuelvo a apartar.
-¿Ah, si? Venga, te reto a hacerlo...-le lanzo ese desafío mirandola a los ojos, sin pestañear. Para mi sorpresa, no estoy nada nervioso por esto: al contrario, estoy invadido por una calma que nunca habia sentido. Es como estar en un sueño.
Y me gusta la sensación.

- Estás muy receptivo... es mejor hacerlo en un momento que te pille incómodo, es más divertido - le dije riendo - y me siento más cómoda haciéndote de rabiar que poniéndote a prueba... no soy así, soy más tranquila.
Suspiro.
- Tengo que aprender un par de cosas... no quiero hacerte daño - respondí temiendo herirle por mis actos y darle a pensar.

Sonrio.
-No pasa nada, puedo esperar...si quieres hacerme rabiar, adelante. Tus intentos serán...bienvenidos.
La escucho y muevo la cabeza, aún sonriente.
-Tómate el tiempo que quieras...sé que tienes mucho que aprender. Y tranquila...que sé que no vas a herirme.-le digo-. Confío en ti y sé que harás lo correcto.

Le vuelvo a besar en los labios y me siento encima suya apoyando mi cabeza en su hombro. No quería perder el momento ni hacerle sentir mal.
- Siento todo lo que intentas ofrecerme y aún no comprendo como voy a poder corresponderte- le respondí - ¿es siempre tan complicado?

Sin dejar de sonreir la abrazo y vuelvo a besarla larga y intensamente. Cuando me separo, dejo muy poca separación entre nuestras caras.
-Casi siempre, por lo que he podido ver.-respondo-. Las parejas que tuve oportunidad de ver en la tierra eran así, normalmente...
La miro con ojos brillantes.
-Yo te puedo decir como me puedes corresponder...quédate conmigo. Sólo te pido eso. Que te quedes conmigo y no me abandones...
Esta vez me acerco a su cuello y le dejo una marca. La miro a los ojos, como pidiendo permiso para seguir.

- Es un sentimiento extraño - le digo mientras me dejo abrazar.
Me deja una marca en el cuello.
- Te recuerdo que no estamos solos... - le digo sonriendo mientras me llevo una mano al cuello.
Le devuelvo la mirada sin saber qué hacer.
- Estoy contigo Aníbal... y no tengo pensado irme - respondí mientras le revolvía el pelo cariñosamente y apoyaba mi frente en la suya.
Cuando conseguí que estuviera tranquilo y no se alterara ante la idea de que me fuera, regresé a la habitación y me acosté. Primero no paraba de pensar en todo y luego me dormí.

(Me llaman a cenar)

Después de unos instantes juntos, Abi se va a dormir. Yo me quedo pensativo un rato en la silla, sin que se me borre la sonrisa. Luego, lentamente, me voy a la habitación. Abi ya se habia acostado. Le dejo un beso en la frente y me tumbo en mi catre, donde me duermo casi al instante, feliz.

Me remuevo en la cama, no estoy cómoda. Interminables pensamientos intentan hacer explotar mi mente y lo peor de todo, no puedo ignorarlos. Como si fuera una pesadilla... sigo dando más y más vueltas en el camastro.

Me despierto y me miro las heridas. Mucho mejor, ya casi ni se notan. Voy a ver qué tal le van a Abi. Cuando llego, la veo removiéndose incómoda. ¿Estará teniendo una pesadilla? Decido despertarla.
-Abi...Eh, Abi...Despierta!-digo, zarandeándola suavemente.

Despierto sobresaltada y me agarro a los brazos de Aníbal. Espero un momentito hasta que enfoco la vista y veo dónde estoy y comienzo a respirar más despacio. Llevándome una mano a la cabeza me levanto despacio haciendo por infundir tranquilidad a mi alrededor.
- No pasa nada - digo respirando tranquilamente.

Sonrio y la ayudo a levantarse.
-¿Una pesadilla? Tranquila, no pasa nada.
Miro sus quemaduras y veo que también han mejorado mucho. Sonrío satisfecho.
-Dentro de nada nos podremos quitar los vendajes...

Yo también me miro las heridas. Preparo vendajes nuevos y cambio tanto el mío como el de Aníbal. Pienso en todo lo que nos ha ocurrido últimamente y pienso en que quizá deberíamos prepararnos no solo nosotros... acabo quitando esto de mi mente y me centro en coger algo de comida para llevársela a Emily.
- Se lo voy a llevar a Emily - le digo - no sé que anda haciendo, pero me pidió estar sola unos días...
Le llevé la comida y se la dejé encima de la mesilla. Después de asegurarme de que estaba bien volví a la cocina y cojí algo de comer para mí.
- ¿Cuál es el plan de hoy? - le pregunto - ¿hacer dianas, tal vez?