Capilla de los nombres

08/09/12, 12:00 am

Recuerdo del primer mensaje :

Capilla situada bajando la Senda de la Perdición, junto a la Iglesia de los Descreídos.
Tiene planta de octógono y está construida en algo que parece piedra arenisca pero que es muchísimo más duro. Es bastante espaciosa, como dos salones grandes. Tiene ocho columnas cubiertas de nombres y ocho pequeñas ventanas en lo alto de cada muro para iluminarla. Su tejado es una pirámide octogonal algo aplastada. La entrada es un arco tallado con suaves formas de un estilo que recuerda al renacentista.
En ella se encuentran registros de los nombres que los habitantes de Rocavarancolia han ido adoptando a lo largo de los siglos, junto a una breve descripción de su legado. Algunos trozos están emborronados con golpes de pico efectuados durante la Batalla de Rocavarancolia a manos de los enemigos de la ciudad. Borraron con especial afán los mundos vinculados de pertenencia de muchos transformados a los que consideraban indignos de ser de sus mismos planetas. Hay un trozo de la pared lleno de grietas radiales causadas colateralmente que impide leer bien los datos de algunos muertos recientes.

Inscripciones:

09/12/12, 02:04 am

Tap no pudo salir porque un grito lo paralizó.
Un grito airado que retumbaba por la pequeña estancia.
El mago no era el único fantasma de aquel lugar.
-¡No son tus hijos! ¿Es que no lo vas a entender nunca? -le espetó el nuevo fantasma.
El recién llegado se elevó flotando mientras la túnica que llevaba ondeaba con el viento invisible de su temperamento.
El mago se apartó cautelosamente, aún observando con fijeza el rostro de Pablo.
-No, no puedes...
El nuevo fantasma dio un golpe en el suelo con su incorpóreo bastón de madera. Inexplicablemente, hizo un ruido imponente.
-¡SILENCIO!
Luego, giró su rostro simiesco a los cosechados.
-Ahora, niños, dadme vuestros nombres.

09/12/12, 12:53 pm

Le dirigí una mirada asesina a Tap. La reprimenda del repoblador me había importado más bien poco, pero lo de seguirle la corriente al fantasma, y encima a sabiendas de que podía ser peligroso, por no hablar de que se marchaba dejándome atrás... Eso si que no se lo iba a perdonar.
"Esta es la última vez que me preocupo por ese imbécil arrogante"

Un grito airado retumbó por toda la sala. Un grito que hizo que se me pusieran los pelos de punta.
Había otro fantasma en la sala, un ser simiesco que vestía una túnica sucia y raída. Y que nos pidió nuestros nombres.

Si no me lo estuviera pidiendo un simio semitransparente con túnica y bastón, y que encima flotaba seguramente se lo habría dado. Si ese simio me lo hubiera preguntado hace unos días puede que incluso entonces se lo hubiera dado. Pero si algo había aprendido desde el ataque de las garrapatas y las luciérnagas, era que en esta ciudad las cosas que parecen inofensivas rara vez solían serlo.

Por otro lado el cabreo que tenía con Tap seguía ahí, aumentando por momentos. Y acabé tomando una decisión. Una decisión estúpida, pero estaba demasiado enfadado como para darme cuenta.
El estaba dispuesto a dejarme aquí tirado, así que ¿Por qué no iba yo a hacer lo mismo?. "Tu le seguiste el juego a ese fantasma. Pues a este juego pueden jugar dos"

-¿Yo? Pues mi nombre es... Stefan- Le dije al fantasma, dándole el primer nombre que se me ocurrió. -Y a ese de ahí se le conoce como Tap el repoblador.-

Tap ni siquiera era su verdadero nombre, así que no podía quejarse. Si de verdad había algún peligro seguramente nos afectaría a los dos por igual. O eso creía.

09/12/12, 05:17 pm

Un segundo ser transparente apareció. Tap se llevó las manos a la cara. << ¿Un mono parlante? >>. Era todo tan absurdo que, a pesar de que su instinto le instaba a volar lejos, prefirió quedarse a escuchar la escena que se cernía. En el fondo tampoco iba a abandonar a Pablo, mal que le pesara al repoblador. No dejaba de ser miembro de la colonia y Tap tragaría llegado el caso. << Aunque no le viene mal verse solo un rato >>. Realmente Tap tampoco sabía cómo lidiar contra esos seres semitransparentes.

Cuando acabaron la breve discusión, el mono se encaró a Tap y Pablo y le pidió los nombres. Pablo dio el de Moscardón, aunque Tap no estaba seguro del todo por su mala memoria, y luego le dio el suyo. Tap lo miró sorprendido y luego sonrió divertido. Por fin Pablo daba una muestra de inteligencia, aunque no fuera exagerada. Se le veía algo cabreado también, tal vez tuviera que ver. << Mejor así, a ver si aprende a base de enfados >>. Sin embargo...

-No mientas al primate-saltó enseguida. Si Pablo quería dar un nombre falso, podría habérselo inventado en lugar de dar el de otro miembro de la colonia. Nisiquiera sabían para qué los querían y Tap no quería poner en peligro a nadie (aunque le preocupaba más el panal en sí que el habitante en cuestión). En esta ciudad ocurrían cosas raras << ¿Y si nos rastrean por el nombre? >>-. Él -señaló al gigante y dio un vistazo rápido a la pared-. Se llama Malnacido -mintió-. Y yo, Tapón-no era su nombre verdadero, por lo que no importaba demasiado-. ¿Y vosotros? ¿Cual es vuestro nombre?-preguntó a los flotantes. En cuanto acabó de preguntar, hizo un gesto a Pablo con la cabeza, tratando de señalar la puerta con algo de disimulo. Más les valdría correr en cuanto pudieran.

09/12/12, 05:51 pm

El simio frunció el ceño. Tras él, el hechicero miraba inseguro a Pablo, algo apartado en una esquina.
-No comprendéis nada. ¡NADA! -bramó el fantasma recién llegado apretando los dientes y deformando su rostro en una mueca de ira. Alzó una mano como para abofetear a los cosechados pero se contuvo al ver entrar en la capilla a Macak.
La varmana había llegado corriendo, preocupada por los gritos. Se quedó pálida al ver a los dos fantasmas.
-¿Esto... es...? -murmuró, dando un paso hacia atrás.
El mago fijó su atención en ella. Aquel pelo rojo... ignoró el resto de rasgos. Sólo se centró en que era una hembra y en el color de su pelo. Igual que aquella guerrera que lo había matado.
Pero antes de que pudiera decir nada más, el simio se interpuso.
-Dame tu nombre, cosechada. Dame tu nombre si quieres que todo vaya bien.
La varmana no logró articular palabra ante la tensión. Vacuum-Elliot Merryweather-Gael-Martalar-Alexander Darkwater-Stefan-Tapón se dispuso a gritar a la joven, pero el otro fantasma lo interrumpió:
-¡MALDITA RATA! ¡CÓMO TAN SI QUIERA OSAS TRATAR DE HACER FRENTE A ROCAVARANCOLIA! ¡SUCIA CUCARACHA INDIGNA! -berreó el hechicero muerto, atravesando a Macak y provocándoles dolor de cabeza a todos los vivos de la estancia. El mago intentó volver a cargar y el simio se interpuso, pero el poder mágico de VEMGMADST no pudo evitar que el hechicero lo apartara con una onda roja.
-Voy a disfrutar conjurándote una muerte bien dolorosa, rata repugnante -dijo el mago con voz suave y una sonrisa, colocando su cara justo frente a la de Macak. Empezó a murmurar un hechizo, pero el simio lo volvió a detener.
-¡Es una cosechada! ¡Son todos cosechados, imbécil!
-Mentira, es la guerrera que me mató -dijo con expresión sombría.
-¿Acaso esa guerrera tenía unas orejas así? ¿Y esa nariz?
El mago se quedó un segundo observando los rasgos de la paralizada varmana. Su expresión sombría se relajó y pasó su atención a Pablo, quien seguía en el otro extremo de la estancia. Macak intentó huir, ya que ella se encontraba bajo el umbral de la puerta, pero el simio se interpuso en su camino, haciendo que retrocediera.
-Dame tu nombre, cosechada. No tiene sentido que tú lo tengas. Dámelo.
Macak negó con la cabeza, y el mono le dio una bofetada con toda la longitud de su brazo y parte de su magia.
-He dicho que me des tu nombre -repitió, enseñando los dientes.
El mago lo interrumpió:
-¿Pero para qué quieres sus nombres? -dijo, mirándolo tristemente- Son sólo cosechados. Nosotros también tuvimos que pasar por esto.
-¡CALLA, IMBÉCIL INDOLENTE! -dijo el simio girándose hacia el otro espectro. Ese segundo de distracción le bastó a Macak para huir, aprovechando lo cerca que tenía la salida- ¡MIRA LO QUE HAS HECHO!
El mago se encogió aún más cerca de la pared.
-Pero no importa -dijo el mono recuperando repentinamente la tranquilidad (otra vez)-. Porque todavía sigo teniendo a estos dos cosechados y a sus nombres. ¿Verdad, niños sin nombre? Ahora me debéis obediencia. Porque tengo vuestros nombres. Verdaderos o falsos, me da igual, son míos. Me basta con que me los hayáis dado -esbozó una sonrisa de oreja a oreja mientras miraba fijamente a Pablo y Tap.

09/12/12, 07:12 pm

La llegada de Macak y los sucesos posteriores hicieron que mi cabreo pasara a un segundo plano. "Qué hace ella aquí?"
Lo siguiente fue el ataque, o intento de ataque del fantasma que me había confundido con su hijo. Lo que hiciera me provocó dolor de cabeza. "Vale. Por si no había quedado claro antes. Son peligrosos"
La varmana parecía aterrada y por si no fuera bastante recibió una bofetada cuando se negó a decir su nombre.
"Tenemos que salir de aquí"

La buena noticia era que los dos fantasmas parecían estar enfrentados entre ellos. A lo mejor podían aprovechar una de sus discusiones para escapar, y de hecho, eso fue lo que hizo Macak.
Nos había dejado atrás, pero no podía culparla. Nada nos preparó a ninguno para encontrarnos en una situación como esta.
Lo malo era que ahora los fantasmas habían vuelto a fijarse en nosotros. Pero lo peor fue lo que dijo el mono.

"¿Puede hacer eso? ¿En serio?" Yo no me sentía esclavizado de ninguna forma. "Preocúpate por eso luego. Hay que salir de aquí". Pero ¿cómo? La entrada estaba bloqueada por el simio. "A menos que..."

Antes había visto cómo el otro fantasma atravesaba a Macak. ¿Y si podían atravesar a este también? "Pero a Macak pudo golpearla ¿Y si este es sólido?" Tampoco tenían muchas opciones, aparte de quedarse sin hacer nada, y esa sí que no era una buena idea.

Sin previo aviso eché a correr hacia la entrada, y mientras lo hacía silbé. El silbido era una imitación del que hacía Tap para llamar a su montura. Lo había escuchado bastantes veces para saber cómo era. Que funcionara ya era otra historia, pero aunque la avispa no reaccionara confiaba en que Tap comprendería lo que quiero hacer y me seguiría.
Si el simio se ponía en medio lo embestiría, atravesándolo, o si era sólido derribándole si tenía suerte. "Ya puede salir bien esto porque si no..."

09/12/12, 11:01 pm

Tap casi se cayó de la avispa cuando uno de los flotantes traspasó a Macak, que había llegado de manera inesperada. Tap no daba crédito a lo que veía. << ¿Están hechos de aire? >> no encontraba una explicación para lo que acababa de presenciar, salvo para la llegada de Macak. << ¿Está tonta o qué? ¿Acaso piensan venir todos en fila tras de mí? >>.

Lo que no le gustó en absoluto fue la reacción del mono. Le daban igual los nombres, parecía ser solo una excusa para esclavizarlos. << Otro como Yrio... >>. Al menos no tenían cadenas, cosa de lo que Macak se dio cuenta antes que nadie. Orejones salió corriendo sin cruzar palabra, dejándolos con todo el marrón.

El silbido de Pablo lo sacó de su ensimismamiento y vio como corría hacia la entrada, justo donde estaba el mono. Al repoblador no le hacía especial ilusión ir tras Pablo. Pero no tenía ni idea de qué podría hacer contra los flotantes. << No hay opción, no voy a ser esclavo de un mono >>. Palmeó el lomo de la avispa y voló hacia Pablo tan rápido como pudo.

11/12/12, 07:33 pm

Los dos cosechados atravesaron al fantasma, a quien sólo le dio tiempo de hacer presa sobre la mano de Pablo, desequilibrándolo un poco al principio. El cosechado lo arrastró consigo durante unos metros hasta que el espectro deshizo la presa y decidió alzarse hasta que lo perdieran de vista. En su intento de huida, el simio descendió una vez más en picado sobre ellos, y logró desestabilizar a la avispa con el estrépito. Tap logró no caerse tras haber rozado el suelo durante unos instantes.
-¡Es oficial! -había gruñido entre dientes el simio mientras le daba aquel manotazo a la montura del repoblador.
El fantasma acabó por cansarse de la persecución y se desvaneció con una mirada sombría.

11/12/12, 08:43 pm

Tap no se ceía que hubieran conseguido escapa de los flotantes. No se había comido el suelo de milagro y, de hecho, tenía una raspadura en los brazos del golpe que le había dado a la avispa, si es que se le pudiera llamar golpe, a pesar de que le hubiera transpasado las entrañas en realidad.

-¡OFICIAL MI CAPULLO!-gritó cuando vio que por fin sacaban un trecho a los tipos semitransparentes-¡Uaaaau!-la exclamación de sorpresa le nació del alma, pero pronto fue eclipsada por cierto nerviosismo. Quizá un resquicio del miedo que estaba evitando reconocer-¡Vamonos de aquí cagando leches, Pablo!-podría haber echado a volar sobre los edificios para adelantar terreno a sus perseguidores pero, de forma instintiva, como siempreh había hecho en su bosque, Tap voló junto a Pablo, con las limitaciones de movimiento que les iban imponiendo las calles.

En la huída frenética, Tap se tomó el lujo de dar un par de caricias a su avispa por el buen trabajo que había hecho y entonces fue consciente de las ganas que tenía de reír. Soltó un par de carcajadas, al tiempo que se dejaba llevar por la adrenalina del vuelo, y silbó alegre, procurando no pensar en lo que le hacía tanta gracia. Pero no pudo evitarlo. << Hemos sido afurtunados... >>. Y es que Tap detestaba lograr las cosas por simple suerte y no por méritos. Aunque estaba vivo, no tenía derecho a quejare.

Sigue en el Torreón Letargo.

11/12/12, 10:02 pm

Al final todo salió bastante bien. Pudimos atravesar al simio, aunque consiguió agarrarme la mano y me hizo perder el equilibrio. Irónicamente fue el mismo tirón el que impidió que me cayera al suelo. Al final nos libramos de él aunque Tap casi se cae con su última embestida.
-No hace falta que me lo digas dos veces- Respondí a Tap cuando mencionó lo de largarse.

El repoblador estaba eufórico, en cambio mi estado era casi el opuesto. Ahora que habíamos escapado la relativa tranquilidad que había mostrado en la capilla iba siendo poco a poco sustituida por el miedo. Como si el sentimiento llegara con retraso.
Mientras seguía a la carrera tuve tiempo de sobra para reflexionar sobre lo que había pasado. Por un lado me sentía orgulloso de haber escapado ileso de la caplila, pero por otro me daba cuenta de que podríamos haber acabado muy mal.
"Hemos tenido mucha suerte"

La ciudad había demostrado que no solo era peligrosa, sino también imprevisible.
"Primero casas carnívoras, luego garrapatas gigantes ¿y ahora fantasmas? ¿Qué será despues?"
A pesar de todo lo que había leído en el bestiario durante esos días, cada vez que se encontraban con alguna criatura peligrososa nunca lograba reconocerla. "Al menos sigo vivo"

Con todo eso en la cabeza seguí corriendo tan rápido como mis piernas y la adrenalina me permitieron.

Sigue en el Torreón Letargo.

27/12/13, 10:45 pm

Había pasado un día desde su visita a Letargo y Tap todavía le daba muchas vueltas a algunas de las cosas que habían ocurrido allí. Después de haber vuelto a la Sede le invadieron ciertos remordimientos por haber utilizado algo de lo que todavía se arrepentía para asustar a los gigantes cosechados. Había dedicado toda la mañana a practicar magia y hacer un par de apaños a su cuerpo y por la tarde había salido a pasear, lo que decidió que sería una costumbre hasta que pudiera mover su cuerpo a la perfección. No sabía si había sido por suerte o de manera inconsciente, pero había acabado frente a un edificio familiar: el Libro Gigante.

En su día, Tap disfrutó muchísimo la excursión que había hecho a ese lugar, pero ahora la lamentaba. Ese día habían comenzado sus desgracias entre gigantes y ollas y había originado acontecimientos peores. También le hacía gracia recordar cómo en su momento había vendido su nombre al mono. En esos momentos Tapón no significaba nada, porque había creído que era cosa de un año, que volvería al bosque, a su panal, y los tatuajes de sus brazos volverían a ser su nombre. Ahora esos dibujos no significaban nada y Tap significaba cada grito, cada queja, cada prejuicio y cada decisión que había tomado en la ciudad, buena o mala.

Flotó junto a las columnas, releyendo los nombres, recordando algunos más que otros. Había un puñado que bien podrían ser nombres nuevos, pero la memoria del repoblador para cosas tan nimias como estas no era muy fiable. Sin embargo, entre todas estas inscripciones, claramente funerarias, Tap echaba en falta nombres.

En un arranque de remordimientos y otros sentimientos que el poltergeist no sabía definir, sacó una tiza del saquillo que llevaba atado a la cintura. La poseyó y escribió en orden:

-Orejas: Macak, varmana tímida, supersticiosa. Enfermó tras huir del mono flotante y la rematé sin querer.
-Primero: Thrasmy’s, frivy inocente, bailarín por las mañanas. Pulsé donde no debía.
-Brina: Sendaria nublina. Cayó junto a Primero cuando pulsé donde no debía.
-Dama Hálito: Demiurga daeliciana, creadora de cuerpos y giganta amable. La engañó el abismo.

Probablemente porque para él era un Libro, Tap había decidido que no había lugar mejor en el que escribir aquello para pasar página del todo y a la vez asegurarse de no olvidar lo que había hecho. Antes de salir volando de ahí, decidió firmar.

-Malahierba: nunca muere :).

Y al lado dibujó un círculo con un punto dentro. No pensaba renegar de Tap, le había cogido cariño al nombre, pero si hasta ahora había llegado a tener tres nombres diferentes, un cuarto no le haría ningún daño. Además, Malahierba era el primero que decidía por sí mismo. Ni gigantes, ni dotados, ni nadie más qué él.

Antes de echar a volar, decidió que se pasaría en unos días para ver si permanecía lo que había escrito. Si no lo había hecho nadie para entonces, lo borraría el mismo y lo cincelaría como bien pudiera para que quedara grabado en la pared.

06/03/14, 03:31 pm

Lara no dudó en salir de aquel lugar. Había llegado a un punto en el que no quiso ni preguntar qué había tras la flauta a su moneda. El grupo volvió a moverse, buscando algún lugar más seguro que ese. De camino, Lara se preguntó inevitablemente qué sería de Taro. Quería creer que seguía vivo, pero no podía evitar preguntarse cosas. <<¿Y si murió y alguien llevó su cadáver al cementerio? ¿Él también hablaría? Deberíamos haber preguntado antes de salir...>>. Aún así, no le pareció un fallo tan grave. <<Volveremos cuando seamos más fuertes>> se dijo.

Mientras tanto, llegaron a un edificio imponente. Para la ordesa, una obra de arte entre tanta ruina. Lara consideraba que también había algo artístico en la pobreza de la ciudad y los edificios rotos, pero este era especial. Era enorme, de buen gusto y estaba completamente abierta. Prefirió no preguntar a la Suerte y directamente asomó las orejas por la abertura. Conjuró sobre sí misma la amplitud sensorial para asegurarse de que no había nadie y entró dentro.

El sonido de sus pisadas se convertía en un golpe sonoro gracias al hechizo y Lara se sintió enorme dentro de aquel lugar. No tardó demasiado en percibir las tallas en las columnas y se acercó a la más próxima a ella. Mientras leía, se deleitaba con el sonido de sus dedos acariciando las muescas. <<Qué cantidad de nombres>>. Pensó primero. <<Y cuántas damas. ¿Será algún título o cualquiera puede llamarse así?>>. A Lara le había gustado aquel añadido al nombre.

06/03/14, 07:55 pm

Pusieron tierra de por medio, vaya si lo hicieron. A Cío le daba igual si se estaban equivocando o no. Aquel cementerio podía ser bonito, pero en esa ciudad probablemente todo lo bueno fuese una trampa para atraer idiotas. Tampoco se les había perdido nada en aquel lugar concreto.

Volvieron a adentrarse en sitios nuevos, siempre con el mapa delante, aunque Cío no lo miraba demasiado. Prefería memorizar las calles y los edificios y aprender a guiarse usando puntos de referencia. Así, llegaron a una construcción curiosa, en buen estado al compararla con los edificios de viviendas, a la que Lara se asomó. La siguió, preocupándole que albergase cualquier peligro, pero el interior parecía silencioso. Por dentro era incluso más impresionante que por fuera, y el irrense no estaba acostumbrado a los edificios espaciosos. Tardó un poco en fijarse en las palabras, pero empezó a leer enseguida, pasando los dedos por las muescas que borraban grandes partes de los textos.
—Esto es como un libro de historia escrito en piedra, o algo así. ¿Será un sitio de culto?

Sin darse cuenta acabó enfrascado en la lectura de las historias que se intuían en algunas de las descripciones. Podrían ser meros cuentos, pero estando donde se encontraban estaba predispuesto a creerlo todo. Y era impresionante. No había mirado demasiado el libro de historia del torreón, pero entre una cosa y la otra lo habían terminado de convencer acerca de lo que había pasado con aquella ciudad. «Pero entonces, ¿para qué se molestan en traernos como si no hubiera pasado nada?».
—¿Ballenas… voladoras? —murmuró en cierto punto. Al leer aquello pensó en la última planta de su torreón «¿es que es habitual aquí que vuelen las ballenas… o las lancen?». Después de seguir revisando varios nombres más, empezó a mosquearse al ver repetida siempre una misma historia—. ¿Qué es un ángel negro y qué es “el Trono Sagrado”? He visto el mismo cuento por no sé cuántos sitios ya.

06/03/14, 09:41 pm

- Eufrasio Rodoendro, brujo de las cochinillas peludas, muerto heroicamente en guerra. Asi le guarden sus compañeros en la más alta estima.- leyó en voz alta Nero con un deje socarron.- Me encanta este sitio.

Se giró al oir las ultimas palabras de Cio.
-El trono sagrado es el del rey. El de esta ciudad. ¿Por qué? ¿Has encontrado algo interesante?

07/03/14, 12:37 am

Aquel edificio había llamado poderosamente la atención de todo el grupo y el biomecánico no era una excepción. Realizó varias fotografías desde la distancia y tocó con curiosidad los muros comprobando que era mucho más duro de lo que parecía a simple vista.

El interior era todavía más impresionante y Archime volvió a inundar de flashazos la zona. No cabía duda de que lo más interesante eran aquellas inscripciones que, aunque llenas de fragmentos totalmente ilegibles, sin duda aportaban información sobre Rocavarancolia. No tardaron en quedar registradas en la memoria del ordenador del ingeniero tras haber fotografiado minuciosamente toda inscripción a la vista.

El irrense se estaba preguntando si en aquel lugar tan solo se hallaban registrados aquellos con cierta importancia social debido al reiterado uso del título “dama” delante de la gran mayoría de nombres femeninos que allí había, aunque algunas descripciones hacían ver que la gente allí homenajeada eran de toda clase, cuando escuchó la conversación entre Cío y Nero.

Archime no se había atrevido a solicitar prestado el libro de historia ya que no guardaba mucha relación con Anriel, pero decidió que al volver al torreón lo haría. Tal vez juntando aquellas inscripciones, el manuscrito acerca de la Luna Roja y el libro de historia podría sacar algo en claro acerca de la ciudad y el propósito por el cual se encontraban allí.

—Parece que existe alguna clase de colectivo a cuyos integrantes se les llama “ángeles negros” y que por algún motivo fallecen al tratar de sentarse en el trono que mencionas. Por alguna razón los rocavarancoleses no deben de querer ser gobernados por ángeles negros y tal vez frustren sus intentos de alzarse con el poder —teorizó sin dejar de fijar la mirada en las inscripciones grabadas en la piedra que hablaban sobre aquello.

07/03/14, 03:56 pm

Las conversaciones de sus compañeros habían llamado la atención a la ordesa y le pudieron las ganas de participar. Abandonó su columna para acercarse a ellos.

—A lo mejor son como nosotros y vienen de un mundo vínculado llamado Angelesta o Angelia o Ángela—debio al hechizo de amplitud sensorial, Lara hablaba más bajito de lo normal, pensando que sus compañeros la oían con el volumen de siempre—. Seguramente los haya de más colores y en las grabaciones especifican que son de los negros para que el resto de ciudadanos lo tengan claro.

>>Por cierto, ¿habéis leído acerca de los brujos, no?—sabía que sí, les había escuchado. Formuló la pregunta con el rostro iluminado y el mismo tono que utilizaba de pequeña cuando su padre le traía regalos envueltos y conspiraba acerca de qué habría dentro—¡Se parecen muchísimo a las historias de afines de mi mundo!—saltó por fin. Aquello había traído de vuelta una idea que ya habia aparcado hace semanas—. La próxima vez que vayamos a la biblioteca buscaré manuales para hacer brujería afín y me informaré bien. Y los hay de muchos tipos: afines soñadores, de criaturas sombrías.. Algunos parece que fueron malditos. Tal vez no sea una profesión muy segura, ¿no? Pero supongo que depende de la rama que escojas. Tampoco sé muy bien qué podría hacer uno con su propio silencio, salvo aprender a callarse y no hablar más de la cuenta o guardar secretos...—mientras esperaba respuestas, se acercó otra columna para seguir leyendo y exclamó con un suspiro—. Guau... ¿Os imaginais que algún día aparecen aquí nuestros nombres? Dama Lara, madre modelo y afin de la adivinación...—un repentino cargo de conciencia le impidió formular la siguiente línea, en la que asumía que moriría de vieja dejando a sus hijos una herencia millonaria.

07/03/14, 04:28 pm

—Interesante no sé, solo repetitivo —respondió a Nero antes de que hablase Archi. Le señaló la última de aquellas inscripciones que se había encontrado y siguió leyendo. Tanto ver las inscripciones de cerca le estaba dando mareo cuando miraba a lo lejos. Ya sabían que aquello era un reino, desde las voces y el torneo, pero aquel trono sagrado del que hablaban las inscripciones podría ser a lo mejor algo ajeno a la silla de un rey. Sin embargo la teoría de Archi era bastante más plausible y se limió a asentir con la cabeza. Durante la apreciación de Lara tampoco dijo nada. Volvió la cabeza cuando empezó a hablar de brujos, escuchando a medias lo que decía «¿y si hay hechizos de otras “ramas” que sí puedo hacer?». Aun así, pensaba, no podían sacar ya mucho más de la biblioteca, y no era fácil encontrar cosas de utilidad allí.
—Tal como están las cosas, ¿actualizarán esto siquiera? Además, dudo mucho que esto esté aquí para gente como nosotros. Y la verdad es que preferiría no ver mi nombre, ni aquí ni en ningún lado.

07/03/14, 05:03 pm

El aprendiz se sintió mucho más cómodo cuando abandonaron aquel lugar tan siniestro. Razonó consigo mismo y decididió que solo volveria a aquel lugar para respawnear. Eso si, no lo compartió con los demás, pues todavia segua muy retraido, agarrado a su bõ con cierta ansiedad. Siguieron el paseo. Lentamente, se dió cuenta que no buscaban a Taro ya. Solo estaban explorando nuevos lugares, como cuando hacian cuando Taro estaba en el torreón. Poco a poco se sintió más vacio y solo por dentro.

Encontraron un lugar nuevo, una sala enorme con columnas y, nombres, mejor dicho, listas de nombres, apilados unos tras otros. Leerlos todos le daba dolor de cabeza, pues eran tan confusos y planteaban tantas preguntas que la imaginación del chico se disparaba y no podia evitar memorizar los más curiosos. Mientras los demás hablaban y comentaban entre si, se acercó a una de las listas y, agachándose, extrajo su navaja suiza, extrayendo de ella un abrelatas con pocos usos: Pocas latas habia en Rocavarancolia. Lentamente, con ayuda del filo del abrelatas, comenzó a raspar su entrada en la lista, con una cara un tanto vacia.

"Taro: querido amigo de pocas palabras, baja autoestima y movimientos chulos y ágiles"

Lentamente, se detuvo. La hoja se habia dañado un poco y cada vez le costaba más marcar algo, pero hizo una última entrada:

"___________ : Aprendiz del Estilo del Mono Sun Wukong."

Terminó por grabar, con un suspiro triste. Habia marcado el espacio en el nombre lentamente con el único propósito para rellenarlo cuando se supiese, si es que se llegase a saber. Se revolvió el pelo lentamente. ¿Era eso todo lo que tenia que decir de si mismo? ¿Era aquello por lo que queria que se le recordase? Finalmente, terminó por añadir algo más:

"Soñaba con ser cosmonauta."

Y, entonces, se sentó, con una mirada triste dirigida a la interminable lista de nombres. El aprendiz sabia bastante bien que era esa lista. No era un censo de habitantes ni nada parecido. Era un homenaje dedicado a los caidos. Y todos sus componentes habian muerto. La sola idea de que él lo haria en un futuro le afectaba cada vez más, pero habia sentido que dejar grabado su legado en algún lado. Por si acaso algún día, le pasaba lo mismo que a la humana tetuda de letargo, cuyo nombre olvidó hará ya algún tiempo y, simplemente, explotaba sin más, sin poder decir unas últimas palabras. Para que al menos tuviesen sus compañeros "algo" con lo que recordarle y pudiesen ponerle el nombre que quisieran recordarle.
Finalmente posó la mirada en la entrada que habia grabado él mismo sobre Taro. Poco más podia decir sobre el chico que le definiese mejor. Suspiró.

>> Espero que estes feliz allá donde estes, tio. Te he conseguido un puesto de gary stue, al lado de reyes, dioses, magos y a saber que más fieras. Hazme sitio alli mientras sigo aqui, esperando.

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