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Plaza de la Fuente

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fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Plaza de la Fuente

02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.

Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

16/03/23, 04:47 pm

A Colmillo ni siquiera le dio tiempo a empezar a preguntar qué le acababa de pasar a su idioma cuando el que había sido lanzado a la fuente comenzó a vomitar. El vittya tropezó hacia atrás en su intento de poner la máxima distancia posible con el nauseabundo olor y se llevó las manos al hocico rápidamente.

-Joder, joder, joder. ¿Por qué me hacéis esto? -preguntó con angustia a nadie en particular.

En su esfuerzo por concentrarse en que su nariz no captara los malos olores, no se percató de la acusación de demonio a la planta, pero sí que escuchó sobre que eran especies distintas y habían sido secuestrados. Y, por supuesto, la ristra de insultos del pequeño apestoso del principio. Colmillo reconocía que no era la persona mejor hablada de la Estepa, pero si él hubiera dicho todas esas cosas seguidas sobre alguien se habría ganado un lavado de lengua con jabón por parte de su nana y eso era así sin importar la especie, por lo que no entendió por qué el lagarto, Rägjynn, parecía tan contrario a la colleja que recibió, totalmente merecida y para nada exagerada en su opinión.

Colmillo, un poco más calmado, se dispuso a explicar que él no había sido secuestrado, cuando el ser que se había presentado como Nohlem le preguntó al que había vomitado si era tonto. El vittya no pude evitar que una fuerte carcajada se le escapara por sorpresa, solo consiguiendo que sus manos se apartaran de su nariz lo suficiente como para que volviera a captar el mal olor.

-Mierda, mierda, mierda -exclamó volviéndose a tapar el hocico con las manos.

Entre réplicas de la risa y narices fruncidas, el vittya consiguió recomponerse y, asegurándose de estar lejos del vómito y del pequeño apestoso, decidió poner sobre la mesa el tema realmente importante aquí.

-¿¡Alguien me puede jodidamente explicar por favor dónde coño están vuestras colas!? ¿Qué cuernos se supone que sois? Algunos no tenéis orejas y los que las tenéis son raras de cojones y vuestros hocicos son también raros. Y por todos los jodidos hijos de Kiel, ¿¡a dónde coño ha ido a parar vuestro pelo!? -preguntó Colmillo, algo alterado por la confusión-. No sé por qué os secuestrarían a vosotros, pero a mí me trajo aquí la diosa Matka, me dijo que tenía una misión. ¡Pero no me dijo que estaría con gente tan puto rara! ¿Por qué todo aquí es tan jodidamente extr...? - Aunque las palabras de Colmillo habían empezado con fuerza, el volumen bajó gradualmente al darse cuenta de lo que estaba diciendo.

"Extraño" pensó "Cuando la piedra sustituya la hierba, confía en el extraño" se recordó a sí mismo las palabras de su nana mientras miraba al rededor suyo como hipnotizado, dándose cuenta de que, efectivamente, la piedra había sustituido la hierba. Con un jadeo sorprendido, Colmillo alzó la mirada al cielo esperando ver cómo las estrellas se apagaban, pero el día todavía era claro y solo consiguió que le molestara la vista.

-Es... ¿Eso es un barco? ¿Está jodidamente volando? -preguntó en un susurro a la vez que Airi señalaba al cielo.
Sevent

Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

16/03/23, 06:25 pm
Un chico con coleta de más o menos su edad empezó a gritar pidiendo calma, lo cual le resulto un tanto contradictorio. Sin embargo, que algo de efecto sí que tuvo, puesto que su atacante parecía intentar disculparse con él. También escuchó a Rägjynn, quien lo defendió de la guerrera y logró tranquilizarlo con respecto a las intenciones del demonio verde. Este último se llamaba Tawar y podía hablar el mismo extraño idioma que el resto.

Soltó los dedos de la manga del lagarto. Como había conseguido calmarse y era capaz de analizar la realidad, Abel se estaba comenzando a dar cuenta del circo que había montado y del efecto amenazante que había tenido en dos de los presentes, motivo por el que concluyó que tenía que disculparse con ellos.

-  Lo siento – les contestó avergonzado, mientras agachaba la cabeza bajo la mirada dominante de la muchacha. La orgullosa guerrera le imponía mucho y su fuerza le había impresionado. Ahora, más que tenerle miedo, casi que buscaba su aprobación.

La joven, quien se hallaba perpleja, les preguntó si conocían las razones por las que estaban en Rocavarancolia y parte del grupo empezó a explicar cómo había llegado allí. Todo le pareció muy raro, ya que habían vivido experiencias muy distintas. Aun así, le tranquilizó conocer que la mayoría estaban tan perdidos como él.

Cuando le llegó el turno a Abel de relatar su propia experiencia, se distrajo al ver que se acercaba también a contar su historia otro de los humanoides. De cerca, le pareció un cruce entre un elfo y un gato, cosa que ya ni siquiera le escandalizaba. Por el contrario, siempre le habían fascinado los gatos y, por lo tanto, el muchacho le resultaba lindísimo. Además, pensaba que su aspecto cuadraba con el estereotipo de compañero de aventuras simpático, como los típicos personajes que ayudan al protagonista al principio de un videojuego de rol.

“¿Se llamará Onix?”- se preguntó a sí mismo, curioso por saber más acerca del felino. Pensó que sería una bonita coincidencia, ya que, si alguna vez tenía un gato, había decidido que lo llamaría así.

De esta forma, se animó a preguntarle su nombre. Sin embargo, en seguida se dio cuenta de su error y no pudo llegar a hacerlo, puesto que el pelirrojo lo insultó con un tono que sonaba más que malicioso.

Desgraciadamente, el momento que eligió el otro joven para hacerle de menos no podía haber sido peor.

Abel se hallaba incrédulo ante las palabras del felino, quién ahora le resultaba tan desagradable como poco empático. Se arrepentía con creces de haber tenido cualquier tipo de pensamiento positivo sobre él. Agotado de todo lo que le estaba ocurriendo, Abel tuvo que esforzarse por retener el llanto.

El muchacho creía que el insulto ya era la gota que colmaba el vaso. Rememoró todas las jodiendas que le había ocurrido hasta el momento, como, por ejemplo, que era posible que alguien lo hubiese drogado y metido en una prisión de mala muerte, la cual no solo consideraba espeluznante, sino que también se hallaba situada en una ciudad en ruinas en la que había encontrado y huido de criaturas jamás antes vistas. De hecho, una de estas le había dado un buen golpe que, junto con el efecto de un agua extraordinaria, le había hecho vomitar. Todo ello le había ocurrido en menos tiempo del que necesitaba cualquier persona normal -cosa que parecía escasear en esa plaza- para procesarlo bien y le disgustaba que ese chico no lo entendiese. Le resultaba flipante, puesto que opinaba que hasta su agresora había sido capaz de simpatizar un poco y disculparse con él.

“Sí. No te preocupes, sé muy bien que soy tonto. Yo al menos lo sé y no me comporto como un absoluto estúpido” – pensó lleno de rabia mientras contenía las lágrimas. Sin ser demasiado consciente de ello, el muchacho había clavado sus coléricos ojos en los del pelirrojo, con hielo en la mirada.

Estaba tan enojado con él que ni siquiera se percató de las carcajadas de otro de los presentes. No obstante, por muy enfadado que estuviese, se sentía ya cansado tanto física como mentalmente, no quería otro conflicto. Aunque le había hecho la cruz al felino, no tenía ganas de demostrárselo. Consecuentemente, giró la cabeza hacia el resto del grupo con fingida indiferencia, encontrándose con los ojos de un niño que los observaba y que habló con el otro chico para defender a Abel.

- Gracias. Eres muy amable. – le dijo al chiquillo con un tono cálido e intentando sonreír, con escasos resultados en esto último. Creía que, además del Rägjynn, podía haber encontrado a alguien con corazón en ese infierno.

Tras despedirse del niño, se alejó del grupo en búsqueda de la tranquilidad que solamente proporcionan soledad y el silencio, puesto que el gato seguía ahí y también se les había unido un perro humanoide muy nervioso que no paraba de hacer preguntas. Se sentó a un par de metros de una chica que también parecía haberse apartado del grupo para no tener que hablar más.

Entonces, el cielo se oscureció y una nave con forma de dragón apareció sobre ellos.

- ¿Qué es eso? – le preguntó a la chica, dudando de si se trataba de una visión producida por el cansancio y el mareo.
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

16/03/23, 08:02 pm
Se encogió de hombros cuando Connor dijo que el crío no era su problema. Lo había dicho porque era el que le había sacado de la fuente y le estaba protegiendo, pero no podía darle más igual si le cuidaba el masculinista, el de la coleta o cualquier otro de los que estaban presentes. Lo que quería dejar claro era que alguien debía hacerse cargo de él y, por supuesto, no iba a ser ella.

El caos seguía reinando, y solo se giró hacia lo que parecía un lagarto grande (y muy bien vestido, aunque igual demasiado tapado para lo que estaba acostumbrada) cuando está la pidió el nombre y decidió reñirla por darle una más que merecida colleja al niño. Estaba claro que con aquel grupo no iba a valer de nada su demostración de fuerza, por lo que optó por seguir una vía menos… violenta.

Al fin y al cabo la habían instruido en aquello, en cómo gobernar si era necesario. Y sabía que  a veces hacía falta un poco de tacto. No había dejado de mirarle fijamente, con las pupilas muy afiladas, por lo que respiró hondo y cerró los ojos un breve segundo para dejar que volvieran a su estado natural.
Kalna, hija de Mánide —no estaba entendiendo por que Rägjynn y los demás no respetaban a sus madres lo bastante como para añadirlo, pero ella no iba a rebajarse a un nivel tan bajo y menos ahora que se entendían —. Ya sé que no he reaccionado como se esperaba de mi, pero de donde yo vengo hablar así de una madre, de una mujer, es algo tan impensable que ha sido un shock, no entiendo cómo ha podido decir esas cosas, y....

Quiso rodar los ojos. Quiso decirle que qué hacía defendiendo a un criajo cuyo padre tendría que estar en la cárcel de lo mal que lo había educado y el poco interés que había puesto en su crianza, viendo cómo olía. Pero se contuvo. Puso la sonrisa más amable que fue capaz e inclinó el cuerpo en una reverencia, en un gesto claramente de disculpa.
» Lo siento— por supuesto que no lo sentía, pero la mentira no se notaría; lo había practicado tantas veces disculpándose con su hermana por herir sus sentimientos que estaba plenamente medida, hasta el más mínimo detalle, para que fuera indetectable por la propia Velia, quien mejor la conocía.  

El chico al que había tirado hizo algo sensato, que fue disculparse, y le hizo un gesto dándole a entender que aceptaba aquellas disculpas. Al menos sabía ver que era estúpido, y a lo mejor solo era un pobre hombre teniendo un ataque emocional y luego podía cumplir sus funciones perfectamente.
Los demás empezaron a hablar de cómo habían llegado allí, y todos parecían tener historias incompletas de qué estaban haciendo en la ciudad. Estaba incrédula de que no les hubieran dicho nada, de que ni siquiera supieran dónde habían ido. Y luego estaba aquel bicho peludo que no sabía ni reconocer qué era, porque no se parecía a ningún felino que conociera y que les estaba llamando raros cuando el que tenía cola y estaba cubierto de pelo era él

Rocavarancolia, sí —respondió al de la gabardina—. Es este mundo, esta ciudad. Está aliado con mi propio mundo. Nos traen aquí, donde si superamos distintas pruebas podemos conseguir magia y grandes dones cuando salga la Luna Roja y…

Que el lagarto saliera corriendo detrás de lo que parecía otro niño pequeño la hizo pararse momentáneamente. ¿Por qué nadie estaba vigilando al pobre chico? Parecía mucho mejor educado que el otro, con un pelo muy bien ciudado, y estaba asustado, pero no podían dejar que se separara, podía pasarle cualquier cosa. En cuanto Rägynn volvió con él, se puso seria y alzó la voz para que la oyeran todos.
Lo mejor sería no separarse. Las pruebas podrían empezar en cualquier momento, y tendremos más oportunidades si vamos juntos.
Entonces algo empezó a acercarse, un barco volador que tenía personas dentro. Se quedó mirándolo, fijamente. ¿Era una de las pruebas?
Detrás de mi, os protegeré si es necesario —dijo. Puede que fueran una panda de hombre inútiles, pero como mujer era lo esperado de ella que luchase, y aunque le faltaban armas estaba dispuesta a cumplir sus obligaciones.
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

17/03/23, 12:42 am
Ethan agradeció la extraña calma que invadió la escena. Aún sin poder prestar atención a todos, algunos empezaron a presentarse y ofrecer diferentes versiones del mismo suceso. El estruendoso accidente parecía haberse saldado sin bajas.
Una de las víctimas, el más mayor había logrado recuperarse y ahora se dedicaba a hacer un duelo de miradas al extraño felino. Bueno, los dos eran lo suficientemente mayores para apañarse entre sí, no era su problema.

Por otro lado Damian había sido diferente. Todo había sucedido demasiado rápido y aunque por un momento Ethan noto como se estaba empezando a cabrear, las disculpas de la joven sirvieron para reconducir el ambiente a un mejor estado. Era normal, el choque cultural y el estrés les estaba jugando una mala pasada.
Agradeció la intervención del lagarto, aunque aún su apariencia le generaba cierta inseguridad no había malicia en ninguno de sus actos. Le iba a costar acostumbrarse a semejantes diferencias, pero estaba profundamente aliviado de que le hubiera podido ayudar con los chiquillos. Al final Ethan se acercó a Kalna, lejos de ser hostil quería intentar aclarar la situación. Al pasar junto a Connor le dedicó un ligero cabeceó, como forma de agradecerle el haber cogido al niño. Quieras que no, seguía siendo la persona en la que más confiaba del lugar.

-Siento lo del chiquillo, es bastante difícil tenerlo a tu cargo cuando si quiera os podéis entender... Y aunque condenó sus palabras, no sé si sirva de consuelo pero puedo asegurarte que sus insultos son meras frases hechas. Nadie tenía en mente meterse con tu madre.
-Ethan la terminó de escuchar atento a la nueva información. Definitivamente, esta muchacha por muy semejante que fuera no procedía de la tierra. Levantó la mirada hacia el barco en cuanto lo señaló y, de nuevo, se le empezó a escapar una sonrisilla nerviosa. <<Como que pruebas?? Nadie le había hablado de pruebas>>

-No es que no confíe en ti... Pero sin armas creo que lo mejor es que si todo se tensa... Salgamos por patas como buenamente podamos.

Decidió regresar junto a Räg y los niños. Si todo se torcía quería tenerlos a su lado. Además, no había tenido aún tiempo de ver al pequeño Damian y le preocupaba que pudiera haberse hecho daño.

-Hola... Gracias por tu ayuda Raagsik? ¿Estáis todos bien? - Tras la torpeza a la hora de acordarse del nombre, se dirigió a Damian y a Aniol principalmente, porque el pequeño se había dado a la fuga.- No se muy bien que va a pasar pero, por si acaso, que nadie se aleje mucho. Y que no os preocupe si por lo que sea nos tenemos que ir, pedir que os llevemos a cuestas.

A medida que hablaba acabo quitándose la chaqueta para dejársela sobre los hombros a Damian. Le quedaría extremadamente grande, así que al menos podría taparse bien y cubrirse del frío. Una vez puesta y viendo que al barco aún le quedarían un par de minutos se agachó a su lado para comprobar que no tuviera en la cara ninguna herida.

-Y oye Damian que sepas que estás siendo muy valiente. Es un poco feo decirle palabrotas a la gente pero, entiendo que ha sido un golpe muy duro y lo estás aguantando como un campeón. Si te duele la nariz más tarde me lo tienes que decir ¿vale? Y así podremos curarla mejor, pero por ahora será mejor que te tapes bien.

Le dedico una sonrisa sincera antes de revolverle un poco el pelo e incorporarse para asegurarse de que Aniol también siguiera bien.

-Si seguís siendo los dos tan taaan valientes, prometo daros más tarde un premio muy chulo ¿si? Solo tenéis que aguantar un poquitito más.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

17/03/23, 10:18 pm
Connor siguió mirando con una leve sonrisa a Damian. Aquel jodido enano parlanchín era molesto, pero la verdad es que se estaba divirtiendo con su reacción. Era una ametralladora de insultos y le recordó a Eva cuando se enfadaba por algún asunto importante o... a Yasser. Después de mirar a Kalna a los ojos, esperando que no se lo tomara en serio, vio sus intenciones. Connor cambió su expresión divertida por una seria y gélida y se puso tenso, esperando una acción violenta. La chica fue más rápida de lo que imaginaba y logró conectarle una colleja al niño. Rápidamente el motero daría un paso hacia delante, demostrando que no iba a dejar que volviera a suceder. Teniendo en cuenta el golpe que acababa de sufrir el niño en la fuente, no veía motivo para darle una colleja por insultarla un poco. Cosas de críos. Aún así había sido solo eso...una puta colleja. No pensaba darle ninguna importancia ni condenar los actos de Kalna. Simplemente no iba a dejar que se excediera con más golpes, por suerte no parecía que esa fuera su intención y le dijo con prepotencia que controlara al crío.

-No soy su puñetero padre, joder.- Le contestaría con el ceño fruncido. Aquello sí le había molestado. Odiaba profundamente que gente ajena a la banda le diera órdenes, y más si era con esa autoridad y se ponía tan subidita de tono. Kalna se encogió de hombros y pasó de él lo que aumentó más su rabia. Aunque seguiría mostrando un rostro frío. <<Puta gilipollas de mierda... en mi ciudad no tendrías tantos cojones.>> Pensó sin dejar de observarla. No obstante, le llamó la atención que pareciera saber más que el resto. <<¿Pruebas? ¿Luna Roja? ¿De qué cojones está hablando esta puta loca?>> Se dijo así mismo.

Los ánimos empezaron a calmarse en parte por Ethan, al cual le devolvió el cabeceo de cabeza y por Rägjynn. A pesar de su aspecto el lagarto había demostrado ser bastante racional. Pronto varios de ellos empezaron a hablar y a presentarse. Le llamó la atención que aquella planta reptil llamada Tawar supiera hablar. Hasta entonces había creído que era la mascota del lagarto gigante o su puta merienda. El tal Nohlem también se presentó, y aunque en otras circunstancias le habría hecho gracia su ataque tan gratuito hacia Abel esta vez no fue la ocasión. Connor lo miró de arriba abajo un par de segundos, y decidió que no le gustaba nada aquel pijo de mierda. Si había algo que podía hacerle desconfiar más que un perro humanoide era un maldito ricachón. Al menos eso era lo que parecía.

-A mí me ha secuestrado la misma hija de puta.- Le diría a Rick con los brazos cruzados, cuando éste terminó de hablar.- Y supongo que también a todos los humanos de aquí. Está claro que nuestra cabrona de mierda no se parecía en nada a un puto fantasma o a un enviado de... lo que coño sea eso.- Diría con rabia en sus palabras. Pensar en Akeyo Kau le ponía de muy mala hostia, y ardía en deseos de darle eso: hostias.

Cuando el perro humanoide empezó a gritarles Connor sonrió levemente mientras lo estudiaba con la mirada. Puede que antes lo juzgara con demasiada antelación, aunque había sido completamente lógico en su momento, porque ahora le caía un poco más en gracia al por fin entender lo que decía. Muchos insultos. Muchos. Obviando diferencias al menos se parecían en eso. Tras su advertencia hacia el cielo Connor miró hacia arriba, y pudo ver el barco volador. El motero fijó su mirada en Ethan y cómo tranquilizaba a los niños. Aquel chico se ganaba más su respeto, y el motero se preparó por si tenía que salir con uno de los dos pequeños a cuestas.

-¿Tantas ganas tienes de morir, joder? Corremos cagando hostias todos- Le diría a Kalna con un bufido. ¿Qué clase de energúmenos la habían criado para que se creyera que podía ganar algo de tiempo para los demás y salir ilesa? Después miró a los dos niños, pero sobre todo a Damian al ser el más revoltoso.- No te alejes de mí y no te llevarás otra puta colleja, ¿entendido?-. No pensaba morir, no aquel día.
Trish
Trish

Ficha de cosechado
Nombre: Serena
Especie: Humana
Habilidades: Astucia, agilidad y habilidad manual

Personajes : Serena: humana (1,60 cm)

Unidades mágicas : 5/5

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

18/03/23, 12:09 pm
Serena se había apartado del grupo y permanecía sentada en la fuente observando la situación. Desde el lanzamiento de la bola de pelo y del niño escandaloso, la cosa tan solo había empeorado. El primero de ellos había rociado la fuente de vómito como si se tratara de un aspersor, mientras que el segundo estallaba en lo que, a pesar de no poder entender, se trataba sin duda de una retahíla de insultos dirigidos hacia la chica que los había lanzado. Esta última consiguió que el niño se callara al darle una bofetada con la palma de la mano, y Serena pudo confirmar sus sospechas sobre ella: aquella chica, a pesar de su apariencia, era la más sensata del grupo.

Observó que cada vez eran más personas las que se comunicaban entre sí; no entendía cómo habían pasado a entenderse entre ellos, pero claramente estaban manteniendo conversaciones sin ningún tipo de problema. Incluso Rick había dejado de hablar en inglés y se comunicaba ahora en aquel nuevo idioma. Cuando el chico reparó en ella, le hizo un gesto para que bebiera de la fuente. Serena comenzó a entender lo que estaba pasando, e incrédula se aproximó entonces al extremo de la fuente más alejado al lugar del vómito, acercando la boca al chorro de agua que brotaba de una de las serpientes. En cuanto bebió pudo notar cómo el agua pasaba por su garganta y recorría su cuerpo a medida que nuevas palabras se esbozaban en su mente.

Se dirigió hacia Rick, que estaba hablando con la chica-lanza-niños, y le agradeció el gesto que había tenido con ella. No significaba que ahora le cayera bien, pero de momento tampoco había encontrado a nadie en quien pudiera confiar. La chica, por su parte, se había presentado como Kalna, y por algún motivo mencionaba a su madre cada vez que decía su nombre. No le gustaba el aire de superioridad que mostraba en cada comentario, pero si algo tenía claro era que no quería enfrentarse a ella.

Yo soy Serena, a secas. Gracias por poner un poco de orden a esta locura y conseguir que ese niño se calle.

Las palabras salían de su boca sin que Serena pudiera justificar qué clase de magia había hecho que las aprendiera. Era incapaz de recordar ni una sola expresión en inglés, pero después de todo lo que estaba viendo y de las criaturas entre las que se encontraba, el idioma había pasado a un segundo plano.

Volvió a la fuente y se sentó mientras se tapaba la cara con ambas manos, tendría que acostumbrarse ya a todo lo que estaba pasando o la situación podría con ella. Cuando apartó las manos de sus ojos pudo ver que la bola de pelo, que había pasado a llamarse Abel, estaba sentada a su lado, creando un charco de agua a su alrededor. Lo había visto discutiendo con el medio felino hacía unos minutos, e incluso había detectado las lágrimas que se formaban en sus ojos. El chico se había apartado el pelo de la cara y ahora miraba al horizonte en absoluto silencio. Sabía perfectamente cómo se sentía, ella misma también trataba de disimular siempre sus emociones delante de la gente y de esconderse en cuanto las cosas se complicaban un poco más de la cuenta.

La voz de Abel la sacó de sus propios pensamientos y siguió la dirección de su mano, que señalaba hacia el cielo. Allí, un barco con forma de dragón flotaba en el aire, acercándose cada vez más y más hacia el lugar donde se encontraban.

Parece… ¿Un barco volador? —Serena no daba crédito al poco sentido que tenían sus propias palabras—.  Tú por si acaso no te acerques mucho o igual sales volando hacia él.

_________________________________________

No existen los finales felices; son espejismos. No te cuentan que siempre, al final, todos mueren.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

18/03/23, 01:05 pm
Damian seguía confundido con tantos hablando de repente… ¿bien? Entendía todo lo que ellos decían y parecía ser que la fuente tenía algo que ver. Casi todos habían bebido y los que quedaban por beber, en cuanto lo hacían aprendían italiano. ¿La fuente tendría poderes mágicos como los que tenía Akeyo?— «Una fuente italianizadora» —pensó en ese idioma nuevo, con la mirada perdida en la fuente limpiándose otra gotilla de sangre que caía de su pequeña nariz magullada.

Lo que sí no se esperó era que la tía gorila se acercase de pronto, con esa mirada tan… intimidante. Damian no era demasiado listo pero si podía ver que ella lo estaba matando con la mirada y antes de que pudiese cambiar su cara se llevaría una colleja que la sintió. No era un golpe extremadamente fuerte pero la impresión y lo que sentía en la nuca fueron suficientes para que el niño apretase la boca y se tocase la parte de atrás de la cabeza. No la quería cerca y el de la cresta se puso delante de él, aliviado de que el hombre fuese su barrera. Miró a Kalna con odio, asco y repulsión, resoplando de la frustración e hinchando las mejillas en un intento de no echarse a llorar de rabia.

Rayín también se preocupó, acercándose al italiano y preguntando por su estado. Físicamente estaba medio bien pero andaba tan cabreado que emocionalmente se traduciria a un amargo “mal”.

Me llamo Damian —ahogó su nudo en la garganta, agradecido que el lagarto le hablase y aferrándose de nuevo a sus ropajes como una lapa—. Y tú te llamas Rayín, ¿verdad? —dijo sin estar muy seguro. Se puso al lado del escamado cuando recrimino a la que se hacía llamar Kalna, mirándola con cara de pocos amigos de nuevo.

Limpiando el rocío de sus ojos escuchaba un poco a su alrededor. Nohlem, Rick, el animalillo pequeño que se hacia llamar Tawar… Analizaba a todos conforme se presentaban. El chico gato se le antojó borde, pero algo de gracia le hizo ese “tonto” que soltó, diluyéndose el amargo sentimiento de antes con ello. Rick habló sobre Akeyo y eso le llamó la atención. Dijo que los engañó pero su magia era real, todo era real. Cerró los ojos, no quería dudas y mientras el grandullón la insultaba. No era un engaño, esa amable chica no podría engañarlo. Podría ver a los del circo dentro de poco, ¿no?

Sin embargo, se dio cuenta de que Agnol, o así lo llamó Rayín, estaba yéndose lejos.

¡¡Oye!! ¡¿Adonde vas?! —dijo mas en tono recriminatorio que de duda. ¿Por qué se quería alejar? Él estaba confundido y todos también pero alejarse tanto… No conocía el sitio y él no lo haría ni de broma, aunque fuese compartiendo lugar con la gorila de Kalna. Necesitaba respuestas, algo. Siguió al lagarto corriendo detrás de él y justo en la lejanía veía como algo que volaba se acercaba rápido a su ubicación—. ¿Qué coño? ¿Personas? ¡¿Dragón?!

La situación le superó. Miraba con los ojos muy abiertos aquella cosa. Apretó sus puños, no comprendía nada. ¿Y sus poderes? ¿El poder que Akeyo le prometió? ¿Cuándo? Le pitaban los oidos, no estaba al tanto de nada y se sintió fuera de sitio. De pronto notó una chaqueta encima de él. Estaba empapado y su calor lo abrazó, sintiendo alivio. Alzó la mirada para encontrarse con Ethan, escuchándolo. La parte del regaño la omitió un poco cuando el chico dijo que era valiente. Eso dibujó una sonrisa en el pequeño italiano, apartando su flequillo para verlo y asentir.

Sí. ¡Sí! ¡No me duele nada! —con sus ánimos renovados, aceptó las palabras de Ethan agarrándose a la chaqueta cuando mencionó un premio—. ¡¿En serio?! ¡Vale! Vamos a portarnos bien Agnol. ¿Qué será esa cosa de ahí?  —le dijo en lo último al chico moreno de ojos amarillos en un susurro, alzando un par de veces las cejas. El bruto de la cresta también le dedicó unas palabras pero Damian se encogió de hombros—. Ofú... De acuerdo sargento —le dijo con desgana, eso lo decía mucho su madre a los demás del circo y se le pegó. Procuraría estar al lado de todos, sin hacer demasiado escándalo pues él estaba interesado. Si había más personas, quizás estaría Akeyo entre ellas y le daría respuestas.
Jack
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.

Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


Humor : Os falta bosque, gigantes

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

19/03/23, 04:41 am
Todo se sucedía demasiado rápido. Los gigantes hablaban y se movían a una velocidad que a Tawar le costaba seguir el ritmo. Soltaban sus palabras de une en otre, se interrumpían, se apelotonaban... y al mismo tiempo seguían haciendo cosas sin parar. Tuvo que esforzarse para centrarse en quienes conocía, y le complació ver que seguían de su parte, que Abel se había disculpado y calmado y que incluso Kalna había llegado allí como elle, de buena voluntad, para superar una prueba y luego recibir una recompensa (y, en su caso, por motivos altruistas). Sin embargo, no le daba tiempo a responder a unos u otros. Intentó ayudar a que los ánimos se templaran, ya que había visto que le escuchaban y le tomaban en serio.
¡A ver, a ver! ¡Todes somos diferentes, menos les humanes que se parecen tanto! No se nos ha caído nada, solo somos criaturas distintas —intentó explicar, sobre todo para que Colmillo pudiera calmarse también.

Pero no hizo falta que insistiera. Todo el mundo se giró para mirar a algo y le repobladore siguió sus miradas. Escuchaba las palabras "barco" y "dragón" pero no conocía ni una ni otra, aunque sí que reconocía esas expresiones de miedo o temor. Räg había ido a por uno de los gigantes que más joven parecía y Kalna les ofrecía su protección, pero el otro Muchosnombres prefería hablar de correr si las cosas se torcían. ¿Pero y entonces, qué sería de Tawar?

Decidió acercarse por el borde de la fuente a este último, Connor, ya que le parecía corpulento y su idea de la huida le parecía mejor. No bajaría al suelo ni aunque viniera Ramas a pedírselo, pero sí que hizo aspavientos con sus cuatro brazos en su dirección para llamar la atención del humano. Era extraño como humano porque tenía un pelaje de lo más diferente al resto, pero eso no importaba mucho cuando una gran bestia voladora se acercaba peligrosamente a su posición. Le repobladore deseaba estar o bien lejos de allí o bien lejos del suelo cuando les alcanzara.
¡Eh, Muchosnombres! ¡El de la cresta tan colorida! ¿Me dejas acompañarte si tenemos que salir corriendo? ¡Si voy por el suelo me vais a pisar!

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No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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19/03/23, 08:12 am
Le sostuvo la mirada a Abel, altivo y con las pupilas rasgadas. No obstante ya bastante tenía con la situación como para hacerse un enemigo nada más llegar, por mucho que no tuviera claro que tenía de positivo tener de aliado a alguien como él. A quien SEGURO no quería de enemigo era al de pelo rosa; notó la forma en la que le miró de arriba a abajo… y un escalofrío le recorrió de abajo a arriba. No vestía como los mafiosos de su mundo, esos que se presentaban en el casino a saldar deudas, pero joder si lo parecía. La expresión del varmano pasó de póker a aprieto a frustración en apenas 5 segundos.

Arrrgh, ¡perdón! Estamos todos nerviosos sí, ¡pero perdón si pensé que eras un monstruo cuando nos perseguiste corriendo a cuatro patas con todo el pelo en la cara a Rick y a mi por alguna razón! —señaló a Rick e hizo énfasis en los detalles que veía más lógicos para llamarle tonto, sin contar el hecho de que creyese que aquel bichito del bosque era un demonio. Se pinzó el morro y se volteó, al tiempo que el augur- el lagarto terminaba por rematar su punto sobre Tawar. “¡Gracias!

No entendía porqué tenía que pedir perdón ÉL, igual que tampoco entendía porqué había tenido que pedirlo la mujer de pelo negro. Solo había sido una colleja más que merecida por la sarta de insultos que le había dedicado el enano. Si estuviera en su lugar sus padres le habrían dejado en la calle por pensar siquiera un tercio. Sin embargo, él llamaba tonto a alguien que claramente lo era y se ganaba el reproche de uno de los pequeños, intimidación y la maldición que le hubiera echado el estirado mientras le acribillaba con la mirada. También había habido alguna risa pero... ¿Era “tonto” el peor insulto que conocían? ¿Peor que una frase hecha que insulta a una madre? ¿Por eso la reacción? Le carcomía más darle mala imagen a un niño que todo lo demás. Bueno, eso y el monstruo pelirrosa. A saber a lo que estaban acostumbrados en Humanolandia.

El lobo bípedo resultó ser otro malhablado, (¡aunque claro, no había dicho tonto!) y fue repasando sus rarezas una a una. Nohlem ya se sentía bastante extraño por ser el único de su especie, así que más que molestarse porque considerase sus rasgos mal hechos sintió una suerte de pena empática. Al menos los otros se parecían más a un varmano de lo que el lobo a nadie. Y… ¿había dicho que le había traido una diosa? Bien pensado, ¿podía un espíritu hacer algo tan fuerte como borrar y devolver recuerdos? ¿Hacerle viajar entre planos? ¿Se habría llevado una diosa a su hermana también?

¿Pruebas? ¿Magia? Eh, a mi no… —se tapó sonoramente la cara con la mano abierta. “Firmaste un contrato sin leer, subnormal”—. Aaaaah… Genial, soy t- estúpido.

Otro humano -bien pensado quizás no era humano, sus orejas eran más parecidas a las suyas y tenía cuernos- les indicó algo con un tono preocupante. Según los de su alrededor miraban al cielo y adoptaban una pose más defensiva tras Kalna hija de Mánide, Nohlem hurgaba en todos los bolsillos posibles para dar con sus gafas y poder enfocar la mancha confusa. Al ponérselas se quedó ojiplático. Tuvo que pegar bien los pies al suelo para no salir corriendo ya.

Puestos a que nos extermine esa cosa prefiero que me matéis voso- —miró de refilón al pelirrosa—. No he dicho nada.

El bichito Tawar le pidió justamente a ese que le llevase. Lo entendía, él tampoco empezaría por él si venían a cazarlos. Nohlem apretó los labios, sin saber si era la mejor idea (parecía querer cuidar de los pequeños, claro que eran de su propia especie) y tras unos instantes de duda simplemente se adelantó y le ofreció él la mano.

Sube. Te prometo que voy a correr, lo de morirme aún no. Eh, además... —continuó, rezando para que el otro no se lo tomara a malas—. Si en la urgencia él tiene que llevar a un niño quizás te golpeen sin querer.
Además quien sabe. Quizás llevar a una criatura parlante del bosque sanase su karma después de tantas maldiciones recibidas.

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♪♫♬:
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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19/03/23, 07:41 pm
Siguiendo las historias de cómo cada uno había llegado allí, a Rick le llamó la atención también lo que dijo el lagarto de aire japonés, Rägjynn si no había entendido mal. No fue tanto como lo trajeron, sino que conociera lo que había producido el cambio en el idioma de todos. Ya no era solo que existieran otros mundos, sino que en estos al parecer conocían y manejaban la magia. A esas alturas ya le estaba costando sorprenderse por cada cosa nueva.

Serena le agradeció la indicación cuando terminó de beber y el chico le respondió con un: -No hay de qué.- No estaba muy seguro de que la escocesa hubiera cambiado su "actitud simpática" hacia él y el resto, pero al menos era un comienzo.

El motero corroboró que Akeyo Kau también lo había traído a la ciudad. -No me extrañaría, la verdad. Y sí, desde luego parecía una persona tanto como tú o yo, al menos si no contamos los bichos esos que creaba y la magia- comentó quitándole algo de peso a la actitud hostil del otro. No era descabellado que los hubiera traído a todos si podía conjurar hechizos, le bastaría con teleportarse o algo así para estar en la otra punta de La Tierra en un instante. Aunque el testimonio de los no humanos le indicaba que seguramente Akeyo no fuera la única que trajera gente allí.

Kalna, la chica que al final resultó que no era humana, explicó luego lo que sabía. -Sí que me hablaron de encontrar respuestas y dones en mi interior, pero no me dijeron nada de pruebas ni de una luna.- respondió algo extrañado. Pensando en lo que le había dicho Akeyo, no le había mentido de momento, pero era innegable que se había guardado algunos detalles muy importantes.

Justo después el cánido humanoide preguntó alterado sobre todos ellos, compitiendo por el premio a la persona más carretera del lugar junto al motero y Damian. -(Tiene delito que lo diga justo el perro a dos patas cuando la mayoría somos parecidos)- pensó, aunque entendiendo también el choque que debía ser el único con ese aspecto. Iba a explicarle brevemente lo poco extraño que era lo que señalaba cuando la persona con cuernecitos señaló algo en el cielo.

Rick observó en la distancia algo que parecía un barco flotante, que cuanto más se acercaba más se notaba que estaba decorado como un dragón. Rägjynn hizo notar algo también muy importante, parecía que había alguien a bordo. El chico quedó expectante y preparado para lo que pudiera pasar. -Estoy con el grandullón. Nos conviene mantenernos en grupo, pero no creo que vayamos a poder hacer mucho contra lo que sea eso.- añadió a lo que se estaba diciendo. La valentía de Kalna era digna de mención, pero enfrentarse a algo desconocido sin armas no era una buena opción.
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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19/03/23, 10:55 pm
Cuando un buen grupo de cosechados estuvo reunido en la plaza de la fuente, una reducida comitiva había despegado desde los terrenos del castillo para darles el habitual discurso de bienvenida. Aquel año de nuevo se decidió usar el navío con forma de dragón para llamar con él la atención de los cosechados que se hubieran alejado de la plaza o todavía no hubiesen llegado a esta. A medida que los detalles del artefacto volador se habían hecho más visibles para los cosechados, estos pudieron apreciar que dos figuras humanoides se encontraban subidas en él. Una de ellas era un hombre joven con pelo y barba oscuros y un ojo cubierto por un parche. Se apoyaba de forma casual con todo su cuerpo en la barandilla del navío, lo que le daba más aspecto de estar cansado que de ser intimidante. A su lado, en cambio, había una mujer pelirroja que sí imponía con su mera presencia. Su cuerpo aparentaba ser mitad humano y mitad reptil, alas incluidas, y miraba hacia abajo por la borda con actitud altiva. El navío se detuvo sobre la plaza y perdió altitud hasta quedar ante los cosechados como si se tratase de un palco.

—Bienvenidos, nuevos elegidos de Rocavarancolia —comenzó la mujer, mirando brevemente y uno a uno a todos los cosechados que podía ver en la plaza para después fijar la vista en algún lugar más allá durante unos segundos. Sus palabras sonarían amplificadas en sus mentes, de forma que no necesitaba gritar para hacerse oír—. Os encontráis al comienzo de una experiencia que marcará el resto de vuestros días.
—Sean los que sean —puntualizó  el hombre del parche, casi para sí mismo.
—Tendréis que ser inteligentes, observadores, fuertes y, sí, muchas veces también despiadados para superar todas las situaciones que os pondrán a prueba durante los próximos meses. Se trata de sobrevivir, de demostrar quiénes sois los mejores. Solo aquellos que consigan ver la Luna Roja serán reconocidos por Rocavarancolia.
—Si deseáis ganaros ese gran honor no podéis dudar—dijo el hombre tomando por primera vez la palabra oficialmente; hablaba dubitativo, como si no tuviese muy claro cómo imitar el tono grandilocuente de su compañera—. Si tenéis que matar, hacedlo antes de que os maten, y si tenéis que salvar a alguien, que sea a vosotros mismos. No dejéis nada al azar, o seréis devorados por la ciudad.
—Habrá comida y habrá refugios preparados para vosotros, pero primero debéis encontrarlos —continuó la mujer escamosa, mirando de reojo al otro como si no se pudiese fiar de dejarle aquellas explicaciones a él—. Aparte de eso, no recibiréis ningún otro tipo de ayuda de los ciudadanos de Rocavarancolia. Seréis libres de ir a dónde queráis, pero hay tres lugares que tenéis prohibido pisar: el Castillo, la catedral Rocavaragálago y el Panteón Real. —Mientras decía sus nombres, imágenes de los tres lugares aparecieron en la mente de los cosechados de forma fugaz e intrusiva—. Eso es todo. Buena suerte y buena criba, cachorros.
—Que los dioses oscuros miren para otro lado cuando estéis en un aprieto —añadió el hombre levantando una mano para despedirse de forma casual, esbozando una media sonrisa.

Tan pronto el discurso terminó, el navío empezó a ganar altura y ambos extraños desaparecieron de la barandilla. Cualquier cosa que pudieran querer decirles los cosechados sería ignorada. Hicieran lo que hicieran, el navío continuaría alejándose de allí tan rápido como había llegado.




Airi tenía la mirada fija en el cielo, donde intentaba distinguir si realmente había gente sobre el navío. Diversas palabras e incluso discusiones llegaban a sus oídos, y aunque se había perdido buena parte del contexto, no entendía por qué no podían ponerse de acuerdo en un momento como aquel. O, al menos, así fue hasta que aquella cosa flotante los obligó a pensar en lo poco que entendían la situación en la que se encontraban. La mujer cubierta de oro parecía muy segura de que aquello era una especie de juego, pero era la única, y a Airi el anciano no le había mencionado nada semejante. Al contrario, ¿no le había prometido libertad para hacer lo que quisiera? Y un don mágico desconocido. Eso todavía no podía quitárselo de la cabeza. Las historias de otros no eran tan diferentes, si se quitaba la del aarko bípedo, que decía haber conocido a una diosa. Tal vez era una forma de hablar.

Airi decidió acercarse al grupo que se había formado en torno al reptil, donde se estaba tratando de calmar a los niños. El que tenía la piel oscura parecía más afectado que el que había recibido el golpe de la mujer, pero no era de extrañar con todo lo que les estaba ocurriendo. Airi quería encontrar algo que decir que pudiese sonar tranquilizador. Lejos de ponerse a la defensiva o tratar de huir, no quería asumir que fuesen a peligrar por la llegada de aquella especie de barco volador. En primer lugar, quería saber cuántos artefactos se necesitaban para hacer levitar algo de esa envergadura, y en segundo lugar, tal vez por fin venían a recogerlos o darles explicaciones. La inquietud de los demás se le contagió, pero se negaba a dejarse intimidar por lo desconocido.
Está claro que no nos contaron todo cuando nos trajeron aquí, pero no creo que debamos tener miedo. Somos muchos, y ahora al menos podemos hablar entre nosotros. Esta gente utiliza magia muy poderosa, el que me trajo aquí me lo explicó. A mí me dijo que podría aprender a usarla también, o algo parecido, y que por eso estamos aquí —explicó. La lengua que usaba ahora no sonaba nueva a sus oídos, pero se sentía de forma extraña al hablar en voz alta.

La nave ya se había cernido sobre ellos entonces, así que Airi calló y se puso en tensión a la espera de lo que fuera a ocurrir. El barco perdió altura despacio hasta dejar a dos figuras perfectamente a la vista, un hombre joven de rasgos más familiares para alguien sanaí, y una mujer medio lagarto que, en cambio, no se parecía a Rägjynn para nada. Advay Yamir no se encontraba entre ellos, lo que le causó una decepción.

Cuando la voz de la mujer se coló en su mente no pudo pensar en nada más durante un momento. Aunque podía oírla en la distancia con los oídos, también lo estaba haciendo dentro de su cabeza, como si fuesen sus propios pensamientos. Airi miró a sus compañeros con sorpresa, pero pronto volvió a centrar su atención en aquellos extraños. Lo que decía la mujer le estaba causando sudores fríos. La intervención del hombre tuerto no hizo más que empeorar el malestar de Airi, hasta el punto de que casi no escuchó la última parte. Volvió en sí cuando unas imágenes volvieron a irrumpir en su mente sin permiso.
¿Qué clase de magia…? ¿Cómo pueden…? —balbuceó. Pero sabía la respuesta, al menos parte de ella. Tenía que ser la magia que no requería artefactos, aquella que salía de las personas.

El navío desapareció tan rápido como había llegado, dejándolos sin respuestas, sin ayuda, abandonados en aquella ciudad ruinosa. Airi sintió que perdía fuerza en las piernas y buscó las miradas de sus compañeros una vez más, con el ceño fruncido profundamente por la preocupación.
¿Y ahora qué…? —casi susurró. ¿Cómo iban a encontrar aquellos refugios sin indicaciones? ¿Y la comida? Aquella ciudad era un páramo, ¿qué iban a comer si no encontraban nada? Si antes tenía la convicción de que debían permanecer unidos, ahora aún se había hecho más fuerte—. No nos queda otra que hacer lo que han dicho, ¿no? —preguntó, vacilante.
Al final, parecía que la mujer del oro no estaba tan errada.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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20/03/23, 09:55 am
El idioma extraño a la par que familiar para el chiquillo sonó a su espalda para que se detuviera, esta vez provenía del lagarto gigante. Con los ojos llorosos y quitándose la capucha de su disfraz se giró hacia él y dejó que el mjörní le cogiera la mano. En realidad no anduvo demasiado lejos y tampoco hizo falta que le convenciera demasiado, desde el mismo momento en que el polaco comenzó su marcha en solitario se estaba arrepintiendo. Solo necesitaba que alguien le arropara de cierta forma y se demostrara que aquel grupo variopinto no era peor que caminar solo por allí.
Aniol, mi nombre es Aniol, Rayín. —replicó corrigiendo al cornudo, pero sin ninguna pizca de resentimiento en su voz, más bien sonó a agradecimiento. Acto seguido se agarró a sus ropajes y se dejó llevar hasta el grueso del grupo en absoluto silencio, un poquito triste, y buscando de manera disimulada la presencia de Ethan.

En cuanto el muchacho con cuernitos señaló algo en el cielo, su foco de atención se dirigió hacia este y pudo comprobar una estructura flotante con forma de dragón. Parecía una especie de nave voladora. ¿Sería la magia prometida lo que la hacía flotar? Sumido en sus pensamientos, a duras penas escuchó la primera frase que les profirió el británico, sin embargo una pequeña sonrisa calmada salió de su rostro al ver que el chico había vuelto a su encuentro.

Vale, jo —al menos la tensión en el ambiente se había disipado, sentía como si se hubiera perdido una disculpa a medias, pero no sabía exactamente de quién. Las cosas mejoraron segundos después porque Ethan les prometió… ¡Un premio! Aunque con la premisa de que se portaran bien. Él lo había entendido, no debía alejarse. Pero la tarea se le antojaba difícil con Damian a su lado. Arrugó un poco la nariz por el tufo que el italiano desprendía antes de contestarle—. Sí, porfi, quedémonos juntos… y… ¿Te duele mucho? —sus personalidades se marcaban muy diferentes y no se habría juntado con él en el patio del recreo. Pero sentía compasión, y si le hubiera visto sangrar por la nariz y tener una caída tan aparatosa no habría dudado en acercarse y avisar a algún profesor. En alguna esquina de su mente esa postura de responsabilidad quedaba relegada a Ethan y Räg, quienes empezaban a transmitirle confianza.

El artefacto que surcaba los cielos descendió y dos figuras se hicieron distinguibles. Una era un hombre con un parche en el ojo, seguramente habría ido al médico hacía poco, se dijo. Y la otra se trataba de una mujer que daba miedo con alas en la espalda. Se preguntó si sería amiga de la otra mujer maquillada de oscuro y que daba miedo. Comenzaron a hablar y con la boca abierta el pequeño alternaba su mirada en todos los presentes, buscando saber si a ellos les causaba tanta impresión como a él. Descartó con una mueca de puchero que el elfo de cabello anaranjado fuera parte de la organización de aquel lugar, no parecía saber dónde se encontraba la salida, ni tampoco ser una criatura mágica de cuento y amable que pudiera llevarle con el Señor Santa.

Aniol agitó la cabeza, confundido, cuando los miembros del consejo se marcharon y unas imágenes claras y nítidas se instauraron en su cabeza. Aquellos lugares se le antojaban horripilantes, desconocía quién querría ir allí en primera instancia.
Quieru comer, esto no es el Polo norte ni de broma, allí te darían comida sin tener que buscarla —lanzó al aire, no muy seguro de haber entendido todas las partes del discurso, ni tampoco de si quería entenderlo. Con una mano continuaba agarrado a los ropajes del reptil y con la otra quiso buscar la de Ethan. Sin embargo la persona a la que se dirigió fue Airi, que tenía cara de bueno y una piel oscura bastante parecida a la suya—. Yo… no quiero… no quiero matar a nadie. Akeyo no me dijo nada de que podríamos morir… ¿Tú sabes qué pruebas hay que hacer? —el pequeño tomó una posición más concéntrica, refugiándose entre las tres personas que los rodeaban a él y Damian. Se metió un dedo en la boca. ¿Sería buen momento para preguntarle a Ethan si ya habían sido lo suficiente valientes para recibir el premio?.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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20/03/23, 12:47 pm
Aquella estructura cada vez se acercaba más y conforme lo hacía también aumentaban paralelamente los nervios de todos y, desde luego, el mjörní no era una excepción.
Lo habrán levantado con levitación… —explicó a las preguntas retóricas de algunos acerca del artefacto en forma de dragón.
Le sonrió a Ethan cuando le agradeció y, al igual que Aniol, quien le había corregido su nombre y le había asentido con una sonrisa, parecía que varios tenían dificultad pronunciando su nombre. Al menos parecía que el hechizo de logomancia había respetado la pronunciación de sus nombres.

>>Gracias a ti por intervenir… Y bueno, si os es difícil pronunciar mi nombre entero podéis llamarme Räg —les dijo mirándoles a él y después a Aniol y Damian, pero obviamente era una oferta para cualquiera.
Por lo menos había algo con lo que se había quedado mucho más tranquilo y es que tanto Abel y la persona que se presentó como Kalna se disculparon. Además la ¿chica? explicó por qué había reaccionado de esa forma y pudo comprender mejor toda la situación. Seguía dándole miedo y seguía sospechando que pertenecía a un ejército por la pintura que llevaba, pero estaba claro que en su ataque de pánico había hecho juicios demasiado rápido.

Lo siento yo también si he… si me precipité —le dijo en tono conciliador—. Para mí también hay cosas que me resultan... diferentes a lo que estoy acostumbrado. Perdonadme. Quizás en otro momento podamos explicarnos mejor.
Estaba claro que ese no era el momento.

>>A mí también me dijo Giz, se llamaba así, algo sobre magia que nunca había podido imaginar —añadió tras la intervención de Airi—. Esa parte por lo menos sí que es cierta.
Kalna les dijo que se pusieran detrás de ella cuando la estructura en forma de dragón ya estaba casi encima de ellos. Que quisiera protegerles le hizo mejorar más su opinión sobre la chica, y la intervención del de la cresta rosa del cual aún no sabía su nombre también le hizo pensar que era más razonable de lo que le había parecido.

<<Tienes que calmarte, lo que ha dicho Tawar es cierto y somos diferentes… No puedes juzgar a esta gente sin conocerla>> se dijo a sí mismo. Además, estaba más que dispuesto a proteger a los más pequeños. Además, Damian parecía que orbitaba en torno a él por defecto y no quería darle ningún tipo de mal ejemplo. Era cierto que al igual que Szezenyak le resultaba chocante la anatomía de la mayoría, pero las palabras de le repobladore le habían terminado de convencer que no valía la pena pensar si quiera en eso. Seguía teniendo curiosidad, por supuesto, pero… Una vez más, ese no era el momento.

De lo que sí era el momento no tardó en hacerse patente, cuando la voz de aquella extraña persona que ahora que veía más de cerca podía ver que tenía ciertos rasgos de reptil invadió su mente. ¿Mentalismo? Aquello era magia prohibida en Mjörne, pues podía usarse de formas muy peligrosas, tal y como habían aprendido en clase de historia. Los mjörnís beligerantes del pasado no la empleaban mucho, pero al parecer sí sus oponentes provenientes de otro lugar… Atar cabos seguía sin encontrarse entre las opciones, porque lo que dijeron aquellas dos personas lo volvió a dejar paralizado.

Escuchado tanto con sus oídos como en la invasión de sus pensamientos, las vagas instrucciones que parecían reforzar lo que había dicho Kalna sobre aquellas misteriosas pruebas se clavaron como cuchillos en todo su ser. Las implicaciones de los apuntes del hombre del parche estaban aumentando, una vez más, su dolor de cabeza. Este se acrecentó cuando no solo palabras, si no imágenes invadieron también su mente de aquellos lugares que decían estaban prohibidos. Uno de ellos era particularmente aterrador y debía ser aquel edificio rojo que se divisaba en la distancia, pero que sin duda tenía que ser mucho más terrorífico de cerca si se trataba de una representación fiel.

Sin tiempo a procesar nada, se fueron. Rägjynn seguía cerca de los niños y con una mano aun firmemente sujetando la de Aniol. El pequeño tomó la iniciativa de preguntar a la chica que parecía saber algo más que ellos y lo sacó un poco de su bucle de pensamientos negativos que amenazaban con provocarle un segundo ataque de pánico.
¡No! No vamos a matar a nadie —le aseguró al niño en tono horrorizado—. No creo que… No puede ser necesario hacer eso.
No podía dar más argumentos. Desconocía por completo la situación en la que se encontraban y no sabía qué iba a pasar a partir de ese momento. Su cerebro había decidido medio ignorar las partes más crudas de aquel discurso insidioso, pero al escuchar al pequeño Aniol decir aquello se le habían vuelto a disparar todas las alarmas. Empezaba a hiperventilar un poco de nuevo, pero tomó una bocanada de aire y decidió centrarse en hablar con los demás.

>>Han dicho… algo de comida y refugios —dijo respondiendo a Airi, tratando de centrarse solo en las partes que no habían aumentado sus nudos en la garganta y el estómago—. Pero no sé cómo vamos a encontrarlos… ¡Ah! —cayó en la cuenta de algo entonces al pensar en magia.

El mjörní se sintió estúpido por no haberlo intentado antes, pero en cuanto trató de murmurar un hechizo curativo con el que poder sanar las heridas de Damian se hizo patente que no podía. Era normal: ya no sabía las palabras necesarias para hacerlo. Si no hubiera estado tan asustado podría haberlo curado antes de beber de la fuente, se reprochó a sí mismo.
No puedo hacer ningún hechizo que conocía —dijo entonces en tono decepcionado—. Aunque la verdad es que los hechizos de rastreo todavía no los dominaba, de todos modos… No sé si alguno de vosotros conocía hechizos, pero supongo que ahora nadie puede hacerlos por el efecto del agua.

Ni tampoco sabía qué tenían que rastrear. Era descorazonador pensar en que no tenían medios reales para hacer lo que se les había dicho y más aún se lo parecía el verse totalmente desprovisto de los hechizos que conocía. ¿Seguiría pudiendo dibujar runas? Lo dudaba, pero cuando tuviera la oportunidad lo intentaría.
Muffie
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
Wednesday: Vouivre humana británica.
Karime: Licántropa loba libense de la capital.
Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.



Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
Ka: Le falta el ojo izquierdo.
Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.


Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.

Armas :
Wen: Guadaña doble y arco.
Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
Kim: Arco, machetes y dagas.
Neil: Cuchara de madera y cera.
Edén: Magia y sonrisas amables.
Colmillo: inutilidad.



Humor : Absurdo

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20/03/23, 08:07 pm

Colmillo no había dejado de mirar el barco de forma extraña a medida que se acercaba, pero, aunque su atención estaba puesta ahí, sus orejas giraron hacia el grupo cuando la que se había presentado como Kalna hija de Mánide dijo que ella los protegería. El vittya reprimió un bufido. "Por muy fuerte que seas, no creo que puedas solucionar está situación a base de collejas" pensó para sus adentros, pero igualmente retrocedió tras ella con la mayoría. Daba igual que pensara que la chica estaba siendo innecesariamente temeraria, él no iba a quedarse en primera línea ni de coña.

Por un breve momento, miró a los pequeños del grupo, los dos niños y la planta, y el pensamiento fugaz de piernas cortas intentando escapar le pasó por la mente, pero rápidamente vio que algunos de los otros ya habían tomado medidas para ayudarles en caso de que tuvieran que salir por patas, por lo que volvió su vista al barco flotante.

Si bien uno de los ocupantes del barco parecía de la especie de la mayoría de los que estaban en la plaza, el otro ocupante parecía una mezcla entre ellos y la especie de Räg añadiendo además unas alas. El zawodny retrocedió un poco cuando el barco se detuvo sobre la plaza, intimidado por sus ocupantes.

Las palabras e imágenes que le siguieron a su aparición solo podían describirse como aterradoras y mal agoreras. El pelaje de Colmillo se erizó por el miedo al oír hablar de matarse entre ellos y una ciudad que quería comérselos, pero esas personas también les habían llamado "elegidos de Rocavarancolia" y habían hablado como si sobrevivir y conseguir ver lo que llamaban la Luna Roja fuera una especie de misión que debían superar. Matka había dicho que él era uno de los elegidos, también había dicho una palabra muy parecida a esa para nombrar el lugar al que solo las personas especiales podían ir y, por supuesto, había hablado de una misión. Aunque nada de aquello era lo que había esperado y mucho más terrorífico de lo que nunca habría aceptado, todo parecía encajar con las palabras de la diosa, lo que en vez de aliviarlo, solo le inquietó. "¿Pero por qué recalcan tanto lo de Luna Roja? Kalna hija de Mánide también lo ha dicho antes, ¿por qué? ¿la luna no es siempre roja?"

Aunque a medida que el barco se alejaba el pelo de Colmillo se iba desencrespando, el vittya no podía dejar de pensar en si podía o no fiarse de sus palabras a pesar de que estas encajaban con lo dicho por la diosa. Eran seres muy extraños e intimidantes, ¿pero acaso su nana no había dicho que confiara en el extraño? ¿pero en qué extraño debía confiar? ¿En alguno del barco? ¿En alguno de los de la plaza? ¿En todos? ¿En ninguno? "Ojalá las predicciones de Nana fueran más jodidamente claras" pensó molesto girándose hacia el resto del grupo a la vez que Aniol decía que él no quería matar a nadie, lo que hizo que su cola y sus orejas se levantaran el alerta, shockeado por la simple posibilidad de que realmente estuvieran siendo obligados a matar.

-Joder, espero que no -dijo después de que Räg contestó que no creía que fuera necesario.

"Comida y refugio" pensó mientras miraba a las distintas calles que llegaban a la plaza, pensando en cuál de ellas deberían investigar primero, esperando que todo lo terrible que esos dos habían dicho fuera solo una forma de asustarles.

-¿Qué coño? -exclamó al oir a Räg hablar abiertamente de saber hacer magia-. ¿En tu mundo hacéis magia? ¿Del tipo "soy la puta Vid'ma" o más bien como brujos y adivinos? Porque mi nana es adivina y nunca ha sabido hacer nada de esta mierda -preguntó haciendo un gesto con sus manos que abarcaba la fuente y el lugar por donde se había ido el barco.


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"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
Sevent
Sevent

Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Personajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

20/03/23, 09:22 pm
La chica tenía razón, cualquier cosa parecía poder ocurrir en ese lugar y era peligroso acercarse al barco, por lo que se aproximó a la muchacha para alejarse de la trayectoria del barco volador.

Sobre el navío, pudo observar que viajaban dos personas misteriosas. Sobre todo, se fijó en la chica, su mera presencia había conseguido que a Abel se le erizase todo el vello. El discurso activó todas sus alertas, puesto que básicamente les estaban echando a los lobos sin proporcionarles ninguna ayuda. Inocentemente, el muchacho pensaba que, como mínimo, le iban a entregar un arma inicial para defenderse, pero no fue así. Por otro lado, se dio cuenta de que entre ellos no estaba la chica que lo raptó, pero pensaba que seguramente tendría relación con esos dos y que ninguno tramaba nada bueno

- “Así que al final seguramente sí que hay monstruos acechando” – pensó el angustiado muchacho, mientras en su mente se flasheaban las imágenes de los lugares prohibidos - "¿Por qué nos muestran todo esto y no la ubicación la comida o los refugios? Es más, ¿cómo lo están haciendo?"

Esas imágenes quedaron clavadas en su mente. Se las repitió para grabarlas a fuego. Podía ser clave conocer esos sitios. Tenían que sobrevivir, matar o ser matados por la ciudad, eso es lo que habían sentenciado el par de criaturas misteriosas.

El muchacho, totalmente convencido de la existencia de la magia en el mundo en el que se encontraba, pensaba que quizás podrían encontrar algún tipo de academia o torreón donde guarecerse, comer un poco y aprender hechicería. Rememoraba los lugares prohibidos por esos seres, con el fin de detectar su ubicación y de decidir donde sería más conveniente ir.

Entonces, pudo verla. La monstruosa edificación roja se asomaba en el horizonte. Le resultaba terrorífica, pero también le asombró la magnificencia que desprendía. Buscando con la mirada, también pudo localizar el castillo, pero no había ni rastro del otro edificio. De todos modos, intuía que las personas decían la verdad, ninguno de esos lugares tenía pinta de ser demasiado seguros, especialmente la construcción roja.

Es más, tenían que decidir rápido. En todos los mundos mágicos que el chico conocía había monstruos sueltos por doquier, lo que le llevaba a concluir que Rocavarancolia no era una excepción. Preocupado, notaba otra vez como los nervios apretaban su torturado estómago.

Miró a la chica que se sentaba a su lado. Antes le había dado la agradable sensación de que, al igual que él, se trataba de un alma solitaria. Ese tipo de personas le daban paz, pero sabía que, si se separaban del grupo, disminuirían considerablemente las posibilidades de sobrevivir. De una forma u otra, tenían que reclutar para su grupo a algunos compañeros de aventuras. Dos o tres más como mínimo, valoró.

Como siempre hacía para calmarse, respiró profundamente y apretó las manos para coger fuerza. La iba a necesitar para superar la ansiedad que le daba enfrentarse a tanta gente.

- No sé tu nombre – murmuró el chico con el fin de conocerlo, puesto que le daba vergüenza preguntárselo directamente – pero podríamos ir con el resto del grupo – dijo señalando hacia la chica con el maquillaje oscuro – ella podría defendernos si las cosas se ponen feas – concluyó. Después de todo, había probado su impresionante poder destructivo en sus propias carnes.


Una vez cerca del grupo, observó que el lagarto y el perro estaban hablando de magia, todo le resultaba progresivamente más y más absurdo. Querían buscar un refugio con magia, pero parecían haber perdido esa habilidad. De hecho, le asombraba que Räg hablase tan tranquilamente de haberla tenido en algún momento. Además, la mayoría eran humanos como él y, que supiese, en la Tierra la magia solo existía en la ficción.

Entonces, recordó que su raptora le había dicho que él era especial y pertenecía al mundo mágico. Así que, muy disimuladamente, cerró los ojos y apretó de nuevo las uñas contra la palma de su mano para quitarse los nervios y concentrar la energía. Pensó muy fuertemente en lo que quería que ocurriese, invocando con sus pensamientos a una estela luminosa que guiase su camino hacia los refugios. Sorprendentemente, notó algo e hizo todavía más fuerza. Lo sentía dentro suyo, como si fuese un potente torbellino creándose en su barriga. Y, efectivamente, se dio cuenta de que lo que pasaba era que tenía muchos gases y paró en seco. Consiguió retenerlos, pero era consciente de que todavía tenía el estómago muy revuelto por lo de antes y necesitaba descansar pronto para no empeorar.

Por lo tanto, abrió los ojos, descartando un posible uso de la magia, y decidió proponer la opción que había pensado.

- La mayor parte de los presentes somos de la misma especie. Y no hay magia de rastreo ni de ningún tipo en nuestro planeta - dijo, asegurándose de que la chica del maquillaje oscuro, la otra chica, el niño del pelo largo y Räg le escuchasen y resignándose a que la viperina fábrica de bolas de pelo lo tuviese que oír también – el edificio rojo está ahí y creo que eso es el castillo del que hablaban– señaló hacia ambas direcciones con la cabeza – la única información que nos han dado es que esas dos zonas son peligrosas, por lo que deberíamos buscar refugio en las áreas opuestas a estas – concluyó señalando a una zona donde gran parte de los edificios eran relativamente bajos y estaban separados entre sí – Me gustaría que fuésemos todos juntos, si os parece. Creo que podría ser arriesgado quedarse mucho tiempo más aquí.

Mareado, bajó la mirada y notó que se tambaleaba un poco a la derecha. Su tez estaba más amarillenta que antes. Ya estaba agotado de por sí, pero le agotaba el triple tanta novedad fantástica y el hecho de tener que socializar tanto y con tanta gente.

Después de todo el circo que había montado, quería colaborar con el resto, pero sobre todo lo que más ansiaba encontrar un sitio seguro y dormir.

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Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

21/03/23, 12:01 pm
Parecía que no era la única que estaba de acuerdo en que la colleja había sido buena idea, y aquello la tranquilizó un poco: al menos no todos los hombres parecían estar tan emocionalmente alterados, y la otra chica parecía estar en sus cabales al respecto. Podía tener un pelo que no le recordaba al Imperio, pero al menos parecía tener más seriedad que el resto. Y al menos era una chica, algo que ya mejoraba su percepción.

Y al menos la diplomacia le estaba saliendo bien, y había disculpas y explicaciones, aunque no pensaba aceptar que aquellos humanos tuvieran frases hechas de aquel calibre y las dijeran niños sin ninguna consecuencia y lo vieran como algo normal. ¿Qué tenían en la cabeza? Dese luego le había tocado estar con una panda de idiotas, y no venía a Ilol por ningún lado, lo que solo la ponía más tensa. ¿Dónde se habría metido?

Os daré todo el tiempo que pueda sin ponerme en demasiado peligro para que os llevéis a los niños lejos y luego correré yo —le respondió a Ethan cuando este se preocupó, y luego le dedicó una mirada de superioridad a Connor ante su pregunta —No te librarás de mi tan fácilmente, tenlo claro.

Sin embargo no le hizo falta luchar, ni correr.  En el barco iban dos figuras, una mujer que parecía ser medio lagarto y un hombre que si destacaba por algo era por el pasotismo que se le notaba. Soltó un bufido, haciéndole gracia que hubieran mandado a un hombre para darles un discurso tan importante. Las palabras en su cabeza le hicieron tensarse, más por la sorpresa que por otra cosa: conocer la existencia de la magia era muy distinto a que la hicieran sobre uno, y no sabía si la sensación de alguien colándose en su cabeza le terminaba de gustar por muy espectacular que estuviera siendo.

El contenido del discurso coincidía tan bien con sus ideas preconcebidas que casi la mayor sorpresa era que les dieran comida y refugios y no tuvieran que apañárselas completamente solos. Había aceptado plenamente antes de llegar que podría tener que matar, si era necesario, para sobrevivir, por lo que la reacción del lagarto la pareció tan absurda que daba gracias de que estuviera atrás con los chiquillos para que no viera el gesto que había hecho de manera automática. «No durarás mucho con esa actitud».

Los lugares prohibidos estaban claro, y dos de ellos se veían desde allí sin siquiera tener las imágenes mentales. El castillo, obvio; el panteón, obvio; aquella catedral roja… puede que fuera obvio, pero la llamaba mucho la atención por lo siniestra que era. Aceptaría no ir, de todas maneras, pues las normas que les habían puesto eran pocas y no iba a ser ella quien las incumpliera.

Pronto llegaron los problemas. Dónde ir, no les habían dicho dónde estaban los refugios, y algunos sopesaban buscarlos con una magia rastreadora que al parecer ya no podían hacer. «¿Cómo?» ¿Había sitios que ya conocían la magia? A ella le habían dicho que no podían tener información ventajosa por ser injusto, pero sabía mucho más de lo que hacían allí que el resto, y además había algunos que sabían más de magia… Al menos se la habían quitado, lo cual resultaba en algo más equitativo con el resto…y que en aquellos momentos era una maldición, porque les hubiera venido muy bien poder buscarlo con magia y llegar directamente.
Estoy de acuerdo en ir juntos —hablaba en un tono serio, pero más amable de lo que le hubiera gustado originalmente: tener que ceder levemente a su autoridad porque los hombres se asustaban era algo que se le hacía extraño —. Y en empezar a movernos cuanto antes. No sabemos cuándo se hará de noche, y sería bueno encontrar el refugio antes de eso.

Si perdían demasiado tiempo allí quietos, esperando, a lo mejor no lo encontraban antes de la noche, y eso sería mucho más peligroso. Estaba claro que no les iban a ayudar más, así que esperar era una tontería. Esperaría a ver que decidía el resto, mientras se mantenía alerta a las calles que rodeaban la plaza. Eran un blanco fácil para cualquier cosa, y si las pruebas habían empezado no pensaba arriesgarse. «No dejéis nada al azar», se repitió las palabras del que llevaba el parche. Era un buen consejo, aunque el que lo hubiera dado hubiera sido un hombre.

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Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

fuente - Plaza de la Fuente - Página 49 Empty Re: Plaza de la Fuente

21/03/23, 03:03 pm
El discurso fue... Un espectáculo cuanto menos. Ignorando de por sí la apariencia "exótica" de la mujer, el hecho de que la voz resonará dentro de su cabeza o de que en un momento dado les hubieran dado hasta imágenes visuales, lo que más le preocupó fueron sus palabras. ¿Cuántas veces se podría decir en un mismo discurso, que probablemente fueran a morir en un tiempo límite que desconocían? Ethan había perdido la cuenta. Era alarmante que la única introducción y ayuda fuera esa.

Respiró hondo, tratando de centrarse todo lo posible en lo que hacer a continuación. Observó a los de alrededor haciendo una cuenta mental rápida de todos los que eran. Los juzgo en silencio, no con la idea de criticar, si no de buscar quienes podrían ser más propensos a salirse de control. La gran mayoría de ellos al menos tenían cierto raciocinio y se estaban acercando para colaborar entre sí. Eso era bueno, ir juntos solucionaría la mayoría de conflictos.
También escuchó lo que tenían que decir, las ideas eran buenas y aún estando perplejo por el hecho de que la "magia" fuera estándar para el lagarto, no le quiso dar más vueltas. A esas alturas estaba dispuesto a creerse hasta la idea más absurda que le ofrecieran. ¿La tierra es plana? Claro.

Otro problema sin lugar a duda sería la violencia. Era un tema complicado, estaban perdidos y no sabían a que se tenían que enfrentar. Por mucho que a Ethan le gustaría tranquilizar al grupo posicionándose junto a Räg, sabía que solo sería mentirles. Quizá tendrían que ensuciarse las manos, y aunque la idea le asqueaba no estaba dispuesto a dejar que alguien saliera herido por un código moral que allí parecía obsoleto.

-Deberíamos de ir... Paso por paso. Ha sido irónicamente mucha y nada de información a la vez. Lo primero será buscar el hogar como estáis diciendo. Me imagino que habrá alguna diferencia entre los refugios y el resto de edificios, porque sinceramente nadie va a entrar a ninguno hasta que conozcamos a ciencia cierta que nos podemos encontrar.

Ante una situación tan extraña Ethan había recobrado cierta compostura. Levantando la voz sin gritar para que se le pudiera escuchar bien. Tener miedo no iba a ser una opción si debía de estar al cargo del resto. Estaba de acuerdo en no dejar nada al azar, pero no iba a vender a nadie si podía evitarlo. Lo que significaba que tocaba planificar un mínimo.

-Pero, y aunque Kalna tiene razón en que hay que partir cuanto antes, deberíamos de organizarnos. Tenemos a 3 pequeños, si la situación se pone tensa Connor puede cargar uno y eh.. -Se giró hacia Nohlem con cierta confusión, no recordaba su nombre.- Tu te has ofrecido para llevar a la planta, muchas gracias por ello. Así que solo nos queda otro más, si hay algún voluntario mejor que hable ahora para evitar que se dé el caos después.

Confiaba en que Räg o Rick se ofrecieran. Pero necesitaban de igual manera asegurarse, no fuera a ser que salieran corriendo y un pequeño se quedara descolgado.

-Solucionado esto... Somos un grupo grande y no sé cuales son nuestras aptitudes físicas. Si Kalna quiere cerrar el grupo nos aseguramos cierta protección por si vienen desde atrás. La gente que se crea más apta para huir rápido debería ir en los flancos. Que se queden dentro del grupo los niños y los que se consideren más lentos, para que puedan tener más margen de maniobra... Y eh... Si a Connor no le importa, podemos ir nosotros abriendo camino por si nos encontramos algún peligro de cara.

Obviamente las partes en las que se refirió a Kalna y Connor estaban formuladas como una sugerencia. Deducía que Kalna querría cerrar ya que estaba dispuesta a evitar que nadie quedara rezagado. Connor simplemente era la otra opción lógica para cubrir uno de los puntos más peligrosos. Pero si él no quisiera, abriría Ethan solo sin problemas.

-Ah y eh... Una última cosa. Aunque intentemos colaborar, seamos conscientes de nuestras capacidades. Si por lo que sea alguien se queda atrás y sabéis que no podéis ayudar... Pues es lo que hay, no os culpéis por querer anteponer vuestra supervivencia.

Esto último lo dejó caer a sabiendas de que sería de por sí un pensamiento común. Era un recordatorio específico para el grupo de personas que sabía que tenían buen corazón... Y así, se aseguraba de que nadie se girará si por lo que fuera el mismo se veía incapaz de correr. Era una mierda, pero, era lo que había.
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