Plaza de la Fuente
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Plaza de la Fuente
02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 01:01 pm
Reina
Finalmente llegaron a un exterior. El contraste de luces le cegó unos instantes, pero en verdad aquel cielo gris no iluminaba demasiado. Al llevarse una mano a la frente se percató que ya no llevaba la peluca. Instintivamente se palpó detrás de la cabeza y descubrió que no colgaba por la redecilla y que, de hecho, no había redecilla siquiera. Su peluca habia desvanecido.
Resopló frustrada. Otros tantos miles de yenes por la borda. Estaba segura que no se le había caído por el camino ni que se la hubiera dejado en la mazmorra. Iba perdiendo preciosos materiales al segundo. Su mente comenzó rápidamente a hacer una suma general de daños y perjuicios causados para la denuncia que iba a plantar frente a los juzgados una vez volviera. Sino a la mujer que le drogó, a su directo supervisor. Aquel agravio no iría impune, y se aseguraría de usar hasta el último de los recursos del Clan para lograrlo.
Exteriormente, se la vió un tanto molesta, pero no por mucho tiempo. Adaptándose a la situación, se alisó el pelo cuidadosamente antes de avanzar donde muchos otros se habían congregado. Suerte de que no estaba muy desastre, se dijo, usando la pantalla apagada del teléfono como espejo.
Finalmente, respiró profundamente justo antes de dar el primer paso hacia la fuente.
Era una ciudad triste y desolada, pero a la vez extraña y misteriosa. Tenia algo que no podía definir con palabras sino con sentimientos. Había cierto olor a polvo y a viejo en el aire, así como deshecho. Era una ruina.
De olor a polvo a directamente polvo, tosió suavemente en su mano. Se lamentó de nuevo de haberse dejado el bolso atrás. Ahi tenia una mascarilla que le hubiera servido de perlas.
Miró a los demás ahora. Ojos inquisitivos con lentillas azules que brillaban con ráfagas amarillas. Estaba algo cansada y, entre el dolor, los picores y la sensación de vulnerabilidad se había olvidado que ni estaba sola ni estaba segura. Los demás chicos y chicas… y aliens, estaban confraternizando algo tímidamente. Había quienes, aun a pesar de sus diferencias fisionómicas se estaban comunicando e, incluso hablando en la misma lengua. ¿Como aquello era posible? ¿Se trataban de alienígenas de sociedades avanzadas y multiculturales como aquellas de sus Revistas de Pulp Fiction? La estética no era, pero no se le ocurría otra explicación. Se pudo imaginar con un traje de neopreno color fuchsia, una pecera por casco espacial y una pistola futurista con una antena de radio por cañón. Sin duda eso era mucho más romantizable que lo que estaba viendo.
Había cierta obsesión con la fuente, muchos intentaban atraer a otros a ella y a convencerles a beber. Al beber el líquido, muchos procedían a expresar vívidamente reacciones de sorpresa, de júbilo e incluso hubo alguno que se quedó paralizado. Reina era más sensata como para ir a beber de las primeras. Esperó y observó, analizando las reacciones de las chicas, chicos y alienígenas que bebían.
A continuación se fijó en los terceros. ¡Qué esperpento! Un espectáculo desfile de formas, colores y animales, algunos más parecidos y familiares a aquellos que ya conocía de la tierra y otros que apenas asemejaban una forma humana. Parecía una historia de ficción con todas las de la ley y Reina aún dudaba de si estaba soñando. Después de que empezase a formular preguntas muy estupidas, fruto de la droga sin duda, sus memorias estaban algo nubladas, así que no terminó de quitarse el sentimiento onírico.
Volvió su atención a la fuente. Era fea, no había duda. Serpientes talladas hacían de cañerías y vertían el agua, aparentemente limpia y podría decir, ¿adictiva? debido al énfasis con el que le intentaban convencer que bebiera de ella. Recibía señales mezcladas. Sin duda, aquellos seres intergalácticos y demás personajes estaban en la misma situación que ella. O eso suponía. Y, sin embargo, ¿como es que se fiaban de algo tan siniestro? A nivel de fuentes, lo normal seria poner unas carpas, unas focas, hasta unos delfines serían más naturales. Pero, ¿serpientes?
¿Era consciente esta gente qué tipo de líquido salía de la boca de Serpientes? Y sin embargo insisten. ¿Tendrían serpientes en sus mundos? Algunos incluso que parecían humanos salvo por el color de su piel. El espectro de arcoiris no era algo que podía esperarse de la piel de otros y, ahí estaban. Era hasta mono. Y aun así, su respuestas serian firmes y negativas.
—いいえ、結構です。— dijo una y otra vez en mil y una formas respetuosas, sin ser realmente entendida. Sus ojos frios y desmotivados pretendían mandar el mismo mensaje en idiomas más internacionales. Y, mientras que sirvió para intimidar a unos cuantos, otros se embrabucaron e insistían más de lo que a Reina le parecía agradable y rozaba con ser cargante.
—ちょっと! 私は英語を理解することはできません! こら!!—
Entre ellas, la más efusiva e insistente era una mujer negra con un peinado y pelo curiosos que le llamaron la atención a la nipona. En japón, los Kokujin, o “personas negras” eran una rareza fuera de las grandes ciudades, y aun en estas, siempre atraían miradas por cuan exóticos eran en el país homogéneo. Pero para Reina, esa mujer negra en esos instantes presentaba algo mucho más familiar y cercano que la masa de extraterrestres que la rodeaban insistiendo. Reina se mordió el labio (y la lengua) y mantuvo una predisposición respetuosa.
—大丈夫です。 ちょっとだけ ねぇ?。— acabó cediendo algo avergonzada por la atención que había traído sobre su persona.
Muy gentilmente, miró una vez más a la mujer y se retiró el pelo de la cara, trayendolo detrás de su oreja y manteniéndolo ahí sujeto. Lentamente, se inclinó sobre la fuente y con su mano libre recogió un pequeño sorbo con la cuenca. Delicadamente, se trajo el agua a los labios y, tras una pequeña pausa para reunir valor, bebió del agua. Al instante pudo notar que era, de hecho, agua. Un agua que sabía mal, a caliza, a polvo y a cañería vieja sin limpiar, pero era de hecho bebible. La cuestión de si era potable o no se resolvería en los momentos venideros, pue sabía cuán vulnerable era su genética a aguas poco salobres.
Se incorporó lentamente y se limpió cuidadosamente la boca con la manga de la camiseta. Girando a la chica negra, abrió la boca de nuevo.
—Lo siento, pero la verdad es que no se porqu....—
Cuando se percató que estaba hablando otro idioma le vino un hipo repentino que le silenció la voz. Llevándose la mano instintivamente a los labios, sus ojos se abrieron como platos mientras miraba a los demás con una moderada expresión de sorpresa en su rostro, oculto tras su mano.
Las miradas de complicidad de todos le confirmaron el secreto de la fuente. Esta, les permitía hablar a todos en el mismo idioma, hasta ahí era obvio. Pero lo que algunos no se habían percatado, y Reina prácticamente lo hizo al instante, es que también borraba los conocimientos sobre cualquier otro idioma. No solo el japonés, pero el poco inglés que chapurreaba, junto al mandarín y coreano que sabía, todo al traste. Cierto era que comunicarse iba a ser importante si querían salir de ahí, pero se preguntaba el precio que acababa de pagar por ello. Descubrió también que podía recordar frases de películas y libros y recitarlas, pero solo le venían a la mente traducidas, como si las hubiera leido u oido en aquel idioma nuevo de toda la vida.
Poco tiempo le dió para adaptarse a la situación cuando unos tipos raros se presentaron y, flotando por encima de ellos con un barco que también flotaba, parecía ser una suerte de tema que llevaban lo de flotar, se introdujeron y dieron un discurso que hablaba de gestas épicas y de desafíos y de supervivencia. ¿Qué era esto, un Battle Royale? La sangre de Satsuma le hervía a la chica, quien aún no se había terminado de calmar y frunció el ceño.
Una mirada reprobatoria se centró sobre cada uno, individualmente dejándoles ver su descontento. Brazos cruzados entorno a su pecho, la chica habló por debajo de su aliento.
—¿Que se creen que es esto? ¿Una broma?— resopló fuertemente, haciendo que su flequillo ondease al viento unos instantes.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 01:58 pm
Fleur siguió a los desconocidos hasta lo que parecía ser una plaza con una fuente. No tardó en verse abrumada por toda la información que recibía de golpe y la poca capacidad que tenía de asimilar nada en esos momentos.
Un mar de edificios en ruinas se extendía ante ella, a lo lejos podía distinguir las montañas y alguna estructura que destacaba sobre las demás. Pero sobre todo le llamó la atención el navío que flotaba por encima de los allí reunidos y por supuesto, la naturaleza de sus acompañantes. ¿Eran Aliens? ¿De este planeta, o de otros?. Abría los ojos de golpe como si le hubieran revelado la verdad del universo. >>Por supuesto, no debí dudar de tí, mi Señor. Has debido crear otros mundos<<. ¿Por qué sentía una inquietud sobrenatural entonces? Eran obras de Dios como ella... ¿o de otra cosa?.
Se acercó a la fuente, intentando pasar desapercibida y sin establecer contacto visual. Le tamblaban los muslos y la frenté se vio cubierta pronto por perlas de sudor. No hizo falta que nadie la instara a beber, se moría de sed. Cuando creyó que nadie la miraba directamente se acercó a la fuente e hincó las rodillas en la fría piedra, con sus manos consiguió simular un pequeño cuenco y dio pequeños sorbos sin pensarlo mucho.
-Mmm...gh- murmuró al notar como el efecto refrescante hacía mella deslizándose por su garganta. Pero algo más ocurrió, su cabeza pareció dar vueltas por unos segundos como si algo la hubiera sacudido y tuvo que apoyar su mano en una de las serpientes para no caer al agua. >>¿Qué ha sido eso?<<. Se preguntó, pero incluso sin decir nada ya se percató de que pensaba en un lenguaje diferente. Las conversaciones a su alrededor empezaron a cobrar sentido y Fleur no estaba del todo segura si se trataba de una buena noticia. Miró a los de su alrededor con expresión perpleja y abrazándose con los brazos. Había olvidado el francés, el inglés y lo que sabía de alemán. >>¿Magia?<<.
No tuvo mucho tiempo más para comprender lo ocurrido pues las tres figuras en lo alto de aquella cosa comenzaron a hablar. Y lo que dijeron a continuación no parecía ser bueno, ni mucho menos milagros.
Solos. Refugio. Demostrar valía. A la francesa le dio miedo las tres figuras sin excepción, aunque la que tenía una especie de capucha causó mas temor. Le dio miedo todo en realidad. Ella no había venido a competir, precisamente quería huir de todos los ideales de perfección y clasificación a los que había sido sometida.
Y ahora resultaba que debía mostrar ser apta. Akeyo no le había dicho nada de eso y encima no podía hablar como en la tierra, todo sonaba raro y distinto, todo era feo. Fleur se acuclilló en una esquina evitando el núcleo principal de gente pues se sentía mucho más cómoda en en un segundo plano. Se le empañaron los ojos y un leve temblor acudió a su labio, casi haciendo pucheros. Estaba triste. ¿Qué pasaba ahora? Consiguió escapar de su familia y aun así se sentía vendida. Un pequeño lagrimeo en silencio surgió y se tapó la cara con las manos desesperada porque nadie la viera así. No podía manejar su frustración.
Un mar de edificios en ruinas se extendía ante ella, a lo lejos podía distinguir las montañas y alguna estructura que destacaba sobre las demás. Pero sobre todo le llamó la atención el navío que flotaba por encima de los allí reunidos y por supuesto, la naturaleza de sus acompañantes. ¿Eran Aliens? ¿De este planeta, o de otros?. Abría los ojos de golpe como si le hubieran revelado la verdad del universo. >>Por supuesto, no debí dudar de tí, mi Señor. Has debido crear otros mundos<<. ¿Por qué sentía una inquietud sobrenatural entonces? Eran obras de Dios como ella... ¿o de otra cosa?.
Se acercó a la fuente, intentando pasar desapercibida y sin establecer contacto visual. Le tamblaban los muslos y la frenté se vio cubierta pronto por perlas de sudor. No hizo falta que nadie la instara a beber, se moría de sed. Cuando creyó que nadie la miraba directamente se acercó a la fuente e hincó las rodillas en la fría piedra, con sus manos consiguió simular un pequeño cuenco y dio pequeños sorbos sin pensarlo mucho.
-Mmm...gh- murmuró al notar como el efecto refrescante hacía mella deslizándose por su garganta. Pero algo más ocurrió, su cabeza pareció dar vueltas por unos segundos como si algo la hubiera sacudido y tuvo que apoyar su mano en una de las serpientes para no caer al agua. >>¿Qué ha sido eso?<<. Se preguntó, pero incluso sin decir nada ya se percató de que pensaba en un lenguaje diferente. Las conversaciones a su alrededor empezaron a cobrar sentido y Fleur no estaba del todo segura si se trataba de una buena noticia. Miró a los de su alrededor con expresión perpleja y abrazándose con los brazos. Había olvidado el francés, el inglés y lo que sabía de alemán. >>¿Magia?<<.
No tuvo mucho tiempo más para comprender lo ocurrido pues las tres figuras en lo alto de aquella cosa comenzaron a hablar. Y lo que dijeron a continuación no parecía ser bueno, ni mucho menos milagros.
Solos. Refugio. Demostrar valía. A la francesa le dio miedo las tres figuras sin excepción, aunque la que tenía una especie de capucha causó mas temor. Le dio miedo todo en realidad. Ella no había venido a competir, precisamente quería huir de todos los ideales de perfección y clasificación a los que había sido sometida.
Y ahora resultaba que debía mostrar ser apta. Akeyo no le había dicho nada de eso y encima no podía hablar como en la tierra, todo sonaba raro y distinto, todo era feo. Fleur se acuclilló en una esquina evitando el núcleo principal de gente pues se sentía mucho más cómoda en en un segundo plano. Se le empañaron los ojos y un leve temblor acudió a su labio, casi haciendo pucheros. Estaba triste. ¿Qué pasaba ahora? Consiguió escapar de su familia y aun así se sentía vendida. Un pequeño lagrimeo en silencio surgió y se tapó la cara con las manos desesperada porque nadie la viera así. No podía manejar su frustración.
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 02:18 pm
Luci bajó escaleras desgastadas de piedra y cruzó corredores oscuros siguiendo las voces, pero cuidando de no acercarse lo bastante para que lo vieran. En más de una ocasión se tropezó con una loseta suelta, pues la iluminación era tan pobre que casi no podía ver donde pisaba. Cuando cruzó el portón del edificio hacia el exterior le recibió una explanada de cascotes y edificios en ruinas. El paisaje era tan desolador que se le hizo un nudo en el estómago; todo era gris, ni siquiera el sol iluminaba lo suficiente. De alguna forma era como si lo hubiesen llevado a un mundo enfermo y moribundo.
Las voces se alejaban así que Luci se puso en marcha de nuevo. Al girar una esquina divisó la plaza, y lo que es más importante, divisó el barco volador que flotaba sobre ella. El daeliciano nunca había visto nada semejante. Tenía forma de lagarto gigante alado e incluso a esa distancia podía apreciar que había amor en su construcción. Fue la chispa de esperanza que necesitaba para apretar el paso.
La plaza estaba presidida por una gran fuente de serpientes. De nuevo reconoció la dedicación de su autor en cada ofidio de metal, pero no transmitía la idea de belleza idealizada que estaba acostumbrado a ver en el arte y eso le descolocaba. También el agua que soltaba no tenía color, casi se parecía al líquido de limpiar los pinceles aunque al acercarse olía más a metal y frío que al perfume cítrico con el que disimulaban su olor original. Los montruos (que vistos más de cerca no parecían tan amenazadores aunque fuesen terriblemente feos) bebían de ella sin problema, algunos incluso animándole a imitarles con gestos. A Luci no le hacía especial gracia eso de beberse esa cosa incolora pero la curiosidad era fuerte y a nadie parecía estar pasándole nada malo. Metió un único dedo bajo el chorro helado y se lo llevó a la boca, la sensación fue como si el agua se lo estuviese bebiendo a él. Soltó un grito de sorpresa, lo que provocó risas en algunos de los monstruos cercanos y fue al pensar en lo maleducados que eran cuando se dio cuenta de que ya no pensaba en su idioma, y tras comprobarlo confirmó de que tampoco podía hablarlo. De alguna forma el agua rara les había quitado su idioma natal para darle uno común. Luci miró maravillado a los monstruos que le saludaban y le preguntaban por su nombre y quiso corresponderles con el mismo saludo en el idioma que ahora compartían pero no tuvo ocasión. En el barco también había monstruos. Los monstruos les estaban hablando.
Ningún perfume mágico de dama Aroma habría podido endulzar la horrible visión que se presentaba ante él. ¡Aquellos sí que eran monstruos! Los ojos azules del daeliciano se clavaron en la mujer con la cara descarnada. ¡No tenía piel! ¿Cómo era posible que no tuviese piel y les estuviera hablando! Su palabras además eran duras, crueles, con clara intención de dañarles. Si había algo en el universo opuesto al Demiurgo debía ser esa criatura.
La bilis le subió por la garganta. Luci se tapó la boca con las manos y se apresuró a alejarse del grupo para no dar un espectáculo pero no consiguió llegar mucho más allá de la fuente. Vomitó, a través de sus dedos y sobre el suelo de piedra roñosa. Entre las arcadas se escapaban sollozos. Él no quería estar allí, no quería tener que luchar contra nada, quería volver a su casa.
Las voces se alejaban así que Luci se puso en marcha de nuevo. Al girar una esquina divisó la plaza, y lo que es más importante, divisó el barco volador que flotaba sobre ella. El daeliciano nunca había visto nada semejante. Tenía forma de lagarto gigante alado e incluso a esa distancia podía apreciar que había amor en su construcción. Fue la chispa de esperanza que necesitaba para apretar el paso.
La plaza estaba presidida por una gran fuente de serpientes. De nuevo reconoció la dedicación de su autor en cada ofidio de metal, pero no transmitía la idea de belleza idealizada que estaba acostumbrado a ver en el arte y eso le descolocaba. También el agua que soltaba no tenía color, casi se parecía al líquido de limpiar los pinceles aunque al acercarse olía más a metal y frío que al perfume cítrico con el que disimulaban su olor original. Los montruos (que vistos más de cerca no parecían tan amenazadores aunque fuesen terriblemente feos) bebían de ella sin problema, algunos incluso animándole a imitarles con gestos. A Luci no le hacía especial gracia eso de beberse esa cosa incolora pero la curiosidad era fuerte y a nadie parecía estar pasándole nada malo. Metió un único dedo bajo el chorro helado y se lo llevó a la boca, la sensación fue como si el agua se lo estuviese bebiendo a él. Soltó un grito de sorpresa, lo que provocó risas en algunos de los monstruos cercanos y fue al pensar en lo maleducados que eran cuando se dio cuenta de que ya no pensaba en su idioma, y tras comprobarlo confirmó de que tampoco podía hablarlo. De alguna forma el agua rara les había quitado su idioma natal para darle uno común. Luci miró maravillado a los monstruos que le saludaban y le preguntaban por su nombre y quiso corresponderles con el mismo saludo en el idioma que ahora compartían pero no tuvo ocasión. En el barco también había monstruos. Los monstruos les estaban hablando.
Ningún perfume mágico de dama Aroma habría podido endulzar la horrible visión que se presentaba ante él. ¡Aquellos sí que eran monstruos! Los ojos azules del daeliciano se clavaron en la mujer con la cara descarnada. ¡No tenía piel! ¿Cómo era posible que no tuviese piel y les estuviera hablando! Su palabras además eran duras, crueles, con clara intención de dañarles. Si había algo en el universo opuesto al Demiurgo debía ser esa criatura.
La bilis le subió por la garganta. Luci se tapó la boca con las manos y se apresuró a alejarse del grupo para no dar un espectáculo pero no consiguió llegar mucho más allá de la fuente. Vomitó, a través de sus dedos y sobre el suelo de piedra roñosa. Entre las arcadas se escapaban sollozos. Él no quería estar allí, no quería tener que luchar contra nada, quería volver a su casa.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 02:55 pm
A Alec no había que decirle que bebiera del agua de la fuente, de hecho prácticamente los ignoró a todos. Se arrodilló al lado y lo primero que hizo fue meter la cabeza dentro, necesita a despejarse y a falta de un buen café cargado el agua fría tendría que servir. Sacó la cabeza con el pelo y la barba empapados y chorreando, metió las manos y empezó a beber.
Lo primero que le chocó fue la sensación de ondas que el agua hizo por todo su cuerpo. Lo siguiente que había dejado de hablar su idioma para hablar otro completamente distinto. Pero a esas alturas ya de poco le iba a servir protestar. Tomó más tragos y miró hacia arriba cuando comenzó el sermón.
De las tres mujeres la que más le impresionó fue la loba. Sí, una era ciega y llevaba una venda en los ojos, la otra era asquerosa con la piel de la cara arrancada. Pero Cicatriz causó impresión en Alec, no sólo por ser un lobo a dos patas que habla, llevaba heridas por todo su cuerpo y parecía que se la sudaban olímpicamente.
Refugios, comida, Luna Roja, bañeras...
-¿Bañeras? ¿Qué es esto Pesadilla antes de Navidad? Lo que me puto faltaba hoy, seguir bañeras andantes - dijo en voz alta que todos los que tenía alrededor pudieron oír.
Se fueron y Alec se levantó. No tenía sentido quedarse allí quieto. Paseó la mirada a su alrededor y contempló al resto de los reunidos, lo que llamó su atención sin embargo fue una figura vestida de conejo azul que empezó a vomitar cosas de colores brillantes. Con un suspiro Alec se acercó a él para ofrecerle consuelo, no hacía mucho que sus hermanos habían pasado un brote de gastroenteritis y tenía fresco lo mal que lo habían pasado.
-Eh, ¿estás bien? ¿Necesitas ayuda? - le preguntó poniendo una mano en su hombro. Aún no había visto su cara pero era más bajo que el escocés.
Lo primero que le chocó fue la sensación de ondas que el agua hizo por todo su cuerpo. Lo siguiente que había dejado de hablar su idioma para hablar otro completamente distinto. Pero a esas alturas ya de poco le iba a servir protestar. Tomó más tragos y miró hacia arriba cuando comenzó el sermón.
De las tres mujeres la que más le impresionó fue la loba. Sí, una era ciega y llevaba una venda en los ojos, la otra era asquerosa con la piel de la cara arrancada. Pero Cicatriz causó impresión en Alec, no sólo por ser un lobo a dos patas que habla, llevaba heridas por todo su cuerpo y parecía que se la sudaban olímpicamente.
Refugios, comida, Luna Roja, bañeras...
-¿Bañeras? ¿Qué es esto Pesadilla antes de Navidad? Lo que me puto faltaba hoy, seguir bañeras andantes - dijo en voz alta que todos los que tenía alrededor pudieron oír.
Se fueron y Alec se levantó. No tenía sentido quedarse allí quieto. Paseó la mirada a su alrededor y contempló al resto de los reunidos, lo que llamó su atención sin embargo fue una figura vestida de conejo azul que empezó a vomitar cosas de colores brillantes. Con un suspiro Alec se acercó a él para ofrecerle consuelo, no hacía mucho que sus hermanos habían pasado un brote de gastroenteritis y tenía fresco lo mal que lo habían pasado.
-Eh, ¿estás bien? ¿Necesitas ayuda? - le preguntó poniendo una mano en su hombro. Aún no había visto su cara pero era más bajo que el escocés.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 03:24 pm
El barullo que se habia montado a su alrededor después del discurso sacó a Kolja de sus pensamientos. Miró a su alrededor a las caras de shock y de miedo de la gente que le rodeaba. Y en eso estaba cuando vio a un alien que se paseaba entre la gente presentándose. Cuando llegó hasta Kolja este le tendió la mano rápidamente antes de que siguiese con su camino.
-Hola, yo me llamo Kolja- se presentó.
-Esta claro que este lugar no es seguro, y que para sobrevivir vamos a tener que juntarnos en grupos. Tu tienes pinta de trabajador. ¿De que mundo eres? ¿A que te dedicabas?- se interesó.
-Eso esta bien, ¿No tendras por casualidad alguna semilla, no? No he visto nada de verde por aqui, pero seguro que tus habilidades son de mucha ayuda.
-Yo en mi planeta era herrero, además se manejar varias armas de filo.
-Hola, yo me llamo Kolja- se presentó.
-Esta claro que este lugar no es seguro, y que para sobrevivir vamos a tener que juntarnos en grupos. Tu tienes pinta de trabajador. ¿De que mundo eres? ¿A que te dedicabas?- se interesó.
-Eso esta bien, ¿No tendras por casualidad alguna semilla, no? No he visto nada de verde por aqui, pero seguro que tus habilidades son de mucha ayuda.
-Yo en mi planeta era herrero, además se manejar varias armas de filo.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 03:39 pm
Alyssa estaba confusa.
Se había despertado en una habitación que no era la suya, recordando solo fragmentos de la conversación que había tenido en su habitación con una desconocida que había aparecido allí por sorpresa. Antes de poder confirmar si aquello había sido un sueño o no se había encontrado rodeada de una multitud de gente de todas las formas y tamaños y, confundida como estaba, había terminado dejándose llevar por la multitud.
Ahora caminaba de forma automática, siguiendo ciegamente aquel grupo de gente mientras dejaba que sus ojos se fueran acostumbrando al cambio de luz. No fue hasta que estuvo prácticamente dentro de la plaza cuando vio por fin el gigantesco barco volador con forma de dragón que flotaba sobre todos ellos. Hasta ahora había estado ignorando que estaba rodeada de varios seres que no eran humanos. Podían ser personas disfrazadas, unos disfraces muy convincentes sin duda, pero no tenía que ser imposible. El barco sin embargo ya fue demasiado que intentar explicar, y verlo le hizo entender que igual sí que era verdad todo aquello.
Todavía procesando lo que pasaba a su alrededor, acabó acercándose a la fuente después de que alguien (no se fijó en quien) hiciera gestos en su dirección. Fue entonces cuando se dio cuenta de que en el centro de la plaza había una fuente, y parecía que insistían en que todos bebieran. Miró el agua con escepticismo. ¿Seguro que era una buena idea beber de una fuente en medio de un lugar que no conocían? Pero la gente seguía insistiendo, y la chica tenía muchísima sed, asi que terminó por ceder.
Los efectos fueron inmediatos: Alyssa tan solo dio un sorbo pequeño pero en cuanto tragó el efecto de las aguas de la fuente reverberaron por su cuerpo y su mente. La sensación, unida al cambio en sus pensamientos, hicieron que diese un brinco hacia atrás, recuperando el equilibrio justo a tiempo para no caerse de culo.
–¿Qu… qué…? –Se llevó las manos a la boca apenas dijo aquella palabra. Sabía exactamente lo que había dicho, pero el sonido le resultaba desconocido y familiar a la vez. Lo único que tenía claro era que no era su lengua. No solo eso, sus pensamientos también habían cambiado.
Apenas tuvo tiempo de darse cuenta de que ahora compartía idioma con los demás, porque en aquel momento tres figuras que flotaban por encima de la fuente hablaron.
La apariencia de dos de los tres individuos, unido a la naturaleza de aquel discurso eclipsaron cualquier otra cosa en la que pudiera haber estado pensando. Con la mano todavía en la boca retrocedió un paso, luego otro, mientras que la cara de la figura del centro, unida a las heridas de la que estaba a su lado le hicieron sentir arcadas que por suerte no llegaron a nada.
Lentamente empezaba a darse cuenta del terrible error que había cometido al aceptar aquel contrato. Aquello… era demasiado para asimilarlo de una sola vez. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Encontrar un refugio? Ni siquiera sabía por dónde empezar.
Miró a su alrededor, con la esperanza de que alguien mejor que ella actuara, pero nada de lo que vió a su alrededor le inspiró ninguna confianza.
Al centrarse en algo que no fuera sus problemas actuales fue consciente de que la mano que todavía tenía en la boca temblaba. En un intento de que parase, se agarró la muñeca con la otra mano y bajó ambas lentamente mientras estabilizaba su respiración, también acelerada. Antes de hacer nada tenía que conseguir mantener la calma.
Se había despertado en una habitación que no era la suya, recordando solo fragmentos de la conversación que había tenido en su habitación con una desconocida que había aparecido allí por sorpresa. Antes de poder confirmar si aquello había sido un sueño o no se había encontrado rodeada de una multitud de gente de todas las formas y tamaños y, confundida como estaba, había terminado dejándose llevar por la multitud.
Ahora caminaba de forma automática, siguiendo ciegamente aquel grupo de gente mientras dejaba que sus ojos se fueran acostumbrando al cambio de luz. No fue hasta que estuvo prácticamente dentro de la plaza cuando vio por fin el gigantesco barco volador con forma de dragón que flotaba sobre todos ellos. Hasta ahora había estado ignorando que estaba rodeada de varios seres que no eran humanos. Podían ser personas disfrazadas, unos disfraces muy convincentes sin duda, pero no tenía que ser imposible. El barco sin embargo ya fue demasiado que intentar explicar, y verlo le hizo entender que igual sí que era verdad todo aquello.
Todavía procesando lo que pasaba a su alrededor, acabó acercándose a la fuente después de que alguien (no se fijó en quien) hiciera gestos en su dirección. Fue entonces cuando se dio cuenta de que en el centro de la plaza había una fuente, y parecía que insistían en que todos bebieran. Miró el agua con escepticismo. ¿Seguro que era una buena idea beber de una fuente en medio de un lugar que no conocían? Pero la gente seguía insistiendo, y la chica tenía muchísima sed, asi que terminó por ceder.
Los efectos fueron inmediatos: Alyssa tan solo dio un sorbo pequeño pero en cuanto tragó el efecto de las aguas de la fuente reverberaron por su cuerpo y su mente. La sensación, unida al cambio en sus pensamientos, hicieron que diese un brinco hacia atrás, recuperando el equilibrio justo a tiempo para no caerse de culo.
–¿Qu… qué…? –Se llevó las manos a la boca apenas dijo aquella palabra. Sabía exactamente lo que había dicho, pero el sonido le resultaba desconocido y familiar a la vez. Lo único que tenía claro era que no era su lengua. No solo eso, sus pensamientos también habían cambiado.
Apenas tuvo tiempo de darse cuenta de que ahora compartía idioma con los demás, porque en aquel momento tres figuras que flotaban por encima de la fuente hablaron.
La apariencia de dos de los tres individuos, unido a la naturaleza de aquel discurso eclipsaron cualquier otra cosa en la que pudiera haber estado pensando. Con la mano todavía en la boca retrocedió un paso, luego otro, mientras que la cara de la figura del centro, unida a las heridas de la que estaba a su lado le hicieron sentir arcadas que por suerte no llegaron a nada.
Lentamente empezaba a darse cuenta del terrible error que había cometido al aceptar aquel contrato. Aquello… era demasiado para asimilarlo de una sola vez. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Encontrar un refugio? Ni siquiera sabía por dónde empezar.
Miró a su alrededor, con la esperanza de que alguien mejor que ella actuara, pero nada de lo que vió a su alrededor le inspiró ninguna confianza.
Al centrarse en algo que no fuera sus problemas actuales fue consciente de que la mano que todavía tenía en la boca temblaba. En un intento de que parase, se agarró la muñeca con la otra mano y bajó ambas lentamente mientras estabilizaba su respiración, también acelerada. Antes de hacer nada tenía que conseguir mantener la calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 03:57 pm
La carrera desesperada de la sudafricana terminó al llegar a una amplia plaza en cuyo centro se alzaba una fuente de piedra. Hasta el momento había avanzado movida por el temor, pero la visión del agua corriente le recordó que tenía la garganta muy seca y sus miedos casi pasaron a un segundo plano. No podía continuar sin rehidratarse antes y por como notaba la lengua debía llevar casi un día sin beber nada.
«Aun sigo sin saber donde estoy... » pensó para si, avanzando con mucha cautela hacia la fuente mientras por primera vez desde que había salido de las mazmorras se molestaba en observar detenidamente la ciudad ruinosa que le rodeaba.
Aquello no era Johannesburg, eso estaba muy claro, pero tampoco se parecía a ninguna otra ciudad que hubiera visto con sus ojos. La arquitectura era irregular, inconexa, y todo estaba desolado y parecía abandonado, lo que le daba al ambiente un aire ominoso que no le gustaba nada.
—Lo primero es lo primero. —murmuró en voz baja, inclinándose sobre el borde de piedra para echar un vistazo. El agua era cristalina y salía a borbotones de las bocas de las serpientes que decoraban la estructura, llenando el aire de un agradable frescor que a la morena, sin embargo, le pareció bastante molesto dada la baja temperatura que ya había.
Con una mueca incomoda la humana hundió las manos en el liquido helado y se obligó a si misma a echarse un poco por la cara, temblando por el frío pero sintiendo como terminaba de despejarse. Parte del agua se deslizó entre sus labios y bajó por su garganta, quitándole la desagradable sensación de sequedad de la lengua, pero aún necesito un segundo trago para quedarse satisfecha y empezar a notar que algo no iba bien.
«¡¿Que demonios?!» se horrorizo, notando primero como una especie de hondas recorrían su cuerpo y percatándose justo después de que sus pensamientos sonaban extraños.
Qwara se tambaleó hacia atrás con expresión de incredulidad, escupiendo al suelo en un vano intento de deshacer lo que le acababa de pasar mientras trataba con todas sus fuerzas de recordar alguno de los idiomas que sabía.
—No, no, no... —murmuró con los ojos muy abiertos, paladeando la extraña palabra que tan familiar le sonaba y que nunca antes había escuchado. Apenas reconocía su propia voz al hablar en aquella lengua que había aparecido en su cabeza por arte de magia.
Fue entonces, al pensar en la magia, cuando se acordó de Akeyo y de como esta le había hablado de un mundo distante lleno de maravillas en el que podría desarrollar todo su potencial. Después de que le soltara su discurso sobre la grandeza la sudafricana, encantada, había dado su consentimiento firmando un contrato para ir a...
—Rocavarancolia. —recordó en voz alta con incredulidad, maldiciendo a continuación su propia estupidez mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Estaba tan furiosa consigo misma que para cuando se percató de la riada de muchachos que se acercaban desde las mazmorras ya los tenía encima. Con expresión de miedo primero y de confusión después, la humana observó a la multitud con los ojos bien abiertos, percatándose de las diferencias fisiológicas que había entre todas aquellas personas. Había humanos, como ella, pero muchos otros eran alienígenas y las diferencias en algunos casos eran tan sutiles que apenas se apreciaban. No eran los típicos hombrecillos grises o verdes de las películas de ciencia ficción, algo de agradecer dadas las circunstancias, pero entre tanto extraño la sudafricana no sabía como reaccionar.
Guardó silencio mientras uno a uno iban bebiendo de la fuente encantada, notando como a medida que lo hacían empezaba a comprenderlos, pero antes de que se decidiera a entablar una conversación con alguno de ellos un nuevo suceso captó la atención de la multitud. El barco volador similar a un dragón era impresionante, pero las tres figuras que iban a bordo parecían mas importantes y Qwara tuvo que entrecerrar los ojos para distinguirlas. Se arrepintió casi al instante, pues el rostro de aquella vieja era realmente desagradable, pero se obligó a escuchar con atención cuando la momia empezó a hablar. Todo aquello era cada vez más extraño y el discurso no arrojó mucha luz sobre su situación. A la sudafricana, de hecho, le cabreó bastante la actitud de Azahar a pesar de que las otras dos intentaran suavizarlo todo. Se mordió la lengua para no maldecir en voz alta y empezó a golpear el suelo con impaciencia, esperando que cuando acabaran pudieran hacer algunas preguntas.
No hubo suerte, sin embargo, y cuando el barco empezó a alejarse sin más la morena gruño por lo bajo. Los gritos de la pelirroja con cara de gato que había junto a la fuente eran un eco de sus propios pensamientos, pero Qwara se obligó a respirar profundamente y trató de calmarse. No tenía sentido perseguir a aquel barco, lo que importaba en aquel momento era encontrar uno de los refugios que habían mencionado. Si la ciudad era tan peligrosa como habían dicho lo mejor era salir de las calles antes de cayera el sol. «Céntrate» se dijo, frotándose las sienes con insistencia.
La sudafricana se alejó un poco del grupo más compacto para poder pensar con claridad y echar un vistazo a las calles adyacentes. Cualquier dirección parecía buen, pero quizás alejarse de los edificios que les habían prohibido era lo mas sensato, y un rápido vistazo a la extraña catedral roja le hizo reafirmarse en aquella idea. Aquella estructura colosal le provocaba escalofríos y no sabía porqué, así que le dio la espalda y observó la calle que se dirigía en dirección opuesta con indecisión, cruzándose de brazos para detener el temblor de sus manos.
«¿Y esas bañeras con comida? Espero que no tarden mucho en aparecer... » rogó, notando como su estómago empezaba a recordarle que llevaba mucho sin alimentarse.
«Aun sigo sin saber donde estoy... » pensó para si, avanzando con mucha cautela hacia la fuente mientras por primera vez desde que había salido de las mazmorras se molestaba en observar detenidamente la ciudad ruinosa que le rodeaba.
Aquello no era Johannesburg, eso estaba muy claro, pero tampoco se parecía a ninguna otra ciudad que hubiera visto con sus ojos. La arquitectura era irregular, inconexa, y todo estaba desolado y parecía abandonado, lo que le daba al ambiente un aire ominoso que no le gustaba nada.
—Lo primero es lo primero. —murmuró en voz baja, inclinándose sobre el borde de piedra para echar un vistazo. El agua era cristalina y salía a borbotones de las bocas de las serpientes que decoraban la estructura, llenando el aire de un agradable frescor que a la morena, sin embargo, le pareció bastante molesto dada la baja temperatura que ya había.
Con una mueca incomoda la humana hundió las manos en el liquido helado y se obligó a si misma a echarse un poco por la cara, temblando por el frío pero sintiendo como terminaba de despejarse. Parte del agua se deslizó entre sus labios y bajó por su garganta, quitándole la desagradable sensación de sequedad de la lengua, pero aún necesito un segundo trago para quedarse satisfecha y empezar a notar que algo no iba bien.
«¡¿Que demonios?!» se horrorizo, notando primero como una especie de hondas recorrían su cuerpo y percatándose justo después de que sus pensamientos sonaban extraños.
Qwara se tambaleó hacia atrás con expresión de incredulidad, escupiendo al suelo en un vano intento de deshacer lo que le acababa de pasar mientras trataba con todas sus fuerzas de recordar alguno de los idiomas que sabía.
—No, no, no... —murmuró con los ojos muy abiertos, paladeando la extraña palabra que tan familiar le sonaba y que nunca antes había escuchado. Apenas reconocía su propia voz al hablar en aquella lengua que había aparecido en su cabeza por arte de magia.
Fue entonces, al pensar en la magia, cuando se acordó de Akeyo y de como esta le había hablado de un mundo distante lleno de maravillas en el que podría desarrollar todo su potencial. Después de que le soltara su discurso sobre la grandeza la sudafricana, encantada, había dado su consentimiento firmando un contrato para ir a...
—Rocavarancolia. —recordó en voz alta con incredulidad, maldiciendo a continuación su propia estupidez mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Estaba tan furiosa consigo misma que para cuando se percató de la riada de muchachos que se acercaban desde las mazmorras ya los tenía encima. Con expresión de miedo primero y de confusión después, la humana observó a la multitud con los ojos bien abiertos, percatándose de las diferencias fisiológicas que había entre todas aquellas personas. Había humanos, como ella, pero muchos otros eran alienígenas y las diferencias en algunos casos eran tan sutiles que apenas se apreciaban. No eran los típicos hombrecillos grises o verdes de las películas de ciencia ficción, algo de agradecer dadas las circunstancias, pero entre tanto extraño la sudafricana no sabía como reaccionar.
Guardó silencio mientras uno a uno iban bebiendo de la fuente encantada, notando como a medida que lo hacían empezaba a comprenderlos, pero antes de que se decidiera a entablar una conversación con alguno de ellos un nuevo suceso captó la atención de la multitud. El barco volador similar a un dragón era impresionante, pero las tres figuras que iban a bordo parecían mas importantes y Qwara tuvo que entrecerrar los ojos para distinguirlas. Se arrepintió casi al instante, pues el rostro de aquella vieja era realmente desagradable, pero se obligó a escuchar con atención cuando la momia empezó a hablar. Todo aquello era cada vez más extraño y el discurso no arrojó mucha luz sobre su situación. A la sudafricana, de hecho, le cabreó bastante la actitud de Azahar a pesar de que las otras dos intentaran suavizarlo todo. Se mordió la lengua para no maldecir en voz alta y empezó a golpear el suelo con impaciencia, esperando que cuando acabaran pudieran hacer algunas preguntas.
No hubo suerte, sin embargo, y cuando el barco empezó a alejarse sin más la morena gruño por lo bajo. Los gritos de la pelirroja con cara de gato que había junto a la fuente eran un eco de sus propios pensamientos, pero Qwara se obligó a respirar profundamente y trató de calmarse. No tenía sentido perseguir a aquel barco, lo que importaba en aquel momento era encontrar uno de los refugios que habían mencionado. Si la ciudad era tan peligrosa como habían dicho lo mejor era salir de las calles antes de cayera el sol. «Céntrate» se dijo, frotándose las sienes con insistencia.
La sudafricana se alejó un poco del grupo más compacto para poder pensar con claridad y echar un vistazo a las calles adyacentes. Cualquier dirección parecía buen, pero quizás alejarse de los edificios que les habían prohibido era lo mas sensato, y un rápido vistazo a la extraña catedral roja le hizo reafirmarse en aquella idea. Aquella estructura colosal le provocaba escalofríos y no sabía porqué, así que le dio la espalda y observó la calle que se dirigía en dirección opuesta con indecisión, cruzándose de brazos para detener el temblor de sus manos.
«¿Y esas bañeras con comida? Espero que no tarden mucho en aparecer... » rogó, notando como su estómago empezaba a recordarle que llevaba mucho sin alimentarse.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 04:00 pm
La francesa se sintió aliviada de que no fueran a entender el grito que había pegado antes, y caminó junto al resto. No tardaron mucho en salir al exterior, a una ciudad gris que se le antojaba arcaica y fantasiosa. Era como viajar mil años al pasado, a una suerte de Edad Media mucho más ruinosa de lo que cabría imaginar. El cielo estaba cubierto, aunque había más luz que en el interior de la mazmorra donde había despertado. No había mucha diferencia con los cielos encapotados del otoño europeo, pero sí que hacía algo más de calor y no parecía que fuera a llover.
Cuando llegaron a la plaza, Amira se paró en seco. Aparte de que había mucha más gente de lo esperado, también había un barco volando sobre ellos, lo que la hizo abrir mucho los ojos. «Sea lo que sea que usase Akeyo para drogarme, tiene unos efectos muy chungos». Un montón de voces la sacaron de sus pensamientos, mientras humanos y aliens de distintos mundos la apremiaban a beber agua de una fuente que representaba un par de serpientes. Por muy ruinoso que fuera el sitio, Amira tenía que reconocerles que la fuente molaba bastante. Se acercó a ella y miró el agua con algo de desconfianza al principio, sin saber bien qué esperar. No entendía lo que la decían, pero no sabía si fiarse de un montón de desconocidos que la pedían beber de una fuente que lo mismo podía llevar droga. Y no estaba dispuesta a que la fueran a drogar dos veces en menos de un día.
Tomó algo de agua en sus manos, formando un cuenco, y la olisqueó. No parecía que oliese a nada raro, así que decidió beber. Lo primero que sintió fue que algo no iba bien. No consiguió especificar el qué hasta que se dio cuenta que empezaba a entender a la gente de alrededor
—No me jod…—cerró la boca al oírse hablar en un idioma que no solo no había aprendido en ningún momento, sino que hasta ese momento nunca había oído. Y ya no era haber aprendido de la nada un idioma, es que además había olvidado el suyo propio: daba igual cuánto lo intentase, no recordaba nada de su francés natal, ni del inglés que sabía; ni rastro de los idiomas de la tierra. «Magia. No puede ser otra cosa. Por eso el barco vuela».
Sus ojos escrudiñaron la multitud en busca de más humanos cuando vio a una chica asiática bastante alta que parecía perdida y que no hablaba el nuevo idioma aún. Amira se acercó a ella con una sonrisa amable, tratando de convencerla de que bebiera de la fuente mediante gestos. No era la única que lo estaba intentando, pero pensó que tal vez por ser humana confiara en ella más que en los aliens.
—Por favor. La fuente hace que hablemos un idioma que todos podemos entender… —«Argg, ¿por qué habré olvidado el inglés, con lo útil que podría ser ahora?».
Suspiró aliviada cuando la asiática —cuyo país de origen no sabría identificar— bebió el agua de la fuente, y le dirigió una sonrisa cuando esta se dio cuenta de que podrían entenderse. No le dio tiempo siquiera a presentarse cuando tres figuras flotantes aparecieron. La verdad es que ninguna de ellas le inspiraba demasiada confianza, teniendo en cuenta que una no tenía cara y otra era una especie de mujer-loba que parecía más sacada de una leyenda que de la realidad. «Aunque, bueno, hay un barco flotante y agua mágica. No sé hasta que punto la “realidad” funciona aquí».
Amira escuchó el discurso mientras su cara pasaba de demostrar interés a la ira.
—Yo no he firmado nada de ninguna criba y además estaba drogada, esto tiene que ser completamente ilegal.
Soltó un gruñido por lo bajo. La drogaban, la engañaban y ahora tenía que sobrevivir en unos refugios —que viendo el estado de la ciudad no tenía esperanzas de que estuvieran en buen estado— y… buscando comida en bañeras. Era todo tan surrealista que apenas podía procesarlo bien.
Se giró una vez más hacia la asiática, que no tenía cara de que el discurso y lo que habían dicho le hubiera gustado.
—¿Pero qué coño se creen? —suspiró— Me llamo Amira, por cierto. No llegué a presentarme antes.
Dentro de lo que cabía, sobrevivir iba a ser más fácil si iba con aquella desconocida que si iba sola por una ciudad extraña que no parecía ser demasiado amigable para ellos.
Cuando llegaron a la plaza, Amira se paró en seco. Aparte de que había mucha más gente de lo esperado, también había un barco volando sobre ellos, lo que la hizo abrir mucho los ojos. «Sea lo que sea que usase Akeyo para drogarme, tiene unos efectos muy chungos». Un montón de voces la sacaron de sus pensamientos, mientras humanos y aliens de distintos mundos la apremiaban a beber agua de una fuente que representaba un par de serpientes. Por muy ruinoso que fuera el sitio, Amira tenía que reconocerles que la fuente molaba bastante. Se acercó a ella y miró el agua con algo de desconfianza al principio, sin saber bien qué esperar. No entendía lo que la decían, pero no sabía si fiarse de un montón de desconocidos que la pedían beber de una fuente que lo mismo podía llevar droga. Y no estaba dispuesta a que la fueran a drogar dos veces en menos de un día.
Tomó algo de agua en sus manos, formando un cuenco, y la olisqueó. No parecía que oliese a nada raro, así que decidió beber. Lo primero que sintió fue que algo no iba bien. No consiguió especificar el qué hasta que se dio cuenta que empezaba a entender a la gente de alrededor
—No me jod…—cerró la boca al oírse hablar en un idioma que no solo no había aprendido en ningún momento, sino que hasta ese momento nunca había oído. Y ya no era haber aprendido de la nada un idioma, es que además había olvidado el suyo propio: daba igual cuánto lo intentase, no recordaba nada de su francés natal, ni del inglés que sabía; ni rastro de los idiomas de la tierra. «Magia. No puede ser otra cosa. Por eso el barco vuela».
Sus ojos escrudiñaron la multitud en busca de más humanos cuando vio a una chica asiática bastante alta que parecía perdida y que no hablaba el nuevo idioma aún. Amira se acercó a ella con una sonrisa amable, tratando de convencerla de que bebiera de la fuente mediante gestos. No era la única que lo estaba intentando, pero pensó que tal vez por ser humana confiara en ella más que en los aliens.
—Por favor. La fuente hace que hablemos un idioma que todos podemos entender… —«Argg, ¿por qué habré olvidado el inglés, con lo útil que podría ser ahora?».
Suspiró aliviada cuando la asiática —cuyo país de origen no sabría identificar— bebió el agua de la fuente, y le dirigió una sonrisa cuando esta se dio cuenta de que podrían entenderse. No le dio tiempo siquiera a presentarse cuando tres figuras flotantes aparecieron. La verdad es que ninguna de ellas le inspiraba demasiada confianza, teniendo en cuenta que una no tenía cara y otra era una especie de mujer-loba que parecía más sacada de una leyenda que de la realidad. «Aunque, bueno, hay un barco flotante y agua mágica. No sé hasta que punto la “realidad” funciona aquí».
Amira escuchó el discurso mientras su cara pasaba de demostrar interés a la ira.
—Yo no he firmado nada de ninguna criba y además estaba drogada, esto tiene que ser completamente ilegal.
Soltó un gruñido por lo bajo. La drogaban, la engañaban y ahora tenía que sobrevivir en unos refugios —que viendo el estado de la ciudad no tenía esperanzas de que estuvieran en buen estado— y… buscando comida en bañeras. Era todo tan surrealista que apenas podía procesarlo bien.
Se giró una vez más hacia la asiática, que no tenía cara de que el discurso y lo que habían dicho le hubiera gustado.
—¿Pero qué coño se creen? —suspiró— Me llamo Amira, por cierto. No llegué a presentarme antes.
Dentro de lo que cabía, sobrevivir iba a ser más fácil si iba con aquella desconocida que si iba sola por una ciudad extraña que no parecía ser demasiado amigable para ellos.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 04:10 pm
Nadie había respondido a su pregunta. Era probable que todos estuviesen tan confusos como ella, pero no pudo evitar resoplar de frustración acompañándolo de una sacudida de sus plumas para tratar de despejarse. No mucho después escuchó una voz que nombró a su especie y se giró enseguida para encontrarse con la pequeña clinger.
—¡Por todo el pescado fresco, alguien normal! —Sin pensarlo siquiera puso sus garras sobre los antebrazos de la niña.
Le dijo algo, pero ya no podía entender el dryfense. No obstante, eso quería decir que la pequeña no había bebido aún de la fuente.
Iba a encaminarla hacia el agua, pero se dio cuenta de que la clinger parecía aterida. La enderth entonces se bajó su capucha y comenzó a quitarse la capa, quedándose solo con el poncho. Temblaba visiblemente de frío, pero se lo tendió a la niña. Sabía que los clinger podían incluso morir en aquellas circunstancias y, desde luego, no quería quedarse sola con aquellos raritos. Quizás tampoco le hacía gracia dejar morir a la clinger, pero eso no era muy importante.
>>Esos mamíferos tienen ventaja porque su termorregulación es superior a la nuestra. Tche —comentó mientras ayudaba a la niña a ponerse su capa.
A continuación decidió cogerle de la mano y tratar de llevarla a la fuente para insistirle mediante gestos que bebiera.
—¡Por todo el pescado fresco, alguien normal! —Sin pensarlo siquiera puso sus garras sobre los antebrazos de la niña.
Le dijo algo, pero ya no podía entender el dryfense. No obstante, eso quería decir que la pequeña no había bebido aún de la fuente.
Iba a encaminarla hacia el agua, pero se dio cuenta de que la clinger parecía aterida. La enderth entonces se bajó su capucha y comenzó a quitarse la capa, quedándose solo con el poncho. Temblaba visiblemente de frío, pero se lo tendió a la niña. Sabía que los clinger podían incluso morir en aquellas circunstancias y, desde luego, no quería quedarse sola con aquellos raritos. Quizás tampoco le hacía gracia dejar morir a la clinger, pero eso no era muy importante.
>>Esos mamíferos tienen ventaja porque su termorregulación es superior a la nuestra. Tche —comentó mientras ayudaba a la niña a ponerse su capa.
A continuación decidió cogerle de la mano y tratar de llevarla a la fuente para insistirle mediante gestos que bebiera.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 04:17 pm
Maila llegó junto con el resto a una plaza amplia donde había más seres de otros planetas . No pudo fijarse en nadie en especial, ya que se percató enseguida del gran navío que se alzaba sobre sus cabezas. Era como una mezcla entre barco y dragón de lo más variopinto. Además, en la propia cubierta del navío se encontraban tres personas , a cada cual más rara que la anterior. Maila se fijó sobretodo en la mujer de la piel en carne viva y en la criatura que parecía salir de los cuentos de hombres lobos.
La chica vio la fuente y se lanzó a por ella, con todo el agobio por sus hermanos no se había dado cuenta de la sed que tenía. Al principio no pasó nada, pero pasados unos segundos sus pensamientos se distorsionaron. No pensaba en su idioma, es más, había olvidado como hablar en inglés... Todas las palabras que se imaginaba en su cabeza las relacionaba con letras nunca antes vistas. De un instante a otro el inglés había desaparecido para dar paso a algo nuevo: el lenguaje de Rocavarancolia.
La hawaiana escuchó atentamente el discurso incapaz de creer que estuviera entendiendo ese dialecto, buscando con la mirada a Fleur de vez en cuando y echando rápidos vistazos a los alienígenas que la rodeaban. <<¿Qué pasará si la Luna Roja llega y no hemos demostrado nuestra valia?>> Pensó enormemente preocupada de la situación.<< ¿Todo lo que dijiste eran medias verdades, Akeyo?>> Se preguntó con una enorme rabia hacia la mujer. Cuando el discurso llegó a los refugios y bañeras de comida Maila se permitió respirar un poco, al menos no todo parecía perdido y carente de esperanza.
El discurso terminó, y solo entonces se fijó en que entendía a esos alienígenas también. <<La fuente nos ha unido de alguna manera... Esto tiene que ser una pesadilla... S-Si no no me lo explico.>> Maila estaba más confundida de lo que lo había estado nunca, y en medio de esa confusión vio a la francesa acuclillada. La humana se acercó con pasos acelerados y dándose inconscientemente empujones con varios aliens.
-¡Fleur!-. Gritó aliviada.-¿Estás bien? E-esto es demasiado confuso...¿De verdad estamos en otro planeta?- La hawaiana ayudó a la francesa a levantarse y al ver los ojos llorosos de la chica soltó todo lo que tenía dentro.-S-soy horrible, Fleur... He dejado a mis hermanos atrás... L-Los he abandonado con mi padre...-. Maila no soportó más toda esa angustia y la abrazó fuerte, mientras dos surcos de lágrimas impregnaban su rostro. <<Esto no está bien... Nada de esta puta mierda está bien>> Pensó con amargura y miedo.
La chica vio la fuente y se lanzó a por ella, con todo el agobio por sus hermanos no se había dado cuenta de la sed que tenía. Al principio no pasó nada, pero pasados unos segundos sus pensamientos se distorsionaron. No pensaba en su idioma, es más, había olvidado como hablar en inglés... Todas las palabras que se imaginaba en su cabeza las relacionaba con letras nunca antes vistas. De un instante a otro el inglés había desaparecido para dar paso a algo nuevo: el lenguaje de Rocavarancolia.
La hawaiana escuchó atentamente el discurso incapaz de creer que estuviera entendiendo ese dialecto, buscando con la mirada a Fleur de vez en cuando y echando rápidos vistazos a los alienígenas que la rodeaban. <<¿Qué pasará si la Luna Roja llega y no hemos demostrado nuestra valia?>> Pensó enormemente preocupada de la situación.<< ¿Todo lo que dijiste eran medias verdades, Akeyo?>> Se preguntó con una enorme rabia hacia la mujer. Cuando el discurso llegó a los refugios y bañeras de comida Maila se permitió respirar un poco, al menos no todo parecía perdido y carente de esperanza.
El discurso terminó, y solo entonces se fijó en que entendía a esos alienígenas también. <<La fuente nos ha unido de alguna manera... Esto tiene que ser una pesadilla... S-Si no no me lo explico.>> Maila estaba más confundida de lo que lo había estado nunca, y en medio de esa confusión vio a la francesa acuclillada. La humana se acercó con pasos acelerados y dándose inconscientemente empujones con varios aliens.
-¡Fleur!-. Gritó aliviada.-¿Estás bien? E-esto es demasiado confuso...¿De verdad estamos en otro planeta?- La hawaiana ayudó a la francesa a levantarse y al ver los ojos llorosos de la chica soltó todo lo que tenía dentro.-S-soy horrible, Fleur... He dejado a mis hermanos atrás... L-Los he abandonado con mi padre...-. Maila no soportó más toda esa angustia y la abrazó fuerte, mientras dos surcos de lágrimas impregnaban su rostro. <<Esto no está bien... Nada de esta puta mierda está bien>> Pensó con amargura y miedo.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 04:20 pm
Las personas que se encontraban en la fuente hacían señas para que bebieran. Sarah dejo que otros bebieran antes que ella, pudo ver como personas que hablaban en idiomas que conocía idiomas de la tierra cambiaban y empezaban a hablar en un idioma musical que le parecía poder entender, pero cuando acababan la palabra era algo completamente diferente a todo lo que había escuchado antes. Pero parecían entenderse.
“¿El agua de la fuente traduce los idiomas?” Pensó y cogió con sus manos esa agua, y se la llevo a los labios, el agua fresca calmo su sed y cambio el idioma de sus pensamientos “Es increíble, ya no puedo pensar en Ingles”
El discurso comenzó en un idioma que ahora Sarah entendía perfectamente. Sarah supo reconocer que era importante e intento prestar la máxima atención guardando en su memoria lo que decían.
“Los mundos conectados con Rocavarancolia… Esa es la palabra que uso la sacerdotisa... el proceso de criba…la salida de la Luna Roja… Estaremos solos… Refugios… sobrevivir… no nos puede ayudar nadie… prohibido el castillo, panteón y Rocavaragálago” Sarah no recordaba cuando fue la ultima vez que quedo impresionada, pero ese edificio tenia algo que consiguió paralizarla. Continúo escuchando con la presencia del Rocavaragálago todavía en su cabeza “¿Seguid las bañeras para conseguir comida?... ¿Con suerte?” Estas palabras la preocuparon, intento pensar y desentrañar el significado de todo lo que habían dicho. Miro a la gente.
“Claramente este no es la Tierra, ese idioma que hablo es completamente desconocido, por lo que veo parece que aquí la magia es algo cotidiano, el agua, las mujeres, la sacerdotisa, tenemos que sobrevivir sin ayuda, ¿a qué? ¿debemos esperar en esta ciudad en ruinas? ¿Hasta la salida de la Luna Roja? ¿A que se refieren?... Dejare estas preguntas para después, parece que ahora lo principal será buscar uno de esos refugios, no sé qué está pasando... pero este se esta poniendo interesante” dijo formándose una sonrisa en la comisura de sus labios. Entendió que lo mejor será estar en grupo y se acerco a donde se reunían la mayoría de las personas.
“¿El agua de la fuente traduce los idiomas?” Pensó y cogió con sus manos esa agua, y se la llevo a los labios, el agua fresca calmo su sed y cambio el idioma de sus pensamientos “Es increíble, ya no puedo pensar en Ingles”
El discurso comenzó en un idioma que ahora Sarah entendía perfectamente. Sarah supo reconocer que era importante e intento prestar la máxima atención guardando en su memoria lo que decían.
“Los mundos conectados con Rocavarancolia… Esa es la palabra que uso la sacerdotisa... el proceso de criba…la salida de la Luna Roja… Estaremos solos… Refugios… sobrevivir… no nos puede ayudar nadie… prohibido el castillo, panteón y Rocavaragálago” Sarah no recordaba cuando fue la ultima vez que quedo impresionada, pero ese edificio tenia algo que consiguió paralizarla. Continúo escuchando con la presencia del Rocavaragálago todavía en su cabeza “¿Seguid las bañeras para conseguir comida?... ¿Con suerte?” Estas palabras la preocuparon, intento pensar y desentrañar el significado de todo lo que habían dicho. Miro a la gente.
“Claramente este no es la Tierra, ese idioma que hablo es completamente desconocido, por lo que veo parece que aquí la magia es algo cotidiano, el agua, las mujeres, la sacerdotisa, tenemos que sobrevivir sin ayuda, ¿a qué? ¿debemos esperar en esta ciudad en ruinas? ¿Hasta la salida de la Luna Roja? ¿A que se refieren?... Dejare estas preguntas para después, parece que ahora lo principal será buscar uno de esos refugios, no sé qué está pasando... pero este se esta poniendo interesante” dijo formándose una sonrisa en la comisura de sus labios. Entendió que lo mejor será estar en grupo y se acerco a donde se reunían la mayoría de las personas.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 05:23 pm
Aramara, el cielo es muy bonito pero no veo una mierda. ¿Por qué tiene que ser de día?
Sigo a la marabunta con una mano siempre sobre los ojos a modo de visera, a veces tengo que tirar del namitka hacia abajo para taparme un poco porque la luz me deslumbra, reflejada en los dioses sabréis qué. En el paseo distingo a gente rarísima, hay rasgos tan extraños que incluso sabiendo que son gente extraplanar, me cuesta camuflar mi asombro. E incluso cierto disgusto, por feo que sea decirlo. Espero que Ulularia me perdone mientras trabajo en ello.
Me llevan hasta una fuente de piedra que deja bastante que desear, dos serpientes entrelazadas que sí, son muy bonitas. Pero no sé qué les ha dado aquí con la piedra. Sería mucho más bonita de cristal. La gente está bebiendo de ella y luego hace momios raros: se llevan la mano a la garganta o gritan o dicen algo que, si no me falla el oído, suena diferente. Debe de tener algún tipo de magia, ¿algo favorable tras el shock inicial? Solo lo sabré si bebo.
Me agacho, hago un cuenco con mi mano y la paso suavemente por la superficie del agua. Doy un sorbo. Abro los ojos sorprendida porque… ¡Aramara! ¿Lo has notado? El cerebro me ha hecho gárgaras con ese agua y mi conversación contigo, y con ellos, ha cambiado. Dioses, esto suena rarísimo. Es más tosco. Más… Feo. Espero que este no sea un milagro vuestro porque como idioma universal está muy bien, pero me gustaba más el mío. Sigh…
—¿Hola? —no saludo a nadie. Solo quiero oírme en esta lengua prestada. El cercano ya no suena ni en mi cabeza, no puedo acceder a mís palabras. Mi nombre sigue en su sitio, eso sí, sigue siendo un compuesto de Ulularia y Aramara. Menos mal, no quiero perder algo que me une a vosotras.
No tengo tiempo para darle más vueltas. Una mancha negra tapa el sol y tres figuras se yerguen sobre ella. Están flotando, eso lo distingo, pero mi vista está tan poco acostumbrada que apenas vislumbro nada más allá de las siluetas. Sus palabras… Me dan escalofríos. Una de esas tres personas parece que nos odia por algún motivo y nuestra misión aquí no es nada clara. A mí me habían prometido una cura, pero no me quito de encima esta sensación de esclavitud, de cierto desamparo incluso. Dama Enigma me ha engañado, ahora lo veo claro. Me ha engañado y no sé si serán dioses o tan solo magos poderosos, pero estamos a su merced. Todos nosotros.
—Me cago en los huevos de oro —susurro.
Me olvido de las tres siluetas y me centro en la gente que me rodea. Busco a alguien como yo, alguien con quien poder compartir mejor esta experiencia. Me cuesta reconocer a nadie porque apenas puedo alzar los ojos, pero cerca de mí encuentro otra figura de piel negra, pico y plumas. Sonrío. Un poco de claridad por fin.
—¡Hey! —me acerco con una postura lo más amistosa posible, que en el fondo no se libra de cierta rectitud. Estoy algo tensa—. Soy Ulmara. Ella —los pronombres delante—. Esto es de locos… ¿A ti también te visitó dama Enigma?
Aramara, ya no estoy segura de nada. Si dama Enigma fue una señal y no un castigo, ¿tal vez podrías mostrarnos otra?
Sigo a la marabunta con una mano siempre sobre los ojos a modo de visera, a veces tengo que tirar del namitka hacia abajo para taparme un poco porque la luz me deslumbra, reflejada en los dioses sabréis qué. En el paseo distingo a gente rarísima, hay rasgos tan extraños que incluso sabiendo que son gente extraplanar, me cuesta camuflar mi asombro. E incluso cierto disgusto, por feo que sea decirlo. Espero que Ulularia me perdone mientras trabajo en ello.
Me llevan hasta una fuente de piedra que deja bastante que desear, dos serpientes entrelazadas que sí, son muy bonitas. Pero no sé qué les ha dado aquí con la piedra. Sería mucho más bonita de cristal. La gente está bebiendo de ella y luego hace momios raros: se llevan la mano a la garganta o gritan o dicen algo que, si no me falla el oído, suena diferente. Debe de tener algún tipo de magia, ¿algo favorable tras el shock inicial? Solo lo sabré si bebo.
Me agacho, hago un cuenco con mi mano y la paso suavemente por la superficie del agua. Doy un sorbo. Abro los ojos sorprendida porque… ¡Aramara! ¿Lo has notado? El cerebro me ha hecho gárgaras con ese agua y mi conversación contigo, y con ellos, ha cambiado. Dioses, esto suena rarísimo. Es más tosco. Más… Feo. Espero que este no sea un milagro vuestro porque como idioma universal está muy bien, pero me gustaba más el mío. Sigh…
—¿Hola? —no saludo a nadie. Solo quiero oírme en esta lengua prestada. El cercano ya no suena ni en mi cabeza, no puedo acceder a mís palabras. Mi nombre sigue en su sitio, eso sí, sigue siendo un compuesto de Ulularia y Aramara. Menos mal, no quiero perder algo que me une a vosotras.
No tengo tiempo para darle más vueltas. Una mancha negra tapa el sol y tres figuras se yerguen sobre ella. Están flotando, eso lo distingo, pero mi vista está tan poco acostumbrada que apenas vislumbro nada más allá de las siluetas. Sus palabras… Me dan escalofríos. Una de esas tres personas parece que nos odia por algún motivo y nuestra misión aquí no es nada clara. A mí me habían prometido una cura, pero no me quito de encima esta sensación de esclavitud, de cierto desamparo incluso. Dama Enigma me ha engañado, ahora lo veo claro. Me ha engañado y no sé si serán dioses o tan solo magos poderosos, pero estamos a su merced. Todos nosotros.
—Me cago en los huevos de oro —susurro.
Me olvido de las tres siluetas y me centro en la gente que me rodea. Busco a alguien como yo, alguien con quien poder compartir mejor esta experiencia. Me cuesta reconocer a nadie porque apenas puedo alzar los ojos, pero cerca de mí encuentro otra figura de piel negra, pico y plumas. Sonrío. Un poco de claridad por fin.
—¡Hey! —me acerco con una postura lo más amistosa posible, que en el fondo no se libra de cierta rectitud. Estoy algo tensa—. Soy Ulmara. Ella —los pronombres delante—. Esto es de locos… ¿A ti también te visitó dama Enigma?
Aramara, ya no estoy segura de nada. Si dama Enigma fue una señal y no un castigo, ¿tal vez podrías mostrarnos otra?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 05:45 pm
Había una multitud decente acumulándose en torno a una extraña estructura. Desde la cueva no reconocía qué era, así que se acercó, ya que era lo que todas aquellas criaturas hacían. Solo que lo hizo desde el margen de la muchedumbre, alejándose del contacto cercano con aquellas bestias. Aun así, pudo fijarse en que muchas compartían rasgos comunes y otras no tanto. De haber tenido más tiempo las habría clasificado en especies inventadas sobre la marcha.
Cuando se acercaba a la estructura, vio cómo se le acercaban criaturas. Las esquivó, como si no las hubiera visto, temeroso y desconfiado. No sabía qué eran, no llevaba sus armas encima y, por si fuera poco, no tenía a Karane cerca para ayudarse en caso de agresión. Seguía oyendo sus sonidos estrambóticos, para más inri, y el reptil flotante estaba encima de ellos, parado, como esperando. Aquello empezaba a ser demasiado.
Por suerte para él, pronto escuchó algo que le tranquilizó, aunque fuera solo en parte. ¡Agua! ¡La oía, la escuchaba! ¡Era una fuente! Se liberó del rebaño y corrió hacia esta. No hizo falta que le hicieran aquellos gestos que, aunque los entendía, no comprendía la insistencia. Se lanzó por sí mismo a hacer eso y más. Se remangó la capa de piel, se descubrió la cara y procedió a remojarse con rapidez, temeroso del clima del exterior. En esos momentos, descubrió varias cosas de mucha importancia.
La primera, que el clima no era tan agresivo. Había hecho los gestos con urgencia, pero cuanto más tiempo pasaba su coraza al desnudo, más extrañeza sentía. Se estaba bien allí, tanto que se quedó mirando sus manos al aire libre, bajo el sol, parpadeando sin parar. <<Esto es ... Imposible>> ¿O quizá no? ¿Quizá le habían llevado ya a ese otro mundo? No conseguía acordarse.
Lo segundo, que al pensar lo había hecho en otro idioma. No solo eso, sino que entendía la mayor parte de la algarabía que había en la fuente. Al principio se había asustado, pensando que las lunas le hablaban a través del agua que le caía por la cara, pero no eran ellas. Eran esas criaturas tanto las dispares como las similares. Aun así, definitivamente ese fenómeno debía ser obra de las diosas. Le apenó no ser capaz de recordar su propia lengua, pero se resignó pensando que si era el deseo de las lunas, ¿quizá era porque ese nuevo idioma era el idioma divino? Quizás.
—¿Esto es Rocavarancolia? —se dijo para sí en un susurro, poniendo atención al sonido, como queriendo comprobar que también había cambiado la forma de hablar en alto.
Pensó que la última prueba la haría más tarde, cuando se atreviera a acercarse a los Distintos para hablarles, a ver si sabían dónde estaban y poder confirmarlo, pero no hizo falta.
Tres siluetas se asomaron en el reptil volador. Dos aceptables y una bastante desagradable envuelta en tiras, justo como él venía envuelto en pieles. Pudo ver muecas y reacciones de horror y asco al mirar a la tercera, pero él se fijó más en la bestia cubierta de cicatrices. Sin duda era un ejemplar bastante fuerte para haber sobrevivido a tantas penurias y mostrarse orgulloso ante ellos. ¿Quizá fuera el alfa de su manada?
A su aparición le siguió una especie de discurso, aunque no le pasó desapercibido el esfuerzo del grupo por anteponerse a las palabras de la sin cara. Le causaba repugnancia, así que les agradeció el gesto en su cabeza. Pero aun así, las palabras hicieron mella en el interior del hijo de lunas.
Toda esa gente había sido elegida, como él, para superar una especie de prueba de supervivencia dentro de un plazo: la salida de una "luna roja". Otra luna, pero una sola. ¿Y Levyna y Kepryna?
Parecía que esa mañana todo venía corriendo, sin darle tiempo a pensar. En este caso, después de ese cacho de información incomprensible, vino algo más práctico. Sin más ayuda que refugios, provisiones, y varias prohibiciones. Parecía un ritual, una iniciación para ser aceptado por las lunas. Y esto le abrumó. Otro ritual. Ahora estaba solo, sin sus vecinos Nombrados, sin maestros, y sin conocer ni un ápice del mundo en que se encontraba. Sin sus armas, solo con su cuerpo y sus pieles. Y con todo un ciclo lunar para sobrevivir... <<Debería buscar esos refugios, primero, como cuando monto el campamento en alguna cueva con Karane...>> Pero no debía permitirse el pesar por haberse separado del kerlax, pensó después. <<¿Y toda esta gente? También son elegidos, no pueden ser bestias sino "gente" como yo... ¿Qué harán?>> No quería mezclarse con ellos, al menos no tan pronto, y seguramente sería inútil si todos estaban allí sin saber nada. Es más, había podido escuchar cómo algunos no estaban para nada contentos con ese discurso. No entendía nada. Para el hijo de lunas era bastante creíble que tuvieran que pasar una prueba. Y si los habían elegido de entre tanta gente, era porque tenían oportunidad de conseguirlo. Eso sí, sin confiarse. Su fe ciega en su don ya le había costado cara.
Así que se agarró a lo único conocido: el agua. Necesitaba hidratarse y el clima era lo suficientemente agradable como para remojarse entero sin prisas. Se quitó las pieles, las amontonó en el suelo, y después se sentó en el borde con los pies en la piedra y empezó a remojarse las piernas haciendo cuenco con las manos. Después le seguiría el torso. Se pondría en marcha en cuanto terminara, pero como tampoco tenía prisa aprovecharía para intentar recabar cualquier dato útil sobre ese mundo.
Intentó alzar la voz, pero fue un intento tímido y solo llegaría a unos pocos.
—¿Alguien sabe algo realmente útil de Rocavarancolia que nos sirva?
Cuando se acercaba a la estructura, vio cómo se le acercaban criaturas. Las esquivó, como si no las hubiera visto, temeroso y desconfiado. No sabía qué eran, no llevaba sus armas encima y, por si fuera poco, no tenía a Karane cerca para ayudarse en caso de agresión. Seguía oyendo sus sonidos estrambóticos, para más inri, y el reptil flotante estaba encima de ellos, parado, como esperando. Aquello empezaba a ser demasiado.
Por suerte para él, pronto escuchó algo que le tranquilizó, aunque fuera solo en parte. ¡Agua! ¡La oía, la escuchaba! ¡Era una fuente! Se liberó del rebaño y corrió hacia esta. No hizo falta que le hicieran aquellos gestos que, aunque los entendía, no comprendía la insistencia. Se lanzó por sí mismo a hacer eso y más. Se remangó la capa de piel, se descubrió la cara y procedió a remojarse con rapidez, temeroso del clima del exterior. En esos momentos, descubrió varias cosas de mucha importancia.
La primera, que el clima no era tan agresivo. Había hecho los gestos con urgencia, pero cuanto más tiempo pasaba su coraza al desnudo, más extrañeza sentía. Se estaba bien allí, tanto que se quedó mirando sus manos al aire libre, bajo el sol, parpadeando sin parar. <<Esto es ... Imposible>> ¿O quizá no? ¿Quizá le habían llevado ya a ese otro mundo? No conseguía acordarse.
Lo segundo, que al pensar lo había hecho en otro idioma. No solo eso, sino que entendía la mayor parte de la algarabía que había en la fuente. Al principio se había asustado, pensando que las lunas le hablaban a través del agua que le caía por la cara, pero no eran ellas. Eran esas criaturas tanto las dispares como las similares. Aun así, definitivamente ese fenómeno debía ser obra de las diosas. Le apenó no ser capaz de recordar su propia lengua, pero se resignó pensando que si era el deseo de las lunas, ¿quizá era porque ese nuevo idioma era el idioma divino? Quizás.
—¿Esto es Rocavarancolia? —se dijo para sí en un susurro, poniendo atención al sonido, como queriendo comprobar que también había cambiado la forma de hablar en alto.
Pensó que la última prueba la haría más tarde, cuando se atreviera a acercarse a los Distintos para hablarles, a ver si sabían dónde estaban y poder confirmarlo, pero no hizo falta.
Tres siluetas se asomaron en el reptil volador. Dos aceptables y una bastante desagradable envuelta en tiras, justo como él venía envuelto en pieles. Pudo ver muecas y reacciones de horror y asco al mirar a la tercera, pero él se fijó más en la bestia cubierta de cicatrices. Sin duda era un ejemplar bastante fuerte para haber sobrevivido a tantas penurias y mostrarse orgulloso ante ellos. ¿Quizá fuera el alfa de su manada?
A su aparición le siguió una especie de discurso, aunque no le pasó desapercibido el esfuerzo del grupo por anteponerse a las palabras de la sin cara. Le causaba repugnancia, así que les agradeció el gesto en su cabeza. Pero aun así, las palabras hicieron mella en el interior del hijo de lunas.
Toda esa gente había sido elegida, como él, para superar una especie de prueba de supervivencia dentro de un plazo: la salida de una "luna roja". Otra luna, pero una sola. ¿Y Levyna y Kepryna?
Parecía que esa mañana todo venía corriendo, sin darle tiempo a pensar. En este caso, después de ese cacho de información incomprensible, vino algo más práctico. Sin más ayuda que refugios, provisiones, y varias prohibiciones. Parecía un ritual, una iniciación para ser aceptado por las lunas. Y esto le abrumó. Otro ritual. Ahora estaba solo, sin sus vecinos Nombrados, sin maestros, y sin conocer ni un ápice del mundo en que se encontraba. Sin sus armas, solo con su cuerpo y sus pieles. Y con todo un ciclo lunar para sobrevivir... <<Debería buscar esos refugios, primero, como cuando monto el campamento en alguna cueva con Karane...>> Pero no debía permitirse el pesar por haberse separado del kerlax, pensó después. <<¿Y toda esta gente? También son elegidos, no pueden ser bestias sino "gente" como yo... ¿Qué harán?>> No quería mezclarse con ellos, al menos no tan pronto, y seguramente sería inútil si todos estaban allí sin saber nada. Es más, había podido escuchar cómo algunos no estaban para nada contentos con ese discurso. No entendía nada. Para el hijo de lunas era bastante creíble que tuvieran que pasar una prueba. Y si los habían elegido de entre tanta gente, era porque tenían oportunidad de conseguirlo. Eso sí, sin confiarse. Su fe ciega en su don ya le había costado cara.
Así que se agarró a lo único conocido: el agua. Necesitaba hidratarse y el clima era lo suficientemente agradable como para remojarse entero sin prisas. Se quitó las pieles, las amontonó en el suelo, y después se sentó en el borde con los pies en la piedra y empezó a remojarse las piernas haciendo cuenco con las manos. Después le seguiría el torso. Se pondría en marcha en cuanto terminara, pero como tampoco tenía prisa aprovecharía para intentar recabar cualquier dato útil sobre ese mundo.
Intentó alzar la voz, pero fue un intento tímido y solo llegaría a unos pocos.
—¿Alguien sabe algo realmente útil de Rocavarancolia que nos sirva?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 06:20 pm
La visión de aquella fuente rodeada de personas, y no tan personas, provocó un claro mal augurio en la sueca. Y que sobre esta hubiera una especie de barco flotante no mejoraba la cosa para nada. Esa droga que le había dado Akeyo empezaba a resultarle tan buena como inquietante.
Habia un jodido bicho gigante, un pájaro con un trozo de palo en la mano, un pequeño de piel rosa chicle que parecía acabado de salir de 'hora de aventuras'...era incapaz incluso de definir cual era su impresión de todo eso.
Rua contuvo su expresión de asombro ante todo aquello conforme se acercaron a la fuente y rápidamente fueron recibido por aspavientos para que bebieran. Rua miró la fuente escuchando a su alrededor un idioma raro que nada que ver tenia con algo conocido. Ver como cerca suya alguien del grupo que había estado hablando ingles hasta el momento, de pronto al beber esa cosa cambiaba a un idioma satánico e incomprensible, hizo que mirase la fuente con mayor desconfianza si cabía.
-Ni de coña voy a beber de eso- sentía la boca pastosa y le dolía la cabeza, pero ya había cometido una chorrada firmando un contrato sin leer la lenta pequeña, no iba a hacer otra imbecilidad como beber de una fuente que andaba haciendo cosas raras en la gente. ¿En serio tenia que beber de allí? Arrugo la nariz con asqueo. Mas y mas gente alrededor empezaba a beber y mas mas y gente a su alrededor empezaba a hablar en ese idioma que parecía ahora común. Era evidente que mierdas hacia esa agua.
Un par de personas le insistieron con aspavientos para que bebiera y Rua le lanzo las mirada mas helada que podía bajo las gafas de sol, cuando uno de ellos le agarró buscando acercarla a la fuente.
<<Venga, es como cuando te emborrachas y hablas el idioma de los borrachos, que solo otro borrachos son capaces de entender. Jodeer, a este paso no me voy a entender con nadie sino bebo esta mierda >>. Con el ceño fruncido en profundo asco, se acercó a la fuente soltándose de golpe del agarre, para meter las manos en la fuente y con un bufido, se mordió el labio inferior, chasqueando ligeramente el piercing contra sus dientes.
-Tch, a tomar por culo- gruñó Rua ante de beber un trago con rabia. Al carajo todo, si beberse esa cosa era la única forma de enterarse que narices pasaba lo haría. Pronto lo notó, como su lengua pastosa agradecía el insulso liquido y como toda la retahíla de insultos que quería decir parecía explotar maximizados en su cabeza en el idioma satánico aquel-¿Y ahora que mierdas pasa...?- el idioma que salio por su boca no era el sueco ni el ingles sino ese que le resultaba aun incomprensible. Y lo peor fue sentir que por mas que lo intentaba su precioso idioma natal ya no tenia cavidad en su mente por mas que intentaba pensar en el. Pero no fue ese descubrimiento lo que hizo frenar su retahíla de maldiciones, fue el escuchar una voz desde arriba.
Rua inmersa en ver a la gente rara de la fuente no se había parado a fijarse que sobre el barco había mas gente. Su expresión se descompuso cuando vio, no a la mujer con venda sobre los ojos y no a lo que parecía ser una especie de lobo bípedo que hablaba, sí hablaba, con autoridad. Lo que hizo que su expresión boqueara en asco y horror fue la visión de lo que parecía un puñetero muñeco anatómico andante con la piel colgándole por el cuello y que les hablaba con un voz asqueada que solo parecía querer atemorizarles.
Aquello empezaba a darse cuenta, no podía ser afecto de ninguna droga, ni de coña. Y eso solo hacia una cosa, incrementar su rabia por todo lo que estaba escuchando que le parecía apocalíptico como poco, cual juego de survival y que sus palabras sonasen con toda la acidez posible. Encima esa señora, señor o lo que que cojones fuera, de piel colgante decía cosas mas irritante que las otras dos, que al amenos andaban diciendo cosas que bien podría ser de utilidad aunque careciera de sentido. Las palabras subidita y engalanadas sin sentido encendían fácilmente la corta mecha de la sueca que ya mosqueada como estaba consigo misma, no media. Cerro los puños con fuerza tras escuchar el grito de una ¿gata? Que parecía cagarse en todos los ancestros de las pregoneras <<¿No me jodais con esto...>>
-PARA SER TAN 'PORTENTOSOS' E INCREÍBLES, TU CIRUJANO PLÁSTICO SE HA DEJADO UN POCO DE PIEL COLGANTE, SEÑORA. DENÚNCIELO, POR QUE JODER, QUE DESTROZO- exclamó Rua en voz alta y ligeramente aun algo reseca, con todo el cinismo y rabia que contenía, incrédula realmente de todo lo que acaba a de oír. ¿Bañeras? ¿Luna roja?¿Refugios? Definitivamente parecía estar en medio de algún tipo de juego de supervivencia. Y no le gustaba un pelo. Estaban jodidos sin duda. <<En serio, estúpida letra pequeña>> pensó con fastidio viendo que el barco volador aquel que llevaba al esperpento, la loba y la chica de vendas se empezaba a pirar. La cabeza seguía doliendole y el olor a vomito que llegaba de mas allá cortesía del pequeño chico chicle, no ayudaba.
Se cruzo de brazos con irritación latente y chasqueó la lengua impaciente. Estaba claro que ahí no había nada de normal y sino fuera porque había notado como su idioma cambiaba con la fuente, hubiese dado por hecho que le había trasladado a algún lugar oculto y todo lo que veía eran puros disfraces. Claro estaba, no era capaz de seguir pensando así.
A su alrededor la gente empezaban a hablar desorientados intentando ver que hacer. Rua miró alrededor con atención, había allí mucha gente y mucho ser no humanoide parlante. Aun se sentía alucinar con eso, pero la migraña que sentía no le ayudaba mucho a ver todo aquello con calma, estaba muy molesta y muy impaciente.
-Hey, no se que ocurre en realidad y tengo una resaca de cojones, no tengáis en cuenta mi mala ostia...– dijo Rua al grupo que tenía mas cerca- ¿Pero no es lo principal buscar esos estúpidos refugios de lo que hablaban? Paso de que llegue la noche y sigamos aquí fuera a la intemperie. - continuó con objetividad, a pesar de todo el cabreo que se gastaba. Le dolía la cabeza horrores pero tenía el bastante sentido común como para saber que ni de coña quería que le pillase la noche en ese sitio sin un techo encima. No era una cuestión de cobardía, era simplemente ser un poco listo y no querer que su ropa se ensuciase. Especialmente eso- Capaz salen jodidos zombies como la vieja pelleja de ese barco...y estas botas y abrigo son de buena marca, paso de ensuciarlas con sesos- dijo Rua mas que segura mirándolos fijamente tras las gafas de sol instándole a decir algo, con un hastió visible en su expresión.
Habia un jodido bicho gigante, un pájaro con un trozo de palo en la mano, un pequeño de piel rosa chicle que parecía acabado de salir de 'hora de aventuras'...era incapaz incluso de definir cual era su impresión de todo eso.
Rua contuvo su expresión de asombro ante todo aquello conforme se acercaron a la fuente y rápidamente fueron recibido por aspavientos para que bebieran. Rua miró la fuente escuchando a su alrededor un idioma raro que nada que ver tenia con algo conocido. Ver como cerca suya alguien del grupo que había estado hablando ingles hasta el momento, de pronto al beber esa cosa cambiaba a un idioma satánico e incomprensible, hizo que mirase la fuente con mayor desconfianza si cabía.
-Ni de coña voy a beber de eso- sentía la boca pastosa y le dolía la cabeza, pero ya había cometido una chorrada firmando un contrato sin leer la lenta pequeña, no iba a hacer otra imbecilidad como beber de una fuente que andaba haciendo cosas raras en la gente. ¿En serio tenia que beber de allí? Arrugo la nariz con asqueo. Mas y mas gente alrededor empezaba a beber y mas mas y gente a su alrededor empezaba a hablar en ese idioma que parecía ahora común. Era evidente que mierdas hacia esa agua.
Un par de personas le insistieron con aspavientos para que bebiera y Rua le lanzo las mirada mas helada que podía bajo las gafas de sol, cuando uno de ellos le agarró buscando acercarla a la fuente.
<<Venga, es como cuando te emborrachas y hablas el idioma de los borrachos, que solo otro borrachos son capaces de entender. Jodeer, a este paso no me voy a entender con nadie sino bebo esta mierda >>. Con el ceño fruncido en profundo asco, se acercó a la fuente soltándose de golpe del agarre, para meter las manos en la fuente y con un bufido, se mordió el labio inferior, chasqueando ligeramente el piercing contra sus dientes.
-Tch, a tomar por culo- gruñó Rua ante de beber un trago con rabia. Al carajo todo, si beberse esa cosa era la única forma de enterarse que narices pasaba lo haría. Pronto lo notó, como su lengua pastosa agradecía el insulso liquido y como toda la retahíla de insultos que quería decir parecía explotar maximizados en su cabeza en el idioma satánico aquel-¿Y ahora que mierdas pasa...?- el idioma que salio por su boca no era el sueco ni el ingles sino ese que le resultaba aun incomprensible. Y lo peor fue sentir que por mas que lo intentaba su precioso idioma natal ya no tenia cavidad en su mente por mas que intentaba pensar en el. Pero no fue ese descubrimiento lo que hizo frenar su retahíla de maldiciones, fue el escuchar una voz desde arriba.
Rua inmersa en ver a la gente rara de la fuente no se había parado a fijarse que sobre el barco había mas gente. Su expresión se descompuso cuando vio, no a la mujer con venda sobre los ojos y no a lo que parecía ser una especie de lobo bípedo que hablaba, sí hablaba, con autoridad. Lo que hizo que su expresión boqueara en asco y horror fue la visión de lo que parecía un puñetero muñeco anatómico andante con la piel colgándole por el cuello y que les hablaba con un voz asqueada que solo parecía querer atemorizarles.
Aquello empezaba a darse cuenta, no podía ser afecto de ninguna droga, ni de coña. Y eso solo hacia una cosa, incrementar su rabia por todo lo que estaba escuchando que le parecía apocalíptico como poco, cual juego de survival y que sus palabras sonasen con toda la acidez posible. Encima esa señora, señor o lo que que cojones fuera, de piel colgante decía cosas mas irritante que las otras dos, que al amenos andaban diciendo cosas que bien podría ser de utilidad aunque careciera de sentido. Las palabras subidita y engalanadas sin sentido encendían fácilmente la corta mecha de la sueca que ya mosqueada como estaba consigo misma, no media. Cerro los puños con fuerza tras escuchar el grito de una ¿gata? Que parecía cagarse en todos los ancestros de las pregoneras <<¿No me jodais con esto...>>
-PARA SER TAN 'PORTENTOSOS' E INCREÍBLES, TU CIRUJANO PLÁSTICO SE HA DEJADO UN POCO DE PIEL COLGANTE, SEÑORA. DENÚNCIELO, POR QUE JODER, QUE DESTROZO- exclamó Rua en voz alta y ligeramente aun algo reseca, con todo el cinismo y rabia que contenía, incrédula realmente de todo lo que acaba a de oír. ¿Bañeras? ¿Luna roja?¿Refugios? Definitivamente parecía estar en medio de algún tipo de juego de supervivencia. Y no le gustaba un pelo. Estaban jodidos sin duda. <<En serio, estúpida letra pequeña>> pensó con fastidio viendo que el barco volador aquel que llevaba al esperpento, la loba y la chica de vendas se empezaba a pirar. La cabeza seguía doliendole y el olor a vomito que llegaba de mas allá cortesía del pequeño chico chicle, no ayudaba.
Se cruzo de brazos con irritación latente y chasqueó la lengua impaciente. Estaba claro que ahí no había nada de normal y sino fuera porque había notado como su idioma cambiaba con la fuente, hubiese dado por hecho que le había trasladado a algún lugar oculto y todo lo que veía eran puros disfraces. Claro estaba, no era capaz de seguir pensando así.
A su alrededor la gente empezaban a hablar desorientados intentando ver que hacer. Rua miró alrededor con atención, había allí mucha gente y mucho ser no humanoide parlante. Aun se sentía alucinar con eso, pero la migraña que sentía no le ayudaba mucho a ver todo aquello con calma, estaba muy molesta y muy impaciente.
-Hey, no se que ocurre en realidad y tengo una resaca de cojones, no tengáis en cuenta mi mala ostia...– dijo Rua al grupo que tenía mas cerca- ¿Pero no es lo principal buscar esos estúpidos refugios de lo que hablaban? Paso de que llegue la noche y sigamos aquí fuera a la intemperie. - continuó con objetividad, a pesar de todo el cabreo que se gastaba. Le dolía la cabeza horrores pero tenía el bastante sentido común como para saber que ni de coña quería que le pillase la noche en ese sitio sin un techo encima. No era una cuestión de cobardía, era simplemente ser un poco listo y no querer que su ropa se ensuciase. Especialmente eso- Capaz salen jodidos zombies como la vieja pelleja de ese barco...y estas botas y abrigo son de buena marca, paso de ensuciarlas con sesos- dijo Rua mas que segura mirándolos fijamente tras las gafas de sol instándole a decir algo, con un hastió visible en su expresión.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 07:02 pm
Tras saludar a unos cuantos jóvenes sin recibir respuesta, Chromsa se fijó en un ser muy parecido a los ochrorios aunque con diferencias (-¿Tal vez es un semiochrorio?- pensó). Era muy alto y musculoso, de cabello rubio y tez blanca. Pensó que sería un gran guerrero en su mundo.
Chromsa se acercó y le saludó, aunque esta vez si recibió una respuesta.
-Encantado de conocerte, Kolja. Ya pensaba que nadie iba a hablar con el resto sabiendo que ahora podemos comunicarnos entre mundos. Con lo fácil que sería juntarnos y sobrevivir todos juntos, pero parece que nadie lo entiende...-
-Bueno, yo vengo de Ochroria. Es un planeta bastante curioso en cuanto a los colores; la mayoría del mundo se parece en colores a esta ciudad, pero en las ciudades,aldeas y templos hay muchísimos más, aunque la mayoría no puede percibirlos. Yo allí vivía en una granja con mi familia. Tengo maña con la agricultura y otros trabajos del campo.- Ésto último se lo permitió decir con cierto orgullo debido a todos sus años de experiencia.
-Bueno, ahora que lo dices no he visto nada más que piedra por aquí. Espero que haya algún sitio para poder hacer un huerto. Por suerte tengo unas cuantas semillas de mi mundo.- sacó el zurrón donde llevaba las semillas y se la enseñó mientras la abría: -Tengo unas cuantas semillas de varias verduras. Con un cocinero experto y el mimo de un buen agricultor serán deliciosas y muy nutritivas.- Tras ésto guardó el zurrón y añadió: -Aunque como campesino tampoco es que pueda hacer mucho más, pero intentaré hacer todo lo que pueda. ¿Y tú que sabes hacer?-
-Eso mola mucho. Hace falta ser bastante fuerte para hacer un buen trabajo con el acero. Desde luego, tienes pinta de ser un buen guerrero.¿De dónde vienes exactamente? Porque te pareces mucho a los de mi mundo, aunque no se si también teneis algo que ver con las nutrias...
-Por cierto, ¿ahora qué hacemos? Yo buscaría más gente para que nos acompañara, pero no se si será mejor buscar refugio primero.
Chromsa se acercó y le saludó, aunque esta vez si recibió una respuesta.
-Encantado de conocerte, Kolja. Ya pensaba que nadie iba a hablar con el resto sabiendo que ahora podemos comunicarnos entre mundos. Con lo fácil que sería juntarnos y sobrevivir todos juntos, pero parece que nadie lo entiende...-
-Bueno, yo vengo de Ochroria. Es un planeta bastante curioso en cuanto a los colores; la mayoría del mundo se parece en colores a esta ciudad, pero en las ciudades,aldeas y templos hay muchísimos más, aunque la mayoría no puede percibirlos. Yo allí vivía en una granja con mi familia. Tengo maña con la agricultura y otros trabajos del campo.- Ésto último se lo permitió decir con cierto orgullo debido a todos sus años de experiencia.
-Bueno, ahora que lo dices no he visto nada más que piedra por aquí. Espero que haya algún sitio para poder hacer un huerto. Por suerte tengo unas cuantas semillas de mi mundo.- sacó el zurrón donde llevaba las semillas y se la enseñó mientras la abría: -Tengo unas cuantas semillas de varias verduras. Con un cocinero experto y el mimo de un buen agricultor serán deliciosas y muy nutritivas.- Tras ésto guardó el zurrón y añadió: -Aunque como campesino tampoco es que pueda hacer mucho más, pero intentaré hacer todo lo que pueda. ¿Y tú que sabes hacer?-
-Eso mola mucho. Hace falta ser bastante fuerte para hacer un buen trabajo con el acero. Desde luego, tienes pinta de ser un buen guerrero.¿De dónde vienes exactamente? Porque te pareces mucho a los de mi mundo, aunque no se si también teneis algo que ver con las nutrias...
-Por cierto, ¿ahora qué hacemos? Yo buscaría más gente para que nos acompañara, pero no se si será mejor buscar refugio primero.
- PePo
Ficha de cosechado
Nombre: Jose Antonio De Arnaiz y La Vega Lopez (Toni)
Especie: Humano andaluz
Habilidades: habilidad mental, rapidez mental, reflejosPersonajes : Toni
Armas : Caída de ojos.
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 07:51 pm
La sorpresa inicial, al despertarse en una cueva, le duraba mientras observaba a las criaturas que lo escoltaban. La idea de que aquello debería ser un sueño se instaló en Toni.
A lo lejos observaba como un grupo de humanos se agrupaban en mitad de una plaza, entorno a lo que parecía ser una fuente donde dos serpientes escupían agua.
―Esto es una puta pesadilla, tengo que dejar de tomar tanto chocolate antes de meterme en la cama― dijo mientras sus pies avanzaban sin que él capitanease la maquinaria.
― Debe ser eso o sino a ver como le cuento yo a mi padre que una negra con rastas me ha llevado a un mundo en ruinas― mientras decía esto casi gritando pensó en lo estúpido que era al pensar en voz alta.
A su alrededor una amalgama de idiomas, sonidos guturales y graznidos se mezclaban entre el resto de criaturas que, como él, parecían sacados de la cama a la fuerza, como si un incendio los hubiera sorprendido en mitad de la noche.
Al llegar a la fuente, observó cómo dos personas hablaban en el mismo idioma, se acercó con sigilo. Hablaban mientras señalaban a la fuente con efusividad. Poco a poco más seres señalaban a las serpientes escupidoras de agua. Pudo escuchar como una chica hablaba en sueco a su lado, ella fue la siguiente en beber de la fuente. Cuando volvió a hablar no eran palabras suecas lo que utilizaba.
Toni se acercó y vio su reflejo en el agua― A tomar por culo, es un sueño ¿no? pos ala, de perdidos al río, quiero decir a la fuente― no había terminado de decirlo cuando ya tenía la cabeza debajo del agua.
― ¿Y ahora que mierdas pasa...?― dijo la chica que hablaba en sueco, parecía cabreada. Toni entendió a la perfección lo que decía la sueca. ― Espera espera, creo que ya se ha regulado el idioma en este sueño― realmente no le sorprendió que el idioma que utilizaba no fuera el español porque estaba demasiado sorprendido por las tres criaturas que lo observaban desde el barco flotante, demasiada sorpresa. Toni tendría que dosificar, ya se sorprendería por haber aprendido un nuevo idioma gracias a una fuente en otro momento.
A lo lejos observaba como un grupo de humanos se agrupaban en mitad de una plaza, entorno a lo que parecía ser una fuente donde dos serpientes escupían agua.
―Esto es una puta pesadilla, tengo que dejar de tomar tanto chocolate antes de meterme en la cama― dijo mientras sus pies avanzaban sin que él capitanease la maquinaria.
― Debe ser eso o sino a ver como le cuento yo a mi padre que una negra con rastas me ha llevado a un mundo en ruinas― mientras decía esto casi gritando pensó en lo estúpido que era al pensar en voz alta.
A su alrededor una amalgama de idiomas, sonidos guturales y graznidos se mezclaban entre el resto de criaturas que, como él, parecían sacados de la cama a la fuerza, como si un incendio los hubiera sorprendido en mitad de la noche.
Al llegar a la fuente, observó cómo dos personas hablaban en el mismo idioma, se acercó con sigilo. Hablaban mientras señalaban a la fuente con efusividad. Poco a poco más seres señalaban a las serpientes escupidoras de agua. Pudo escuchar como una chica hablaba en sueco a su lado, ella fue la siguiente en beber de la fuente. Cuando volvió a hablar no eran palabras suecas lo que utilizaba.
Toni se acercó y vio su reflejo en el agua― A tomar por culo, es un sueño ¿no? pos ala, de perdidos al río, quiero decir a la fuente― no había terminado de decirlo cuando ya tenía la cabeza debajo del agua.
― ¿Y ahora que mierdas pasa...?― dijo la chica que hablaba en sueco, parecía cabreada. Toni entendió a la perfección lo que decía la sueca. ― Espera espera, creo que ya se ha regulado el idioma en este sueño― realmente no le sorprendió que el idioma que utilizaba no fuera el español porque estaba demasiado sorprendido por las tres criaturas que lo observaban desde el barco flotante, demasiada sorpresa. Toni tendría que dosificar, ya se sorprendería por haber aprendido un nuevo idioma gracias a una fuente en otro momento.
No lo sabes, Invitado, pero te quiero.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia.
Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Plaza de la Fuente
07/04/19, 07:52 pm
Kolja frunció el ceño cuando aquel chaval con bigotes le habló de los colores. No había entendido demasiado bien la explicación que le había dado, pero no preguntó sobre ello. El pecho de Kolja se llenó de orgullo con los alagos de Chromsa y procedió a responder a sus preguntas.
-Yo soy de un planeta al que llamamos La Tierra. Está lleno de diferentes culturas y la verdad es que nos cuesta entendernos entre nosotros.
-¿Nutrias? No, nosotros estamos emparentados con los simios, no se si existen en vuestro mundo.
-Hmmm, no se. Deberiamos buscar a más gente competente. Antes he visto una persona de mi mundo, grande y con el pelo naranja, que parecía fuerte, pero no se a donde ha ido. Dejanos dar una vuelta mientras tanto a ver si encontramos a alguien más.
Tras la respuesta afirmativa de Chromsa Kolja comenzó a andar mientras miraba a su alrededor. A los pocos pasos no pudo resistir la curiosidad y empezó a hacerle preguntas sobre su mundo a Chromsa.
-Bueno, ¿entonces en tu mundo como es exactamente? No me puedo imaginar como de diferentes pueden ser. ¿Que tipo de herramientas teneis? Me encantaria trabajar metales extraterrestres, me imagino que tendreis hierro, pero a saber si lo mezclais de la misma forma para obtener acero o si tendreis minerales más ligeros y resistentes. ¿Como era tu dia a dia? ¿Tienes muchos hermanos? La verdad es que no se ni en que podriais diferenciaros a la tierra.
-Yo soy de un planeta al que llamamos La Tierra. Está lleno de diferentes culturas y la verdad es que nos cuesta entendernos entre nosotros.
-¿Nutrias? No, nosotros estamos emparentados con los simios, no se si existen en vuestro mundo.
-Hmmm, no se. Deberiamos buscar a más gente competente. Antes he visto una persona de mi mundo, grande y con el pelo naranja, que parecía fuerte, pero no se a donde ha ido. Dejanos dar una vuelta mientras tanto a ver si encontramos a alguien más.
Tras la respuesta afirmativa de Chromsa Kolja comenzó a andar mientras miraba a su alrededor. A los pocos pasos no pudo resistir la curiosidad y empezó a hacerle preguntas sobre su mundo a Chromsa.
-Bueno, ¿entonces en tu mundo como es exactamente? No me puedo imaginar como de diferentes pueden ser. ¿Que tipo de herramientas teneis? Me encantaria trabajar metales extraterrestres, me imagino que tendreis hierro, pero a saber si lo mezclais de la misma forma para obtener acero o si tendreis minerales más ligeros y resistentes. ¿Como era tu dia a dia? ¿Tienes muchos hermanos? La verdad es que no se ni en que podriais diferenciaros a la tierra.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
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