Plaza de la Fuente
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Rocavarancolia Rol
74 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de la Fuente
02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Plaza de la Fuente
24/10/16, 02:14 am
La roquense decidió esperar fuera por si acaso. Hacía mucho que no pasaban por aquel sitio y no sabían si podía haber alguien dentro... <<Quieras que no, dejamos gente aquí olvidada, a saber si alguien ha venido a por ellos o si están vivos o yo qué sé>> O, también, si pasaría alguien por fuera y les sorprendía en el interior. Así que mejor quedarse a vigilar y poder dar la voz de alarma en este caso. Además, le había cogido cierto cariño a aquella fuente por los primeros días en la ciudad. Eso sí, mientras esperaba al grupo le dio por pensar que quizá podrían acusarla de vaga: parte de la idea del material había sido suya pero ahora no colaboraba en su avituallamiento? <<Estoy colaborando...>> Tampoco era para tanto lo que tenían que coger, ¿no? <<Paranoias, deja de darle vueltas>>
Sinceridad estaba en lo alto del edificio cuando salieron, algo aburrida, pensando en que quizá habría sido mejor entrar con ellos... Lo hicieron acompañados de alguien nuevo. Un sinfín de preguntas se materializaron en su cabeza en cuanto vio a la figura. Para colmo, parecía ser de un mundo totalmente nuevo. Iban a la fuente, así que se adelantó al grupo y se posó sobre la parte alta de esta para recibirles allí. Pero en qué maldito momento se encontraron con aquella criatura... Primero el agua de la fuente le sentó mal, aparentemente. Después, momento fugaz de tensión en el que incluso llegó a agarrar una de sus jabalinas por si la criatura se excedía con su compañera, pero no pasó a más. Y, para colmo de colmos, la susodicha era un tanto borde. <<¿Por qué tiene que venir con nosotros? Que se apañe aquí sola, malcriada>> Le recordó más al Coro que los propios fanáticos, pero decidió achacar sus malas maneras a que acababan de conocerse y, quizás, llevaba poco tiempo "despierta".
Fuera como fuese, borde o afectada, el grupo decidió llevarla al torreón y luego seguir camino. No se negó (total, estaba bastante claro que no les agradaba, tanto que si decidían dejarla sola seguramente habría mayoría de votos) y les acompañó hacia Maciel y, después, hacia la Avenida de las Estatuas.
Sinceridad estaba en lo alto del edificio cuando salieron, algo aburrida, pensando en que quizá habría sido mejor entrar con ellos... Lo hicieron acompañados de alguien nuevo. Un sinfín de preguntas se materializaron en su cabeza en cuanto vio a la figura. Para colmo, parecía ser de un mundo totalmente nuevo. Iban a la fuente, así que se adelantó al grupo y se posó sobre la parte alta de esta para recibirles allí. Pero en qué maldito momento se encontraron con aquella criatura... Primero el agua de la fuente le sentó mal, aparentemente. Después, momento fugaz de tensión en el que incluso llegó a agarrar una de sus jabalinas por si la criatura se excedía con su compañera, pero no pasó a más. Y, para colmo de colmos, la susodicha era un tanto borde. <<¿Por qué tiene que venir con nosotros? Que se apañe aquí sola, malcriada>> Le recordó más al Coro que los propios fanáticos, pero decidió achacar sus malas maneras a que acababan de conocerse y, quizás, llevaba poco tiempo "despierta".
Fuera como fuese, borde o afectada, el grupo decidió llevarla al torreón y luego seguir camino. No se negó (total, estaba bastante claro que no les agradaba, tanto que si decidían dejarla sola seguramente habría mayoría de votos) y les acompañó hacia Maciel y, después, hacia la Avenida de las Estatuas.
- Lobo_Negro
Ficha de cosechado
Nombre: Mike
Especie: Humano
Habilidades: Reflejos, rapidez mental (decisiones), agilidad
Re: Plaza de la Fuente
07/11/16, 08:10 pm
Caminaron por aquellas ruinosas calles mientras el grupo les informaba sobre la comida. Saber que había tres puntos para recoger comida era algo útil. El único problema para Mike es que sus interlocutores le estaban prestando demasiada atención, haciendo que sus posibilidades de huir del grupo se redujeran mucho. Dejando a un lado sus planes de fuga, Mike se dedicó a devorar el plátano que había cogido mientras caminaban.
Por fin llegaron a una amplia plaza con una gran fuente adornada con una maraña de serpientes. A Mike le pareció curioso que la fuente se irguiera ajena a tanta ruina. De las bocas de varias serpientes manaba un agua cristalina. Desde aquel punto se podían divisar varias torres y edificios en mejor y peor estado.
-¿Hacia dónde nos dirigimos? -quiso saber Mike. Conocer su destino le ayudaría a calcular cuánto tiempo disponía para intentar una fuga. Esperaba que aún faltara un buen trecho como les había dicho Noah. Aunque tampoco parecían malas personas, seguía sin fiarse de ellos.
Por fin llegaron a una amplia plaza con una gran fuente adornada con una maraña de serpientes. A Mike le pareció curioso que la fuente se irguiera ajena a tanta ruina. De las bocas de varias serpientes manaba un agua cristalina. Desde aquel punto se podían divisar varias torres y edificios en mejor y peor estado.
-¿Hacia dónde nos dirigimos? -quiso saber Mike. Conocer su destino le ayudaría a calcular cuánto tiempo disponía para intentar una fuga. Esperaba que aún faltara un buen trecho como les había dicho Noah. Aunque tampoco parecían malas personas, seguía sin fiarse de ellos.
- Hiss
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Velocidad, reflejos y buen oído.
Re: Plaza de la Fuente
08/11/16, 05:24 pm
Desde luego, muy seguro no parece el lugar. Para empezar, es un espacio abierto. Los edificios cercanos tienen un aspecto amenazante y hay algo vivo rascando una pared en alguna parte. O tal vez solo me lo esté imaginando. Vale, igual tengo un poquito de miedo, pero es normal en esta situación, eh. No veo para qué han podido traernos aquí.
En medio de la plaza veo lo que parece una fuente. A juzgar por el sonido, sí que lo es. Con un poco de suerte tendrá agua potable... Entonces recuerdo el agua que nos dieron antes. Pregunto si es la misma y si se puede beber. Sí y sí. No está nada sucia, así que bebo tanto como puedo porque a saber cuándo volveré a tener la ocasión.
Cuando Mike pregunta que adónde nos dirigimos vuelvo a prestar atención. A mí también me interesa saber cuál es nuestro destino.
En medio de la plaza veo lo que parece una fuente. A juzgar por el sonido, sí que lo es. Con un poco de suerte tendrá agua potable... Entonces recuerdo el agua que nos dieron antes. Pregunto si es la misma y si se puede beber. Sí y sí. No está nada sucia, así que bebo tanto como puedo porque a saber cuándo volveré a tener la ocasión.
Cuando Mike pregunta que adónde nos dirigimos vuelvo a prestar atención. A mí también me interesa saber cuál es nuestro destino.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
08/11/16, 07:26 pm
Erevelin y Nadir continúan hablando por su cuenta y pronto el resto de sendarios divide su atención entre otras conversaciones sueltas. Lulú y Baste no hablan, pero van pendiente de todo lo que se dice. El ordés, además, mira de vez en cuando a Mike y a Hiss con gesto extrañado y hace todo lo posible por incluírlo en las charlas.
—En ese edificio de ahí encontramos una cacerola muy curiosa —Doce hace lo que puede para darles información—. Esta es la fuente del idioma. Su agua es mágica —continúa explicándoles—. ¿Veis ese edificio rojo a lo lejos? Pues está prohibido. No nos dejan acercarnos. O eso dice un libro que encontramos donde las casas comilonas... Y... Eh... Bueno, ¿y a vosotros qué os dijeron para convenceros de venir? ¿Os hicieron alguna demostración de magia?
Lulú sonríe por lo bajo, desde su puesto privilegiado en el marsupio.
—Ahora tenemos que ir por aquí —comenta Ellie, señalando una de las bocacalles que dan a la plaza—. Tenemos que cruzar por varios callejones hasta la grieta de huesos.
—Es la cicatriz de Arax —Baste vuelve con sus intentos de guía turístico—. Lo leí en el libro también. Da mucho miedo, es impresionante, pero no es una cicatriz, ¡ya veréis!
Lulú vuelve a reirse, pero esta vez añade.
—Estás en todo, Doce, haces que me sienta orgulloso.
Ellie carraspea.
—Como iba diciendo... Una vez lleguemos a la grieta, la cruzamos y, tras otras pocas calles viejas, llegaremos a nuestro torreón —se gira hacia Baste y le mira con un gesto desenfadado—. ¿Era el Torreón Sendar, no?
El ordés asiente y sonríe, orgulloso de sus conocimientos.
El camino les lleva hasta la Cicatriz de Arax.
—En ese edificio de ahí encontramos una cacerola muy curiosa —Doce hace lo que puede para darles información—. Esta es la fuente del idioma. Su agua es mágica —continúa explicándoles—. ¿Veis ese edificio rojo a lo lejos? Pues está prohibido. No nos dejan acercarnos. O eso dice un libro que encontramos donde las casas comilonas... Y... Eh... Bueno, ¿y a vosotros qué os dijeron para convenceros de venir? ¿Os hicieron alguna demostración de magia?
Lulú sonríe por lo bajo, desde su puesto privilegiado en el marsupio.
—Ahora tenemos que ir por aquí —comenta Ellie, señalando una de las bocacalles que dan a la plaza—. Tenemos que cruzar por varios callejones hasta la grieta de huesos.
—Es la cicatriz de Arax —Baste vuelve con sus intentos de guía turístico—. Lo leí en el libro también. Da mucho miedo, es impresionante, pero no es una cicatriz, ¡ya veréis!
Lulú vuelve a reirse, pero esta vez añade.
—Estás en todo, Doce, haces que me sienta orgulloso.
Ellie carraspea.
—Como iba diciendo... Una vez lleguemos a la grieta, la cruzamos y, tras otras pocas calles viejas, llegaremos a nuestro torreón —se gira hacia Baste y le mira con un gesto desenfadado—. ¿Era el Torreón Sendar, no?
El ordés asiente y sonríe, orgulloso de sus conocimientos.
El camino les lleva hasta la Cicatriz de Arax.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
20/11/16, 01:53 am
Eriel no dijo nada por el hecho de que el anillo hubiese dejado de funcionar, por una parte le fastidiaba el hecho de seguir herido y un poco inútil, por el otro, después de oír los gritos de Tayron y Siete, casi se sintió aliviado por saber que no sentiría más dolor.
Les dejó hacer al resto mientras se dedicaba a no moverse más que lo indispensable para no sentir dolor. Cuando vio el ingenio que habían hecho para subirlos Eriel dudó un poco.
-¿Seguros de que es seguro? - preguntó con desconfianza.- No quiero caer y terminar de partirme lo que me quede por partirme que fijo que ya no es mucho.
Por suerte no ocurrió nada y una vez arriba el nublino respiró tranquilo. Soltó algún quejido cuando por la marcha su camilla pasaba por encima de alguna piedra. No se quejó tampoco mucho, sabía que era algo inevitable.
Una vez en la fuente y asegurándose de que todos llegaron bien Eriel alzó la voz un poco.
-Eh Siete, ¿cómo te encuentras? - le preguntó un poco preocupado aún.- Por los dioses, te juro que pensé que te habíamos perdido. No sabes lo aliviado que me siento por verte de pie otra vez - le dirigió una sonrisa que no era muy alegre pero dadas las circunstancias Eriel no podía hacer más.- ¿Cómo se encuentra Mónica? - preguntó esta vez un poco más en general.
Les dejó hacer al resto mientras se dedicaba a no moverse más que lo indispensable para no sentir dolor. Cuando vio el ingenio que habían hecho para subirlos Eriel dudó un poco.
-¿Seguros de que es seguro? - preguntó con desconfianza.- No quiero caer y terminar de partirme lo que me quede por partirme que fijo que ya no es mucho.
Por suerte no ocurrió nada y una vez arriba el nublino respiró tranquilo. Soltó algún quejido cuando por la marcha su camilla pasaba por encima de alguna piedra. No se quejó tampoco mucho, sabía que era algo inevitable.
Una vez en la fuente y asegurándose de que todos llegaron bien Eriel alzó la voz un poco.
-Eh Siete, ¿cómo te encuentras? - le preguntó un poco preocupado aún.- Por los dioses, te juro que pensé que te habíamos perdido. No sabes lo aliviado que me siento por verte de pie otra vez - le dirigió una sonrisa que no era muy alegre pero dadas las circunstancias Eriel no podía hacer más.- ¿Cómo se encuentra Mónica? - preguntó esta vez un poco más en general.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Plaza de la Fuente
21/11/16, 07:52 pm
-<<Esto tiene que ser una broma.>> -Tenia por fin delante la magia, aquella herramienta perfecta que terciaba la realidad para aquel que la usara. Y se necesitaban ambas manos para su realización.
Aquello no hizo más que avivar su cabreo, el cual era palpable ya para cualquiera que mirase un segundo hacia él. Pero aquello era secundario en estos momentos, tenía que cuidar de la familia. -<<Estoy deseando que vuelvas Qara. Yo siempre devuelvo un favor.>>
-Sox, échale un vistazo a esto. <<Quizás pueda hacer algún hechizo de estos ya que está más familiarizado con la magia que ninguno.>>
Vino y lo miraron un momento pero se lo arrebato de la mano y se puso a soltar lo que para él era un discurso de superioridad. Tal y como estaba no se tapó en contestarle mal.
-Cuando puedas decirme algo que no sepa me avisas.
Se palpo el bolsillo asegurándose de que el anillo estuviera allí, había escuchado lo de la recarga y lo que más sentido tenía era obviamente ponérselo pero no podría saber qué efecto tendría por lo que lo averiguaría más tarde en el torreón. Recogió su bastarda enfundándola y se puso mano a la obra, era el único que medio tenia conocimientos médicos así que se intento asegurar de que no les pasase nada a los heridos, tratando con mucho mas mimo a su hermano en una diferencia tan visible como que le faltaba una mano aunque el atento también notaria que trataba a Mónica también con más delicadeza.
Aquello era un infierno para él, cada vez que se ponía a hacer algo tardaba muchísimo más de lo que esperaba, nunca se había imaginado que perder una mano le retrasaría tanto. Cada pequeña acción que hubiera tomado un pequeño movimiento con su otra diestra ahora le obligaba a la zurda a hacer seis distintas mientras el muñón solo servía como un mal apoyo. Era exasperante, a cada paso se frustraba más que el anterior.
Estaba asegurando a Rad y la adrenalina se iba. -<<Mierda...>> -Los dientes se le apretaban cada vez más. -<<Todo mal...>> -Los ojos se le empañaban. -<<Tengo que seguir... Eriel...>> -Se miro el muñón y por primera vez quiso llorar. -<<Tengo que cuidar a la familia.>>
Apretó su puño restante. No era momento de mostrar debilidad, no podía permitírselo ni de lejos, quería ponerse a gritar de rabia, quería dejar salir todo aquel odio y frustración. Pero no podía, así que simplemente tomo aire, pestañeó y continuó con su trabajo.
La bolsa era indispensable como el anillo así que le dijo a alguien para que la llevara con él y subió acto seguido agarrándose con su única mano para después ayudar con los que quedasen.
Fue todo el camino alerta aún llevando a su hermano a rastras en aquella camilla improvisada, listo para usar su arma en cualquier momento, a pesar de que sabía de sobra que con una sola mano no podría dar más de un par de golpes bien antes de que su brazo empezase a quejarse del peso y cuando finalmente llegaron a la plaza no pudo relajarse, aún había mucho que hacer. Hasta llegar al torreón, nada era seguro. Se puso a intentar tratar heridas como pudo.
-Sigue inconsciente. -Le contestó a su hermano. -Pero está bien, saldrá de esta. En cuanto lleguemos al torreón lo mejor será que cojan... -Miró como estaban todos. -Que cojamos calor en la chimenea.
-Deberíamos darnos prisa. -Había perdido la cuenta de cuantas veces había dicho eso en este mes y poco que llevaban allí.
Aquello no hizo más que avivar su cabreo, el cual era palpable ya para cualquiera que mirase un segundo hacia él. Pero aquello era secundario en estos momentos, tenía que cuidar de la familia. -<<Estoy deseando que vuelvas Qara. Yo siempre devuelvo un favor.>>
-Sox, échale un vistazo a esto. <<Quizás pueda hacer algún hechizo de estos ya que está más familiarizado con la magia que ninguno.>>
Vino y lo miraron un momento pero se lo arrebato de la mano y se puso a soltar lo que para él era un discurso de superioridad. Tal y como estaba no se tapó en contestarle mal.
-Cuando puedas decirme algo que no sepa me avisas.
Se palpo el bolsillo asegurándose de que el anillo estuviera allí, había escuchado lo de la recarga y lo que más sentido tenía era obviamente ponérselo pero no podría saber qué efecto tendría por lo que lo averiguaría más tarde en el torreón. Recogió su bastarda enfundándola y se puso mano a la obra, era el único que medio tenia conocimientos médicos así que se intento asegurar de que no les pasase nada a los heridos, tratando con mucho mas mimo a su hermano en una diferencia tan visible como que le faltaba una mano aunque el atento también notaria que trataba a Mónica también con más delicadeza.
Aquello era un infierno para él, cada vez que se ponía a hacer algo tardaba muchísimo más de lo que esperaba, nunca se había imaginado que perder una mano le retrasaría tanto. Cada pequeña acción que hubiera tomado un pequeño movimiento con su otra diestra ahora le obligaba a la zurda a hacer seis distintas mientras el muñón solo servía como un mal apoyo. Era exasperante, a cada paso se frustraba más que el anterior.
Estaba asegurando a Rad y la adrenalina se iba. -<<Mierda...>> -Los dientes se le apretaban cada vez más. -<<Todo mal...>> -Los ojos se le empañaban. -<<Tengo que seguir... Eriel...>> -Se miro el muñón y por primera vez quiso llorar. -<<Tengo que cuidar a la familia.>>
Apretó su puño restante. No era momento de mostrar debilidad, no podía permitírselo ni de lejos, quería ponerse a gritar de rabia, quería dejar salir todo aquel odio y frustración. Pero no podía, así que simplemente tomo aire, pestañeó y continuó con su trabajo.
La bolsa era indispensable como el anillo así que le dijo a alguien para que la llevara con él y subió acto seguido agarrándose con su única mano para después ayudar con los que quedasen.
Fue todo el camino alerta aún llevando a su hermano a rastras en aquella camilla improvisada, listo para usar su arma en cualquier momento, a pesar de que sabía de sobra que con una sola mano no podría dar más de un par de golpes bien antes de que su brazo empezase a quejarse del peso y cuando finalmente llegaron a la plaza no pudo relajarse, aún había mucho que hacer. Hasta llegar al torreón, nada era seguro. Se puso a intentar tratar heridas como pudo.
-Sigue inconsciente. -Le contestó a su hermano. -Pero está bien, saldrá de esta. En cuanto lleguemos al torreón lo mejor será que cojan... -Miró como estaban todos. -Que cojamos calor en la chimenea.
-Deberíamos darnos prisa. -Había perdido la cuenta de cuantas veces había dicho eso en este mes y poco que llevaban allí.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
22/11/16, 11:50 pm
Miró a Sinceridad y asintió. Ayudó a preparar la polea y subieron a los heridos más graves primero. Él fue el último de subir por la cuerda para comprobar que todos podían subir correctamente. Después de todo, era el que se encontraba en mejores condiciones. Una vez arriba, arrimó el hombro para arrastrar en unas camillas improvisadas a los que peor estaban. Se encargó de Monica junto con Ina. Había cogido un cariño especial a la humana por ser la primera persona con quien Ina se atrevía a hablar, y no pensaba dejarla sola en su estado.
Miró a Barael, algo preocupado. Aunque al principio parecía muy enfadado, parecía que su estado de animo fluctuaba a la tristeza. No era para menos. Había perdido un brazo a mano de uno de sus "dioses", su hermano se encontraba hecho un cristo y Monica, a la que también habían pillado cariño, también estaba herida de gravedad. No debía estar siendo el mejor día de la vida del nublino.
Pronto llegaron a la Plaza de la Fuente. Con mucho cuidado empezaron a limpiar las heridas de los maltrechos y a tratarles como podían. El sinhadre apenas tenía conocimientos de medicina y tenía miedo de hacer más mal que bien, pero consiguió salir relativamente bien parado. Suspiró y se permitió ese momento de descanso. Se giró a Siete.
-Oye, ¿cómo te encuentras? "Espero que el cacharro ese no tenga efectos secundarios..." -miró a Barael de reojo-. El anillo ese... ¿te ha curado por completo? -necesitaba asegurarse de que no iban a tener ninguna sorpresa-. Aún si te encuentras bien del todo... bueno... sugiero seguir un poco el progreso de los que se han curado. Sólo por si acaso no se vuelvan a romper de repente... -miró a Sox-. ¿Has podido mirar un poco por encima esas hojas que ha encontrado Barael? ¿Algo que nos pueda servir? -miró a los tres heridos- Porque si no... vamos a tener muchas bajas en el grupo. No parece que se puedan curar del todo en dos o tres dias...
Preguntó también a Barael y a Tay por su estado. Del primero no esperaba más que una respuesta seca, así que fue cauteloso a la hora de preguntar. Suponía que no iba a estar para tonterías en ese mismo instante. Tay... le había visto recuperarse y le había visto llorar. Era la primera vez que le veía derrotado, y hasta entonces no había creído posible que algo pudiera romper el ánimo del humano. Le había tocado un poco. Si hasta Tayron podía derrumbarse en ese lugar... no quería pensar en lo que les podía suceder más adelante.
Paseó la mirada por todo el grupo. Después de ver lo de ese día, de estar a punto de perder a medio grupo de un plumazo, de presenciar como Barael perdía una mano y de las curaciones milagrosas (pero dolorosas) de tres miembros del grupo, no le cabía ninguna duda. Iban a necesitar magia. Si la magia podía curar a gente con heridas graves, quién sabía hasta dónde podrían llegar con ella de su lado. Esperaba que Sox hubiera podido encontrar algo útil.
Miró a Barael, algo preocupado. Aunque al principio parecía muy enfadado, parecía que su estado de animo fluctuaba a la tristeza. No era para menos. Había perdido un brazo a mano de uno de sus "dioses", su hermano se encontraba hecho un cristo y Monica, a la que también habían pillado cariño, también estaba herida de gravedad. No debía estar siendo el mejor día de la vida del nublino.
Pronto llegaron a la Plaza de la Fuente. Con mucho cuidado empezaron a limpiar las heridas de los maltrechos y a tratarles como podían. El sinhadre apenas tenía conocimientos de medicina y tenía miedo de hacer más mal que bien, pero consiguió salir relativamente bien parado. Suspiró y se permitió ese momento de descanso. Se giró a Siete.
-Oye, ¿cómo te encuentras? "Espero que el cacharro ese no tenga efectos secundarios..." -miró a Barael de reojo-. El anillo ese... ¿te ha curado por completo? -necesitaba asegurarse de que no iban a tener ninguna sorpresa-. Aún si te encuentras bien del todo... bueno... sugiero seguir un poco el progreso de los que se han curado. Sólo por si acaso no se vuelvan a romper de repente... -miró a Sox-. ¿Has podido mirar un poco por encima esas hojas que ha encontrado Barael? ¿Algo que nos pueda servir? -miró a los tres heridos- Porque si no... vamos a tener muchas bajas en el grupo. No parece que se puedan curar del todo en dos o tres dias...
Preguntó también a Barael y a Tay por su estado. Del primero no esperaba más que una respuesta seca, así que fue cauteloso a la hora de preguntar. Suponía que no iba a estar para tonterías en ese mismo instante. Tay... le había visto recuperarse y le había visto llorar. Era la primera vez que le veía derrotado, y hasta entonces no había creído posible que algo pudiera romper el ánimo del humano. Le había tocado un poco. Si hasta Tayron podía derrumbarse en ese lugar... no quería pensar en lo que les podía suceder más adelante.
Paseó la mirada por todo el grupo. Después de ver lo de ese día, de estar a punto de perder a medio grupo de un plumazo, de presenciar como Barael perdía una mano y de las curaciones milagrosas (pero dolorosas) de tres miembros del grupo, no le cabía ninguna duda. Iban a necesitar magia. Si la magia podía curar a gente con heridas graves, quién sabía hasta dónde podrían llegar con ella de su lado. Esperaba que Sox hubiera podido encontrar algo útil.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Plaza de la Fuente
23/11/16, 10:12 pm
El olor a costilla de cerdo impregnaba la cocina, un dulce aroma a patata asada al horno bailaba en la nariz del niño, la comida estaba casi a punto y eso solo podía significar que la abuela rondaba cerca, eso era bueno. El pequeño belga yacía en el suelo, con la barbilla apoyada en las rodillas y cubierto casi totalmente de barro, sudado y con el pelo mojado en la cara ocultando sus ojos llorosos, en cambio no disimulaban sus quejidos.
Un arrastar torpe de pies delató a la abuela en segundos, que, en silencio, se agachó como pudo a la altura del niño. Expresión tierna, pero semblante serio a la vez, sus ojos vidriosos reflejaban curiosidad.
-Tayron- dijo, olía a fritura- Tayron cariño ¿Qué te ha pasado?, dios mío tienes las rodillas destrozadas y estás cubierto de barro ¿Te has caído otra vez?, ven aquí cielo...
La abuela se acercó para que el chico apoyara su cabeza en el delantal abultado por su barriga, se sintió algo reconfortado pero negó el contacto visual con su abuela.
-Cariño, dime que te ha pasado, estás empapado ¿Tienes frío?.
-Sí.
-Claro que sí, el viento sopla como mil demonios estos dias, ahora mismo te preparo un chocolate caliente y voy por la mantita...¿Estás llorando?.
Rompió a lloriquear muy de mala gana, le dolían demasiado las rodillas y tenía mucho frío, además le enfadaba que le vieran así, se sentía débil y no le gustaba ser el débil.
-¡Me he caído abuela! ¡Me he caído en el bosque! Estaba investigando y me he caído por las piedras.
-Diablos Tayron, siempre igual, ¿Es que no puedes ser como el resto de chicos y jugar a la pelota?.
-El resto de niños son aburridos, a mí me gusta el bosque, me gusta descubrir lo que hay allí dentro, mis amigos nunca quieren irse de aventura.
La abuela le regaló una mirada de afecto, como si las palabras del niño provocaran un efecto más en ella que simple ternura.
-Me recuerdas a tu padre, siempre moviéndose, como un torbellino, ¿Cómo tú eh?, ¿Qué vamos a hacer contigo? -dijo con una sonrisa mientras lo subía a sus rodillas y se sentaban junto al fuego.
-¿Estás enfadada abuela?
-¿Por qué iba a estarlo?, tu ropa se secará dentro de poco.
-Porque estoy llorando.
-¿Y llorar es malo pequeño?
-Llorar es de niñas, eso solo lo hacen las chicas, los niños no lloran ¿no?.
La mujer reprimió una carcajada.
-¿Quién te ha contado tal burrada?. Llorar no es malo cielo, ni mucho menos de niña. Llorar te acerca a la realidad.
-Pero el abuelo dice...
-¡El abuelo dice muchas tonterías!. Además, ¿te cuento un secreto?. El abuelo también llora muchas veces, pero lo hace en silencio, y eso cariño, eso, es mucho peor.
-¿Entonces puedo llorar?
-Siempre puedes, todo el tiempo que quieras. ¿Sabes por qué me enfadaría contigo?.
-Dime abuela.
-Por no levantarte después, para eso sirve llorar, si te caes...
-¿Me levanto?.
-¡Eso es! Te levantas- le acarició las rodillas y el niño sonrió.- siempre arriba ¿Vale?
Notó una caricia leve en las rodillas y los ojos enrojecidos del belga se encontraron con Sinceridad, que le hablaba en voz baja. El muchacho admiró su capacidad de controlar la situación y observó en silencio como le daba ánimos para seguir adelante. Le necesitaba, lo necesitaban, y él quería ayudar, de veras que quería. Agradeció que le diera unos segundos para calmarse y poner su cabeza en orden, estaba triste y no podía reprimir las lágrimas pero eso no significaba que se quedara quieto.
-Gracias- dijo ya con medio sollozo- solo ha sido un momento- aún le costaba encontrar la voz y más aún las fuerzas para incorporarse pero lo hizo. Se levantó y sus piernas se resintieron pero allí estaba -coño, voy a ayudar, siempre arriba.
Entre todos subieron a los que faltaban y notaba a cada paso como su cuerpo decía basta, se había curado pero seguía agotado, demasiado, sobre todo mentalmente.
-Estoy bien- contestó a Eorlir al llegar a la plaza de la fuente- esto no tenía que haber pasado, estoy bien ¿todos vivos no?, eso es lo que cuenta- le haría falta un rato más para convencerse de eso y recomponerse del todo.
Un arrastar torpe de pies delató a la abuela en segundos, que, en silencio, se agachó como pudo a la altura del niño. Expresión tierna, pero semblante serio a la vez, sus ojos vidriosos reflejaban curiosidad.
-Tayron- dijo, olía a fritura- Tayron cariño ¿Qué te ha pasado?, dios mío tienes las rodillas destrozadas y estás cubierto de barro ¿Te has caído otra vez?, ven aquí cielo...
La abuela se acercó para que el chico apoyara su cabeza en el delantal abultado por su barriga, se sintió algo reconfortado pero negó el contacto visual con su abuela.
-Cariño, dime que te ha pasado, estás empapado ¿Tienes frío?.
-Sí.
-Claro que sí, el viento sopla como mil demonios estos dias, ahora mismo te preparo un chocolate caliente y voy por la mantita...¿Estás llorando?.
Rompió a lloriquear muy de mala gana, le dolían demasiado las rodillas y tenía mucho frío, además le enfadaba que le vieran así, se sentía débil y no le gustaba ser el débil.
-¡Me he caído abuela! ¡Me he caído en el bosque! Estaba investigando y me he caído por las piedras.
-Diablos Tayron, siempre igual, ¿Es que no puedes ser como el resto de chicos y jugar a la pelota?.
-El resto de niños son aburridos, a mí me gusta el bosque, me gusta descubrir lo que hay allí dentro, mis amigos nunca quieren irse de aventura.
La abuela le regaló una mirada de afecto, como si las palabras del niño provocaran un efecto más en ella que simple ternura.
-Me recuerdas a tu padre, siempre moviéndose, como un torbellino, ¿Cómo tú eh?, ¿Qué vamos a hacer contigo? -dijo con una sonrisa mientras lo subía a sus rodillas y se sentaban junto al fuego.
-¿Estás enfadada abuela?
-¿Por qué iba a estarlo?, tu ropa se secará dentro de poco.
-Porque estoy llorando.
-¿Y llorar es malo pequeño?
-Llorar es de niñas, eso solo lo hacen las chicas, los niños no lloran ¿no?.
La mujer reprimió una carcajada.
-¿Quién te ha contado tal burrada?. Llorar no es malo cielo, ni mucho menos de niña. Llorar te acerca a la realidad.
-Pero el abuelo dice...
-¡El abuelo dice muchas tonterías!. Además, ¿te cuento un secreto?. El abuelo también llora muchas veces, pero lo hace en silencio, y eso cariño, eso, es mucho peor.
-¿Entonces puedo llorar?
-Siempre puedes, todo el tiempo que quieras. ¿Sabes por qué me enfadaría contigo?.
-Dime abuela.
-Por no levantarte después, para eso sirve llorar, si te caes...
-¿Me levanto?.
-¡Eso es! Te levantas- le acarició las rodillas y el niño sonrió.- siempre arriba ¿Vale?
Notó una caricia leve en las rodillas y los ojos enrojecidos del belga se encontraron con Sinceridad, que le hablaba en voz baja. El muchacho admiró su capacidad de controlar la situación y observó en silencio como le daba ánimos para seguir adelante. Le necesitaba, lo necesitaban, y él quería ayudar, de veras que quería. Agradeció que le diera unos segundos para calmarse y poner su cabeza en orden, estaba triste y no podía reprimir las lágrimas pero eso no significaba que se quedara quieto.
-Gracias- dijo ya con medio sollozo- solo ha sido un momento- aún le costaba encontrar la voz y más aún las fuerzas para incorporarse pero lo hizo. Se levantó y sus piernas se resintieron pero allí estaba -coño, voy a ayudar, siempre arriba.
Entre todos subieron a los que faltaban y notaba a cada paso como su cuerpo decía basta, se había curado pero seguía agotado, demasiado, sobre todo mentalmente.
-Estoy bien- contestó a Eorlir al llegar a la plaza de la fuente- esto no tenía que haber pasado, estoy bien ¿todos vivos no?, eso es lo que cuenta- le haría falta un rato más para convencerse de eso y recomponerse del todo.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de la Fuente
23/11/16, 11:22 pm
Sox ya no se sentía los brazos para cuando por fin hicieron la última pausa en la fuente; había llegado un punto del trayecto a partir del cual el carabés solamente se veía capaz de pensar en el siguiente paso y en que no podía quedar mucho. Se masajeó los hombros, intentando camuflar una mueca de dolor en cuanto notó que había gente mirándole. Asintió conforme ante la propuesta de Eorlir.
—No tenemos ninguna garantía de que haya funcionado perfectamente, o ni siquiera de que sea un hechizo bien formulado —era magia médica no autorizada, en un lugar plagado ya de tantas cosas ilegales. Podrían presentarse complicaciones en cualquier momento, y Sox intuía que contabilizarlas solo le haría ponerse malo a él también. Bastaba con ser consciente de que existían. Bufó cuando le preguntaron si había llegado a leer los apuntes—. Claro que no, estaba tirando de las camillas como los demás. Dadme un momento para que les eche un ojo.
Lo primero que advirtió fue que las anotaciones estaban por completo en el idioma de la fuente. "Sí. Por fin." Por fin algo les salía bien desde aquel secuestro de mierda. Torció el gesto por costumbre al ver estrellitas y otros dibujos en los márgenes. Eran distractores; si quería estudiar en condiciones necesitaba apuntes limpios. Recordó entonces abruptamente que eran los apuntes de una muerta.
Resistió el impulso desasosegante de dejar de tocarlos y los hojeó en su lugar. Sí, eran solo tres hechizos después de todo. Térmico, levitatorio y curación superficial. Los separó y en los que tenían más de una página dobló una esquina superior para que más o menos quedaran juntos. Un momento en silencio mientras pensaba.
—Nada de usar levitación con las camillas. Se tarda en dominarla y lo último que necesitan es volver a estrellarse contra el suelo si cualquiera de nosotros se distrae —esperaba no tener que aprender de nuevo él también. Aquélla era magia nueva al fin y al cabo, y podía requerir una clase diferente de concentración. Ni se le pasó por la cabeza la posibilidad de no ser capaz de realizarla. Levantó la mirada de los folios para ver si le habían escuchado y registró en silencio el estado de los ocupantes de la plaza—. Será mejor ir a buscar a los que se han quedado en el torreón. No queda lejos y no están cansados. Iremos más rápido si nos relevan que renqueando nosotros el resto del camino —juzgó. Él mismo se sentía como si hubieran barrido el suelo con su cara.
—No tenemos ninguna garantía de que haya funcionado perfectamente, o ni siquiera de que sea un hechizo bien formulado —era magia médica no autorizada, en un lugar plagado ya de tantas cosas ilegales. Podrían presentarse complicaciones en cualquier momento, y Sox intuía que contabilizarlas solo le haría ponerse malo a él también. Bastaba con ser consciente de que existían. Bufó cuando le preguntaron si había llegado a leer los apuntes—. Claro que no, estaba tirando de las camillas como los demás. Dadme un momento para que les eche un ojo.
Lo primero que advirtió fue que las anotaciones estaban por completo en el idioma de la fuente. "Sí. Por fin." Por fin algo les salía bien desde aquel secuestro de mierda. Torció el gesto por costumbre al ver estrellitas y otros dibujos en los márgenes. Eran distractores; si quería estudiar en condiciones necesitaba apuntes limpios. Recordó entonces abruptamente que eran los apuntes de una muerta.
Resistió el impulso desasosegante de dejar de tocarlos y los hojeó en su lugar. Sí, eran solo tres hechizos después de todo. Térmico, levitatorio y curación superficial. Los separó y en los que tenían más de una página dobló una esquina superior para que más o menos quedaran juntos. Un momento en silencio mientras pensaba.
—Nada de usar levitación con las camillas. Se tarda en dominarla y lo último que necesitan es volver a estrellarse contra el suelo si cualquiera de nosotros se distrae —esperaba no tener que aprender de nuevo él también. Aquélla era magia nueva al fin y al cabo, y podía requerir una clase diferente de concentración. Ni se le pasó por la cabeza la posibilidad de no ser capaz de realizarla. Levantó la mirada de los folios para ver si le habían escuchado y registró en silencio el estado de los ocupantes de la plaza—. Será mejor ir a buscar a los que se han quedado en el torreón. No queda lejos y no están cansados. Iremos más rápido si nos relevan que renqueando nosotros el resto del camino —juzgó. Él mismo se sentía como si hubieran barrido el suelo con su cara.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Plaza de la Fuente
25/11/16, 11:08 am
Siete estaba exhausto cuando alcanzaron la fuente, y no hubiera sabido decir cuanto de aquello era físico y cuanto emocional. Había llevado su peso registrando el tirón de sus musculos solo de forma tangencial. Nada parecía real o sólido, y el tiempo se deslizó de forma extraña. Parecía eterno entre paso y paso, y nasa en absoluto cuando llegaron a su destino.
Oir a Eriel lo sacudió de vuelta a la realidad, pero solo parcialmente. Sonrió de vuelta, con los matices de angustia escritos en la tensión en su frente, cómo apretó los labios después.
- Estoy bien- dijo, con la voz suave. Estaba entero, y había participado en agotar aquel anillo horrible, que hubiera ahorrado la camilla a otro. Su estómago se encogió ante la mera idea de volver a su estado anterior. Más respuestas apagadas y no del todo conscientes- Sí, sí, no me duele nada. No queda nada.
Se sentía impotente y estúpido. Algo en un rincón de su mente gritaba ante la posibilidad de que ese bienestar fisico desapareciera de pronto. Todavía quedaban posos del miedo. Miedo a morirse que ahora se unía al miedo de ser la causa de otras muertes. El ambiente en la plaza lo llenaba de ansiedad. Algo todavía no reaccionaba de la forma en la que lo necesitaba. No había olas contra las que nadar, ni agua que escupir. Nunca había visto a nadie, a tantos, abiertos y heridos. Se agarró a las palabras de Sox.
- Voy contigo- dijo, con la voz estrangulada. Una última mirada de reojo a los nublinos, casi de disculpa. Siete trató de convencerse de que era lo mejor que podía hacer ahora, y aquello era más que otra huida.
Oir a Eriel lo sacudió de vuelta a la realidad, pero solo parcialmente. Sonrió de vuelta, con los matices de angustia escritos en la tensión en su frente, cómo apretó los labios después.
- Estoy bien- dijo, con la voz suave. Estaba entero, y había participado en agotar aquel anillo horrible, que hubiera ahorrado la camilla a otro. Su estómago se encogió ante la mera idea de volver a su estado anterior. Más respuestas apagadas y no del todo conscientes- Sí, sí, no me duele nada. No queda nada.
Se sentía impotente y estúpido. Algo en un rincón de su mente gritaba ante la posibilidad de que ese bienestar fisico desapareciera de pronto. Todavía quedaban posos del miedo. Miedo a morirse que ahora se unía al miedo de ser la causa de otras muertes. El ambiente en la plaza lo llenaba de ansiedad. Algo todavía no reaccionaba de la forma en la que lo necesitaba. No había olas contra las que nadar, ni agua que escupir. Nunca había visto a nadie, a tantos, abiertos y heridos. Se agarró a las palabras de Sox.
- Voy contigo- dijo, con la voz estrangulada. Una última mirada de reojo a los nublinos, casi de disculpa. Siete trató de convencerse de que era lo mejor que podía hacer ahora, y aquello era más que otra huida.
-
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Plaza de la Fuente
27/11/16, 07:31 pm
Miró a Eorlir de reojo. -Cansado, pero estoy bien, la magia ha hecho su trabajo. -Alzó y miró su muñón. -Supongo que pedirle que me curase la mano mientras me reparaba sin cesar el brazo era demasiado para un simple anillo.
Unos cuantos decidieron irse a por los del torreón para que ayudaran pero que fueran cuatro le pareció excesivo, pero Inna y Eor tampoco aportaban mucho a la defensa y Sox y Siete se veían demasiado cansados.
-Daos prisa. -Les dijo. -No sabemos cuándo podría volver a pasar algo.
En cuanto se fueron se dirigió a Sinceridad y a Tayron dispuesto a hacerlo todo lo más eficiente posible.
-<<Necesito algo para limpiarles...>> -Se empezó a desgarrar la ropa de arriba, estaba destrozada y llena de sangre, pero la podría usar de trapo.
-Ayudadme a hacer trapos limpios y mojarlos para limpiarles las heridas y otros para empezar a taparlas. El agua de la fuente seguramente sea purificada con magia, así que será perfecta para limpiarlas. Mónica siempre lleva jabón consigo... -Se acercó a la chica y buscando sin tapujos en sus cosas lo cogió. -Bien, usaremos el jabón por fuera procurando que no entre en las heridas. Os enseñaré como. Sinceridad, necesitaremos que sobrevueles la zona cada poco por si se acerca algo, ¿puedes hacerlo?
Cogió uno de los trapos que no estaban repletos de sangre y mojándolo se dirigió hacia Mónica para enseñarles a ambos, cuando el agua toco la herida y empezó a gritar Barael se alivió de que no muriera, su hermano no se pondría triste.
-Bienvenida de vuelta. Ahora aguanta un poco. -Fueron sus palabras amables para ella.
Unos cuantos decidieron irse a por los del torreón para que ayudaran pero que fueran cuatro le pareció excesivo, pero Inna y Eor tampoco aportaban mucho a la defensa y Sox y Siete se veían demasiado cansados.
-Daos prisa. -Les dijo. -No sabemos cuándo podría volver a pasar algo.
En cuanto se fueron se dirigió a Sinceridad y a Tayron dispuesto a hacerlo todo lo más eficiente posible.
-<<Necesito algo para limpiarles...>> -Se empezó a desgarrar la ropa de arriba, estaba destrozada y llena de sangre, pero la podría usar de trapo.
-Ayudadme a hacer trapos limpios y mojarlos para limpiarles las heridas y otros para empezar a taparlas. El agua de la fuente seguramente sea purificada con magia, así que será perfecta para limpiarlas. Mónica siempre lleva jabón consigo... -Se acercó a la chica y buscando sin tapujos en sus cosas lo cogió. -Bien, usaremos el jabón por fuera procurando que no entre en las heridas. Os enseñaré como. Sinceridad, necesitaremos que sobrevueles la zona cada poco por si se acerca algo, ¿puedes hacerlo?
Cogió uno de los trapos que no estaban repletos de sangre y mojándolo se dirigió hacia Mónica para enseñarles a ambos, cuando el agua toco la herida y empezó a gritar Barael se alivió de que no muriera, su hermano no se pondría triste.
-Bienvenida de vuelta. Ahora aguanta un poco. -Fueron sus palabras amables para ella.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Plaza de la Fuente
27/11/16, 08:04 pm
Mónica despertó desorientada, gritando desesperadamente en cuanto el agua rozó una de sus heridas arrastrándole de nuevo de su maravillosa inconsciencia a la horrible realidad. No estaba enterrada en medio de escombros, no estaba T-Fichas a su lado.
Trató de retorcerse para escapar de la presa del trapo empapado en agua pero eso hizo que le doliera más todo, por lo que se mantuvo quieta mientras Roño trataba de limpiarle el polvo y la sangre, incapaz de centrar la vista, apretando los dientes y los párpados, gritando cada vez que el dolor conseguía superar su escasa resistencia. En determinado momento hizo un movimiento que le recordó su muñeca rota, y un grito se le volvió a escapar cuando la movió.
—La muñeca —jadeó la chica con los ojos llenos de lágrimas—. Por favor.
En ese momento un espantoso pensamiento hizo acto de presencia. «Infección. Oh, no. Oh, por favor, no». Mónica comenzó a llorar, tan asustada que no podía apenas respirar. Aferró con la mano buena el brazo de Roño.
—No dejes que se me infecten las heridas —el terror se traslucía en la expresión desencajada de su rostro y en su voz—. No quiero morir, no quiero, por favor, ¡por favor!
Trató de retorcerse para escapar de la presa del trapo empapado en agua pero eso hizo que le doliera más todo, por lo que se mantuvo quieta mientras Roño trataba de limpiarle el polvo y la sangre, incapaz de centrar la vista, apretando los dientes y los párpados, gritando cada vez que el dolor conseguía superar su escasa resistencia. En determinado momento hizo un movimiento que le recordó su muñeca rota, y un grito se le volvió a escapar cuando la movió.
—La muñeca —jadeó la chica con los ojos llenos de lágrimas—. Por favor.
En ese momento un espantoso pensamiento hizo acto de presencia. «Infección. Oh, no. Oh, por favor, no». Mónica comenzó a llorar, tan asustada que no podía apenas respirar. Aferró con la mano buena el brazo de Roño.
—No dejes que se me infecten las heridas —el terror se traslucía en la expresión desencajada de su rostro y en su voz—. No quiero morir, no quiero, por favor, ¡por favor!
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Plaza de la Fuente
28/11/16, 11:20 pm
Innadriel
Ina lloraba. Apenas veía lo que tenía delante mientras cargaba a Mónica junto a Eorlir. Se sentía inútil y estúpida: apenas había hecho nada para ayudar a sus compañeros, menos aún por iniciativa propia. Se había quedado arriba, llorando, paralizada por un miedo atroz que no la dejaba ni pensar. Abajo, todos gritaban o lloraban, o ambas. Y ver derrumbarse a sus compañeros no ayudaba para nada a tranquilizarla. Chilló al ver al dragón cerca, le chilló a Eorlir histérica que ella no tenía fuerza como para subir a nadie. La niña cerró los ojos y suspiró. No habían sido actitudes bonitas ni heroicas, pero era lo que había hecho porque tenía miedo, y no se la podía criticar, ¿no? Miró de reojo a Mónica, sangrando. Había tenido la suerte de no caer con ellos, de salir ilesa de aquello, y en vez de ayudarles solo había llorado. Hasta Eorlir terminó por bajar a ayudar, mientras ella estaba arriba, agarrándose a la cortina lo más fuerte que podía mientras lloriqueaba, hasta que se repuso lo bastante como para subirles con la polea improvisada.
Llegó a la plaza llorando aún. Sabía que la ciudad era peligrosa, que había cosas malas fuera…y aun así había ido. Se dedicó a ayudar a Eorlir a lavar las heridas a quienes lo necesitaran, secándose las lágrimas y sorbiendo mocos de cuando en cuando. «Quiero ir a casa…». La niña estaba asustada y no dejaba de mirar a Mónica, quien estaba sangrando demasiado, como intentando que las respuesta a lo que debía hacer se le aparecieran delante de sus ojos. Fue entonces cuando vio a Barael usando su ropa como un trapo —Espera…está llena de sangre. No es buena idea limpiar con sangre las heridas, ¿no? —esbozó una sonrisa tímida mientras se arrancaba parte de la falda del vestido. Era largo y las vidas de sus compañeros eran más importantes que un trozo de tela. Le tendió los trozos al nublino, con los ojos llorosos aún —. Usa esto mejor.
Echó una mirada rápida al cielo. Necesitaban pronto la ayuda que había ido a buscar Sinceridad: ellos solos no podían llevarlos hasta Maciel.
Ina lloraba. Apenas veía lo que tenía delante mientras cargaba a Mónica junto a Eorlir. Se sentía inútil y estúpida: apenas había hecho nada para ayudar a sus compañeros, menos aún por iniciativa propia. Se había quedado arriba, llorando, paralizada por un miedo atroz que no la dejaba ni pensar. Abajo, todos gritaban o lloraban, o ambas. Y ver derrumbarse a sus compañeros no ayudaba para nada a tranquilizarla. Chilló al ver al dragón cerca, le chilló a Eorlir histérica que ella no tenía fuerza como para subir a nadie. La niña cerró los ojos y suspiró. No habían sido actitudes bonitas ni heroicas, pero era lo que había hecho porque tenía miedo, y no se la podía criticar, ¿no? Miró de reojo a Mónica, sangrando. Había tenido la suerte de no caer con ellos, de salir ilesa de aquello, y en vez de ayudarles solo había llorado. Hasta Eorlir terminó por bajar a ayudar, mientras ella estaba arriba, agarrándose a la cortina lo más fuerte que podía mientras lloriqueaba, hasta que se repuso lo bastante como para subirles con la polea improvisada.
Llegó a la plaza llorando aún. Sabía que la ciudad era peligrosa, que había cosas malas fuera…y aun así había ido. Se dedicó a ayudar a Eorlir a lavar las heridas a quienes lo necesitaran, secándose las lágrimas y sorbiendo mocos de cuando en cuando. «Quiero ir a casa…». La niña estaba asustada y no dejaba de mirar a Mónica, quien estaba sangrando demasiado, como intentando que las respuesta a lo que debía hacer se le aparecieran delante de sus ojos. Fue entonces cuando vio a Barael usando su ropa como un trapo —Espera…está llena de sangre. No es buena idea limpiar con sangre las heridas, ¿no? —esbozó una sonrisa tímida mientras se arrancaba parte de la falda del vestido. Era largo y las vidas de sus compañeros eran más importantes que un trozo de tela. Le tendió los trozos al nublino, con los ojos llorosos aún —. Usa esto mejor.
Echó una mirada rápida al cielo. Necesitaban pronto la ayuda que había ido a buscar Sinceridad: ellos solos no podían llevarlos hasta Maciel.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de la Fuente
29/11/16, 05:46 am
Lo de Tay funcionó. Lo de las poleas funcionó. Consiguieron sacarlos a todos son percances, aunque la roquense no terminaba de creérselo. Ya habían pasado lo peor. Ahora sólo tenían que procurar que no se desangraran los que seguían graves... Y Sinceridad no sabía cómo hacerlo. Cuanto más les miraba y pensaba, más se agobiaba. Aún mantendría el control, pero... Sabía tratar heridas, claro, como las que se había hecho antes: superficiales, nada graves. Mónica y Rad eran harina de otro saco...
Primero tenían que llegar todos a la fuente. Fue alerta durante el maldito camino y en más de una ocasión, quizá por paranoia, creyó oír a la bestia de los cuernos en las calles aledañas. Incluso cuando vieron la plaza al final de una calle no consiguió tranquilizarse. Iba crispada. Tan pronto era por una razón como cambiaba a otra. Había sido primero la bestia, luego el derrumbe, más bestia, después volar al agujero, ver otra criatura largarse, contemplar el estropicio de sus compañeros, seguidamente planear y conseguir sacarlos, llegar a la fuente... Y ahora podía sentir cómo, como sería obvio, le miraban esperando que fuera una excelente sanadora de pelea. Si no les hubiera puesto en peligro, habría gritado para desahogarse. Ganas no le faltaban.
Al menos, pudo comprobar que hicieran lo que hicieran, sería con la mayor higiene posible dadas las circunstancias, aunque la roquense no conociera otra ni supiera siquiera qué era una "infección", pero sonaba peligroso. No se lo pensó mucho. Se lanzó a la fuente, metió la cabeza y soltó un grito bajo el agua antes de sacudir la cabeza y empezar a lavarse con ganas. Ni loca tocaría a los heridos cubierta de polvo, sudor y sangre seca suya. Si es que toda era suya, porque ya ni recordaba si se habría manchado de la de alguien. Sin embargo, antes de que pudiera acabar, oyó que un grupo se iba al torreón a pedir refuerzos. Sacudió la cabeza, de nuevo, y a punto estuvo de gritar otra vez: ¿Cómo no se le había ocurrido? Estaban cerca, maldita sea, y claramente necesitaban manos extra. Ella llegaría antes.
Bajó de la fuente, miró a Rad y Mónica bastante preocupada, y se dirigió al grupo. Les interrumpió, sin más:
-Ni hablar, yo iré más rápida -<<y no sé curaros, así hago algo útil>>-. No sé qué hacer con ellos, lo siento, quizá alguien de allí sepa mejor. Tened cuidado.
Y esa fue su despedida. Sinceramente, esperaba que el humano supiera algo más que el resto. Si tanto había peleado, si de tanta batalla sabía, no estaría de más que supiera tratar las consecuencias de cualquier contienda. Porque... ¿Qué demonios se hacía con madera y cosas clavadas? ¿Y si sacarlas provocaba que se desangraran? <<Ni lo pienses. Corre. Improvisaremos si hace falta y que tengan una muerte digna y con el menor dolor posible, al menos. Pero en casa>> Necesitaban más brazos y manos que sanadores. <<Me vendrá bien el aire fresco>> Pero los gritos de Mónica la persiguieron unos metros. Gustosamente los habría cambiado por el estruendo de las estatuas reventadas.
Echó a volar en mitad de su última frase y se dirigió al Torreón Maciel.
Primero tenían que llegar todos a la fuente. Fue alerta durante el maldito camino y en más de una ocasión, quizá por paranoia, creyó oír a la bestia de los cuernos en las calles aledañas. Incluso cuando vieron la plaza al final de una calle no consiguió tranquilizarse. Iba crispada. Tan pronto era por una razón como cambiaba a otra. Había sido primero la bestia, luego el derrumbe, más bestia, después volar al agujero, ver otra criatura largarse, contemplar el estropicio de sus compañeros, seguidamente planear y conseguir sacarlos, llegar a la fuente... Y ahora podía sentir cómo, como sería obvio, le miraban esperando que fuera una excelente sanadora de pelea. Si no les hubiera puesto en peligro, habría gritado para desahogarse. Ganas no le faltaban.
Al menos, pudo comprobar que hicieran lo que hicieran, sería con la mayor higiene posible dadas las circunstancias, aunque la roquense no conociera otra ni supiera siquiera qué era una "infección", pero sonaba peligroso. No se lo pensó mucho. Se lanzó a la fuente, metió la cabeza y soltó un grito bajo el agua antes de sacudir la cabeza y empezar a lavarse con ganas. Ni loca tocaría a los heridos cubierta de polvo, sudor y sangre seca suya. Si es que toda era suya, porque ya ni recordaba si se habría manchado de la de alguien. Sin embargo, antes de que pudiera acabar, oyó que un grupo se iba al torreón a pedir refuerzos. Sacudió la cabeza, de nuevo, y a punto estuvo de gritar otra vez: ¿Cómo no se le había ocurrido? Estaban cerca, maldita sea, y claramente necesitaban manos extra. Ella llegaría antes.
Bajó de la fuente, miró a Rad y Mónica bastante preocupada, y se dirigió al grupo. Les interrumpió, sin más:
-Ni hablar, yo iré más rápida -<<y no sé curaros, así hago algo útil>>-. No sé qué hacer con ellos, lo siento, quizá alguien de allí sepa mejor. Tened cuidado.
Y esa fue su despedida. Sinceramente, esperaba que el humano supiera algo más que el resto. Si tanto había peleado, si de tanta batalla sabía, no estaría de más que supiera tratar las consecuencias de cualquier contienda. Porque... ¿Qué demonios se hacía con madera y cosas clavadas? ¿Y si sacarlas provocaba que se desangraran? <<Ni lo pienses. Corre. Improvisaremos si hace falta y que tengan una muerte digna y con el menor dolor posible, al menos. Pero en casa>> Necesitaban más brazos y manos que sanadores. <<Me vendrá bien el aire fresco>> Pero los gritos de Mónica la persiguieron unos metros. Gustosamente los habría cambiado por el estruendo de las estatuas reventadas.
Echó a volar en mitad de su última frase y se dirigió al Torreón Maciel.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
29/11/16, 05:38 pm
Sonrió a Tayron, aparentando más tranquilidad de la que sentía.
-Si, todos vivos... Aunque tenemos a Monica, Radar y a Eriel hechos polvo. La cosa que os curó... el anillo... sólo tenía tres usos. De momento limpiemosles las heridas... luego ya veremos qué hacemos para curarles.
Escuchó a Sox con atención. Cuando le habló de los tres hechizos que había en los apuntes, tuvo algo de vértigo. No se veía realizando ninguna maravilla, desde luego. Aún así, le pareció útil que pudieran llegar a hacer algo así al menos algunos de ellos.
-No sabemos el frío que puede llegar a hacer aquí... El térmico supongo que suena bien. Y la curación... -se estremeció al oir "superficial"-. No hay nada "superficial" en esto de aquí... No creo que nos valga para esto. Más nos vale que el anillo se pueda recargar... Es lo único que tenemos seguro para curar heridas más graves...
En un principio, Eorlir quería acompañar a Siete y a Sox al torreón, al menos para dejar a Ina allí. La pobrecilla estaba asustadísima, y apenas había podido ayudar por puro miedo. Necesitaba alejarla, llevarla a un lugar seguro. Gruñó levemente cuando Sinceridad levantó el vuelo y fue al torreón sola, pero no dijo nada. En su lugar, se quedó con el grupo para seguir tratando a los heridos.
En un pequeño respiro, se dirigió a Ina y la abrazó para reconfortarla.
-Shhhh... Ya ha pasado, Ina. Ya está. -besó su frente-. Vamos, vamos. Respira hondo. -le secó las lágrimas con el pulgar con suavidad-. Eh, escucha, Ina... -la miró a los ojos, mostrándose seguro para ella-. Ya lo has visto. Esta ciudad es mala, y nos necesitamos unos a otros... Si la próxima vez fuera yo el que estuviera herido, tendrías que salvarme, ¿no? -sonrió-. Puedes hacerlo. Sé que puedes. -le revolvió el pelo con cariño y se dirigió de nuevo a los heridos.
Se puso al lado de Barael y sonrió con aprobación cuando Ina, llorosa aún pero haciendo un esfuerzo para sobreponerse, les alcanzaba un trozo de tela de su vestido para usarlo de trapo limpio. Cogió el trozo y miró a Barael.
-De acuerdo. Indícame. -miró alarmado a la chica, que se había despertado por el dolor-. Shh. Tranquila, Monica. No dejaremos que se te infecte nada. ¿Ves? Estamos limpiandote las heridas... "me preocupa más la sangre que estás perdiendo... maldita sea..." -entre él y el nublino limpiaron las heridas de la humana y la vendaron como pudieron con sabanas y trozos de ropa limpia. Miró a Ina.
-¿Quieres quedarte con Monica mientras vamos a examinar a los demás? Necesita alguien que la vigile por si sus heridas sangran demasiado...
Miró a Rádar y se dirigió hacia él. Terció el gesto ante la visión del pecho del carabés y de la tabla que se había clavado en su pantorrilla y se puso a limpiarle las heridas con cuidado. Le miró y trató de sonreír.
-Vamos, Rad... Aguanta hasta que lleguen los otros... Since ha ido a por refuerzos, no deberían tardar en llegar...
Miró a Eriel. Como Monica y Rad, se había clavado una tabla. Mientras que la humana se la había logrado sacar, los dos chicos seguían teniendolas clavadas. Le daba miedo tener que quitársela a cualquiera de los dos. Tenía miedo de que se desangraran. Necesitaban saber cómo cargar el anillo pronto.
-Si, todos vivos... Aunque tenemos a Monica, Radar y a Eriel hechos polvo. La cosa que os curó... el anillo... sólo tenía tres usos. De momento limpiemosles las heridas... luego ya veremos qué hacemos para curarles.
Escuchó a Sox con atención. Cuando le habló de los tres hechizos que había en los apuntes, tuvo algo de vértigo. No se veía realizando ninguna maravilla, desde luego. Aún así, le pareció útil que pudieran llegar a hacer algo así al menos algunos de ellos.
-No sabemos el frío que puede llegar a hacer aquí... El térmico supongo que suena bien. Y la curación... -se estremeció al oir "superficial"-. No hay nada "superficial" en esto de aquí... No creo que nos valga para esto. Más nos vale que el anillo se pueda recargar... Es lo único que tenemos seguro para curar heridas más graves...
En un principio, Eorlir quería acompañar a Siete y a Sox al torreón, al menos para dejar a Ina allí. La pobrecilla estaba asustadísima, y apenas había podido ayudar por puro miedo. Necesitaba alejarla, llevarla a un lugar seguro. Gruñó levemente cuando Sinceridad levantó el vuelo y fue al torreón sola, pero no dijo nada. En su lugar, se quedó con el grupo para seguir tratando a los heridos.
En un pequeño respiro, se dirigió a Ina y la abrazó para reconfortarla.
-Shhhh... Ya ha pasado, Ina. Ya está. -besó su frente-. Vamos, vamos. Respira hondo. -le secó las lágrimas con el pulgar con suavidad-. Eh, escucha, Ina... -la miró a los ojos, mostrándose seguro para ella-. Ya lo has visto. Esta ciudad es mala, y nos necesitamos unos a otros... Si la próxima vez fuera yo el que estuviera herido, tendrías que salvarme, ¿no? -sonrió-. Puedes hacerlo. Sé que puedes. -le revolvió el pelo con cariño y se dirigió de nuevo a los heridos.
Se puso al lado de Barael y sonrió con aprobación cuando Ina, llorosa aún pero haciendo un esfuerzo para sobreponerse, les alcanzaba un trozo de tela de su vestido para usarlo de trapo limpio. Cogió el trozo y miró a Barael.
-De acuerdo. Indícame. -miró alarmado a la chica, que se había despertado por el dolor-. Shh. Tranquila, Monica. No dejaremos que se te infecte nada. ¿Ves? Estamos limpiandote las heridas... "me preocupa más la sangre que estás perdiendo... maldita sea..." -entre él y el nublino limpiaron las heridas de la humana y la vendaron como pudieron con sabanas y trozos de ropa limpia. Miró a Ina.
-¿Quieres quedarte con Monica mientras vamos a examinar a los demás? Necesita alguien que la vigile por si sus heridas sangran demasiado...
Miró a Rádar y se dirigió hacia él. Terció el gesto ante la visión del pecho del carabés y de la tabla que se había clavado en su pantorrilla y se puso a limpiarle las heridas con cuidado. Le miró y trató de sonreír.
-Vamos, Rad... Aguanta hasta que lleguen los otros... Since ha ido a por refuerzos, no deberían tardar en llegar...
Miró a Eriel. Como Monica y Rad, se había clavado una tabla. Mientras que la humana se la había logrado sacar, los dos chicos seguían teniendolas clavadas. Le daba miedo tener que quitársela a cualquiera de los dos. Tenía miedo de que se desangraran. Necesitaban saber cómo cargar el anillo pronto.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de la Fuente
30/11/16, 11:10 pm
Sí, eso tenía sentido. Sox asintió cuando Since dijo de sustituirles. Iría más rápido y con menos probabilidad de encontrarse algo por el camino. Se habría sentido imbécil por no haber hecho la conexión él mismo, pero ya tenía la cabeza saturada de suficientes pensamientos.
—Ten cuidado —aunque era indudablemente la frase correcta, le supo vacía. Ellos habían guardado toda clase de precauciones y mira cómo habían acabado. ¿O deberían dar las gracias por no haberse dejado a nadie por el camino? Era un pensamiento desolador.
La calma temporal a la que habían llegado al detenerse se vio rota de repente cuando un grito desgarrador marcó el despertar de Mónica. Durante un instante fugaz y espantoso de inexperiencia Sox creyó que la humana había despertado justo a tiempo para ser consciente de estar muriéndose.
Barael fue el primero en reaccionar. Sox se quedó mirando estupefacto al nublino, decodificando las instrucciones y la fuente inesperada de la que venían.
—Tenía entendido que eras pastor, no médico —señaló con suspicacia. Por suerte todo hasta ahora sonaba razonable, pero teniendo en cuenta las burradas teístas que habían salido de boca de los dos hermanos el carabés no descartaba tener que separar lo verdaderamente útil de alguna superstición absurda. Si todavía les quedaba alguna después del fiasco de aquella tarde, añadió para sí con amargura. Lecciones duras, por la vía difícil. Correr riesgo de muerte simplemente por ir por la calle no, pero ése sí era un concepto que entendía.
Chapó, como era lógico: en su caso se ocupó de la tarea de lavar y escurrir la tela en agua de la fuente antes de pasársela a los que seguían las indicaciones de Barael. El nublino había tenido los dos dedos de frente de no haber intentado hacerlo todo con una mano, al menos.
La plaza estaba momentáneamente llena otra vez de sonido. Susurros de consuelo, Mónica gritando y luego suplicando. En espacio de escasos segundos se le hizo insoportable.
—No te vas a morir —se encontró espetando, con la convicción agresiva con la que formulaba la única opción tolerable para él—. El agua de la fuente está desinfectada con magia o no podríamos beber de ella, ¿vale? Nadie va a morirse —había cierto desafío en su voz; no a Mónica sino a la situación, como si la retara a empeorar después de la lógica que acababa de exponer.
Dirigió una mirada de reojo hacia atrás al oír a Eorlir. Eriel no había vuelto a hablar, y Rádar ni siquiera había alzado la voz en todo aquel tiempo. Cuando se les había echado en cara que el mero hecho de sobrevivir era la prueba de mérito, se había planteado con frialdad lo que significaría que uno de los carabeses cayese y otro no. Ahora que se enfrentaba a la posibilidad sentía sudor frío. Quería ganar, pero no así. Sonaba a trampas, y eso le bastaba. Sox aún no se atrevía a internarse en el abrumador tren de pensamiento que había más allá de aquella consecuencia: la más superficial de todas y lo sabía.
El carabés había empezado a subrayar los apuntes referentes a curación superficial en el intervalo entre la marcha de Since y el despertar de la madrileña. Sin embargo los había soltado, poniendo peso encima para que no volaran, en cuanto advirtió que los había estado crispando en un puño que iba apretándose poco a poco. Los alisó de forma rígida ahora que volvía a tener las manos secas.
—¿Quién tiene el anillo? —preguntó. Sin otra cosa que hacer más que esperar a Since, se asfixiaba en su propia inmovilidad. Necesitaba sacar alguna micra de información útil de esa magia extranjera. Algo de lo que había aprendido tendría que servir, o la alternativa era seguir a ciegas las instrucciones de otro.
—Ten cuidado —aunque era indudablemente la frase correcta, le supo vacía. Ellos habían guardado toda clase de precauciones y mira cómo habían acabado. ¿O deberían dar las gracias por no haberse dejado a nadie por el camino? Era un pensamiento desolador.
La calma temporal a la que habían llegado al detenerse se vio rota de repente cuando un grito desgarrador marcó el despertar de Mónica. Durante un instante fugaz y espantoso de inexperiencia Sox creyó que la humana había despertado justo a tiempo para ser consciente de estar muriéndose.
Barael fue el primero en reaccionar. Sox se quedó mirando estupefacto al nublino, decodificando las instrucciones y la fuente inesperada de la que venían.
—Tenía entendido que eras pastor, no médico —señaló con suspicacia. Por suerte todo hasta ahora sonaba razonable, pero teniendo en cuenta las burradas teístas que habían salido de boca de los dos hermanos el carabés no descartaba tener que separar lo verdaderamente útil de alguna superstición absurda. Si todavía les quedaba alguna después del fiasco de aquella tarde, añadió para sí con amargura. Lecciones duras, por la vía difícil. Correr riesgo de muerte simplemente por ir por la calle no, pero ése sí era un concepto que entendía.
Chapó, como era lógico: en su caso se ocupó de la tarea de lavar y escurrir la tela en agua de la fuente antes de pasársela a los que seguían las indicaciones de Barael. El nublino había tenido los dos dedos de frente de no haber intentado hacerlo todo con una mano, al menos.
La plaza estaba momentáneamente llena otra vez de sonido. Susurros de consuelo, Mónica gritando y luego suplicando. En espacio de escasos segundos se le hizo insoportable.
—No te vas a morir —se encontró espetando, con la convicción agresiva con la que formulaba la única opción tolerable para él—. El agua de la fuente está desinfectada con magia o no podríamos beber de ella, ¿vale? Nadie va a morirse —había cierto desafío en su voz; no a Mónica sino a la situación, como si la retara a empeorar después de la lógica que acababa de exponer.
Dirigió una mirada de reojo hacia atrás al oír a Eorlir. Eriel no había vuelto a hablar, y Rádar ni siquiera había alzado la voz en todo aquel tiempo. Cuando se les había echado en cara que el mero hecho de sobrevivir era la prueba de mérito, se había planteado con frialdad lo que significaría que uno de los carabeses cayese y otro no. Ahora que se enfrentaba a la posibilidad sentía sudor frío. Quería ganar, pero no así. Sonaba a trampas, y eso le bastaba. Sox aún no se atrevía a internarse en el abrumador tren de pensamiento que había más allá de aquella consecuencia: la más superficial de todas y lo sabía.
El carabés había empezado a subrayar los apuntes referentes a curación superficial en el intervalo entre la marcha de Since y el despertar de la madrileña. Sin embargo los había soltado, poniendo peso encima para que no volaran, en cuanto advirtió que los había estado crispando en un puño que iba apretándose poco a poco. Los alisó de forma rígida ahora que volvía a tener las manos secas.
—¿Quién tiene el anillo? —preguntó. Sin otra cosa que hacer más que esperar a Since, se asfixiaba en su propia inmovilidad. Necesitaba sacar alguna micra de información útil de esa magia extranjera. Algo de lo que había aprendido tendría que servir, o la alternativa era seguir a ciegas las instrucciones de otro.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Plaza de la Fuente
02/12/16, 11:56 pm
Y se fue. Por milagroso que le pareciera, se fue. Y justo después la única noticia que podía alegrarle en ese momento: habían conseguido magia curativa. El mazazo de que aquel anillo solo tuviera unos cuantos usos le dejó tal impacto que, por un momento, se volvió de echar la saliva rojiza que se acumulaba en su boca. Un acceso de esputos sangrientos le sobrevino, convirtiendo su torso en una tabla de tórtura. La sensación de mil agujas clavándose en los músculos y huesos del lugar le dejó con lágrimas en los ojos. «Maldita ciudad, maldita magia, maldita vida». Deseó que la inconsciencia se lo llevara también a él para poder, al menos por un rato, dejar de sufrir tanto.
A partir de aquel momento se limitó a intentar ser lo menos quejica posible y en procurar no estorbar su colocación en las camillas improvisadas. Durante el camino se preguntó cuándo tardarían en cerrarse las heridas de su boca. No sabía cuánto tiempo podían requirir sin magia y sin nada con lo que taparlos. «Espero que no se infecte» pensó en determinado momento, entre respiraciones ahogadas y gemidos entrecortados. Aquel destrozo había sido demasiado grande como para aguantar por completo el dolor, pero, dentro de las posibilidades, el carabés no estaba siendo especialmente quejica. Gemía, y no poco, pero a un volumen suficientemente bajo como para ignorarlo y sin decir nada.
La limpieza de las heridas aumentó la agonía hasta cotas que el carabés desconocía que pudieran existir. Los gemidos aumentaron de volumen un poco, pero este sufrimiento se expresó especialmente en su propia cara. Rádar apretó los dientes con tal fuerza que parecía un milagro que no se astillasen unos contra otros. El rictus de su rostro dejaba perfectamente claro lo que el tipo E, en su orgullo obstinado, quería ocultar.
A partir de aquel momento se limitó a intentar ser lo menos quejica posible y en procurar no estorbar su colocación en las camillas improvisadas. Durante el camino se preguntó cuándo tardarían en cerrarse las heridas de su boca. No sabía cuánto tiempo podían requirir sin magia y sin nada con lo que taparlos. «Espero que no se infecte» pensó en determinado momento, entre respiraciones ahogadas y gemidos entrecortados. Aquel destrozo había sido demasiado grande como para aguantar por completo el dolor, pero, dentro de las posibilidades, el carabés no estaba siendo especialmente quejica. Gemía, y no poco, pero a un volumen suficientemente bajo como para ignorarlo y sin decir nada.
La limpieza de las heridas aumentó la agonía hasta cotas que el carabés desconocía que pudieran existir. Los gemidos aumentaron de volumen un poco, pero este sufrimiento se expresó especialmente en su propia cara. Rádar apretó los dientes con tal fuerza que parecía un milagro que no se astillasen unos contra otros. El rictus de su rostro dejaba perfectamente claro lo que el tipo E, en su orgullo obstinado, quería ocultar.
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