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Rocavarancolia Rol
74 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de la Fuente
02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Plaza de la Fuente
01/11/11, 11:14 pm
Esa mirada que he notado antes de darme la vuelta para seguir las disimuladas órdenes de Vladimir ha sido devastadora. Eso no era una mirada de desconfianza. Era lo siguiente. Por suerte, creo que yo solo era un blanco parcial. Estas cosas me pasan por juntarme con gente encantadoramente insoportable.
Claro, que si la gente considera una buena decisión entrar a saco en cualquier callejón oscuro cuyas paredes se encuentran en un precario equilibro, y que podría perfectamente dar lugar a un nido de depredadores a dieta de hambre durante meses, pues no tengo nada que decir al respecto. Pero yo no suelo pensar esas cosas, así que ha debido de ser mi imaginación. Me estará jugando una mala pasada. Serán los nervios frente a lo desconocido.
Acelero el paso para alcanzar a Vladimir y espero a que tenga alguna maravillosa idea de esas que se le ocurren de pronto y que no comunica a nadie. Es decir, esperaré hasta que eche a andar en alguna dirección indeterminada blandiendo el arma improvisada que sustrajo de las mazmorras. Algún día me cansaré de esa actitud de liderazgo despectivo, y entonces pasaré de él. Pero de momento, parece que sabe lo que hace. O al menos, cómo lo hace.
Claro, que si la gente considera una buena decisión entrar a saco en cualquier callejón oscuro cuyas paredes se encuentran en un precario equilibro, y que podría perfectamente dar lugar a un nido de depredadores a dieta de hambre durante meses, pues no tengo nada que decir al respecto. Pero yo no suelo pensar esas cosas, así que ha debido de ser mi imaginación. Me estará jugando una mala pasada. Serán los nervios frente a lo desconocido.
Acelero el paso para alcanzar a Vladimir y espero a que tenga alguna maravillosa idea de esas que se le ocurren de pronto y que no comunica a nadie. Es decir, esperaré hasta que eche a andar en alguna dirección indeterminada blandiendo el arma improvisada que sustrajo de las mazmorras. Algún día me cansaré de esa actitud de liderazgo despectivo, y entonces pasaré de él. Pero de momento, parece que sabe lo que hace. O al menos, cómo lo hace.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de la Fuente
01/11/11, 11:26 pm
Observo al que ha dicho llamarse Vladimir y el resto de pomposos títulos. Ahora que ya puedo entenderle no puedo evitar sentir desagrado hacia su actitud, aunque al mismo tiempo me divierte. Sólo hay dos explicaciones para su comportamiento: o está loco o, si lo que ha dicho es cierto, es un niño rico de papá que se cree superior al resto.
Su recargada forma de hablar es extremadamente cortés pero al mismo tiempo nos observa con desprecio. No sé si es consciente o no de que se nota las miradas desagradables que nos dirige mientras disfraza su desdén con palabras "bien" escogidas y rimbombantes. Sin embargo casi lo mismo se podría decir de "el señor Blanc". Si bien era un poco menos excéntrico que su compañero, su forma de hablar tampoco me gustaba lo más mínimo. Además el hecho de que Vladimir sólo se dignaba a hablarle a él no hacía que le tuviera en mejor estima precisamente. Veo que Alicia se acerca a Hannah, por lo que decido seguir centrando mi atención en Ethan.
-Me parece que somos de los pocos que estamos medianamente cuerdos en este variopinto grupo...-le digo divertido en voz baja para que sólo me oiga él- y ya es decir mucho porque siempre he estado un poco loco. Bien-digo ahora en voz más alta- vámonos a las mazmorras... es la mejor opción por ahora aunque el "señor Blanc" sea tan reticente.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
Su recargada forma de hablar es extremadamente cortés pero al mismo tiempo nos observa con desprecio. No sé si es consciente o no de que se nota las miradas desagradables que nos dirige mientras disfraza su desdén con palabras "bien" escogidas y rimbombantes. Sin embargo casi lo mismo se podría decir de "el señor Blanc". Si bien era un poco menos excéntrico que su compañero, su forma de hablar tampoco me gustaba lo más mínimo. Además el hecho de que Vladimir sólo se dignaba a hablarle a él no hacía que le tuviera en mejor estima precisamente. Veo que Alicia se acerca a Hannah, por lo que decido seguir centrando mi atención en Ethan.
-Me parece que somos de los pocos que estamos medianamente cuerdos en este variopinto grupo...-le digo divertido en voz baja para que sólo me oiga él- y ya es decir mucho porque siempre he estado un poco loco. Bien-digo ahora en voz más alta- vámonos a las mazmorras... es la mejor opción por ahora aunque el "señor Blanc" sea tan reticente.
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- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Plaza de la Fuente
01/11/11, 11:52 pm
Vladimir esperó a que Alphonse se situara a su diestra. Ignoraba deliberadamente las miradas de odio de sus nuevos compañeros. El muchacho llamado Noel acababa de hacer una apreciación en voz alta que él había tenido oportunidad de escuchar. Y, por la expresión ligeramente herida de su compañero, el señor Blanc también. Tras escrutar su rostro con un leve interés durante unos segundos, volvió la cabeza hacia el frente. Sin dejar de mirar al horizonte sombrío, habló en voz alta para que todos le oyeran:
-Sería conveniente que fueran todos a las mazmorras, más seguras, mientras voy a alguno de estos edificios derruidos; tengo la esperanza de rescatar algún objeto útil entre las ruinas. Me reuniré con ustedes en cuanto termine mi búsqueda. Acomódense entre tanto. - Tras decir esto, se giró de nuevo hacia Alphonse.- ¿Le importaría acompañarme, señor Blanc?- añadió con su tono de hacer peticiones.
Sin decir más, se desvió hacia el edificio que parecía más sólido de todos, sin variar ni ritmo ni postura.
Vlad no era estúpido. Estaba cómo una cabra, pero no era estúpido. Era perfectamente consciente de que no le agradaba a nadie. Y el señor Blanc no era una excepción. Pero era el que más “confianza” le suscitaba (no podía permitirse usar esa expresión sin comillas) y tenía que hablar con él. En privado, a ser posible. Y no se le ocurría otro momento para ello.
Tenía la sensación de que en cualquier momento se iban a lanzar contra él para descuartizarlo. Aunque no le asustaba demasiado. Lo venía sintiendo desde que tenía memoria.
Por otra parte, muy en el fondo de sí, guardado en un lugar de su psique dónde nada se reflejaba en la realidad, guardaba cierta inquietud. No tenía costumbre de tratar con gente de su edad. Ni mucho menos durante más de cinco minutos, ni en unas condiciones tan… peculiares. Por una parte le habían enseñado, desde que podía recordar, que esa gente era inferior a ellos. Pero ahora, cómo el niño que comienza a sospechar que sumar no consiste en quitarle 1 a 2, empezaba a preguntarse si esto era realmente así. Pero, sin eso, ¿qué le quedaba? No tenía nada. No sabía tratar a los demás de otra forma. Tampoco era capaz de confiar en ellos. Ni en Alphonse, ni en Alicia, ni en Noel, ni en nadie. Tenía un miedo secreto de que se volvieran contra él. Y sabía que si le pillaban con la guardia baja, podían acabar con él. Le habían enseñado formas poco agradables de atajar ese problema. No le gustaban, porque las había sentido en sus carnes, pero, cómo ya hemos dicho, no le quedaba nada más. Esa precaria educación moral y sentimental era el único barril al que aferrarse en el mar tormentoso. Era o eso, o ahogarse en el turbio océano de la incertidumbre. En la incertidumbre se es débil. Si eres débil, te eliminan. Él no era débil. Debía resistir. Y así lo haría.
Por eso, continuó caminando hacia el desvencijado edificio, sin variar ni un ápice su postura ni su semblante, con una impecable fachada de fría resolución.
-Sería conveniente que fueran todos a las mazmorras, más seguras, mientras voy a alguno de estos edificios derruidos; tengo la esperanza de rescatar algún objeto útil entre las ruinas. Me reuniré con ustedes en cuanto termine mi búsqueda. Acomódense entre tanto. - Tras decir esto, se giró de nuevo hacia Alphonse.- ¿Le importaría acompañarme, señor Blanc?- añadió con su tono de hacer peticiones.
Sin decir más, se desvió hacia el edificio que parecía más sólido de todos, sin variar ni ritmo ni postura.
Vlad no era estúpido. Estaba cómo una cabra, pero no era estúpido. Era perfectamente consciente de que no le agradaba a nadie. Y el señor Blanc no era una excepción. Pero era el que más “confianza” le suscitaba (no podía permitirse usar esa expresión sin comillas) y tenía que hablar con él. En privado, a ser posible. Y no se le ocurría otro momento para ello.
Tenía la sensación de que en cualquier momento se iban a lanzar contra él para descuartizarlo. Aunque no le asustaba demasiado. Lo venía sintiendo desde que tenía memoria.
Por otra parte, muy en el fondo de sí, guardado en un lugar de su psique dónde nada se reflejaba en la realidad, guardaba cierta inquietud. No tenía costumbre de tratar con gente de su edad. Ni mucho menos durante más de cinco minutos, ni en unas condiciones tan… peculiares. Por una parte le habían enseñado, desde que podía recordar, que esa gente era inferior a ellos. Pero ahora, cómo el niño que comienza a sospechar que sumar no consiste en quitarle 1 a 2, empezaba a preguntarse si esto era realmente así. Pero, sin eso, ¿qué le quedaba? No tenía nada. No sabía tratar a los demás de otra forma. Tampoco era capaz de confiar en ellos. Ni en Alphonse, ni en Alicia, ni en Noel, ni en nadie. Tenía un miedo secreto de que se volvieran contra él. Y sabía que si le pillaban con la guardia baja, podían acabar con él. Le habían enseñado formas poco agradables de atajar ese problema. No le gustaban, porque las había sentido en sus carnes, pero, cómo ya hemos dicho, no le quedaba nada más. Esa precaria educación moral y sentimental era el único barril al que aferrarse en el mar tormentoso. Era o eso, o ahogarse en el turbio océano de la incertidumbre. En la incertidumbre se es débil. Si eres débil, te eliminan. Él no era débil. Debía resistir. Y así lo haría.
Por eso, continuó caminando hacia el desvencijado edificio, sin variar ni un ápice su postura ni su semblante, con una impecable fachada de fría resolución.
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 03:09 pm
Sigo a esas personas, en silencio.
Muchos de aquellos chicos y chicas parecen encerrar secretos en su mirada. Sin embargo, nadie dice lo que verdaderamente está pensando.
Bah... Ya se darán cuenta del precio de la sinceridad... Espero.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
Muchos de aquellos chicos y chicas parecen encerrar secretos en su mirada. Sin embargo, nadie dice lo que verdaderamente está pensando.
Bah... Ya se darán cuenta del precio de la sinceridad... Espero.
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- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 03:47 pm
Tras un largo camino, más por la apariencia de amplitud que da la plaza vacía que por longitud real, contemplo una casa estrecha, de tres o cuatro plantas -no sabría decir, ya que dudo mucho que se deban contar plantas medio-derruidas-, adornada con pequeños agujeros aquí y allá, como si los ladrillos hubieran salido despedidos hacia el exterior. Y dados los escombros que se amontonan alrededor y frente al edificio, no me habría extrañado en absoluto.
Parece la cosa más estable de esta porción de la plaza, ya sea por la resistencia que emana de un solitario edificio rodeado de ruinas, o por el hecho de contener el mayor número de ventanas y puertas intactas. Y eso es mucho decir, porque en la casa de al lado, por mucho que busco, no llego a encontrar una sola entrada a nivel del suelo. Debe estar enterrada en fragmentos de estructura.
Me acerco a la puerta y la empujo un poco. Efectivamente, no está cerrada, pero sí un poco reacia a moverse. Nada que no pueda solucionar de un par de empujones.
Mientras contemplo el desastre de interior, entre polvo, muebles viejos y, directamente, porquería acumulada, me pregunto por qué el señor Valdimir ha puesto tanto empeño en pedirme que le acompañe. Por lo que se de él, podría haberse limitado a mirarme de forma despectiva e inquisitiva. Y habría bastado para averiguar lo que quería.
Aunque mis primeros impulsos me instan a bucear en la marea de basura que ante mi se muestra en busca de objetos que puedan resultar lejanamente útiles, me contengo. No sé que será, pero no me termina de agradar la idea de ir primero. La poca luz que entrar por esas ventanas sucias y la red de sombras que forma no parece invitarte a entrar, sino más bien todo lo contrario. No será un monumento a la limpieza, pero es un gran elemento disuasorio.
Lanzo una mirada de indecisión hacia Vladimir.
Parece la cosa más estable de esta porción de la plaza, ya sea por la resistencia que emana de un solitario edificio rodeado de ruinas, o por el hecho de contener el mayor número de ventanas y puertas intactas. Y eso es mucho decir, porque en la casa de al lado, por mucho que busco, no llego a encontrar una sola entrada a nivel del suelo. Debe estar enterrada en fragmentos de estructura.
Me acerco a la puerta y la empujo un poco. Efectivamente, no está cerrada, pero sí un poco reacia a moverse. Nada que no pueda solucionar de un par de empujones.
Mientras contemplo el desastre de interior, entre polvo, muebles viejos y, directamente, porquería acumulada, me pregunto por qué el señor Valdimir ha puesto tanto empeño en pedirme que le acompañe. Por lo que se de él, podría haberse limitado a mirarme de forma despectiva e inquisitiva. Y habría bastado para averiguar lo que quería.
Aunque mis primeros impulsos me instan a bucear en la marea de basura que ante mi se muestra en busca de objetos que puedan resultar lejanamente útiles, me contengo. No sé que será, pero no me termina de agradar la idea de ir primero. La poca luz que entrar por esas ventanas sucias y la red de sombras que forma no parece invitarte a entrar, sino más bien todo lo contrario. No será un monumento a la limpieza, pero es un gran elemento disuasorio.
Lanzo una mirada de indecisión hacia Vladimir.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 04:55 pm
Vlad observó el panorama desolador con cierta curiosidad desganada. En su interior sabía que debía andarse con ojo. Podía derruirse aquél edificio si le soplaba demasiado fuerte. Las sombras y la porquería no parecen tampoco demasiado atractivas. Aunque no le era desconocida esa sensación de abandono y de soledad. Había vivido demasiado tiempo en un polvoriento agujero de solemne y orgullosa melancolía; entre ruinas se sentía en casa. Y eso no era precisamente una sensación agradable. Para él no.
Observó la mirada de indecisión de Alphonse. Respiró hondo unos segundos con resignación y se adelantó con decisión para andar entre los escombros cautelosamente, pero manteniendo las apariencias. Las preciadas apariencias.
-Deberíamos buscar algo que pueda servir de armas. Palos, cuchillos… lo que sea. Cualquier cosa que sea útil. También deberíamos conseguir prendas. Sobre todo prima el calzado. No es conveniente que esa gente cruce las ruinas ataviados con zapatillas de felpa. No es adecuado.-comentó con voz fría mientras miraba entre los escombros, pensativo.
Tras unos largos instantes de incómodo silencio, llenado únicamente con el sonido de los ladrillos al removerse y la cerámica al quebrarse bajo las pisadas de los muchachos y un largo etcaetera de onomatopeyas ruinosos, tomó aire de nuevo. Se preparaba para hablar con alguien. Y por una vez en su vida, “hablar” no iba a consistir en un imperativo envuelto en papel de regalo de cortesía. No iba a ser gran cosa, pero se esforzaba por que saliese algo sincero, de igual a igual, y no una orden de sus labios. Ni una expresión despectiva refinada hasta la extenuación. Eso estaría bien, sí:
-Se que desconfiáis de mi. Se que no os gusto. Tampoco a ti. Lo entiendo. No puedo pediros otra cosa, porque no puedo confiar en vosotros. No se si me mataréis mientras duermo o me dejaréis sin comida para que muera de hambre. No puedo asegurar nada. De hecho, te observo por el rabillo del ojo para evitar que me apuñales. Pero quiero que sepas… quiero que sepáis… que no estoy acostumbrado a tratar con gente. No de igual a igual. No de persona a persona. Me cuesta. No te pido que te caiga bien. Quiero que seas comprensivo.- hizo una pausa en su monólogo. Eso último había sonado algo imperativo. Bueno, al menos así compensará al montón de titubeos anteriores. Si le hubiera escuchado su padre… un escalofrío recorrió su espalda. No, prefería no pensar en esa posibilidad.
Entre un montón de ladrillos destrozados y polvo, encontró una vara de madera más o menos recta. Parecía bastante sólida y resistente. Se levantó y se dirigió hacia Alphonse con ella en la mano izquierda. Cuando estuvo delante de él, la dejó a su lado. Tras esto, sigue andando, pasando de largo de él para comenzar a examinar lo que en su día debió de ser una estantería, que ahora estaba llena de, sí, lo ha adivinado. Escombros.
-Le sugiero que esta noche se aleje de mí y se reúna con el grupo. Déles conversación. Que confíen en usted. Demuéstreles que es alguien de fiar. Su único fallo es que eres demasiado directo, señor Blanc. Es usted inteligente. Acláreles que no tiene nada que ver conmigo y que le produzco desconfianza. Eso restablecerá la confianza en usted.- dijo sin girarse.
No le había salido demasiado bien, pensó. Pero al menos lo había intentado. Se sentía algo más tranquilo, a la par que vulnerable. Se había sincerado con una persona más de lo que jamás pensó que se podría relacionar con otro ser humano. Lo cual deja bien claro que lo suyo no era la gente, más de lo ya demostrado. Volvió a su pose estirada, resuelta y altiva, a juego con la expresión. Se sentía mucho más seguro en esa actitud.
Observó la mirada de indecisión de Alphonse. Respiró hondo unos segundos con resignación y se adelantó con decisión para andar entre los escombros cautelosamente, pero manteniendo las apariencias. Las preciadas apariencias.
-Deberíamos buscar algo que pueda servir de armas. Palos, cuchillos… lo que sea. Cualquier cosa que sea útil. También deberíamos conseguir prendas. Sobre todo prima el calzado. No es conveniente que esa gente cruce las ruinas ataviados con zapatillas de felpa. No es adecuado.-comentó con voz fría mientras miraba entre los escombros, pensativo.
Tras unos largos instantes de incómodo silencio, llenado únicamente con el sonido de los ladrillos al removerse y la cerámica al quebrarse bajo las pisadas de los muchachos y un largo etcaetera de onomatopeyas ruinosos, tomó aire de nuevo. Se preparaba para hablar con alguien. Y por una vez en su vida, “hablar” no iba a consistir en un imperativo envuelto en papel de regalo de cortesía. No iba a ser gran cosa, pero se esforzaba por que saliese algo sincero, de igual a igual, y no una orden de sus labios. Ni una expresión despectiva refinada hasta la extenuación. Eso estaría bien, sí:
-Se que desconfiáis de mi. Se que no os gusto. Tampoco a ti. Lo entiendo. No puedo pediros otra cosa, porque no puedo confiar en vosotros. No se si me mataréis mientras duermo o me dejaréis sin comida para que muera de hambre. No puedo asegurar nada. De hecho, te observo por el rabillo del ojo para evitar que me apuñales. Pero quiero que sepas… quiero que sepáis… que no estoy acostumbrado a tratar con gente. No de igual a igual. No de persona a persona. Me cuesta. No te pido que te caiga bien. Quiero que seas comprensivo.- hizo una pausa en su monólogo. Eso último había sonado algo imperativo. Bueno, al menos así compensará al montón de titubeos anteriores. Si le hubiera escuchado su padre… un escalofrío recorrió su espalda. No, prefería no pensar en esa posibilidad.
Entre un montón de ladrillos destrozados y polvo, encontró una vara de madera más o menos recta. Parecía bastante sólida y resistente. Se levantó y se dirigió hacia Alphonse con ella en la mano izquierda. Cuando estuvo delante de él, la dejó a su lado. Tras esto, sigue andando, pasando de largo de él para comenzar a examinar lo que en su día debió de ser una estantería, que ahora estaba llena de, sí, lo ha adivinado. Escombros.
-Le sugiero que esta noche se aleje de mí y se reúna con el grupo. Déles conversación. Que confíen en usted. Demuéstreles que es alguien de fiar. Su único fallo es que eres demasiado directo, señor Blanc. Es usted inteligente. Acláreles que no tiene nada que ver conmigo y que le produzco desconfianza. Eso restablecerá la confianza en usted.- dijo sin girarse.
No le había salido demasiado bien, pensó. Pero al menos lo había intentado. Se sentía algo más tranquilo, a la par que vulnerable. Se había sincerado con una persona más de lo que jamás pensó que se podría relacionar con otro ser humano. Lo cual deja bien claro que lo suyo no era la gente, más de lo ya demostrado. Volvió a su pose estirada, resuelta y altiva, a juego con la expresión. Se sentía mucho más seguro en esa actitud.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Soñador
Ficha de cosechado
Nombre: Javier
Especie:
Habilidades: intuición, sentido común, memoria
Personajes : Hace cinco años llegó a rocavarancolia engañado por aquel extraño personaje, consiguió sobrevivir junto a otro grupo de cosechados viviendo como podían en el interior del faro de la ciudad. Durante ese tiempo se fue dando cuenta que poco a poco iba perdiendo gradualmente la vista, aunque a cambio iba adquiriendo el poder de ver se futuro (poderoso don aunque el hecho de ver todos los futuros posibles, lo iba enloqueciendo poco a poco). La noche de la luna roja, descubrió que ya no podía ver (ya que éstos habían desaparecido de su cara como si jamás hubiesen existido), aunque su poder para ver el futuro era tal que no necesitaba los ojos. Las pegas de dicho poder son: debe responder siempre a las preguntas que le hagan con toda la verdad (oráculo); cuanto más lejano es el futuro hacia el que orienta su don, éste le hace sufrir dolores increíbles; el hecho de ver todos los futuros posibles, lo está volviendo loco; y no puede ver el futuro referente a decisiones súbitas tomadas por la gente.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 05:19 pm
Sentado cerca de la fuente, más nervioso que otra cosa por el extraño lugar donde me hallaba, había sido testigo de cómo el Conde y el otro joven (Alphonse, si no recordaba mal) entraban a solas en uno de los edificios de mejor estado de la plazal. También había visto como el resto del grupo se marchaba a buscar cobijo en las mazmorras donde habíamos despertado esa misma mañana, la verdad es que aquel lugar me intimidaba pero me tendría que conformar con éso antes de dormir a la intemperie y poder ser la comida de alguna alimaña hambrienta.
"Tengo dos opciones, cuchichear lo que hacen esos dos, mi vena de cotilla está saliendo a escena, o irme corriendo con el resto del grupo a adecentar los alojamientos de la mazmorra. Mmmm, mejor dejémoslos solos que hablen y se hagan amigos, que Vlad necesitará pronto aprender a comportarse con los demás para sobrevivir y llevar una buena convivencia". Con estos pensamientos rondandome la mente, decido dirigirme con el resto del grupo a buscar cobijo en las mazmorras donde habíamos despertado
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"Tengo dos opciones, cuchichear lo que hacen esos dos, mi vena de cotilla está saliendo a escena, o irme corriendo con el resto del grupo a adecentar los alojamientos de la mazmorra. Mmmm, mejor dejémoslos solos que hablen y se hagan amigos, que Vlad necesitará pronto aprender a comportarse con los demás para sobrevivir y llevar una buena convivencia". Con estos pensamientos rondandome la mente, decido dirigirme con el resto del grupo a buscar cobijo en las mazmorras donde habíamos despertado
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- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 05:41 pm
Deianira seguía observando al suspuesto conde expectante. No parecía nada ofendida, al contrario, había escuchado atentamente todo lo que había dicho y asentido de vez en cuando, con una sonrisa en la cara. Siempre había sido la clase de persona que seguía a cualquiera que destacase mínimamente sobre los demás. Si alguien se hubiese levantado y le hubese dado un buen puñetazo, probablemente hubiese dejado de sentir la más mínima admiración por Vlad para fijarla en quien se hubiera revelado.
Sacó su trajinada polvera y se dio unos retoques innecesarios. Mientras seguían andando, dio vueltas discretamente, siempre cerca de su objetivo, antes de pronunciarse.
-Yo voy con él.
Volvió a mirarse en el espejo y después hacia abajo. Las malditas manchas de sangre seguían ahí. A saber qué pensarían de ella. La idea la hizo andar más rápido.
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Sacó su trajinada polvera y se dio unos retoques innecesarios. Mientras seguían andando, dio vueltas discretamente, siempre cerca de su objetivo, antes de pronunciarse.
-Yo voy con él.
Volvió a mirarse en el espejo y después hacia abajo. Las malditas manchas de sangre seguían ahí. A saber qué pensarían de ella. La idea la hizo andar más rápido.
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- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 06:37 pm
-Comprendo.-me limito a decir, mientras extraigo trabajosamente un tablón de madera de un nuevo montón de escombros.
Me hallaba de espaldas a él mientras efectuaba esa poco precisa explicación de su comportamiento. Me ha impresionado, y gratamente. Quién habría dicho que puede ser razonable en según que situaciones, dejando de lado esa actitud suya. Pues nada, tendré que replantearme mi opinión sobre él. Pero poco, tampoco hay que pasarse.
Observo a Deinaira unos instantes antes de volver a la búsqueda. Que muchacha tan inquietante. Inquietante e intrigante. Y extraña. ¿Pero quién no es extraño en una situación así?
Oh, eso parece... Estiro con cuidado del saliente de la pila de fragmentos de techo, pared y muebles. Si tengo suerte, será algo que nos sirva. Parece sólido al menos, y algo es algo. Voy dando débiles tirones, ya que no reconozco con claridad el material en la penumbra y el polvo acumulado anula su tacto. Poco a poco, poco a poco, y entonces, caigo en la cuenta de que mis esperanzas eran falsas. Un trozo de lo que parece ser un cuenco de... un material indeterminado. Mala suerte por mi parte.
Escarbo un poco más con la ayuda del palo que me ha ofrecido el señor de la antorcha tan amablemente y localizo un armario hundido en algún punto del lugar. Está hecho un desastre, pero si se cayó antes que el trozo de estructura que tiene encima, posiblemente salvase parte de su contenido. No me convence mucho la idea de meter la mano por ese hueco oscuro del lateral, así que le propongo amablemente al palo que tantee el terreno. El palo accede sin quejarse, y procede a cumplir su orden. Además de tres o cuatro arañas de pequeño tamaño, nada más peligroso que eso.
Al final opto por hacer palanca con el palo, y levanto la placa de madera que una vez fue la parte trasera del armario. Para mi sorpresa, sí que hay algo. Hay dos pares de zapatos maltratados por el tiempo, y uno suelto un poco más allá. El resto de prendas se han perdido irremediablemente entre descosidos y rasgaduras. Una pena. Los recojo, y viendo que a lo lejos la noche empieza a caer sobre Rocavarancolia, opto por seguir a Deinaira, que ya marcha hacia las mazmorras. Mi orientación es un poco pobre, así que habré de confiar en ella.
Espero que Vladimir no tarde en seguirnos.
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Me hallaba de espaldas a él mientras efectuaba esa poco precisa explicación de su comportamiento. Me ha impresionado, y gratamente. Quién habría dicho que puede ser razonable en según que situaciones, dejando de lado esa actitud suya. Pues nada, tendré que replantearme mi opinión sobre él. Pero poco, tampoco hay que pasarse.
Observo a Deinaira unos instantes antes de volver a la búsqueda. Que muchacha tan inquietante. Inquietante e intrigante. Y extraña. ¿Pero quién no es extraño en una situación así?
Oh, eso parece... Estiro con cuidado del saliente de la pila de fragmentos de techo, pared y muebles. Si tengo suerte, será algo que nos sirva. Parece sólido al menos, y algo es algo. Voy dando débiles tirones, ya que no reconozco con claridad el material en la penumbra y el polvo acumulado anula su tacto. Poco a poco, poco a poco, y entonces, caigo en la cuenta de que mis esperanzas eran falsas. Un trozo de lo que parece ser un cuenco de... un material indeterminado. Mala suerte por mi parte.
Escarbo un poco más con la ayuda del palo que me ha ofrecido el señor de la antorcha tan amablemente y localizo un armario hundido en algún punto del lugar. Está hecho un desastre, pero si se cayó antes que el trozo de estructura que tiene encima, posiblemente salvase parte de su contenido. No me convence mucho la idea de meter la mano por ese hueco oscuro del lateral, así que le propongo amablemente al palo que tantee el terreno. El palo accede sin quejarse, y procede a cumplir su orden. Además de tres o cuatro arañas de pequeño tamaño, nada más peligroso que eso.
Al final opto por hacer palanca con el palo, y levanto la placa de madera que una vez fue la parte trasera del armario. Para mi sorpresa, sí que hay algo. Hay dos pares de zapatos maltratados por el tiempo, y uno suelto un poco más allá. El resto de prendas se han perdido irremediablemente entre descosidos y rasgaduras. Una pena. Los recojo, y viendo que a lo lejos la noche empieza a caer sobre Rocavarancolia, opto por seguir a Deinaira, que ya marcha hacia las mazmorras. Mi orientación es un poco pobre, así que habré de confiar en ella.
Espero que Vladimir no tarde en seguirnos.
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- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 06:43 pm
Vlad echó a andar hacia la noche, antorcha en mano, iluminando con su fuego la penumbra. Intentó darle alcance al señor Blanc, dirección a las ruinosas mazmorras. Más les valdría andarse con ojo. No llevaba mucho tiempo en aquel lugar, pero esa extraña intuición fatalista suya le indicaba que las noches en Rocavarancolia eran de todo menos seguras.
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¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 08:08 pm
LLegamos, había apretado el paso y miraba nerviosa el cielo. El pálido sol había descendido mucho ya, y calculé que si lo haciamos todo bien, llegariamos a las mazmorras con las primeras estrellas en el cielo.
LLené las jarras que llevaba con cuidado y esperé impaciente a que los demás hicieran lo mismo. Me pregunté si el agua de la fuente provendría de algún lado, o tampoco me habría sorprendido descubrir que salia de la nada. Despues de todo, yo ya no habla la misma lengua, ¿no?
Lancé una última mirada preocupada al cielo palido de la ciudad. Era un cielo distinto, mas feo y descolorido. Quizás no tenía las mismas estrellas, no es que yo supiera nada de astronomía, pero me gustaba mirar el cielo nocturno. A lo mejor ya ni siquiera había estrellas. Aquella posibilidad me disgustó. No habia árboles en la ciudad, ni había oido cantar a ningun pajaro (y no creia que contasen los de trapo que habia visto por la ventana en la Tierra), ni vida ni nada.
- Que lugar tan feo.- luego me di cuenta de que había pensado en alto.
Cuando terminaron, apreté aun más el paso, con mucho cuidado de no derramar una gota y emprendí el camino de vuelta.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
LLené las jarras que llevaba con cuidado y esperé impaciente a que los demás hicieran lo mismo. Me pregunté si el agua de la fuente provendría de algún lado, o tampoco me habría sorprendido descubrir que salia de la nada. Despues de todo, yo ya no habla la misma lengua, ¿no?
Lancé una última mirada preocupada al cielo palido de la ciudad. Era un cielo distinto, mas feo y descolorido. Quizás no tenía las mismas estrellas, no es que yo supiera nada de astronomía, pero me gustaba mirar el cielo nocturno. A lo mejor ya ni siquiera había estrellas. Aquella posibilidad me disgustó. No habia árboles en la ciudad, ni había oido cantar a ningun pajaro (y no creia que contasen los de trapo que habia visto por la ventana en la Tierra), ni vida ni nada.
- Que lugar tan feo.- luego me di cuenta de que había pensado en alto.
Cuando terminaron, apreté aun más el paso, con mucho cuidado de no derramar una gota y emprendí el camino de vuelta.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 08:12 pm
Alicia mira al cielo constantemente, pero la falta de empatía que es tan característica en mí me impide imaginar siquiera sus pensamientos.
Introduzco mi jarra en la fuente, hasta llenarla por completo.
Alicia sigue mirando alrededor. Finalmente, da su opinión con desgana. Vaya, alguien que piensa lo mismo que yo y lo exterioriza...
-Y que lo digas -le apoyo, mientras pongo las manos en cuenco para beber algo de agua antes de volver.
Segundos después, vuelvo a rellenar las palmas huecas de mis manos y me mojo la cara. Lo necesitaba.
Cuando me incorporo, Alicia a ha comenzado a andar de regreso, con rapidez, y tengo que avanzar a grandes zancadas para darle alcance.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
Introduzco mi jarra en la fuente, hasta llenarla por completo.
Alicia sigue mirando alrededor. Finalmente, da su opinión con desgana. Vaya, alguien que piensa lo mismo que yo y lo exterioriza...
-Y que lo digas -le apoyo, mientras pongo las manos en cuenco para beber algo de agua antes de volver.
Segundos después, vuelvo a rellenar las palmas huecas de mis manos y me mojo la cara. Lo necesitaba.
Cuando me incorporo, Alicia a ha comenzado a andar de regreso, con rapidez, y tengo que avanzar a grandes zancadas para darle alcance.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- Soñador
Ficha de cosechado
Nombre: Javier
Especie:
Habilidades: intuición, sentido común, memoria
Personajes : Hace cinco años llegó a rocavarancolia engañado por aquel extraño personaje, consiguió sobrevivir junto a otro grupo de cosechados viviendo como podían en el interior del faro de la ciudad. Durante ese tiempo se fue dando cuenta que poco a poco iba perdiendo gradualmente la vista, aunque a cambio iba adquiriendo el poder de ver se futuro (poderoso don aunque el hecho de ver todos los futuros posibles, lo iba enloqueciendo poco a poco). La noche de la luna roja, descubrió que ya no podía ver (ya que éstos habían desaparecido de su cara como si jamás hubiesen existido), aunque su poder para ver el futuro era tal que no necesitaba los ojos. Las pegas de dicho poder son: debe responder siempre a las preguntas que le hagan con toda la verdad (oráculo); cuanto más lejano es el futuro hacia el que orienta su don, éste le hace sufrir dolores increíbles; el hecho de ver todos los futuros posibles, lo está volviendo loco; y no puede ver el futuro referente a decisiones súbitas tomadas por la gente.
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 08:15 pm
Llegué con los otros a la plaza de la fuente bastante nervioso, habíamos conseguido llegar a ésta cuando aún estaba anocheciendo y sabía que si nos dábamos prisa conseguiríamos el agua antes de hacerse completamente de noche, y con algo de suerte habríamos llegado a la mazmorra antes de lo previsto. Miré al cielo, aquel cielo de un mundo totalmente desconocido, esperaba conseguir reconocer alguna estrella cuando éstas hubieran conseguido salir pero no tuve ninguna esperanza.
- Uffff, más que feo, diría desolado. Creo que este lugar ha vivido tiempos mucho mejores, ojalá aquel tío nos hubiera contado que ibamos a encontrar el lugar de esta forma- respondí más desanimado que antes al comentario de Alicia dándome cuenta de la embergadura de todo.
Tras ello apreté el paso junto a los demás y volví todo lo rápido que pude a la mazmorra.
"Espero que hayan preparado alguna defensa para pasar la noche, y hayan encontrado algún arma para poder defendernos"
[continúa en las mazmorras de los cosechados]
- Uffff, más que feo, diría desolado. Creo que este lugar ha vivido tiempos mucho mejores, ojalá aquel tío nos hubiera contado que ibamos a encontrar el lugar de esta forma- respondí más desanimado que antes al comentario de Alicia dándome cuenta de la embergadura de todo.
Tras ello apreté el paso junto a los demás y volví todo lo rápido que pude a la mazmorra.
"Espero que hayan preparado alguna defensa para pasar la noche, y hayan encontrado algún arma para poder defendernos"
[continúa en las mazmorras de los cosechados]
- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
02/11/11, 08:17 pm
El grupito abandonó la plaza en dirección a las mazmorras. Pronto, los pasos dejaron de resonar y el silencio rinó en aquel lugar. Una de las serpientes de la fuente giró entonces la cabeza. No había nadie, al menos nadie humano. El ofidió dobló su envergadura y su forma cambió hasta dejar paso a lo que parecía una mujer, al menos de cintura arriba. El resto de su cuerpo estaba constituido por una larga col reptiliana.
La mujer levantó un mechón de su largo pelo a la altura de sus ojos: la petrificación siempre le quitaba un poco de color... Sus brazos terminaron de crecer, su chaquetilla recuperó la flexibilidad propia de la tela y ella se irguó finalmente. Olió el aire sacando ligeramente su lengua para asegurarse de que se habían ido todos.
«Sus ojos están en todas partes». Dama Sinuosa regresó reptando, pues no tenía prisa, mientras se reía maliciosamente por lo bajo. Qué divertido que era trabajar para el Consejo, pensaba.
La mujer levantó un mechón de su largo pelo a la altura de sus ojos: la petrificación siempre le quitaba un poco de color... Sus brazos terminaron de crecer, su chaquetilla recuperó la flexibilidad propia de la tela y ella se irguó finalmente. Olió el aire sacando ligeramente su lengua para asegurarse de que se habían ido todos.
«Sus ojos están en todas partes». Dama Sinuosa regresó reptando, pues no tenía prisa, mientras se reía maliciosamente por lo bajo. Qué divertido que era trabajar para el Consejo, pensaba.
Quienes no hayan posteado, YA se han ido "por defecto" con los demás a las Mazmorras.
Acción desplazada.
Acción desplazada.
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Personajes : .
Re: Plaza de la Fuente
01/04/12, 12:59 pm
Ahí está la luz! Hecho un vistazo a mi alrededor desde detrás de una piedra y trazo mentalmente un camino hasta la luz verde mediante el cual solo me exponga a ser visible cuando corro de refugio en refugio. Oigo voces detras de mi, y pasos... ¡He de escapar como sea!
Nunca había estado tan angustiado y nunca había respirado tan bajo... las situaciones límite sacan lo peor de cada uno...
*Por Flora, esta ciudad está en ruinas...*
*Que sed tengo...*
*Si yo fuese un ciudadano de esta ciudad no dudaría en espiarme...*
*m... ahí hay una fuente muy rara...*
Ahí está la luz... he de ir a por ella, necesito que me ayude... Sin dudarlo un momento, me dirijo hacia la luz corriendo lo más rápido que puedo; pero, voy tan rápido que no veo por donde piso y sin quererlo me resbalo con un charco.
A duras penas logro sacarme todo el agua que tragué y que me estaba ahogando; mi organismo no puede aceptar tanto agua al mismo tiempo. Noto que algo cambia en mi cerebro, no le doy importancia... estas cosas pasan... creo.
En fin... juraría que algo ha cambiado... no se que podrá ser... igualmente, la luz está muy elevada... dudo que la pueda alcanzar... tendré que buscar un método. Espera, ¿que son esas criaturas que forman esa fuente? Largas, delgadas, firmes... la antítesis de mis dos colas... Mierda, viene alguien, ¿donde hay un escondite por aquí?
Nunca había estado tan angustiado y nunca había respirado tan bajo... las situaciones límite sacan lo peor de cada uno...
*Por Flora, esta ciudad está en ruinas...*
*Que sed tengo...*
*Si yo fuese un ciudadano de esta ciudad no dudaría en espiarme...*
*m... ahí hay una fuente muy rara...*
Ahí está la luz... he de ir a por ella, necesito que me ayude... Sin dudarlo un momento, me dirijo hacia la luz corriendo lo más rápido que puedo; pero, voy tan rápido que no veo por donde piso y sin quererlo me resbalo con un charco.
A duras penas logro sacarme todo el agua que tragué y que me estaba ahogando; mi organismo no puede aceptar tanto agua al mismo tiempo. Noto que algo cambia en mi cerebro, no le doy importancia... estas cosas pasan... creo.
En fin... juraría que algo ha cambiado... no se que podrá ser... igualmente, la luz está muy elevada... dudo que la pueda alcanzar... tendré que buscar un método. Espera, ¿que son esas criaturas que forman esa fuente? Largas, delgadas, firmes... la antítesis de mis dos colas... Mierda, viene alguien, ¿donde hay un escondite por aquí?
- C.a.e
Ficha de cosechado
Nombre: Cira Álbar
Especie:
Habilidades: Intuición, instinto animal y memoriaPersonajes : Cira y Llunna (http://rocavarancolia.freeforo.com/t295-ficha-de-llunna-d-allegra)
Re: Plaza de la Fuente
01/04/12, 03:49 pm
¡Por fin llegué!
Estoy agotada por la carrera y me muero de sed. Tengo la sensación que me voy a desmayar de un momento a otro.
Suerte que hay una fuente. Pruebo el agua, me da los mismo que sea potable o no, me estoy muriendo de sed.
De repente me doy cuenta que no estoy sola, delante mio hay un chico. Si es que eso es un chico. No parece humano, pero tampoco parece peligroso. Al igual que yo, está empapado por el agua de la fuente.
-¡Hola! ¿Quién eres?, yo soy Cira.
Un momento, ¿En qué idioma estoy hablando?
Estoy agotada por la carrera y me muero de sed. Tengo la sensación que me voy a desmayar de un momento a otro.
Suerte que hay una fuente. Pruebo el agua, me da los mismo que sea potable o no, me estoy muriendo de sed.
De repente me doy cuenta que no estoy sola, delante mio hay un chico. Si es que eso es un chico. No parece humano, pero tampoco parece peligroso. Al igual que yo, está empapado por el agua de la fuente.
-¡Hola! ¿Quién eres?, yo soy Cira.
Un momento, ¿En qué idioma estoy hablando?
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Plaza de la Fuente
01/04/12, 10:11 pm
El chico no había reaccionado como ella esperaba, pero no la había decepcionado. Sus bromas y reverencias la hicieron reir todo el camino, pero internamente. No podía permitir mostrarse complacida o amistosa. No podía confiar en alguien tan pronto, no era su estilo ni su deseo. Aunque, de todos los presentes, era con el que más posibilidades tenía de coger confianza.
Bueno, a decir verdad, también había cogido simpatía con el albino que parecía tenerle un respeto importante, y con su pequeña clon; pero rechazaba la idea de confiar tan pronto en cualquiera. Lo había hecho con los Livingston cuando la habían adoptado a los tres años y no lo volvería a hacer.
Se recordaba tan ilusionada, tan feliz por la oportunidad que se le brindaba. Cuanto había llorado después por su desprecio en indiferencia. No, esta vez no sería igual, esta vez los observaría y analizaría antes de decidir si era recomendable hacer amistad con ellos, cosa que por sí sola sería bastante difícil, pues nunca fue muy dada a esa parte de la vida.
Avanzó por las calles sin detenerse a ver si la habían seguido, aunque sabía que así era. El americano, que había subrayado que no se llamaba Yankee sino Matt, seguía a su lado y la niña azúcar glas se encontraba siguiéndolos de cerca.
No tardaron mucho en llegar al origen de la luz verde. Era una amplia plaza, en cuyo punto central se encontraba una fuente formada por serpientes entrelazadas de piedra. Hasta el momento, no se había dado cuenta de la sed que tenía, pero no era tonta, no se iba a arriesgar a beber de una fuente posiblemente contaminada. Esperaría a que alguien lo hiciera primero.
Había dos personajes cerca de la fuente: uno era una chica pelirroja, y el otro, una especie de planta viviente que no le llegaría ni a la rodilla. Ambos parecían confusos por algo, pero en ningún momento amenazantes. Se acercó, con su característica seguridad, pero todavía precavida.
De repente, una figura corrió desde detrás del grupo que Wen presidía. Avanzó hasta la fuente y comenzó a beber de ella como si no hubiera mañana. Era una especie de lagarto erguido, de su misma estatura, sin cola y con una cuenca vacía por la pérdida de un ojo. Wen se impresionó. A pesar de todos los seres extraños que se había encontrado, no se esperaba uno así. Tras beber todo el agua que fue capaz de ingerir en apenas un minuto, se retiró pensativo, como cavilando algo y se recostó en el suelo, a apenas unos metros de la fuente, como si la cosa no fuera con él.
Parecía amenazante. Y peligroso, muy peligroso. No le costó mucho darse cuenta de que ella y su navaja no podrían contra tal bestia. Y, mucho menos que, si se le ocurría atacarla, necesitaría la ayuda de todo el grupo para derrotarlo. No le agradaba nada la idea de necesitar ayuda en caso de lucha inminente, pero su parte práctica le hizo ver que, de no ser así, moriría al instante.
No parecía que el agua de la fuente hubiera perjudicado de algún modo a aquel lagarto gigante, por lo que se acercó para beber por fin. El agua corrió por su garganta saciándola al instante y, al momento, tuvo que apoyarse en la fuente y agarrarse la cabeza con una mano.
“¿Qué me está pasando?” su mente comenzó a agitarse, como preparándose para un gran cambio. Las palabras que utilizaba a diario se le escapaban, no sin antes dejar de tener sentido para ella. Una tras otra olvidó todas las palabras que conocía y estas fueron sustituidas por otras que, aunque entendía, se le hacían extrañas, ajenas a ella. Finalmente comprendió que su inglés había sido cambiado por otro idioma, uno que comprendió a la perfección sin haberlo estudiado nunca. Había olvidado todas las palabras inglesas que conocía y su significado. No, todas no. Había una que se aferraba a su mente con uñas y dientes. Su nombre.
- Wednesday. - Susurró. Lo suficiente alto para oírse a sí misma, pero no tanto como para que los demás la oyeran. Sonaba igual que antes, con el mismo acento británico, pero a la vez muy diferente. Al momento, quiso saber cómo sonaría la traducción de su nombre en ese extraño idioma que acababa de aprender.- Miércoles. - susurró de la misma manera que antes. Sonaba… extraño, pero, a la vez, bien. La traducción sonaba más tosca que musical, al contrario que su nombre, por lo que no le gustó demasiado. Aunque tampoco le desagradaba, más bien le era indiferente.
Una vez repuesta del cambio, se apoyó en la fuente, de cara al grupo, de brazos cruzados, como si los retara a seguir sus pasos y beber de la fuente, y esperó.
Bueno, a decir verdad, también había cogido simpatía con el albino que parecía tenerle un respeto importante, y con su pequeña clon; pero rechazaba la idea de confiar tan pronto en cualquiera. Lo había hecho con los Livingston cuando la habían adoptado a los tres años y no lo volvería a hacer.
Se recordaba tan ilusionada, tan feliz por la oportunidad que se le brindaba. Cuanto había llorado después por su desprecio en indiferencia. No, esta vez no sería igual, esta vez los observaría y analizaría antes de decidir si era recomendable hacer amistad con ellos, cosa que por sí sola sería bastante difícil, pues nunca fue muy dada a esa parte de la vida.
Avanzó por las calles sin detenerse a ver si la habían seguido, aunque sabía que así era. El americano, que había subrayado que no se llamaba Yankee sino Matt, seguía a su lado y la niña azúcar glas se encontraba siguiéndolos de cerca.
No tardaron mucho en llegar al origen de la luz verde. Era una amplia plaza, en cuyo punto central se encontraba una fuente formada por serpientes entrelazadas de piedra. Hasta el momento, no se había dado cuenta de la sed que tenía, pero no era tonta, no se iba a arriesgar a beber de una fuente posiblemente contaminada. Esperaría a que alguien lo hiciera primero.
Había dos personajes cerca de la fuente: uno era una chica pelirroja, y el otro, una especie de planta viviente que no le llegaría ni a la rodilla. Ambos parecían confusos por algo, pero en ningún momento amenazantes. Se acercó, con su característica seguridad, pero todavía precavida.
De repente, una figura corrió desde detrás del grupo que Wen presidía. Avanzó hasta la fuente y comenzó a beber de ella como si no hubiera mañana. Era una especie de lagarto erguido, de su misma estatura, sin cola y con una cuenca vacía por la pérdida de un ojo. Wen se impresionó. A pesar de todos los seres extraños que se había encontrado, no se esperaba uno así. Tras beber todo el agua que fue capaz de ingerir en apenas un minuto, se retiró pensativo, como cavilando algo y se recostó en el suelo, a apenas unos metros de la fuente, como si la cosa no fuera con él.
Parecía amenazante. Y peligroso, muy peligroso. No le costó mucho darse cuenta de que ella y su navaja no podrían contra tal bestia. Y, mucho menos que, si se le ocurría atacarla, necesitaría la ayuda de todo el grupo para derrotarlo. No le agradaba nada la idea de necesitar ayuda en caso de lucha inminente, pero su parte práctica le hizo ver que, de no ser así, moriría al instante.
No parecía que el agua de la fuente hubiera perjudicado de algún modo a aquel lagarto gigante, por lo que se acercó para beber por fin. El agua corrió por su garganta saciándola al instante y, al momento, tuvo que apoyarse en la fuente y agarrarse la cabeza con una mano.
“¿Qué me está pasando?” su mente comenzó a agitarse, como preparándose para un gran cambio. Las palabras que utilizaba a diario se le escapaban, no sin antes dejar de tener sentido para ella. Una tras otra olvidó todas las palabras que conocía y estas fueron sustituidas por otras que, aunque entendía, se le hacían extrañas, ajenas a ella. Finalmente comprendió que su inglés había sido cambiado por otro idioma, uno que comprendió a la perfección sin haberlo estudiado nunca. Había olvidado todas las palabras inglesas que conocía y su significado. No, todas no. Había una que se aferraba a su mente con uñas y dientes. Su nombre.
- Wednesday. - Susurró. Lo suficiente alto para oírse a sí misma, pero no tanto como para que los demás la oyeran. Sonaba igual que antes, con el mismo acento británico, pero a la vez muy diferente. Al momento, quiso saber cómo sonaría la traducción de su nombre en ese extraño idioma que acababa de aprender.- Miércoles. - susurró de la misma manera que antes. Sonaba… extraño, pero, a la vez, bien. La traducción sonaba más tosca que musical, al contrario que su nombre, por lo que no le gustó demasiado. Aunque tampoco le desagradaba, más bien le era indiferente.
Una vez repuesta del cambio, se apoyó en la fuente, de cara al grupo, de brazos cruzados, como si los retara a seguir sus pasos y beber de la fuente, y esperó.
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