Plaza de la Fuente

Llegué con los otros a la plaza de la fuente bastante nervioso, habíamos conseguido llegar a ésta cuando aún estaba anocheciendo y sabía que si nos dábamos prisa conseguiríamos el agua antes de hacerse completamente de noche, y con algo de suerte habríamos llegado a la mazmorra antes de lo previsto. Miré al cielo, aquel cielo de un mundo totalmente desconocido, esperaba conseguir reconocer alguna estrella cuando éstas hubieran conseguido salir pero no tuve ninguna esperanza.

- Uffff, más que feo, diría desolado. Creo que este lugar ha vivido tiempos mucho mejores, ojalá aquel tío nos hubiera contado que ibamos a encontrar el lugar de esta forma- respondí más desanimado que antes al comentario de Alicia dándome cuenta de la embergadura de todo.

Tras ello apreté el paso junto a los demás y volví todo lo rápido que pude a la mazmorra.
"Espero que hayan preparado alguna defensa para pasar la noche, y hayan encontrado algún arma para poder defendernos"


[continúa en las mazmorras de los cosechados]

Ahí está la luz! Hecho un vistazo a mi alrededor desde detrás de una piedra y trazo mentalmente un camino hasta la luz verde mediante el cual solo me exponga a ser visible cuando corro de refugio en refugio. Oigo voces detras de mi, y pasos... ¡He de escapar como sea!

Nunca había estado tan angustiado y nunca había respirado tan bajo... las situaciones límite sacan lo peor de cada uno...

*Por Flora, esta ciudad está en ruinas...*

*Que sed tengo...*

*Si yo fuese un ciudadano de esta ciudad no dudaría en espiarme...*

*m... ahí hay una fuente muy rara...*

Ahí está la luz... he de ir a por ella, necesito que me ayude... Sin dudarlo un momento, me dirijo hacia la luz corriendo lo más rápido que puedo; pero, voy tan rápido que no veo por donde piso y sin quererlo me resbalo con un charco.

A duras penas logro sacarme todo el agua que tragué y que me estaba ahogando; mi organismo no puede aceptar tanto agua al mismo tiempo. Noto que algo cambia en mi cerebro, no le doy importancia... estas cosas pasan... creo.

En fin... juraría que algo ha cambiado... no se que podrá ser... igualmente, la luz está muy elevada... dudo que la pueda alcanzar... tendré que buscar un método. Espera, ¿que son esas criaturas que forman esa fuente? Largas, delgadas, firmes... la antítesis de mis dos colas... Mierda, viene alguien, ¿donde hay un escondite por aquí?

¡Por fin llegué!

Estoy agotada por la carrera y me muero de sed. Tengo la sensación que me voy a desmayar de un momento a otro.

Suerte que hay una fuente. Pruebo el agua, me da los mismo que sea potable o no, me estoy muriendo de sed.

De repente me doy cuenta que no estoy sola, delante mio hay un chico. Si es que eso es un chico. No parece humano, pero tampoco parece peligroso. Al igual que yo, está empapado por el agua de la fuente.

-¡Hola! ¿Quién eres?, yo soy Cira.

Un momento, ¿En qué idioma estoy hablando?

El chico no había reaccionado como ella esperaba, pero no la había decepcionado. Sus bromas y reverencias la hicieron reir todo el camino, pero internamente. No podía permitir mostrarse complacida o amistosa. No podía confiar en alguien tan pronto, no era su estilo ni su deseo. Aunque, de todos los presentes, era con el que más posibilidades tenía de coger confianza.

Bueno, a decir verdad, también había cogido simpatía con el albino que parecía tenerle un respeto importante, y con su pequeña clon; pero rechazaba la idea de confiar tan pronto en cualquiera. Lo había hecho con los Livingston cuando la habían adoptado a los tres años y no lo volvería a hacer.

Se recordaba tan ilusionada, tan feliz por la oportunidad que se le brindaba. Cuanto había llorado después por su desprecio en indiferencia. No, esta vez no sería igual, esta vez los observaría y analizaría antes de decidir si era recomendable hacer amistad con ellos, cosa que por sí sola sería bastante difícil, pues nunca fue muy dada a esa parte de la vida.

Avanzó por las calles sin detenerse a ver si la habían seguido, aunque sabía que así era. El americano, que había subrayado que no se llamaba Yankee sino Matt, seguía a su lado y la niña azúcar glas se encontraba siguiéndolos de cerca.

No tardaron mucho en llegar al origen de la luz verde. Era una amplia plaza, en cuyo punto central se encontraba una fuente formada por serpientes entrelazadas de piedra. Hasta el momento, no se había dado cuenta de la sed que tenía, pero no era tonta, no se iba a arriesgar a beber de una fuente posiblemente contaminada. Esperaría a que alguien lo hiciera primero.

Había dos personajes cerca de la fuente: uno era una chica pelirroja, y el otro, una especie de planta viviente que no le llegaría ni a la rodilla. Ambos parecían confusos por algo, pero en ningún momento amenazantes. Se acercó, con su característica seguridad, pero todavía precavida.

De repente, una figura corrió desde detrás del grupo que Wen presidía. Avanzó hasta la fuente y comenzó a beber de ella como si no hubiera mañana. Era una especie de lagarto erguido, de su misma estatura, sin cola y con una cuenca vacía por la pérdida de un ojo. Wen se impresionó. A pesar de todos los seres extraños que se había encontrado, no se esperaba uno así. Tras beber todo el agua que fue capaz de ingerir en apenas un minuto, se retiró pensativo, como cavilando algo y se recostó en el suelo, a apenas unos metros de la fuente, como si la cosa no fuera con él.

Parecía amenazante. Y peligroso, muy peligroso. No le costó mucho darse cuenta de que ella y su navaja no podrían contra tal bestia. Y, mucho menos que, si se le ocurría atacarla, necesitaría la ayuda de todo el grupo para derrotarlo. No le agradaba nada la idea de necesitar ayuda en caso de lucha inminente, pero su parte práctica le hizo ver que, de no ser así, moriría al instante.

No parecía que el agua de la fuente hubiera perjudicado de algún modo a aquel lagarto gigante, por lo que se acercó para beber por fin. El agua corrió por su garganta saciándola al instante y, al momento, tuvo que apoyarse en la fuente y agarrarse la cabeza con una mano.

“¿Qué me está pasando?” su mente comenzó a agitarse, como preparándose para un gran cambio. Las palabras que utilizaba a diario se le escapaban, no sin antes dejar de tener sentido para ella. Una tras otra olvidó todas las palabras que conocía y estas fueron sustituidas por otras que, aunque entendía, se le hacían extrañas, ajenas a ella. Finalmente comprendió que su inglés había sido cambiado por otro idioma, uno que comprendió a la perfección sin haberlo estudiado nunca. Había olvidado todas las palabras inglesas que conocía y su significado. No, todas no. Había una que se aferraba a su mente con uñas y dientes. Su nombre.

- Wednesday. - Susurró. Lo suficiente alto para oírse a sí misma, pero no tanto como para que los demás la oyeran. Sonaba igual que antes, con el mismo acento británico, pero a la vez muy diferente. Al momento, quiso saber cómo sonaría la traducción de su nombre en ese extraño idioma que acababa de aprender.- Miércoles. - susurró de la misma manera que antes. Sonaba… extraño, pero, a la vez, bien. La traducción sonaba más tosca que musical, al contrario que su nombre, por lo que no le gustó demasiado. Aunque tampoco le desagradaba, más bien le era indiferente.

Una vez repuesta del cambio, se apoyó en la fuente, de cara al grupo, de brazos cruzados, como si los retara a seguir sus pasos y beber de la fuente, y esperó.

Llego a las cercanías de la plaza y entro en un edificio circundante para ocultarme. Veo que estan llegando varios cosechados y sonrío por el número. Cuantos más sean, más posibilidades tienen de sobrevivir.
Ahora sólo tengo que esperar al discurso y volveré a la sede. ¿Será el mismo discurso para asustar de siempre?

Por fin llegamos al origen de la luz. Era una plaza amplia con una fuente en el centro, no me fijo demasiado en el resto de la plaza, solo en el agua de la fuente. Un ser, con forma de lagarto corrió hasta la fuente y bebió. La chica morena que iba la primera se adelantó y bebió también y se quedó mirando al resto para que lo hicieran.

Yo salgo corriendo a la fuente, cojo agua entre mis manos y bebo. Depronto noto que algo cambia en mi interior, mis pensamientos empiezan a cambiar. "¿Qué está pasando?" Me pregunto, pero entonces me doy cuenta. "!Ya no hablo varmano! ¿pero que tiene esta fuente?" Me pregunto sorprendido, todas las palabras del lenguaje varmano habían desaparecido, absolutamente todas. Ni una de las palabras de mi lengua materna permanecía en mi mente, solo podía pensar en ese extraño idioma.

Cuando me empiezo a acostumbrar me doy cuenta de que en la fuente no solo estamos la chica morena, el lagarto y yo, hay tambien una chica, también con las orejas pequeñas, y una planta con forma humana que no debía llegar ni al medio metro. Emtonces dirijo mi mirada al origen de la luz verde

Pero que cojones, el chico castaño se ha pasado el viaje hablando, porque no se calla, ¡si esta carlismo que la chica morena no le hace ni caso! Hemos llegado a una plaza, esta toda destrozada, como la mayoría de la ciudad… La verdad es que me siento decepcionado, me prometieron la ciudad de las maravillas y la magia.

La chica de pelo oscuro bebé de la fuente, pero no es la única, todo el mundo bebé de la fuente, a partir de entonces, todos parecen entenderse, así que la pruebo, de repente veo a la chica morada por que la saludo desde lejos: Hol… ¿Pero que narices? ¿Este no es mi idioma?

“¡Ala, que pasada!” Me dije al contemplar la increíble fuente compuesta por serpientes, pero mas sorprendente fue descubrir que de ella manaba agua “Joder que alegría, tengo la garganta seca como un esparto”. Me fijé en que en la plaza no estábamos solo nosotros. Había una niña con una especie de muñeco pequeño parecido a una planta al lado de la fuente. “Espera loco, quizás el agua no sea potable, esperare a que alguno de ellos beba y si no le dan espasmos, imagino que no me hará daño”.

No terminaba de pensar en eso cuando de pronto uno de los que nos acompañaban mas retrasados salio como un loco hacia la fuente, era una especie de lagarto que bebía a buches de la fuente. “ Que asco, ahora tendré que beber del mismo sitio que eso.” Pensé un poco asqueado. A continuación todos los demás se acercaron a la fuente y comenzaron a beber de ella.
“ Bueno nadie pone mala cara así que no estará mala” Pensé mientras comenzaba a acercarme hacia la fuente de las serpientes.

Me acerque al borde de la fuente, puse mis manos como si se tratarán de un recipiente y las hundí en el agua. “ Ostias esta muy fría, bueno que sea lo que dios quiera...” Suspire cuando de pronto algo lila se pone a mi lado. “Es la niña lila, al fin a dejado de saltar la desgraciada”. Respire hondo vertí el contenido de mis manos en mi boca.

Note como bajaba por mi garganta haciendo que me sintiese vivo, note como me refrescaba todo mi ser conforme el agua recorría mi esófago, tanto, que volví a coger agua de nuevo. La chica del pelo lila también había bebido pero la notaba dubitativa, su sonrisa había cambiado un poco desde que le dio el primer buche al agua.

-Joder pues esta buena el.....- Me llevé las manos a la garganta y carraspeé un poco. “Espera,¿Qué le pasa a mi voz?¿Las palabras suenan diferentes al pronunciarlas?.”
Intento buscar la cara de los demás y voy escrutando sus caras. “ Creo que no soy el único que esta flipando ahora mismo” voy cara por cara a todos y cada uno hasta llegar a la chica chicle. La chica lila se había cambiado de posición. Alcé la vista y busqué por la plaza hasta que la encontré alejándose de la fuente y quedándose apartada del resto sin llegar a estar demasiado lejos.

"Parece algo inquieta, pero bah paso" Y me dirigí hacia Wedn. "Por lo menos tengo con quien hablar"

El discurso e muy parecido al que nos hicieron. Y puedo sacar de él una confirmación a lo que ya pensaba: no se puede intervenir en la cosecha. Me voy a tener que mantener alejado, puesto que tengo la necesidad enorme de ayudar a los demás, y esos chicos de ahi son los que necesitan más ayuda que nadie en estos momentos si quieren sobrevivir.
Salgo del edificio y me alejo sigilosamente. Ya he visto a la mayoría de cosechados y ya me he formado una idea de lo que tenemos entre manos. Si los veo alguna otra vez, espero que sea cuando haya pasado la luna y pueda ayudarles a soportar los cambios. Si no los vuelvo a ver...en fin, que descansen en paz.

(SIGUE EN LA SEDE DE LOS TAUMATURGOS)

Tras una comprobación superficial de la aún intacta funcionalidad del cerebro, este envió las órdenes oportunas y ordenó comenzar la producción de las hormonas adecuadas y la emisión de los impulsos eléctricos necesarios. Se despertó, aunque ni siquiera conocía el significado de aquel hecho y miró al suelo. Estaba sobre el suelo. Se miró las manos y llegó a la conclusión de que aquel debía de ser él mismo. En cualquier caso, ¿qué hacía allí? No parecía la clase de cosa que debería hacer él, estar ahí, no le pegaba, algo se lo decía. Ah, pero ¿quién era él? Se lo planteó como si fuera una tercera persona. "¿Quién eres?", llamó para sus adentros. Ya que no hubo respuesta miró a su alrededor. Suelo, aire, cielo, piedras, cosas que se erguían sobre el suelo. Les fue dando nombre. Yo. Bien pues, sería "Yo". Yo tenía sed, hacía horas que vagaba sin saberlo, víctima de algunos insectos que no le trataron mejor que aun trozo de carne. Escuchó el murmullo de algún líquido en la lejanía, ¿agua?, y se dirigió hacia allí. Una piedra de la que salía (no parecía que entrase) agua. Fuente. Al agacharse, algo cayó de su bolsillo y lo recogió. Tesoro. Se acercó a la fuente pero no se atrevió a beber. Intentó quejarse de su cansancio pero no fue capaz, ni siquiera logró gritar una simple vocal, era como si lo hubiera olvidado, pero ¿acaso había sabido hablar alguna vez? Probablemente lo hubiera olvidado, como todo. O quizás no había nada que recordar, quizás no había sido consciente hasta aquel momento o acababa de surgir de la nada y por eso no sabía nada. No, sí que sabía, sabía que no recordaba algo.

Aunque no sabía qué sentido tenía siquiera, se limpió la cara con "agua" y se aclaró el pelo. Ahora era agua. Y se echó a dormir contra una serie de rocas apiladas, una pared. Por alguna razón también incomprensible, buscó unos cascotes y los colocó a su alrededor hasta cubrirse completamente. ¿Le serviría para algún propósito, quizás? Cuando despertó, había algo de jaleo en el lugar.

De repente la plaza empezó a llenarse con más jovenes, algunos humanos como yo y otros como el chico de enfrente no.

Sin saludar ni nada empezaron a beber de la fuente. Así ahora podremos entendernos.

Entonces aparecieron envueltos en luz verde, un hombre y una mujer. Soltaron un discurso y se fueron.

Pero dejaron que íbamos a morir la mayoría.

Quiero irme de aquí.

Tras unas largas horas de descanso al levantarme y no ver a nadie decidí salir de la mazmorra y buscar lugar donde poder comer y beber algo.

Llegue a una especie de plaza con una bonita fuente de piedra, me acerco lentamente y me agacho para beber un trago... Tras saciar la sed y lavarme un poco la cara y manos levanto la vista y veo una especie de figura volante que se dirige hacia el sur oeste, no puedo verlo con exactitud porque el sol me cegaba, levante mi mano derecha para protegerme levemente.

Decidí seguir a la bañera, no tenia nada que hacer, y a la lejanía vi una especie de torreón, decidí acercarme.

-Quizá halle a alguien allí.

Sigue en el Torreón Maciel.