Plaza de la Fuente

Hannah responde bastante borde al chico que se llama Mark. Otra que no tiene buen despertar, me digo. Pero el caso es que él se disculpa, y durante un rato nos quedamos en silencio si hacer ni decir nada. No parecen muy contentos por tener que esperar, pero tampoco quieren separarse del grupo.
Suspiro y me doy cuenta de que alguien se acerca. Un chico mas pequeño que yo de pelo negro.
- Algo así.- le respondo con una mueca cuando habla tras beber de la fuente. Mas por cortesía que por otra cosa.
¿será esto todo lo que hay, o queda alguien más? Porque esto es todo lo que voy a ver de ahora en adelante. Es una idea muy deprimente. Mi familia, ¿la volveré a ver? ¿y mis amigos? Miré a aquellos desconocidos. Ellos no sabían nada de mi, y a mi no me importaba nada de ellos. Pero estabamos condenados a estar juntos, o a la soledad. Me sentía hundida
Y la ciudad aquella. No había aparecido el chico del reloj de nuevo y nadie tenía idea de nada. ¿esto era todo? ¿Aquella ciudad donde lo único que parecía vivo eramos los que habíamos sido suficientemente tontos como para acceder a venir? ¿Nadie iba a explicarnos nada? Que me hubiese negado a vagabundear por la ciudad era en parte por ver si llegaba alguien, no un niño, alguien que supiese que estaba pasando. Pero había sido una estúpida. ¿Que quería, un guía turístico?
Un poco de viento desvía unas cuantas gotas de agua, que me golpean en la nuca. Eso me hace recordar la fuente. Que pueda hablar en otro idioma es magia, eso esta claro. Luego el chico no había mentido en algo. Aquel lugar era mágico. pero ¿significaba eso que nosotros lo eramos? Según él, aquel lugar era mi sitio porque yo era especial.
¿lo eran también los chicos que estaban a mi alrededor?
Volví a prestarles atención, intentado ver algo en su cara que pareciera fuera de lo comun. Pero lo cierto es que eran de lo mas normal. Como yo.

Me giro hacia la chica que me ha respondido de malos modos sin inmutar la expresión de mi cara, pero interiormente pienso que ha sido un poco borde. Decido ignorarla por el momento e intentar hablar con el resto. Ahora podía comunicarme con ellos gracias a aquel agua... ¿mágica? No podía pensar en otra palabra para describirla, pero el escepticismo me impedía aceptar que eso podría suceder. Sin embargo parece que no tenía más remedio que hacerlo, lo había notado claramente en mi mente...

-Me... llamo Noel. ¿Vosotros también habéis firmado el contrato con aquel chico tan raro? Ninguno de vosotros vive en esta ciudad, ¿verdad?
Me parecía una idea improbable, pero decidí preguntar por si acaso. Pensé para mí que esperaba que los demás fuesen más agradables que aquella chica. Bueno, la situación era la que era y supongo que todos estábamos algo alterados.

El chico que se acababa de acercar recibio una respuesta algo brusca por parte de Alicia, se presento, asi aue decidi presentsrme yo tambien
-Hola, yo me llamo Mark.
Despues nos hizo una extraña y a mi parecer una pregunta con evidente respuesta.
-Yo no vivo en esta ciudad, vivia en Estados Unidos...luego un extraño hombrecillo me visito antes de que me fuera a dormir, y me dijo que era especial y cosas asi, yo creia que era un sueño asi que acepte, pero parece ser que nada de esto es un sueño...
Me quede un rato mirando a los demas...¿por que estabamos aqui?...ese hombrecillo nos habia traido, pero ¿Para que? Era este nuestro lugar?

Viendo una luz despues del interminable pasillo, estaba cansado pero aun asi me forzé a seguir no me gusta nada este lugar.

Una vez salgo al exterior veo el sol que casi no da calor y esta lloviendo un poco, la cuidad es muy caotica, no tiene sentido los edificios se van poniendo de las maneras mas raras que se te ocurran, no siguen ningún orden lógico.

Vi una plaza que me llamo mucho la atención allí había mas cosechados quizás me puedan ayudar pensé, empeze a andar hacia ellos cuando caí en la cuenta de que no había otro cosechado me mi planeta pero aun así allí había una fuente asi que me dirigí hacia allí.

Una vez había entrado en la plaza me di cuenta de que había más cosechados de los que pensaba, decidí beber un poco del agua de la fuente porque no había bebido nada desde que llegué, me acerqué a la fuente y empezé a beber con desconfianza pero luego con tragos grandes, después de terminar de beber me di cuenta de que estaba hablando en otro idioma y empezaba a entender al resto de los cosechados pero no me acerque porque venían de otro mundo y eran una incógnita para mi.

Dee ya llevaba allí un rato pero no se había atrevido a salir hasta el momento. Pero era hora, si no lo hacía de una vez, corría el riesgo de quedarse sola. Así que, tras una última mirada al espejo, se decidió.

Rodeó la estatua que la había ocultado y se acercó a la fuente con cara de afectación. Ya había bebido antes de la fuente, no necesitaba repetir. Cada paso resonaba en su cabeza, hasta que llegó a la fuente corriendo pero discretamente y se sentó con aparente naturalidad.

-Buenas -saludó bajito.

Alicia responde escuetamente al chico que corresponde al nombre de Noel.
Durante unos segundos, permanezco en silencio, mirándola descaradamente. Vaya, al parecer hay alguien aquí aparte de mí que tiene las suficientes agallas como para decir lo que piensa, aunque a los demás les resulte borde. Siento ganas de esbozar una sonrisa, pero no voy a hacerlo. No, no bajé la guardia en la Tierra y no pienso hacerlo ahora. No dejaré que me engañen con su apariencia y...
Creo que es por eso por lo que siento hacia Alicia lo más parecido a una corriente de simpatía de lo que haya sentido hacia cualquiera de ella. Quizás porque ella no se molesta en ocultar lo que siente.
Pero, y ahora me lo planteo, esto puede ocasionar una de las dos cosas: que acabe llevándome muy bien con ella o que nos llevemos a matar. Agh... ¿En qué pienso? No, no voy a darle una oportunidad a nadie hasta que me demuestre que se la merece.
Mientras sigo perdida en mis pensamientos, Noel hace una nueva pregunta. Pongo los ojos en blanco:
-¿Crees que si fuese de este sitio de mierda estaría preguntando a todo el mundo qué hacemos aquí? -pregunto con brusquedad.
Y, después, clavo mi atención en el ser (porque está claro que no es humano) que, ajeno a nuestra conversación, se ha acercado a la fuente.
Y, poco después, una nueva chica llega y se une a la conversación, que en esos momentos es inexistente.
"Genial", pienso irónicamente.

Hundí la cara entre las manos mientras notaba que la garganta se apretaba en un nudo. Pero yo no era una llorona. Y no iba a ceder. Ceder no iba a servir de nada, me dije a pesar de que ya me sentía como si lo hubiera hecho. La gente comenzó a presentarse al nuevo, y caí en la cuenta de que yo no le había dicho mi nombre. Y quizás incluso le había sonado borde.
Si toda mi compañía iban a ser ellos, no podía empezar tan mal. Me incorporé.
- Yo soy Alicia. Perdona mi sequedad, soy terrible recién levantada.- bromeé esperando suavizar la situación. Pero mi sonrisa no fue muy alegre. Me di cuenta de que Hannah me estaba mirando fijamente, pero no supe identificar ninguna emocion concreta en su rostro.
Y poco después de hablar llego otro chico. Bebió pero no quiso acercarse a nosotros. Le miré incomoda, y entonces vi que tenía cola. ¡una cola peluda, como si fuese un animal! Me quede boquiabierta. ¿era un habitante de aquella ciudad extraña?
Hannah también se ha dado cuenta. (yo) Estaba mirando sin disimulo al niño extraño de la cola Cuando una vocecita a mi espalada me sobresaltó.
Viene de otra chica, no le he visto acercarse ni beber, pero supongo que ya habría bebido antes.
Le saludo y le pregunto quien es.

Con un gesto dramático, demasiado ensayado, colocó las manos en el regazó y cerró los ojos.

-De... Deianira respondió con un leve titubeo-. ¿Sois de aquí? Acabo de llegar y no sé muy bien dónde estoy.

Miró en todas las direcciones, desorientada.

-¿Y quiénes sois vosotros?

-Encantado, Mark. Yo soy sueco- dije intentando superar mi acostumbrada timidez-. Mis recuerdos acerca del hombrecillo son un poco confusos, creo que yo pensaba que estaba alucinando o algo semejante y no di importancia a lo que decía ni hacía.- Me encogí de hombros para dar a entender que no me importaba demasiado, aunque sí estaba bastante preocupado por la situación como cabía esperar.

La chica llamada Alicia me vuelve a hablar, esta vez con más amabilidad.
-No pasa nada- me giré hacia Alicia e intenté esbozar una sonrisa pero la expresión de mi cara se negaba a cambiar, por lo que mantuve la expresión neutra que tan sólo había abandonado cuando bebí de la fuente.- Todos estamos algo nerviosos, no hay duda...

También escucho como la otra chica responde a mi pregunta... de muy malas maneras. Sin duda Alicia había sido tremendamente simpática en comparación.
-Perdona eh, era más bien una pregunta retórica- me di cuenta de que para expresar disgusto sí era capaz de variar mi expresión, la miré ceñudo mientras le hablaba-. Además acabo de llegar y no podía entender lo que decíais. Pero ruego me disculpe su majestad.
Me solía gustar imprimir un toque irónico cuando alguien me hablaba del modo que lo había hecho ella, es probable que se enfadase más conmigo pero la verdad es que no me importaba.

Me giro al ver que Alicia mira fijamente hacia otro chico que acaba de aparecer, parece estar muy sorprendida. Enseguida descubro por qué. Ese chico tiene cola... una cola enorme. Estábamos en Halloween, a lo mejor formaba parte de algún disfraz... Recuerdo mi pripio disfraz con algo de nostalgia, pero aparto ese pensamiento de mi mente. No nos ha hablado e iba a saludarle, pero de repente me fijo en otra chica que acaba de aparecer y que nos saluda tímidamente.
-Hola-le digo a la chica del vestido morado y que acaba de identificarse como Deianira-. Yo soy Noel. Ninguno somos de aquí- miro de reojo a la chica borde con desdén-. ¿No recuerdas por qué estás aquí?

Vaya, así que ahora Alicia se disculpa...
Los demás la miran con simpatía, y yo me limito a mirar la fuente como si contemplase el vacío. Noel me contesta a mí con brusquedad, y clavo mis ojos oscuros en el chico, fulminándolo con la mirada. No me pienso dejar aminalar, y menos nada más llegar.
-Si esperas que a base de ironías yo me disculpe o algo parecido, lo llevas claro, "cariño" -murmuro, retadora.
En una lucha interna, la parte más coherente de mi mente, enterrada al fondo de la misma por la sinceridad brusca que me caracteriza, vuelve a preguntarse qué me han hecho aquellas personas que no parecen menos víctimas que yo.
Mi padre. Aprieto los puños y pienso en lo que estará haciendo en este momento. La ilusión momentántea de poder estar bien allí se esfuma, dejando paso a la cruda realidad. No puede valérselas por sí mismo. ¿Qué va a hacer?
Aparto la mirada de mis compañeros y la clavo en uno de los edificios, decidida a no volver a hablar de momento. No, ninguno de ellos me comprende. Y no creo que lo hagan nunca.

Tras atravesar la sombra que proporcionan los últimos edificios antes de llegar a la plaza, cierro mi móvil. Nada. No se enciende. Y no puede estar sin batería porque lo acababa de cargar. Que absurdo es todo. Vuelvo a guardar el móvil en el bolsillo con la esperanza de poder recuperar su utilidad más tarde, y echo un vistazo a la plaza.

Una bonita plaza, de gran amplitud, rodeada de un grupo de edificios que parecen observarnos. Además, una pequeña parte de esos edificios parecería a punto de derrumbarse si no fuera porque ya lo han hecho. En el centro, una fuente. Una fuente ciertamente artística, de una complejidad tal que dan ganas de conocer al artista para darle la enhorabuena por el resultado. Pero tendré tiempo para apreciarla más tarde, porque más impresionante todavía es contemplar una masa de seres vivos en lo que a priori había tenido apariencia de ciudad ruinosa desértica. Es decir... ¡maldita sea, más gente! ¡No estoy solo con ese foco de desprecio mal disimulado! ¡Alabados sean los dioses! Me limito a exteriorizar una mínima sonrisa.

Camino pacientemente por el centro del camino hacia esas personas de la fuente y con Vladimir siguiéndome. Como si tuviera todo el tiempo del mundo para cruzar la plaza. Al fin y al cabo, parece que estan muy entretenidos ahí. Incluso parece que estén esperando.

-Buenos días.-digo, con un gesto entre el saludo y la reverencia. Cuento nueve personas, con nosotros once. Diez personas y un ser mitad persona mitad cosa indeterminada. Que interesante grupo ha tenido por bien reunir el destino.

Espero donde estoy a que Vladimir llegue y les de el placer de conocerle. Les encantará. Mientras tanto decido ir a beber un poco de ese agua cristalina que me lleva llamando desde que me he acercado a la fuente.

El comentario de Noel molestó de sobremanera a Deianira, que por un ínfimo instante pareció a punto de decir algo no precisamente amable. Pero cuando habló, lo hizo con el cuidado de una disculpa.

-Claro, claro. Yo también. Qué montón de gente por aquí.

Observó a otros que acababan de llegar y se dirigían a la fuente. Parecía que nunca paraban de aparecer. Quizás fuera mejor así. Le gustaba estar tan rodeada de gente. Jugueteó con un pequeño colgante que sujetaba entre sus dedos, pensando en algo que decir. Dejaría que los demás tomasen la iniciativa, no tenía ganas de pelear con nadie.

Mi atención se aparta de los recién llegados cuando la chica que aún no se había presentado vuelve a hablar con ese tono poco agradable que tanto me crispaba.

-No, "cariño",-remarco la palabra especialmente, odiaba cuando alguien usaba apelativos cariñosos a modo de burla o insulto- no espero ninguna disculpa por tu parte, es evidente que sería inútil hacerlo. Pero no creas que me importa tampoco. Paso de ponerme a discutir con una completa desconocida, sobre todo en una situación como esta.

Dicho esto me giro y fijo mi atención de nuevo en los recién llegados... a los cuales pronto se suman otros dos. El recién llegado nos saluda... seguramente en algún idioma terrestre, pero ya no puedo distinguirlo. Levanto ligeramente la mano a modo de saludo y les señalo la fuente para intentar que beban y poder entenderles. Ambos parecen un poco estirados pero prefería no juzgarles sin conocerles primero.

Se respiraba tension en el aire Hannah y Noel estaban peleandose, realmente Hannah no deberia haberle dicho eso, pero no se si deberia meterme en esa pelea, mire a mi alrededor como buscando ayuda, ajj era inutil, estaba oscureciendo, la verdad es que no era buena idea pasar aqui la noche ¿Y si habia lobos o bestias? No sabiamos donde estabamos, habia que buscar refugio o volver a las celdas
-Este no es momento para discutir, esta oscureciendo, no es buena idea quedarse aqui, este sitio parece peligroso, ya de por si alguien nos ha secuestrado y traido aqui, no querria que ocurrieran mas desgracias, deberiamos volver a las celdas o buscar refugio
Dije interrumpiendo la pelea entre Noel y Hannah
Aunque dije eso, me preocupaba que hubiera mas chicos y chicas como nosotros que aun no hubieramos visto.

Noel vuelve a contestarme, y clavo en él de nuevo la mirada, apretando los dientes.
-Oh, vaya, me alegro de que no las esperes. No es bueno esperar demasiado, ¿sabes? Pero bueno... Qué vas a saber tú. -Él termina de hablar y se vuelve.
Entonces, rodeándolo, me planto frente a él.
-Es de mala educación darle la espalda a alguien cuando está hablándote- recalco, con lentitud-. Y tampoco creo que por mucho que hables te des cuenta realmente de lo que es "esta situación".
Finalmente, observo yo también a los recién llegados, con curiosidad mezclada con los restos de ese enfado.
Entonces, Mark intenta detener la pelea. Estoy a punto de pegarle un grito y decirle que no se meta en lo que no le llaman, sin embargo, vuelvo a contar hasta tres y asiento con lentitud:
-Vale -respondo, con sequedad.

Mark parece no saber que hacer ante la pequeña discursión que estábamos manteniendo la chica y yo. Cuando me giro para observar a los recién llegados, ella vuelve a atacarme intentando darme lecciones de educación. Esto comienza a resultarme hasta divertido. Arqueo las cejas reprimiendo una mueca para evitar reírme.

-No te he dado la espalda, sólo me he girado a observar a los recién llegados. Mi idea de mi primer día en una ciudad desconocida e inquietante no pasa por discutir con una chica a la cual hace cinco minutos que conozco. Creo no haberte hecho absolutamente nada como para que me hables de ese modo- me encojo de hombros.

Trato de no reírme porque no quiero que se enfade aún más, ya me estaba hartando de tanto grito. El pobre Mark intenta ser conciliador.

-Sí, tienes razón, deberíamos buscar algún sitio donde pasar la noche...

-Bien -sonrió Dee-. Parece que todo está soluucionado entonces.

Los dos recién llegados terminaros de beber de la fuente. Observó divertida sus reacciones.

-Creo que aún no me he presentado. Me llamo Deianira, pero podéis dejarlo en Dee. Ahora que todos nos conocemos y estamos relajados -obviamente, NO (xD)-, ¿no creéis que sería mejor organizarnos y pensar en dónde vamos a dormir, como ya han dicho?

NOTA MOD: Los días especiales son más largos. Anochece mañana por la tarde. Más os vale encontrar un buen sitio, o estáis muertos.