Bahía de los Naufragios

-Tenéis mucha suerte de llevaros bien con los de vuestra misma criba -dijo Wheem -Yo no se nada de ninguno de mis antiguos compañeros, a saber si seguirán con vida – Se echó a reir.

Mientras tanto Vanyme estaba encantado con Eitne, miraba con ojos brillantes cómo le hacía carantoñas a Fresser.

-¿Un animal híbrido? ¿En serio? ¿Y de qué es híbrido? - preguntó con una sonrisa -Yo te… - <<Yo tenía conejos en casa>> quería decir, pero murieron todos la noche de las pesadillas y no le apetecía hablar de algo tan desagradable con el niño -En nuestra casa hay muchos demonios, el jefe es un invocador muy poderoso y los trae desde otros planos para protegernos. Algunos dan mucho miedo.

Vanyme recordaba bien la primera vez que vio a Ertrael, jamás se había encontrado con una criatura tan repugnante.

Cuando les preguntaron por su casa y a qué se dedicaban los dos prostitutos se miraron unos segundos, dudando. Al final Wheem se encogió de hombros.

-Vivimos en el Burdel de dama Espasmo, trabajamos allí.

Otro novato hizo su aparición antes de que pudiesen explicar mucho más sobre el tema y tan pronto vino se fue. La monita de los ojos violetas fue a por él y cuando lo trajo quedó claro que tenía un pedo considerable.

-¿Necesitas un cable, amigo? Conozco un par de hechizos para aligerar la borrachera  -dijo entre risas.

**

-¡Oh, Quem es un encanto, me alegro de que le hayas conocido! -exclamó Ariven juntando las palmas de las manos -Y si vives en la Sede a lo mejor has visto a nuestro compañero Jau.

-Es un tipo super grande con el pelo naranja y negro, un licántropo tigre -añadió Vivia – Solía ir a bailar a la Sede con sus amigos. ¿No había otro tigre en tu misma cosecha?

Ni una ni otra respondieron de forma clara a la pregunta de cuánto llevaban en la ciudad, tan solo dijeron que ‘’bastante tiempo’’. A Ariven no le gustaba hablar de su edad y Vivia elegía bien a quien le contaba que nunca la habían cosechado.

La demonio de fuego se apresuró a quitarle importancia a su transformación arruinada.

-He salido muy bien parada, otros no pueden decir lo mismo. Vivo como una ciudadana más, no hay nada que sentir -aseguró.

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Dama Isis x Jace (+18):

Aún le dolía el diafragma de reír así. Hacía... demasiado desde que no se lo pasaba tan bien. Tanto que poco a poco la nostalgia le iba invadiendo nublando un poco su humor y su mirada. -Sí, gracias. -Respondió algo entusiasmado a Sekk y Samika pues tenía ganas de probar todo aquello y cogió la hidromiel expectante de no hacer el ridículo como había hecho con su abuelo.

Pollo entonces empezó a actuar extraño, había replegado las alas y extendido el cuello mirando a algún lugar lejano y empezó a mover la cabeza arriba y abajo.

-¿Que hac- Abrió las alas de repente a lo que el rapiña reaccionó saltando hacia atrás de manera instantánea un par de metros. Iba a tirar de la evaki lejos del ave pero Sekk se había puesto en medio así que no hizo falta. Parte de la hidromiel en la jarra cayó al suelo.

Pollo pareció parar emitiendo un chirrido y, a ojos de Arcan, cabreándose en el sitio.

-Estoy bien, me he alejado a tiempo. -Contestó a la evaki.

Así que eso ha pasado. -Pensó al escuchar al berserker. Miró a su jarra y casqueó con la lengua maldiciendo haber tirado bebida siquiera antes de probarla. La evaki le susurró algo al berserker y luego se puso a hablar con él a lo que el rapiña echó un trago. Había decidido que dejaría que ella decidiese cuando era el momento para que él se retirara pero la verdad es que empezaba a sentirse un poco como un estorbo para que ellos dos estuvieran cómodos el uno con el otro y eso no le gustaba nada. Pensando en si ella no decía nada por simple cortesía solo complicaba aún más la cosa. Al menos la bebida estaba realmente buena.

Menudo problema...

Echó otro trago. Mientras, el berserker parecía prepararle algo a Pollo.

-Si sois capaces de que os haga caso igual sería mejor si.

Empezaba a plantearse si debía ofrecerse a ponerle una barrera en los pies y retirarse.

-Bueno, yo tengo seis pero sí, lo normal es tener ocho pezones -respondió Rena. Se levantó la camiseta para enseñar las cicatrices finas donde debían estar los dos últimos -Si quieres hacer el resto de partes escondidas puedo pasarte referencias.

No había pensado en la cantidad de preguntas inapropiadas que se le venían a la cabeza a raíz de la conversación y por la risa de uno y de otro supuso que a Rox le pasaba lo mismo.

Aprovechó la distracción de Zob y Pelusa para quitarle la botella de vodka al cambiante y dar otro trago, ignorando la recomendación de la mona. Empezaba a marearse un poco y a lo mejor parar era la idea más sensata pero en ese momento no estaba muy por la labor de ser sensata.

-¿Quien Zob? No creo que se haya enterado de un carajo

Apartó la botella y puso cara seria como si estuviera a punto de discutir un tema muy importante.

-Veamos… Son escarabajos con irrenses , pero no es que sea porno con escarabajos tal cual, aunque de esos creo que hay en un lugar muy oscuro de la red en el que no he estado nunca. El que digo tiene como… algo intermedio entre bicho y persona. Tal vez como Pam o como yo a medio transformar pero supongo que siguiendo alguna línea estética -Meditó un par de segundos -O no, algunos son jodidamente asquerosos ¡Y mira que es difícil hacer un escarabajo asqueroso!

**

-Indagué un poco y parece que están bien -respondió, sin querer ahondar mucho en el tema. No era algo de lo que le gustase hablar.

El beso del daeliciano no le pilló por sorpresa pero sí que fuese con lengua. Zmey trató de reaccionar rápido y corresponderle sin embargo Evelhan parecía tener otras prioridades.

-¿Eeeeeh? Y yo que pensaba que querías darme cariño y solo querías dulce. Eres un interesado -se quejó, fingiendo estar decepcionado.

A pesar de las quejas cogió un dulce distinto, uno de los cucuruchos, lo abrió en canal y hundió la lengua en sus entrañas de hojaldre para extraer el chocolate de su interior, asegurándose de coger una buena cantidad. Luego agarró a Evelhan por la nuca y le pasó el chocolate de boca a boca en un beso pringoso. Se tomó su tiempo para extenderlo por el interior y recrearse en la combinación de sabores del chocolate y la saliva dulzona del daeliciano.

-¿Estaba rico? -preguntó cuando rompió el beso con una sonrisa burlona. El brugho tenía los labios manchados así que le pasó el pulgar con cuidado para limpárselos. -Ahora cuéntame tus planes.

-Wooo, ¡eso ha sido fantástico! -Se apresuró a decirlo con su energía y positividad natural al ver la copia que dejó detrás suya la novata. Sin embargo obvió totalmente su gesto a propósito y se acercó al pequeño de todas maneras.

-Chao pesiososoos, ah, no digas vuestras transfos por ahí Adrune, es mejor guardarse esa info ¿valep? Bah, de todas formas avisadme si pasa algo y os echaré una mano, adioooos. -Se despidió de ellos agitando la mano enérgicamente y con un pequeño giro miró a los restantes.

Empezó a reirse ante la actuación de todos y les aplaudió como si acabaran de hacer una pequeña obra de teatro. -Esto... puede que lo parezca pero no soy tonta. -No sonaba acusadora ni ofendida, simplemente seguía estando alegre y positiva como si nada pudiera frenar ese hecho. -Ha sido un placer, siempre es divertido ver las expresiones de los nuevos. -Dijo sonriendo con picardía. -Nos vemoooos. -Y esquivando con elegancia a un par de personas Dama Abrazos volvió a desaparecer hacia las mesas.

Adru se despidió de dama Abrazos de forma incómoda y se apresuró a tirar de Neil y Guille.
—Hum… Kétchup, ¿sabes dónde están los demás? —Se dirigió hacia la pendicularia mientras miraba de un lado a otro.
En su prisa por dejar atrás a la frivy no se dio cuenta de que había echado a trotar en una dirección aleatoria. La pendicularia, por suerte, sí parecía saber el camino y les señaló con sus manos una dirección. Tras darle las gracias chocándole la mano a Kétchup la edeel siguió sus indicaciones y no tardó en localizar a varios de sus amigos.
>>Aquí está Guille, por suerte se había encontrado con Tayron, Dafne y Eriel… —les dijo mientras finalmente lo dejaba en el suelo—. Pero volvimos a ver a esa chica… rara… Oh, ¿quiénes son? —Preguntó de pronto reparando en los dos desconocidos que parecían estar junto a sus amigos.

No pasó por alto como su amiga le robó la botella, y en el momento en el que la apartó el coreano se lanzó a por esta. Juzgó en silencio a Rena, dejando claro con la mirada y la forma en la que abrazaba posesivamente el vodka que “ya no más”. Podría haber cumplido y dar ejemplo, pero lo que hizo fue darle otro buen trago antes de encajarlo más efusivamente en la arena, donde estaba. El puntillo se le estaba pasando a algo superior. Por mucho que tuviera una buena resistencia al alcohol, después de estar tanto tiempo sin probarlo, con el estómago vacío y yéndose de golpe a por algo con tantos grados, era de esperar que se le subiera más rápido. Se prometió no beber más, considerándose lo suficientemente contento.

Miró a la irrense con una mezcla de grima y coña dibujada en la cara. Una risa se le escapó con su última frase, ya que aunque estuviera de acuerdo y le gustasen hasta las arañas más grotescas de su país, una cuantiosa parte de la población humana estaría en contra de sus afirmaciones. Trató de imaginarse a un escarabajo fusionado con irrense, pero su mente medio ebria se quedaba congelada en la imagen de Rena con alitas y antenas de mariposa. Eso y con ojos de mosca.

—Tía, eso son literalmente los furries en mi planeta. Aunque los nuestros son animales, no escarabajos. No sé si hay de bichos, fijo, pero… —la señaló—. Es lo que tú has dicho: tú a medio transformar eres una furry para los humanos en toda regla. Y hay muchísimo porno, pero muchíiiisimo. ¡Es eso! ¿Cómo se las apañan para hacerlos horribles? ¡Que una vez vi a uno que se parecía a mi perro! ¡Y estaba ahí con…! —hizo gestos extraños en el aire, apuntando a su pantalón (donde deberían de estar sus genitales) con ambas manos para luego espaciar la una de la otra bruscamente—. ¡Es que no podías ni llamarlo polla!

La conversación estaba desvariando en una dirección muy turbia, una en la que en su sano juicio no habría continuado, pero en el estado en el que se encontraba le daba totalmente igual. Ya podría culpar al alcohol por ello luego.

—Rena… antes de que se me olvide —añadió, alzando una ceja con una media sonrisa y una risita asomando—. ¿A qué te refieres con partes escondidas? ¿Y de qué referencias hablamos?

Eitne asintió al escuchar a Wheem. Él también estaba muy contento de la familia que habían formado y de lo bien que se llevaban. Los quería mucho a todos. Con una sonrisa de oreja a oreja, siguió hablando con Vanyme.

—¡Sí! Es mitad pajarito y mitad ratón, es muy chulo.

Lo de los demonios le hizo callarse durante un par de segundos, pero finalmente decidió que quería conocerlos también.

—¿Puedo pasarme por vuestro burdel? —No sabía qué era un burdel. Tampoco le hacía falta saberlo—. Me puedo llevar a Limón y así lo conocéis y yo conozco a vuestros demonios, también a los que dan miedo. Yo también doy mucho miedo de noche, pero no hago nada —se rió—. ¿A que sí? —preguntó a Nime y a Milo.

Guillermo se dejó llevar por Adru, y gracias a las Pendicularias pudieron reencontrarse con los demás. Ya en el grupo Guille se acercó a Eitne.

-Ya he vuelto, he visto a Tayron y Dafne-dijo saludando- ¿De qué habláis?... Hola soy Guille- dijo extendiendo la mano a los desconocidos que estaban hablando con Eitne.

Las Pendicularias lideradas por Ketchup, decidieron que para mantener a Guille ocupado y no se volviera a ir, le irían trayendo comida y bebida. El único inconveniente es que desconocían las costumbres de una fiesta y el constructo social de la propiedad, por lo que irían cogiendo vasos y comida indiscriminadamente de la gente que pasaba alrededor. Y los ofrecían muy contentas en el grupo donde se encontraba Guillermo.

Nime siguió curioseando la conversación sobre los demonios y animales al ver que Zob aceptaba la comida, pero se distrajo de pronto al escuchar las voces de los que habían desaparecido hacía un rato. Adru, Neil y Guille estaban de vuelta, y Nime los saludó con la mano antes de que se terminasen de acercar al grupo.
—Estos son… no me acuerdo de sus nombres —añadió en un susurro, aprovechando que el barullo reinante podía camuflar algo su voz—. Viven en un burdel lleno de demonios, como ese que lleva —explicó, señalando a Fresser—, y les escupí sin querer. Son buena gente, ya veréis.

Mientras daba sus pobres y alarmantes explicaciones, Eitne había seguido hablando con ellos, y Nime solo captó la pregunta final, ante la que asintió enégicamente.
—No da miedo y menos si le conoces. ¡Pero debería aprovecharlo! —dijo. No estaba ni dándose cuenta de lo estúpido que era ir diciendo a los cuatro vientos que  alguien era inofensivo.

Sekk:

La respuesta de la evaki a su disculpa le arrancó una media sonrisa al berserker, sacándole ligeramente los colores. Sekk, en cierto modo, empezaba a sentirse un poco incómodo con todo aquel asunto, pues no quería que Arcan se sintiera desplazado porque ellos dos estuvieran flirteando tan descaradamente, así que se propuso reconducir el curso de la conversación hacia temas menos comprometedores y en los que el rapiña pudiera meter baza.
—No fue nada, enserio, y en cuanto a lo de mi agenda eres la primera de la lista —le contestó a su amiga riendo, dándole un trago a su cerveza para disimular su bochorno antes de volver a centrarse en la comida—. Voy a prepararle algo, si, y después podemos dar un paseo para que no este tan apretado. Seguramente a Jace no le importa, y si se queja ya le diré yo un par de cosas al respecto. —les informó, esbozando una peligrosa sonrisa de tiburón.

Con movimientos hábiles el ulterano deshueso unas cuantas chuletas y apiló los huesos en una bandeja vacía, preparando además otra con unos sándwiches y unas piezas de fruta para los tres. Notaba la mirada impaciente de Pollo en la nuca, lo cual no ayudaba precisamente, pero se mordió la lengua para no decir nada al respecto y una vez estuvo todo listo se giró hacia sus acompañantes con las manos ocupadas.
—¿Cogéis vosotros unas cuantas botellas para no quedarnos sin nada que beber? —les preguntó entonces—. Y un mantel o algo para sentarnos y que no se le ensucie el vestido a Samika. —se le ocurrió en el último momento.

Mientras se decidían por la bebida el intara oteó por encima de las cabezas de la multitud, buscando algún lugar más despejado, y poco después dio con un sitio más allá de las mesas del buffet. Solía ir mucho a la bahía a explorar los barcos hundidos, así que se conocía todos los recovecos bastante bien, y había uno muy bueno donde las olas casi lamían el pie del acantilado.
—Allí Pollo podrá estirar las alas y comer tranquilo. —les explicó a la humana y al nublino, señalando el lugar con la cabeza antes de tentar al quebrantahuesos con la bandeja para que los siguiera.

Mientras caminaban entre la gente el rubio le echó un vistazo novato, tratando de recordar si conocía o no su transformación. Lo cierto era que no le sonaba, pero si que reconocía el animal con el que Arcan compartía rasgos de un libro de zoología humana al que le había echado un ojo.
«¿Se reirán todas las hienas así?» pensó para si con una sonrisa divertida, rememorando la escena que había tenido lugar hacia solo unos instantes.
—¿Qué tal llevas la vida de transformado, Arcan? —le preguntó entonces, tratando de no ser demasiado brusco—. El proceso de criba es una mierda y casi nunca es agradable hablar de ello, pero imagino que tu y tus compañeros estaréis bastante bien en la Sede, ¿no? —se interesó.

Pelusa

Pelusa escuchó silenciosamente la conversación entre sus amigos, Wheem y Vanyme, comiendo gustosamente un fruta caramelada, Pelusa abrió mucho los ojos cuando escucho donde era que ambos veteranos trabajaban y les miro con atención. Ya había oído hablar del burdel Dama Espasmo, por su jefa Dama Isis y de la existencia de un cambiante allá, pero claro estaba la niña nunca había llegado a ver a ningún trabajado del burdel, que supiese al menos.

Los escaneó con suma atención con la mirada con uno nuevos ojos, pues ella había estado en un burdel durante algún tiempo, pero claro allí había puros ordeses que no tenían la muy alta estima de la spriggan. Wheem y Vanyme definitivamente se veían mucho mas vistosos y atractivos a ojos de Pelusa, tal vez también se debía a la inquina contra los ordeses, pero simplemente debía admitir que en cuanto a lo de atractivos de alguna forma cumplía perfectamente eso.

Igualmente no se esperaba que Eitne fuese a preguntar de poder ir al burdel y miro al niño alzando una ceja preguntándose por un momento si este sabia siquiera que era eso. Pero antes de poder decir algo Adru y Neil volvieron con el desaparecido Guille, provocando cierto alivio en Pelusa, que finalmente decidido unirse a la conversación.

-Había oído hablar de Burdel por mi jefa, trabajo como costurera de Dama Isis – explicó Pelusa que no le sorprendía tanto eso y según tenia medio entendido su jefa tenia tratos con el Burdel vistiéndolos prácticamente. Se pregunto de alguna forma si lo que llevaban ahora seria también cosa de su jefa o nada que ver. Miró a Eitne y lo emocionado que estaba de poder ir, le dió un par de vueltas antes de responder. Pelusa curiosamente tenía menos reparo en que los críos visitasen el burdel a que bebieran alcohol. Cuestión de prioridades – Yo no tengo problemas si vamos, si nos lo permiten pero...¿no será mucha molestia? He trabajado en un burdel antes cuando estaba en Ordesta, así que se como funciona mayormente, no queremos tampoco importunar en el tiempo libre, o en el sueño, de nadie- preguntó la niña dudosa, no por lo que hicieran en si en el burdel sino por acabar molestando a alguien que deseaba dormir.

Daba por sobrentendido que de ir, no irían precisamente en horario de trabajo, solo había que tener dos dedos de frente para caer en eso, por eso no le preocupaba tanto. Tenía en cierta forma mera curiosidad en ver que tan diferente podía ser el burdel de la ciudad con el que ella conocía, pues era meramente interese visual visto como lucían Vanyme y Wheem y sus ropas. No es como si fuese a darle nunca uso a lo que ofrecían. El sexo al fin de cuentas a nivel personal, con ella involucrada, le producía bastante asco de todos modos.

Miró a Guille, Eitne y Nime, no muy segura de que fuese realmente un buen sitio para ninguno, aun así, no tenia idea de como lo tomarían. Especialmente Guille entre todos, no se fiaba un pelo de ese niño visto su historial.

Es mas, ya andaba viendo efectivamente lo problemático que podría ser en ese sitio...o en cualquier otro, con esas manos suyas haciendo lo que les daba las gana. Pelusa le lanzo una mirada fija a la pendicularias de Guille  <<¿No hay alguna forma de ponerle correas a esas cosas para que dejen de meter sus dedos en todas partes? >> dijo dándole un golpecito a una que intento robarle su fruta de caramelo como por pura curiosidad.

-Guille ¿no hay forma de controlar a las pendicularias o algo? - comentó la niña un poco frustrada, sabia que debía cosa de puro control y dudaba que fuese algo fácil, pero es que esas manos eran tan traviesas e inquietas como su dueño-Veras tu que un día meten sus dedos donde no deben y te quedas sin Ketchup y todas las demás. Diles que dejen de robarle a todo el mundo, que nos va a venir alguien enfadado al final...- dijo mirando mal de nuevo a la manos que traían alegremente entre ellas vasos con alcohol, seguramente sin tener idea de que lo era. Pelusa estrechó la mirada hasta ser una rendija quitandole los vasos y botellas de alcohol a las pendicularias para devolverlas a la mesa. Escuchando las palabras de Nime al final afirmando que Eitne en su forma nocturna no daba nada de miedo, Pelusa no podía evitar pensar lo mismo, pues aunque Eitne en su forma nocturna se veía como un enorme gato negro que bien podría ser peligroso, dada la personalidad del niño, se veía como un gigantesco cachorro.

-Yo diría que mas que no dar miedo, es que simplemente eres demasiado lindo en cualquiera de tus formas, Eitne. O lo percibo así al menos -indicó la mona del queso junto al grupo, pues ciertamente la forma bestia.



–


Evelhan Kaw

Estaba claro que no quería hablar mucho de sus antiguos compañeros y Evelhan no es como si insistiera mucho mas en eso. Tenia de alguna forma otras prioridades en mente.

Desde su visita a Libo para ver a Zmey, algo había empezado a cambiar en el, o bueno llevaba lentamente cambiando desde hacia tiempo, pero entre una cosa y otra y mayormente debido a su clara timidez no había pensado mucho en ello. Pero Evelhan se sentía mas seguro de si mismo, mas lindo, atrevido y tal vez algo juguetón. Como daeliciano nunca había sido muy extrovertido y mayormente había esquivado todo lo que tuviera que ver con satisfacer los sentidos, no sintiéndose cómodo con ello. Las palabras nada halagüeñas de sus hermanas en Daelicia, llamándolo feo o soso, habían bajado su confianza a extremos de intentar evitar por todos los medios lucir de forma diferente. Por algo se había escudado en 'lhelian' durante mucho tiempo, porque 'ella' era diferente a 'el'.

Incluso tras transformarse le había costado no sentirse poco atractivo en todos los aspectos, cuando perdió todo el color volviéndose aun mas gris, feo y soso, con su tufo a podredumbre cuando no comía y que se la pasaba ocultando con magia.

Poco a poco había ido cogiendo confianza, dejando atrás lo de que no era lindo o vistoso de la forma común Daeliciana, peor si lo era de otras formas. Zmey no lo rechazaba al fin de cuentas ¿no? Pesar de ser un chico así que tan espantosos no debía ser. Rabia sido uno d ellos motivos de empezarse a quererse un poco mas a si mismo a niveles físicos y estéticos, también preocuparse mas por cuidar su aspecto embellecer lo que antes había tratado de ocultar entre puros ropajes oscuros y capuchas.

El cambio de a poco había terminado con el así, no diciéndole nada a Zmey de cuanto había significado para el sus mimos, o el como se sonrojaba por sus acciones en vez de mirarlo mal o como un ser feo y espantoso; y besándolo suavemente de forma juguetona queriendo disfrutar de llenar sus sentidos y también querer llenar los contrarios, como nunca había hecho antes. Algún día le diría todo eso, estaba seguro de ello.

Rió, ante su falsa decepción una vez sus labios se separaron de los ajenos mirándolo atrevido.

-¿Quien dijo que esto no es también un mimo? Un mimo al paladar tuyo y mio- dijo el daeliciano alegremente con una gran sonrisa. No perdió detalle alguno de sus siguientes acciones, mordiéndose el labio inferior y sintiendo un ligero estremecimiento cuando se imagino lo que Zmey estaba a punto de hacer. Supero bastante sus expectativas, soltando un suave jadeo de sorpresa cuando sintió el dulce sabor del chocolate en su boca mezclándose con su propia sabor y con el de Zmey que siempre le había parecido ligeramente picante, puro fuego en todas sus formas.

Se revolvió en el sitio, jugando un poco con su lengua contra la ajena sintiendo todo el calor en su rostro y un cosquilleo en su bajo vientre cada vez mas intenso, extraño pero agradable, que hizo que se revolviera nerviosamente en el sitio, incomodo. Se relamió los labios inconscientemente cuando Zmey se apartó, como saboreando las ultimas trazas de aquella mezcla de saliva y chocolate. Vio su sonrisa burlona y Evelhan puso un ligero puchero con cierta disconformidad.

-No vale, se supone esta seduciendote yo a ti ¿porque acabo siendo yo el único seducido y convertido en gelatina?- refunfuño al ruborizado. El se lo había buscado claro estaba, pero era tan frustrante. Por ello cuando paso su dedo por la comisura de le dio un suave mordisco al pulgar, mas una caricia que otra cosa, para seguidamente lamer el chocolate de su dedo, mirándolo intensamente. Una vez el dedo estuvo limpio quedo satisfecho por la breve venganza, sonriendo con travesura. Un poco mas tranquilo, solo un poco, pues seguía intentando evitar que la cabeza de Zmey se acercase mucho a su vientre, no quería que notara lo que ese beso había provocado en el. Intentó centrarse en responder.

-Pues...tengo planeado crear un servicio de correos con mis estirges. - dijo tras un momento de duda sonriendo ampliamente- Se me ocurrió a raíz de enviar y traer cosas desde la Sede a Serpentaria con mis compañeros de cosechad cuando estábamos ocupados, practique también con Onyx junto a sus onyces para que trabasen en conjunto así que, bueno...en Rocavarancolia tenemos usualmente formas de comunicarnos, como espejos o los lacayos grotescos – dijo Evelhan intentando explicarse con cierta emoción pues había trabajado en las anillas de sus estirges desde hacia tiempo, en adecuarse a ellas y le obedecieran, en que reconociesen todas las caras nuevas y existentes de la ciudad, entre otras cosas. Le quedaba mucho por hacer pero iba por buen camino- Pero los espejos son poco usuales y los lacayos no están al alcance de gente sin magia y los mensajes que pueden enviar son muy escuetos, sin contar que no pueden llevar paquetes. Mis estirges pueden hacer todo eso - dijo Evelhan mirando a Zmey seguro de ello, convencido y emocionado, había perdido un buen numero de pollos de estirges durante la pesadilla pero ya empezaba nuevamente a  recuperar las perdidas gracias ya que había incrementado la época de crías en las aves

- Ya las tengo anilladas con runas  de seguimiento y protección a mas de una docena de estirges y sigo en proceso de crear mas. A ellas y a las demás las tengo reconociendo las caras de la gente y sus nombres, me falta conseguir crear mas bolsas sin fondo y asegurar un cordel mágico en torno a la boca de la bolsa con runas, para que los pagos se cumplan. Y si hay suerte tal vez en uno meses ya pueda empezar usarlas en la ciudad- dijo Evelhan mirándolo fijamente emocionado pero empezando a creer que sonaba muy exaltado y un poco loco empozo a entrecortarse un poco como llevaba tiempo sin hacer

-Quiero...mas adelante aun así....reformar un edificio para que sirva como servicio de correo, contratar gente...y expandirme a otros mundo...como Libo y hacer lo mismo con los permisos requeridos- añadió con una suerte de timidez cada vez mas acentuada, pensando que tal vez andaba pensando muy por lo alto ya y que podría sonar ridículo. Como algo demasiado grande para un crío.

Tayron

“Esto... puede que lo parezca pero no soy tonta”.
¿Seguro?. Estuvo a punto de soltarle Tayron entre tanto bamboleo y descaro. El lémur se preguntó que mosca le había picado para andarse con tantas confianzas, y eso que él se consideraba bastante abierto y en alguna situación un poco impertinente. Pero no, por mucho que pareciera amable aun así sabía que la frivi había estado desacertada.
-Nos vemos- respondió mas seco apartándose con Dafne y Eriel a una zona más alejada- ¿qué ha sido eso? ésta es gilipollas.
-Tendremos que acostumbrarnos, no será la última en hablar al respecto- la noruega mostró un tono de voz neutro, aunque Tay sabía que trataba de disimular delante del gárgola. Intentó cambiar de conversación.
-Bueno, ¿que tal si nos emborrachamos? ¿Eriel, qué ha sido esa mierda de antes? Pensaba que la luna te había dado cojones.
Dafne se atravesó la cara con la mano sin darse cuenta, en un gesto claro de desesperación por el belga.
-¿Y si te buscamos ligue? Hay muchos tíos y tías guapas por aquí. Alguno debe ser piedrafílico.

Ruth

Ruth sonrió ante la corroboración de Ariven sobre el repoblador, ya se fiaba de él, pero el hecho de que otros transformados veteranos hablasen bien de Quemaduras la reconfortaba.
-La verdad es que fue él quien me enseñó las invocaciones- dijo de manera súbita. Quizá no debería haberlo revelado, pero se trataba de la ciudad y ya se hacía a la idea de que cosas más escabrosas como esa no llamarían tanto la atención como pensaba. Deseaba contar sus progresos, y más a otra demonio de fuego, pero la israelita no se veía con la confianza necesaria aún- pero a veces son una molestia, si pueden pasan de ti.

Ruth se llevó la mano a la barbilla y clavó sus ojos naranjas en el suelo, pensativa.
-Ahora que lo dices... me suena bastante de haberlo visto de pasada- le contestó a Vivia, no sé le habría pasado un licántropo tigre- ¡Sí! Es mi mejor amigo ¿todos se ponen tan fuertes?- dijo con una mueca que invitaba a la risa.

Ante las palabras de Ariven se relajó un poco aunque no se quitó la sensación de haberse metido donde no la llamaban.
Asintió simplemente. Desde luego que otros no podían decir lo mismo.

La libense no tardó en encontrar a otro sobre el que subirse, Malahierba en este caso, y desde ahí continuó siendo como le gustaba ser. Mientras seguía diciéndole cosas tanto al poltergeist, como a Saren yo aproveché para darle un buen trago a mi bebida. Cómo el idrino era capaz de lidiar tan bien con la energía excesiva con la que siempre veía a la licántropa era algo que escapaba a mi comprensión, pero si él era feliz pues por mí perfecto.

Hablando de excesos: no se me escapó la mención a múltiples karimes, algo sobre lo que estaba completamente en contra, naturalmente.  

–No sé si el mundo está preparado, pero yo soy de los que opina que con una ya es más que suficiente. –Respondí mirándola de reojo.      

Alcé una ceja con lo último, aunque, sabiendo como era, en realidad se había tomado su tiempo en hacer de las suyas. Puse los ojos en blanco de la forma más sutil que pude y luego me giré para responder.

–Se aprecia el interés, pero ahora mismo lo que intento es portarme mejor, no peor. Hasta yo tengo un límite en cuantas veces puedo enfadarme antes de que me aburra.

Tras eso dejó hablar al repoblador que le devolvió los halagos a Karime y habló de lo que había estado haciendo. No sabía hasta qué punto era apropiado que nos dijera que ahora era espía, pero era su trabajo, no el mío. El sabría mejor que yo lo que estaba haciendo.

–Ya que hablamos de cómo nos va, os devuelvo la pregunta. ¿Qué habéis estado haciendo vosotros? –les pregunté a los dos. Contrario a lo que pudiera parecer, estaba de buen humor, al menos dentro de lo razonable.

Rena aceptó, a su pesar, el veto de su amigo, ya que empezaba a encontrarse un poco mareada. Aunque no perdió la oportunidad de sacarle la lengua.

-¿Que soy una qué? -La irrense hizo una mueca. Seguramente los bichos esos de su mundo tendrían un nombre pero no podía recordarlo -Supongo que es normal que pilléis animales, tenéis variedad -Los únicos animales que se le venían a la cabeza de su mundo eran… bueno, eran comida, y a Rena la simple idea de que alguien pudiese meter esa cosa en el porno le daba arcadas. Pero por suerte en lugar de eso le dio un ataque de risa por el comentario de Rox, ni siquiera pudo preguntarle qué demonios era un perro.

La conversación había llegado a un punto que la hacía sentir nostalgia de sus amistades más cercanas de Irraria. Entre las risas se le hizo un nudo en la garganta, sin embargo se obligó a centrarse en lo que el cambiante le decía, no quería ponerse sensible y arruinar el momento. Imitó el gesto de su amigo, con una ceja alzada, pero no pudo mantenerlo mucho debido a la risa. Su cara se estaba poniendo roja, y esta vez no era por el alcohol.

-¿No te acuerdas de la vez que abrí el archivo que no era en Letargo? Tengo más de esos y gracias a Krono los puedo recuperar. Podrás estudiar toda la anatomía irrense que quieras.

En realidad tampoco tenía taaanto porno en el brazo, solo algunos vídeos que había descargado porque le gustaban y se había olvidado de borrar. Tenía la sensación de que habían pasado milenios desde la última vez que los había visto y no había pasado ni un año aún desde que dejó su mundo.


**

Dama Isis x Jace (+18):

Irenneil

En cuanto se alejaron un poco, Adru le preguntó a una de las pendicularias de Guille en qué dirección debían dirigirse, lo que fue muy útil porque había mucha gente e iba a ser difícil encontrar a sus amigos de nuevo.

A Neil no le sorprendió encontrarse a sus amigos con dos desconocidos, ya que parecía una fiesta muy dada a conocer a gente nueva, así que no dudó en presentarse amablemente, aunque luego frunció un poco el ceño de forma confusa ante las palabras de Nime "¿Quiere decir que es un burdel de demonios, para demonios o donde viven demonios?" se preguntó a sí mismo un poco confuso.

En ese momento, una de las pendicularias de Guille le ofreció un pastelito de aspecto delicioso que Neil enseguida quiso probar y descifrar su receta, pero que rechazó en seguida al ver que tenía un gran bocado en un lado, ¿qué tipo de comida servían en esa fiesta?