Taberna del Mago Tuerto

-Pero sigo siendo un tío y extranjero -argumentó Zmey. Él sabía que ni las órdenes de una reina ni la magia podían hacer mucho contra prejuicios de muchos siglos.

Conocía a Mánia solo de vista, nunca había hablado con ella, y la verdad es que resultaba un poco intimidante, pero si podía ayudarles tanto mejor.

-Lo de las vacaciones anuales no suena mal, así nos aseguramos de no perdernos el rastro.

Sin embargo no dijo nada de ir a Sinhdro, y en caso de que Karime lo propusiera se negaría en rotundo. No tenía nada que enseñar de allí, había decidido que sólo volvería a pisarlo sería como soldado, para verlo arder en llamas.

Vac observó con curiosidad como una sonrisa afloraba poco a poco en las comisuras de los labios de la muchacha mientras le comentaba algunas opciones para que se metiera en el mundo de los videojuegos, pues estaba casi seguro de que no tenía nada que ver con lo que estaban hablando. La reacción de la nebulomante confirmó esto último y ante su evidente entusiasmo el griego no pudo evitar reír en voz alta.
—No te preocupes, enserio —replicó cuando aseguró que le había estado escuchando con una disculpa—. Lo del entretenimiento digital lo podemos dejar para otro rato sin problema.

A pesar de no ser idrino el hado era bueno leyendo a las personas e Irianna tenía pintado en el rostro la satisfacción propia de haber tenido una idea estupenda.
—¿Qué es lo que quieres hacer? —preguntó directamente, acodándose sobre la mesa con expresión intrigada—. Siento la indiscreción y obviamente eres libre de no responder si no quieres, pero mentiría si dijera que no me come la curiosidad. —añadió con una sonrisa amplia.

—No tenemos que dejarlo, es solo que… me vino de pronto la idea con nuestra conversación y me emocioné un poco —dejó escapar una suave risa y dio un trago a su bebida antes de seguir hablando—. No es indiscreción —negó con sus gestos—. Mucho menos después de que incluso te interrumpiese con ello. Además eres tú quien me ha hecho pensar en ello. Pues… Es que he pensado, ¿y si me hago detective de verdad? Mi niebla es útil para eso, y sé que hay hechizos que ayudarían en una investigación. Había empezado a documentarme al respecto porque ya que quiero escribir novelas de misterio, pensé en hacer alguna que incluyese magia y… Bueno, ¿por qué no combinar ambas cosas? O eso pensé… No estoy del todo segura de cómo de rentable sería, aunque supongo que más que solo escribir. La ciudad no es tan grande y aunque planeo ampliar un poco mi alcance en algunos mundos vinculados no va a ser sencillo.
A la lacustre le empezaba a sonar demasiado bien la idea, pero quería estar segura de que no se le estaba yendo la cabeza ni decidir su futuro por un capricho.

Ka desestimó el argumento de Yrio con una mano. Ella no creía realmente que le fueran a poner pegas. Como había dicho, él era un bendecido y se podría esperar que al menos los bendecidos tuvieran ciertos privilegios, aunque fueran turísticos.

- ¡Claro que sí! Unas vacaciones son un plan estupendo para tener con los amigos. Podríamos hacer un tour por todos los mundos empezando por Libo y siguiedo, yo qué sé, por Idris. Seguro que Saren puede hacernos de guía. Para la Tierra lamentablemente habrá que repartirlo en varios años si queremos ver algo, porque solo con dos días al año... ¿Crees que Tap querrá llevarnos al Macetero?

Karime tampoco nombró Sinhdro, y no porque no le pareciera un lugar interesante que visitar, sino porque desde que Alder había vuelto a su mundo de origen la licántropa había perdido el interés en el mundo, ya que pensar en él le dolía. Se había sentido abandonada y traicionada por la edeel y si podía evitarlo no pensaba pisar ese mundo.

La loba se giró en dirección a la barra con la intención de pedir otra bebida cuando una mesa le llamó la atención. A unos sitios de distancia estaba Vac/Mikk (Karime todavía esperaba que alguna alma caritativa se apiadara de ella y le resolviera el nombre real del hado) y una chica que le sonaba de la misma cosecha que la de Tizón pero que no habían pertenecido al mismo torreón.

- ¡Pero mira quien había ahí! ¡Es mi hada favorita! Hacía mil que no le veía. ¿Tú lo conoces, no? Al menos de la fiesta del Pub Muerto te tiene que sonar. ¿Te puedes creer que todavía no sé su nombre? En su momento me lo presentaron como Mikk o como Vac y todavía no he sido capaz de discernir cuál de los dos es.

Zmey hizo una mueca.

-¿Qué se nos ha perdido en el Macetero?

Por muy tentador que fuera, un piromante en un mundo que era principalmente bosque no era la mejor de las ideas y no sabía hasta qué punto Tap quería que le fuese provocando infartos a sus excompatriotas. No descartó del todo la idea, aun así.

Cuando Karime señaló a una de las mesas Zmey se inclinó para ver de quién hablaba. Era el hado infernal que trabajaba en el burdel, acompañado de una chica idrina que no le sonaba de nada.

-Ese es Vacuum -le respondió a la loba -Mikk es el humano de la voz sexy, el que sale con Vivia.

Su mirada se cruzó con la del hado y Zmey le saludó con cierta timidez. No quería interrumpir su conversación, pero tampoco quería ser un maleducado. Visitaba el burdel lo suficiente como para tener un trato no amistoso pero sí cordial.

Vac escuchó los planes de la nebulomante en silencio, bebiendo de vez en cuando mientras trataba de no interrumpirla. La idea que se le había ocurrido sonaba bastante bien, siendo sinceros, y tanto escribir como resolver misterios podía reportarle muchos beneficios.
—Aunque la ciudad no sea muy grande no deja de ser Rocavarancolia, Irianna —replicó con una media sonrisa—. Si le das una patada a una piedra seguro que aparece alguien que a perdido algo o algo que alguien a perdido —rió—. Y no solo eso… es triste, pero los asesinatos sin resolver o los robos con impunidad están a la orden del día —añadió en un tono menos alegre, encogiéndose de hombros con resignación—. Que ejerzas de detective no suena tan descabellado, porque trabajo no te va a faltar, y a futuro en otros mundos vinculados quizás sea también factible. —concluyó, alzando su jarra hacía ella a modo de reconocimiento.

Fue en ese instante en el que reparó en la mesa en la que se sentaban Yrio y Karime, y al cruzar miradas con el piromante este le saludó desde la distancia. El hado le devolvió el gesto con una sonrisa educada, pues lo conocía de verlo por el burdel y recordaba a su acompañante de la fiesta en el Pub Muerto.
—Perdona, he visto a unos conocidos en aquella mesa —se disculpó, señalando el lugar en cuestión con un gesto sutil antes de devolverle toda su atención a su amiga—. ¿Por dónde ibamos?

Karime jadeó entusiasmada con la resolución de su duda.

- Así que a VacMikk le van las idrinas, ¿eh? Bueno, sería hipócrita por mi parte comentar algo al respecto.

La loba rió dándole el último trago a lo que quedaba de su bebida, saludando exageradamente en su dirección cuando el hado les miró. Fue tan llamativa como de costumbre, pero estaba bastante cómoda hablando con Yrio, así que no planeaba acercarse por el momento. Quizás cuando se despidieran se acercaría a presentarse a la idrina, pero incluso cabía la posibilidad de que fuera sin dobles intenciones. La licántropa estaba teniendo un día bastante sosegado, para su propia sorpresa.

Asintió a las palabras de Vac. Ella sabía eso, por supuesto, pero aun así no estaba segura del todo.
—Sí, tan solo es que no sé cuántas personas estarían dispuestas a contratarme, pero es posible que tengas razón y entre una cosa y otra podría mantenerme sin problemas…
Vac parecía haber malinterpretado una de sus afirmaciones y se mantuvo pensativa mientras el hado devolvía el saludo a alguien en otra mesa.
>>Creo que he visto a la libense alguna vez por la sede, pero nunca he hablado con ella —afirmó tras su innecesaria disculpa—. Por cierto, con ampliar mi alcance a los mundos vinculados me refería a que quiero publicar libros en ellos… ¿Tú crees que sería posible también ofrecer mis servicios de detective? Supongo que en mundos como Nubla sí, aunque igual no es el mejor ejemplo porque tengo entendido que no tienen un índice de criminalidad muy alto… No paras de darme ideas —añadió con una sonrisa.

Vac sonrió mientras Irianna le sacaba de su error, ligeramente avergonzado por haber malinterpretado sus palabras.
—La verdad es que tiene mucho más sentido que te refirieras a lo de los libros, si—rió por lo bajo ante su metedura de pata—. Siempre puedes publicar con seudónimos y ser una de esas escritoras misteriosas que no se dejan ver, ¿verdad? Seguro que así venderías aún más novelas —aclaró convencido—. A nadie en la Tierra, por ejemplo, le extrañaría algo así y te podrías labrar un público muy entregado y abundante. —continuó, pensando en los fandom humanos con diversión.

El hado se encogió de hombros ante lo de las ideas con una mueca divertida.
—Seguro que te rondaban ya a ti la mente, solo hacía falta una conversación amigable para sacarlas a flote —rió dando un trago a su hidromiel—. Y volviendo a lo de ser detective interplanetaria yo le veo futuro, la verdad —opinó—. Tu transformación te da mucha ventaja, como bien has dicho, y puedes suplir los problemas de apariencia o idioma en los mundos vinculados con hechizos que tienes a tu alcance. —añadió, guiñándole un ojo con complicidad.

Zmey sonrió cuando Vacuum le devolvió el saludo y ya que tanto el hado como él estaban centrados en sus respectivas conversaciones volvió a Karime y a su bebida.

-¿A quién no le van los idrinos? -dijo con una sonrisa divertida.

Insistió en invitar a la segunda ronda. Todavía no había empezado a trabajar pero tenía sus ahorros intactos. Siguió charlando con la loba sobre trivialidades y poniéndose al día, y para su sorpresa toda la conversación fluyó de manera natural. Fue realmente agradable.

El número de clientes de la taberna le advirtió de que posiblemente ya era hora de retirarse. Le faltaban algunos preparativos para sus pruebas de reingreso.

-Creo que voy a recogerme ya -dijo levantándose -¿Tú te quedas? ¿Quieres que te acompañe a algún sitio?

Obviamente la propuesta no era por la seguirdad de Karime, si no por estirar la conversación unos minutos más.

Karime levantó las manos en gesto de rendición cuando Yrio insistió en pagar la siguiente ronda. No era como si fuera a ser la última vez que salían, por lo que la loba ya tendría su oportunidad de invitarle más veces en futuras ocasiones.

La licántropa lo estaba pasando realmente bien teniendo un rato agradable y divertido con el piromante, encantada por poder hablar tan relajadamente con él después de todos los altibajos que le habían sacudido desde su transformación y contenta con todavía tener ante ella a su Yrio, a pesar de todo el aprendizaje y madurez que le habían convertido en Zmey.

- Pues tenía pensado ir a echar un ojo a los lobos, a ver qué tal estaban. Así que si quieres puedo acompañarte a dos patas hasta tu sitio y luego me voy a mi ritmo a cuatro- comentó risueña levantándose de la silla y siguiendo al sinhadre a la puerta. Cuando pasaron por al lado del hado y la idrina, Karime se giró en su dirección sin dejar de caminar para llamar su atención-. Ya sé tu nombre, hado. Ya no tienes forma de escapar de mi. Y el tuyo, guapa, ya me encargaré de averiguarlo.

Con guiñó de su ojo y una carcajada lobuna, Karime volvió a darse la vuelta y rodeó los hombros de Yrio con un brazo para presionarlo contra ella mientras salían de la taberna.

Todo aquello estaba entusiasmándola cada vez más y asintió con convencimiento cuando el hado comentó acerca de utilizar un pseudónimo.
—Sí, quiero buscar un nombre rocavarancolés, aunque no pensaba cambiármelo si no que fuese mi nombre de negocios. Sé que es tan frecuente como cambiárselo por completo y es otro toque de misterio más que darle a mis novelas —sonrió con diversión—. La Tierra no entra en mis planes a corto plazo porque es uno de los mundos más difíciles, pero sí que me gustaría poder llegar a publicar algo allí también.

Atendió con interés a la opinión de Vac sobre la posibilidad de ejercer como detective fuera de la ciudad y se cruzó de brazos pensativa.
—Tal vez… Si me lo monto bien podría funcionar… Pero bueno, creo que será mejor que vaya poco a poco. Por lo de pronto tengo que empezar a ahorrar para poder mudarme de Serpentaria: no creo que a mis futuros potenciales clientes les apetezca reunirse con una investigadora en un refugio lleno de gente.

Cuando la conversación parecía estar llegando a su fin y la idrina iba a preguntarle al hado si debían irse, la libense de antes se les acercó y les habló desvergonzadamente a ambos. Irianna no supo que responder ante su insinuación y se limitó a girarse hacia el humano con el gesto algo incrédulo.
—Vaya, es un poco… descarada —dijo riéndose levemente y tratando de ocultar la incomodidad.
No sabía cuánto se conocían ella y Vac así que tampoco pretendía ofenderle hablando mal de una posible amiga suya, pero la lacustre creía que algunas personas de la ciudad se tomaban demasiadas confianzas.

Zmey aceptó la propuesta de Karime con la condición de que se separasen a mitad de camino. Su maestra de normal no era muy fan de que revelase la localización de su casa y ahora lo era aún menos. << Tengo que mudarme pronto. >>

Mientras salían Karime hizo una de esas cosas que Karime solía hacer y el piromante deseó tener una piedra para meterse debajo. Le lanzó una rápida mirada de apuro y disculpa al hado, rojo hasta las orejas, y se dejó arrastrar por la loba hasta la salida.

-No se te puede sacar a la calle -se quejó en susurros de reproche.

Claro que no hicieron falta más que unos pocos metros de paseo para que se le olvidase el bochorno y retomase la conversación, que continuó durante todo el camino de vuelta.

El entusiasmo de Irianna era contagioso y el hado sonreía mientras la escuchaba hablar, asintiendo ante lo de usar un nombre rocavarancoles a modo de seudónimo. Él no era ningún experto en el tema, pues nunca se había molestado en buscarse uno, pero entendía lo útil que resultaba en muchos aspectos de la vida en la ciudad disponer de otro nombre. Si la nebulomante le daba además aquel uso adicional eso que se llevaba.
—¿Y tienes pensado ya alguno? —inquirió con la curiosidad pintada en el rostro, desviando el tema hacia aquel punto por no saber muy bien que responder a lo de mudarse de Serpentaria.

Vac nunca había tenido problemas de dinero gracias a su transformación, pero era consciente de que para la gran mayoría de rocavarancoleses no era todo tan fácil y no creía que fuera de buena educación opinar sobre aquel punto en concreto dada su situación.

La respuesta que fuera a darle Irianna acerca de lo del nombre fue interrumpida por la aparición de la libense y sus extrañas declaraciones. Con mirada confusa el griego se limitó a observar como la licántropo se alejaba, consciente del bochorno de Zmey y sin entender muy bien lo que acababa de pasar.
—Quizás lo de “un poco” se queda corto —rió incómodo en respuesta a las palabras de la idrina, apurando su jarra de un solo trago con gesto nervioso—. Creo que se llama Karime y es amiga de Saren, pero no se ha que ha venido eso —le dijo a su amiga con sinceridad—. ¿Deberíamos estar asustados? —preguntó con una mueca de preocupación, dejando claro con un gesto idrino de su mano derecha que solo estaba bromeando.

Rio más libremente al comprobar que el hado tampoco se sentía cómodo con lo que acababa de ocurrir.
—Tal vez, aunque su acompañante tampoco parecía a gusto,  así que imagino que sus amigos son mucho más razonables y estamos a salvo —bromeó. No sabía quién era Saren, aunque el nombre le sonaba de algo—. Bueno, respecto al nombre… —decidió que lo mejor sería volver al tema—. Lo cierto es que no mucho. Es decir… había pensado en tener un nombre alternativo de negocios y para mis futuras novelas y también que me gustaría seguir la tradición del dama. Me resultaría demasiado pretencioso utilizarlo si me cambiase el nombre por completo como hace alguna gente, pero como no es el caso creo que puede ser bastante adecuado. Le daré vueltas hasta que se me ocurra algo, la próxima vez que nos veamos seguramente ya lo habré decidido —afirmó.

Estaba segura de que su cabeza no iba a darle mucho respiro hasta que así fuera, porque a la nebulomante no le gustaba dejar cabos sueltos y una vez decidía algo se volcaba en ello. Además, pensar un nombre era algo que hacía habitualmente para los personajes de sus novelas, así que era un ámbito familiar para ella. No obstante, en aquella ocasión no podía ser algo arbitrario o una simple combinación de letras que sonasen bien como bastaba a menudo para sus historias. Tenía que ser lo más adecuado posible.

No tardaron mucho más en terminar sus bebidas y decidir que ya era hora de irse. La idrina regresaría a Serpentaria con un sentimiento muy satisfactorio: la sensación de tener una meta y un propósito mucho más claros. Ese mismo día empezaría a organizarse, pues tenía mucho trabajo por delante.

Irianna no había decidido un nombre aún, pero estaba claro que llevaba tiempo dándole vueltas y ya tenía unas cuantas conclusiones que habían encauzado la que sería su decisión definitiva. El hado nunca había entendido esa extraña tradición de la ciudad que implicaba poner un Dama delante del nombre que hubiera escogido una transformada, pero conocía a varias personas que habían adoptado dicha costumbre y nunca se le había ocurrido preguntar al respecto.
—Seguro que sí —sonrió ante su afirmación—. Seguro que tu experiencia como escritora te tiene que dar alguna ventaja para tomar una decisión de este tipo, ¿no es así? —añadió.

El griego estaba disfrutando con la nebulomante y se resistía a que acabara aquella quedada improvisada, pero ambos tenían cosas que hacer y cuando la muchacha se terminó su bebida decidieron que era un buen momento para irse.

Vac se despidió de Irianna en la puerta de la taberna y enfiló el mercado con una sonrisa relajada, canturreando por lo bajo una canción vieja que acababa de venirle a la cabeza. Charlar con la idrina era muy agradable y el hado siempre acababa de mejor humor tras pasar un rato con ella.