Taberna del Mago Tuerto

Jack y Erika aceptan mi ofrecimiento y se sientan en la mesa. Al ponerme al día sobre su empresa brindamos los tres y Erika nos abandona a los dos en la mesa. Jack me pregunta sobre mi vida por lo que me recuesto en la silla y le hablo mirando la copa. -Pues llevo desde... no se muy bien cuanto tiempo. Practicando el rollo este del control del tiempo válgase la redundancia. Hoy por ejemplo se me ha echado el tiempo encima practicando. Pero me esta costando la vida misma controlar las fases temporales. Que en realidad tiene gracia, que a un espectro de arena se le eche el tiempo encima- Remato riendo a la par que él. Atiendo a las palabras del vampiro sintiéndome, por fin, útil tras tantos meses.

Cuando le voy a responder tirándome a su cuello llegan Cain y Vivia por lo que el vampiro se levanta a saludar a su jefe. Yo les saludo levantando mi copa hacia ellos y dando un trago mientras hago que la muñeca les salude desde mi espalda. Jack vuelve a la mesa y se sienta por lo que carraspeo y me apoyo para estar mas cerca de él.

-Puedo enseñarte un par de cosas que tengo en mente. Si te digo la verdad me encantará echarte un cable en esto. No tengo nada mejor que hacer la verdad. Pero claro, me gustaría saber que quieres exactamente. ¿Que formas te gustaría que tuviesen?¿Golems tradicionales? ¿Algo mas Sandilianos?- Digo señalando a mi creación. -¿Extremidades?¿Flagelos? Unos buenos latigazos nunca vienen mal... ¿Mandíbulas? Aunque también puedo ponerle un buen par de garras.. o siete y ocho..¿Altura? Necesitas que sean algo grandes aun que también puedo hacerte unos mas pequeños que van en grupo y son mas versátiles...- Cuando me empiezo a perder en mis pensamientos sobre lo que podría enseñarle al chico niego con la cabeza al verme abrumado por la cantidad de diseños e ideas para los golems de Jack.

Mi burbuja mental se rompe al escuchar a Gael hablar desde el escenario por lo que me giro para descubrir que no esta solo en lo alto del bar, sino que Noel esta a su lado y por lo que parece van a hacer algo por lo que soltando una risotada le pongo una mano en el hombro a mi amigo. -Mira, quedamos mañana a la hora que quieras si no tienes nada mejor que hacer y te enseño un par de diseños y ya me dices como los vas queriendo ¿Te parece?- Le digo sonriendo. -Pero de todas maneras tengo una figura que creo que te puede gustar. Pero ahora vamos a disfrutar de los berridos de estos dos que no tienen desperdicio.- Digo señalando y brindando con Jack.

Escucho la canción de los chicos dando palmas mientras hago que la muñeca se ponga al borde del escenario y le haga de grupi dando saltos y alzando los brazos haciendo una ola de una y animando con los brazos a los bebedores de la sala que se encuentran sentados en las mesas mirando a los chicos. Al acabar suelto un grito aplaudiendo a los chicos sin poder parar de reirme. -Que me encanta esta puta canción- Al darle un trago a la cerveza me doy cuenta que ya no queda nada por lo que llamo a Sandy dándole una moneda y encaminando la hacia la barra.

-¡Camarero! ¡Ponle otra a la niña que es mayor de edad y se quiere emborrachar!- Digo llamando la atención del trasgo.

Vac:
Vac escuchó con atención al joven norteño, tratando de hubicarlo en su memoria, y cuando el idrino le dio su nombre y aludió a una forma alternativa, el griego recordó al pollo gigante con talento para monologista que había conocido la noche de la Luna.
-Te recuerdo, si -le sonrió, alzando la copa en su dirección-. ¿Qué tal llevas el cambio de forma? -se interesó-, ¿ya aprendiste a volar?
Las respuestas del muchacho fueron afirmativas, y cuando ya iba a preguntarle en que se había trasformado exactamente, una voz se dirigió a él, captando su atención. La chica libense le acababa de preguntar su nombre y tenía una libreta en la mano, dispuesta a apuntarlo. El hado alzó una ceja con gesto divertido, dedicándole una sonrisa sarcástica. Se imaginaba para que podía querer ese dato después de haberla observado hablando con Noel y Wen, a fin de cuentas trabajaba en un burdel y podía ver esa clase de intenciones de lejos, pero le desconcertaba que se dirigiera a él en concreto. Estaba claro que la muchacha no estaba informada de lo que era el griego, y este tenía entendido que se había trasformado en licantropa, no en súcubo, así que el apetito sexual incontrolable a causa de la transformación estaba descartado. La echó un vistazo, apreciando sus formas y reconociendo su atractivo: sin duda era una belleza, pero no sabía donde se metía. El propio Vac no estaba seguro de que algo así llegara a pasar.

En ese momento, y antes de que el griego pudiera contestar a la libense para tratar de disuadirla, Toima abrió la puerta del local con fuerza y se dirigió a la barra con cara de mal humor. El griego frunció el ceño ante la actitud del utlterano, ya estaba acostumbrado a ella pero no era plan de que la armara aquella noche. Saludó a Tania con un gesto preocupado y observó las evoluciones del argos, atento por si se pasaba de la raya. No tuvo que esperar mucho, apenas unos segundos después de haber entrado hizo gala de su peculiar cortesía con la novata licántropa.
-Hay que joderse -masculló el griego, llevándose la mano al rostro y negando con la cabeza.

Su hermano salió en pos del argos para echarle la "bronca", y el hado observó con atención mientras se dirigía a la barra a por otra copa. Se había olvidado de contestar a Ka, pero su reacción ante el golpe de Toima, y el chiste que compartió riendo con sus compañeros de cosecha le hicieron sonreír. Mientras daba un trago a un vaso de licor de fuego, Nasher apareció junto a Wen, saludándola con afecto, y poco después se dirigió hacia la barra a dejarle algo al tabernero, momento que Vac aprovechó para invitarle a algo, o para dejarlo pagado, porque la quimera se lanzó a la pista de baile antes de que le diera tiempo a ofrecerle una copa. Poco después la puerta volvió a abrirse, y esta vez fueron Vivia y Cain quienes franquearon la entrada. El griego sonrió al ver el gesto de malhumor del invocador, preguntándose que clase de trucos habría empleado la idrina para convencerle de que fuera aquella noche. El chico era consciente de las relaciones que trataba de establecer el italiano con la crema y nata de la ciudad, así que entendía que apenas tuviera tiempo, pero echar una cana al aire de vez en cuando le sentaría bien. Les saludó con una sonrisa, y les preguntó que querían tomar, repitiendo su rutina.

Noel y Gael se subieron al escenario y anunciaron que iban a cantar su famosa canción, a lo que el hado no pudo hacer mas que corear con el resto de los parroquianos habituales. No se cansaba de oírles, y cuando terminaron los aplaudió con fuerza, riendo como el que mas. Un vistazo rápido al local le confirmó que el argos seguía enfurruñado en su mesa preferida, así que se armó con un par de cervezas y fue a sentarse a su lado, observándole con detenimiento. Era consciente de que su hermano le había quitado la bebida, pero se había comportado desde entonces y tampoco era plan de que se quedara seco.
-Deberías relajarte de vez en cuando, compañero -le dijo, tendiéndole una de las jarras y sujetándola cuando el ulterano la asió-. Tu también fuiste un novato aunque te niegues a recordarlo, y no era un camino de rosas... pero no se de que me extraño, hasta a mi me planteaste dificultades a la hora de conocerte -rió, liberando la cerveza y dejándola beber -. Aun así trata de no armarla, hazme el favor, o me buscaras problemas a mi por haberte traído combustible -concluyó, palmeando su hombro y acomodándose en su silla mientras observaba la multitud.

El griego estaba contento, se lo estaba pasando bien aquella noche y aun tenían fiesta por delante, pero sus ojos claros se oscurecieron un tanto al dejar la mente desocupada y recordar todo lo que le atormentaba y no le dejaba dormir. Su sonrisa se apagó durante un segundo, y en ese instante su rostro reflejó cansancio, pero el momento pasó y el hado recuperó su expresión divertida, observando el escenario.
-¿Qué te parece si dentro de un rato subo a tocar? -le preguntó al watahré- Estaría bien animar un poco mas el ambiente, ¿no crees?

Saren:
Después del pequeño accidente entre el argos y Ka, el ambiente volvió a relajarse. A Saren no le extrañaba la actitud de Toima, ya había tenido el privilegió de conocerlo en los entrenamientos en la bahía, pero aun así seguía extrañandole. Creía saber que no soportaba a los novatos, aunque realmente no soportaba a nadie ajeno a su grupo de amigos, pero seguía sin saber porque era así de cabezota. Parecía buena persona, al menos cuando trataba con sus conocidos, pero el idrino se preguntaba que habría que hacer para caerle en gracia. Dejó de darle vueltas al asunto cuando Noel y Koval se subieron al escenario, interpretando para el público una curiosa canción que hizo reír al norteño al apreciar las similitudes con la criba, alabando su ingenio. No conocía la melodía, pero era pegadiza y se le quedó grabada, así que la siguió tarareando para si por lo bajo mucho después de que los cantantes hubieran bajado del escenario.

Se dirigió a la barra cuando apuró su bebida, y tras unos segundos de minuciosa búsqueda, el norteño eligió una botella negra, sin saber exactamente que escogía. El trasgo le dirigió una sonrisa sarcástica y le tendió un vaso, inclinando la botella y llenando la copa con un liquido verdoso que desprendía un tenue humo del mismo color. El idrino observó el licor con ojo crítico, sin pasarsele por alto la sonrisa del tabernero, y encogiéndose de hombros y regresó con sus compañeros, a tiempo para escuchar las palabras de DL.
-Es de muy mala educación preguntar sobre las babas ajenas, pimpollo -rió, las mejillas coloreadas por el licor sinhadre.

El chico echó un vistazo a su alrededor mientras daba el primer sorbo a su copa, y en cuanto el licor bajó por su garganta, notó como su lengua se soltaba mas de lo habitual. Sus ojos oscuros chispeaban, y la quemazón en la garganta le resultaba extrañamente agradable. Cuando el selkie detectó a Vivia junto a la barra se puso en pie, y alzando su copa se dirigió a la muchacha. Su voz clara y cristalina se oyó por encima del barullo general.
-Señorita, es usted la idrina mas bonita que mis ojos han contemplado nunca -dijo con una sonrisa sincera-, además de la primera que encuentro en esta ciudad. Mi nombre es Saren, y si me dijerais el vuestro me haríais el chico mas feliz de local -añadió, aun sonriente, sin que le importara aparentemente haber llamado la atención del resto de parroquianos.

No estaba borracho, aun era capaz de coordinar sus movimientos, pero el licor que había escogido estaba minando las pocas inhibiciones que el norteño pudiera tener. El idrino ya era sincero de por sí, pero aquel mejunje evitaba que se contuviera a la hora de seguir sus impulsos, aunque aun seguía siendo capaz de discernir hasta donde podía llegar.

Nia

Al oir la predecible respuesta del libense, la niña siguió con una sonrisa educada mientras le contestó.
-Es algo bien simple.-empezó diciendo, con una postura igual de refinada y relajada.-Con el paso de años y el avance de mis estudios personales, he logrado descubrir de la particular patologia de vuestra gente, en Libo y vuestra aparente insensibilidad y desconocimiento ante el estímulo físico conocido como "dolor".-continuó, con una breve pausa.-Esto causa ciertos problemas a la hora de desempeñar mi oficio con los clientes originarios de Libo. Problemas que no enumeraré, pero son los suficientemente abundantes como para que este consternada en resolverlos para un mejor tratamiento de mis pacientes. Lo cual nos lleva al bien conocido proceso de experimentación, de prueba, error y repetición.-
Se hundió de hombros y continuó su monologo con un suspiro pausado, con cierto toque de pena.
-Por desgracia, la relación entre la ciudad y la corona de Libo esta en su punto álgido así que la "sustracción" de sujetos de prueba es increiblemente dificil, por no decir imposible. Con esto me temo, que los voluntarios para el avance de mis tratamientos han de ser locales de la ciudad y por eso me veo empelida a solicitarte este favor.-terminó y le dió un pequeño sorbo a su licor azulado. Se interrumpió a mitad y separó sus labios del vaso para seguir hablando, antes de finalmente beber de este.
-Por supuesto, estos experimentos son llevados en la total seguridad y estoy segura de que no causarán ningun efecto secundario lo suficientemente duradero o llamativo para cambiar tu día a día. El objetivo es, por decirlo de una manera simple, conseguir encontrar algun tipo de señal en el cuerpo del libense medio que, en otras especies se conseguiria mediante signos de dolencias o malestar, pero que en vuestra fisionomia no está presente.-

El licor, aunque suave y ácido, calentó la garganta de la náyade. Y entonces parpadeó lentamente, con ojos muy fijos en el helión y en su respuesta ante la información que le habia prestado la ulterana. En ese momento apareció el joven vampiro humano, y Nia le contestó entonces, usando un tono pausado mientras seguia degustando su bebida.
-Hablamos de negocios, vampiro Pablo. Por desgracia, solo es una oferta que puedo ofrecer a alguien de Libo... Aunque siempre se agradecen organos sanos de donantes, independientemente de la especie, vampiro Pablo-dijo entonces en tono de broma y lo remató en una risilla por lo bajo, tapandose la boca elegantemente con el dorso de la mano. La ulterana entonces dirigió de nuevo su mirada al joven helión para finalmente reafirmarse y relanzar la pregunta, de una manera más oficial.
-¿Hay trato?-

Toima

Aunque callado y algo más tranquilo, el ulterano observaba todo lo que ocurria en el local. Se habia quedado sin bebida y no tenia gana alguna de levantarse. La actuación de Noel y Gael habia llamado la atención bastante, como siempre, pero el albino no se habia molestado entonces a levantarse y entonces tampoco lo haria. Enfurruñado, miraba algo absorto una de sus jarras vacias y maldecia el hecho de que si Noel no le hubiera sisado una de ellas, ahora estaria una cerveza más borracho y podria ayudarle a pasar la noche más rápidamente.

Sin embargo, una de las figuras de la estancia comenzó a avanzar hacia él. Era increible que simplemente mirando su trayectoria y la flexión de sus músculos el argos pudiera predecir los siguientes movimientos de alguien. Dejando algo aparte, distinguió al hermano mayor del draco, portando más bebidas en sus manos. Su cara decia que venia a conciliar con el ulterano, lo cual tan solo se ganó un chasquido de lengua silencioso y una pregunta mordaz en cuanto el hado apareció delante de él y se sentó a su lado.
-¿Qué? ¿Os viene en familia eso de emborracharos en mi cara para darme envidia?-aunque lo decia ligeramente ofendido, en verdad el ulterano estaba más consternado por vigilar a la miriada de novatos que poblaban el local, especialmente a los novatos.
Las palabras del griego, sin embargo, llenaron al ulterano con un sentimiento extraño. Más tarde descubriria que se trataba de nostalgia. Por primera vez experimentada en su vida, guardó silencio un rato, hasta finalmente pensar como responder al hado.
-No. Sin duda no fue un camino de rosas.-comentó con una sonrisa un tanto sarnosa.-Y tu simplemente me descolocabas, no se porque, aún a día de hoy lo haces, pero he aprendido a aguantarme.-añadió con una risa seca, mientras agradecia que su garganta se humedeciera de nueva con la amarga cerveza.-Pero esta gente...-se corrigió.-No. Esta gentuza...-dijo entonces, señalando a todos y a cada uno de los novatos.-No se merece esto. No han hecho nada. Nosotros nos levantamos de la miseria y creamos algo que pudimos llamar hogar. Estos niñatos no se merecen ni la espuma de las bebidas que andan tragando como borregos, sin preocupación ninguna. Son niñatos consentidos que chupan de la teta de los demás y nada me hará cambiar de opinión hasta que alguno tenga los cojones de rebatirmelo y logren tocarme un pelo.-se cruzó de brazos y se recostó en su asiento.-Pero por supuesto, ninguno se atreverá. Nadie lo ha hecho antes, salvo tú claro y te recuerdo que hicistes trampas con tu mandíbula humana.-dijo con una risotada algo seca pero más animada, a medida que bebia más y más.- Quizás la tuerta le salgan un par y se atreva a intentarlo. ¿Pero el resto? Nah...-vació la bebida y siguió hablando. Señaló al trasgo nublino mientras alcanzaba otra cerveza.
-¿Ves a ese cabronazo? Está podrido por dentro, asociarse con él no traerá más que problemas.-siguió, señalando esta vez a cierto foner cambiante.-Los cambiantes estan todos como un sonajero y dudo mucho que por la cara de pringado que tiene logre llegar a mucho más que a vertedero local de esputo.-cambió su objetivo entonces al vampiro novato.-Y ese... Bueno ese quizás aun puede salvarse si no aprende demasiado de Jack.-comentó con otra risotada. Finalmente suspiró y vació su nueva bebida.-Los demás no son muy llamativos ni relevantes, ergo me importan una puta mierda, como si se tiran al abismo y nos libran de su inutilidad.-

El griego habló de salir a tocar algo y Toima no supo deducir porque se le planteaba a él como si fuese su decisión.
-Deberias ir a tocar si es lo que quieres, por suerte o por desgracia el ambiente no creo que mejore mucho más porque rasques con tu instrumento, pero puedes intentarlo.-comentó con una carcajada mucho más alta. Se podia apreciar que el color rojizo habia invadido la cara del ulterano.

RR flanqueó las puertas del local, examinando su interior con sus enormes y desquiciados ojos carmesíes, que todo lo excrutaban con un aire inquisitivo y penetrante como un balazo de hielo. Aquel lugar, tan lleno de vida y jovialidad le resultaba cuanto menos extraño tras tanto tiempo sin socializar con ningún ser pensante de bien.

En efecto, aquellos cuatro meses habían sido ajetreados para el foner. Se había desplazado a la parte más inhóspita y deshabitada de Serpentaria para poder abarcar más espacio en sus aposentos, de tal manera que dispusiera de más espacio de trabajo. Se había fortificado a base de sistemas de runas y había comenzado una vida semiheremítica, únicamente acompañado por los roedores que ahora criaba desde la tierna infancia y por los libros que excrutaba hasta la erudicción para componer sus propios escritos. Sólo había roto este parco régimen de vida para acudir en pos de su jefe, un mercader de armas al que había acudido en una de sus excursiones por la ciudad. Concretamente, lo había conocido en la casa de Gar, en un sórdido negocio de utensilios bélicos de entre tantos como los que se amontonan en el recinto. Había visto que buscaba un asistente, y se había ofrecido sin dudarlo. En un principio, sólo cobraba en materiales y se le otorgaba el privilegio de acceder a su taller a cambio de atender el negocio. Sin duda, aquel trato era una gran oportunidad para el brujo de continuar con sus trabajos, además de entrar en contacto con la chusma de la urbe, cosa que tampoco estaba de más. Desde luego, el ambiente de aquel sórdido complejo le era mucho más familiar que cualquier otro lugar de la ciudad: Oscuro, techado, húmedo, lleno de maleantes y de jaleo. Sí, en aquel antro se sentía como en casa. En cambio, en una taberna respetable como aquella, las cosas cambiaban drásticamente.

El aspecto del brujo había empeorado si cabía en aquel lapso de tiempo. Sus ropajes eran los mismos de siempre, con la salvedad, por otra parte lógica, de que la inmundicia y la mugre que sobre ellos pesaba había crecido considerablemente, además de estar cubiertos por típicos arañazos y mordisqueos esporádicos de los roedores que con tanta frecuencia aparecían de un agujero de su ropa para recorrer parte de su anatomía y, segundos después, volver a ocultarse en otro polvoriento pliegue. Llevaba la capucha puesta, y en aquellos momentos estaba retirando las gafas de soldador de sus desquiciados ojos, redondos como ruedas de molino, y su deshilachado pañuelo, colocando ambos complementos en lugares que le permitieran volver a subirlos rápidamente en caso de necesidad. Aquel gesto permitió apreciar con más detalle su rostro, afectado evidentemente por las circunstancias que habían afectado a su propietario en aquel tiempo. Estaba más chupado de lo habitual, clara muestra de haber reducido su dieta drásticamente, y una barba carmesí y descuidada afloraba de su rostro, dando a entender que en aquellos cuatro meses tampoco se había molestado en afeitarse. Los mitones tachonados que le eran habituales estaban más ajados de lo normal, y se podía advertir bajo ellos unos sucios vendajes que cubrían sus manos bajo estos, protegiéndolo de aquello que los guantes no podían. Sobre su hombro, con aire curioso pero seguro, descansaba Hmox, su vieja rata, de un tamaño considerable, cuyo pelaje pardo estaba revuelto y enmarañado por doquier. En cuanto a sus atavíos, además de su vieja mochila y las cartucheras, portaba al hombro una precaria arma, fruto de aquellos primeros intentos del foner de fabricar algún artefacto a partir de sus apuntes, los materiales y el laboratorio aportado por su jefe, y sus nuevos poderes postlunares. Era un rifle tosco, de cañón ancho y sistema basculable, con una culata de madera chata y acolchada con vendajes, como si hubiera sido recortada. Dado que todos los sistemas rúnicos estaban grabados en su interior parecía poco más que un enorme y rudimentario artefacto, tan primario como peligroso.

Detectó bastante gente conocida en la sala, y otra mucha que no había visto nunca o que había divisado de pasada. Tanto personal civilizado le hacía sentir receloso, sabedor de que sus ya de por si toscas capacidades sociales habían degenerado a base de codearse con criminales de su calaña o peor. Había tomado aquel día libre única y exclusivamente porque sabía que Nasher había vuelto de F.O.N.E.R.A. y que probablemente se encontraría entre los presentes. Había motivos de peso para encontrarse con él.

Se acercó al asreniano a paso ligero, intentando ignorar en la medida de lo posible a sus variopintos compañeros de mesa. No tenía muy claro de lo que eran capaces, pero el foner rezaba por haber revisado sus hechizos de protección lo suficiente como para, en caso de gresca, sobrevivir a las eventualidades lo suficiente como para poder contraatacar.

-Buenas muchacho.- comentó en un tono que pretendía ser ligeramente amable, pero que se quedó en tembloroso comentario de desequilibrado mental a punto de estallar. Aquello de hablar con gente no era lo suyo.- ¿Qué tal por mi mundo? Bien, espero. Sin sorpresas, ¿no? veo que vuelves entero. Todas las extremidades pegadas, sonriendo, con todos los órganos en su sitio. Bien, bien; eso es bueno. Me alegro por tí. Me alegro de veras, joder. Soy todo gozo y jolgorio por dentro, ya me ves. Ehhh... ¿Recuerdas aquel... efecto personal que te pedí? ¿Te acordaste de él? Seguro que te acordaste. Eres un chico listo. Muy listo, joder que sí. Se te nota un tipo atento, despierto. Y puedes mirar a dos lados a la vez. Hostia puta, no se te escapa nada, ¿verdad...?

RR hizo una pequeña pausa en la retaila entrecortada de frases cortas dichas a toda prisa en la que se había convertido su idea inicial del discurso. Tomó aire, ensenchó imperceptiblemente su sonrisa excéntrica y, sin apartar sus temblorosos ojos del asreniano, volvió a preguntarlo:

-Lo tienes, ¿verdad que sí, muchacho?.

La náyade respondió de forma muy elaborada, demasiado. ¿Qué más daba, además, para qué necesitase el favor? Problema suyo era. Sólo quería saber qué necesitaba de mí y, cuando lo supe... Esperaba otra cosa. <<Experimentar conmigo... ¿En qué términos?>>

-Espera, antes de confirmar nada... Hey, Pablo. A ver, ¿qué tipo de experimentos? ¿Y qué garantía, si aceptara, tengo de que no me dejes en la estacada si algo de eso sale mal?

Por mucha buena voluntad que haya demostrado, por ejemplo, el día en que nos transformamos, no puedo fiarme así por las buenas. No iba a jugarme la vida por algo que se regeneraba por sí solo. Pero si resultaba convincente, podría quizá ampliar los términos del trato a algo más justo y no reparar sólo las uñas.

Entretanto, Koval y el draco subieron al escenario a... ¿Cantar? En efecto, eso hicieron. Y no fue una letra nada discordante con la ciudad. Representaba al detalle toda la cosecha, ya fuera la nuestra, la suya o cualquiera. Al acabar, se me pusieron los pelos de punta, y brindé en su honor, así como por los que se quedaron atrás. Pero el licor no llegó a tocar mi lengua, sólo a rozar los labios, ya que seguiría conversando con la náyade.


Jack
No esperaba menos entusiasmo por su parte. Escuché atento mientras mi mente viajaba por las dimensiones de los sótanos y de la parte de los subterráneos que ocupaban. Los gólems irían justillos... Algo más bajito iría mejor. Pero la idea de grupos de criaturas más pequeñas... <<Casi que mejor, ya que podrían cubrir zonas más amplias y más rápidamente. Pero sí, algo tipo gólem para los accesos, sin duda... ¿Fauces, garras, látigos? No, mejor sólo morder y cortar. ¿Y armas? Lo que sí, protecciones mágicas>>

Vaya par: el uno con su diatriba que casi parece un catálogo de criaturas, y yo recogiendo lo que me va diciendo mientras lo voy analizando y descartando o aceptando. Esto sumado a la fiesta a nuestro alrededor, la música, el barullo, el ir y venir de gente... Tenía que acabar.

Por fin, alguien nos interrumpió: los cuchitrileros anunciaron que cantarían la famosa canción. Brindé con Matt y asentí con vigor:
-Pues nos vemos mañana. Tengo que darme una vuelta por donde estarán tus criaturas, para ir con las ideas claras. A ver si no cantan mal, que le he cogido aprecio a esta copa.-dije riendo.

Casi al segundo, una voz me sorprendió a mi espalda.
-¿Está ocupada esta silla?
-Me temo que sí.
En respuesta, compuso una mueca y dijo:
-Qué maleducado, Matt. No me respondas si no quieres.
Acto seguido se dejó caer, de lado, sobre mi regazo.
-Brindemos por las mejores sillas de la ciudad.
-Ejem...
-¡Es la canción de Digimon!-exclamó mientras cantaban, aún como ignorándome. Incluso empezó a cantar al unísono.
-Yo me sé la canción de la silla secuestradora y pervertida...
-¿Ya no habláis de negocios? Todo el día hablando de la Bodega esto, la Bodega lo otro... Ni en una fiesta. Los negocios han absorbido al jefe y ahora a mi Jack...-se lamentó, mirando a Matt, al acabar la canción.
-Con que esas tenemos...
-¡Anda! ¿De dónde sales?
-Pues mira, estaba en nuestro mundo mercantil y al escucharte he vuelto corriendo. No iba a perderme una fiesta contigo.
-Pues te daba por perdido.-dijo, sin poder contenerse más la risa.
-¿Te lo estás pasando bien? De lujo, dijo ella. Fiesta por todo lo alto, amistades, novatos, y una silla parlante de la que reírse delante de dichos amigos..-y habría seguido pero me cortó con un beso.
-Secuestradora y pervertida, que se te olvida.
-De eso ya hablaremos...

Si alguien hubiera pensado que me estaba encontrando cómodo y tranquilo en la taberna, se habría equivocado de pleno. Todo lo contrario, estaba nervioso como mínimo, sin saber que hacer o con quien irme. Ahora estaba con Atol si, pero la sensación perduraba.

Cuando la náyade me habló, al principio no caí en que era una broma, lo que me sacó una cara de alarma que luego desapareció al darme cuenta.
En un intento de tranquilizarme dí un largo trago a la copa que me habían pasado, pero lejos de funcionar, el sabor de la sangre despertó mis instintos asesinos, no tanto como para perder el control, pero si lo suficiente como para preocuparme.
“Estupendo. Unos se emborrachan con alcohol, y yo por mi parte me descontrolo con sangre. Respira hondo... nada de volverme loco... hoy no.”

La atención de los presentes se desvió hacia el Draco y el que ardía, cuya transformación ahora mismo no recordaba, cuando se dirigieron a la multitud. “Oh, van a cantarnos algo y todo? Que amables”
La canción, sin embargo, no fue tampoco de mi agrado. Por supuesto que reconocí la letra, y en otras circunstancias me la habría tomado con humor, pero la inestabilidad mental que llevaba, unida a que era Noel uno de los que la cantaba se convirtieron en dos factores determinantes a la hora de que mi cerebro decidiera que la música no era de mi agrado. Aplaudí a pesar de todo, aunque solo fuera por no llamar la atención.

La gota que colmó el vaso llegó con la aparición de la última persona con la que siempre quiero encontrarme después de Tap, RR.
No había sabido nada de él desde el último encuentro en serpentaria, pero verlo con vida no era una noticia agradable para mí. “¿Por qué no se puede morir nunca? Ya ni siquiera pido que sea por algo doloroso, joder”
A la mierda lo de no llamar la atención, la mirada de odio que le dediqué debió se claramente visible tanto para él como para el resto de la taberna.

-¿Sabes? Con tal de que ese acabe mal no me importaría que se montara una pelea- Le susurré a Atol.

Koval y Noel se subieron a un escenario y pronto comenzaron una animada y pegadiza canción que describía de forma bastante exacta lo que era realmente la criba.«Podría servir como himno oficial de Rocavarancolia y todo» me dije con una sonrisa socarrona. El ambiente se puso eufórico con la canción y uní mis aplausos a los del resto de los parroquianos cuando terminaron.

«Me cago en tu puta madre» fue lo primero que pensé al escuchar la pregunta de DL. No pude sino recordar la advertencia que Nihil me hizo hacía tantos meses, además de intentar recordar por qué dejar a DL inconsciente y buscar a alguien que lo desmemorizase no era una buena idea. Mirando de reojo al trasgo de la barra comencé a reflexionar sobre la respuesta que podría darle. «Desde luego a los macieleros de la pasada cosecha se nos podría conocer por la inoportunidad» me dije al recordar la visita de Karime.

—La posibilidad de transformaciones de la Luna es ilimitada —comencé a responder despacio, mirando con menos disimulo al trasgo. «¿Cómo sería mi vida si Ewa no me hubiese elegido? Si no fuese diferente a ese otro trasgo?» medité, s bien ya no estaba tan dividido hacia mi pertenencia a la Secta. No era solo Ewa la que había elegido, sino también yo el que había aceptado. «El que sigue aceptando cada vez que alimenta a los fieles...»—. Como tal, yo soy alguien a quien simplemente la Luna ha bendecido de forma distinta a otros trasgos —acabé encogiéndome de hombros, como restando importancia a mi mentira. Me imaginaba que alguna vez se enteraría, pero prefería no pensar en ello. A decir verdad, cualquier cosa que fuese a suceder en un plazo mayor al de una hora me traía sin cuidado.

Mis pensamientos se interrumpieron debido a la llegada de un RR que no parecía estar mejor que en sus peores tiempos de drogadicción. «¿Pero qué le ha pasado para que esté así?» me pregunté, desconfiado y preocupado a partes iguales. Le saludé con un simple gesto, aunque dudaba seriamente de que siquiera me prestase atención.

Las reacciones al aracanei fueron muy diversas, pero a ojos de la sinhadre culpable, todas divertidas. Varios repitieron, incluida ella misma y Seon. La soñadora había ganado rápidamente un saludable color rosado en ambas mejillas, y atendía a la conversación con expresión risueña. Hubo un momento de tensión, después de que llegara de malhumor la mole de ojos e insultara a Karime. Alder hizo el amago de levantarse a pesar de lo inútil del gesto; pero su amiga sorteó aquello con una broma y la sinhadre pudo volver a relajarse en su sitio
La edeel se sentía cómoda entre el grupo de gente, y se integró en las conversaciones circundantes con relativa facilidad. Interrumpió una conversación con Ka en la que ésta le explicaba novedades para alzar la cabeza ante los dos transformados que cantaban a coro.
-Te invito a que te invites a otra bebida por ello.- dijo Alder a Gael como felicitación. Noel ya se había deslizado junto a una chica morena, que creía recordar que se llamaba Dama Diurna. Poco después la mirada de la sinhadre se deslizó sobre RR, recién llegado y junto a un lagarto. Lo había visto de refilón en serpentaria más de una vez, y lo cierto es que tenía un aspecto lamentable. No tenía idea de en qué se metía, y tratandose del pelirrojo no quería saberlo. Mas desconocidos se unieron a la fiesta, aunque no todos parecían estar de humor. Con la conversación interrumpida y en el extraño intervalo de segundos en el que no supo que decir o a quien dirigirse, se sirvió otro vaso, más cargado que los anteriores.

La vouivre dejó marchar al draco cuando este se encaminó a hablar con Toima sobre su comportamiento. Wen seguía un poco molesta por la aparición de Karime, pero mantuvo su fachada seria para el resto de recién transformados; el único trato que había tenido con estos no había sido lo suficiente convincente para que la británica aflojara su desconfianza. En realidad, no se podría decir que la vouivre hubiera reaccionado como lo había hecho por celos, ya que era plenamente consciente de la fidelidad de Noel, además de su incredulidad ante todo tipo de interés sobre él; sino que más bien había sido una reacción al desagrado que le ocasionaba una chica desconocida, novata y visiblemente bien formada con esa confianza en sí misma.

La británica se encontraba dando sorbos a su cerveza cuando sintió que algo se colgaba de su hombro. Por un momento, todo su cuerpo se puso en tensión a la vez que se llevaba las manos a las runas, pero en cuanto oyó la tan conocida voz se tranquilizó.

- ¡Nash! - exclamó abrazando al asreninano.- ¿Es que no confiabas en nosotros? Siempre cumplimos nuestras promesas. Oye, nos tienes que contar tu viaje.

En el momento en el que Nasher se alejó a saludar al resto, la vouivre vio aparecer por la puerta a Cain y a Vivia, a la que sonrió y mostró los pulgares hacia arriba como muestra de su aprobación. Cuando la idrina se acercó a la barra, la británica la acompañó y comenzó a comentar con ella lo ocurrido hasta el momento, cuando el idrino novato las interrumpió. La vouivre rió ante el comentario de Nikk y dejó que Vivia hablara con el chico antes de encaminarse con ella a donde se encontraba su jefe. Wen invitó a una copa a su amiga y ambas burdeleras disfrutaron del espectáculo con el que Noel y Gael amenizaban la velada.

- Cada año os superáis. - le dijo a Noel cuando este se acercó luego de cantar, dándole una nueva cerveza por el camino para cuando terminara la ya empezada.- Dentro de poco podríais grabar un disco. No creo que sea muy difícil encontrar por Rocavarancolia un estudio de grabación. - bromeó mientras le daba un trago a su cerveza.- ¿Irnos? No, no, yo me lo estoy pasando bien. Además, todavía te faltan unas cuantas rubias para ponerte como el día en que me llevaste a tu cama por primera vez. - bromeó la vouivre haciendo referencia a la noche tras la cual amanecieron ambos en ropa interior y desorientados.

Cuando el draco nombró a la soñadora, la mirada de la británica se oscureció. Con todo lo que había ocurrido esos meses no le había dado muchas vueltas a las transformaciones de los novatos, pero la verdad era que, en el fondo, la transformación de la sinhadre había rondado su cabeza. La peliazul era capaz de entrar en sus sueños y ver lo que le rondaba por la cabeza, incluido su miedo a que su transformación fuera descubierta. En esos meses, había habido ocasiones en las que los sueños de Wen tenían una vibración extraña que la vouivre había preferido ignorar, pero no se engañaba: la soñadora la había visitado por las noches y, probablemente, sabía su secreto.

- Tendría que hablar yo con ella. - dijo seria de repente, apretando los dientes en tensión.- No me fio de ninguno de los novatos y menos de las chicas. Son pocas, pero o saben demasiado o tienen excesiva confianza en sí mismas para ser novatas.

Noel se apoyó en un codo mientras Wen le tendía una cerveza acompañada por un comentario que le arrancó una risa.
—En realidad fuiste tú quien me llevó a mi cama —replicó sonriendo con diversión—. Aunque es cierto que técnicamente yo te metí en ella. Pero no te debió de parecer muy mal porque me estás incitando a beber tanto como aquella vez —añadió para acto seguido vaciar su anterior bebida y dejar escapar una risa ahogada.
>>Por cierto, hablando de estudios de grabación. ¿Sabes que el capitalista de mi hermano me regaló una batería? Y no una cualquiera, no; le ha debido de costar bastante. Dice que es un regalo de cumpleaños atrasado el muy traidor —le contó rodando los ojos pero sonriente—. A pesar de todo estoy deseando aprender a tocar, la verdad. Espero no ser muy negado. Y todo esto me recuerda que yo no sé cuando es tu cumpleaños —preguntó indirectamente.

—Sé que no te fías —aseguró cuando pasaron a hablar de los novatos—, yo tampoco las tengo todas conmigo respecto a algunos, pero en realidad creo que quienes no deberían fiarse son ellos, ¿no te parece? —inquirió esbozando una leve sonrisa maliciosa—. Personalmente no haría ninguna distinción por sexos, pero si cualquiera de ellos se pasa de listo lo más probable es que se le quiten los aires de grandeza de un plumazo —dejó de hablar unos instantes para fruncir levemente el ceño y luego echarse a reír—. Creo que he hecho un chiste malo sin darme cuenta. A lo que iba, respecto a la soñadora… ¿Qué tal si vamos los dos a hablar con ella? —propuso. Era cierto que la propia Wen tenía más derecho que nadie a tratar aquel asunto, pero se sentiría más tranquilo si le permitía asistir a la conversación.

La vouivre se impresionó ante el regalo de Vac y lo miró de reojo antes de volver a prestar atención al draco.

- ¡Vaya! Empiezo a pensar que elegí al hermano equivocado. - bromeó la británica.- No, en realidad estoy haciendo una inversión a largo plazo contigo, que lo tengo todo planeado. - dijo guiñándole un ojo.

Al oir lo de su cumpleaños se dio cuenta que ni ella misma se había percatado que hacía poco había cumplido los 18 años. “Si siguiera en la Tierra ahora sería cuando saliera del sistema” reflexionó para sí. En seguida, apartó esos pensamientos de su mente, durante aquella noche, al menos.

- Fue poco antes de la cosecha, no lo recuerdo muy bien, la verdad. - contestó con sinceridad.- Pero me has hecho recordar algo… - comenzó diciendo y entonces le quitó la cerveza de las manos con un hechizo.- No deberías beber, todavía eres un crio y yo soy una pederasta, así que tenemos suerte de que en Rocavarancolia esas cosas no se tomen en cuenta. - rió la británica.

Noel no dudó en ofrecerse para acompañar a la vouivre y esta aceptó sin pensárselo. No iba a ser una conversación cómoda, de hecho, no sabía muy bien lo que tendría que decir, por lo que necesitaba un apoyo.

- Por cierto, tienes razón, era un chiste malísimo, el peor que te he oído hasta ahora. - le comentó con una leve sonrisa mientras se acercaban a la soñadora.

DL prácticamente me arrastró hasta la presencia de Brann.

-¿Borracho yo? Tururú,- dije mientras le pinchaba con un dedo de la mano libre en un moflete, realmente sí que me estaba afectando mas de lo que pensaba el alcohol pero me importaba mas bien poco y me reía como un tonto por cualquier cosa,- Bromas aparte creo que si estoy un poco tocado y me la suda,- me reí como un niño pequeño por haber dicho eso.- Bah, no molestes a Brann. Ademas tiene razón la Luna hace de todo, como transformarme a mi en brujo de plantas violadoras ¿no?

De la multitud apareció Yttria y se acerco a mi.

-Si, me lo estoy pasando genial,- respondí mientras le sonreía,- ¿Te ha gustado la canción de antes? Muy original, pero no deja de ser cierta. Y hablando de música.....- escuché música de fondo y se me ocurrió una idea que si hubiera estado mas sobrio seguramente habría descartado, pero en ese momento y sin muchas de mis inhibiciones lo propuse, otra cosa es que ella aceptara y para tratar de asegurarme lo hice en un idioma que ella entendiese.- Decidme Dama Yttria, ¿aceptaríais bailar con un humilde servidor?,- pregunté mientras hacia una floritura que quedaba un tanto ridícula al llevar en una mano una jarra de licor. La chica aceptó y le besé en la mano. Me incorporé y le tendí la jarra a DL.- Cuídame esto, y lo tengo contado por cierto.- Se lo dije en broma y seguro que si bebió algo me hizo un favor.

Y así con todo me puse a bailar con la chica.

-No es rock, pero para bailar está bien,- dije mientras le hacía dar una vuelta, después la acerqué a mi.

Tras la pregunta que le hizo a Branniel apareció Saren comentándole la imprudencia de su pregunta y tras pensarlo un poco le dio la razón. Igual que el mismo no se mostraría en su forma real, suponía que entonces Branniel si había descubierto algo lo querría mantener en secreto también. Probablemente todas las transformaciones tenia sus cosas que los que la tenían no querían contar.  Por eso cuando el trasgo le respondió de forma bastante escueta no dudo en disculparse.

-Perdona por la pregunta, simplemente sentía curiosidad, al menos me alegro que no sea algo peligroso para ti -se disculpo sin volver a insistir en el tema. En esos momentos la puerta de la taberna se abrió por incontable vez y por ella entro RR, que definitivamente había tenido mejores días aunque igual era raro verlo durante esos meses apenas si se le veía el pelo- Me sorprende el que viniera, últimamente no se le ve para nada y parece que empieza a coger las costumbres de sus ratas- comento DL viéndolo entrar y como, sin dirigirse a nadie iba rápidamente hacia donde se encontraba Nasher soltando una retahíla de palabras que aprecia demostrar que estaba un poco mal de la cabeza. Aunque eso no era nuevo realmente. Cualquiera diría que había vuelto a tomar drogas y que estaba así por la falta de esta. De por si antes era medio complicado hablar con el  foner, ahora era incluso mas difícil inmerso en lo que sea que hubiese estado haciendo, aun así era un alivio que estuviese entero y no a cachos, habiendo explotado o alguna acción similar por su imprudencia. Las conversaciones empezaban a dispersarse, Enredo no era el único achispado como se dejo ver por su comentario y sus acciones repentinas.

-¿Quieres que te lo guarde? Probablemente termine bebiéndome. No pareces estar muy bien que digamos, dudo que en un rato siquiera recuerdes la bebida. Pero bueno, haré el intento y tu siéntate un ratito o terminaras en una cama que no es la tuya o haciendo alguna tontería- comento mirándolo divertido por como estaba, el apenas había bebido un trago de la bebida sinhadre y aun estaba bien en comparación con el brujo. Sacudiendo la cabeza observo entretenido que al parecer Enredo no era el único afectado por el alcohol, algo mas lejos Saren también lo estaba, aunque esto solo se evidenciara en el color de sus mejillas. Este había ido directo a hablar con la idrina, recibiendo una exclamación general de la taberna. "Espera, ¿acaso ella también trabaja en el burdel?" se pregunto observando a la chica con curiosidad y como se alejaba en dirección al rubio que la había acompañado. Y en uno de esos momentos vio a Jack junto a aquella chica de la que no conocía el nombre, al parecer por fin había terminado su conversación con Matt. Decidió acercarse a este dejando por el momento al grupo con el que estaba reunido, no sin antes pedirle a Branniel que cuidara la bebida de Enredo pues el peligraba mas en bebérsela que el trasgo- Cuídala por mi un momento, tengo que ir hablar con alguien ahora- le pidió al trasgo como favor entregándole la jarra antes de alejarse.

-Al fin parezco obtener unos minutos de tu tiempo, parece complicado hablar contigo de tan solicitado que estas- bromeo DL cuando se acerco a la pareja, observando a la chica con atención, realmente jamas la había visto- Y perdona, no te conozco, bueno realmente no conozco a mas de la mitad de los que han venido. Eh, bueno, me llamo DL- dijo presentándose a la chica por simple respeto aunque suponía que sabría de el o tal vez no, quien sabe- Quería hablar contigo sobre algo, Jack. Veras es sobre Yip y Mephis, he estado preguntando un poco sobre ambos y tu pareces saber bastante de los dos, así que quería hablar contigo sobre ellos, si es que tienes tiempo

Al rato, se nos acercó el cambiante, dirigiéndose a mí en primera instancia <<¿Hum? ¿Hablar de?>> y seguidamente a Erika, al no conocerla.
-Encantada, soy Dama Espuma. ¿El cambiante, no? Bueno, voy a ver cómo le va a Vivia.-dijo, discreta, aunque sabía de sobra quién era.

Me "despedí con un gesto y ella me dirigió una mirada como de "quítale de la cabeza la idea de Mephis". Sonreí entonces y luego invité a DL a sentarse en una silla vacía. Mientras llenaba de nuevo mi copa, le hablé:

-¡Bueno! No debes estar pasándotelo bien para venir a hablar conmigo... ¿Qué te trae por aquí? Ah, sí, el viejo Yip y Mephis... Qué te puedo decir de ambos... Yip vive en el Faro, cerca de la playa donde estuvisteis el otro día.-paré para guiñarle un ojo, ya que yo no había estado allí oficialmente, y seguí.-A veces te dirá cosas raras, se le irá la cabeza, pero es un buen mozo. Ahora bien, no sé qué puede pedir a cambio de que te enseñe, si es que le convences.-ahí paré, porque, realmente, no tenía mucho que decirle de Yip que le sirviera... Hacía mucho que no hablaba con él...-Lamento no serte de más utilidad. Sobre mi... nuestra compañera Mephis...-volví a pararme, dada la expresión de sorpresa que vistió su cara. Volví a retomar la conversación con una risilla.-Oh... Vale, te pongo al corriente. Mephis, como sabes, trabaja en el Burdel, y yo también. A eso me refiero con compañera. El otro significado de compañera lo porta Erika, quien trabaja también en el Burdel. No preguntes.-añadí, con una carcajada.-Mephis, Mephis... Tendrías que recurrir a Cain para que te ayude... Pero ahora no es un buen momento. Podrías... no sé, pagarle de alguna forma irresistible para ella? Lo dudo, realmente... En Rocavarancolia casi  todo tiene un precio, ¿no? ¿Qué estás dispuesto a pagar para tener el exclusivo entrenamiento dado por la divina Mephis?-rematé, riendo de nuevo y llenando la tercera copa desde que empezamos a hablar.

Luego me detuve, con una pierna cruzada sobre la otra, la cabeza apoyada en la zurda y los dedos de la diestra jugando con la sangre que aún restaba. Le miraba directamente a los ojos, intrigado y esperando respuesta. Era una buena pregunta, dadas las circunstancias. Pero con algo de picardía, también. Un cambiante que no estaba loco ni se daba aires de grandeza... Además del plus de que aún no había probado sangre de dicha transformación, ni visto. ¿Cómo sería? ¿A qué sabría? No me había parado a pensar mucho en ello... Y no era sólo cambiante, también foner, o eso había escuchado. Sangre nueva por completo... <<Y tampoco está mal su cuerpo original. ¿Silla pervertida, ¿en qué andas pensando ya?>>

La chica se alejo tras presentarse, diciéndole a su vez el nombre de la idrina desconocida.tras eso tomo asiento al lado del vampiro que bebía aquel liquido rojizo tan preciado para este como un cosaco. Una duda tonta le vino mientras lo observaba, y era si era posible emborracharse con sangre.

- Aunque seas el que mas esta bebiendo, me pregunto si puedes emborracharte con sangre- añadio el cambiante sin venir a cuento al ver como tomaba copa tras copa. Tras decir aquello atendió a lo que  que le contó sobre Yip, que no era mucho pero al menos le dejaba claro su principal duda. Se podía tratar con el sin que intentarse empalarte o algo similar, lo cual era tranquilizador. Lo que no lo era tanto era lo de darle algo a cambio, realmente no se le ocurría nada. No pudo tampoco pensar mucho en ello pues las siguientes palabras de Jack atrajeron su atención. "¿Compañera acaba de decir?" le miro incrédulo, dudaba seriamente que Mephis siendo como parecía ser pudiera estar de esa forma con alguien sin que la otra persona no acabara loca. aunque la corrección del vampiro también le sorprendió un poco, no se había esperado que este también trabajase en el burdel

-Tenéis una relación muy peculiar si ambos trabajáis en un burdel y estáis juntos- comento un poco entretenido por aquello, aunque dándole igual realmente, no tenia mucho problema al respecto realmente. Su atención volvió a Mephis y al llamado Cain- ¿Cain es por un casual el chico rubio con el que entro la idrina? ¿Vivía era, no?- pegunto interesado antes de nada para ver si se situaba pues seguía habiendo gente allí que no conocía. Miro en dirección a la mesa donde el mencionado se encontraba, dándose cuenta en esos momentos en algo que llevaba sobre el hombro, un pequeño animalejo desconocido. No pudo preguntar pues las palabras de Jack tomaron su atención algo dispersa de nuevo con un asunto importante, sacudió la cabeza buscando concentrarse en el tema de conversación y no ponerse a pensar en otras cosas- Pues, sobre eso, como supondrás dinero no tengo. No tenia pensado hacerlo gratis, ya se como son las cosas por aquí. -añadió pensando seriamente en aquello. Realmente, ¿que estaba dispuesto a pagar?. Mephis trabajaba, así que dinero para comprar lo que necesitase no le faltaría. Daba igual si iba con Yip o con ella, de igual modo tendría que pensar que podría dar a cambio y en esos momentos no se le ocurría. Que podrían necesitar no lo sabia pero si tenia una idea de lo que estaría dispuesto a hacer. No es que fuese masoquista, aunque lo pareciera, pero se conocía y solo sabia trabajar bajo presión, contra mas presión tuviera mas rápido le salían las cosas. Si se relajaba demasiado  se ponía a pensar a en muchas cosas y se desconcentraba, al estar bajo presión solo se centraba en lo que tenia que hacer, por eso pensaba que si aprendía de otro cambiante, se encontraría bajo la presión de este y aprendería mejor y mas cosas al tener ellos mas experiencia.

-Aich...esto me desespera- murmuro revolviéndose el cabello con una mano antes de volver su atención a Jack, alzando una ceja curioso al notar la forma en que lo miraba, tan fijamente esperando su respuesta- Vale, te seré sincero. No se que podría necesitar Mephis o Yip de alguien como yo, que apenas llevo unos meses transformado. No puedo pagar con dinero pero si puedo pagar en carne- dijo pensativo, sonriendo un poco entretenido por sus propias palabras. Resultaba peculiar decir eso siendo que Mephis trabajaba en un burdel, pero no se refería a ese tipo de cambio precisamente- Me refiero a que, si realmente pudiera aprender de ella, podría servirle como pago. Ella actúa como si se tratase de alguien importante ¿no? Bueno, la gente importante tiene sirvientes, personas que les cuiden, mimen o le den los caprichos. Realmente no me importa mucho como pagar mientras este a mi alcance y no implique acabar muerto y tirado en la cicatriz. Ya me he mentalizado en hacer cualquier cosa y bueno, soy cabezota por naturaleza, quiero aprender de un cambiante, sea como sea. Ya sea con Mephis o con Yip, tendría que dar algo a cambio, así que me da igual lo que sea- comento abierto a cualquier posible forma de pago. Le daba igual lo que tuviese que hacer y aunque intuía que posiblemente alguna de esas cosas podían ser vergonzosa, solo necesitaba mentalizarse. Si quería algo debía sufrir por ello, sobretodo el que era incapaz de concentrarse en una sola cosa sino estaba bajo presión- Ya me han dicho varias veces que desista en lo de Mephis. Pero bueno, si quiero algo, tengo que sufrir por ello, si las cosas fuesen tan fáciles de conseguir no estaría en rocavarancolia. Así que ¿Se te ocurre algo que pudiera hacer? La conoces mejor que yo.- pregunto mirándole con autentica curiosidad y atención, esperando que le diera alguna pista, cualquiera y le ayudara.