Taberna del Mago Tuerto

Cain se deleita con la música, la lluvia fría mojándole, el abrazo de Vacuum... La Luna guiaba sus pasos como si estuviese en un trance, perdido en el cosquilleo mágico que le recorría todo el cuerpo. A pesar de su tranquilidad, en lo más profundo de su mente un sentimiento de urgencia le asalta. Le da un beso suave a Vacuum, asegurándole que la encontrarían, y tenía razón; allí estaba ella, ensimismada por el violinista, luciendo su cuerpo esbelto con una naturalidad que a Cain le quitó la respiración. Según se acercaban su corazón se aceleraba... No estaba muerta, realmente no lo estaba, se había convertido en una criatura de cuento, en un ser de fantasía... y extrañamente le encantaba, al igual que le espantaba. Vacuum cubrió a Elliot ocn su chaqueta y fue a abrazarla, pero dudó y se alejó, de la misma forma que se había alejado de él antes. Caín bufó, le dio un pequeño empujón a Vacuum y le miró con una ceja alzada, antes de estrechar a Elliot entre sus brazos y llenarle el cuello de besos.
-Me asustaste- le susurra, su voz empezó a quebrarse.- Pensé que habías muerto, pensé que no volvería a verte, y Vacuum...- mira al griego y sonríe- Vacuum es tonto y se cree que vas a tenerle miedo- le tira de la bufanda y le atrae abrazándole también- Sigues estando buenorro, idiota, aunque seas campanilla- se mofa besándole el pecho, ocultándose entre ambos como tantas veces había hecho- No volvais a asustarme, nunca, ni se os ocurra...

Cain me propina un empujón al ver que me alejo de Elliot, me dirige una mirada inquisitiva y rodea a Elliot con lo brazos, llenandole el cuello de besos. Quiero acercarme, lo deseo con todo mi corazón, pero a pesar de la mirada de Cain las dudas siguen ahí. Oigo como Cain le dice a Elliot lo asustado que ha estado, el mal trago que le ha echo pasar, el temor que ha sentido al creer que estaba muerta. En respuesta a mis pensamientos los de Elliot resuenan en mi cabeza, me cuesta entenderlos, no tengo práctica, pero entiendo el significado del mensaje, sonrío ante esto, feliz de que no me rechace, lo que hace mas llevadera mi transformación. Cain me mira y hace un comentario que me saca una sonrisa, Campanilla si ... tira de mi bufanda y me acerca hasta ellos, me estrecha con fuerza y se esconde entre Elliot y yo, como protegiéndose. Sus palabras me hacen temblar y le beso el pelo con cariño, abrazando a Elliot con fuerza, no queriendo separarme de ellos. Los dedos de Elliot rozan mis labios y los siento como un beso, me estremezco por su contacto y la posibilidad de no volver a probar sus labios me estremece, pero esta bien, esta con nosotros, eso es lo importante ...
-Claro que no, no era nuestra intención asustarte - le digo en voz baja - ... y no lo haremos mas ...
Hago un esfuerzo tratando de captar los pensamientos de Elliot, y capto sus dudas y temores, sus miedos y preguntas. Nos deja de abrazar y descansa las manos en sus rodillas. Yo las estrecho entre mis largos dedos, apretándolas con cariño ...
-Basta, no sigas por ahí - le digo - ... tu eres tu, y aunque la Luna te halla cambiado por fuera seguirás igual por dentro, al menos tus sentimientos por nosotros y por tus amigos no cambiaran ¿verdad?. No quiero que pienses así de negativo, nos tienes a nosotros, que no te vamos a dejar marchar ...
Miro a Cain y le explico lo que puedo hacer, y le digo las dudas que tiene Elliot, ademas le hago una pequeña demostración. Pienso con fuerza, concentrándome en Cain ... <<Te quiero ... >> ... pero el esfuerzo me provoca un pequeño dolor de cabeza, apenas lo controlo bien, y el esfuerzo es malo, tengo que practicar ... miro al violinista y me doy cuenta de que la misma niebla negra que le sale del cuello a Elliot, le sale al violinista. ¿Serán de la misma "especie"?, como el bicho de la plaza y yo ... ¿podría enseñarle a Elliot como es su transformación? ... mientras le miro y mil preguntas surcan mi cabeza, el violinista termina de tocar ... dudo si llamarle, pero parece que se ha percatado de la presencia de Elliot.

Cain medita lo que Vacuum le cuenta. Comprende las dudas de Elliot, es un cambio brutal, pero por muy insegura que estuviese Cain sabía que la pelirroja tenía garras suficientes para afrontarlo y si en algún momento le faltaban ya se ocuparían ellos de sostenerla hasta que pudiese hacerlo por sí misma. Apoya la cabeza en el hombro de Elliot y mira distraído la niebla que emana de su cuello, es hipnotizante...
-Sigues oliendo como siempre...- le dice-Para mí no has cambiado- auanque en verdad echaba en falta los labios de la pelirroja, el sabor de su boca y sus ojos... Envidiaba que Vacuum pudiese oir su voz, dentro de su mente. Mira al griego de soslayo y se percata de que algo ha llamado su atención... siguiendo la dirección de su mirada ve al violinista, que ya ha dejado de tocar y se aproxima a ellos... No, se aproxima a Elliot. Cain se tensa un poco pero mira con curiosidad al extravagante músico que hace desaparecer el violín y saluda con una reverencia. Luego toma la mano de Elliot y hace amago de besarla, la niebla roza la mano de la chica, que siente una suave caricia, como de terciopelo. De su bolsillo saca una pequeña libreta de papiro y la muestra. Un mensaje escrito con elegante caligrafía empieza a formarse en él:
''Ciertamente ha sido una agradable sorpresa el encontrarme con alguien de mi misma especie. Los dullahan no son muy abundantes por aquí, incluso me atrevería a aventurar que soy el único dullahan aquí aparte de usted... Lamento no poder presentarme debidamente, pues hace ya mucho que olvidé mi nombre, pero ¿sería tan amable de decirme el suyo y el de sus acompañantes? ¿Es acaso usted una nueva cosechada?

Cain dejó el hombro de Elliot y miró la libretita, y el extraño símbolo que flotaba sobre ella.

Voy caminando sin rumbo, más perdido que otra cosa, entre los numerosos edificios de la ciudad, recorriendo sus calles y evitando a las criaturas que rondan cerca. Pero demasiado tarde me doy cuenta de que "algo" me ha traído a esta zona en concreto. Y ese algo no es otra cosa que el olor de la sangre y en gran cantidad, pero "condimentado" el plato con música de violín, que escucho según me acerco a un edificio cuya entrada da al sótano. Pero la melodía se detiene y mis sentidos se centran en el olor, dulce y horroroso olor...Debe haber mucha gente, pero nadie ha hablado de este sitio así que dudo que haya alguien del burdel o del torreón, así que bajo y entro en el local. Mis ojos pronto se adaptan a la pésima iluminación del sótano. Hay muy poca "gente", pues no sé qué son cada cual... Me quedo parado en la puerta, sin atreverme a dar un solo paso. <<Quizá sirvan sangre...Pero no tengo nada para pagar, excepto mis pieles...>> Así que idea descartada, me quedo mirando a los presentes, pero dos en concreto llaman mi atención, pues...Entre parpadeos, caigo en la cuenta de que no tienen ca...cabeza. Pero están vivos, al parecer y...
-¡Cain!-exclamo de pronto, contento en parte de verle, pero me cubro la boca con las manos, pues sigue teniendo su forma humana y es de los que mejor huelen del local.
<<¿Por qué mis amigos y conocidos huelen tan deliciosamente bien? Diantre, tengo que irme...>> Pero cómo no, mi cuerpo no reacciona. Quizá podría atacar al camarero, no es muy grande, y si me ataca, pues mejor, así Cain no sale herido...pero...¿Quiénes son los otros tres? Entorno la mirada y me fijo en la criatura con alas, no reconozco a nadie a simple vista y de los dos sin cabeza, una tiene cuerpo femenino...No puede ser...¿O sí? Sería demasiado...¿Raro? ¿En esta ciudad? Perfectamente factible...¿Seguro?
-¿E...Elliot? ¿Cain?-inquiro, confuso y con el cuerpo congelado.
Pero cuando doy un paso para acercarme, rápidamente salto hacia atrás y me pego a la pared. El violinista se acerca a la que creo que es Elliot y ella empieza a escribir en una especie de libreta...Hum...Pero como no puedo moverme del sitio, al igual que hace un rato, les aviso
-¡No os acerquéis! No hasta que aprenda a controlar la sed...-digo mientras me derrumbo con la espalda apoyada en la piedra, hasta quedar sentado en el suelo.

La libreta absorve el nombre y vuelve a escribir sola.
''Un nombre realmente hermoso si desea que le invite a algo, por si necesita cualquier información. Tal vez al ser una recién cosechada aún no le haya hablado nadie de las peculiaridades de nuestra especie...''
Cain lee por encima del hombro de Elliot, ahora... ¿Deatach? Pronuncia el nombre en voz muy baja para probar su musicalidad, le sonaba tan extraño... Jack llega, y su grito le hace sobresalrtarse ¿Que no se acercasen? ¿Por qué? Se queda mirando al rubio, hay algo en él, algo salvaje... Junto a él, alguien había aprovechado para llamar su atención... un encapuchado, con un símbolo intermitente brillándole en el bolsillo. El hombre salie apresuradamente del local y Cain le sigue. Sabía que era una locura, que estaba siendo irresponsable <<Me matará?>> Pero aquél símbolo podía más, tenía que saber lo que era...
-¿Qué llevas en el bolsillo?- le pregunta apresuradamente antes de que la negrura de su capa se prediese en la oscuridad de un callejón
-Parece que te has dado cuenta... Los cosechados de este año vienen pisando fuerte- responde con una voz profunda, sacando una espada. Cain retrocede unos pasos y se lleva la mano a sus amuletos <<Qué haces idiota? No eres más que un novato, no tienes posibilidades...>> se dice mentalmente- No temas, muchacho, no soy tan estúpido como para dañar al amante de una dullahan, esos demonios son vengativos...- le responde, aun así no guarda la espada- Tal vez es esto lo que te interesa...- Saca de su bolsillo un huevo negro y brillante, el doble de grande al de una gallina- Es un huevo de gallo negro, es algo muy especial... No lo encontrarás en cualquier sitio... Te gustaría tenerlo? eh?
-No tengo nada de dinero- le responde Cain, desviando la vista de la espada al huevo negro, girando las pupilas al ritmo del símbolo luminoso
-Dinero? No quiero dinero chico... Tan solo... muestrame las manos...- Cain se las muestra con algo de reticencia y el hombre guarda la espada rápidamente para sacar un pincel y un trozo de tela. Cain se fija en que ese hombre tenía más brazos de la cuenta... Cepilla las manos del chico retirando un polvo rojizo de ellas <<Es de las alas de Vacuum...>> piensa casi sonriendo ante los movimientos ansiosos del encapuchado- Esto... esto es algo muy preciado chico, de verdad te estoy agradecido- Le da el huevo negro y cierra el pañuelo miranbdo en todas direcciones, como si temiese que alguien les hubiese visto- Deberíamos hacer negocios otra vez. Hasta la vista muchacho- el hombre desaparece dejando a Cain solo en la puerta de la taberna.
Una luz le llama desde lejos... un intrincado círculo dorado sobre un edificio... Se acerca un poco a él para distinguirlo mejor... parece...

(sigue en el burdel)

Cain observa a Elliot ensimismado, perdido en el humo que surge de su cuello, pensando en solo el sabe que. El violinista se acerca a la mesa con elegancia y saca una libreta, en la que empiezan a parecer palabras pausadamente. El violinista se presenta y se identifica como un caballero dullahan ... así que Elliot es una dullahan, ¿como será esa especie?, ¿que características tendrán? ... espero que enseñe a Elliot, que aprenda a controlar su poder, que no se sienta sola en ese aspecto, en lo demás nos tiene a nosotros ... la miro atento a su reacción, antes se ha cruzado de brazos, la noto enfadado, no la debe de gustar que le halla leído la mente ... la miro con una disculpa en los ojos, no quiero invadir su intimidad, no quiero que se moleste conmigo. Leo lo que escribe en la libreta en respuesta a la pregunta del violinista ... Deatach, es un nombre extraño, no se si le pega, pero dejar de llamarla Elliot, no ... no podría, sería extraño, para mi siempre sería mi pelirroja, Elliot. Jack llega y parece no reconocerme, aunque si reconoce a Cain y a Elliot, le miro extrañado, parece ansioso ... como si tuviera sed, hay algo en su postura, en sus ojos que brillan rojos .. me recuerda demasiado a un vampiro ... se echa hacia atrás y nos advierte, si ... es un vampiro, pero no parece saberlo, le miro preocupado y trato de explicarle ...
-Veras Jack, a mi parecer te has transformado en un vampiro - empiezo después de identificarme, empiezo a explicarle mas o menos el tipo de criaturas que son los vampiros, sus costumbres, su dieta - ... no debes de salir de día, el sol puede matarte, y come algo, caza algun animal y bebe su sangre, aplaca tu sed y controlaras mejor tus instintos, evitando hacer daño a los que quieres - concluyo con preocupación - ...
De pronto Cain se levanta y sale tras un tipo extraño, yo me quedo un poco mas, para presentarme ...
-Mi nombre es Vacuum - me presento estrechándole la mano - ... y si no le importa, a falta de un nombre le llamare Paganini, su última melodía creo que es de el, o al menos se parece bastante - le digo con una sonrisa - ...
Luego me acerco a Elliot y le beso el cuello con suavidad, subo un poco y rozo la niebla con mis labios, sintiendo un cosquilleo, no es un beso de los de antes, pero casi, al menos para mi ...
-Te quiero - le digo en un susurro - ... luego te veo, voy a dejar que hables un rato con este caballero, tenéis cosas de las que discutir - la abrazo con fuerza y la coloco bien el abrigo, para que no tenga frío - ... hasta luego - me despido con una última caricia - ...
Salgo tras Cain, despidiéndome del violinista y de Jack, se que no hará daño a Elliot, en la calle veo como habla con el tipo de la capa, parece que el encapuchado le ofrece algo ... un huevo, ¿con que lo pagara? ... saca un pincel y le retira un polvo rojo de las manos, un polvo que proviene de mis alas ... el tipo parece ansioso ... ¿sera algo importante? ... se pierde entre las sombras y Cain se aleja hacia el burdel, por un momento pienso en seguirlo, pero decido dejarle tranquilo un rato ... comienzo a caminar sin un sentido fijo ...

Continua en Plaza de los Petrificados.

La palabra que he escrito en la libreta desaparece de nuevo, y me siento como si hubiese firmado un contrato con ese nombre. Mi nombre. Puedo notar la extrañeza de Vacuum al leerlo e incluso escucho a Cain pronunciarlo en voz baja. Vuelvo a leer lo que el hombre escribe en la libreta, pero, antes de que pueda contestar, una voz familiar hace que me sobresalte. Jack está frente a nosotros, con las manos en la boca, e increíblemente pálido, como un muerto. Se queda mirándome durante unos segundos y tiemblo. ¿Sabrá quien soy? ¿Le daré miedo? ¿Asco? Jack titubea al pronunciar mi nombre. Me limito a quedarme inmóvil, esperando que otro le conteste por mi. El chico nos advierte que no nos acerquemos hasta que aprenda a controlar la... ¿sed? Eso me suena demasiado a... No no creo que... Pero parece que no soy la única que lo piensa. Vacuum empieza a hablar. ¿Jack un vampiro? El griego habla y habla, mientras Cain parece estar en otro mundo. Me percato de que mira a un tipo encapuchado que está al fondo de la sala. Antes de que pueda hacer nada, Cain se levanta y sale del local tras el encapuchado... ¿Que querrá? Espero que Cain sepa lo que hace...
Vacuum se presenta al hombre sin cabeza, para después darme un beso en el cuello, y sube para darme otro donde antes debería estar mi boca. Todo se nubla unos segundos. El griego se despide de mi, colocándome el abrigo y dejándome sola con Jack y con el hombre. Odio no poder responderle que yo también le quiero... Mientras se aleja, noto como algo dentro de mi se apaga. Vuelvo a concentrarme en el hombre, cogiendo el bolígrafo y escribiendo en la libreta. "Quiero saberlo todo. Otro Día. Hoy es demasiado tarde. O quizá demasiado temprano." Ya debería de estar amaneciendo casi... parecía como si hiciese siglos que la Luna Roja había aparecido en el cielo, pero tan solo unas horas me separaban de la humana normal y corriente que había sido. "Espero volverle a ver. Tengo demasiadas preguntas para una sola noche" Escribí por último mientras me levantaba. Me acerqué a Jack, obviando su advertencia anterior. Apenas había hablado con el chico desde que... Bueno. Eso era pasado. Un pasado que me parecía demasiado lejano como para darle importancia. Además dentro de poco saldría el sol, y, a menos que los vampiros rocavarancolenses fueran distintos al resto, no creo que le hiciese gracia verse reducido a cenizas o algo así. Le agarré despacio del brazo para sacarle de allí... ¿y si no quiere venir conmigo? Al fin y al cabo no soy mas que un bicho sin cabeza... le suelto y le hago una señal para que me siga si quiere, mientras salgo de la taberna, mirando otra vez al violinista antes de cerrar la puerta. Fuera todo estaba en silencio, aunque aun notaba como las calles vibraban por el efecto de la Luna. Cain y Vacuum ya se habían marchado. Caminé sola, de nuevo, Tarareando mentalmente, sin saber demasiado bien hacia donde, aunque sin darme cuenta, mis pasos me llevaban hacia casa.

Continua en el Torreón Letargo.

Anoche...
Y allí estaba yo, sentado mientras veo cómo Elliot escribía en una libretita y tiembla un poco al verme... ¿Mi sola presencia la asusta? Sabe lo que soy, seguro... Igual que Helli antes con Nia... Y la criatura alada se me acerca. ¡Es Vacuum! ¿Vacuum? Vaya...Al menos no huele a sangre y su piel parece dura, mejor para ambos. Aunque cuando le olisqueo y empieza a hablarme, me siento como cansado, me está entrando sueño... Le miro desde el suelo, curioso, ladeando la cabeza. No me quiero levantar, estoy cómodo así, a la sombra de las velas, y este sueño repentino... Me dice todo lo que necesitaba saber y le miro aterrado cuando menciona lo del sol. ¿Por eso me molestaban los ojos con la luz, antes de la Luna? Vaya...Cain se marcha con un encapuchado sin darme tiempo a preguntarle siquiera si estaba bien...Pero sin poderlo evitar me relamo los colmillos cuando dice lo de cazar a algún animal. Borro rápidamente la sonrisa y miro hacia el suelo, no quiero asustar a ninguno de los presentes... El griego se aleja y habla con el violinista...¿Paganini? Y eh... Pero... ¿Cain y Vacuum no estaban juntos? ¿A qué han venido esos "besos"? Bah, pase lo que pase, ni Elliot ni el griego huelen a sangre, así que están a salvo, al igual que Dirke...Menos mal...Y después Vacuum se marcha. ¿Cómo se le ocurre hablarme con tanta tranquilidad y darme la espalda como si nada? ¿Sabrá que Elliot o él no huelen a sangre? Debe saberlo o es un inconsciente... Pero el olor que deja tras de sí sí que es de sangre, pero es un olor suave, ¡el causante del cansancio! Le veo irse y vuelvo a mirar al suelo <<Así que la sangre de Vacuum es algún tipo de somnífero... Vaya...Mejor, si está cerca si pierdo el control podrá dormirme>> Me levanto para ir a buscar un refugio y me encuentro con Elliot tirando de mí hacia fuera del edificio. No digo nada, no me atrevo. ¿Por qué? Sencillo: no parece poder comunicarse hablando con los demás, quizá se moleste...O quizá pase todo lo contrario... Me dejo llevar hasta fuera del local y luego la sigo un poco hasta que veo que nos dirigimos al torreón y me detengo en seco.
-Yo...Elliot, yo no puedo ir al torreón, hay mucha gente...y huelen todos desgraciadamente deliciosos...Menos tú, Vacuum y Dirke, que os salváis y me alegro...
Me alejo de ella hacia atrás y me despido con un buenas noches a gritos y un gesto de la mano, para después echar a correr... ¿Hacia dónde? Hacia el Burdel, de momento seguirá siendo mi refugio...
(Continúa en el Burdel de Dama Espasmo)

El hombre leyó mis palabras y, aunque no tenía rostro en el que ver la expresión, tan solo por sus movimientos pude intuir lo que pensaba. El humo negro, que había ascendido antes con suaves movimientos, ahora parecía llamear con furia. Noté la mirada curiosa de varias de las personas que andaban por el bar, pero la verdad es que no me interesaban. El hombre no esperó a que las palabras desapareciesen como la otra vez, sino que arrancó la página, con una lentitud que me hizo temblar, y se guardó la libretita. La pluma, que estaba flotando delante mía comenzó a moverse con un sonido desagradable, como si arañase el aire. Unas palabras, escritas a fuego, surgían de la pluma. Quise pararle y explicárselo, pero no tenía forma de hacerlo y, ademas, en ese momento estaba paralizada mirando las letras, sintiendo como si en vez de estar escritas en el aire, se hubiesen grabado en mi piel. El violinista dio media vuelta y se marchó entrando a una habitación. Me quedé allí sentada durante unos segundos, con la mente en blanco, sin saber que hacer. Una voz me sacó de mi ensimismamiento y, sin mover ni un solo musculo miré al chico que había hablado. ¿Princesa? ¿Quien coño se creía para llamarme princesa? Con mi pluma aun en la mano, me levanté de la silla y fui hacia el. Agarré su brazo y escribí en él: "Dile que volveré." El punto final se clavó en su piel, como respuesta a su comentario anterior. Salí de la taberna, como había entrado, sin saber nada y con una mezcla de enfado y frustración que me recorrían de arriba a abajo. Miré el cielo. Era muy tarde, sin duda debería volver a casa...

Continua en el Burdel.


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A mitad del camino, me aburrí de correr e hice un hechizo de levitación, con el que pasé por encima de los edificios a toda velocidad, impaciente por llegar a la taberna. Necesitaba ver al hombre, necesitaba su conocimiento, necesitaba su ayuda. Le necesitaba. Tardé apenas unos minutos en recorrer todo el trayecto y plantarme delante de la puerta. Podía oír el violín sonando desde fuera. Saqué la nota de entre mi ropa, leyéndola una última vez entes de entrar:
“Le escribo esto solo para pedirle perdón por mis malas maneras del otro día. Le hablé mal, me comporté mal y sin motivo. Le diría que realmente yo no soy así, pero le estaría mintiendo. Soy así. Cuando tengo un mal día lo pago con los demás, y para su mala suerte y la mía, el otro día mi ánimo no era el mejor y usted fue la persona más cercana con la que podía descargarme. Le pido disculpas, de nuevo por esto. Comprendo que a lo mejor siga enfadado… pero entiéndame, señor. No puedo luchar contra mí. No puedo cambiarme. No puedo evitar ser como soy… créame que he intentado mejorar, pero ese es mi carácter, inherente a mí. La furia, el odio y el orgullo me pueden. No creo que pueda hacerse una idea de cuánto me está costando escribir esto, porque aunque una parte de mi quiere hacerlo, por dentro siento como si me quemase con cada palabra de disculpa. Pero le necesito. Realmente le necesito. Sin sus conocimientos… sin ellos no soy nada. Desde que salió la Luna no sé ni quien soy… necesito saberlo, necesito saber de lo que soy capaz y solo usted puede ayudarme. Ayúdeme, por favor.”
Abajo podía verse un borrón en el que había firmado como Elliot, y borrado posteriormente para hacerlo como Deatach. No se me daba demasiado bien eso de pedir perdón, ni siquiera por escrito. La disculpa había quedado demasiado formal, y algo extraña, pero era todo lo que podía hacer. Al menos había sido sincera. Entré a la taberna, con la música inundando mi cuerpo, y con una parte de mi gritando que me largase de allí, que diese media vuelta y me olvidase de todo. Bajé las escaleras, respirando el olor a alcohol, madera y polvo que tenía el lugar. Me senté en la mesa de siempre y lancé un hechizo de levitación al papel, que voló hasta situarse delante del hombre, a la espera de que lo leyese.

El ambiente era algo más animado ahora que la criba había acabado oficialmente y todo volvía a la normalidad. Algunas caras nuevas entre las criaturas de la taberna pero pocas vueltas hacia el violinista, que tocaba ajeno a todo, como siempre. Al recibir la nota de Deatach sopesó la idea de romperla sin leerla pero sus buenos modales y cierta curiosidad le impidieron hacerlo. La leyó atentamente y cuando acabó se acercó a la mesa donde la otra dullahan esperaba. Hubiese preferido recibir la nota en mano, de hecho, era una forma un tanto infantil de pedir perdón, pero el violinista se dió por satirfecho. Sacó su libreta y empezó a escribir su respuesta.
''Cierto error leo en esta nota y es su empeño en creer que siendo las cosas de una forma no pueden ser de otra distinta; el carácter es algo que se forma a lo largo de los años, y una conducta que no hace bien a nadie sería estúpido conservarla, ¿no cree? Usted quiere aprender, y sabe que solo puede hacerlo a través de mí, pero no se puede enseñar nada a una mente cerrada que no acepta más conocimiento. Su terquedad le llevará a la perdición. Ya no quedaba nada del tono amistoso y entusiasta que había mostrado desde el principio con Deatach, su tono era frío, distante y meramente formal. Sin embargo, su deber era instruir de alguna forma a la nueva dullahan. Dibujó un punto en una esquina de la oja y tiró, sacando un grueso y polvoriento libro del diminuto espacio negro. ''Esta es toda la información que he logrado reunir de nuestra especie desde mi transformación... Algo que debo aconsejarle es que escriba sus memorias, un diario, para que en el caso de perder su cabeza no pierda definitivamente sus recuerdos''