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Biblioteca Mágica

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biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Biblioteca Mágica

02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.

La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.

El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.

Cómo se creó la Biblioteca Mágica:


NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.

Lathspell

Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

15/11/18, 05:12 am
<<Basssilisco..>> Pensó Zob, curiosamente aun en su mente sonaba como la palabra mas indicada para su nueva lengua. Pero ni siquiera esa curiosidad pudo quitarle de la cabeza las palabras de la nublina. De alguna manera parecía guay tener poderes en los ojos, pero no, era peligroso. Aun no sabia en que forma, pero lo era...y se había ofrecido a desmayar a Pam así por así, sin pensar en que.... Se mantuvo en silencio, rumiando aquel concepto que era ahora. No debería ver a nadie, debería ser responsable de no ver a sus amigos a los ojos.

Había reaccionado como todos a lo que paso con Nime, pero ante la aparente conclusión que era mas o menos normal, su mente se retrajo nuevamente a su mini estado de shock. Ni siquiera en la biblioteca pudo recomponerse. Se alegraba de ya saber el nombre del sitio donde habían pasado tantas cosas, había abierto la boca para saludar al fantasma...pero no, seguía mudo y mirando en diagonal hacia abajo. Era consciente de todo, y aun asi ahora lo miraba todo desde lejos. Claro, si es que aun podía aplicar la expresión "mirar".

Se obligo a parpadear un par de veces con cada parpado antes de acercarse con los demás. Curiosamente le gustaba la sensación de poder controlar cada tipo de parpadeo. Paso por alto su curiosidad natural y no pregunto ni se recordó investigar después ese hechizo que usarían, solo se paro al costado de los demás con la boca un poco seca, y espero su turno para anotar la palabra que ahora era él.

- ...lissco... ¿eh?.. - Se hizo a un costado cuando termino de escribir y recordó lo que habían mencionado. No había pensado en hacer magia, frustrado como estaba por su nueva manera de hablar, pero tampoco lo intento. Miro sus manos  pensando en los símbolos. Al menos las garras no serian un problema para eso, pero la lengua era otra cosa, después de todo ya se deprimiría por eso después. Solo quería esperar que sus amigos encontraran mas antes de ver de lo que se supone era capaz ahora con la bendición que le había otorgado la Luna. Su interior ya lo suponía con las palabras  de Naeleth, pero quería saberlo, pronunciarlo y leerlo, quería saber si el niño gris que añoraba tanto ese momento, ahora podía matar.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

16/11/18, 05:37 pm
Naeleth

Naeleth leyó todo lo que se había escrito, prestando especial atención a las palabras que había puesto Barael, ya que suponía que pertenecían a cambios en sus compañeros que no conocía. Reconoció algunos de ellos, como ángel negro o lémur, y los tachó para poner esas palabras en concreto. Así mismo, otros como Guille habían escrito muchas cosas, por lo que también descartó todo lo que no creía que fuese a serle útil para evitar que el hechizo le mostrase demasiada información innecesaria.
Necesito concentración ahora y es posible que me lleve un tiempo: disculpadme hasta que indique que he acabado.
A continuación comenzó a recitar la letanía sin dejar de tener la vista fija en el papel y concentrándose en la estantería que les había indicado Biblios. Cuando finalizó la conjuración una gran cantidad de brillos aparecieron en su campo de visión, y la bruja se acercó a aquel que brillaba con mayor intensidad para revisarlo. Satisfeceha por haber encontrado el primero, una entrada con infromación sobre bestia del crepúsculo, hizo un gesto para pasar a lo siguiente.

Durante varios minutos Naeleth comprobó, descartó o apartó una serie de volúmenes, además de colocar unos trozos de papel en algunas páginas, procurando no prestar atención a nada más que no fuese aquella búsqueda. Finalmente, devolvió un último libro a la estantería y, con un gesto, deshizo el hechizo y se giró hacia el resto mientras se acercaba a la pila de libros que había dejado sobre la mesa.
No estoy segura de algunas cosas, pero creo que en estos... Siete libros podréis encontrar la mayoría de la información sobre vuestras transformaciones y las de vuestros compañeros. He dejado algunos marcadores para que os sea más rápido buscar las páginas relevantes según lo que habéis escrito. —La nublina abrió su bolsa sin fondo y comenzó a recoger primero sus cosas y después cogió uno de los libros de la biblioteca—. Los llevaré todos aquí dentro: es una bolsa mágica en la que caben muchas cosas y no pesan nada. Una vez volvamos a la Sede os los doy.


Última edición por Giniroryu el 04/07/23, 07:03 pm, editado 1 vez
Reifon

Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

17/11/18, 07:15 pm
Al final se apartó para dejar a los demás, quitándose de aquella única distracción que l impedía seguir el tirón del olor, el rastro hasta la fuente. Pronto el hechizo de la nublina se completó y esta empezó a buscar entre las estanterías con bastante rapidez yendo directamente a donde le marcaba la magia suponía Barael. La siguió para acabar despegándose de ella y el resto, en parte rindiéndose al impulso y en parte declarando que llegaría y se controlaría, que no iba a ser la marioneta de los hermanos fundadores, pero no se esperaba un nuevo olor. Según se acerco más fragancias empezaron a golpearle. Podía distinguir la calma en sus distintas variantes como olor principal pero todo lo demás se arremolinaba en su nariz provocándole un torbellino de emociones. Una tras otra se fueron solapando y el rapiña se cubrió nariz y boca en un vago intento de no marearse, abrumado por los olores y su contenido, abrumado por la sensación de querer agarrar una bolsa y empezar a vaciar estanterías.

Hubo uno que destacaba algo por encima de los otros, otra vez calma aunque algo diferente. Casi ni leyó, la palabra magia estaba escrita en el lomo y aquello bastó para convencerle y salir de ahí con él. Dejó a paso acelerado el libro junto a los Siete y salió rápido por la puerta.

Luchó afuera durante un par de minutos por mantener la comida dentro de sí ayudado del frio la lluvia y el aire limpio y poco a poco empezó a molestarse. Poco a poco algo dentro de él quería volver ahí dentro y tomar todo aquello como si fuera suyo y cada vez que acallaba esa sensación esta respondía enfadándole más y más.

Volvió a dentro respirando hondo a por sus cosas para marcharse de allí, procurando no adentrarse mucho en aquella colección de reliquias de muertos.

Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

18/11/18, 12:30 am
Para su sorpresa, el nublino del otro grupo trató de animarla. Como no tenía confianza con él, se dio cuenta enseguida de que no estaba actuando de forma que pondría orgullosa a su madre –aquel era su baremo habitual para no comportarse como una llorica–, y recuperó la comportura.
Tienes razón, lo que hice antes era magia, aunque no tuve que decir el hechizo. Una vez descubrí un hechizo en sueños… ¡a lo mejor he descubierto otro sin saberlo!

Después, el nublino regresó a su búsqueda entre los estantes y Nime se arrimó a sus compañeros, que parecían preocupados por lo que acababa de decirles. No parecía un buen momento para indagar si les había pasado algo similar a ella, porque Naeleth pidió que la dejaran concentrarse. Nime, lejos de darle espacio, decidió observar lo que hacía, y se asombró al ver a la bruja hacer gestos y navegar entre los estantes encontrando los libros correctos con una facilidad pasmosa. Cuando quiso comprobar si recordaba el hechizo que acababa de usar, descubrió que no lo había retenido en absoluto.

¿Puedo ir leyendo el mío? No sé ni cómo se llama lo mío… ni… ni nada —suplicó a la bruja cuando dijo que se los daría cuando estuviesen de vuelta en la sede. La niña no podía con la impaciencia y no se paró a pensar que lo que proponía no tenía demasiado sentido, pero razonaría y echaría a andar como los demás si todos lo hacían.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

18/11/18, 01:14 pm
La edeel siguió los movimientos de Naeleth con expresión curiosa, aunque se aseguró de no meterse en su camino y de evitar hacer ruido. De vez en cuando no podía evitar tener la necesidad de echar a correr, pero procuraba desaparecer brevemente entre las estanterías antes de regresar y detenerse en seco para evitar entorpecer a la bruja nublina. Adru apenas había prestado atención a la conversación sobre magia, aunque sí se enteró de que a Nime ya no le salía, por lo que se acercó a ella cuando le habló a Naeleth una vez esta empezó a guardar los libros que había elegido en una bolsa mágica.
Los leeremos todos juntos en el refugio, ¿verdad? —Buscó con la mirada a Rena y a Zob: estaba segura de que iban a decir algo parecido—. No te preocupes si no te sale la magia: es un rollo intentar aprenderla. Seguro que puedes hacer otras cosas guays como eso que hiciste en la entrada.
A continuación la edeel se dirigió hacia la entrada, aunque a medio camino se dio cuenta de algo.
>>¿Y Barael?
El nublino había salido fuera durante una de sus idas y venidas, pero se lo encontraron regresando para recoger sus cosas, por lo que la sinhadre le informó de que ya habían terminado y que iban a volver.
Cuervo
Cuervo

Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental

Personajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora

Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala



biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

18/11/18, 06:41 pm
Ya estaba apoyándose en la estantería cuando Rena le llamo para que dejara eso. Guillermo volvió a mirar una vez mas al libro pero al ver que Rena se acercaba cedió en sus intentos y se colocó a su lado en la mesa. Y poniéndose a abrir los libros que por ahí estaban.

-Hay libros muy aburridos, mira este libro, ¿tú te crees que se puede hacer un libro sin dibujos?, aburrido…- y lo dejó un lado, y abriendo otro libro este si con dibujos de monstruos.

Corrió hacia Naeleth cuando dijo lo del hechizo, ya se estaba cansado de buscar sin encontrar nada, y tampoco sabia lo que buscar, así que cuando le dijo que escribiera algo de su trasformación, se dedico a escribir una gran lista de cosas “brazos, manos, bichos que te engañan con un peluche y te secuestras debajo de la cama, criaturas interplano, codos, choca esos cinco, patas azules…” entre otras. Cuando termino asintió mirando su alarde de genialidad, así seguro que encontraría lo que son y como hacer que le hicieran caso.

Guillermo se quedo alado de Nime y el público que se había formado alrededor de Naeleth mirando como hacía magia. Cuando termino de encontrar los libros, Guillermo se unió al coro de suplicas de Nime.

-Yo también quiero verlo, ¿no podemos verlo ahora? Aunque sea un poquito- pero la respuesta de Adru le dejo satisfecho- lo vemos todos juntos, pero nadie puede verlo antes de tiempo, no se vale hacer trampa.

Y se preparo junto a los demás para salir por la puerta de vuelta a la Sede.

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19/11/18, 02:03 am
Rena observó fascinada a la nublina mientras conjuraba el hechizo. Había visto hacer magia a sus compañeros bastantes veces pero aquello parecía más complicado.
Naeleth les fue dejando libros sobre la mesa, algunos con señales y Rena fue detrás cotilleándo por encima según los sacaba. Tan solo un vistazo rápido con el que pudo ver algún título o ilustración monstruosa.

-Si nos falta algo ya volveremos. Muchísimas gracias por ayudarnos tanto Naeleth -dijo -Pero no hace falta que cargues tú los libros, solo son siete, podemos cargar uno cada uno.

Se sentía un poco mal con todo lo que estaba haciendo la chica por ellos, ni siquiera sabía si podría devolvérselo. Pero había prioridades, ya pensaría alguna forma de compensar a la bruja.

-Ni hablar, ya leeremos en el refugio -les dijo a los enanos -¿No preferis leer con un bocata y una taza de algo calentito que en este sitio polvoriento? -les tentó. -Y pensad que Pelusa y Rox se tienen que estar subiendo por las paredes, no podemos hacerles esperar. Venga, arreando.

La pregunta de Adru le hizo buscar a Barael con la mirada. Lo había perdido de vista al distraerse con la magia. Tenía un aspecto un poco chungo, así que fue a preguntarle si se encontraba bien.

-¿Te has agobiado o algo? Tranquilo tío, ya nos vamos.
Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

19/11/18, 04:21 am
Eitne le dio las gracias a Adru por querer ayudarlo tanto y luego guardó silencio para pensar en lo que Naeleth le había dicho. Su expresión de ojos muy, muy abiertos delataba la emoción que intentaba contener el niño. Que su voz fuera mágica (¡¿hipnótica?!) le hacía valorar bastante más su forma diurna: voz con poderes, brillo, el cascabel… ¡Era muy bonito! La bestia del crepúsculo se sentía en consonancia con sus creencias: su estética mejorada de día y su forma leonina de noche sin duda lo acercaban al mundo del Demiurgo. Solo tenía que conseguir que su voz no fallara, si es que acaso era culpa suya.

El niño pidio poner “Bestia del crepúsculo” en la lista de palabras y dejó que la bruja hiciera su magia. El hechizo era muy, muy interesante y Eitne se dijo que debía preguntar a Naeleth, pero antes tenía una duda que resolver, una más importante que toda la magia. El niño se acercó a la bruja de la congelación en cuanto ella acabó de recoger los libros y carraspeó. Pensó muy fuerte en poner magia en su voz y acto seguido le preguntó si podría llevarse también el libro que había hojeado antes. Tenía dibujos muy bonitos y Eitne, muchas ganas de mirarlos todos y oler las páginas.

No supo si fue su voz o si símplemente las normas de la biblioteca eran así para todos, pero Naeleth no le puso ninguna pega. Biblios el señor raro tampoco, así que su libro ilustrado sobre viejas hazañas de Rocavarancolia se unió al resto en la bolsa sin fondo.

¡Qué ganas de llegar! —dijo mientras volvía a colocar sus escudos en los antebrazos. Recogió las muletas antes de seguir hablando con tanta, tanta emoción que su voz no se escondería de nadie—. Yo creo que tengo voz mágica, me lo ha dicho la bruja Naeleth… —había intentado contarlo en voz baja solo a Guille y a Nime, pero su susurro sonó en todos los oídos con  absoluta claridad—. Aunque a veces parece que no funciona bien y no se me oye. ¿Vosotros me oís? —preguntó a los niños manteniendo el tono de voz bajo. Todos los presentes podrían contestarle.

Estaba tan animado que, internamente, Eitne jugaba a dar los pasos más grandes posibles con ayuda de las muletas y su propio impulso.

Sigue en la Sede de los taumaturgos

_________________________________________

No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Reifon
Reifon

Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :
Spoiler:

Armas :
Spoiler:

Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*

biblioteca - Biblioteca Mágica - Página 61 Empty Re: Biblioteca Mágica

19/11/18, 05:38 am
Barael apretaba los dientes mientras se amarraba bruscamente las correas del escudo. Por un momento pensó que qué importaba si se lo llevaba todo, cuantos de aquellos imbéciles como el que mató a Nad  o Tuétano valoraban más un trago de licor que lo valioso de un libro.

Ni siquiera habían visto nadie allí dentro.

La voz de Adru dirigiéndose a él le provocó un escalofrío y simplemente asintió con un gesto de la mano sin darse la vuelta. Tenía ganas de gritar, ganas de insultar a la Luna y al mundo. Pero no, a ellos no... Ellos y gente como Naeleth no se merecían sus gritos.

Se centró en sus amarres para distraerse. Agarrar, pasar, doblar, anclar y pasar. Había refinado tanto aquello que poco menos de tres segundos le llevaba cada uno con la mano que le había acompañado todo el camino.

Otra voz se dirigió a él, la de la mujer sin brazo. Y esta vez sus palabras le quemaron por dentro.

Barael giró la cabeza con fiereza y la fulminó con la mirada solo para arrepentirse al instante y apartar la vista avergonzado. Alzó la mano izquierda intentando hacer un gesto de disculpa pero esta se tensó y se convirtió en puño para golpear  la mesa en la que se encontraba, fue con más fuerza de la que deseaba provocando un crujido reverberó por la biblioteca. Se apoyó la mesa arqueando la espalda.

-Yo... Agh... -Un largo suspiro salió de él. -Lo siento. -Consiguió decir no sabiendo si echarse a reír o a llorar. -Es mi puto don. -Hizo amago con la mano de volver a golpear la mesa, pero se contuvo y simplemente la palmeó separándose de ella enderezándose.

-Gracias por preocuparte, de verdad. -Ató la última de las correas y se colocó con una mano su sombrero. -¿Vamos?

La voz del pequeño sonó para él y lo distrajo. Comprendió por su tono que era como un juego. Aquello le venía bien.

-Oído. -Dijo alzando la voz y dirigiéndose a la puerta.

_________________________________________

Equilibrio:
Zarket
Zarket

Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
Spoiler:

Armas :
Spoiler:

Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.

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16/01/19, 06:22 pm
Rádar se seguía preguntando qué era él. Qué le había regalado aquella maldita luna sangrienta que colgaba del cielo como la gota de sangre de una divinidad inexistente. Los libros no parecía que tuvieran su nuevo ser, y por eso acompañó a uno de los habitantes del otro torreón cuando propuso ir a la biblioteca.

Cuando entró en aquel edificio se sintió marear. El joven contempló aquella hilera caótica y casi infinita de estanterías y libros de hito en hito, preguntándose si la magia que respiraba era solo producto de la hechicería. Por un momento se sintió entrar en otro mundo, uno infinitamente antiguo, que en Carabás había dejado de existir hacía mucho tiempo. Ya había conocido aquel silencio en el pasado, pero no aquella... enormidad.

El tipo E se paseó entre las estanterías, admirando con gran reluctancia lo que los rocavarancoleses habían recopilado. Allí parecía haber, escondido entre un caos gigante, conocimiento de todo tipo, tiempo y lugar. Desde mundos vinculados que hacía siglos que nadie recordaba hasta remedios alquímicos diarios. Desde potentes técnicas de lucha para matar a varios enemigos de una sola vez hasta consejos para el cuidado de flores mágicas especialmente delicadas... Gigantesco conocimiento almacenado de una manera que, de forma simultánea, resultaba impráctica tanto como impresionante.

«No parece que lo hagan para usar nada de esto» reflexionó, recordando el estado general de la ciudad. ¿Para qué tenían aquello allí? ¿Solo para que estuviera? ¿Solo para poder consultarlo cuando lo desearan, como un entretenimiento?

Rad paseó entre varias estanterías y leyó diversos pasajes en varios libros. No tardó mucho en llevarse varios hacia una mesa cercana, originalmente de diversas transformaciones, y posteriormente de numerosos temas. Historia, análisis mágico, mundos vinculados... Admitía que Rocavarancolia poseía una colosal reserva de conocimientos, y él se sentía como un naufragado que llegaba a una tierra con fruta y agua tras días en el mar. Con una avidez impropia de él empezó a leer, apenas creyendo que, poco a poco, volvía a encontrarse entre la civilización.

Considero del todo injusta la brutal campaña de difamación caída sobre Virius Zis. Los carentes de auténtico sentido artístico quizás no entiendan el hermoso canto de chillidos escapando por la garganta, o la exquisita danza que practican las personas al retorcerse de la más pura agonía, o la elegante pintura que se crea en el suelo cuando sobre él se derraman sangre y vísceras, pero eso no me ciega a mí. No dudo en nada al afirmar que Virius creó una de las obras artísticas más portentosas y conmovedoras que he visto nunca al torturar, mutilar y destripar aquella familia.

El carabés apartó el libro con un gesto de asco, preguntándose cómo había olvidado qué clase de ciudad era Rocavarancolia. El siguiente lo abrió casi con un ojo cerrado, a pesar de que el título, La magia y el universo, no parecía particularmente dañino. Y, si bien los primeros párrafos le hicieron desconfiar algo, en no mucho se encontró leyendo con avidez.

Presentándome para quien no me conozca he de decir que me llamo dama Inherencia, y que la Luna Roja me bendijo con el poder de la magia desbocada hace ya más de cinco décadas. En todo este tiempo he sido fiel ciudadana de Rocavarancolia, apoyando la ciudad en la obtención de grandeza, poder y, especialmente, conocimiento. He investigado a lo largo de todo este tiempo de dónde puede ser este arcano arte en el que la ciudad destaca tanto, y creó poder lanzar ya en este libro, al menos, algunas ideas.

Aun así, antes de nada me gustaría hacer una exposición. La magia no pertenece al orden del mundo, como todos saben, y es el misterio de cómo, aun así, existe, lo que a tantos nos ha llevado (y a tantos seguirá llevando, en el futuro) a intentar descubrir su origen. Aun así no olvido que, en última instancia, la magia es caos, es una fuerza capaz de realizar lo imposible: cambiar cualquier cosa en el universo sin importar lo que digan las reglas acerca de dicho cambio. No es, por tanto, una estrella, un lobo o una roca: no pertenece (no exactamente, al menos) al mundo, no es una estructura, y por tanto no se la puede despedazar como tantas especies científicas desean hacer con el universo para ver qué contiene.

Personalmente me gusta la metáfora del cuadro. Me imagino la magia como una pintura prodigiosa y singular, aunque mayormente invisible. Lo que aquí pretendo es dar algunas pinceladas que, de alguna forma, formen un cuadro parecido a aquel que está ante nosotros sin que lo percibamos.

Leyó algunos párrafos más de aquel prólogo, y el índice de aquel libro, pero acabó desganado y dejándolo de lado por otra obra. El origen de la magia no era una materia fácil de tratar, pero aquello le había confirmado las sospechas de hacía meses. Donde en Carabás se tendía al análisis frío y metódico, en Rocavarancolia se abrazaba un caos... sentimental, en cierta manera.

Una página y otra de un libro y otro fueron confirmándole en aquello. Lo poco que veía de los rocavarancoleses en aquellos ensayos le hacía pensar que, de alguna manera... amaban el conocimiento y la vida más que su propia gente. O quizás, simplemente, era que lo expresaban más, al hacer caso omiso a la eficiencia, la utilidad o la capacidad.

Por un momento recordó el palacete. En Rocavarancolia no había normas, hacían lo que querían, y lo hacían porque querían. De ahí había nacido el palacete, y probablemente también los fragmentos que había andado leyendo. Así como...

«El asesinato de niños» el recuerdo de lo poco que pesaba el cadáver de Nad se filtró en su mente. Inspiró hondo y bajó la vista, intentando bloquear el dolor impotente de aquella época. Era extraño cómo la ira violenta se había sustituido por una indignación cansada, unas simples ganas de suplicar la respuesta a una única pregunta.

«¿Por qué nos habéis hecho esto?».

Siguió devorando pasajes, en unas ocasiones referentes a transformaciones, en otras referentes a Rocavarancolia, o a mundos vinculados. Y, finalmente, encontró un fragmento que le llamó la atención:

De los numerosos seres que surgen a la liberadora luz de la Luna Roja, quien aquí escribe admite una especial preferencia por los astrarios. Su esencia se haya vinculada al universo, siendo capaces de sentir las fabulosas estructuras que en él existen.

¿Acaso no son iguales los demiurgos? puede preguntarse el lector, y la respuesta sería que no. Mientras que los hechiceros dadores de vida se hayan vinculados a la existencia, a la capacidad de la materia para organizarse, para replicarse y tomar conciencia de sí mismas, la esencia de los astrarios se haya unida más bien a los grandes objetos que forman el universo visible. Así, no son las almas de los mundos o los objetos poseídos lo que ellos sienten; sino las estrellas, los planetas, los cometas... incluyendo, como no puede ser de otro modo, a nuestra magnífica madre, dueña, reina y señora de Rocavarancolia: la Luna Roja.

La piel de estos seres se halla coloreada del mismo color que posee el cielo cuando no hay sol sobre él pero no es de noche: el crepúsculo tardío (o temprano, si preferimos el matutino al vespertino), llamado crepúsculo astronómico por aquellos que eligen la ciencia sobre la magia. Sobre este oscuro color se pasean numerosas pecas, que no son sino representaciones de los objetos celestes que llamamos estrellas. Siendo sus pecas, por tanto, estrellas en miniatura, poseen sus colores, si bien no representan sus tamaños.

Dicho esto, queda claro que los astrarios son unos seres complejos, curiosos si se prefiere decir así. Poseen una unión esencial con el universo, con la forma en la que lo existente se articula en el vacío infinito del espacio. Este tipo de uniones tiende a crear criaturas de extraordinario poder mágico (ya citado es el caso del demiurgo, cuya esencia se haya vinculada a la vida, pero también podrían citarse tanto mago como goliat, seres intrínsecamente ligados a la propia magia), cosa que no se da en el astrario. ¿Cómo puede ser esto?

Bueno, mis investigaciones y experimentos me llevan a pensar que el problema está mirado de forma incorrecta. Habría que empezar por pensar: ¿de verdad el astrario posee incapacidad mágica? Cierto es que resulta incapaz de realizar hechizos, pero ¿acaso no puede manipular —si bien con limitaciones, aunque estas poseen cierta flexibilidad— los hechizos ajenos?

No se puede pensar en el universo como un conjunto de elementos (estrellas, cometas, planetas...) aislados, sino que estos se interrelacionan entre sí: la posición de las estrellas y planetas se halla en equilibrio a través de la gravedad. La posición de sistemas planetarios se halla, así mismo, en mutuo equilibrio, en especial si tenemos en cuenta los cometas y otros cuerpos errantes. Incluso las galaxias, según han descubierto numerosas especies, poseen un equilibrio gravitatorio con otras galaxias.

¿Y que es la magia sino un elemento más de este universo? Como han expresado numerosos investigadores mágicos, la existencia lleva la magia en sí misma, que nació al principio de todo, al igual que las partículas que componen todo lo que vemos. Cuando nació la realidad ya llevaba dentro de sí misma la forma de trastocarla. El orden contiene el caos.

Teniendo en cuenta estos hechos no dudo en afirmar que los astrarios sí pueden realizar magia, sí poseen habilidades mágicas, aunque no puedan formular hechizos. Su gravedad mágica no es más que la expresión que toma el poder que contienen. Así, siendo el astrario, en el fondo, una representación física del propio universo, es normal que se halle en equilibrio gravitatorio con el elemento central de su existencia. Si el elemento central de la existencia del universo son los astros, en el caso de los astrarios resulta indudable que el elemento central de su existencia es la magia: la misma que inunda su esencia, que a su vez lo vincula con el universo entero.

Rad levantó la vista del libro, un poco mareado por el amasijo místico que acababa de leer. Si bien muy en el fondo de su mente podía admitir que aquel texto era bastante poético, a su forma, no podía sino pensar en lo innecesario de escribir de aquella manera un ensayo. «Datos y reflexiones sí, pero ahórrate la poesía fantasiosa, Rocavarancolia» pensó para sí. Aun así volvió a bajar la mirada, buscando algo que sacar de aquel entresijo presuntuoso.

Lo del color de la piel lo sacó rápido, aunque decidió reflexionar en aquello más tarde. En no mucho tiempo, sin embargo, se percató del dato que aportaba el segundo párrafo. Lo leyó varias veces, frunciendo el ceño cada vez más, aunque por una vez no era debido al enfado. Sentir los astros... Tras meses sintiendo a la Luna Roja había sospechado de aquella posibilidad ante el extraño y repentino agobio mental que le habían regalado aquella noche, pero confirmarlo era... bueno, era algo. Todavía no sabía si bueno o malo, imaginaba que dependía de la demanda de astrónomos que tuviera Rocavarancolia.

La segunda parte de la página sí provocó más arrugas y resoplidos por su parte. La inexistencia de habilidades mágicas, tal vez perennes, era una certeza que albergaba desde hacía años. Aun así, en lo más hondo de su ser había sabido que aquella había sido la última oportunidad para recibir el don de la hechicería. Las patrañas del escritor acerca de capacidades mágicas sin habilidad para realizar hechizos no disminuyeron el pinchazo al corazón cada vez que leía "no puedan formular hechizos".

Finalmente cerró el libro, dejándolo a un lado. Las palabras "gravedad mágica" resonaban en su mente. También las saboreaba su boca con el amargo sabor de la decepción. «Creo que esto es lo que paladean los animales cuando comen una planta venenosa por error» meditó. No podía dejar de preguntarse qué clase de broma macabra le había condenado a mudar el color de su piel, convertirse en astrónomo y atraer la magia. Comparando todo aquello con la posibilidad de volar o con unos flamantes cuernos tan estéticos como, probablemente, peligrosos... «Aquí algunos han ganado y otros han perdido, y no veo que haya más créditos en mi cuenta bancaria».

Aquella frustración, sin embargo, no impidió la filtración de un recuerdo reciente. No era la primera vez que leía algo sobre la gravedad mágica: en otro de aquellos libros ya había captado aquella mención. Tuvo que rebuscar entre la pequeña montaña ya leída, y finalmente encontró lo que quería. El índice de La magia y el universo mencionaba aquella aparente habilidad suya. No tardó mucho en localizar la página en cuestión.

La gravedad mágica es, cómo no, uno de los hechos más trascendentales a la hora de analizar la magia y el universo. Rocavarancolia ha descubierto su presencia, en diversas formas, en varias criaturas y lugares de los mundos vinculados, pero el ejemplo más directo nos lo ofrecen los astrarios.

El infame Lemtpor —que los dioses oscuras roan sus entrañas toda la eternidad— opinaba que la esencia de los astrarios se halla vinculada al universo, que son, en parte, un universo vivo, en miniatura, tal y como los piromantes son dragones y fuego con forma humana o los magos son magia encarnada. La que aquí escribe admite que semejante idea le parece un desatino digno de una mente delirante. Los astrarios se parecen mucho más a los cuerpos celestes errantes. Solo desde esta óptica puede comprenderse el funcionamiento de su gravedad mágica, que nos servirá para intentar establecer reglas más generales a los varios tipos de gravedad mágica que podemos encontrar.

Por supuesto, como vengo explicando a lo largo de este libro, todo tendrá sus excepciones. Siendo la magia caos, reglas imposibles contenidas en las reglas posibles, pretender analizarla a la forma de la ciencia es un profundo error. Su existencia no conforma una estructura visible, sino un cuadro, una obra de arte, una existencia portentosa e invisible. Repito que lo que pretendo es dar pinceladas que nos permitan vislumbrar algo parecido a ese cuadro, no abrir sus entrañas para descubrir qué hay dentro. Podemos hacer eso con estrellas, planetas, animales y personas, pero no con la magia.

Bien, metiéndonos en faena, los astrarios, como ya he dicho, se comportan al modo de los objetos errantes. Al igual que los cometas ellos siguen su curso: no poseen magia orbitando en su interior (y por eso es una profunda estupidez pretender que se asemejan en nada al universo), sino que (mediante decisiones conscientes, al ser personas y no objetos) se interponen en el camino de la magia. Al igual que un objeto celeste de determinado tamaño puede, en su ruta, atraer, repeler y cambiar la órbita de los cuerpos fijos, ellos hacen lo mismo con el trayecto de los hechizos lanzados a la forma de proyectiles. ¿Cómo no se podría ver esta semejanza?

«Esto... es otra cosa» pensó, sintiendo las comisuras de sus labios curvase hacia arriba. Repeler hechizos era algo fácil de comprender; y la atracción, conjuntada con la mención a desviar hechizos de su trayecto, hacía que nuevas ideas nacieran en su cabeza.

Se levantó al instante, comenzando a dejar la mayoría de los libros donde los había cogido. Con un lugar por el que comenzar llegaba la hora de realizar una nueva búsqueda.

Por supuesto, siendo esta mucho más específica que la anterior, no tardó mucho en sentir cómo la vena de su frente empezaba a palpitar. El astrario recién nacido a la luz de la Luna Roja seguía maldiciendo el atraso de Rocavarancolia, a la vez que admiraba lo tremendamente impráctico que podía ser aquello que resultaba impresionante.

Un título, por fin, demostró ser prometedor. No era demasiado grueso, pero el título dejaba esperanzas. Detección de astros y desviación de hechizos.

Esta es la clave más importante del astrario: eres un astro en miniatura, pero con conciencia. El control de tu gravedad pertenece únicamente a tu voluntad, si es fuerte cualquier injerencia externa resulta del todo irrelevante. Este es, pues, tu primer entrenamiento: somete tu habilidad a tu mente, oblígala a ser tan parte de ti como respirar, como mover una pierna, como tragar. Tu salud y tu ánimo pueden estar fuera de tu control, pero no es así con tus habilidades.

La segunda clave es conocer bien lo que puedes abarcar y lo que no. La potencia de tu gravedad puede volverte parcialmente inmune a los proyectiles mágicos, pero tienes que recordar esa palabra. "Parcial". No cometas la estupidez de dejar que choque contra ti un sortilegio tan potente que te destroce, tengas activada la gravedad mágica o no.

En tercer lugar está la agilidad, la resistencia y la velocidad. Necesitarás moverte con rapidez si quieres que los hechizos que atraes salgan despedidos hacia tus enemigos. Elijas rechazarlos mediante golpes de mano o girando el cuerpo vas a tener que moverte mucho para convertir tu gravedad en un alma mortífera. Aprende a hacerlo.

Y, por último: recuerda que la bendita Luna Roja no solo ha despertado una portentosa gravedad y una fina intuición estelar. Tienes más fuerza, eres más rápido y más ágil, te cansas menos que antes... Usa todo esto no solo para atraer, desviar y repeler hechizos, sino también como las valiosas habilidades que son por sí mismas. Puedes no ser un guerrero ni un berserker, pero aun así solo la estupidez puede desdeñar tu nuevo poder físico.

Su sangre rugía en sus oídos con un sonido que evocaba triunfo, respuestas, comprensión. Lo cerró de golpe, mirando al resto de libros desperdigados en la mesa, preguntándose cuántos minutos pasarían mientras los devolvía a su sitio, buscaba al irrense y le preguntaba si le quedaba mucho para volver a la sede.

Ya había decidido qué libro llevarse.

Sigue en... ya veré.
Poblo
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Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Personajes :

Armas :

  • Valek: Guanteletes ballesta y runas.
  • Xalkoth: Ninguna.
  • Kirés: Lanza, espada y ballesta de brazo.
  • Alyssa: Hacha de mano pequeña.

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23/02/19, 01:10 am
El viaje hasta la biblioteca fue completamente caótico. Se movían volando, gracias a lo cual estaban evitando la mayoría de percances, pero aun así era imposible no verme sobrecogido por aquel desastre sin sentido. Daba igual donde mirara: no había barrio, calle o rincón en el que no estuviera pasando algo macabro. Y más frustrante todavía me era desconocer la razón o la causa de aquel desastre.

“¿Pero qué demonios ha pasado?” Aquella frase era la pregunta que no paraba repetirse en mi mente mientras avanzábamos. Ni siquiera en mi luna las cosas se habían descontrolado tanto, y se habían descontrolado bastante. Sin embargo no fue hasta que pude ver la biblioteca cuando fui consciente de lo verdaderamente mal que estaban las cosas.

El edificio de mármol estaba prácticamente irreconocible: la fachada había sido seriamente dañada en diferentes lugares pero lo peor era que, en varios puntos, las habitaciones que estaban almacenadas en su interior con magia se habían descomprimido de repente y se habían abierto paso hacia el exterior a la fuerza, alterando salvajemente la apariencia del edificio y probablemente destruyendo cualquier sala o edificio que se había interpuesto en su camino.
La magia que se encargaba de proteger el edificio parecía haber desaparecido. Tanto en el interior como en el exterior del edificio reinaba el caos y se podían ver alimañas, libros y monstruosidades de todo tipo atacando a los ciudadanos que, al igual que nosotros, habían decidido ir a refugiarse a aquel lugar. Al bibliotecario no se le veía por ninguna parte.

“¿Y ahora qué?”  Fue todo lo que fui capaz de pensar. Mi plan llegaba hasta aquí.

Me materialice en una zona segura con vistas al lugar para intentar pensar y justo en ese momento todo lo que veía se vio sustituido por la imagen de una niña rubia en camisón de dormir. La niña habló, pero sus palabras no tuvieron sentido alguno para mí. Luego desapareció como si aquello nunca hubiera pasado.

“¿Q-que...?” Me giré hacia Mánia. pensando que aquello tal vez fuera como lo de la torre de antes. 

¿Tú también has visto eso?
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02/03/19, 04:29 am
Durante el camino Mánia tuvo cientos de razones para distraerse. En más de una ocasión fue incapaz de evitar tirar de la manga de Valek y señalarle alguna escena especialmente absurda o cruenta. Era una lástima que no se le hubiese ocurrido coger la cámara (aunque bien pensado era perfectamente lógico que no lo hubiese hecho)
Cuando avistaron la biblioteca la bruja soltó una maldición. Su pequeño episodio de distracción quedó atrás y al fin fue verdaderamente consciente de lo mal que estaba todo. La biblioteca mágica era un proyecto del Consejo, no era algo que pudiese destruirse sin más.

-Tal vez deberíamos ir al castillo -comentó, sentándose al borde de la terraza que habían elegido como lugar seguro.

De pronto, una imagen se superpuso con la escena que estaba viendo. Durante un instante, solo un instante, vio a una niña rubia vestida con un camisón muy parecido al que llevaba ella. No pudo estudiar bien los rasgos de la chiquilla porque tan pronto como vino se esfumó. Se giró hacia Valek al tiempo que él hacía lo mismo, parecía que ambos habían tenido la misma visión.

-Sí, era una niña y llevaba un camisón parecido -miró hacia abajo para comprobarlo -¡Un camisón igual que el mío!

No era posible, estaba convencida de que el camisón con el que había despertado, el que se había puedo la noche anterior para dormir era otro. Ni siquiera tenía uno igual al que llevaba la niña de la visión. Se puso en pie de un salto, desorientada, y entonces vio que el vampiro ya no estaba.

-¿Valek?

No obtuvo respuesta, parecía que se hubiera esfumado de pronto.

Miró hacia la biblioteca. El edificio seguía destrozado pero todos los monstruos y ciudadanos asustados habían desaparecido. Se hizo el silencio de forma tan repentina que a Mánia le pitaron los oídos.

-¿Qué está pasando? -gimió. No le gustaba el silencio, no quería estar sola.

Pensó en acercarse a la biblioteca para ver si quedaba alguien entre los escombros, sin embargo el edificio se había esfumado de repente, justo en el instante en el que puso sus ojos en él. Miró a su derecha, a lo largo de la calle, y varias casas desaparecieron en un vistazo.

-¡No! Esto no es real, ¡no puede ser real! -pataleó, sintiendo la piedra fría golpeándole la planta del pie.

Entonces se dio cuenta de algo, una extraña fuerza, un inpulso que le instaba a bajar la mirada hacia el suelo. << No, no, no. No mires abajo, no debes mirar abajo>> se repitió. Cerró los ojos con fuerza. Si cada vez que miraba a algún sitio algo desaparecía, ¿qué podía pasar si miraba al suelo? No quería comprobarlo, así que no iba a mirar a ningún sitio más.

Agarró el bajo de su camisón para arrancar un trozo de tela, pero alguien la detuvo. Dos manos grandes de dedos largos sostuvieron las suyas y las alzaron hacia un beso. Mánia no pudo evitar abrir los ojos, llevada por la sorpresa, y en un intante de horror pudo ver el rostro de su íncubo frente a ella. Durante un segundo, como la visión, y luego desapareció. Mánia se quedó congelada en el sitio.

-...Vlad?

Un grito trepó rabioso por su garganta. Los ojos se le llenaron de lágrimas y le nublaron la visión, impidiéndole hacer desaparecer nada más. La bruja autocinética se derrumbó en la terraza, histérica, chillando y llorando como una niña desconsolada.

Y como Vlad, el mundo a su alrededor desapareció.
Poblo
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04/03/19, 04:00 am
Mánia me respondió enseguida que también la había visto. No solo eso, sino que la niña llevaba su mismo camisón, lo cual era verdad pero… ¿Había llevado ese camisón desde el principio? Tenía la sensación de que no, pero tampoco podía acordarme...
A partir de aquel momento fue cuando los problemas empezaron a sucederse uno tras otro: De repente me llamó, como si no pudiera verme. Poco después empezó a perder los nervios y a patalear con los ojos cerrados.

¿Eh? Estoy aquí. ¿Estás bién? ¿Que ocurr…– Iba a acercarme a ver si podía ayudar de algún modo pero… no estaba. De un instante para otro había desaparecido sin dejar rastro, como si nunca hubiera estado allí.

“¿Pero que…?”

Y justo en ese momento volví a sentirla: Una sombra justo detrás de mí, en la azotea del edificio que quedaba a mi espalda. Me giré tan rápido como pude, pero para cuando posé mis ojos en el lugar la sombra había desaparecido.  
“Otra vez… pero ahora no puedo pensar en eso.”
Aquello era grave. No sabía lo que acababa de pasar, pero si aquella catástrofe era capaz de hacer desaparecer a la gente como si nada, nada impedía que yo fuera el siguiente. Tenía que actuar ya.

Con la misma velocidad con la que me había dado la vuelta me giré hacia la biblioteca y un instante después una ráfaga de polvo salió disparada en su dirección como un vendaval. Entré por la primera apertura que ví y, sin molestarme en recomponerme, empecé a recorrer las estanterías del lugar en busca de cualquier libro que pudiera arrojar luz sobre aquella misteriosa torre que había visto. Era la única pista que tenía.
Recorrí cada planta, cada ala, cada estantería durante… ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba ya buscando pistas, y sin embargo encontré lo que buscaba de repente, en un libro abierto en el suelo en el que se veía la imagen de la torre en una de las dos páginas que se veían. En la otra: una descripción del edificio. Había sido demasiado fácil, como si el propio universo hubiera planeado que sucediera aquello de un modo muy concreto, pero en aquel momento no me importaba. Tenía respuestas.

En el libro lo decía todo: Qué era la torre, dónde se encontraba y… su función.
Cuando leí la última parte no pude sino quedarme parado un tiempo, asimilando lo que acababa de entender mientras que el miedo volvía a mi cuerpo. En realidad, no lo decía todo, pero sí lo suficiente como para que entendiera la situación en la que me encontraba. 
No había descubierto que estaba soñando. Desde mi punto de vista estaba despierto y lo que había pasado era que la torre había sacado las pesadillas de la ciudad fuera de las mentes de sus ciudadanos, y ahora estaban manifestándose en el mundo real. En cualquier caso el peligro era evidente.

Volví a sentirla. La sombra me observaba, esta vez desde la esquina de una fila de estanterías. Aquella vez, sin embargo el miedo que sentí fue mucho mayor, no porque la sombra estuviera comportándose de forma diferente, sino porque ahora recordaba dónde la había visto antes.
Durante mi época como cosechado había tenido una pesadilla particularmente real, en ella me perseguía esa misma sombra y no importaba lo que hiciera para intentar zafarme de ella. Al final me alcanzaba y… me mataba.
“Si aquella era la misma sombra entonces…”

Eché a correr sin saber muy bien a donde. ¿Fuera de la biblioteca? ¿Fuera de la ciudad? No sabía a dónde ir. Todo lo que sabía era que tenía que poner tanta distancia como fuera posible entre aquella sombra y yo. Mi vida dependía de ello.


Sigue en el plano de los sueños.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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11/10/19, 04:04 pm
Quién le iba a decir a Rox que casi un año después de su secuestro y otros muchos más de desinterés por el estudio, las visitas a la biblioteca iban a ser su orden rutinaria (¡y voluntaria!) cada semana. No es que fuese un cambio tan drástico como carecer de huesos en el cuerpo o poder cambiarse la cabeza por la de su viejo perro Maple, pero si que era uno que le sorprendía a nivel personal.

Esa tarde vestía con una camisa de cuadros abierta sobre una camiseta manga corta blanca. Una bandana negra de paisley le apartaba el pelo de la frente, el cual caía sobre la tela en mechones sueltos esta vez de su color habitual. Además, llevaba consigo un cuaderno de cuero donde anotar y copiar dibujos anatómicos a lápiz, que como ya era costumbre, a eso iba a la biblioteca; en busca de todo Atlas de anatomía humana y animal que encontrase o cualquier enciclopedia gráfica a la que echarle el diente. Ver a sus compañeros progresar con sus transformaciones y estudios en magia le picaba sobremanera, y sumando eso a su necesidad por el trabajo con Dama Isis, el cambiante no pensaba echar el freno.

En esta ocasión Milo le acompañaba. En un principio iba a ir solo, pero el brujo le pilló por banda al salir y, aún sabiendo que seguramente estarían de cachondeo todo el rato y estudiar lo que es estudiar, poco, no le dijo que no. A pesar de todo lo que había destapado en la bahía, Rox procuraba comportarse con la misma naturalidad de siempre delante del moreno. Él era junto con Rena con quien más se permitía actuar acorde a su edad, sin pensar en los pequeños influenciables de los que eran responsables por fraternidad obligada, y aunque se mentalizase una y otra vez en que seguía siendo su amigo antes que un crush, no podía evitar sentirse nervioso al estar a solas con él.

Exceptuando su ligera inquietud interna provocada no solo por el irrense, sino también por las calles de la ciudad (que seguían infundiéndole respeto) el camino se hizo ameno. Al llegar al edificio el rubio aminoró el paso, abriendo la puerta con el peso de su propio cuerpo. Al hablar lo hizo en voz baja.

Que chicos más ejemplares somos, yendo a la biblioteca en nuestro tiempo libre.

_________________________________________

♪♫♬:
Red
Red

Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

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15/10/19, 12:43 am
Con todo el trabajo que había en la Clínica y tener que turnarse con sus amigos para cuidar a los más pequeños Milo apenas tenía tiempo libre, pero cuando podía escaquearse de sus tareas le gustaba ir a la biblioteca o a Serpentaria a estudiar magia. Esto se había vuelto casi un hábito desde lo ocurrido con la torre de los Soñadores, pues tras el desastre el irrense no había vuelto a sentir que las fuerzas le abandonase a causa de la maldición de Rutilante. El brujo no sabía la razón y lo cierto era que le daba miedo indagar sobre aquel asunto, por eso se mantenía en aquella suerte de tregua indefinida y aprovechaba el tiempo para formarse mientras seguía sopesando si debía o no contarle algo a Rena y Rox.

En aquella ocasión no era un viaje planeado, sin embargo, pues el norteño se había acoplado al ver que el cambiante iba a allí. Había salido de la Sede con unos chinos oscuros arremangados en los tobillos, una camiseta de manga corta ajustada con un estampado discreto y una cazadora vaquera que le venía algo holgada. Bajo el brazo llevaba un cuaderno, al igual que su compañero, pero las tapas del suyo eran de cartón negro y lo había llenado de pegatinas. Entre sus páginas había apuntes sobre hechizos, diagramas mecánicos y recetas de cocina.
Tampoco hay mucho más que hacer en esta ciudad, todo sea dicho, ojalá un cine o algo así... —respondió a su comentario cuando llegaron al edificio, esbozando una sonrisa de alivio mientras lo seguía al interior. No le importaba reconocer que pasearse tranquilamente por las calles de Rocavarancolia le seguía poniendo de los nervios.

Una vez bajo techo la cosa cambiaba, sin embargo, y la inquietud era sustituida por la creciente emoción de aventura que la visión de aquellas interminables filas de estanterías despertaba en el brujo.
Voy a por un par de grimorios, ¿de acuerdo? —le dijo al cambiante, girándose hacia él con una sonrisa infantil mientras se encaminaba hacia una zona de la biblioteca que conocía bien—. Te veo en cinco minutos en la mesa de siempre. —añadió, perdiéndose rápidamente entre dos estanterías con expresión risueña mientras le hacía un gesto con la mano que sostenía su cuaderno. La omnipresente masa de cobre que lo seguía a todas partes iba a su zaga, dividida en tres trozos independientes que flotaban a unos metros del suelo y recordaban vagamente a naves espaciales.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

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15/10/19, 10:28 pm
Sabiendo como son en este sitio solo pondrían pelis de terror. O pornos. O pelis de terror porno.
Dejó salir una risa nasal corta, en realidad divertido con la idea. Dentro de la biblioteca podía relajarse de los horrores de fuera, y el cambio de ambiente se hizo de notar también en el brujo. Le dio un vuelco al corazón al verle sonreír así, aunque procuró que cualquier reacción no se le notase más allá de quedarse unos segundos parado.

—su voz sonó débil, apenas un murmullo—. ¡Vale! —reafirmó automáticamente con más energía esta vez, observándole atontado mientras desaparecía entre las estanterías. Los pequeños objetos flotantes a su alrededor (los cuales tardó en identificar como cobre) que le acompañaban captaron su atención.

«Son como...» sacudió la cabeza imperceptiblemente, notando el calor de sus mejillas. Las tapó con ambas manos en un suspiro silencioso, cerrando los ojos con fuerza. «¡Ya, coño, recomponte!» Tampoco podía culparse, aquel detalle le habría resultado adorable lo viese como lo viese.

El cambiante puso marcha a la sección de biología y seres vivos de su planeta. Ya se conocía bien la zona en la que estaban los libros, y a pesar de que la tentación de coger bestiarios de otros mundos siempre había estado presente, hasta el momento había cumplido comenzando por los de (aburrida) musculatura y (aburrida) estructura ósea humana, venciendo a su propia curiosidad. El capricho que nunca se había negado era el de revisar los de animales, eso sí. Tardó algo más de cinco minutos en aparecer con tres libros de distintos tamaños y grosores en la mesa en la que se solían poner, habiéndose detenido a examinar bien cuales quería y cuales no. A pesar de su tardanza no había rastro del irrense aún por ahí, y tras buscarlo brevemente con la mirada simplemente optó por sentarse.

Abrió su libreta y uno de los libros; una enorme y pesada enciclopedia gráfica de mamíferos terrícolas separados por sus respectivas órdenes y familias. Había cogido ese, un libro de anatomía muscular médica con imágenes y fotos bastante desagradables y otra enciclopedia de animales del cenozoico a la que no había podido resistirse por los dibujos científicos tan vintage y bonitos que tenía. Para cuando Milo volviese, Rox ya tendría la nariz bien metida en ellos, comparando la mandíbula de un tigre actual con la de un dientes de sable y la suya propia. Si su compañero no delataba mucho su presencia, hasta le pillaría con la boca abierta contándose los dientes a toquecito de dedo.

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Red
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Saren: Selkie roc idrino.
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Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
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20/10/19, 04:28 pm
Al final Milo tardó algo más de los cinco minutos previstos en reunirse con Rox, pues cada vez que recorría los pasillos de estanterías le ocurría lo mismo: demasiadas cosas llamaban su atención. El par de grimorios que había estimado se convirtió rápidamente un una minitorre tambaleante que ya ocultaba su rostro para cuando apareció en el punto de reunión que había acordado con el coreano escoltado por su pequeña flota de cobre.
¡Lo siento, Rox! —se disculpó rápidamente, su voz amortiguada por la muralla de papel con la que cargaba—. Pasé por todo un pasillo dedicado a los autómatas de Arfes y debía echar un vistazo —se excusó con una sonrisa avergonzada, dejando todo el material sobre su lado de la mesa antes de tomar asiento frente al cambiante. Había llegado a ver como el chico se estaba contando los dientes, pero aparte de un ligero bufido divertido no comentó nada al respecto—. Además de que le prometí a Neil que le ayudaría a preparar algún postre estrambótico y necesitaba inspiración —añadió, palmeando unos cuantos recetarios de repostería alienígena antes de acomodarse sobre el banco cruzándose de piernas—. Por cierto, he buscado también la sección de porno terrorífico, pero creo que la tienen muy escondida o es solo para clientela vip. —dijo en tono confidencial, inclinándose hacia su compañero en actitud conspiratoria durante unos segundos antes que inevitablemente se le escapara la risa.

Mientras se quitaba la chaqueta estiró el cuello para ojear los libros del humano, arrugando ligeramente el morro al ver una ilustración anatómicamente detallada de la musculatura de un terrestre. Aquellos dibujos le recordaban a la parte médica de su trabajo con Archi con la que aún no se había acostumbrado a tratar, pero no queriendo que eso le enturbiara el ánimo se centró en el resto de tratados sobre fauna.
¿Qué es eso del cenozoico? —preguntó con curiosidad, alcanzando tres libros que fue abriendo frente así en abanico justo antes de tomar su libreta—. ¿Es algún tipo ecosistema peligroso de la Tierra? —inquirió, preparando su bolígrafo para tomar notas. Si el fuera cambiante se metería de cabeza con los bestiarios de criaturas terroríficas.

El brujo siempre había estudiado de forma un tanto caótica, por eso los tres tomos que había elegido en primer lugar trataban sobre temas tan distintos, pero él se las apañaba así y todo aquel que había intentado cambiarle no lo había conseguido. Por contraparte sus apuntes eran bastante ordenados y a pesar de la variedad de temas, diagramas, esquemas y dibujos, todo resultaba fácil de entender para cualquiera que les echara un vistazo. En Irraria el uso del papel era bastante infrecuente, pues la sociedad estaba muy informatizada, pero desde que había llegado a Rocavarancolia el norteño se había aficionado al tacto del mismo y le gustaba trabajar con cuadernos en lugar de encender su ordenador.
"Me gusta el olor de la tinta." solía ser su respuesta si alguien le preguntaba al respecto.
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