Teoría mágica

Recuerdo del primer mensaje :

A la mañana siguiente de aquel día tan desagradable y estresante, Rägjynn se encontraba cansado a pesar de que había dormido muchas más horas que la noche anterior. Probablemente su deuda de sueño sumase todavía una cantidad elevada, pero estaba seguro de que el motivo de su agotamiento radicaba más en la tensión acumulada de la que estaba claro que no se iba a librar fácilmente. Vestido con una camiseta que tenía un estampado de pequeños reptiles, la cual eligió porque le había hecho algo de gracia, y una falda verde, se encontraba bostezando y con un rostro que mostraba claramente su agotamiento mientras lavaba lo que había utilizado para desayunar con aire distraído.  

Se giró cuando escuchó a Airi y la saludó de vuelta: anoche habían dejado pendiente una conversación y sabía que le sanaí tenía mucho interés en ella. De hecho, ya se había asegurado de dejar el libro en la mesita del salón para que lo tuviesen cerca. Pero lo cierto es que antes de nada había otra cosa que quería preguntarle a le chique, una cuestión que le había rondado la mente desde que la mañana anterior avistaron la salida de los barreños con provisiones y que, debido a lo precipitado de todo lo ocurrido y su posterior olvido, no había llegado a formular. Imaginaba que le sanaí querría desayunar primero, por lo que aprovecharía ese momento.
—Oye, Airi… ¿Te encuentras bien? Quiero decir… —trató de poner en orden sus pensamientos para buscar la mejor forma de preguntarle al respecto—. Ayer por la mañana no llegaste a poder decirme por qué cojeabas y después… Bueno, ya sabes. ¿Te has hecho daño?
Le dedicó una mirada de preocupación. Inconscientemente desde que se giró al oír su voz había buscado signos de aquella cojera que había mostrado el día anterior. ¿Tendría algún problema parecido al de Ethan o había tenido algún accidente del que no se había enterado?

Le dedicó una sonrisa a Airi cuando este aceptó su ofrecimiento de ayuda. Le aliviaba saber que contaría por lo menos con su ayuda de ser el caso. A Räg no se le pasó por la cabeza que pudiera estar tan solo diciéndolo para que no le insistiera, muy a pesar de que probablemente de estar en el lugar de le sanaí a él mismo le costaría pedir ayuda con frecuencia.

Escuchó la respuesta de Airi con tanto interés como nuevas preguntas en mente, pero en un breve lapso de tiempo, la planta baja dejó de estar casi vacía, con elles dos como úniques ocupantes, y el mjörní saludó a Rick, Kalna y Abel. Cuando llegó este último no pudo contener una pequeña risilla.
—Claro que puedes —no se reía porque se tratase de Abel en particular—. Os acabamos de responder lo mismo a los tres en menos de un minuto—aclaró—. Todo el mundo es bienvenido.

Dejó el libro en una posición donde pudieran verlo más o menos bien todos los presentes.
>>Airi me estaba explicando que la magia de su mundo no se parece a esto, pero la verdad es a mí lo único que me resulta raro es el lenguaje… Los hechizos mjörnís tienen estos mismos componentes —señaló en el libro la descripción de lo que afirmaba ser un hechizo de olor falso, poniendo un dedo sobre una línea en concreto—. Este es el componente verbal del hechizo, y aquí se indican los gestos que hay que llevar a cabo al mismo tiempo —movió su uña hacia los dibujos que representaban la parte gestual—. Es exactamente como he conjurado siempre los hechizos, aunque estos no sean la única forma de magia ni… Bueno, hay muchas más cosas que se podría decir, pero es mejor que me centre en lo básico —sacudió la cabeza para quitarse de encima el tren de pensamientos que quería acelerar en dirección a una clase de teoría mágica demasiado avanzada incluso para él mismo—. Y… sí, también tenemos artefactos que amplifican la magia, como talismanes, amuletos o cristales —se giró hacia Airi en particular—. No son imprescindibles para llevarla a cabo, pero ayudan a poder realizar más hechizos sin agotarse tan rápido, sobre todo cuando todavía estás empezando o tu capacidad mágica es menor que la media...

Sin darse cuenta, sus explicaciones estaban siendo, aunque con sus propias palabras, básicamente las de una clase de magia y runas que impartían los Sacerdotes Mayores.
—A lo mejor en este sistema, aunque se parezca tanto al mjörní, son imprescindibles… O a lo mejor por culpa del hechizo logomántico que nos cambió el idioma… —adoptó una pose pensativa—. No sé muy bien cómo explicarlo, pero quizás cambió algo en nuestros pensamientos e incluso alguien como yo, que ya sabía hacer hechizos como estos, necesita volver a empezar de cero… De algún modo —se mostró más inseguro conforme hablaba y se llevó una mano a la nuca con una sonrisa incómoda—. No sé si tiene mucho sentido, ¡pero es que tiene que faltar algo!
La chispa mágica estaba ahí, la había notado ya varias veces. Incluso un ligero agotamiento, aunque eso podía deberse a otros factores. Y los procesos eran tan familiares… Aquellos hechizos tenían que ser genuinos.

Airi dio la bienvenida a la conversación a todos y cada uno de los que se acercaron, pidiendo unirse. Se le contagió la risilla de Rägjynn al escuchar su comentario, porque casi daba la impresión de que el grupo imponía a cada uno que iba llegando.
—¿Cómo vais a no poder uniros? —Aseguró, aún con una sonrisa. Pero lo cierto era que cuanta más gente estuviera escuchando, más nervios sentía por lo que pudiera tener que revelarles. Pero, ¿acaso era tan importante? Estaba dejando de verlo claro.


El mjörní comenzó con las explicaciones, a la vez que respondía a su pregunta. Le pareció muy interesante saber que había unos componentes específicos para hacer magia, y por el libro quedaba claro que eran comunes a ambos mundos… pero Airi había visto algo que contradecía aquella explicación y le pareció importante mencionarlo.
—¿Siempre hay esos componentes para hacer magia? Sé que esto no explicaría por qué no puedes hacer los hechizos del libro, pero es que cuando el hombre que me secuestró trataba de convencerme me enseñó uno de esos hechizos… Encendió una llama encima de sus dedos y, que recuerde, solo le vi chasquearlos. No abrió la boca, no hizo nada más. No se parece nada a las instrucciones que vienen en este libro para invocar llamas.
»Y, sobre los cristales… Los de mi mundo no hacen nada de eso. O creo que no, como nadie hace “hechizos” no sé cómo podrían afectarles. —Su expresión se volvió pensativa, confusa—. ¿Creo que se parece más a cómo funcionan esos aparatos, um… de electricidad que tenéis los humanos? ¿Podría ser? —Al decir aquello miró directamente a Rick y a Abel; había oído sobre ellos y hecho alguna pregunta, pero era demasiado para procesar en los pocos días que llevaban juntos. Esa podía ser una buena ocasión para aclarar si sus aparatos también se fabricaban como los de Sanai, si es que no era también un secreto para ellos—. Nuestros artefactos mágicos funcionan insertando un cristal cargado de energía. Mientras haya energía en ellos pueden hacer lo que sea para lo que se hayan fabricado, como... emitir calor, o frío, o conseguir agua. Y cuando se termina la energía hay que ponerles un cristal nuevo —explicó.

Parecía que no era el único con la misma idea, pues muy poco después aparecieron Kalna y Abel preguntando lo mismo. Les saludó al momento y, escuchando al mjörní y le sanaí, se le contagió el inicio de una sonrisa divertida por la situación. A falta de que apareciera alguien más que continuara el bucle, la conversación parecía que iba a continuar.

Mientras desayunaba atendía con mucha curiosidad a la explicación de Rägjynn mirando las partes del libro que iba señalando. La explicación tenía sentido teniendo en cuenta que hablaban de un tema que, para empezar, casi nadie creía que existía en su mundo. Era factible y además le sonaba de La Tierra aunque fuera en la ficción. Lo de que difiriera comparado con el mundo de Airi le llamó la atención. -(¿Tantas formas distintas hay de canalizarla?)- Rick quería pensar que habría una forma correcta de existir, pero quedaba claro que no sabía nada en absoluto al respecto. Las suposiciones no iban a servir de nada hasta que conociera las bases en las que se sustentaba.

-Te creo, te creo- asintió intentando traer calma cuando el mjörní terminó de explicar sus teorías. Luego, el neoyorquino se inclinó un poco en su asiento para compartir su tren de pensamiento: -Me encantaría poder decir más, pero en La Tierra no sabemos nada. Hace mucho tiempo se creía en la magia y, ahora mismo, queda como elemento en muchas historias de ficción, pero depende de donde mires el funcionamiento es muy distinto. En algunos libros es justo como dices, en otros hacen falta algún objeto para canalizarla... Es bastante confuso.- Buscó con la mirada a Abel, por si quería dar más detalles o si se le ocurría algo que se le hubiera escapado a él.

La intervención de Airi terminaba de cimentar que la magia venía en muchas formas, aunque justo los detalles de ese hombre eran cuantos menos interesante. -Uhm... Curioso. La chica que me trajo también invocó varios fuegos, pero creo que sí que dijo algunas palabras- se limitó a comentar pensativo y de brazos cruzados respecto a las capacidades de los secuestradores. Podía ser que como se estaba estableciendo ambos usaban un sistema de magia totalmente distinto, aunque se le ocurría que, tal como estaba teorizando le sanaí, algunos hechizos no necesitaran ciertos componentes para que funcionaran. Pero claro, si justo el conjuro de las llamas en el libro era distinto al que habían visto los dos, ¿cuál era la explicación? ¿Eran hechizos distintos los tres?

Lo siguiente sin embargo sí que le sonaba mucho más. Además de ser justo lo que le había parecido escuchar al bajar, salvando la distancia de la magia era de lo más común. Se le podría ver en la cara que el chico estaba impresionado con lo que le estaban contando. -Pues sí, es prácticamente como nuestra tecnología- le confirmó. -No tiene nada que ver con la magia, pero funciona así. Hay muchos aparatos y máquinas de todos los tamaños con baterías eléctricas que pueden hacer de todo. Algunos tienen que estar conectados todo el tiempo a una corriente continua de electricidad, aunque otros no. En su momento, con los segundos había que cambiarlas cuando se gastaba la energía justo como los cristales de tu mundo, aunque lo más normal ahora es que puedas recargarlas conectando por un tiempo el aparato a la corriente.- Dándose cuenta de las posibilidades que podía tener la tecnología humana respecto a los posibles avances en los otros mundos, decidió resumir un poco lo último, llevándose una mano a la nuca: -Luego hay máquinas que usan otros combustibles para que funcionen y hay distintas maneras de conseguir electricidad, como del sol o el viento, pero no creo que sepa explicar todos los detalles y podríamos llevarnos todo el día con las variedades que hay. Lo importante es que parece que funcionan como tus aparatos, aunque al usar magia tal vez haya algunas cosas que nuestra tecnología no pueda conseguir.-

Abel pareció querer unirse también, lo que resultó en algunas risitas por lo gracioso que les parecía a Rägjynn y Airi la situación. Kalna no veía nada divertido, y es que tras la comida tensa del día anterior no veía a ninguno de los que habían salido, y mucho menos ella misma, acoplándose a una conversación ajena sin preguntar antes. No es que los dos a los que habían interrumpido fueran de los que habían tenido esa actitud, pero la libense no iba a jugársela a que más gente aún decidiera responderle con monosílabos.  

Se sentó cerca del libro para poder verlo, mientras comía la fruta. Que Rägjynn fuera a explicar todo lo relativo a la magia la llenaba de expectación, y es que tenía ganas de poder hacerla. Había tenido suficientes clases en su vida para saber que comprender la teoría era el primer paso para poder hacer bien las cosas, y si el tema era tan interesante como aquel el prestar atención resultaba emocionante. Quiso preguntar más por aquellas otras formas de conjurar, pero el mjörní tenía razón en que debían centrarse en lo que venía en aquel libro y estaba a su alcance.

Rick confirmó que en su mundo no conocían nada de la magia, aunque parecía que el cómo la entendían dependía de la persona que escribiera aquellas historias, y no parecía ser algo que los humanos pudieran hacer.
—En Libo hay leyendas al respecto de la magia, pero hasta la alianza con Rocavarancolia solo eran… bueno, leyendas. No sabemos cómo se hace, la idea de venir aquí es que nos enseñen.  
Parecía, además, que los cosechadores de Rick y Airi habían hecho magia sin decir nada, lo cual podía tener sentido con lo que decía le segunde: igual no todos los hechizos usaban todos los componentes.

La charla de le chique sobre los cristales de su mundo resultaba curiosa, ya que no tenían el tipo de magia del que hablaba Rägjynn, sino que parecían funcionar como baterías. Aquello era similar a la tecnología terrestre, de la cual Kalna tenía también curiosidad con lo que serían aquellos aparatos que se conectaban a la corriente para cargarse. ¿Tendrían radios portátiles?
—Oh, nosotros usamos energía geotérmica e hidráulica, pero tampoco sabría explicar muy bien como funciona —se extraía de alguna manera y eso hacía que funcionasen las cosas. Fuera de allí, Kalna se perdía— . La usamos para alumbrar las ciudades, para el transporte…

Suspiró.
»¿Creéis que podríamos alumbrar esto con magia si encontramos el hechizo? Las velas son un asco.

Al final había surgido una de las cuestiones que omitió por simplificar: las distintas formas de conjurar.
—Es que… también es posible conjurar omitiendo ciertos componentes o solo con el pensamiento —les dijo a Airi y Rick—. No lo había mencionado porque son formas muy avanzadas y requieren mucha más práctica. Yo no podía hacer ningún hechizo de este modo, solo sé que es posible y únicamente algunos de los Sacerdotes más expertos eran capaces de conjurar de estas formas... Aunque, ahora que lo decís, Giz también hizo hechizos así, lo que pasa es que estaba más sorprendido por otras cosas como para fijarme mucho en ese detalle, pero sí pensé que era un mago muy poderoso. Tampoco es que pueda asegurar de que la magia que usan aquí sea exactamente igual, claro…

La explicación de Airi sobre los cristales mágicos de su mundo llamó bastante su atención. En cierto modo se parecían un poco a las runas o a emplear hechizos anclados, pero no eran exactamente lo mismo. También había oído hablar de que los humanos empleaban electricidad y ante la mención de le sanaí, Rick se explayó al respecto. El estadounidense tenía razón en que lo que había descrito Airi sobre el funcionamiento de sus cristales mágicos se parecía bastante a la tecnología que empleaban los humanos. Casi parecía otra forma más de magia, pero ellos estaban muy convencidos de que no existía en su planeta de origen. La mención de las fuentes de energía que empleaban, a lo que aportó también Kalna, captó su interés: aquello sí parecía mucho más científico. Parecía que los humanos y libenses utilizaban de algún modo fuerzas de la naturaleza en sustitución de la magia.
—Vaya, me cuesta un poco imaginar siquiera como funciona todo eso, pero parece bastante increíble.

>>Oh, claro que se podría —respondió a la pregunta de Kalna—. En este mismo libro está descrito un hechizo para invocar llamas, de hecho, que imagino que se puede emplear con tal propósito —empezó a pasar las páginas hasta dar con la que buscaba—. Aunque sería más seguro uno lumínico si no se quiere para encender un fuego, claro…
Dejaría que la libense o quien quisiera pudiese mirar el mencionado hechizo del libro, pero acabaría volviendo a buscar el de olor falso. Si iban a probar cómo hacer magia prefería empezar por uno que no fuese potencialmente peligroso.

Abel aportó su información respecto a la magia y, aunque hablaba de ficción en todo momento, algunas de las cosas que dijo hicieron que Rägjynn se sorprendiese bastante. Escuchar la palabra “runas” le hizo mover la cabeza en dirección al español con más interés todavía.
—¡Nosotros usamos runas también! No puedo dibujar ninguna real porque parece que también he perdido la capacidad de recordarlas igual que mi idioma original. Pero digamos que...
Tomó un trozo de lo que llamaban papel y el utensilio lápiz y comenzó a hacer trazos que buscaban asemejarse a una runa real. El mjörní frunció mucho el ceño porque en su mente se encontraba cierto recuerdo visual de cómo eran las runas que conocía, pero era como si en realidad nunca las hubiera estudiado, les hubiese echado un vistazo una sola vez y estuviese tratando de dibujarlas de memoria con esa única referencia. Así pues, solo le salieron líneas sin ningún sentido, y si no fuera porque allí no había nadie que pudiera juzgar lo que había trazado se sentiría bastante avergonzado de aquel galimatías. Aun así la sensación de ver aquella proto-runa era muy extraña.
>>Tendrían un aspecto semejante, aunque esto no son más que trazos sin lógica. Las runas se pueden emplear de muchas maneras y también se pueden trazar sobre la piel, o superficies. Creo que es lo más parecido a los cristales de Sanaí o a vuestros aparatos de electricidad.

El español había mencionado más cosas que también le eran familiares: los catalizadores de los que ya había hablado, báculos…
—También se pueden crear catalizadores más potentes en forma de báculo, por ejemplo… Suelen estar hechos principalmente de madera porque el metal pesa más, pero supongo que esas “varitas” a las que te refieres son otra cosa. Aun así… ¿No os parece curioso que aunque no sepáis hacer magia en tu mundo haya tantas coincidencias en vuestras historias de ficción? ¿Creeis que puede haberse conocido en el pasado pero haberse perdido? En Mjörne se perdieron muchos hechizos y runas debido a… diversos motivos.
Ya había explicado la primera noche muy por encima acerca de la guerra, y lo cierto era que no le apetecía hablar de eso, mucho menos para desviarlo de algo tan interesante e importante como el tema que los ocupaba.

A Airi le fascinó que la energía humana fuese básicamente como la magia pero Rick afirmó que no tenía nada que ver. Quizá no se fabricaban igual, pero… ¿en esencia no era lo mismo? A Airi le encantaría saber más sobre la “magia terrestre” porque tal vez podía incorporarse a los aparatos sanaís. Lo que no acababa de entender era de dónde salía una materia prima que encerrase electricidad para poder usarla después en los aparatos.
—Vaya, hay muchas diferencias y similitudes con nuestros artefactos —comentó con una sonrisa fascinada—. Pero por ejemplo nuestros cristales no pueden recargarse… —Se arrepintió de decirlo al momento. No era algo de conocimiento común, de hecho muchos sanaís creían que eso era exactamente lo que hacían: cargar los cristales con la energía ambiental del desierto. Y vaya si trataban de descubrir cómo a espaldas de los nómadas.

Por suerte para Airi eso allí no significaba mucho y se siguió conversando con normalidad. Escuchó con atención, queriendo entender mejor a qué se refería Kalna respecto a la energía que usaban sus ciudades, y fascinándose con lo similar que era la explicación de Abel a la que dio Rägjynn posteriormente.
—¿No es demasiada casualidad? —murmuró con asombro, y cuando Rägjynn terminó de preguntar dudas que también pasaron por su cabeza, añadió—: ¿A lo mejor hay unos pocos que se guardan el secreto de cómo se hace?
Tras la explicación de Rägjynn sobre la similitud que había entre su sistema y el local con los componentes de la magia, Airi había pensado que daba más peso a la teoría de que Mjörne y Rocavarancolia habían estado en contacto previamente… y le hizo pensar que lo mismo podría haberle pasado a la Tierra.
»Es raro… ¿Podría ser que vuestro mundo haya estado en contacto con otro mundo mágico antes y han sacado de ahí las ideas pero no saben cómo llevarlas a cabo? —preguntó, mirando a Abel y a Rick. También dedicó una mirada fugaz a Kalna, pues desconocía si los libenses estaban en una situación parecida, y otra a Rägjynn, ya que sabía más del tema que ninguno.

Con la duda de los hechizos, Räg les dio una pieza importante que les faltaba para entenderla. -Ya veo. Desde luego cuadra bastante bien con los tres por lo que contáis. No me extrañaría que fueran magos poderosos- opinó con la información hasta el momento. Todavía estaba la posibilidad de que la magia allí fuera distinta, pero de una forma u otra el neoyorquino no dudaba que Akeyo era alguien con magia bastante avanzada. El fuego, flotar, los constructos... Sí, tenía que ser una buena hechicera.

Se le pegó parte de la sonrisa de Airi cuando confirmó lo parecidos que eran los artefactos de su mundo a la tecnología humana. -(Es sorprendente lo parecido y a la vez tan distinto que ha evolucionado cada mundo)- pensó mientras asentía a le sanaí. Que en otros mundos hubieran conseguido acercarse por medio de la magia a los avances científicos de La Tierra era fascinante cuanto menos. Y hablando de coincidencias... Miró luego a Kalna, contestándole con ánimo: -Justo en la Tierra usamos esos dos también. Aparte de los de antes, hay algunos más como el carbón o la energía nuclear y para el transporte lo más normal es usar refinados del petróleo.- Iba a dejarlo ahí, pero Rick fue rápido al añadir un poco más dudoso: -Bueno, no se si allí tenéis algo así.- Salvo algún detalle, no tenía claro el nivel tecnológico exacto del mundo de la chica, aunque daba la sensación junto a Varmania los más parecidos a sus propios estándares. Aún así, podía ser que no contaran con alguno de los materiales, así que veía mejor no dar por sentado demasiado.

Abel para su alivio siguió con la explicación sobre la magia y la ficción terrestre. Eso sí, el neoyorquino se sorprendió un poco con el ánimo del español al hablar de ello. Hasta ahora no lo había visto así y, teniendo en cuenta todo lo que le había pasado al pobre, le alegraba verlo aunque fuera un poco más abierto con el grupo.

La mención de los distintos tipos de magia hizo que Rägjynn mencionara algo más de su mundo: las runas. Rick atendió con curiosidad los trazos que hacía su compañero en el papel, contemplando con interés el resultado. Tal como había dicho Abel, no era algo desconocido en la fantasía, pero aquellas figuras no se parecían a nada que hubiera visto nunca. -Oh, interesante- respondió a la explicación para su uso.

Si ya había ciertas pistas y dudas que le empezaban a rondar la cabeza, tanto el lagarto como Airi las verbalizaron. El neoyorquino se cruzó de brazos pensativo. Hasta hacía unos días se le habría hecho muy difícil de creer, ¿pero ahora que estaban en otro mundo? Empezaba a sonar bastante posible. -Uhmm... Es una posibilidad, desde luego. La creencia en la magia era mayor cuanto más te remontes a la antigüedad de nuestra historia, así que si hubo un contacto en aquellos momentos explicaría esas coincidencias- dijo sopesando la teoría. Unos cuantos golpes del índice en su brazo avisaban de que su cabeza estaba trabajando mucho con aquel tema. -Aunque entonces las implicaciones son mayores. Si hubo magia en La Tierra, ¿los monstruos y seres de leyenda de allí eran simplemente personas de otros mundos?- preguntó en general para saber lo que opinaban. Desde luego cuando se unió a la conversación no se esperaba que fuera a encontrarse con tantas nuevas incógnitas.

¿Magos que podían invocar magia con solo desearlo? A Abel le parecía increíble que se pudiese llegar a dicho nivel de habilidad y se preguntaba si ellos conseguirían algún día ser tan capaces. Por otro lado, le asustaba que un mago poderoso pudiese conjurar en completo silencio y sin necesidad de desarrollar un complejo ritual, y verdaderamente esperaba que nadie así se encontrase en Rocavarancolia.

- Que alguien así exista puede ser peligroso – murmuró Abel – Sería difícil saber cuando o cómo te va a atacar…

Con respecto a los artefactos mágicos, Airi utilizaba los cristales como recursos no renovables, que no se podían reutilizar. Le llamó la atención que tuviesen algo tan parecido y a la vez tan diferente a los recursos que se emplean en la Tierra, como bien explicó Rick.

- Sin embargo, hay un problema… Muchos de esos recursos se están acabando o son difíciles de encontrar.

Por otro lado, Rägjynn explicó todos sus conocimientos sobre magia, sus similitudes con los ficticios que había explicado Abel y también teorizó que hubiese magia en la Tierra en tiempos pasados. El español lo escuchaba apasionado, haciendo un esfuerzo consciente por retener cada una de las palabras que salían de su boca. De hecho, llegó a intentar replicar con un lápiz las runas que este dibujó. Aunque no sirviese para hacer magia, Abel estaba contento con saber que había dibujado algo parecido a una runa de hechicería real. Además, no pudo evitar emocionarse cuando Rick se sumó a Rägjynn y planteó que los seres mágicos fueran personas de otros mundos, y que ahora hubiesen desaparecido.

- Yo… Creo lo mismo. La magia tiene que haber existido, no puede ser de otra forma. – exclamó Abel emocionado. Sin embargo, cuando Rägjynn explicó que en Mjörne se habían perdido muchos hechizos, su mirada se ensombreció un poco.- Si hubo en la Tierra magos o criaturas de otros mundos… Estoy seguro de que fueron exterminados por completo.- Abel dijo esto con cierta tristeza en su voz. A pesar de que la magia siempre había sido para él una fantasía, ahora desearía haber sabido de su existencia mucho antes.- En la antigüedad, en nombre de la religión, en nuestro mundo se han hecho muchas barbaridades: cazas de brujas, quemas de libros, encierros y torturas de “endemoniados”.- Abel enmudeció. Conocía estas prácticas tanto por sus conocimientos históricos como por distintas novelas que había leído, pero siempre les había dado categoría de leyenda y no de un hecho tan trágico y realista.

Por último, a Abel le llamó la atención que hubiese más de un método para hacer magia en Mjörne. El hecho de que los caminos hacia la hechicería fuesen diversos le animaba a pensar que todavía no habían dado con el artefacto adecuado que les permitiese hacer magia.

- A lo mejor nos falta eso a nosotros.  Las mismas herramientas que teníais en Mjörne; un báculo o unas runas adecuadas.

Atendía con mucha curiosidad todo lo que contaban o especulaban sus compañeros, resultándole tan interesantes los cristales mágicos de Sanaí como el misterio de la magia en la Tierra. No entendía prácticamente nada de lo que hablaban sobre combustibles, pues él solo podía pensar en madera ardiendo en un hogar o chimenea, encendida por medios no mágicos, si acaso. Tal vez en otra ocasión intentase comprender cómo se las apañaban los humanos sin magia, porque el ansia de conocimiento en el mjörní siempre había sido un factor definitorio de su personalidad, pero una vez más también sabía que aquello los desviaría completamente del tema, sobre todo porque tenía claro que le iba a costar muchísimo comprender una mínima fracción.

Por alguna razón, le hizo feliz ver a Abel imitar sus inútiles trazos para tratar de dibujar una runa inexistente. Puede que fuese el hecho de ver al humano queriéndose integrar por fin y mostrando interés por algo tan familiar que Räg había perdido.

Asintió con expresión asombrada cuando Rick y Abel reforzaron sus teorías, habiendo puesto también la posibilidad que aportó Airi sobre la mesa. No obstante, enseguida su rostro se contorsionó en una expresión más agria que trató de contener a duras penas al escuchar las explicaciones y suposiciones del español. ¿Atacar? ¿Exterminados? Los pedazos de información que sabía acerca del planeta natal de los chicos era confusa y caótica, en parte porque, tal y como había creído entender, se trataba de un mundo con una gran cantidad de población y gente que vivía muy lejos entre sí dando lugar a una gran cantidad de culturas. Hasta ahí era bastante lógico que fuese difícil de comprender para alguien como el mjörní, miembro de una especie en peligro de extinción y con un planeta casi destruido por…

Un momento, ¿había dicho que fue culpa de la religión? ¿Qué clase de religión tenían en la Tierra que…? Los pensamientos intrusivos no tardaron en hacerse presentes en su mente. Sentía que iba a entrar en pánico en cualquier momento si seguía aquel tren de pensamiento y, tras unos segundos sin reaccionar, regresó al momento presente siendo muy consciente de que estaba en compañía de otras cuatro personas.

—P-perdón, estaba… divagando —No sabía cómo expresarlo sin que fuese: una mentira, una verdad a medias muy obvia, o los pensamientos preocupantes que realmente estaba teniendo. Se giró hacia Abel rápidamente, esperando que su escueta explicación pasase por válida—. En realidad no creo que sea eso… las runas son un sistema de magia diferente y los báculos de los que he hablado son catalizadores poderosos. Bueno, como dije antes sí que puede faltarnos algún catalizador, pero imagino que pueden ser de cualquier tipo… No necesariamente algo que me resulte familiar, supongo.

Podía agradecer a su condición de reptil por carecer de glándulas sudoríparas, porque de lo contrario en aquel momento su turbación interna sería muchísimo más evidente. Las taquicardias y la respiración un poco agitada eran mucho más fáciles de disimular, aunque para la segunda tenía que hacer un esfuerzo mucho más consciente.

Aquella conversación le provocaba a Kalna más preguntas que respuestas. ¿Qué era una película, o una serie?  ¿Y la televisión? Abel al menos dejaba claro que eran obras de ficción, pero no podía imaginarse qué formato tendrían. Tampoco sabía que era eso de la energía nuclear, pero no era tampoco el momento de pedir que se lo explicasen, y es que el tema central de la conversación era la magia.

En la Tierra parecía ser algo importante, más aún en el pasado, y atendió con curiosidad a todas esas maneras de hacer magia que los humanos se habían “inventado” para sus obras. Le sorprendió que Rägjynn confirmara que lo que para los humanos era ficción en verdad tuviera mucho de real, y es que la conexión entre mundos no parecía ser algo que conocieran en la Tierra. A lo mejor podían haber estado conectados antes, y los humanos solo haber ido perdiendo los conocimientos para hacer magia. Si ella hubiera creído en alguno de esos cultos a la magia, a lo mejor se habría planteado lo mismo para Libo.

E incluso si no creía, que Abel mencionase lo de la caza de brujas hizo que parpadease lentamente un par de veces, como no pudiéndose creer aquello. Incluso en el Imperio representaban a las Brujas Antiguas y sus grandes hazañas en cuadros; el hecho de hacer magia era algo importante y digno de respeto, no algo que… ¿Cómo podían exterminar los humanos a gente que hacía magia?

Al menos el tema de las runas resultaba curioso, y no pudo evitar fijarse en los trazos, frustrada porque Rägjynn había perdido la posibilidad de enseñarles por la fuente. Aquellos trazos, sin embargo, tenían para ella el mismo sentido que lo hubiera tenido una runa bien dibujada: absolutamente ninguno.

—¿Crees que podríamos encontrar uno? No sé si hay algo que haga saber que son catalizadores y no cualquier otra cosa o es imposible de saber —preguntó tras la teoría de Rägjynn de que el catalizador era precisamente lo que les faltaba para poder hacer magia.

Parecía que todos estaban pensando más o menos por las mismas líneas que elle. Para Airi la magia era algo natural, y si bien la que conocía tomaba una forma diferente, le parecía que lo normal era que cada civilización aprendiese a hacer uso de ella de un modo u otro. Igual que los caminantes de Sanai extraían la energía que se contenía en la arena del desierto, los humanos y libenses parecían extraer la que se contenía en los rayos, el fuego y otras fuentes que le eran desconocidas y, a sus ojos, aquello también tenía que ser una forma de magia. Simplemente, la forma que usaban los mjörnís o quienes les secuestraron era una forma más directa, rápida y seguramente eficaz.
—Sabiendo que los viajes entre mundos son posibles… Quién sabe si nuestros mundos han tenido contacto antes en secreto. Sigo pensando que podría haber unos pocos que sepan de qué va todo esto… como una conspiración a espaldas de… ¿de casi todo el mundo?
Un pensamiento terrible le sobrevino. No parecía que los hubiesen secuestrado para hacerlos partícipes de dicha conspiración si existiese, por como los habían abandonado a su suerte. Preferiría que aquello no fuera cierto, porque ¿cuál era su papel? ¿Animales de pruebas? Para empezar, no podían garantizar que les hubiesen contado toda la verdad durante el discurso del primer día.

La conversación continuó, y se horrorizó cuando escuchó que en la Tierra se castigaba duramente todo lo mágico. Al provenir de un lugar donde se admiraba la magia chirrió en sus oídos como el sinsentido que era.
—No lo entiendo… ¿entonces un tipo de magia es más respetable que otro? ¿Consideran algo malo sacar la energía de uno mismo pero no de las otras… fuentes que mencionasteis antes?
Se le ocurrió que los usuarios de magia fueran malas personas. Especialmente si venían de otros mundos, podían ser como sus secuestradores y solo trataban de repelerlos. Aquello no suavizaba el horror que sentía, pero incluso si en su mundo se repudiaban los conflictos, sabía que eran posibles en cualquier momento. No por nada su pueblo vivía con miedo a un futuro en el que su forma de vida colapsase ante la avaricia de alguna matriarca de Rakuan o Siania que descubriese por fin cuál era la fuente de energía de la magia.

Cuando Abel habló de nuevo de los catalizadores, Rägjynn parecía absorto. Airi se lo quedó mirando hasta que reaccionó, y no cuestionó su justifiación ya que aquella era una conversación altamente teórica. No tenían pruebas de nada, salvo el shock de saber que había más mundos y fuentes de energía que desconocían hasta hacía escasos días.
—Bueno… supongo que si pudimos encontrar un libro con hechizos, podríamos encontrar más cosas, si buscamos… —dijo tras Kalna—.  ¿Quizá es parte de la prueba? Las ruinas pueden estar llenas de pistas.
«Pistas que para encontrarlas hay que ponerse primero en peligro» pensó con amargura.

Parecía que el consenso general es que el contacto entre mundos era algo bastante plausible, lo cual hacía que el neoyorquino reforzara más el agarre de sus brazos e incluso alguna pequeña mueca apareció en su rostro mientras sopesaba la idea. Tenía sentido, eso no podía negarlo, pero asumir que aquello era verdad ponía en duda ciertos aspectos de lo que suponía en La Tierra. La teoría de le sanaí ya fue la gota que colmó el vaso de todo lo que estaba intentando asimilar. -(No, si al final los Illuminati y los reptilianos existirán)- pensó bufando ligeramente. Técnicamente Räg podría pasar por uno de los segundos, pero era demasiada coincidencia a sus ojos. Abriendo su postura corporal, contestó a Airi intentando no comerse la cabeza más de la cuenta: -Es una posibilidad, desde luego. No creo que en La Tierra sea el caso, pero no descarto que lo sea en otros mundos.- Tenía curiosidad por lo que pensaban Kalna y el mjörní al respecto, al fin y al cabo eran los únicos que ya sabían de la existencia de otros mundos.

Siguiendo con la explicación de Abel, Rick se fijó en la reacción del resto en cuanto el español comentó sobre las perlitas de la humanidad durante la historia. El neoyorquino le tomó el relevo para responder a las dudas: -Eso tiene cierta complicación, aunque es algo más bien del pasado y distinto a las fuentes de energía de antes. Ya digo, las nuestras no tienen que ver con la magia, son solamente ciencia.- Se incorporó un poco en el asiento, poniendo en contexto lo que había dicho el chico: -En La Tierra hay muchas religiones. De la que está hablando Abel ha sido una de las más extendidas y en su momento consideraba los hechos inexplicables y la magia o bien como un milagro divino o como una acción demoníaca, casi siempre lo segundo salvo algunas excepciones. Podía no ser cierto siquiera o que ni tuviera malas intenciones, pero si había sospechas de que alguien hacía brujería o incluso algo de herboristería más complejo de lo normal podía acabar ejecutado- El tema daba para largo, pero mirando a le sanaí fue terminando con un tono menos serio: -Irónicamente algunas personas que la iglesia consideraba santas o el propio Dios podían hacer cosas similares, pero estaba bien incluso cuando los motivos podían ser cuestionables. Así que sí, según a quien le preguntaras en su momento había magia que sí valía y otra que no.-

Retomando las posibilidades de hacer magia, Rick escuchó atento la opinión de Rägjynn a la pregunta del español. Justo como apuntó luego Kalna, si los catalizadores podían ser muy distintos entre sí podía ser muy complicado dar con uno. Luego de estar de acuerdo con la idea de Airi, aportó con seguridad: -Cierto. Hemos visto muy poco de la ciudad, pero está claro que si sabemos buscar encontraremos cosas que nos ayuden por aquí.-

Abel se excusó de la conversación para ir al servicio, aunque mientras tanto siguieron hablando. Si comentaban algo importante le comentarían en cuanto volviese. El neoyorquino retomó la propuesta, preguntando a los tres: -¿Se os ocurre algún sitio en concreto por donde empezar? Escombros tenemos por todas partes, pero tal vez haya algún edificio más que se haya mantenido como el faro.- Se llevó una mano al mentón, pensando en su opinión al respecto. -Si vamos a seguir la próxima vez otra de las bañeras, podríamos ir ojeando por el camino si hay algún lugar que llame la atención.- Recordando lo sucedido el día anterior, añadió algo preocupado: -Teniendo todo el cuidado posible, claro.-

La explicación de Rick acerca de aquella religión terrestre le resultaba menos disonante de lo que estaba dispuesto a admitir. Había términos y conceptos que no creía estar entendiendo bien, por no decir en absoluto, pero… La verdad era que el Culto a la Sanación también decidía qué estaba bien y qué estaba mal en cuestiones de magia. Pero el Culto solo prohibía hechizos claramente peligrosos y no se contradecía como afirmaba el humano. Había algo muy incómodo en aquella línea de pensamiento, no obstante, y aunque Rägjynn no tenía demasiado claro cuál era el hilo conductor que le hacía tener esa sensación, prefirió no seguir pensando en ello, ni aportar nada acerca de la religión mjörní. Tenía que hacerlo si quería poder seguir hablando con sus compañeros con normalidad.
 
Prefirió centrarse en la pregunta de Kalna, mostrándose de acuerdo con lo que habían dicho Airi y Rick.
—No puedo decir que se me venga ningún lugar a la mente… Hasta ahora todas las calles me han parecido iguales y, aparte de los edificios a los que nos prohibieron acercarnos y ese faro donde encontrasteis el libro, no he visto nada que me haya llamado la atención. Supongo que tendremos que alejarnos más para seguir explorando… —compuso una mueca compungida—. Me preocupa lo peligroso que pueda ser eso, pero es posible que tengamos que hacerlo en algún momento si queremos encontrar más cosas que nos ayuden o entender por qué estamos aquí.

La explicación de Rick no ayudó en nada a que Kalna comprendiera mejor la Tierra o el como trataban a sus magas, o brujas, o lo que fueran. Las inconsistencias que explicaban, las ejecuciones… Era horrible, y es que las Brujas eran sagradas. No entendía todo aquello que hacían en aquel mundo, al que cada vez imaginaba más salvaje.

Asintió ante la idea de Airi respecto a que el buscar artefactos mágicos podía ser parte de las pruebas, y es que aquello cuadraba totalmente con su propia visión de las circunstancias. Lo malo era lo que decían Rick y Rägjynn: todo era escombro. No había ningún edificio que llamase la atención, y volver al faro estaba descartado por ahora. Demasiado peligro con aquellos pajarracos y el nido.
—Desde luego no vamos a conseguir nada si nos quedamos aquí. No me importa explorar y buscar cosas útiles cuando esté mejor —desvió la mirada a su dedo roto. Los recuerdos del día anterior seguían recientes, y no quería arriesgarse más.

La explicación que añadió Rick a lo dicho por Abel aún lió más a Airi. Quería entender la supuesta diferencia entre la magia buena y mala, pero era consciente de que necesitaría ponerse al día en muchos conceptos humanos primero. Todo resultaba confuso cuando hablaba con sus nuevos compañeros, como suponía que lo sería para ellos siempre que salían a la conversación conceptos sanaís. «Será mejor ir poco a poco» pensó.

Rick cambió de tema preguntando por dónde deberían empezar a buscar pistas en la ciudad. Conforme Airi había hablado de eso mismo, no tenía nada que aportar. Ni siquiera había salido al exterior después del primer día, y podía avergonzarse de ello, pero no era la única persona presente que no sabía qué responder. Estaban todos en las mismas.
—Lo más importante es que no nos lancemos al peligro por impacientes —comentó le sanaí—. Primero tenemos que aprender más sobre la ciudad y a movernos por ella, y supongo que… poco a poco, lo demás irá viniendo solo. Como este libro —agregó, señalando en dirección al grimorio—. No quiero decir que crea que vaya a caernos nada del cielo, pero hay que conocer el terreno pisas antes de poder cazar a sus moradores. —Aquella traducción literal de un dicho típico de su aldea sonaba extraña en la nueva lengua, pero no le dedicó más que un pensamiento fugaz. Lo único que le importaba era la supervivencia del grupo, y en el discurso nunca dijeron que tuviesen que hacer más que eso, salir adelante. Debían conseguirlo, costase lo que costase.

El resto comenzó a contestar, pero estaban tan perdidos como él. En el fondo se lo esperaba, si alguien hubiera visto algo distinto a las monótonas ruinas seguramente ya estarían al tanto. Tal como mencionaba Rägjynn, además del faro y el torreón el neoyorquino solo había visto en la lejanía los edificios a lo que no podían acercarse, nada más -Tiene pinta, sí...- concordó pensativo, no muy a gusto con la idea pero teniendo claro que no tenían otra opción. Si querían respuestas y recursos, necesitaban seguir explorando.

La idea de hacer expediciones le parecía bien, pero opinaba igual que le sanaí. -Estoy de acuerdo. De momento toca ir a lo seguro, hasta que estemos un poco más preparados- asintió a Airi, mirando luego a los demás. Las heridas todavía necesitaban curarse un poco y, viendo el panorama, Rick consideraba que no le vendría mal aprender a manejar el sable y el arco para las siguientes salidas. Lo de saber moverse por allí... La noche anterior se le cruzó algo parecido por la cabeza y desde luego sería muy útil. ¿Tal vez Kalna sabría algo? Recordaba que había mencionado que era militar, así que estaba la posibilidad de que pudiera enseñarle algo de estrategia. En aquella situación necesitaba toda la ayuda posible si quería proteger al grupo.

-La verdad es que no he subido para comprobarlo, pero no se si desde la azotea se ve algún sitio más. Si no al menos nos puede ayudar a orientarnos para la siguiente salida.- terminó comentando, atento por si alguno había hecho ya la prueba. Si no, seguramente él mismo subiría luego por si acaso.