Botica de la náyade
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Jack
Vlad
Muffie
Giniroryu
Lops
Yber
Leonart
Tak
13 participantes
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Botica de la náyade
09/02/13, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
De camino a la botica iba pensando en lo extraña que había sido la fuga de Noel y Vac. Antes de salir, cuando por fin se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba por allí, subió al cuarto de Noel y tras llamar varias veces entró al entender que estaba vacío. Así era, y la ventana aún seguía simplemente arrimada. La cerró meneando la cabeza y salieron todos del cuchitril, no sabiendo si iban a volver pronto o no. La fuga de aquellos dos le dio que pensar durante el camino. Con todo el trajín de la llegada de los frivy's no había vuelto a pensar en lo de Noel y Wen de aquella mañana. Noel tenía derecho a tomarse un respiro ese día, pero quizá le dolía un poco no haber sido él quien tratara de animarlo, le hubiera gustado hacer algo, y sin embargo ni siquiera creía ser capaz de encontrar dos palabras seguidas para empezar a hablar con él de lo que sea que hubiera pasado. En cambio Vac... con Vac estaba en buenas manos, sin duda, pero le seguía pesando que pudiera parecer que él se había desentendido.
No prestó atención a los frivy's más que para mirar con curiosidad sus caras ante todo lo nuevo que se les venía encima. Ellos no tenían la culpa de que los hubieran traído, pero solo habían sido un incordio, arruinando aún más una mañana de por sí arruinada. Gael se frotó la sien allí donde le palpitaba horas atrás, como si nunca se hubiese tomado la infusión de Vac, y trató de apartar los pensamientos del estilo «vaya mañana de mierda» y similares.
Cuando llegaron al mercado, Gael les pidió a los demás que se adelantaran o le esperaran, porque tenía que hacer algunas compras. El dinero no era mucho, pero le sirvió para comprarse una aguja curva de sutura e hilo de dos tipos diferentes, ambos resistentes. No le duraría mucho, pero confiaba en que pudieran hacer alguna misión más pronto.
Gracias a la adquisición se encontraba un poco de mejor humor cuando llegó a la botica de la náyade. Su mirada recorrió todo el local parándose en los pequeños detalles que aún faltaban por restaurar. No eran quienes para decir mucho, los del cuchitril, pero allí todavía hacía falta un buen repaso, y seguramente se estaba encargando Nia sola. Claro que ahora le llevaban un par de esclavos para ayudarla con el trabajo. Buscaron a la náyade por el local, y siguiendo su voz la encontraron en el patio charlando con dos viejy's. Gael se paró en seco, fastidiado por no haberse dado cuenta de aquella eventualidad. No habían pensado que a ella también podían haberle ofrecido esclavos y ahora... había demasiados. Miró a Adara de reojo, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Buenos días! -saludó de todos modos-. Has escogido un buen local para la botica. Oye, por cierto, si necesitas ayuda más días para cualquier cosa avísame. -Estuvo a punto de hablar por todos, pero no quería meterlos en líos, así que dejó que se ofreciese quien estuviese dispuesto-. Sabemos bien lo que es tener que poner a punto una casa vieja.
La ángel negro le explicó a continuación que le habían traído los esclavos que les habían ofrecido en el cuchitril para que trabajasen en su botica.
De camino a la botica iba pensando en lo extraña que había sido la fuga de Noel y Vac. Antes de salir, cuando por fin se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba por allí, subió al cuarto de Noel y tras llamar varias veces entró al entender que estaba vacío. Así era, y la ventana aún seguía simplemente arrimada. La cerró meneando la cabeza y salieron todos del cuchitril, no sabiendo si iban a volver pronto o no. La fuga de aquellos dos le dio que pensar durante el camino. Con todo el trajín de la llegada de los frivy's no había vuelto a pensar en lo de Noel y Wen de aquella mañana. Noel tenía derecho a tomarse un respiro ese día, pero quizá le dolía un poco no haber sido él quien tratara de animarlo, le hubiera gustado hacer algo, y sin embargo ni siquiera creía ser capaz de encontrar dos palabras seguidas para empezar a hablar con él de lo que sea que hubiera pasado. En cambio Vac... con Vac estaba en buenas manos, sin duda, pero le seguía pesando que pudiera parecer que él se había desentendido.
No prestó atención a los frivy's más que para mirar con curiosidad sus caras ante todo lo nuevo que se les venía encima. Ellos no tenían la culpa de que los hubieran traído, pero solo habían sido un incordio, arruinando aún más una mañana de por sí arruinada. Gael se frotó la sien allí donde le palpitaba horas atrás, como si nunca se hubiese tomado la infusión de Vac, y trató de apartar los pensamientos del estilo «vaya mañana de mierda» y similares.
Cuando llegaron al mercado, Gael les pidió a los demás que se adelantaran o le esperaran, porque tenía que hacer algunas compras. El dinero no era mucho, pero le sirvió para comprarse una aguja curva de sutura e hilo de dos tipos diferentes, ambos resistentes. No le duraría mucho, pero confiaba en que pudieran hacer alguna misión más pronto.
Gracias a la adquisición se encontraba un poco de mejor humor cuando llegó a la botica de la náyade. Su mirada recorrió todo el local parándose en los pequeños detalles que aún faltaban por restaurar. No eran quienes para decir mucho, los del cuchitril, pero allí todavía hacía falta un buen repaso, y seguramente se estaba encargando Nia sola. Claro que ahora le llevaban un par de esclavos para ayudarla con el trabajo. Buscaron a la náyade por el local, y siguiendo su voz la encontraron en el patio charlando con dos viejy's. Gael se paró en seco, fastidiado por no haberse dado cuenta de aquella eventualidad. No habían pensado que a ella también podían haberle ofrecido esclavos y ahora... había demasiados. Miró a Adara de reojo, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Buenos días! -saludó de todos modos-. Has escogido un buen local para la botica. Oye, por cierto, si necesitas ayuda más días para cualquier cosa avísame. -Estuvo a punto de hablar por todos, pero no quería meterlos en líos, así que dejó que se ofreciese quien estuviese dispuesto-. Sabemos bien lo que es tener que poner a punto una casa vieja.
La ángel negro le explicó a continuación que le habían traído los esclavos que les habían ofrecido en el cuchitril para que trabajasen en su botica.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Botica de la náyade
13/02/13, 11:24 pm
Tanto Giz como Adara encontraron graciosa la revista. Es más, se dieron cuenta de una cosa que al fuego fatuo se le había pasado por alto, porque uno de los chicos de Letargo era calcado a uno que salía en la revista. Cuando se les pasó la risa devolvieron la revista a la mesa y se pusieron de nuevo al trabajo, ahora encargándose de las habitaciones.
Después de llevar un rato adecentando el piso superior, Nia llamó a todos a merendar. Gael se frotó las manos, dejando todo lo que estaba haciendo a medias y se acercó a la mesa a ver qué se ofrecía. Al ver el bizcocho, las galletas y el té casi se puso a aplaudir.
–¡Gracias! –Cogió una porción salivando. Cuando ya tuvo su apetito a raya, recordó que nadie había preguntado por Noel, y se metió en la conversación–. Por cierto, Nia, me pareció raro que no preguntases por Noel. No vino porque esta mañana no… se encontraba muy bien, y se fue con Vac. No es que no quisiera venir ni nada. –Se calló la boca en cambio antes de decir nada sobre que aparentemente había discutido con Wen. Eso era decir de más y no le parecía adecuado sin consentimiento de Noel.
Cuando terminaron de merendar vio como Adara se llevaba a Nia aparte, y aunque se preguntó de qué estarían hablando, volvió a sus tareas. Se dio cuenta de que Toima seguía forcejeando con la bodega, y ahogó una risotada al verlo tan afanado. Terminó rápidamente lo que había dejado a medias y se acercó al argos.
–Déjame que te ayude, anda. Y tranquilo, que no quiero las botellas –añadió sonriendo con picardía. Aunque le daba un poco de miedo imaginarse al ulterano terminándose todo lo de la bodega en un solo día–. Pero prométeme que las dosificarás.
Acto seguido se volvió intangible y entró en el cuarto sellado. El ambiente apestaba a cerrado, a polvo y podredumbre. Sintió la desagradable sensación de falta de oxígeno, y empezó a arrepentirse de tratar de ayudar. Buscó la puerta por dentro, raspando la mugre superficial con la parte posterior de una de las brochas, y golpeando después con los nudillos para determinar si aquello era pared o puerta. Cuando sonó a madera sonrió y se puso a buscar los bordes para poder rasparlos.
–¡Toima, por aquí! –llamó golpeando la puerta–. Busca aquí los bordes. –Estaba convencido de que si cada uno rascaba por un lado, la puerta cedería mucho más rápido. Con tanta mugre era imposible que se despegase si no.
Cuando terminaron de limpiar Gael no vio las bisagras, así que empezó a empujar.
-Ya está de este lado también, ¡empuja!
Les llevó bastante rato y varios empujones, parecía mentira que se resistiese tanto, pero al final la puerta cedió. Cedió arrancándose de sus goznes y cayendo encima del fuego fatuo, que acabó en el suelo escupiendo mugre.
–Muchas gracias por la delicadeza, señor Kaiser –gruñó ceñudo mientras se incorporaba y se sacudía la ropa–. ¿Qué hacías tirando hacia dentro? ¡Dije que tirases…! –Le había dicho que empujase. Lo recordó de pronto y cerró la boca. Malditos términos liosos–. Da igual, saqueemos esto y a ver cómo hacemos después con la puerta.
Gael salió afuera a respirar por fin aire que no estuviese viciado, y examinó el marco de la puerta donde las bisagras se habían separado astillando la madera en el proceso.
–Qué faena. Bueno, iba a haber que hacer una puerta nueva de todos modos…
Cuando oscureció llegó la hora de irse. Después de haberle prometido a Nia una puerta nueva y de disculparse por no haber podido hacer el trabajo más limpiamente, se fueron prometiendo volver pronto. Como Gael sabía que no tardarían demasiado, le tomó prestada la revista a los esclavos y se la llevó a Noel para ver si se animaba un poco al ver esa joya.
Sigue en el cuchitril.
Después de llevar un rato adecentando el piso superior, Nia llamó a todos a merendar. Gael se frotó las manos, dejando todo lo que estaba haciendo a medias y se acercó a la mesa a ver qué se ofrecía. Al ver el bizcocho, las galletas y el té casi se puso a aplaudir.
–¡Gracias! –Cogió una porción salivando. Cuando ya tuvo su apetito a raya, recordó que nadie había preguntado por Noel, y se metió en la conversación–. Por cierto, Nia, me pareció raro que no preguntases por Noel. No vino porque esta mañana no… se encontraba muy bien, y se fue con Vac. No es que no quisiera venir ni nada. –Se calló la boca en cambio antes de decir nada sobre que aparentemente había discutido con Wen. Eso era decir de más y no le parecía adecuado sin consentimiento de Noel.
Cuando terminaron de merendar vio como Adara se llevaba a Nia aparte, y aunque se preguntó de qué estarían hablando, volvió a sus tareas. Se dio cuenta de que Toima seguía forcejeando con la bodega, y ahogó una risotada al verlo tan afanado. Terminó rápidamente lo que había dejado a medias y se acercó al argos.
–Déjame que te ayude, anda. Y tranquilo, que no quiero las botellas –añadió sonriendo con picardía. Aunque le daba un poco de miedo imaginarse al ulterano terminándose todo lo de la bodega en un solo día–. Pero prométeme que las dosificarás.
Acto seguido se volvió intangible y entró en el cuarto sellado. El ambiente apestaba a cerrado, a polvo y podredumbre. Sintió la desagradable sensación de falta de oxígeno, y empezó a arrepentirse de tratar de ayudar. Buscó la puerta por dentro, raspando la mugre superficial con la parte posterior de una de las brochas, y golpeando después con los nudillos para determinar si aquello era pared o puerta. Cuando sonó a madera sonrió y se puso a buscar los bordes para poder rasparlos.
–¡Toima, por aquí! –llamó golpeando la puerta–. Busca aquí los bordes. –Estaba convencido de que si cada uno rascaba por un lado, la puerta cedería mucho más rápido. Con tanta mugre era imposible que se despegase si no.
Cuando terminaron de limpiar Gael no vio las bisagras, así que empezó a empujar.
-Ya está de este lado también, ¡empuja!
Les llevó bastante rato y varios empujones, parecía mentira que se resistiese tanto, pero al final la puerta cedió. Cedió arrancándose de sus goznes y cayendo encima del fuego fatuo, que acabó en el suelo escupiendo mugre.
–Muchas gracias por la delicadeza, señor Kaiser –gruñó ceñudo mientras se incorporaba y se sacudía la ropa–. ¿Qué hacías tirando hacia dentro? ¡Dije que tirases…! –Le había dicho que empujase. Lo recordó de pronto y cerró la boca. Malditos términos liosos–. Da igual, saqueemos esto y a ver cómo hacemos después con la puerta.
Gael salió afuera a respirar por fin aire que no estuviese viciado, y examinó el marco de la puerta donde las bisagras se habían separado astillando la madera en el proceso.
–Qué faena. Bueno, iba a haber que hacer una puerta nueva de todos modos…
Cuando oscureció llegó la hora de irse. Después de haberle prometido a Nia una puerta nueva y de disculparse por no haber podido hacer el trabajo más limpiamente, se fueron prometiendo volver pronto. Como Gael sabía que no tardarían demasiado, le tomó prestada la revista a los esclavos y se la llevó a Noel para ver si se animaba un poco al ver esa joya.
Sigue en el cuchitril.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Botica de la náyade
14/02/13, 04:00 pm
Nia
Cuando la merienda se dio por terminada, Adara apartó a Nia del grupo. Extrañada, le pidio que levantara la mano y así hizo. El peso familiar de las monedas hizo que Nia frunciera el ceño. Antes de poder decir o preguntar nada, la chica comenzó a hablar, explicando el porque. Nia guardó silencio y, cuando dio por terminada sus explicaciones prolongó el silencio uno o dos segundos más, meditando sobre una respuesta apropiada.
-Gracias.-dijo sinceramente. La verdad es que toda ayuda para lo que se le venia encima era bastante y la sinceridad y la generosidad de la angel negro le habia ayudado tambien. Con una sonrisa, despidio a los cuchitrileros que, aunque cansados, parecia que se lo habian pasado bien. En especial Toima quien no habia hecho nada especialmente productivo y habia ido directamente a por la bebida. Bebida que no consiguio hasta que Gael le ayudó a ello.
La tienda comenzaba a parecer una tienda y todo iba tiñiendose del color verdoso que habia poblado la mente de la chica. Despidio a los frivy's llevandoles a las habitaciones de arriba antes de encerrarse en el estudio de la trastienda, contemplando una jaula y a un animal familiar en ella.
Cuando la merienda se dio por terminada, Adara apartó a Nia del grupo. Extrañada, le pidio que levantara la mano y así hizo. El peso familiar de las monedas hizo que Nia frunciera el ceño. Antes de poder decir o preguntar nada, la chica comenzó a hablar, explicando el porque. Nia guardó silencio y, cuando dio por terminada sus explicaciones prolongó el silencio uno o dos segundos más, meditando sobre una respuesta apropiada.
-Gracias.-dijo sinceramente. La verdad es que toda ayuda para lo que se le venia encima era bastante y la sinceridad y la generosidad de la angel negro le habia ayudado tambien. Con una sonrisa, despidio a los cuchitrileros que, aunque cansados, parecia que se lo habian pasado bien. En especial Toima quien no habia hecho nada especialmente productivo y habia ido directamente a por la bebida. Bebida que no consiguio hasta que Gael le ayudó a ello.
La tienda comenzaba a parecer una tienda y todo iba tiñiendose del color verdoso que habia poblado la mente de la chica. Despidio a los frivy's llevandoles a las habitaciones de arriba antes de encerrarse en el estudio de la trastienda, contemplando una jaula y a un animal familiar en ella.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Botica de la náyade
14/02/13, 08:56 pm
El grupo llegó a la botica casi al mismo tiempo que Wen y Vac, quienes al parecer acababan de entrar. Si alguien se fijase lo suficiente habría notado que el draco a veces evitaba deliberadamente mirar a la vouivre durante mucho rato seguido, siempre inseguro sobre si se estaba comportando con ella como siempre o no. Noel saludó a todos, dejando a Nia para el final, a quien se acercó para hablar mejor con ella.
-Siento no haber venido ayer, soy un mal amigo -dijo sonriendo con culpabilidad-. Pero hoy te ayudaré en lo que sea. Ah, y te he traído esto -sacó las recetas que había terminado de escribir hacía un rato y se las tendió-. Espero que entiendas mi letra, procuré escribir bastante despacio...
Después de hablar con Nia sobre su botica y las recetas, Noel comenzó a darse la vuelta pero antes de pasar a otra cosa decidió decirle algo más a la niña.
-Y por cierto, aunque puede que Adara ya te haya dicho algo semejante... La próxima vez intenta negarte. Sé que hay decisiones que cuesta mucho tomar, pero era nuestro problema -le dijo con seriedad antes de volver a esbozar una sonrisa.
Dejó el comentario en el aire porque sabía que a Nia no le gustaría hablar del tema y prefirió no ser muy directo, pero estaba seguro de que la náyade había entendido a que se refería.
Tras ayudar un rato en la botica en lo que se le pidió, se sentaron a descansar y fue entonces cuando aprovechó para acercar la revista Frivy que habían sacado de la propia tienda el día anterior.
-Tenéis que ver esto, no tiene precio. -les dijo a Vac y a Wen, pues eran los que faltaban por verla.
Dejó que se rieran a gusto con la revista durante un rato y cuando llegaron a la página en la que salía el chico que presumiblemente era aquel cosechado de Letargo, entre él y Gael se lo comentaron.
-Esperad un momento... -se excusó mientras recogía la revista y se levantaba de la caja vuelta del revés donde estaba sentado.
Con la revista abierta, se acercó a uno de los frivys y llamó su atención.
-¿Me puedes decir quién es este chico? -le preguntó señalando la foto del supuesto cosechado.
"-¡Superes Thrasmys! -contestó la frivy con evidente devoción en la voz-. Ese CoMo que megaya no se le ve... Es pero que una lástima de la total, superera de mis favoritos..."
Noel arqueó una ceja y tuvo que contener una carcajada colocando un puño delante de la boca mientras se cruzaba de brazos tratando de poner cara de póker. La forma de expresarse de aquellos tipos era demasiado hilarante. Y por lo que había podido oír mientras trabajaban, todos hablaban de la misma manera. Le dio las gracias a la chica frivy mientras aún hacía esfuerzos para no reírse, esfuerzos que fueron en vano según se acercaba de nuevo a sus amigos con una sonrisa burlona y tuvo que reírse abiertamente no pudiendo contenerse más.
-Espero que esa forma de expresarse no sea contagiosa... Oír hablar a estos tipos mucho tiempo seguido me levantaría más dolor de cabeza que cualquier risa -comentó en medio de varias carcajadas. Cuando consiguió parar de reír siguió hablando-. Bueno, ahora ya sabemos como se llama, aparentemente era muy famoso en Pornolandia... -dijo sonriendo burlonamente refiriéndose a Thrasmys-. Deberíamos volver por Letargo un día de estos para comprobar que es él.
Tras charlar sobre ello, en un momento en el que Adara estaba hablando y Noel miró en su dirección, recordó que todavía tenía algo que comentarle a la ángel negro.
-¡Ah, Adara! -exclamó de pronto-. Antes de que se me vuelva a olvidar, que ya no sé cuantas veces he pensado que tenía que decírtelo. Me gustaría aprender runas en serio. ¿Crees que podrías enseñarme cuando no estemos ocupados? -le pidió a su maestra.
-Siento no haber venido ayer, soy un mal amigo -dijo sonriendo con culpabilidad-. Pero hoy te ayudaré en lo que sea. Ah, y te he traído esto -sacó las recetas que había terminado de escribir hacía un rato y se las tendió-. Espero que entiendas mi letra, procuré escribir bastante despacio...
Después de hablar con Nia sobre su botica y las recetas, Noel comenzó a darse la vuelta pero antes de pasar a otra cosa decidió decirle algo más a la niña.
-Y por cierto, aunque puede que Adara ya te haya dicho algo semejante... La próxima vez intenta negarte. Sé que hay decisiones que cuesta mucho tomar, pero era nuestro problema -le dijo con seriedad antes de volver a esbozar una sonrisa.
Dejó el comentario en el aire porque sabía que a Nia no le gustaría hablar del tema y prefirió no ser muy directo, pero estaba seguro de que la náyade había entendido a que se refería.
Tras ayudar un rato en la botica en lo que se le pidió, se sentaron a descansar y fue entonces cuando aprovechó para acercar la revista Frivy que habían sacado de la propia tienda el día anterior.
-Tenéis que ver esto, no tiene precio. -les dijo a Vac y a Wen, pues eran los que faltaban por verla.
Dejó que se rieran a gusto con la revista durante un rato y cuando llegaron a la página en la que salía el chico que presumiblemente era aquel cosechado de Letargo, entre él y Gael se lo comentaron.
-Esperad un momento... -se excusó mientras recogía la revista y se levantaba de la caja vuelta del revés donde estaba sentado.
Con la revista abierta, se acercó a uno de los frivys y llamó su atención.
-¿Me puedes decir quién es este chico? -le preguntó señalando la foto del supuesto cosechado.
"-¡Superes Thrasmys! -contestó la frivy con evidente devoción en la voz-. Ese CoMo que megaya no se le ve... Es pero que una lástima de la total, superera de mis favoritos..."
Noel arqueó una ceja y tuvo que contener una carcajada colocando un puño delante de la boca mientras se cruzaba de brazos tratando de poner cara de póker. La forma de expresarse de aquellos tipos era demasiado hilarante. Y por lo que había podido oír mientras trabajaban, todos hablaban de la misma manera. Le dio las gracias a la chica frivy mientras aún hacía esfuerzos para no reírse, esfuerzos que fueron en vano según se acercaba de nuevo a sus amigos con una sonrisa burlona y tuvo que reírse abiertamente no pudiendo contenerse más.
-Espero que esa forma de expresarse no sea contagiosa... Oír hablar a estos tipos mucho tiempo seguido me levantaría más dolor de cabeza que cualquier risa -comentó en medio de varias carcajadas. Cuando consiguió parar de reír siguió hablando-. Bueno, ahora ya sabemos como se llama, aparentemente era muy famoso en Pornolandia... -dijo sonriendo burlonamente refiriéndose a Thrasmys-. Deberíamos volver por Letargo un día de estos para comprobar que es él.
Tras charlar sobre ello, en un momento en el que Adara estaba hablando y Noel miró en su dirección, recordó que todavía tenía algo que comentarle a la ángel negro.
-¡Ah, Adara! -exclamó de pronto-. Antes de que se me vuelva a olvidar, que ya no sé cuantas veces he pensado que tenía que decírtelo. Me gustaría aprender runas en serio. ¿Crees que podrías enseñarme cuando no estemos ocupados? -le pidió a su maestra.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Botica de la náyade
15/02/13, 12:33 pm
Es grupo de esa tarde era superior en número al de la tarde anterior, así que tal vez avanzasen más rápido en las tareas aquel día. Gael saludó a los del burdel cuando se les unieron y, después, se dedicó a echar miradas disimuladas tanto a Wen como a Noel a lo largo de la tarde, solo para ver cuan en serio se tomaban aquel juego. «Hay que ver... las molestias que se toman por una apuesta». Le hacía gracia que decidieran hacer así las cosas, pero por otro lado se le hacía extraño estar al tanto de algo que los demás ignoraban.
Ya que el día anterior se habían cargado la puerta de la bodega, ese día decidió emplearse a fondo con esa parte. La pared ya había sido limpiada de mugre y vegetación, pero la habitación seguía siendo un desastre y ya no había puerta que lo ocultase. Sin darse cuenta empezó a tararear y acabó canturreando canciones de la tierra en voz baja, todas horriblemente pronunciadas de oído. Cuando llegó la hora del descanso, Noel se encargó de que Vac y Wen no se perdieran el contenido de la revista que tanta gracia les había hecho a todos. Después les enseñaron también al chico cosechado, aunque a Vac su cara no podía sonarle. Noel fue a preguntarle a una de las esclavas acerca del muchacho, y Gael puso el oído para escuchar la respuesta de la frivy. Poco caso le hicieron a lo que respondió, porque Noel empezó a partirse por cómo la respondió. Sus caras y su risa eran contagiosas y Gael acabó haciendo esfuerzos por no reírse con él. El día anterior los esclavos apenas habían hablado, y ese día él no había salido apenas de la bodega, así que pocas palabras les había oído decir. Ahora que los había podido escuchar en todo su esplendor estaba hasta deseando sonsacarles más frases para ver qué perlas soltaban.
-En serio, estos tipos no son normales -susurró. Prefería que de todos modos los frivy's no escuchasen aquello-. Me parece bien lo de volver por Letargo, pero además... en serio, un día tenemos que ir a su mundo. Quiero verlo con mis propios ojos.
De ahí a un rato, Noel sacó un tema que le hizo espabilar de golpe. «¡Ah! ¡Claro! Estaba tan dormido esta mañana que lo había olvidado por completo».
-¡A mí también! -añadió de sopetón-. O sea... perdón. -Se disculpó con timidez por la interrupción-. Es que... bueno, no sabía si ponerme o no a aprender runas, pero necesitaba tu ayuda para una cosa en concreto. Si... si vas a enseñarle a Noel, entonces yo también me apuntaría.
«Es una buena ocasión para aprender, no hay que desperdiciarla».
Ya que el día anterior se habían cargado la puerta de la bodega, ese día decidió emplearse a fondo con esa parte. La pared ya había sido limpiada de mugre y vegetación, pero la habitación seguía siendo un desastre y ya no había puerta que lo ocultase. Sin darse cuenta empezó a tararear y acabó canturreando canciones de la tierra en voz baja, todas horriblemente pronunciadas de oído. Cuando llegó la hora del descanso, Noel se encargó de que Vac y Wen no se perdieran el contenido de la revista que tanta gracia les había hecho a todos. Después les enseñaron también al chico cosechado, aunque a Vac su cara no podía sonarle. Noel fue a preguntarle a una de las esclavas acerca del muchacho, y Gael puso el oído para escuchar la respuesta de la frivy. Poco caso le hicieron a lo que respondió, porque Noel empezó a partirse por cómo la respondió. Sus caras y su risa eran contagiosas y Gael acabó haciendo esfuerzos por no reírse con él. El día anterior los esclavos apenas habían hablado, y ese día él no había salido apenas de la bodega, así que pocas palabras les había oído decir. Ahora que los había podido escuchar en todo su esplendor estaba hasta deseando sonsacarles más frases para ver qué perlas soltaban.
-En serio, estos tipos no son normales -susurró. Prefería que de todos modos los frivy's no escuchasen aquello-. Me parece bien lo de volver por Letargo, pero además... en serio, un día tenemos que ir a su mundo. Quiero verlo con mis propios ojos.
De ahí a un rato, Noel sacó un tema que le hizo espabilar de golpe. «¡Ah! ¡Claro! Estaba tan dormido esta mañana que lo había olvidado por completo».
-¡A mí también! -añadió de sopetón-. O sea... perdón. -Se disculpó con timidez por la interrupción-. Es que... bueno, no sabía si ponerme o no a aprender runas, pero necesitaba tu ayuda para una cosa en concreto. Si... si vas a enseñarle a Noel, entonces yo también me apuntaría.
«Es una buena ocasión para aprender, no hay que desperdiciarla».
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Botica de la náyade
20/02/13, 01:57 am
Para su suerte, Wen y Vac fueron los primeros en entrar, lo que le permitió a la vouivre excusarse por su falta ayer ante la náyade y ofrecerle su presente antes de que llegaran los demás.
- Recuerdo haber leído algo sobre las propiedades de la piel de serpiente. - comenzó a decirle.- Este paquetito contiene una pequeña parte de la mía. Pensé que, antes de tirarla o malvenderla, tú le darías un mejor uso.
La británica sonrió ante la llegada de sus compañeros, sobre todo porque entre ellos se encontraba Noel, pero, como aquella mañana, puso todo su esfuerzo en comportarse con naturalidad, cosa que no se le daba del todo mal ya que, dado que no sabía cómo debía comportarse en su nueva situación, fingir le fue muy sencillo y no se le notaba cambio, excepto porque cada vez que su mirada se cruzaba con la del draco, sonreía.
Cuando descansaron después de pasar un rato trabajando en la botica, Noel les pasó a ella y al hado una revista que, por lo visto, pertenecía a un mundo recientemente vinculado y del que provenían los esclavos que ahora tenía Nia. En cuanto abrieron la revista las risas no se hicieron esperar.
- ¡Dios, es como un catalogo del burdel, pero absurdamente ridículo! - exclamó la vouivre entre risas.
Wen siguió riendo cuando escuchó la contestación de la chica frivy ante la pregunta de Noel y no dudó en sugerir que deberían hacerles más preguntas sobre su mundo para descubrir más de él. “Puede que sea el más gracioso de los mundos con los que nos vamos a encontrar” pensó.
Siguieron charlando sobre varias cosas hasta que Noel interrumpió la conversación pidiéndole a Adara unas clases de runas. “Runas… por ahora, sé las que necesito, pero no me vendrá mal aprender un poco.” Reflexionó antes de llamar la atención de los que hablaban.
- A mí también me gustaría participar en esas clases, si no os importa.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Botica de la náyade
20/02/13, 09:32 pm
En lo primero que pienso al llegar al burdel es en quien acabo de ver: Wen. Curioso que, al contrario de lo que sería esperable, esta actúa con naturalidad ante nuestro draco, quien tampoco parece estar demasiado afectado ni ahora ni antes de llegar. Si la están actuando, no se les nota demasiado, y menos a la vouivre. Aun así, la misma naturalidad en contraste con lo que vi ayer no me parece… natural. Válgame la redundancia de mis pensamientos, pero yo me entiendo. Aun así, creo poder pensar que han hecho las paces, como mínimo. ¿Igual son sólo exacerbaciones mías? La mirada esquiva de Noel me parece confirmar que no.
Cuando terminamos con las faenas restantes en la botica, Noel enseña a Wen y Vac la ya afamada revista de los frivy’s. Es interesante la reacción de la frivy cuando le pregunta por el chico de la revista, orgullosa y admiradora clara de suya. Me pregunto qué pasaría si llegara a verlo alguno de los esclavos del planeta… ¿Se arrodillarían como si fuera un dios? ¿Intentarían entablar charla? O… tal vez criticarían sus ropas de Rocavarancolia… o imitarlas.
Cuando terminan con la revista, Noel, seguido por Gael, Wen y Giz, me lanzan por sorpresa una misma petición.
—¡Vaya, me vais a hacer sentir importante y todo! –exclamo ante la mirada expectante de los transformados–. Por mí no hay problema, aunque aún me falta mucho por aprender para llegar a considerarme una maestra en esto. –Al menos no puedo negar ser buena en los lenguajes que domino, modestia aparte–. Podríamos usar las mismas horas de entrenamiento para aprender runas, aunque debería ser en un lugar en el que tuvierais donde apuntar, como el Cuchitril.
Cuando terminamos con las faenas restantes en la botica, Noel enseña a Wen y Vac la ya afamada revista de los frivy’s. Es interesante la reacción de la frivy cuando le pregunta por el chico de la revista, orgullosa y admiradora clara de suya. Me pregunto qué pasaría si llegara a verlo alguno de los esclavos del planeta… ¿Se arrodillarían como si fuera un dios? ¿Intentarían entablar charla? O… tal vez criticarían sus ropas de Rocavarancolia… o imitarlas.
Cuando terminan con la revista, Noel, seguido por Gael, Wen y Giz, me lanzan por sorpresa una misma petición.
—¡Vaya, me vais a hacer sentir importante y todo! –exclamo ante la mirada expectante de los transformados–. Por mí no hay problema, aunque aún me falta mucho por aprender para llegar a considerarme una maestra en esto. –Al menos no puedo negar ser buena en los lenguajes que domino, modestia aparte–. Podríamos usar las mismas horas de entrenamiento para aprender runas, aunque debería ser en un lugar en el que tuvierais donde apuntar, como el Cuchitril.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
21/02/13, 05:06 am
Nia
Pronto iban llegando de nuevo. Si seguian viniendo con tanta frecuencia, terminarian con las reformas dentro de nada pero tambien se quedaria sin pastas. Rio por lo bajo ante aquella situación y salio a saludar. Entre los que no habian podido presentarse el día anterior estaban Noel, Wen y Vac. Nia les enseñó con gusto la botica, les contó sobre sus planes de reformas y sobre lo que todavia quedaba por hacer. Wen no habia tardado en ofrecer su presente a la náyade y Nia lo habia aceptado de buen grado. La piel de serpiente sin duda era un objeto bastante común en la alquimia y dependiendo de la serpiente en cuestion tenia propiedades muy útiles. Como poco despues habian llegado los demás, no hubo mucho tiempo entre que Noel tambien la llevase a un aparte para excusarse por no haber estado ayer.
-No te preocupes hombre.-dijo con una sonrisa cordial.-Lo importante es que estas ahora y has venido con ganas de ayudar.-
Recibio además las recetas del draco con sorpresa, pues todavia quedaba pendiente lo que habian pactado del intercambio de platos. Nia se dio cuenta que no habia avanzado mucho con sus habilidades culinarias y solo sabia hacer bizcochos de la tierra asi que sin duda le vendrian de perlas para expandir sus conocimientos. Antes de volver con los demás, Noel hizo lo mismo que Adara y le explicó que tendria que aprender a negarse de vez en cuando. Nia al principio se limitó a mirar hacia un lado y encogerse de hombros. Era obvio que no podria. Era demasiado débil como para hacerse responsable de la muerte de inocentes. Y porque sabia que era tan débil, no pudo decirle si quiera que lo intentaria, pero aun asi no queria parecer una irrespetuosa y lo dejó en unas pocas palabras.
-Espero no tener que afrontar otra situación así...-
El draco marchó con los demás que pronto ocuparon sus puestos y se pusieron a trabajar. Los frivy's se encargaron exclusivamente de la preparación del huerto y en apilar los escombros, desechos y basuras en el patio. La ulterana les dirigia como bien podia, si bien el caracter ocioso y libertino de los frivy's los hacia bastante dificiles como empleados de mano de obra, la ulterana no habia tardado en hacerse respetar en tan solo un día con ella y tan pronto como levantase la voz un poco la obedecian. Odiaba tener que hacerse notar de esa forma, pero el hecho de que fuera más pequeña (y joven) que ellos no le ayudaba precisamente. Uno del los frivy's habia demostrado una especial atracción al trabajo sobre las especies de fauna de Nia y ella muy orgullosa habia compartido sus conocimientos con él. Sentia una especial atracción ante la salamandra-piraña que ahora habitaba una triste jaula en la trastienda, explorando la oscuridad con sus ciegos y vacios ojos. Esto le habia causado varios comentarios por parte de los otros tres frivy's que no habian tardado en catalogarle de raro, o por lo menos eso era lo que le habia parecido a Nia. Sabia que aun tendria que estudiar mucho de su cultura para poder comprenderles del todo.
Ante la mención de la revista, Gael se sintio bastante incrédulo de como era su sociedad y le parecia apasionante la idea de visitarles. Nia sin embargo, no compartia su pensamiento. Una horda de frivy's podria acabar con sus nervios fácilmente de un día para otro, no queria pensar lo que seria ir a conocer en persona a toda una sociedad de ellos. Suspiró mientras escuchaba por encima la conversación sobre el aprendizaje de runas. Pasó flotando al lado del grupito reunido frente Adara y finalmente puso sus dos centavos.
-El aprender runas no es fácil... Yo por ejemplo conozco dos o tres cosillas pero todavia no controlo mucho el tema. Si vais a organizar clases durante los entrenamientos mañaneros que teneis, no dudeis en apuntarme ¿vale?-comentó y pasó a hacer otra cosa. Esta vez habian terminado bastante pronto y todo lo que quedaba por hacer era cosa de otro día. La merienda de nuevo se compuso de té y pastas, las últimas mientras sacaba otro bizcocho diferente esta vez. Contempló el patio con un suspiro. Los frivy's charlaban alegremente entre sí, salvo el más joven que era sorprendentemente el más callado. Increiblemente, se habian adaptado más rápido que cualquier cosechado que Nia hubiera visto. Quizás se debia a aquella sensación de seguridad que les causaba el sentirse útiles, el estar trabajando, porque asi pensaban que no serian despachados. Nia meditó unos instantes la forma de intentar quitarles ese sentimiento de miedo hacia ella y sus amigos, pero de nuevo siguio sin respuesta.
-Un invernadero quizás seria bastante útil para cuando lleguen épocas más frias...-pensó algo distraida.
Apoyó su cabeza en su palma mientras continuaba charlando alegremente con todos los demás.
Pronto iban llegando de nuevo. Si seguian viniendo con tanta frecuencia, terminarian con las reformas dentro de nada pero tambien se quedaria sin pastas. Rio por lo bajo ante aquella situación y salio a saludar. Entre los que no habian podido presentarse el día anterior estaban Noel, Wen y Vac. Nia les enseñó con gusto la botica, les contó sobre sus planes de reformas y sobre lo que todavia quedaba por hacer. Wen no habia tardado en ofrecer su presente a la náyade y Nia lo habia aceptado de buen grado. La piel de serpiente sin duda era un objeto bastante común en la alquimia y dependiendo de la serpiente en cuestion tenia propiedades muy útiles. Como poco despues habian llegado los demás, no hubo mucho tiempo entre que Noel tambien la llevase a un aparte para excusarse por no haber estado ayer.
-No te preocupes hombre.-dijo con una sonrisa cordial.-Lo importante es que estas ahora y has venido con ganas de ayudar.-
Recibio además las recetas del draco con sorpresa, pues todavia quedaba pendiente lo que habian pactado del intercambio de platos. Nia se dio cuenta que no habia avanzado mucho con sus habilidades culinarias y solo sabia hacer bizcochos de la tierra asi que sin duda le vendrian de perlas para expandir sus conocimientos. Antes de volver con los demás, Noel hizo lo mismo que Adara y le explicó que tendria que aprender a negarse de vez en cuando. Nia al principio se limitó a mirar hacia un lado y encogerse de hombros. Era obvio que no podria. Era demasiado débil como para hacerse responsable de la muerte de inocentes. Y porque sabia que era tan débil, no pudo decirle si quiera que lo intentaria, pero aun asi no queria parecer una irrespetuosa y lo dejó en unas pocas palabras.
-Espero no tener que afrontar otra situación así...-
El draco marchó con los demás que pronto ocuparon sus puestos y se pusieron a trabajar. Los frivy's se encargaron exclusivamente de la preparación del huerto y en apilar los escombros, desechos y basuras en el patio. La ulterana les dirigia como bien podia, si bien el caracter ocioso y libertino de los frivy's los hacia bastante dificiles como empleados de mano de obra, la ulterana no habia tardado en hacerse respetar en tan solo un día con ella y tan pronto como levantase la voz un poco la obedecian. Odiaba tener que hacerse notar de esa forma, pero el hecho de que fuera más pequeña (y joven) que ellos no le ayudaba precisamente. Uno del los frivy's habia demostrado una especial atracción al trabajo sobre las especies de fauna de Nia y ella muy orgullosa habia compartido sus conocimientos con él. Sentia una especial atracción ante la salamandra-piraña que ahora habitaba una triste jaula en la trastienda, explorando la oscuridad con sus ciegos y vacios ojos. Esto le habia causado varios comentarios por parte de los otros tres frivy's que no habian tardado en catalogarle de raro, o por lo menos eso era lo que le habia parecido a Nia. Sabia que aun tendria que estudiar mucho de su cultura para poder comprenderles del todo.
Ante la mención de la revista, Gael se sintio bastante incrédulo de como era su sociedad y le parecia apasionante la idea de visitarles. Nia sin embargo, no compartia su pensamiento. Una horda de frivy's podria acabar con sus nervios fácilmente de un día para otro, no queria pensar lo que seria ir a conocer en persona a toda una sociedad de ellos. Suspiró mientras escuchaba por encima la conversación sobre el aprendizaje de runas. Pasó flotando al lado del grupito reunido frente Adara y finalmente puso sus dos centavos.
-El aprender runas no es fácil... Yo por ejemplo conozco dos o tres cosillas pero todavia no controlo mucho el tema. Si vais a organizar clases durante los entrenamientos mañaneros que teneis, no dudeis en apuntarme ¿vale?-comentó y pasó a hacer otra cosa. Esta vez habian terminado bastante pronto y todo lo que quedaba por hacer era cosa de otro día. La merienda de nuevo se compuso de té y pastas, las últimas mientras sacaba otro bizcocho diferente esta vez. Contempló el patio con un suspiro. Los frivy's charlaban alegremente entre sí, salvo el más joven que era sorprendentemente el más callado. Increiblemente, se habian adaptado más rápido que cualquier cosechado que Nia hubiera visto. Quizás se debia a aquella sensación de seguridad que les causaba el sentirse útiles, el estar trabajando, porque asi pensaban que no serian despachados. Nia meditó unos instantes la forma de intentar quitarles ese sentimiento de miedo hacia ella y sus amigos, pero de nuevo siguio sin respuesta.
-Un invernadero quizás seria bastante útil para cuando lleguen épocas más frias...-pensó algo distraida.
Apoyó su cabeza en su palma mientras continuaba charlando alegremente con todos los demás.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- InvitadoInvitado
Re: Botica de la náyade
21/02/13, 11:53 am
Nasher saltaba de edificio en edificio moviéndose con una agilidad pasmosa, tratando de seguirle el ritmo a la esfera luminosa que flotaba delante de él. Uun hechio de rastreo. Había ido al cuchitril y lo había encontrado completamente vacío. Había mirado en la playa, en serpentaria, había ido al burdel y nada, al final había tenido que usar un hechizo de rastreo para encontrar a Giz, y supuso que los demás estarían bien. La esfera le llevó hasta un edificio ruinoso que olía a polvo removido << Estará en obras...>> pensó. Llamó a la puerta e incapaz de esperar una respuesta empezó a dar gritos
-¡¡GIZ!! ¿GIZ ESTÁS AHI?
Sus escamas pasaban del gris apagado a un rojo encendido a gran velocidad. Estaba muy nervioso, hacía días que tenía un mal presentimiento y no había hecho sino acercentarse. Era una sensación familiar y desagradable, omo un error cometido varias veces, algo que se repite en el tiempo.
-¡Giz, por favor!- volvió a llamar
-¡¡GIZ!! ¿GIZ ESTÁS AHI?
Sus escamas pasaban del gris apagado a un rojo encendido a gran velocidad. Estaba muy nervioso, hacía días que tenía un mal presentimiento y no había hecho sino acercentarse. Era una sensación familiar y desagradable, omo un error cometido varias veces, algo que se repite en el tiempo.
-¡Giz, por favor!- volvió a llamar
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Botica de la náyade
21/02/13, 02:29 pm
Lo de la clase de runas pareció tener cierto éxito, ya se habían apuntado unos cuantos y además Adara estaba dispuesta a enseñarles lo que sabía. Gael le agradeció efusivamente que se prestase a dar aquellas clases, pero además cuando acabaron aquel descanso se acercó a ella para preguntarle por lo que él quería saber en concreto.
-Adara, una cosa... antes de empezar con las clases hay algo en lo que me gustaría que me ayudaras, si no es mucho problema. Es que apenas sé nada de runas y necesito saber qué tengo que escribir para convertir un cristal en una lupa.
Mientras siguieron trabajando, le explicó a la ángel negro qué era lo que quería exactamente y para qué. El tiempo siguió pasando, y atareados como estaban no se dieron cuenta de que alguien se acercaba corriendo al edificio hasta que llamó a la puerta a voces. «¿Nasher? ¿Es la voz de Nasher?». Giz fue el primero en reaccionar, bajando las escaleras rápidamente. Los demás le siguieron, preocupados. Cuando se abrió la puerta al otro lado estaba Nasher, parecía que había dado una buena carrera, y cambiaba de color de forma brusca. Se le notaba nervioso. Giz fue el que le pidió una explicación, los demás simplemente callaron para escuchar.
-Adara, una cosa... antes de empezar con las clases hay algo en lo que me gustaría que me ayudaras, si no es mucho problema. Es que apenas sé nada de runas y necesito saber qué tengo que escribir para convertir un cristal en una lupa.
Mientras siguieron trabajando, le explicó a la ángel negro qué era lo que quería exactamente y para qué. El tiempo siguió pasando, y atareados como estaban no se dieron cuenta de que alguien se acercaba corriendo al edificio hasta que llamó a la puerta a voces. «¿Nasher? ¿Es la voz de Nasher?». Giz fue el primero en reaccionar, bajando las escaleras rápidamente. Los demás le siguieron, preocupados. Cuando se abrió la puerta al otro lado estaba Nasher, parecía que había dado una buena carrera, y cambiaba de color de forma brusca. Se le notaba nervioso. Giz fue el que le pidió una explicación, los demás simplemente callaron para escuchar.
- InvitadoInvitado
Re: Botica de la náyade
21/02/13, 03:01 pm
En cuanto vio a Giz salir Nasher lo sujetó por los hombros, pero se tranquilizó rápidamente y pasó al interior del edificio. Le estaba afectando demasiado, tal vez solo fuera una tontería, o puede que se estuviese preocupando demasiado por alguien con quien tan solo compartía alojamiento << Pero los demás también>>
-Anibal, el guerrero del brazo metálico, creo que es amigo vuestro... Hace días que no lo vemos. No es raro, a veces algunos desaparecemos para entrenar en solitario, Jau suele hacerlo, pero no se ha llevado nada, sus armas siguen en la sala de entrenamiento y hoy cuando trajeron al nuevo personal los mandaron a limpiar su habitación. Se han llevado todo, pero no nos quieren decir qué le ha pasado a Anibal. Es todo muy raro, estoy preocupado y temo...
La ciudad no perdonaba, ni cuando sobrevivías a la primera Luna, ni a la segunda, ni a la tercera... Todavía podías morir, si bajabas la guardia la ciudad aún podía tragarte, todos allí lo sabían. << Nasher, gafe, estás maldito...>>
-Anibal, el guerrero del brazo metálico, creo que es amigo vuestro... Hace días que no lo vemos. No es raro, a veces algunos desaparecemos para entrenar en solitario, Jau suele hacerlo, pero no se ha llevado nada, sus armas siguen en la sala de entrenamiento y hoy cuando trajeron al nuevo personal los mandaron a limpiar su habitación. Se han llevado todo, pero no nos quieren decir qué le ha pasado a Anibal. Es todo muy raro, estoy preocupado y temo...
La ciudad no perdonaba, ni cuando sobrevivías a la primera Luna, ni a la segunda, ni a la tercera... Todavía podías morir, si bajabas la guardia la ciudad aún podía tragarte, todos allí lo sabían. << Nasher, gafe, estás maldito...>>
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
24/02/13, 11:33 pm
Nia
Con un escalofrío en la espalda se dirigio de vuelta a la botica, excusandose para el día. No se encontraba muy bien. El breve contacto que habia experenciado gracias al abismo le habia bastado para toda su vida. No podia evitar pensar en relacionar aquella voz con la de Harm. Con este pensamiento recorrio el aire hasta topar con el edificio verde en la distancia. Disminuyendo la distancia entre ella y el suelo al acercarse, logró identificar a la frivy asomandose por la ventana, como vigilando pero al ver a la niña acercarse se apresuró a esconderse.
Frunciendo el ceño brevemente, no sospechó de la actitud de la anciana. Era bastante reservada en ocasiones. Entró por la puerta y la cerró detrás de si. Vio la estancia de la tienda con la mirada ligeramente extrañada. Alguien habia revuelto algunas de las estanterias y habia muchos productos en el suelo, incluso algunos se habian roto. Se agachó a recoger los cristales con cuidado de no cortarse y entonces se incorporó.
-¿Me puede contar alguien que hace esto así?-inquirio, poniendo su mejor tono autoritario.
No hubo respuesta.
-¿Hola?-exclamó, asomandose por la escalera. De nuevo, se quedó sin respuesta. Se propuso subir las escaleras y comprobar la misteriosa desaparición de los frivy's pero escuchó un ruido de fondo. Un ruido demasiado familiar como para no reconocerlo. Flotó rápidamente hacia la puerta de la trastienda y la abrió de par en par. Con el rostro horrorizado contempló el estado en el que estaba la trastienda.
Sangre negra teñia gran parte de la pared. Las estanterias estaban casi todas derribadas y las cajas esparramadas por el suelo. Incluso su estudio estaba derribado. El rastro de sangre se escurria hacia la escalinata. Una jaula abierta le indicó el causante de aquello. Ahogó un chillido de sorpresa y bajó por la escalinata donde la sangre se estaba concentrando más. En el frio suelo de piedra, el sonido de mandíbulas abrirse y cerrarse retumbaba en la cabeza de Nia.
En una esquina, su salamandra-piraña se festejaba con lo que parecian los restos de carne de un brazo de un frivy. A su lado, el frivy que tanto interés habia demostrado por el trabajo de Nia yacia en dos mitades. Su torso al lado de sus piernas habia sido arrancado de un mordisco seco. Una arcada se asomó en la garganta de Nia y entonces la criatura espió por la esquina de uno de sus ojos. Gruñó amenazadoramente al encontrar con su mirada a su ama. Con las mandibulas teñidas de sangre era incluso más amenazador. Nia se asustó, y ese fallo le costó el liderazgo que habia adquirido sobre la criatura. Viendose libre de la presencia de autoridad de la ulterana, el ser no dudó en lanzarse contra la que segundos antes habia sido su ama.
Nia apuró un hechizo de intangibilidad y la criatura saltó a través de ella. Frustrada y confusa lanzaba dentelladas a la figura intangible de la náyade. Nia no tardó mucho en salir del sótano. Antes de sellar la puerta comprobó como el animal procedia a arrancarle otro brazo al cadaver del frivy mordiendolo con fuerza y sacudiendo la cabeza hasta que este se desprendia del cuerpo. Cerró los ojos y mordiendose el labio, procedio a sellar la puerta detrás de ella. Al carecer de manos útiles, ahi guardaria al animal hasta que se encontrara con fuerzas suficientes para domarlo de nuevo. Apoyada contra la puerta, Nia soltó una gran llorona abranzandose a si misma y en medio de la oscuridad. Finalmente, cuando se calmó salio de nuevo a la tienda con las manos cubiertas de sangre de haber limpiado la trastienda.
Los primeros que le recibieron fueron los tres frivy's, dispuestos en fila india, asomandose desde el rellano de la escalera que llevaba a sus cuartos. Alguno de ellos ya habia recogido el desorden que habia pasado en la tienda. Muy pausadamente y clavando su mirada en ellos, Nia habló. Sus palabras estaban cargadas de pena y furia.
-¿Qué... ¿Qué diablos ha pasado mientras estaba yo fuera?-
Las manos le temblaban. Las escondio detrás de la espalda pero se dio cuenta que no solo sus manos sino su cuerpo entero temblaba, por la adrenalina y miedo concentrados del día.
El frivy más viejo dio un paso adelante y con miedo en su voz procedio a hablar.
-¡Se supervolvio loco!-exclamó, llevandose las manos a la cabeza. La ulterana ladeó la cabeza no entendiendo a que se referia, impaciente. La anciana tomó el relevo entonces.
-¡No decia más que cosas ultrarary's! ¡Lo superjuro por la linea pectoral de Thrasmy's!- la chillona voz de la anciana estaba asustada pero no parecia haber rastro de mentira en ella.
-¿Por qué le abrió la jaula?-musito Nia al poco.
-Queria hiperliberarle para que superfuera feliz de la flonchy'x fuera con los otros monstruos.-dijo el hombre.-Se conoce que superechaba de menos ser libre en Frivo.-
La ulterana se quedó perpleja ante aquella declaración. Los frivy's solo llevaban dos días en rocavarancolia y ya estaban tan afectados de nostalgia. Suspiró. Otra pregunta cruzó la mente de la niña y la expuso.
-¿No intentasteis detenerle?-
Los dos mayores se giraron hacia el más jóven, que todavia no habia dicho nada.
-Yo lo megaintenté con todas mis fuerzas.-se explicó el jóven.-Incluso me hiperrompí una uña forcejeando con él antes de que superentrara ¿ves?-dijo enseñandole la mano con una uña ligeramente partida de la cual asomaba una gotita seca de sangre negruzca. Nia manoteó con la mano, intentando indicarle que le creia pero el chico estaba muy empeñado en hacer que la creyera. Cuando le calmó soltó un largo suspiro. Se sentó en el contador de la tienda y se masajeó las sienes durante un buen rato antes de volver a hablar.
-Estas cosas pasan cuando me desobedeceis... Tomaoslo en broma y volveran a pasar estas atrocidades. A partir de ahora, teneis terminantemente prohibido tocar cualquier utensilio o material de la botica sin mi permiso, ¿entendido?-
Los frivy's asintieron a la vez y Nia los mandó de vuelta a los dormitorios salvo al más joven al cual instó que se quedara para que le curase la uña. Tras lavarse las manos y con el paso de unos minutos después, la uña lucia como si nunca se hubiera partido. El asombrado frivy contemplaba el dorso de su mano felizmente mientras la ulterana contemplaba su felicidad, le estudio brevemente antes de volverle a mandar a los dormitorios. El frivy le devolvio a la ulterana un muy decorado agradecimiento y la niña suspiró en respuesta.
Habia sido un dia muy largo. Estaba cansada. Aun sumida en sus pensamientos y sentada al contador de la tienda, cruzó sus brazos sobre este y enterró la cabeza entre ellos. Cerró los ojos y dejó la mente vagar antes de sumirse en un estado dormitante.
Con un escalofrío en la espalda se dirigio de vuelta a la botica, excusandose para el día. No se encontraba muy bien. El breve contacto que habia experenciado gracias al abismo le habia bastado para toda su vida. No podia evitar pensar en relacionar aquella voz con la de Harm. Con este pensamiento recorrio el aire hasta topar con el edificio verde en la distancia. Disminuyendo la distancia entre ella y el suelo al acercarse, logró identificar a la frivy asomandose por la ventana, como vigilando pero al ver a la niña acercarse se apresuró a esconderse.
Frunciendo el ceño brevemente, no sospechó de la actitud de la anciana. Era bastante reservada en ocasiones. Entró por la puerta y la cerró detrás de si. Vio la estancia de la tienda con la mirada ligeramente extrañada. Alguien habia revuelto algunas de las estanterias y habia muchos productos en el suelo, incluso algunos se habian roto. Se agachó a recoger los cristales con cuidado de no cortarse y entonces se incorporó.
-¿Me puede contar alguien que hace esto así?-inquirio, poniendo su mejor tono autoritario.
No hubo respuesta.
-¿Hola?-exclamó, asomandose por la escalera. De nuevo, se quedó sin respuesta. Se propuso subir las escaleras y comprobar la misteriosa desaparición de los frivy's pero escuchó un ruido de fondo. Un ruido demasiado familiar como para no reconocerlo. Flotó rápidamente hacia la puerta de la trastienda y la abrió de par en par. Con el rostro horrorizado contempló el estado en el que estaba la trastienda.
Sangre negra teñia gran parte de la pared. Las estanterias estaban casi todas derribadas y las cajas esparramadas por el suelo. Incluso su estudio estaba derribado. El rastro de sangre se escurria hacia la escalinata. Una jaula abierta le indicó el causante de aquello. Ahogó un chillido de sorpresa y bajó por la escalinata donde la sangre se estaba concentrando más. En el frio suelo de piedra, el sonido de mandíbulas abrirse y cerrarse retumbaba en la cabeza de Nia.
En una esquina, su salamandra-piraña se festejaba con lo que parecian los restos de carne de un brazo de un frivy. A su lado, el frivy que tanto interés habia demostrado por el trabajo de Nia yacia en dos mitades. Su torso al lado de sus piernas habia sido arrancado de un mordisco seco. Una arcada se asomó en la garganta de Nia y entonces la criatura espió por la esquina de uno de sus ojos. Gruñó amenazadoramente al encontrar con su mirada a su ama. Con las mandibulas teñidas de sangre era incluso más amenazador. Nia se asustó, y ese fallo le costó el liderazgo que habia adquirido sobre la criatura. Viendose libre de la presencia de autoridad de la ulterana, el ser no dudó en lanzarse contra la que segundos antes habia sido su ama.
Nia apuró un hechizo de intangibilidad y la criatura saltó a través de ella. Frustrada y confusa lanzaba dentelladas a la figura intangible de la náyade. Nia no tardó mucho en salir del sótano. Antes de sellar la puerta comprobó como el animal procedia a arrancarle otro brazo al cadaver del frivy mordiendolo con fuerza y sacudiendo la cabeza hasta que este se desprendia del cuerpo. Cerró los ojos y mordiendose el labio, procedio a sellar la puerta detrás de ella. Al carecer de manos útiles, ahi guardaria al animal hasta que se encontrara con fuerzas suficientes para domarlo de nuevo. Apoyada contra la puerta, Nia soltó una gran llorona abranzandose a si misma y en medio de la oscuridad. Finalmente, cuando se calmó salio de nuevo a la tienda con las manos cubiertas de sangre de haber limpiado la trastienda.
Los primeros que le recibieron fueron los tres frivy's, dispuestos en fila india, asomandose desde el rellano de la escalera que llevaba a sus cuartos. Alguno de ellos ya habia recogido el desorden que habia pasado en la tienda. Muy pausadamente y clavando su mirada en ellos, Nia habló. Sus palabras estaban cargadas de pena y furia.
-¿Qué... ¿Qué diablos ha pasado mientras estaba yo fuera?-
Las manos le temblaban. Las escondio detrás de la espalda pero se dio cuenta que no solo sus manos sino su cuerpo entero temblaba, por la adrenalina y miedo concentrados del día.
El frivy más viejo dio un paso adelante y con miedo en su voz procedio a hablar.
-¡Se supervolvio loco!-exclamó, llevandose las manos a la cabeza. La ulterana ladeó la cabeza no entendiendo a que se referia, impaciente. La anciana tomó el relevo entonces.
-¡No decia más que cosas ultrarary's! ¡Lo superjuro por la linea pectoral de Thrasmy's!- la chillona voz de la anciana estaba asustada pero no parecia haber rastro de mentira en ella.
-¿Por qué le abrió la jaula?-musito Nia al poco.
-Queria hiperliberarle para que superfuera feliz de la flonchy'x fuera con los otros monstruos.-dijo el hombre.-Se conoce que superechaba de menos ser libre en Frivo.-
La ulterana se quedó perpleja ante aquella declaración. Los frivy's solo llevaban dos días en rocavarancolia y ya estaban tan afectados de nostalgia. Suspiró. Otra pregunta cruzó la mente de la niña y la expuso.
-¿No intentasteis detenerle?-
Los dos mayores se giraron hacia el más jóven, que todavia no habia dicho nada.
-Yo lo megaintenté con todas mis fuerzas.-se explicó el jóven.-Incluso me hiperrompí una uña forcejeando con él antes de que superentrara ¿ves?-dijo enseñandole la mano con una uña ligeramente partida de la cual asomaba una gotita seca de sangre negruzca. Nia manoteó con la mano, intentando indicarle que le creia pero el chico estaba muy empeñado en hacer que la creyera. Cuando le calmó soltó un largo suspiro. Se sentó en el contador de la tienda y se masajeó las sienes durante un buen rato antes de volver a hablar.
-Estas cosas pasan cuando me desobedeceis... Tomaoslo en broma y volveran a pasar estas atrocidades. A partir de ahora, teneis terminantemente prohibido tocar cualquier utensilio o material de la botica sin mi permiso, ¿entendido?-
Los frivy's asintieron a la vez y Nia los mandó de vuelta a los dormitorios salvo al más joven al cual instó que se quedara para que le curase la uña. Tras lavarse las manos y con el paso de unos minutos después, la uña lucia como si nunca se hubiera partido. El asombrado frivy contemplaba el dorso de su mano felizmente mientras la ulterana contemplaba su felicidad, le estudio brevemente antes de volverle a mandar a los dormitorios. El frivy le devolvio a la ulterana un muy decorado agradecimiento y la niña suspiró en respuesta.
Habia sido un dia muy largo. Estaba cansada. Aun sumida en sus pensamientos y sentada al contador de la tienda, cruzó sus brazos sobre este y enterró la cabeza entre ellos. Cerró los ojos y dejó la mente vagar antes de sumirse en un estado dormitante.
す 争 基 ま
べ は づ す
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べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
28/02/13, 04:26 pm
Toima, Tania y Nia
Tanto el ulterano como la nublina no dijeron mucho de camino al burdel o al burdel mismo. Mientras que Toima aun así mantuvo la comunicación mediante gestos y gruñidos, siempre intentando formular palabras que no le salian, Tania permaneció relativamente callada y apegada a Toima. Esa habia sido la primera vez que habia pasado tanto miedo por culpa de la magia y aún estaba conmocionada.
Se despidieron y sin más dilación acordaron acercarse a ver que tal estaba Nia, pues se habia marchado deprisa y corriendo y no sabian si se encontraba bien o no. Toima prefirió no pelearse con nadie y aceptar el hecho de que volvian a la botica, ya que el lugar le desagradaba por los malos recuerdos que tenia de aquella noche que pasó con la niña.
Llamaron a la puerta. No hubo respuesta. Llamaron otra vez y de nuevo sin respuesta. Se comenzaron a preocupar. Toima fruncio los labios y se adelantó. Aporreó la verde puerta con todas sus fuerzas mientras gritaba.
-¡Nia! ¡Abre! ¡Somos nosotros!-no se dio por vencido y aporreó un poco más.-¡Bruja loca abrenos!-
Una débil voz respondio al otro lado de la puerta, casi inaudible.
-Esta abierta.-
El ulterano se sintió un poco estúpido y alcanzó al pomo de la puerta y lo abrió sin más dilación. La tienda estaba desierta. No se oian a los frivy's por ningun lado. La figura solitaria de la ulterana abatida sobre el contador de la tienda era la única presencia a la vista. Jugueteaba entre sus dedos con dos frasquitos diminutos, del tamaño de una uña. Uno de ellos contenia un insecto, una especie de mosquito sumergido en algo que recordaba el formol, inmortalizandolo y el otro tenia un líquidillo color oliva brillante. Se aceraron al contador y la ulterana levantó la vista un momento para mirarles antes de volver a su especie de juego del ratón y el gato con los dos frasquitos. Tania rompio el silencio.
-Nia... ¿Estás bien?-preguntó, vacilando.
La ulterana se aclaró la voz y habló, no respondiendo a la pregunta de la nublina.
-Esta ciudad...-cambió de tema de pronto. Pasó a explicar el contenido de los frasquitos.- Este...-refiriendose al del mosquito.-...se trata de una de las especies más venenosas de insectos que habitan en la ciudad. Su picadura puede matar en el curso de tres minutos si no se tiene el antídoto adecuado. Su veneno hincha las arterias hasta que el corazón no puede aguantar más y falla, causando la muerte.-soltó una breve risilla que bien parecio forzada.-Es gracioso, por que le apodan el "rompecorazones".-alzó entonces el otro frasquito, conteniendo el liquido oliva.-Y este es el antídoto que le vuelve poco más que una mosca que deja una marca muy fea.-
Alzó la vista al grupo, mostrando bien su cara. Las señales de que habia llorado eran evidentes y no se molestó en esconderlas o bien porque no sabia que se notaria tanto o bien porque ya ni le importaba.
-Me estaba preguntando si, al igual que hay un antídoto para esta muerte, habria un antídoto para toda la muerte que causa la ciudad... Por ejemplo, para Anibal... un antidoto que le hiciera flotar le hubiera salvado... a las brujas escindidas, un antidoto que les hubiera hecho quererse en vez de odiarse las hubiera salvado... a Harm le hubiera salvado un cuerpo vacio que poder controlarlo y no un trozo de carne inutil que le rechazaba...-estaba al borde de volver a llorar.
Toima en ese momento se dio cuenta de algo. Como era costumbre en él, al entrar en un edificio escaneaba de arriba abajo todo lo que sus ojos podian captar. Detectó a tres de los frivy's en el piso de arriba. Pero lo que le llamó la atención fue el detectar a aquella criatura sobre el cuerpo inmovil (y despedazado) del cuarto y último frivy. La ulterana detectó la intranquilidad del ulterano y se refirió a él cuando volvio a hablar.
-Él ya se ha dado cuenta...-dijo señalandole sin muchas fuerzas.-En esta ciudad no hay acción bondadosa o espiritu caritativo que valga... la muerte siempre vuelve a llamar...-
Entonces la niña se volvio a enterrar entre sus brazos y ya, claramente, lloraba.
El ulterano vaciló un momento antes de girarse al pequeño grupo que le acompañaba y contarles lo que veia. Tania ahogó un grito.
Tanto el ulterano como la nublina no dijeron mucho de camino al burdel o al burdel mismo. Mientras que Toima aun así mantuvo la comunicación mediante gestos y gruñidos, siempre intentando formular palabras que no le salian, Tania permaneció relativamente callada y apegada a Toima. Esa habia sido la primera vez que habia pasado tanto miedo por culpa de la magia y aún estaba conmocionada.
Se despidieron y sin más dilación acordaron acercarse a ver que tal estaba Nia, pues se habia marchado deprisa y corriendo y no sabian si se encontraba bien o no. Toima prefirió no pelearse con nadie y aceptar el hecho de que volvian a la botica, ya que el lugar le desagradaba por los malos recuerdos que tenia de aquella noche que pasó con la niña.
Llamaron a la puerta. No hubo respuesta. Llamaron otra vez y de nuevo sin respuesta. Se comenzaron a preocupar. Toima fruncio los labios y se adelantó. Aporreó la verde puerta con todas sus fuerzas mientras gritaba.
-¡Nia! ¡Abre! ¡Somos nosotros!-no se dio por vencido y aporreó un poco más.-¡Bruja loca abrenos!-
Una débil voz respondio al otro lado de la puerta, casi inaudible.
-Esta abierta.-
El ulterano se sintió un poco estúpido y alcanzó al pomo de la puerta y lo abrió sin más dilación. La tienda estaba desierta. No se oian a los frivy's por ningun lado. La figura solitaria de la ulterana abatida sobre el contador de la tienda era la única presencia a la vista. Jugueteaba entre sus dedos con dos frasquitos diminutos, del tamaño de una uña. Uno de ellos contenia un insecto, una especie de mosquito sumergido en algo que recordaba el formol, inmortalizandolo y el otro tenia un líquidillo color oliva brillante. Se aceraron al contador y la ulterana levantó la vista un momento para mirarles antes de volver a su especie de juego del ratón y el gato con los dos frasquitos. Tania rompio el silencio.
-Nia... ¿Estás bien?-preguntó, vacilando.
La ulterana se aclaró la voz y habló, no respondiendo a la pregunta de la nublina.
-Esta ciudad...-cambió de tema de pronto. Pasó a explicar el contenido de los frasquitos.- Este...-refiriendose al del mosquito.-...se trata de una de las especies más venenosas de insectos que habitan en la ciudad. Su picadura puede matar en el curso de tres minutos si no se tiene el antídoto adecuado. Su veneno hincha las arterias hasta que el corazón no puede aguantar más y falla, causando la muerte.-soltó una breve risilla que bien parecio forzada.-Es gracioso, por que le apodan el "rompecorazones".-alzó entonces el otro frasquito, conteniendo el liquido oliva.-Y este es el antídoto que le vuelve poco más que una mosca que deja una marca muy fea.-
Alzó la vista al grupo, mostrando bien su cara. Las señales de que habia llorado eran evidentes y no se molestó en esconderlas o bien porque no sabia que se notaria tanto o bien porque ya ni le importaba.
-Me estaba preguntando si, al igual que hay un antídoto para esta muerte, habria un antídoto para toda la muerte que causa la ciudad... Por ejemplo, para Anibal... un antidoto que le hiciera flotar le hubiera salvado... a las brujas escindidas, un antidoto que les hubiera hecho quererse en vez de odiarse las hubiera salvado... a Harm le hubiera salvado un cuerpo vacio que poder controlarlo y no un trozo de carne inutil que le rechazaba...-estaba al borde de volver a llorar.
Toima en ese momento se dio cuenta de algo. Como era costumbre en él, al entrar en un edificio escaneaba de arriba abajo todo lo que sus ojos podian captar. Detectó a tres de los frivy's en el piso de arriba. Pero lo que le llamó la atención fue el detectar a aquella criatura sobre el cuerpo inmovil (y despedazado) del cuarto y último frivy. La ulterana detectó la intranquilidad del ulterano y se refirió a él cuando volvio a hablar.
-Él ya se ha dado cuenta...-dijo señalandole sin muchas fuerzas.-En esta ciudad no hay acción bondadosa o espiritu caritativo que valga... la muerte siempre vuelve a llamar...-
Entonces la niña se volvio a enterrar entre sus brazos y ya, claramente, lloraba.
El ulterano vaciló un momento antes de girarse al pequeño grupo que le acompañaba y contarles lo que veia. Tania ahogó un grito.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
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戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Botica de la náyade
28/02/13, 05:58 pm
Llegaron enseguida a la botica y fue Toima el que se adelantó para llamar a la puerta. Al principio no hubo respuesta, y Gael sospechó que Nia por algún motivo o no había vuelto o se había marchado de nuevo. Pero eso sería demasiado extraño. Ante la insistencia del ulterano les llegó la voz apagada de la náyade y entraron. Al verle la cara, Gael se preguntó si a ella también le había afectado el abismo del mismo modo que a él. Eludiendo la pregunta de la nublina, Nia sencillamente se puso a explicar cosas que no venían a cuento. El fuego fatuo frunció el ceño hasta que la vio alzar la mirada. Se sintió incómodo entonces al ver los restos de lágrimas en sus ojos, y se revolvió apartando la mirada al suelo. La sangre se le agolpaba en los oídos al oír la mención a todos los muertos recientes. Nia habría oído las mismas palabras que los demás en el borde del abismo, de hecho, empezaba a darse cuenta de que probablemente le habían afectado más que a él mismo. Llevaba un rato demasiado largo dándole vueltas en círculos a aquello, y sin embargo oírlo de labios de la náyade le había molestado más. Quizá porque no quería que se sintiera así, quizá porque hacía tiempo que se había dado cuenta de lo que quería creer de verdad aunque siguiese sintiéndose mal por lo que había pasado.
Iba a decir algo, pero la mención de Toima hizo que este se parara a explicar lo que había sentido, lo que había sido de uno de los esclavos. Entonces pudo entender mejor el estado de ánimo de la chica, ¿qué mejor para reafirmar las palabras del abismo que llegar a tu casa y encontrarte a alguien muerto? El enfado de Gael seguía ahí, pero ya no tanto contra sí mismo como contra aquella endemoniada voz. Se adelantó hacia el mostrador en un arrebato y lo golpeó con las dos manos abiertas.
–¡Y una mierda! ¡Estoy harto de toda esa mierda! –apartó la mirada hacia un lado y siguió mascullando–. Estoy harto, harto… como si todo quisiera que nos viniéramos abajo. ¿Pero sabes qué? Seguimos vivos, aquí estamos, y no pienso dedicarme el resto de mi vida a lloriquear o lamentarme–. Irónicamente, sintió como sus ojos se aguaban de nuevo, pero le dio igual. Era frustración, ira. Miró a Nia a los ojos-. Que la vida sea una putada no va a hacer que desfilemos hacia el abismo de marras, ni tampoco que pensemos que la muerte nos espera en cada esquina. Los que se han ido… pues se han ido –comenzó de nuevo en tono más tranquilo–, así que los que quedamos tenemos que pensar en nosotros, no en ellos… y… bueno. Eso. –Cuando terminó de hablar fue bajando la voz hasta que la última palabra fue casi inaudible. Después se cruzó de brazos y agarró fuertemente las mangas de su camiseta, arrugándolas con nerviosismo. «Ya no sé ni lo que digo. Tal vez no debí gritar así…» Se mordió el labio inferior y apartó la mirada.
Iba a decir algo, pero la mención de Toima hizo que este se parara a explicar lo que había sentido, lo que había sido de uno de los esclavos. Entonces pudo entender mejor el estado de ánimo de la chica, ¿qué mejor para reafirmar las palabras del abismo que llegar a tu casa y encontrarte a alguien muerto? El enfado de Gael seguía ahí, pero ya no tanto contra sí mismo como contra aquella endemoniada voz. Se adelantó hacia el mostrador en un arrebato y lo golpeó con las dos manos abiertas.
–¡Y una mierda! ¡Estoy harto de toda esa mierda! –apartó la mirada hacia un lado y siguió mascullando–. Estoy harto, harto… como si todo quisiera que nos viniéramos abajo. ¿Pero sabes qué? Seguimos vivos, aquí estamos, y no pienso dedicarme el resto de mi vida a lloriquear o lamentarme–. Irónicamente, sintió como sus ojos se aguaban de nuevo, pero le dio igual. Era frustración, ira. Miró a Nia a los ojos-. Que la vida sea una putada no va a hacer que desfilemos hacia el abismo de marras, ni tampoco que pensemos que la muerte nos espera en cada esquina. Los que se han ido… pues se han ido –comenzó de nuevo en tono más tranquilo–, así que los que quedamos tenemos que pensar en nosotros, no en ellos… y… bueno. Eso. –Cuando terminó de hablar fue bajando la voz hasta que la última palabra fue casi inaudible. Después se cruzó de brazos y agarró fuertemente las mangas de su camiseta, arrugándolas con nerviosismo. «Ya no sé ni lo que digo. Tal vez no debí gritar así…» Se mordió el labio inferior y apartó la mirada.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Botica de la náyade
28/02/13, 06:47 pm
Al draco no le sorprendió encontrarse a Nia cabizbaja y desanimada, pero cuando la ulterana empezó a hablar la miró sin comprender al principio por qué les estaba hablando de aquello. El primer pensamiento de que se trataba simplemente de alguna forma de mantener ocupada su cabeza con otra cosa, pronto fue deshechado según la niña seguía hablando. Noel permaneció clavado en el suelo sin decir nada hasta el final, hasta que hizo alusión a algo que al parecer Toima había descubierto gracias a sus habilidades como argos. Cuando el ulterano se lo contó, Noel lo miró durante unos segundos sin cambiar de expresión. Ahora sí entendía por completo el estado de ánimo de la náyade. Suspiró mentalmente ante la situación. Dos noticias de muerte en el mismo día no eran agradables para nadie, aunque el draco no pudo evitar sentirse un tanto indiferente ante la muerte del frivy. Realmente lo que más le preocupaba de ello era como había afectado a su amiga. No se planteó en ese momento si estaba siendo cruel o insensible, lo cierto era que le daba igual. Empezaba a estar muy cansado de salir de una y meterse en otra, cosa que los últimos días parecía ser una norma no escrita.
Estaba decidido a romper el silencio cuando fue el fuego fatuo el que habló. Pudo identificarse fácilmente con aquel arrebato, él mismo se había sentido de esa forma tantas veces que ya no las podía contar. Por ello una leve sonrisa de comprensión asomó en su rostro mientras escuchaba a Gael. Cuando el nigromante terminó de hablar, se acercó también al mostrador, pero al contrario que su amigo lo hizo con calma, y habló también del mismo modo, sin alterarse.
-No sé que habréis oído allí, pero sé lo que oí yo en su momento. Escuché verdades y mentiras a partes iguales. Y nociones erróneas al igual que otras eran ciertas. Pero en lo esencial se equivocaba. Porque apela al deseo de morir que podamos tener en nuestro interior. Y si alguno de vosotros quiere morir que lo diga ahora mismo -sus últimas palabras sonaron duras y su expresión no evidenciaba rastro alguno de ironía o burla, sólo una calma que podría resultar casi fría para quien lo oyese-. Haz caso a Gael -le dijo a Nia mientras le ponía una garra sobre el hombro-. No puedes salvar a todo el mundo, pero eso no es algo exclusivo de esta ciudad ni mucho menos. De otra manera, con otras motivaciones, tal vez no tan de cerca como lo estamos viviendo aquí... Pero la muerte y la desesperación están en todas partes. Es tarea de uno el saber sobreponerse. Y si no puedes solo, para eso está la gente que te rodea. Ahora formamos parte de esta ciudad y eso ya no lo podemos cambiar. Tenemos que aceptarlo con todo lo que ello conlleva, especialmente sabiendo que si no eres capaz de adaptarte entonces es cuando verdaderamente estás perdido -hizo una pausa en su discurso para sentarse sobre el mostrador y cruzarse de brazos antes de elvar la vista de nuevo y volver a hablar-. Yo no pienso abandonar y espero que ninguno de vosotros lo haga. Sigamos adelante -finalizó mirando primero a Gael, ya que se había hecho eco de sus palabras y luego esbozando una sonrisa.
Estaba decidido a romper el silencio cuando fue el fuego fatuo el que habló. Pudo identificarse fácilmente con aquel arrebato, él mismo se había sentido de esa forma tantas veces que ya no las podía contar. Por ello una leve sonrisa de comprensión asomó en su rostro mientras escuchaba a Gael. Cuando el nigromante terminó de hablar, se acercó también al mostrador, pero al contrario que su amigo lo hizo con calma, y habló también del mismo modo, sin alterarse.
-No sé que habréis oído allí, pero sé lo que oí yo en su momento. Escuché verdades y mentiras a partes iguales. Y nociones erróneas al igual que otras eran ciertas. Pero en lo esencial se equivocaba. Porque apela al deseo de morir que podamos tener en nuestro interior. Y si alguno de vosotros quiere morir que lo diga ahora mismo -sus últimas palabras sonaron duras y su expresión no evidenciaba rastro alguno de ironía o burla, sólo una calma que podría resultar casi fría para quien lo oyese-. Haz caso a Gael -le dijo a Nia mientras le ponía una garra sobre el hombro-. No puedes salvar a todo el mundo, pero eso no es algo exclusivo de esta ciudad ni mucho menos. De otra manera, con otras motivaciones, tal vez no tan de cerca como lo estamos viviendo aquí... Pero la muerte y la desesperación están en todas partes. Es tarea de uno el saber sobreponerse. Y si no puedes solo, para eso está la gente que te rodea. Ahora formamos parte de esta ciudad y eso ya no lo podemos cambiar. Tenemos que aceptarlo con todo lo que ello conlleva, especialmente sabiendo que si no eres capaz de adaptarte entonces es cuando verdaderamente estás perdido -hizo una pausa en su discurso para sentarse sobre el mostrador y cruzarse de brazos antes de elvar la vista de nuevo y volver a hablar-. Yo no pienso abandonar y espero que ninguno de vosotros lo haga. Sigamos adelante -finalizó mirando primero a Gael, ya que se había hecho eco de sus palabras y luego esbozando una sonrisa.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
02/03/13, 07:35 pm
Nia, Toima y Tania
El ulterano, ante el discurso del fuego fatuo se puso en tensión y secundandole, se unió a los otros tres que intentaron animar a la niña. Se sentia plenamente estúpido ya que las palabras no le venian tan rápido con las acciones.
-Yo antes solo pensaba en el momento que me llegaria la hora.-comenzó diciendo.-Pero luego... esta ciudad me cambio... creo yo que para mejor y... aunque pasen estas cosas horrendas más de lo a que cualquiera le gustaria, es la ciudad donde viven mis seres queridos y por nada del mundo me querria ir de aqui.-un ligero color aparecio en la pálida cara de Toima antes de que se girarse en redondo y callarse, sintiendo lo que algunos llamarian verguenza por primera vez.
Ante aquella acción unísona por parte de los cuatro, Nia se quedó congelada. Si bien eran la dureza de sus palabras o las realidades que describian. Todos esperaban una reacción o una respuesta y Nia miró al lado. Se limpio las lagrimillas y tomó un aliento hondo antes de contestar.
-Si, la ciudad es igual de oscura, no importa las acciones de sus ciudadanos. Si. La muerte acecha a cada esquina de ella. Pero...-se sujetó el brazo, como nerviosa.-Hay noches que me paso sin dormir... Pensando... Pensando que hubiera sido de si estas... victimas de la ciudad siguieran entre nosotros.-suspiró y continuó hablando.-No quiero perder a nadie más.-la sala se quedó en silencio.
Aunque la niña no lo expresara con palabras, sin duda, los monologos que sus amigos presentes se habian marcado, habian logrado pasar algo de su entusiasmo a ella y, aunque tendria que pensar muchas cosas todavia habia decidido no tomarselo tan mal por si volvia a suceder. Seguira honrando a los muertos y guardandoles respeto y luto, pero no dejaria que eso fuera todo de ella. Ya no podia dejarse caer. Toima preguntó si necesitaria ayuda con la bestia suelta en su sótano pero la ulterana rechazó la ayuda alegando que ella podria, tras tomarse un descanso.
El ulterano, ante el discurso del fuego fatuo se puso en tensión y secundandole, se unió a los otros tres que intentaron animar a la niña. Se sentia plenamente estúpido ya que las palabras no le venian tan rápido con las acciones.
-Yo antes solo pensaba en el momento que me llegaria la hora.-comenzó diciendo.-Pero luego... esta ciudad me cambio... creo yo que para mejor y... aunque pasen estas cosas horrendas más de lo a que cualquiera le gustaria, es la ciudad donde viven mis seres queridos y por nada del mundo me querria ir de aqui.-un ligero color aparecio en la pálida cara de Toima antes de que se girarse en redondo y callarse, sintiendo lo que algunos llamarian verguenza por primera vez.
Ante aquella acción unísona por parte de los cuatro, Nia se quedó congelada. Si bien eran la dureza de sus palabras o las realidades que describian. Todos esperaban una reacción o una respuesta y Nia miró al lado. Se limpio las lagrimillas y tomó un aliento hondo antes de contestar.
-Si, la ciudad es igual de oscura, no importa las acciones de sus ciudadanos. Si. La muerte acecha a cada esquina de ella. Pero...-se sujetó el brazo, como nerviosa.-Hay noches que me paso sin dormir... Pensando... Pensando que hubiera sido de si estas... victimas de la ciudad siguieran entre nosotros.-suspiró y continuó hablando.-No quiero perder a nadie más.-la sala se quedó en silencio.
Aunque la niña no lo expresara con palabras, sin duda, los monologos que sus amigos presentes se habian marcado, habian logrado pasar algo de su entusiasmo a ella y, aunque tendria que pensar muchas cosas todavia habia decidido no tomarselo tan mal por si volvia a suceder. Seguira honrando a los muertos y guardandoles respeto y luto, pero no dejaria que eso fuera todo de ella. Ya no podia dejarse caer. Toima preguntó si necesitaria ayuda con la bestia suelta en su sótano pero la ulterana rechazó la ayuda alegando que ella podria, tras tomarse un descanso.
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べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Botica de la náyade
03/03/13, 03:24 am
La ayuda por parte de Noel no se hizo esperar. Agradeció que alguien retomase la palabra después de que él se callase, porque no tenía claro qué más decir después de aquel arrebato. Decir en voz alta lo que pensaba le había servido un poco para darse ánimo y dejar de pensar en lo sucedido. Sorprendentemente, incluso Toima habló después de Noel, y lo que dijo fue bastante inusual en él, aunque también cierto. Gael sonrió tímidamente al escuchar todas las palabras de apoyo para la náyade. Incluso si él también la había tratado de animar, también le hacían mucha falta aquellas palabras. Después de que Nia volviese a hablar se hizo un instante el silencio y Gael decidió abrir la boca de nuevo.
–Como sea… no pensamos irnos tan fácilmente de este mundo. –Echó una mirada a los demás-. Aquí nadie piensa morirse sin pelear, así que… –Suspiró. No sabía muy bien qué decir–. Mira, no te hundas cada vez que pase algo malo. Si necesitas compañía la puerta del cuchitril está siempre abierta para ti, pero no te comas la cabeza.
Después, cuando Toima preguntó si necesitaba ayuda con la criatura que había atacado al esclavo, Gael pensó que aunque pudiera controlar al animal no sería nada agradable para ella recoger el cuerpo despedazado. «Por poco tiempo que lleve aquí, hurgar en los pedazos de un conocido no va a ser nada fácil».
-Escucha, si quieres me quedo a ayudarte a recoger el cadáver y limpiar. A mí no me importa –se ofreció. Quería resultar de alguna ayuda y de paso asegurarse de que Nia se sentía mejor, pero además quizá podría reutilizar alguna parte del cuerpo, dependiendo de su estado. Por otro lado, quería echarle un vistazo a la criatura que había hecho aquello. No se fiaba ni un pelo de que viviera con todos dentro de la botica.
–Como sea… no pensamos irnos tan fácilmente de este mundo. –Echó una mirada a los demás-. Aquí nadie piensa morirse sin pelear, así que… –Suspiró. No sabía muy bien qué decir–. Mira, no te hundas cada vez que pase algo malo. Si necesitas compañía la puerta del cuchitril está siempre abierta para ti, pero no te comas la cabeza.
Después, cuando Toima preguntó si necesitaba ayuda con la criatura que había atacado al esclavo, Gael pensó que aunque pudiera controlar al animal no sería nada agradable para ella recoger el cuerpo despedazado. «Por poco tiempo que lleve aquí, hurgar en los pedazos de un conocido no va a ser nada fácil».
-Escucha, si quieres me quedo a ayudarte a recoger el cadáver y limpiar. A mí no me importa –se ofreció. Quería resultar de alguna ayuda y de paso asegurarse de que Nia se sentía mejor, pero además quizá podría reutilizar alguna parte del cuerpo, dependiendo de su estado. Por otro lado, quería echarle un vistazo a la criatura que había hecho aquello. No se fiaba ni un pelo de que viviera con todos dentro de la botica.
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Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
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Re: Botica de la náyade
03/03/13, 05:18 pm
El draco sonrió escuchando las intervenciones de sus amigos; incluso Toima interviene aportando su propio grano de arena. A Noel no se le escapó la muestra de incomodidad del argos producida sin duda por haber dicho algo impropio de él y lo miró mientras él se daba la vuelta con expresión divertida.
<<Parece mentira que este sea el mismo "señor káiser" que aquel al que Giz y yo amenazamos la primera vez que lo vimos en Maciel. Aunque sin duda lo mismo se puede decir de mí...>>. El pensamiento provoca que el sueco se quede ensimismado durante unos minutos, ajeno a lo que le rodeaba, escuchando vagamente como si de una melodía ambiental se tratase las palabras de sus amigos. En su mente se sucedieron una serie de imágenes en las que se veía durante la criba, recordando como habían muerto algunos de sus compañeros, como él mismo se había encargado de poner fin a la agónica existencia de un muchacho desconocido; pero también buenos momentos en los que se reía junto a Giz, Caillech, Alicia o Ethan. Que diferente era el Noel de aquel entonces al de ahora, y no era precisamente en su apariencia física en lo que estaba pensando... Asintió casi de forma automática cuando Gael le dijo a la náyade que siempre podría contar con ellos y cuando el fuego fatuo cambió de tema para ofrecerse a ayudarle a Nia con el estropicio volvió a la realidad de un plumazo y se sumó al ofrecimiento de Gael sin dudarlo.
Nia explicó que la criatura estaba comiendo y que era mejor no molestarla hasta que hubiese acabado. Un breve intercambio de palabras bastó para que decidieran que esperarían y luego ayudarían a la náyade, al fin y al cabo para eso habían ido, para ayudarla. Mientras esperaban, Noel volvió a preguntarse acerca del estado de Adara. Todavía tendrían que hablar con ella también.. De Nasher ya se estaba encargando Wen. Tendría que contarle a la vouivre más tarde lo que había pasado exactamente en el abismo y sobre la muerte del frivy en la botica. Al pensar en eso recordó el otro motivo por el que habían venido a la casa de la náyade. Le expuso a Nia lo que el vampiro les había dicho, pero para sorpresa del draco la niña afirmó que no necesitaba prescindir de ninguno de los tres frivy's que quedaban. Noel frunció el ceño levemente al oír esto, extrañado y un poco molesto a partes iguales, al fin y al cabo al principio iban a tener que seguir manteniéndolos ellos como pudieran y no les sobraba la comida y mucho menos el dinero. Sin embargo no dijo nada, estaba claro que hubiese sido muy poco apropiado echarle algo como aquello en cara en un momento así. Y después de todo no sólo era culpa suya que tuviese dos frivy's más de los que le correspondían.
Cuando Nia les avisó, se dirigieron al lugar donde tenía encerrada a la criatura. La propia náyade se encargó de lidiar con aquella extraña salamandra piraña que desprendía agresividad. Quedó claro que podía mantenerla bajo control así que el draco no se preocupó mucho más porque la chica tuviera algo así en su despensa. Observó los restos del frivy con desinterés, no es que ver un cadáver fuera algo nuevo para él, especialmente viviendo con un nigromante, y tampoco es que conociese al chico salvo de haberlo visto esa misma tarde de pasada, por lo que únicamente sintió lástima por su destino durante un breve instante. Gael se encargó de llevarse los restos y una vez estuvo todo limpio y en orden, decidieron volver al cuchitril.
Sigue en el Cuchitril.
<<Parece mentira que este sea el mismo "señor káiser" que aquel al que Giz y yo amenazamos la primera vez que lo vimos en Maciel. Aunque sin duda lo mismo se puede decir de mí...>>. El pensamiento provoca que el sueco se quede ensimismado durante unos minutos, ajeno a lo que le rodeaba, escuchando vagamente como si de una melodía ambiental se tratase las palabras de sus amigos. En su mente se sucedieron una serie de imágenes en las que se veía durante la criba, recordando como habían muerto algunos de sus compañeros, como él mismo se había encargado de poner fin a la agónica existencia de un muchacho desconocido; pero también buenos momentos en los que se reía junto a Giz, Caillech, Alicia o Ethan. Que diferente era el Noel de aquel entonces al de ahora, y no era precisamente en su apariencia física en lo que estaba pensando... Asintió casi de forma automática cuando Gael le dijo a la náyade que siempre podría contar con ellos y cuando el fuego fatuo cambió de tema para ofrecerse a ayudarle a Nia con el estropicio volvió a la realidad de un plumazo y se sumó al ofrecimiento de Gael sin dudarlo.
Nia explicó que la criatura estaba comiendo y que era mejor no molestarla hasta que hubiese acabado. Un breve intercambio de palabras bastó para que decidieran que esperarían y luego ayudarían a la náyade, al fin y al cabo para eso habían ido, para ayudarla. Mientras esperaban, Noel volvió a preguntarse acerca del estado de Adara. Todavía tendrían que hablar con ella también.. De Nasher ya se estaba encargando Wen. Tendría que contarle a la vouivre más tarde lo que había pasado exactamente en el abismo y sobre la muerte del frivy en la botica. Al pensar en eso recordó el otro motivo por el que habían venido a la casa de la náyade. Le expuso a Nia lo que el vampiro les había dicho, pero para sorpresa del draco la niña afirmó que no necesitaba prescindir de ninguno de los tres frivy's que quedaban. Noel frunció el ceño levemente al oír esto, extrañado y un poco molesto a partes iguales, al fin y al cabo al principio iban a tener que seguir manteniéndolos ellos como pudieran y no les sobraba la comida y mucho menos el dinero. Sin embargo no dijo nada, estaba claro que hubiese sido muy poco apropiado echarle algo como aquello en cara en un momento así. Y después de todo no sólo era culpa suya que tuviese dos frivy's más de los que le correspondían.
Cuando Nia les avisó, se dirigieron al lugar donde tenía encerrada a la criatura. La propia náyade se encargó de lidiar con aquella extraña salamandra piraña que desprendía agresividad. Quedó claro que podía mantenerla bajo control así que el draco no se preocupó mucho más porque la chica tuviera algo así en su despensa. Observó los restos del frivy con desinterés, no es que ver un cadáver fuera algo nuevo para él, especialmente viviendo con un nigromante, y tampoco es que conociese al chico salvo de haberlo visto esa misma tarde de pasada, por lo que únicamente sintió lástima por su destino durante un breve instante. Gael se encargó de llevarse los restos y una vez estuvo todo limpio y en orden, decidieron volver al cuchitril.
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