Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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Lathspell
Bellota
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Yber
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Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
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Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/02/18, 05:18 pm
Ruth percibió la preocupación de su amigo como un jarrón de agua fría, aunque en el fondo lo entendía. Tendria que haber fragmentado la información y no soltarla todo de golpe.
-Está bien- se calmó, Devoss merecía una explicación- no sé qué clases de demonios se pueden invocar ni a cual tendré acceso yo, eso es lo que quiero averiguar. No te preocupes, no voy a llamar a Azazel ni voy a cortarme nada- se cruzó de brazos, aún en posición defensiva. ¿Era simple sobreprotección la del licántropo? ¿O no le gustaba su naturaleza de demonio después de todo?.
-Gracias- sin embargó acabó con una sonrisa de medio lado, no queria que la conversación terminara con un mal sabor de boca- por querer venir y estar ahí siempre.
-Está bien- se calmó, Devoss merecía una explicación- no sé qué clases de demonios se pueden invocar ni a cual tendré acceso yo, eso es lo que quiero averiguar. No te preocupes, no voy a llamar a Azazel ni voy a cortarme nada- se cruzó de brazos, aún en posición defensiva. ¿Era simple sobreprotección la del licántropo? ¿O no le gustaba su naturaleza de demonio después de todo?.
-Gracias- sin embargó acabó con una sonrisa de medio lado, no queria que la conversación terminara con un mal sabor de boca- por querer venir y estar ahí siempre.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/04/18, 06:02 pm
Los últimos meses para Samika habían sido un constante ajetreo, su afan por seguir con su entrenamiento físico y las pequeñas misiones que había tenido, sin moverse de la ciudad claro esta. Todo eso la había mantenido entretenida por lo que no había podido ponerle la atención deseada a lo de la búsqueda de runas que necesitaba para vestirse o para protegerse. Si había podido hablar con algunos de sus compañeros del ejercito y sabia ya que buscaba, pero quería ser precavida respecto a eso y documentarse bien del asunto y para ello necesitaba que le pintasen las runas al grado que fuese visible para sus ojos y enterarse bien como funcionaban. Sin poder leer, pues aun Lanor estaba trabajando de a poco en su pedido del muñeco, y a expensas de lo que otros le dijeran era un proceso lento. Samika no tenía especial prisa, era mas una cuestión de comodidad, pero dado que iba a lidiar con algo desconocido y que ante todo, no iba a ser claramente visible para sus ojos, prefería tomarse el tiempo de investigarlo bien antes de nada, mas cuando descubrió gracias a su entrenamiento en el ejercito con gente que poseía runas, que su voz no funcionaba con estas, algo que le parecía interesante.
Si que preguntó aun así, en el mercado para ver donde podría encontrar expertos en runas y escucho cosas bastante interesantes, así como el detalle curiosos de que se podía hacer incluso quemando directamente la piel, algo que no le llamó mucho la atención inicialmente, pero que se apuntó ante el caso de no encontrar nadie que pudiera hacerlo con tinta. Porque si algo tenía claro Samika, de lo que había investigado sobre el tema, es que era preferible tatuarse las runas, para tener un efecto de por vida, siempre que se las recargasen; era mejor eso a estar a expensas que aparte de que se las recargaran, encima tuvieran que estar pintandoselas una y otra vez. Sabía que para asuntos de magia debía depender de sus amigos o de compañeros del ejercito, pero para ella era importante imponerse un limite a su propia dependencia de los demás. Y si para eso necesitaba hacerse un tatuaje, algo que nunca le había llamado especialmente la atención, pues total ella no iba a poder admirarlo adecuadamente, pues se lo haría. O lo haría en cuanto tuviese tiempo, dinero ahorrado y alguien adecuado, pues no iba a ir a loco a que le tatuase un desconocido cualquiera sin mas, pues una cosa era ser sociable y otra estúpida.
Sin contar que tenia otras preocupaciones con las que lidiar y que se hicieron especialmente patentes durante sus últimos días y es que a pesar de su horario de trabajo y su horario de sueño, que últimamente mas que hacerle descansar le agotaba aun mas, usaba parte de su tiempo en estar al tanto de sus compañeros. Le gustaba hablar con los habitantes de la sede siempre que podía, ya fuesen sus antiguos compañeros o alguno de los otros que vivían allí, aunque fuese de vez en cuando, charlaba con Rasqa a menudo, también con otros del antiguo Letargo y Ergot y visitaba siempre que podía Serpentaria para ver como le iba al resto. No le agradaba la idea de que por estar en torreones distintos y cada uno en sus cosas, se rompiera la relación por lo que ponía de su parte en seguir manteniendo esta.
Tal vez por eso, aquella ausencia se le hizo evidente desde el primer día, varios días atrás, y ahora se arrepentía un poco de no haberle dado mas importancia. Estaba realmente empezando a preocuparse, aquello definitivamente no era normal. Ya le pareció extraño la primer anoche que notó la ausencia de Ergot en el torreón, siendo que siempre que podían cenaban juntos o charlaban un poco antes de que vespido se durmiera, dado que Samika era nocturna. Pero no le dio importancia suponiendo que tal vez este había decidido dormir con sus compañeros de Serpentaria, ya que la mayoría de su grupo de Maciel se encontraba allá. Al día siguiente no supo de el tampoco, cosa que descubrió en la mañana cuando se dirigió a dormir, dado que había hecho turno nocturno aquella noche. No le dio importancia suponiendo que tal ver Ergot había salido temprano al almacen donde trabajaba, pero ver que esa noche tampoco volvía empezó a escamarle.
Al día siguiente, sin dormir siquiera, se dirigió al lugar del trabajo de su amigo, sintiéndose algo preocupada y también paranoica. Seguro se hacia una bola estúpidamente y Ergot había caído dormido en cualquier calcetín, igual a cuando estaban en Letargo. O al menos eso antes de escuchar de los compañeros que llevaban unos días sin ver al vespido, que aunque pequeño era imposible que pasase desapercibido, inquieto enormemente a Samika. No era posible que Ergot faltase, a pesar de ser un poco cabeza loca era muy diligente y ante todo, no habría estado tantos días sin hablar con nadie o dar señales de vida.
Samika, nerviosa incluso se atrevió a ir donde el árbol de Emmit se encontraba, solo con el fin de preguntarle a la dichosa bruja si había visto a Ergot, consciente que el vespido solía ir a visitar a su antiguo amigo. La respuesta no le agradó nada a Samika que se fue desconfiado aun de las palabras de la mujer y ya impaciente, decidió que solo había una cosa por hacer: avisar a los demás de la ausencia de Ergot, rogando porque en todas sus idas y venidas el repoblador estuviera en Serpentaria y solo fuese una falsa alarma suya.
-·-·-·-·-
Había pedido que se reunieran en la Sede para hablarles, no sin antes pedir permiso en el trabajo para ausentarse aquel día. Sin haber dormido nada desde el día anterior, sumado a la preocupación y la culpabilidad de no haber estado mas atenta, las ojeras de Samika parecían a punto de querer cubrir todo su rostro, junto con sus cabello despeinado de tantas veces que se había pasado las manos por ellos, nerviosa. Visión que notarían sus compañeros en cuanto a empezasen a llegar, tanto si era del torroen como de afuera, tras el aviso de que algo había ocurrido con Ergot.
-Chicos...¿está Ergot con vosotros?-pregunto apenas se reunieron algunos de sus compañeros de Serpentaria, algo impaciente.
Si que preguntó aun así, en el mercado para ver donde podría encontrar expertos en runas y escucho cosas bastante interesantes, así como el detalle curiosos de que se podía hacer incluso quemando directamente la piel, algo que no le llamó mucho la atención inicialmente, pero que se apuntó ante el caso de no encontrar nadie que pudiera hacerlo con tinta. Porque si algo tenía claro Samika, de lo que había investigado sobre el tema, es que era preferible tatuarse las runas, para tener un efecto de por vida, siempre que se las recargasen; era mejor eso a estar a expensas que aparte de que se las recargaran, encima tuvieran que estar pintandoselas una y otra vez. Sabía que para asuntos de magia debía depender de sus amigos o de compañeros del ejercito, pero para ella era importante imponerse un limite a su propia dependencia de los demás. Y si para eso necesitaba hacerse un tatuaje, algo que nunca le había llamado especialmente la atención, pues total ella no iba a poder admirarlo adecuadamente, pues se lo haría. O lo haría en cuanto tuviese tiempo, dinero ahorrado y alguien adecuado, pues no iba a ir a loco a que le tatuase un desconocido cualquiera sin mas, pues una cosa era ser sociable y otra estúpida.
Sin contar que tenia otras preocupaciones con las que lidiar y que se hicieron especialmente patentes durante sus últimos días y es que a pesar de su horario de trabajo y su horario de sueño, que últimamente mas que hacerle descansar le agotaba aun mas, usaba parte de su tiempo en estar al tanto de sus compañeros. Le gustaba hablar con los habitantes de la sede siempre que podía, ya fuesen sus antiguos compañeros o alguno de los otros que vivían allí, aunque fuese de vez en cuando, charlaba con Rasqa a menudo, también con otros del antiguo Letargo y Ergot y visitaba siempre que podía Serpentaria para ver como le iba al resto. No le agradaba la idea de que por estar en torreones distintos y cada uno en sus cosas, se rompiera la relación por lo que ponía de su parte en seguir manteniendo esta.
Tal vez por eso, aquella ausencia se le hizo evidente desde el primer día, varios días atrás, y ahora se arrepentía un poco de no haberle dado mas importancia. Estaba realmente empezando a preocuparse, aquello definitivamente no era normal. Ya le pareció extraño la primer anoche que notó la ausencia de Ergot en el torreón, siendo que siempre que podían cenaban juntos o charlaban un poco antes de que vespido se durmiera, dado que Samika era nocturna. Pero no le dio importancia suponiendo que tal vez este había decidido dormir con sus compañeros de Serpentaria, ya que la mayoría de su grupo de Maciel se encontraba allá. Al día siguiente no supo de el tampoco, cosa que descubrió en la mañana cuando se dirigió a dormir, dado que había hecho turno nocturno aquella noche. No le dio importancia suponiendo que tal ver Ergot había salido temprano al almacen donde trabajaba, pero ver que esa noche tampoco volvía empezó a escamarle.
Al día siguiente, sin dormir siquiera, se dirigió al lugar del trabajo de su amigo, sintiéndose algo preocupada y también paranoica. Seguro se hacia una bola estúpidamente y Ergot había caído dormido en cualquier calcetín, igual a cuando estaban en Letargo. O al menos eso antes de escuchar de los compañeros que llevaban unos días sin ver al vespido, que aunque pequeño era imposible que pasase desapercibido, inquieto enormemente a Samika. No era posible que Ergot faltase, a pesar de ser un poco cabeza loca era muy diligente y ante todo, no habría estado tantos días sin hablar con nadie o dar señales de vida.
Samika, nerviosa incluso se atrevió a ir donde el árbol de Emmit se encontraba, solo con el fin de preguntarle a la dichosa bruja si había visto a Ergot, consciente que el vespido solía ir a visitar a su antiguo amigo. La respuesta no le agradó nada a Samika que se fue desconfiado aun de las palabras de la mujer y ya impaciente, decidió que solo había una cosa por hacer: avisar a los demás de la ausencia de Ergot, rogando porque en todas sus idas y venidas el repoblador estuviera en Serpentaria y solo fuese una falsa alarma suya.
-·-·-·-·-
Había pedido que se reunieran en la Sede para hablarles, no sin antes pedir permiso en el trabajo para ausentarse aquel día. Sin haber dormido nada desde el día anterior, sumado a la preocupación y la culpabilidad de no haber estado mas atenta, las ojeras de Samika parecían a punto de querer cubrir todo su rostro, junto con sus cabello despeinado de tantas veces que se había pasado las manos por ellos, nerviosa. Visión que notarían sus compañeros en cuanto a empezasen a llegar, tanto si era del torroen como de afuera, tras el aviso de que algo había ocurrido con Ergot.
-Chicos...¿está Ergot con vosotros?-pregunto apenas se reunieron algunos de sus compañeros de Serpentaria, algo impaciente.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/04/18, 06:22 pm
Antes de la Séptima Cosecha.
Durantes las siguientes semanas solo unos pocos pensamientos en la cabeza de la israelita se mantuvieron constantes. El de seguir avanzando con los hechizos, y el día en el que se reuniría de nuevo con Quemaduras, el repoblador de la casa de Gar que había recibido los mismos dones que ella en su luna.
Como ya había comprobado antes tenía manera con los hechizos relacionados al fuego así que logró dominar con facilidad el esculpido de llamas y su correspondiente coloreado. Imitando imágenes, formas en movimiento y texturas. Además, podía aprovechar que ya se sabía al dedillo el conjuro ignífugo y que tenía mayor libertad en la Sede que en cualquier otra parte que conociera.
Algunas veces llamó al holandés para que observara sus progresos, como unas amenazantes llamas púrpura que se asemejaban a un tigre feroz o unas del color del cielo terrestre que emulaban a lo que ella entendía como un dragón chino. Aquello le permitió abrir su imaginación, conocer lo que su mente quería moldear ya fuera con llamas más grandes o pequeños fuegos y perfilarlo. Lo cierto es que le gustaba. Se descubrió varias noches inventando pequeñas historias hasta las tantas de la noche. Esbozó a Vorela en una llama blanca y pura tal y como la recordaba pero sin grandes detalles faciales, lo mismo ocurrió con Ziack, al que solía crear como un pájaro azul e intenso sin alas rotas y que echaba a volar siempre antes de caer al abismo. Pero era un hobbie, algo a lo que empezaba a recurrir cuando estaba aburrida o quería practicar.
Los demonios en cambio eran otra cosa. Los demonios se abrían camino en los más hondo del pecho, Ruth los imaginaba saliendo de su torax desgarrado en una espiral de zarpas y alas. Pero también bajo su dominio, proporcionando fuerza o magia. Casi se arrepintió aquel día sentada en su cama, ya con el pesado libro del repoblador apoyado en sus rodillas. Se lo había prestado, eso y una daga de plata. Todo a cambio de hablar bien de su negocio y traer dibujos de la Tierra para mayor inspiración. Un precio muy bajo que no dudaría tener en cuenta.
-Vamos allá- se animó antes de abrir el compendio de ritos. Primero pasó los dedos por la áspera tapa sin llegar a cortarse con las finas hojas. La portada era del color de la sangre, no podía ser de otra forma, se dijo. Y en medio había lo que parecía el dibujo de un carnero negro, aunque cualquiera diría que se trataba de un manchurrón de tinta con forma malévola. Insipiró hondo. Cuando reunió el valor para despegar sus páginas una leve brisa se desató con el movimiento brusco y le azotó la cara. Olía a antiguo, se lo agradecía a Quem, pero no quería pensar por cuantas manos había pasado el tomo- Invocación básica- murmuró con el primer escrito, y se internó en el peligroso mundo de las cábalas y jerarquías con la única ayuda de su cola haciendo de antorcha. La oscuridad de la noche y sus susurros no ayudaban en absoluto. Sin percatarse de ello, perdió la noción del tiempo.
Devoss escucharía tres golpes fuertes y claros en el umbral de su puerta a la mañana siguiente, aunque probablemente ya habría advertido su presencia gracias a su olfato. Sabía que molestaba a altas horas de la mañana, pero no podía acallar el eco de lo que conocía.
-Tienes que ver esto- fue su saludo inicial, acompañado de unas ojeras prominentes bajo sus ojos, que en cambo, ardían más fuertes que nunca con un toque febril- y ayúdame a no volverme loca.
Durantes las siguientes semanas solo unos pocos pensamientos en la cabeza de la israelita se mantuvieron constantes. El de seguir avanzando con los hechizos, y el día en el que se reuniría de nuevo con Quemaduras, el repoblador de la casa de Gar que había recibido los mismos dones que ella en su luna.
Como ya había comprobado antes tenía manera con los hechizos relacionados al fuego así que logró dominar con facilidad el esculpido de llamas y su correspondiente coloreado. Imitando imágenes, formas en movimiento y texturas. Además, podía aprovechar que ya se sabía al dedillo el conjuro ignífugo y que tenía mayor libertad en la Sede que en cualquier otra parte que conociera.
Algunas veces llamó al holandés para que observara sus progresos, como unas amenazantes llamas púrpura que se asemejaban a un tigre feroz o unas del color del cielo terrestre que emulaban a lo que ella entendía como un dragón chino. Aquello le permitió abrir su imaginación, conocer lo que su mente quería moldear ya fuera con llamas más grandes o pequeños fuegos y perfilarlo. Lo cierto es que le gustaba. Se descubrió varias noches inventando pequeñas historias hasta las tantas de la noche. Esbozó a Vorela en una llama blanca y pura tal y como la recordaba pero sin grandes detalles faciales, lo mismo ocurrió con Ziack, al que solía crear como un pájaro azul e intenso sin alas rotas y que echaba a volar siempre antes de caer al abismo. Pero era un hobbie, algo a lo que empezaba a recurrir cuando estaba aburrida o quería practicar.
Los demonios en cambio eran otra cosa. Los demonios se abrían camino en los más hondo del pecho, Ruth los imaginaba saliendo de su torax desgarrado en una espiral de zarpas y alas. Pero también bajo su dominio, proporcionando fuerza o magia. Casi se arrepintió aquel día sentada en su cama, ya con el pesado libro del repoblador apoyado en sus rodillas. Se lo había prestado, eso y una daga de plata. Todo a cambio de hablar bien de su negocio y traer dibujos de la Tierra para mayor inspiración. Un precio muy bajo que no dudaría tener en cuenta.
-Vamos allá- se animó antes de abrir el compendio de ritos. Primero pasó los dedos por la áspera tapa sin llegar a cortarse con las finas hojas. La portada era del color de la sangre, no podía ser de otra forma, se dijo. Y en medio había lo que parecía el dibujo de un carnero negro, aunque cualquiera diría que se trataba de un manchurrón de tinta con forma malévola. Insipiró hondo. Cuando reunió el valor para despegar sus páginas una leve brisa se desató con el movimiento brusco y le azotó la cara. Olía a antiguo, se lo agradecía a Quem, pero no quería pensar por cuantas manos había pasado el tomo- Invocación básica- murmuró con el primer escrito, y se internó en el peligroso mundo de las cábalas y jerarquías con la única ayuda de su cola haciendo de antorcha. La oscuridad de la noche y sus susurros no ayudaban en absoluto. Sin percatarse de ello, perdió la noción del tiempo.
Devoss escucharía tres golpes fuertes y claros en el umbral de su puerta a la mañana siguiente, aunque probablemente ya habría advertido su presencia gracias a su olfato. Sabía que molestaba a altas horas de la mañana, pero no podía acallar el eco de lo que conocía.
-Tienes que ver esto- fue su saludo inicial, acompañado de unas ojeras prominentes bajo sus ojos, que en cambo, ardían más fuertes que nunca con un toque febril- y ayúdame a no volverme loca.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/04/18, 09:05 pm
Lanor Gris llegó a Serpentaria con el corazón en la boca y hecho un manojo de nervios. El miedo y el horror campaban a sus anchas, mientras su imaginación creaba escenarios a cada cual más desagradable. Escabrosos escenarios de castigos por incumplir la ley de secretismo se abrieron en su mente, demasiados detallados. El demiurgo casi se vio destripado en mitad de una plaza pública, humillado por el Consejo entero, siendo servido como comida al dragón del rey... Su mente corría y saltaba de un drama a otro, el freno a aquella emotividad desbordada roto por completo.
En paralelo también se imaginaba al guardia varmano, o mejor dicho a su entorno. A pesar de que apenas recordaba las heridas que se había ganado, o quizás precisamente por eso, no le costaba ningún trabajo imaginarlo muerto, con buenos amigos o incluso pareja llorándole. El joven en realidad no sabía qué secuelas había sufrido aquel desconocido, pero la irracionalidad de aquellos miedos borraron toda lógica y le hicieron pensar, con absoluta certeza, que era un asesino. Aquello fue suficiente para borrar el terror por su vida.
Estuvo en su habitación, desconsolado y hundido, hasta altas horas de la madrugada. El último demiurgo arribado a Rocavarancolia necesitó muchas horas y todo su esfuerzo para recordar el entrenamiento emocional que había hecho tras su transformación, pero ni siquiera eso sirvió para serenarlo por completo. Cuando cayó en su cama, rendido, estaba apenas lo suficientemente tranquilo para dormir.
De poco le sirvió. Aquella noche su mente se llenó de pesadillas. Ejecuciones y asesinatos, juicios ajenos y propios, sangre y dolor, tristeza y desolación acamparon a sus anchas en el subsconciente de Lanor Gris, formando sueños horrendos tan vividos como el que le atormentó meses antes, durante su cosecha.
Pasó dos días más sumido en la aflicción, apenas capaz de sacar el metal robado y moldearlo para poder ordelarlo en su cuarto. Con aquello tenía para dos constructores medianos o uno solo grande, pero en aquel momento no le pudo importar menos. No estando como estaba: asustado y afectado a partes iguales, casi sin salir de su habitación.
Virai Nura le visitó para recuperar su bolsa, y tras una conversación neutra donde el demiurgo procuró no mostrar qué le pasaba sus ánimos fueron mejorando. El espía no hizo mención alguna al incidente, y con el paso de los días Lanor se fue convenciendo de que el Consejo no le iba a hacer nada. El terror se fue desvaneciendo, y con eso llegó más objetividad para pensar que, después de todo, quizás no era ningún asesino. No lo sabía y probablemente nunca podría saberlo, pero aquello empezó a mitigar algo la tristeza.
Finalmente decidió realizar dos constructores algo más modestos, en vez de uno más grande. El esquema de su "anatomía" lo sacó con facilidad: varas segmentadas servirían para poseer una especie de esqueleto, y ensartadas en ellas iban ciclindros gruesos pero cortos, de forma que fuera muy flexible. Los brazos iban hasta los codos, a partir de ahí el demiurgo les dio, en cada brazo, una lámina de metal gruesa, segmentada en dos gracias a una bisagra. Una vez hecho el diseño moldeó el metal para tenerlos, lo cual le llevó más que el día que originalmente había calculado. Pero, finalmente, los tuvo.
Su altura apenas superaba a la de él mismo, y Lanor sabía que no serían especialmente rápidos. Eran los primeros que hacía, sin embargo, y tenía cierta confianza en que cuando tuviera dinero podría comprar mucho más material y crearlos más grandes, más fuertes y más veloces.
La investigación del ser que quería Samika, sin embargo, lo llevó a un callejón sin salida. Cuando descubrió que le harían falta años, quizás décadas, para crear algo así sufrió una decepción que le llevó, una vez más, a un bucle de autoculpabilidad. Consiguió salir de este con más facilidad de la común, sin embargo, y se puso a investigar otras formas de fabricar algo así. A pesar de no estar a su nivel sí descubrió quién podría hacerlo, y poder llevarle un nombre a su amiga mitigó un poco el mal sabor de la noticia que debía darle.
En todo ese tiempo, sin embargo, no se fueron las malas noches. Las pesadillas se espaciaron mucho, y el poco descanso se daba con independencia de si los sueños habían sido buenos, malos o inexistentes. Esto, junto con el hecho de que las pesadillas empezaron a coger otros derroteros, por lo que su teoría de que aquello se debía a culpabilidad subyacente por su error en Varmania perdió fuerza. Fuera por lo que fuera, sin embargo, Lanor Gris dormía mal, y eso acabó notándose en el ritmo de sus estudios, que empezó a caer en picado.
Que la evaki les citara en la Sede le pareció raro, aunque no dedicó mucho tiempo a pensarlo debido al agotamiento y a lo apretada que tenía su propia agenda interna. Sí cayó en la cuenta de que podía usar aquella ocasión para darle la noticia acerca del ser lector, algo que no tenía ganas de hacer, pero que no debía postergar.
Las palabras de Samika tardaron un momento en llegar a su cerebro, que terminó de procesarlo a medio bostezo. Mientras se frotaba sus ojerosos ojos dio su respuesta.
—No... Creo que la última vez que lo vi fue cuando visitasteis ambos Serpentaria, hace una o dos semanas —todavía tardó un instante en comprender el significado de las palabras de su amiga, y entonces el cansancio se esfumó, consumido por la preocupación, que también tiñó su voz—. Espera, ¿ha desaparecido?
En paralelo también se imaginaba al guardia varmano, o mejor dicho a su entorno. A pesar de que apenas recordaba las heridas que se había ganado, o quizás precisamente por eso, no le costaba ningún trabajo imaginarlo muerto, con buenos amigos o incluso pareja llorándole. El joven en realidad no sabía qué secuelas había sufrido aquel desconocido, pero la irracionalidad de aquellos miedos borraron toda lógica y le hicieron pensar, con absoluta certeza, que era un asesino. Aquello fue suficiente para borrar el terror por su vida.
Estuvo en su habitación, desconsolado y hundido, hasta altas horas de la madrugada. El último demiurgo arribado a Rocavarancolia necesitó muchas horas y todo su esfuerzo para recordar el entrenamiento emocional que había hecho tras su transformación, pero ni siquiera eso sirvió para serenarlo por completo. Cuando cayó en su cama, rendido, estaba apenas lo suficientemente tranquilo para dormir.
De poco le sirvió. Aquella noche su mente se llenó de pesadillas. Ejecuciones y asesinatos, juicios ajenos y propios, sangre y dolor, tristeza y desolación acamparon a sus anchas en el subsconciente de Lanor Gris, formando sueños horrendos tan vividos como el que le atormentó meses antes, durante su cosecha.
Pasó dos días más sumido en la aflicción, apenas capaz de sacar el metal robado y moldearlo para poder ordelarlo en su cuarto. Con aquello tenía para dos constructores medianos o uno solo grande, pero en aquel momento no le pudo importar menos. No estando como estaba: asustado y afectado a partes iguales, casi sin salir de su habitación.
Virai Nura le visitó para recuperar su bolsa, y tras una conversación neutra donde el demiurgo procuró no mostrar qué le pasaba sus ánimos fueron mejorando. El espía no hizo mención alguna al incidente, y con el paso de los días Lanor se fue convenciendo de que el Consejo no le iba a hacer nada. El terror se fue desvaneciendo, y con eso llegó más objetividad para pensar que, después de todo, quizás no era ningún asesino. No lo sabía y probablemente nunca podría saberlo, pero aquello empezó a mitigar algo la tristeza.
Finalmente decidió realizar dos constructores algo más modestos, en vez de uno más grande. El esquema de su "anatomía" lo sacó con facilidad: varas segmentadas servirían para poseer una especie de esqueleto, y ensartadas en ellas iban ciclindros gruesos pero cortos, de forma que fuera muy flexible. Los brazos iban hasta los codos, a partir de ahí el demiurgo les dio, en cada brazo, una lámina de metal gruesa, segmentada en dos gracias a una bisagra. Una vez hecho el diseño moldeó el metal para tenerlos, lo cual le llevó más que el día que originalmente había calculado. Pero, finalmente, los tuvo.
Su altura apenas superaba a la de él mismo, y Lanor sabía que no serían especialmente rápidos. Eran los primeros que hacía, sin embargo, y tenía cierta confianza en que cuando tuviera dinero podría comprar mucho más material y crearlos más grandes, más fuertes y más veloces.
La investigación del ser que quería Samika, sin embargo, lo llevó a un callejón sin salida. Cuando descubrió que le harían falta años, quizás décadas, para crear algo así sufrió una decepción que le llevó, una vez más, a un bucle de autoculpabilidad. Consiguió salir de este con más facilidad de la común, sin embargo, y se puso a investigar otras formas de fabricar algo así. A pesar de no estar a su nivel sí descubrió quién podría hacerlo, y poder llevarle un nombre a su amiga mitigó un poco el mal sabor de la noticia que debía darle.
En todo ese tiempo, sin embargo, no se fueron las malas noches. Las pesadillas se espaciaron mucho, y el poco descanso se daba con independencia de si los sueños habían sido buenos, malos o inexistentes. Esto, junto con el hecho de que las pesadillas empezaron a coger otros derroteros, por lo que su teoría de que aquello se debía a culpabilidad subyacente por su error en Varmania perdió fuerza. Fuera por lo que fuera, sin embargo, Lanor Gris dormía mal, y eso acabó notándose en el ritmo de sus estudios, que empezó a caer en picado.
Que la evaki les citara en la Sede le pareció raro, aunque no dedicó mucho tiempo a pensarlo debido al agotamiento y a lo apretada que tenía su propia agenda interna. Sí cayó en la cuenta de que podía usar aquella ocasión para darle la noticia acerca del ser lector, algo que no tenía ganas de hacer, pero que no debía postergar.
Las palabras de Samika tardaron un momento en llegar a su cerebro, que terminó de procesarlo a medio bostezo. Mientras se frotaba sus ojerosos ojos dio su respuesta.
—No... Creo que la última vez que lo vi fue cuando visitasteis ambos Serpentaria, hace una o dos semanas —todavía tardó un instante en comprender el significado de las palabras de su amiga, y entonces el cansancio se esfumó, consumido por la preocupación, que también tiñó su voz—. Espera, ¿ha desaparecido?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/04/18, 10:42 am
Eara y Ayne volvían del Macetero cuando llegaron a la Sede. El cansancio podía notarse en sus caras, pero por lo que había dicho Samika antes de que se fueran a trabajar, parecía querer contarles algo importante y el descanso podía esperar.
Pocas veces pisaban aquel edificio, pero a pesar de tener un ambiente muy diferente de Serpentaria, a Eara le gustaba que estuviese hecho de madera. Parecía acogedor. Saludaron a amigos y conocidos, pero al reunirse con Samika pudieron notar su nerviosismo, y era contagioso.
Cuando la evaki les preguntó por Ergot, Eara cayó en la cuenta de que, viviendo en la sede, ya debería estar allí.
—Tampoco le hemos visto... —respondió Eara después de la negativa de Lanor. Sus pensamientos habían ido por los mismos derroteros que el demiurgo.
—¿Ha pasado algo? —preguntó Ayne. Desde que el repoblador no vivían en Serpentaria, aparte de haber más paz, también había dejado de saber qué hacía el véspido. Debía de haberse adaptado muy bien a la Sede porque apenas le veía. Aunque tal vez lo había evitado a propósito.
Pocas veces pisaban aquel edificio, pero a pesar de tener un ambiente muy diferente de Serpentaria, a Eara le gustaba que estuviese hecho de madera. Parecía acogedor. Saludaron a amigos y conocidos, pero al reunirse con Samika pudieron notar su nerviosismo, y era contagioso.
Cuando la evaki les preguntó por Ergot, Eara cayó en la cuenta de que, viviendo en la sede, ya debería estar allí.
—Tampoco le hemos visto... —respondió Eara después de la negativa de Lanor. Sus pensamientos habían ido por los mismos derroteros que el demiurgo.
—¿Ha pasado algo? —preguntó Ayne. Desde que el repoblador no vivían en Serpentaria, aparte de haber más paz, también había dejado de saber qué hacía el véspido. Debía de haberse adaptado muy bien a la Sede porque apenas le veía. Aunque tal vez lo había evitado a propósito.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/04/18, 05:13 pm
Rasqa había tenido suerte de estar en la sede cuando le llegó el aviso. El moloch se desperezó a su ritmo y bajó junto al resto, a la espera de que llegaran los de fuera. Mientras fueron llegando, él se adentró en la cocina y salió de ella con un chuletón crudo entre los dientes. Lo dejó caer en el suelo, encendió los nudillos a máxima potencia y lo fue amasando con puñetazos suaves, para tostarlo. El hambre no se saciaba solo.
La preocupación de Samika no se transmitió al parqio, cuyos hábitos poco uniformes provocaban dejar de ver a cierta gente durante días. A la única que veía a diario era a Samika, porque trabajaban juntos y vivían en el mismo edificio. En cuanto a su antiguo alumno de vuelo…
—Yo tampoco lo he visto en varios días —comentó tras Eara, Ayne y Lanor—. Estará revoloteando por ahí… —supuso, sin más.
La preocupación de Samika no se transmitió al parqio, cuyos hábitos poco uniformes provocaban dejar de ver a cierta gente durante días. A la única que veía a diario era a Samika, porque trabajaban juntos y vivían en el mismo edificio. En cuanto a su antiguo alumno de vuelo…
—Yo tampoco lo he visto en varios días —comentó tras Eara, Ayne y Lanor—. Estará revoloteando por ahí… —supuso, sin más.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/18, 12:50 am
La respuesta de sus amigos le sentó como un balde de agua fría, sintiendo un escalofrió inmediato. Había esperado de verdad estar confundiéndose y que sus compañeros le dijeran que si que estaba en Serpentaria o que lo habían visto, para luego tonta de ella disculparse entre risas nerviosas por haberlos asustados a todos innecesariamente. Ese debería haber sido escenario real para toda esa situación, no el que estaba ocurriendo.
Samika tomo asiento pesadamente, pasando un mano por el rostro con algo de ansiedad, antes de posar sus ojos ciegos en las borrosas figuras de sus compañeros, sin necesidad de tener que ver sus expresiones para sentir en sus voces la inquietud. Quito creer en un momento en las palabras de Rasqa, pero la preocupación era mayor a eso.
-No, de verdad, pasa algo raro, Ergot no hace estas cosas. -sacudió la cabeza e intento explicarles- El y yo solemos cenar casi todas las noches y hablamos siempre un poco cuando nuestros horarios lo permiten, pero llevo sin saber nada de el desde hace tres noches- dijo mordiéndose el labio inferior con nerviosismo peor queriendo explicar la situación- La primera noche pensaba que se había ido con ustedes a pasar el rato y no le di importancia, a la segunda tuve turno nocturno por lo que no supe nada de el...pero anoche tampoco apareció - dijo contándoles el porque de su inquietud cada vez mas creciente, sintiéndose algo culpable por no haber estado mas atenta o al menos haber reaccionado antes- He ido al almacén hace un rato para ver si sus compañeros del trabajo sabia algo pero llevan sin verlos días también...incluso fui donde Emmit, ya que Ergot lo visitaba a a menudo, pero Dama Poda aseguro no haberlo visto. Aunque no se si es cierto, pero tampoco podía hacer mucho mas – dijo bajando la cabeza cada vez mas frustrada y preocupada- He intentando buscarlo con mi ecolocalizacion, pero no es tan sencillo sin saber por donde empezar...
La evaki no sabia como mas continuar, no era de las que se hacia ideas extrañas de la nada.Pero conocía a Ergot y aunque este había ganado cierta independencia desde que se transformo, nunca se desaparecería tanto tiempo sin que nadie se enterase. Ni habría faltado al trabajo de esa forma, no era algo propio de los repobladores.
Samika tomo asiento pesadamente, pasando un mano por el rostro con algo de ansiedad, antes de posar sus ojos ciegos en las borrosas figuras de sus compañeros, sin necesidad de tener que ver sus expresiones para sentir en sus voces la inquietud. Quito creer en un momento en las palabras de Rasqa, pero la preocupación era mayor a eso.
-No, de verdad, pasa algo raro, Ergot no hace estas cosas. -sacudió la cabeza e intento explicarles- El y yo solemos cenar casi todas las noches y hablamos siempre un poco cuando nuestros horarios lo permiten, pero llevo sin saber nada de el desde hace tres noches- dijo mordiéndose el labio inferior con nerviosismo peor queriendo explicar la situación- La primera noche pensaba que se había ido con ustedes a pasar el rato y no le di importancia, a la segunda tuve turno nocturno por lo que no supe nada de el...pero anoche tampoco apareció - dijo contándoles el porque de su inquietud cada vez mas creciente, sintiéndose algo culpable por no haber estado mas atenta o al menos haber reaccionado antes- He ido al almacén hace un rato para ver si sus compañeros del trabajo sabia algo pero llevan sin verlos días también...incluso fui donde Emmit, ya que Ergot lo visitaba a a menudo, pero Dama Poda aseguro no haberlo visto. Aunque no se si es cierto, pero tampoco podía hacer mucho mas – dijo bajando la cabeza cada vez mas frustrada y preocupada- He intentando buscarlo con mi ecolocalizacion, pero no es tan sencillo sin saber por donde empezar...
La evaki no sabia como mas continuar, no era de las que se hacia ideas extrañas de la nada.Pero conocía a Ergot y aunque este había ganado cierta independencia desde que se transformo, nunca se desaparecería tanto tiempo sin que nadie se enterase. Ni habría faltado al trabajo de esa forma, no era algo propio de los repobladores.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/18, 01:49 pm
Las palabras de la evaki le sentaron tan bien como tragarse un trozo de hielo. El cansancio y la preocupación se sumaron para hacerlo sentir débil, indefenso, y con lentitud el demiurgo se sentó en el primer lugar que encontró. Ni siquiera prestó atención a los modales de Rasqa, que en otras circunstancias le habrían hecho, como mínimo, sentirse incómodo.
En aquellos segundos solo hubo espacio para los recuerdos y el resurgimiento de un miedo cuya existencia había olvidado del tiempo que hacía que no lo sentía. La vida de Ergot, la vida de sus amigos, no eran tan preciosas como cualquier otra: lo eran más. Porque los conocía, porque los quería y porque sabía lo particulares que eran y el privilegio de observar y conocer esa unicidad. Todo eso daba para el demiurgo una dimensión nueva al horror de una pérdida, mayor que la pérdida de cualquier otro ser vivo que existiera en la vastedad del universo.
Vivir aquello por primera vez como transformado y ciudadano de Rocavarancolia no le gustó.
No obstante el demiurgo no se dejó llevar por el pesimismo. Ergot estaba desaparecido, no muerto, y se agarró a aquello como a un clavo ardiendo. Pensar en él como alguien vivo a quien había que encontrar le permitió evitar que las mortajas de pesar inundaran su muerte, y dar con una solución.
—Sé... Conozco un hechizo —un bostezo interrumpió la frase, postergando unos segundos lo que iba a decir— que sirve para localizar personas, pero necesito algo suyo. Alguna posesión, por pequeña o poco valiosa que sea.
En su mente ya estaba convencido de qué pasaría. Él haría el hechizo, lo encontrarían, quizás herido. Y aquello quedaría como una breve hora angustiosa de su vida, un momento del pasado que contemplar con alivio de que no hubiera sido tan malo como parecía.
En aquellos segundos solo hubo espacio para los recuerdos y el resurgimiento de un miedo cuya existencia había olvidado del tiempo que hacía que no lo sentía. La vida de Ergot, la vida de sus amigos, no eran tan preciosas como cualquier otra: lo eran más. Porque los conocía, porque los quería y porque sabía lo particulares que eran y el privilegio de observar y conocer esa unicidad. Todo eso daba para el demiurgo una dimensión nueva al horror de una pérdida, mayor que la pérdida de cualquier otro ser vivo que existiera en la vastedad del universo.
Vivir aquello por primera vez como transformado y ciudadano de Rocavarancolia no le gustó.
No obstante el demiurgo no se dejó llevar por el pesimismo. Ergot estaba desaparecido, no muerto, y se agarró a aquello como a un clavo ardiendo. Pensar en él como alguien vivo a quien había que encontrar le permitió evitar que las mortajas de pesar inundaran su muerte, y dar con una solución.
—Sé... Conozco un hechizo —un bostezo interrumpió la frase, postergando unos segundos lo que iba a decir— que sirve para localizar personas, pero necesito algo suyo. Alguna posesión, por pequeña o poco valiosa que sea.
En su mente ya estaba convencido de qué pasaría. Él haría el hechizo, lo encontrarían, quizás herido. Y aquello quedaría como una breve hora angustiosa de su vida, un momento del pasado que contemplar con alivio de que no hubiera sido tan malo como parecía.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/18, 10:45 pm
Eara se quedó helada al escuchar la explicación de Samika, y Ayne dejó de tomarse el asunto a la ligera. Era cierto que Ergot no haría algo como desaparecer sin avisar. Al contrario, Ayne pensaba en que normalmente desearía que avisase menos veces antes de hacer algo. Lo difícil era que el repoblador se callase.
—Por favor… ojalá aparezca con ese hechizo —rogó Eara, mirando a Lanor. Les había dado esperanza para encontrarlo rápido, aunque Eara se preguntó si el hechizo funcionaría si el véspido estaba en un mundo vinculado.
La aurva había tenido la delicadeza de no mencionar lo que más le preocupaba, pero Ayne no tuvo tanto tacto.
—Es improbable que Ergot se haya buscado ya enemigos, ¿verdad? Jack, nuestro jefe, nos contó que estaban pasando cosas raras en la ciudad. Que estaba muriendo gente sin motivo aparente. Le pasó a su asociado, y eso que formaba parte del Consejo.
El propio Ayne no creía que Ergot tuviese nada que ver en todo aquello, pero los rumores seguían extendiéndose por la ciudad, y él se solía enterar por Jack. No sabía cómo relacionarlo, pero la idea de que Ergot pudiese haber muerto lo llenó de inquietud.
—Por favor… ojalá aparezca con ese hechizo —rogó Eara, mirando a Lanor. Les había dado esperanza para encontrarlo rápido, aunque Eara se preguntó si el hechizo funcionaría si el véspido estaba en un mundo vinculado.
La aurva había tenido la delicadeza de no mencionar lo que más le preocupaba, pero Ayne no tuvo tanto tacto.
—Es improbable que Ergot se haya buscado ya enemigos, ¿verdad? Jack, nuestro jefe, nos contó que estaban pasando cosas raras en la ciudad. Que estaba muriendo gente sin motivo aparente. Le pasó a su asociado, y eso que formaba parte del Consejo.
El propio Ayne no creía que Ergot tuviese nada que ver en todo aquello, pero los rumores seguían extendiéndose por la ciudad, y él se solía enterar por Jack. No sabía cómo relacionarlo, pero la idea de que Ergot pudiese haber muerto lo llenó de inquietud.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/18, 11:24 pm
-Su habitación esta junto a la mía ,seguro algo de allí podría servirnos para el hechizo - respondió Samika inmediatamente, dispuesta a levantarse aun nerviosa para ir por algo a la habitación del véspido, lo que fuese. Pero las palabras de Ayne le frenaron a a medio camino, Samika frunció ligeramente el ceño, sintiendo que no era el momento de pensar tan negativamente, pero lamentablemente ella también había escuchado algunos rumores en el ejercito, era por eso que últimamente tenía tantas vigilancias en la noche, por ser el momento mas idóneo para cometer atrocidades. Se respiraba un extraño aire en la ciudad y nadie sabia por que.
Pero no quería creer que algo así le hubiese pasado a Ergot. No, no era posible. El pensamiento le provocaba un total congoja, provocando que sus manos no dejasen de temblar.
-N-no no lo se, no lo creo- dijo no sabiendo como afirmar con total seguridad la pregunta de Ayne, pues Ergot si podía ser algo pesado a veces pero no al grado de que alguien quisiera hacerle daño ¿Cierto?. Aunque no podría jurarlo, había muchos tipos de personas en la ciudad y muchas de ellas era de genio muy corto que actuaba sin pensar. O que simplemente mataban por gusto.
Ese pensamiento le hizo estremecer, sacudiendo rápidamente la cabeza intentando alejar ese pensamiento de si.
-Iré por algo de Ergot- murmuro, dirigiéndose a las escaleras para subir a su piso y adentrarse en el cuarto de Ergot que generalmente nunca cerraba. Se adentró en el cuarto y como pudo busco un poco por la habitación hasta encontrar su arma. Una especie de larga aguja que usaba como lanza. Teniéndola ya en sus manos, bajo para reunirse con los demás, entregándole esta a Lanor- Su arma seguía en el cuarto...¿quien narices sale desarmado por la ciudad? Aunque sea rápido y tenga su aguijón, no es razón suficiente -aseguró Samika frustrada. Pues incluso ella que podía volar y defenderse a puñetazo limpio, y que no eran golpes para tomárselos a risas, llevaba sus dagas en todo momento.
Pero no quería creer que algo así le hubiese pasado a Ergot. No, no era posible. El pensamiento le provocaba un total congoja, provocando que sus manos no dejasen de temblar.
-N-no no lo se, no lo creo- dijo no sabiendo como afirmar con total seguridad la pregunta de Ayne, pues Ergot si podía ser algo pesado a veces pero no al grado de que alguien quisiera hacerle daño ¿Cierto?. Aunque no podría jurarlo, había muchos tipos de personas en la ciudad y muchas de ellas era de genio muy corto que actuaba sin pensar. O que simplemente mataban por gusto.
Ese pensamiento le hizo estremecer, sacudiendo rápidamente la cabeza intentando alejar ese pensamiento de si.
-Iré por algo de Ergot- murmuro, dirigiéndose a las escaleras para subir a su piso y adentrarse en el cuarto de Ergot que generalmente nunca cerraba. Se adentró en el cuarto y como pudo busco un poco por la habitación hasta encontrar su arma. Una especie de larga aguja que usaba como lanza. Teniéndola ya en sus manos, bajo para reunirse con los demás, entregándole esta a Lanor- Su arma seguía en el cuarto...¿quien narices sale desarmado por la ciudad? Aunque sea rápido y tenga su aguijón, no es razón suficiente -aseguró Samika frustrada. Pues incluso ella que podía volar y defenderse a puñetazo limpio, y que no eran golpes para tomárselos a risas, llevaba sus dagas en todo momento.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
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- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/18, 11:43 pm
Las palabras de Ayne impactaron contra el demiurgo como una ola en medio de un fuerte temporal. Intentaba mantenerse sereno mientras Samika iba a por algo que perteneciera al repoblador, pero aquella posibilidad ya había estado en su mente, y le costaba ignorarla. Lo peor era que en Rocavarancolia no había que tener enemigo alguno: cualquiera podía decidir matarte en cualquier momento. ¿Y si alguien así se había topado con Ergot?
Un escalofrío lo sacudió. El demiurgo se rebujó en su ropa, sintiendo que no era el frío exterior lo que le molestaba.
Apenas le titiló el recuerdo de un trasgo morado, visto un año atrás, cuando Samika volvió con el arma de Ergot. El joven frunció algo el ceño, pensando lo mismo que su amiga, y, sintiendo que la preocupación crecía en él, viscosa y helada, tomó aquel objeto.
Le costó un momento recordar los gestos y las palabras, que pronunció con decisión. Sintió el habitual gorgoteo de la magia removiéndose en su interior. Y después nada.
El frío se extendió por cada célula de su cuerpo, pero Lanor Gris no quería ceder a él. No podía aceptar la idea de lo que significaba aquello, volver a aquella sensación de pérdida absoluta. Y por ello volvió a intentarlo, cerrando los ojos, volviéndose hacia aquella energía que atesoraba en su interior, rogándole que lo encontrara.
Cuando terminó de lanzar el hechizo por segunda vez volvió sentir a aquella magia suya removerse. Casi pudo percibirla saliendo de él, cumpliendo su mandato de buscar. El hechizo había funcionado.
Pero, una vez más, tras esos instantes todo se desvaneció en la nada. Y a punto estuvo el demiurgo de desvanecerse él también, sabiendo lo que podía significar aquello.
—No lo encuentra. El hechizo no lo encuentra —explicó, con la voz algo entumecida, mientras apenas podía mirar a sus amigos—. O está en algún lugar al que no puede acceder... —quizás en algún lugar protegido mediante hechizos, secuestrado por a saber quien. Quizás en algún mundo vinculado—. O... no está en ningún lugar.
Esta vez las lágrimas humedecieron sus ojos, aunque no fueron derramadas.
Un escalofrío lo sacudió. El demiurgo se rebujó en su ropa, sintiendo que no era el frío exterior lo que le molestaba.
Apenas le titiló el recuerdo de un trasgo morado, visto un año atrás, cuando Samika volvió con el arma de Ergot. El joven frunció algo el ceño, pensando lo mismo que su amiga, y, sintiendo que la preocupación crecía en él, viscosa y helada, tomó aquel objeto.
Le costó un momento recordar los gestos y las palabras, que pronunció con decisión. Sintió el habitual gorgoteo de la magia removiéndose en su interior. Y después nada.
El frío se extendió por cada célula de su cuerpo, pero Lanor Gris no quería ceder a él. No podía aceptar la idea de lo que significaba aquello, volver a aquella sensación de pérdida absoluta. Y por ello volvió a intentarlo, cerrando los ojos, volviéndose hacia aquella energía que atesoraba en su interior, rogándole que lo encontrara.
Cuando terminó de lanzar el hechizo por segunda vez volvió sentir a aquella magia suya removerse. Casi pudo percibirla saliendo de él, cumpliendo su mandato de buscar. El hechizo había funcionado.
Pero, una vez más, tras esos instantes todo se desvaneció en la nada. Y a punto estuvo el demiurgo de desvanecerse él también, sabiendo lo que podía significar aquello.
—No lo encuentra. El hechizo no lo encuentra —explicó, con la voz algo entumecida, mientras apenas podía mirar a sus amigos—. O está en algún lugar al que no puede acceder... —quizás en algún lugar protegido mediante hechizos, secuestrado por a saber quien. Quizás en algún mundo vinculado—. O... no está en ningún lugar.
Esta vez las lágrimas humedecieron sus ojos, aunque no fueron derramadas.
- YberGM
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Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/04/18, 12:07 am
Rasqa no sucumbió a la preocupación en un principio. Mientras los demás hacían lo que para el parqio parecía fruto de una paranoia, él acabó de comerse su carne retostada. Entonces Lanor puso en marcha el hechizo y falló. Y falló y volvió a fallar. Y entonces sí, el moloch sintió la alarma. Ahogó las llamas de su espalda para no provocar un golpe de calor a nadie y se acercó a cuatro patas hasta el demiurgo.
—A lo mejor le has pillado volando —dijo, desconocedor de cómo funcionaba ese hechizo y con el temor latiéndole en la sien—. El condenado es tan rápido que seguro que ni la magia le alcanza cuando acelera.
Podía sentir a Lanor a punto de quebrarse y por un instante se sintió un monstruo de verdad. A él también le preocupaba el insecto, pero no le temblaba el cuerpo, ni le lloraban los ojos, ni le costaba respirar.
—Si cruzó algún portal, en la explanada nos lo podrán decir —añadió, queriendo aportar algo que, más que calmar el miedo que él sentía, calmara el que sentían ellos. Tal vez Ergot necesitaba ayuda, o tal vez ya no había manera de ayudarle. Fuera como fuese, ese no era el momento de dejarse arrastrar por los temores imaginados—. Voy a acercarme —decidió sin más.
Si conocían lo suficiente a Rasqa, sabrían que cualquiera podría autoinvitarse y acompañarle hasta la explanada de los portales.
—A lo mejor le has pillado volando —dijo, desconocedor de cómo funcionaba ese hechizo y con el temor latiéndole en la sien—. El condenado es tan rápido que seguro que ni la magia le alcanza cuando acelera.
Podía sentir a Lanor a punto de quebrarse y por un instante se sintió un monstruo de verdad. A él también le preocupaba el insecto, pero no le temblaba el cuerpo, ni le lloraban los ojos, ni le costaba respirar.
—Si cruzó algún portal, en la explanada nos lo podrán decir —añadió, queriendo aportar algo que, más que calmar el miedo que él sentía, calmara el que sentían ellos. Tal vez Ergot necesitaba ayuda, o tal vez ya no había manera de ayudarle. Fuera como fuese, ese no era el momento de dejarse arrastrar por los temores imaginados—. Voy a acercarme —decidió sin más.
Si conocían lo suficiente a Rasqa, sabrían que cualquiera podría autoinvitarse y acompañarle hasta la explanada de los portales.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/04/18, 12:38 am
Samika volvió con el arma del véspido, pero los sinhadres estaban demasiado impacientes para hacer ningún comentario. La mirada de ambos se centró en el carabés, observando atentamente cómo conjuraba no una, sino dos veces. Parecía haber hecho exactamente lo mismo en las dos ocasiones, así que no estaban seguros de qué podía haber pasado hasta que el demiurgo lo explicó él mismo. Eara se puso lívida, pero al ver que Lanor no estaba mucho mejor se acercó y le puso una mano en el hombro.
—Lo encontraremos —murmuró, a pesar del nudo que tenía en la garganta—. Tiene que haber otra forma.
Ayne, que se temía lo peor, escuchó la propuesta de Rasqa y comprendió que era la mejor opción que les quedaba. Le resultaría sencillo aferrarse a ello si no fuese porque Ergot se había marchado sin su arma y sin avisar.
—Yo también voy —dijo tras el parqio, y miró a Eara para saber si prefería esperar en la sede o acompañarlos. La aurva los acompañaría si también lo hacía Lanor.
—Lo encontraremos —murmuró, a pesar del nudo que tenía en la garganta—. Tiene que haber otra forma.
Ayne, que se temía lo peor, escuchó la propuesta de Rasqa y comprendió que era la mejor opción que les quedaba. Le resultaría sencillo aferrarse a ello si no fuese porque Ergot se había marchado sin su arma y sin avisar.
—Yo también voy —dijo tras el parqio, y miró a Eara para saber si prefería esperar en la sede o acompañarlos. La aurva los acompañaría si también lo hacía Lanor.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/04/18, 06:14 pm
No logro saber que ocurría con el hechizo de Lanor y no quiso preguntar sabiendo lo importante que era la concentración en esos casos, hasta que escucho con un nudo en el estomago las palabras de sus amigos, que dejaban claro que el hechizo no había funcionado. ¿Como era eso posible? Estaba segura debió lanzar algo que le permitiera localizarlo, no era posible que Lanor se equivocase en algo así, mas cuando lo había escuchado pronunciar el hechizo varias veces.
<< Un lugar que no alcanza el hechizo...¿esta en algún sitio protegido? ¿Ha traspasado un portal? Se suponía no podíamos sin mas. >> penso Samika no queriendo pensar mucho en la segunda opción dada por Lanor, pues le sonaba demasiado perturbadora. Ese "no estar en ningún lado" era demasiado inquietante y aterrador, pues había formas talmente desaparecer en la ciudad sin dejar rastro y esas formas nunca era agradables. Su respiración estaba algo agitada, ansiosa por el nerviosismo, escuchando tal emoción de preocupación en las voces de sus compañeros que sintió incluso peor.
Tragando saliva, con la garganta tan cerca que la sintió de esparto, se acerco al demiurgo consciente de cuanto le afectaba el pensamiento de....de eso que todos temían le hubiese ocurrido a Ergot. Posos una mano sobre el hombro de este apenas percibiendo a esas distancia su rostro.
-Tiene que haber una forma, seguro - susurro Samika intentando transmitir toda la seguridad que le permitía pese a que su corazón estaba inquieto. Necesitaba pensar fríamente, todo lo que pudiera antes de dejarse llevar por el pavor. No pensarían claramente estando ansiosos, incuso si era algo difícil contra lo que luchar, no era nada fácil hacerlo, intentar transmitir calma cuando sus manos no dejaba de temblar.
Agradeció con toda su alma la intervención de Rasqa, metódico, yendo a lo primordial sin emociones que perturbasen su decisiones. Eso era, no podían dejarse llevar esos momentos por sus sentimientos, incluso si sabia que eso era especialmente sensible para el demiurgo.
-Vayamos, no perdamos mas el tiempo - asintió dispuesto a ir a los portales tras respirar hondo e intentar serenar su mente todo lo posible incluso si sentía su estomago aun totalmente revuelto. Sus ojos se posaron en la figura de Lanor, allí junto a ella- Vamos Lanor, no ganaras nada quedándote aquí preocupándote, busquemoslo- su voz era suave intentando era tranquilizadora, mientras apretaba suavemente su hombro para empujarlo suavemente consigo para que amansasen- Ve con Eara y Ayne, Rasqa y yo nos adelantaremos volando - dijo la evaki dirigiéndole una mirada a Rasqa para su afirmación. No podían perder mas tiempo , hacía al menos tres días que Ergot había desaparecido. Era mucho tiempo en esa ciudad. No podían dejar pasar ni un segundo mas.
Sigue en Explanada de los Portales
<< Un lugar que no alcanza el hechizo...¿esta en algún sitio protegido? ¿Ha traspasado un portal? Se suponía no podíamos sin mas. >> penso Samika no queriendo pensar mucho en la segunda opción dada por Lanor, pues le sonaba demasiado perturbadora. Ese "no estar en ningún lado" era demasiado inquietante y aterrador, pues había formas talmente desaparecer en la ciudad sin dejar rastro y esas formas nunca era agradables. Su respiración estaba algo agitada, ansiosa por el nerviosismo, escuchando tal emoción de preocupación en las voces de sus compañeros que sintió incluso peor.
Tragando saliva, con la garganta tan cerca que la sintió de esparto, se acerco al demiurgo consciente de cuanto le afectaba el pensamiento de....de eso que todos temían le hubiese ocurrido a Ergot. Posos una mano sobre el hombro de este apenas percibiendo a esas distancia su rostro.
-Tiene que haber una forma, seguro - susurro Samika intentando transmitir toda la seguridad que le permitía pese a que su corazón estaba inquieto. Necesitaba pensar fríamente, todo lo que pudiera antes de dejarse llevar por el pavor. No pensarían claramente estando ansiosos, incuso si era algo difícil contra lo que luchar, no era nada fácil hacerlo, intentar transmitir calma cuando sus manos no dejaba de temblar.
Agradeció con toda su alma la intervención de Rasqa, metódico, yendo a lo primordial sin emociones que perturbasen su decisiones. Eso era, no podían dejarse llevar esos momentos por sus sentimientos, incluso si sabia que eso era especialmente sensible para el demiurgo.
-Vayamos, no perdamos mas el tiempo - asintió dispuesto a ir a los portales tras respirar hondo e intentar serenar su mente todo lo posible incluso si sentía su estomago aun totalmente revuelto. Sus ojos se posaron en la figura de Lanor, allí junto a ella- Vamos Lanor, no ganaras nada quedándote aquí preocupándote, busquemoslo- su voz era suave intentando era tranquilizadora, mientras apretaba suavemente su hombro para empujarlo suavemente consigo para que amansasen- Ve con Eara y Ayne, Rasqa y yo nos adelantaremos volando - dijo la evaki dirigiéndole una mirada a Rasqa para su afirmación. No podían perder mas tiempo , hacía al menos tres días que Ergot había desaparecido. Era mucho tiempo en esa ciudad. No podían dejar pasar ni un segundo mas.
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Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/04/18, 10:39 pm
El grupo no estaba mucho mejor que él mismo, siendo Rasqa el más sereno. El demiurgo no pudo evitar una pequeña sonrisa ante su comentario, aunque se limitó a negar con la cabeza. No tenía ganas de explicar que la magia no funcionaba así, pero aquello no significaba que agradeciera la intención tranquilizadora del moloch.
—Sí, os acompaño —confirmó a la evaki. El tiempo se lo tomó únicamente para coger a su bufanda, enrollada en la mesa. Tan pronto se la puso notó cómo se acomodaba entre su cuello y sus hombros, dándole un calor que distaba mucho del abrigo que solían dar aquellas prendas, y que necesitaba mucho más.
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—Sí, os acompaño —confirmó a la evaki. El tiempo se lo tomó únicamente para coger a su bufanda, enrollada en la mesa. Tan pronto se la puso notó cómo se acomodaba entre su cuello y sus hombros, dándole un calor que distaba mucho del abrigo que solían dar aquellas prendas, y que necesitaba mucho más.
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/04/18, 11:18 am
Aquella noche Kin se despertó con un grito ahogado y la certeza de haber muerto.
Todavía estaba oscuro en el exterior, y tras haberse incorporado instintivamente, el raigaurum se dejó caer en la cama de nuevo, resollando y con el corazón acelerado, algo que le preocupó instintivamente aun si ya no era necesario.
Tardó unos larguísimos segundos en asimilar que todo había sido un sueño, que no estaba muerto, ni sus amigos. Pero había fracasado intentando salvar a Marsi, eso no había cambiado. Kin se frotó la frente tratando de calmarse. Sus sueños eran cada vez menos agradables, pero aquel se había llevado la palma. Asumió que le resultaría imposible volver a dormirse y así fue. Por suerte para él, no faltaba mucho para el amanecer. La parte mala era que se había acostado bastante tarde al volver del trabajo.
Tras haber decidido levantarse fue a la cocina a desayunar, pero unos golpeteos en la ventana lo sobresaltaron. En ella se encontraba uno de los pájaros de Dhelian, dando picotazos para llamar su atención. Kin supo que venía de parte del brujo porque traía una nota, y se apresuró a permitirle el paso al animal para recogerla, hecho un manojo de nervios. El sueño, aún fresco, hacía que se temiese lo peor, pero la nota, por suerte, solo era una citación. Aunque quizá no era para nada bueno.
El raigaurum terminó su desayuno y se vistió a toda prisa. Se pasaría todo el camino hasta la biblioteca dándole vueltas a qué era lo que querría decir Saria.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
Todavía estaba oscuro en el exterior, y tras haberse incorporado instintivamente, el raigaurum se dejó caer en la cama de nuevo, resollando y con el corazón acelerado, algo que le preocupó instintivamente aun si ya no era necesario.
Tardó unos larguísimos segundos en asimilar que todo había sido un sueño, que no estaba muerto, ni sus amigos. Pero había fracasado intentando salvar a Marsi, eso no había cambiado. Kin se frotó la frente tratando de calmarse. Sus sueños eran cada vez menos agradables, pero aquel se había llevado la palma. Asumió que le resultaría imposible volver a dormirse y así fue. Por suerte para él, no faltaba mucho para el amanecer. La parte mala era que se había acostado bastante tarde al volver del trabajo.
Tras haber decidido levantarse fue a la cocina a desayunar, pero unos golpeteos en la ventana lo sobresaltaron. En ella se encontraba uno de los pájaros de Dhelian, dando picotazos para llamar su atención. Kin supo que venía de parte del brujo porque traía una nota, y se apresuró a permitirle el paso al animal para recogerla, hecho un manojo de nervios. El sueño, aún fresco, hacía que se temiese lo peor, pero la nota, por suerte, solo era una citación. Aunque quizá no era para nada bueno.
El raigaurum terminó su desayuno y se vistió a toda prisa. Se pasaría todo el camino hasta la biblioteca dándole vueltas a qué era lo que querría decir Saria.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
29/06/18, 05:30 pm
Los siguientes días Devoss estuvo algo ocupado con varias cosas. Para empezar había decidido cambiar de coto de caza, devorar a las hienas estaba bien, pero había ido demasiadas veces a su territorio y en su última cacería le estaban esperando. Respecto a este tema su nuevo libro le sería de ayuda. Podía saber si un bicho de la ciudad era venenoso o si podía tener crías y su periodo de gestación. Y entre toda esa información se encontraba el apartado de los territorios. Lo cierto es que la mayoría de las criaturas del libro vivían en los pasadizos subterráneos. Un sitio al que se negaba a ir de cualquier manera.
No solo por la cantidad de aberraciones nocturnas que habitaban en ellos o por los experimentos fallidos de genemagos. Más bien era por los Hombres Bestia. Según el libro eran los descendientes de los seres humanos a los que Eradianalavela les había metido un alma animal. A Devoss le recordaban demasiado a él mismo, a cuando no podía controlar sus impulsos. A lo que pasaría si volvia a perder el control.
Sin embargo lo que tenía completamente atareado al holandés era la búsqueda de un trabajo. Ya había visto a Ruth movilizarse para conocer sus dones y no pensaba quedarse atrás. Cazar estaba bien, y aunque no era necesario hacerlo si vivías en la Sede para el licántropo era vital. Y muy divertido. Pero quitando eso y entrenar con la lanza no hacía nada más en todo el día, y Devoss no se caracterizaba precisamente por ser sedentario y mucho menos por no hacer nada. Así que se había puesto el reto de conseguir un oficio antes de la próxima Luna Roja, inicialmente de lo que fuera, auque obviamente no estaba dispuesto a todo.
Esa mañana Devoss estaba vistiéndose cuando olfateó un olor familiar.<<Se acerca Ruth>>. Pensó esbozando una sonrisa salvaje. Empezó a ordenar su habitación mientras ella pegaba a la puerta. Cuando la abrió se quedó sorprendido del aspecto demacrado de la demonio.
-¡Joder, Ruth! ¿No te has enterado? Ya no estamos en la criba, puedes dormir tranquila.- Bromeó mientras la invitaba a entrar.- ¿ Qué es lo que ocurre? No tienes muy buen aspecto-. Preguntó más serio cuando escuchó su comentario. Cerró la puerta y se cruzó de brazos algo nervioso.
No solo por la cantidad de aberraciones nocturnas que habitaban en ellos o por los experimentos fallidos de genemagos. Más bien era por los Hombres Bestia. Según el libro eran los descendientes de los seres humanos a los que Eradianalavela les había metido un alma animal. A Devoss le recordaban demasiado a él mismo, a cuando no podía controlar sus impulsos. A lo que pasaría si volvia a perder el control.
Sin embargo lo que tenía completamente atareado al holandés era la búsqueda de un trabajo. Ya había visto a Ruth movilizarse para conocer sus dones y no pensaba quedarse atrás. Cazar estaba bien, y aunque no era necesario hacerlo si vivías en la Sede para el licántropo era vital. Y muy divertido. Pero quitando eso y entrenar con la lanza no hacía nada más en todo el día, y Devoss no se caracterizaba precisamente por ser sedentario y mucho menos por no hacer nada. Así que se había puesto el reto de conseguir un oficio antes de la próxima Luna Roja, inicialmente de lo que fuera, auque obviamente no estaba dispuesto a todo.
Esa mañana Devoss estaba vistiéndose cuando olfateó un olor familiar.<<Se acerca Ruth>>. Pensó esbozando una sonrisa salvaje. Empezó a ordenar su habitación mientras ella pegaba a la puerta. Cuando la abrió se quedó sorprendido del aspecto demacrado de la demonio.
-¡Joder, Ruth! ¿No te has enterado? Ya no estamos en la criba, puedes dormir tranquila.- Bromeó mientras la invitaba a entrar.- ¿ Qué es lo que ocurre? No tienes muy buen aspecto-. Preguntó más serio cuando escuchó su comentario. Cerró la puerta y se cruzó de brazos algo nervioso.
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