Sede de los Taumaturgos
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- Rocavarancolia Rol
Sede de los Taumaturgos
02/08/11, 06:38 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Refugio para neotransformados. Se trata de un minarete de madera rojiza de cinco plantas decorado con cenefas y arabescos. El interior es amplio principalmente iluminado por antorchas. Se divide en dependencias individuales donde imperan los muebles de madera ignífuga, los colores cálidos y el cuero. También hay áreas comunes como una cocina, dos salas de entrenamiento bien equipadas, un pequeño estudio y un salón decorado con tapices que narran batallas importantes de la historia de la ciudad.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
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- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos
09/06/23, 01:51 am
Kahlo mantuvo la boca bien cerrada en una sonrisa de muchos dientes que tenía que controlar por miedo a verse ridícula. Si la abría sabía que iba a emitir un sonido agudo impropio de una señorita como ella, el ruido de la emoción condensada en una sola nota. Contener esos ultrasonidos la tenía con las mejillas rojas.
—¡No me digas eso! —la reprimió sin ser ninguna reprimenda. Es verdad que ella le había dicho que la adoraba, pero que la llamase regalo hacía revolotear mariposas en su estómago, irónico cuando la mariposa era ella. Asintió con una risa sincera para luego encogerse de hombros. Sentía lo mismo que ella, el deseo de haber hablado más en el pasado y hacerlo en el futuro, pero bien pensado puede que prefiriese que la francesa no la hubiera visto en su momento más bajo—. ¡Más vale tarde que nunca, Fleur!
Asintió una vez más para confirmarle que el perdón quedaba atrás. Tenía muchísimas ganas de saciar su curiosidad, de saber por lo que habría pasado la siwani, pero incluso ignorando su historia la varmana no necesitaba una confirmación ni un extenso relato para sentirse cercana a ella. Quizás fuera por motivos superficiales: su aspecto frágil en contraposición a la fuerza que expresaba, esa elegancia que desprendía… a Kahlo le daba igual lo que fuera, no desconfiaba. No tenía que preguntar por educación, si lo hacía era por genuino interés, y eso no es algo que le pasase a menudo. No obstante, la rubia disparó primero. Su expresión se hizo un punto más maliciosa, pícara.
—Sí. Tengo unas cuantas locuras… en proceso —antes de extenderse echó un brevísimo vistazo a su alrededor. Al localizar un par de sillas soltó una mano de Fleur (una nada más) y la condujo tirando de la otra hasta ellas—. ¡Ven! Tomemos asiento.
Las clases de esgrima daban igual, ahora mismo hablar era mucho más importante. Prefería tener una amiga antes que una alumna. La soltó y se arregló el ruedo de la camisa una vez estuvo sentada, cruzada de piernas.
—Mis poderes me permiten pasar desapercibida —comenzó, con el tono de quien explica un relato de misterio—. He comprobado que duran el tiempo suficiente como para que nadie me vea si estoy de tránsito. Bueno —negó con la cabeza rápidamente—, que nadie recuerde haberme visto más bien. Te podrás imaginar que eso hace que robar sea muy fácil… —le sonrió con más brío. En seguida levantó las manos en gesto inocente—. Pero yo no soy una ladrona. Solo… digamos que he usado ese poder para darle una visita a mis padres y reclamar ciertas cosas que ya de por sí me pertenecían...
Aunque lucía inocente era obvio que estaba orgullosa de aquello.
>>De momento solo lo he hecho una vez, con ayuda de un veterano, conste. Aún no podemos viajar solos, pero… Fleur, de verdad que es maravilloso. Quizás esté mal decirlo pero hace que te sientas… Como decirlo —en busca de términos se quedó en silencio unos instantes—. No superior, pero… Intocable.
En realidad superior también, pero por muy egocéntrica que fuera también tenía la finura de no demostrarlo. No quería decir que las dos juntas podrían hacer cosas mucho más ambiciosas que esa, después de todo proponer robos no era algo digno de alguien de sus esferas, ni quería arrastrarla por esos derroteros, pero… Robar a varmanos era una cosa, jugar con rocavarancoleses otra. Esconderse entre gente no mágica no tenía el mérito de confundir a aquellos que eran iguales a ellas. Despachó cualquier pensamiento que hubiera quedado en el aire con un gesto de mano y se inclinó sobre Fleur.
—Pero por favor, siento que estoy acaparando demasiado, ¡háblame de ti! ¿Cuál es tu historia? ¿Algo que quieras hacer, por lo que empezar?
—¡No me digas eso! —la reprimió sin ser ninguna reprimenda. Es verdad que ella le había dicho que la adoraba, pero que la llamase regalo hacía revolotear mariposas en su estómago, irónico cuando la mariposa era ella. Asintió con una risa sincera para luego encogerse de hombros. Sentía lo mismo que ella, el deseo de haber hablado más en el pasado y hacerlo en el futuro, pero bien pensado puede que prefiriese que la francesa no la hubiera visto en su momento más bajo—. ¡Más vale tarde que nunca, Fleur!
Asintió una vez más para confirmarle que el perdón quedaba atrás. Tenía muchísimas ganas de saciar su curiosidad, de saber por lo que habría pasado la siwani, pero incluso ignorando su historia la varmana no necesitaba una confirmación ni un extenso relato para sentirse cercana a ella. Quizás fuera por motivos superficiales: su aspecto frágil en contraposición a la fuerza que expresaba, esa elegancia que desprendía… a Kahlo le daba igual lo que fuera, no desconfiaba. No tenía que preguntar por educación, si lo hacía era por genuino interés, y eso no es algo que le pasase a menudo. No obstante, la rubia disparó primero. Su expresión se hizo un punto más maliciosa, pícara.
—Sí. Tengo unas cuantas locuras… en proceso —antes de extenderse echó un brevísimo vistazo a su alrededor. Al localizar un par de sillas soltó una mano de Fleur (una nada más) y la condujo tirando de la otra hasta ellas—. ¡Ven! Tomemos asiento.
Las clases de esgrima daban igual, ahora mismo hablar era mucho más importante. Prefería tener una amiga antes que una alumna. La soltó y se arregló el ruedo de la camisa una vez estuvo sentada, cruzada de piernas.
—Mis poderes me permiten pasar desapercibida —comenzó, con el tono de quien explica un relato de misterio—. He comprobado que duran el tiempo suficiente como para que nadie me vea si estoy de tránsito. Bueno —negó con la cabeza rápidamente—, que nadie recuerde haberme visto más bien. Te podrás imaginar que eso hace que robar sea muy fácil… —le sonrió con más brío. En seguida levantó las manos en gesto inocente—. Pero yo no soy una ladrona. Solo… digamos que he usado ese poder para darle una visita a mis padres y reclamar ciertas cosas que ya de por sí me pertenecían...
Aunque lucía inocente era obvio que estaba orgullosa de aquello.
>>De momento solo lo he hecho una vez, con ayuda de un veterano, conste. Aún no podemos viajar solos, pero… Fleur, de verdad que es maravilloso. Quizás esté mal decirlo pero hace que te sientas… Como decirlo —en busca de términos se quedó en silencio unos instantes—. No superior, pero… Intocable.
En realidad superior también, pero por muy egocéntrica que fuera también tenía la finura de no demostrarlo. No quería decir que las dos juntas podrían hacer cosas mucho más ambiciosas que esa, después de todo proponer robos no era algo digno de alguien de sus esferas, ni quería arrastrarla por esos derroteros, pero… Robar a varmanos era una cosa, jugar con rocavarancoleses otra. Esconderse entre gente no mágica no tenía el mérito de confundir a aquellos que eran iguales a ellas. Despachó cualquier pensamiento que hubiera quedado en el aire con un gesto de mano y se inclinó sobre Fleur.
—Pero por favor, siento que estoy acaparando demasiado, ¡háblame de ti! ¿Cuál es tu historia? ¿Algo que quieras hacer, por lo que empezar?
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos
13/06/23, 02:52 pm
Kahlo era un soplo de aire fresco para la vida de Fleur y quizá llegaba en el momento en el que más sola se sentía, lo cual era de agradecer. No es que no tuviera amigos, ahora contaba con unos cuantos. Pero Toni parecía distraído en su propio mundo, podía decir casi lo mismo de todos sus compañeros de Sendar. Con Maila las cosas pendían de un hilo. Y la mistad que estaba forjando con Adam, Chromsa y Amira era todavía muy primeriza. No es que no lo fuera con la varmana, pero la conversación la hacía sentir como si la conociera de hacía mucho tiempo.
En todas y cada una de sus relaciones la francesa podía ser ella misma al noventa y nueve por ciento. Pero esa sonrisa pícara de Kahlo y su tono de voz soñador le proporcionaban el uno por ciento que le faltaba. Como si no tuviera que tener miedo a mostrar que también podía ser astuta, e incluso algo soberbia a veces siempre bajo la sombra de la elegancia que la caracterizaba.
Si se ponía poética sentía que sus almas vibraban en la misma sintonía.
Fleur siguió a Kahlo con una sonrisa y casi flotando por el aire cuando la condujo hacia una sillas. Agradeció poder sentarse y tomarse un momento para ellas de manera más clara en lugar de estar charlando de pie. Volvió a sonreír cuando la vio adecentar sus ropajes, la siwani hizo lo propio en respuesta sin disimular que solo se le había ocurrido arreglar su camisa al verla a ella.
Luego la escuchó detenidamente, un poco más seria ahora por los caminos sinuosos por los que Kahlo navegaba.
—Oh... —parpadeó varias veces por la sorpresa, imaginaba por dónde venían los tiros pero aun así se quedó algo asombrada al imaginarse a la aparición robándole a sus propios padres, o más bien, cogiendo lo que era suyo por derecho—. Intocable... —susurró, siguiendo la estela orgullosa que Kahlo desprendía al hablar. Por muy sorprendida que estuviera el tono de Fleur dejaba claro que no la estaba juzgando. Más bien se deleitaba imaginando cómo podía entrar y salir en un lugar sin que nadie reparara en ella. Era una habilidad asombrosa. La Luna Roja había revelado su verdadera naturaleza, y la siwani dudaba mucho que la única utilidad que se le pudiera dar fuera hacer olvidar a alguien cuál era su estación favorita.
Había algo en esas palabras que la atrapaba. Kahlo la atrapaba sin ir más lejos. La hacía preguntarse qué clase de historia había vivido para querer sentir que ahora su vida la manejaba ella. Era esa ansia de comerse el mundo tan contagiosa lo que provocaba que se mantuviera expectante y con los músculos en tensión.
Esbozó una sonrisa amplia, esta vez no había ningún tipo de timidez. No era tonta, se estaba hablando de robar. Lo que siempre le habían enseñado que estaba mal en los mandamientos. Pero también se habían esforzado en recalcar que era un monstruo por sentirse atraída por chicas y ya le quedaba claro que aquello solo eran desvaríos religiosos. Puede que Kahlo estuviera siendo más cuidadosa al hablar de un tema espinoso. Y puede que a Fleur le inquietara menos de lo que pensaba.
—Kahlo —puso una mano en su rodilla con dulzura y emocionada antes de continuar hablando—. Lo que me cuentas es... me parece... me parece una maravilla —se vio interrumpida por sí misma cuando una risa suave brotó de su garganta. Fleur aprovechó para acomodarse mejor el pelo al deshacer su moño, su cabello rubio cayó ahora hacia atrás rozando a penas los hombros—. ¿Crees que... podrías hacerlo aquí, en la ciudad? Debe de haber muchas cosas de valor entre estas ruinas... no sé... a lo mejor joyas que nadie logró encontrar —no estaba siendo consciente, pero su mirada se ensombreció un poco, lo cual creaba un contraste extraño con la sonrisa permanente que desprendían sus labios—. O como has dicho antes... reclamar cosas que te pertenecen. En una ciudad que ha sobrevivido a la guerra... ¿Quién puede decir que algo es suyo y solo suyo?
De acuerdo, aquello había sonado extraño para sí misma. Pero una vez mostrada las cartas no podía parar de barajarlas. Su ensoñación solo fue eclipsada cuando Kahlo le preguntó directamente. Nadie nunca se había interesado por su historia, así que Fleur sintió que por fin alguien la veía completamente.
Y se lo contó, con suma suavidad en las partes escabrosas. Relató algo más por encima el maltrato que sufrió por parte de los Camus y como la mandaron a un convento con su tía tras pillarla siendo besada por una chica. Le contó lo que significaba ser una novicia a monja y también cómo conoció a Maila sin entrar en detalles más que explicarle que había algo no resuelto entre ambas y que gracias a la hawiana empezó a descubrirse así misma.
—Sobre lo que quiero hacer... —estaba algo exhausta por haber revivido momentos duros, pero su voz no temblaba—. No lo tengo claro... por lo poco que he estudiado la rama mágica de la sanación es la que más me llama la atención. Siempre he querido ayudar a la gente y sin embargo... conforme pasan las semanas más ganas me dan de ayudarme a mí misma. Recientemente he descubierto que tengo afinad por el mentalismo... creo que yo también quiero sentirme intocable —clavó sus ojos celestes en los amarillos cremosos de la aparición nocturna—. Espero no haberte atosigado... yo... tengo la sensación de que hemos compartido vivencias similares. Lo siento si estoy siendo maleducada y me equivoco... pero... ¿Qué hay de ti? —y con aquella pregunta quedaba implícito que podía contarle lo que quisiera o no hacerlo en absoluto.
Deseaba saber cuáles eran sus proyectos o ilusiones más allá de pasar desapercibida. Fleur podría quedarse horas charlando, solo le faltaba una taza de té en la mano.
En todas y cada una de sus relaciones la francesa podía ser ella misma al noventa y nueve por ciento. Pero esa sonrisa pícara de Kahlo y su tono de voz soñador le proporcionaban el uno por ciento que le faltaba. Como si no tuviera que tener miedo a mostrar que también podía ser astuta, e incluso algo soberbia a veces siempre bajo la sombra de la elegancia que la caracterizaba.
Si se ponía poética sentía que sus almas vibraban en la misma sintonía.
Fleur siguió a Kahlo con una sonrisa y casi flotando por el aire cuando la condujo hacia una sillas. Agradeció poder sentarse y tomarse un momento para ellas de manera más clara en lugar de estar charlando de pie. Volvió a sonreír cuando la vio adecentar sus ropajes, la siwani hizo lo propio en respuesta sin disimular que solo se le había ocurrido arreglar su camisa al verla a ella.
Luego la escuchó detenidamente, un poco más seria ahora por los caminos sinuosos por los que Kahlo navegaba.
—Oh... —parpadeó varias veces por la sorpresa, imaginaba por dónde venían los tiros pero aun así se quedó algo asombrada al imaginarse a la aparición robándole a sus propios padres, o más bien, cogiendo lo que era suyo por derecho—. Intocable... —susurró, siguiendo la estela orgullosa que Kahlo desprendía al hablar. Por muy sorprendida que estuviera el tono de Fleur dejaba claro que no la estaba juzgando. Más bien se deleitaba imaginando cómo podía entrar y salir en un lugar sin que nadie reparara en ella. Era una habilidad asombrosa. La Luna Roja había revelado su verdadera naturaleza, y la siwani dudaba mucho que la única utilidad que se le pudiera dar fuera hacer olvidar a alguien cuál era su estación favorita.
Había algo en esas palabras que la atrapaba. Kahlo la atrapaba sin ir más lejos. La hacía preguntarse qué clase de historia había vivido para querer sentir que ahora su vida la manejaba ella. Era esa ansia de comerse el mundo tan contagiosa lo que provocaba que se mantuviera expectante y con los músculos en tensión.
Esbozó una sonrisa amplia, esta vez no había ningún tipo de timidez. No era tonta, se estaba hablando de robar. Lo que siempre le habían enseñado que estaba mal en los mandamientos. Pero también se habían esforzado en recalcar que era un monstruo por sentirse atraída por chicas y ya le quedaba claro que aquello solo eran desvaríos religiosos. Puede que Kahlo estuviera siendo más cuidadosa al hablar de un tema espinoso. Y puede que a Fleur le inquietara menos de lo que pensaba.
—Kahlo —puso una mano en su rodilla con dulzura y emocionada antes de continuar hablando—. Lo que me cuentas es... me parece... me parece una maravilla —se vio interrumpida por sí misma cuando una risa suave brotó de su garganta. Fleur aprovechó para acomodarse mejor el pelo al deshacer su moño, su cabello rubio cayó ahora hacia atrás rozando a penas los hombros—. ¿Crees que... podrías hacerlo aquí, en la ciudad? Debe de haber muchas cosas de valor entre estas ruinas... no sé... a lo mejor joyas que nadie logró encontrar —no estaba siendo consciente, pero su mirada se ensombreció un poco, lo cual creaba un contraste extraño con la sonrisa permanente que desprendían sus labios—. O como has dicho antes... reclamar cosas que te pertenecen. En una ciudad que ha sobrevivido a la guerra... ¿Quién puede decir que algo es suyo y solo suyo?
De acuerdo, aquello había sonado extraño para sí misma. Pero una vez mostrada las cartas no podía parar de barajarlas. Su ensoñación solo fue eclipsada cuando Kahlo le preguntó directamente. Nadie nunca se había interesado por su historia, así que Fleur sintió que por fin alguien la veía completamente.
Y se lo contó, con suma suavidad en las partes escabrosas. Relató algo más por encima el maltrato que sufrió por parte de los Camus y como la mandaron a un convento con su tía tras pillarla siendo besada por una chica. Le contó lo que significaba ser una novicia a monja y también cómo conoció a Maila sin entrar en detalles más que explicarle que había algo no resuelto entre ambas y que gracias a la hawiana empezó a descubrirse así misma.
—Sobre lo que quiero hacer... —estaba algo exhausta por haber revivido momentos duros, pero su voz no temblaba—. No lo tengo claro... por lo poco que he estudiado la rama mágica de la sanación es la que más me llama la atención. Siempre he querido ayudar a la gente y sin embargo... conforme pasan las semanas más ganas me dan de ayudarme a mí misma. Recientemente he descubierto que tengo afinad por el mentalismo... creo que yo también quiero sentirme intocable —clavó sus ojos celestes en los amarillos cremosos de la aparición nocturna—. Espero no haberte atosigado... yo... tengo la sensación de que hemos compartido vivencias similares. Lo siento si estoy siendo maleducada y me equivoco... pero... ¿Qué hay de ti? —y con aquella pregunta quedaba implícito que podía contarle lo que quisiera o no hacerlo en absoluto.
Deseaba saber cuáles eran sus proyectos o ilusiones más allá de pasar desapercibida. Fleur podría quedarse horas charlando, solo le faltaba una taza de té en la mano.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos
03/07/23, 10:36 pm
Kahlo era consciente de que robaba, pero una cosa era decirlo por sí misma y otra que se lo dijeran otros. No le avergonzaba lo que hacía y seguiría haciendo, pero maquillado quedaba indiscutiblemente mejor. Fleur no parecía juzgarla, más bien lo contrario, pero la vergüenza aún tardó un poco en diluirse. El proceso fue rápido gracias a su emoción, sus risas y sus halagos, y en la subida que suponía su apoyo la varmana temió, por un segundo, que en su compañía la moralidad con la que la habían críado cambiase. Pero de nuevo, solo duró un segundo. Su sonrisa ganó seguridad.
—Supongo que podría… —echó un vistazo vago a su alrededor, como si se tomara su tiempo en pensar antes de descansar la vista en ella con intenciones—. Con un poco de práctica y ayuda, seguro.
Es cierto que la ciudad era de todos y nadie. Había tantos edificios abandonados, viviendas que seguramente tendrían objetos de valor aún en su interior, reliquias mágicas con historias y maldiciones… ¿Pero por qué conformarse con eso? Pensó en aquellas casas habitadas, las mismas que había cerca del Palacete por el que tantas veces habían pasado y se imaginó como dos ladronas de guante blanco, como los protagonistas tan carismáticos de las novelas que leía en Varmania y la idea le pudo aún más.
Hizo todas sus fantasias a un lado para prestar la atención que el pasado de Fleur merecía. Escuchó, paciente, siendo las expresiones de su rostro las únicas que interrumpían aquel relato. El corazón se le achicaba a más sabía y pronto se encontró con ambas manos cerca del pecho, haciendo girar sus anillos en lo que, cualquiera que la conociese mejor, delataba nervios y afección. Santísimos. En Varmania “no” se discriminaba por la atracción sexual, de hecho era habitual tener amantes del mismo género para evitar hijos fuera del matrimonio (su padre tenía un amante varón y estaba segurísima de que la vecina era algo más que una amiga para su madre), pero Kahlo no era tan ingenua como para pensar que por ello su mundo estaba excento de horrores. Había oído historias de los malabares que dichas parejas tenían que hacer para mantenerse juntas, pues el matrimonio obligatorio no reconocía sus enlaces por no poder dar hijos al estado. Y por suerte o por desgracia, en libertad para amar y obligaciones ridículas Kahlo tenía empatía y experiencia para rato. Al menos Maila aportaba algo de luz en aquella tragedia, y fuese bueno o no decirlo, Rocavarancolia también le había dado libertad a la francesa.
Ahora, no sabía ni que decir. Su historia era tan cercana como lejana; ella había tenido una infancia maravillosa, no había pasado ni por la mitad de horrores ni creía haber sido maltratada por su familia, y aún así... ¿Qué espina era esa y por que resonaba tanto con ella?
—Lo siento muchísimo, Fleur —y para hacer más cercanas sus palabras imitó su gesto colocando una mano sobre su rodilla, infundiéndole sentimiento con ella—. Es… es muy injusto todo lo que te ha sucedido —se echó hacia atrás con el ceño fruncido—. Me vas a perdonar por esto pero, ¡menuda bofetada le daría a tus padres!
Escuchó sus planes de futuro con nueva alegría; alegría porque fuera ella quien decidía que hacer, más teniendo una idea tan bonita y llena de, no egoismo, pero sí de amor propio. Estaba claro que lo necesitaba.
—Para nada me has atosigado, cielo. Me parece genial que quieras ayudarte a ti misma antes que al resto, ¡es lo suyo! Primero por ti y luego por los demás —la animó con una sonrisa—. Creo que después de todo te lo mereces.
Ahora que sabía que a Fleur le gustaban las chicas Kahlo se sentía… distinta. No es que le diera miedo, en absoluto, de hecho le deseaba genuinamente todo lo mejor con Maila, pero aquella noticia removía cosas en su interior. Lo mucho que se había fijado en ella, en lo bonitas que tenía las manos, lo linda que le parecía con el pelo suelto, sus pestañas, su voz… quizás no fuera una mera cuestión estética. Quizás siempre le habían gustado las chicas más allá de lo visual, pero había estado tan cegada por el miedo a su matrimonio concertado y su escueto futuro que no había tenido tiempo para considerarlo hasta ahora. Se sentía un poco lerda si encima pensaba en la soltura con la que su hermano le había hablado de los chicos que le gustaban. Haciendo eso a un lado para cuando estuviera sola, volvía a ser su turno de palabra. Apretó los labios en una sonrisa algo comprometida e inspiró silenciosa pero profundamente por la nariz.
Kahlo le habló de su familia con nostalgia y buenas palabras, incluso cuando le tocó explicar como funcionaban las herencias y los matrimonios en su mundo, que gracias a Crepúsculo sabía que tan diferentes eran. Le contó como a pesar de haber nacido el mismo día unos pocos minutos de diferencia habían hecho de Nohlem el primogénito y de ella la doncella a casar por conveniencia. A más le contaba, menos suaves eran sus términos y más se liberaba por ello. Lo estrecha de miras que había sido su madre, lo pasivos que habían sido su padre y su hermano al respecto, como a pesar de tener mejores notas que Nohlem no había nada que pudiera haber hecho para conseguir el derecho a seguir estudiando, el repudio que le provocaba el chico que de haberse quedado habría sido su esposo…
Al acabar Kahlo no sonreía y apretaba los puños, y sin embargo… se sentía mejor.
—No me malinterpretes… mi vida en Varmania fue muy feliz. Nunca me faltó de nada, tenía una casa preciosa y un hermano con el que jugar… de verdad, les quiero mucho a todos, pero… Como tú dices, ¡también está bien que me quiera a mi misma! ¡Que hartura de hacer lo que otros quieren! ¡Así que, lo siento por Madre pero! Pienso abrir mi propia joyería aquí, y voy a vender joyas mágicas que ya quisiera ella tener en el negocio. ¡Y no me pienso casar ni en sueños!
Al ser consciente de que parecía una niña indignada, cruzada de brazos y todo, la burbuja de enfado en la que se había metido se rompió con su propia risa.
—Perdona, Fleur. Vaya dos casos nos hemos juntado…
—Supongo que podría… —echó un vistazo vago a su alrededor, como si se tomara su tiempo en pensar antes de descansar la vista en ella con intenciones—. Con un poco de práctica y ayuda, seguro.
Es cierto que la ciudad era de todos y nadie. Había tantos edificios abandonados, viviendas que seguramente tendrían objetos de valor aún en su interior, reliquias mágicas con historias y maldiciones… ¿Pero por qué conformarse con eso? Pensó en aquellas casas habitadas, las mismas que había cerca del Palacete por el que tantas veces habían pasado y se imaginó como dos ladronas de guante blanco, como los protagonistas tan carismáticos de las novelas que leía en Varmania y la idea le pudo aún más.
Hizo todas sus fantasias a un lado para prestar la atención que el pasado de Fleur merecía. Escuchó, paciente, siendo las expresiones de su rostro las únicas que interrumpían aquel relato. El corazón se le achicaba a más sabía y pronto se encontró con ambas manos cerca del pecho, haciendo girar sus anillos en lo que, cualquiera que la conociese mejor, delataba nervios y afección. Santísimos. En Varmania “no” se discriminaba por la atracción sexual, de hecho era habitual tener amantes del mismo género para evitar hijos fuera del matrimonio (su padre tenía un amante varón y estaba segurísima de que la vecina era algo más que una amiga para su madre), pero Kahlo no era tan ingenua como para pensar que por ello su mundo estaba excento de horrores. Había oído historias de los malabares que dichas parejas tenían que hacer para mantenerse juntas, pues el matrimonio obligatorio no reconocía sus enlaces por no poder dar hijos al estado. Y por suerte o por desgracia, en libertad para amar y obligaciones ridículas Kahlo tenía empatía y experiencia para rato. Al menos Maila aportaba algo de luz en aquella tragedia, y fuese bueno o no decirlo, Rocavarancolia también le había dado libertad a la francesa.
Ahora, no sabía ni que decir. Su historia era tan cercana como lejana; ella había tenido una infancia maravillosa, no había pasado ni por la mitad de horrores ni creía haber sido maltratada por su familia, y aún así... ¿Qué espina era esa y por que resonaba tanto con ella?
—Lo siento muchísimo, Fleur —y para hacer más cercanas sus palabras imitó su gesto colocando una mano sobre su rodilla, infundiéndole sentimiento con ella—. Es… es muy injusto todo lo que te ha sucedido —se echó hacia atrás con el ceño fruncido—. Me vas a perdonar por esto pero, ¡menuda bofetada le daría a tus padres!
Escuchó sus planes de futuro con nueva alegría; alegría porque fuera ella quien decidía que hacer, más teniendo una idea tan bonita y llena de, no egoismo, pero sí de amor propio. Estaba claro que lo necesitaba.
—Para nada me has atosigado, cielo. Me parece genial que quieras ayudarte a ti misma antes que al resto, ¡es lo suyo! Primero por ti y luego por los demás —la animó con una sonrisa—. Creo que después de todo te lo mereces.
Ahora que sabía que a Fleur le gustaban las chicas Kahlo se sentía… distinta. No es que le diera miedo, en absoluto, de hecho le deseaba genuinamente todo lo mejor con Maila, pero aquella noticia removía cosas en su interior. Lo mucho que se había fijado en ella, en lo bonitas que tenía las manos, lo linda que le parecía con el pelo suelto, sus pestañas, su voz… quizás no fuera una mera cuestión estética. Quizás siempre le habían gustado las chicas más allá de lo visual, pero había estado tan cegada por el miedo a su matrimonio concertado y su escueto futuro que no había tenido tiempo para considerarlo hasta ahora. Se sentía un poco lerda si encima pensaba en la soltura con la que su hermano le había hablado de los chicos que le gustaban. Haciendo eso a un lado para cuando estuviera sola, volvía a ser su turno de palabra. Apretó los labios en una sonrisa algo comprometida e inspiró silenciosa pero profundamente por la nariz.
Kahlo le habló de su familia con nostalgia y buenas palabras, incluso cuando le tocó explicar como funcionaban las herencias y los matrimonios en su mundo, que gracias a Crepúsculo sabía que tan diferentes eran. Le contó como a pesar de haber nacido el mismo día unos pocos minutos de diferencia habían hecho de Nohlem el primogénito y de ella la doncella a casar por conveniencia. A más le contaba, menos suaves eran sus términos y más se liberaba por ello. Lo estrecha de miras que había sido su madre, lo pasivos que habían sido su padre y su hermano al respecto, como a pesar de tener mejores notas que Nohlem no había nada que pudiera haber hecho para conseguir el derecho a seguir estudiando, el repudio que le provocaba el chico que de haberse quedado habría sido su esposo…
Al acabar Kahlo no sonreía y apretaba los puños, y sin embargo… se sentía mejor.
—No me malinterpretes… mi vida en Varmania fue muy feliz. Nunca me faltó de nada, tenía una casa preciosa y un hermano con el que jugar… de verdad, les quiero mucho a todos, pero… Como tú dices, ¡también está bien que me quiera a mi misma! ¡Que hartura de hacer lo que otros quieren! ¡Así que, lo siento por Madre pero! Pienso abrir mi propia joyería aquí, y voy a vender joyas mágicas que ya quisiera ella tener en el negocio. ¡Y no me pienso casar ni en sueños!
Al ser consciente de que parecía una niña indignada, cruzada de brazos y todo, la burbuja de enfado en la que se había metido se rompió con su propia risa.
—Perdona, Fleur. Vaya dos casos nos hemos juntado…
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos
17/07/23, 03:01 pm
Fleur sonrió con dulzura cuando sintió la mano de Kahlo en su rodilla en señal de apoyo. Aún estaba recuperándose por soltar todo de golpe, y aunque el ritmo de su corazón comenzaba a calmarse fue aquel gesto delicado lo que terminó por suavizar la tensión corporal que la mantenía presa.
La francesa solo asintió cuando la varmana afirmó sentir por lo que había pasado. Después colocó una de sus manos sobre la de la chica para darle las gracias. Se sentía bien. Estar a su lado era tan distinto, escocía un poco remover cosas, pero las heridas picaban al cicatrizar con el agua salada... ¿no? O eso es lo que le decía Maila.
Reflexionó sobre sus últimas palabras. ¿Se lo merecía? ¿Y por qué no? Había sobrevivido a un calvario, no solo en la ciudad. Su madre, su padre, su tía Célestine. Ahora manejaba un poder desmesurado con el que jamás habría podido soñar. Si chasqueaba los dedos levitaría el mobiliario de la sala de entrenamiento. Si se transformaba tocaría el mismísimo cielo. Si alguien se interponía en su camino... solo tenía que mirarle a los ojos.
Era una siwani. Siempre lo había sido.
La sonrisa orgullosa que comenzó a formarse en sus labios murió en cambio cuando comenzó a escuchar la historia de Kahlo. Quería estar centrada porque le interesaba de verdad. Quería averiguar por qué le resultaba tan sencillo hablar con ella y de dónde venía. En su lugar su ceño quedó fruncido. ¿De verdad pretendían casarla? Imaginarse a la chica siendo obligada a contraer matrimonio con alguien a quien no amaba y sin tener la oportunidad de estudiar era muy triste. Aún notando lo diferente que era la vida de Kahlo de la de una novicia... no pudo evitar darse cuenta de la similitud que compartían. Dos jaulas de oro que amenazaban con abrirse. Sintió una punzada en su estómago que dejaba claro lo mucho que estaba empatizando con ella.
En el tono de voz de la aparición nocturna pudo comprobar que aún así apreciaba a su familia, por lo que evitó hablar mal de ellos. No tuvo problemas con que Kahlo quisiera darle una bofetada a sus padres en cambio, ella no les tenía tanto aprecio.
—¡¿Una joyeria?! —alzó la voz, ahora sí dejándose llevar por su entusiasmo. Rio ante lo de no casarse ni en sueños, desde luego estaba en todo su derecho. Luego acompañó su energía con unas palmaditas—. ¡Di que sí! —su mirada celeste ya poseía aquel aire soñador. Estaban siendo niñas indignadas. O rebeldes. ¿Y qué mas daba?—. ¡Te pega muchísimo, Kahlo! Y también creo que es hora de que pienses en ti misma, además podrás contar con mi ayuda... —aventuró guiñándole un ojo, primero con vergüenza y luego siguiendo con su propia risa la de Kahlo—. Menudas dos... sí —dijo, tomando aire y recuperando el color natural de su cara—. Estamos traumadas... —volvió a decir—. Pero es bueno... ¿No? Podríamos vernos más a menudo... no solo para entrenar —quería dejarlo claro porque se estaba haciendo tarde y la burbuja de ensoñación en la que flotaban todavía le permitiría decir cosas que en otra circunstancias no se atrevería—. ¡Quiero decir! Me está encantando la esgrima, no quiero dejarlo. Pero si te apetece charlar con una amiga... ¡Estaré encantada!
La francesa solo asintió cuando la varmana afirmó sentir por lo que había pasado. Después colocó una de sus manos sobre la de la chica para darle las gracias. Se sentía bien. Estar a su lado era tan distinto, escocía un poco remover cosas, pero las heridas picaban al cicatrizar con el agua salada... ¿no? O eso es lo que le decía Maila.
Reflexionó sobre sus últimas palabras. ¿Se lo merecía? ¿Y por qué no? Había sobrevivido a un calvario, no solo en la ciudad. Su madre, su padre, su tía Célestine. Ahora manejaba un poder desmesurado con el que jamás habría podido soñar. Si chasqueaba los dedos levitaría el mobiliario de la sala de entrenamiento. Si se transformaba tocaría el mismísimo cielo. Si alguien se interponía en su camino... solo tenía que mirarle a los ojos.
Era una siwani. Siempre lo había sido.
La sonrisa orgullosa que comenzó a formarse en sus labios murió en cambio cuando comenzó a escuchar la historia de Kahlo. Quería estar centrada porque le interesaba de verdad. Quería averiguar por qué le resultaba tan sencillo hablar con ella y de dónde venía. En su lugar su ceño quedó fruncido. ¿De verdad pretendían casarla? Imaginarse a la chica siendo obligada a contraer matrimonio con alguien a quien no amaba y sin tener la oportunidad de estudiar era muy triste. Aún notando lo diferente que era la vida de Kahlo de la de una novicia... no pudo evitar darse cuenta de la similitud que compartían. Dos jaulas de oro que amenazaban con abrirse. Sintió una punzada en su estómago que dejaba claro lo mucho que estaba empatizando con ella.
En el tono de voz de la aparición nocturna pudo comprobar que aún así apreciaba a su familia, por lo que evitó hablar mal de ellos. No tuvo problemas con que Kahlo quisiera darle una bofetada a sus padres en cambio, ella no les tenía tanto aprecio.
—¡¿Una joyeria?! —alzó la voz, ahora sí dejándose llevar por su entusiasmo. Rio ante lo de no casarse ni en sueños, desde luego estaba en todo su derecho. Luego acompañó su energía con unas palmaditas—. ¡Di que sí! —su mirada celeste ya poseía aquel aire soñador. Estaban siendo niñas indignadas. O rebeldes. ¿Y qué mas daba?—. ¡Te pega muchísimo, Kahlo! Y también creo que es hora de que pienses en ti misma, además podrás contar con mi ayuda... —aventuró guiñándole un ojo, primero con vergüenza y luego siguiendo con su propia risa la de Kahlo—. Menudas dos... sí —dijo, tomando aire y recuperando el color natural de su cara—. Estamos traumadas... —volvió a decir—. Pero es bueno... ¿No? Podríamos vernos más a menudo... no solo para entrenar —quería dejarlo claro porque se estaba haciendo tarde y la burbuja de ensoñación en la que flotaban todavía le permitiría decir cosas que en otra circunstancias no se atrevería—. ¡Quiero decir! Me está encantando la esgrima, no quiero dejarlo. Pero si te apetece charlar con una amiga... ¡Estaré encantada!
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos
22/07/23, 12:52 am
—¡Una joyería! —repitió con una sonrisa de colmillo a colmillo, con el ánimo cargado por el entusiasmo de Fleur—. Era el negocio que llevaban mis padres, y ya que no querían dejarme el suyo pues… ¡Tendrá una que montar el propio!
Su idea no era vender solo joyas normales, ¿en Rocavarancolia qué tenía eso de especial?, sino incluir runas, hechizos, prendas donde guardar remedios alquímicos en caso de emergencia… Por supuesto para llegar a ninguno de esos niveles primero tendría que estudiar mucho pero poco a poco. Tenía un puñado de joyas ya hechas que revender, iba a tener que hacerse con el oro robando directamente a los proovedores de sus padres y de momento solo revendía a la boutique… Puf. Después de un año entero parada sentaba bien tener algo más que hacer que subsistir y leer Crepúsculo.
—Bueno, una siempre necesita una modelo bonita. Y tu cuello es de revista, cielo —la piropeó entre risas tan suaves como sus pestañas.
La varmana echó un breve vistazo a la sala de entrenamiento y las espadas que tan pronto habían dejado abandonadas. En realidad no le importaba que las clases fueran así, a fin de cuentas no era ninguna experta y estaba oxidada, los errores que ella tuviera se los estaría pasando a la francesa inevitablemente, pero si las mantenían como algo más casual…
—No no, estoy de acuerdo contigo —dijo rápidamente al hacer esta un inciso para explicarse—. Me interesa muchísimo más tener una amiga que una alumna —le sonrió con dulzura, una sonrisa de mofletes altos y ojos finos. Como la mariposa que era, el corazón le revoloteaba de la ilusión—. ¡Que podemos ser las dos cosas, claro! Pero… A veces una solo quiere sentarse a tomar algo con buena compañía y ser… esa mala influencia que a lo mejor siempre necesitamos. Así que… —dio una palmadita sobre sus rodillas con ambas manos y se levantó. Una vez en pie le ofreció una mano a Fleur, pestañeando despacio una sola vez en lo que para un varmano era un saludo y un gesto cariñoso—. ¿Quieres que continuemos o prefieres que vayamos por un té? Invita la casa.
Y con casa se refería a la Sede, claro.
Su idea no era vender solo joyas normales, ¿en Rocavarancolia qué tenía eso de especial?, sino incluir runas, hechizos, prendas donde guardar remedios alquímicos en caso de emergencia… Por supuesto para llegar a ninguno de esos niveles primero tendría que estudiar mucho pero poco a poco. Tenía un puñado de joyas ya hechas que revender, iba a tener que hacerse con el oro robando directamente a los proovedores de sus padres y de momento solo revendía a la boutique… Puf. Después de un año entero parada sentaba bien tener algo más que hacer que subsistir y leer Crepúsculo.
—Bueno, una siempre necesita una modelo bonita. Y tu cuello es de revista, cielo —la piropeó entre risas tan suaves como sus pestañas.
La varmana echó un breve vistazo a la sala de entrenamiento y las espadas que tan pronto habían dejado abandonadas. En realidad no le importaba que las clases fueran así, a fin de cuentas no era ninguna experta y estaba oxidada, los errores que ella tuviera se los estaría pasando a la francesa inevitablemente, pero si las mantenían como algo más casual…
—No no, estoy de acuerdo contigo —dijo rápidamente al hacer esta un inciso para explicarse—. Me interesa muchísimo más tener una amiga que una alumna —le sonrió con dulzura, una sonrisa de mofletes altos y ojos finos. Como la mariposa que era, el corazón le revoloteaba de la ilusión—. ¡Que podemos ser las dos cosas, claro! Pero… A veces una solo quiere sentarse a tomar algo con buena compañía y ser… esa mala influencia que a lo mejor siempre necesitamos. Así que… —dio una palmadita sobre sus rodillas con ambas manos y se levantó. Una vez en pie le ofreció una mano a Fleur, pestañeando despacio una sola vez en lo que para un varmano era un saludo y un gesto cariñoso—. ¿Quieres que continuemos o prefieres que vayamos por un té? Invita la casa.
Y con casa se refería a la Sede, claro.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos
22/07/23, 12:42 pm
Era tan... tranquilizador poder estar charlando con Kahlo como chicas normales y corrientes. Bueno, si por normales se entendía una varmana con alas de mariposa capaz de hacerte olvidar tu nombre y una joven con el don de transformarse en cisne después de alterar tus emociones. Pero al menos era diferente a sobrevivir. Estaban viviendo. Y vibrando.
Y sobre todo contemplaban el futuro, lo cual era nuevo. Fleur acompañó todo el entusiasmo de la aparición nocturna con su proyecto. En última instancia se sonrojó con los cumplidos a su cuello e hizo un gesto con la mano entre risas para dar a entender que ella no pensaba tan bien de sí misma. ¿O tal vez sí?
—¡Oh, vaya! Puedes contar conmigo para salir en portada —bromeó, permitiéndose fantasear un poco.
Y es que se había pasado tanto tiempo esperando la llegada de la Luna Roja que una vez había presenciado tal evento se preguntaba qué había detrás. Escuchar lo animada que se encontraba Kahlo con la joyería le hacía plantearse qué es lo que quería ella. ¿Cuál era su deseo más profundo? ¿Bailar? ¿Ayudar a la gente? No tenía ni idea. Pero estaba dispuesta a escucharse, aunque eso también fuera nuevo.
Menos mal que su ofrecimiento había sido aceptado sin decoros, de lo contrario la francesa habría sentido que metía la pata por tomarse demasiadas confianzas.
Sin demorarse Fleur aceptó la mano que le ofrecía la chica y sus ojos parecieron brillar, radiantes. Tal vez tuviera en frente a la joya de la corona.
—Ese té parece muy tentador... —dijo como respuesta mientras se incorporaba. La siguió. Y se descubrió pensando que podría seguirla mucho más allá de lo que imaginaba.
Y sobre todo contemplaban el futuro, lo cual era nuevo. Fleur acompañó todo el entusiasmo de la aparición nocturna con su proyecto. En última instancia se sonrojó con los cumplidos a su cuello e hizo un gesto con la mano entre risas para dar a entender que ella no pensaba tan bien de sí misma. ¿O tal vez sí?
—¡Oh, vaya! Puedes contar conmigo para salir en portada —bromeó, permitiéndose fantasear un poco.
Y es que se había pasado tanto tiempo esperando la llegada de la Luna Roja que una vez había presenciado tal evento se preguntaba qué había detrás. Escuchar lo animada que se encontraba Kahlo con la joyería le hacía plantearse qué es lo que quería ella. ¿Cuál era su deseo más profundo? ¿Bailar? ¿Ayudar a la gente? No tenía ni idea. Pero estaba dispuesta a escucharse, aunque eso también fuera nuevo.
Menos mal que su ofrecimiento había sido aceptado sin decoros, de lo contrario la francesa habría sentido que metía la pata por tomarse demasiadas confianzas.
Sin demorarse Fleur aceptó la mano que le ofrecía la chica y sus ojos parecieron brillar, radiantes. Tal vez tuviera en frente a la joya de la corona.
—Ese té parece muy tentador... —dijo como respuesta mientras se incorporaba. La siguió. Y se descubrió pensando que podría seguirla mucho más allá de lo que imaginaba.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos
21/09/23, 02:31 pm
Giz apareció frente al edificio de la sede todavía acuclillado. Frente a él aparecieron también los cuerpos inconscientes de Mónica, la bruja de los espejos, y Keskit, una ulterana con rasgos de escualo. El goliat se aseguró de que llegaron bien y llamó a la puerta con urgencia. Mientras esperaba cualquier respuesta de dentro, hizo levitar a las dos chicas para moverlas con mayor destreza que si cargase con ellas con su escasa fuerza. Les abrió Adru, el gamusino que conocieron en la boutique.
Debía de estar al tanto de lo que estaban pasando por sus compañeros de cosecha y de hogar, pero aun así creyó pertinente una breve explicación. Mientras tanto, Noel y Adara probablemente aparecerían también.
—Encontraron a los desaparecidos, habían sido secuestrados y los traemos para resguardarlos —dijo con premura.
No esperó respuesta ninguna y, en cuanto estuvo la puerta abierta, se adentró hasta la sala común más cercana para dejar a Mónica y Keskit en los sofás.
Debía de estar al tanto de lo que estaban pasando por sus compañeros de cosecha y de hogar, pero aun así creyó pertinente una breve explicación. Mientras tanto, Noel y Adara probablemente aparecerían también.
—Encontraron a los desaparecidos, habían sido secuestrados y los traemos para resguardarlos —dijo con premura.
No esperó respuesta ninguna y, en cuanto estuvo la puerta abierta, se adentró hasta la sala común más cercana para dejar a Mónica y Keskit en los sofás.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Sede de los Taumaturgos
23/09/23, 03:00 pm
Quiero ir. Quiero entrar a fuego y no sé, liarme a hostias o algo. Pero no, no. Han conseguido sacar a un buen puñado del edificio, nuevos transformados por lo que yo sé. Hay un plan y gente a la que poner a salvo. Ellos van primero.
—Vamos, sí —respondo a Noel—Primero van ellos, pero estaré de vuelta. Podría haber más que poner a salvo, o igual necesitan apoyo. —Pero ahora es hora de moverse. Aunque no sea en la dirección que prefiero.
Me aseguro de agarrar bien al que queda y activo el amuleto. No sé ni quién es, ni me importa mucho. Simplemente es alguien que necesita que le pongan a salvo. Teletransportarse me deja una sensación un tanto extraña, pero con el tiempo creo que me he ido acostumbrando y es muy conveniente. Aunque, sinceramente, prefiero volar.
Ah, perfecto. Veo que Giz ya se dio a conocer y pasó a dejar su carga. Le sigo dentro. Imagino que estarán al día sobre la situación, aunque veo que Giz ha preferido asegurarse.
—Creo que estarán en buenas manos aquí —comento a la sala, pero principalmente para mis dos acompañantes—Me pondré en contacto si hay cualquier cosa.
Y así como digo eso, me preparo para regresar al lugar de la acción.
—Vamos, sí —respondo a Noel—Primero van ellos, pero estaré de vuelta. Podría haber más que poner a salvo, o igual necesitan apoyo. —Pero ahora es hora de moverse. Aunque no sea en la dirección que prefiero.
Me aseguro de agarrar bien al que queda y activo el amuleto. No sé ni quién es, ni me importa mucho. Simplemente es alguien que necesita que le pongan a salvo. Teletransportarse me deja una sensación un tanto extraña, pero con el tiempo creo que me he ido acostumbrando y es muy conveniente. Aunque, sinceramente, prefiero volar.
Ah, perfecto. Veo que Giz ya se dio a conocer y pasó a dejar su carga. Le sigo dentro. Imagino que estarán al día sobre la situación, aunque veo que Giz ha preferido asegurarse.
—Creo que estarán en buenas manos aquí —comento a la sala, pero principalmente para mis dos acompañantes—Me pondré en contacto si hay cualquier cosa.
Y así como digo eso, me preparo para regresar al lugar de la acción.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos
24/09/23, 01:36 pm
Adrune
Al grito de “¡Yo abro!”, Adru que se encontraba en la planta baja bebiendo un poco de agua tras un entrenamiento, se acercó corriendo a la puerta para recibir con una sonrisa que se esfumó muy rápido. Reconoció al asreniano, aunque la verdad es que no se acordaba de su nombre, y le habría saludado muy efusivamente de no ser porque parecía llevar consigo a dos personas desmayadas y porque enseguida reconoció a una de ellas. El gamusino se llevó las manos a la boca, ahogando un gesto de sorpresa.
—¡Es Mónica! — exclamó igualmente sin poder evitarlo— Tengo que avisar a… No, pero Tay y Sinceridad están trabajando… ¿Tú eras amigo de Jack? Ay… Pero puedo avisar al resto mientras… ¿¿Habéis encontrado también a Arcan?? —le asaltó de pronto la idea, mirando hacia la otra persona que llevaba el reptil que no reconocía en absoluto.
Se revolvía en el sitio incómode sin saber qué hacer, cuando otra voz conocida y su dueño aparecieron tras el asreniano, con más gente sin conocimiento.
Noel
En cuanto apareció cerca de la Sede, escuchó a Giz hablando con el gamusino que habían conocido durante la inauguración de las termas. Como cabía esperar parecía nerviosa, por lo que se apresuró a acercarse con los otros dos desparecidos que cargaba.
—Tayron y Sinceridad están al tanto: de hecho, ellos son los que han salvado a Mónica y a los demás —explicó mientras pedía paso—. Vamos a dejarlos en los sofás de la sala común: es mejor que no les despertéis todavía por si acaso. Probablemente se despierten solos al cabo de un rato. Creo que, excepto Mónica, estos chicos son neotransformados. ¿Hay alguien que acabe de llegar a la Sede esta Luna a quien puedas avisar?
El draco dejaría a la irrense en uno de los sillones y a la repobladora sobre la mesa de café. Adara no tardaría en llegar también con el asreniano que faltaba, y una vez estuviesen todos los rescatados en su sitio comenzaría a terminar de quitarles las cadenas con la ayuda de sus amigos. El sinhadre, mientras tanto, había dicho que iba a avisar a sus compañeros y que alguien tendría que avisar a los chicos de la Torre Serpentaria, pues al parecer no se encontraba ningún compañero de aquel grupo en el edificio.
>>¡De acuerdo, les enviaremos un mensaje mediante los portales!>> se había ido a toda prisa, dejando una curiosa imagen fantasmal de sí mismo detrás, por lo que usó la telepatía para hacérselo saber, permitiendo que también Giz y Adara pudiesen escucharle.
—Creo que es mejor que me quede para explicarles a los que lleguen la situación —les diría una vez hubiesen llevado a cabo ambas cosas y la ángel negro ya estuviese dispuesta a regresar—. Y después me quedaré por los alrededores, por si acaso alguien viniese a… reclamarlos —señaló a los dormidos con un gesto de cabeza—. Mantenedme al tanto de lo que ocurre y haré lo mismo —finalizó alzando su comunicador.
Al grito de “¡Yo abro!”, Adru que se encontraba en la planta baja bebiendo un poco de agua tras un entrenamiento, se acercó corriendo a la puerta para recibir con una sonrisa que se esfumó muy rápido. Reconoció al asreniano, aunque la verdad es que no se acordaba de su nombre, y le habría saludado muy efusivamente de no ser porque parecía llevar consigo a dos personas desmayadas y porque enseguida reconoció a una de ellas. El gamusino se llevó las manos a la boca, ahogando un gesto de sorpresa.
—¡Es Mónica! — exclamó igualmente sin poder evitarlo— Tengo que avisar a… No, pero Tay y Sinceridad están trabajando… ¿Tú eras amigo de Jack? Ay… Pero puedo avisar al resto mientras… ¿¿Habéis encontrado también a Arcan?? —le asaltó de pronto la idea, mirando hacia la otra persona que llevaba el reptil que no reconocía en absoluto.
Se revolvía en el sitio incómode sin saber qué hacer, cuando otra voz conocida y su dueño aparecieron tras el asreniano, con más gente sin conocimiento.
Noel
En cuanto apareció cerca de la Sede, escuchó a Giz hablando con el gamusino que habían conocido durante la inauguración de las termas. Como cabía esperar parecía nerviosa, por lo que se apresuró a acercarse con los otros dos desparecidos que cargaba.
—Tayron y Sinceridad están al tanto: de hecho, ellos son los que han salvado a Mónica y a los demás —explicó mientras pedía paso—. Vamos a dejarlos en los sofás de la sala común: es mejor que no les despertéis todavía por si acaso. Probablemente se despierten solos al cabo de un rato. Creo que, excepto Mónica, estos chicos son neotransformados. ¿Hay alguien que acabe de llegar a la Sede esta Luna a quien puedas avisar?
El draco dejaría a la irrense en uno de los sillones y a la repobladora sobre la mesa de café. Adara no tardaría en llegar también con el asreniano que faltaba, y una vez estuviesen todos los rescatados en su sitio comenzaría a terminar de quitarles las cadenas con la ayuda de sus amigos. El sinhadre, mientras tanto, había dicho que iba a avisar a sus compañeros y que alguien tendría que avisar a los chicos de la Torre Serpentaria, pues al parecer no se encontraba ningún compañero de aquel grupo en el edificio.
>>¡De acuerdo, les enviaremos un mensaje mediante los portales!>> se había ido a toda prisa, dejando una curiosa imagen fantasmal de sí mismo detrás, por lo que usó la telepatía para hacérselo saber, permitiendo que también Giz y Adara pudiesen escucharle.
—Creo que es mejor que me quede para explicarles a los que lleguen la situación —les diría una vez hubiesen llevado a cabo ambas cosas y la ángel negro ya estuviese dispuesta a regresar—. Y después me quedaré por los alrededores, por si acaso alguien viniese a… reclamarlos —señaló a los dormidos con un gesto de cabeza—. Mantenedme al tanto de lo que ocurre y haré lo mismo —finalizó alzando su comunicador.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos
28/09/23, 12:30 am
Giz atendió a Adrune, escuchó su pregunta y, tras un par de segundos en los que pareció no enterarse, torció levemente el morro y negó con la cabeza. Arcan era la rapiña que había desaparecido, una de las muchas personas que no habían encontrado aún, como Matt. Dejó escapar un breve "Lo siento" sin mucha emoción, ensimismado en su cauce de pensamientos, y asintió después a Noel.
—Perfecto —le dijo. Y en un santiamén desapareció tras la ángel negro.
.....
Eitne, por su parte, sabía que se estaba cociendo algo gordo. Un posible rescate a sus amigos y otros desaparecidos de mano de Tayron, Sinceridad y varios conocidos más, entre ellos la bruja detective, el descabezado con el pollo chulo y la cornuda con el lagarto chulo y el murciélago chulo y el colaespina chulo y... A ver, no era que el resto no molaran, pero les faltaban las mascotas ayudantes. El propio niño cargaba sobre su pelo a Limón, su ratón-jilguero, cuando bajó a toda pastilla por las escaleras, en cuanto sintió algo de movimiento. El animal no parecía molesto por el trajín, pero el niño se veía visiblemente preocupado por lo que pudiera encontrarse ahí abajo.
Lo primero que vio fue a la ángel negro y el goliat desvaneciéndose. <<¿Habrá más que aún no han traído?>>. Escuchó también al draco de estínfalo que pedía no despertar a nadie. El niño se tapó la boca, contuvo el impulso de gritar el nombre de Mónica de forma que solo ella pudiera oírle para sobresaltarla y comprobar que estaba viva y entera y obedeció como pocas veces. Se acercó a Adru para sentirse más seguro y se quedó ligeramente por detrás de elle, a su vera.
—Señor —se dirigió a Noel, pero proyectó su voz a todos excepto a los durmientes—, ¿estarán bien cuando despierten?
Al niño le daba miedo que Mónica no les reconociese nada más despertar, o que hubiesen perdido algún sentido durante el secuestro, como el gusto o el olfato, ¡o los poderes!, o que les hubiesen hecho daño del que no se puede ver porque la magia puede esconderlo todo. También pensaba, sobrevalorando sus propias habilidades y fantaseando con el futuro más inmediato, que si alguno de los chicos se despertaba y no quería cooperar, su voz podría ser útil para convencerle o para calmarle.
—Perfecto —le dijo. Y en un santiamén desapareció tras la ángel negro.
.....
Eitne, por su parte, sabía que se estaba cociendo algo gordo. Un posible rescate a sus amigos y otros desaparecidos de mano de Tayron, Sinceridad y varios conocidos más, entre ellos la bruja detective, el descabezado con el pollo chulo y la cornuda con el lagarto chulo y el murciélago chulo y el colaespina chulo y... A ver, no era que el resto no molaran, pero les faltaban las mascotas ayudantes. El propio niño cargaba sobre su pelo a Limón, su ratón-jilguero, cuando bajó a toda pastilla por las escaleras, en cuanto sintió algo de movimiento. El animal no parecía molesto por el trajín, pero el niño se veía visiblemente preocupado por lo que pudiera encontrarse ahí abajo.
Lo primero que vio fue a la ángel negro y el goliat desvaneciéndose. <<¿Habrá más que aún no han traído?>>. Escuchó también al draco de estínfalo que pedía no despertar a nadie. El niño se tapó la boca, contuvo el impulso de gritar el nombre de Mónica de forma que solo ella pudiera oírle para sobresaltarla y comprobar que estaba viva y entera y obedeció como pocas veces. Se acercó a Adru para sentirse más seguro y se quedó ligeramente por detrás de elle, a su vera.
—Señor —se dirigió a Noel, pero proyectó su voz a todos excepto a los durmientes—, ¿estarán bien cuando despierten?
Al niño le daba miedo que Mónica no les reconociese nada más despertar, o que hubiesen perdido algún sentido durante el secuestro, como el gusto o el olfato, ¡o los poderes!, o que les hubiesen hecho daño del que no se puede ver porque la magia puede esconderlo todo. También pensaba, sobrevalorando sus propias habilidades y fantaseando con el futuro más inmediato, que si alguno de los chicos se despertaba y no quería cooperar, su voz podría ser útil para convencerle o para calmarle.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos
16/10/23, 07:34 pm
Noel
Tras irse Adara y Giz, un pequeño grupo no tardó en aparecer junto al inquieto gamusino. Le sonaban las caras de todos sin estar muy seguro de dónde, aunque solo había tratado directamente hasta ese momento con la pareja sinhadre. Ah, no, aquel era el dependiente de la boutique de dama Isis; reconoció al chico humano tras verle más de cerca. Los saludó de forma general con un gesto un breve “hola”, pero su atención se vio absorbida de pronto por una voz acompañada de un tintineo, procedente del pequeño daeliciano.
Ya estaba acostumbrado a tratar con transformaciones con efectos ligeramente hipnóticos, aunque no reconocía aquel en concreto, pues no se parecía al de veela y mucho menos al de un íncubo. La gravedad de la situación y el hecho de que habían sido solo unas pocas palabras le hizo aclarar la mente enseguida para responder a su pregunta.
—No hay de qué preocuparse —le aseguró mirándole primero a él y después al resto de sus compañeros—. Ya les hemos hecho un examen superficial y parecen encontrarse perfectamente. Están…
La puerta de la Sede abriéndose de golpe cortó su respuesta y unos pasos apresurados pertenecientes a varias personas le hizo girarse hacia allí, imaginándose quienes iban a aparecer por el salón. Aunque había alguna que otra cara desconocida para él, no se equivocaba: varios de los neotransformados a los que habían impartido la clase de mágica curativa habían acudido rápidamente al recibir su mensaje. Viendo las intenciones de algunos de ellos les detuvo con un gesto.
—Están bien, pero dormidos mediante hechizos —continuó la explicación que había dejado a medias—. Es mejor que, por ahora, dejéis que se despierten por su cuenta.
Procedió a explicarles brevemente que dama Enigma y otras personas los habían encontrado y puesto a salvo. No sabía si ellos conocían al lémur y la argos, o si sabían quiénes eran Kimbra o el dullahan amigos de la nebulomante, pero probablemente hablarían con esta última en algún momento y ella podría explicarles más detalles si era preciso.
>>Si tardasen más de una media hora o si pasase algo… avisadme —añadió mientras echaba a andar en dirección a la puerta—. Voy a patrullar los alrededores por si acaso. Si necesitáis cualquier cosa tan solo pegad un grito desde la puerta. Os oiré. Me llamo Noel, por si nadie lo recuerda.
Dudó un instante, sin saber muy bien cómo despedirse, y finalmente optó por un vago gesto con el brazo antes de abandonar la Sede. Se hubiese ido de cualquier forma, pero una parte de él no se sentía nada cómodo, sin la presencia de sus amigos, rodeado de tanta gente a la que apenas conocía.
Lethe
La horus llegó al otro refugio casi sin aliento. En cuanto que supo del mensaje que había llegado a la Torre procedió a avisar a cualquiera que aún no lo supiera y corrió en dirección a la Sede de los Taumaturgos con una sensación de creciente ansiedad en su pecho. El mensaje solo decía que habían aparecido algunas personas, pero no quiénes ni cuantos.
Sabían la contraseña, por lo que entraron directamente y la enderth no tardó en apresurarse hacia el lugar de donde provenían voces. Solo el gesto de su cosechador le detuvo de no echar a correr de nuevo hacia las personas aparentemente sin conocimiento, entre las que no tardó en encontrar algunas caras conocidas. Se revolvía de la forma lo menos notoria posible pero inquieta mientras el draco explicaba la situación y lo que sí pudo comprobar mientras tanto era de quiénes se trataba. Antes de que su cosechador se fuera solo le hizo una pregunta.
—¿No han encontrado a nadie más?
La negativa fue un pequeño mazazo. Se alegraba de ver al grupo de Keskit, Reira, Jara y Dren a salvo, por supuesto, pero… ¿Por qué no estaban también allí Reina, o Kolja…?
Se acercó al otro grupo y los saludó brevemente.
>>Ella es… amiga vuestra, supongo —dijo señalando con la mirada a la humana que también dormía. Y según lo hacía, de pronto la chica empezó a moverse más allá del leve subir y bajar de su pecho producido por la respiración. Lethe se apartó y bajó aún más la voz—. ¿Se está despertando?
Tras irse Adara y Giz, un pequeño grupo no tardó en aparecer junto al inquieto gamusino. Le sonaban las caras de todos sin estar muy seguro de dónde, aunque solo había tratado directamente hasta ese momento con la pareja sinhadre. Ah, no, aquel era el dependiente de la boutique de dama Isis; reconoció al chico humano tras verle más de cerca. Los saludó de forma general con un gesto un breve “hola”, pero su atención se vio absorbida de pronto por una voz acompañada de un tintineo, procedente del pequeño daeliciano.
Ya estaba acostumbrado a tratar con transformaciones con efectos ligeramente hipnóticos, aunque no reconocía aquel en concreto, pues no se parecía al de veela y mucho menos al de un íncubo. La gravedad de la situación y el hecho de que habían sido solo unas pocas palabras le hizo aclarar la mente enseguida para responder a su pregunta.
—No hay de qué preocuparse —le aseguró mirándole primero a él y después al resto de sus compañeros—. Ya les hemos hecho un examen superficial y parecen encontrarse perfectamente. Están…
La puerta de la Sede abriéndose de golpe cortó su respuesta y unos pasos apresurados pertenecientes a varias personas le hizo girarse hacia allí, imaginándose quienes iban a aparecer por el salón. Aunque había alguna que otra cara desconocida para él, no se equivocaba: varios de los neotransformados a los que habían impartido la clase de mágica curativa habían acudido rápidamente al recibir su mensaje. Viendo las intenciones de algunos de ellos les detuvo con un gesto.
—Están bien, pero dormidos mediante hechizos —continuó la explicación que había dejado a medias—. Es mejor que, por ahora, dejéis que se despierten por su cuenta.
Procedió a explicarles brevemente que dama Enigma y otras personas los habían encontrado y puesto a salvo. No sabía si ellos conocían al lémur y la argos, o si sabían quiénes eran Kimbra o el dullahan amigos de la nebulomante, pero probablemente hablarían con esta última en algún momento y ella podría explicarles más detalles si era preciso.
>>Si tardasen más de una media hora o si pasase algo… avisadme —añadió mientras echaba a andar en dirección a la puerta—. Voy a patrullar los alrededores por si acaso. Si necesitáis cualquier cosa tan solo pegad un grito desde la puerta. Os oiré. Me llamo Noel, por si nadie lo recuerda.
Dudó un instante, sin saber muy bien cómo despedirse, y finalmente optó por un vago gesto con el brazo antes de abandonar la Sede. Se hubiese ido de cualquier forma, pero una parte de él no se sentía nada cómodo, sin la presencia de sus amigos, rodeado de tanta gente a la que apenas conocía.
Lethe
La horus llegó al otro refugio casi sin aliento. En cuanto que supo del mensaje que había llegado a la Torre procedió a avisar a cualquiera que aún no lo supiera y corrió en dirección a la Sede de los Taumaturgos con una sensación de creciente ansiedad en su pecho. El mensaje solo decía que habían aparecido algunas personas, pero no quiénes ni cuantos.
Sabían la contraseña, por lo que entraron directamente y la enderth no tardó en apresurarse hacia el lugar de donde provenían voces. Solo el gesto de su cosechador le detuvo de no echar a correr de nuevo hacia las personas aparentemente sin conocimiento, entre las que no tardó en encontrar algunas caras conocidas. Se revolvía de la forma lo menos notoria posible pero inquieta mientras el draco explicaba la situación y lo que sí pudo comprobar mientras tanto era de quiénes se trataba. Antes de que su cosechador se fuera solo le hizo una pregunta.
—¿No han encontrado a nadie más?
La negativa fue un pequeño mazazo. Se alegraba de ver al grupo de Keskit, Reira, Jara y Dren a salvo, por supuesto, pero… ¿Por qué no estaban también allí Reina, o Kolja…?
Se acercó al otro grupo y los saludó brevemente.
>>Ella es… amiga vuestra, supongo —dijo señalando con la mirada a la humana que también dormía. Y según lo hacía, de pronto la chica empezó a moverse más allá del leve subir y bajar de su pecho producido por la respiración. Lethe se apartó y bajó aún más la voz—. ¿Se está despertando?
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Sede de los Taumaturgos
16/10/23, 10:37 pm
El pegaso estaba atacado de los nervios. Al fin recibió el mensaje que llegó a la Torre de parte de Lethe y, sin dudarlo un segundo fue detrás de su compañera y amiga acompañado de quienes fuesen también.
Habían aparecido. El mensaje no especificaba quienes pero tenía esperanzas, Adam quería verlos de nuevo, a salvo, todos juntos como antes. Una familia. El pegaso estaba impaciente de ver de una maldita vez las caras de todos los desaparecidos en especial de su buen amigo Kolja. Le haría saber que lo pasó fatal en cuanto decidió de manera egoista irse así sin avisar. Siguió caminando, esperando a que Lethe cediese el paso dentro de la Sede con la contraseña. No podía quedarse quieto, avanzaba y avanzaba esperando a ver a…
Cuando vio a todos, alguno conocido como el cosechador de Lethe, se enfocó exclusivamente en aquellas personas dormidas. Por un lado su pecho se aflojó por dentro cuando vio a los chicos de aquel torreón a salvo, algunos de ellos. Quizás entre ellos estarían los que quedaban, ¿verdad?
No veía a Kolja.
—¿Y... Y el resto? —se giró agobiado, tragando saliva.
Kolja...
No pudo ni saludar, no le salía aun teniendo desconocidos en la sala. Apenas se fijó en sus rasgos, en si eran amables o no. Lo único que pudo deducir es que todos andaban implicados en la búsqueda de sus amigos.
Y ahí vino la negativa, dato que, complementado con el hecho de que ni Kolja ni Reina estaban ahi dejaron a Adam sintiendo como se desmoronaba poco a poco por dentro.
—¿Qué? ¿Noel...? —solo eso salió de su boca, en un hilo de voz que quizás no escucharía el draco de estínfalo, persona en la que enfocó su atención mientras se iba. Tenía muchas preguntas pero simplemente no podía verbalizarlas siquiera, estaba en su mente pensando muchas cosas, demasiadas. Bloqueado, miró a la que andaba despertando poco a poco.
¿Y el resto? ¿Y el resto?
Habían aparecido. El mensaje no especificaba quienes pero tenía esperanzas, Adam quería verlos de nuevo, a salvo, todos juntos como antes. Una familia. El pegaso estaba impaciente de ver de una maldita vez las caras de todos los desaparecidos en especial de su buen amigo Kolja. Le haría saber que lo pasó fatal en cuanto decidió de manera egoista irse así sin avisar. Siguió caminando, esperando a que Lethe cediese el paso dentro de la Sede con la contraseña. No podía quedarse quieto, avanzaba y avanzaba esperando a ver a…
Cuando vio a todos, alguno conocido como el cosechador de Lethe, se enfocó exclusivamente en aquellas personas dormidas. Por un lado su pecho se aflojó por dentro cuando vio a los chicos de aquel torreón a salvo, algunos de ellos. Quizás entre ellos estarían los que quedaban, ¿verdad?
No veía a Kolja.
—¿Y... Y el resto? —se giró agobiado, tragando saliva.
Kolja...
No pudo ni saludar, no le salía aun teniendo desconocidos en la sala. Apenas se fijó en sus rasgos, en si eran amables o no. Lo único que pudo deducir es que todos andaban implicados en la búsqueda de sus amigos.
Y ahí vino la negativa, dato que, complementado con el hecho de que ni Kolja ni Reina estaban ahi dejaron a Adam sintiendo como se desmoronaba poco a poco por dentro.
—¿Qué? ¿Noel...? —solo eso salió de su boca, en un hilo de voz que quizás no escucharía el draco de estínfalo, persona en la que enfocó su atención mientras se iba. Tenía muchas preguntas pero simplemente no podía verbalizarlas siquiera, estaba en su mente pensando muchas cosas, demasiadas. Bloqueado, miró a la que andaba despertando poco a poco.
¿Y el resto? ¿Y el resto?
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Sede de los Taumaturgos
17/10/23, 12:07 am
Chromsa estaba tranquilamente en el salón de Serpentaria jugueteando con su dominio cuando Lethe bajó avisando de la noticia que tanto llevaban esperando: habían encontrado a los desaparecidos. En cuanto lo escuchó dio un respingo en el sillón que lo levantó directamente, todavía incrédulo por si había escuchado mal. -¿Los han encontrado?- repitió, más para él mismo para creérselo que para que la enderth se lo confirmara.
Salieron corriendo hacia la Sede con todas sus fuerzas. Después de meses por fin estaban de vuelta. Pero, ¿cómo se encontrarían? ¿Estarían bien, se habrían hecho daño? ¿Estarían todos? Aquellas dudas rondaban la cabeza del preocupado fauno y cada una hacía que aumentara la velocidad aún más a la espera de reencontrarse con sus amigos.
La horus los guio hasta el otro torreón y al pasar al interior se fijó que eran los últimos en llegar. Miró con nerviosismo a todos lados, buscando a Kolja, Reina y al resto de compañeros. Allí estaba Noel, pero el resto de ciudadanos no le sonaban de nada. Y luego reparó en el sofá. Una momentánea sonrisa se le dibujó en el rostro al ver a los macieleros, además de una chica que no conocía. Pero el resto seguían en paradero desconocido. Escuchó al draco explicar lo que estaba sucediendo, intentando contener sin demasiado éxito los nervios. Las hojas también lo delataban, porque aunque intentaba mantenerlas cerca e incluso absorberlas, todavía las que quedaban giraban a su alrededor con velocidad, algunas incluso doblando y desdoblándose solas.
-E-Entendido. Muchas gracias- respondió a Noel asintiendo varias veces. La respuesta que dio a la pregunta de Lethe no era muy esperanzadora y no hizo más que aumentar su ansiedad. Por supuesto buscaba el lado positivo al por qué no habían dado con ellos todavía, pero la preocupación no se iba a ir por ello. Nervioso, se giró hacia el resto de personas de la habitación, levantando una mano a modo de saludo: -Ho-Hola- En otra situación se habría presentado mejor, pero el momento no ayudaba.
Tal como había dado la cara a los desconocidos, volvió a girarse hacia Adam, que miraba a la entrada. Preocupado por lo que había escuchado (aunque no hacía falta más que ver al ruso), se acercó y le puso una mano en el hombro. -Adam... Tal vez estén en otro sitio, seguro que estarán buscándolo- dijo intentando calmarlo a él, aunque cualquiera podría escucharlo y en realidad iba dirigido también al resto de sus compañeros. Era lo que esperaba, lo que estaba rezándole a la Santa Acromía para que ocurriera. -(Están bien, los encontrarán pronto)-
De nuevo, se giro instantáneamente al grupo en cuanto escuchó a la enderth. Se acercó hasta su lado para ver como la chica, seguramente la amiga del resto de presentes, empezaba a moverse. ¿Sabría ella algo más? Esperó con el corazón latiéndole a mil a que despertara y, tal vez, les diera más respuestas.
Salieron corriendo hacia la Sede con todas sus fuerzas. Después de meses por fin estaban de vuelta. Pero, ¿cómo se encontrarían? ¿Estarían bien, se habrían hecho daño? ¿Estarían todos? Aquellas dudas rondaban la cabeza del preocupado fauno y cada una hacía que aumentara la velocidad aún más a la espera de reencontrarse con sus amigos.
La horus los guio hasta el otro torreón y al pasar al interior se fijó que eran los últimos en llegar. Miró con nerviosismo a todos lados, buscando a Kolja, Reina y al resto de compañeros. Allí estaba Noel, pero el resto de ciudadanos no le sonaban de nada. Y luego reparó en el sofá. Una momentánea sonrisa se le dibujó en el rostro al ver a los macieleros, además de una chica que no conocía. Pero el resto seguían en paradero desconocido. Escuchó al draco explicar lo que estaba sucediendo, intentando contener sin demasiado éxito los nervios. Las hojas también lo delataban, porque aunque intentaba mantenerlas cerca e incluso absorberlas, todavía las que quedaban giraban a su alrededor con velocidad, algunas incluso doblando y desdoblándose solas.
-E-Entendido. Muchas gracias- respondió a Noel asintiendo varias veces. La respuesta que dio a la pregunta de Lethe no era muy esperanzadora y no hizo más que aumentar su ansiedad. Por supuesto buscaba el lado positivo al por qué no habían dado con ellos todavía, pero la preocupación no se iba a ir por ello. Nervioso, se giró hacia el resto de personas de la habitación, levantando una mano a modo de saludo: -Ho-Hola- En otra situación se habría presentado mejor, pero el momento no ayudaba.
Tal como había dado la cara a los desconocidos, volvió a girarse hacia Adam, que miraba a la entrada. Preocupado por lo que había escuchado (aunque no hacía falta más que ver al ruso), se acercó y le puso una mano en el hombro. -Adam... Tal vez estén en otro sitio, seguro que estarán buscándolo- dijo intentando calmarlo a él, aunque cualquiera podría escucharlo y en realidad iba dirigido también al resto de sus compañeros. Era lo que esperaba, lo que estaba rezándole a la Santa Acromía para que ocurriera. -(Están bien, los encontrarán pronto)-
De nuevo, se giro instantáneamente al grupo en cuanto escuchó a la enderth. Se acercó hasta su lado para ver como la chica, seguramente la amiga del resto de presentes, empezaba a moverse. ¿Sabría ella algo más? Esperó con el corazón latiéndole a mil a que despertara y, tal vez, les diera más respuestas.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Sede de los Taumaturgos
20/10/23, 11:59 am
El aviso de Lethe era como los primeros rayos de sol tras una tormenta, lleno de esperanza en un clima aún revuelto. Amira quería ser positiva, creer que habrían aparecido todos sanos y salvos, como si en Rocavaracolia pudiera haber finales felices. Ni siquiera quiso plantearse que no hubieran aparecido todos. Se limitó a correr hacia la Sede con sus compañeros, dejando que la Horus abriese la puerta con una contraseña conocida.
Se dirigieron hacia donde habían dejado a los desaparecidos, aunque un tío altísimo con alas y plumas les cortó el paso para pedirles que les dejaran espacio al estar dormidos. La valkyria echó un vistazo a los durmientes, buscando entre ellos caras conocidas que estaban ahí…y otras que no. Ni Kolja ni Reina estaban. Le alegraba ver allí a los otros desaparecidos de su cosecha, pero la falta de sus compañeros de torreón era notable. «Joder»
El nerviosismo de Adam, los intentos de consolarle de Chromsa. Entendía las intenciones de dar esperanza de este último, pero consideraba que estaba siendo demasiado positivo hasta para ella. Si no habían aparecido ya era posible que no lo hicieran, y es que en aquella ciudad no parecían existir los finales felices. Si algo salía bien, tenían que perder algo, como con Setenta y siete; le habían matado pero habían perdido a Qirra y habían salido heridos.
El aviso de Lethe hizo que se girase de vuelta a la chica que se estaba despertando, encontrándose por el camino con otras personas a las que no había procesado hasta el momento, nerviosa por reencontrarse por unos compañeros que no estaban ahí. Saludó levemente con un gesto de la mano. Sin querer agobiar a la chica se quedó algo atrás, dejando espacio, pero esperando que les pudiera dar respuestas.
Se dirigieron hacia donde habían dejado a los desaparecidos, aunque un tío altísimo con alas y plumas les cortó el paso para pedirles que les dejaran espacio al estar dormidos. La valkyria echó un vistazo a los durmientes, buscando entre ellos caras conocidas que estaban ahí…y otras que no. Ni Kolja ni Reina estaban. Le alegraba ver allí a los otros desaparecidos de su cosecha, pero la falta de sus compañeros de torreón era notable. «Joder»
El nerviosismo de Adam, los intentos de consolarle de Chromsa. Entendía las intenciones de dar esperanza de este último, pero consideraba que estaba siendo demasiado positivo hasta para ella. Si no habían aparecido ya era posible que no lo hicieran, y es que en aquella ciudad no parecían existir los finales felices. Si algo salía bien, tenían que perder algo, como con Setenta y siete; le habían matado pero habían perdido a Qirra y habían salido heridos.
El aviso de Lethe hizo que se girase de vuelta a la chica que se estaba despertando, encontrándose por el camino con otras personas a las que no había procesado hasta el momento, nerviosa por reencontrarse por unos compañeros que no estaban ahí. Saludó levemente con un gesto de la mano. Sin querer agobiar a la chica se quedó algo atrás, dejando espacio, pero esperando que les pudiera dar respuestas.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos
22/10/23, 12:10 am
Fleur entró a tropel tal y como lo hicieron sus amigos tras pronunciar la contraseña. La ciudad volvía a hacer de las suyas, prometiendo la esperanza que más tarde caería en saco roto de que habían encontrado a algunos de los desaparecidos.
El destino no quiso que las personas halladas fueran las que más deseaba ver. Se alegró por Jara y los demás ya que convivió con ellos durante varias semanas y la culpabilidad por descifrar qué les ocurrió anidaba en sus sueños de manera recurrente. Pero no se trataba del ángel o Kiki. En su lugar una joven yacía en el suelo, junto con sus ilusiones rotas.
Los ojos celestes de la siwani se deslizaron por todos los presentes acompañados de una expresión compungida en el rostro. La última a la que miró fue a Amira, antes de aclararse la garganta y acercarse al ruso con voz apesadumbrada.
—Tranquilo... —le susurró, apoyando una de sus manos con dulzura en los brazos del pegaso. Intercambió una mirada cargada de dolor con Chromsa, para luego seguir su misma estela sin ser capaz de sonar tan positiva—. Noel no ha mencionado personas que hayan perdido la vida... eso debe de significar algo —añadió con palabras vacías, ni siquiera ella se creía algo de tal calibre.
La voz de Lethe captó su atención y Fleur se giró con fugacidad hacia donde la enderth hablaba. Parecía que la chica convaleciente se movía, a su lado se encontraban dos adolescentes muy coloridos. Solo pudo esbozarles una sonrisa triste. Ojalá estuviera en su lugar.
El destino no quiso que las personas halladas fueran las que más deseaba ver. Se alegró por Jara y los demás ya que convivió con ellos durante varias semanas y la culpabilidad por descifrar qué les ocurrió anidaba en sus sueños de manera recurrente. Pero no se trataba del ángel o Kiki. En su lugar una joven yacía en el suelo, junto con sus ilusiones rotas.
Los ojos celestes de la siwani se deslizaron por todos los presentes acompañados de una expresión compungida en el rostro. La última a la que miró fue a Amira, antes de aclararse la garganta y acercarse al ruso con voz apesadumbrada.
—Tranquilo... —le susurró, apoyando una de sus manos con dulzura en los brazos del pegaso. Intercambió una mirada cargada de dolor con Chromsa, para luego seguir su misma estela sin ser capaz de sonar tan positiva—. Noel no ha mencionado personas que hayan perdido la vida... eso debe de significar algo —añadió con palabras vacías, ni siquiera ella se creía algo de tal calibre.
La voz de Lethe captó su atención y Fleur se giró con fugacidad hacia donde la enderth hablaba. Parecía que la chica convaleciente se movía, a su lado se encontraban dos adolescentes muy coloridos. Solo pudo esbozarles una sonrisa triste. Ojalá estuviera en su lugar.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Sede de los Taumaturgos
22/10/23, 05:32 pm
Ella estaba… Bueno, ni ella misma lo sabía. ¿Ansiosa? Es posible. ¿En pánico? Diría que no. ¿Con una ligera sensación de irrealidad, como si la situación no fuera real o no le concerniera, como si su cerebro intentara protegerle de un impacto emocional demasiado fuerte? Sí, eso lo describiría bastante bien.
Pero aún con esas, la realidad era la que era. Ahí en la sede estaban varios de los desaparecidos. Ninguno de ellos se encontraba entre sus compañeros de torreón, pero más se encontraban supuestamente por llegar. Kradko se aferraba a eso y al hecho de que los rescatados se encontraban, a todas luces, perfectamente vivos y sanos. No tenía ni idea de lo que aquello podría significar. Las razones para un secuestro de tal naturaleza eran, sin duda, inimaginables para ella.
Lo que finalmente le dio el golpe emocional de forma visible fue percatarse de la reacción de los compañeros que la acompañaban. «No. No se merecen esto. Hemos pasado por todo y llegado allí juntos. No se lo merecen…».
Ahora sí, claramente nerviosa, se aferró a los suyos, sabiendo que necesitaban todo el apoyo tanto como ella misma lo necesitaba. Otros habían llegado y estaban bien, lo que era algo indudablemente bueno. Llegarían más. «Tan solo hay que esperar un poco».
Pero aún con esas, la realidad era la que era. Ahí en la sede estaban varios de los desaparecidos. Ninguno de ellos se encontraba entre sus compañeros de torreón, pero más se encontraban supuestamente por llegar. Kradko se aferraba a eso y al hecho de que los rescatados se encontraban, a todas luces, perfectamente vivos y sanos. No tenía ni idea de lo que aquello podría significar. Las razones para un secuestro de tal naturaleza eran, sin duda, inimaginables para ella.
Lo que finalmente le dio el golpe emocional de forma visible fue percatarse de la reacción de los compañeros que la acompañaban. «No. No se merecen esto. Hemos pasado por todo y llegado allí juntos. No se lo merecen…».
Ahora sí, claramente nerviosa, se aferró a los suyos, sabiendo que necesitaban todo el apoyo tanto como ella misma lo necesitaba. Otros habían llegado y estaban bien, lo que era algo indudablemente bueno. Llegarían más. «Tan solo hay que esperar un poco».
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Sede de los Taumaturgos
24/10/23, 04:04 pm
Los nervios invadían a Maila como si se tratara de un parásito oscuro y tenebroso, como solo podía serlo en Rocavarancolia. Habían recibido la noticia de que habían encontrado a los desaparecidos, y junto a la inminente alegría le seguía un temor profundo y arraigado. ¿Estarían bien o con heridas? ¿Estarían todos? Esperaba que fuera así, porque la alternativa no era agradable.
La hawaiana seguiría al resto con velocidad y buen paso, sin dejar de pensar en lo mucho que esperaba aquel ansiado reencuentro y en lo mucho que le aterraba también. Conforme el grupo iría avanzando la arena desperdigada entre cascotes y ruinas se iba alzando en los laterales de las calles, como si la gravedad dejara de existir al paso de su dueña y creara un camino para ellos. En una burda representación irónicamente, de la gravedad de lo que estaba ocurriendo.
Finalmente llegaron a la Sede y entraron dentro, después de que Lethe pronunciara las palabras que servían como contraseña del enorme edificio. Maila, nerviosa y preocupada como estaba, ni siquiera saludó a nadie del interior hasta observar a todos los desaparecidos. Y no estaban todos. Se alegró por ver a los compañeros con los que había convivido unas semanas, pero el hecho de notar la ausencia de Nery´s o Kiki era demasiado grande como para sentirse aliviada siquiera... Dentro se encontraban dos personas las cuáles no conocía, pero su atención se vio dirigida totalmente a la figura enorme y alada que ya le era familiar y que les pedía tranquilidad: Noel. Su negativa sobre que no había encontrado a los que faltaban fue como una caída en picado desde las alturas, y ella no tenía alas...
-¿Cómo que no los han encontrado...?- Preguntó a nadie en especial con la vista perdida, una vez el draco se fue de la sede, y sintiéndose cada vez más agobiada. Porque una verdad poderosa e inmutable iba naciendo poco a poco en su cabeza: tienen que estar... muertos. Y aunque veía a algunos de sus compañeros como Chromsa o Fleur intentando pensar en positivo, estaba claro que nadie y ni siquiera ellos mismos se creían un final feliz para los faltantes... O eso interpretaba su visión oscura y pesimista. Pronto, Lethe la sacó de su trance avisando de que una de ellas se estaba despertando. Maila no la conocía, pero igualmente prestó atención con los ojos abiertos mientras esperaba que abriera los suyos. Solo entonces aprovechó para mirar a los dos adolescentes desconocidos durante unos segundos y saludarlos de forma escueta y nerviosa con un asentimiento de cabeza.
La hawaiana seguiría al resto con velocidad y buen paso, sin dejar de pensar en lo mucho que esperaba aquel ansiado reencuentro y en lo mucho que le aterraba también. Conforme el grupo iría avanzando la arena desperdigada entre cascotes y ruinas se iba alzando en los laterales de las calles, como si la gravedad dejara de existir al paso de su dueña y creara un camino para ellos. En una burda representación irónicamente, de la gravedad de lo que estaba ocurriendo.
Finalmente llegaron a la Sede y entraron dentro, después de que Lethe pronunciara las palabras que servían como contraseña del enorme edificio. Maila, nerviosa y preocupada como estaba, ni siquiera saludó a nadie del interior hasta observar a todos los desaparecidos. Y no estaban todos. Se alegró por ver a los compañeros con los que había convivido unas semanas, pero el hecho de notar la ausencia de Nery´s o Kiki era demasiado grande como para sentirse aliviada siquiera... Dentro se encontraban dos personas las cuáles no conocía, pero su atención se vio dirigida totalmente a la figura enorme y alada que ya le era familiar y que les pedía tranquilidad: Noel. Su negativa sobre que no había encontrado a los que faltaban fue como una caída en picado desde las alturas, y ella no tenía alas...
-¿Cómo que no los han encontrado...?- Preguntó a nadie en especial con la vista perdida, una vez el draco se fue de la sede, y sintiéndose cada vez más agobiada. Porque una verdad poderosa e inmutable iba naciendo poco a poco en su cabeza: tienen que estar... muertos. Y aunque veía a algunos de sus compañeros como Chromsa o Fleur intentando pensar en positivo, estaba claro que nadie y ni siquiera ellos mismos se creían un final feliz para los faltantes... O eso interpretaba su visión oscura y pesimista. Pronto, Lethe la sacó de su trance avisando de que una de ellas se estaba despertando. Maila no la conocía, pero igualmente prestó atención con los ojos abiertos mientras esperaba que abriera los suyos. Solo entonces aprovechó para mirar a los dos adolescentes desconocidos durante unos segundos y saludarlos de forma escueta y nerviosa con un asentimiento de cabeza.
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