Sarah y el enfado

-No, estoy bien- fue más tajante de lo que quería dejar ver, y respondió chochando su lanza contra Ulmara, que fue repelido facilmente con el escudo de esta.

"Estoy harta de ser debil de dudar y estar asustada, no quiero mas dudas, lo odio todo, lo odio lo odio, odio sentirme debil, odio la tierra,esta ciudad, este planeta, la gente, lo odio todo, estoy harta harta harta...." se repetian sus pensamientos erraticos, haciéndola estar cada vez mas alterada. Sus movimientos se volvian mas rapidos y agresivos.

Sus golpes eran cada vez mas violentos y dejaban destapados muchos puntos flacos, el estilo de pelea de Sarah hasta ahora se habia caracterizado por ser excesivamente prudentes y analíticos, dejando pasar oportunidades de ataque para evitar asi posibles contraatques. Pero ahora era diferente, solo quería librarse de esta sensación que se iba adueñando de ella, queria vencer a Ulmara. El entrenamiento poco a poco se tornaba vital para Sarah.

Su corazon latia rápidamente al Igual que su respiración, el calor no provenía únicamente de su cuerpo sino también de esa emoción que la empezaba a empriagar.

En su cabeza se sucedían todas sus dudas, su años de vida perdidos fingiendo ser algo que no era, su soberbia, su hipocresía. Se había creído mejor que los demás y se había caido de bruzes contra el miedo, y lo odiaba, estaba harta del miedo, de su debilidad, de no poder tomar decisiones, de mirar el mundo a través de los ojos de los demás y sus expectativas. Y solo queria acabar con esos pensamientos. Atravesandolos con la lanza.

Golpeaba y golpeaba, hasta que en una mala pisada, perdio el equilibrio perdiendo su arma y masticando la arena de patio de Sendar.

"NO! ME PASA! NADA!" pensó, por primera vez lo tenía claro, no había pensamientos, dudas ni voces, solo una idea clara de querer luchar, luchar para vencer a todas sus dudas. Este sentimiento que nunca había sentido, o dado importancia, la hacia verse más fuerte y no temer ninguan de las consecuencias. Estaba harta del miedo y lo iba a vencer a puñetazo.

Agarró con una mano la arena del suelo mientras se lenvantaba. Se giró lanzando la arena a los ojos de Ulmara y dirigió un puñetazo al estomago de esta.

Sarah sabía que Ulmara era más fuerte y más experimentada en el combate que ella, pero Sarah no pensaba jugar limpio.

Aprovecho el golpe del escudo, que le quito la respiración, para bajar al suelo a recuperar su lanza y retroceder para colocarse en posición de ataque.

No tenia el escudo pero eso le permitiría ser más agil para poder esquivar los ataques de Ulmara.

Jugaría sucio usaría la lanza para desviar los ataques y así poder pegar una patada a cualquier parte que quedara desprotegida como las piernas.

Sarah seguía golpeándolo, pero pronto se vio rodeada de ojos, ¿Que estaba haciendo? ¿Desde cuando era así de irracional? ¿Que le estaba pasando? Ella no era así. Viendose captando las miradas de algunos de los compañeros del Torreón, tuvo unos segundos de conciencia.

Cogió con  furia su lanza y la tiró contra el suelo,  sus piernas empezaron a actuar saliendo de ahí, tenía que salir, deseaba estas sola, deseaba hacerse invisible, volar y desaparecer.

El enfado todavía seguía entre sus pensamientos y se dirigió hacia el Torreón, con intención de encerrarse en su cuarto.