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- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
El capítulo que faltaba
18/09/20, 01:17 am
Recuerdo del primer mensaje :
episodio censurado en Rusia
Rox terminó de abrocharse los botones de la camisa, habiendo tenido que rehacerlos todos por haberlos puesto mal en primer lugar. Tenía la cabeza en babia, pero estaba decidido a dar el paso. Ya había esperado demasiado y aquel era el momento perfecto. Desde hacía días estaba convencido en que se declararía a Milo en Kankri, incluso cuando solo podía imaginarse el lugar, y ahora que lo estaba viviendo el cambiante estaba completamente seguro. Si había esperado a que cayera la tarde había sido por no arruinar el día nada más empezarlo, por miedo a joder toda la experiencia. Si se iba con mal sabor de boca al menos lo haría con el buen recuerdo previo.
Había intentado no darle vueltas, pero los últimos minutos había estado nervioso por ello. Dejó los botones del cuello sin abrochar, con las clavículas al aire para no ahogarse bajo la prenda. Al menos no se declararía llevando solo el bañador, sería el colmo. Inspiró profundamente aquel olor a sal para encontrar fuerzas, con la vista perdida en el horizonte, resguardándose en el tacto de la arena fresca que escondía sus pies. Rena era su única confidente, a la cual le hizo un gesto antes de levantar el culo de la toalla.
—Oye, Milo —dijo fingiendo su mejor desinterés. Para añadirle efecto se estiró perezosamente—. ¿Te hace dar una vuelta por la orilla? Me estoy amodorrando.
Su voz tendría el volumen y el tono necesario para que no llamase la atención de nadie más. Si alguien se les pegaba al plan estaba jodido.
episodio censurado en Rusia
Rox terminó de abrocharse los botones de la camisa, habiendo tenido que rehacerlos todos por haberlos puesto mal en primer lugar. Tenía la cabeza en babia, pero estaba decidido a dar el paso. Ya había esperado demasiado y aquel era el momento perfecto. Desde hacía días estaba convencido en que se declararía a Milo en Kankri, incluso cuando solo podía imaginarse el lugar, y ahora que lo estaba viviendo el cambiante estaba completamente seguro. Si había esperado a que cayera la tarde había sido por no arruinar el día nada más empezarlo, por miedo a joder toda la experiencia. Si se iba con mal sabor de boca al menos lo haría con el buen recuerdo previo.
Había intentado no darle vueltas, pero los últimos minutos había estado nervioso por ello. Dejó los botones del cuello sin abrochar, con las clavículas al aire para no ahogarse bajo la prenda. Al menos no se declararía llevando solo el bañador, sería el colmo. Inspiró profundamente aquel olor a sal para encontrar fuerzas, con la vista perdida en el horizonte, resguardándose en el tacto de la arena fresca que escondía sus pies. Rena era su única confidente, a la cual le hizo un gesto antes de levantar el culo de la toalla.
—Oye, Milo —dijo fingiendo su mejor desinterés. Para añadirle efecto se estiró perezosamente—. ¿Te hace dar una vuelta por la orilla? Me estoy amodorrando.
Su voz tendría el volumen y el tono necesario para que no llamase la atención de nadie más. Si alguien se les pegaba al plan estaba jodido.
- ♪♫♬:
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El capítulo que faltaba
21/11/20, 05:19 pm
A Milo también dejó de funcionarle momentáneamente el cerebro cuando Rox le devolvió el apretón y la sonrisa, evitando que se soltaran sus manos. Aún le parecía todo demasiado irreal y sentirse así era nuevo para él, pero tendría que acostumbrarse pronto o empezaría a parecer más denso de lo que ya era de por sí.
—Lo entiendo, lo entiendo... —replicó con un bufido divertido, acomodándose de nuevo sobre la arena mientras escuchaba al australiano.
No se esperaba la confesión que el otro hizo a continuación, pues aunque recordaba perfectamente aquel día nunca se había vuelto a preguntar qué había gritado el otro a salvo en la burbuja de silencio. Pensar ahora en ello le hizo reir tras mirarle con cara de tonto unos instantes, rememorando aquella tarde con cierta nostalgia. No se habían limitado solo a hacer el tonto, pues también habían hablado de cosas importantes, y acordarse ahora le ablandaba un poco el corazón.
—Así que era eso… y yo tragándome por completo lo de los fetiches, iluso de mí —reconoció con una mueca—. Estuve a punto de tirar abajo esa burbuja para dejarte en ridículo, ¿recuerdas? Habría sido memorable... —dijo en tono de ensoñación—. ¿Biblios te habría hecho la ola o nos habría sacado a patadas de allí por armar escándalo? —preguntó con una risita divertida, mirando por el rabillo del ojo a su amigo en busca de cualquier reacción por su parte.
Estaba preparado para encajar un golpe si el rubio decidía tomar represalias.
—Lo entiendo, lo entiendo... —replicó con un bufido divertido, acomodándose de nuevo sobre la arena mientras escuchaba al australiano.
No se esperaba la confesión que el otro hizo a continuación, pues aunque recordaba perfectamente aquel día nunca se había vuelto a preguntar qué había gritado el otro a salvo en la burbuja de silencio. Pensar ahora en ello le hizo reir tras mirarle con cara de tonto unos instantes, rememorando aquella tarde con cierta nostalgia. No se habían limitado solo a hacer el tonto, pues también habían hablado de cosas importantes, y acordarse ahora le ablandaba un poco el corazón.
—Así que era eso… y yo tragándome por completo lo de los fetiches, iluso de mí —reconoció con una mueca—. Estuve a punto de tirar abajo esa burbuja para dejarte en ridículo, ¿recuerdas? Habría sido memorable... —dijo en tono de ensoñación—. ¿Biblios te habría hecho la ola o nos habría sacado a patadas de allí por armar escándalo? —preguntó con una risita divertida, mirando por el rabillo del ojo a su amigo en busca de cualquier reacción por su parte.
Estaba preparado para encajar un golpe si el rubio decidía tomar represalias.
- Kanyum
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Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: El capítulo que faltaba
25/11/20, 09:34 pm
A Rox le dolía la cara de tanta risa y tanto sonrojo, pero le seguían quedando fuerzas para más, sobre todo con la infinita inocencia (por no llamarlo cuaje) del irrense. Recibió una carta inversa, sin embargo, y el nervio que había sentido en el momento de su falsa declaración volvió a él por unos instantes.
—Cabrón —dijo riendo entredientes y acribillándole con la mirada. Su respuesta inmediata fue presionarle la mano, pero Milo hizo bien en prepararse para algo más puesto que el australiano le soltó para darle un placaje hombro contra hombro ipso facto—. ¡Pues todavía gritándote que estabas buenísimo no te habrías coscado, so gilipollas! —recuperó el equilibrio tras el golpe, riendo a pleno pulmón—. ¡Que cojones, si lo hice! ¡Y hasta te pregunté si habías tenido novia!
Si le chinchaba por la todas las veces que había sido denso a pesar de su obviedad se iba a hartar: desde ponerse nervioso perdido por verle salir de las duchas, quedarse embobado mirándole, no cortarse al indagar en su vida amorosa... pero no. Tampoco tenía que delatar sus trapos sucios.
—A saber a cuantos les has gustado y ni lo sabes. Pobrecitos —se tumbó en la arena, agotado, masajeándose la cara con una sonrisa adolorida. Miró hacia donde habían dejado a los demás, preguntándose que estarían haciendo y como volver sin ser evidentes. El pensamiento le hizo tragar saliva—. Hm, ya mismo cae la noche...
—Cabrón —dijo riendo entredientes y acribillándole con la mirada. Su respuesta inmediata fue presionarle la mano, pero Milo hizo bien en prepararse para algo más puesto que el australiano le soltó para darle un placaje hombro contra hombro ipso facto—. ¡Pues todavía gritándote que estabas buenísimo no te habrías coscado, so gilipollas! —recuperó el equilibrio tras el golpe, riendo a pleno pulmón—. ¡Que cojones, si lo hice! ¡Y hasta te pregunté si habías tenido novia!
Si le chinchaba por la todas las veces que había sido denso a pesar de su obviedad se iba a hartar: desde ponerse nervioso perdido por verle salir de las duchas, quedarse embobado mirándole, no cortarse al indagar en su vida amorosa... pero no. Tampoco tenía que delatar sus trapos sucios.
—A saber a cuantos les has gustado y ni lo sabes. Pobrecitos —se tumbó en la arena, agotado, masajeándose la cara con una sonrisa adolorida. Miró hacia donde habían dejado a los demás, preguntándose que estarían haciendo y como volver sin ser evidentes. El pensamiento le hizo tragar saliva—. Hm, ya mismo cae la noche...
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El capítulo que faltaba
30/11/20, 12:32 am
Milo se tambaleó tras el empellón, pero lo que le desequilibró de verdad fue la risa, pues las pullas del australiano eran demasiado punzantes.
—Oye, oye, que tampoco soy tan denso —intentó defenderse sin demasiado entusiasmo, pues estaba más que claro que había tardado mucho tiempo en coscarse—. ¿Novia yo? Nah… y novio tampoco, claro, estoy mas verde que los brotes de primavera. —no sabía dónde había oído aquella expresión, pero le pareció adecuada. El hecho de estar humillándose aún más no parecía importarle demasiado, pues la cercanía del humano embotaba su buen juicio y tiraba abajo sus defensas.
Durante unos instantes disfrutó de la brisa marina con los ojos cerrados, dejando que el aroma de la sal abrumara su hocico y calmara su aún agitado corazón, pero cuando el otro hizo una suposición sobre posibles admiradores no pudo evitar mirarle con cierto sobresalto.
—No creo… —replicó a media voz, rascándose la nuca con expresión avergonzada—. No he tenido una vida muy normal, ya los sabes, muy poca gente me conocía de verdad y en esas circunstancias es difícil gustarle a nadie. —añadió con una sonrisa nerviosa, siguiendo la mirada del cambiante hacía donde habían dejado al resto del grupo.
Rox llevaba razón, el sol ya estaba muy bajo y pronto anochecería, pero el irrense no era del todo ajeno a lo que de verdad preocupaba al rubio.
—¿Volvemos ya entonces? Deben de estar preguntándose dónde andamos... —murmuró. No tardarían en empezar a recoger para regresar a Rocavarancolia y convenía estar presentes para ayudar con los bártulos, pero en los ojos del irrense se adivinaba la misma inquietud que había hecho tragar saliva al coreano.
«¿Y ahora qué hacemos?» se preguntó Milo, transmitiéndole a su compañero sus dudas con la mirada.
—Oye, oye, que tampoco soy tan denso —intentó defenderse sin demasiado entusiasmo, pues estaba más que claro que había tardado mucho tiempo en coscarse—. ¿Novia yo? Nah… y novio tampoco, claro, estoy mas verde que los brotes de primavera. —no sabía dónde había oído aquella expresión, pero le pareció adecuada. El hecho de estar humillándose aún más no parecía importarle demasiado, pues la cercanía del humano embotaba su buen juicio y tiraba abajo sus defensas.
Durante unos instantes disfrutó de la brisa marina con los ojos cerrados, dejando que el aroma de la sal abrumara su hocico y calmara su aún agitado corazón, pero cuando el otro hizo una suposición sobre posibles admiradores no pudo evitar mirarle con cierto sobresalto.
—No creo… —replicó a media voz, rascándose la nuca con expresión avergonzada—. No he tenido una vida muy normal, ya los sabes, muy poca gente me conocía de verdad y en esas circunstancias es difícil gustarle a nadie. —añadió con una sonrisa nerviosa, siguiendo la mirada del cambiante hacía donde habían dejado al resto del grupo.
Rox llevaba razón, el sol ya estaba muy bajo y pronto anochecería, pero el irrense no era del todo ajeno a lo que de verdad preocupaba al rubio.
—¿Volvemos ya entonces? Deben de estar preguntándose dónde andamos... —murmuró. No tardarían en empezar a recoger para regresar a Rocavarancolia y convenía estar presentes para ayudar con los bártulos, pero en los ojos del irrense se adivinaba la misma inquietud que había hecho tragar saliva al coreano.
«¿Y ahora qué hacemos?» se preguntó Milo, transmitiéndole a su compañero sus dudas con la mirada.
- Kanyum
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Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: El capítulo que faltaba
02/12/20, 09:34 pm
«Pues menos normal que es ahora», pensó.
Milo no había tenido la adolescencia más corriente del mundo y tampoco buscaba hurgar en ella, pero de verdad dudaba que nadie se hubiera colado por él antes; otra cosa muy distinta es que él no hubiera tenido tiempo de saberlo. Si habían surgido esos sentimientos a pesar de la intervención de Rocavarancolia es que nada era imposible.
—Entonces soy un chico con suerte.
El cambiante quería quedarse a solas con Milo más tiempo y disfrutar del momento, pero tampoco podía olvidar que estaban en un planeta salvaje con la noche en los talones. Ya solo por los posibles mosquitos tenían motivos de sobra para ponerse en marcha. Suspiró, observando al chico antes de levantarse. Por su expresión él tampoco tenía muchas ganas de afrontar la otra realidad. La complicidad le agitó el corazón.
—¿Qué les decimos? —preguntó con suavidad mientras se quitaba la arena del pelo—. ¿Nos esperamos...? —por su tono sería obvio que prefería esa opción.
Aquello le turbaba por varios motivos. Los sentimientos a flor de piel, la incertidumbre de que la cosa funcionase, el miedo al qué dirán... el australiano aún arrastraba problemas de la Tierra, problemas que le hacían pecar de precavido. A lo mejor el concepto del género les había sido más fácil de asumir por ser algo más “alienígena”, pero quien sabe si una relación entre dos chicos (ya ni que decir que de distintas especies) levantaría alguna yaga. Su yo razonal sabía que era una idiotez desconfiar de su círculo de amigos, pero... por mucho que le gustase pensar que había mejorado en los últimos meses todavía necesitaba espacio para trabajar en ciertas cosas.
Milo no había tenido la adolescencia más corriente del mundo y tampoco buscaba hurgar en ella, pero de verdad dudaba que nadie se hubiera colado por él antes; otra cosa muy distinta es que él no hubiera tenido tiempo de saberlo. Si habían surgido esos sentimientos a pesar de la intervención de Rocavarancolia es que nada era imposible.
—Entonces soy un chico con suerte.
El cambiante quería quedarse a solas con Milo más tiempo y disfrutar del momento, pero tampoco podía olvidar que estaban en un planeta salvaje con la noche en los talones. Ya solo por los posibles mosquitos tenían motivos de sobra para ponerse en marcha. Suspiró, observando al chico antes de levantarse. Por su expresión él tampoco tenía muchas ganas de afrontar la otra realidad. La complicidad le agitó el corazón.
—¿Qué les decimos? —preguntó con suavidad mientras se quitaba la arena del pelo—. ¿Nos esperamos...? —por su tono sería obvio que prefería esa opción.
Aquello le turbaba por varios motivos. Los sentimientos a flor de piel, la incertidumbre de que la cosa funcionase, el miedo al qué dirán... el australiano aún arrastraba problemas de la Tierra, problemas que le hacían pecar de precavido. A lo mejor el concepto del género les había sido más fácil de asumir por ser algo más “alienígena”, pero quien sabe si una relación entre dos chicos (ya ni que decir que de distintas especies) levantaría alguna yaga. Su yo razonal sabía que era una idiotez desconfiar de su círculo de amigos, pero... por mucho que le gustase pensar que había mejorado en los últimos meses todavía necesitaba espacio para trabajar en ciertas cosas.
- Red
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Habilidades: No tiene
Re: El capítulo que faltaba
06/12/20, 05:04 pm
—Esa debería ser mi línea, Rox. Eres un cambiante, a fin de cuentas, así que el afortunado soy yo… —replicó en un intento muy patético de picardía, esbozando una media sonrisa que no tardó en desvanecerse mientras sus mejillas enrojecían de nuevo. Aquello se le daba terriblemente mal.
Por suerte o por desgracia para ambos el qué hacer a continuación era algo más acuciante, y cuando el humano expresó en voz alta las dudas que a los dos se les estaban pasando por la cabeza el irrense se pasó la mano por la nuca con gesto indeciso.
—Podríamos esperar, si —respondió, consciente del tono del rubio al hacer la pregunta. No sabía sus motivos, pero los de Milo eran bastante simples: todo era muy nuevo para él y quería ver cómo marchaban las cosas entre ellos antes de contárselo al resto—. No es información de vida o muerte, a fin de cuentas. —añadió con un encogimiento de hombros.
El irrense no pudo evitar quedarse en silencio cuando cruzó su mirada con la del australiano, prendado del chico que tenía en frente, y en cuanto notó su turbación su primer impulso fue esbozar una sonrisa tranquilizadora.
—Todo irá bien, ya lo verás —susurró, inclinándose para darle un fugaz beso en la mejilla—. Hemos afrontado cosas mucho más problemáticas que una relación amorosa y aun seguimos aquí, ¿no es así? —añadió con un bufido divertido, teniéndole la mano para echar a andar juntos hacia donde les esperaban sus amigos.
Por suerte o por desgracia para ambos el qué hacer a continuación era algo más acuciante, y cuando el humano expresó en voz alta las dudas que a los dos se les estaban pasando por la cabeza el irrense se pasó la mano por la nuca con gesto indeciso.
—Podríamos esperar, si —respondió, consciente del tono del rubio al hacer la pregunta. No sabía sus motivos, pero los de Milo eran bastante simples: todo era muy nuevo para él y quería ver cómo marchaban las cosas entre ellos antes de contárselo al resto—. No es información de vida o muerte, a fin de cuentas. —añadió con un encogimiento de hombros.
El irrense no pudo evitar quedarse en silencio cuando cruzó su mirada con la del australiano, prendado del chico que tenía en frente, y en cuanto notó su turbación su primer impulso fue esbozar una sonrisa tranquilizadora.
—Todo irá bien, ya lo verás —susurró, inclinándose para darle un fugaz beso en la mejilla—. Hemos afrontado cosas mucho más problemáticas que una relación amorosa y aun seguimos aquí, ¿no es así? —añadió con un bufido divertido, teniéndole la mano para echar a andar juntos hacia donde les esperaban sus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
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Re: El capítulo que faltaba
06/12/20, 08:19 pm
Rox le dio un toque hombro con hombro para echarle a un lado, riendo y evitando su mirada por el halago. Le habría devuelto el comentario con alguna insinuación relacionada a las dotes de su transformación, pero todavía no tenía ni el corazón ni el valor para eso. Alternativamente carraspeó. Milo también estuvo de acuerdo en no contar nada por el momento, lo que le arrebató una sonrisa de alivio.
—A mi me va a dar un telele por tener que contenerme, pero bueno —se rió. El irrense le pilló de improvisto con el beso mientras miraba a otro lado, gesto que le sacó los colores de tan poco normalizado que lo tenía. No fue capaz de decir ni hacer nada que no fuera sonreír como un tonto durante unos segundos, y en cuanto el pulso se le recuperó del pequeño brinco apoyó la cabeza sobre su hombro con un suspiro—. Sí. Espero que esto no nos mate.
Le sujetó la mano en cuanto este se la ofreció, entrelazando sus dedos para estrujar de forma cariñosa, jurando que las pupilas se le iban a poner en forma de corazón en cualquier instante. Antes de reunirse con los demás, donde volverían a ser solo amigos, Rox besaría al moreno una última vez.
Por lo pronto.
—A mi me va a dar un telele por tener que contenerme, pero bueno —se rió. El irrense le pilló de improvisto con el beso mientras miraba a otro lado, gesto que le sacó los colores de tan poco normalizado que lo tenía. No fue capaz de decir ni hacer nada que no fuera sonreír como un tonto durante unos segundos, y en cuanto el pulso se le recuperó del pequeño brinco apoyó la cabeza sobre su hombro con un suspiro—. Sí. Espero que esto no nos mate.
Le sujetó la mano en cuanto este se la ofreció, entrelazando sus dedos para estrujar de forma cariñosa, jurando que las pupilas se le iban a poner en forma de corazón en cualquier instante. Antes de reunirse con los demás, donde volverían a ser solo amigos, Rox besaría al moreno una última vez.
Por lo pronto.
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