Cambios (Radar y Sox post-luna)
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- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Cambios (Radar y Sox post-luna)
10/05/20, 08:24 pm
Como si la misma noche de Rocavarancolia se le inyectara gradualmente en la piel, el negro y los cristales brillantes se habían terminado extendiendo por todo su cuerpo. Primero desaturada, luego gris y finalmente negra como el tizón salvo por donde estaba salpicada de pequeños diamantes, su piel pasó a la de un ángel negro sin esperar a que Sox dejara de percibir el cambio como invasor.
El carabés clavaba la vista (más aguda, más nítida que antes) en el techo de su habitación las noches que no conseguía dormir. En esas noches de vigilia distinguía en blanco y negro los contornos de su habitación con tanta claridad como si fuera de día.
No había sido el único cambio aquel primer mes. Con el tiempo llegó un runrún ronco alojado en el fondo de sus mandíbulas y que hurgaba, rebullía y rebuscaba dentro de sus encías; un dolor sordo y machacón que le había puesto de muy mala leche mientras había durado.
Sox nunca había destacado por sonreír muy a menudo, pero desde que se había transformado lo hacía menos todavía, limitándose cuando se acordaba a sonrisas tensas, de labios cerrados. Recordaba con claridad las primeras miradas extrañas de quienes habían podido apreciar el cambio respecto a antes de la Luna. A él mismo le perturbaba todavía ver la fila de nuevos dientes afilados delante del espejo por las mañanas.
Las alas ya no le daban tantos problemas. Decir que las dominaba habría sido generoso, pero ya no olvidaba que ocupaban espacio a su espalda al girarse y había dejado de chocarlas contra gente o contra cosas que podían caerse. Ya no sentía su peso a su espalda más de lo que sentía el de su cabeza o sus piernas. Dormía boca abajo porque ahora le era más cómodo. Sabía pegarlas al cuerpo, extenderlas y plegarlas como lo hacía con un brazo. Todo más allá de eso era terreno nebuloso. Cuanto más intentaba Sox imaginarse volando, más pesado y anclado a tierra se sentía.
Se sentía fuerte como nunca antes. Sox no se lo había contado a nadie para no sentirse ridículo, pero una vez había cogido un tablón grueso de unas ruinas, uno que antes no habría podido ni doblar, y lo había roto solo por el puro placer de hacerlo. La sensación de poderío había sido breve y exultante, pero insatisfactoria. Algo en el cuerpo le pedía más.
Los cambios corporales no hacían más que recordarle que ahora pertenecía a otro grupo, a otra cosa. Todavía no quería saber qué pensaba de los demás ángeles negros. En realidad la mente de Sox hacía mucho tiempo que había formulado su juicio, pero se negaba a concluirlo. Ocasionalmente se pasaba por la biblioteca en busca de más registros de ángeles negros que no fueran conquistadores, asesinos o que al menos hubieran hecho alguna obra constructiva. Los había, pero en comparación con los demás, que solían terminar con un rápido despedazamiento por el trono sagrado, los hallazgos eran desalentadoramente magros.
De forma incongruente, la vida había seguido adelante tras la salida de la Luna. La habitación de la Sede poco a poco había dejado de ser un lugar impersonal. La imagen en el espejo seguía resultándole extraña, pero ya no ajena. Después de transformarse Rocavarancolia se había revelado como como un hervidero de rostros, cuernos, pieles, cola, alas y cuerpos diferentes, un burbujeante caldero de identidades. Sox tenía pendiente todavía toparse con alguien de su propia especie.
De entre todos los que habían cambiado con la Luna, el carabés evitaba a Dafne como a la peste. Sox no se daba cuenta, pero dirigía miradas torvas a la fantasma cuando estaban en la misma habitación.
Aún visitaba la biblioteca con cierta frecuencia. Ya sabía lo que iba a encontrar investigando sobre su transformación; a aquellas alturas lo que leía ya no eran sorpresas. Eso no le impedía, sin embargo, seguir buscando en legajos descartados y fuentes cada vez más dudosas. Si le hubieran preguntado qué buscaba el ángel negro habría dicho que información, biografías, registros. Si le preguntaran por qué, contestaría que quería saber todo lo posible. En realidad Sox tenía una pregunta pesándole en la mente, pero todavía no sabía formularla de forma consciente.
Llevaba varios tomos apilados sobre un brazo, habiendo dejado el otro libre para alargarlo hacia las estanterías si hacía falta. Sus nuevas fuerzas también eran útiles para tareas mundanas como aquélla; apenas le molestaba el peso.
Doblaba una esquina abrupta de la biblioteca con su carga cuando se llevó un susto de muerte al toparse de frente con Rad: no tanto por la propia sorpresa sino por la descarga intrusa de adrenalina que le recorrió la sangre. A veces su cuerpo reaccionaba solo, como si conociera mejor que él los peligros que anidaban en Rocavarancolia.
—Joder —se tomó un momento para inspirar y tranquilizarse—. No hagas eso.
Le miraba sin pretenderlo con ojos defensivos, de pillado en falta. Los dedos cerrados en torno a los libros se tensaron.
El carabés clavaba la vista (más aguda, más nítida que antes) en el techo de su habitación las noches que no conseguía dormir. En esas noches de vigilia distinguía en blanco y negro los contornos de su habitación con tanta claridad como si fuera de día.
No había sido el único cambio aquel primer mes. Con el tiempo llegó un runrún ronco alojado en el fondo de sus mandíbulas y que hurgaba, rebullía y rebuscaba dentro de sus encías; un dolor sordo y machacón que le había puesto de muy mala leche mientras había durado.
Sox nunca había destacado por sonreír muy a menudo, pero desde que se había transformado lo hacía menos todavía, limitándose cuando se acordaba a sonrisas tensas, de labios cerrados. Recordaba con claridad las primeras miradas extrañas de quienes habían podido apreciar el cambio respecto a antes de la Luna. A él mismo le perturbaba todavía ver la fila de nuevos dientes afilados delante del espejo por las mañanas.
Las alas ya no le daban tantos problemas. Decir que las dominaba habría sido generoso, pero ya no olvidaba que ocupaban espacio a su espalda al girarse y había dejado de chocarlas contra gente o contra cosas que podían caerse. Ya no sentía su peso a su espalda más de lo que sentía el de su cabeza o sus piernas. Dormía boca abajo porque ahora le era más cómodo. Sabía pegarlas al cuerpo, extenderlas y plegarlas como lo hacía con un brazo. Todo más allá de eso era terreno nebuloso. Cuanto más intentaba Sox imaginarse volando, más pesado y anclado a tierra se sentía.
Se sentía fuerte como nunca antes. Sox no se lo había contado a nadie para no sentirse ridículo, pero una vez había cogido un tablón grueso de unas ruinas, uno que antes no habría podido ni doblar, y lo había roto solo por el puro placer de hacerlo. La sensación de poderío había sido breve y exultante, pero insatisfactoria. Algo en el cuerpo le pedía más.
Los cambios corporales no hacían más que recordarle que ahora pertenecía a otro grupo, a otra cosa. Todavía no quería saber qué pensaba de los demás ángeles negros. En realidad la mente de Sox hacía mucho tiempo que había formulado su juicio, pero se negaba a concluirlo. Ocasionalmente se pasaba por la biblioteca en busca de más registros de ángeles negros que no fueran conquistadores, asesinos o que al menos hubieran hecho alguna obra constructiva. Los había, pero en comparación con los demás, que solían terminar con un rápido despedazamiento por el trono sagrado, los hallazgos eran desalentadoramente magros.
De forma incongruente, la vida había seguido adelante tras la salida de la Luna. La habitación de la Sede poco a poco había dejado de ser un lugar impersonal. La imagen en el espejo seguía resultándole extraña, pero ya no ajena. Después de transformarse Rocavarancolia se había revelado como como un hervidero de rostros, cuernos, pieles, cola, alas y cuerpos diferentes, un burbujeante caldero de identidades. Sox tenía pendiente todavía toparse con alguien de su propia especie.
De entre todos los que habían cambiado con la Luna, el carabés evitaba a Dafne como a la peste. Sox no se daba cuenta, pero dirigía miradas torvas a la fantasma cuando estaban en la misma habitación.
-
Aún visitaba la biblioteca con cierta frecuencia. Ya sabía lo que iba a encontrar investigando sobre su transformación; a aquellas alturas lo que leía ya no eran sorpresas. Eso no le impedía, sin embargo, seguir buscando en legajos descartados y fuentes cada vez más dudosas. Si le hubieran preguntado qué buscaba el ángel negro habría dicho que información, biografías, registros. Si le preguntaran por qué, contestaría que quería saber todo lo posible. En realidad Sox tenía una pregunta pesándole en la mente, pero todavía no sabía formularla de forma consciente.
Llevaba varios tomos apilados sobre un brazo, habiendo dejado el otro libre para alargarlo hacia las estanterías si hacía falta. Sus nuevas fuerzas también eran útiles para tareas mundanas como aquélla; apenas le molestaba el peso.
Doblaba una esquina abrupta de la biblioteca con su carga cuando se llevó un susto de muerte al toparse de frente con Rad: no tanto por la propia sorpresa sino por la descarga intrusa de adrenalina que le recorrió la sangre. A veces su cuerpo reaccionaba solo, como si conociera mejor que él los peligros que anidaban en Rocavarancolia.
—Joder —se tomó un momento para inspirar y tranquilizarse—. No hagas eso.
Le miraba sin pretenderlo con ojos defensivos, de pillado en falta. Los dedos cerrados en torno a los libros se tensaron.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
10/05/20, 09:26 pm
Entre sus ejercicios de gravedad mágica, sus lecturas sobre las esencias, sus ejercicios de afinar su reloj astronómico y todo lo demás no había tenido tiempo de responder apropiadamente una de las preguntas que le llevaba rondando muchísimos meses. ¿Qué narices era la Luna Roja? Sabía que consistía en magia primordial, que aceleraba las transformaciones y sacaba la esencia a la luz, pero no las respuestas en cuanto a su propia historia, su composición, su naturaleza, origen…
Tenía ciertas dudas, por decir lo menos, de que en Rocavarancolia fuera a encontrar respuesta a aquellas preguntas, pero tampoco es que hubiera ninguna otra opción. Harex había ido a la Luna Roja al menos una vez, no era difícil suponer que otra persona hubiera volado hacia allí.
Se topó con Sox tan de sopetón, sin esperárselo. El astrario tuvo un susto menor al de su compañero de mundo. Pasó más rápido, en parte al escuchar las palabras de Sox.
—¿Qué no haga qué, exactamente?
Observó con curiosidad la pila de libros que llevaba. En su mente surgió la duda, entonces, de cómo estaría manejándose Sox con lo que ahora era.
Tenía ciertas dudas, por decir lo menos, de que en Rocavarancolia fuera a encontrar respuesta a aquellas preguntas, pero tampoco es que hubiera ninguna otra opción. Harex había ido a la Luna Roja al menos una vez, no era difícil suponer que otra persona hubiera volado hacia allí.
Se topó con Sox tan de sopetón, sin esperárselo. El astrario tuvo un susto menor al de su compañero de mundo. Pasó más rápido, en parte al escuchar las palabras de Sox.
—¿Qué no haga qué, exactamente?
Observó con curiosidad la pila de libros que llevaba. En su mente surgió la duda, entonces, de cómo estaría manejándose Sox con lo que ahora era.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
11/05/20, 05:30 pm
Sox se alisó el entrecejo con las yemas de los dedos. Aquélla no era la primera vez que le pasara ni, intuía, sería la última en que su cuerpo se pusiera en guardia sin su permiso. Al menos aquella vez no había afilado las alas sin querer: la primera semana había sido una auténtica pesadilla.
—Nada. Has aparecido de repente, ya está.
Siguió su mirada y aflojó el agarre que ejercía involuntariamente sobre los libros. ¿De qué diablos tenía que sentirse culpable?
—Iba a dejar éstos en su sitio y no estaba prestando atención —se anticipó a la pregunta que ya intuía que podía llegar—. Son registros históricos, la mayoría. De ángeles negros de otras épocas. Todavía hay cosas que no tengo claras.
>>¿Qué haces aquí? —preguntó. Las motas de color en la piel de Rad relucían de forma tenue y en la semipenumbra de aquel rincón el efecto era distrayente—. No creía que pudieras aprender de lo tuyo en los libros.
Lo suyo. Aquella forma extraña de desviar hechizos, los mismos que Sox ahora tampoco podía hacer. ¿Sería posible la ironía de que, precisamente por ser carabeses, la Luna les desconectara de la magia de la forma más abrupta posible?
—Nada. Has aparecido de repente, ya está.
Siguió su mirada y aflojó el agarre que ejercía involuntariamente sobre los libros. ¿De qué diablos tenía que sentirse culpable?
—Iba a dejar éstos en su sitio y no estaba prestando atención —se anticipó a la pregunta que ya intuía que podía llegar—. Son registros históricos, la mayoría. De ángeles negros de otras épocas. Todavía hay cosas que no tengo claras.
>>¿Qué haces aquí? —preguntó. Las motas de color en la piel de Rad relucían de forma tenue y en la semipenumbra de aquel rincón el efecto era distrayente—. No creía que pudieras aprender de lo tuyo en los libros.
Lo suyo. Aquella forma extraña de desviar hechizos, los mismos que Sox ahora tampoco podía hacer. ¿Sería posible la ironía de que, precisamente por ser carabeses, la Luna les desconectara de la magia de la forma más abrupta posible?
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- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
11/05/20, 06:19 pm
Rad se sintió extrañamente inseguro de qué decir, aunque procuró no exteriorizarlo. ¿Qué decirle? ¿“Espero que no te sientas demasiado mal porque todos los tuyos hayan sido asesinos enloquecidos, luchadores suicidas y psicópatas depravados”? Tampoco estaba seguro de querer preguntarle por sus dudas. Sospechaba cuáles eran, y no tenía ni idea de cómo afrontarlas.
Al final, por primera vez en su vida, el astrario escogió el camino que consideró como menos conflictivo.
—No, no se puede aprender, más allá de consejos vagos sobre cómo lograr la concentración adecuada —consejos que, todo había que decir, minusvaloraban extremadamente cómo el reloj astronómico interfería con aquella concentración—. Tenía más bien… dudas. Quería solucionar parte de mi curiosidad sobre la Luna Roja.
Había cosas que le habían quedado meridianamente claras sobre aquel astro, pero otras muchas seguían estando, casi con obstinación, tras un velo de misterio.
Al final, por primera vez en su vida, el astrario escogió el camino que consideró como menos conflictivo.
—No, no se puede aprender, más allá de consejos vagos sobre cómo lograr la concentración adecuada —consejos que, todo había que decir, minusvaloraban extremadamente cómo el reloj astronómico interfería con aquella concentración—. Tenía más bien… dudas. Quería solucionar parte de mi curiosidad sobre la Luna Roja.
Había cosas que le habían quedado meridianamente claras sobre aquel astro, pero otras muchas seguían estando, casi con obstinación, tras un velo de misterio.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
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- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
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Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
11/05/20, 07:57 pm
—Ya —torció el gesto y depositó los documentos con un desplome sonoro sobre una de las mesas—. Tampoco enseñan a volar.
>>¿La Luna Roja? —de entre todas las cosas por las que Rad podía sentir dudas, aquélla le pilló por sorpresa—. ¿Qué más quieres de ella a estas alturas? Está ahí arriba, ya nos ha cambiado.
Ya habían experimentado lo que podía hacerles. Después de tantas alusiones vagas durante su criba, el gran astro rojo reinaba en el cielo tal y como les habían prometido. Y aun a su pesar Sox tenía que admitir que finalmente comprendía por qué aquella ciudad entera estaba obsesionada con ella. Rocavarancolia tal y como la recordaba se le antojaba ahora un cascarón de fauces abiertas, hueco y hambriento; un espacio vacío a la espera de la joya que lo completaba.
Pronto el firmamento volvería a estar desprovisto de la Luna Roja, el ángel negro podía percibirlo, pero los zarcillos de su influencia todavía le recorrían la sangre terminando de sellar el cambio. No solamente alterando lo que él había sido, sino inyectando en su ser la sensación de poder hacer cualquier cosa, de no haber estado realmente vivo hasta que había visto la Luna en el cielo. Surcando sus venas como si hubiera inhalado las pavesas rojas que flotaban todavía por el aire de la ciudad, Sox intuía que la Luna Roja seguiría corriendo por su interior, cosquilleándole por dentro y apelando a la esencia que acababa de sacar a la luz, durante más tiempo a partir de su marcha del cielo. Intuía ya que su cuerpo se sentiría privado como si fuera una droga. Que miraría al cielo y lo percibiría vacío, el resto del año una mera espera.
Todavía no había tenido lugar un año desde que habían llegado y aun así le parecía que había transcurrido una eternidad.
>>¿La Luna Roja? —de entre todas las cosas por las que Rad podía sentir dudas, aquélla le pilló por sorpresa—. ¿Qué más quieres de ella a estas alturas? Está ahí arriba, ya nos ha cambiado.
Ya habían experimentado lo que podía hacerles. Después de tantas alusiones vagas durante su criba, el gran astro rojo reinaba en el cielo tal y como les habían prometido. Y aun a su pesar Sox tenía que admitir que finalmente comprendía por qué aquella ciudad entera estaba obsesionada con ella. Rocavarancolia tal y como la recordaba se le antojaba ahora un cascarón de fauces abiertas, hueco y hambriento; un espacio vacío a la espera de la joya que lo completaba.
Pronto el firmamento volvería a estar desprovisto de la Luna Roja, el ángel negro podía percibirlo, pero los zarcillos de su influencia todavía le recorrían la sangre terminando de sellar el cambio. No solamente alterando lo que él había sido, sino inyectando en su ser la sensación de poder hacer cualquier cosa, de no haber estado realmente vivo hasta que había visto la Luna en el cielo. Surcando sus venas como si hubiera inhalado las pavesas rojas que flotaban todavía por el aire de la ciudad, Sox intuía que la Luna Roja seguiría corriendo por su interior, cosquilleándole por dentro y apelando a la esencia que acababa de sacar a la luz, durante más tiempo a partir de su marcha del cielo. Intuía ya que su cuerpo se sentiría privado como si fuera una droga. Que miraría al cielo y lo percibiría vacío, el resto del año una mera espera.
Todavía no había tenido lugar un año desde que habían llegado y aun así le parecía que había transcurrido una eternidad.
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
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Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
11/05/20, 08:16 pm
El astrario asintió. Por supuesto que no enseñaban a volar: aquello era como nadar, como andar. Una de esas cosas que no podían aprenderse en los libros, sino con simple práctica. Una práctica que esperaba que Sox hiciera con sumo cuidado para no romperse las dos piernas.
—Esa parte me ha quedado meridianamente clara: los rocavarancoleses no dejan —«¿dejamos?». De alguna forma ni una ni otra forma verbal le gustaba en lo más mínimo. La tercera persona era en su mente tan espantosamente inadecuada como la primera— de escribir sobre eso. De cómo saca la esencia, la despierta, le quita las cadenas… Todo eso —hizo un gesto con los brazos que venía a decir que había leído tanto aquel tema que podría recitarlo de memoria—. Pero… tengo curiosidad por lo demás, ¿sabes? Su edad, su origen, la naturaleza exacta de su magia… A los cosechados nos transforma, pero… No hace solo eso, no es solo eso —se encogió dudoso de hombros, como si no estuviera seguro de qué era exactamente lo que quería—. No sé. Me encantaría saber más de ella, no solo de lo que nos hace.
—Esa parte me ha quedado meridianamente clara: los rocavarancoleses no dejan —«¿dejamos?». De alguna forma ni una ni otra forma verbal le gustaba en lo más mínimo. La tercera persona era en su mente tan espantosamente inadecuada como la primera— de escribir sobre eso. De cómo saca la esencia, la despierta, le quita las cadenas… Todo eso —hizo un gesto con los brazos que venía a decir que había leído tanto aquel tema que podría recitarlo de memoria—. Pero… tengo curiosidad por lo demás, ¿sabes? Su edad, su origen, la naturaleza exacta de su magia… A los cosechados nos transforma, pero… No hace solo eso, no es solo eso —se encogió dudoso de hombros, como si no estuviera seguro de qué era exactamente lo que quería—. No sé. Me encantaría saber más de ella, no solo de lo que nos hace.
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- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
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Humor : Productivo (lo intento)
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
12/05/20, 11:13 am
—Es cierto —admitió. No se le había ocurrido pensar en que efectivamente seguían muchos misterios en el aire. ¿De dónde habían salido Rocavarancolia y la Luna Roja, por qué surtían ese efecto sobre ellos? El mismo Sox había estado obsesionado con encontrar pistas durante la criba, pero ahora que la Luna estaba en el cielo todas aquellas especulaciones habían caído en saco roto. Era lo que era, y les había transformado en lo que estaban destinados a ser, de una forma u otra. El astro rojo ya no tenía respuestas para las preguntas diferentes que habían surgido después de su salida.
Cómo lo formuló Rad le produjo incomodidad.
—¿Crees entonces que lo de Daer también estaba solamente encadenado? —preguntó a media voz. La herida de aquel día ya no supuraba pero todavía cicatrizaba a pasos muy lentos, reavivada por las preguntas que surgían cada día sobre su propia naturaleza y la de los demás habitantes de la Sede.
Cómo lo formuló Rad le produjo incomodidad.
—¿Crees entonces que lo de Daer también estaba solamente encadenado? —preguntó a media voz. La herida de aquel día ya no supuraba pero todavía cicatrizaba a pasos muy lentos, reavivada por las preguntas que surgían cada día sobre su propia naturaleza y la de los demás habitantes de la Sede.
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
12/05/20, 12:34 pm
La incomodidad subió un grado con la pregunta de Sox. Rad tenía clara la respuesta, pero dudaba de cómo afrontarla. Y dudaba también de que realmente la pregunta del ángel negro fuera sobre el antiguo daeliciano.
—Todo parece indicar eso —¿era el dolor de aquella masacre lo que escuchaba en la voz de su compatriota o el temor a que lo que en Sox había salido a la luz también hubiera estado simplemente encadenado? Parecía necesario decir algo más—. No sé si habría sido tan bestial, monstruoso, si la transformación hubiera sido natural y no provocada por la joya… En los letarguinos también parece haber animorfos y ninguno es deforme ni ha dado muestras de querer comer gente.
Rad había leído sobre muchas cosas en aquel mes, pero no sobre joyas hechas con Luna Roja. El dolor con aquel tema era demasiado visceral: el amargo recordatorio que era el fantasma de Dafne dificultaba superar lo que había pasado. Sería mucho menos malo si la consecuencia hubiera sido simplemente sus cicatrices. Algo que no dejaba de ser mundano, no una jaula existencial.
—Todo parece indicar eso —¿era el dolor de aquella masacre lo que escuchaba en la voz de su compatriota o el temor a que lo que en Sox había salido a la luz también hubiera estado simplemente encadenado? Parecía necesario decir algo más—. No sé si habría sido tan bestial, monstruoso, si la transformación hubiera sido natural y no provocada por la joya… En los letarguinos también parece haber animorfos y ninguno es deforme ni ha dado muestras de querer comer gente.
Rad había leído sobre muchas cosas en aquel mes, pero no sobre joyas hechas con Luna Roja. El dolor con aquel tema era demasiado visceral: el amargo recordatorio que era el fantasma de Dafne dificultaba superar lo que había pasado. Sería mucho menos malo si la consecuencia hubiera sido simplemente sus cicatrices. Algo que no dejaba de ser mundano, no una jaula existencial.
- Naeryan
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Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
12/05/20, 05:26 pm
Sox se cruzó de brazos, en conflicto consigo mismo. Había estado decidido a encajar la respuesta de Rad en la mandíbula, pero no se había dado cuenta de que arrojaba un juicio sobre más que Daer, y que tal vez había sido eso lo que había estado buscando.
—Eso es verdad —corroboró, con cierto alivio. Todavía no había tenido mucho trato con los que habían vivido en el otro torreón durante la criba, pero era cierto que varios entre ellos presentaban cambios animales y hasta ahora no había ocurrido ninguna tragedia.
—No sé si eso hace lo que le pasó mejor o peor, la verdad —resopló. En ocasiones todavía exhalaba las emociones de la criba poco a poco, en bocanadas controladas—. El que es un lobo extraño por las noches es también un crío… —había más de uno en aquel grupo, de hecho, y eso le pasmaba. Más de una vez Sox había estado tentado de acercárseles, incrédulo, y preguntarles a bocajarro cómo lo habían hecho—. Sé que es irracional, pero a veces me encuentro preguntándome qué cosas hicimos mal. O qué podría haber sido diferente —sacudió la cabeza—. Pero a final de cuentas, si lo que dicen los libros es verdad… Todo iba a acabar así. Ya lo llevábamos dentro, sea lo que sea, y por eso sobrevivimos los que lo hicimos—se quedó mirando pensativo las pecas luminosas del rostro de su amigo —. ¿Tú te sientes así? —le preguntó de sopetón—. Ahora que sabes lo que se supone que eres… Si te hubieras quedado en Carabás, ¿crees que habrías seguido siendo eso en el fondo?
La inevitabilidad de las transformaciones era un tema notoriamente espinoso para Sox, pero no debía estar dándole problemas sólo a él. Cada uno de ellos debía estar lidiando con ello de forma distinta en la privacidad de su mente. Si Rad estaba buscando información sobre la Luna Roja en lugar de a sí mismo, ¿significaba que ya lo había asumido?
—Eso es verdad —corroboró, con cierto alivio. Todavía no había tenido mucho trato con los que habían vivido en el otro torreón durante la criba, pero era cierto que varios entre ellos presentaban cambios animales y hasta ahora no había ocurrido ninguna tragedia.
—No sé si eso hace lo que le pasó mejor o peor, la verdad —resopló. En ocasiones todavía exhalaba las emociones de la criba poco a poco, en bocanadas controladas—. El que es un lobo extraño por las noches es también un crío… —había más de uno en aquel grupo, de hecho, y eso le pasmaba. Más de una vez Sox había estado tentado de acercárseles, incrédulo, y preguntarles a bocajarro cómo lo habían hecho—. Sé que es irracional, pero a veces me encuentro preguntándome qué cosas hicimos mal. O qué podría haber sido diferente —sacudió la cabeza—. Pero a final de cuentas, si lo que dicen los libros es verdad… Todo iba a acabar así. Ya lo llevábamos dentro, sea lo que sea, y por eso sobrevivimos los que lo hicimos—se quedó mirando pensativo las pecas luminosas del rostro de su amigo —. ¿Tú te sientes así? —le preguntó de sopetón—. Ahora que sabes lo que se supone que eres… Si te hubieras quedado en Carabás, ¿crees que habrías seguido siendo eso en el fondo?
La inevitabilidad de las transformaciones era un tema notoriamente espinoso para Sox, pero no debía estar dándole problemas sólo a él. Cada uno de ellos debía estar lidiando con ello de forma distinta en la privacidad de su mente. Si Rad estaba buscando información sobre la Luna Roja en lugar de a sí mismo, ¿significaba que ya lo había asumido?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
12/05/20, 07:04 pm
Quizás lo más incómodo de la conversación era que Rad no estaba ni remotamente seguro de qué pensaba Sox de ser un ángel negro. No parecía que lo hubiera rechazado visceralmente, pero conociéndole no creía que fuera a aceptarlo. Y no estaba ansioso por preguntarle por un motivo muy simple: no tenía particulares ganas de estar en el extremo receptor de la infame ira de los ángeles negros.
Durante los instantes de silencio en los que meditó una respuesta intentó imaginarse cómo se habría tomado él ser lo que era Sox. Fracasó miserablemente. Era un astrario, para bien o para mal, y no podía ser otra cosa.
—Sí, lo cierto es que sí —inspiró hondo, reflexionando sobre su ser, sintiéndolo, sintiéndose—. Es… extraño. Nunca me sentí incompleto, pero ahora… Veo que sí lo estaba. Como si hubiera estado ciego sin saber lo que es la luz o la ceguera o la vista, y de repente pudiera ver —miró de reojo a su congénere. Se preguntaba si aquella clase de criaturas se sentía también así desde su transformación, o necesitaban cumplir su precio para realmente llegar a aquella conclusión. Tomó una decisión—. ¿Y tú? ¿Sientes lo mismo?
Durante los instantes de silencio en los que meditó una respuesta intentó imaginarse cómo se habría tomado él ser lo que era Sox. Fracasó miserablemente. Era un astrario, para bien o para mal, y no podía ser otra cosa.
—Sí, lo cierto es que sí —inspiró hondo, reflexionando sobre su ser, sintiéndolo, sintiéndose—. Es… extraño. Nunca me sentí incompleto, pero ahora… Veo que sí lo estaba. Como si hubiera estado ciego sin saber lo que es la luz o la ceguera o la vista, y de repente pudiera ver —miró de reojo a su congénere. Se preguntaba si aquella clase de criaturas se sentía también así desde su transformación, o necesitaban cumplir su precio para realmente llegar a aquella conclusión. Tomó una decisión—. ¿Y tú? ¿Sientes lo mismo?
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
12/05/20, 10:59 pm
Sox asintió lentamente. Aun a su pesar comprendía lo que el astrario quería decir.
El silencio, aun breve, pendió entre ellos el tiempo suficiente para cargarse como una nube de tormenta. Nadie le había hecho a Sox esa pregunta todavía, a pesar de que la veía asomando en ocasiones en ojos ajenos. Irónicamente el interrogante en sí no le enervaba: de hecho resultaba casi un alivio oírlo por fin en voz alta. Lo que le ponía los nervios de punta era verlo escrito en la expresión de los demás, uno por uno conforme iban enterándose por su cuenta de lo que él era. ¿Lo sabía Sox? ¿Habría leído ya lo que tendría que hacer si quería magia? ¿Qué pensaba Sox de las cosas que habían hecho los que decían ser de su misma especie? ¿Habría estado reprimiendo algo todo ese tiempo? El carabés notaba su juicio, real o percibido, sobre él.
—No lo sé —la respuesta, aun siendo vaga, brotó de sus labios con desconcierto y frustración genuinos—. Esto —extendió más las alas, pero el vocablo abarcaba mucho más— no me molesta. La piel me gusta. A las alas y los dientes me puedo acostumbrar. Saber que si algo intenta matarme le va a costar a estas alturas se lo acepto a la Luna como una disculpa —añadió en tono caústico—. Todavía es raro, pero es... —se esforzó por encontrar la palabra—natural.
Detestaba usar esa palabra, pero se trataba precisamente de eso. Aquélla no era su mente intentando conciliar a su cordura, adaptándose a ser rehén de un cuerpo que no podía regresar ya a la normalidad. Incluso con el cambio completo pendiente de terminar, la Luna Roja le susurraba que ahora era cuando estaba entero. No sentía las alas como intrusas ni sentía deseos de arrancarse los diamantes. Estar ciego en la oscuridad se volvía un recuerdo cada vez más distante. Era como si el cuerpo recordase, en algunos aspectos. No cómo volar o afilar las alas, pero sí que debería tener todas esas cosas y que había llegado la hora de recuperarlas. Como si se las hubieran estado guardando, simplemente, hasta que él llegara y solo bajo la luz roja recordase que le pertenecían de nuevo.
—Pero no todo lo demás. No soy diferente. No he cambiado —insistió con énfasis. No tenía sentido andarse con rodeos—. No tengo instintos asesinos. Cuanto más leo más estoy seguro de que es sólo la excusa que usan para ser asesinos y conquistadores. Es lo que hace esta ciudad, y éste es el sitio que es porque los demás lo permiten —aseveró con cierto resentimiento. ¿Qué otra conclusión podían sacar personas que sobrevivían a aquellos meses brutales para luego enterarse de que “su verdadero ser” necesitaba arrebatar vidas para hacer magia? Para la clase de gente que luego llegaba a ser Señor de los Asesinos era la disculpa perfecta.
El silencio, aun breve, pendió entre ellos el tiempo suficiente para cargarse como una nube de tormenta. Nadie le había hecho a Sox esa pregunta todavía, a pesar de que la veía asomando en ocasiones en ojos ajenos. Irónicamente el interrogante en sí no le enervaba: de hecho resultaba casi un alivio oírlo por fin en voz alta. Lo que le ponía los nervios de punta era verlo escrito en la expresión de los demás, uno por uno conforme iban enterándose por su cuenta de lo que él era. ¿Lo sabía Sox? ¿Habría leído ya lo que tendría que hacer si quería magia? ¿Qué pensaba Sox de las cosas que habían hecho los que decían ser de su misma especie? ¿Habría estado reprimiendo algo todo ese tiempo? El carabés notaba su juicio, real o percibido, sobre él.
—No lo sé —la respuesta, aun siendo vaga, brotó de sus labios con desconcierto y frustración genuinos—. Esto —extendió más las alas, pero el vocablo abarcaba mucho más— no me molesta. La piel me gusta. A las alas y los dientes me puedo acostumbrar. Saber que si algo intenta matarme le va a costar a estas alturas se lo acepto a la Luna como una disculpa —añadió en tono caústico—. Todavía es raro, pero es... —se esforzó por encontrar la palabra—natural.
Detestaba usar esa palabra, pero se trataba precisamente de eso. Aquélla no era su mente intentando conciliar a su cordura, adaptándose a ser rehén de un cuerpo que no podía regresar ya a la normalidad. Incluso con el cambio completo pendiente de terminar, la Luna Roja le susurraba que ahora era cuando estaba entero. No sentía las alas como intrusas ni sentía deseos de arrancarse los diamantes. Estar ciego en la oscuridad se volvía un recuerdo cada vez más distante. Era como si el cuerpo recordase, en algunos aspectos. No cómo volar o afilar las alas, pero sí que debería tener todas esas cosas y que había llegado la hora de recuperarlas. Como si se las hubieran estado guardando, simplemente, hasta que él llegara y solo bajo la luz roja recordase que le pertenecían de nuevo.
—Pero no todo lo demás. No soy diferente. No he cambiado —insistió con énfasis. No tenía sentido andarse con rodeos—. No tengo instintos asesinos. Cuanto más leo más estoy seguro de que es sólo la excusa que usan para ser asesinos y conquistadores. Es lo que hace esta ciudad, y éste es el sitio que es porque los demás lo permiten —aseveró con cierto resentimiento. ¿Qué otra conclusión podían sacar personas que sobrevivían a aquellos meses brutales para luego enterarse de que “su verdadero ser” necesitaba arrebatar vidas para hacer magia? Para la clase de gente que luego llegaba a ser Señor de los Asesinos era la disculpa perfecta.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Cambios (Radar y Sox post-luna)
13/05/20, 05:15 pm
No le extrañó escuchar a Sox confirmar sus propios sentimientos de plenitud. Era incómodo pensar en eso, no lo podía negar. Asumir que estaban tan definidos, que su propio ser estaba escrito en piedra… Pero quizás no hubiera tanta diferencia con lo anterior. Quizás simplemente tenían que asumir realmente que no eran carabeses, nublinos ni humanos.
Era un camino peligroso, y tampoco estaba seguro de cómo o hasta dónde recorrerlo. Rad sentía que correr por él podía acabar, con excesa facilidad, en perderse por completo a uno mismo.
Las siguientes reflexiones de su compatriota lo dejaron más dudoso. Por un lado quería creer que realmente era así. Hasta cierto punto necesitaba pensar en que, efectivamente, podían hablar por ellos mismos. Que podían decidir ser héroes o villanos, asesinos o salvadores, conquistadores o defensores. Destructores o creadores.
Por otro lado… ¿Era así? Los libros parecían insistir en que no, y Rádar frunció el ceño cuando se dio cuenta de que había empezado a confiar, sin darse cuenta, en las percepciones rocavarancolesas. En las escritas, al menos. ¿Una muestra de que llevaba demasiado tiempo en aquella ciudad, o de que realmente pertenecía a aquella urbe enajenada?
No sabía qué decir de él mismo. Tenía entendido que los astrarios solían hacerse dudas y plantearse misterios. Era algo que, hasta cierto punto, había pertenecido siempre a él, en especial en aquella ciudad. Rocavarancolia estaba tan llena de enigmas que había sido natural para él intentar descubrirlos. Parte de ello era la contundente noción de que en esos huecos ocultos podía haber un monstruo deseando abalanzarse para devorarlo, por supuesto… pero no del todo. También había una voraz curiosidad empujándole a descubrir todo lo que pudiera sobre el mundo, el universo y lo desconocido. ¿Esa curiosidad era él? ¿La naturaleza de todo ser inteligente? ¿Su esencia? ¿La Luna Roja? ¿Rocavarancolia? ¿Había alguna diferencia real entre todos esos conceptos? Y, la hubiera o no, ¿cómo afectaba aquello a Rádar, astrario procedente de Carabás?
Resopló. Una vez más aquella necesidad de conocer se mostraba. Y, con un pinchazo en su pecho, se dio cuenta de que no había pensado en sí mismo como un carabés tipo E. En su mente su mundo parecía haberse convertido solamente en su punto de partida, no parecía ser ya el lugar que le definía. No sabía qué pensar de ello.
—Me alegro de eso, entonces —musitó, todavía indeciso acerca de si su congénere decía la verdad, le mentía a él o a sí mismo. Luego recordó cómo había actuado con Tuétano cuando se derrumbó Maciel, cómo había actuado con el hombre que les había guiado a la Sede de los Taumaturgos, y sus sospechas se acrecentaron—. Quizás… Tu transformación solo te haga un poco brusco. A lo mejor, impaciente. Y, siendo esta ciudad como es, tantos han decidido exagerar todo eso para revolcarse en la muerte.
Era un camino peligroso, y tampoco estaba seguro de cómo o hasta dónde recorrerlo. Rad sentía que correr por él podía acabar, con excesa facilidad, en perderse por completo a uno mismo.
Las siguientes reflexiones de su compatriota lo dejaron más dudoso. Por un lado quería creer que realmente era así. Hasta cierto punto necesitaba pensar en que, efectivamente, podían hablar por ellos mismos. Que podían decidir ser héroes o villanos, asesinos o salvadores, conquistadores o defensores. Destructores o creadores.
Por otro lado… ¿Era así? Los libros parecían insistir en que no, y Rádar frunció el ceño cuando se dio cuenta de que había empezado a confiar, sin darse cuenta, en las percepciones rocavarancolesas. En las escritas, al menos. ¿Una muestra de que llevaba demasiado tiempo en aquella ciudad, o de que realmente pertenecía a aquella urbe enajenada?
No sabía qué decir de él mismo. Tenía entendido que los astrarios solían hacerse dudas y plantearse misterios. Era algo que, hasta cierto punto, había pertenecido siempre a él, en especial en aquella ciudad. Rocavarancolia estaba tan llena de enigmas que había sido natural para él intentar descubrirlos. Parte de ello era la contundente noción de que en esos huecos ocultos podía haber un monstruo deseando abalanzarse para devorarlo, por supuesto… pero no del todo. También había una voraz curiosidad empujándole a descubrir todo lo que pudiera sobre el mundo, el universo y lo desconocido. ¿Esa curiosidad era él? ¿La naturaleza de todo ser inteligente? ¿Su esencia? ¿La Luna Roja? ¿Rocavarancolia? ¿Había alguna diferencia real entre todos esos conceptos? Y, la hubiera o no, ¿cómo afectaba aquello a Rádar, astrario procedente de Carabás?
Resopló. Una vez más aquella necesidad de conocer se mostraba. Y, con un pinchazo en su pecho, se dio cuenta de que no había pensado en sí mismo como un carabés tipo E. En su mente su mundo parecía haberse convertido solamente en su punto de partida, no parecía ser ya el lugar que le definía. No sabía qué pensar de ello.
—Me alegro de eso, entonces —musitó, todavía indeciso acerca de si su congénere decía la verdad, le mentía a él o a sí mismo. Luego recordó cómo había actuado con Tuétano cuando se derrumbó Maciel, cómo había actuado con el hombre que les había guiado a la Sede de los Taumaturgos, y sus sospechas se acrecentaron—. Quizás… Tu transformación solo te haga un poco brusco. A lo mejor, impaciente. Y, siendo esta ciudad como es, tantos han decidido exagerar todo eso para revolcarse en la muerte.
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