Canal de La Cosecha

[Dama Liendre sigue viva y los ciudadanos siguen pudiendo espiar a los cosechados desde la tele]

-¡ME VOY A CAGAR EN TUS MUERTOS, GILIPOLLAS! ¿¡MANDÁNDONOS A COMER MIERDA POR TUS PUTOS SANTOS HUEVOS!? ¿¡QUE NARICES TE PASA!?

-Esa, me gusta esa -dijo dama Circe señalando la pantalla. Alargó el brazo para que Vivia le pasara las palomitas.

-¡También es mi favorita! -exclamó la idrina -Espero que sobreviva.

Las dos chicas y Zedrig estaban en pijama acurrucados en una montaña de cojines y mantas. Cain los había echado del salón principal por hacer demasiado ruido así que se habían apropiado de una de las salitas de la planta baja bien pertrechados con sangría, palomitas y chuches. Habían llegado a la conclusión que las horas cercanas a las salidas eran cuando cabían más posibilidades de que ocurriese algo interesante, además les resultaba conveniente con su propio horario, así que se reunían todos los días para cotillear los torreones. Esa criba tenía pinta de ser muy jugosa.

-Si sobrevive la invito a una copa en el pub -dijo Circe.

-Voto a favor -coincidió Vivia, y junto con un asentimiento silencioso de Zedrig los tres brindaron con sus vasos.

*

Cuando el primer silentino consiguió cruzar el perímetro de la trampa todos aplaudieron. Esa vez Cain no había tenido nada que hacer pues a los tres espectadores iniciales se les unieron Wheem, Ariven y un muy curioso Vanyme, así que instalaron el proyector en el salón principal.

-¿Lo veis? ¡Puta reina! ¡os lo dije! -exclamó dama Circe, que cada día estaba más cerca de imprimirse una camiseta con la cara de Rua -Y la otra chavala otra reina. Aunque yo los habría abandonado hace horas.

-Lo sabemos bien, Circe -apuntó Ariven con una risa.

Vitorearon un poco más a los cosechados en su camino de vuelta, con una breve pausa para abuchear la idea de Nery’s.

-¡Noooo, vete a casa y date un baño! ¡Y una siesta! -insistió Vivia, la única junto con Vanyme con una expresión de genuina preocupación. Podía comprender en cierto modo la curiosidad del frivy, pero después de haberse salvado de una trampa era una locura.

En cuanto el grupito alcanzó el puente levadizo sus admiradores pudieron respirar aliviados.

-Bueno… -dijo Wheem sacandose una moneda de oro del bolsillo y haciéndola girar en el aire- creo que ya es buen momento para empezar con las apuestas. ¿Quién decis que será el primero en morir?