Fisiología Indiscreta

Recuerdo del primer mensaje :

El nombrado se había empeñado en superar ese desconcertante miedo a las alturas. No recordaba haber sufrido de eso en su mundo, pero es que tampoco había estado nunca en un sitio tan alto como la azotea del torreón. Mataba las horas muertas intentando asomarse allí arriba, agarrado a la escalera con toda la tensión de los mundos que conocía. Pero no había manera. Su cuerpo se paralizaba, como presa de un frío inescapable, y le costaba mover las extremidades para subir. Lo poco que conseguía se traducía en sensación de mareo, lo cual no hacía sino incrementar la desconfianza hacia la azotea y el miedo a caerse. Al menos, había días o momentos en que conseguía subir o asomarse más que otros. Valoraba mucho sus avances.

Pero aquella vez no salió bien. No pudo superar la distancia de la última vez. Frustrado, y muy tenso, volvió a la escalera de bajada. Blasfemaba en voz alta. Ojo, creía que aquello era parte de la prueba a la que le sometían las lunas, pero creía que tenía derecho a quejarse.
—No tiene sentido, de todo lo que podría pasarme en un mundo desconocido lleno de monstruos, ¡miedo a las alturas! Si Karane me viera... Maldita sea mi cabeza.

Y al final, llegó al salón. Su intención era cruzarlo y refrescarse en el pozo, pues estaba sudando y notaba la tensión por todo su cuerpo, ojo izquierdo incluido. Ni siquiera sabía si le habrían escuchado quejarse.

La sueca podía entender que la mente humana y lógica de Kiki tuviera que buscarle explicación a  todo desde la lógica, porque si, porque también ella era humana, y era un factor bastante habitual. Pero estaba empezando a ponerla nerviosa. Sus palabras y el coqueteo que se traía con Nery's, que no terminaba de entender de donde había salido. Todo el conjunto.

Prefirió ignorarlo, por el bien de su sanidad y centrarse en Pefka y en como, de nuevo, insistía en que el no vivía en una montaña sino en un dichoso dragón gigante. Le costaba imaginarlo, un mundo que era en si mismo un dragón. Resultaba tan fantasioso. Pero ¿no estaba ellos mismos viviendo un fantasía, hablando con aliens de otros mundos y viviendo en un ciudad, que parecía se otro mundo en si misma? La lógica común humana había dejado de funcionar hacia tiempo allá en muchas cosas.

-Los humanos tendemos a ser del tipo "ver para creer" no se lo tengas muy en cuenta- dijo Rua con pasividad, mientras seguía mordisqueado al fruta, viendo con interés al krabeliense pero sin obviar la mencion de las lunas y estrellas. Kiki tenia razón en eso, no habían visto nada de eso aun y eso muy normal no era. Frunció ligeramente el ceño, pensativa- En la tierra tenemos una única luna y muchas estrellas. La luna no es solo un astro en el cielo y ya, tiene sus importancia, como por ejemplo, regular las mareas. Imagino que eso es igual en todas partes, aunque si en vuestros mundos tenéis dos lunas vuestros mares tienen que ser brutales- si con una luna en la Tierra, había a veces mareas importantes, con dos tenía que ser un festival- Que aquí llevemos ya días y aun no se haya visto, ni ella ni las estrellas, es extraño. El cielo por la noche es totalmente oscuro, no es muy normal eso. ¿Tendrá algún significado?- no creía que fuese simple casualidadad, un mundo sin luna iba a tener problemas en sus mareas o en su ecosistema. Aunque desde luego mucha planta y animal normal no había visto por allí.

Iemai observó a Pefka mientras Kiki demostraba su escepticismo. De forma racional, lo que decía la humana tenía sentido, pero parecía estar olvidando que venían de mundos muy diferentes, donde cosas que para unos eran naturales, para otros no. Y ya habían tenido una buena dosis de demostraciones de aquello.
—Cada plano contiene realidades muy diferentes, Kiki —dijo, solamente. No quería quitarle la explicación a quien realmente podía darla, pero sí defender las diferentes experiencias de los presentes. La mayoría eran de la Tierra, y se notaba. Incluso Frivowaldanny no era muy diferente, aunque Nery’s jugaba con ventaja. Las cercanas y el hijo de lunas podían contar cosas que al resto siempre les resultaban extrañas.

La explicación de Pefka en cierto modo la dejó igual de confusa, pero fascinada. Le gustaría poder verlo, y a la vez le daba pavor. Nunca antes había imaginado que algún plano pudiese esconder una criatura colosal que albergase en su interior vida inteligente, pero ahora estaba allí y sabía eso y muchas cosas más. Nunca dejaba de sorprenderse.

La conversación, de todos modos, había virado hacia los astros y, si bien a Iemai le resultaba un tema bastante interesantes, le pasaba como a Ulmara: apenas los había visto en su vida.
—Yo igual —dijo cuando su compatriota la mencionó. No tenía mucho que añadir en cuanto a los cielos de sus mundos de origen, pero sí podía teorizar acerca del de Rocavarancolia—. Es muy raro, pero supongo que todo puede ser posible. Si en el mundo de Pefka pueden vivir dentro de un animal enorme, aquí podría no haber estrellas ni lunas. Pero sí que nos han hablado de una luna… La Luna Roja que se supone que tenemos que ver salir en algún momento. Dijeron que teníamos que demostrar lo que valíamos antes de que saliese, ¿no fue algo así? ¿Cada cuánto tiempo aparecen y desaparecen las lunas en el cielo?

La mandíbula de Kiki se cerró con fuerza y sus ojos se abrieron. No fue capaz de decir nada en un ratito, pero asentía con la cabeza fervientemente ante lo que que decía Rua y luego se giro hacia Iemai también asintiendo antes de por fin poder vocalizar sus ideas.

-Si si, claro, si...no no,no, no quise decir nada malo Pefka y si, te creo también...es solo que..¡un dragón! - Golpeó con fuerza una de las piernas de Nery´s mientras seguía asintiendo ante aquella verdad. - ¡UN DRAGÓN A ESCALA PLANETARIA...eso recalca mucho sobre la afinidad a la magia de las criaturas que en humanilandia creemos que son místicas, porque para darles  sustento y dejarlos vivir en su cuerpo sin ser meras relaciones simbioticas...UN DRA....vaya....

Tardo unos segundos en calmarse y darse cuenta que estaba arañando y golpeando a la pierna del frivy antes de enfocarse en la pregunta de la cercana.- ¿Ah?  ah bueno...lunas lunas, suponiendo que los cálculos matemáticos de nuestro mundo sean buenos o por lo menos decentes, no debería tardar mucho mas de semanas supongo, quizás un poco mas  en casos extremos pero dependería del tamaño del planeta y la luna. Iria mas rápido o lento, o quizás se mantendría visible en el cielo de algún hemisferio, pero a menos que este planeta sea absolutamente inmenso, cosa que ya no me sorprendería pero si me asombraría que la ciudad o el imperio o reino donde estamos sea tan pequeño en relación...yo no creo que deba de tardar tanto  aquella que tenemos que esperar.

No era su fuerte la astronomía, pero aunque podía hacer cálculos  medianamente plausibles, no quiso arriesgar ninguna aproximación de tiempo. ademas que le resultaba un pelin disconforme esa información, porque si mencionaban una prueba, el tiempo de aparición de una luna  común no le sonaba demasiado místico. Suspiro tratando de pensar mas opciones, aunque poco a poco empezaba a pensar que cualquier lógica de cualquier planeta no tenia chance si la gente de aquel lugar usaba magia que podía modificar todo.

Menos mal que el tono de la conversación cambió y aceptaron su relato. Sabía que todo era chocante, pero solo pedía un poco de comprensión. Asintió con media sonrisa cuando los demás y Kiki hablaron a favor de su relato y dejó pasar el tema. También él le debía una especie de disculpa a Ulmara por el shock que se había llevado con su conversación en la armería, visto lo visto.

Todos venían de mundos diferentes, así que lo raro sería que tuvieran semejanzas. No obstante, el detalle de que todos tuvieran un cielo similar con características comunes le daba mucho que pensar.
—Si todos tenemos cielo con lunas y estrellas... ¿Quizá nuestros mundos están juntos en un mundo más grande? De alguna forma hemos llegado a este, ¿no? Yo pienso que nos han traído las Lunas, que aquí la Luna Roja es su divinidad igual que lo son las Lunas de mi mundo. Quizá haya más diosas así por otros mundos... o quizá tienen otras formas. Y digo más, yo tengo la teoría de que las lunas aquí están escondidas porque quieren ponernos a prueba. Prueba de supervivencia y de fe. Seguramente saldrán cuando el ritual acabe —aventuró, pero estaba bastante convencido de ello. Lo necesitaba.

A Ulmara le hizo gracia la reacción de Kiki, que procesaba poco a poco la existencia de algo que parecía inconcebible entre sus números y sus palabras extrañas. Le dedicó una sonrisa a la humana y guardó silencio hasta que las palabras de Pefka le hicieron torcer el morro, no tanto por el propio nombrado, sino por lo que nombraba.

—Si la Luna Roja es un diosa.... ¿Cómo sabemos si estamos bajo su amparo o si somos un sacrificio? ¿Qué parte del ritual somos nosotros? —hablaba desde el más puro disgusto, casi asqueada—. No pueden obligarnos a creer en ella y, desde luego, no nos están dando motivos.

La cercana se estaba indignando casi sin saberlo y alzó poco a poco la voz. Ardía por dentro. Se negaba a traicionar a sus dioses, a doblar la rodilla ante una deidad corrupta, pero también le asustaba ser un sacrificio o, peor, un simple ingrediente secundario para traer a Rocavarancolia a los dioses sabrían qué entidad monstruosa. Ulmara sabía de los invocadores, de los Otros que atraían hasta el plano cercano y de los precios que pagaban. La cercana también se negaba a ser moneda de nadie. Pero ¿servía de algo su rechazo? ¿Tenía alternativa?

Si los supervisaba una diosa extraña, ¿acaso no podría robarle la lejanía y el avance a otros planos?

—Vaya puñetera mierda, de repente —refunfuñó.

Se había concentrado en el pelo de Kiki aunque toda aquella charla le estaba fascinando.

-Una simbiosis con un ser gigante...

Iba a decirle a Ulmara que Frivowaldanny no poseía una Luna pero no quería interrumpirles, parecían todos tan enfrascados en la conversación que realmente no veía un hueco donde meterse sin parar el ritmo. Así que siguió centrado en sus manos, cambiando la trenza en cascada por una doble que construía fácilmente cuando se sobresaltó con el manotazo de la humana en su pierna. Entrecerró los ojos para mirarla fijamente y simplemente suspiró antes de seguir con una sonrisa, dandose por vencido. Así era ella sin más.

Aunque arañarle era nuevo los golpeteos eran la norma con ella así que ni se inmutó. Aunque ahora parecía un mejor momento para hablar.

-Ultrano puede ser tan grande este planeta, o si no nos aplastaría la gravedad, ¿no? Supercreo que me siento algo más ligero aquí que en frivo y todo. -Era más una pregunta a la propia humana que al resto pues nos sabía si conocían el término gravedad.

-No te preocupes Ulmara, no somos un sacrificio. O eso creo. -Quitó el acento para intentar tranquilizarla más pero no levantó la mirada de la tarea que tenía entre manos. -Mi amiga que volvió de aquí, su novia y  la que superme trajo hasta acá que también tuvo que venir aquí y volver se veían... bastante felices la verdad, no creo que después de un sacrificio hubieran estado así.

-Y Pefka, no es que haya un mundo más grande es simplemente que hay muchísimos mundos, pero pocos tendrán vida. Las estrellas que veis en el cielo no son solo puntitos brillantes, son soles como los que alumbran cada uno de nuestros planetas solo que muyyy muy lejos. Y cada uno de ellos puede tener mundos.... De hecho quizás algunos de nosotros no estemos viendo en el cielo sin saberlo solo que tan tan lejos que es imposible que viviésemos hasta llegar allá si intentáramos alcanzarnos. -Estaba acabando con el nuevo look de Kiki así que seguía sin levantar la mirada. -Los frivys no tenemos luna ni tampoco dioses, pero... -Tras un pequeño nudo a falta de orquillas, gomas o pasadores finiquitó su trabajo con un nudo suave a ver cuánto se sostenía y tomó la barbilla de la humana para que mirase hacia él, inclinándose Nery´s para poder ver el resultado mejor.- que estemos aquí todos juntos, a través de la distancia del espacio, es algo tan increíble que crea lo que crea no puedo si no maravillarme... -Sonaba alegre y asombrado. Los ojos del frivy conectaron con los de la humana y bebieron de estos con una sonrisa cálida antes de soltar su barbilla con una pequeña caricia. -Me gusta el resultado. -Casi murmuró sobre el peinado.

-Si esto ultrano es un milagro hiperno se que lo será. -Concluyó.

-La verdad megaes que tengo ganas que te guby´s de ir a uno de vuestros mundos y ver como se ve una luna en el cielo, tiene que ser precioso. Pero hay algo que ha mencionado Rua que me extraña a mi también. -Se acomodó rodeando la cintura de Kiki con los brazos y pegando su espalda a la de ella, en parte para molestarla y verla enrojecerse más como pequeña venganza por el susto de antes. -Si todos deberíamos estar viendo el mismo cielo, por lo que las estrellas deberían verse siempre.... ¿Dónde estamos?

El tema del asunto del mundo de Pefka se calmó y no llego a mayores, volviendo de Nuevo al asunto que seguía manteniendo a todos confundidos en mayor o menor medida. El cielo de esa ciudad y la tan aclamado Luna Roja.

Las teorías sobre que podía significar ese astro, si es que era un astro, porque hasta se llegó a mencionar que tal vez era algún tipo de deidad, fueron puestas de a poco sobre la mesa y la confusión fue cada vez más en aumento. Rua fruncía el ceño pensativo. Que fuese una luna, real, lo que ella conocía como una y una deidad al mismo tiempo no tenía por qué oponerse. Si algo tenían en la tierra era creencias, antigua o nuevas, sobre prácticamente cualquier cosa menos impresionante que una Luna Roja. Si suponía que lo de ‘rojo’, era algo literal.

-Lo único que tenemos claro al menos, es que algo pasará cuando esa “luna roja” llegue – añadió poniendo las comillas con los dedos, antes de chasquear la lengua- Sino, ¿a razón de qué darle tal importancia incluso en un discurso? – sacudió la cabeza recordando que se había mencionado incluso que aquello podría tratarse de algún tipo de sacrificio, algo que había inquietado a más de uno y Nery’s lo había de alguna forma desmentido con todo eso de que a su mundo frivy’s llevado a la ciudad, habían vuelto sanos y salvos. Meses después de haber sido secuestrados aparentemente. Es intervalo de tiempo entre que se los llevaba y volvían, debía significar algo ¿no? - Si nos han traído aquí ahora y no el día mismo en el que esa Luna aparece, debe ser por algo ¿no? Si suponemos que es una deidad para los habitantes de este lugar, Nery’s no dijo nada de que esas chicas frivy’s supervivientes se quedasen en frivo... – añadió siguiendo un poco la línea ultima de este que había terminado de llamar su atención y rallarla aún más, si era posible. Porque estaba visto que lo que pasaba con el dichoso cielo de esa ciudad era un camino sin salida

- Pues bien, tal vez para estos habitantes, no seamos lo suficientemente “aptos” para ver esa Luna y toda esta mierda de estar aquí huyendo de kelpies o monstruos, sea una prueba de si somos dignos para verla o alguna cosa así. -¿Qué era una posibilidad? Pues sí, total, por teorizar. Porque no es como si tuviera especial información- ¿Qué no somos sacrificios? Pues no sabría decir…porque dejarnos en esta ciudad ruinosa con unas espaditas y unos arquitos contra crituras mitológicas que trepan acantilados, es una diferencia de poder abismal. - suspiró con cierto fastidio final ante eso. Si estuvieran en algún tipo de juego RPG, o un multijugador en este caso, ellos estarían en los primeros cinco niveles, y posiblemente los únicos que estarían al cinco serían Pefka, Ulmara, Nery’s y Qwara. Los demás eran paquetes de nivel uno.

Y todos estaban en una misma party, intentando luchas contra bichos de nivel 50 para arriba. En definitiva, estaban jodidos.

El nombrado se perdía entre tantos conceptos extraños y abstractos. Estaría muy bien entender a qué se referían unos y otros, pero no había venido a aquel mundo a aprender teorías de uno y otro mundo o a intentar averiguar en qué tipo de planeta estaban. Le costaba seguir la conversación sin hacerse mil preguntas por cada palabra nueva, la verdad, y ni siquiera el gesto de Kiki le alivió. No quería ni pensar que hubiera más mundos como el suyo. Bastante tenía con saber que sus diosas no tenían poder fuera de su tierra, como para imaginarse ahora que pudiera haber otras Kepryna y Levyna en otros planetas. Tampoco podía imaginarse mundos sin vida como decía Nery's.
—Todo eso está muy bien, pero no podemos salir al cielo a ver cómo es este mundo desde fuera y a saber cómo de grande es para explorarlo todo y averiguar nada. Envidio todo lo que sabéis, pero prefiero ceñirme a que debemos aguantar hasta que venga la Luna Roja y mejorar nuestra capacidad para sobrevivir en la ciudad, lo siento.

Se disculpó porque él mismo había fomentado ese tema, curioso como el que más, pero se estaba agobiando con tanta información. En otras circunstancias hablaría con ellos de cosas así a diario, pero era mucho que asimilar. Ni siquiera sabía si sería capaz de relatarlo todo cuando volviera con los suyos. En fin... Rua orientó el tema hacia ellos mismos, y el hijo de lunas no pudo darle la razón en todo. Agradecía el ligero cambio de tema, eso sí.
—Bueno, para muchos de vosotros es una desventaja, pero aquí hay cosas más modernas que en mi mundo. Yo estoy deseando que podáis salir de cacería conmigo, la verdad. Y no creo que seamos sacrificios porque mis diosas no querrían eso para nosotros, ni me dijo eso su emisaria. Solo creo que esto es una prueba y que hay que llegar al final como sea, y yo accedí voluntariamente.

Lo de cazar iba en serio. No tendrían monturas, él no tendría a Karane a su lado, pero eran muchos y podrían ser capaces de organizarse contra bestias no voladoras, al menos. De todas formas, Pefka estaba convencido de que si conseguían defenderse de alguna bestia subiría la moral. Parecía que se veían en una desventaja tremenda, cuando solo debían aprender de la ciudad y adaptarse. Tenían mucho tiempo por delante para ello.

Y de repente, se le escapó un bostezo. Se estiró y notó que necesitaba rehidratarse un poco.
—Yo necesito darme mi chapuzón, así que me retiro. Pero oye, ha estado muy bien, aunque yo me pierda y me entere de la mitad —se levantó y se despidió con una sonrisa. Era cierto, y lo repetiría, pero quizá con menos profundidad. Le daba vueltas la cabeza.