Plaza de la Fuente
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Rocavarancolia Rol
74 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de la Fuente
02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Plaza de la Fuente
09/11/15, 05:42 pm
Aquella gente estaba chalada... excepto el chamán de los dibujos, quizá. No le entendían, de eso estaba segurísima, pero quedó patente que no entendían tampoco cómo funcionaba el mundo pues no se les ocurrió nada mejor que abandonar el edificio y salir. <<Con lo blanditos y esmirriados que están... Como algún Cazador o guardia del Coro ande cerca, los liquida. Y si no, a saber lo que puede vivir entre las ruinas. Si hay edificios, hubo gente... Y la Naturaleza reclama lo que abandonamos así que...>>
—Estos desplumados... ¡Seguro que tenían plumas pero las perdieron por locos! Tiene sentido... por algo se dice eso de "se te van las plumas".
Les vio marchar y salir uno a uno... y después de lanzar un último vistazo a su alrededor, les siguió. Uno de ellos tenía magia así que de momento le seguiría. Quizá aquello era una prueba de Mikk, como las primeras que le puso Sinrastro para ver si realmente valía... <<Si esto es una prueba, ¿por qué no hay más roquenses? ¿Por qué hay tantas criaturas extrañas?>>
Siguió haciéndose preguntas que no llevaban a respuesta alguna mientras aceleraba y conseguía ponerse detrás del grupo. Estaban acercándose a la fuente que había visto desde el techo... Y de hecho había más gente rara allí. "Gente" por decir algo. La roquense se acercó a la estructura, se subió al borde y escaló hasta lo alto, donde se puso de puntillas para intentar ver más allá de la plaza aquella. <<Más ruinas oscuras... Ni una fogata ni antorchas ni nada... Parece completamente abandonada>>
Pero no tenía sentido aparecer con tanta gente tan diferente en una ciudad semejante a la misma hora el mismo día. Si al menos se hubieran despertado a distintas horas... pero hasta en eso coincidían. ¿Por qué? ¿Para qué? <<Algún motivo tiene que haber... O a lo mejor no lo hay. O es un sueño... ¡Imposible, esto es real!>>
Al pensar aquello, dio un pisotón sobre la fuente y seguidamente miró hacia abajo. Menudo espectáculo estaría dando subida allá arriba y golpeando a la pobre fuente que no había hecho nada... Todo lo contrario: tenía agua para ellos mientras durase aquello. Y de hecho aquellas criaturas estaban bebiendo... <<Esperaré a ver alguno muere y resulta ser venenosa...>>
Pero no sucedió tal cosa... De hecho... algo no iba bien. El chamán había vuelto a hacer uno de sus dibujos y lo había dejado en el borde, así que Sinceridad bajó de un salto y con un par de aleteos para acercarse. No entendía lo que ponía pero el rubio miraba a todo el mundo que se acercaba con una cara curiosa... Y de hecho algunos fueron más allá y probaron el agua. <<¿Qué les pasa con el agua? Solo es agua. ¿A lo mejor la prueba es sobrevivir después de beber? ¿Lleva veneno mágico? ¡Entonces está chupado, Mikk me lo dejó claro!>>
Y bebió. Mejor dicho, miró al rubio como desafiándole y se lanzó como un resorte a la fuente. Tragó varias veces y luego salió con la cabeza empapada, así que se sacudió sin miramientos. <<Van listos si c...
—¡Mi voz! ¡Mi voz ha cambiado! ¡Por todos los...! ¡¡Brujería, magia!! —estalló, asustada por el cambio tan absoluto y repentino. Sonaba igual pero no era roquense—. ¡Tú lo sabías! Por eso... ¡Entiendo tu magia! ¡Agua, pone agua! ¿Me entiendes ahora, Chamán? —inquirió, nerviosa y asustada, tanto que cogió a Sox de nuevo por el brazo y le apretó un poco.
—Estos desplumados... ¡Seguro que tenían plumas pero las perdieron por locos! Tiene sentido... por algo se dice eso de "se te van las plumas".
Les vio marchar y salir uno a uno... y después de lanzar un último vistazo a su alrededor, les siguió. Uno de ellos tenía magia así que de momento le seguiría. Quizá aquello era una prueba de Mikk, como las primeras que le puso Sinrastro para ver si realmente valía... <<Si esto es una prueba, ¿por qué no hay más roquenses? ¿Por qué hay tantas criaturas extrañas?>>
Siguió haciéndose preguntas que no llevaban a respuesta alguna mientras aceleraba y conseguía ponerse detrás del grupo. Estaban acercándose a la fuente que había visto desde el techo... Y de hecho había más gente rara allí. "Gente" por decir algo. La roquense se acercó a la estructura, se subió al borde y escaló hasta lo alto, donde se puso de puntillas para intentar ver más allá de la plaza aquella. <<Más ruinas oscuras... Ni una fogata ni antorchas ni nada... Parece completamente abandonada>>
Pero no tenía sentido aparecer con tanta gente tan diferente en una ciudad semejante a la misma hora el mismo día. Si al menos se hubieran despertado a distintas horas... pero hasta en eso coincidían. ¿Por qué? ¿Para qué? <<Algún motivo tiene que haber... O a lo mejor no lo hay. O es un sueño... ¡Imposible, esto es real!>>
Al pensar aquello, dio un pisotón sobre la fuente y seguidamente miró hacia abajo. Menudo espectáculo estaría dando subida allá arriba y golpeando a la pobre fuente que no había hecho nada... Todo lo contrario: tenía agua para ellos mientras durase aquello. Y de hecho aquellas criaturas estaban bebiendo... <<Esperaré a ver alguno muere y resulta ser venenosa...>>
Pero no sucedió tal cosa... De hecho... algo no iba bien. El chamán había vuelto a hacer uno de sus dibujos y lo había dejado en el borde, así que Sinceridad bajó de un salto y con un par de aleteos para acercarse. No entendía lo que ponía pero el rubio miraba a todo el mundo que se acercaba con una cara curiosa... Y de hecho algunos fueron más allá y probaron el agua. <<¿Qué les pasa con el agua? Solo es agua. ¿A lo mejor la prueba es sobrevivir después de beber? ¿Lleva veneno mágico? ¡Entonces está chupado, Mikk me lo dejó claro!>>
Y bebió. Mejor dicho, miró al rubio como desafiándole y se lanzó como un resorte a la fuente. Tragó varias veces y luego salió con la cabeza empapada, así que se sacudió sin miramientos. <<Van listos si c...
—¡Mi voz! ¡Mi voz ha cambiado! ¡Por todos los...! ¡¡Brujería, magia!! —estalló, asustada por el cambio tan absoluto y repentino. Sonaba igual pero no era roquense—. ¡Tú lo sabías! Por eso... ¡Entiendo tu magia! ¡Agua, pone agua! ¿Me entiendes ahora, Chamán? —inquirió, nerviosa y asustada, tanto que cogió a Sox de nuevo por el brazo y le apretó un poco.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Plaza de la Fuente
09/11/15, 10:20 pm
Lorenzo
Atisbose unos instantes más las calles venideras. Parecia, como los edificios, abandonados, como si del polvo y el tiempo ahora pertenecieran y sus dueños con suerte tumba cristiana tuvieran. Alisose el bigote, pensivo, antes de volver casi al trote acelerado con los demás que, ingenuamente, habianse puesto a brebar de la fuente como jamelgos deslomados tras la marcha. Un siseo de cansancio surgio de los sus labios primero de sus palabras.
―Non vese moros en la costa.―soltó deshondado de emoción―Bueno es que malhechores non se atisben ahora que albergamos la noche, malo que, a solas, sin guia, andamos más perdido que un ciego sin su Lázaro.―
No entendió el nuevo caligrama del otomano, quien parecia ser una representación de una persona siento acosada por una nube de garabatos, asi pues, ignorante, no dijo nada desde el respeto a su situación.
Arqueose sobre su espalda y quitose los guantes. Andaba ya cansado, pesabanle los hombros y escocianle las heridas. Cogio del agua de la fuente y virtio su frescor sobre el gesto, perladas gotas resbalandose hasta entrometerse con su taimada perilla y bigotudez. Latigazo ardiente, como si el mismo satanás le flagelase el vientre, vino cuando se estiró. Tirose de la camiseta hacia fuera y examinose la herida, cosida, y muy fea, pero en buen camino. Cogió más agua y lavosela, asi como su camisa, que frotó y escurrió sobre la fuente, sin importarle si manchabase de sangre seca tambien. Con un siseo de alivio, virtio más agua y diose por terminado.
Chachara comenzo a surgir, Lorenzo centrado en sanearse sus heridas, diole ningun oido, mientras sus ojeras se agrandaban con su cansancio. Cansado y sucio, algo de agua limpia era recomfortable. Quitose el gorro con una exhalación, sentose al borde de la fuente, reposando el alancha sobre el su regazo, comenzó a canturrear. No era en voz alta, y mucho menos con energia, sino más bien un canturreo entre susurros de una persona atareada, mientras el español se frotaba la cara con agua, luego el cogote, cuello y manos.
- Canción de Lorenzo:
- ♰
Y ahora nos hallamos,
a navegar hacia el cuerno,
¡Ay! ¡Ay! ¡Tirar y soltar!
Pena que empeñasemos
nuestras botas y zapatos,
Que sino de correr
ya no andamos
Alza el cabo,
alza ese alma.
¡Ay! ¡Ay! ¡Tirar y soltar!
Ancla a la borda
Y la mayor plegada
Que sino de navegar
ya no avanzamos
Pronto saldremos asi,
apunto de zarpar.
¡Ay! ¡Ay! ¡Tirar y soltar!
¡Alla donde las buenas mozas
no guardan las algardabas!
Que sino de amar
ya no casamos
¡Ay! ¡Ay! ¡Tirar y soltar!
Ancla a borda
Y la mayor plegada
Que sino de navegar
Algun día saldremos...
La canción seguia más allá de donde se detuvo, pero, empezose a dar cuenta de algo extraño que ocurrió entonces. Juraria que sus palabras, incluso la su propia voz habia cambiado. Quizás por cansancio, se habia detenido, extrañado por aquello, decidió continuar, para comprobar que lo que le ocurria al diestro era fruto de su cansancio.
―Y cuando lleguemos a...―su voz rompiose a medida que entonó aquellas palabras. No erase una alucinación. Asi era su voz. Y lengua. Culpables. No era sino otro idioma, que no era el español de castilla que los sus labios entonaban.
―P-Pero... ¡Por los doce apostoles, mi voz! ¡Non pienso más en la lengua de Castilla!―exclamó, poniendose en pie de un salto y tornando su espalda hacia la fuente.―¡Podia ser... ¡Aqueste agua estase embrujada!―añadió con sorpresa aterrada.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Plaza de la Fuente
09/11/15, 11:17 pm
Mónica observó sorprendida cómo todos comenzaban a hablar y mirarse los unos a los otros como si se entendieran.
-¿Os estáis enterando de lo que dicen los demás? ¿Me estáis gastando una broma?
Se arrellanó un poco más sobre la fuente, pensando que, al fin y al cabo, no hablaba lo que hablaban sus compañeros don Plumitas, Zanahoria y el vampiro, y que lo mismo habían hecho un pacto para fingir que no se entendían hasta que de pronto destapasen el pastel… claro que ideó esto sin tener en cuenta los gestos de consternación que se daban entre algunos de sus compañeros.
-Qué graciosillos que sois, ¿no?- les dijo frunciéndoles el ceño. –Claro, aquí todos haciendo como que nadie sabía nada de nada y resulta que os entendéis todos…
Sin embargo su charla se cortó en cuanto escuchó que Íñigo Montoya de pronto ya no hablaba en ese extraño castellano que, aunque difícil de entender, algo se comprendía, y al ver su gesto de estupefacción y sorpresa. Mónica palideció, mirándole.
-Se… ¿se puede saber qué te ha pasado?- después dirigió la mirada hacia el agua de nuevo, sumando lentamente dos y dos (al fin y al cabo, la chica no era tonta, sólo hacía gilipolleces): todos los que de pronto hablaban y se entendían le habían pegado un chupito o se habían mojado con ese posible veneno mortal lleno de bacterias y virus.
Mónica palideció aún más si cabe, aunque, a pesar del miedo repentino, una sonrisa asombrada le elevó las comisuras de los labios. –Magia…
“Sí, pero magia asquerosa. ¿Pretenden que meta el morro ahí dentro? ¡Já! ¡Por encima de mi cadáver!” se dijo con sarcasmo, tratando de espantar los pensamientos horribles que comenzaban a invadir su mente. “Aprenderé a vivir como los sordos, creando un nuevo método de lenguaje de signos y…” suspiró. “A quién quiero engañar. Voy a estar sola e incomprendida aquí. No puedo acercarme a esa agua. Sencillamente no puedo”. El mero pensamiento de tener que beber de allí, aunque estaba tan sedienta que habría dado lo que fuera por algo de líquido, le provocó escalofríos y arcadas.
Se levantó, mirando el agua con la boca cada vez más seca, y carraspeó para llamar la atención del grupo.
-Mirad…- dijo, con la voz llena del pánico que le daba el tener que depender de esa agua para hacerse entender. –No puedo. No puedo beber de ahí. En serio- trató de alejarse, pero el pie todavía le dolía, de modo que volvió a sentarse tratando de fingir dignidad, parpadeando furiosamente para alejar unas lágrimas de terror y nerviosismo.
"¿Te vas a romper ahora? ¿Qué eres, una Gutiérrez o un ratón? Jonás se burlaría de ti pegando un buen buche de agua y salpicando bien fuerte. Además, Doce Punto no te habría traído a un lugar donde el agua te matara. Y mira, a ellos no les ha pasado nada, parecen sanos" se dijo, tratando de tranquilizarse mientras respiraba hondo. Sin embargo, al pensar de nuevo en tener que beber del agua se le puso la carne de gallina y tuvo que reprimir otro acceso de arcadas. "No. No puedo, soy un ratón. Joder, ¿por qué tenía que ser agua contaminada? ¿Por qué la prueba para entenderse no ha podido ser el tener que aplastar a un bicho gigante? Sería mucho más fácil...". Volvió a inspirar, tratando de llenarse de valor, y levantó la mirada hacia sus compañeros.
-Salpicadme- les pidió, controlando la voz para que no se le rompiera de nuevo, mientras hacía gestos y fingía una sonrisa tratando de no pensar en lo que estaba a punto de hacer. -¡Venga, como si fuera verano y estuviéramos en la fiesta de la espuma!- les volvió a sonreír.
-¿Os estáis enterando de lo que dicen los demás? ¿Me estáis gastando una broma?
Se arrellanó un poco más sobre la fuente, pensando que, al fin y al cabo, no hablaba lo que hablaban sus compañeros don Plumitas, Zanahoria y el vampiro, y que lo mismo habían hecho un pacto para fingir que no se entendían hasta que de pronto destapasen el pastel… claro que ideó esto sin tener en cuenta los gestos de consternación que se daban entre algunos de sus compañeros.
-Qué graciosillos que sois, ¿no?- les dijo frunciéndoles el ceño. –Claro, aquí todos haciendo como que nadie sabía nada de nada y resulta que os entendéis todos…
Sin embargo su charla se cortó en cuanto escuchó que Íñigo Montoya de pronto ya no hablaba en ese extraño castellano que, aunque difícil de entender, algo se comprendía, y al ver su gesto de estupefacción y sorpresa. Mónica palideció, mirándole.
-Se… ¿se puede saber qué te ha pasado?- después dirigió la mirada hacia el agua de nuevo, sumando lentamente dos y dos (al fin y al cabo, la chica no era tonta, sólo hacía gilipolleces): todos los que de pronto hablaban y se entendían le habían pegado un chupito o se habían mojado con ese posible veneno mortal lleno de bacterias y virus.
Mónica palideció aún más si cabe, aunque, a pesar del miedo repentino, una sonrisa asombrada le elevó las comisuras de los labios. –Magia…
“Sí, pero magia asquerosa. ¿Pretenden que meta el morro ahí dentro? ¡Já! ¡Por encima de mi cadáver!” se dijo con sarcasmo, tratando de espantar los pensamientos horribles que comenzaban a invadir su mente. “Aprenderé a vivir como los sordos, creando un nuevo método de lenguaje de signos y…” suspiró. “A quién quiero engañar. Voy a estar sola e incomprendida aquí. No puedo acercarme a esa agua. Sencillamente no puedo”. El mero pensamiento de tener que beber de allí, aunque estaba tan sedienta que habría dado lo que fuera por algo de líquido, le provocó escalofríos y arcadas.
Se levantó, mirando el agua con la boca cada vez más seca, y carraspeó para llamar la atención del grupo.
-Mirad…- dijo, con la voz llena del pánico que le daba el tener que depender de esa agua para hacerse entender. –No puedo. No puedo beber de ahí. En serio- trató de alejarse, pero el pie todavía le dolía, de modo que volvió a sentarse tratando de fingir dignidad, parpadeando furiosamente para alejar unas lágrimas de terror y nerviosismo.
"¿Te vas a romper ahora? ¿Qué eres, una Gutiérrez o un ratón? Jonás se burlaría de ti pegando un buen buche de agua y salpicando bien fuerte. Además, Doce Punto no te habría traído a un lugar donde el agua te matara. Y mira, a ellos no les ha pasado nada, parecen sanos" se dijo, tratando de tranquilizarse mientras respiraba hondo. Sin embargo, al pensar de nuevo en tener que beber del agua se le puso la carne de gallina y tuvo que reprimir otro acceso de arcadas. "No. No puedo, soy un ratón. Joder, ¿por qué tenía que ser agua contaminada? ¿Por qué la prueba para entenderse no ha podido ser el tener que aplastar a un bicho gigante? Sería mucho más fácil...". Volvió a inspirar, tratando de llenarse de valor, y levantó la mirada hacia sus compañeros.
-Salpicadme- les pidió, controlando la voz para que no se le rompiera de nuevo, mientras hacía gestos y fingía una sonrisa tratando de no pensar en lo que estaba a punto de hacer. -¡Venga, como si fuera verano y estuviéramos en la fiesta de la espuma!- les volvió a sonreír.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
10/11/15, 12:42 am
Sox se frotó las sienes tratando de aliviar una migraña que en esta ocasión era puramente imaginaria. No sabía con certeza qué era lo que fallaba: el que algunos eran demasiado obtusos para comprender lo que había puesto o que él debería haberse apuntado a alguna extracurricular de dibujo. Teniendo en cuenta la cantidad vergonzosa de horas que había tenido que echar para lograr sacar sobresaliente en la parte artística de su currículo, una asignatura obligatoria básica como el cartón, no achacaba enteramente la culpa a los demás.
Se giró bruscamente ante las palabras de la niña. Distraído con las amonestaciones de la chica del vestido, no la había visto beber. Ató cabos enseguida.
—Bien —asintió con parquedad—. Eso es que funciona.
Ave fue la siguiente en seguir el mismo patrón. "Pues sí, magia." No terminaba de comprender por qué parecía sorprenderles tanto aquella conclusión.
—Sabía lo mismo que tú al llegar aquí. Me he limitado a deducir —le aclaró, dando por hecho que la pregunta de si le entendía quedaba respondida por sí sola. Toleró el agarre por estar procesando aún la perplejidad: un ser claramente no antropomorfo estaba hablando con igual facilidad que cualquiera de ellos. Tenía sentido -difícilmente iban a traer a candidatos no aptos por defecto- pero seguía siendo difícil de asimilar. Espera, ¿Chamán había dicho?
—¿Qué significa eso? —preguntó sin rodeos. Parecía un apelativo.
El fenómeno volvió a repetirse con el tipo de la capa. Bingo. Sox no necesitaba más pruebas.
—Una forma enrevesada de decirlo, pero sí —confirmó con la tranquilidad de aquel para quien algo así era algo dentro del reino de lo posible—. Pero el hechizo está programado con el culo. Podían habernos añadido un idioma nuevo y ya está.
Con todo, no le molestaba demasiado. En el contexto de una competición tenía sentido que gente de un mismo mundo no pudiera pasarse mensajes indescifrables para los demás. Nada de alianzas preformadas. Además, bastaba con un hechizo logomántico semejante para devolverles lo que habían perdido. Nada de lo que alarmarse.
Observó atentamente la reacción de los demás. El idioma nuevo no era por tanto ni el de los tres de piel rosada, ni el de Ave. No, espera, quedaba una de los tres por intentarlo. "¿Y a ti qué te pica?" Ya la había oído protestar, aunque tarde, a que bebiese de la fuente. Iba a ignorarla -dos de su... ¿mundo de origen? habían bebido ya y no era necesario que ella lo hiciera- pero ella se puso a gesticular antes. Sox atendió con el entrecejo fruncido.
—O sea que quieres beber... pero no quieres beber —concluyó. Ya iba a desentenderse cuando la misma chica indicó por gestos una vía alternativa, y no sería Sox el que se demorase con gilipolleces. Hizo cuenco con las manos, reunió toda el agua salida del caño que pudo, y sin ceremonias se la salpicó a la cara tal y como había pedido.
Se giró bruscamente ante las palabras de la niña. Distraído con las amonestaciones de la chica del vestido, no la había visto beber. Ató cabos enseguida.
—Bien —asintió con parquedad—. Eso es que funciona.
Ave fue la siguiente en seguir el mismo patrón. "Pues sí, magia." No terminaba de comprender por qué parecía sorprenderles tanto aquella conclusión.
—Sabía lo mismo que tú al llegar aquí. Me he limitado a deducir —le aclaró, dando por hecho que la pregunta de si le entendía quedaba respondida por sí sola. Toleró el agarre por estar procesando aún la perplejidad: un ser claramente no antropomorfo estaba hablando con igual facilidad que cualquiera de ellos. Tenía sentido -difícilmente iban a traer a candidatos no aptos por defecto- pero seguía siendo difícil de asimilar. Espera, ¿Chamán había dicho?
—¿Qué significa eso? —preguntó sin rodeos. Parecía un apelativo.
El fenómeno volvió a repetirse con el tipo de la capa. Bingo. Sox no necesitaba más pruebas.
—Una forma enrevesada de decirlo, pero sí —confirmó con la tranquilidad de aquel para quien algo así era algo dentro del reino de lo posible—. Pero el hechizo está programado con el culo. Podían habernos añadido un idioma nuevo y ya está.
Con todo, no le molestaba demasiado. En el contexto de una competición tenía sentido que gente de un mismo mundo no pudiera pasarse mensajes indescifrables para los demás. Nada de alianzas preformadas. Además, bastaba con un hechizo logomántico semejante para devolverles lo que habían perdido. Nada de lo que alarmarse.
Observó atentamente la reacción de los demás. El idioma nuevo no era por tanto ni el de los tres de piel rosada, ni el de Ave. No, espera, quedaba una de los tres por intentarlo. "¿Y a ti qué te pica?" Ya la había oído protestar, aunque tarde, a que bebiese de la fuente. Iba a ignorarla -dos de su... ¿mundo de origen? habían bebido ya y no era necesario que ella lo hiciera- pero ella se puso a gesticular antes. Sox atendió con el entrecejo fruncido.
—O sea que quieres beber... pero no quieres beber —concluyó. Ya iba a desentenderse cuando la misma chica indicó por gestos una vía alternativa, y no sería Sox el que se demorase con gilipolleces. Hizo cuenco con las manos, reunió toda el agua salida del caño que pudo, y sin ceremonias se la salpicó a la cara tal y como había pedido.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Plaza de la Fuente
10/11/15, 04:09 pm
La niña vio como poco a poco todos los presentes iban obteniendo el mismo extraño habla. Era algo mágico.
“Oh dios mío, magia de verdad… ¡como la de Harry Potter! ¿Tendrán alguna escuela de magia y hechicería en este sitio? No, seguramente no, sino hubiésemos ido en barcas… así que ahora nos entendemos, mierda, ahora podrán entenderme cada vez que diga cualquier cosa mala y yo les entenderé cuando preparen sus diabólicos planes de matar niños, ¡Oh no! Y ¿por qué diablos estoy con esta panda de monstruos lunáticos? El coco no me prometió esto… bueno, es que es el coco, tampoco hay que esperar nada bueno de él… que tonta he sido, ahora moriré de una forma horrible por culpa del coco y sus amigos, seguro que dentro de poco aparecerá de la nada algún Frankenstein o un Pokemon salvaje o un montón de zombies o…” Pensando en sus pesadillas cotidianas la niña casi no presto atención a las palabras del pájaro y del Duque aunque a ambos les dedico una mirada y un pensamiento cuando estos hablaron en ese idioma supuestamente entendible, supuestamente porque del Duque apenas entendió una parte de toda su frase “¿Habrá bebido mal? ¿Cómo se puede ser tan estúpido como para no saber beber bien?” Y con el entusiasmo del ave sólo pudo pensar “Más inteligente que muchos niños sí que es: sabe leer.” Pero fueron las histéricas palabras incomprensibles de Mónica las que le hicieron volver por completo a la realidad.
Cuando “ojos rojos” estableció la gran contradicción que era el mensaje de la chica, Nadzia dijo al tiempo que pensaba:
-A lo mejor necesita ayuda… “A lo mejor es un poco tonta”.
Al ver lo que hacía “ojos rojos” para ayudar a la española, Nadzieja se unió a la acción. A principio solo tenía planeado lanzarle un poco de agua al igual que el carabés, pero al ver la cara de la chica decidió que lo más divertido era lanzarle agua a mansalva apuntando al rostro, lo más rápido que pudiera y cuantas más veces mejor. Lo que empezó siendo una “buena” acción se convirtió en un “a-ver-cuanto-aguanta-esta”. Y aunque intento reprimirla, una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro durante apenas unos segundos, nadie podría haberla visto pero ahí estuvo.
“Oh dios mío, magia de verdad… ¡como la de Harry Potter! ¿Tendrán alguna escuela de magia y hechicería en este sitio? No, seguramente no, sino hubiésemos ido en barcas… así que ahora nos entendemos, mierda, ahora podrán entenderme cada vez que diga cualquier cosa mala y yo les entenderé cuando preparen sus diabólicos planes de matar niños, ¡Oh no! Y ¿por qué diablos estoy con esta panda de monstruos lunáticos? El coco no me prometió esto… bueno, es que es el coco, tampoco hay que esperar nada bueno de él… que tonta he sido, ahora moriré de una forma horrible por culpa del coco y sus amigos, seguro que dentro de poco aparecerá de la nada algún Frankenstein o un Pokemon salvaje o un montón de zombies o…” Pensando en sus pesadillas cotidianas la niña casi no presto atención a las palabras del pájaro y del Duque aunque a ambos les dedico una mirada y un pensamiento cuando estos hablaron en ese idioma supuestamente entendible, supuestamente porque del Duque apenas entendió una parte de toda su frase “¿Habrá bebido mal? ¿Cómo se puede ser tan estúpido como para no saber beber bien?” Y con el entusiasmo del ave sólo pudo pensar “Más inteligente que muchos niños sí que es: sabe leer.” Pero fueron las histéricas palabras incomprensibles de Mónica las que le hicieron volver por completo a la realidad.
Cuando “ojos rojos” estableció la gran contradicción que era el mensaje de la chica, Nadzia dijo al tiempo que pensaba:
-A lo mejor necesita ayuda… “A lo mejor es un poco tonta”.
Al ver lo que hacía “ojos rojos” para ayudar a la española, Nadzieja se unió a la acción. A principio solo tenía planeado lanzarle un poco de agua al igual que el carabés, pero al ver la cara de la chica decidió que lo más divertido era lanzarle agua a mansalva apuntando al rostro, lo más rápido que pudiera y cuantas más veces mejor. Lo que empezó siendo una “buena” acción se convirtió en un “a-ver-cuanto-aguanta-esta”. Y aunque intento reprimirla, una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro durante apenas unos segundos, nadie podría haberla visto pero ahí estuvo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de la Fuente
11/11/15, 02:15 pm
¡Ese agua era mágica! Pero el Chamán se hacía el tonto con ella. ¿Deducir? ¿Deducir el qué? Él tenía magia en su brazo mientras que nadie más la tenía. Si lo juntábamos con la magia del agua... Era el único que podía estar relacionado con ese lugar.
—Vale, vale, te creo. Has deducido algo y no has hecho magia con tu brazo en la fuente —mintió. Luego escuchó al tercero en cuestión hablar el mismo idioma y puso los ojos en blanco—. Esto es muy raro... ¡Pero nos entendemos todos! Aunque tú hablas de forma muy enrevesada —dijo al que hizo los gestos raros aquellos—. ¿Tu ala está estropeada? —inquirió, pues aún tenía dudas.
Lo mejor vino, sin duda, cuando el Chamán y una de las criaturas gritonas se acercaron a la segunda gritona... <<¿Y si les pongo el deseo de Silencio y SinGritos a cada?>> Lo haría. Silencio y Chamán empezaron a echarle agua a SinGritos. Al principio no entendió el motivo, pero cayó en la cuenta de que aún no entendía a SinGritos... ¿Quizá la magia no le afectaba y estaban probando a echarle más? <<Ayudaré>>
No se lo pensó mucho. Se metió en la fuente y se unió a las salpicaduras... pero con más fuerza que los otros pues echaba agua tanto con las manos como con las alas. Se empaparía y se empapó, pero todo fuera por el bien común de entenderse y aclarar aquella situación. A la vez, decidió quedarse allí dentro cuando acabara aquello, porque así podría lanzar la magia sobre cualquiera que apareciera. <<He oído más voces que estas en el edificio donde desperté y puede que se acerquen a nosotros cuando salgan, así que... Aquí estaré>>
—¿NOS ENTIENDES YA? —exclamaría tras cada nueva oleada de agua, sin importarle si mojaba a los otros tres. A saber cómo funcionaba aquello. <<Solo es agua, ya se secarán agitándose>>
—Vale, vale, te creo. Has deducido algo y no has hecho magia con tu brazo en la fuente —mintió. Luego escuchó al tercero en cuestión hablar el mismo idioma y puso los ojos en blanco—. Esto es muy raro... ¡Pero nos entendemos todos! Aunque tú hablas de forma muy enrevesada —dijo al que hizo los gestos raros aquellos—. ¿Tu ala está estropeada? —inquirió, pues aún tenía dudas.
Lo mejor vino, sin duda, cuando el Chamán y una de las criaturas gritonas se acercaron a la segunda gritona... <<¿Y si les pongo el deseo de Silencio y SinGritos a cada?>> Lo haría. Silencio y Chamán empezaron a echarle agua a SinGritos. Al principio no entendió el motivo, pero cayó en la cuenta de que aún no entendía a SinGritos... ¿Quizá la magia no le afectaba y estaban probando a echarle más? <<Ayudaré>>
No se lo pensó mucho. Se metió en la fuente y se unió a las salpicaduras... pero con más fuerza que los otros pues echaba agua tanto con las manos como con las alas. Se empaparía y se empapó, pero todo fuera por el bien común de entenderse y aclarar aquella situación. A la vez, decidió quedarse allí dentro cuando acabara aquello, porque así podría lanzar la magia sobre cualquiera que apareciera. <<He oído más voces que estas en el edificio donde desperté y puede que se acerquen a nosotros cuando salgan, así que... Aquí estaré>>
—¿NOS ENTIENDES YA? —exclamaría tras cada nueva oleada de agua, sin importarle si mojaba a los otros tres. A saber cómo funcionaba aquello. <<Solo es agua, ya se secarán agitándose>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Plaza de la Fuente
11/11/15, 04:15 pm
Mónica se pensó mejor su propuesta en cuanto vio el destello de comprensión en los ojos rojos de Vampy, pero justo estaba abriendo la boca para comentarle un “mira, casi prefiero que no me entendáis, la vida es mejor si no hay gérmenes de por medio” cuando recibió un buen montón de agua en la cara de su parte. La chica boqueó y tragó agua sin querer, tosiendo fuertemente y notando, entre todo el terror hacia las infecciones, virus, bacterias, amebas, estafilococo… que ahora la acechaban en su propio organismo, un cambio en su mente.
“¿Qué… ¡Uh, ya no pienso en castellano! ¡Ha funcionado! Qué guay y mal rollista al mismo tiempo, ¡ahora podré hablar con Doce Punto en su lengua e impresionarle!” sin embargo, cuando intentó regresar a su idioma natal no pudo. Mónica se aterrorizó más.
-Graci…- fue a agradecerle a su compañero su pragmática colaboración, pero no pudo acabar la frase porque ahora la pequeña Zanahoria también se había unido a la acción y se lo estaba pasando estupendamente, por lo que parecía, ya que no paraba de salpicarla sin piedad.
Mónica intentó parar esa locura, queriendo arrancarse la piel al notar una y otra vez el agua contra ella. –Ya n…-. Sin embargo al parecer don Plumitas también se había enterado de qué iba el percal y se puso a la tarea de salpicarla con entusiasmo tal que también estaba poniendo perdidos a los demás, mientras le preguntaba, gritándola, que si les entendía.
-¡SÍ, YA OS ENTIENDO, PARAD!- gritó la chica, temblando de frío y del asco, barajando la posibilidad de acercarse a los dos que se recreaban en la tortura y darles un par de collejas y rechazando el pensamiento porque don Plumitas se le antojaba algo más peligroso. Sin embargo, una niña pequeña… “Me guardo esta venganza para más adelante” se dijo, con aún más náuseas.
-Gracias por ayudarme, pero ya podéis parar- les dijo mientras se alejaba del tsunami que le estaban echando encima con rapidez. –No hacía falta regodearse en esto- masculló entre dientes mientras seguía caminando hacia atrás, sintiéndose enferma físicamente, sin darles la espalda a sus compañeros antes de girarse con rapidez y comenzar a vomitar el agua que había ingerido.
Cuando pudo erguirse de nuevo, temblando, se volvió a acercar a la fuente para sentarse de nuevo sobre el borde, desfallecida.
-Uf- suspiró al tiempo que abría su bolso de pompones (que por alguna razón sólo se había mojado en una esquina) y sacar una toallita húmeda, mirándola con tristeza. “Bueno, es un momento crítico y sólo voy a usar una. Ya conseguiré más algún día” se dijo mientras se pasaba la toallita por la cara , limpiándose la boca y refrescándose la frente y las mejillas. Cuando la separó, se asombró de que estuviera negra por completo.
-Alguno podría haberme dicho que tenía todo el maquillaje corrido, ¿no?- musitó mientras se la volvía a pasar por la cara, tratando de eliminar los restos del rímmel (y consiguiéndolo… en parte).
Cuando consideró que estaba más o menos presentable se giró hacia los demás, sacando el gel antibacteriano y frotándose manos y brazos con él. –Hola. Soy Mónica. ¿Sabéis dónde estamos? ¿Podéis volver a hablar en vuestras lenguas?
“¿Qué… ¡Uh, ya no pienso en castellano! ¡Ha funcionado! Qué guay y mal rollista al mismo tiempo, ¡ahora podré hablar con Doce Punto en su lengua e impresionarle!” sin embargo, cuando intentó regresar a su idioma natal no pudo. Mónica se aterrorizó más.
-Graci…- fue a agradecerle a su compañero su pragmática colaboración, pero no pudo acabar la frase porque ahora la pequeña Zanahoria también se había unido a la acción y se lo estaba pasando estupendamente, por lo que parecía, ya que no paraba de salpicarla sin piedad.
Mónica intentó parar esa locura, queriendo arrancarse la piel al notar una y otra vez el agua contra ella. –Ya n…-. Sin embargo al parecer don Plumitas también se había enterado de qué iba el percal y se puso a la tarea de salpicarla con entusiasmo tal que también estaba poniendo perdidos a los demás, mientras le preguntaba, gritándola, que si les entendía.
-¡SÍ, YA OS ENTIENDO, PARAD!- gritó la chica, temblando de frío y del asco, barajando la posibilidad de acercarse a los dos que se recreaban en la tortura y darles un par de collejas y rechazando el pensamiento porque don Plumitas se le antojaba algo más peligroso. Sin embargo, una niña pequeña… “Me guardo esta venganza para más adelante” se dijo, con aún más náuseas.
-Gracias por ayudarme, pero ya podéis parar- les dijo mientras se alejaba del tsunami que le estaban echando encima con rapidez. –No hacía falta regodearse en esto- masculló entre dientes mientras seguía caminando hacia atrás, sintiéndose enferma físicamente, sin darles la espalda a sus compañeros antes de girarse con rapidez y comenzar a vomitar el agua que había ingerido.
Cuando pudo erguirse de nuevo, temblando, se volvió a acercar a la fuente para sentarse de nuevo sobre el borde, desfallecida.
-Uf- suspiró al tiempo que abría su bolso de pompones (que por alguna razón sólo se había mojado en una esquina) y sacar una toallita húmeda, mirándola con tristeza. “Bueno, es un momento crítico y sólo voy a usar una. Ya conseguiré más algún día” se dijo mientras se pasaba la toallita por la cara , limpiándose la boca y refrescándose la frente y las mejillas. Cuando la separó, se asombró de que estuviera negra por completo.
-Alguno podría haberme dicho que tenía todo el maquillaje corrido, ¿no?- musitó mientras se la volvía a pasar por la cara, tratando de eliminar los restos del rímmel (y consiguiéndolo… en parte).
Cuando consideró que estaba más o menos presentable se giró hacia los demás, sacando el gel antibacteriano y frotándose manos y brazos con él. –Hola. Soy Mónica. ¿Sabéis dónde estamos? ¿Podéis volver a hablar en vuestras lenguas?
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza de la Fuente
11/11/15, 09:11 pm
Lorenzo
Pusose el gorro con el gesto seco, trilbando el ala, escondio sus ojos a los demás, mientras se mesaba la perilla, pensativo. Confuso, decidió calmarse y reorganizarse sus pensamientos uno por uno.
Lo primero: Habianle robado la espada. Costabale admitirlo, pero el diestro era considerablemente menos diestro sin su arma. Su prioridad número uno seria la de recuperarla y, de poder ser, castigar al taimado Doce Punto por arrebatarsela. ¿Donde buscar en aquella ciudad? ¡Y ya anochecida! Seria insensato de su parte el emprender salida en aquel momento.
Lo segundo: Habianle robado el castellano y con brujeria. Sirviole para probar que era justo y noble su postura, pues solo brujas y demonios recurrian a la tenebrosidad pagana que eran las magias. Vengariase del hijo de taberna alñica que pusole aquel sortilegio a aquel agua tan convenientemente colocada y, el español, aprenderia a no fiarse aun más. Por otra parte, la conviniencia de que ahora podria entender y ser entendido por los demás arrapiezos permetiriales organizarse y trabajar en conjunto. Y, por otra, sabedor de la cruz que era el miembro mayor de aquel grupo de chavales secuestrados y que, por ende, le acontecian rigurosas responsabilidades.
Non gusto de ser niñero, siendo honesto...
Lo tercero y último: Non tenian de que comer, salvo polvo y piedra. Jurariase haber visto alimañas arrastrarse en aquella mazmorra anterior, pero visto la trampa de la fuente, quiso no querer arriesgarse y menos con tan solo un cuchillo para cazarlas. Cruzose de brazos mientras combaba la punta de la taimada perilla.
Menudo dilema nos hemos metido aqui...
Y, finalmente habló hacia el grupo quien, aparentemente, habianse decidido por salpicar a Mónica hasta la saciedad. Sabedor que ya le entendian todos, habló, primero presentandose de nuevo.
―Mozales, ahora que haceis de oidos gracias al sortilegio oscuro de la fuente, presentome de nuevo breve y escueto, pues creo que hay un motivo mayor pujante.―anunció, haciendo ademán de quitarse el gorro una vez más.―Llamanme Don Lorenzo Recio de la Vega. Vos podedes esperar con las vuesas representaciones, pues, a lo que iba, he de traer a vuestra atencion que la oscuridad se ha cernido sobre esta ciudad y que, muy posiblemente, sea totalmente inseguro el permanecer aqui, o al menos, el exterior.―tirose del bigote, cuando añadio una idea a sus intenciones.―Sin hoguera, cama o resguardo del clima y el helor, recomiendo buscar refugio provisional en el interior de aquesas mazmorras adoquinadas de las que despertamos. Al alba, podriamos ir a buscar un mejor sitio y, quizás, si la fortuna lo requiere, comida, pues estams sin migaja que llevarse a la boca.―
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Plaza de la Fuente
11/11/15, 10:55 pm
No habían alcanzado todavía al otro grupo cuando distinguió la fuente de la plaza y a parte de los presentes empapando a otra figura. "¿Que les pasa en la cabeza?". Por unos instantes se quedó clavado a pocos metros, viendo el entusiasmo con el que bañaban a la otra y el breve intercambio de gritos en lenguas desconocidas. Cuando pasó al tono pausado de alguna reflexión, Siete terminó de acercarse. Hizo un breve reconocimiento con un gesto de cabeza y bebió haciendo cuenco con las manos, con gusto. Agua clara y corriente. Humedad para la piel, cuando se secó las manos en el cuello. Tardó unos pocos segundos en entender lo que pasaba. Acababa de beberse un idioma entero. Y en su mente, "Rigel" sonaba igual, pero "Siete" era casi nuevo. Siempre lo había enlazado al número, y se dio cuenta de que ya no sabría describir la cicatriz de su espalda. Parecía un siete, pero ¿como se dibujaba eso? Cuando quería representarlo, lo natural no coincidia con los dibujos de sus recuerdos. Más importante, ya no estaba igual de solo. Se volvió a los que lo acompañaban desde el principio, sin llegar a hacerles gestos pero expectante.
– El agua también es importante- contribuyó Siete, a lo poco que había entendido del mas mayor de los presentes -si los rasgos de la edad funcionaban igual para ellos; había más pieles de bebé y rosados como pescaditos, otros tantos colores imposibles y narices altas, respingonas con orejas redondas. En algunas cosas parecían perfectamente idrinos, pero eran completos extranjeros-.
–Puede que más que comer. Soy Siete. Otro perdido.
– El agua también es importante- contribuyó Siete, a lo poco que había entendido del mas mayor de los presentes -si los rasgos de la edad funcionaban igual para ellos; había más pieles de bebé y rosados como pescaditos, otros tantos colores imposibles y narices altas, respingonas con orejas redondas. En algunas cosas parecían perfectamente idrinos, pero eran completos extranjeros-.
–Puede que más que comer. Soy Siete. Otro perdido.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de la Fuente
12/11/15, 03:11 pm
―No hace falta... -empezó Sox al intuir lo que se les venía encima. Tarde. Dirigió una mirada de mala uva a las responsables del salpicado extra mientras la remilgada vomitaba. Ya hacía bastante frío respecto al que estaba acostumbrado, y con la humedad en la ropa ahora se le calaba con más facilidad a los huesos.
No hizo gesto de preguntarle a la chica del vestido si se sentía mejor. La migraña de aquello con lo que le hubieran drogado aún le pulsaba en algún lugar entre las sienes. Si no podía ofrecer con seguridad un hechizo reconstituyente con el que solucionar la situación, interesarse le parecía un gesto superfluo.
Para comprobarlo fue a murmurar los pasos de un hechizo de secado antes de darse cuenta de que ahora no era solo la migraña lo que se lo impedía. Un sistema mágico no era un idioma, pero residía sobre unas bases similares. Sus manos recordaban los gestos, pero por mera memoria secuencial. No estaban aparejados a las palabras ni al significado de éstas.
Oh, magnífico. Mojado, en plena noche, sin hechizos, entre un montón de gente desconocida y sin un objetivo claro que seguir. Nada ponía a Sox de peor humor que la incapacidad de controlar las cosas, y le estaban arrebatando esos mecanismos uno por uno.
―No ―contestó de forma categórica―. Ya he dicho que el hechizo está programado con el culo. Nos han tenido que borrar todo lo demás, o quien supiera más de una lengua no estaría usando la nueva automáticamente ―habían dado algunos principios de logomancia en Lingüística. Era un conocimiento básico, dentro de lo que cabía, y su desconocimiento de él unido a la reacción inicial de Ave le dio mala espina―. ¿Me estáis diciendo que ninguno de vosotros sabe nada de magia?
Más gente nueva, con visiones nuevas de su situación que en el fondo se reducían a lo mismo. Perdido. Sí, era un buen apelativo. Porque eso estaban todos, completamente perdidos porque a nadie se le había ocurrido salir a recibirles, explicarles nada o simplemente poner un puto cartel en la entrada de las mazmorras.
Miró inquisitivo al recién llegado. Era mucho suponer que en otros lugares funcionasen también por un sistema de puntos, pero quién sabe. ¿O tal vez supiese algo que ellos no, y todos los candidatos estaban numerados?
―¿Siete sobre cuántos?― le preguntó sin tapujos.
No prestó atención hasta entonces en que una de las compañías del chaval de las orejas modificadas le era familiar. Era el otro chico que había estado con él en el tren.
―Tú ―se le escapó sorprendido. Recordó que ya no hablaban el mismo idioma y gruñó por lo bajo. Qué manía de complicar innecesariamente las cosas.
Se interpuso entre él y la fuente para impedirle beber. Era el único con el que compartía origen, de momento, y el que al otro carabés le importara perder su idioma o no era irrelevante a sus ojos cuando había información que obtener. No obstante Sox ya se había impuesto un contratiempo involuntariamente por causa de aquella fuente, y no pensaba dejar que sucediera más veces. Si el otro podía formular hechizos le necesitaban incomunicado, al menos de momento.
―¿Usas magia? ―le preguntó. A sabiendas de que no entendería, hizo gestos semejantes a los usados para conjurar para hacerse entender. Si recibía una respuesta negativa resoplaría y se haría a un lado con expresión de hastío para que hiciera lo que quisiera.
El de la capa habló entonces, y Sox ahora sí pudo quedarse con su nombre. Soltó un resoplido de sorna. "Lorenzo", resolvió. Desconocía si el aludido pretendía que le llamasen por aquella retahíla completa, pero él no pensaba hacerlo.
Fuera aquello, sus palabras eran razonables. Sox respondió alto y claro a propósito, porque si iban a discutir algo así era infinitamente más eficiente que se hiciera en una única conversación y no en media docena de grupitos de forma simultánea.
―Tiene sentido ―admitió―. Hemos despertado en camas al fin y al cabo, no en salas de espera ―era posible que hubieran despertado antes de tiempo, y fuese a la mañana siguiente cuando recibieran explicaciones―. Aunque sea para seguir sacando esta situación en claro, es más razonable hacerlo en un sitio seguro. Fuera y dentro debería haber la misma oscuridad cuando termine de caer la noche.
No le gustaba la falta de iniciativa, y habría preferido buscar pistas por los alrededores como habría pretendido hacer en un principio, pero en la oscuridad casi completa de aquel lugar tenía que resignarse a que no quedaba más remedio. Dar tumbos por calles desconocidas sin el amparo siquiera de una luz mágica era un curso de acción estúpido.
―Eso sí, las mazmorras no suelen ser buenos sitios para buscar cosas de comer y la fuente no se va a ir a ninguna parte ―dijo―. Yo me he llenado el estomago de agua. Vosotros haced lo que queráis.
Si iba a permanecer con ellos para contrastar información, como parecía que iba a ser el caso, lo último que quería era quejidos de hambre. Lo que le remitía de nuevo a la compañía de toda aquella gente. Malo. A Sox no le gustaban los trabajos en grupo. No por compañeros con falta de interés -estaba en la clase avanzada, y en ella todos aspiraban a los puestos altos- sino porque era una lotería de capacidades. Y en aquel caso ni siquiera sabía si tenía que competir con ellos o colaborar.
―Antes de nada ―preguntó a los recién llegados―. ¿Viene más gente?
El pensar en cruzarse con más personas por el camino para tener que explicarles por gestos por qué volvían a las mazmorras le daba dolor de cabeza. Si había más candidatos de camino, prefería esperar en la plaza lo justo hasta que bebieran.
No hizo gesto de preguntarle a la chica del vestido si se sentía mejor. La migraña de aquello con lo que le hubieran drogado aún le pulsaba en algún lugar entre las sienes. Si no podía ofrecer con seguridad un hechizo reconstituyente con el que solucionar la situación, interesarse le parecía un gesto superfluo.
Para comprobarlo fue a murmurar los pasos de un hechizo de secado antes de darse cuenta de que ahora no era solo la migraña lo que se lo impedía. Un sistema mágico no era un idioma, pero residía sobre unas bases similares. Sus manos recordaban los gestos, pero por mera memoria secuencial. No estaban aparejados a las palabras ni al significado de éstas.
Oh, magnífico. Mojado, en plena noche, sin hechizos, entre un montón de gente desconocida y sin un objetivo claro que seguir. Nada ponía a Sox de peor humor que la incapacidad de controlar las cosas, y le estaban arrebatando esos mecanismos uno por uno.
―No ―contestó de forma categórica―. Ya he dicho que el hechizo está programado con el culo. Nos han tenido que borrar todo lo demás, o quien supiera más de una lengua no estaría usando la nueva automáticamente ―habían dado algunos principios de logomancia en Lingüística. Era un conocimiento básico, dentro de lo que cabía, y su desconocimiento de él unido a la reacción inicial de Ave le dio mala espina―. ¿Me estáis diciendo que ninguno de vosotros sabe nada de magia?
Más gente nueva, con visiones nuevas de su situación que en el fondo se reducían a lo mismo. Perdido. Sí, era un buen apelativo. Porque eso estaban todos, completamente perdidos porque a nadie se le había ocurrido salir a recibirles, explicarles nada o simplemente poner un puto cartel en la entrada de las mazmorras.
Miró inquisitivo al recién llegado. Era mucho suponer que en otros lugares funcionasen también por un sistema de puntos, pero quién sabe. ¿O tal vez supiese algo que ellos no, y todos los candidatos estaban numerados?
―¿Siete sobre cuántos?― le preguntó sin tapujos.
No prestó atención hasta entonces en que una de las compañías del chaval de las orejas modificadas le era familiar. Era el otro chico que había estado con él en el tren.
―Tú ―se le escapó sorprendido. Recordó que ya no hablaban el mismo idioma y gruñó por lo bajo. Qué manía de complicar innecesariamente las cosas.
Se interpuso entre él y la fuente para impedirle beber. Era el único con el que compartía origen, de momento, y el que al otro carabés le importara perder su idioma o no era irrelevante a sus ojos cuando había información que obtener. No obstante Sox ya se había impuesto un contratiempo involuntariamente por causa de aquella fuente, y no pensaba dejar que sucediera más veces. Si el otro podía formular hechizos le necesitaban incomunicado, al menos de momento.
―¿Usas magia? ―le preguntó. A sabiendas de que no entendería, hizo gestos semejantes a los usados para conjurar para hacerse entender. Si recibía una respuesta negativa resoplaría y se haría a un lado con expresión de hastío para que hiciera lo que quisiera.
El de la capa habló entonces, y Sox ahora sí pudo quedarse con su nombre. Soltó un resoplido de sorna. "Lorenzo", resolvió. Desconocía si el aludido pretendía que le llamasen por aquella retahíla completa, pero él no pensaba hacerlo.
Fuera aquello, sus palabras eran razonables. Sox respondió alto y claro a propósito, porque si iban a discutir algo así era infinitamente más eficiente que se hiciera en una única conversación y no en media docena de grupitos de forma simultánea.
―Tiene sentido ―admitió―. Hemos despertado en camas al fin y al cabo, no en salas de espera ―era posible que hubieran despertado antes de tiempo, y fuese a la mañana siguiente cuando recibieran explicaciones―. Aunque sea para seguir sacando esta situación en claro, es más razonable hacerlo en un sitio seguro. Fuera y dentro debería haber la misma oscuridad cuando termine de caer la noche.
No le gustaba la falta de iniciativa, y habría preferido buscar pistas por los alrededores como habría pretendido hacer en un principio, pero en la oscuridad casi completa de aquel lugar tenía que resignarse a que no quedaba más remedio. Dar tumbos por calles desconocidas sin el amparo siquiera de una luz mágica era un curso de acción estúpido.
―Eso sí, las mazmorras no suelen ser buenos sitios para buscar cosas de comer y la fuente no se va a ir a ninguna parte ―dijo―. Yo me he llenado el estomago de agua. Vosotros haced lo que queráis.
Si iba a permanecer con ellos para contrastar información, como parecía que iba a ser el caso, lo último que quería era quejidos de hambre. Lo que le remitía de nuevo a la compañía de toda aquella gente. Malo. A Sox no le gustaban los trabajos en grupo. No por compañeros con falta de interés -estaba en la clase avanzada, y en ella todos aspiraban a los puestos altos- sino porque era una lotería de capacidades. Y en aquel caso ni siquiera sabía si tenía que competir con ellos o colaborar.
―Antes de nada ―preguntó a los recién llegados―. ¿Viene más gente?
El pensar en cruzarse con más personas por el camino para tener que explicarles por gestos por qué volvían a las mazmorras le daba dolor de cabeza. Si había más candidatos de camino, prefería esperar en la plaza lo justo hasta que bebieran.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Plaza de la Fuente
13/11/15, 12:36 am
Eorlir y los demás habían llegado a la plaza sin mayores contratiempos. Él había estado tratando de calmar a Ina, que estaba totalmente aterrorizada. En circunstancias normales se hubiera enfadado, pero no esa vez. Sabía que, en parte, era su culpa. La miraba, susurrando palabras tranquilizadoras, durante todo el camino hasta la plaza. Cuando Ina confesó que se moría de hambre, él mismo notó su propio estómago protestando.
-Yo también, Ina... yo también. -La miró, suspirando. La miró a los ojos-. Ina... sé que no quieres estar aquí. De hecho, en cuanto pueda, nos llevaré a casa. Pero para eso tenemos que salir y explorar. No te separes de mí, ¿de acuerdo? Cuidaré de ti. Te lo prometo.
Miró a los demás. Veía a muchos beber de esa fuente, así que fue a mirar con curiosidad. A decir verdad, tenía también algo de sed. Cuando vió que el agua carecía de color, arrugó la nariz.
-Syv impuro...- Movió la cabeza-. De aquí no vamos a beber, ni hablar.- Miró a los demás de nuevo. No se le pasó inadvertido el hecho de que a medida que bebían iban cambiando el idioma. Aún así, seguía sin entenderles. "Vamos a tener que beber de ahí para entendernos? Es en serio?"
Después de ver como a una desconocida le echaban agua por encima, empapándola, y que al tragar ese líquido acababa vomitándolo, decidió que, definitivamente, nada en el mundo iba a convencerle de beber de ahi. Miró a Ina.
-¿Cómo pueden beber de ahi? ¿No ven lo que le ha pasado a esa? ...no entiendo su forma de pensar, la verdad.
Miró a sus acompañantes... y antes de que pudiera hacer nada, Rigel ya se había adelantado y había bebido. Maldijo.
-Luces... otra que se pondrá enferma, supongo. Madre mia, Ina, acabaremos cuidando de estos monstruos... Eso les pasa por beber lo que no deben- Sonrió, mirándola, esperando que por esa broma se tranquilizara un poco. Seguía teniéndola detrás, semiescondida de los demás. Deseaba decirle que fuera fuerte, como siempre hacía, pero no era capaz. No en esa situación.
-Yo también, Ina... yo también. -La miró, suspirando. La miró a los ojos-. Ina... sé que no quieres estar aquí. De hecho, en cuanto pueda, nos llevaré a casa. Pero para eso tenemos que salir y explorar. No te separes de mí, ¿de acuerdo? Cuidaré de ti. Te lo prometo.
Miró a los demás. Veía a muchos beber de esa fuente, así que fue a mirar con curiosidad. A decir verdad, tenía también algo de sed. Cuando vió que el agua carecía de color, arrugó la nariz.
-Syv impuro...- Movió la cabeza-. De aquí no vamos a beber, ni hablar.- Miró a los demás de nuevo. No se le pasó inadvertido el hecho de que a medida que bebían iban cambiando el idioma. Aún así, seguía sin entenderles. "Vamos a tener que beber de ahí para entendernos? Es en serio?"
Después de ver como a una desconocida le echaban agua por encima, empapándola, y que al tragar ese líquido acababa vomitándolo, decidió que, definitivamente, nada en el mundo iba a convencerle de beber de ahi. Miró a Ina.
-¿Cómo pueden beber de ahi? ¿No ven lo que le ha pasado a esa? ...no entiendo su forma de pensar, la verdad.
Miró a sus acompañantes... y antes de que pudiera hacer nada, Rigel ya se había adelantado y había bebido. Maldijo.
-Luces... otra que se pondrá enferma, supongo. Madre mia, Ina, acabaremos cuidando de estos monstruos... Eso les pasa por beber lo que no deben- Sonrió, mirándola, esperando que por esa broma se tranquilizara un poco. Seguía teniéndola detrás, semiescondida de los demás. Deseaba decirle que fuera fuerte, como siempre hacía, pero no era capaz. No en esa situación.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Plaza de la Fuente
13/11/15, 06:14 pm
La pequeña belga se lo estaba pasando pipa viendo como la española intentaba pararla para que dejase de echarle agua, aunque lo disimulaba perfectamente en un rostro de esfuerzo y de preocupación. Pero cuando ella misma recibió oleadas de agua desde la espalda que la empaparon de la cabeza a los pies tuvo que parar al tempo que maldecía mentalmente, se dio la vuelta para ver qué pasaba para descubrir que el pájaro se había unido a ellos en su lucha por mojar a la chica y para recibir otra oleada de agua que le hizo escupir agua y agacharse pues le había pillado en el momento en el cual iba a hablar para decirle “Creo que ya es suficiente…”.
Mientras terminaba de recuperar el aliento y de escupir toda el agua que se había deslizado por el lado incorrecto de su garganta, sus compañeros ya habían parado de jugar con el agua y la española ya había asegurado comprenderles. Al girarse para ver cómo había quedado la princesa rosa, lo que vio le dieron arcadas, la chica estaba vomitando. Nadzieja quitándose los tacones se fue al lado contrario de la fuente para no verlo, se tapó los oídos pues el sonido era peor que la visión misma y reprimió todas las arcadas que pudo acuclillada en el suelo. “Que ascazo ¿no podía esconderse un poco para vomitar? Sólo es agua, ni que fuesen los gusanos que se comió Maxime en clase de gimnasia… menuda tonta, de verdad que asco.”
Cuando la chica se recuperó y se presentó la niña ya había vuelto a su lado, no dispuesta a estar tan alejada del resto en este terrorífico lugar. Cuando la chica pregunto dónde estaban Nadzia se dio cuenta de que ella tampoco debía de ser un monstruo, así que se pegó más a ella que el resto. A la pregunta del “ojos rojos” Nadzia simplemente negó con la cabeza y se acercó aún más a la chica. Cuando se presentó el Duque, la niña al principio no entendió ni una palabra de lo que decía pero conforme hablaba más entendible se le hacía, a pesar de que seguía sorprendida de lo mal que debía de haber bebido. Tras la presentación del Duque de Alba Lorenzo Recio de la Vega, la niña intento volver a presentar a su vez pero la aparición de nuevos recién llegados la hicieron colocarse tras Mónica y callar. Agarrándose a los tacones de plástico como si fuesen lo único que podía salvarla en ese momento.
Los observó llegar, venían en plan paseo, no sabía cuánto tiempo llevaban mirando pero no le daban buena espina. Escucho las conversaciones sobre preparativos que surgían a su alrededor y como se iban incorporando los recién llegados como si nada, algunos bebían otro no, la pequeña calada como iba no estaba dispuesta a repetir el teatrillo anterior pues llevaba temblando de frío desde hacía un rato. “Es todo demasiado fácil, alguno seguro que viene a matarnos, es tan poco natural todo esto… y ahora no sólo tenemos un canario gigante sino un semi-pez, si así es la sirenita ya no me gusta nada…”
Se agarró al brazo de Mónica y tiro de él para llamar su atención, puede que no tuviese oportunidad de presentarse al resto pero lo haría con ella al menos, era la única de la que no veía venir mayor peligro. Desconfiada como era no estaba muy dispuesta dar mucha información sobre ella misma por lo que decidió que a partir de aquel momento omitiría decir su apellido, su número de teléfono, su calle con número y código postal.
-Mi nombre es Nadzieja pero nadie me llama así… -Le susurró.
Mientras terminaba de recuperar el aliento y de escupir toda el agua que se había deslizado por el lado incorrecto de su garganta, sus compañeros ya habían parado de jugar con el agua y la española ya había asegurado comprenderles. Al girarse para ver cómo había quedado la princesa rosa, lo que vio le dieron arcadas, la chica estaba vomitando. Nadzieja quitándose los tacones se fue al lado contrario de la fuente para no verlo, se tapó los oídos pues el sonido era peor que la visión misma y reprimió todas las arcadas que pudo acuclillada en el suelo. “Que ascazo ¿no podía esconderse un poco para vomitar? Sólo es agua, ni que fuesen los gusanos que se comió Maxime en clase de gimnasia… menuda tonta, de verdad que asco.”
Cuando la chica se recuperó y se presentó la niña ya había vuelto a su lado, no dispuesta a estar tan alejada del resto en este terrorífico lugar. Cuando la chica pregunto dónde estaban Nadzia se dio cuenta de que ella tampoco debía de ser un monstruo, así que se pegó más a ella que el resto. A la pregunta del “ojos rojos” Nadzia simplemente negó con la cabeza y se acercó aún más a la chica. Cuando se presentó el Duque, la niña al principio no entendió ni una palabra de lo que decía pero conforme hablaba más entendible se le hacía, a pesar de que seguía sorprendida de lo mal que debía de haber bebido. Tras la presentación del Duque de Alba Lorenzo Recio de la Vega, la niña intento volver a presentar a su vez pero la aparición de nuevos recién llegados la hicieron colocarse tras Mónica y callar. Agarrándose a los tacones de plástico como si fuesen lo único que podía salvarla en ese momento.
Los observó llegar, venían en plan paseo, no sabía cuánto tiempo llevaban mirando pero no le daban buena espina. Escucho las conversaciones sobre preparativos que surgían a su alrededor y como se iban incorporando los recién llegados como si nada, algunos bebían otro no, la pequeña calada como iba no estaba dispuesta a repetir el teatrillo anterior pues llevaba temblando de frío desde hacía un rato. “Es todo demasiado fácil, alguno seguro que viene a matarnos, es tan poco natural todo esto… y ahora no sólo tenemos un canario gigante sino un semi-pez, si así es la sirenita ya no me gusta nada…”
Se agarró al brazo de Mónica y tiro de él para llamar su atención, puede que no tuviese oportunidad de presentarse al resto pero lo haría con ella al menos, era la única de la que no veía venir mayor peligro. Desconfiada como era no estaba muy dispuesta dar mucha información sobre ella misma por lo que decidió que a partir de aquel momento omitiría decir su apellido, su número de teléfono, su calle con número y código postal.
-Mi nombre es Nadzieja pero nadie me llama así… -Le susurró.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de la Fuente
14/11/15, 12:58 am
Sinceridad solo paró cuando la otra criatura se hizo oír. Sonrió satisfecha y salió de la fuente... pero se fijó en lo negro que salía de sus ojos y pegó un salto hacia atrás. De haber estado con su gente habría expresado con sinceridad qué le había ocurrido...
—¡Maldita fuente que casi me mata! Maldito empedrado resbaladizo...
Dicho eso, se empezó a sacudir y estuvo un poco ajena a las conversaciones. Tenía que decidir qué hacer. ¿Explorar la zona antes de que anocheciera del todo? ¿Volver al sitio de las camas, adecentarlo para convertirlo en refugio, y esperar al amanecer? Dejó de acicalarse y de intentar secarse las plumas, miró al Chamán y abrió la boca.
—Oye, qué... —empezó a decir, pero escuchó lo de volver al interior y asintió varias veces—. ¡Eso iba a decir! Volvamos a... ¿lo llamáis mazmorras? No me gusta, me da mala espina... pero bueno. ¡Yo lo llamaré Refugio del Chamán! —y corrió para ponerse a la altura de Sox—. Yo voy, voy. Mañana temprano puedo explorar desde el aire mientras vosotros por la zona de alrededor. Hay que atrincherarse en el Refugio del Chamán y organizarse... hasta que sepamos algo. ¡Yo soy cazadora, puedes contar conmigo!
<<Y no con esas criaturas gritonas, tan raras y que no aguantan un poco de agua. ¿Sabrán correr o defenderse? Esas patas no parecen muy competentes...>> pensó, pero aquello no lo diría... De momento.
—¡Maldita fuente que casi me mata! Maldito empedrado resbaladizo...
Dicho eso, se empezó a sacudir y estuvo un poco ajena a las conversaciones. Tenía que decidir qué hacer. ¿Explorar la zona antes de que anocheciera del todo? ¿Volver al sitio de las camas, adecentarlo para convertirlo en refugio, y esperar al amanecer? Dejó de acicalarse y de intentar secarse las plumas, miró al Chamán y abrió la boca.
—Oye, qué... —empezó a decir, pero escuchó lo de volver al interior y asintió varias veces—. ¡Eso iba a decir! Volvamos a... ¿lo llamáis mazmorras? No me gusta, me da mala espina... pero bueno. ¡Yo lo llamaré Refugio del Chamán! —y corrió para ponerse a la altura de Sox—. Yo voy, voy. Mañana temprano puedo explorar desde el aire mientras vosotros por la zona de alrededor. Hay que atrincherarse en el Refugio del Chamán y organizarse... hasta que sepamos algo. ¡Yo soy cazadora, puedes contar conmigo!
<<Y no con esas criaturas gritonas, tan raras y que no aguantan un poco de agua. ¿Sabrán correr o defenderse? Esas patas no parecen muy competentes...>> pensó, pero aquello no lo diría... De momento.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Plaza de la Fuente
14/11/15, 08:39 pm
Mónica volvió a restregarse la cara, tiritando de frío debido a la ropa mojada y probablemente al fresco del ambiente, tratando de quitarse los últimos restos de maquillaje con un kleenex que había sacado del bolso, y consiguiéndolo por fin (“Menos mal” se dijo al notar la cara limpia. “Por un momento pensé que iba a quedarme así para siempre”) mientras escuchaba a Vampy con atención.
-Pues sí, menudo hechizo más cutre. ¿Cómo vamos a hacer para volver a entendernos cuando volvamos a casa con nuestra familia y amigos? Anda que…- asintió a sus palabras notando de pronto cómo Zanahoria se le pegaba de nuevo.
Cuando empezó a salir gente del sitio donde habían estado antes la chica no pudo más que sorprenderse levemente: su cupo de cosas extrañas estaba llegando al tope y estaba muy cansada. Eran diferentes, cómo no. Y de hecho, iban llegando con mucha pachorra ("Qué huevos tienen" se comentó a sí misma "En un lugar desconocido y así de tranquilos"). Uno de ellos, delgado y alto, que se había acercado con rapidez a beber de la fuente, de hecho tenía orejas de pez. ¡Orejas de pez!
“Y encima se llama Siete. ¿Qué clase de nombre es ese? Pues yo paso de llamarle como un número... Hale, Tritón agenciado para el sirenito. Dios, esto es demasiado extraño. Este mundo es demasiado extraño. Pero a la vez mola” pensó mientras suspiraba y notaba cómo el agarre de la pequeña se intensificaba sobre su brazo, al tiempo que se apretujaba más contra ella, lo que la chica agradeció porque así juntaban calor corporal. “Pero no he olvidado mi venganza por las salpicaduras de antes, pequeña Zanahoria…” se dijo con malicia, sonriendo levemente.
Sin embargo la interacción que se estaba manteniendo delante de ella sonaba curiosa, lo que distrajo por el momento a la chica de sus pensamientos vengativos, de modo que Mónica puso oreja a la charla de Vampy con una persona parecida a él con el pelo azul (“¿Será un tinte? Qué chulo”) al que impedía beber y preguntaba con tono apremiante si sabía hacer magia. La chica se sorprendió y se metió en la conversación sin pensar que fuera algo privado.
-¿Magia? No te estás refiriendo a juegos de cartas, ni a ilusionismo, ¿no?- se revolvió el pelo mojado con una mano, buscando en su muñeca una goma de pelo y atándoselo en una coleta despeluchada pero sin quitarse la corona, de la que ya se había olvidado. –En casa no tenemos magia de verdad, que yo sepa. Magia como esta, del tipo de la que cambia el lenguaje, quiero decir. Es muy diferente. En casa este tipo de magia sólo es fantasía- suspiró, pero a pesar del agotamiento estaba emocionada.
Las enrevesadas palabras de Íñigo Montoya la sorprendieron, porque el modo de expresarse no había cambiado en absoluto: era como leer la Celestina en castellano antiguo pero… en el idioma en el que estuvieran hablando… antiguo. “Madre, y éste sigue hablando como una persona del siglo XIX. A este paso me voy a tener que agenciar un diccionario, porque buaf”. Sin embargo, eran palabras muy lógicas. Había que resguardarse para pasar la noche, que ya estaba encima de ellos.
Mónica asintió a sus palabras al tiempo que lo hacía Vampy, riendo entre dientes al ver el entusiasmo de don Plumitas, y se puso en pie notándose algo indispuesta. Probablemente por el frío y las ropas mojadas, pero ella automáticamente lo identificó con el haber bebido agua contaminada. “Puede que no la haya eliminado toda de mi organismo” se dijo preocupada.
-Deberíamos refugiarnos, sí- comentó en voz baja. -Ya exploraremos por la mañana y…- su voz se apagó al tiempo que notaba unos tironcillos en el brazo y miraba hacia abajo, a los ojos asustadizos de la niñita pelirroja que se le estaba presentando con voz susurrante y mucha gravedad.
–Nadz… Na…- trató de repetir la pronunciación del nombre sin conseguirlo. –Ya veo por qué nadie te llama así- le susurró en respuesta. –Es complicado de decir, pero es un nombre bonito. Sin embargo te voy a llamar Zanahoria, ¿vale? Así no me olvido, seguro- comentó tratando de ser maja mientras se alejaba de la pequeña en dirección a los demás. -¿De dónde eres?- le preguntó por encima del hombro, a sabiendas de lo aterrorizada que podía estar y de que hablar de su pasado antes de llegar aquí podría tranquilizarla.
-Pues sí, menudo hechizo más cutre. ¿Cómo vamos a hacer para volver a entendernos cuando volvamos a casa con nuestra familia y amigos? Anda que…- asintió a sus palabras notando de pronto cómo Zanahoria se le pegaba de nuevo.
Cuando empezó a salir gente del sitio donde habían estado antes la chica no pudo más que sorprenderse levemente: su cupo de cosas extrañas estaba llegando al tope y estaba muy cansada. Eran diferentes, cómo no. Y de hecho, iban llegando con mucha pachorra ("Qué huevos tienen" se comentó a sí misma "En un lugar desconocido y así de tranquilos"). Uno de ellos, delgado y alto, que se había acercado con rapidez a beber de la fuente, de hecho tenía orejas de pez. ¡Orejas de pez!
“Y encima se llama Siete. ¿Qué clase de nombre es ese? Pues yo paso de llamarle como un número... Hale, Tritón agenciado para el sirenito. Dios, esto es demasiado extraño. Este mundo es demasiado extraño. Pero a la vez mola” pensó mientras suspiraba y notaba cómo el agarre de la pequeña se intensificaba sobre su brazo, al tiempo que se apretujaba más contra ella, lo que la chica agradeció porque así juntaban calor corporal. “Pero no he olvidado mi venganza por las salpicaduras de antes, pequeña Zanahoria…” se dijo con malicia, sonriendo levemente.
Sin embargo la interacción que se estaba manteniendo delante de ella sonaba curiosa, lo que distrajo por el momento a la chica de sus pensamientos vengativos, de modo que Mónica puso oreja a la charla de Vampy con una persona parecida a él con el pelo azul (“¿Será un tinte? Qué chulo”) al que impedía beber y preguntaba con tono apremiante si sabía hacer magia. La chica se sorprendió y se metió en la conversación sin pensar que fuera algo privado.
-¿Magia? No te estás refiriendo a juegos de cartas, ni a ilusionismo, ¿no?- se revolvió el pelo mojado con una mano, buscando en su muñeca una goma de pelo y atándoselo en una coleta despeluchada pero sin quitarse la corona, de la que ya se había olvidado. –En casa no tenemos magia de verdad, que yo sepa. Magia como esta, del tipo de la que cambia el lenguaje, quiero decir. Es muy diferente. En casa este tipo de magia sólo es fantasía- suspiró, pero a pesar del agotamiento estaba emocionada.
Las enrevesadas palabras de Íñigo Montoya la sorprendieron, porque el modo de expresarse no había cambiado en absoluto: era como leer la Celestina en castellano antiguo pero… en el idioma en el que estuvieran hablando… antiguo. “Madre, y éste sigue hablando como una persona del siglo XIX. A este paso me voy a tener que agenciar un diccionario, porque buaf”. Sin embargo, eran palabras muy lógicas. Había que resguardarse para pasar la noche, que ya estaba encima de ellos.
Mónica asintió a sus palabras al tiempo que lo hacía Vampy, riendo entre dientes al ver el entusiasmo de don Plumitas, y se puso en pie notándose algo indispuesta. Probablemente por el frío y las ropas mojadas, pero ella automáticamente lo identificó con el haber bebido agua contaminada. “Puede que no la haya eliminado toda de mi organismo” se dijo preocupada.
-Deberíamos refugiarnos, sí- comentó en voz baja. -Ya exploraremos por la mañana y…- su voz se apagó al tiempo que notaba unos tironcillos en el brazo y miraba hacia abajo, a los ojos asustadizos de la niñita pelirroja que se le estaba presentando con voz susurrante y mucha gravedad.
–Nadz… Na…- trató de repetir la pronunciación del nombre sin conseguirlo. –Ya veo por qué nadie te llama así- le susurró en respuesta. –Es complicado de decir, pero es un nombre bonito. Sin embargo te voy a llamar Zanahoria, ¿vale? Así no me olvido, seguro- comentó tratando de ser maja mientras se alejaba de la pequeña en dirección a los demás. -¿De dónde eres?- le preguntó por encima del hombro, a sabiendas de lo aterrorizada que podía estar y de que hablar de su pasado antes de llegar aquí podría tranquilizarla.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Plaza de la Fuente
14/11/15, 09:06 pm
- No hay nadie más a parte de mi- dijo Siete, sin terminar de entender las palabras del otro- El apodo viene de una cicatriz. Mi nombre de nacimiento es Rigel, pero Siete es más natural.
Desde que se hiciera la herida, el mote se había extendido por todo el clan. En ese grupo nadie reconocería los surcos blancos de su omoplato, ni siquiera él mismo.
- No podemos saber si había más gente. Hasta hace poco no podíamos hablar entre nosotros- señaló- Si vamos a volver, podemos hacerlo ahora.
Desde que se hiciera la herida, el mote se había extendido por todo el clan. En ese grupo nadie reconocería los surcos blancos de su omoplato, ni siquiera él mismo.
- No podemos saber si había más gente. Hasta hace poco no podíamos hablar entre nosotros- señaló- Si vamos a volver, podemos hacerlo ahora.
-
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Plaza de la Fuente
15/11/15, 04:35 pm
Todos parecían dispuestos a salir de ahí, Barael se destenso poco a poco según su hermano se alejó de aquella cosa, que había dejado de dar guerra, quizás por miedo o por cautela. Fue el último de los cuatro que se puso en marcha, no dejando ni un momento de observar a aquel ser. Por fin se dio la vuelta, mirando hacia atrás de reojo cada poco para asegurarse de que esa cosa no se tiraba encima de ellos, no le fue difícil saber que los estaba siguiendo.
Normalmente se hubiera preguntado cómo serían los mundos de los que provenían Tay, Dafne y el ser, que maravillas y curiosidades albergaban, cuál era su relación con rocavarancolia si ni siquiera les sonaba el idioma, que tipo de herramientas usan ellos.... Pero Barael no se encontraba como de costumbre, todo de cuello para arriba le dolía y aunque él no se diera cuenta un hilo de sangre empezaba a hacérsele visible bajando por su frente. Se distrajo como solía hacer, mirando todo lo que le rodeaba mientras paseaba. Grietas, piedra, algún tipo de alimaña correteando por ahí... Se sorprendió ligeramente al ver un vómito en el suelo, a alguno de los elegidos le debía de haber superado la situación, empezaba a sospechar de que no todos habían venido aquí sabiendo lo que les esperaba, así como a él y al resto de nublinos prácticamente los secuestraron.
Lo sacó de sus pensamientos su hermano, pues le había formulado una pregunta.
<<Creo que ha dicho que si estoy bien...>> -Barael giró la cabeza formando una sonrisa tranquilizante para su hermano, y con cariño le acarició la cabeza revolviéndole el pelo. -No ha sido nada. -Le dijo en rocavarancolés, esperando que hablar en su idioma preferido lo reconfortara más, sin embargo su voz sonaba ronca y el hilo de sangre se veía claramente, había sido desviado por su ceja izquierda y ahora se encontraba llegándole a la mandíbula inferior.
Cuando encontraron la salida escucharon más gente, cosa que a Barael no le sorprendió, ya sabía que otros elegidos habían ido por ahí. Tay aceleró el paso, dándole la sensación a él de que estaba entusiasmado. <<Es como mi hermano...>> Le hizo un gesto con la mano a Eriel para que acelerara el también y se pusieron en marcha, separarse no era una opción, no sabían que pudiera pasar o si otro ser se pondría violento. Llegaron y vislumbraron a todo un elenco de personajes extraños. <<¿Donde están los otros tres nublinos?>> Fue una grata sorpresa oírles hablar rocavarancolés, todo se haría mucho más fácil.
-Por fin gente que habla rocavarancolés, ya me empezaba a imaginar que ninguno más sabía lo que estaba haciendo aquí. -Dijo alto para todos los presentes. Su expresión era neutral y los observaba a todos en conjunto. Normalmente se hubiera parado a preguntarse muchas cosas de ellos, normalmente estaría calmado... Pero hoy no era un día normal.
Normalmente se hubiera preguntado cómo serían los mundos de los que provenían Tay, Dafne y el ser, que maravillas y curiosidades albergaban, cuál era su relación con rocavarancolia si ni siquiera les sonaba el idioma, que tipo de herramientas usan ellos.... Pero Barael no se encontraba como de costumbre, todo de cuello para arriba le dolía y aunque él no se diera cuenta un hilo de sangre empezaba a hacérsele visible bajando por su frente. Se distrajo como solía hacer, mirando todo lo que le rodeaba mientras paseaba. Grietas, piedra, algún tipo de alimaña correteando por ahí... Se sorprendió ligeramente al ver un vómito en el suelo, a alguno de los elegidos le debía de haber superado la situación, empezaba a sospechar de que no todos habían venido aquí sabiendo lo que les esperaba, así como a él y al resto de nublinos prácticamente los secuestraron.
Lo sacó de sus pensamientos su hermano, pues le había formulado una pregunta.
<<Creo que ha dicho que si estoy bien...>> -Barael giró la cabeza formando una sonrisa tranquilizante para su hermano, y con cariño le acarició la cabeza revolviéndole el pelo. -No ha sido nada. -Le dijo en rocavarancolés, esperando que hablar en su idioma preferido lo reconfortara más, sin embargo su voz sonaba ronca y el hilo de sangre se veía claramente, había sido desviado por su ceja izquierda y ahora se encontraba llegándole a la mandíbula inferior.
Cuando encontraron la salida escucharon más gente, cosa que a Barael no le sorprendió, ya sabía que otros elegidos habían ido por ahí. Tay aceleró el paso, dándole la sensación a él de que estaba entusiasmado. <<Es como mi hermano...>> Le hizo un gesto con la mano a Eriel para que acelerara el también y se pusieron en marcha, separarse no era una opción, no sabían que pudiera pasar o si otro ser se pondría violento. Llegaron y vislumbraron a todo un elenco de personajes extraños. <<¿Donde están los otros tres nublinos?>> Fue una grata sorpresa oírles hablar rocavarancolés, todo se haría mucho más fácil.
-Por fin gente que habla rocavarancolés, ya me empezaba a imaginar que ninguno más sabía lo que estaba haciendo aquí. -Dijo alto para todos los presentes. Su expresión era neutral y los observaba a todos en conjunto. Normalmente se hubiera parado a preguntarse muchas cosas de ellos, normalmente estaría calmado... Pero hoy no era un día normal.
- Neith2
Ficha de cosechado
Nombre: Dafne
Especie: Humana
Habilidades: Habilidad mental, sentido común, reflejos
Re: Plaza de la Fuente
15/11/15, 05:30 pm
Por fin salío de allí, de las mazmorras, frías y oscuras, le resultaba bastante agobiante si hubiera tenido que quedarse un rato más, y para colmo el azoramiento de aquel ser, hicieron que el camino para salir de allí se hiciese aún más pesado, pero bueno eso acabó, y todo quedó en paz, sin ninguna lesión grave...
Ahora daba la bienvenida a una ciudad en ruinas, el suelo estaba cubierto de piedras grises, parecidas a las calzadas que habían en las calles Terrestres, pero en cambio, aquí cubrían todo lo que fuese suelo de cualquier calle o plaza. Los pocos edificios que quedaban estaban desastrosos, apenas con fachadas, ya que la mayoría que quedaban de ellos eran escombros...
>>No sé si hubiese sido mejor quedarme ahí dentro<<-Se decía así misma mientras miraba de lado a lado todo lo que había en su entorno: Una ciudad oscura, sin apenas recursos. O al menos eso es lo que pensaba ella.
Al final del gran camino, habitaba una gran fuente con un gran monumento en el centro y con serpientes alrededor que escupían agua. >>No me vendría mal un trago<<- Afirmó Dafne mientras tragaba saliva, notándose la garganta algo seca.
-¡Eh Tay!, ¿Tienes sed?, ¿Por qué no bebemos de ahí?, parece ser que ya algunos han bebido así que no creo que pase nada-Apremió la noruega mientras miraba a Tay de reojo, ya que miraba asombrada a toda la gente que había allí. No eran lo únicos en esa ciudad, ¿Pero, para que exactamente los habían invitado ir a aquel mundo?, había muchas preguntas sin respuestas en esos momentos... pero ya habría tiempo para ir descubriendo, el por qué de todo.
Ahora daba la bienvenida a una ciudad en ruinas, el suelo estaba cubierto de piedras grises, parecidas a las calzadas que habían en las calles Terrestres, pero en cambio, aquí cubrían todo lo que fuese suelo de cualquier calle o plaza. Los pocos edificios que quedaban estaban desastrosos, apenas con fachadas, ya que la mayoría que quedaban de ellos eran escombros...
>>No sé si hubiese sido mejor quedarme ahí dentro<<-Se decía así misma mientras miraba de lado a lado todo lo que había en su entorno: Una ciudad oscura, sin apenas recursos. O al menos eso es lo que pensaba ella.
Al final del gran camino, habitaba una gran fuente con un gran monumento en el centro y con serpientes alrededor que escupían agua. >>No me vendría mal un trago<<- Afirmó Dafne mientras tragaba saliva, notándose la garganta algo seca.
-¡Eh Tay!, ¿Tienes sed?, ¿Por qué no bebemos de ahí?, parece ser que ya algunos han bebido así que no creo que pase nada-Apremió la noruega mientras miraba a Tay de reojo, ya que miraba asombrada a toda la gente que había allí. No eran lo únicos en esa ciudad, ¿Pero, para que exactamente los habían invitado ir a aquel mundo?, había muchas preguntas sin respuestas en esos momentos... pero ya habría tiempo para ir descubriendo, el por qué de todo.
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