Torreón Maciel (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Me despierto con un dolor de cabeza impresionante. Según voy enfocando la visión me doy cuenta de que no estoy tumbada en mi cama, sino en un suelo frío. Me incorporo ligeramente para no marearme y enfoco mi vista hasta lo que parece un corredor plagado de pintadas.
Empiezo a recorrer el corredor, según me muevo mi dolor de cabeza se aclara. Ya sólo siento un pequeño mareo. Despacio toco con mis dedos la pared. Es estraño hace un momento estaba en mi habitación y ahora estoy en lo que parece una especie de Torreón en vete tú a saber dónde.
El corredor termina en lo que parece una reja llena de púas pero no me atrevo a llegar más lejos. Así que me recuesto sobre la pared mientras intento oir algo procedente de la casa, algo que me indique que no estoy sola.
- [italiano] ¿Hola? - pregunto vagamente - ¿Hay alguien ahí? - me quedo sin voz...
No sé que es lo que puedo esperar del exterior por lo que vuelvo al sitio dónde me desperté.
Me vuelvo a sentar en el suelo y me acurruco en una esquina. Todo está muy tranquilo, demasiado. No sé dónde estoy y eso me asusta. Coloco mi cabeza encima de las rodillas intentando no perder los nervios mientras una lágrima silenciosa corre por mi mejilla.
Me la seco con rapidez mientras vuelvo a mirar otra vez a mi alrededor, estoy acostumbrada a estar sola, pero nunca me había encontrado en un situación como ésta. Aprieto el abrazo alrededor de mis piernas y cierro los ojos en un intento de que cuando me despierte nada haya cambiado y esto haya sido un mal sueño. Algo en mi interior me dice que no va a ser así.
Vuelvo a abrir los ojos, todo sigue igual.
- [italiano] Hooooooooolaaaaaaa - vuelvo a decir intentando que se me oiga por todas las escaleras. Sin respuesta. No es que necesite de compañía continua, pero no me gusta estar sola en un sitio que desconozco. Me levanto y vuelvo a recorrer el corredor y ésta vez salgo al exterior. A lo lejos se ve una fuente, decido salir a investigar y salgo con sumo cuidado sin montar jaleo.

Sigue en La Plaza de la Fuente.

Mi sonrisa se ensancha.
-Así es. ¡A elegir!
Estoy de muy buen humor.

- No sé por dónde empezar - le digo mientras miro perpleja la sala.
Todavía tengo el cuchillo que cogí de la mochila de Alex, así que lo dejo encima de una de las repisas y cojo dos cuchillos pequeños que parecen simétricos con la empuñadura negra coronada por una perla roja y me los guardo dentro de la bota.
Después me pongo a andar entre las repisas.
- ¿Qué puedo elegir? - le digo a Aníbal - ¿espada o arco? Siempre me gustaron las películas en las que se daba un combate cuerpo a cuerpo y tal vez pueda llegar a hacer eso, pero también me gusta mucho el arco...

Me encojo de hombros.
-Lo que se te dé mejor. Prueba distintas cosas.
Mi sonrisa no desaparece. Este hallazgo me llena de esperanza para sobrevivir.
-Ahora, nuestras posibilidades de sobrevivir se han multiplicado...

- Bueno... por el momento cogeré dos espadas, luego ya veré que hago - digo asintiendo con la cabeza mientras cojo dos espadas alargadas que guardo en sus respectivos cintos y que cuelgo de mi espalda - cierto, tenemos más probabilidades de sobrevivir, siempre y cuando las utilicemos correctamente - añado - para éso deberíamos practicar.
De repente siento un vacío en mi estómago.
- Pero antes comer algo.

Asiento.
-Claro. Tenemos que comer.
Bajo otra vez. cojo un par de manzanas. Una se la tiro a Abi. la otra me la como lentamente.
-Tenemos que ir a por las bañeras. Nos queda poca comida.

Muerdo mi manzana despacio y con tranquilidad.
- ¿Ir tras las bañeras? - le pregunto - ¿estás seguro?
- Es peligroso, además sólo somos dos... - añado - el río por el momento nos abastece bastante bien.

Me encojo de hombros.
-Las algas no me sentaron bien...puede no significar nada, pero puede que no las podamos comer...además, necesitaremos variedad de alimentos.
Suspiro. yo tampocosé si será buena idea, pero hemos de arriesgarnos.

- Bueno... - le dije - pero a cualquier contratiempo habrá que salir corriendo... no somos tantos como para espantar a una manada de mosntruos, cuervos... lo que sean. Aparte aunque tengamos espadas éso tampoco nos hace más fuertes - añadí.
Desenrollé la cuerda del otro día del poco de la puerta del armario y del pomo de la entrada. Después la enrollé sobre sí misma y me la colgué del cinturón.
- Muy bien, pues... ¿hacia dónde vamos?

-Esperaremos a que salgan las bañeras. Hasta entonces, quedémonos aquí. Será más seguro que salgamos lo menos posible.
Dicho esto, me siento en el suelo, apoyado a una pared.

(¿No salen las bañeras a las 4? De 4 a 10, creo)

- Como quieras - le digo sin hacerle mucho caso.
Saco una de las espadas largas de mi espada y comienzo a sopesarla en mi mano. Después empiezo a trazar movimientos con ella. Siempre he sido muy ágil, así que no creo que tenga ningún problema en manejar la espada.

(Se supone, pero biblios tiene que decir que han salido, así que...)
Miro a Abi con curiosidad. Me gustaría saber más cosas de la chica, pero me callo. Igual no quiere hablar.

(Bueno... lo que no sé yo es si hoy podré estar mucho rato... tal vez sí o tal vez me echen xD)

Saco la otra espada y hago el mismo movimiento que con la derecha. Después lo hago con las dos a la vez. Parece que sí que puedo utilizar las dos a la vez sin que me tiemble la mano. Me fijo en Aníbal que está pendiente de mí.
- ¿Qué? - le digo sonriendo.

-Nada, sólo quería saber más cosas de ti. Aunque si no quieres hablas, no te molestaré...

Froto el filo de una espada con otra, pensativa. Después fijo mis ojos azules en la figura del muchacho.
- Todo depende de lo que preguntes - le dije mientras seguía frotando el filo de las espadas entre sí.

(Me acaban de decir que podemos ir a por las bañeras.)
-Pues...-me acuerdo que dijo que le gustaba la soledad-. ¿Por qué eres tan solitaria? lo mencionaste el otro día...

(Pues a por ellas^^)

- No sé... me siento agusto con el silencio, conmigo misma... - respondo - no mucha gente encaja conmigo, por eso siempre lo hago todo por mi cuenta. No me gusta depender de nadie.

Me quedo pensativo.
-Vaya...-me he quedado sin nada que decir.
Me levanto y le tiendo la mano.
-¿Vamos a ver si han llegado las bañeras?