Torreón Maciel (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Me despierto con un dolor de cabeza impresionante. Según voy enfocando la visión me doy cuenta de que no estoy tumbada en mi cama, sino en un suelo frío. Me incorporo ligeramente para no marearme y enfoco mi vista hasta lo que parece un corredor plagado de pintadas.
Empiezo a recorrer el corredor, según me muevo mi dolor de cabeza se aclara. Ya sólo siento un pequeño mareo. Despacio toco con mis dedos la pared. Es estraño hace un momento estaba en mi habitación y ahora estoy en lo que parece una especie de Torreón en vete tú a saber dónde.
El corredor termina en lo que parece una reja llena de púas pero no me atrevo a llegar más lejos. Así que me recuesto sobre la pared mientras intento oir algo procedente de la casa, algo que me indique que no estoy sola.
- [italiano] ¿Hola? - pregunto vagamente - ¿Hay alguien ahí? - me quedo sin voz...
No sé que es lo que puedo esperar del exterior por lo que vuelvo al sitio dónde me desperté.
Me vuelvo a sentar en el suelo y me acurruco en una esquina. Todo está muy tranquilo, demasiado. No sé dónde estoy y eso me asusta. Coloco mi cabeza encima de las rodillas intentando no perder los nervios mientras una lágrima silenciosa corre por mi mejilla.
Me la seco con rapidez mientras vuelvo a mirar otra vez a mi alrededor, estoy acostumbrada a estar sola, pero nunca me había encontrado en un situación como ésta. Aprieto el abrazo alrededor de mis piernas y cierro los ojos en un intento de que cuando me despierte nada haya cambiado y esto haya sido un mal sueño. Algo en mi interior me dice que no va a ser así.
Vuelvo a abrir los ojos, todo sigue igual.
- [italiano] Hooooooooolaaaaaaa - vuelvo a decir intentando que se me oiga por todas las escaleras. Sin respuesta. No es que necesite de compañía continua, pero no me gusta estar sola en un sitio que desconozco. Me levanto y vuelvo a recorrer el corredor y ésta vez salgo al exterior. A lo lejos se ve una fuente, decido salir a investigar y salgo con sumo cuidado sin montar jaleo.

Sigue en La Plaza de la Fuente.

Asisto a las presentaciones completas de las dos y sonrío.
-Yo soy Aníbal. Soy de España, de la costa mediterranea. Tengo 16 años.

- yo tengo 14 años, y he vivido en la calle desde pequeña - me miro los pies descalzos y sucios que tenia - y no tengo nada mas que contar en verdad - la devuelvo la sonrisa miro a mi alrededor en busca de comida o algo con lo que poder defendernos, en un rincón veo algo brillante y me acerco, lo saco de su escondite pero solo era un espejoroto

Miro a mi alrededor.
-Esto parece estar en mejor estado que donde nos despertamos...-murmuro-. Creo que podríamos instalarnos aquí por el momento. ¿Que decís?

- Bien pues - les digo - ya nos conocemos, a excepción de... ¿James? Que parece con un carácter muy peculiar, parece que nos hemos quedado en un grupo muy pequeño... y por aquí no hay comida - dije mientras dejaba caer mis manos en señal de impotencia.
- ¿Y por qué vosotros os habéis despertado todos juntos y yo estaba sola aquí? - les pregunté en busca de respuestas.

- me parece mejor que bien - le respondo sonriendo- al menos no esta en ruinas - al ver el espejo me acuerdo del crital luminoso que habia recogido del suelo antes de salir hacia la fuente, busco en mi bolsillo y lo saco - Anibal te acuerdas de estos cristales raros¿ tu los conoces Abi ? - la pregunto mientras se lo enseño.
escucho su pregunta- la verdad es que no se ni como he llegado- la respondo sin saber la respuesta

-Yo tampoco sé nada...
Miro el cristal.
-Es verdad...¿Qué son?

no tengo ni idea pero si te cortas con ellos se encienden, ¿ tu sabes algo Abi ?-

- No, nunca había visto un cristal como ése - le dije - ¿no será peligroso, no?
Lo miré de reojo, no me convencía.
- Tengo hambre...

- no creo que sea peligroso yo me corte con el y no me paso nada-
- tambien tengo hambre ¿ que hacemos ? no me gustaria salir fuera sin armas -

-No lo sé...¿Seguro que no hay nada?
Se me ocurre algo.
-Buscad en los bolsillos. A ver si tenemos suerte y tenemos algo que comer...

- Yo salí sin armas - le contesté - no encontré nada, por éso me escondía. Bueno, en parte.
- ¿Si te cortas da luz? - comenté - bueno, puede darnos luz por la noche, mientras que nadie tenga que morir desangrado... - dije no muy positiva.
Me miro los bolsillos, un paquete de galletas y pañuelos. Lo saco fuera.
- Me da que esto no me va a quitar el hambre - le dije convencida.

- buena idea - me pongo a rebuscar entre todos mi bolsillos y voy sacando las cosas que habia en su interior
- yo tengo... una navaja multiusos... dos carteras ... y 3 caramelos de menta.
- no digas esas cosas Abi a nadie le va a pasar nada - la digo intentando animarla

-Yo tengo...una chocolatina...mi cartera...y unos euros...nada más.-digo, desanimado.
Miro a Abi y trato de animarla.
-Eso no va a pasar si vamos con cuidado. Y al menos tenemos algo que comer...

- Sí... tenemos un banquete, vamos unos caramelos, una chocolatina, un paquete de galletas y pañuelos - le dije sin gracia.
Me llevo los dedos al puente de la nariz.
- Perdón... pero es que tengo hambre, no sé dónde narices estoy y me siento fuera de lugar - dije mientras me echaba el pelo hacia atrás.

Suspiro.
-Sí, no es una situación muy halagüeña...
Me decido a hacerla sentir bien entre nosotros.
-Eh, vamos, al menos tampoco estás sola...-digo mientras le palmeo el hombro.

- puedes comerte lo mio si quieres estoy acostumbrada a comer poco ademas antes de venir a este sitio de locos cene bastante - menti descaradamente, habia robado las carteras para el dia siguiente poder comprar algo y comer pero con la visita del hombrecillo todo se fue al traste

- No, no - dije en alto - prefiero compartirlo, no me sentiría bien si me lo comiese todo... gracias Anibal, tienes razón al menos ahora tengo compañía... mientras que no nos visiten las chinches o cualquier tipo de bicho ésta noche, estaré contenta - dije sonriendo - ¿Qué tal si ahora buscamos algo para atrancar la puerta? - contesté mientras me reía ante mi comentario.