Magia Avanzada y Dominios E. (instrucción)

La mujer extraña nos da órdenes casi sin mirarnos ni decir nada sobre nuestras habilidades. Veo que expulsa a uno sin más ni más y trago saliva, nervioso. Cuando empieza a dirigirse a nosotros utiliza unos nombres muy raros... ¿Azulito? ¿Es a mí? Miro alrededor y más o menos me queda claro. Erika y Vacuum se acercan y nos tiran una pelota dorada. Parece de oro de verdad porque pesa un montón. En ese momento puedo ver a lo lejos la mirada suplicante de Nia. No aparto la vista hasta que se pierde a lo lejos, estará bien, la lagarta esta o lo que sea no parece que vaya a hacernos daño. Agarro la pelota con esfuerzo y miro a mis compañeros, confuso. Me encojo de hombros y abrazo la bola contra mi pecho, sonriendo. Al menos esto se parece a un juego. Llameo con fuerza cuando Erika intenta acercarse y esquivo a Vacuum. Esto va a ser más divertido de lo que parecía. Sin embargo pronto me encuentro retenido dentro de una burbuja y miro a Erika. Después de su exhibición me había quedado claro su poder, y ahora llevaba las de perder. Erika termina por apagar mis llamas, y mientras Vacuum le roba la pelota a ella. La profesora nos ve y se acerca, dándonos nuevas instrucciones de forma rápida y directa. Lo que me manda a mí, o hasta a Erika, no me parece exagerado, pero lo de Vacuum no es justo. ¿Cómo va a apañarse para coger la pelota? Esta seguía en el suelo, y Erika la coge insegura. Hay que empezar de nuevo. Tomo la iniciativa, pensando en mi primer movimiento. Pienso rápidamente y hago un hechizo de calentamiento sobre la bola, que se pone muy caliente en unos instantes. Erika la suelta rápidamente y me abalanzo sobre ella para recogerla. También noto que está caliente, pero para mí no quema. Me aparto de ellos y me vuelvo esperando el próximo movimiento, sin saber de quién vendrá.

Debería quejarme, protestar, tal vez podría ponerme violenta, o incluso marcharme.
Pero, en vez de eso, reflexiono. Me ha dado una pista. El dibujo de un símbolo; lo toca y el vestido aparece.
Tiene forma de una especie de cero tachado, algo que, en un principio no significa nada. Pero podría tratarse de un símbolo rúnico, una representación simbólica de la realidad. Tal vez se trate de la representación de una palabra, una frase entera, en un alfabeto desconocido por mí. O incluso podría tratarse de un concepto, así como sucede en alfabetos terrestres como el egipcio. E incluso, rizando el rizo, no sería más que una representación simbólica que tan sólo figure en la mente del lanzador.
Otra cuestión es si el símbolo en si es mágico o que solo se trate de un catalizador entre la voluntad del ejecutor y la realidad.

Se me ocurren más posibilidades, pero es tiempo de pasar a experimentar. Me da un poco de miedo, pues la magia me parece que puede ser algo harto imprevisible; pero es ésto o marcharme. Y no me lo puedo permitir.
Agarro una piedra y la rallo, dibujando un símbolo como el de la escama de la maestra. El objeto es bastante difícil de trabajar y debo intentar varias veces el símbolo, desechando las piedras en que me ha salido mal por temor a que los errores significa otras cosas, podrían ser, incluso perjudiciales.
Entonces pienso en qué podría hacer. ¿Hay que concentrarse de alguna forma? Desear tener el vestido, hacer algún gesto especial (yo sólo le vi tocar el tatuaje con las yemas de los dedos), liberar mi poder sobre él de alguna forma...
Intento todas estas posibilidades, pero ninguna da resultado. Puedo llegar a sentir un poder, supongo que el mío, que pugna por salir. Pero no lo logra, por alguna razón parece... ¿Bloqueado? No, no es eso, lo sé; reflexiono y reflexiono aún más. Algo se me escapa, algo le falta a este hechizo que impide que pueda ejecutarse. Tal vez… evocación, una imagen mental de lo que quiero obtener, una base sobre la que formar el hechizo.
Imagino unos ropajes, los mismos que vi una vez en el burdel. Entonces toco la piedra. No ha sucedido nada visible, pero he notado algo… como un pequeño chispazo, algo. Tal vez falte concentración, me he distraído con la evocación y me he dejado de concentrar en el poder. Vuelvo a intentarlo, esta vez logro sacar el vestido, pero… es pequeño, demasiado. Tanto como la piedra, y bien ajustado que está a ella, aunque es extraño. Ahora que lo pienso, la profesora llevaba el símbolo tatuado sobre las escamas. Reflexiono... Tal vez debería hacerlo yo también, se me ocurre una manera.
Agarro una de esas piedras y la rompo en trocitos lo más pequeños posible, reuniendo el polvo que se desprende de la piedra. Cuando tengo una cantidad considerable, uso mi propia saliva para que el polvo se pegue a mi piel y dibujo el símbolo sobre el dorso de mi mano. Evocación, concentración y paso la yema de los dedos sobre el símbolo. El tirón mágico es mayor esta vez, pero a los pocos segundos un vestido exactamente igual a aquel que vi en el burdel se ciñe sobre mi cuerpo.

Conseguido, así que me acerco a la profesora para enseñarle los resultados y preguntarle unas dudas.
-Maestra Gahna, me gustaría mostrarle los resultados y exponerle unas cuantas dudas. ¿Se trata el símbolo de alguna especie de runa con un significado concreto? Si es así, ¿podría conjurar otros tipos de objetos, como armas, con runas distintas? ¿Si se borrara el símbolo desaparecería el vestido? Como puede comprobar, el símbolo está dibujado de forma burda, pero no disponía de más materiales con los que hacerlo de forma decente.
>>Ciertamente, tengo más dudas, pero no desearía robarle más tiempo del necesario y seguro que me puede recomendar algún libro en el que poder aprender más sobre esta modalidad mágica. Por ahora, me gustaría aprender más sobre lo que pueda aprender.

Estaba preparando algo para salir e impresionar a la profesora mientras mis compañeroshacían sus presentaciones, y justo cuando iba a salir nos separó por grupos y expulsó a uno. No le conocía, pero no entendía porque no le dejaban quedarse si sabía hacer magia... Me había tocado hacer los ejercicios con Marta, al principio no la reconocí, la Luna la había cambiado bastante, pero después de fijarme vi que la cara no estaba tan cambiada.

Intenté hacer algo con el poco cobre que tenía, pero no me obedecía como se supone que debería y aunque al final conseguí hacer un pequeño puñal no era ni de lejos lo suficientemente útil como para servirme para hacer la práctica. Después Ghana me dio varios kilos más con solo un hechizo e hizo varios espadones con él. "Si ella puede hacer eso... yo que se supone que lo domino debería poder hacer algo mejor..."

Cojo algo de cobre y pienso en lo que podría hacer con él. Pero tampoco quiero hacer daño a Marta, además no sabe usar magia... Si me paso no se podría defender, pero se me ocurre algo... Le doy forma de bola, comprimiéndolo bastante y después la aplasto haciéndole filo. Son como frisbees que cortan. "Me gustaría hacer algo mejor, pero me llevaría mucho tiempo..." Empiezo a lanzarlos y los hago cambiar de dirección bruscamente en el aire para que no pueda ver por donde van.

Aún así Marta esquiva bastante bien y solo consigo rozarle con uno, entonces todo sale como había planeado, lo he hecho muy endeble para que al rozarla en vez de hacerle daño o cortarla se pierda parte del cobre y marque la piel como si fuera pintura. Así podemos saber si lo ha conseguido sin tener que hacer curaciones todo el rato.

Sigo lanzando todo lo que puedo cambiando la forma y la velocidad durante el vuelo, no me sale muy bien y no consigo más que cambios muy pequeños cada vez, pero me sirve para ir practicando.

Niko me lanza un cuchillo, nada difícil de esquivar. Sin embargo, la profesora s acerca, y fabrica tres grandes espadas, que noto pasar a ambos lados de mi cabeza. Apenas me atrevo a moverme entonces.
Y después de eso, Niko comienza a trabajar en una especie de disco volante... Eso tiene pinta de doler... Y antes de que pueda darme cuenta, estoy esquivando nuevamente. Uno de los discos me toca, y, sin embargo, solo siento su roce, suave, al contrario de lo que esperaba. Miro mi propio brazo, y me doy cuenta de que tan solo ha dejado una marca de color. ¿Lo ha hecho aposta? Miro a Niko y, agradecida, sonrío.
Pero Gahna no parece contenta. ¡¿De verdad quiere matarme?!
-¿Cómo... Cómo hago un hechizo de escudo? -le pregunto entonces, con seriedad.

La mujer parece un hibrido entre humano y dragon, pero despues de ver mi propio reflejo en el espejo, no me asombra. Pese al dolor, intento ponerme recto y no dar muestras de sufrimiento cuando me dirijo a ella.
-Nunca he hecho magia.-Le digo a la mujer.-Aunque me han caido dos rayos encima y no he muerto.-¿sera eso magia? El pensamiento cruza por mi cabeza.-Crees que sere capaz de hacerla?-Estaria bien aprender algun hechizo para que dejara de dolerme todo, pienso al notar como el dolor serpentea por todo mi cuerpo. Me quedo mirando a la mujer dragon, esperando su respuesta.

Después de que todos hallan echo su demostración la instructora se pone en pie y empieza a darnos una serie de ejercicios, después de echar a uno de los alumnos. No se por que lo ha hecho, el chico sabia magia ... aunque no se, tenia algo que ... Sacudo la cabeza y atiendo, no ha quedado muy impresionada con mi actuación, pero tampoco me puedo quejar, al menos me he quedado en e entrenamiento. Nos coloca en grupos, a mi me toca con Gael y Erika, o eso entiendo por sus apelativos. Nos lanza una bola de oro que Gael atrapa y nos dice que nos la quitemos los unos a los otros. Me quito la capa y la dejo a mis pies, junto a la guitarra y a la espada ... en este ejercicio me van a estorbar. Si al menos pudiera ya volar, mi pensamiento hace que en un movimiento inconsciente mis alas se desplieguen con una sacudida. La luz del sol hace que la lluvia de polvo rojo que cae de mis alas brille con destellos, todo el polvo cae sobre la capa a mis pies. Me agacho y hago una bolsa con la capa, para que no se pierda nada. Me enderezo de nuevo y bato las alas inseguro ... son bastante grandes, de anchas son mas amplias que la envergadura de mis brazos extendidos, pero no se como volar, luego lo pensare, las alas se cierran de nuevo y me preparo para el ejercicio. Me lanzo hacia Gael, que me esquiva a pesar de que he saltado tres metros y me e movido muy deprisa, parpadeo sorprendido de mi velocidad y mi fuerza, vuelvo a fijarme en mis contrincantes y veo a Gael envuelto en una burbuja y la pelota en manos de Erika, que parece cansada, aprovecho la oportunidad y le arrebato la pelota, pero en le proceso la derribo, la ayudo a incorporarse con preocupación, pero parece estar bien. La instructora se nos acerca y dice no estar de acuerdo con el ejercicio, nos pone restricciones y la mía me parece muy excesiva, pero no protesto, noto como la cuerda de acero tensa mis brazos y los inmoviliza a mi espalda, me ordena volar. Sin mas remedio aleteo con inseguridad en un principio, pero gano fuerza y sin darme cuenta me elevo, las pruebo y mi vuelo resulta ser algo curioso. No vuelo en linea recta si no quiero, puedo volar en todas direcciones, haciendo quiebros en el aire a gran velocidad. Río y sin darme cuenta pierdo el control de las alas, cayendo al suelo, giro en el aire y caigo de pie, flexionando al máximo las piernas amortiguo la caída y salgo ileso, pero ha estado cerca, tengo que estar concentrado. La pelota esta en el centro de los tres, sin pensar me lanzo a la carrera hacia ella, salto y coloco los pies a ambos lados de la bola, he pensado algo que no se si funcionara, mientras hago una voltereta hacia adelante en el aire, realizo un hechizo de impulso mentalmente, lanzo los pies hacia arriba y la bola sale disparada verticalmente, alcanzando una altura enorme gracias al hechizo. Aleto, evitando caer de espaldas y sigo a la pelota con velocidad y en linea recta, cuando la alcanzo veo el suelo muy lejano, pero no tengo vértigo, recojo la pelota con el pie y dándole dos toques que resuenan contra mi piel la subo hasta mi cara y la hago levitar a la altura de la cabeza con un hechizo. Parece que el juego esta ganado, ha esta altura tengo ventaja, tendrán que alcanzarme, pero los esquemas se me rompen, Adara se ha unido al entrenamiento ...

Estoy lanzando los discos cuando llega la profesora y me lo prohibe. Escribe unas runas extrañas sobre las espadas de cobre y, cuando intento lanzarlas, las noto muchísimo más pesadas. Marta va a tener que esquivarlas, y como le de con una le voy a hacer un corte que va a doler mucho... Además para rematar le han puesto una venda encima... Es que quiere que la mate? Pues no le voy a dar ese placer...

Recojo las espadas y le digo a Marta que espere un poco. No tengo nada a mano para escribir, así que lo intento concentrándome en el cobre. Pero algo interfiere... "O a lo mejor necesito más práctica..." Pero el caso es que no soy capaz de escribir así que me hago un pequeño corte en el brazo y con la sangre escribo dos runas en cada espada. Así si cortan a Marta se disparará un hechizo de curación, lo que evitará en todo lo que puedo conseguir que le pase algo.

Una vez termino de escribir las runas, me curo el brazo y empiezo a lanzarlos, van muy lentos y no puedo hacer que giren, no entiendo muy bien mi entrenamiento, si lo único que voy a poder hacer es lanzarlos, que diferencia tiene esto de hacer simplemente un hechizo de levitación? De que me sirve esto realmente?

No lo entiendo muy bien, pero la profesora se ha ido con Nía y Bonnie y no puedo preguntarle ahora... Así que sigo a lo mío, que por lo menos creo que ayuda a Marta

Tan pronto hago mi movimiento la mujer lagarto ya me está sermoneando. Le muestro una cara seria y asiento, pero por dentro no paro de pensar agrimente que solo era un hechizo térmico. Veo algunas diferencias. ¿Y si congelo la pelota? ¿Eso es elemental? Cuando ya se ha ido resoplo y se reanuda el juego, ahora con Adara también. Repaso mentalmente mis posibilidades, no se me ocurre mucho más que hacer, apenas sé unos pocos hechizos de magia básica. Será mejor que me trague mis ganas de refunfuñar y me ponga a hacer lo que pueda. Vacuum ya está sobrevolándonos, con sus nuevas alas abiertas. Lo miro fascinado, pero antes de que se me adelante alguien no pierdo el tiempo y levito hasta él, sin saber qué hacer a continuación. Está en el aire, con la pelota levitando ante su cara. Tal vez pueda engañarlo de alguna manera. Lo único que se me ocurre es hacerme intangible. Realizo el hechizo a sus espaldas para que no se percate y hago como que voy a embestirlo. Él me esquiva varias veces pero lo persigo en el aire. Es difícil seguir la trayectoria de su vuelo, pero en un momento consigo atravesarlo desde su espalda, para provocar que frene al verme aparecer delante de él. Hago terminar el hechizo y abrazo la pelota, desapareciendo hacia abajo.

No sé qué hacer a continuación. Tener la pelota es un problema, las miradas de los demás están fijas en mí. Aflojo la presión sobre esta y sigo dando vueltas en el aire, más bajo ahora. Debería pensar en una forma de dificular que me quiten la pelota, pero no se me ocurre nada mientras trato de despistar a mis compañeros. Entonces se me ocurre una idea. Hago lo mismo que Vacuum, dejando la pelota ante mí levitando, pero le lanzo también el hechizo de intangibilidad y sigo moviéndome, esperando que nadie se haya percatado de ello mientras me movía. Sonrío durante un instante ante la perspectiva de lograr engañarlos, pero no me hago muchas ilusiones. Tal vez no esté permitido... Pero desharé el hechizo pronto, por si acaso. Además la instructora no está aquí.

Entonces, la profesora se acerca a mí. ¿Dejarme guiar con mis instintos? ¿Qué está diciendo?
Veo como saca un trozo de tela... No pensará... ¿O sí? Y, antes de darme cuenta, tengo los ojos vendados. Cuando oigo sus pasos alejarme, intento deshacer el nudo, pero es inútil.
Recuerdo sus últimas palabras. Sacar mi miedo... Y utilizarlo. Pero de ser así me limitaría a dar vueltas por toda la habitación, corriendo. Me mantengo firme, concentrada.
Entonces, lo oigo... Un leve zumbido que recorre el aire acercándose a mí... Casi sin saber lo que hago, noto mi cuerpo, del que ya no soy consciente de ser dueña, desplazándose hacia la izquierda por sí solo, y ese zumbido rasga el aire a mi derecha. ¿Lo habré esquivado? Eso parece... Pero ahora vuelve.
Lo noto en mi nuca y, automáticamente, me agacho, hasta sentir que ya está lejos.
¿Es a eso a lo que se refería Gahna?

Nia volvió del entrenamiento en la playa. Aun recordaba el hechizo de memoria, gracias a sus años y años de entrenamiento preparatorio de exámenes. La niña se preguntaba si también serviría para otros animales. Recitaba mentalmente el hechizo de palabras sin sentido. ¿ Serviría también para llamar a otros animales marinos más grandes? Nia se revolvió el pelo. ¿Qué haría si llamaba a un escualo y este no la obedeciese? Seria un gran problema...
Por el momento miraba a los demás que entrenaban arduamente y después esperaba a que Gahna le dictase más ordenes. Se entretenía levitando las piedras y apilándolas dando formas a palabras u imágenes.