Magia Avanzada y Dominios E. (instrucción)

Alguien se acerca a la mujer-dragón y la despierta. Me da un poco de miedo, pero intento que no se note. Parece que la mujer tiene mal carácter, el grito que ha dado lo demuestra. Muchos se van. La miro expectante mientras piensa, preguntándome que circula por su mente. Luego nos dice que la demostremos lo que sabemos hacer. El cuerpo se me pone en tensión por culpa de los nervios. Alguien con una capucha, a quien no reconozco, se acerca. Parece que él va a realizar la prueba primero. Cuando oigo su nombre, me quedo un poco cortada, ¿por qué Vacuum llevaría una capucha?¿Es que acaso no quiere que lo veamos?. Hace algunos hechizos, aunque la mujer-dragón solo se mira las uñas. Oh, venga, ¿va a ser así con todos? Miro lo que hace el chico y no puedo evitar sentirme más nerviosa. Cuando acaba, la mujer-dragón lo mira con poco interés. Su carácter me pone nerviosa, todo me pone nerviosa hoy. Intento acordarme de los hechizos que conozco, pero los nervios hacen que no pueda. La siguiente en presentarse es la niña de los tentáculos, la que estaba en Letargo. Hace levitar el cubo de agua, luego hace que el agua se evapore y una niebla nos rodee a todos. ¿Dónde ha aprendido a hacer eso? Luego, crea unas esferas que absorben la luz... No sé dónde lo ha aprendido, pero está muy bien. De repente, un fogonazo de luz hace que cierre los ojos. Se ha debido desconcentrar. Vuelve a hacerlo, y las esferas vuelven a absorber la luz. Esta vez no veo nada. Después, otro fogonazo de luz, que me hace cerrar los ojos. Espero a que alguien más se presente. Si nadie lo hace, lo haré yo. La chica de las alas rojas se pone a hablar con la instructora. Cuando acabe saldré yo a hacer la prueba. Entonces, una chica con cuernos y que parece marta, pero con cuernos y más cambios se acerca a hablar también. Un chico rodeado de fuego sale, y también demuestra lo que puede hacer. Parece que a todos se les da bien la magia.
Cuando acaba el chico, suspiro hondo y doy un paso al frente. Miro a la mujer a los ojos y hago un inclinación de cabeza.
-Mi nombre es Kaila, seré la siguente- digo tranquilamente, porque no quiero que se me noten los nervios. Empiezo haciéndome levitar, y haciendo que una llama apareciese en mi mano izquierda. Empiezo a juguetear con ella hasta que se me ocurre algo mejor. Esculpir una figura en ella. Es algo que solo he hecho un par de veces, pero servirá. Con la mano derecha, empiezo a moldear la llama, sin quemarme, Intento dibujar a la mujer-dragón, aunque piense que es para hacerle la pelota. Aunque la figura no es perfecta, se distingue a la instructora. Paro el hechizo de fuego y busco algo que hacer. Un pequeño insecto pasa por al lado mío, y le paralizo. ¿Qué puedo hacer ahora? Intento pensar con rapidez lo siguiente que voy a hacer <<Lacayo Grotesco>>, se me ocurre. Invoco al ser y le pido en su idioma que me traiga el cubo. Lo hace, y aprovecho para llenarlo de agua. Congelo el agua y paro el hechizo de levitación.
- Me gustaría aprender más hechizos y mejorar lo máximo posible mi potencial mágico.- digo a la instructora. Después vuelvo a mi sitio, esperando haberlo hecho bien.

Uno de nosotros se acerca a la mujer y la despierta. Me daba mala espina, tal vez fuesen prejuicios míos, pero es verdad que daba un poco de miedo su cuerpo, pero bueno, seguro que era maja. Nada más abrir los ojos empieza a gritar, vale, retiro lo que he dicho antes tiene pinta de ser bastante gruñona. Me quedo mirándola fijamente mientras echa a algunos de nuestros compañeros de la clase, al parecer no dan la “talla” según ella, sólo nos quedamos unos pocos.
Cuando todos los que ha nombrado se han ido, nos pide que demostremos que sabemos hacer.
El primero es un muchacho oculto tras una capa y aunque me inquieta el saber quién es, no puedo negar que es bueno haciendo hechizos. Lo maneja bien. Pero, la mujer no parece haber atendido a nada, ¡¡Me ponía de los nervios!!, ¿Pero no quería vernos entrar en acción?, ¡Pues que mire! Me tranquilizo un poco, estaba de los nervios, entre esto y que no sabía que iba a hacer se juntaba todo...
La siguiente es Nia, o eso parece, en ocasiones las transformaciones llegan a cambiar a todos por completo y ni siquiera puedo distinguir quien es cada uno. La niña, empieza a hacer hechizos, los cuales me sorprenden, es increíble. Aunque falla en uno de ellos da igual, los demás han estado bastante bien.
Al finalizar, la chica de alas rojas se acerca a la instructora y empieza a hablar con ella, no llego a escuchar la conversación ya que no estoy tan cerca, así que espero a que acaben. Al final, sin hacer ningún truco, se retira para dar paso al siguiente.
Si no me equivoco, la chica de pequeños cuernos sobre la cabeza y que se acerca al centro, ¿Es Martalar?, Si, tiene toda la pinta. Al igual que la chica anterior sólo habla, no hace hechizos.
El siguiente, es un chico al que no llego a reconocer y que está envuelto en llamas. Empieza a hacer hechizos, bastante buenos también, me gustan, aquí la gente tenía bastante nivel.
Al retirarse, me fijo en Kaila, da un paso al frente y se presenta. Había visto antes a Kaila hacer hechizos, pero esta vez me parece que lo hace incluso mucho mejor que otros días. Al terminar, sonrío, supongo que ha llegado mi hora.
Nada más volver a su sitio, doy unos cuantos pasos al frente y miro a la instructora:
-Me llamo Erika…seré la siguiente si a los demás no les importa.- ¿Y ahora yo que hago? Tampoco era tan buena como los demás, me había leído el libro de hechizos varias veces y se me había quedado alguno grabado, aunque tenía que ir a lo seguro. Me acerco al pozo, en concreto al cubo que estaba lleno de agua. Meto la mano, tampoco se por qué, no tenía ni idea de que estaba haciendo, pero el agua me "llamaba". Al sacar la mano, el agua, como si estuviese pegada a mi mano, me sigue. Al principio me sorprende, pero, podría ser este mi poder, ¿No? Intento probar otra cosa y meto de nuevo la mano sobre el cubo, esta vez, al sacarla, una pequeña pompa se deja descubrir. Pero al ser la primera, no aguanta demasiado y se rompe enseguida. A continuación, y dejando el agua de lado, convoco una pequeña llama y empiezo a jugar con ella para después apagarla. Y por último intento hacer lo del otro día, cuando me hinché por completo, ¿Cómo lo hice? Simplemente…llore. Empiezo a pensar mayormente en cosas tristes, no quería ponerme a llorar, solo hincharme. Al cabo de unos minutos que se me hacen eternos, empiezo a hincharme, poco a poco y a medida que lo hago, empiezo a “volar”. No quiero estar así mucho rato así que intento desinflarme rápidamente, cuando estoy de nuevo en el suelo, me quedo mirando al frente:
-No sé hacer grandes hechizos, pero sé que podré aprender muchos más y a manejar mi poder.
Termino de hablar y vuelvo a mi sitio, casi corriendo, no me gustaba estar en el centro.

La señora dragón parecía un nuevo tipo de alienígena.

Desde luego parece mas poderosa que los humanos...

Cuando la luna roja despertó en mi el control sobre esos pequeños terrícolas, mi percepción sobre ellos había cambiado considerablemente. Al principio se me subió el poder a la cabeza, verme capaz de manejar a mis compañeros a placer CASI me hace perder los papeles, pero conseguí escabullirme del faro sin hacer demasiado alarde de superpoderes y he pasado desde que salió la luna roja manteniendome cansado a base de levitar cosas pesadas, para contenerme y no lanzarme a un frenesí de control mental.

Mis compañeros hacen virguerías de lo mas variadas con el agua del pozo para un lado, con el cubo para el otro, con hielos por todas partes...

Bien, veamos, solo conozco 3 hechizos, el de paralizar, que nunca he puesto en práctica, el de curar, que resulta mayormente inútil en este momento, el de levitación...
Tendré que lucirme, he consieguido cosas interesantes con la ayuda de la luna roja... Creo que podría quedar bastante bien si...

-Ahora me gustaría intentarlo yo.

La mujer dragón parece una persona dura, así que intentaré algo simple y directo.

Me adelanto unos pasos, mis compañeros han utilizado el agua del pozo, el cubo y cosas asi, creo que probaré con algo nuevo.

Esto va a costarme, pero sé que puedo hacerlo...

Me concentro en el pozo, me olvido de toda la gente que tengo al rededor, y comienzo a recitar el hechizo de levitación con su correspondiente sucesión de posiciones manuales, que ta bien conozco.
Lo peor es el principio, las rocas son pesadas, pero ese no es el problema, si no que están bien unidas al suelo.
Con un par de cálculos rápidos, decido usar un poco mas de la mitad de mis recursos mágicos en este pequeño truco, si fallo no necesitaré el resto asi que de perdidos al rio...

Con un esfuerzo descomunal consigo que algunas piedras se separen poco a poco del suelo, poco a poco, asta que consigo que un buen cacho del terreno sobre el que está situado el pozo le eleve en el aire, una masa de tierra de unos 2m de ancho y poco mas de uno de alto, ademas de lo que sobresale del pozo.
No tardan en llegar las consecuencias, noto que no podría aguantar ni 3 minutos, y no me servirá de nada hacer esto si la pifio al final, asi que cuando la parte mas baja está a unos 2 metros del suelo, en lugar de andarme con virguerías, bajo el pozo otra vez, colocandolo donde estaba.

Lo he conseguido... aun que ha costado, ahora falta dar una buena impresión.

Miro a la señora dragón, me mantengo erguido sin dar muestras de lo que me ha costado e inclino un poco la cabeza antes de volver al grupo.
Sé que no puedo engañar a mi posible nueva profesora, pero no busco que parezca que no me ha costado nada, si no que estoy dispuesto a cansarme y seguir adelante.

QUEEEEEEEE?!?!?!

Abrí la boca para protestar inmediatamente, pero había algo en la cara de nuestra escamosa profesora me decía que no era muy buena idea hacerla enfadar.

Me quedo con la boca abierta y cara de ponerme a insultar incluso al pozo durante un momento, pero sé que no conseguiré mas que quedar mal, así que miro a mis compañeros que han conseguido pasar con cara de "no es justo" y salgo a paso rápido de allí, necesito relajarme.

Nia miró a ambos lados. ¿ELLA? ¿La estaba llamando a ella? Una vocecita cruel resonó en su cabeza.
<<Pues claro, ¿hay alguien más llamado Nia en el grupo?>>
-No pero...-
<<Tira para adelante, o la harás enfadar.>>
Nia comenzó a temblar, a medida que se iba acercando a la mujer dragón.
¿Que la iba a hacer? ¿ Había hecho algo mal? Seguro que estaba enfadada porque había fallado...¿Y si era por los fogonazos? NoNoNo. ¡No quería que le mordiera! Aun peor, y si iba a usarla como sacrificio para su deidad draconil. No no no! No quería morir. No aun. Tenia muchas cosas por hacer. Mucho por vivir. Aun no tenia la respuesta de Gael, aun no había probado todos los platos del mundo, aun no había podido volver a casa. No no no! Nia sacudía la cabeza de un lado al otro mientras avanzaba, rígida como una tabla, hacia la mujer dragón. Se giró unos instantes y buscó a Gael. Le lanzó una mirada de auxilio pero siguió avanzando.
<<Me comerá, seguro. Me va a echar a la olla y tras hervirme me comerá. ¡Sin echar especias ni nada! Jopelines. ¿Porque siempre yo? ¿Porque...>>
Nia cortó sus pensamientos en cuanto se dio cuenta que había estado apunto de chocar con la instructora. Su cara se puso verde y, tartamudeando se presentó.
-S-s-sii! M-m-me llam...Me llamo Nia.-

La instructora me manda separarme del grupo. Lo hago, es mejor no hacerla enfadar. Va separando a todos los presentes, y echa a Freejey. Nos mira de una forma que me hace sentir mal, aunque no sea culpa mia. Le dirijo una mirada como diciendo ''Lo siento'' y sigo escuchando a la mujer-dragón. Empieza a mandar ejercicios a todos, diciendo que tenemos dos días para hacerlos. A mí me manda ir a la biblioteca y volver con un libro de cada especialización mágica que encuentre y vuelva. ¿Voy a poder yo con todo ese peso? Bueno, lo intentaré, y me ayudaré de la magia para hacerlo. Miro a Nia, que parece muy nerviosa. Bueno, voy a ir a la biblioteca, a ver si me relajo un poco y vuelvo con los libros en poco tiempo...

(Continúa en la Biblioteca Mágica)

Bueeeno, bueno... Parece ser que con esta maestra no voy a llevarme de la mejor forma. Reúno todo mi autocontrol y mis dotes comunicativas -obtenidas por relacionarme con todo tipo de personas, aunque humanas, y le reprocho-.

-Disculpe, maestra, pero si estoy en esta situación es porque no sé hacer nada de magia. Deseo aprender todo lo que pueda, ese es mi objetivo, pero no puedo ejercer magia si no sé cómo hacerla. No hay nada que aprender del ejercicio si no tengo ni la base de lo que debo hacer. En cuanto a la vestimenta... no voy así porque lo desee.

¡¿La chica cornuda?! ¡¿Qué narices...?!
Pero algo en la mirada de la mujer-dragón me hace callarme todo lo que pienso.
Además... Debo suponer que, al fin y al cabo, es verdad. Literalmente.
Me aparto a un lado, obedeciendo lo que me dice.

Después de días aletargada, sumergida en mi nuevo mundo, en el nuevo espíritu que me ha infundido la magia, me decido a ir a los entrenamientos mágicos.
Tengo miedo, miedo de no estar a la altura. Y estrés por llegar tarde. ¿Qué me dirán? ¿Qué pensarán de mí? ¡Me llamarán tardona! Pero... es que cuesta acostumbrarse a toda esa magia de noche... y toda esa nostalgia por el día.

Bueno, allá voy.

Nia se quedo hecha de piedra cuando la mujer dragon leyo por completo sus pensamientos. La cruel vocecilla resono en su cabeza.
<<No admitas que estas asustada. No admitas que estas asustada. No admitas que estas asustada.>>
-S-sI. Tengo miedo.-Admitio, inconscientemente.
<<...>>
La mujer insistio en que Nia fuera de su lado y que por encima, le cogiera la mano.
<<No es momento de confiarse, primero pregunta que quiere y luego....>>
Nia cogio inconscientemente la mano de la mujer dragon y paralizada de miedo, no dijo nada
.<<...>>

La mujer extraña nos da órdenes casi sin mirarnos ni decir nada sobre nuestras habilidades. Veo que expulsa a uno sin más ni más y trago saliva, nervioso. Cuando empieza a dirigirse a nosotros utiliza unos nombres muy raros... ¿Azulito? ¿Es a mí? Miro alrededor y más o menos me queda claro. Erika y Vacuum se acercan y nos tiran una pelota dorada. Parece de oro de verdad porque pesa un montón. En ese momento puedo ver a lo lejos la mirada suplicante de Nia. No aparto la vista hasta que se pierde a lo lejos, estará bien, la lagarta esta o lo que sea no parece que vaya a hacernos daño. Agarro la pelota con esfuerzo y miro a mis compañeros, confuso. Me encojo de hombros y abrazo la bola contra mi pecho, sonriendo. Al menos esto se parece a un juego. Llameo con fuerza cuando Erika intenta acercarse y esquivo a Vacuum. Esto va a ser más divertido de lo que parecía. Sin embargo pronto me encuentro retenido dentro de una burbuja y miro a Erika. Después de su exhibición me había quedado claro su poder, y ahora llevaba las de perder. Erika termina por apagar mis llamas, y mientras Vacuum le roba la pelota a ella. La profesora nos ve y se acerca, dándonos nuevas instrucciones de forma rápida y directa. Lo que me manda a mí, o hasta a Erika, no me parece exagerado, pero lo de Vacuum no es justo. ¿Cómo va a apañarse para coger la pelota? Esta seguía en el suelo, y Erika la coge insegura. Hay que empezar de nuevo. Tomo la iniciativa, pensando en mi primer movimiento. Pienso rápidamente y hago un hechizo de calentamiento sobre la bola, que se pone muy caliente en unos instantes. Erika la suelta rápidamente y me abalanzo sobre ella para recogerla. También noto que está caliente, pero para mí no quema. Me aparto de ellos y me vuelvo esperando el próximo movimiento, sin saber de quién vendrá.

Debería quejarme, protestar, tal vez podría ponerme violenta, o incluso marcharme.
Pero, en vez de eso, reflexiono. Me ha dado una pista. El dibujo de un símbolo; lo toca y el vestido aparece.
Tiene forma de una especie de cero tachado, algo que, en un principio no significa nada. Pero podría tratarse de un símbolo rúnico, una representación simbólica de la realidad. Tal vez se trate de la representación de una palabra, una frase entera, en un alfabeto desconocido por mí. O incluso podría tratarse de un concepto, así como sucede en alfabetos terrestres como el egipcio. E incluso, rizando el rizo, no sería más que una representación simbólica que tan sólo figure en la mente del lanzador.
Otra cuestión es si el símbolo en si es mágico o que solo se trate de un catalizador entre la voluntad del ejecutor y la realidad.

Se me ocurren más posibilidades, pero es tiempo de pasar a experimentar. Me da un poco de miedo, pues la magia me parece que puede ser algo harto imprevisible; pero es ésto o marcharme. Y no me lo puedo permitir.
Agarro una piedra y la rallo, dibujando un símbolo como el de la escama de la maestra. El objeto es bastante difícil de trabajar y debo intentar varias veces el símbolo, desechando las piedras en que me ha salido mal por temor a que los errores significa otras cosas, podrían ser, incluso perjudiciales.
Entonces pienso en qué podría hacer. ¿Hay que concentrarse de alguna forma? Desear tener el vestido, hacer algún gesto especial (yo sólo le vi tocar el tatuaje con las yemas de los dedos), liberar mi poder sobre él de alguna forma...
Intento todas estas posibilidades, pero ninguna da resultado. Puedo llegar a sentir un poder, supongo que el mío, que pugna por salir. Pero no lo logra, por alguna razón parece... ¿Bloqueado? No, no es eso, lo sé; reflexiono y reflexiono aún más. Algo se me escapa, algo le falta a este hechizo que impide que pueda ejecutarse. Tal vez… evocación, una imagen mental de lo que quiero obtener, una base sobre la que formar el hechizo.
Imagino unos ropajes, los mismos que vi una vez en el burdel. Entonces toco la piedra. No ha sucedido nada visible, pero he notado algo… como un pequeño chispazo, algo. Tal vez falte concentración, me he distraído con la evocación y me he dejado de concentrar en el poder. Vuelvo a intentarlo, esta vez logro sacar el vestido, pero… es pequeño, demasiado. Tanto como la piedra, y bien ajustado que está a ella, aunque es extraño. Ahora que lo pienso, la profesora llevaba el símbolo tatuado sobre las escamas. Reflexiono... Tal vez debería hacerlo yo también, se me ocurre una manera.
Agarro una de esas piedras y la rompo en trocitos lo más pequeños posible, reuniendo el polvo que se desprende de la piedra. Cuando tengo una cantidad considerable, uso mi propia saliva para que el polvo se pegue a mi piel y dibujo el símbolo sobre el dorso de mi mano. Evocación, concentración y paso la yema de los dedos sobre el símbolo. El tirón mágico es mayor esta vez, pero a los pocos segundos un vestido exactamente igual a aquel que vi en el burdel se ciñe sobre mi cuerpo.

Conseguido, así que me acerco a la profesora para enseñarle los resultados y preguntarle unas dudas.
-Maestra Gahna, me gustaría mostrarle los resultados y exponerle unas cuantas dudas. ¿Se trata el símbolo de alguna especie de runa con un significado concreto? Si es así, ¿podría conjurar otros tipos de objetos, como armas, con runas distintas? ¿Si se borrara el símbolo desaparecería el vestido? Como puede comprobar, el símbolo está dibujado de forma burda, pero no disponía de más materiales con los que hacerlo de forma decente.
>>Ciertamente, tengo más dudas, pero no desearía robarle más tiempo del necesario y seguro que me puede recomendar algún libro en el que poder aprender más sobre esta modalidad mágica. Por ahora, me gustaría aprender más sobre lo que pueda aprender.

Estaba preparando algo para salir e impresionar a la profesora mientras mis compañeroshacían sus presentaciones, y justo cuando iba a salir nos separó por grupos y expulsó a uno. No le conocía, pero no entendía porque no le dejaban quedarse si sabía hacer magia... Me había tocado hacer los ejercicios con Marta, al principio no la reconocí, la Luna la había cambiado bastante, pero después de fijarme vi que la cara no estaba tan cambiada.

Intenté hacer algo con el poco cobre que tenía, pero no me obedecía como se supone que debería y aunque al final conseguí hacer un pequeño puñal no era ni de lejos lo suficientemente útil como para servirme para hacer la práctica. Después Ghana me dio varios kilos más con solo un hechizo e hizo varios espadones con él. "Si ella puede hacer eso... yo que se supone que lo domino debería poder hacer algo mejor..."

Cojo algo de cobre y pienso en lo que podría hacer con él. Pero tampoco quiero hacer daño a Marta, además no sabe usar magia... Si me paso no se podría defender, pero se me ocurre algo... Le doy forma de bola, comprimiéndolo bastante y después la aplasto haciéndole filo. Son como frisbees que cortan. "Me gustaría hacer algo mejor, pero me llevaría mucho tiempo..." Empiezo a lanzarlos y los hago cambiar de dirección bruscamente en el aire para que no pueda ver por donde van.

Aún así Marta esquiva bastante bien y solo consigo rozarle con uno, entonces todo sale como había planeado, lo he hecho muy endeble para que al rozarla en vez de hacerle daño o cortarla se pierda parte del cobre y marque la piel como si fuera pintura. Así podemos saber si lo ha conseguido sin tener que hacer curaciones todo el rato.

Sigo lanzando todo lo que puedo cambiando la forma y la velocidad durante el vuelo, no me sale muy bien y no consigo más que cambios muy pequeños cada vez, pero me sirve para ir practicando.

Niko me lanza un cuchillo, nada difícil de esquivar. Sin embargo, la profesora s acerca, y fabrica tres grandes espadas, que noto pasar a ambos lados de mi cabeza. Apenas me atrevo a moverme entonces.
Y después de eso, Niko comienza a trabajar en una especie de disco volante... Eso tiene pinta de doler... Y antes de que pueda darme cuenta, estoy esquivando nuevamente. Uno de los discos me toca, y, sin embargo, solo siento su roce, suave, al contrario de lo que esperaba. Miro mi propio brazo, y me doy cuenta de que tan solo ha dejado una marca de color. ¿Lo ha hecho aposta? Miro a Niko y, agradecida, sonrío.
Pero Gahna no parece contenta. ¡¿De verdad quiere matarme?!
-¿Cómo... Cómo hago un hechizo de escudo? -le pregunto entonces, con seriedad.