La Trepidante e Insondable Cajita Musical del Conde Fabregat, que no es Cajita pero si es Musical

—Desde arriba por favor, vamos una vez más…y uno…y dos…Chicos…entran ustedes…— Un traqueteo sonó alrededor de todo el lugar por medio segundo antes de que el silencio lo devorara todo. Por instantes la oscuridad parecía tangible, latente en cada molécula de aire a punto de explotar, hasta que unas cuerdas los cortaron. Algo dentro de las sombras abrió la mandíbula mientras un sonido de piano tétrico y suave empezaba a sonar, manteniéndose firme hasta que su acorde comenzó a apagarse y dejar a un bajo marcar el ritmo. Desde una esquina unos seres seguían el ritmo del gran bajo muy entusiasmados moviéndose todos a la vez de un lado al otro. Sus cuellos delgados y cuerpos abultados los hacían parecer unos escarabajos raros sin antenas, pero a todas luces se parecían a su hermano mayor. El buen St. James doblaba dos de sus patas delanteras casi con placer, tocando con soltura las cuerdas en su propio pecho mientras estaba apoyado en la pared. Tres, y cuatro… Unas trompetas empezaron a sonar en el fondo al ras del suelo. Como una familia de lagartos, estaban tumbados sobre unas cajas mientras que uno se apresuraba para trepar a lo alto de una caja grande y dar un acorde y taparlo con la sordina que tenía como mandíbula.— Y ahora arriba!! — Grito el ser que los estaba dirigiendo. En lo alto de la habitación un aleteo se movió al ritmo que unos saxofones comenzaban a tocar su parte con sonidos cortos y muy rítmicos mientras un trombón en alguna parte le contestaba los silencios. La pobre trompeta no se quedó atrás antes de que el piano y el bajo retomaran todo..

—Muuuyyy bien maníacos….lo recuerdan perfectamente… — Dejó la música seguir levantando la mano ocasionalmente. En algunas partes señalaba a las trompetas, en otras al piano, o hacia arriba. Mientras la canción se desarrollaba iba improvisando a ver que arreglo quedaba mejor. Salto de su silla mientras que unos cojines detrás de el se acomodaban de nuevo por si mismos. Aplaudió sonoramente mientras se encorvaba dominado por el ritmo y llamo — ¡¡Kompo!! ven aquí chico…síguelos ¡¡y que sea a medio tono!! ¡¡¡Eso vamos vamos!!! — De alguna parte del lugar salió caminando lo que parecía un cangrejo enorme y gordo, demasiado redondo para ser natural y luego de dar unos pequeños saltitos con sus múltiples patas, movió lo que se supone deberían ser sus pinzas para golpearse a si mismo y comenzar a apoyar a sus hermanos con el sonido de un bombo que seguía al bajo.— Eso eso…. Ahora…un, dos, tres cuatro…. — movió su dedo señalando cuatro veces al aire y en cada numero un saxofón respondió con una nota seca para luego dar unas escalas descendentes hasta que la pequeña trompeta hiperactiva empezó a tocar su solo apagándolo perfectamente.

Aquel espectáculo llenaba el ambiente con mas que solo música. Era alegría de poder tocar, de romper el silencio, de juntar notas distintas para crear algo bonito y a la vez digno de un grupo de seres que no deberían vivir pero que estaban disfrutando todo eso. Todos los quiméricos instrumentos se conocían desde hace tiempo y aunque peleaban por los solos, sabían en que parte callarse y en que parte entrar. Si hubiera habido luz o espacio quizás el Conde les hubiera dejado bailar a algunos. Movió sus manos en círculos mientras hacia que todos repitieran un pequeñísimo fragmento en bucle y separo ambas manos para que empezara un duelo entre un trombón y el saxo principal. Orgulloso como era, estiro su plumaje y salto hacia adelante bajando y subiendo la cabeza con la que estaba hecho su instrumento mientras los demás flexionaban sus patas y lo acompañaban.

Aunque el ritmo le había gustado mucho, El Conde sabia que no convenía alargarlo mucho y fue bajando el sonido con una seña de sus manos. El estaba feliz girando en medio de sus creaciones, inclinándose y bailando a su propio ritmo, Se acerco a donde sonaba el piano acariciándole lo que en la penumbra parecía una cabeza y poco a poco la música se fue apagando dejando solo al piano y al bajo.

—Muy bien….han estado todos muy bien.. Y tu Patsucho debes de salir más ¡Eh! — apunto a un costado antes de seguir. — Creo que estamos listos chicos, tenemos que pulir todo y alistarnos, vamos de nuevo a ver que maravillas hay afuera…Hace mucho extraño la música de los monstruos… ahora vamos todos, a sus lugares, una revisión más a todos…Sir Geremsy tráeme los paños por favor…oh, bueno. Tráigame por favor los paños, sé que es una tarea indigna de usted, pero los muchachos necesitan estar brillantes…


Los almohadones que estaban en un sofá se movieron arrastrándose un poco y menando una cola antes de desaparecer para buscar los materiales de limpieza. Mientras tanto el Conde ya estaba tarareando de nuevo y St. James tocaba de nuevo la pegadiza intro de swing para matar el silencio del lugar.

Musicote de inspiración para escuchar :