Un baño decente.

Recuerdo del primer mensaje :

Alec abrió la puerta de un baño del palacete. Habían ido de visita otra vez y él había sido firme en usar uno de los baños de aquel lugar. Tenían magia y podían calentar el agua de la bañera en el torreón pero no era lo mismo.

Contempló el lugar con estatuas de mármol tallado al estilo griego, en el medio de la habitación había una gran bañera hundida en el suelo. Apoyó el martillo en una esquina y observó los grifos. Había varios y no tenía ni idea de cual era el del agua caliente así que los fue probando todos hasta que dio con él. Algunos emitían agua perfumada y otros ni siquiera echaban agua, si no perlas que hacían burbujas en el agua.

Algunos de sus compañeros del torreón también habían decidido bañarse y lo mejor que todos usaran el mismo baño por si acaso pasaba algo. Y de todas maneras aquella bañera era enormemente grande para una sola persona.

Se quitó la camiseta exhibiendo el tatuaje que cubría toda su espalda y la alfombra de pelo que tenía en la parte delantera. Sus músculos se flexionaron al hacerlo marcándose.

-Bueno, pues ya solo queda esperar a que se llena la bañera - dijo crujiendo el cuello de un lado para el otro.- No sabéis las ganas que tengo de darme un baño en condiciones, coño.

Adam, mientras se enjabonaba el pelo con algo de dificultad, atendió sin perder detalle de todo lo que dijo Chromsa acerca de la Acromía. Le pareció una filosofía interesante, pero no estuvo de acuerdo con algunos puntos. No pudo evitar compararlo con creencias suyas, el ruso siempre dudó de la existencia de un Dios omnipotente, omnisciente, y omnipresente que todo podía hacer y deshacer por lo que no vio nada raro que el ochrorio tuviese algunas dudas. Sin embargo, lo último que dijo le heló la sangre. Apreció mucho la confianza que Chromsa depositó sobre todos admitiendo que algo malo le podría pasar si se enterase su mundo natal, ¿podrían atentar contra su vida también? Basándose en el carácter de su amigo jamás podría imaginar que viniese de un mundo con una religión estricta a esos niveles tan altos, sintiendo pena por como pudo vivir el ochrorio con ese peso encima.

—Yo… claro que tengo mis dudas también. Creo que es muy normal dudar sobre tus creencias, puedes tener otro punto de vista perfectamente —contestó el ruso, siendo sincero pero escogiendo con cuidado sus palabras al tratarse de un tema ciertamente delicado, sumando esa expresión algo seria del ochrorio que lo perturbó un poco.

—Si hay por aquí lo busco luego, que creo que noto algunos enredos en mi pelo —Adam contestó a su maestro. Su pelo es medianamente liso pero no por ello se libraría de unos pocos enredos que notó al enjabonarse el pelo.

Estuvo a punto de ir a por el acondicionador cuando escuchó una petición del ochrorio, necesitando ayuda con su espalda. Se dio la vuelta y se estremeció un poco al ver que, de echo, Chromsa se la estuvo ofreciendo a él. ¿Cómo podría negarse ante eso? Sintió que aceptó por no quedar mal, que menos que hacer un favor a quien se lo estuvo pidiendo pero…

—C-claro. V-vale —aceptó de forma muy extraña, afirmando reiteradamente con su cabeza.

En cuanto Chromsa se dio la vuelta pudo ver de nuevo la inusual cantidad de pelo en su espalda, comparándolo con el pecho de Alec también peludo. Por su parte poco vello corporal tiene, nunca tuvo la necesidad de afeitarse el cuerpo ni nada parecido. Adam se acercó con el gel, ocultando sus nervios cuando empezó a enjabonarlo. Ni él se espero que su otra mano se apoyase en el hombro del ochrorio, autoconvenciendo sus actuares con la excusa de que necesitaba apoyo para la tarea, solo eso.

—G-gracias por confiar en nosotros… yo n-nunca d-d-diria nada acerca de lo que c-crees ni n-nada por el estilo, eres buena… persona y solo e-eso me vale p-para saber q-que… —jamás en su vida estuvo tan nervioso, notándose en su mano apoyada un temblor constante mientras seguía lavando la espalda de Chromsa. Su corazón aceleró el ritmo mientras notaba que el rubor acrecentaba, invadiendo por completo su cara tiñéndola de un fuerte rojo—, que tus… creencias no serán en a-absoluto malas s-supongo —concluyó cambiando el final de la frase sin dejar de tartamudear ni soltar alguna risilla esporádica de los nervios , sintiéndose algo estúpido por ello.

En el fondo de su corazón deseaba abrazarlo, sentir un mayor contacto que el de su hombro. Sin darse cuenta apretó un poco su agarre, volviéndolo un poco mas afectivo.

Kolja atendía a la explicación de Chromsa mientras continuaba frotándose el cuerpo, intentando quitar toda la suciedad acumulada.

-¿Entonces es algo así como una fuente de energía? ¿Un poder inmenso sin conciencia?- preguntó.

Cuando Chromsa pidió ayuda para frotarse la espalda volvió a levantar el rascados que estaba usando e hizo un arco con él, queriendo indicar que seguramente habría más por ahí.

Cuando Amira le preguntó a Luci por sus creencias se vio transportado a los principios de su cosecha, cuando habían tenido aquella charla en el salón. El daeliciano le había hablado de aquella deidad a la que llamaba el Demiurgo y le había explicado un poco como lo adoraban. No había llegado a entender todo, no sabía si tenían una iglesia que difundiese aquella creencia ni si estaba muy extendida, así que prestó atención a lo que el niño chuche tenía que decir.

La explicación que dio Chromsa sobre la Acromía sonaba en cierto modo terrorífica. Algo sin forma y sin color, la nada. Pero tenía cierto sentido para él que eso fuera lo que les esperaba tras la muerte, no era muy distinto a lo que creía él. Cuando habló de las iglesias y de cómo el ochrorio temía las consecuencias de no estar de acuerdo con ellas le miró con los ojos muy abiertos.

-¡Eso es horrible! ¿Qué derecho tienen?

Claro que había estudiosos de la filosofía y la religión en Daelicia y claro que había discusiones y conflictos pero no hasta el punto de que una autoridad se impusiese sobre las demás. Se metió en el agua para enjuagarse el jabón (aunque igual que con el pelo tendría que pasar por la ducha después para aclararse en condiciones) y se hundió hasta la nariz. El agua mantenía la temperatura perfecta, sus momentos de inseguridad se había esfumado junto con la suciedad. Luci hizo burbujas al expulsar el aire por la nariz, mirando con curiosidad la respuesta tartamuda de Adam a la explicación de Chromsa. Nunca había visto a Adam tan rojo.

-No exactamente -le respondió a Amira -Para nosotros cuando tu vida termina se termina, no hay nada más, por eso hay que disfrutarla al máximo y dedicar cada minuto a honrar la creación del Demiurgo. Nuestros cuerpos vuelven con Él a través de las bocas de los volcanes, como la arcilla al bloque. Pero no hay ninguna iglesia. Aprendemos de nuestras tradiciones de nuestros padres, del colegio, pero no hay nadie que pueda decidir por tí cómo honrar la creación del Demiurgo y desde luego nadie va a hacerte daño por estar en desacuerdo contigo, ¡eso es una barbaridad!

Luci también tenía algunas ideas que no cuadraban del todo con lo que le habían enseñado de niño y que se habían multiplicado por su estancia en la ciudad. En ese momento se dió cuenta de que no las había expresado por miedo al rechazo, tanto de sus amigos en Daelicia como de sus compañeros de torreón. Tal vez sí que había una iglesia en su mundo, pero una invisible.

Como fuera, se sentía agradecido de que el ochrorio tuviese la suficiente confianza con ellos como para contarles eso, y puede que algo de envidia.

El terrestre acababa de ver la esponja y Chromsa ya se estaba arrepintiendo de haber pedido ayuda con la espalda (y tal vez si la bañera no hubiera sido tan buena incluso de haber ido). -Bu-Bueno, pensándolo mejor...- Pero ya era tarde, Adam aceptó. -Gracias.- contestó un tanto seco por la vergüenza. Simplemente dejó espacio para que Adam estuviera cómodo e intentó no pensar en ello.

-Bu-Bueno sería u-una mezcla de ambas, por así decirlo. Es una fuerza cre-creadora a la que todo vuelve cuando muere, pero di-diría que sí tiene conciencia. Y sobre las Iglesias... Son los que más contacto tienen con la Acromía y ti-tienen el mayor poder en mi mundo. Sí que hay debates religiosos, pero con mu-muy poco pueden ejecutarte. Bueno, en realidad casi pueden ejecutarte en cualquier momento si se utiliza un vale. A-además se hace en público...-  A pesar de estar recordando algo de su mundo que no le gustaba, era incapaz de concentrarse en ello con Adam enjabonándole la espalda. Lo hacía con cierto cariño curiosamente y en realidad parecía un poco nervioso... Y entonces el ochrorio se convenció definitivamente de que aquello fue una mala idea. Antes de que nadie más pudiera darse cuenta, cruzó las piernas. Por suerte todavía no se notaba mucho. -(Esto no es normal, tengo que hablarlo con alguien. Tal vez pueda decirme que está pasando)- pensó bastante alterado.

Para evitar pensar en lo que ocurría, se centró con mucho interés en la explicación de Luci. Cuando terminó de hablar opinó: -¡Que interesante Luci! Que cada uno pueda honrar a tu dios como quiera suena curioso, aunque esa concepción de la muerte es un poco triste ¿no? Aunque al menos sirve para disfrutar más del presente.- Añadió después: -¿Y en La Tierra en que creeis?- La religión era un tema del que Chromsa querría haber podido hablar más abiertamente en su hogar, así que aquel momento era un regalo para él. Tal vez conociendo el pensamiento de otros mundos encontraría la respuesta a sus propias creencias.

Había empezado a quitarse la suciedad del cuerpo con un gel con toda la tranquilidad del mundo mientras esperaba la respuesta de Luci. Por lo visto en su mundo no había más allá, lo cual a mucha gente le hubiera parecido desolador, aunque a ella le diera igual. Como siempre, el mundo de Luci sonaba super dulce. No había reglas estrictas, y la tradición oral primaba y además dejaba libertad a la gente para seguir su religión como quisieran.

Chromsa volvió a decir algo sobre las ejecuciones, lo cual hacía el tema aún más aberrante. ¿En público? ¿Con un vale? Lo único que estaba haciendo que no comentase lo injusto que le parecía todo aquello era no querer chafar el momento y poder seguir disfrutando del baño caliente y de quitarse la mugre de encima.

—Pues…depende. Hay muchas religiones, y han cambiado con el tiempo. Antes se creía en muchos dioses, ahora… hay religiones que tienen un dios, otras que no tienen…hay muchos ejemplos. También se puede no creer en nada. En muchos países hay bastante libertad y no hay religiones oficiales, en otros las hay… Es todo muy variado. La religión también se ha usado para declarar guerras o para justificar asesinatos y actos de terrorismo, así que no es que sea todo muy bonito —podía añadir la misoginia, el racismo o la homofobia a la lista, pero no quería alargarse mucho.

En todo eso había terminado de jabonarse, mientras su cabeza daba vueltas a algo. Había intentado ignorarlo, pero Adam y Chromsa se lo ponían ligeramente difícil, y ni siquiera eran los únicos.
—Igual deberíais cortaros un poco, ¿eh? —dejó caer, lanzando una mirada a Luci. ¿Cómo podían ponerse así delante de un niño? Ella misma empezaba a estar incómoda y a sentirse violenta, y se hubiera ido a terminar de aclararse y luego a vestirse y cortarse el pelo si no hubiera sido porque no quería dejar solo a Luci con aquella panda de adolescentes salidos.

Era una respuesta mala, oscura la que Chromsa ofreció a Adam pero el ataque de nervios y la proximidad del ochrorio, todo en un bloque no le dejó responder. En sus adentros sí que consideró lo que su amigo dijo, lo matarían si siquiera alguna de sus dudas saliesen a la luz en su mundo natal.

—A-a mí también me gusta la filosofía de vuestro mundo —añadió después de Chromsa a lo que dijo Luci, coincidiendo en el vacío existencial tras la muerte. En lo personal, Adam siempre pensó que hay algo, aunque sea algo después de que te mueras. No es católico pero esa duda eterna sobre algo más que la vida existió de igual forma, algo tiene que haber.

Amira respondió a la pregunta procedente de quién todavía seguía con la espalda frotada por Adam, ya en un casi bloqueo mental repitiendo el lavado una y otra vez por no saber que hacer. Sin embargo fue el aviso de Amira lo que hizo despertar al ruso. ¿Qué diablos estuvo haciendo? Y lo peor de todo, ¿En qué estuvo pensando? Volviendo a la realidad se lamentó, mucho. Para empezar cayó en que no solo se desnudó delante de todos sino además enfrente de Luci. Se apartó de Chromsa pensando que, seguramente, el aviso fue para él, haciéndose verdaderas películas en su cabeza y sintiéndose mal por su actitud egoísta. Era una buena oportunidad para ser aunque sea un poco mas cercano con el ochrorio pero, ¿desnudo? ¡¿Delante de un niño?! Hundió su cabeza sin sentir ya nada  mas que asco puro hacia sí mismo, hundiendo la mitad de su rostro en el agua y dedicando una mirada a Amira que gritaba “lo siento”.

Estuvo terminando solo la faena con uno de los rascadores que indicó Kolja para la espalda fijando su mirada lastimera en el agua y en silencio, recordando a su actitud inicial con todos cuando recién llegó al torreón.

Kolja atendió a la respuesta de Chromsa. La verdad era que su mundo parecía realmente dominado por aquellas dos iglesias, de una forma tan cruel como fue la antigua inquisición española. Que te pudiesen ejecutar con un simple vale era..., medieval, a falta de una palabra mejor. Desde luego su compañero le echaba mucho valor al admitirles que él no compartía las ideas de las iglesias.

Al contrario que el mundo de Chromsa, el de Luci parecía mucho más laxo en el tema de la religión. Tenían una mentalidad más carpe diem que Kolja prefería. Él nunca había sido muy religioso. Había crecido como ateo, simplemente aprendiendo de la antigua mitología nórdica y del protestantismo que predominaba en el norte de Alemania.

Cuando Amira explicó la religión en la tierra fue asintiendo, confirmando lo que la francesa decía.

-En la Tierra ha habido muchas religiones, las sigue habiendo, y muy a menudo el surgimiento de una nueva frente a las antiguas a sido extremadamente violento. Hay una zona en la tierra que ha sufrido numerosas guerras religiosas, que incluso hoy en día las sigue sufriendo, a pesar de que desde los últimos siglos las iglesias han ido perdiendo más y más poder- añadió.

Ante el siguiente comentario de Amira levantó las cejas, divertido. Parecía que estaban pasando cosas en el torreón que no se había esperado. Sobretodo le hizo gracia que fuesen tan obvios sobre ello, él por lo menos se había comportado de una forma más natural y dudaba que ninguno lo hubiese notado en su momento. No podía apoyar las palabras de la chica, él mismo sabía que poco se podía hacer sobre ello. Quizás no debieran haber ofrecido su ayuda entre ellos, si existía aquel deseo sexual, desde luego el no se hubiera ofrecido a enjabonar a la francesa, pero poco se podía hacer ya.

Kolja siguió aseándose como hasta el momento, con la diversión ante la situación escrita en la cara. Desde luego, si la critica de Amira todavía se pudiese aplicar al alemán, no estaría tan risueño.

El daeliciano prestó atención a las respuestas de los humanos con genuina curiosidad. En realidad tenía sentido que habiendo tantísimos países tan diferentes hubiese también distintas religiones, pero no le hacía gracia que hubiera guerras a raíz de ellas. ¿Por qué no podían llevarse bien?

Le habría gustado que le explicasen sobre alguna más en profundidad, tal vez la que fuera más conocida en sus respectivos países, pero el comentario de Amira le hizo mirar la situación y darle otra lectura. No había pasado por algo el sonrojo y los movimientos involuntarios de algunos de sus compañeros, pero no le había dado mayor importancia. Esas cosas pasaban a veces. No obstante que la francesa se hubiese pronunciado y la expresión de culpabilidad de los chicos le hizo entender erróneamente lo que estaba pasando. Sí, en Daelicia había baños específicos para eso, pero solían estar restringidos por edad, y según la educación que le habían enseñado empezar una actividad que excluía automáticamente a alguien de un grupo sin consultarlo previamente estaba muy feo.

Con un gesto de absoluta indignación Luci se salió de la bañera y se envolvió en su toalla.

-Voy a enjuagarme en la ducha. Vosotros seguid a lo vuestro -dijo -Pero que sepáis que eso es de muy mala educación y estoy absolutamente decepcionado con vosotros.

Y así, con toda la dignidad que le permitía el tener que andar muy despacito para no resbalarse, salió de la estancia seguido de Amira.

Chromsa escuchó con atención (al menos con toda la que pudo dada su situación) la explicación tanto de Amira como de Kolja. Era sorprendente la cantidad de creencias y lo que habían cambiado en La Tierra a ojos del ochrorio. Tras la explicación dijo: -Es curioso que haya tantas religiones. ¿Tantos dioses hay en vuestro mundo o es que nunca habéis tenido claro cuales son los verdaderos? Y sobre esas guerras religiosas... No es algo que sea extraño en Ochroria. Los ateos que viven al sur de mi mundo y las Iglesias llevan mucho tiempo en guerra. Ojalá pudiera llegarse a un entendimiento sin tanto derramamiento de sangre...- Al chico nunca le había gustado la violencia, menos aun en una disputa que él veía de fácil solución por sus creencias. Además el hecho de que en el mundo de sus compañeros su Iglesia hubiera hecho tales delitos corrompiendo tal vez los credos... Aunque en realidad, las ejecuciones nunca le habían parecido bien del todo.

Y entonces Amira dijo algo que lo desconcertó enormemente, pero que a su vez le hizo sonrojarse aun más. -¿Eh? ¿Qué quieres decir?- dijo intentando entender a que venía ese comentario. ¿Tan raro era que alguien le ayudara a lavarse la espalda? Adam había ayudado a Alec antes, ¿él no podía acaso? Notó que el ruso se había apartado por un momento mientras que Luci parecía más ofendido que el resto ante esa situación. El ochrorio intentaba articular palabras aun sin comprender el por qué de esa reacción. -Pe-Pero si... Alec antes...- alcanzó a decir hasta que se dio por vencido y simplemente se incorporó un poco para estar mejor sentado.

Cuando Adam volvió a seguir con su ayuda con un rascador, Chromsa se giró y le dijo: -Ya me ocupo yo, no te preocupes.- mientras le cogía el rascador. -Y gracias.- añadió en un susurro que solo llegaría a escucharlo el terrestre. Siguió lavándose más callado, intentando entender que había hecho mal.

Los debates religiosos sobre quién tenía o no razón en la Tierra le levantaban dolor de cabeza a Alec. El escocés ni creía ni dejaba de creer, tenía que existir algo y existía. La magia era real, eso había quedado demostrado y los extraterrestres también, solo tenía que mirar a sus compañeros de torreón. Pero la idea de un ser omnipotente y benévolo... no, eso simplemente era imposible. Si acaso ahora que conocía la magia y a gente de otros mundos Alec empezaba a inclinarse más por las religiones politeístas.

Y ahora que pensaba en ello, ¿quizá alguno de esos dioses antiguos fuese simplemente gente con magia venida de otro mundo? Aquella ciudad bastaba para arrancar las creencias de una persona desde los cimientos. Aquella información podía hacer que se tambaleasen todas las religiones de la Tierra a la vez.

El comentario de Amira le sacó una sonrisa y, para que no lo vieran reírse, dio la espalda al resto. Él mismo se había metido al agua cuando se había empezado a excitar, no podía reprender al ochrorio y el ruso sin quedar como un hipócrita.

De todas maneras no terminaba de ver mal aquella situación, a la edad de Luci o más joven Alec ya había empezado a experimentar. Quizá fuera algo cultural. Fuera como fuese el chico decidió retomar el tema de las religiones.

-No es que haya muchos dioses - respondió al ochrorio,- que también. Es solo que la Tierra es muy grande. Somos un huevo y medio de personas, lo raro sería que nos hubiéramos puesto de acuerdo en tener todos la misma religión. Si a eso le añades que somos unos putos ignorantes que pensaban que el mundo era plano y no descubrimos que no hasta hace unos cientos de años... te queda un bonito panorama.

Amira frunció el ceño ante las reacciones de alguno de sus compañeros, especialmente las de Alec y Kolja. ¿Les hacía gracia que no estuviera cómoda con esa situación? Tal vez haberse bañado con ellos no hubiera sido la mejor idea.  Quería salir de allí, y que Luci se fuera a la ducha le daba la oportunidad perfecta para ello.

—Voy contigo— le dijo, saliendo de la bañera y cogiendo una toalla en la que se envolvió. Era la tela más suave que había tenido sobre la piel en mucho tiempo, y se estremeció con ese contacto. Si no fuera porque probablemente se estuvieran colando en la casa de alguien, Amira se la hubiera llevado al torreón. Pero tampoco estaba bien robarle cosas a alguien, aunque por cómo era la casa de esa persona no echaría en falta una toalla.

Suspiró bajo la ducha, quitándose los restos de champú del pelo con calma, disfrutando de lo que probablemente fuera la última vez en mucho tiempo que podría disfrutar tanto de un baño.

En mitad del trance emocional Chromsa le quitó al ruso el rascador, por tal de no tener contacto con el ochrorio y cagarla más de lo que ya la había cagado. Su gracias le hizo entender que, quizás, lo llevó demasiado lejos y comenzó a sentirse algo culpable.

Sin decir nada salió de la bañera secando su pelo con una de las toallas, parecían recién lavadas por su suavidad al tacto. Se secó lo más rápido que pudo, envolviendo la toalla en su cadera.

—Voy… voy a hablar con ellas, ¡di-digo ellos! Aghh…

Adam estaba frustrado, mirando brevemente a todos antes de salir a tomar responsabilidad de lo que se supone él creía era la causa principal de la incomodidad de Amira y, sobre todo, de Luci. Con algo de vergüenza se asomó a las duchas.

—M-mirad, siento mucho que todo… se haya puesto así —Adam estuvo mirando a Luci, temía desde el fondo de su corazón haber ofendido de verdad a Luci o incomodarlo, a sus ojos solo es un niño pequeño—. Luci, ¿puedo decirte algo a solas? Si no importa claro, es un poco personal —Miró brevemente a Amira antes de llevarlo a un sitio más privado de la habitación.

—Luci, mira… Yo... —desconocía que nivel de inocencia tendría su compañero daeliciano, buscando medir sus palabras—. La he fastidiado mucho, soy un desastre por intentar ser un poco mas… íntimo con… él —hizo  un pequeño mohín de la vergüenza, mirando más a las paredes que al propio Luci—. Me gustaba desde hace tiempo y… no sé, me he dejado llevar. Mil perdones si te ha resultado… violento.

Al final soltó un suspiro enorme, con la cara rojísima de haber soltado todo aquello que guardaba dentro.

—No le digas nada a nadie por favor, me da algo de vergüenza de que incluso Amira se entere —pidió con una risa muy, muy nerviosa, conservando el sonrojo.

Las duchas eran dos cámaras gigantescas de cristal con una única pared decorativa de mármol. Los grifos y las alcachofas eran doradas, como la grifería de la bañera. Luci no solo pudo enjuagarse toda la espuma, si no que además se pudo dar un masaje con los chorros que borró de un plumazo el pequeño cabreo. Quería buscar crema hidratante o algún tipo de aceite antes de ir al vestidor donde les esperaban los demás, pero antes de que pudiera siquiera terminar de secarse apareció Adam. Se disculpó con ellos, cosa que Luci apreció de verdad y pidió hablar con él. El daeliciano respondió ladeando la cabeza, extrañado, pero le siguió igual.

Luci estuvo a punto de decirle que sí, que la había fastidiado un poquito, sin embargo la explicación siguió y Luci se dio cuenta de su error. Se tapó la boca con las manos, entre avergonzado consigo mismo e ilusionado por la noticia que acababa de darle Adam.

-No, Adam, perdóname a mi, malinterpreté por completo la situación -se apresuró a decir -No se me ocurrió que fuera un desliz. En mi mundo es de muy mala educación tener sexo en una reunión si se excluye a alguno de los invitados o no se ha preguntado antes a todos los presentes. Y como ni Amira ni yo podíamos participar pues… -se sonrojó -¡Lo siento muchísimo! Os he tomado por maleducados y he sido grosero con vosotros. ¿Me perdonas?

El grandullón parecía también muy agobiado. Al final todo había sido un malentendido. Luci le tomó de la mano para darle ánimo y decirle que no se preocupase, que todo estaba bien, y eso le hizo sentirse menos mal.

-No tienes nada de lo que avergonzarte, pero te prometo que no se lo diré a nadie -le dijo, sonriéndole con dulzura. -Pero como consejo, a lo mejor deberías intentar ser mas íntimo con él en una ocasión en que estéis solos -rió.

Cuando terminó la explicación se dio cuenta de que aun tenía jabón encima, procurando recordar que debía enjuagarse en aquellas duchas. Sin embargo se olvidó de todo eso por vergüenza, muchísima vergüenza cuando Luci apenas pronunció la palabra “sexo”, ¿qué clase de educación o experiencias ha tenido el niño rosa en su vida? Adam echaba humo mientras escuchaba cosas particularmente salidas de tono: ¿Todos teniendo sexo? ¿Cómo que Amira ni el niño no podían participar?

Por lo que el ruso vio parecía que todo fue un malentendido. El daeliciano tomó su mano dando ánimos y, lo que era peor, un consejo sobre como intimar mejor con el ochrorio.

Adam, al escuchar lo último, soltó de pronto a Luci con sus ojos verdes desorbitados y la boca medio abierta. En cualquier momento podría darle un ataque al corazón, el cual iba a mil.

—Por el amor de dios… Esto es... —con la cara prácticamente roja comenzó a reír, risa que pasó a ser una carcajada descontrolada. Eventualmente paró, sintiéndose mejor al poner a raya todos aquellos sentimientos que formaron un remolino en sus adentros—. Perdóname, son los nervios —justificó la risa, tomando de nuevo la rosada mano de Luci—. Gracias por escucharme, aunque no sé si seré capaz de tener ese... momento íntimo, tampoco soy tan valiente para eso —aunque fuese una locura, tampoco le disgustó del todo tener en algún momento ese espacio más íntimo con Chromsa—. Me sorprende que un niño de tu edad sepa tanto de estos temas, que no es que diga que sea malo ni nada de eso.

Dicho eso se dispuso a quitarse el jabón restante en las duchas y secarse bien, la toalla aun servía para ello.

—Voy a ver a los demás, deben de estar acabando —se despidió de Amira y Luci—. Y gracias de nuevo Luci —agradeció en voz alta antes de salir y dirigirse de nuevo a los baños.

Cuando llegue, mientras se ponga de nuevo la ropa, los demás en los baños pueden ver a Adam sonriendo un poco, algo más feliz que lo acostumbrado.

Cuando la francesa lo miró con mala cara Kolja comprendió que su expresión de humor podría malinterpretarse, pero antes de que pudiera explicarse Amira ya había salido de la bañera junto con Luci para ir a aclararse a la ducha. Adam la siguió casi inmediatamente, por lo que Kolja se quedó solo con Alec y Chromsa. Aún algo divertido por la situación, se acercó al chico nutria para sentarse al lado suyo, con la espalda apoyada contra el borde de la bañera.

-No sabía que te interesase Adam de esa forma, amigo- le dijo, con un guiño quizás incluso demasiado evidente. -¿Cuando a pasado esto? ¿Al ponerse el rusky en forma? Es verdad que ha ganado mucho al perder esa tripita suya y ganar algunos músculos. Sigue sin ser mi tipo, en absoluto, pero hey, no te juzgo.

Mientras hablaba, fue saliendo de la bañera, ya limpio y listo para meterse en una ducha y quitarse el jabón, y lo que quedase de suciedad, de encima.

De repente aquel agradable baño se había enrarecido y estaba empezando a ser incómodo. Chromsa intentaba encontrar un motivo por el que Luci se hubiera enfadado, pero no se le ocurría ninguno. Tampoco estaba seguro si aquello había influido en que Adam y Amira también hubieran salido. El ochrorio se estaba desanimando por momentos.

-Bueno, eso lo explica todo. Desde luego en Ochroria hay muchísimos que creen en la religión, pero también la mitad del mundo la rechaza. No es fácil conseguir que un grupo tan grande como es todo un mundo se ponga de acuerdo en alguno. Bueno, ni siquiera con un grupo de 100 personas o incluso menos.- dijo siguiéndole la conversación a Alec. No supo decir nada más en aquel momento, así después de su contribución dio paso al silencio.

Y entonces Kolja dijo algo que lo puso rojo (por ser suerte para Chromsa, podía escudarse un poco en que llevaba demasiado tiempo en la bañera). -Pe.. ¿¡Pero de qué mierda estás hablando!? Os juro que no se que está pasando hoy, no lo entiendo. Adam es mi amigo, ¿cómo me...?¡Santa Acromía, que suplicio!- vociferó con bastante nerviosismo. Si eso era raro, que incluso dijera "mierda" lo era aun más, por lo que cualquiera que lo conociera bien se daría cuenta.

El ochrorio no tardó mucho en darse cuenta de que aquello no era algo que decir en voz tan alta. Podía ser que los que estaban en las duchas también lo hubiera escuchado. Aquello lo estaba carcomiendo de nerviosismo, pero tenía un poco de fe. Un poco de fe que se desplomó en cuanto vio a Adam salir de la zona de duchas. El que volviera con una sonrisa le alegró y le dibujó al propio Chromsa una leve y corta sonrisa, pero la vergüenza se adueñó de él. ¿Por qué ese día tenía que haberse vuelto tan incómodo? Para evitar otra situación que empeorara todo salió de la bañera y empezó a prepararse para ducharse. -Ahora cuando salga el siguiente me ducho.- dijo no tanto para informar sino para reafirmarse que ya estaba casi listo para irse de allí y descansar de aquello en el torreón.

Amira miró a Adam cuando fue a disculparse con ellos. Su reacción cuando había pedido que se cortaran ya le había dejado claro que él mismo veía que se había pasado, y sus disculpas terminaron por confirmárselo. La verdad es que no podía enfadarse con él, porque parecía verdaderamente arrepentido.

Dejó que se fuera con Luci. Aunque tenía interés por lo que fuera a decirle, la francesa respetaba que quisiera hablar a solas, y no iba a invadir su privacidad. Terminó de aclararse y tras secarse con la toalla se vistió. Aunque el baño no había ido tan perfectamente como se imaginaba, cortarse el pelo le seguía haciendo ilusión, y además la visita al palacete seguía siendo algo que la emocionaba.