Un baño decente.

Recuerdo del primer mensaje :

Alec abrió la puerta de un baño del palacete. Habían ido de visita otra vez y él había sido firme en usar uno de los baños de aquel lugar. Tenían magia y podían calentar el agua de la bañera en el torreón pero no era lo mismo.

Contempló el lugar con estatuas de mármol tallado al estilo griego, en el medio de la habitación había una gran bañera hundida en el suelo. Apoyó el martillo en una esquina y observó los grifos. Había varios y no tenía ni idea de cual era el del agua caliente así que los fue probando todos hasta que dio con él. Algunos emitían agua perfumada y otros ni siquiera echaban agua, si no perlas que hacían burbujas en el agua.

Algunos de sus compañeros del torreón también habían decidido bañarse y lo mejor que todos usaran el mismo baño por si acaso pasaba algo. Y de todas maneras aquella bañera era enormemente grande para una sola persona.

Se quitó la camiseta exhibiendo el tatuaje que cubría toda su espalda y la alfombra de pelo que tenía en la parte delantera. Sus músculos se flexionaron al hacerlo marcándose.

-Bueno, pues ya solo queda esperar a que se llena la bañera - dijo crujiendo el cuello de un lado para el otro.- No sabéis las ganas que tengo de darme un baño en condiciones, coño.

Sintió algo de vergüenza cuando se comenzó a desvestir, arrepintiéndose un poco de la decisión de ir al baño. Merecía la pena con todo ese lujo pero, ¿desnudarse delante de todos? No era una cuestión de físico, de hecho su apariencia actual discernía mucho de su antiguo yo algo más regordete, lo que le verdad le cortaba era el mostrar su desnudez, un tema tabú que debía eliminar con tal de disfrutar la lujosa estancia.

Suspiro algo agobiado al escuchar a todos convenciéndolo de quitarse la roñosa bufanda. En otro momento el comentario de Alec lo tomaría mal pero razón no le faltó, la bufanda daba asco verla y, sobre todo, olerla, con toda la suciedad acumulada desde que lo cosecharon.

Sin mirar al ochrorio, quien estuvo cerca suyo, agarró su bufanda, soltandola.

—Después de que me la quite, no me la pondré nunca. Tengo que dar el paso Chromsa —quitándosela del todo mostró su tatuaje, la irregular flecha que adornaba el lado izquierdo de su cuello llegando la punta hasta cubrir un poco su mejilla del mismo lado. Se volteó a Chromsa para que viese la paz mental que sintió al quitar el rocambolesco adorno rojo de su cuello, pero el ochrorio se encontraba algo lejos, tapando un poco su cara cosa que Adam vio un poco extraño, al igual que la peluda espalda de su amigo. Pensó que era por el raro momento de estar sin camiseta, pero ver a Chromsa sin nada arriba fue… raro, sintiendo una rara presión en el abdomen que se le hizo agradable.

—Si alguien quiere esa cosa roja llena de mierda, se la doy gratis. Ya no la quiero.

Instintivamente dio la espalda al ochrorio, quitándoselo todo centrándose en que nada era raro, todo natural. Desnudo y algo sonrojado se introdujo en la enorme bañera, hundiéndose en ella con los ojos cerrados y una sonrisa estúpidamente tonta producto del agradable calor del agua.

—Por qué no vine aquí antesblglgblgbg… —casi termina la frase, sumergiendo su rostro para crear sonidos burbujeantes bajo el agua. Se metió entero, saliendo después con rapidez y su ya medio largo pelo empapado.

El comentario de Amira se le hizo curioso, fijándose en los genitales de Luci ya sin pudor. Eran extraños, muy raros a sus ojos.

—No sé nada del tema pero quizás sean cosas de su especie, a saber —dejó caer a la pregunta de su compañera humana, especulando sobre ello. Miro hacia fuera de la bañera, esperando a los demás—. Esto le da mil vueltas al torreón. Meteos que se enfría —concluyó la petición con un gesto de su mano, invitando a que todos disfrutasen del paraíso.

Kolja se quitó los pantalones y los calzones, metiéndose en el agua casi inmediatamente. No solía ser pudoroso, pero hacía demasiado desde su ultima vez y ver a Amira sin camisa le había levantado un poco los ánimos. El agua estaba caliente y nada más meterse se sumergió hasta la barbilla, soltando un suspiro de placer al sentir el agua tan calentita y las sales deshaciéndose a su alrededor. Se desató el moño y dejó que su pelo flotase en el agua, como una medusa pegada a su cabeza.

Metido en la bañera, compuso una sonrisa cuando Alec y Amira se unieron a sus quejas por la bufanda, siendo Luci y Chromsa más amables que ellos tres. Para alegría de todos, el rusky terminó quitándose la bufanda, según él para siempre, mostrando el tatuaje que escondía debajo. Kolja tenía bastantes el mismo, por lo que no le dedico especial atención, aunque era uno algo extraño.

Cuando Amira le preguntó a Luci por sus genitales Kolja levantó la vista para echar un vistazo. Había oido de la existencia de los intersexuales, aunque no sabía mucho del tema, y si la francesa no lo hubiese mencionado hubiese dado por hecho que se trataba de lo normal en su especie.

Adam se quitó por fin la bufanda y debajo tenía un tatuaje… y eso era todo. Resultó un poco decepcionante. Era un tatuaje bastante feo, por lo que Luci podía entender que no quisiese mostrarlo pero llevarlo tapado durante cuatro meses le parecía excesivo. Por si acaso no hizo ningún comentario sobre ello, no quería que el ruso se sintiese mal y se arrepintiese de su decisión. Aprovechó para cotillear los cuerpos de sus compañeros con algo menos de disimulo que el que había tenido Alec. Eran como daelicianos toscos con los colores equivocados. Las formas eran mucho menos suaves y delicadas, la musculatura se marcaba mucho más en sus compañeros más atléticos de lo que había visto en ninguna persona de su mundo. Lamentó que ni Kahlo ni Reina se hubiesen unido, pues seguro que eran tan bonitas sin topa como con ella.

Iba a meterse en la bañera cuando Amira le hizo una pregunta. Se paró en el borde de la bañera, un poco descolocado, pero no era la primera vez que le hacían esa pregunta, sabía que ese momento iba a llegar tarde o temprano. En cualquier otra situación habría respondido inmediatamente y sin dudar, pero hacía un tiempo que cualquier referencia a su cuerpo le resultaba incómoda. Se metió corriendo en la bañera y una vez calentito y acomodado entre las burbujas respondió:

-No, los de mi mundo son como los vuestros, creo. -no había visto los de Amira, pero los de los chicos al menos coincidían. -Lo mío es… algo especial. Nací así. Nunca he conocido a nadie como yo así que no sé cómo de frecuente será en mi mundo.

Su médico le había dicho que era la primera vez que veía un caso como el suyo, y no había encontrado ninguna referencia en ninguna biblioteca. Tampoco es que tuviera muchas fuentes de información a su alcance, y tampoco es que hubiese puesto mucho empeño en buscar. Sus padres le habían dicho que era único y especial y con eso bastaba.

-¿Habéis visto champú o algo? Quiero lavarme el pelo para que Kahlo me lo corte luego.

Quería cambiar de tema, pero también quería preguntarle a Amira sobre los intersexuales de su mundo y no sabía cómo hacerlo sin que la conversación acabase con todo el grupo comentando sobre sus genitales. Puede que lo hiciera más tarde. El agua perfumada evitó que sus pensamientos escalasen hacia la ansiedad. Se sentía a salvo y a gusto rodeado de las sensaciones placenteras que debían ser su rutina según los designios del Demiurgo.

El ochrorio tenía fe de que, ya fuera él solo o uniéndose todo el grupo a la fuerza, Adam se quitaría la bufanda. Se alegró de que acabara ocurriendo lo primero y le gustó la determinación que tenía el ruso en aquel momento. Lo primero que hizo tras quitársela fue mirarlo a él y, aunque se alegraba enormemente del esfuerzo que había hecho su compañero, tuvo que apartar la mirada si no quería estallar de vergüenza. -¿Pero qué... me está pasando?- se preguntaba.

Alec ya se había metido en la bañera y, por su reacción, tenía pinta de que si el ochrorio se metía no querría salir hasta dentro de un buen rato. Pero todavía tenía que desnudarse... Se fijó entonces en Amira y vio que la terrestre había decidido bañarse con sus bragas puestas, así que en principio nadie se extrañaría si se dejaba solo los calzoncillos puestos.

Fue la chica la que le hizo darse cuenta de un detalle. No había querido fijarse en la parte baja del grupo, si bien irremediablemente su mirada había pasado por allí en algún momento (y daba gracias de no ver bien, si no la vergüenza lo habría consumido aun más) y, ahora que lo pensaba, los genitales de Luci si que parecían distintos. -Bueno, es algo interesante. En Ochroria no he escuchado de casos así, aunque podrían existir.- añadió a la conversación.

Cuando el ochrorio vio que era el único que todavía no estaba dentro se dispuso a entrar pero entonces Luci preguntó por el champú. Por un poco más no se iba a enfriar el agua. Se acercó a una de las estanterías del baño, donde había pastillas de jabón, toallas y muchos botes de formas y tamaños distintos a juego con los colores del cuarto. Buscó entre los botes hasta que dio con el correcto tras comprobrarlo abriendo el bote. Antes de volver a cerrarlo disfrutó del olor. Era como si hubieran metido en un frasco un prado lleno de flores. Lo cerró y se giró hacia el grupo diciendo: -Creo que lo he encontrado Luci. Aquí tienes-

Le paso el bote al joven y, ahora sí, se metió despacio dejándose llevar por la agradable temperatura del agua. -¡Ah! Que relajante. Tenemos que repetirlo otro día.- dijo ya con todo el cuerpo en la bañera. Con todo lo que habían pasado, aquello era un regalo divino. -Me pregunto si esta sensación será la misma cuando se vuelve a formar parte de la Acromía- pensaba relajadamente.

Alec abrió los ojos todavía apoyado en el borde y luego miró fijamente al ruso.

-Va a ser que no, gracias - comentó mirando casi con asco la bufanda.- Si quieres luego en el torreón la quemamos de verdad como parte final de tu paso.

>>¿Verdad? Esta bañera es cojonuda y el agua está perfecta - se dejó flotar y cerró los ojos mientras oía los comentarios hacia Luci. Intersexual le sonaba aunque nunca había conocido a nadie con aquella condición. Parecía que a Luci no le apetecía hablar mucho del tema así que el escocés no preguntó más.

-Oye Chromsa, te he oído mencionar la acromía varias veces - se incorporó chapoteando un poco,- pero ¿qué es exactamente? - preguntó curioso.

Miró el bote de champú que había llevado el ochrorio para Luci y entonces salió del agua en busca de gel de baño. Lo encontró y empezó a enjabonarse fuertemente arrancando la suciedad con saña.

-¿Algún alma caritativa me echa una mano con la espalda? - pidió.- Es que no llego.

Amira asintió ante las respuesta de Luci, pero no siguió la conversación a partir de ahí, y menos viendo que parecía que el daeliciano no quería hablar mucho del tema. Lo último que quería la francesa era hacer sentir incómodo al chico, ya que el tema era bastante delicado. El resto había hecho algún que otro comentario, preguntándose también si eso era lo normal en Daelicia, lo que la hizo sentir algo menos mal por tener dudas al respecto.

Luci había pedido que le buscaran champú, y ella misma recordó que había ido ahí a adecentarse el pelo también. Con el gusto que daba el calor de la bañera se había olvidado por completo que habían ido a hacer algo más que relajarse. Sumergió el pelo en el agua hasta que quedó bien empapado, y una vez Luci hubo acabado con el champú se lo pediría ella. En la Tierra hubiera mirado todos los ingredientes, buscando que no hubiera nada que fuera a secárselo, pero allí le daba igual. Cualquier cosa era mejor que lo que tenían en el torreón y tampoco iba a ponerse tiquismiquis cuando aquello era lo mejor que había visto en la ciudad.

—Ojalá pudiéramos venir aquí cada vez que hace falta un baño —suspiró ante la sugerencia de Chromsa de volver.  ¿Por qué tenían que vivir en un mugroso torreón y no en aquel palacete lleno de cosas agradables? La mención a la Acromía del Ochrorio y la consecuente pregunta de Alec la hicieron mirarles, curiosa. Había supuesto que era alguna expresión de su mundo, puede que algo religioso, pero no había pensado más en ello.

Adam torció el gesto, sin saber si su comentario hirió a Luci no sabiendo decir si fue algo insensible con sus palabras. El ruso sabía muy poco sobre ello y su respuesta vaga hacia la “rareza” del daeliciano le hizo sentir algo estúpido, jurando en su mente pensar dos veces abrir la boca para la próxima.

Una corta carcajada se le escapó al escuchar a Alec.

—Estaría guay pero a saber como prende eso, dejadla aquí por si viene otra persona y que se la quede —concluyó mirando a la bufanda tirada en el suelo, aliviado de tener el cuello ya libre de su agobiante abrazo constante.

Se ofreció ayudar al escocés con su espalda, enjabonándola con saña y aprovechando para agarrar el gel y asearse un poco. Olía de maravilla, la fragancia de aquel producto trasmitía nuevas sensaciones, producto de la brutal diferencia con el baño del torreón.

El escocés formuló una pregunta que rondaba la cabeza de Adam desde hace ya tiempo. Chromsa a veces mencionaba una cosa llamada Acromía pero, ¿qué diablos era aquello? Pudo intuir de que quizás se tratase de algún tema religioso o de algún lugar sagrado para los de su especie. No quiso formular la pregunta dos veces pero asintió reflejando su curiosidad sobre ello, volviendo su mirada al ochrorio. No supo por qué pero la vergüenza le invadió cuando sus ojos se cruzaron con los de Chromsa, sonrojándose un poco y tapándose con las manos la zona prohibida. Que se parezca a Mijail ya lo descolocó en su día pero no sabía que los sentimientos que desarrolló por su fallecido amigo poco a poco se fueron dirigiendo al ochrorio, apartando un poco la mirada mientras una sonrisa algo extraña y muy amplia adornaba la cara colorada del ruso.

El alemán escuchó lo que Luci tenía que decir, notando la ligera incomodidad del daeliciano y, a pesar de que tenía varias preguntas sobre el uso practico de los órganos sexuales de un intersexual, prefirió callarse, no queriendo incordiar más a su compañero. En lugar de ello, pasó a centrarse en el suyo propio, que no quería relajarse. Por experiencia, sabía que lo mejor era dejarlo estar y centrarse en otras cosas.

Kolja se sumergió por completo en la bañera y cuando volvió a la superficie de su pelo y barba caían grandes gotas. El también tenía pensado aprovechar aquella salida para lavarse el pelo y la barba con algo que no fuese una pastilla de jabón. Buscó en el borde de la bañera y cogió uno de los botes. En la nueva lengua de la fuente podía leer claramente la palabra champú. Echándose una cantidad algo exagerada empezó a enjabonarse la cabeza, pasando los dedos por su barba. Desde luego, también iba a necesitar un buen acondicionador para quitarse todos los nudos.

El escocés le preguntó a Chromsa por la Acronima aquella a la que solía nombrar. Kolja no pudo evitar recordar que el mismo se lo había preguntado una vez, pero la conversación fue interrumpida cuando una bolsa intentó comerle la mano al ochrorio. Y después había estado demasiado ocupado recibiendo broncas como para acordarse de aquel tema que habían dejado a medias. Así que era una explicación que hacía tiempo que, sin recordarlo, llevaba bastante tiempo esperando.

Siguió acicalándose y cuando Alec preguntó por ayuda para enjabonarse la espalda levantó un rascador de mango largo que había cogido, pero al ofrecerse Adam a ayudarle se encogió de hombros y pasó a utilizarlo el mismo.

-Si, estaría bien poder venir más a menudo- coincidió con la opinión de sus compañeros.- Adam, tu seguro que habrás notado que ahora que llevas el pelo más largo es un coñazo quitarse todos los nudos. No te olvides de utilizar el acondicionador, obra milagros- aconsejó a su pupilo.

Luci le dio las gracias a Chromsa cuando le pasó el champú. Miró la etiqueta a ver si tenía algún efecto especial o ingrediente estrella pero no decía nada, tan solo era champú. Como olía bastante decente se echó una buena cantidad y se lo pasó a Amira. Se masajeó la cabeza, haciendo espuma a conciencia. Sentía los nudos bajo los dedos. Gracias a que el ochrorio le había hecho un peine hace tiempo tenía muchos menos de los que debería.

Coincidía con Amira. Las cosas habrían sido muy diferentes para él si tuviesen la opción de vivir en el palacete, y no lo habían hecho por el simple hecho de que ni siquiera tenían muy claro que debieran estar allí. Se habían arriesgado a volver y bañarse por pura desesperación, al menos en su caso.

Después de darse un buen masaje tomó aire y se sumergió por completo para enjuagarse el champú. Cuando salió aún tenía algo de espuma, pero toda la bañera estaba llena de espuma, tendría que enjuagarse en la ducha más tarde para quitarse todo. Nadó un poco como los perritos para robar el jabón, pero tuvo que salir igual a por una esponja. Como no la encontró cogió una toalla pequeña y se sentó en el borde para enjabonarse.

Prestó atención a la conversación. Había oído a Chromsa varias veces mencionar la Acromía pero por alguna razón nunca le había preguntado al respecto. Si tenía que ver con la religión le interesaba especialmente. Por lo que le habían comentado, sus otros compañeros no eran muy religiosos y no había encontrado muchos momentos para hablar de su fe aunque la llevase en todo lo que hacía (o lo intentara).

El ochrorio se estaba relajando mucho en aquella bañera, casi podría haberse quedado dormido si no supiera que no era una buena idea. Si se permitió cerrar los ojos y disfrutar aun más del calor y el olor del agua. Ese estado lo rompió Alec haciéndole una pregunta muy interesante. Se incorporó y empezó a responder mientras se enjabonaba: -Cierto, creo que nunca os he hablado de ella. Bueno, la Acromía Primordial es... eh... ¿cómo podría explicarlo? Es una fuerza que no tiene ni forma ni color. Es la nada de lo que nació todo en Ochroria. Según las Iglesias, los dioses la utilizaron para dar forma a las cosas en una guerra para mantener el equilibrio de la Acromía. Aunque, la verdad, pienso que si la Acromía es tan poderosa no necesitaría a nadie para construir el mundo. Se lo debemos todo y es nuestro deber llegar a conseguir el equilibrio en el mundo. De eso sobre todo se encargan la Iglesia Terrenal y la Iglesia Espiritual, aunque toda la sociedad tiene que colaborar, aunque hay zonas enteras de Ochroria que niegan todos los credos. Bueno, volviendo a la Acromía cuando morimos nos volvemos a unir con ella y podemos pasar a formar parte de otra vida hasta que se alcance el equilibrio. En principio esa es la única forma de ver la Acromía, aunque si se pierde la vista también se puede contemplar toda su belleza.- Dudó un momento y luego añadió un poco serio: -Las creencias que no comparto con las Iglesias en las he contado porque confío en vosotros y supongo que en vuestro mundo hay otros dioses, pero podrían pasarme cosas muy malas si se supiera en Ochroria. Acepté venir a Rocavarancolia de hecho para saber la verdad sobre mis creencias.-

No quería arruinar la tranquilidad del baño con esa preocupación, así que dijo: -Por cierto, ¿alguien puede ayudarme con la espalda?- mientras se giraba a cada uno de los presentes ofreciendo la esponja. No sabía si sería el destino o alguien se la estaba jugando ese día, pero la última persona a la que llegó fue a Adam. Ante esto se sonrrojó de nuevo un poco.

-Gracias majo - le dijo a Adam cuando éste le fue a enjabonar la espalda, con una sonrisa.

Atendió a la explicación del ochrorio acerca de la acromía mientras el ruso le frotaba la espalda con fuerza. Lo más cerca que el escocés había estado de un masaje y de un contacto más íntimo en meses cosa que le hizo suspirar de gusto.

-Entonces - comenzó a decir volviendo a meterse en el agua cuando sintió que cierta parte de él empezaba a reaccionar,- la acromía es algo así como vuestro más allá donde va la gente cuando muere.

-Es interesante saber que no solo en la Tierra tenemos el concepto de paraíso - comentó mientras meditaba y trataba de pensar en otra cosa que no fuera sus compañeros desnudos.

Amira se echó una buena cantidad de champú cuando Luci le pasó el bote y, separando su pelo en mechones, lo fue desenredando poco a poco. Tenía muchísimos nudos y le llevaría un buen rato conseguir quitárselos todos, pero necesitaba hacerlo. El peine que le habían hecho a Luci no le servía con la textura de su pelo, así que no podía hacer muchos más en el torreón que peinarse con los dedos.

Tampoco le importaba tardar en aquello: el champú olía maravillosamente y al menos estaban disfrutando del tiempo y manteniendo conversaciones interesantes mientras. Escuchó la explicación de Chromsa con verdadero interés. Había acertado que era algo religioso, pero no alcanzaba a comprender el límite de las creencias del ochrorio. Era algo curioso, como una especie de paraíso o de más allá. Chromsa les había dicho que no compartía todo lo que decían las Iglesias, y que por aquello le podían pasar cosas muy malas… y Amira podía hacerse una ligera idea de qué. La intolerancia religiosa y las Iglesias con poder llevaban a eso, en todos los mundos. O eso suponía.

Cuando terminó de desenredarse el pelo lo volvió a sumergir para quitarse la espuma, aunque no toda salió. Luego se lo aclararía con más calma. Pidió el gel a quien lo estuviera usando y comenzó a enjabonarse tranquilamente.
—¿En tu mundo tenéis algo así, Luci? ¿Un más allá? —preguntó. Daelicia parecía agradable en muchos aspectos, y el de la religión le intrigaba. ¿En qué creería esa gente de colores vibrantes?

Adam, mientras se enjabonaba el pelo con algo de dificultad, atendió sin perder detalle de todo lo que dijo Chromsa acerca de la Acromía. Le pareció una filosofía interesante, pero no estuvo de acuerdo con algunos puntos. No pudo evitar compararlo con creencias suyas, el ruso siempre dudó de la existencia de un Dios omnipotente, omnisciente, y omnipresente que todo podía hacer y deshacer por lo que no vio nada raro que el ochrorio tuviese algunas dudas. Sin embargo, lo último que dijo le heló la sangre. Apreció mucho la confianza que Chromsa depositó sobre todos admitiendo que algo malo le podría pasar si se enterase su mundo natal, ¿podrían atentar contra su vida también? Basándose en el carácter de su amigo jamás podría imaginar que viniese de un mundo con una religión estricta a esos niveles tan altos, sintiendo pena por como pudo vivir el ochrorio con ese peso encima.

—Yo… claro que tengo mis dudas también. Creo que es muy normal dudar sobre tus creencias, puedes tener otro punto de vista perfectamente —contestó el ruso, siendo sincero pero escogiendo con cuidado sus palabras al tratarse de un tema ciertamente delicado, sumando esa expresión algo seria del ochrorio que lo perturbó un poco.

—Si hay por aquí lo busco luego, que creo que noto algunos enredos en mi pelo —Adam contestó a su maestro. Su pelo es medianamente liso pero no por ello se libraría de unos pocos enredos que notó al enjabonarse el pelo.

Estuvo a punto de ir a por el acondicionador cuando escuchó una petición del ochrorio, necesitando ayuda con su espalda. Se dio la vuelta y se estremeció un poco al ver que, de echo, Chromsa se la estuvo ofreciendo a él. ¿Cómo podría negarse ante eso? Sintió que aceptó por no quedar mal, que menos que hacer un favor a quien se lo estuvo pidiendo pero…

—C-claro. V-vale —aceptó de forma muy extraña, afirmando reiteradamente con su cabeza.

En cuanto Chromsa se dio la vuelta pudo ver de nuevo la inusual cantidad de pelo en su espalda, comparándolo con el pecho de Alec también peludo. Por su parte poco vello corporal tiene, nunca tuvo la necesidad de afeitarse el cuerpo ni nada parecido. Adam se acercó con el gel, ocultando sus nervios cuando empezó a enjabonarlo. Ni él se espero que su otra mano se apoyase en el hombro del ochrorio, autoconvenciendo sus actuares con la excusa de que necesitaba apoyo para la tarea, solo eso.

—G-gracias por confiar en nosotros… yo n-nunca d-d-diria nada acerca de lo que c-crees ni n-nada por el estilo, eres buena… persona y solo e-eso me vale p-para saber q-que… —jamás en su vida estuvo tan nervioso, notándose en su mano apoyada un temblor constante mientras seguía lavando la espalda de Chromsa. Su corazón aceleró el ritmo mientras notaba que el rubor acrecentaba, invadiendo por completo su cara tiñéndola de un fuerte rojo—, que tus… creencias no serán en a-absoluto malas s-supongo —concluyó cambiando el final de la frase sin dejar de tartamudear ni soltar alguna risilla esporádica de los nervios , sintiéndose algo estúpido por ello.

En el fondo de su corazón deseaba abrazarlo, sentir un mayor contacto que el de su hombro. Sin darse cuenta apretó un poco su agarre, volviéndolo un poco mas afectivo.

Kolja atendía a la explicación de Chromsa mientras continuaba frotándose el cuerpo, intentando quitar toda la suciedad acumulada.

-¿Entonces es algo así como una fuente de energía? ¿Un poder inmenso sin conciencia?- preguntó.

Cuando Chromsa pidió ayuda para frotarse la espalda volvió a levantar el rascados que estaba usando e hizo un arco con él, queriendo indicar que seguramente habría más por ahí.

Cuando Amira le preguntó a Luci por sus creencias se vio transportado a los principios de su cosecha, cuando habían tenido aquella charla en el salón. El daeliciano le había hablado de aquella deidad a la que llamaba el Demiurgo y le había explicado un poco como lo adoraban. No había llegado a entender todo, no sabía si tenían una iglesia que difundiese aquella creencia ni si estaba muy extendida, así que prestó atención a lo que el niño chuche tenía que decir.

La explicación que dio Chromsa sobre la Acromía sonaba en cierto modo terrorífica. Algo sin forma y sin color, la nada. Pero tenía cierto sentido para él que eso fuera lo que les esperaba tras la muerte, no era muy distinto a lo que creía él. Cuando habló de las iglesias y de cómo el ochrorio temía las consecuencias de no estar de acuerdo con ellas le miró con los ojos muy abiertos.

-¡Eso es horrible! ¿Qué derecho tienen?

Claro que había estudiosos de la filosofía y la religión en Daelicia y claro que había discusiones y conflictos pero no hasta el punto de que una autoridad se impusiese sobre las demás. Se metió en el agua para enjuagarse el jabón (aunque igual que con el pelo tendría que pasar por la ducha después para aclararse en condiciones) y se hundió hasta la nariz. El agua mantenía la temperatura perfecta, sus momentos de inseguridad se había esfumado junto con la suciedad. Luci hizo burbujas al expulsar el aire por la nariz, mirando con curiosidad la respuesta tartamuda de Adam a la explicación de Chromsa. Nunca había visto a Adam tan rojo.

-No exactamente -le respondió a Amira -Para nosotros cuando tu vida termina se termina, no hay nada más, por eso hay que disfrutarla al máximo y dedicar cada minuto a honrar la creación del Demiurgo. Nuestros cuerpos vuelven con Él a través de las bocas de los volcanes, como la arcilla al bloque. Pero no hay ninguna iglesia. Aprendemos de nuestras tradiciones de nuestros padres, del colegio, pero no hay nadie que pueda decidir por tí cómo honrar la creación del Demiurgo y desde luego nadie va a hacerte daño por estar en desacuerdo contigo, ¡eso es una barbaridad!

Luci también tenía algunas ideas que no cuadraban del todo con lo que le habían enseñado de niño y que se habían multiplicado por su estancia en la ciudad. En ese momento se dió cuenta de que no las había expresado por miedo al rechazo, tanto de sus amigos en Daelicia como de sus compañeros de torreón. Tal vez sí que había una iglesia en su mundo, pero una invisible.

Como fuera, se sentía agradecido de que el ochrorio tuviese la suficiente confianza con ellos como para contarles eso, y puede que algo de envidia.

El terrestre acababa de ver la esponja y Chromsa ya se estaba arrepintiendo de haber pedido ayuda con la espalda (y tal vez si la bañera no hubiera sido tan buena incluso de haber ido). -Bu-Bueno, pensándolo mejor...- Pero ya era tarde, Adam aceptó. -Gracias.- contestó un tanto seco por la vergüenza. Simplemente dejó espacio para que Adam estuviera cómodo e intentó no pensar en ello.

-Bu-Bueno sería u-una mezcla de ambas, por así decirlo. Es una fuerza cre-creadora a la que todo vuelve cuando muere, pero di-diría que sí tiene conciencia. Y sobre las Iglesias... Son los que más contacto tienen con la Acromía y ti-tienen el mayor poder en mi mundo. Sí que hay debates religiosos, pero con mu-muy poco pueden ejecutarte. Bueno, en realidad casi pueden ejecutarte en cualquier momento si se utiliza un vale. A-además se hace en público...-  A pesar de estar recordando algo de su mundo que no le gustaba, era incapaz de concentrarse en ello con Adam enjabonándole la espalda. Lo hacía con cierto cariño curiosamente y en realidad parecía un poco nervioso... Y entonces el ochrorio se convenció definitivamente de que aquello fue una mala idea. Antes de que nadie más pudiera darse cuenta, cruzó las piernas. Por suerte todavía no se notaba mucho. -(Esto no es normal, tengo que hablarlo con alguien. Tal vez pueda decirme que está pasando)- pensó bastante alterado.

Para evitar pensar en lo que ocurría, se centró con mucho interés en la explicación de Luci. Cuando terminó de hablar opinó: -¡Que interesante Luci! Que cada uno pueda honrar a tu dios como quiera suena curioso, aunque esa concepción de la muerte es un poco triste ¿no? Aunque al menos sirve para disfrutar más del presente.- Añadió después: -¿Y en La Tierra en que creeis?- La religión era un tema del que Chromsa querría haber podido hablar más abiertamente en su hogar, así que aquel momento era un regalo para él. Tal vez conociendo el pensamiento de otros mundos encontraría la respuesta a sus propias creencias.

Había empezado a quitarse la suciedad del cuerpo con un gel con toda la tranquilidad del mundo mientras esperaba la respuesta de Luci. Por lo visto en su mundo no había más allá, lo cual a mucha gente le hubiera parecido desolador, aunque a ella le diera igual. Como siempre, el mundo de Luci sonaba super dulce. No había reglas estrictas, y la tradición oral primaba y además dejaba libertad a la gente para seguir su religión como quisieran.

Chromsa volvió a decir algo sobre las ejecuciones, lo cual hacía el tema aún más aberrante. ¿En público? ¿Con un vale? Lo único que estaba haciendo que no comentase lo injusto que le parecía todo aquello era no querer chafar el momento y poder seguir disfrutando del baño caliente y de quitarse la mugre de encima.

—Pues…depende. Hay muchas religiones, y han cambiado con el tiempo. Antes se creía en muchos dioses, ahora… hay religiones que tienen un dios, otras que no tienen…hay muchos ejemplos. También se puede no creer en nada. En muchos países hay bastante libertad y no hay religiones oficiales, en otros las hay… Es todo muy variado. La religión también se ha usado para declarar guerras o para justificar asesinatos y actos de terrorismo, así que no es que sea todo muy bonito —podía añadir la misoginia, el racismo o la homofobia a la lista, pero no quería alargarse mucho.

En todo eso había terminado de jabonarse, mientras su cabeza daba vueltas a algo. Había intentado ignorarlo, pero Adam y Chromsa se lo ponían ligeramente difícil, y ni siquiera eran los únicos.
—Igual deberíais cortaros un poco, ¿eh? —dejó caer, lanzando una mirada a Luci. ¿Cómo podían ponerse así delante de un niño? Ella misma empezaba a estar incómoda y a sentirse violenta, y se hubiera ido a terminar de aclararse y luego a vestirse y cortarse el pelo si no hubiera sido porque no quería dejar solo a Luci con aquella panda de adolescentes salidos.