Página 1 de 2. • 1, 2
- Rocavarancolia Rol
Ochroria
12/08/12, 06:33 pm
Ochroria
Portal situado en el hemisferio sur, en una zona pantanosa a pocos kilómetros de las ciudades circundantes.
Portal situado en el hemisferio sur, en una zona pantanosa a pocos kilómetros de las ciudades circundantes.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
27/10/14, 05:24 pm
Aquella mañana Noel salió del cuchitril para reunirse con Vac con evidente entusiasmo pintado en su expresión. Por fin había llegado el día y, sabiendo que pronto iba a saciar lo que su instinto le pedía, su humor irritable parecía haberse diluido como si alguien le hubiese aplicado algún calmante a escondidas. O por arte de magia, pero aquella comparación para un rocavarancolés era como si estuviese pasada de fecha. Saludó a su hermano con efusividad y le mostró el amuleto logomántico que habían conseguido en la guarida de dama Aurora.
—No sé si lo utilizaremos, pero a caballo robado… —comentó esbozando una sonrisa sarcástica de camino hacia la explanada.
Una vez superados los trámites, cruzaron el portal y aparecieron en mitad de un vasto descampado de una tierra negra que, de no ser por lo seca que estaba, habría parecido un yacimiento de petróleo. A pesar de que estaba al tanto de lo que se iban a encontrar nada más cruzar el portal, el paisaje que los recibió enseguida recibió el calificativo de “deprimente y monótono” en su cabeza. Y si lo pensaba en realidad resultaba bastante irónico teniendo en cuenta de dónde venían, ya que había todavía menos vegetación a la vista que en aquella extensión a duras penas fértil.
—Habrá que acostumbrarse, esto es lo único que vamos a ver durante muchos kilómetros —comentó mientras echaba un vistazo a su alrededor—. Es peor que una autopista, pero por suerte aquí no hay tráfico. O si lo hay somos el vehículo más grande y pesado —añadió con jocosidad para a continuación alzar el vuelo.
El sueco decidió durante las primeras horas de viaje que Ochroria no hubiese sido un mundo factible al que recurrir con frecuencia para cazar. Lo cual era una lástima debido a las características de su población hacían a los ochrorios en una presa accesible y poco problemática de cara a cumplir con la política que Rocavarancolia mantenía en cada mundo vinculado. Por suerte, la distancia dejaría de ser un problema en cuanto consiguiesen los dispositivos de traslocación que, aunque no se podía permitir un uso intensivo de ellos debido a la gran cantidad de energía mágica que consumían, facilitarían mucho los desplazamientos cada vez que tuviesen que incursionar en algún mundo por el motivo que fuese.
Tardaron varias horas en avistar los primeros ríos, y por eso habían llevado consigo sendas cantimploras que enseguida acordaron rellenar descendiendo a la orilla sin tener que intercambiar más que un par de palabras en la que sería la primera parada del trayecto. Un pez huyó asustado serpenteando cuando el sueco introdujo su cantimplora en el agua y, mientras la llenaba, se dirigió a Vac.
—Apenas hemos visto otros animales desde el portal hasta aquí. Tal vez deberíamos pescar para comer —sugirió.
Lo cierto era que el vuelo le había abierto considerablemente el apetito y el desayuno ya había quedado muy atrás.
—No sé si lo utilizaremos, pero a caballo robado… —comentó esbozando una sonrisa sarcástica de camino hacia la explanada.
Una vez superados los trámites, cruzaron el portal y aparecieron en mitad de un vasto descampado de una tierra negra que, de no ser por lo seca que estaba, habría parecido un yacimiento de petróleo. A pesar de que estaba al tanto de lo que se iban a encontrar nada más cruzar el portal, el paisaje que los recibió enseguida recibió el calificativo de “deprimente y monótono” en su cabeza. Y si lo pensaba en realidad resultaba bastante irónico teniendo en cuenta de dónde venían, ya que había todavía menos vegetación a la vista que en aquella extensión a duras penas fértil.
—Habrá que acostumbrarse, esto es lo único que vamos a ver durante muchos kilómetros —comentó mientras echaba un vistazo a su alrededor—. Es peor que una autopista, pero por suerte aquí no hay tráfico. O si lo hay somos el vehículo más grande y pesado —añadió con jocosidad para a continuación alzar el vuelo.
El sueco decidió durante las primeras horas de viaje que Ochroria no hubiese sido un mundo factible al que recurrir con frecuencia para cazar. Lo cual era una lástima debido a las características de su población hacían a los ochrorios en una presa accesible y poco problemática de cara a cumplir con la política que Rocavarancolia mantenía en cada mundo vinculado. Por suerte, la distancia dejaría de ser un problema en cuanto consiguiesen los dispositivos de traslocación que, aunque no se podía permitir un uso intensivo de ellos debido a la gran cantidad de energía mágica que consumían, facilitarían mucho los desplazamientos cada vez que tuviesen que incursionar en algún mundo por el motivo que fuese.
Tardaron varias horas en avistar los primeros ríos, y por eso habían llevado consigo sendas cantimploras que enseguida acordaron rellenar descendiendo a la orilla sin tener que intercambiar más que un par de palabras en la que sería la primera parada del trayecto. Un pez huyó asustado serpenteando cuando el sueco introdujo su cantimplora en el agua y, mientras la llenaba, se dirigió a Vac.
—Apenas hemos visto otros animales desde el portal hasta aquí. Tal vez deberíamos pescar para comer —sugirió.
Lo cierto era que el vuelo le había abierto considerablemente el apetito y el desayuno ya había quedado muy atrás.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Ochroria
02/11/14, 05:08 pm
En cuanto Noel hubo vaciado sus reservas mágicas por completo, los dos hermanos no tardaron en empezar a planear la cacería que el hado había sugerido al draco el día que despertó. Aun no estaba recuperado del coma, pero se le notaba entusiasmado con la idea. Ochroria fue el mundo vinculado que eligieron para la pequeña excursión, pues la sociedad de alguna de sus ciudades era justo lo que necesitaban para que los planes que tenían en mente no llamaran la atención. Vac ya había estado allí antes y avisó al sueco de que el viaje iba a ser largo, por lo que tendrían que pasar un par de días fuera de Rocavarancolia. Aquello no era un problema, pero su hermano se aseguró de informarse bien sobre el planeta por su propia cuenta, lo que les vendría bien en el caso de que él no recordara alguna cosa.
Lo primero que hicieron en cuanto Noel pudo volver a valerse por si mismo fue bajar a los subterráneos a recargar un mínimo las baterías. Era una locura demasiado grande incluso para ellos moverse por allí sin magia, y por ese motivo el hado se encargó de que no le pasara nada al sueco mientras este se divertía con los hombres bestia. Aquella escaramuza aplacó un poco sus salvajes instintos, bastante acentuados al estar completamente seco, y al añadir unas cuantas visitas al Barrio Quemado pudo soportar la espera hasta el día de la incursión.
La mañana del día elegido Vac despertó descansado, algo bastante extraño dado su omnipresente insomnio. En cualquier caso aquello le animó bastante y cuando se reunió con el draco lucía la misma sonrisa entusiasta que él.
—¿... patada en los cojones? —sugirió el hado, esbozando una sonrisa burlona—. En cualquier caso tienes razón, puede sernos útil —añadió, caminando hacia la explanada junto al sueco.
Solventaron los trámites rápido y franquearon el portal, apareciendo en una tierra baldía de color negruzco. Vac ya lo había visto antes, pero su linea de pensamiento no era muy distinta a la de su hermano, y cuando esté habló se encogió de hombros riendo con resignación.
—¿Crees que nos multaran si excedemos el limite de velocidad? —preguntó, también con jocosidad, continuando la coña del draco y alzando el vuelo tras él.
Las primeras horas de vuelo fueron bastante monótonas, pero el hado ya había pasado por aquello y había venido preparado. Sacó el mp3 y estuvo escuchando música hasta que avistaron los primeros ríos, momento en que se lo guardó para bajar con su hermano a llenar las cantimploras y a intercambiar unas palabras.
—Sería lo mejor si, el panorama seguirá así hasta que empecemos a acercarnos a la primera ciudad —comentó pensativo, sumergiendo la cantimplora en la corriente y llenándola con cuidado—. Podemos preparar algo de pescado para comer —secundó con una sonrisa cuando terminó de repostar—, pero el problema es que no tenemos cañas y tu de magia andas mas bien escaso —dijo—. Tendré que hacerlo yo mientras tu preparas el fuego —concluyó riendo, repartiéndose las tareas con el sueco.
No le costó reunir una buena cantidad de pescado con la ayuda de un par de hechizo, y para cuando salió del río y se acercó a su hermano, el draco ya tenía preparada una buena fogata.
—Me parece que nos va a sobrar bastante, pero podemos aprovecharlo para la cena —le comentó al sueco mientras se acomodaba junto al fuego.
Lo primero que hicieron en cuanto Noel pudo volver a valerse por si mismo fue bajar a los subterráneos a recargar un mínimo las baterías. Era una locura demasiado grande incluso para ellos moverse por allí sin magia, y por ese motivo el hado se encargó de que no le pasara nada al sueco mientras este se divertía con los hombres bestia. Aquella escaramuza aplacó un poco sus salvajes instintos, bastante acentuados al estar completamente seco, y al añadir unas cuantas visitas al Barrio Quemado pudo soportar la espera hasta el día de la incursión.
La mañana del día elegido Vac despertó descansado, algo bastante extraño dado su omnipresente insomnio. En cualquier caso aquello le animó bastante y cuando se reunió con el draco lucía la misma sonrisa entusiasta que él.
—¿... patada en los cojones? —sugirió el hado, esbozando una sonrisa burlona—. En cualquier caso tienes razón, puede sernos útil —añadió, caminando hacia la explanada junto al sueco.
Solventaron los trámites rápido y franquearon el portal, apareciendo en una tierra baldía de color negruzco. Vac ya lo había visto antes, pero su linea de pensamiento no era muy distinta a la de su hermano, y cuando esté habló se encogió de hombros riendo con resignación.
—¿Crees que nos multaran si excedemos el limite de velocidad? —preguntó, también con jocosidad, continuando la coña del draco y alzando el vuelo tras él.
Las primeras horas de vuelo fueron bastante monótonas, pero el hado ya había pasado por aquello y había venido preparado. Sacó el mp3 y estuvo escuchando música hasta que avistaron los primeros ríos, momento en que se lo guardó para bajar con su hermano a llenar las cantimploras y a intercambiar unas palabras.
—Sería lo mejor si, el panorama seguirá así hasta que empecemos a acercarnos a la primera ciudad —comentó pensativo, sumergiendo la cantimplora en la corriente y llenándola con cuidado—. Podemos preparar algo de pescado para comer —secundó con una sonrisa cuando terminó de repostar—, pero el problema es que no tenemos cañas y tu de magia andas mas bien escaso —dijo—. Tendré que hacerlo yo mientras tu preparas el fuego —concluyó riendo, repartiéndose las tareas con el sueco.
No le costó reunir una buena cantidad de pescado con la ayuda de un par de hechizo, y para cuando salió del río y se acercó a su hermano, el draco ya tenía preparada una buena fogata.
—Me parece que nos va a sobrar bastante, pero podemos aprovecharlo para la cena —le comentó al sueco mientras se acomodaba junto al fuego.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
02/11/14, 07:39 pm
Mostró su acuerdo con el reparto de tareas que había propuesto Vac y mientras el griego se hacía con su almuerzo el sueco escaneó los alrededores y comenzó a juntar toda madera y hojas secas que se encontraba. Hubiera sido difícil hacer una fogata antes de llegar al río de todas formas ya que la proximidad de este hacía posible la proliferación de vida de la que había carecido el resto del monótono trayecto hasta allí. El draco se entretuvo tratando de prender fuego por fricción con las ramas más secas que había encontrado pero, aunque consiguió alguna llama, el resultado era demasiado modesto y siempre se apagaba antes de que tuviera tiempo para extenderse. Así pues, cuando creyó que el hado podría estar terminando, se limitó a utilizar un hechizo de fuego para que la fogata adquiriese por fin aspecto de medio adecuado para prepararse un buen almuerzo.
—Pescar con magia es el equivalente rocavarancolés a pescar con dinamita —comentó con una leve risa mientras observaba la cantidad de peces con los que se había hecho su hermano en no mucho tiempo—. Supongo que podemos anclarles un hechizo térmico para mantenerlo fresco y transportarlos en la bolsa sin fondo. Aunque también podemos dárselos de comer a algún animal salvaje y buscarnos otra cosa para la cena. Me pregunto si a una bolsa sin fondo puede pegársele el pestazo a pescado.
Mientras fingía reflexionar sobre aquella cuestión como si fuera realmente de gran relevancia, acercó las ramas que había seleccionado para clavar el pescado en ellas y su comida enseguida comenzó a tostarse lentamente.
Una vez tuvieron el estómago lleno y hubieron decidido qué hacer con el pescado sobrante, los hermanos no perdieron más tiempo y se pusieron de nuevo en marcha. Les esperaba otro largo viaje hasta que estuviesen muertos de agotamiento y decidiesen detenerse para dormir.
—A veces me gustaría tener la visión nocturna de Adara —comentó cuando ya habían alzado nuevamente el vuelo—. Cada vez nos acercamos más a las poblaciones y viajar de noche facilita ocultarse. De todas formas no creo que pase nada por darle un par de sustos al campesinado aquí y allá —rió con cierta malicia.
Sus palabras cobraron mayor sentido según el cielo comenzaba a oscurecerse, ya que a lo lejos pudieron divisar las primeras casas de una aldea asentada cerca de otro río.
>>¿Segunda parada? —inquirió señalando hacia el lugar con la cabeza.
—Pescar con magia es el equivalente rocavarancolés a pescar con dinamita —comentó con una leve risa mientras observaba la cantidad de peces con los que se había hecho su hermano en no mucho tiempo—. Supongo que podemos anclarles un hechizo térmico para mantenerlo fresco y transportarlos en la bolsa sin fondo. Aunque también podemos dárselos de comer a algún animal salvaje y buscarnos otra cosa para la cena. Me pregunto si a una bolsa sin fondo puede pegársele el pestazo a pescado.
Mientras fingía reflexionar sobre aquella cuestión como si fuera realmente de gran relevancia, acercó las ramas que había seleccionado para clavar el pescado en ellas y su comida enseguida comenzó a tostarse lentamente.
Una vez tuvieron el estómago lleno y hubieron decidido qué hacer con el pescado sobrante, los hermanos no perdieron más tiempo y se pusieron de nuevo en marcha. Les esperaba otro largo viaje hasta que estuviesen muertos de agotamiento y decidiesen detenerse para dormir.
—A veces me gustaría tener la visión nocturna de Adara —comentó cuando ya habían alzado nuevamente el vuelo—. Cada vez nos acercamos más a las poblaciones y viajar de noche facilita ocultarse. De todas formas no creo que pase nada por darle un par de sustos al campesinado aquí y allá —rió con cierta malicia.
Sus palabras cobraron mayor sentido según el cielo comenzaba a oscurecerse, ya que a lo lejos pudieron divisar las primeras casas de una aldea asentada cerca de otro río.
>>¿Segunda parada? —inquirió señalando hacia el lugar con la cabeza.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Ochroria
08/11/14, 11:40 pm
—Es algo menos ruidoso pero si, es como pescar con dinamita —comentó con una sonrisa, dándole la razón a su hermano.
Unas ramas afiladas hicieron las veces de espetos y al cabo de un rato los dos chicos estaban disfrutando del pescado asado mientras conversaban tranquilamente.
—Pues la verdad no lo se, pero diría que con un hechizo de limpieza quedaría como nueva —opinó con una sonrisa—. ¿Qué es lo peor que podría pasar? —planteó—, ¿qué el conjuro reaccionara con el de contención de la bolsa y toda la ciudad saltara por lo aires? Sería digno de ver, pero dudo que ocurra algo tan dramático. Una auténtica pena —concluyó riendo.
Al final acordaron que conservarían el pescado que había sobrado y tratarían de intercambiarlo por otro tipo de comida una vez avistaran algún pueblo. Con el amuleto logomántico del draco y el de ilusiones del hado uno de los dos podría infiltrarse sin muchos problemas. El griego sabía algo de cultura ochroria y estaba seguro de que no podría plantear un trueque en ninguna tienda debido a su obsesión con el equilibrio, pero si encontraban alguna granja cuyo dueños no fueran demasiado religiosos podrían llegar a algún tipo de acuerdo.
No tardaron en ponerse de nuevo en marcha en cuanto borraron su presencia del lugar, y después de unas largas horas de vuelo, cuando ya empezaba a anochecer, Noel señalo una pequeña aldea en la distancia.
—La próxima vez nos la podemos traer, ¿no crees? —sugirió mientras reconocían la zona antes de descender—. Seguro que ella estaría encantada de rematar a nuestros "clientes" —comentó con una media sonrisa.
No había demasiadas granjas en los alrededores, pero tuvieron suerte y hallaron una algo apartada de la aldea. Vac activó su amuleto y moldeo su aspecto hasta sustituirlo por completo por el de un ochrorio bastante alto, envuelto en una capa de viaje y con un petate al hombro.
—¿Qué tal estoy? —le preguntó a su hermano, tendiéndole la mano para que le dejara el colgante logomántico.
Una vez completado el disfraz, el griego sacó el pescado de la bolsa sin fondo y lo guardó en un saco, despidiéndose del sueco a las afueras de la granja antes de encaminarse hacia la casa principal. El recibimiento de los propietarios fue bastante suspicaz de primera mano, pero al final logró convencerlos e intercambió todo el pescado por alimentos mas variados. El trato fue beneficioso para ellos, pues la cantidad de comida que recibió el hado a cambió fue inferior, pero satisfecho con el resultado de aquella transacción Vac se despidió y abandonó el lugar. No estaba interesado en prolongar demasiado el contacto con los lugareños.
Unas ramas afiladas hicieron las veces de espetos y al cabo de un rato los dos chicos estaban disfrutando del pescado asado mientras conversaban tranquilamente.
—Pues la verdad no lo se, pero diría que con un hechizo de limpieza quedaría como nueva —opinó con una sonrisa—. ¿Qué es lo peor que podría pasar? —planteó—, ¿qué el conjuro reaccionara con el de contención de la bolsa y toda la ciudad saltara por lo aires? Sería digno de ver, pero dudo que ocurra algo tan dramático. Una auténtica pena —concluyó riendo.
Al final acordaron que conservarían el pescado que había sobrado y tratarían de intercambiarlo por otro tipo de comida una vez avistaran algún pueblo. Con el amuleto logomántico del draco y el de ilusiones del hado uno de los dos podría infiltrarse sin muchos problemas. El griego sabía algo de cultura ochroria y estaba seguro de que no podría plantear un trueque en ninguna tienda debido a su obsesión con el equilibrio, pero si encontraban alguna granja cuyo dueños no fueran demasiado religiosos podrían llegar a algún tipo de acuerdo.
No tardaron en ponerse de nuevo en marcha en cuanto borraron su presencia del lugar, y después de unas largas horas de vuelo, cuando ya empezaba a anochecer, Noel señalo una pequeña aldea en la distancia.
—La próxima vez nos la podemos traer, ¿no crees? —sugirió mientras reconocían la zona antes de descender—. Seguro que ella estaría encantada de rematar a nuestros "clientes" —comentó con una media sonrisa.
No había demasiadas granjas en los alrededores, pero tuvieron suerte y hallaron una algo apartada de la aldea. Vac activó su amuleto y moldeo su aspecto hasta sustituirlo por completo por el de un ochrorio bastante alto, envuelto en una capa de viaje y con un petate al hombro.
—¿Qué tal estoy? —le preguntó a su hermano, tendiéndole la mano para que le dejara el colgante logomántico.
Una vez completado el disfraz, el griego sacó el pescado de la bolsa sin fondo y lo guardó en un saco, despidiéndose del sueco a las afueras de la granja antes de encaminarse hacia la casa principal. El recibimiento de los propietarios fue bastante suspicaz de primera mano, pero al final logró convencerlos e intercambió todo el pescado por alimentos mas variados. El trato fue beneficioso para ellos, pues la cantidad de comida que recibió el hado a cambió fue inferior, pero satisfecho con el resultado de aquella transacción Vac se despidió y abandonó el lugar. No estaba interesado en prolongar demasiado el contacto con los lugareños.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
09/11/14, 01:38 am
—Como un mercader sacado de algún videojuego en el que hay toda clase de especies antropomórficas —respondió mientras le tendía a su hermano el amuleto logomántico que le permitiría completar su “disfraz”.
Noel volvió a dedicarse a la tarea de recoger ramas y hojas secas para el pequeño campamento nocturno que consistiría principalmente de una hoguera en la que hacer los posibles alimentos crudos que Vac intercambiase por el pescado y para cuando el hado regresó el sueco ya había reunido material suficiente, aunque no la encendió enseguida ya que no sabía si iban a cenar inmediatamente. Además de eso se había ocupado de buscar un lugar en el que pudieran pasar la noche sin riesgo a que los encontrasen mientras dormían y cundiese el pánico en el pueblo. No creía que Rocavarancolia fuese a ver con buenos ojos que tuviesen que deshacerse de toda una aldea y el draco no pensaba rellenar sus reservas de magia para agotarlas inmediatamente en borrarles la memoria.
Así pues, el sueco esperaba al hado cerca de la orilla del río que abastecía a la aldea, en un punto bastante alejado de las viviendas. Cuando el griego llegó a su altura, Noel arrastraba un tronco caído de cierta envergadura que había encontrado explorando los alrededores, en proceso de colocarlo cerca del montón de leña dispuesto para la pira, a modo de asiento.
—¿Has ganado muchos puntos de carisma con la transacción? —bromeó antes de preguntar qué había conseguido.
La cena iba a ser mucho más variada que la comida y probablemente podrían guardar algo para el desayuno. Entre los dos buscaron los palos en los que clavar esta vez la carne, la cual recordaba a un pollo, y poco después las cenas de ambos se tostaban junto al fuego.
—Si salimos temprano deberíamos llegar a media mañana a la ciudad —comentó mientras cenaban—. Tengo curiosidad por los tonos de los ochrorios, nunca vine de cacería a este planeta. En realidad solo conozco bien las cuerdas vocales de los varmanos y los nublinos, son los únicos mundos que he visitado hasta ahora para reponer mis reservas. Aunque los mejores chillidos que he oído nunca son los de los frivy’s, tal vez porque es un cambio agradable cuando no abren la boca para cargarse la gramática. Aquel mercader tenía varios esclavos frivy’s… Ya sabes, el que matamos en nuestro primer encuentro con los de Gar.
Noel hizo una pausa en su parloteo, como solía hacer siempre que pronunciaba aquel nombre. Sin embargo aquella vez el rostro que durante un instante reflejó seriedad no se tornó en un ademán de rabia como había sido desde hacía dos salidas de Luna. En su lugar, una sonrisa se abrió paso, adquiriendo un matiz satisfecho difícil de pasar por alto.
>>En realidad los mejores gritos que he oído nunca son los de Verkan justo antes de que le fuese imposible seguir emitiendo sonido alguno por un pequeño desacuerdo entre su cuello y mi hacha. Pero justo antes fue cuando… —La sonrisa volvió a desaparecer de su expresión, pero el draco sacudió ligeramente la cabeza. No tenía muchas ganas de recordar el motivo por el que estaban allí—. ¿Tú tienes alguna preferencia o todas las lágrimas saben igual? —añadió al cabo de unos segundos, curioso. Su hermano si había tenido presas más variadas que él y tal vez él si tuviese una preferencia clara.
Noel volvió a dedicarse a la tarea de recoger ramas y hojas secas para el pequeño campamento nocturno que consistiría principalmente de una hoguera en la que hacer los posibles alimentos crudos que Vac intercambiase por el pescado y para cuando el hado regresó el sueco ya había reunido material suficiente, aunque no la encendió enseguida ya que no sabía si iban a cenar inmediatamente. Además de eso se había ocupado de buscar un lugar en el que pudieran pasar la noche sin riesgo a que los encontrasen mientras dormían y cundiese el pánico en el pueblo. No creía que Rocavarancolia fuese a ver con buenos ojos que tuviesen que deshacerse de toda una aldea y el draco no pensaba rellenar sus reservas de magia para agotarlas inmediatamente en borrarles la memoria.
Así pues, el sueco esperaba al hado cerca de la orilla del río que abastecía a la aldea, en un punto bastante alejado de las viviendas. Cuando el griego llegó a su altura, Noel arrastraba un tronco caído de cierta envergadura que había encontrado explorando los alrededores, en proceso de colocarlo cerca del montón de leña dispuesto para la pira, a modo de asiento.
—¿Has ganado muchos puntos de carisma con la transacción? —bromeó antes de preguntar qué había conseguido.
La cena iba a ser mucho más variada que la comida y probablemente podrían guardar algo para el desayuno. Entre los dos buscaron los palos en los que clavar esta vez la carne, la cual recordaba a un pollo, y poco después las cenas de ambos se tostaban junto al fuego.
—Si salimos temprano deberíamos llegar a media mañana a la ciudad —comentó mientras cenaban—. Tengo curiosidad por los tonos de los ochrorios, nunca vine de cacería a este planeta. En realidad solo conozco bien las cuerdas vocales de los varmanos y los nublinos, son los únicos mundos que he visitado hasta ahora para reponer mis reservas. Aunque los mejores chillidos que he oído nunca son los de los frivy’s, tal vez porque es un cambio agradable cuando no abren la boca para cargarse la gramática. Aquel mercader tenía varios esclavos frivy’s… Ya sabes, el que matamos en nuestro primer encuentro con los de Gar.
Noel hizo una pausa en su parloteo, como solía hacer siempre que pronunciaba aquel nombre. Sin embargo aquella vez el rostro que durante un instante reflejó seriedad no se tornó en un ademán de rabia como había sido desde hacía dos salidas de Luna. En su lugar, una sonrisa se abrió paso, adquiriendo un matiz satisfecho difícil de pasar por alto.
>>En realidad los mejores gritos que he oído nunca son los de Verkan justo antes de que le fuese imposible seguir emitiendo sonido alguno por un pequeño desacuerdo entre su cuello y mi hacha. Pero justo antes fue cuando… —La sonrisa volvió a desaparecer de su expresión, pero el draco sacudió ligeramente la cabeza. No tenía muchas ganas de recordar el motivo por el que estaban allí—. ¿Tú tienes alguna preferencia o todas las lágrimas saben igual? —añadió al cabo de unos segundos, curioso. Su hermano si había tenido presas más variadas que él y tal vez él si tuviese una preferencia clara.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Ochroria
27/11/14, 01:43 am
Vac encontró a Noel en la orilla del rió, en un recodo bastante alejado de las viviendas cercanas para que no les detectaran mientras dormían. El sueco arrastraba en ese momento un tronco grueso que les haría las veces de asiento durante la cena, pero se percató enseguida de su presencia y le recibió con una sonrisa y una pregunta.
—Seguro que si, apostaría a que la hija del granjero me puso ojitos y todo —bromeó a su vez, desvaneciendo su disfraz y devolviéndole el amuleto logomántico a su hermano con una sonrisa igual de amplia—. Pero realmente no ha sido difícil, en puntos tan alejados de las ciudades grandes los lugareños son bastante mas flexibles en lo que a su religión se refiere, y no se privan de un intercambio beneficioso para ellos si se les presenta la oportunidad —comentó, ayudando al sueco a buscar ramas en las que ensartar la carne—. No ha sido un trato justo para nosotros por tema de cantidades, pero no importa, tampoco es que necesitemos mucho mas esta noche —rió. Poco después la cena de ambos se asaba junto al fuego.
El hado escuchó parlotear a su hermano con una media sonrisa, cortando trozos de carne de su ración con el cuchillo y masticando sin demasiadas prisas. Era bueno verle tan animado, pues aunque la amenaza de Gar había dejado de pender sobre sus cabezas, el pasar tanto tiempo con sus reservas a cero había hecho mella en su humor. Vac lo comprendía, a fin de cuentas su naturaleza era muy similar, y por ese motivo entendía lo irritable que había estado Noel de un tiempo a está parte. Necesitaba aquello que habían venido a hacer, era una faceta de si mismo que tenía que satisfacer, y si no lo hacía su "hambre" de gritos le terminaría volviendo loco.
El chico interrumpió su monólogo cuando menciono a los de Gar, y durante unos segundos su hermano le observó detenidamente algo preocupado. La expresión que acudió a su rostro, sin embargo, fue de satisfacción, y las palabras que dijo a continuación reflejaban ese sentimiento. La muerte de Verkan evocaba otros recuerdos de forma inevitable, pero Noel sacudió la cabeza y desvió la conversación hábilmente.
—Hmm—murmuró pensativo, lamiendo la grasa de unos de sus dedos mientras sopesaba su respuesta—. Para la mayoría las lágrimas solo son un líquido ligeramente salado, pero es cierto que para mí saben a algo mas, aunque no sabría explicar muy bien a que. Puedo distinguir las de un ochrorio de las de un varmano perfectamente, y tengo unas preferidas, si, pero para mi desgracia me están vetadas desde hace mas de un año —aclaró con una sonrisa resignada—. ¿Sabías que hacer llorar a alguien que no siente dolor es bastante gratificante? No deja de ser una tarea ardua, pero si el esfuerzo es grande la recompensa está a la par, y por eso las lágrimas libenses son las mas "dulces" —sentenció—. Al menos para mí, es muy posible que mi primo drogadicto tenga gustos diferentes.
—Seguro que si, apostaría a que la hija del granjero me puso ojitos y todo —bromeó a su vez, desvaneciendo su disfraz y devolviéndole el amuleto logomántico a su hermano con una sonrisa igual de amplia—. Pero realmente no ha sido difícil, en puntos tan alejados de las ciudades grandes los lugareños son bastante mas flexibles en lo que a su religión se refiere, y no se privan de un intercambio beneficioso para ellos si se les presenta la oportunidad —comentó, ayudando al sueco a buscar ramas en las que ensartar la carne—. No ha sido un trato justo para nosotros por tema de cantidades, pero no importa, tampoco es que necesitemos mucho mas esta noche —rió. Poco después la cena de ambos se asaba junto al fuego.
El hado escuchó parlotear a su hermano con una media sonrisa, cortando trozos de carne de su ración con el cuchillo y masticando sin demasiadas prisas. Era bueno verle tan animado, pues aunque la amenaza de Gar había dejado de pender sobre sus cabezas, el pasar tanto tiempo con sus reservas a cero había hecho mella en su humor. Vac lo comprendía, a fin de cuentas su naturaleza era muy similar, y por ese motivo entendía lo irritable que había estado Noel de un tiempo a está parte. Necesitaba aquello que habían venido a hacer, era una faceta de si mismo que tenía que satisfacer, y si no lo hacía su "hambre" de gritos le terminaría volviendo loco.
El chico interrumpió su monólogo cuando menciono a los de Gar, y durante unos segundos su hermano le observó detenidamente algo preocupado. La expresión que acudió a su rostro, sin embargo, fue de satisfacción, y las palabras que dijo a continuación reflejaban ese sentimiento. La muerte de Verkan evocaba otros recuerdos de forma inevitable, pero Noel sacudió la cabeza y desvió la conversación hábilmente.
—Hmm—murmuró pensativo, lamiendo la grasa de unos de sus dedos mientras sopesaba su respuesta—. Para la mayoría las lágrimas solo son un líquido ligeramente salado, pero es cierto que para mí saben a algo mas, aunque no sabría explicar muy bien a que. Puedo distinguir las de un ochrorio de las de un varmano perfectamente, y tengo unas preferidas, si, pero para mi desgracia me están vetadas desde hace mas de un año —aclaró con una sonrisa resignada—. ¿Sabías que hacer llorar a alguien que no siente dolor es bastante gratificante? No deja de ser una tarea ardua, pero si el esfuerzo es grande la recompensa está a la par, y por eso las lágrimas libenses son las mas "dulces" —sentenció—. Al menos para mí, es muy posible que mi primo drogadicto tenga gustos diferentes.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
30/11/14, 05:36 am
—A ellos seguro que les costó mucho más obtener estos alimentos que a ti el pescado, así que no sé yo si saldrán perdiendo en el fondo —ironizó tras escuchar la explicación de su hermano acerca de cómo le había ido con el trueque—. Creo que te desaconsejo a una ochroria incluso si es terrateniente. Están un poco pirados los hombres nutria estos —añadió sonriendo ampliamente. Lo que habían ido a hacer ellos allí cualquiera lo catalogaría como algo peor que las ejecuciones de la vida cotidiana en aquella sociedad. Y ambos lo sabían.
Atendió a continuación a la respuesta que le ofreció el hado a su pregunta, inesperadamente más elaborada de lo que había supuesto en un principio, con interés.
—Ya veo… Sin duda tiene sentido. En una ocasión le dije a Karime que no me caían bien los libenses porque no sienten dolor, pero no lo había pensado desde esa perspectiva. —Esbozó una sonrisa maliciosa mientras se mesaba la barba—. Habría que ser más “visual” en el proceso para arrancarles gritos de calidad y eso no está mal de vez en cuando. —Su expresión cambió a una más ceñuda y resopló—. Estúpida alianza. No genera más que disgustos.
Continuaron charlando durante un tiempo tras haber terminado de cenar, hasta que decidieron que lo mejor sería echarse a dormir, y para ello extendieron sobre el suelo las pieles que iban a hacerles las veces de colchón y manta para pasar la noche. El sueco sugirió instalar un cordel de alarma por si alguien se acercaba y los veía mientras dormían. Por suerte el estar tapados impediría que distinguiesen los detalles de su naturaleza monstruosa desde lejos: no quería agrandar tanto el perímetro cubierto de forma que cualquier animalillo provocase la activación de la alarma, despertándolos constantemente durante las horas de sueño que iban a necesitar.
El cordel permaneció toda la noche colocado sin activarse, no obstante, y en cuanto desayunaron algunas de las sobras de anoche lo desmantelaron e iniciaron el vuelo hacia el que era, por fin, su destino. Merante y Cyra se encontraban más o menos equidistantes del portal, pero se dirigían a la primera tras haberlo decidido aleatoriamente. Por suerte podían sacar una cantidad decente de magia con un número muy bajo de presas si las “economizaban” bien, pues Rocavarancolia no permitía la caza libre en la sociedad eclesiástica y la atea, para la cual las restricciones eran mínimas, se asentaba en el sur, lo que implicaba prolongar el viaje de forma excesiva y, por tanto, inviable para los hermanos sin contar con la traslocación.
Varias horas de vuelo y una parada para comer precedieron a su ansiada llegada a los alrededores de la ciudad. A lo lejos ya se vislumbraban los numerosos edificios pertenecientes a la compacta arquitectura ochroria y los numerosos canales que otorgaban al conjunto una extraña reminiscencia de Estocolmo, la única ciudad con canales que el draco había visitado antes, a pesar de que las diferencias iban bastante más allá de que la gente que caminaba por la calle tenía narices planas y orejas diminutas.
Aterrizaron a una distancia prudencial de la ciudad y el sueco permaneció observando la urbe en la distancia mientras la impaciencia comenzaba a apoderarse de él y su cola se movía exteriorizando su agitación de forma representativa. Pero todavía no podían, era plena luz del día y además solo disponían de un amuleto ilusorio. Tenían que esperar pacientemente, aunque el sueco dudaba poder realizar tal hazaña, a que se hiciese de noche. Se distrajeron buscando el lugar más idóneo al que llevar a las víctimas, no obstante. Aquella zona era más boscosa que lo que habían visto hasta el momento, contrastando completamente con la absoluta desolación que hacia el sur abarcaba hasta donde alcanzaba la vista, y por ello en la oscuridad no sería difícil mantener sus acciones ajenas a la población de la ciudad.
Cayó la noche y el cielo nocturno era toda la señal que necesitaban para ponerse en marcha. Un corto vuelo y unos pasos los adentraron, por fin, en las calles de Merante donde, a aquellas horas de la noche, la principal fuente de sonido provenía de las aguas de los canales. Los pasos de sus botas resonaban contra el empedrado de las calles que, si los ochrorios supieran de la presencia de dos monstruos y cuál era la naturaleza exacta de su visita, sin duda lo asociarían con alguna clase de advertencia ominosa.
El sueco siguió al hado, quien sabía cómo moverse por aquella ciudad y dónde podrían encontrar a algún incauto rezagado y no tardaron en dar con el primer objetivo. Un ochrorio caminaba solo unos metros por delante de ellos. Noel conjuró un hechizo de parálisis en silencio y apuntó hacia la espalda de la presa, que se detuvo al instante totalmente incapaz de moverse o de articular palabra. A continuación le lanzó un hechizo de levitación y lo desplazó hacia un callejón cercano, cruzando una breve mirada con los aterrorizados ojos de su presa, que le hizo esbozar una leve sonrisa maliciosa.
Atendió a continuación a la respuesta que le ofreció el hado a su pregunta, inesperadamente más elaborada de lo que había supuesto en un principio, con interés.
—Ya veo… Sin duda tiene sentido. En una ocasión le dije a Karime que no me caían bien los libenses porque no sienten dolor, pero no lo había pensado desde esa perspectiva. —Esbozó una sonrisa maliciosa mientras se mesaba la barba—. Habría que ser más “visual” en el proceso para arrancarles gritos de calidad y eso no está mal de vez en cuando. —Su expresión cambió a una más ceñuda y resopló—. Estúpida alianza. No genera más que disgustos.
Continuaron charlando durante un tiempo tras haber terminado de cenar, hasta que decidieron que lo mejor sería echarse a dormir, y para ello extendieron sobre el suelo las pieles que iban a hacerles las veces de colchón y manta para pasar la noche. El sueco sugirió instalar un cordel de alarma por si alguien se acercaba y los veía mientras dormían. Por suerte el estar tapados impediría que distinguiesen los detalles de su naturaleza monstruosa desde lejos: no quería agrandar tanto el perímetro cubierto de forma que cualquier animalillo provocase la activación de la alarma, despertándolos constantemente durante las horas de sueño que iban a necesitar.
El cordel permaneció toda la noche colocado sin activarse, no obstante, y en cuanto desayunaron algunas de las sobras de anoche lo desmantelaron e iniciaron el vuelo hacia el que era, por fin, su destino. Merante y Cyra se encontraban más o menos equidistantes del portal, pero se dirigían a la primera tras haberlo decidido aleatoriamente. Por suerte podían sacar una cantidad decente de magia con un número muy bajo de presas si las “economizaban” bien, pues Rocavarancolia no permitía la caza libre en la sociedad eclesiástica y la atea, para la cual las restricciones eran mínimas, se asentaba en el sur, lo que implicaba prolongar el viaje de forma excesiva y, por tanto, inviable para los hermanos sin contar con la traslocación.
Varias horas de vuelo y una parada para comer precedieron a su ansiada llegada a los alrededores de la ciudad. A lo lejos ya se vislumbraban los numerosos edificios pertenecientes a la compacta arquitectura ochroria y los numerosos canales que otorgaban al conjunto una extraña reminiscencia de Estocolmo, la única ciudad con canales que el draco había visitado antes, a pesar de que las diferencias iban bastante más allá de que la gente que caminaba por la calle tenía narices planas y orejas diminutas.
Aterrizaron a una distancia prudencial de la ciudad y el sueco permaneció observando la urbe en la distancia mientras la impaciencia comenzaba a apoderarse de él y su cola se movía exteriorizando su agitación de forma representativa. Pero todavía no podían, era plena luz del día y además solo disponían de un amuleto ilusorio. Tenían que esperar pacientemente, aunque el sueco dudaba poder realizar tal hazaña, a que se hiciese de noche. Se distrajeron buscando el lugar más idóneo al que llevar a las víctimas, no obstante. Aquella zona era más boscosa que lo que habían visto hasta el momento, contrastando completamente con la absoluta desolación que hacia el sur abarcaba hasta donde alcanzaba la vista, y por ello en la oscuridad no sería difícil mantener sus acciones ajenas a la población de la ciudad.
Cayó la noche y el cielo nocturno era toda la señal que necesitaban para ponerse en marcha. Un corto vuelo y unos pasos los adentraron, por fin, en las calles de Merante donde, a aquellas horas de la noche, la principal fuente de sonido provenía de las aguas de los canales. Los pasos de sus botas resonaban contra el empedrado de las calles que, si los ochrorios supieran de la presencia de dos monstruos y cuál era la naturaleza exacta de su visita, sin duda lo asociarían con alguna clase de advertencia ominosa.
El sueco siguió al hado, quien sabía cómo moverse por aquella ciudad y dónde podrían encontrar a algún incauto rezagado y no tardaron en dar con el primer objetivo. Un ochrorio caminaba solo unos metros por delante de ellos. Noel conjuró un hechizo de parálisis en silencio y apuntó hacia la espalda de la presa, que se detuvo al instante totalmente incapaz de moverse o de articular palabra. A continuación le lanzó un hechizo de levitación y lo desplazó hacia un callejón cercano, cruzando una breve mirada con los aterrorizados ojos de su presa, que le hizo esbozar una leve sonrisa maliciosa.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Ochroria
31/12/14, 03:47 am
Vac continuó conversando con su hermano un rato aun después de terminar la cena, pero como al día siguiente tenían que madrugar, no tardaron en irse a dormir. Extendieron las pieles que les servirían de cama junto a los rescoldos del fuego y, tras escuchar la sugerencia del draco, el hado instaló un cordel de alarma en torno al campamento para prevenir cualquier intrusión. Era poco probable que alguien los molestara, pero no estaba de mas ser precavidos.
Amanecieron descansados y bastante impacientes, desayunaron los restos de la cena, y una vez hubieron desmantelado el campamento los dos monstruos alzaron el vuelo y pusieron rumbo hacía Merante, la ciudad que habían escogido como escenario de sus inmorales intenciones. El viaje duró unas cuantas horas mas, con una pequeña parada para comer, y poco después de media tarde los hermanos alcanzaron su destino.
El griego ya había estado allí y podía asegurar que la ciudad llena de canales era una bonita estampa, pero sus pensamientos presentaban tintes mas oscuros en aquel momento, ideando ya las divertidas y retorcidas desgracias que le sucederían a algún incauto aquella noche. Era cierto que su nerviosismo no era comparable al del sueco, pues este estaba prácticamente seco de magia en comparación, pero compartía con el la impaciencia, y mataron las horas que quedaban hasta el anochecer buscando un lugar adecuado para lo que habían venido a hacer.
Aquella zona era muy boscosa, lo que contrastaba con el paisaje que les había acompañado desde que atravesaran el portal, y los grandes árboles eran una cobertura mas que suficiente para que nadie les detectara desde la ciudad. Un claro en lo profundo del bosque fue el lugar que escogieron, e invirtieron el resto de la tarde en asegurarse de que nadie les interrumpiera por la noche. Peinaron los alrededores buscando minuciosamente cualquier camino que pasara cerca, y al no encontrar ninguno terminaron de decidirse.
Cuando llegó la noche y los sonidos nocturnos sustituyeron a los que llegaban durante el día desde la ciudad, el draco y el hado se pusieron en marcha, adentrándose en las calles de Merante tras un corto vuelo. Vac, que sabía moverse por aquel lugar, guió a Noel por los callejones buscando alguna presa apropiada, y al cabo de unos minutos dieron con el primer incauto que harían desaparecer aquella noche. Fue el sueco el que se encargó de paralizarlo y ocultarlo a la vista mientras el griego, que no perdía el tiempo, empezaba a buscar al siguiente.
Cuando los dos monstruos se perdieron de nuevo en la oscuridad de la que habían surgido iban algo mas cargados, pues tres camas de la ciudad que dejaban a su espalda se habían quedado sin dueño.
Amanecieron descansados y bastante impacientes, desayunaron los restos de la cena, y una vez hubieron desmantelado el campamento los dos monstruos alzaron el vuelo y pusieron rumbo hacía Merante, la ciudad que habían escogido como escenario de sus inmorales intenciones. El viaje duró unas cuantas horas mas, con una pequeña parada para comer, y poco después de media tarde los hermanos alcanzaron su destino.
El griego ya había estado allí y podía asegurar que la ciudad llena de canales era una bonita estampa, pero sus pensamientos presentaban tintes mas oscuros en aquel momento, ideando ya las divertidas y retorcidas desgracias que le sucederían a algún incauto aquella noche. Era cierto que su nerviosismo no era comparable al del sueco, pues este estaba prácticamente seco de magia en comparación, pero compartía con el la impaciencia, y mataron las horas que quedaban hasta el anochecer buscando un lugar adecuado para lo que habían venido a hacer.
Aquella zona era muy boscosa, lo que contrastaba con el paisaje que les había acompañado desde que atravesaran el portal, y los grandes árboles eran una cobertura mas que suficiente para que nadie les detectara desde la ciudad. Un claro en lo profundo del bosque fue el lugar que escogieron, e invirtieron el resto de la tarde en asegurarse de que nadie les interrumpiera por la noche. Peinaron los alrededores buscando minuciosamente cualquier camino que pasara cerca, y al no encontrar ninguno terminaron de decidirse.
Cuando llegó la noche y los sonidos nocturnos sustituyeron a los que llegaban durante el día desde la ciudad, el draco y el hado se pusieron en marcha, adentrándose en las calles de Merante tras un corto vuelo. Vac, que sabía moverse por aquel lugar, guió a Noel por los callejones buscando alguna presa apropiada, y al cabo de unos minutos dieron con el primer incauto que harían desaparecer aquella noche. Fue el sueco el que se encargó de paralizarlo y ocultarlo a la vista mientras el griego, que no perdía el tiempo, empezaba a buscar al siguiente.
Cuando los dos monstruos se perdieron de nuevo en la oscuridad de la que habían surgido iban algo mas cargados, pues tres camas de la ciudad que dejaban a su espalda se habían quedado sin dueño.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
04/01/15, 10:47 pm
El secuestro se completó rápida y eficientemente. Dos sombras acompañadas de tres cuerpos inmóviles y flotantes se alejaron de las tranquilas calles de Merante sin ser vistas. Todo había sido llevado a cabo en el más absoluto silencio y las alarmas no se dispararían hasta que los que estuviesen esperando a aquellos tres incautos sospechasen que algo no iba bien. Pero para cuando los encontrasen iba a ser demasiado tarde para todo: para ellos mismos, para quienes los buscasen y para los sedientos de venganza.
Noel podía leer la desesperación en su mirada mientras los dejaban en el suelo y les mostró una amplia sonrisa perversa antes de comenzar a ayudar a Vac a modificar las condiciones del sortilegio de parálisis para devolverles la movilidad en el cuello y la cabeza. Por supuesto, ambos necesitaban esa parte del cuerpo perfectamente funcional. Uno de ellos empezó a parlotear sin que pudiesen entenderlo, ya que ninguno estaba haciendo uso del amuleto logomántico, pero sonaba tan alterado como asustado. Otro murmuraba para sí, probablemente rezándole a la Acromía o lo que fuese a que le pidiesen la salvación aquellos fanáticos. El tercero tan solo los observaba con una expresión de terror absoluto, mudo debido al probable ataque de pánico que se debía haber desatado en su interior. El sueco jugueteaba con el amuleto entre sus dedos, en el interior de uno de sus bolsillos, y finalmente se decidió a sacarlo y activarlo. Ignoró por completo las súplicas, los insultos y las plegarias para imponer su voz sobre la de sus víctimas
—Callaos ya y reservad vuestras cuerdas vocales para gritar.
No añadió nada más ni esperó una respuesta Simplemente desactivó el amuleto sin intención de volver a utilizarlo. El lenguaje de los gritos era universal.
No hubo necesidad de que intercambiasen palabras para ejecutar la acción que desencadenaría el tormento en la forma más literal de la expresión. Partieron las piernas de las victimas mecánicamente y sin piedad, pudiendo obtener así el draco los primeros gritos de dolor. Tras haberles inutilizado sus extremidades inferiores eliminaron los hechizos de parálisis por completo, ya no eran necesarios y, al menos el sueco, encontraba un pequeño placer retorcido en que expresasen su sufrimiento con sus gestos de dolor y desesperación. Para que Vac pudiese obtener las primeras lágrimas hacía falta más o valerse de algo más específico, pero esa tarea se la dejaría íntegramente a su hermano ya que era el único modo de que el hado obtuviese una recarga eficiente. De todas formas el que estaba completamente vacío y necesitado de aquello era él.
Y por eso lo disfrutó desde el primer sonido lastimero que arrancó de sus miserables gargantas. Después de imposibilitarles emprender la huida, se ensañó con los oídos de uno de ellos. Utilizó un sortilegio de amplificación sensorial sobre el conducto auditivo de su víctima y dejó caer una de las plumas de sus antebrazos para clavarla en la cavidad con fuerza. Privar parcialmente de los sentidos a las víctimas las sumía aún más en la desesperación: embotar sus sentidos pero no arrebatárselos por completo, de tal forma que el dolor no fuese la única fuente de su horror, volviéndolo así todavía más absoluto y desgarrador. Su siguiente acción no iría destinada a ello, por ahora prefería que conservase la vista por completo. Eran detalles que había aprendido con la experiencia a lo largo de los años de su existencia como draco de Estínfalo. A base de practicar el brutal y ominoso arte de causar daño. Arrancó de un brusco tirón un matojo de cabello del ochrorio, llevándose por delante cachos de cuero cabelludo y provocando un continuo reguero de sangre que caía a chorros sobre el rostro desencajado de la presa.
Noel podía leer la desesperación en su mirada mientras los dejaban en el suelo y les mostró una amplia sonrisa perversa antes de comenzar a ayudar a Vac a modificar las condiciones del sortilegio de parálisis para devolverles la movilidad en el cuello y la cabeza. Por supuesto, ambos necesitaban esa parte del cuerpo perfectamente funcional. Uno de ellos empezó a parlotear sin que pudiesen entenderlo, ya que ninguno estaba haciendo uso del amuleto logomántico, pero sonaba tan alterado como asustado. Otro murmuraba para sí, probablemente rezándole a la Acromía o lo que fuese a que le pidiesen la salvación aquellos fanáticos. El tercero tan solo los observaba con una expresión de terror absoluto, mudo debido al probable ataque de pánico que se debía haber desatado en su interior. El sueco jugueteaba con el amuleto entre sus dedos, en el interior de uno de sus bolsillos, y finalmente se decidió a sacarlo y activarlo. Ignoró por completo las súplicas, los insultos y las plegarias para imponer su voz sobre la de sus víctimas
—Callaos ya y reservad vuestras cuerdas vocales para gritar.
No añadió nada más ni esperó una respuesta Simplemente desactivó el amuleto sin intención de volver a utilizarlo. El lenguaje de los gritos era universal.
No hubo necesidad de que intercambiasen palabras para ejecutar la acción que desencadenaría el tormento en la forma más literal de la expresión. Partieron las piernas de las victimas mecánicamente y sin piedad, pudiendo obtener así el draco los primeros gritos de dolor. Tras haberles inutilizado sus extremidades inferiores eliminaron los hechizos de parálisis por completo, ya no eran necesarios y, al menos el sueco, encontraba un pequeño placer retorcido en que expresasen su sufrimiento con sus gestos de dolor y desesperación. Para que Vac pudiese obtener las primeras lágrimas hacía falta más o valerse de algo más específico, pero esa tarea se la dejaría íntegramente a su hermano ya que era el único modo de que el hado obtuviese una recarga eficiente. De todas formas el que estaba completamente vacío y necesitado de aquello era él.
Y por eso lo disfrutó desde el primer sonido lastimero que arrancó de sus miserables gargantas. Después de imposibilitarles emprender la huida, se ensañó con los oídos de uno de ellos. Utilizó un sortilegio de amplificación sensorial sobre el conducto auditivo de su víctima y dejó caer una de las plumas de sus antebrazos para clavarla en la cavidad con fuerza. Privar parcialmente de los sentidos a las víctimas las sumía aún más en la desesperación: embotar sus sentidos pero no arrebatárselos por completo, de tal forma que el dolor no fuese la única fuente de su horror, volviéndolo así todavía más absoluto y desgarrador. Su siguiente acción no iría destinada a ello, por ahora prefería que conservase la vista por completo. Eran detalles que había aprendido con la experiencia a lo largo de los años de su existencia como draco de Estínfalo. A base de practicar el brutal y ominoso arte de causar daño. Arrancó de un brusco tirón un matojo de cabello del ochrorio, llevándose por delante cachos de cuero cabelludo y provocando un continuo reguero de sangre que caía a chorros sobre el rostro desencajado de la presa.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Ochroria
16/01/15, 01:25 am
Para los dos hermanos partir un par de piernas era una tarea sencilla, y los gritos que emitían los dueños de las mismas era un pago mas que satisfactorio. Para el hado, que no obtenía ningun tipo de recarga mágica al provocarlos, no eran mas que el anticipo de los posteriores llantos, pero no dejaban de deleitar el lado mas sádico de su personalidad. Ver a sus víctimas retorcerse patéticamente era otro aliciente, pero lo terrible aun no había empezado, y con una sonrisa siniestra el hado se acercó al que sería su juguete aquella noche.
Hacía tiempo que había dejado de resultarle difícil provocar dolor a las personas, y dicho tiempo lo había convertido en un maestro del arte. Conocía inumerables torturas, tanto físicas como mentales, y todas ellas habían nacido de mentes mas retorcidas que la suya. Algunas estaban pensadas para consumir la cordura de las víctimas y otras para drenar su fuerza vital, las mas burdas acababan siempre en auténticas carniceras y las mas sofisticadas solo dejaban detrás un cascarón vacío. Todas sin excepción eran sumamente desagradables. En casos como aquel, en los que no se sentía excesivamente creativo, el griego solía recurrir a una de las mas simples y primitivas, una auténtica oda al dolor ajeno.
Con movimientos mecánicos Vac trazó un potente hechizo de constricción en torno a la mano derecha de su víctima hasta que esta cedió a la enorme presión, deshaciéndose con un sonoro chasquido en una masa sanguinolenta de carne hinchada y huesos astillados. Los gritos del ochrorio inundaron el claro rivalizando con los que Noel le había arrancado a su congénere, y mientras el hombre-nutria se retorcía sobre la hierba sujetándose con fuerza la muñeca de la mano arruinada, las lágrimas empezaron a empapar su rostro.
Un segundo hechizo empezó a reunir los frutos del llanto del desgraciado en una esfera flotante, pero no eran suficientes y, con una mueca siniestra, el griego pasó al antebrazo del susodicho, llenando el claro de sonoros crujidos. Iba a ser una noche muy larga.
Hacía tiempo que había dejado de resultarle difícil provocar dolor a las personas, y dicho tiempo lo había convertido en un maestro del arte. Conocía inumerables torturas, tanto físicas como mentales, y todas ellas habían nacido de mentes mas retorcidas que la suya. Algunas estaban pensadas para consumir la cordura de las víctimas y otras para drenar su fuerza vital, las mas burdas acababan siempre en auténticas carniceras y las mas sofisticadas solo dejaban detrás un cascarón vacío. Todas sin excepción eran sumamente desagradables. En casos como aquel, en los que no se sentía excesivamente creativo, el griego solía recurrir a una de las mas simples y primitivas, una auténtica oda al dolor ajeno.
Con movimientos mecánicos Vac trazó un potente hechizo de constricción en torno a la mano derecha de su víctima hasta que esta cedió a la enorme presión, deshaciéndose con un sonoro chasquido en una masa sanguinolenta de carne hinchada y huesos astillados. Los gritos del ochrorio inundaron el claro rivalizando con los que Noel le había arrancado a su congénere, y mientras el hombre-nutria se retorcía sobre la hierba sujetándose con fuerza la muñeca de la mano arruinada, las lágrimas empezaron a empapar su rostro.
Un segundo hechizo empezó a reunir los frutos del llanto del desgraciado en una esfera flotante, pero no eran suficientes y, con una mueca siniestra, el griego pasó al antebrazo del susodicho, llenando el claro de sonoros crujidos. Iba a ser una noche muy larga.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ochroria
18/01/15, 03:25 am
Los gritos que Vac arrancaba sin piedad al segundo ochrorio eran sin duda tentadores, pero aquel método hacía perder mucha sangre a la presa y el draco los necesitaba vivos y conscientes durante bastante tiempo para poder rellenar sus reservas completamente vacías y, por descontado, pensaba utilizar magia en cantidades muy reducidas. Su hermano necesitaba ser más contundente de base debido a que de otro modo las lágrimas eran un premio más costoso de obtener, pero Noel pensaba prolongar lo máximo posible la agonía de los otros dos.
Hizo uso de la amplificación sensorial y concentró el volumen de dolor en aquellas zonas delicadas pero que su deterioro no resultase mortal para la víctima: levantó uñas y rompió dedos; seccionó tendones y fracturó brazos. Se sentía lleno de energía y pletórico con cada alarido, con cada lamento que arrancaba de sus cuerdas vocales. Y se rió, se rió de forma espeluznante mientras los gritos desgarradores de sus presas cumplían con su función primaria al tiempo que le hacían sentir aquella enfermiza satisfacción que nublaba su juicio. El sueco todavía no estaba seguro de cuánto de ello contribuía a aflojar las cadenas de la locura instalada en su mente y cuánto tenía un efecto casi contrario: hacía tiempo que no se detenía a pensar en lo atroz e inmoral de sus acciones. No al menos mientras perpetraba un acto que hacía cuatro años habría calificado como repulsivo e inhumano.
Pero Noel ya no era humano, hacía demasiado tiempo que no se sentía como tal. Y por ello, sobre todo por ello en conjunción con su apariencia, lo único que aquellos desgraciados que sufrían un tormento mayor de lo que hubieran podido imaginar no veían a una persona, solo a un monstruo espeluznante, inconcebible incluso en sus peores pesadillas. Cuando los ojos de la primera víctima del hado se secaron, inservibles para producir una fuente de magia para el griego, un breve intercambio de palabras bastó para que el sufrimiento de cada una de las presas que les ocupaban en ese momento cambiase de manos. Ello no beneficiaba a ninguno de los dos.
Las lágrimas y los gritos se sucedieron durante horas hasta que el último, producto de la visión de las propias entrañas de su dueño y el posterior dolor al ser retorcidas, se apagó por completo cuando el corazón dejó de latir, proporcionándole por fin el alivio eterno. Otro de los ochrorios había muerto hacía escasos minutos ahogado en su propia sangre, o más bien el draco le había cercenado la cabeza, que ahora yacía inerte a unos centímetros del cuerpo inmortalizada en una mueca de agonía, en cuanto el fluido impidió que utilizase su garganta adecuadamente. El tercero compartía suerte con sus compañeros a manos de Vac. El sueco sabía que llevaba un rato muerto también, pero solo porque había dejado de escuchar sus gritos, ya que toda su atención la había puesto en sus propias víctimas.
Todavía tenía el corazón acelerado y la mirada desquiciada, mientras trataba de calmar su respiración agitada, debido a la intensidad y no al esfuerzo, cuando la noche se tornó silenciosa por primera vez en los alrededores de la ciudad.
—De no ser por la insonorización habríamos despertado no solo a toda Merante, sino también a Cyra.
La sede de la Iglesia Cian, aun siendo la más cercana, se encontraba a muchos kilómetros de allí. Una sonrisa sarcástica en la que se leía la plenitud de la satisfacción que el sueco sentía asomó a su rostro mientras contemplaba los cadáveres. Todavía había que deshacerse de ellos, pero a Noel en aquellos instantes le costaba pensar en algo que no fuesen los ecos de los gritos en su cabeza que, aunque apagándose poco a poco, todavía persistían como una melodía pegadiza de la que uno no se desprende con facilidad.
Hizo uso de la amplificación sensorial y concentró el volumen de dolor en aquellas zonas delicadas pero que su deterioro no resultase mortal para la víctima: levantó uñas y rompió dedos; seccionó tendones y fracturó brazos. Se sentía lleno de energía y pletórico con cada alarido, con cada lamento que arrancaba de sus cuerdas vocales. Y se rió, se rió de forma espeluznante mientras los gritos desgarradores de sus presas cumplían con su función primaria al tiempo que le hacían sentir aquella enfermiza satisfacción que nublaba su juicio. El sueco todavía no estaba seguro de cuánto de ello contribuía a aflojar las cadenas de la locura instalada en su mente y cuánto tenía un efecto casi contrario: hacía tiempo que no se detenía a pensar en lo atroz e inmoral de sus acciones. No al menos mientras perpetraba un acto que hacía cuatro años habría calificado como repulsivo e inhumano.
Pero Noel ya no era humano, hacía demasiado tiempo que no se sentía como tal. Y por ello, sobre todo por ello en conjunción con su apariencia, lo único que aquellos desgraciados que sufrían un tormento mayor de lo que hubieran podido imaginar no veían a una persona, solo a un monstruo espeluznante, inconcebible incluso en sus peores pesadillas. Cuando los ojos de la primera víctima del hado se secaron, inservibles para producir una fuente de magia para el griego, un breve intercambio de palabras bastó para que el sufrimiento de cada una de las presas que les ocupaban en ese momento cambiase de manos. Ello no beneficiaba a ninguno de los dos.
Las lágrimas y los gritos se sucedieron durante horas hasta que el último, producto de la visión de las propias entrañas de su dueño y el posterior dolor al ser retorcidas, se apagó por completo cuando el corazón dejó de latir, proporcionándole por fin el alivio eterno. Otro de los ochrorios había muerto hacía escasos minutos ahogado en su propia sangre, o más bien el draco le había cercenado la cabeza, que ahora yacía inerte a unos centímetros del cuerpo inmortalizada en una mueca de agonía, en cuanto el fluido impidió que utilizase su garganta adecuadamente. El tercero compartía suerte con sus compañeros a manos de Vac. El sueco sabía que llevaba un rato muerto también, pero solo porque había dejado de escuchar sus gritos, ya que toda su atención la había puesto en sus propias víctimas.
Todavía tenía el corazón acelerado y la mirada desquiciada, mientras trataba de calmar su respiración agitada, debido a la intensidad y no al esfuerzo, cuando la noche se tornó silenciosa por primera vez en los alrededores de la ciudad.
—De no ser por la insonorización habríamos despertado no solo a toda Merante, sino también a Cyra.
La sede de la Iglesia Cian, aun siendo la más cercana, se encontraba a muchos kilómetros de allí. Una sonrisa sarcástica en la que se leía la plenitud de la satisfacción que el sueco sentía asomó a su rostro mientras contemplaba los cadáveres. Todavía había que deshacerse de ellos, pero a Noel en aquellos instantes le costaba pensar en algo que no fuesen los ecos de los gritos en su cabeza que, aunque apagándose poco a poco, todavía persistían como una melodía pegadiza de la que uno no se desprende con facilidad.
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.