Conspiraciones en la Azotea

Recuerdo del primer mensaje :

No era propio de Alyssa tomar la iniciativa, pero la situación actual no la había dejado con muchas opciones. Lo de Adam era un asunto serio y, aunque seguía siendo partidaria a creerle, lo mejor sería hablar con el resto de los que sabían de aquello cuanto antes.
Por ello, en contra de sus propios deseos, había ido buscando por el torreón a Chromsa, Kolja y Kradko para pedirles reunirse con ella en la azotea. En un momento donde no solía haber nadie más. En un principio pensó  en la armería o el patio, pero Adam frecuentaba el primero y quería mantenerlo al margen. Con el segundo era simplemente muy fácil que alguien pasara por allí.
Una vez en el lugar indicado, con todos los implicados presentes la griega habló:

–Gracias por venir por algo tan repentino y sin explicación –empezó mientras miraba un poco a su alrededor con incomodidad para asegurarse de que de verdad estaban solos. 
–Iré al grano. Os he buscado porque sé lo de Adam, y sé que lo sabéis –soltó sin rodeos. Cuanto antes estuviera claro todo mejor.

–Me gustaría saber en general qué pensáis todos sobre eso.

A la clinger le dio un poco de miedo el enfado de Kolja. Aunque también lo entendía. Al fin y al cabo, sabía que se llevaba bien con Adam y que confiaba en él. Ella también confiaba. Ella también había visto lo mejor en Adam, igual que lo había visto con el resto. Sin embargo, tampoco entendía cuáles podían ser los motivos por los que alguien podía acabar con la vida de otro. Entendía que se hiciera con animales. Al fin y al cabo, venía de un mundo en el que la naturaleza frecuentemente te daba como únicas opciones matar o convertirte en comida. Pero, por venir de ese mismo mundo, matar a otro ser inteligente le parecía surrealista. No era un sistema de valores, moral o ética; era simplemente el funcionamiento de la sociedad tal como se le había transmitido. Matar era desperdiciar la vida de otro ser productivo. Por eso mismo no lo comprendía, pero, al mismo tiempo, tampoco entraba en su cabeza condenarle. Simplemente, no era lógico.

—Yo… —Por fin pudo decir algo más, aunque ello no significaba que tuviera las ideas más claras—. Hay muchas cosas que no entiendo… Me estoy repitiendo. Pero es que no entiendo por qué el matar, pero a la vez no entiendo por qué que matar es malo. No es… No tiene lógica. No tiene sentido común. Pero no sé por qué debería no confiar en él.

No estaba segura de por qué, pero hasta cierto punto Alyssa esperaba que Kolja no estuviera de acuerdo con ella. Lo que no se esperaba era que se enfadara de ese modo y aquello la hizo parpadear por sorpresa unos segundos sin saber muy bien cómo reaccionar.
Por el shock no le dio tiempo a responderle sobre la comparación entre Adam y Akeyo antes de que siguiera hablando, pero eso probablemente fue para mejor. ¿Qué iba a decirle? ¿Que ella había firmado sin el humo? Eso solo la haría quedar como una idiota y no defendería su caso en absoluto, pero aquella línea de pensamiento no la mantuvo mucho rato, porque en cuanto se le hubo pasado la sorpresa inicial la humana pasó a estar furiosa.

–¿Perdona? –Empezó a decirle a Kolja. Que la chica tuviera poca autoestima no significaba que estuviera dispuesta a que el alemán se le pusiera condescendiente y la tachara de idiota por su cara bonita.
–Lo primero que he dicho es que quiero creerle. ¿Qué te crees que hago aquí con vosotros? Si no confiara en Adam en absoluto podría protegerme contando su secreto a todo el torreón y no estaría aquí pidiendo vuestra opinión.
En algún momento escuchó a Chromsa intentar detener la discusión, pero eso solo enfureció a Alyssa todavía más que empezó a gritar ignorando lo que decía el ochrorio.

–¡Y tú no eres nadie para hablarme como si yo fuera la que no está siendo razonable! ¡Tú, que has sido el que siguió enseñando a alguien a usar armas inmediatamente después de que te dijera todo esto teniendo solo su palabra y nada más! ¡Eso no ocurrió tras esos “cuatro meses” que has mencionado tan orgulloso. Lo hiciste desde el primer día.

Lo triste de aquella situación era que no tendría que haber acabado así de mal. Adam no le había contado a Alyssa lo del psicólogo, y solo con eso Kolja podría haber logrado convencer a la griega, pero su enfado repentino y la posterior respuesta, también furiosa, de la chica hicieron que un detalle tan importante como ese fuera ignorado en favor de discutir.
Del mismo modo, las palabras de Kradko cayeron en saco roto, en medio de la discusión ni siquiera llegó a escucharlas.

–Pero tal vez sea mi culpa por esperar algo de la persona que se tira a ciegas contra un monstruo y luego se queja de la única persona lo bastánde idiota como para intentar tirar de él para que no se muera.

Sus últimas palabras fueron bastante injustas, y en el fondo Alyssa sabía que esa última frase sobraba, pero estaba enfadada y ya no pensaba con claridad.

Kolja no podía creerse lo que estaba pasando. Lo menos que había esperado era que aquella griega loca empezase a gritarle, más bien se había imaginado que ella se daría cuenta de su error y que pediría disculpas. Además, no entendía a que venía aquel arrebato, él, aunque puede que algo enojado, había dicho las cosas tranquilamente y con argumentos, no tan solo acusaciones.

-A ver, lo primero me vas a bajar la voz, que yo no te he gritado en ningún momento- dijo, con voz normal, intentando mantener la calma ante la situación.- Lo segundo, me vas a escuchar cuando hablo, ya he dicho que ni lo sabía desde el primer momento, sinó que lo descubrí mínimo mes y medio después de que empezásemos a entrenar, ni tenía solo su palabra, sino también sus acciones en ese mes y medio ¿crees acaso que un despiadado asesino hubiese estado conteniéndose todo ese tiempo para no hacerme daño? ¿O acaso crees que todo forma parte de un despiadado plan para matarnos? Eso si, después de que hubiésemos tenido de enseñar a otras personas lo que sabemos de defensa personal y manejo de armas, por supuesto. Y, como ya te he dicho, Adam estuvo viendo a un psicólogo especializado en la Tierra, el cual consideró que no suponía un riesgo que el rusky formase de nuevo parte de la sociedad. Y cuarto, ni se te ocurra culparme a mi de tus decisiones, yo tomé las mías y tu las tuyas y ni yo estoy juzgando las tuyas ni tu deberías juzgar las mías.

Después de aquella pedorreta Kolja se cruzó de brazos, esperando a la reacción de la griega. Prácticamente se había olvidado de que ellos dos no eran los únicos de aquella azotea.

En el mejor de los casos, Alyssa llegaría a entender rápidamente que Adam no era ningún peligro y se solucionaría todo. En un caso más realista pero todavía bastante positivo seguirían discutiendo pero al menos de forma calmada. Era uno de estos dos lo que esperaba el ochrorio habiendo hablado para evitar más enfados, pero para su desgracia ahora Alyssa estaba gritando. De hecho, justo después de que intentara calmarla. Chromsa empezó a venirse abajo por ello. No le gustaba ver al grupo así y mucho menos volviendo a sacar temas que ya se zanjaron meses atrás. ¿De verdad iban a estar en la misma situación que cuando llegaron a la ciudad? -(Creía que ya se había solucionado...)- pensó alicaído.

Por suerte o por una improbable acción de la Acromía, Kolja entendió que no debía alzar la voz si no quería empeorar las cosas. El ochrorio sabía que seguía enfadado (solo tenía que escuchar lo que estaba diciendo para darse cuenta) y que la discusión podía continuar, pero si al menos tenía ese tono sería más llevadera para todos. Por el momento se decantaba con bastante diferencia en el bando del chico, pero tenía empatía por la terrestre. Como estaba diciendo, si de verdad no confiara nada en Adam ya habría reunido al grupo para hablar al respecto. Chromsa quería ayudar y dejar claro que el ruso no suponía ningún peligro, pero decidió mantenerse callado para no reavivar los gritos.

Fue por esto por lo que prestó atención plena a Kradko. Era la que menos estaba hablando de los cuatro, pero no era algo que le extrañara. Era solo una niña que claramente no sabía que opinar de un tema tan delicado como ése. Se acercó a ella e intentando ser todo lo acogedor y tranquilizador que pudo dijo: -Kradko, la muerte y el asesinato es algo muy complicado de lo que hablar, más aun cuando en cada mundo puede haber una opinión distinta. En mi mundo es algo horrible porque estarías perturbando el equilibrio de las muertes, además de que ya por cuenta propia le pribas a alguien de seguir teniendo un papel en el equilibrio, en su familia, de sus amigos, de su futuro... El por qué... Puede haber muchos, pero la mayoría se resumen en que la persona es egoísta por acabar con la vida de otra. Yo tampoco le encuentro el sentido del todo. Eso sí, puedes estar tranquila con Adam. Ya sabes que es de fiar.- Iba para Kradko, pero buena parte de aquello también fue un intento inconsciente de llamar la atención de los terrestres. -Oye, si no estás cómoda solo tienes que decirlo, ¿vale? No queremos que te encuentres mal por meterte en esto.- añadió.

—¡No no! No es problema —Fue su respuesta a lo último que dijo Chromsa.

Hablar de muerte no era un tema para nada incómodo para ella. Al fin y al cabo, esta era bien presente en un mundo como el suyo y todos, por jóvenes que fueran, debían ser conscientes. No había espacio para la inocencia en ese aspecto. Simplemente, incomprensión hacia el asesinato.

El resto del discurso de Chromsa, eso sí, se le escapaba bastante. No era la primera vez que le oía hablar de esa cosa del equilibrio y todo de sus creencias, pero a ella solo le parecían sinsentidos. Sin embargo, al menos le ofreció una explicación basada en el egoísmo. No podía entender qué clase de egoísmo haría que mataras a alguien, pero era algo. Tampoco le parecía el mejor momento para preguntar cuando los otros dos estaban escupiéndose sal el uno al otro.

—Vale, vale… ¡Escuchadme! —Gritó para llamar la atención. Igual no era una buena idea meterse en la discusión, pero actuó por impulso—. A ver. Creo que ya os vais del tema… de Adam. ¡Yo no creo que sea malo ni que nos quiera matar! Él se ha preocupado por nosotros y portado bien y-y-y ha hecho cosas buenas. Pero por lo que entiendo… creo… Es normal tener dudas, ¿no? —Al lanzar esta última pregunta, miraba a Chromsa.

Alyssa estaba enfadada, eso era evidente, pero por suerte sucedieron varias cosas que contribuyeron en que su enfado fuera esporádico y breve.
La más importante fue la reacción de Kradko. Que la antes confusa clinger pasara a ser la que intentaba detener la discusión sorprendió a Alyssa lo suficiente como para que pudiera pensar más allá de su enfado, y eso llevó a la griega a darse cuenta de que había un malentendido importante entre ella y Kolja y uno que era necesario clarificar.

–Por supuesto que no pienso que sea despiadado. –Respondió, esta vez sin gritar. –Cuando… –dudó un instante porque quería decir lo que había hecho en voz alta. –Cuando hizo lo que hizo, tampoco lo hizo con la intención de matar. Perdió el control y es de eso de lo que estoy preocupada, de lo que pueda pasar si vuelve a perderlo.

No respondió a las otras cosas que se habían echado en cara mutuamente. Estaba bastante en desacuerdo con lo que le había dicho el alemán, pero Kradko tenía razón y seguir con eso era irse del tema de Adam, lo verdaderamente importante.
–No dudo de sus intenciones, lo que me preocupa es lo que pueda pasar a pesar de ellas, pero creo que ya tengo mi respuesta.
Aquello no había sido lo que la humana quería oír. Había esperado que alguno tuviera muy buenas razones para convencerla de que todo estaba bien, de que pudiera decidirlo con tranquilidad y sin riesgos, pero probablemente había sido demasiado optimista. La realidad era que solo tenían su palabra y sus intenciones por lo que les tocaba a ellos decidir si confiar o no en que las cosas acabaran bien, y parecía que todos los demás habían decidido que el riesgo valía la pena.

–De acuerdo –dijo al final tras suspirar con resignación. –Buscaba algo más sólido que sólo confianza, pero supongo que yo también estaba pidiendo demasiado dadas las circunstancias. –Terminó por admitir. Quería un camino fácil, pero no lo había. Tendría que conformarse.

>>Como ya dije, quiero creerle. Si todos confiáis en él... puedo hacerlo yo también.

Kolja escuchó a Alyssa con los brazos cruzados. La verdad es que no había prestado mucha atención a lo que decían Chromsa y Kradko, estaba enfadado con su coplanetaria y centraba su atención en ella. Por suerte, parecía que la griega si que había escuchado a los otros dos, sino la discusión se habría alargado durante bastante más rato.

-Me alegro de que te sea suficiente con eso. Personalmente lo único que puedo ver en Adam es que es la persona más amable y compasiva que conozco. Siempre se esta preocupando por el resto más que por si mismo. No conozco a ese Adam que era antes, pero no dudo de que no es el mismo que el que nosotros conocemos a día de hoy. Confío en el con los ojos cerrados- dijo.- No puedo darte más pruebas porque yo tampoco las tengo, de verdad espero que te sea suficiente.

Después de decir esto se dispuso a irse. La atmosfera en aquella azotea todavía le parecía agresiva, sofocante, y le parecía que lo mejor era que todos se fueran por su lado e intentar dejar ese espacio unos días, hasta que se calmasen las aguas.

La intervención de Kradko fue la salvación definitiva de aquella conversación. A Chromsa le alegraba saber que, aun siendo tan joven, la chica bicho era tan valiente y sensata. Sus palabras consiguieron calar en Alyssa para calmar la situación. -Claro. Puede no ser fácil confiar en alguien que ha hecho algo así aunque ahora parezca imposible, por eso hay que tener fe y conocerlo bien.- respondió con calma a su pregunta, con cierto tono que también incluía a los dos terrestres en ese mensaje.

Escuchó tanto a Alyssa como a Kolja, que estaban listos para zanjar aquella pequeña discusión. -Me alegra oír eso. Ojalá pudiéramos darte una prueba que no sea nuestra palabra o lo que hayas podido ver hasta ahora, pero no creo que exista. Puedes probar a pasar algo de tiempo con él, eso podría ayudar a que te convenzas más de que no pasará nada. Por lo demás pienso igual que Kolja.- dijo.

Poco más quedaba por hablar en la azotea, así que el ochrorio se fue marchando cuando el resto terminó de hablar. Había sido tenso, pero todo había terminado aparentemente bien. -(Espero que la fe sea suficiente como para que no suceda algo así otra vez)- pensó bajando las escaleras.