El Corral

Al principio, cuando Kimbra había decidido que, una vez recuperara a Ámarok, este viviría con ella en su habitación de Serpentaria, se había planteado varias soluciones a todos los problemas que podrían surgirle, pero en ningún momento pensó que tendría que hacer planes no solo para su kerlax, sino que pronto empezaría a acumular más animales de distintos tamaños y, sobre todo, que no parecía querer parar. Con Ratatouille no había habido mucho problema, porque era pequeño y estaba bastante apegado a ella y a Ámarok, por lo que no tenía ningún inconveniente en dormir y compartir espacio pegado a ellos, pero con la llegada de Ascuas y su clarísima necesidad de espacio, Kimbra comenzó a pensar en que, quizás, que todos vivieran en aquel espacio reducido no fuera la mejor idea. Además, con el trabajo que le daba la práctica y estudio de la doma, ya no tenía tanto tiempo como antes para llevar a Ámarok a correr a algún mundo vinculado y no le gustaba la idea de mantenerlo encerrado tanto tiempo en un lugar tan pequeño.

Con esas ideas en mente, había salido un día con sus bestias a pasear por la ciudad buscando algún lugar o edificio que se adaptara a sus necesidades. La demonio sabía que lo mejor sería hacerse con un amplio terreno en algún mundo vinculado que les diera a sus animales mucho espacio, pero esa decisión implicaría que ella tendría o que vivir en ese mundo vinculado o que viajar a él todos los días y estar muy separada de sus animales y no era algo que le atrajera.

Mientras paseaba por la ciudad a lomos de Ámarok, con Ratatouille sobre la cabeza del kerlax y con Ascuas sobrevolándolos, vio al fondo los grandes edificios de lo que sabía era el Barrio Gigante y pensó que si en algún lugar de Rocavarancolia podría encontrar un recinto con las características que buscaba, no había duda de que debía ser ese. Y, de hecho, no tardó mucho en dar con el lugar perfecto, el cual parecía abandonado, pero estable. Gracias a una rápida exploración, se percató de que no necesitaría mucho trabajo para adecentarlo y volverlo útil, por lo que no tardó en establecer un plan que comenzaba por hacerse con nuevos restos de animales para hacer creaciones nigrománticas que vigilaran el lugar mientras trabajaba en él. Con un poco de suerte, no tardaría en tener el espacio suficiente para poder hacerse con otro animal pronto.

No es como si ya le hubiera echado el ojo a ciertos escarabajos de Dryfus.