El Cuchitril

Giz se había abstraído de las conversaciones que se iban sucediendo, se quedó absorto mirando sin mirar la mesa con todo lo que tenía encima. Concentrado (y distraído), repiqueteaba con los dedos en su taza de té, todavía caliente, sin pensar realmente en nada.  A veces le llegaba alguna palabra suelta, pero no la unía al resto. "Cuchillos", "Herrero", "Niños", "Pollo sueco"... Giz creía que sabía lo que estaban diciendo, pero la realidad es que se sobresaltó levemente al escuchar el timbre y, cuando pensó en las palabras que había captado, entendió que se había perdido. Confió en que no pasaba nada por aquella ausencia, pues no era algo nuevo en él, y simplemente trató de tomar conciencia de lo que ocurría en ese instante.

—Buenas, Irianna —la saludó, separando una mano de la taza para hacerle un gesto de bienvenida—. ¿Qué te trae por aquí? —preguntó, a riesgo de repetir algo que ya se había dicho mientras se abstrajo.

Noel

Como había sonado la puerta no tuvo tiempo de responder adecuadamente a los diversos comentarios de sus amigos, pero se rio con ganas con cada uno de ellos.
—Buenas, Irianna —la saludó aun teniendo que contener la risa.

Cuando le explicó que quería hablar con ellos y sugirió que podía volver más tarde les dirigió una breve mirada inquisitiva al resto, pero enseguida entendió que a nadie le parecía mal que la dejase pasar en ese mismo momento. Todo se aseguraron de hacérselo saber y Gael le indicó un lugar donde sentarse, así que el draco volvió a su sitio. Si bien la idrina era difícil de leer porque a su especie se le daba muy bien mantener un lenguaje corporal calmado en casi todo momento, estaba bastante seguro de que no se trataba de ninguna trivialidad, por lo que no añadió ningún comentario a nada dicho por sus compañeros.


Irianna

La nebulomante se sentó donde le indicaron y esperó a que le llevasen el té prometido
—Gracias, Gael —le sonrió al fuego fatuo.
Tras haber trabajado en diversas ocasiones con ellos, ya casi no le salía llamarle por su nombre rocavarancolés porque sus amigos nunca lo hacían. No era el caso con dama Diurna, quien creía que tal vez se lo había cambiado por completo, y a ella fue quien prestó su atención a continuación porque le presentó a la chica que desconocía.

>>Oh, encantada, dama Sobras —se levantó con la intención de estrecharle la mano si ella quería o en caso contrario realizar una pequeña reverencia—. Yo soy Irianna, nebulomante. Me hago llamar dama Enigma en mi recién abierto negocio de investigación, pero aquí todos me conocen por mi nombre original, por lo que no te cortes en usarlo —le aseguró. Si iba a mudarse con ellos estaba claro que también la iba a ver a menudo y no quería que se sintiese obligada a tratarla de forma distinta a sus amigos.
Le hubiese gustado saber más acerca de la ghoul, de quien no pudo evitar fijarse en la bonita ropa que vestía, ya que si iba a vivir con ellos tenían que ser buenos amigos, pero no era el momento.

Giz y Jack le preguntaron por el motivo de su visita, y tanto este último como dama Sobras ofrecieron dejarla a solas con los mercenarios, pero ella negó con la cabeza tras beber un poco de su té.
—No, no, por favor: podéis quedaros —desde luego no iba a ser ella quien echase del cuarto a alguien que vivía allí ni a Jack, quien sabía que era muy cercano a ellos aunque no estuviese en su casa. Tenía confianza más que de sobra con el vampiro, a fin de cuentas—. Veréis… Hace unos días vino un grupo de neo transformados a mi recién abierta agencia. Y poco después, también Sinceridad y Tayron —añadió hacia Jack, pues él sabía de quién ahblaba—. Buscaban a varias personas… Ha desaparecido mucha gente desde la salida de la Luna, sobre todo personas recién transformadas, pero también algunas que llegaron el año pasado. En cualquier caso, todas parecen tener en común que llevan poco tiempo en la ciudad… Y no hay rastro de ellas desde su desaparición.

Les resumió lo que sabía, hablándoles brevemente acerca de varios de los desaparecidos y lo poco fructíferas que habían sido sus averiguaciones hasta ese momento. Les enseñó sus apuntes y les indicó que podían consultarlos si quería: ahí venían listados los nombres y desapariciones de los desaparecidos, la huella de la wendigo y los rastros que había seguido sin éxito.
—Por eso decidí venir a hablar con vosotros: tengo algunas preguntas que haceros y además me gustaría poner sobre la mesa una de mis principales sospechas: esto podría tener que ver con lo que sea que trae de cabeza al Consejo y que ya ha resultado en la muerte de Andras Sula, entre otras cosas. No me atreví a explicarles esta hipótesis a mis clientes, porque no quería preocuparles en exceso, pero la cosa no pinta nada bien —suspiró con gravedad—. ¿Vosotros sabéis algo acerca de esto o de más personas desaparecidas?

Sus amigos empezaron a presentarle a Kaethe con su nombre Rocavarancolés a Irianna mientras él iba a por la taza, pero parecía que lo que tuviera que decirles la idrina podía ser delante de Jack y esta sin problema. Mejor así. Tampoco sería cortés con ellos tener que echarlos por asuntos de trabajo, suponía.

Irianna no tardó en ir al grano una vez terminadas las formalidades. Lo que dijo llamó su atención de inmediato por razones obvias, pero había algo que no cuadraba. «Solo gente recién transformada…». No la interrumpió a lo largo de su explicación porque quería tener todos los detalles posibles antes de decir nada, pero cuando les preguntó, específicamente al respecto de personas desaparecidas, miró a sus compañeros de uno a otro con las cejas fruncidas de preocupación. Irianna era de confianza, incluso habían pensado en pedirle ayuda con lo de Matt. Era un buen momento para hablarlo con ella.
—No sé si tiene que ver, porque tampoco sabemos mucho de las idas y venidas de consejo… —empezó, dudando un poco—, pero nosotros también hemos perdido a un amigo sin ninguna razón aparente. Él llevaba muchos años en la ciudad, así que quizá no tiene relación con el resto. Era un brujo y espectro de la arena arruinado, Matt. Llevamos tiempo buscándole, no le localizamos desde mucho antes de la desaparición de estos neotransformados, y sigue sin haber ni rastro de él. En ningún lado.
Gael enfatizó la palabra “ningún” para implicar que ya habían peinado los mundos vinculados. Mientras sus compañeros explicaban el resto de la historia, Gael atrajo hacia sí los apuntes de Irianna y estudió los nombres y descripciones de los desaparecidos, tratando de recordar si conocía a alguno o podría haberlos visto en algún lado, fuera vivos o muertos.

Irianna no perdió el tiempo en explicar la razón que le había llevado al Cuchitril. La muerte de nuevos transformados durante su primer año era el pan de cada día en Rocavarancolia, pero la desaparición era algo a tener en cuenta. Wen todavía recordaba perfectamente cuando Karime les había hablado de la desaparición de Saren y todo lo que ocurrió después. En este caso ella no conocía personalmente a ninguno de estos nuevos ciudadanos, pero dado todo lo ocurrido últimamente con la muerte del rey y los ataques en distintos mundos vinculados, a Wen no le parecía tan descabellada la idea de que tuviera que ver con la desaparición de Matt, tal y como sugería Gael.

-También era humano -añadió la vouivre a la descripción de su amigo que estaba haciendo el fuego fatuo mientras también se acercaba para mirar las notas de la nebulomante intentando encontrar un patrón en sus transformaciones, mundos de origen o algún aspecto que la idrina hubiera recogido en sus apuntes.

En el momento en que la chica mencionó a Sinceridad y al amigo desconocido de esta, el vampiro se sorprendió y envaró un poco. ¿Estaba relacionada su visita con la preocupación que rondaba a la roquense? No tuvo que esperar mucho para confirmar que se trataba de eso mismo. Guardó silencio, no obstante, hasta que Irianna terminó de hablar. Se sentía fatal porque había subestimado los miedos de la roquense, dadas las circunstancias. ¿Podían estar relacionadas todas las desapariciones? ¿Y por qué cebarse con gente recién llegada, si no tenían nada de valor?
—Joder, no me esperaba que estuvieran así las cosas, asumí que la amiga de Sinceridad podría haberse largado a algún mundo o yo qué sé...

Se rascó la cabeza y dio un trago a su petaca. Se disculparía con ella la próxima vez que se cruzaran en el trabajo, sin lugar a dudas, pero aquel no era el momento de seguir hablando de ello. Giz y Wen habían hablado de Matt y precisamente su desaparición rompía el denominador común de las otras. Se acercó también a mirar los apuntes mientras aportaba sus palabras sobre su amigo.
—Y no era un cualquiera. Matt sabía defenderse. Además, viviendo en el desierto, en su dominio, no me imagino rival para él, no con facilidad. Podría estar todo relacionado, con independencia de la antigüedad en la ciudad? Si es alguien capaz de ir a por alguien de tanto tiempo, unos cuantos neotransformados no supondrían ningún problema...

Pero por qué? Acababan de transformarse, qué querría nadie de ellos? Ni siquiera compartían transformación, sería una especie de coleccionista de sus rasgos de transformación?
—Sabemos de algún precio que pudiera provocar que alguien vaya... ¿A por tanta gente? —aventuró. No quiso decir todo lo que pensaba: si les secuestraba, o si cogía un cacho relevante de su transformación y luego se deshacía del resto, o si simplemente les mataba.

No se imaginaba ningún precio así, de todas maneras, porque incluso de existir, supondría muchas molestias saciarlo de esa manera. Él lo sabía, que más de una vez había fantaseado con tener chusma transformada atada en su sótano para exprimir, pero no había que ser muy inteligente para ver que eso era un follón de narices y podía salir mal por demasiadas razones. Pero si no era para eso, ¿por qué cebarse con neotransformados y no con ciudadanos de transformación plena como Matt?
—¿Quizá se trata de alguien que subestimó a Matt y luego ha ido a por los más nuevos para recargar energías antes de enfrentarse a alguien más antiguo? Pero joder, asusta que haya alguien capaz de borrar todo rastro de la gente. Que le hemos buscado con ganas, joder... No me lo explico —terminó, visiblemente frustrado.

Era una mierda. Nada tenía sentido. También le rondaba otra frustración pero esta era ya familiar. La certeza de que el consejo no haría nada o bien hasta que no les afectara directamente a alguno de esos gilipollas, o bien hasta que no amenazara al funcionamiento o estabilidad de la ciudad. Nunca alcanzaba a entender cómo un mundo que tanto poder había amasado ahora tenía un gobierno de inútiles incapaces de defender sus límites. Menuda mierda de gente, no podían excusarse con el declive de la ciudad e ignorar sus problemas así como así.

Jo-der. Vaya Irianna, has matado un poco la fiesta la verdad. Pero oye… Al final nos íbamos a enterar de algún modo u otro, así que cuanto más pronto mejor. Por supuesto pensé primero es en quien han pensado los demás: Matt. No era un debilucho precisamente y mucho menos en el desierto, así que un poco chungo que desapareciera así sin más de forma forzosa. Pero.

—No podemos descartar que no desapareciera de forma forzada.—Como habéis dicho, no era un debilucho precisamente— Alguien podría haberle convencido de algún modo para que dejara el desierto. Igual voluntariamente, igual chantajeado o… Algo de ese palo. O igual-

Corto la frase. No, mierda, no. ¿Serviría de algo sospechar? No. No sé. No es fácil. Y sinceramente, me costaría imaginar que Matt pudiera estar implicado en este asunto. No de forma voluntaria. ¿Pero por qué coño iba a tener para estarlo sin ser su propia decisión? Yo que sé. El caso es que, implicado o no, no cambiaría el hecho de que habría desaparecido sin haber sido forzado a ello. Sin embargo…

—Matt es un poco la excepción dentro de las desapariciones. —No es precisamente nuevo, vamos—. Podría no estar relacionado. Pero si lo estuviera, ¿por qué podría ser?

Le estrechó la mano a Irianna, asintiendo a lo de su nombre. A ella no le importaría darle el suyo algo más adelante, viendo que había bastante confianza. Claro que tampoco era el momento de conocerse más, porque quería hablar de aquel tema importante y… Ay, no. Desapariciones, y de los nuevos. Se mordió el labio con nerviosismo, recordando lo de Matt, y en general todo lo que estaba pasando en los distintos mundos vinculados en tiempos recientes.

Matt no era nuevo, y como le había dicho el resto llevaba años en la ciudad y vivía rodeado de su dominio, por lo que podía no estar relacionado con las desapariciones de los neotransformados, a los que no conocía. Asintió a casi todo lo que habían dicho.
—Era de nuestra cosecha —añadió tras Wen, refiriéndose a ambas. Era el único que quedaba junto a ellas en la ciudad, lo cual sólo hacía más triste que hubiera desaparecido —. Pero no creo que se fuera del desierto voluntariamente, pasaba allí tanto tiempo…

Noel

Tras las presentaciones y haberles asegurado Irianna que no pasaba nada porque Jack y Kaethe estuviesen presentes, Noel atendió a su historia pensativo. Por supuesto había pensado de inmediato en el espectro de arena, al igual que el resto, y sus amigos ya le dieron todos los datos necesarios sobre este.
—Respecto al resto de desapariciones solo hemos oído los rumores, pero no conocemos a ninguna de las víctimas… Solo a Matt. Si es que se le puede considerar como tal.
Varios ya habían aportado su punto de vista al respecto: él tampoco creía muy probable que la desaparición del brujo pudiera meterse en el mismo saco que el resto. No encajaba para nada en el perfil, pero sin duda era una coincidencia que no se podía pasar por alto.

>>Hay precios de todo tipo que podrían cumplirse secuestrando gente por diversos motivos, y por descontado el hecho de secuestrar en sí mismo —añadió a la hipótesis de Jack—. Pero es muy arriesgado que lo hubieran hecho si es el caso, y sobre todo que las víctimas sigan desaparecidas después de tanto tiempo. No es que sea completamente descartable: podría tratarse de alguien muy temerario y confiado si hablamos únicamente de las desapariciones de los transformados más recientes. Pero Matt no encaja para nada ahí, de todas formas… —adoptó una pose pensativa y después miró a la idrina, negando con la cabeza—. Yo tampoco tengo ninguna idea mejor que ofrecer, al menos no ahora mismo. Antes mencionaste que necesitabas preguntarnos más cosas, ¿no es así?


Irianna

Un veterano también había desaparecido. La nebulomante anotó todos los datos que le dieron sobre el medio espectro y brujo de la arena, pero sin añadirlo a la misma lista que el resto de víctimas: tal y como decían los de la Brecha, su amigo rompía por completo el patrón que hasta ahora se había mantenido en aquella sucesión de desapariciones. La idrina estaba claramente desconcertada y escuchó las ideas de unos y otros, también tomando nota de todo por si, incluso si ninguna resultase estar en lo cierto, le ayudaba a elaborar alguna otra hipótesis. Todo se complicaba más cuando resultaba que no sabían realmente cuánto tiempo llevaba Matt desaparecido, solo que era muy probable que como mínimo durante la inauguración de las termas de dama Diurna ya hubiese sucedido.

—Lamento la desaparición de vuestro amigo —les dijo con afectación—. Sin duda su caso es considerablemente distinto al resto, pero no puedo descartar que no haya relación. Gracias por todas vuestras aportaciones: también tendré en cuenta a Matt en mi búsqueda y si me entero de cualquier cosa sobre él, guarde relación con mi caso actual o no, os lo haré saber.

Noel le preguntó entonces acerca de lo que había dicho cuando llegó y la lacustre asintió.
—La verdad es que me gustaría saber si os interesaría colaborar conmigo —lo sugirió con bastante más confianza de la que sentía cuando llamó a la puerta, ahora que sabía que ellos también estaban buscando a alguien—. De hecho, mi primera pregunta es para Giz —dijo mirando hacia el asreniano—. ¿Puedo solicitar tu ayuda para realizar un rastreo mediante genoma? Solo dispongo de las pertenencias de muy pocas de las personas desaparecidas, y me temo que sé cuál va a ser el resultado, pero no quiero dejar absolutamente nada sin comprobar.
Esperaría a la respuesta del goliat antes de proseguir.

>>Mi siguiente paso tras finalizar la búsqueda de rastros es adentrarme en lugares que no suelo frecuentar para tratar de obtener información de personas que puedan tener conocimiento de actos como este: particularmente quiero investigar en los Bajos Fondos.

Les explicó a continuación que no estaba pensando en involucrarlos directamente, al menos no en un principio, y que pensaba ir acompañada de dos de sus amigos, pero sí que le gustaría saber que podía contar con su respaldo en caso de que las cosas se torciesen demasiado.
>>No estoy tan curtida como vosotros y siento que tras este asunto hay algo que podría venírseme demasiado grande. ¿Aceptaríais un encargo de un comunicador rúnico como los que usáis para que pueda contactaros en caso de necesitar vuestra ayuda? Por supuesto, os pagaré el aparato y también os compensaría en caso de tener que acudir a vosotros. También os puedo ofrecer mis habilidades de nebulomante a cambio, si alguna vez las requerís —. Sabía que su argos magnético ya no vivía en la ciudad, y ya se le había pasado por la cabeza tras la misión de Saria Omen en la Cercanía que cuando abriese su agencia podrían convertirse en aliados valiosos—. En realidad esto era algo que os quería proponer desde que decidí cuál sería mi oficio, pero creo que es buen momento para sacarlo a colación.

Se llevaba bien con aquel grupo y tenía esperanzas de que ellos también considerasen beneficiosa una colaboración mutua. Al menos creía que sí iban a estar dispuestos a ayudarle en aquel caso, siendo que tenían a un amigo desaparecido también. Sin duda, tener su respaldo le inspiraría una mayor confianza antes de dar sus primeros pasos más peligrosos como investigadora.

Nada. No tenía ninguna información que aportar sobre la búsqueda de Irianna. Ni conocía a los desaparecidos ni creía haberlos visto, por lo que cedió enseguida los apuntes para que todos pudieran mirarlos. Cuando volvió a centrar su atención en la conversación Jack estaba proponiendo la teoría de un precio inmoral. Aquello podía ser en el caso de los novatos, pero no de Matt, como bien había dicho él mismo y después reafirmó Noel. El caso del espectro de arena podía no estar relacionado en absoluto con el resto, por lo que no se podía descartar nada. De todos modos, era ridículo empeñarse en ir a por transformados cuando cumplir su precio en los mundos vinculados sería mil veces más sencillo y le reportaría más carga al final.
—También podría ser que el secuestrador necesite las habilidades combinadas de los secuestrados para algún propósito, pero ni se ve una línea de unión entre ellos ni sería fácil controlar a tanta gente —lanzó ideas sin darle demasiadas vueltas. Ya habían puesto montones de teorías sobre la mesa, el problema era cómo comprobar si alguna era sólida. Por poder, podría teorizar que era Matt quien estaba secuestrando al resto: era tan ridículo como factible, dependiendo desde donde se mirase. Irianna podría darle vueltas a algo así, ellos nunca.

Tras hablar de aquello Irianna dijo que tenía la petición de colaborar con ella. Gael asumió que nadie pondría pegas, además habían colaborado con ella en el pasado y había sido una buena experiencia. Pero no solo quería ayuda puntual sino seguridad mientras investigaba aquello y, suponía, en investigaciones futuras. Teniendo en cuenta que tendría a Matt presente en ese caso, aún se volvía más importante para ellos serle de ayuda. Podría terminar arrojando algo de luz sobre la desaparición de su amigo.
—No parece mal trato, colaborar a partir de ahora cuando sea necesario. ¿Qué pensáis? —preguntó a sus compañeros. Luego miró de nuevo a Irianna y continuó—. En esta investigación nosotros ya hemos llegado a un punto muerto, así que está claro que cualquier ayuda nos puede venir bien. De cara al futuro también me parece muy útil que estemos en contacto. Eso sí, necesitaríamos coordinarnos cuando te vayas a meter en lugares peligrosos o estés investigando algo que lo sea.
»Oh, y quizá podamos hacer algún tipo de amuleto de teletransporte vinculado para poder ir a tu lado o tú al nuestro en caso de emergencia —añadió pensativo. La parte del amuleto tendrían que mirarla con tiempo, porque de momento solo los habían elaborado con coordenadas fijas, pero también era posible aquella versión más enrevesada.

Era cierto que habían llegado a un punto muerto. Ninguna de sus teorías habían dado resultado y para colmo, la noticia de más desapariciones solo hacía la ecuación aún más compleja porque no tenía ningún sentido haber secuestrado a Matt y a tantos novatos a la vez y por los mismos motivos. Fue Noel quien preguntó a la bruja lo que el vampiro estaba pensando, ya que en efecto había dicho que quería preguntarles algo. ¿Tendría más pistas o alguna otra idea?

Lo que siguió no era para nada sorprendente. Les pedía colaborar, pero a los mercenarios. Gael fue el primero en sopesarlo y en dar su visto bueno, y Jack sonrió. No era quién para juzgar si les convenía aliarse en esta empresa, pero él sin duda lo haría por su cuenta si se lo permitían ambos "grupos". No es que supiera defenderse como ellos, pero Matt había sido su amigo y socio, así que no iba a quedarse sentado esperando. Y si estaba pasando algo mucho más importante con tantas desapariciones... no, ni hablar.
—Yo no formo parte de los mercenarios y no estoy tan versado como ellos, pero me gustaría poner mi granito para ayudarte, Irianna. También tenía o he tenido contactos en los Bajos Fondos y zanjado algún que otro negocio con esa... gente, así que también podría tirar por ahí o incluso necesitar ayuda yo mismo.

Estaba pensando en Outhal, el alquimista que conoció hacía tanto tiempo en el Mercado que parecía más sacado de los Bajos Fondos y que tantas cosas raras y productos peligrosos le hizo conseguir a cambio de grandes sumas. Hacía tiempo que no sabía nada de él, pero lo mismo podría cobrarse algún favor. Se le cruzó también un pensamiento sobre los contactos más tórridos que tenían en el Burdel y que tanta información útil habían conseguido en ocasiones pasadas, pero jugar esa baza ya no era una opción y no quiso dedicarle mucho más a eso. Le fastidiaba porque podía poner las cosas más fáciles en lugar de... ser un problema él mismo. No contaba con la presencia del invocador, por lo que preocupaba que indagar por su cuenta pudiera salir mal y suponer una carga por no saber defenderse con tanta maestría.
—Lo malo es que si empiezo a hacer preguntas a mis viejos contactos es probable que yo también necesite apoyo en algún momento —se lamentó—. Pero no voy a quedarme esperando.

-Convencido no creo -dijo pensativamente tras las palabras de Adara-. Matt es tonto, pero no tanto -añadió no sin cierto cariño-. Tiene que ser como dice Sobras, si se fue por su propio pie, no fue voluntario. O estaba en el desierto o venía a vernos. Ni siquiera le gustaba irse a mundos vinculados.

Irianna les pidió ayuda y Wen decidió mantenerse en segundo plano, reflexionando sobre todo lo que se había dicho. Al final, si bien ella ayudaría si podía, no era su negocio aceptar o no en nombre de sus amigos. Ellos eran los mercenarios oficialmente y ella solo lo era de forma esporádica. Además, si bien la situación le tocaba de cerca por Matt, también estaba muy ocupada con las termas y no sería conveniente comprometerse de buenas a primeras para cualquier cosa cuando hacía tan poco que su negocio había sido inaugurado.

—Sí, que no es tonto está claro —respondo a Wen.

Esto es una mierda jodida. Lo más seguro es que lo de Matt sea pura coincidencia que haya cuadrado con todo lo que está ocurriendo. O eso creo. Pero claro, también es rarísimo que le haya dado por desaparecer ahí, de repente. Puta mierda.

—A tomar por culo. —suelto. Estoy cansada de pensar y pensar y no toparme más que callejones sin salida—. Estoy dentro, Enigma.

Esté relacionado o no, esta mierda es la única oportunidad de descubrir algo de Matt que hemos encontrado en todo este tiempo. Además de ser raro de cojones. Y todos sabemos aquí cómo acabaron las cosas la última vez que se pusieron raras de cojones.

Giz escuchó en silencio todas las aportaciones. Cuanto más oía, más claro tenía que había algo turbio detrás de todo el asunto, lo cual podría ser pura perspicacia o algo de paranoia por su parte. Fuera como fuese, el goliat sentía que la corazonada de Irianna apuntaba al camino correcto para desentrañar aquel misterio cada vez más grande. Todavía no se podía saber si el caso de Matt estaba relacionado o no, pero para Giz hacía tiempo que su desaparición dejó de ser voluntaria: no habían encontrado forma alguna de rastrearle por medio de magia y el goliat no había logrado percibir los resquicios de ni un solo hechizo de ocultación. Un borrado tan exhaustivo no lo lograba cualquier ciudadano.

—Cuenta conmigo también, te ayudaré encantado con ese rastreo —accedió—. Podemos ir al laboratorio en cuanto acabemos aquí y después nos podemos poner manos a la obra con los comunicadores y traslocadores —dijo, aceptando tanto la oferta de Irianna como las propuestas de Gael, de estar preparados para teletransportarse ante cualquier imprevisto. Giz no se planteó pago alguno por aquello, el dinero no estaba en su mente en ese instante. En lugar de eso, se giró al vampiro y añadió, con media sonrisa—: No eres mercenario, pero eres de la casa.

El asreniano solo podía desear que Irianna diera en el clavo por fin.

La ghoul se quedó en silencio, pensativa, mientras la conversación seguía a su alrededor. Estaba claro que esa parte de la conversación iba dirigida a los mercenarios, y aunque no le era ajeno su trabajo, era en algo en lo que prefería no meterse. La ciudad y los años en esta la habían insensibilizado a la violencia, pero no por ello era algo con lo que disfrutase o en lo que le gustase acabar inmiscuida. Y menos si iban a los Bajos Fondos.  De todas maneras, tampoco era como si pudiera ofrecerles ayuda que fuera de utilidad.

Lo que si esperaba era que Irianna consiguiera algo con ello, y que supieran qué había pasado con Matt y con los novatos.

Noel

Al draco le parecían más que bien las propuestas de Irianna y mentalmente apoyó por completo lo que había dicho Gael. Nadie parecía tener objeción alguna, pero espero a que hubiesen opinado por lo menos también Adara y Giz antes de hablar él: quería asegurarse de que nadie necesitaba meditar la respuesta y que todos estaban en la misma página.
—Yo creo que puede ser muy beneficioso para todos: ya pudimos comprobar en la misión de la Cercanía que no hacemos mal equipo. Si vais a ir al laboratorio, Adara y yo podemos empezar a preparar los circuitos rúnicos —miro hacia ella para asegurarse de que le parecía bien—. Los amuletos de traslocación son una de las mejores medidas de seguridad, yo lo veo adecuado —añadió, conforme con la idea del fuego fatuo.

Para la idrina el tiempo apremiaba, pero lo cierto es que ellos tenían también el mismo interés en que su investigación avanzase porque podrían enterarse de algo acerca del paradero de Matt.


Irianna

La hipótesis de Gael iba bien encaminada, pero era cierto que ella también había pensado ya en esa posibilidad y tampoco se le ocurría realmente nada que le llevase a ninguna revelación, por lo que le dijo simplemente que estaba de acuerdo. El fuego fatuo le dio esperanzas con sus palabras y el resto no tardaron en mostrarse de acuerdo, incluido el vampiro aunque tal y como dijo no formase parte de los mercenarios. Giz le recordó que eso tampoco era especialmente importante: le gustaba mucho la camaradería sincera que siempre evidenciaban todos los gestos y acciones de aquel grupo.
—Eso sería de mucha ayuda, Jack, muchas gracias —le dijo a su antiguo jefe con una sonrisa—. Pero de verdad que no pretendo que os pongáis innecesariamente en peligro solo porque os lo pida… Aunque entiendo que vosotros estáis bastante implicados en este asunto debido a la desaparición de vuestro amigo.

Tomó nota de todo detalle que añadieron acerca de lo que creían sobre Matt y las circunstancias de su desaparición y después se centró en el trato que estaban llevando a cabo. Le causó cierta gracia la franqueza con la que aceptó la ángel negro, dedicándole una breve mirada divertida antes de prestar atención al goliat.
—Si estás libre ahora me parece estupendo: cuanto antes mejor, la verdad. Empiezan a agotárseme las opciones y sospecho que esta va a ser un trámite más… Pero podemos hablar acerca de los preparativos necesarios para continuar colaborando más activamente.

El apoyo generalizado y después del aporte específico del draco de estínfalo, quien al igual que el asreiano parecía dispuesto a empezar en ese mismo momento a poner en marcha aquel plan de colaboración, la nebulomante se levantó de su asiento para realizar varios gestos de gratitud, incluida una reverencia que sabía que se empleaba en ciertos contextos humanos como tal.
—No os podéis imaginar lo mucho que me alivia saber que puedo contar con vosotros —les dijo realizando otro gesto idrino de agradecimiento—. No solo para este caso: espero que podamos colaborar en beneficio mutuo en muchas otras ocasiones. Por supuesto, tienes razón —se dirigió hacia Gael—. Os informaré con antelación siempre que quiera solicitar vuestra ayuda, y vosotros podéis pedirme en cualquier momento lo mismo.

>>No os tenéis que preocupar por hacer hueco en vuestra agenda para esta primera visita a los Bajos Fondos: iré acompañada de Kimbra y otro de mis amigos que creo que no conocéis… Es un dullahan llamado Cerbero —se apresuraría en añadir—. Lo que os quería pedir por ahora respecto a esta parte de la investigación solo era la posibilidad de comunicarme con vosotros. Si de verdad podéis trabajar en los aparatos cuanto antes os estaré muy agradecida: tan solo decidme cuándo podría pasarme a buscarlos y una estimación de su precio.

Gael no tenía duda de que sus compañeros opinarían igual, llegados a aquel punto era fácil saber en qué estarían pensando unos u otros, pero le alegró que estuviesen todos de acuerdo. Necesitaban ayuda de Irianna. Por mucho que no quisiesen pensar en Toima, su ausencia se notaba en más lugares que en la casa, y en su trabajo no contar con su visión desligada de las ocultaciones mágicas era un riesgo. Irianna, aparte, aportaba más materia gris al grupo de la que podrían haber aportado tres cerebros de Toima.

Al igual que Giz, el fuego fatuo también miró a Jack con una sonrisa cuando este le dijo que era de la casa. Había estado con ellos en las buenas y en las malas, y habían luchado juntos muchas veces. Casi se podía decir que era un eventual.
—Eso es —corroboró, y volvió a intervenir tras lo que dijo Irianna—. No es necesario que te arriesgues por tu cuenta, desde luego. Aunque no puedas quedarte quieto, creo que a partir de ahora es mejor que siempre hablemos antes de irnos a ningún lado o hacer algo. Es un coñazo, pero investigamos desapariciones que no dejan rastro… ¿qué pasa si el responsable, si lo hay, quisiese hacer desaparecer también a quienes vamos tras él?

Era horrible pensarlo, pero no lo podía evitar. Tenían bastante experiencia en cosas así, por desgracia.
—Si involucras a tus amigos, quizá también deberías estar muy pendiente de ellos —advirtió a la nebulomante tras su explicación, y mirando a sus compañeros agregó—. Yo no tengo nada urgente hoy, tampoco. Creo que podríamos tener todos los artefactos listos muy pronto. Sobre el precio...
Miró a sus compañeros con una pregunta muda. ¿Iba incluido en el precio si tenían que acudir a ayudarla? ¿Lo obviaban de cara a colaboraciones futuras?

El vampiro siguió atendiendo a la conversación. Pensó que debía tatuarse el comentario que le dedicó Giz y que siguió el fuego fatuo, y les dedicó un gesto de la cabeza con una sonrisa cuando dijeron que era de la casa. Era de esas cosas que sabía, que atesoraba pero costaban asumir en una constante y que en momentos vulnerables se emborronaban. Que Gael se sumara no hacía más que potenciar el efecto. Venía bien la afirmación y lo valoraba mucho.

Irianna también se lo agradeció y añadió algo que le hizo sonreír igualmente, pero con cierta tristeza.
—Ya lo ha dicho aquí el amigo fatuo, corremos peligro solo por investigar esto. Pero añado más: corremos peligro solo por vivir en Rocavarancolia mientras anda suelto alguien que se dedique a hacer desaparecer a la gente. Corremos más peligro mientras no entendamos el patrón o sus objetivos, pero el hecho de conocer sus intenciones nos devuelve al primer punto, a llevar una diana por investigarle. Así que, prefiero moverme antes que llevarme una sorpresa.

>>Me sumo también a eso último. A partir de ahora Erika y yo avisaremos de nuestra ubicación y hacia dónde vamos, por si acaso.