Primer sueño de Hiss

Era otra vez esa sensación, como cuando te distraes y sabes que hay algo obvio que debería venirte a la mente pero una parte de la misma está ocupada. Creo que sé qué está pasando pero al mismo tiempo no... Algo falla. Debería recordar algo pero no sé qué.

Por algún motivo el que todo sea negro no me choca. No me disgusta, aunque el hecho de no ver horizonte alguno ni obstáculos. Este ¿¿lugar?? no parece material. Doy un paso tanteando el suelo. Surgen pequeñas ondas, como si fuera una superficie líquida. No me hundo.
-¿Hola?
Mi voz suena amortiguada pero sin eco. Los últimos restos de espejo líquido terminan de gotear y la superficie del suelo vuelve a calmarse. Todo tiene sentido.
-Oscuridad -susurró solo para escuchar mi voz cubrir el ruido de fondo.

El único sonido de fondo es el del deslizamiento del péndulo. No me pregunto por qué sabía que estaba ahí antes de verlo con mis ojos ¿físicos?.

¿Qué haces? ¿Para qué sirves? ¿Quién te ha puesto ahí?
No sé si lo he pronunciado o pensado.

Tengo que hacer algo. No sé qué. Puedo moverme y esperar a que la situación cambie o esperar a que el péndulo haga algo. La idea de moverse hacia la oscuridad parece menos interesante que la de intentar descifrar los grabados del mismo. ¿No debería saberlo ya? ¿Por qué no lo sé?

Cuento mil oscilaciones. Nada cambia. Entonces, espero a que el péndulo esté recto y lo toco con cautela.

Me están mirando. Dejad de de mirarme. No lo soporto. Ni siquiera hay donde esconderse. Dejad de mirarme. Es muy molesto. Por favor.

Presa de una fascinación macabra, los observo. No puedo apartar la mirada. Estos ojos... no son normales. Antes de qué me dé tiempo a fijarme detenidamente en ellos, empiezan a moverse frenéticamente.

Caigo al suelo hacia atrás, de cuelo, retrocediendo mientras intento levantarme. JODER. JODER. JODER, QUÉ COÑO ES ESTO.

Nada. No hacen nada. Paro.
Esta podría ser una escena de una película de terror surrealista fácilmente.

De algún modo no me he hecho daño. Intento calmar mi pulso... pero ni siquiera se ha acelerado. Qué más da. Vuelvo a tener la cabeza fría. Los miro otra vez. No paran de moverse. Uno de ellos, particularmente oscuro, me llama la atención.
Tengo la sensación de que... Si dejo de mirarlos ellos harán lo mismo. Si no los veo ellos tampoco podrán verme.
De algún modo esto tiene mucho sentido.

Me acerco a la puerta cuyo ojo más me fascina, ignorando las demás.
Contengo la desagradable tentación de meterle el dedo.
Cojo aire y dejo de respirar.
Cierro los ojos.
Empujo.

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Entonces, empiezo a ver un patrón. Uno de ellos suena con más fuerza que los demás, como si me llamara, pero no veo al causante del sonido en particular por ninguna parte. Ignoro el ruido de fondo y al hacerlo el tiempo parece discurrir más despacio. Mucho mejor así.

TAC

Mi pulso se ralentiza de nuevo. Juraría que sigue el ritmo de los relojes.

TIC

Más y más. Me relajo. El ritmo me tranquiliza.

TAC

Perro no pienso quedarme aquí. El camino parece interminable pero si existe un camino existe un destino, obviamente. Echo a andar.

TIC

Llego a la altura del primer péndulo. Creo que estoy caminando de lado y el reloj se encuentra... ¿abajo? Cierro los ojos y espero a sentirlo pasar frente a mí. Acto seguido, doy dos pasos adelante.

TAC

Sigo.

TIC

Y sigo. Y sigo. ¿Es cosa mía o el ritmo se acerca más cada vez más? Las losas, blancas y negras, no varían pero se retuercen hasta el punto en el que ya no sé en qué dirección estoy mirando.

TAC

No hay duda de que he perdido la noción del espacio. Y probablemente la del tiempo también. ¿Cuánto rato llevo caminando? Miro atrás.
...
No hay camino.

TIC

Nada tiene sentido. Estoy harta. Vuelvo a mirar adelante y echo a correr.

TAC

Algo pesado me golpea y me deja sin aire. Intento aferrarme al péndulo pero mis manos resbalan por su superficie.

TIC

Estoy cayendo. Lentamente. De espaldas. Pero ¿hacia dónde?
Me doy la vuelta y lo veo.

¿Qué demonios? Esto no tiene sentido.

El TAC no llega.