Clínica Luna Roja
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Clínica Luna Roja
29/10/15, 11:47 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Mansión de dos pisos de color burdeos rodeada por una verja. Dos entradas, la principal, destinada a invitados/clientes, da lugar a un hall con dos puertas laterales, la izquierda da a la clínica y la derecha a un pasillo. El pasillo tiene unas escaleras que suben al piso de arriba donde están las habitaciones, y bajan al sótano. La otra entrada es lateral para los habitantes y da a una cocina conectada al pasillo por una puerta cercana a las escaleras. Tiene un jardín trasero grande con un pequeño huerto donde se cultivan plantas para alquimia.
El edificio está actualmente abandonado tras el asesinato de su dueño.
El edificio está actualmente abandonado tras el asesinato de su dueño.
- Interior:
La zona de la clínica tiene varias habitaciones. La primera es una sala de espera con sillas cómodas y adaptadas a cualquier tipo de transformación, hay un baño equipado con lo básico: Lavamanos, espejo, váter, etc. La consulta tiene una mesa de madera y unas sillas, una planta en una esquina y un armario con algunos libros de medicina y de magia.
Una puerta da a un quirofáno equipado con una mesa de operaciones metálica, varios armaritos con las cosas que podrían ser necesarias en caso de operación sin magia y runas con hechizos limpiadores que esterilizan la sala y lo que hay en ella al usarlos.
Desde el quirófano se puede acceder al laboratorio de Enredo, lugar donde prepara medicinas o brebajes alquímicos (tiene una salida al jardín). En el laboratorio hay una pequeña despensa donde guarda ingredientes o pociones que se pueden estropear por la luz.
Desde el quirófano también se puede ir a una sala con varias camas por si alguien se tiene que quedar ingresado. De esa sala hay otra salida que da al pasillo de la zona de vivienda. Lugar desde donde se puede ir a la cocina, a la entrada o subir las escaleras para ir al piso de arriba, o bajarlas para ir al sótano. Tanto las escaleras como la cocina están protegidas para que sólo dueños o allegados puedan traspasar sus fronteras.
La cocina está equipada con una mesa grande para comer y una despensa con comida, tiene también un horno y fogones para cocinar, así como armarios para guardar platos, vasos y demás utensilios de cocina.
El sótano contiene un centro de entrenamiento físico sobre todo para DL. También tiene una parte de almacenaje.
El piso de arriba contiene la vivienda propiamente dicha, tiene varias habitaciones. Tres dormitorios, un baño grande, una sala de estar con estanterías a modo de biblioteca y un salón comedor.
La casa está equipada con hechizos protectores, runas, salvaguardas y está cubierta por una capa de enredaderas muy venenosas que Enredo se ocupó de volver invisibles. Nadie puede mirar dentro ni traspasar sus paredes con hechizos de visión ni intangibilidad, incluso dentro de la propia casa no se puede mirar al interior de la zona de la clínica con magia y viceversa, todo para salvaguardar la intimidad de los habitantes y de los clientes de la clínica.
Planos
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Clínica Luna Roja
21/09/17, 05:04 pm
Enredo se rió del trasgo en su cara.
-¿Crees que me preocupa una puerta? - le dijo con sorna.- En vez de preocuparte por eso deberías empezar a preocuparte por tu vida - amenazó.
La luz ochroria lo pilló de sorpresa y lo cegó. Un gruñido de enfado se transformó en uno de satisfacción cuando sintió las enredaderas que atenazaban los pies del guerrero. Éstas comenzaron a trepar por su cuerpo a una velocidad vertiginosa clavando sus espinas por doquier.
Necesitaba recuperar la vista y gracias a su trabajo sabía como eliminar una ceguera pasajera como aquella. Trazó los signos de un hechizo que recubrió su mano de de una fantasmagórica luz verde, se tapó los ojos con la mano y al retirarla sobre ésta había dos esferitas negras. Enredo volvía a ver.
-Tendrás que intentarlo mejor que eso, trasgo -le soltó con desprecio.- Claramente me habéis subestimado - dijo apuntando al trasgo y disparando un hechizo de impacto tras otro en su dirección.
Más enredaderas iban en dirección al trasgo, unas completamente visibles y otras invisibles. Las visibles eran las nuevas que había plantado el brujo ese mismo día, las invisibles eran las defensas de la casa. La trampa era obvia.
-¿Crees que me preocupa una puerta? - le dijo con sorna.- En vez de preocuparte por eso deberías empezar a preocuparte por tu vida - amenazó.
La luz ochroria lo pilló de sorpresa y lo cegó. Un gruñido de enfado se transformó en uno de satisfacción cuando sintió las enredaderas que atenazaban los pies del guerrero. Éstas comenzaron a trepar por su cuerpo a una velocidad vertiginosa clavando sus espinas por doquier.
Necesitaba recuperar la vista y gracias a su trabajo sabía como eliminar una ceguera pasajera como aquella. Trazó los signos de un hechizo que recubrió su mano de de una fantasmagórica luz verde, se tapó los ojos con la mano y al retirarla sobre ésta había dos esferitas negras. Enredo volvía a ver.
-Tendrás que intentarlo mejor que eso, trasgo -le soltó con desprecio.- Claramente me habéis subestimado - dijo apuntando al trasgo y disparando un hechizo de impacto tras otro en su dirección.
Más enredaderas iban en dirección al trasgo, unas completamente visibles y otras invisibles. Las visibles eran las nuevas que había plantado el brujo ese mismo día, las invisibles eran las defensas de la casa. La trampa era obvia.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Clínica Luna Roja
21/09/17, 06:05 pm
—¡Demasiadas amenazas para venir de un mierdas como tú que llora a sin esencias!
El trasgo estaba cabreado de verdad, pero no tenía tiempo que perder, solo había ganado un poco mientras Enredo estaba cegado. El problema era que Cerril también reclamaba su atención.
—¡Échame una mano de una vez, Estrago, esto es culpa tuya! —berreaba. Notaba como lo que estaba enroscándosele trepaba por sus piernas hacia su torso, clavándole pinchos. Allí donde se hundían, notaba un hormigueo, y no paraba de revolverse y quejarse mientras se las arrancaba a ciegas—. ¡Esta mierda… no paran de salir, tenemos que pirarnos! —chilló Cerril, suponiendo que Estrago entendería a qué se refería. Pero el trasgo le miró y no entendió qué estaba haciendo.
—¡Lárgate tú, yo tengo cuentas pendientes! —le dijo. Apenas tuvo tiempo de conjurar un hechizo de constricción para que mermase las defensas físicas del brujo. Este empezaba a lanzarle hechizos sin mediar palabra, y aunque esquivó todo lo que pudo, las defensas físicas de Estrago terminaron por deshacerse, dejándolo a merced de las enredaderas.
—¿Qué…? —La impresión de ser agarrado por los tobillos le impidió renovar sus defensas antes de que un nuevo hechizo de impacto lo alcanzase.
—¡Estrago! ¡No sé qué coño estás haciendo pero ven aquí a ayudarme!
El trasgo estaba demasiado aturdido para responderle en ese momento.
El trasgo estaba cabreado de verdad, pero no tenía tiempo que perder, solo había ganado un poco mientras Enredo estaba cegado. El problema era que Cerril también reclamaba su atención.
—¡Échame una mano de una vez, Estrago, esto es culpa tuya! —berreaba. Notaba como lo que estaba enroscándosele trepaba por sus piernas hacia su torso, clavándole pinchos. Allí donde se hundían, notaba un hormigueo, y no paraba de revolverse y quejarse mientras se las arrancaba a ciegas—. ¡Esta mierda… no paran de salir, tenemos que pirarnos! —chilló Cerril, suponiendo que Estrago entendería a qué se refería. Pero el trasgo le miró y no entendió qué estaba haciendo.
—¡Lárgate tú, yo tengo cuentas pendientes! —le dijo. Apenas tuvo tiempo de conjurar un hechizo de constricción para que mermase las defensas físicas del brujo. Este empezaba a lanzarle hechizos sin mediar palabra, y aunque esquivó todo lo que pudo, las defensas físicas de Estrago terminaron por deshacerse, dejándolo a merced de las enredaderas.
—¿Qué…? —La impresión de ser agarrado por los tobillos le impidió renovar sus defensas antes de que un nuevo hechizo de impacto lo alcanzase.
—¡Estrago! ¡No sé qué coño estás haciendo pero ven aquí a ayudarme!
El trasgo estaba demasiado aturdido para responderle en ese momento.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Clínica Luna Roja
21/09/17, 06:41 pm
Enredo estaba dominando la batalla y lo sabía, su superioridad tanto mágica como en número, gracias a las enredaderas, era abrumadora. Sintió también cómo su dominio se enroscaba en las piernas del trasgo y le ordenó trepar e inmovilizar a Estrago.
Antes de descender a ras de suelo sin dejar de levitar el brujo lanzó dos hechizos de constricción para sellar los movimientos de sus rivales, primero al trasgo ya que era el único que podía usar magia. Esperaría pacientemente a que el veneno de sus enredaderas hiciera efecto y luego liberaría la magia que los ataba.
-Habéis cometido tres errores esta noche - les dijo avanzando con tranquilidad hacia ellos.- El primero ha sido atacarme borrachos como estáis, el segundo es hacerlo en mi propia casa, y el tercero es no haberos informado de mi dominio.
Algunas enredaderas visibles se arremolinaron tras el brujo mientras hablaba.
-Permitid que os presente a mis niñas - sonrió con desprecio a Estrago.- Y, al igual que tú, trasgo, son venenosas. Pero, a diferencia de ti no son mortales, aunque sí que su veneno actúa con mucha más celeridad. A tu amigo le doy veinte segundos más antes de que le cueste moverse, un par de minutos antes de estar totalmente paralizado.
-Tú en cambio aguantarás más, eres más resistente pero no inmune - le explicó ya a un metro del trasgo,- tú pierdes - sentenció.- ¿Qué se siente al perder contra "un mierdas que llora a sin esencias"? - preguntó antes de apuntar con su báculo al pecho del trasgo y soltar otro impacto contra él.
Antes de descender a ras de suelo sin dejar de levitar el brujo lanzó dos hechizos de constricción para sellar los movimientos de sus rivales, primero al trasgo ya que era el único que podía usar magia. Esperaría pacientemente a que el veneno de sus enredaderas hiciera efecto y luego liberaría la magia que los ataba.
-Habéis cometido tres errores esta noche - les dijo avanzando con tranquilidad hacia ellos.- El primero ha sido atacarme borrachos como estáis, el segundo es hacerlo en mi propia casa, y el tercero es no haberos informado de mi dominio.
Algunas enredaderas visibles se arremolinaron tras el brujo mientras hablaba.
-Permitid que os presente a mis niñas - sonrió con desprecio a Estrago.- Y, al igual que tú, trasgo, son venenosas. Pero, a diferencia de ti no son mortales, aunque sí que su veneno actúa con mucha más celeridad. A tu amigo le doy veinte segundos más antes de que le cueste moverse, un par de minutos antes de estar totalmente paralizado.
-Tú en cambio aguantarás más, eres más resistente pero no inmune - le explicó ya a un metro del trasgo,- tú pierdes - sentenció.- ¿Qué se siente al perder contra "un mierdas que llora a sin esencias"? - preguntó antes de apuntar con su báculo al pecho del trasgo y soltar otro impacto contra él.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Clínica Luna Roja
22/09/17, 03:03 pm
La pelea por zafarse de las enredaderas cesó en cuanto el brujo los constriñó usando un hechizo. Estrago apretó los dientes con fuerza por la rabia. Empezó a notar el hormigueo en su piel a la vez que Cerril berreaba que no sentía sus extremidades.
Habían sido atrapados y un niño de teta estaba intentando darles una lección. Como si las cosas no pudiesen ir ya suficientemente mal. Estrago sabía que el brujo dominaba las plantas, pero jamás pensó que estas fuesen a suponer un problema. No creía que el brujo fuese a obtener superioridad numérica haciendo crecer margaritas en plena batalla.
—Oh, cállate, te habría ganado si no estuvieses en tu maldita casa —llegó a protestar Estrago antes de recibir de lleno otro impacto, lo que hizo que Cerril tomase la palabra.
—No te vas a salir siempre con la tuya, medicucho de pacotilla. En Rocavarancolia las ofensas se pagan, y esta guerra la empezaste tú.
Habían sido atrapados y un niño de teta estaba intentando darles una lección. Como si las cosas no pudiesen ir ya suficientemente mal. Estrago sabía que el brujo dominaba las plantas, pero jamás pensó que estas fuesen a suponer un problema. No creía que el brujo fuese a obtener superioridad numérica haciendo crecer margaritas en plena batalla.
—Oh, cállate, te habría ganado si no estuvieses en tu maldita casa —llegó a protestar Estrago antes de recibir de lleno otro impacto, lo que hizo que Cerril tomase la palabra.
—No te vas a salir siempre con la tuya, medicucho de pacotilla. En Rocavarancolia las ofensas se pagan, y esta guerra la empezaste tú.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Clínica Luna Roja
26/09/17, 06:23 pm
Enredo miró con incredulidad al guerrero. No pensaba matar a ninguno de los dos, tenía otra cosa pensada, pero que el humano pensase que sobrevivirían al encuentro rayaba lo ridículo. El brujo sabía que cualquier otro los mataría sin pensárselo dos veces.
-Esta guerra no se ha empezado, te equivocas - le respondió con toda la calma de la que disponía.- Vais a morir aquí, tiraré vuestro cuerpo al abismo y si os buscan vuestro rastro llevará ahí. Todo el mundo pensará que os tirásteis en una noche de borrachera, no seríais los primeros y por eso nadie hará más preguntas - mintió esperando que la idea calase en ambos.- Y ya estoy harto de oíros rebuznar - dijo antes de ordenar a sus enredaderas que sirvieran como mordaza.
El brujo se hizo un asiento de plantas trepadoras y se sentó a la espera de que el veneno surtiese todo su efecto. Mientras se dedicó a romper sus defensas mágicas con la menor cantidad de magia posible. Una vez rotas Enredo compuso una sonrisa lo más aviesa que pudo, cualquiera de sus amigos se hubiese reído de que intentase dar miedo. Con esa sonrisa el brujo durmió a los asaltantes, sumiéndoles en un profundo sueño del que no despertarían hasta que él no lo quisiese.
Invocó un lacayo grotesco y lo mandó a buscar a Shizel a su residencia en el castillo. "Shiz, necesito tu ayuda, es urgente" ese era el mensaje que el ser llevaba consigo.
Enredo entró en su casa con los cuerpos de los borrachos levitando tras él, los dejó en la sala de camillas, los ató y luego esperó con paciencia en su despacho. Shiz encontraría la puerta de la entrada destrozada pero las defensas de la casa levantadas para que pasase.
-Esta guerra no se ha empezado, te equivocas - le respondió con toda la calma de la que disponía.- Vais a morir aquí, tiraré vuestro cuerpo al abismo y si os buscan vuestro rastro llevará ahí. Todo el mundo pensará que os tirásteis en una noche de borrachera, no seríais los primeros y por eso nadie hará más preguntas - mintió esperando que la idea calase en ambos.- Y ya estoy harto de oíros rebuznar - dijo antes de ordenar a sus enredaderas que sirvieran como mordaza.
El brujo se hizo un asiento de plantas trepadoras y se sentó a la espera de que el veneno surtiese todo su efecto. Mientras se dedicó a romper sus defensas mágicas con la menor cantidad de magia posible. Una vez rotas Enredo compuso una sonrisa lo más aviesa que pudo, cualquiera de sus amigos se hubiese reído de que intentase dar miedo. Con esa sonrisa el brujo durmió a los asaltantes, sumiéndoles en un profundo sueño del que no despertarían hasta que él no lo quisiese.
Invocó un lacayo grotesco y lo mandó a buscar a Shizel a su residencia en el castillo. "Shiz, necesito tu ayuda, es urgente" ese era el mensaje que el ser llevaba consigo.
Enredo entró en su casa con los cuerpos de los borrachos levitando tras él, los dejó en la sala de camillas, los ató y luego esperó con paciencia en su despacho. Shiz encontraría la puerta de la entrada destrozada pero las defensas de la casa levantadas para que pasase.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Clínica Luna Roja
26/09/17, 07:34 pm
"Urgente" no era una palabra que se utilizase a la ligera en Rocavarancolia. Shizel había vuelto hacía poco de una visita a Irraria y estaba descansando, pero acudió enseguida en respuesta al recado que le trajo el lacayo. Cayó entonces en la cuenta de que debería aprender magia de teletransporte, pero no había tenido tiempo para estudiarla. Convocó una esfera de contención para llegar más rápido.
La imagen de la puerta rota fue lo primero que le saltó a la vista, chillándole en silencio que le prestara atención. La posibilidad de haber llegado tarde le heló la sangre en las venas de una forma que había olvidado tras la transformación; y no por gélida ésta fluyó más despacio a su cerebro, que bullía de repente con todas las terribles posibilidades a la vez. Enredo siempre había tenido el corazón demasiado blando, alguien tenía que haberse aprovechado de aquel exceso de compasión tendiéndole una trampa. O podía haber curado a gente metida en negocios sucios y que éstos hubieran querido asegurarse de que no iba a abrir la boca. Shizel lo sabía, porque lo había experimentado en sus propias carnes.
Tres Lunas atrás (más ingenuo, con la sangre menos fría, sin transformar) el skrýmir habría entrado en tropel a buscar a su amigo. Ahora en cambio se obligó a detenerse a poca distancia de la casa. Enviar un lacayo grotesco a explorar frente a él había sido una de las medidas que había aprendido a utilizar en su antiguo trabajo. Aguardó su regreso con el corazón encogido. Erigió la capa de hielo sobre su piel como defensa preventiva, con la mirada fija en las ventanas de la casa en busca de movimiento.
Sorprendentemente, las noticias que recibió de vuelta eran buenas. Enredo estaba dentro, vivo, y las dos personas que le acompañaban en la casa estaban reducidas. Perplejo, Shizel accedió con facilidad al interior de la mansión. Comprobó que efectivamente las defensas de la casa le dejaban pasar sin impedimentos.
—¿Enredo? —su voz era una mezcla de confusión y cautela cuando llegó al despacho, donde el lacayo le había indicado que estaría el brujo—. ¿Qué es esto?
La imagen de la puerta rota fue lo primero que le saltó a la vista, chillándole en silencio que le prestara atención. La posibilidad de haber llegado tarde le heló la sangre en las venas de una forma que había olvidado tras la transformación; y no por gélida ésta fluyó más despacio a su cerebro, que bullía de repente con todas las terribles posibilidades a la vez. Enredo siempre había tenido el corazón demasiado blando, alguien tenía que haberse aprovechado de aquel exceso de compasión tendiéndole una trampa. O podía haber curado a gente metida en negocios sucios y que éstos hubieran querido asegurarse de que no iba a abrir la boca. Shizel lo sabía, porque lo había experimentado en sus propias carnes.
Tres Lunas atrás (más ingenuo, con la sangre menos fría, sin transformar) el skrýmir habría entrado en tropel a buscar a su amigo. Ahora en cambio se obligó a detenerse a poca distancia de la casa. Enviar un lacayo grotesco a explorar frente a él había sido una de las medidas que había aprendido a utilizar en su antiguo trabajo. Aguardó su regreso con el corazón encogido. Erigió la capa de hielo sobre su piel como defensa preventiva, con la mirada fija en las ventanas de la casa en busca de movimiento.
Sorprendentemente, las noticias que recibió de vuelta eran buenas. Enredo estaba dentro, vivo, y las dos personas que le acompañaban en la casa estaban reducidas. Perplejo, Shizel accedió con facilidad al interior de la mansión. Comprobó que efectivamente las defensas de la casa le dejaban pasar sin impedimentos.
—¿Enredo? —su voz era una mezcla de confusión y cautela cuando llegó al despacho, donde el lacayo le había indicado que estaría el brujo—. ¿Qué es esto?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Clínica Luna Roja
26/09/17, 09:39 pm
Enredo estaba tan concentrado en sus pensamientos que no vio al lacayo grotesco de su amigo. Pensaba en las últimas palabras del chico muerto en su mesa de operaciones, había hablado de otros...
-Oh, hola Shiz - le saludó ligeramente sorprendido.- Nada, dos imbéciles que me han atacado esta noche. Resulta que el trasgo quería de vuelta el cuerpo de ese chico - dijo señalando con la cabeza el cuerpo que se vislumbraba al otro lado de la puerta de operaciones.- Yo me negué y esta noche ha vuelto con un amigo, ambos muy borrachos. He podido matarlos Shiz... y por un momento realmente me lo he pensado. Pero yo no soy como ellos, y me niego a serlo - le dijo a su amigo.
-Necesito un favor, quiero que les borres la memoria de este día - le pidió.- No quiero que sepan que han estado aquí, el trasgo no puede recordar tampoco que vino esta mañana y... el chico me dijo que salvara a otros, quiero saber de quien se trata - explicó.- Si necesitas magia yo puedo ofrecerte la mía.
-Oh, hola Shiz - le saludó ligeramente sorprendido.- Nada, dos imbéciles que me han atacado esta noche. Resulta que el trasgo quería de vuelta el cuerpo de ese chico - dijo señalando con la cabeza el cuerpo que se vislumbraba al otro lado de la puerta de operaciones.- Yo me negué y esta noche ha vuelto con un amigo, ambos muy borrachos. He podido matarlos Shiz... y por un momento realmente me lo he pensado. Pero yo no soy como ellos, y me niego a serlo - le dijo a su amigo.
-Necesito un favor, quiero que les borres la memoria de este día - le pidió.- No quiero que sepan que han estado aquí, el trasgo no puede recordar tampoco que vino esta mañana y... el chico me dijo que salvara a otros, quiero saber de quien se trata - explicó.- Si necesitas magia yo puedo ofrecerte la mía.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Clínica Luna Roja
28/09/17, 06:37 pm
Al ver lo despreocupadamente que hablaba el brujo del incidente Shizel no pudo evitar pensar que, dijera lo que dijera, parte de la oscuridad de la ciudad ya había llegado a él.
—¿Y por qué no se lo has dado? —preguntó sorprendido. ¿Para qué necesitaba tanto el cuerpo de un desconocido Enredo que había estado dispuesto a luchar por él?
Frunció el ceño, intentando no traslucir que la petición le ponía muy incómodo. Había buscado aquel puesto en el castillo con plena intención de hacer borrón y cuenta nueva, y no le hacía gracia que le surgieran más encargos relacionados con su antiguo trabajo sin haberlos pedido. A Enredo le haría ese favor porque eran amigos, pero esperaba que no se volviera costumbre. Le traía malos recuerdos.
Rechazó el ofrecimiento de magia con un gesto de la mano.
—Voy bien de reservas, gracias —Irraria bullía menos de magia que Rocavarancolia, por descontado, pero por fortuna podía encontrarse por las calles subterráneas con asiduidad alguna demostración pública de magia rocavarancolesa. El skrýmir estaba ansioso de que le dejaran encargarse de una, de hecho—. Pero vas a tener que explicarme esto un poco mejor, o me dejaré cabos sueltos sin querer.
—¿Y por qué no se lo has dado? —preguntó sorprendido. ¿Para qué necesitaba tanto el cuerpo de un desconocido Enredo que había estado dispuesto a luchar por él?
Frunció el ceño, intentando no traslucir que la petición le ponía muy incómodo. Había buscado aquel puesto en el castillo con plena intención de hacer borrón y cuenta nueva, y no le hacía gracia que le surgieran más encargos relacionados con su antiguo trabajo sin haberlos pedido. A Enredo le haría ese favor porque eran amigos, pero esperaba que no se volviera costumbre. Le traía malos recuerdos.
Rechazó el ofrecimiento de magia con un gesto de la mano.
—Voy bien de reservas, gracias —Irraria bullía menos de magia que Rocavarancolia, por descontado, pero por fortuna podía encontrarse por las calles subterráneas con asiduidad alguna demostración pública de magia rocavarancolesa. El skrýmir estaba ansioso de que le dejaran encargarse de una, de hecho—. Pero vas a tener que explicarme esto un poco mejor, o me dejaré cabos sueltos sin querer.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Clínica Luna Roja
28/09/17, 09:12 pm
-Por que no quise - le respondió Enredo al skrýmir.- Yo no puedo mirar dentro de la psique de una persona para ver sus sufrimientos pero no me ha hecho falta. En su cuerpo estaba tatuado el dolor que había sufrido. Y más estos últimos días. El chico se estaba pudriendo por dentro, de forma literal. No me parecía justo dejar que encima le pasase eso en la muerte.
Enredo asintió a su amigo y le hizo una seña para que lo siguiera. Ordenó sus pensamientos y luego se lo contó. Cómo el trasgo había aprecido en su puerta con el cuerpo del chico, cómo él había tratado de salvarlo y no había podido, le contó el primer enfrentamiento con el trasgo y cómo éste se había ido. Le contó las últimas palabras del chico y la vuelta del trasgo, no omitió detalle alguno de su enfrentamiento con los asaltantes.
-Perdona por pedirte esto Shiz. Sé que no es plato de buen gusto - le dijo con pesar en la voz.
-Se merecen algo mucho peor que esto - comentó contemplando los cuerpos de ambos.
Enredo asintió a su amigo y le hizo una seña para que lo siguiera. Ordenó sus pensamientos y luego se lo contó. Cómo el trasgo había aprecido en su puerta con el cuerpo del chico, cómo él había tratado de salvarlo y no había podido, le contó el primer enfrentamiento con el trasgo y cómo éste se había ido. Le contó las últimas palabras del chico y la vuelta del trasgo, no omitió detalle alguno de su enfrentamiento con los asaltantes.
-Perdona por pedirte esto Shiz. Sé que no es plato de buen gusto - le dijo con pesar en la voz.
-Se merecen algo mucho peor que esto - comentó contemplando los cuerpos de ambos.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Clínica Luna Roja
01/10/17, 05:25 pm
Shizel frunció el ceño.
—Enredo, no puedes hacer eso. Vas a perder clientela si vas a quedarte sin avisar los cadáveres de quien te traigan —le señaló—. Si se me hubiese muerto alguien cercano yo también habría querido recuperarlo.
Cuando su amigo le explicó el resto, sin embargo, comprendió qué había pasado. El conflicto interno no disminuyó mucho, y la expresión del skrýmir se mantuvo reservada mientras el brujo le guiaba por la casa. No se podía luchar contra todas las injusticias del mundo en Rocavarancolia: se sobrevivía allí aprendiendo a cerrar los ojos y hacer la vista gorda para poder dormir por las noches.
—De acuerdo —asintió lentamente. A aquellas alturas se trataba de una cuestión de seguridad. Si no lo hacía, en cuanto despertaran en cualquier parte aquellos dos volverían a ir a por Enredo y esta vez no dejarían cabos sueltos—. Voy a mezclarles el día de ayer con la borrachera de hoy para que no se lo piensen mucho. Intentaré que crean que nunca llegaron a llevar a ese chico a un sanador y que sólo lo hablaron, pero que se murió antes. ¿Te parece bien?
—Enredo, no puedes hacer eso. Vas a perder clientela si vas a quedarte sin avisar los cadáveres de quien te traigan —le señaló—. Si se me hubiese muerto alguien cercano yo también habría querido recuperarlo.
Cuando su amigo le explicó el resto, sin embargo, comprendió qué había pasado. El conflicto interno no disminuyó mucho, y la expresión del skrýmir se mantuvo reservada mientras el brujo le guiaba por la casa. No se podía luchar contra todas las injusticias del mundo en Rocavarancolia: se sobrevivía allí aprendiendo a cerrar los ojos y hacer la vista gorda para poder dormir por las noches.
—De acuerdo —asintió lentamente. A aquellas alturas se trataba de una cuestión de seguridad. Si no lo hacía, en cuanto despertaran en cualquier parte aquellos dos volverían a ir a por Enredo y esta vez no dejarían cabos sueltos—. Voy a mezclarles el día de ayer con la borrachera de hoy para que no se lo piensen mucho. Intentaré que crean que nunca llegaron a llevar a ese chico a un sanador y que sólo lo hablaron, pero que se murió antes. ¿Te parece bien?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Clínica Luna Roja
03/10/17, 04:30 pm
-De acuerdo - asintió al plan de su amigo.- ¿Puedes hacer también que piense que se lo comió? Así no echará en falta el cuerpo. Y otra cosa, Shiz. ¿Puedes averiguar a qué se refería el chico con otros? Tengo una sospecha pero quiero confirmarlo.
Enredo había supuesto que junto con aquel varmano había otros chicos, igual de asustados que él. El brujo quería rescatarlos pero para eso necesitaba saber si quedaba algo que rescatar, también le vendría bien saber las protecciones de la casa del trasgo.
Esperaba que tras ver los horrores a los que sometían a aquellos chicos Shiz no pusiese muchas pegas.
Enredo había supuesto que junto con aquel varmano había otros chicos, igual de asustados que él. El brujo quería rescatarlos pero para eso necesitaba saber si quedaba algo que rescatar, también le vendría bien saber las protecciones de la casa del trasgo.
Esperaba que tras ver los horrores a los que sometían a aquellos chicos Shiz no pusiese muchas pegas.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Clínica Luna Roja
05/10/17, 12:49 am
—Sí —aquel detalle era algo fácil. No tenía más que buscar cualquiera de los muchos recuerdos de comilonas que albergase el trasgo y reproducirlo con fiabilidad en el espacio vacío que había dejado. Un "copiapega", como le había explicado DL una vez que Shizel le había preguntado sobre su antiguo trabajo como informático. El skrýmir recordaba haberse sentido estúpido constantemente durante toda aquella conversación, como si siempre fuese un paso por detrás.
Hubo un nuevo silencio mientras el idrino hurgaba entre los recuerdos de los dos asaltantes. Enredo había tenido suerte de que se tratase de dos rufianes de poca monta, porque de haber llegado a enfadar a alguien importante podría haber sido el mismo brujo quien estuviese sufriendo un lavado de cerebro, o mucho peor. Le refirió en la medida de lo que le fue posible la información que le había pedido.
—No estarás pensando en meterte ahí a las bravas, ¿verdad? —tuvo que preguntar justo después. Una parte de él esperaba que su amigo hubiese aprendido prudencia en el tiempo que llevaba en Rocavarancolia, pero la parte más realista no albergaba esperanzas. El deje en la voz del brujo desde que había llegado era el mismo tono que empleaba cuando surgía el tema de dama Azahar.
Hubo un nuevo silencio mientras el idrino hurgaba entre los recuerdos de los dos asaltantes. Enredo había tenido suerte de que se tratase de dos rufianes de poca monta, porque de haber llegado a enfadar a alguien importante podría haber sido el mismo brujo quien estuviese sufriendo un lavado de cerebro, o mucho peor. Le refirió en la medida de lo que le fue posible la información que le había pedido.
—No estarás pensando en meterte ahí a las bravas, ¿verdad? —tuvo que preguntar justo después. Una parte de él esperaba que su amigo hubiese aprendido prudencia en el tiempo que llevaba en Rocavarancolia, pero la parte más realista no albergaba esperanzas. El deje en la voz del brujo desde que había llegado era el mismo tono que empleaba cuando surgía el tema de dama Azahar.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Clínica Luna Roja
08/11/17, 10:45 pm
El brujo apretó los puños cuando se enteró de la mala vida que el trasgo les hacía pasar a sus cautivos. Se puso aún peor en el momento en que Shiz le dijo que quedaba uno en aquel sótano. Un joven idrino al parecer.
El trasgo vivía en una casa solo, y eso le daba una oportunidad a Enredo.
-Venga Shiz, me conoces demasiado bien como para saber que dejaré a un pobre chico muerto de miedo a merced de este monstruo - dijo mostrando una sonrisa que no tenía nada de alegre.- Lo único que necesito es saber si tiene algún tipo de defensas en su casa y que borres a ese idrino de su mente, que nunca haya existido - pidió.- Una vez hagas eso no voy a pedirte más, no voy a dejar que te pongas en peligro por mi culpa - le dijo un tanto solemne.
El trasgo vivía en una casa solo, y eso le daba una oportunidad a Enredo.
-Venga Shiz, me conoces demasiado bien como para saber que dejaré a un pobre chico muerto de miedo a merced de este monstruo - dijo mostrando una sonrisa que no tenía nada de alegre.- Lo único que necesito es saber si tiene algún tipo de defensas en su casa y que borres a ese idrino de su mente, que nunca haya existido - pidió.- Una vez hagas eso no voy a pedirte más, no voy a dejar que te pongas en peligro por mi culpa - le dijo un tanto solemne.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Clínica Luna Roja
13/11/17, 01:38 am
La culpabilidad acuchilló a Shizel en ese momento de la forma salvaje a la que creía haberse vuelto inmune en todo aquel tiempo viviendo en la ciudad. Tenía la cara del jovencito idrino grabada en la mente con la nitidez de quien acababa de verla, y con ella había regresado un recuerdo desagradable, empapado del tinte nauseabundo de lo que avergonzaba profundamente a uno mismo. No se lo había contado a nadie, como muchas otras cosas de la época en que trabajaba como mentalista a sueldo, pero aquélla era especial de la peor de las maneras posibles.
Recordó la avenida de las casas carnívoras, a alguien llamado Lapis Lázuli que le había conducido entre sus recovecos a una de ellas en particular. Al niño al que había tenido que borrar la memoria, un niño idrino que le había suplicado en su idioma y con lágrimas en los ojos que le ayudase, que no le dejase con aquel monstruo, que le haría cosas terribles. Aquel momento en que la ciudad le había echado en cara que necesitaba escoger entre ella y su antigua patria, y Shizel había elegido.
Había evitado marcadamente la avenida desde entonces.
Apretó los labios con acidez. Shizel no lo sentía a menudo, pero aquella vez sentía el sabor del desprecio por sí mismo inundarle la boca.
—Enredo, no lo entiendes. No es sólo eso —sacudió la cabeza, frustrado. ¿Era porque Enredo estaba siendo obtuso o porque envidiaba aquel idealismo en sus ojos? El lujo de quien todavía tenía las manos limpias—. Si irrumpes en su casa y echas abajo sus defensas lo notarán al volver. Da igual que no echen de menos al idrino. ¿Crees que no te rastrearán?
No eran las verdaderas razones por las que se negaba. Y tal vez en otro momento se habría plantado en su negativa, pero la culpa seguía royéndole por dentro, excavándole un agujero doloroso en algún lugar del pecho. Exhaló una mezcla de suspiro y resoplido antes de hacer un gesto para indicarle al brujo que claudicaba.
—No vuelvas a hacerlo, por favor —le advirtió mientras hacía lo que le había pedido—. En algún momento vas a abarcar más de lo que puedas morder.
Recordó la avenida de las casas carnívoras, a alguien llamado Lapis Lázuli que le había conducido entre sus recovecos a una de ellas en particular. Al niño al que había tenido que borrar la memoria, un niño idrino que le había suplicado en su idioma y con lágrimas en los ojos que le ayudase, que no le dejase con aquel monstruo, que le haría cosas terribles. Aquel momento en que la ciudad le había echado en cara que necesitaba escoger entre ella y su antigua patria, y Shizel había elegido.
Había evitado marcadamente la avenida desde entonces.
Apretó los labios con acidez. Shizel no lo sentía a menudo, pero aquella vez sentía el sabor del desprecio por sí mismo inundarle la boca.
—Enredo, no lo entiendes. No es sólo eso —sacudió la cabeza, frustrado. ¿Era porque Enredo estaba siendo obtuso o porque envidiaba aquel idealismo en sus ojos? El lujo de quien todavía tenía las manos limpias—. Si irrumpes en su casa y echas abajo sus defensas lo notarán al volver. Da igual que no echen de menos al idrino. ¿Crees que no te rastrearán?
No eran las verdaderas razones por las que se negaba. Y tal vez en otro momento se habría plantado en su negativa, pero la culpa seguía royéndole por dentro, excavándole un agujero doloroso en algún lugar del pecho. Exhaló una mezcla de suspiro y resoplido antes de hacer un gesto para indicarle al brujo que claudicaba.
—No vuelvas a hacerlo, por favor —le advirtió mientras hacía lo que le había pedido—. En algún momento vas a abarcar más de lo que puedas morder.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Clínica Luna Roja
07/05/18, 01:11 am
(Post posterior a la muerte Ariv y de RR -aun no sabe de esta última-)
Desde la muerte de Ariv todo se estaba yendo a la mierda. No, probablemente llevaban en la mierda desde hacia bastante tiempo, o al menos así se sentía el. La perdida de su antigua compañera solo afianzaba mas aquel pensamiento y ver como por toda la ciudad mas gente iba cayendo, desconocidos unos y conocidos otros estaba afectándole mas de lo que había llegado a esperar.
Se respiraba un aire incomodo, unido al desconcierto generalizado sobre lo que ocurría que no aportaba mucha calma tampoco. Las muertes en Rocavarancolia era normales, no era nada sorprendentes, pero que tanta gente cayese de formas tan repentinas y con algunas extrañas similitud solo afianzaba el malestar. En otro tiempo Dédalo habría indagado, se habría hecho mil y una elucubraciones sobre lo que ocurría, habría sacado ciento de conjeturas cada cual mas extraña que la anterior, pero se sentía agotado, como si el aire le faltase con cada día que pasaba en la ciudad y el pensamiento de 'quien seria el siguiente' tomaba mas y mas poder en su mente.
Ya había perdido a otro de sus escasos lazos con la realidad, otra de las relaciones que había creado por primera vez al pisar aquel lugar y los que aun quedaban, los sentía cada vez mas y mas lejos, como si ellos fuesen capaces de avanzar a un destino desconocido y el siguiera ahí, encadenado al suelo, a los recuerdos. El agotamiento por aquellos pensamientos arrolladores, por las escasas horas de sueño que lograba tener, horas que temía por las pesadillas que lo amenazaban, mostrando constantemente sus mayores temores. Todo eso estaba acabando lentamente con su cordura y la coraza que se forzaba en mantener.
¿Cuando había sido la ultima vez que se había enojado realmente? ¿Que había expresado, sinceramente como se sentía? ¿Que había sacado afuera aquello que tenia atorado en la garganta? No se acordaba. Probablemente nunca lo había hecho desde que se transformó, tal vez realmente dejo una parte suya allá atrás, el día de la Luna, que no supo recuperar y que ya no recordaba cual era.
Sus pesadillas parecían querer intentar hacerle recordar la perdida de lo que una vez fue, de una forma atroz, mostrando las múltiples fallas que había cometido tras transformarse, lo inestable de su comportamiento...lo falso que era al mostrar su sentir. Nadie conocía realmente quien era DL, ni siquiera el mismo lo recordaba con exactitud, incluso aunque intentaba con todas sus fuerzas ser igual a como era no lo lograba. Pues el había cambiado, la situación había cambiado y los demás también lo había hecho y eso era aterrador. No sabia si esas pesadillas eran dadas por alguien mas o eran simplemente la forma que tenía su subconsciente de recriminarle todo aquello; o de simplemente hacerle recordar que sus miedos existían aunque se forzase en ocultarlos bajo bromas y comentarios, tras horas y horas trabajando para no pensar en nada.
¿Porque se esforzaba tanto en intentar ser aun 'DL'?¿Importaba realmente? No debería importar, nada de lo que fue permanecía ya en Rocavarancolia. Solo existían en los vagos recuerdos de sus amistades, pero era precisamente eso lo que deseaba mantener de forma ciega incluso si eso suponía tragarse todo lo que sentía para evitar importunar y mostrarles algo que no reconocerían como propio de 'el'. Porque 'DL' o 'Dédalo', daba igual la mascara que usara el resultado era el mismo, aunque hubiese intentando cambiarlo, a ojos de todo el mundo era ese chico incapaz de hacer algo a derechas a la primera, con un tendencia total a equivocarse y sin mucha autoestima ni confianza, siempre activo, sumamente paranoico y que le daba mil vueltas a todo. Y que siempre estaba allí para los demás, pero nunca para si mismo.
Ni siquiera había sido realmente capaz de contarle a nadie como se había sentido con la perdida del portal a FONERA, había hablado vagamente de ello, si, muy vagamente, pero de una forma tan falta de sinceridad real y emoción que se reía al recordarlo. Fingió perfectamente estar bien con ello, con el hecho de ser, junto a RR, los únicos foner había, mas cuando este el único lazo tangible que lo unía a su antiguo yo; fingió esta bien porque igualmente el había escogido la ciudad y si, eso era lo único que no era mentira.
Pero esa perdida fue una mas de las que ya había sentido, un lazo mas con su pasado 'yo' había desaparecido. Ni sus compañeros ni las nuevas personas que conociese sabrían entender sus comentarios, bromas o alusiones a un mundo que les era totalmente desconocido y al que ni siquiera podrían ir para comprobar si sus palabras eran ciertas. Escuchar a veces a sus amigos hablar de sus respectivos mundos, de sus costumbres o de simplemente lo que comían, alguno con mas candor que otros, le provocaba un nudo en el estomago, pero aun así sonreía y bromeaba al respecto, ocultándolo, porque no importaba como se sintiera no iba a cambiar lo evidente. Solo era una nimiedad mas.
Siempre había mostrado desprecio hacia su mundo y la jerarquía social que poseía, sentía ciegamente que nadie entendería su pena por nunca mas poder volver o que ningún foner mas fuese a pisar ese lugar. Uno donde solo estaban el y RR, con el que se veía muy de vez en cuando debido a la actitudes del pelirrojo que parecía mas enloquecido cada día, pero que era al fin de cuenta un anclaje por el simple hecho de estar ahí. No estaba enteramente solo y eso era hasta cierto punto, algo reconfortante. Todo esto solo era una de las tantas cosas que tenia encapsuladas, sin saber ni como hacerla desaparecer ni como expresarla, por el simple terror a perder lo único que aun sentía que le quedaba: Los lazos que había establecidos con sus compañeros cuando aun era cosechado.
Se sentía sumamente dependiente de eso, pendiente constantemente a eso, a que nada cambiase, que no le olvidaran...a no cambiar realmente para ellos. Mantenía inconscientemente su comportamiento en un estado invariable, ilusorio, pero que no cambiaba. Tenía miedo de enfadarse, tenía miedo de decir algo que no debía, de lograr enfadar a los demás, de que le ignorasen por algún motivo o a dejar de verlos. Le temía a la soledad mas que a nada, a la soledad y a no ser reconocido.
Y eso era lo que sus sueños mas poseían. Una eterna oscuridad con el como único personaje, donde únicamente escuchaba las palabras reconocibles de sus amigos que eran incapaces de recordarlo, de reconocerlo, siendo incapaz para el el llegar a ellos. Adoraba y odiaba su transformación por igual por ello, porque sabía con una aterradora certeza lo fácil que era que sus pesadillas se pudieran hacer realidad. Odiaba que las cosas cambiaran a su alrededor, mientras era el único que sentía miedo de hacerlo, de evolucionar en cualquier sentido, de expresarse. No era capaz, lo había intentado, pero no era capaz. El miedo a lo que podía hacer si lo hacia lo superaba.
No le había contado a nadie sus preocupaciones, nadie sabia de sus temores y el tampoco era capaz de mostrarlos físicamente. No se enfadaba, no lloraba, no explotaba sin mas. Y aquello poco a poco estaba ahogándolo haciendo que su personalidad se volviera mas agria y oscura, mas y mas falsa a cada instante, sin tener ya ni idea de como era realmente y que tan sincero era cuando hablaba.
Y lo peor era ser consciente de todo esto y no tener idea de como remediarlo, viéndose sin salida y opciones. Porque todo esto le era algo tan doloroso y que le hacia sentir tan inútil comparándolo al resto, que ni sabía como salir de ese pozo sin perder la cordura que se esforzaba con mantener. Se sentía al límite y eso le acongojaba ante lo que podría ocurrir cuando traspasara este.
Estar allí en la soledad de su habitación mientras todo eso lo consumía, no estaba siéndole tampoco de ayuda, empezaba a ahogarse. Quería irse algún lugar, pero no sabía a donde, pues de poco importaba donde estuviese, no exista ningún refugio para sus pensamientos ni para sus emociones. Ni siquiera el Abismo lo aguantaría en ese momento.
Suspiró pesadamente, agotado de una y mil formas tras haberse pasado toda la tarde allí tumbado, se levantó de su cama para acercarse hacia el espejo de cuerpo entero que poseía. Este le devolvió la imagen de una figura demacrada de cabellos rubios y con profundas ojeras, con unos ojos dorados que no poseían casi brillo, sin ánimos ni fuerza para intentar lucir con su apariencia de 'rocavarancoles'
Sus manos habían dejado de ser suyas debido a su inestabilidad y habían pasado a ser aquellas que poseía su forma original, puros hilos trenzados, algo que últimamente pasaba a menudo. Las miró sin emoción alguna. Eran estos detalles que parecía tan tontos a simple vista los que mas mostraban que su estado mental y anímico no estaban bien. Empezaba a perder el control de su forma, igual a cuando apenas se convirtió en cambiante y no sabía como manejar aquello, con la diferencia que ahora si sabia pero no podía evitar igualmente que ocurriera. Era un retroceso, o tal vez la mas pura demostración física de que estaba hecho una mierda por dentro.
Las observó concentrado mientras volvían a la normalidad, una simples manos humanas tan falsas como lo era el mismo. Volvió su mirada de nuevo a su reflejo en el espejo.
-Deja de sonreír de esa forma -murmuró agrio, mientras se alejaba finalmente de aquel reflejo de si mismo que sonreía sin que hubiese notado aquello. Sus expresiones empezaban a volverse tan automáticas que ni el mismo era consciente de ellas y ninguna de ellas, era acorde a como se sentía realmente. Ese...no era el. << Como si supiera quien soy en realidad >> sus pies lo llevaron ante la puerta de su habitación. Suspiró de nuevo antes de salir y sentir como todo lo que lo consumía se refugiaba al fondo de el, donde ni el mismo pudiera exponerlo, como si fuese enjaulado y el no tuviese la llave. Cómo si huyera de se visto.
Y así, comenzaba un nuevo día para el, o mas bien tarde, saliendo de la mansión para dirigirse al pub para encontrarse con sus amigos, pues parecía que algo había pasado, para variar. No tenía mas detalles...y visto como estaban últimamente las cosas, estaba seguro que no iban a contarle algo bueno.
Sigue en (ya lo pondre cuando sea menester)
Desde la muerte de Ariv todo se estaba yendo a la mierda. No, probablemente llevaban en la mierda desde hacia bastante tiempo, o al menos así se sentía el. La perdida de su antigua compañera solo afianzaba mas aquel pensamiento y ver como por toda la ciudad mas gente iba cayendo, desconocidos unos y conocidos otros estaba afectándole mas de lo que había llegado a esperar.
Se respiraba un aire incomodo, unido al desconcierto generalizado sobre lo que ocurría que no aportaba mucha calma tampoco. Las muertes en Rocavarancolia era normales, no era nada sorprendentes, pero que tanta gente cayese de formas tan repentinas y con algunas extrañas similitud solo afianzaba el malestar. En otro tiempo Dédalo habría indagado, se habría hecho mil y una elucubraciones sobre lo que ocurría, habría sacado ciento de conjeturas cada cual mas extraña que la anterior, pero se sentía agotado, como si el aire le faltase con cada día que pasaba en la ciudad y el pensamiento de 'quien seria el siguiente' tomaba mas y mas poder en su mente.
Ya había perdido a otro de sus escasos lazos con la realidad, otra de las relaciones que había creado por primera vez al pisar aquel lugar y los que aun quedaban, los sentía cada vez mas y mas lejos, como si ellos fuesen capaces de avanzar a un destino desconocido y el siguiera ahí, encadenado al suelo, a los recuerdos. El agotamiento por aquellos pensamientos arrolladores, por las escasas horas de sueño que lograba tener, horas que temía por las pesadillas que lo amenazaban, mostrando constantemente sus mayores temores. Todo eso estaba acabando lentamente con su cordura y la coraza que se forzaba en mantener.
¿Cuando había sido la ultima vez que se había enojado realmente? ¿Que había expresado, sinceramente como se sentía? ¿Que había sacado afuera aquello que tenia atorado en la garganta? No se acordaba. Probablemente nunca lo había hecho desde que se transformó, tal vez realmente dejo una parte suya allá atrás, el día de la Luna, que no supo recuperar y que ya no recordaba cual era.
Sus pesadillas parecían querer intentar hacerle recordar la perdida de lo que una vez fue, de una forma atroz, mostrando las múltiples fallas que había cometido tras transformarse, lo inestable de su comportamiento...lo falso que era al mostrar su sentir. Nadie conocía realmente quien era DL, ni siquiera el mismo lo recordaba con exactitud, incluso aunque intentaba con todas sus fuerzas ser igual a como era no lo lograba. Pues el había cambiado, la situación había cambiado y los demás también lo había hecho y eso era aterrador. No sabia si esas pesadillas eran dadas por alguien mas o eran simplemente la forma que tenía su subconsciente de recriminarle todo aquello; o de simplemente hacerle recordar que sus miedos existían aunque se forzase en ocultarlos bajo bromas y comentarios, tras horas y horas trabajando para no pensar en nada.
¿Porque se esforzaba tanto en intentar ser aun 'DL'?¿Importaba realmente? No debería importar, nada de lo que fue permanecía ya en Rocavarancolia. Solo existían en los vagos recuerdos de sus amistades, pero era precisamente eso lo que deseaba mantener de forma ciega incluso si eso suponía tragarse todo lo que sentía para evitar importunar y mostrarles algo que no reconocerían como propio de 'el'. Porque 'DL' o 'Dédalo', daba igual la mascara que usara el resultado era el mismo, aunque hubiese intentando cambiarlo, a ojos de todo el mundo era ese chico incapaz de hacer algo a derechas a la primera, con un tendencia total a equivocarse y sin mucha autoestima ni confianza, siempre activo, sumamente paranoico y que le daba mil vueltas a todo. Y que siempre estaba allí para los demás, pero nunca para si mismo.
Ni siquiera había sido realmente capaz de contarle a nadie como se había sentido con la perdida del portal a FONERA, había hablado vagamente de ello, si, muy vagamente, pero de una forma tan falta de sinceridad real y emoción que se reía al recordarlo. Fingió perfectamente estar bien con ello, con el hecho de ser, junto a RR, los únicos foner había, mas cuando este el único lazo tangible que lo unía a su antiguo yo; fingió esta bien porque igualmente el había escogido la ciudad y si, eso era lo único que no era mentira.
Pero esa perdida fue una mas de las que ya había sentido, un lazo mas con su pasado 'yo' había desaparecido. Ni sus compañeros ni las nuevas personas que conociese sabrían entender sus comentarios, bromas o alusiones a un mundo que les era totalmente desconocido y al que ni siquiera podrían ir para comprobar si sus palabras eran ciertas. Escuchar a veces a sus amigos hablar de sus respectivos mundos, de sus costumbres o de simplemente lo que comían, alguno con mas candor que otros, le provocaba un nudo en el estomago, pero aun así sonreía y bromeaba al respecto, ocultándolo, porque no importaba como se sintiera no iba a cambiar lo evidente. Solo era una nimiedad mas.
Siempre había mostrado desprecio hacia su mundo y la jerarquía social que poseía, sentía ciegamente que nadie entendería su pena por nunca mas poder volver o que ningún foner mas fuese a pisar ese lugar. Uno donde solo estaban el y RR, con el que se veía muy de vez en cuando debido a la actitudes del pelirrojo que parecía mas enloquecido cada día, pero que era al fin de cuenta un anclaje por el simple hecho de estar ahí. No estaba enteramente solo y eso era hasta cierto punto, algo reconfortante. Todo esto solo era una de las tantas cosas que tenia encapsuladas, sin saber ni como hacerla desaparecer ni como expresarla, por el simple terror a perder lo único que aun sentía que le quedaba: Los lazos que había establecidos con sus compañeros cuando aun era cosechado.
Se sentía sumamente dependiente de eso, pendiente constantemente a eso, a que nada cambiase, que no le olvidaran...a no cambiar realmente para ellos. Mantenía inconscientemente su comportamiento en un estado invariable, ilusorio, pero que no cambiaba. Tenía miedo de enfadarse, tenía miedo de decir algo que no debía, de lograr enfadar a los demás, de que le ignorasen por algún motivo o a dejar de verlos. Le temía a la soledad mas que a nada, a la soledad y a no ser reconocido.
Y eso era lo que sus sueños mas poseían. Una eterna oscuridad con el como único personaje, donde únicamente escuchaba las palabras reconocibles de sus amigos que eran incapaces de recordarlo, de reconocerlo, siendo incapaz para el el llegar a ellos. Adoraba y odiaba su transformación por igual por ello, porque sabía con una aterradora certeza lo fácil que era que sus pesadillas se pudieran hacer realidad. Odiaba que las cosas cambiaran a su alrededor, mientras era el único que sentía miedo de hacerlo, de evolucionar en cualquier sentido, de expresarse. No era capaz, lo había intentado, pero no era capaz. El miedo a lo que podía hacer si lo hacia lo superaba.
No le había contado a nadie sus preocupaciones, nadie sabia de sus temores y el tampoco era capaz de mostrarlos físicamente. No se enfadaba, no lloraba, no explotaba sin mas. Y aquello poco a poco estaba ahogándolo haciendo que su personalidad se volviera mas agria y oscura, mas y mas falsa a cada instante, sin tener ya ni idea de como era realmente y que tan sincero era cuando hablaba.
Y lo peor era ser consciente de todo esto y no tener idea de como remediarlo, viéndose sin salida y opciones. Porque todo esto le era algo tan doloroso y que le hacia sentir tan inútil comparándolo al resto, que ni sabía como salir de ese pozo sin perder la cordura que se esforzaba con mantener. Se sentía al límite y eso le acongojaba ante lo que podría ocurrir cuando traspasara este.
Estar allí en la soledad de su habitación mientras todo eso lo consumía, no estaba siéndole tampoco de ayuda, empezaba a ahogarse. Quería irse algún lugar, pero no sabía a donde, pues de poco importaba donde estuviese, no exista ningún refugio para sus pensamientos ni para sus emociones. Ni siquiera el Abismo lo aguantaría en ese momento.
Suspiró pesadamente, agotado de una y mil formas tras haberse pasado toda la tarde allí tumbado, se levantó de su cama para acercarse hacia el espejo de cuerpo entero que poseía. Este le devolvió la imagen de una figura demacrada de cabellos rubios y con profundas ojeras, con unos ojos dorados que no poseían casi brillo, sin ánimos ni fuerza para intentar lucir con su apariencia de 'rocavarancoles'
Sus manos habían dejado de ser suyas debido a su inestabilidad y habían pasado a ser aquellas que poseía su forma original, puros hilos trenzados, algo que últimamente pasaba a menudo. Las miró sin emoción alguna. Eran estos detalles que parecía tan tontos a simple vista los que mas mostraban que su estado mental y anímico no estaban bien. Empezaba a perder el control de su forma, igual a cuando apenas se convirtió en cambiante y no sabía como manejar aquello, con la diferencia que ahora si sabia pero no podía evitar igualmente que ocurriera. Era un retroceso, o tal vez la mas pura demostración física de que estaba hecho una mierda por dentro.
Las observó concentrado mientras volvían a la normalidad, una simples manos humanas tan falsas como lo era el mismo. Volvió su mirada de nuevo a su reflejo en el espejo.
-Deja de sonreír de esa forma -murmuró agrio, mientras se alejaba finalmente de aquel reflejo de si mismo que sonreía sin que hubiese notado aquello. Sus expresiones empezaban a volverse tan automáticas que ni el mismo era consciente de ellas y ninguna de ellas, era acorde a como se sentía realmente. Ese...no era el. << Como si supiera quien soy en realidad >> sus pies lo llevaron ante la puerta de su habitación. Suspiró de nuevo antes de salir y sentir como todo lo que lo consumía se refugiaba al fondo de el, donde ni el mismo pudiera exponerlo, como si fuese enjaulado y el no tuviese la llave. Cómo si huyera de se visto.
Y así, comenzaba un nuevo día para el, o mas bien tarde, saliendo de la mansión para dirigirse al pub para encontrarse con sus amigos, pues parecía que algo había pasado, para variar. No tenía mas detalles...y visto como estaban últimamente las cosas, estaba seguro que no iban a contarle algo bueno.
Sigue en (ya lo pondre cuando sea menester)
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Clínica Luna Roja
29/07/18, 01:15 am
Irdil despertó de un sueño agitado donde un trasgo lo perseguía. Despertó sin saber donde, aquel lugar no era el sótano donde había pasado el último mes. Echó un vistazo rápido a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en lo que parecía un salón, bien iluminado y limpio. Aquello era toda una novedad.
La ausencia de suciedad, bichos y la claustrofóbica presencia de un techo justo a dos centímetros de su cabeza le hizo pensar que estaba soñando. Pero no, sus sueños siempre eran los mismos desde hacía un mes.
Reparó entonces en el hombre que estaba sentado en una butaca cerca de una chimenea encendida. Aguzó el oído y lo oyó roncar ligeramente. Parecía más alto que él, pero tras el trasgo aquello no le parecía tanto.
Descubrió también una bandeja frente a él con un plato de comida y... ¿aquello era umbra?
El estómago del idrino rugió. Irdil sabía exactamente el tiempo que llevaba sin comer nada más sustancioso que un vaso de agua y pan duro. Y aún así se resistió a tocar nada de lo que había en el plato, con su suerte lo mínimo que podía esperar era droga o veneno. Prefería intentar escapar cuanto antes.
En silencio y todo lo sigiloso que pudo, se levantó del sofá donde había estado tumbado. Se dio cuenta en ese momento que toda la mugre que cubría su cuerpo había desaparecido, e incluso las ropas que llevaba puestas parecían nuevas.
Lo único de lo que estaba seguro es de que tenía que irse y las ropas no eran más que otro indicativo. Nadie daba nada gratis y menos en aquella inmunda ciudad.
Intentó abrir la puerta pero ésta no se abrió. Forcejeó con ella y, al borde de la desesperación, le dio una patada.
-Por favor, te agradecería que no rompieras el mobiliario. La casa no me ha costado precisamente poco - dijo tranquila una voz a sus espaldas.
Irdil hundió los hombros, ya no había escapatoria. Quizá si suplicaba por su vida y divertía al dueño de la casa éste lo dejase vivir un poco más. Se dio la vuelta cabizbajo y no se atrevió a mirar a la cara del hombre, no subió la mirada de sus pies.
-Veo que no has tocado la comida - Irdil esperaba un tono de reproche, o ira contenida. Pero en aquella voz sólo encontró amabilidad.- ¿No tienes hambre?
No contestó, su estómago lo hizo por él en cuanto pensó en la comida.
-Ah, claro - se autocontestó la voz.- Está frío, normal que no lo hayas comido. Perdona ahora te lo caliento. Lo cierto es que has tardado más en despertarte de lo que pensaba - continúo el hombre con toda la tranquilidad del mundo.
Sabiendo que no iba a poder escapar Irdil se dirigió de nuevo al sofá y se sentó con cuidado. Se sentó de tal forma que si el hombre le gritaba pudiese levantarse de inmediato, pero ese grito no llegó. En su lugar la comida comenzó a humear y el olor alcanzó las fosas nasales del nublino, cosa que lo hizo salivar.
-Adelante, ya puedes comer - por primera vez el idrino levantó la mirada y se fijó en el hombre que seguía sentado pero esta vez mirando hacia él. La sonrisa no le pasó desapercibida. Casi parecía que de verdad quisiera que comiese.
-Yo... no tengo hambre, señor - mintió. El antiguo él no lo habría hecho jamás, pero en un mes en las garras de un trasgo había cambiado por completo su perspectiva de las mentiras. Y más cuando de ello dependía tu vida.
-¿De veras? - preguntó él con una sonrisa en el rostro tras oír el nuevo rugido del estómago de Irdil.- No te preocupes, no le he hecho nada a la comida si es lo que piensas. Me ha costado lo mío rescatarte como para ahora hacerte algo malo. Y por favor, no me llames señor. Llámame Enredo.
<<En un enredo es en lo que estoy metido, sí>> pensó el idrino. Irdil valoró sus opciones, estaba claro que escapar no podía, luchar tampoco. Así pues... ¿por qué no darse un último capricho?
Dio un bocado a lo que tenía en el plato, y luego otro, y otro más. Y no paró de comer hasta que hubo dejado el plato limpio. No era comida de Idris, pero Enredo había usado sus especias así que sabía a casa. Una lágrima bajó solitaria por la cara del idrino.
-¿Qué debo hacer para pagarte? - preguntó receloso de lo que podía pedirle que hiciera.
No se le escapó la mirada de sorpresa de Enredo ni que después se echase a reír. <<¿Qué es tan gracioso?>>.
-¿Pagarme? No, no acepto pagos por una comida - repuso el brujo cuando acabó de reír.- Pero si insistes en hacerlo, ¿qué te parece si me dices tu nombre para saber como llamarte?
Era un precio irrisorio en comparación a la comida el que ponía Enredo.
-Irdil - dijo aún con recelos.
-Bien, Irdil - empezó el brujo.- Hasta ayer estabas preso por un trasgo, hoy eres un hombre libre.
La sorpresa y la incompresión hicieron acto de presencia en el rostro del idrino. <<¿Qué?>>.
-¿Qué quieres decir con eso? - preguntó.
-¿No es obvio? - repuso el brujo.- Estabas cautivo y yo te he rescatado.
Le contó entonces la historia. Irdil no podía dar crédito a las palabras del brujo. Se había enfrentado al trasgo y a un amigo suyo, había vencido, les había borrado la memoria y los había dejado libres.
-Pero ¿por qué? ¿Por qué dejarlos vivir? Son monstruos - el súbito estallido de ira sorprendió más al idrino que al brujo.- El mundo estaría mejor sin ellos.
-Estoy de acuerdo - reconoció Enredo.- Pero yo no mato, lo siento. Soy médico, no un asesino. Además haberlo hecho habría levantado sospechas en su círculo de amigos y no quiero problemas. Me arriesgué a salvarte a tí, no más.
-Entré en su casa con cuidado, rompiendo las pocas y básicas defensas que tenía. Entré esperando encontrar a más como tú pero eras el último. Así que estás muerto, ese trasgo te comió y ahora recibes una nueva vida. Tú decides qué hacer con ella - le explicó Enredo tranquilo.
-¿Qué opciones tengo? - preguntó el idrino con pesadumbre.- ¿Someterme a ti o la muerte?
-¿Someterte? - la pregunta salió sola por la sorpresa.- No seas tonto, no te he salvado para hacerte mi esclavo. Desde mi punto de vista tienes varias opciones: puedes quedarte en la ciudad, pero es casi como firmar tu sentencia de muerte, bien sea por otro transformado o por una alimaña. Puedes volver a casa, te borraré la memoria y ahí pueden pasar dos cosas. Vives tu vida con tranquilidad o vuelven a capturarte y a traerte aquí. Sería tener mala suerte, pero puede pasar - le dijo levantándose.
-Descansa un rato y piénsalo - pasó la mano por la puerta y se oyó un clic procedente de la cerradura.- Puedes quedarte tanto como necesites hasta que te decidas. Si necesitas ir al baño es la tercera puerta de la izquierda - Enredo salió de la sala y dejó la puerta abierta.
Irdil sin embargo no se movió. Las opciones estaban claras, él no sobreviviría en la ciudad por su cuenta. Y no se veía volviendo a Idris, máxime si volvían a capturarlo. Ésa vez no podría contar con la amabilidad de nadie.
Pasaron las horas e Irdil siguió pensando. ¿Podía confiar en Enredo? Quizá le había mentido. No, ¿qué ganaba mintiéndole?
El idrino no llegó a ninguna conclusión, ¿podría confiar en él? Irdil observó las cicatrices de su brazo, llevaban con él un tiempo aunque no sabría precisar cuanto. Más de un día y menos de un mes. <<Si quisiera hacerme daño ya lo habría hecho. Y la comida no me ha sentado mal. ¿De veras hay alguien bueno en este infierno?>>
Un rato después Enredo volvió con otra bandeja de comida y cenó con él. No lo obligó a hablar y el idrino lo agradeció.
-Enredo... - comenzó. El brujo levantó la mirada del libro que estaba leyendo y le prestó toda su atención.- ¿Podría quedarme aquí?
-¿En la ciudad? Tus posibilidades son bajas - le reconoció,- pero no serías el primer sin esencia que conozco viviendo por su cuenta.
-No, no en la ciudad. Me refería a esta casa - dijo tras un segundo de duda. Seguro que lo echaría con cajas destempladas.- No, no gratis - se apresuró a decir,- podría trabajar para ti, puedo limpiar, y ordenar.
Enredo parpadeó hizo unos gestos y los restos de comida desaparecieron de los platos.
-No te necesito para limpiar - comentó evaluándolo. Irdil agachó la cabeza decepcionado consigo mismo por no haber previsto aquella opción.- Sin embargo... si quieres trabajar se me ocurre algo. Llevo un tiempo buscando un ayudante, claro que tendría que formarte. Así no me sirves, no sabes nada de medicina ¿verdad?
El idrino negó con la cabeza pero rápidamente se lanzó a hablar.
-Pero aprendo rápido, podrías enseñarme. Prometo no estorbar mucho - su tono era de súplica.
Enredo asintió y dejó el libro sobre la mesa.
-Tendrás que dormir aquí de momento - dijo resolutivo.- Tengo una habitación de invitados pero sólo tiene lo más básico. Llamaré a un conocido para hacerte una habitación para ti.
Lágrimas nublaron la vista del idrino.
-Gracias, gracias - dijo y lo repitió varias veces.
-Vale, vale - respondió tratando de tranquilizar al chico.- ¿Te parece que te enseñe la casa?
Irdil asintió entusiasmado y siguió al brujo por el lugar. Era seguro, de momento eso le valía a Irdil. Cualquier cosa menos la posibilidad de morir.
La ausencia de suciedad, bichos y la claustrofóbica presencia de un techo justo a dos centímetros de su cabeza le hizo pensar que estaba soñando. Pero no, sus sueños siempre eran los mismos desde hacía un mes.
Reparó entonces en el hombre que estaba sentado en una butaca cerca de una chimenea encendida. Aguzó el oído y lo oyó roncar ligeramente. Parecía más alto que él, pero tras el trasgo aquello no le parecía tanto.
Descubrió también una bandeja frente a él con un plato de comida y... ¿aquello era umbra?
El estómago del idrino rugió. Irdil sabía exactamente el tiempo que llevaba sin comer nada más sustancioso que un vaso de agua y pan duro. Y aún así se resistió a tocar nada de lo que había en el plato, con su suerte lo mínimo que podía esperar era droga o veneno. Prefería intentar escapar cuanto antes.
En silencio y todo lo sigiloso que pudo, se levantó del sofá donde había estado tumbado. Se dio cuenta en ese momento que toda la mugre que cubría su cuerpo había desaparecido, e incluso las ropas que llevaba puestas parecían nuevas.
Lo único de lo que estaba seguro es de que tenía que irse y las ropas no eran más que otro indicativo. Nadie daba nada gratis y menos en aquella inmunda ciudad.
Intentó abrir la puerta pero ésta no se abrió. Forcejeó con ella y, al borde de la desesperación, le dio una patada.
-Por favor, te agradecería que no rompieras el mobiliario. La casa no me ha costado precisamente poco - dijo tranquila una voz a sus espaldas.
Irdil hundió los hombros, ya no había escapatoria. Quizá si suplicaba por su vida y divertía al dueño de la casa éste lo dejase vivir un poco más. Se dio la vuelta cabizbajo y no se atrevió a mirar a la cara del hombre, no subió la mirada de sus pies.
-Veo que no has tocado la comida - Irdil esperaba un tono de reproche, o ira contenida. Pero en aquella voz sólo encontró amabilidad.- ¿No tienes hambre?
No contestó, su estómago lo hizo por él en cuanto pensó en la comida.
-Ah, claro - se autocontestó la voz.- Está frío, normal que no lo hayas comido. Perdona ahora te lo caliento. Lo cierto es que has tardado más en despertarte de lo que pensaba - continúo el hombre con toda la tranquilidad del mundo.
Sabiendo que no iba a poder escapar Irdil se dirigió de nuevo al sofá y se sentó con cuidado. Se sentó de tal forma que si el hombre le gritaba pudiese levantarse de inmediato, pero ese grito no llegó. En su lugar la comida comenzó a humear y el olor alcanzó las fosas nasales del nublino, cosa que lo hizo salivar.
-Adelante, ya puedes comer - por primera vez el idrino levantó la mirada y se fijó en el hombre que seguía sentado pero esta vez mirando hacia él. La sonrisa no le pasó desapercibida. Casi parecía que de verdad quisiera que comiese.
-Yo... no tengo hambre, señor - mintió. El antiguo él no lo habría hecho jamás, pero en un mes en las garras de un trasgo había cambiado por completo su perspectiva de las mentiras. Y más cuando de ello dependía tu vida.
-¿De veras? - preguntó él con una sonrisa en el rostro tras oír el nuevo rugido del estómago de Irdil.- No te preocupes, no le he hecho nada a la comida si es lo que piensas. Me ha costado lo mío rescatarte como para ahora hacerte algo malo. Y por favor, no me llames señor. Llámame Enredo.
<<En un enredo es en lo que estoy metido, sí>> pensó el idrino. Irdil valoró sus opciones, estaba claro que escapar no podía, luchar tampoco. Así pues... ¿por qué no darse un último capricho?
Dio un bocado a lo que tenía en el plato, y luego otro, y otro más. Y no paró de comer hasta que hubo dejado el plato limpio. No era comida de Idris, pero Enredo había usado sus especias así que sabía a casa. Una lágrima bajó solitaria por la cara del idrino.
-¿Qué debo hacer para pagarte? - preguntó receloso de lo que podía pedirle que hiciera.
No se le escapó la mirada de sorpresa de Enredo ni que después se echase a reír. <<¿Qué es tan gracioso?>>.
-¿Pagarme? No, no acepto pagos por una comida - repuso el brujo cuando acabó de reír.- Pero si insistes en hacerlo, ¿qué te parece si me dices tu nombre para saber como llamarte?
Era un precio irrisorio en comparación a la comida el que ponía Enredo.
-Irdil - dijo aún con recelos.
-Bien, Irdil - empezó el brujo.- Hasta ayer estabas preso por un trasgo, hoy eres un hombre libre.
La sorpresa y la incompresión hicieron acto de presencia en el rostro del idrino. <<¿Qué?>>.
-¿Qué quieres decir con eso? - preguntó.
-¿No es obvio? - repuso el brujo.- Estabas cautivo y yo te he rescatado.
Le contó entonces la historia. Irdil no podía dar crédito a las palabras del brujo. Se había enfrentado al trasgo y a un amigo suyo, había vencido, les había borrado la memoria y los había dejado libres.
-Pero ¿por qué? ¿Por qué dejarlos vivir? Son monstruos - el súbito estallido de ira sorprendió más al idrino que al brujo.- El mundo estaría mejor sin ellos.
-Estoy de acuerdo - reconoció Enredo.- Pero yo no mato, lo siento. Soy médico, no un asesino. Además haberlo hecho habría levantado sospechas en su círculo de amigos y no quiero problemas. Me arriesgué a salvarte a tí, no más.
-Entré en su casa con cuidado, rompiendo las pocas y básicas defensas que tenía. Entré esperando encontrar a más como tú pero eras el último. Así que estás muerto, ese trasgo te comió y ahora recibes una nueva vida. Tú decides qué hacer con ella - le explicó Enredo tranquilo.
-¿Qué opciones tengo? - preguntó el idrino con pesadumbre.- ¿Someterme a ti o la muerte?
-¿Someterte? - la pregunta salió sola por la sorpresa.- No seas tonto, no te he salvado para hacerte mi esclavo. Desde mi punto de vista tienes varias opciones: puedes quedarte en la ciudad, pero es casi como firmar tu sentencia de muerte, bien sea por otro transformado o por una alimaña. Puedes volver a casa, te borraré la memoria y ahí pueden pasar dos cosas. Vives tu vida con tranquilidad o vuelven a capturarte y a traerte aquí. Sería tener mala suerte, pero puede pasar - le dijo levantándose.
-Descansa un rato y piénsalo - pasó la mano por la puerta y se oyó un clic procedente de la cerradura.- Puedes quedarte tanto como necesites hasta que te decidas. Si necesitas ir al baño es la tercera puerta de la izquierda - Enredo salió de la sala y dejó la puerta abierta.
Irdil sin embargo no se movió. Las opciones estaban claras, él no sobreviviría en la ciudad por su cuenta. Y no se veía volviendo a Idris, máxime si volvían a capturarlo. Ésa vez no podría contar con la amabilidad de nadie.
Pasaron las horas e Irdil siguió pensando. ¿Podía confiar en Enredo? Quizá le había mentido. No, ¿qué ganaba mintiéndole?
El idrino no llegó a ninguna conclusión, ¿podría confiar en él? Irdil observó las cicatrices de su brazo, llevaban con él un tiempo aunque no sabría precisar cuanto. Más de un día y menos de un mes. <<Si quisiera hacerme daño ya lo habría hecho. Y la comida no me ha sentado mal. ¿De veras hay alguien bueno en este infierno?>>
Un rato después Enredo volvió con otra bandeja de comida y cenó con él. No lo obligó a hablar y el idrino lo agradeció.
-Enredo... - comenzó. El brujo levantó la mirada del libro que estaba leyendo y le prestó toda su atención.- ¿Podría quedarme aquí?
-¿En la ciudad? Tus posibilidades son bajas - le reconoció,- pero no serías el primer sin esencia que conozco viviendo por su cuenta.
-No, no en la ciudad. Me refería a esta casa - dijo tras un segundo de duda. Seguro que lo echaría con cajas destempladas.- No, no gratis - se apresuró a decir,- podría trabajar para ti, puedo limpiar, y ordenar.
Enredo parpadeó hizo unos gestos y los restos de comida desaparecieron de los platos.
-No te necesito para limpiar - comentó evaluándolo. Irdil agachó la cabeza decepcionado consigo mismo por no haber previsto aquella opción.- Sin embargo... si quieres trabajar se me ocurre algo. Llevo un tiempo buscando un ayudante, claro que tendría que formarte. Así no me sirves, no sabes nada de medicina ¿verdad?
El idrino negó con la cabeza pero rápidamente se lanzó a hablar.
-Pero aprendo rápido, podrías enseñarme. Prometo no estorbar mucho - su tono era de súplica.
Enredo asintió y dejó el libro sobre la mesa.
-Tendrás que dormir aquí de momento - dijo resolutivo.- Tengo una habitación de invitados pero sólo tiene lo más básico. Llamaré a un conocido para hacerte una habitación para ti.
Lágrimas nublaron la vista del idrino.
-Gracias, gracias - dijo y lo repitió varias veces.
-Vale, vale - respondió tratando de tranquilizar al chico.- ¿Te parece que te enseñe la casa?
Irdil asintió entusiasmado y siguió al brujo por el lugar. Era seguro, de momento eso le valía a Irdil. Cualquier cosa menos la posibilidad de morir.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Clínica Luna Roja
11/08/18, 03:31 pm
(Meses antes de la luna, tras la muerte de RR)
Entró a la clínica como un huracán dando un sonoro portazo como si intentase poner un muro de por medio entre el exterior y el. Respirando entrecortadamente y con manos temblorosas, casi ya no era capaz de mantener su camuflaje que empezaba a deshacerse como si se tratara de una serpiente perdiendo su muda. Ni siquiera se preocupó si Enredo estaría en la casa, o si habría algún paciente en la sala de camillas al que acababa de despertar por el portazo. Tan solo se dirigió hacia las escaleras hacia su habitación con los nervios tan exaltados que no sabia que hacer con todo lo que estaba sintiendo. Confusión, miedo, ansiedad, sentía que iba a colapsar en cualquier momento. Sus pesadillas estaban haciéndose realidad
<< No, no...no puede estar pasando esto...no mierda, van a pensar que estoy loco...no lo estoy...NO LO ESTOY >> pensaba alterado totalmente fuera de si, con las palabras de Shizel sobre la muerte de RR aun pulsando en su cabeza y alimentando por momentos su ansiedad.
La imagen que se encontró apenas entro en su habitación le alteró aun mas. Aquel espejo de cuerpo entero que le devolvía la mirada le horrorizo, robandole el escaso aliento que le quedaba. Allí no se encontraba el reflejo del foner, tampoco el reflejo de Dédalo, sino que allí solo se encontraba aquel muñeco hilado con parches sin sentido de lo que se esforzaba por mantener, como un representación gráfica del estado mental de su dueño. El reflejo se llevo las mano temblorosas a la cara tocando aquel rostro desarticulado, tacto que ni siquiera percibió, carente de cualquier rastro de expresividad, que era incapaz de transmitir las emociones sentidas por el cambiante.
Solo uno de sus ojo dorados se mantenía, solo parches de cabello rubio dejaban a relucir parte del camuflaje perdido.
No pudo aguantar mas su reflejo...con rabia, con frustración, incapaz de manejar absolutamente nada y queriendo eliminar esa imagen suya, se lanzo contra el espejo. Lo golpeó con fuerzas con sus manos desnudas hasta que este se quebró, dañando sus manos y su rostro, dejando pequeños pero profundos regueros de sangre blanca deslizando por sus manos y rostro hasta el suelo. No le importó, no era capaz de sentir dolor, de sentir el tacto de sus manos contra el cristal, o tan siquiera de notar su cuerpo perdiendo las fuerza y acabar arrodillado frente al espejo quebrado, dañándose aun mas con los cristales del suelo. Era un mero cuerpo respirando por puro instinto.
Incapaz incluso de sentir como las lagrimas de frustración y de soledad caían por sus ojos, tanto de aquel ojo vacío y sin vida del cambiante..como por el del dorado sin brillo del foner.
Estaba finalmente solo. No mas F.O.N.E.R.A, no mas RR, no mas DL...fuese este quien fuese en realidad. Allí solo quedaba un cambiante roto.
Entró a la clínica como un huracán dando un sonoro portazo como si intentase poner un muro de por medio entre el exterior y el. Respirando entrecortadamente y con manos temblorosas, casi ya no era capaz de mantener su camuflaje que empezaba a deshacerse como si se tratara de una serpiente perdiendo su muda. Ni siquiera se preocupó si Enredo estaría en la casa, o si habría algún paciente en la sala de camillas al que acababa de despertar por el portazo. Tan solo se dirigió hacia las escaleras hacia su habitación con los nervios tan exaltados que no sabia que hacer con todo lo que estaba sintiendo. Confusión, miedo, ansiedad, sentía que iba a colapsar en cualquier momento. Sus pesadillas estaban haciéndose realidad
<< No, no...no puede estar pasando esto...no mierda, van a pensar que estoy loco...no lo estoy...NO LO ESTOY >> pensaba alterado totalmente fuera de si, con las palabras de Shizel sobre la muerte de RR aun pulsando en su cabeza y alimentando por momentos su ansiedad.
La imagen que se encontró apenas entro en su habitación le alteró aun mas. Aquel espejo de cuerpo entero que le devolvía la mirada le horrorizo, robandole el escaso aliento que le quedaba. Allí no se encontraba el reflejo del foner, tampoco el reflejo de Dédalo, sino que allí solo se encontraba aquel muñeco hilado con parches sin sentido de lo que se esforzaba por mantener, como un representación gráfica del estado mental de su dueño. El reflejo se llevo las mano temblorosas a la cara tocando aquel rostro desarticulado, tacto que ni siquiera percibió, carente de cualquier rastro de expresividad, que era incapaz de transmitir las emociones sentidas por el cambiante.
Solo uno de sus ojo dorados se mantenía, solo parches de cabello rubio dejaban a relucir parte del camuflaje perdido.
No pudo aguantar mas su reflejo...con rabia, con frustración, incapaz de manejar absolutamente nada y queriendo eliminar esa imagen suya, se lanzo contra el espejo. Lo golpeó con fuerzas con sus manos desnudas hasta que este se quebró, dañando sus manos y su rostro, dejando pequeños pero profundos regueros de sangre blanca deslizando por sus manos y rostro hasta el suelo. No le importó, no era capaz de sentir dolor, de sentir el tacto de sus manos contra el cristal, o tan siquiera de notar su cuerpo perdiendo las fuerza y acabar arrodillado frente al espejo quebrado, dañándose aun mas con los cristales del suelo. Era un mero cuerpo respirando por puro instinto.
Incapaz incluso de sentir como las lagrimas de frustración y de soledad caían por sus ojos, tanto de aquel ojo vacío y sin vida del cambiante..como por el del dorado sin brillo del foner.
Estaba finalmente solo. No mas F.O.N.E.R.A, no mas RR, no mas DL...fuese este quien fuese en realidad. Allí solo quedaba un cambiante roto.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
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