Primer sueño de Marsi

04/04/14, 01:54 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Marsi se descubre a sí misma en un huerto de calabazas ilógico: Las calabazas no están unidas a la tierra por tallos, sino por raíces desde su base, y la parte superior de absolutamente todas las calabazas arde, envolviendo aquel lugar en humo. Marsi, vestida con ropas harapientas y arrodillada en el suelo, se dedica a horadar la tierra y plantar semillas. A pesar de que ese escenario es el primero en el que puede maniobrar de su sueño, su subconsciente le regala dos pistas en forma de recuerdos lejanos:

“Tus padres murieron hace tiempo”.

“Vives con tus nuevos padrastros y una hermanastra. Todos horribles”.

Mientras la varmana siembra, o no, una pequeña mariposa vuela grácilmente hacia ella. Las alas recordarán a Marsi a las de uno de los seres travestidos que llamaron a Maciel. Por otro lado, el cuerpo de aquella mariposa resulta ser el de un diminuto Yrfy. La rata carece de extremidades y en su lugar solo tiene muñones.

—Marsi, Marsi, estáanocheciendoylafiestavaacomenzar, ¿NoqueríasveralaprincesaOriana? —habla tan atropelladamente como antes de que Ozz lo matara. Su voz es ronca, estridente y hay un extraño matiz de pureza en ella que dista de transmitir ninguna sensación agradable—. Corre, cogelahozypasaalacasa.

Entonces, la varmana puede ver la casa a la que Yrfy se refiere, junto al huerto. Es de piedra, de dos pisos y, aunque toda la probabilidad está a favor de que esta sea una casa de ricachones, Marsi sabe con una certeza sobrecogedora que jamás se ha sentido afortunada entre sus paredes.

Yrfy frota sus muñones superiores y una hoz se materializa en el aire, flotando a la espera de que Marsi la coja.

28/04/14, 02:35 pm

El color desaparece del rostro de Marsi. Sus piernas fallan y está apunto de caer hasta que ve a Orianna en el fondo. No necesita que la rata le diga nada, corre hacia ella. Su mente pugna por borrar lo que hay a su alrededor. Ignora los cadáveres, la comida repugnante, el olor a muerte. Todo deja de existir y solo ve a Orianna.

Cuando la tiene delante, un sonido estrangulado escapa de su garganta. No podía haber ocurrido. Iba a salvarla, iban a huir juntas. Cae al suelo, incapaz de caminar. Llora y chilla, se tira del pelo, se araña la cara. Un dolor insoportable le oprime el pecho. Siente náuseas y ganas de vomitar. Se arrastra hacia su amiga y rodea su rostro con las manos.

-NononononononoNONONONO!!!! ¡¡¡Orianna!! ¡¡Mi Orianna!!- chilla desesperada.

Coge su hoz, aún manchada con la sangre de los guardias, y corta los hilo que la mantienen en el trono. No tiene fuerzas, pero se las apaña para echarla sobre su regazo.

-¡RATA ESTÚPIDA! ¿POR QUÉ NO ME HAS AVISADO DE ESTO? ¿QUIEN LO HA HECHO?- rugió.

Tenía la cara congestionada por la rabia, sufría convulsiones y abrazaba a Orianna con fuerza, como si temiese que alguien pudiese quitársela.

-ERES UN HADA MADRINA. ¿NO?? ¡¡HAZ ALGO!!- su voz se quiebra y se convierte en un gemido a mitad del llanto.- ...por favor...- implora.

28/04/14, 02:45 pm

—¡Claro que haré algo!—se jacta Yrfy.

Se frota los muñones e instantáneamente las puertas se cierran a cal y canto. Vuelve a hacerlo y todos los invitados caen de sus cruces. Los muertos parecen recobrar la vida y todos avanzan en dirección a Marsi. Los que no pueden andar se arrastran. El suelo, hasta entonces inmaculado, se va llenando de charcos de sangre. Aquellos muertos vivientes se mueven ilógicamente rápido.

—¡Atrapadla! —chilla la rata—, pero no la matéis. Morí por su culpa y quiero que aprenda.

Orianna continúa llorando a sus hombros mientras los despedazados las rodean.

28/04/14, 04:11 pm

La expresión de Marsi fue cambiando. Primero confusión, luego incredulidad, y por último ira. Había caído como una estúpida. No debía haber confiado en la rata, aun en ese tamaño y con esas ridículas alas seguía siendo el mismo monstruo.

<<Me niego...>>

No pensaba caer allí. Orianna estaba destrozada, pero seguía siendo ella. Le dio un beso en la frente y le prometió que todo saldría bien. Aunque realmente se lo estuviera diciendo a sí misma.

Se puso en pie, se cargó a Orianna y apretó los dientes, hoz en mano. Dio el primer tajo, empezó a empujar a los cadáveres, a cortarlos para abrirse paso. Su amiga era un peso muerto, no tenía un arma muy allá, pero no pensaba dejar que Yrfy ganara.

28/04/14, 05:10 pm

Yrfy deja que la varmana se envalentone y le permite lanzar un par de cortes con aquella herramienta de campo. Y sonríe cuando los desmembrados continúan moviéndose a pesar de los tajos, de la misma manera que él permaneció con vida cuando Marsi le dejó sin cuartos traseros.

—No puedes escapar de tu destino, niñata —la voz de la rata se alza sobre la música.

La media hada frota una vez más sus muñones y el vestido y las joyas de Marsi comienzan a oprimirla, cerrándose alrededor de su cuerpo de tal manera que le corta la circulación. Marsi acaba siendo incapaz de sostenerse y cae al suelo. Orianna cae con ella de tal manera, que las suturas de su pierna izquierda se rompen y la extremidad se separa del cuerpo.La pierna no es suya, pero la sangre que bulle sí que lo es.

Los invitados inmovilizan a Marsi entonces y le arrancan la ropa. Yrfy se acerca volando y la paraliza esparciendo sobre ella polvos mágicos con sus alas. Baja al suelo, moja sus muñones en la sangre de Orianna y empieza a dibujar líneas discontínuas en la cintura de Marsi.

—Primero quiero que sepas lo incómodo que es que te corten por la mitad—una sonrisa psicópata asoma su hocico.

Cuando acaba las líneas, da un silbido y un cocinero se acerca con un cuchillo jamonero. Yrfy no necesita dar órdenes. El hombre se agacha y el cuchillo cae sobre la cintura de la muchacha. A pesar de carecer de sentido, la fuerza con la que descarga aquel corte divide a Marsi en dos de forma indolora. Entonces Yrfy se acerca a Marsi y le alza la cabeza para que pueda ver de primera mano con qué sustituirá sus viejas piernas. Un par de tullidos acercan con sumo cuidado los cuartos traseros de una rata de proporción perfecta para Marsi.

Y empiezan a coser.

04/05/14, 01:09 am

No quería dejar que la atraparan, si la iban a matar que fuera luchando. Eran demasiados muertos, y pronto no pudo siquiera avanzar un paso. Se resistió todo lo que pudo, aferrándose a Orianna, pero era imposible.

-¡¡Dejadme en paz!! ¡¡Moriste por tu propia culpa, estúpida rata, quien te mandaba asesinar a Talento!!- berreó, antes de empezar a ahogarse con su propio collar.

Chilló cuando le arrancaron la ropa, pataleó con fuerza, trató de morder a los muertos. Cuando le cortaron las piernas, se quedó callada por unos instantes, para continuar chillando con más fuerza si cabe.

-¡¡No, Nonono!!

Buscaba su hoz para rajar las costuras. Le daba igual si se desangraba, no quería ser un monstruo.

-¡¡NO!!

05/05/14, 12:51 am

Las intenciones de Marsi mueren en vano. Los desmembrados son muchos más que ella y no puede resistirse, mucho menos alcanzar la hoz. Yrfy se carcajea mientras la cosen y canta canciones de tono infantil y letras groseras.

—Dos australiaaanas se balanceaban, en las piernas de una varmaaaaana y como veían que a veces se caían, fueron a por más extremidaaaades (...) —la voz estridente del hada es todo lo que Marsi puede oír—. ¡Serás una abominación preciosa cuando la operación acabe! ¡Te sentirás como una reina! —Yrfy agita los muñones en el aire, con entusiasmo—. ¡Ahora quitadle los brazos y traed de la nevera los de Talento! Seguro que encajan a la perfección con esos hombros que tiene.

Yrfy chasquea la lengua y un espejo aparece flotando frente a Marsi, permitiéndole ver qué clase de horrores hacen con su cuerpo. La sangre, las vísceras... no hay filtro para sensibles en aquel reflejo. La varmana puede ver sus huesos cuando los desmembrados cortan, sus músculos... De igual manera que cuando acababan de coser puede sentir sus nuevas patas de rata o sus brazos roquenses como si fueran suyos.

—Ponedle las ojos de Ozzchreanos y las orejas de Alice —ordena a continuación la media rata—. Cuando acabéis con ella, arreglad a su amiguita y arrastradlas a ambas hasta el trono —sonríe macabro—. Si patalea podéis pegarle, me sirve igual con las costillas rotas.

El cocinero le introduce una cuchara en la cuenca del ojo derecho y Marsi apenas tiene tiempo de verlo antes de perder la visión de este. No le duele nada. El cocinero prosigue con el ojo izquierdo siguiendo los mismos pasos y Marsi se hunde en la negrura de la ceguera. Sigue sin dolerle nada. Escasos segundos más tarde, las imágenes vuelven a su cerebro. Continúa frente al espejo flotante, con unos preciosos ojos grises ochrorios en sus cuencas y los párpados cosidos de tal manera que no los pueda cerrar. También estrena orejas redondeadas.

A una orden del pedazo de hada, los desmembrados comienzan a tirar de ella, rodeándola y manteniendo la sujeción para que no haga locuras. Ya han arreglado el desperfecto de Orianna y las arrastran a ambas hacia el lienzo que Yrfy ha preparado para su mejor obra de arte.

05/05/14, 12:59 am

Marsi no deja de intentar resistirse en ningún momento. La bilis cae por las comisuras de sus labios, y empieza a toser, atragantándose con el vómito. Aún así, sigue gritando entre las arcadas y los llantos.

-¡¡ME DA IGUAL CUANTAS VECES MUERA, SI TU HAS PODIDO VOLVER YO TAMBIÉN LO HARÉ, Y ENTONCES TE MATARÉ, TE MATARÉ UNA Y OTRA VEZ, NO ME IMPORTA EN QUÉ ASQUEROSO BICHO TE CONVIERTAS!!- gritó, ciega de ira.-

05/05/14, 02:00 am

Yrfy vuelve a frotarse los muñones y de la garganta de Marsi surge un collar de vómito cristalizado. Varios desmembrados le sujetan la boca para impedir que rompa de un bocado el collar, o el hechizo. A la rata tampoco le interesa que se suicide o se muera sin querer, así que varios hechizos drenan cualquier líquido que pueda ahogar a la chica. Una vez las llevan hasta el trono, sientan a cada una en una de las sillas. Orianna se encuentra a la derecha de Marsi. Apenas hay un brillo de vida en su mirada.

Los desmembrados sacan sus agujas y las cosen a ambas al asiento, de tal manera que ninguna de ellas pueda romper los hilos. Yrfy les ordena colocarles las cabezas giradas, de tal manera que Marsi y Orianna se vean obligadas a mirarse, y se acerca revoloteando al cuerpo de la amiga, para colocarle con delicadeza el collar de vómito de Marsi alrededor del cuello.

—Habéis quedado guapísimas—miente descaradamente. Se impulsa con las alas hacia la cabeza de Marsi y se posa sobre ella, espachurrando el pelo de la muchacha con sus intestinos sueltos—. Espero que disfrutes viendo los cachitos de tu amiga, porque es lo que te mereces, maldita cría: ser infeliz para siempre.

....

Pasan horas, días, meses e incluso años y Marsi sigue con los ojos cosidos, abiertos. A veces Yrfy se le acerca para aplicarle los hechizos necesarios para mantenerla viva, pero en ningún momento se cuela en su campo de visión. La varmana no puede ver otra cosa que el rostro de su amiga, a pesar de que poco queda que sea verdaderamente de Orianna. Los ojos de esta, siempre vidriosos, jamás dejan de mirar a los de Marsi. Jamás habla.

....

El tiempo sigue su curso impasible y ambas permanecen cosidas a los asientos del trono, mirándose fíjamente. Forzadas a verse a escasos centímetros la una de la otra sin poder tocarse, sin que les concedan ni el pequeño respiro de un pestañeo que rompa con aquella visión eterna. Entre ellas solo hay impotencia y sufrimiento contenido, un calvario de imagen estática y duro silencio hasta que, un día, Marsi despierta de su sueño.

...

La varmana necesitará pestañear varias veces para que el rostro de sufrimiento perenne de su amiga desaparezca de su vista.

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