Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

Espero mientras Nikolas se baña. Se ha dejado el libro abierto, así que mientras no está lo hojeo. Termina enseguida, por lo que no me da tiempo a buscar nuevos hechizos útiles, pero mejor así, porque no quiero hacer esperar a Vac.
-Ven, quizá sea lo mejor. Si los demás se pasan por aquí de nuevo a Elliot puede darle algo -bromeo, aunque sé que en parte es cierto-. Pues venga, no perdamos tiempo. ¿Puedes volar?
Él asiente y salimos al patio. Hacemos el hechizo al mismo tiempo y empezamos a levitar. Me preocupa que la pierna de Niko todavía siga resentida. Sobrevolamos el muro del torreón y mientras avanzamos atentos a las calles, pienso en el portal de comunicación. No se está usando mucho, pero no se sabe cuándo podrá ser necesario. Si se puede renovar con sangre tal vez deba dejarles un frasquito con ella o algo así.

(Sigue en el Burdel de dama Espasmo).

Me despierto sobresaltado, con la sensación de una lengua recorriendo mis ojos y unas manos huesudas apretando mi cráneo. Sacudo la cabeza y me pongo en pie, bajo hasta la primera planta sin ver a nadie y salgo al patio a por agua, el frío muerde mi piel desnuda. Subo un par de cubos en las manos y hago levitar un tercero, en dos viajes lleno la bañera. Me meto en la bañera, el agua fría relaja mis músculos, y me despeja del todo. Salgo de la bañera y me seco a fondo, frotándome bien la cabeza. Subo a la tercera planta con la toalla a la cintura, me pongo los vaqueros, una camiseta gris de manga larga ajustada y la bufanda al cuello, me calzo las Converse y bajo a la cocina a coger unas hojas de menta, las mastico tras beber un poco de agua y subo de nuevo, cojo la guitarra al pasar por la tercera planta y continúo hasta la azotea. El viento fresco me revuelve el pelo y me reconforta, me encanta sentir el viento en la cara. Me siento en las almenas y observo el anochecer, viendo las estrellas salir en el cielo. Hay muchas, y su gran numero me hace pensar es lo poco que debe quedar para que llegue la Luna, días tal vez ... y luego, cuando la Luna surque el cielo nosotros cambiaremos, las palabras de la criatura resuenan de nuevo en mi cabeza, y su aspecto y su demencia me vuelven a golpear como una maza. Niego y trato de ver el lado positivo de las cosas, poder volar merece la pena, siempre me ha encantado el cielo, ahora estoy mas cerca de alcanzarlo, me agarro las rodillas con los brazos y apoyo la cabeza sobre ellas, en mis ojos distraídos se reflejan las estrellas ...
-Un hado infernal - dio con voz suave adormeciéndome un poco - ...

Nia se levantó frotandose los ojos. Harm estaba sentado al final de la cama, con los brazos cruzados. Nia puso una cara larga cuando vino venir el sermón.
<<Ha estado aqui. Mientras dormias.>>
Nia se puso roja, apartó la mirada y comenzó a jugar con sus pulgares.
-¿No...¿no dijo nada?-pregunta.
<<Estabas dormida. Pero más importante aun, ¿que planeas? ¿porque te sientes asi por un miembro de otra especie?>>
-No se...como describirlo. Ha sido tan amable y simpatico conmigo siempre que...Algo está cambiando en mi. Lo noto.-
<<Una vez que vuelvas a casa, no le podrás ver nunca más...>>
Nia se quedó en silencio.
<<Porque volveras...¿verdad?>>
-Aun...aun no lo se...-
<<¡!>>
Nia se vistio y bajó a la cocina, puesto que Gael no estaba en su cama ya. En la cocina, no hay nadie. Al igual que en el torreon entero. En la cocina come un poco de carne y sube hasta la azotea, donde estaba Vacuum que, risueño, miraba las estrellas. Algo parecia preocuparle. Le preguntaria más tarde que le pasaba. Estaba esperando para cuando volviera a ver a Gael que le iba a esperar toda la noche si hacia falta. Se acomodó en su sillón, encarado hacia la puerta y como de costumbre, se puso a leer.

Llegamos al torreón a toda prisa. Me doy cuenta al llegar de que me olvidé de lo del portal otra vez. Con las prisas... qué desastre. Nikolas se despide de nosotros y se va al edificio donde estaban sus compañeros, a buscarlos. Todos los demás entramos en el torreón. Cain y Elliot se van a buscar a Vac escaleras arriba, y yo no sé qué hacer. Cuando voy a subir también, aparece Nia con un libro bajo el brazo. Le sonrío tímidamente alegrándome de verla y ella me acompaña escaleras arriba cuando subo. En las habitaciones veo que no están ni Vac ni Elliot ni Cain... Espero que ahora se sienta mejor. La ayuda de los amigos es muy importante en momentos como este, y Vacuum me había ayudado mucho... Se merece todo lo bueno y más, y no estar en ese estado por culpa de algo que ya había aceptado hacía tiempo.
Miro con curiosidad el libro que tiene Nia, pero no se lo pido para echarle un vistazo, está demasiado apegada a él. En cambio sí le digo que estoy algo cansado y que voy a echarme ya a dormir. No parece muy contenta de escuchar eso pero también hace lo mismo en cuanto me meto en mi cama.
-Bu... buenas noches, Nia -susurro buscando su mirada. Después me vuelvo en la cama y cierro los ojos.
Antes de quedarme dormido me doy cuenta de que tengo hambre, pero no tengo ganas de levantarme para solucionarlo. Es pronto y mañana me despertaré temprano, así que no tiene importancia.


FdR: Lo siento, no he podido sacar mucho más ahora que no queda nadie. Como quedaron cosas inconclusas si eso las escribís antes de empezar el día nuevo. Jous T_T.

Al fin llegó aunque era un poco tarde. Nia lamentaba no tener más ropa bonita para la ocasión. Nia le devolvio una tímida sonrisa a la suya. No sabia muy bien que decir, si es que hubiera que decir algo. Entonces dice que está cansado y que se tiene que ir. Pensaba pasar algo de tiempo con él, pero mejor seria que nos fueramos a ir a dormir. Nia se acostó la cama, sin tener mucho sueño e intentando dormir. Gael se revuelve en la cama. Harm aparece.
<<¿De verdad que te estas pensando si volver a casa o no?>>
Nia fingio estar dormida para no tener que contestarle y Harm desaparecio. Al poco rato se quedó dormida.

Cuando despertó vio que era la única que se habia levantado asi que bajó a la cocina desayunó y se puso a entrenar con los cuchillos en el patio.

El tiempo pasa lentamente, la luz del día termina de extinguirse, dando paso a la oscuridad nocturna. Ahora hay tantas estrellas como en la Tierra, y en comparación a las que había antes, ninguna, es un gran cambio ... ¿cuanto quedara para la Luna?. Me quedo atontado, con la espalda apoyada en una almena. Los brazos de Cain y de Elliot a mi alrededor me sacan de mi trance, me saludan con besos y me preguntan que ha pasado, se lo cuento todo, pero ya no lloro, no hace falta ... no quiero llorar mas, ahora necesito saber, ¿quien es Ewa?, ¿quienes son sus adeptos?. Miles de preguntas me acuden a la cabeza, mientras los brazos de Cain y de Elliot aun me rodean. Estamos así un rato, mirando el cielo, hasta que al final decidimos bajar a dormir. Todos los demás duermen ya, nos desvestimos y nos metemos en la cama, les doy las buenas noches con un beso a cada uno y me quedo dormido al rato, no tardo demasiado, a pesar de las preguntas el sueño me llama y me acuna en brazos ...

Nia parpadeo. Por un momento, se encontraba algo mareada. Salio a abrir la ventana pero solo se encontraba aun peor. Los pies le temblaban. Agarrandose a la pared, comenzó a moverse hacia la escalera, la cama. Quizas estaba muy cansada. Mientras subia las escaleras, agarrandose a la barandilla comenzó a sentir un ardor en el cuerpo una sensacion de felicidad y de HarmoNia le inundaba. Una sonrisa estúpida se le asomó a la cara mientras se reia a ratos. Inconstantemente, subia las escaleras, y, como si fuera un juego, daba saltitos hacia atrás y hacia delante. Llegó a la habitación-dormitorio y riendose un poco olvidó porque habia subido. Detectó a Gael, aun dormido y se tiró encima de él aplastandole los mofletes.
-¡Despieeeeertaaaaaa dormilooooooon! ¡Te vas a perder la fiestaaaaaaaa.-y Nia entonces río.

Dormía profundamente hasta que algo me despertó de sopetón. Noté que algo o alguien caía a plomo sobre mí y me sobresalté, intentando incorporarme en la cama. Pero no coseguí moverme mucho, estaba siendo aprisionado. Vi a Nia delante de mí, mirándome, y me tranquilicé un poco, acaba de decir algo de una fiesta, y sonreñia. No parecía una situación de emergencia ni nada parecido. Sonrío como un bobalicón y le doy los buenos días.
-¿Por qué tienes que despertarme así? Me has asustado un montón, pensé que pasaba algo malo -digo, empezando a reirme. Pretendía reprenderla por darme ese susto, ¿pero qué importa? No tengo por qué hacerlo-. ¿Por qué hay una fiesta? No hay nada que celebrar, al contrario, precisamente -comento como si fuese un chiste y suelto una pequeña carcajada-. Y mataría por una tarta, ¿qué es una fiesta sin tarta?
Le pido que me deje salir y me levanto de la cama de un salto. Me pongo los zapatos sin atarlos y cojo a Nia de la mano para que me acompañe a la cocina.
-¡Vamos a ver si hay dulces! Y si no los hay... bueno, ¡los soñamos! -río alegremente.

-¿Queeee? ¿Dulceeeees?-dice Nia ladeando la cabeza y frunciendo el ceño.-Puaj...no me gusta el dulce...-decia sacando la lengua.-Bueno, si. Hay un dulce que me gusta...y es Gael...-dice y se abalanza contra su cuello dandole un beso. Se separa con las mejillas sonrojadas y da unas vueltas, como una peonza.
-No se porque pero me siento geniaaal.-
Nia coge algo de carne y tras fallar unos malabares se lo mete en la boca y mastica despreocupadamente.
-¿Qué podemos hacer en esta fiesta? a ver, a ver...¡Ya se quizas pueda aprender a volar como tu haces!.-dice Nia subiendose de pie a un sillon y apoyando su pierna en el respaldo. Haciendo que se tambalease.
-Verás voy a volar...-aleteo con el brazo derecho mientras el izquierdo quedó inmovil. Nia miró el brazo inerte y pego un llanto corto.-¡No puedo aletear con este brazo! ¡Ah si! A lo mejor si salto mucho y muy alto...-
La silla comenzo a ceder, no estaba preparada para tanto tambaleo y movimientro inapropiado en cualquier momento podría romperse.

-¿Quééé? -pregunto extrañado cuando dice que no le gusta el dulce-. ¿Cómo puedes...? -No puedo terminar la frase porque se abalanza hacia mí y me da un beso. Me río por las cosquillas que me hace y luego se separa y se pone a dar vueltas. Me río al verla me lanzo a la comida mientras. Ella se une poco después, y terminamos enseguida porque tragamos casi sin masticar.
Cuando pretende volar, me río ante la perspectiva.
-Nia, pero si tú no puedes volar -digo con un tono que hasta parecía cruel al estar adornado con mi risa. Cuando la veo quejarse por no poder aletear me doy cuenta de que me estoy riendo sin motivo, sin embargo ella sigue su número, y empiezo a aplaudirla.
Pero entonces la silla empezó a tambalearse demasiado, no parecía muy segura. Una idea cruzó mi mente y la puse en práctica con una sonrisa. Lancé el hechizo de levitación y la hice flotar hasta rozar el techo.
-¡Mira cuánto vuelas sin aletear! -le digo jovialmente-. Y esta silla... esta silla estúpida te quería tirar. -Te daría una paliza, pero haces falta... ¿entiendes? -le hablo a la silla en tono amenazante. Después me empiezo a reír de mi propia idiotez, con un deje de preocupación que enseguida borro. ¿Preocuparse de qué? Hay que divertirse, no preocuparse.

Nia se quedó alucinada al ver que se sostenia en el aire. Miró a Gael, luego miró a sus pies.
-¡Gael! ¡Estoy volando! ¡¡Por el Emperador que vuelo! ¡Puedo volar! ¡Ahora llegaré a cualquier lugar! ¡Podré huir de los bichos malos! ¡Podré ayudar a los que me necesiten! ¡Y...¡Gael!-anda hacia él y suspendida en el aire le coge de la muñeca.
-¿Quieres venir a mi casa? A lo mejor si le preguntamos a las estrellas el camino ellas nos guian.-dice, risueña e ilusionada con llevar a Gael a su tierra natal.

Nia parece tan feliz que cuando tira de mi muñeca para intentar llevarme a su casa no sé cómo decirle que no podemos ir a ningún sitio.
-Nia... te he hecho volar yo -la dejo caer al suelo con suavidad-, creo que no podemos ir a ningún sitio así. Pero... ¡Rocavarancolia es divertida! Aquí tenemos montones de amigos. ¡Y vamos a convertirnos en seres maravillosos! Tal vez brujas de cuento o bestias, pero es algo maravilloso al fin y al cabo. -La miro un momento, sin darme cuenta de que debía estar muy decepcionada-. Pero seguro que tu casa es maravillosa también, pero no podemos ir, porque tiene que pasar un año y todo eso. Pero podemos esperar... Y luego vamos y... ¡bam! ¡Los asustamos a todos! -Río a carcajadas-. Les vamos a encantar, seamos lo que seamos, y haremos magia para impresionarlos. Te invitaría a ver mi casa, pero seguro que no es tan divertida... pero hay cosas bonitas, y... y... -Me la quedo mirando a los ojos sin saber qué más decir. Me sudan las manos y por eso mismo me acabo soltando de ella-. ¿Qué podemos hacer? Aquí, digo. ¿Vamos al patio, a la terraza?

Nia se desilusionó un poco. Por un momento podia imaginarse la escena. Entrar en casa como si nada hubiera pasado...bueno,si. Gael habia pasado. Probablemente su padre le levantaria en volandas y le preguntaria a donde ha ido su pelo. Nia rio para sí misma, imaginandose la escena. Por un momento se preguntó si su hermano lo estaba haciendo bien en esa escuela privada del estado. ¿Como era su nombre? ¿Centro de deten... Bueno, daba igual. Su hermano se las podia apañar.
-Yo tambien quiero visitar tu casa algun día-dijo con un puchero. Se hizo el silencio y Gael lo rompio preguntandola a donde queria ir.
-Como quieras. Ahora mismo me da igual.-admitio. Siempre que pudiera pasar tiempo con él, le valia.

-Vamos a la terraza, ¡a ver las estrellas! -Tiro de ella escaleras arriba y al llegar el viento nocturno nos da en la cara, haciéndonos estremecer.
Noto que se me pone la piel de gallina y le digo a Nia que espere un momento. Bajo hasta la tercera planta entre pequeñas risitas y saco una manta de mi propia cama a tirones. Subo con cuidado de no tropezarme con ella, aunque la perspectiva me parece más bien graciosa, y al llegar le enseño la manta hecha una bola. La extiendo en el suelo y me siento casi en el centro pero en el borde. La invito a sentarse a mi lado con la mano y cuando lo hace cojo la esquina de la manta que queda más cerca y nos la echo encima. Ella hace lo mismo y quedamos cubiertos hasta los hombros. La miro y me río.
-Aquí se está muy bien. ¡Fíjate cuantísimas estrellas! Y antes ninguna. Ninguna, ¿lo puedes creer? -Hago una mueca-. Quién tendría la feliz idea... -me echo a reír me olvido del tema del que estaba hablando-. Bah, qué más da. ¿Puedes contarme cosas de tu casa, de tu... mundo o lo que sea? -Bostezo ruidosamente-. Debe de ser muy... divertido.
Se me entrecierran los ojos, no sé cómo puedo dormir tanto... pero dormir es bueno, y tranquilo, y reparador. Se me cae la cabeza a un lado y la apoyo en el hombro de Nia.
-Me encanta dormir -murmuro con los ojos cerrados y sin perder la sonrisa bobalicona.

-¡Las estrellas son divertidas! ¡Son como pequeñas bombillas, pero en el cielo! Pero...¿quien las encenderá?-se pregunta Nia, arrimandose todo lo que puede a Gael. Gael le pregunta por su casa, su planeta. Nia no sabe muy bien por donde empezar.
-Pues...hay mucho mar...Y cosas divertidas...¡Podemos hacer un picnic en la playa! Y no se...-ahora mismo tenia la cabeza un poco mal para pensar en que contarle. El bostezo se le contagia. Le entraba sueño cuando estaba tan junta a él. Podia notar su respiración y eso la calmaba. Arrima su cara a la suya y nota su olor. Era un olor curioso, que Nia nunca habia olido. Pero sin duda le gustaba. Aunque no sabia muy bien porque. Gael menciona que le encantaba dormir. Nia sonrie. A ella tambien le gustaba pero no dijo nada, como, si romper aquel silencio mágico fuera un pecado imperdonable. Se agarro a su camiseta y sus ojos comenzaron a pesarla. Finalmente, se quedó dormida con Gael como la última cosa que vio.

Cain se despertó desorientado, no se acordaba apenas lo que había ocurrido el día anterior... y el otro? Qué había hecho los últimos dos días? Los recuerdos fueron acudiendo a su cabeza; Vacuum... un monstruo, un bicho... el miedo lo invadió todo y al notarle a su lado se abrazó con fuerza a çel y le besó con ansia, con necesidad. No quería perderle, no quería... Una extraña sensación se apoderó de él... En miedo se fue esfumando poco a poco y el beso se fue haciendo cada vez más suave... Vacuum estaba allí, ahí mismo, ¿por qué tenía miedo de perderle, no iba a irse a ningún sitio? <<Mírale, está dormidito...>> pensó, bajando por la barbilla del griego con una sonrisa. Dejó la cabeza sobre su pecho y empezó a imitar una esperie de ronroneo. SE sentía... liberado, ligero, como si todo fuera un sueño. Era una especie de extraña euforia, solo que estaba tan... tranquilo... tan relajado... <<Mi cuerpo es de humo>> pensó divertido, frotándo la cabeza con el cuerpo de Vacuum. Todo le parecía de pronto tan increíblemente suave... Y ya había olvidado el motivo de su terror... Vacuum estaba allí mismo, debajo de él. Alzó un poco la cabeza y vio a Elliot al otro lado. También estaba allí. Se rió de lo absurdo de su miedo y le agarró la mano a Elliot para mordisquearle las puntas de los dedos mientras continuaba ronroneando.