Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

- uno de los que os salvaron de las ratas
le contesto con una media sonrisa intentando no sonar tan burlon como ella

atravieso el umbral sin hacer ruido como me dice
- a nada en particular, solo queria saber donde os hallabais situados
le ago una reverencia
- espero no haberla molestado joven dama
rio por lo bajo

Al final del sueño o pesadilla todo fue muy deprisa. Las cuerdas volvieron, me atraparon y me aplastaron sin piedad.
<<CRAACK>> resonó en mi cabeza. Un sonido tétrico, prolongado, formado de la rotura de todos los huesos a la vez, un sonido apagado y estridente, que en mis oídos sonó más alto de lo que debería, porque eran mis propios huesos.
Todavía se repetía una y otra vez ese crujido en mi imaginación cuando grité. Pero el lugar donde estoy gritando ya no tiene nada que ver con aquello, es la realidad. Aferro las sábanas y las arranco, arrastrándolas conmigo hasta la cabecera de la cama, donde me acurruco unos instantes. ¿Qué ha pasado? Era un sueño, solo un sueño. Ni siquiera me duelen los huesos, no sangro, no estoy muerto. Pero me he traido otras cosas desde el sueño, montones de sensaciones. Tengo los ojos humedecidos, debí de haber empezado a llorar hace rato. Me limpio las lágrimas con las mangas y me levanto de un salto.
Cuando llego a la planta baja alguien se interesa por mi grito, alguien que subía y no he identificado porque no quise mirarle a los ojos. Explico rápidamente que me había asustado una pesadilla, y que no pasaba nada. Voy al pozo y subo hasta tres cubos de agua a la bañera, que deberían ser suficientes y me meto en el agua helada. Mi cuerpo parecía tener fiebre cuando me levanté, y lograr meterme en el agua es doloroso, pero al cabo de un rato me doy cuenta de que ha valido la pena. Salgo refrescado, al menos de cuerpo, porque todavía me encuentro confuso y tembloroso. Me pongo de nuevo el pijama con el que llegué a Rocavarancolia y regreso a la planta baja, cabizbajo. Cojo una fruta y la masco desganado. Una parte de mí todavía no ha vuelto a la realidad. El recuerdo cada vez más borroso de aquel mal sueño me hace estremecer, de terror y quizá algo más. Agradezco que la fruta esté amarga, yo también me siento agrio.

Mientras mastico la fruta veo que Elliot se me acerca con expresión amable. Me doy cuenta de que fue ella la de las escaleras, y ahora sí la miro a los ojos. Antes fui muy poco amable.
-No... no es nada. Solo son sueños, ¿no? -Entre nosotros vuelve el silencio hasta que ella lo rompe dándome buenas noticias. ¿Habitación llena de armas? Eso suena muy interesante. Le sonrío tímidamente y a mis ojos vuelve la ilusión-. ¡Sí! Quiero verlas, ¿qué hay?

Me levanto de la silla emocionado y me dispongo a seguirla.

Elliot se fue hace rato y me quedé descansando un rato. Después, se puso totalmente de noche y decidí que ya era una buena hora para descansar...
<<Mejor voy a dormir un rato, que mañana con suerte, salimos un rato de este torreón y con más suerte aún, vuelvo manteniendo mi vida...>> Pienso mientras me dirijo al piso de las habitaciones.
Estoy empezando a sentirme cómodo en esta ciudad, en este torreón y con estas personas... Me está empezando a gustar, pero me gusta porque aún, no hemos estado en verdadero peligro... Tengo miedo de que me guste, no quiero llevarme desilusiones y no quiero desconcentrarme y confiarme con los peligros que hay fuera. Aún no conozco esta ciudad, así que aún no me confiaré...
Me están empezando a caer muy bien mis compañeros, sobre todo el pequeño y valiente Gael, la enérgica Elliot, el loco Vacuum y el machote de Alec, que son con los que más he hablado... Y eso también me da miedo... No quiero, tengo miedo de ganar confianza y perder gente con quien empiezo a confiar...
En el corto camino, mientras estoy en las escaleras, pienso todo eso, y me entristece un poco.
Muchos cambios y muy poco estables...
<<Ahora más que nunca, hay que ser fuerte...>> Pienso.
<< Y ahora más que nunca, tenemos que ser un grupo>> Concluyo.
Después de todas mis reflexiones, llego a mi cama, me desvisto y me dispongo a dormir, hasta el día que me prepare mañana....

Me despierto. Me levanto, me desperezo y me despejo un poco. Me pincha el brazo izquierdo.
<<Hace tiempo que no notaba pinchazos... Jau, estás bajando de forma>> Pienso de malhumorado.
No me visto, que quedo en pantalón corto. Después voy a por el cubo y bajo a por agua unas cuantas veces hasta llenar la bañera. Me relajo un poco con el baño, me visto con un pantalón ancho que encontré y una camiseta que estaba muy abierta por las mangas, era de tirantes pero el corte llegaba hasta el costado. Ahora estaba fresco y relajado.
Veo que Vacuum y Elliot no están acostados, así que voy a mi cama y cojo la espada de ayer.
Cojo una fruta ovalada y anaranjada, y me la como. Después, con espada en mano y el pelo aún mojado, me subo a la cuarta planta, a entrenar un poco.
Como había imaginado, allí estaban Elliot y Vacuum. Elliot observaba a Vacuum intentando copiar sus movimientos y Vacumm, como siempre, concentrado y en su mundo...
Me acerqué a Elliot, que no me vio.
-Buenos días, señorita. -Le saludo.
-Madrugando para entrenar??. -Le sonrío.

Elliot me saluda, le veo un poco cansada...
-Sería un placer volver a entrenar con usted, señorita. -Le digo con mucho teatro.
-Quedarme mirando??! Por favor, yo siempre paso a la acción... -Le bromeo guiñándole un ojos.
Levanto la espada con la mano derecha y le señalo con ella. El mango de la espada me araña un poco la mano, pero no hago caso a eso.
-Cuando usted quiera, señorita. -Le digo sonriendo.
-Veo que sigues manteniendo la misma ventaja que ayer.... Bromeo mirándole la ropa.
-Tranquila, hoy seré más modesto. No quiero que te enfades. -Finalizo bromeando y mirando mis partes nobles.

Me hizo gracia sus carcajadas. Después levanto la espada y la estrelló desde arriba con las dos manos como si fuera un meteorito que cae a la tierra.
Lo pare con una mano, cruzando el brazo para parar sus espada sin hacer mucha fuerza.
Después gire el codo para desviar su espada con un giro de arco, desde arriba.
Me acerqué a ella, al ver como cogía la espada.
-Te cuesta mucho mover y levantar la espada porque la coges mal. -Le corregí y me acerque a ella.
Después le enseñé por donde cogía yo la espada y le cogí su mano, poniéndosela correctamente en el mango de su espada.
-Seguro que ahora te cuesta menos. Así tienes mayor movilidad para tu muñeca. -Le dije y volví hacia atrás. En guardia.

Me despierto en el Torreón Letargo. Vine aquí con los demás, aunque no he salido mucho de la habitación. Necesitaba descansar y pensar un poco; todo esto aún me resulta muy extraño.
Me levanto. Me parece oír voces arriba, así que empiezo a subir. Cuando llego a la cuarta planta, las reconozco: son Elliot y Jau. Parece que están entrenándose.
- Hola... - los saludo a media voz.

-La espada no es solo fuerza, si golpeas fuerte te pueden desequilibrar, lo se por experiencia. -Le respondo.
-Es más habilidad que fuerza...
Después me golpea pero esta vez con un giro de cintura y la esquivé al no poder pararla. le sonrío.
-Eso está mejor!!
- No tienes porque levantar el peso de la espada con el brazo solo. -Le explico.
- Es como una lucha cuerpo a cuerpo, girando el cuerpo golpeas o atacas con más fuerza.
- Yo, en mi ciudad, por desgracia, o aprendías a pelear o te quedabas encerrado en tu casa. Y yo nunca estaba en mi casa.

Después me giro y veo a Helli.
-Hola Helli! -Le saludo.

Después decido atacar yo, pero con la espada desde abajo hacia arriba.