Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

Yip está nervioso, y su mente empieza a funcionar, aunque no se le suele dar bien, se le ocurrre un plan, mientras Red sube

-Oíd se me ha ocurrido una idea, vosotros podríais subir por la trampilla hasta la terraza y allí estar a salvo dado que los lobos no podrían subir, mientras, Gael y yo nos quedamos abajo para cerrar la trampilla tras de vosotros Gael y él subir volando y con la magia de la intangibilidad esa, mientras, yo le protegería de todo lobo que subiese-dice Yip convencido de su plan y de que podría aguantar el tiempo suficiente-además si me superan en número, siempre puedo saltar por la ventana y así no sufrir demasiado

<<Seguro que aceptan el plan, esta gente me ve como un mero intruso en su torreón y en sus vidas, cosa que no niego, pero ya es hora de demostrar que no soy inútil>>

Noto movimiento a mi alrededor, alguien me sacude, pero aun así no salgo de mi estado de sopor, siento que algo malo pasa, pero no soy capaz de despertarme, quizá el aroma de las flores me ha afectado demasiado, ¿defensas bajas tal vez? ... una sacudida fuerte me saca de mi sopor, y una voz grave me taladra los oídos, enfoco la vista y veo a Nia, que habla con la voz de Harm, todos se mueven hacia arriba, yo me pongo en pie, me pongo los vaqueros saltando y una camiseta de maga corta, me calzo las Converse sin atarlas y miro sobre la cama, ya no queda nadie en la habitación, sobre la cama hay un par de guanteletes que ha dejado Harm, me los pongo sin pensar y lo oigo los aullidos, mi cara pierde el color y me dirijo a las escaleras para bajar a recoger mis armas, pero desde el hueco veo sombras moverse abajo, y están empezando a subir, consigo entrever unos ojos agrietados mirando hacia arriba ...
-Mierda - digo agarrando una cama y arrastrándola hasta el borde de la escalera, le propino una patada lanzandola hacia abajo, arrastro la de al lado y repito la operación, las camas se atascan en el descansillo, no los frenaran pero los contendrán unos minutos - ...
Echo a correr escaleras arriba tras coger la guitarra, no pienso dejarla atras, con los golpes de los lobos a mi espalda, ¿por qué nos atacan de repente?, ... es surrealista, y ni siquiera estábamos preparados <<Eres un gilipollas confiado chico - pienso para mi - , te has relajado demasiado ... >> .
-¿Estáis bien? - pregunto al llegar arriba, todos parecen nerviosos y se acaban de levanta - ... mal despertar sin duda, en fin veamos que hacemos - digo cerrando la puerta tras de mi - ...
Yip empieza a hablar, y mi mirada se ensombrece a cada palabra, ¿se quiere suicidar? ...
-Ni hablar chaval - digo dándole una colleja cuando acaba, me vuelvo a poner el guantelete - ... eres una de los nuestros, y no te vas a sacrificar por los demás, todos queremos ser un héroe, pero no somos suicidas, ¿de acuerdo? - digo mirándole fijamente a los ojos - ademas, me caes demasiado bien para dejarte hacerlo, me debes unas clases de ese arte marcial tuyo ... no, el plan sera otro - deliberamos rápido entre todos, Elliot sugiere algo bastante factible, yo añado alguna detalle, al final se deciden las cosas - ... bien, Alec por la trampilla hasta la azotea, llévate el arco y todas las flechas que puedas y cuida mi guitarra - digo tendiéndosela, el chico se sube para arriba con el arco, las flechas y la guitarra - , Gael y Helli, vosotros sois clave en este asunto, quiero que hagáis intangible la escalera que da a la cuarta planta, no lo detendrá, pero al avanzar a saltos solo llegaran de uno en uno, de dos en dos a lo sumo, luego quiero que los vayáis congelando, ¿de acuerdo? - les pregunto, se ponen a la tarea - ... bien, el resto - me giro hacia Ulises, Adara, Jau, Harm, Elliot y Yip - ... nosotros estaremos en la refriega propiamente dicha,nada de tonterías ni chorradas cuerpo a cuerpo, quiero que cojáis vuestras armas y tratéis de no morir, destrozad a los lobos congelados y alejad a los que estén enteros, y ahora coged vuestras armas ...
Adara coge una espada larga, Ulises una corta y Jau su espadón ancho, se preparan por la sala, yo busco, me he dejado mi espada larga abajo, pero en una esquina veo una espada bastarda de acero azul, recuerdo haberla subido para entrenar, la agarro con la mano derecha, pero no hay escudo, me tendré que conformar con los guanteletes ...
-Listo - digo colocándome en mitad de la sala, relajo mi respiración para calmarme, no es bueno luchar nervioso - ... tranquilos ...
Se palpa la tensión en el aire, la adrenalina empieza a circular por mis venas, todo parece avanzar a cámara lenta, de pronto un golpe sacude la puerta, todos nos tensamos y nos preparamos, el siguiente golpe desencaja la puerta, que cae dentro de la sala, pero no hay lobo, ha caído por la escalera intangible, pero la calma solo dura dos segundos, de pronto dos figuras surgen del suelo de las escaleras y entran en la habitación, la primera se lanza sobre Ulises, que era el mas cercano a la puerta, el lobo cae sobre el tumbándolo sobre el suelo, pero la espada del chico sobresale por la espalda de la criatura, le a atravesado el corazón, se oye su risa de alegría, pero se corta bruscamente cuando el lobo, con su último aliento cierra su mandíbula sobre su cabeza ... un estremecimiento recorre mi espalda y descargo la espada con fuerza sobre el lobo congelado que Gael a hechizado, el monstruo estalla en pedazos y me preparo para el el siguiente, sin dejarme llevar por el miedo, sin mirar el charco de sangre que sale del cuello de Ulises ...

Harm se alarma al ver a las criaturas irrumpir. Ulises muere, y empieza el contacto con aquellos animales de fiero semblante. Desenvaina rápidamente la espada y con calma ante el caos, comienza a removerle uno a uno los seguros. Entonces pone el arma a la misma altura que los ojos y adelanta el brazo izquierdo, desarmado, como apuntando. Con un movimiento seco la hoja de la cuchilla se parte en varios trozos, unidos por un cable metalico y se estrellan en el morro de uno de los lobos partiendoselo y atravesando en canal hasta alcanzar la pata de un segundo lobo que ni se inmuta por su miembro amputado ni su compañero atravesado. Harm sonrie mientras, de un tiron, la hoja vuelve a su forma original en manos de Harm. El lobo herido arremete contra él y su mano busca una cosa en el cinturon y como un rayo, uno de los cuchillos de Nia se clava en el ojo de l abestia que se tambalea, aun sin morir.
-¿Que tipo de criaturas son estas?-dice Harm mientras volvia a poner los seguros en el arma. El lobo hace un intento por lanzarle las mandibulas a la pierna pero Harm usa su arma como un filo, mucho más rápido decapitando al animal al instante. Retira el cuchillo del ojo del animal, lo limpia y lo vuelve a enfundar. Se gira para seguir enfrentadose al resto de lobos que entraban a raudales, siempre apoyandose en sus compañeros debido al escaso intervalo de ataques de su arma y porque no queria herirles.
Justo suena un chasquido detras de él y un lobo le salta por detras y comienza a morderle el brazo izquierdo manchando de sangre el vestido, a Harm y a la criatura misma. Harm desenvaina rapidamente el cuchillo y comienza a apuñalarle en el costado, garganta y ojos, pero no le hace retroceder. Ni un solo grito sale de su boca. Encorva las piernas y le patea. Cuando el animal se recompone, carga contra otro cosechado. Harm se levanta y deja caer su arma. Su brazo estaba muy malherido. Pero por lo menos se habia llevado a dos de las criaturas. Jadeaba. El dolor no se reflejaba en él pero si el cansacio de su cuerpo.

Todo se vuelve muy confuso, Vacuum llega de último y entre todos empiezan a trazar un plan. Yo me pego a ellos sin aportar ideas, simplemente tratando de mantener la mente tan fría como los demás parecen tenerla, sin éxito.
Cada uno empieza a seguir las órdenes, Helli y yo vamos a las escaleras y nos miramos un momento, ella asiente y hace intangible las escaleras. Después, nos preparamos para la llegada de los primeros lobos. Pero no había manera de estar preparado para lo que iba a pasar. Dos lobos consiguieron acceder los primeros, uno se abalanzó hacia alguien, mientras yo preparaba el hechizo de paralización y lo soltaba sobre el otro, un poco más rezagado. Me puse inmediatamente a realizar el hechizo de levitación para empujar al animal y que se rompiese en pedazos, pero Vac acabó con él antes. Mientras entró otro, y maldije mentalmente por no estar preparado para su llegada, entretenido con el otro hechizo. Eché un vistazo rápido mientras el animal se resquebrajaba. Ulises en el suelo, la espada sobresalía a través del lobo, más allá, otro atacaba a Elliot, que parecía lograr defenderse. Al volver la mirada otra vez a la entrada veo un charco de sangre... ¿Ulises? Intento correr hacia allí, pero Helli me detiene y lanza un hechizo de parálisis sobre otro lobo que venía hacia nosotros. Entendí su gesto enseguida, había que luchar, no pensar en otra cosa. Pero me resultaba increíblemente difícil. Los próximos hechizos los erré, no fui capaz de destrozar a aquel lobo ni paralizar a otro que entró. Suerte que tenía a Helli cerca. Estaba resultando tan inútil que sacudí la cabeza y traté de recomponerme.
Realizar hechizos llevaba cierto tiempo, mientras uno era destruido, otro se colaba tras el primero e iba directo hacia los demás. Tal vez si les mostraba una víctima fácil y los distrajera... Además, la batalla estaba haciéndose cada vez más sangrienta, era la mejor opción. Me hice intangible y atravesé a Helli para acercarme a las escaleras y de paso decirle que aunque me acercase no me podían dañar. El próximo que entra, al verme tan cerca, se abalanza sobre mí. Aterriza a mi espalda, confuso, y aprovecho ese momento para paralizarlo y acto seguido hacerlo añicos haciéndolo levitar y caer.
Después de ese último hechizo, caí de rodillas, agotado. Aún me quedaba reserva en los talismanes, pero no sé si servirá para mucho más. El problema soy yo, que estoy agotado, nervioso, con ganas de gritar y llorar, todo a la vez. Me pongo en pie, tembloroso. Un lobo más me atraviesa pero se pierde a mi espalda, pasando de mí y buscando otra víctima.

La batalla a mi alrededor se desarrolla de forma rápida, no dura mucho tiempo, cada uno hace lo que puede, despues de destrozar la estatua de hielo que era el primer lobo no me enfrento a ninguno mas, la batalla trascurre a mi alrededor, me esquivava y no puedo intervenir, las bestias van callendo a mi alrededor hasta que la batalla se detiene, aun queda un lobo en la habitación, a atravesado a Gael y se lanza hacia mi, sin pensarlo corro hacia el y estampo mi puño enguantado en acero en su hocico, su zarpa delantera me golpea en el pecho, y la sangre me oscurece la camiseta, pero lo ignoro y le decapito con la espada de un golpe, imprimiendo toda la fuerza de la que dispongo. La criatura cae al suelo con un sonido sordo y la cabeza rueda con un chapoteo, ya no hay mas lobos vivos en la habitación, miro a mi alredor, Gael y Helli empiezan a curar a la gente, pero yo veo a Elliot apoyada contra una pared y se me encoje el corazón, me acerco a ella corriendo, dejando caer la espada y quitandome los guanteletes apresuradamente, la recojo en brazos y la siento en el suelo, le miro la espalda y la veo desgarrada por multiples arañazos, sin perder tiempo realizo el hechizo de curación, sirviendome de la energía del anillo de mi mano, las heridas se cierran y la sangre deja de fluir, le cojo la cara entre las manos y la beso con ansia, feliz de que siga conmigo, asustado aun a pesar de la poca gravedad de la herida, asustado por no saber como esta Cain, por no saber si el italiano esta bien ... la beso con fuerza, saboreando en ella también a Cain. Después de que los heridos han sido atendidos, cojo a Elliot en brazos sin dejarla replicar y me encamino hacia la escalera, que Gael ya ha hecho tangible, dejo a Elliot en la cama y bajo con Jau a cerrar la puerta del patio, no hay lobos en el torreón, pero los oigo afuera. Aseguramos las puertas y subimos el puente desde las mazmorras, cojemos algunas armas y cojo el agua que queda en un par de jarras en la cocina, subimos a las habitaciones y se atiende a los convalecientes, montamos una barricada en la entrada a las escaleras y se apostan Alec de vigía junto con Jau, yo regreso con Elliot y me siento a su lado, la limpio la espalda de sangre seca suavemente con el agua y un trapo, hablo un rato con ella, distrayendola, no soy consciente de la herida de mi pecho. Hablo con los demas y establecemos unos turnos de guardia, ya limpiaremos el torreón de cadáveres mañana, al pensar en Ulises un escalofrío me recorre la espalda, pero aparto esos pensamientos de mi cabeza mirando a los demas, ellos siguen vivos, eso es lo que importa ... me siento junto a la cama donde reposa Elliot, mirando por la ventana, conversando con ella, feliz de que este conmigo, aunque echo en falta al italiano, la incertidumbre de su estado me pone nervioso ...
-Te quiero pelirroja - le susurro a Elliot tras darle un beso - ... a pesar de los sustos que me das ...
Mi cabeza no deja de pensar, en Cain, en los lobos que aun siguen afuera, en Ulises ...

En cuanto Helli le cura el brazo se aleja del grupo sin decir una palabra. El brazo curado superficialmente estaba, pero le colgaba inerte. Maldijo en voz baja a la ciudad y sus criaturas. Nia no habia visto nada. Aun seguia en coma. Pero habia muerto Ulises. No sabia como se lo iba a tomar. Limpia sus armas en el pelaje de un lobo. Con mucho cuidado, se acerca a uno de los cadaveres y le comienza a explorar. Nunca habia visto un animal semejante. Era un mamifero y sus mandibulas no se parecian en nada a las mandibulas de otros depredadores. Algunos traian graves heridas (aparte de una peste) que ninguno de nosotros le habia causado. Esos animales, era, cuanto menos, curiosos. Le compueba la dentadura al que estaba examinando y le arranca los colmillos, con suma facilidad. Se incorpora. No queria llevar la exploración más a fondo, puesto que podria molestar a los compañeros, y ademas debia hablar con ellos sobre Nia y su extraña enfermedad.
Se acerca al cuerpo de Ulises. Se queda un rato contemplandolo. Sin duda esta ciudad era terrible para mandar a infantes a ella. Niega con la cabeza. Sin contar con el muerto que ya arrastraban, con este hacian dos. ¿Como les habrá ido a los demás? Se gira en redondo. Ahora él iba a tomar las cuerdas de este cuerpo. E iba a salvar a Nia, costara lo que costase. Se observa el brazo izquierdo por última vez y sube a la azotea. Aun se oyen algunos aullidos esporadicos. Se recuesta contra la pared, mirando la ciudad, acariciandose donde antes habia estado la herida del brazo.

Vac se acerca al lobo que me atravesó y termina con él. Nos quedamos en silencio, jadeando y escuchando, pero no entran más, no se oyen más pasos en el interior del torreón. Helli empieza a dirigirse a los heridos para curarlos, y eso me saca de mi burbuja. Tengo la cabeza hecha un lío, pero lo primero es lo primero. Veo que Helli ya ha dejado extinguirse el hechizo que mantiene las escaleras intangibles y ya son utilizables, y yo hago lo mismo con el que mantiene mi cuerpo en el mismo estado. Ayudo a varias personas y veo que Vac baja, me parece que va herido... pero en ese momento dejo de pensar en él, porque veo a aquel lobo encima de Ulises. Su mirada está vacía, muerta. Mirando al techo con una mueca desencajada que malamente voy a conseguir borrar de mi memoria. Sé que veré esa imagen en mi cabeza hasta el día en que muera.
La gente empieza a trazar planes y hablar a mi alrededor. Bajan las escaleras, parece que están disponiendo todo para resistir en el tercer piso. Entro en la habitación y me siento en una cama, sin centrar la vista en nada. Lo vi antes de que lo matara, justo antes. Si lo hubiera hecho intangible, a uno, al otro, o a ambos, ahora estaría vivo. Podríamos haber hecho muchas cosas, podríamos habernos hecho todos intangibles con solo cogernos de la mano... no, pero así los demás no podrían pelear... No sé qué pensar, pero si hubiésemos planificado más, no hubo tiempo, pero tampoco aporté ninguna idea. Soy estúpido, solo sé ir agarrándome a las faldas de mi madre, y ahora de mis compañeros...
Los miro a todos uno a uno, comprobando si están bien. La herida de Vac... Ahora están él y Elliot todos acaramelados. No entiendo nada de lo que hay entre ellos dos, pero ¿qué me importa en un momento como este? Me acerco a ellos y toco el hombro de Vac justo antes de lanzarle un hechizo de curación con las pocas energías que quedaban en mis amuletos. Sin decir palabra me vuelvo y voy a mi cama de nuevo, pero en vez de sentarme en ella me dejo caer a su lado, dando la espalda a todos los demás, abrazándome las piernas y empezando a llorar en silencio.

El tiempo pasa mientras no consigo dormir, llego a escuchar como cambia incluso la primera guardia. Aún puedo oír aullidos. Me enfado y tiemblo de miedo al mismo tiempo. ¿Para que sirve una persona como yo? No ayudo en nada a mis compañeros, no tengo habilidades, no tengo fe en mí mismo, tengo miedo. Solo tengo la magia, y ni eso me sirve. Oh sí, me salvé a mí. ¿Y qué hubiera pasado si... si hubieran muerto más personas? Y yo... solo, mirando, protegido por la estúpida magia hasta que esta se hubiera acabado o lo que fuera.
Hundo más la cabeza en las piernas, pero un fuerte dolor en la espalda me impide seguir en esa postura. Me he negado a levantarme por demasiado tiempo, pero ahora estoy demasiado dolorido. Pero a mí solo me duele, Ulises se ha muerto. Niego con la cabeza, ¿por qué no puedo dejar de pensar en ello así? Ya está, ya pasó, los muertos solo son eso, muertos. Pero no puedo, porque siento la culpabilidad, porque me niego a aceptar que la gente pueda desaparecer de un momento para el otro...
Me levanto finalmente y subo a la cama, de mala gana. Estiro la espalda y me quedo mirando al techo, tapándome los ojos con el brazo. ¿Va a ser así toda nuestra vida aquí? ¿Vamos a ir muriendo uno a uno hasta que al final no quede nadie?
No. Me niego.
¿Por qué voy a llorar cuando puedo hacer mucho más? Estoy seguro, mucho, mucho más. Tengo que intentarlo, al menos más de lo que lo he estado haciendo hasta ahora. Si al final la ciudad quiere matarme que lo haga, pero voy a luchar. Es como hacen los demás. Si ellos se hubiesen quedado paralizados ahora estaríamos todos muertos. Ya he vivido muchas situaciones de peligro, algún día tendré que acostumbrarme. Me permito a mí mismo darme ánimos. Ya sé que esto no es en cuento y no vamos a comer perdices. Ahora ya lo sé de sobra.
Al final acabo por dormirme, ignorando incluso los ruidos que emiten los lobos allá afuera. Es tal mi agotamiento, que dejo de sentir todo lo que me rodea, y el arrullo de mis pensamientos me hace empezar a soñar.

Harm se comenzó a mover poco a poco. Lentamente, el rocio cristalizado sobre su cuerpo le tiraba de la piel, pero seguia sin sentir nada en su brazo. No tenia sueño. Ni habia dormido. No solia dormir. Y aun no sabia como explicar a Nia todo lo que pasó ayer. No sabia como iba a reaccionar la pequeña. Se levantó y el brazo izquierdo le cayó laxo al costado. Habia pasado algo de frío pero el sol se habia encargado de calentarle lo suficiente. Habia muchas cosas que hacer, que planear, que solucionar. Bajó de la azotea y le relevó el turno al que le tocaba hacer guardia que tardó en darse cuenta de que no bromeaba. Tendria que preguntar tanto a Vacuum como a Cain si sabian algo de la enfermedad. Algo que probablemente le estaban ocultando debido a su apariencia. En ocasiones, intentaba recordar como era su cuerpo, es decir, cuando su cuerpo era acorde a su edad. Una nube ocultaba su pasado. Vacuum seguia dormido, o eso creia. Los lobos no se habian hecho notar y a Harm se le acaba el tiempo. Tendria que arriesgarse y salir del sitio por su cuenta si no conseguia contactar con ellos. Quizas en la biblioteca habria información y una posible cura. Eso era lo que Harm esperaba.

Me despierto con la cabeza hecha un lío, acurrucado sobre la cama de cualquier forma y todavía por encima de las sábanas. Recuerdo que ayer cuando me quedé dormido me daba todo igual, pero ahora siento frío en los pies, los brazos... Me levanto de un salto, que me deja mareado unos instantes, y echo una carrera rápida hasta el puesto de vigilancia, allí está Nia... no, Harm. Todos los demás todavía duermen.
-Buenos días. -Su brazo... ¿es cosa mía o está muy rígido? No parece herida, herido, o lo que sea. No encuentro más palabras para intercambiar con él, lo de ayer ha sido demasiado para todos.
Vacuum y Elliot duermen, y recuerdo entonces a Cain, Cain, el burdel. Todos esos lobos...
Me meto de nuevo en la cama para entrar en calor, esta vez pasándome las sábanas por encima. Elliot se despierta entonces. Parece preocupada, bueno ¿quién no lo iba a estar? Y no hay comida para nadie, solo estamos rodeados de cadáveres. No pueden ni siquiera desayunar.
Tomo mi decisión enseguida. ¿Quién puede salir si no estando las cosas como están? Lobos por todas partes, a saber qué peligros más. Helli todavía duerme, así que debo ir yo. No pienso despertarla, después de todo lo que ha hecho ayer. Ya hay bastante energía de nuevo en los amuletos, puedo ir al burdel a ver qué ha pasado. Seguro que estarán bien, ellos son fuertes... pero aún así tengo que ir, y volver de nuevo aquí a traer cestas. ¡Claro! El hechizo de comunicación del otro día, el que vi en el libro. Me levanto y busco el libro, que por suerte no sufrió ningún daño y lo busco de nuevo. Si abrimos un portal de comunicación podemos saber siempre cómo están los otros, o si hay alguna novedad por la ciudad.
Me calzo rápidamente y me pongo mi chaqueta, me guardo el libro bajo el brazo y subo a la terraza. En las escaleras me encuentro a Elliot, que sube con el pelo mojado. Me paro un segundo y le digo, sin dejarla replicar:
-Me voy al burdel a ver cómo están los demás y abrir un portal de comunicación. -Señalo el libro y prosigo mi camino.
Arriba paso entre los cadáveres de los lobos. No soy capaz de mirar a ese otro cadáver de lo que una vez fue un amigo, pero prefiero que eso no me detenga. Ya en la terraza levanto el vuelo y miro en todas direcciones. ¿Nada? ¿Se habrán ido definitivamente? No nos podemos confiar. Me pongo en marcha hacia el burdel y trato de ir lo más rápido posible.

(Sigue en el Burdel de dama Espasmo).

Harm dedicó una mirada a Gael cuando esté le dio los buenos dias. Recordaba que Nia tenia que decirle algo al infante humano, pero ahora mismo no era importante, asi que lo dejó pasar. ¿Se iba? Eso parecia, a avisar al Burdel. Entonces él saldria tambien. A medida vio al chico alejarse en la distancia. Habia alguien más despierto: Elliot. La encontró en la terraza. Su voz grave rompio el silencio del lugar.
-¿Puedes tomar mi turno de guardia? Tengo que salir.-le preguntó, sin sentimiento alguno reflejandose en el rostro.
Elliot asintio levemente y se puso en el puesto de vigilancia. Harm bajó a la armeria y volvio a pertrecharse, como ayer. Por desgracia, su brazo izquierdo estaba resultando un problema. El arma al hombro y un buen puñado de cuchillos en el cinto. Se crujio el hombro y salio de una vez, a paso veloz, a encontrar una respuesta a toda esta pesadilla de locura infinita.
(sigue en la biblioteca mágica)
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No habiendo solventado sus dudas, Harm, volvio, derrotado al torreón que sin embargo seria retrasar el problema. Se aseguró de todos los cierres al entrar y subio al puesto de vigilancia donde, tras agradecerselo, recuperó su puesto en la vigia.

Harm rodó sobre sus pies al notar el contacto de la saliva del insecto. Con el semblante tranquilo, pero serio desenvaino su arma y retiró, con algo de complicación, los seguros hasta que la cadena cayó laxa a sus pies.
<<Ha debido de seguirme...>>pensó
Abrio la boca y siseo a la criatura mostrando los afilados dientes de sierra.
<<Espera un momento, ¿he oido a esta bestia hablar?>>
-Bestia, ¿que buscas aqui?-bramó su potente y grave voz. Por probar, no perderia nada. Si no, esta vez no habia nadie a su lado para interrumpir su arma asi que podria defenderse mejor y con algo de estruendo, alguien subiria. La mano derecha de Harm tamborileo por el mango del arma mientras el otro brazo, caia por los costados. Suerte que no iba a empuñarlo como una espada. Los colmillos del lobo estaban frios.