Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

Nia dirige una mirada a la cesta. Habia unas manzanas doradas que le llamaron la atención. (el oro esta prohibido para el pueblo en ulterania: solo lo pueden llevar altos cargos) Con algo de miedo, toca una con el dedo y acto seguido mira en todas direcciones, esperando que pasase algo.
<<Tan solo parece que lo sean...Apuesto que en el interior son iguales que las demas que han traido>>
Nia asiente, dando la razon a Harm. No tenia mucha hambre pero comio algo de lo que habia preparado Vacuum y se fue a dormir, hecha polvo. Aunque, mirandolo por el lado positivo, si entrenaba lo suficiente, podria protegerse a si misma, y podria salir más veces de casa.

Me despego del libro cuando huelo la comida,, después de todo el día memorizando tablas estoy agotado y hambriento, pero creo que ya lo he cogido. Y he tenido una idea sobre como hacer mi primer trabajo con las runas... También he tenido tiempo para pensar en el piano, y simplemente creo que lo mejor sería dejarlo, es demasiado complicado y aunque llegase a terminar las cuerdas sería casi imposible afinarlas bien y hacer el resto de la estructura...

Me levanto del sillón y me acerco al resto:

-Ya os habeis vuelto a ir a por las cestas sin mi... de verdad.... me paso horas trabajando para poder ayudar mejor al grupo y luego ni me avisáis... Bueno, como castigo os cogere un poco de eso que hay ahí y que tiene una pinta deliciosa. Mmmm...

Me sirvo un plato y me siento en una silla, nadie parece querer hablar y todos suben a dormir, es lo que tiene esto de no tener sueño...

Me quedo solo con Gael y mientras me como lo que ha preparado Vac le pregunto:

-Que tal te ha ido el día? Y, una cosa... tu sabes porque parece tan preocupado todo el mundo?

Todos parecen estar demasiado agotados, porque enseguida empiezan a marcharse de la cocina para irse a dormir. Supongo que todos han tenido un día muy largo mientras yo remoloneaba en cama. Qué vergüenza.
Sin embargo cuando todos se van Nikolas baja a cenar, así que espero para acompañarlo mientras tanto.
―Bueno... no me puedo quejar. Y bueno, no sé por qué están preocupados... antes de irnos quizá pasó algo, pero es que cuando fuimos a por las cestas también. Nos ata... bueno, no nos atacó. Se acercó un mono que sabía el nombre de Vacuum, y decía que se llamaba así, pero luego para distraerlo le dimos nuestros nombres y salimos corriendo con las cestas. ―Me doy cuenta de que estoy liando un poco la historia haciéndola difícil de comprender, pero mis propias palabras me van hipnotizando y dando sueño―. Lo... lo siento, estoy demasiado cansado. Voy a ir subiendo... a dormir. Buenas noches.
Mientras digo esto último me voy acercando a las escaleras, y después desaparezco por ellas agitando la mano. Con cada escalón me siento un poco más agotado. Parece mentira, sí que me cansó de verdad la carrera. Alcanzo mi cama sintiéndome para el arrastre y me meto en ella con la ropa que llevo puesta. Tengo tanto sueño que me da todo igual. Me duermo en cuanto me tapo hasta la nariz con las mantas.

Por alguna razón todo el mundo parece agotado y yo no soy una excepción. Nada más terminar de comer me empiezo a sentir cansado incluso después de varios días en los que no he necesitado dormir...

Como todo el sueño ha venido después de cenar supongo que puede ser por tener la tripa llena... pero las otras veces no me ha pasado así que... ha debido ser algo que había en la cena...
"Mañana sin falta tengo que darle las gracias a Vac por esto, creo que por fin voy a poder dormir en condiciones"
Así que subo a mi cuarto y me meto en la cama. Mañana va a ser un día muy largo, tengo que preparar lo de las runas en tres sitios y me va a llevar un tiempo y muchos amuletos cargados...

Repaso el montón de cristales que tengo cargados y veo que voy a necesitar muchos más así que pongo un puñado más a cargar y me quedo dormido.

Me levanto de un salto, harto de estar en cama. Al principio de la noche he dormido tan profundamente que cuando me desperté pensé que no había pasado ningún tiempo. Tampoco soñé. Sin embargo desde que me desperté me he encontrado fatal. Me agobiaba estar en cama, y me he pasado horas tapándome y destapándome, a pesar del frío. Al menos ahora he podio dormir un rato, y me encuentro algo mejor. Una vez fuera de la cama al menos sinto un poco de alivio. Mañana dormiré mejor, hay que ser optimistas.
Busco ropa limpia y calzado y me dirijo a darme un buen baño para refrescar la cabeza. Dejo las prendas al lado de la bañera y bajo a por barreños de agua del pozo.
―¡Hola Elliot! ―saludo alegremente al pasar por la cocina por primera vez.
Después de hacer el recorrido varias veces por fin está llena la bañera. Me meto rápidamente para lavarme y salir cuanto antes. Ya refrescado me pongo ropa calentita para que no me coja el frío y bajo a la carrera por las escaleras.
―¡Ya estoy! A ver qué hay para desayunar... ―Me pongo a curiosear por las cestas y voy separando la fruta y el pan, ya bastante reseco―. Juraría que ayer había unas manzanas con muy buena pinta ―murmuro. Luego me encojo de hombros y busco queso para ponerle una loncha al pan―. Mataría por unas tostadas ―comento riendo.
Busco un cuchillo y me pongo un poco de queso sobre una rebanada y lo como. Por un momento no puedo evitar pensar "¡mohoso, pero sabroso!" y sonrío sin motivo. Elliot va a pensar que soy tonto. Aunque no es nada nuevo, en el colegio todos lo pensaban.

Me despierto descansado, la hierba funciono bien, y estoy seguro de que la gente ha dormido tranquila y a gusto, me pongo en pie de un salto y bajo hasta la segunda planta y empiezo a subir calderos de agua desde el patio, saludando a Ellot y a Gael con la mano, a pesar de que voy en boxer no noto el frío, cuando llena la bañera me doy un buen baño y me seco al terminar, subo a la primera planta, me pongo mis vaqueros, una camiseta roja oscura y la sudadera, me pongo la bufanda y me calzo las Converse sin abrocharlas, agarro la guitarra y bajo las escaleras de dos en dos, me acerco a la cocina y revuelvo el pelo a Elliot con una sonrisa ...
-Ahora si estoy presentable - digo riendo - ... ah, las manzanas doradas las guarde en el armario - digo abriéndole , quedan cinco, y cuando cojo una para Gael y otra para mi quedan tres - ... hay que aprovecharlas, es la primera manzana dorada que he visto ...
Me la llevo a la nariz y la olisqueo embelesado, en verdad tiene un aroma increíble, decido reservarla y me la guardo en el bolsillo ... me quedo pensativo un rato y rememoro el día de ayer, cuando salimos ... me fijo en Gael y una idea cruza mi cabeza ... ¿sera factible? ...
-Gael - le miro fijamente - ... ¿tu crees que podrías hacerme volar? ...

Recibo la manzana entusiasmado. Tiene una pinta deliciosa, perfecta, y huele de maravilla. Le doy un mordisco casi sin pensar, y mastico rápido, casi como un ratoncito.
―C... cómo... ¿cómo puede estar tan bueeena? ―Creo que hasta se me van a saltar las lágrimas. Qué sabor, qué textura. Mastico toda la manzana sin parar casi a respirar. Esto es de otro mundo.
Cuando termino la manzana me quedo con ganas de más. Mastico todo, solo dejo el rabito y las pepitas, y luego me lavo las manos con agua de un barreño. El rabito lo tiro, pero miro las pepitas y me las guardo en el bolsillo. ¿Será factible plantarlas?
En ese momento Vac me saca de mi ensimismamiento.
―¿Cómo? ¿Vol... volar? ―Lo miro inseguro―. Tal vez. Pero... esto, las cestas las levanté fácilmente, pero una persona... no sé. ¿Probamos? ―La idea empieza a parecerme más atractiva, así que sonrío con entusiasmo por las ganas de ponerme a prueba a mí mismo. Tal vez pueda resultar útil, nada me gustaría más que eso―. ¿Vamos afuera?

Mientras Vacuu, y Elliot salen, bajo corriendo a por más cristales y amuleros, además del que llevaba encima desde ayer. En la armería me estremezco, me resulta opresiva. No sé qué me pasa hoy, pero no le doy importancia. Subo las escaleras tan rápido como puedo y al atravesar la puerta me encuentro mejor.
―Veamos... ―Me muerdo el labio inferior y empiezo a sacar talismanes―. ¿Estás preparado, Vac? ¡Allá voy!
Realizo el hechizo tal y como había hecho el día anterior, y para mi sorpresa, Vacuum empieza a levantarse por el aire. Sigo su trayectoria con una sonrisa y me vuelvo hacia Elliot.
―¡Puedo hacerlo! ¡Puedo hacerlo! ¿Quieres probar tú también? ―Después me vuelvo hacia Vac―. ¿Vas bien?

Gael acepta después de devorar la manzana, parece que realmente esta buena ... salimos al patio mientras el baja ha buscar amuletos, marco el ritmo en el suelo con el pie, estoy nervioso, siempre me a gustado sentir el viento en la cara, volar sería fantástico, sería un sueño hacho realidad ... Gael sale al patio y me pregunta si estoy preparado ...
-Lo estoy, cuando quieras - le respondo respirando hondo - ... venga ...
Se pone a trazar símbolos en el aire y se sirve de la energía de los amuletos, le miro algo nervioso, a lo mejor no le sale a la primera, pero cuando me doy cuenta ya no estoy sobre el suelo, estoy en el aire, al principio es extraño, y el estómago me da un vuelco, pero me relajo y empiezo a caminar por el aire, la energía que me sustenta es la de Gael, pero aun así es fantástico, me acerco a la copa de un árbol muy grande y me como una hoja, sabe dulce ...
-Esto es genial - digo desde lo alto - ... deberías probar pelirroja, y tu también Gael ...
Empiezo a andar en círculos sobre el patio, riendo como un niño pequeño, pero no a mucha altura, no vaya a ser que me caiga de pronto, intento correr por el aire, ganando velocidad ... desde aquí arriba todo tiene un perspectiva diferente ... es todo distinto ... ¿así se siente un pájaro? ... pienso exagerando un poco, no estoy tan alto como un pájaro ...

Nia se levantó de un salto y, agarrada a su libro bajo las escaleras corriendo, hambrienta, cogio pan y algo de carne y se sento sobre sus piernas en un sillón del salón. Aquella parte del libro estaba tan emocionante que no podia ni soltarlo y a veces se le escapaban grititos de emoción o hacia comentarios en voz alta criticando al malo o sorpendiendose por los evento. Tan sumergida como estaba en la novela no nota a nadie del torreón. Ahora solo estaban ella y su imaginación.

Miro como Vac vuela. Parece contento, libre. Elliot también quiere probar, por lo que sintiéndolo le digo a Vac que tengo que bajarlo ya, o se nos agotarán los talismanes cargados antes de conseguir probar todos. Bajo despacio a Vacuum, temeroso de que se me caiga demasiado bruscamente por pesar más que las cestas. Sin embargo aterriza más o menos bien.
―¿Estás bien? ―le pregunto―. ¡Ahora tú, Elliot!
Alegremente empiezo a lanzar el hechizo sin esperar a que esté preparada, y empieza a elevarse con sorpresa. Se estabiliza al cabo de unos momentos y empieza a disfrutar tanto como Vacuum del vuelo. Me río contento al ver los aspavientos que hace y lo feliz que se la ve mientras va por el aire. Cuando ya ha pasado un tiempo similar al que pasó Vacuum flotando la aviso y la hago bajar lo más lentamente que puedo. Le sonrío cuando toma tierra y me preparo para lanzar el hechizo por última vez.
―Ahora yo ―digo un poco nervioso. Trato de no hacer mal el hechizo, porque me tiemblan un poco la voz y la mano―. ¡Allá voy!
Recito las palabras y al cabo de un instante empiezo a flotar. Siento como una emoción muy intensa sube por mi esófago y estalla en júbilo y alegría. Volar es más maravilloso de lo que había imaginado. ¡Incluso! No vuelo muy alto ni hago movimientos muy bruscos porque no las tengo todas conmigo. No me queda mucha energía almacenada en los cristales y amuletos, pero me da tiempo y me sobra para disfrutar del paseo por el aire.
―¡Es genial! ―grito dando vueltas en el aire con los brazos extendidos. Cuando desciendo llevo encima todavía un ligero mareo. El último tramo se queda en un descenso brusco, pero me preparo para aterrizar lo mejor posible. Caigo sobre las plantas de los pies y durante unos momentos siento un pequeño calambre, pero no me importa. Todavía tengo la mente embotada por la alegría de volar. El cielo es un infinito espacio abierto donde se puede uno sentir completamente libre.
Con una sonrisa bobalicona todavía en la cara entro al torreón con los demás. Ahora tal vez vendría genial algo para picar, tantos vuelos y usar tanto la magia me han dado hambre. Hambre y un enorme cansancio físico, pero después de haber conseguido caminar por el cielo no me parece algo importante. Me siento en una silla y pongo a cargar los amuletos.

Yip finalmente se siente confiado. Suelta las espadas de práctica, y andando lento, como temeroso, se acerca a las Shuanggou, y con un temblor de emoción, que se apresura a erradicar, coge una con cada mano, las mira embobado unos segundos mientras las sostiene en alto y suelta un grito triunfal. Después empieza a dar golpes al aire, probando todas las maniobras que había practicado. Se sentía como un verdadero kensei japonés, siempre le había gustado la imagen de los "santos de la espada" y admiraba a Miyamoto Mushashi. Cuando termina, baja corriendo con las espadas en mano hasta la cocina, casi tropezandose con cada mueble, llega donde están todos.



-Mirad que arma domin.... ¡¡VAYA!! ¿Desde cuando vuela?-pregunta Yip al ver a Gael volar- Como me gustaría poder volar...-añade mientras sigue al resto hasta el torreón.



-Bueno, ¡Mirad!-dice mientras enseña sus espadas, como una madre orgullosa