Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

-Interesante - murmuro - ... si, luego podemos ir, y podemos aprovechar para ir a por comida ...
La escucho mientras me hablas de las cariocas, preguntándome si se podrá defender bien ...
-Bueno, no llevaras un escudo, pero si las giras tan rápido como lo has echo antes, pocas cosas podrán atravesar esa defensa ... si yo llevo las dos cimitarras tampoco tendré escudo, es todo cuestión de tu estilo de combate, mismamente con la espada bastarda no creo que llevara tampoco escudo ... dependería de la situación y del momento ... pero tus cariocas son unas buenas armas ...
Me pregunta sobre mi entrenamiento, y sonrió ...
-Si, hoy entrenare, pero mas tarde - le digo - ... ahora vamos a limpiar esa herida ...
Bajo las escaleras acompañado de Elliot y cuando llegamos abajo la indico que se siente en la mesa, y yo me pongo a trabajar en silencio ... salgo al patio y vuelvo con dos cubos de agua, la pongo a hervir con varios trapos mientra le quito la venda a Elliot ... la herida tiene buen aspecto, pero hay algo de sangre seca alrededor que hay que limpiar ...
Cuando el agua termina de hervir, cojo los trapos y hecho los vendajes al agua, para volverlos a hervir, limpio la herida con cuidado y la dejo lista para vendarla, cuando las vendas están limpias las pongo a secar, y con el sol que entra por la ventana secan en minutos, las cojo y vendo la herida otra vez y compruebo el nudo ...
-Listo - le digo sonriendo a Elliot - ... la herida ya empieza a cerrarse ...

-No hay por que - le digo riendo - , no se merecen ...
Recojo todos los trapos y lo limpio todo, me acerco otra vez al pozo y traigo mas agua, para el que luego quiera beber, me bebo yo un baso de agua y me estiro ...
-Bueno, ¿que hacemos? ... ¿vamos a ver si encontramos comida?, ¿o a la biblioteca? ...
Me quedo pensativo, decidiendo que armas voy a llevar ... es pronto para salir con la espada bastarda, pero tal vez si pueda salir con unas cimitarras gemelas sencillas ... o seguir con un escudo sencillo y una espada corta, miro el techo indeciso ... lo decidiré cuando baje a la armería ...
-¿Que te apetece hacer antes? - pregunto a Elliot mirándola - ...

Hace rato que me levanté, pero no bajé abajo porque sabía que ya no quedaba comida. Estuve en el piso superior, practicando con una vara y una daga que había cogido abajo el día anterior. No tenían nada de especial, y no tenía ni idea de cómo se usaban, así que hice el mono cuando nadie me veía como en los dibujos animados. Era más un juego que un entrenamiento. Al cabo de un rato me cansé de parecer tonto, y bajé a beber agua. Vacuum y Elliot andan están allí, así que los saludo y me bebo gran parte de un cubo de agua. Todavía llevo la vara y la daga, espero que no me hagan preguntas.

Miro por la ventana ... estoy seguro que los otros dos puntos de recogida están lejos ... y ya se hace tarde para ir hasta ellos, miro a Elliot pensativo, y se me ocurre algo ...
-Bien, vamos a ir hasta el burdel, y antes que digas nada necesitamos comida, y ellos especias, así que vamos a llevarles algunas - le digo sonriendo - ... no me gustaría ir solo, pero si no quieres iré yo ... prepárate si vamos a ir, báñate si quieres que voy al patio ...
Aparece Gael con una daga y una vara, sonrió, contento de que entrene o lo intente, pero no digo nada, le explico que vamos a salir y me pongo a hacer lo mio ...
Salgo al patio y me pongo los guantes de jardinero ... me pongo a buscar y reúno un montón de hierbas y especias, regreso a la cocina y las extiendo sobre la mesa ...
-Mmmm ... veamos - digo extendiendo varios trapos limpios sobre la mesa - ...
Preparo siete saquitos, unos mas grandes que otros ... los cuatro grandes contienen tomillo, romero, hiedra y perejil; y los tres algo mas pequeños, malvas, vainas de pimienta y hebras de azafrán ...
Cundo están los saquitos listos los ato con cordeles y los pongo sobre un trozo de tela grande, con el que hago una bolsa grande que ato con un trozo de cordel grande, dejo la bolsa preparada y subo arriba, Elliot y Gael ya han terminado en el baño, así que me meto en el cuarto de las bañeras y me baño rápido, subo al cuarto con una toalla a la cintura y tras secarme y con cuidado de no despertar a los demás me pongo los vaqueros la camiseta gris y la sudadera negra, la ropa con la que llegue, agarro la guitarra y tras colgármela a la espalda bajo corriendo a la primera planta, voy a la armería y miro el arsenal ... tras pensarlo detenidamente cojo un escudo y una espada larga, ambos de acero, sin muchos adornos, pero recios y fuertes, me aseguro el escudo al brazo izquierdo y envaino la espada a mi espada, cruzada con la guitarra ...
Subo otra vez arriba y agarro la bolsa de tela, me acerco a la puerta y la abro ...
-Vamos allá - les digo cuando salen - todos juntos y sin hacer tonterías - digo cerrando la puerta y ocultándola con las enredaderas - ...

Continúa en el Burdel de Dama Espasmo.

Salgo detrás de Vacuum, animado con la excursión. Tengo ganas de ver las termas que en la primera visita no pudimos visitar. También quería saber si la persona enferma se ha puesto mejor. Por supuesto, me llevo la vara y la daga conmigo, por si acaso. No me fio un pelo de las calles, y menos a estas horas.
-Vamos antes de que anochezca -les digo con timidez.

Sigue en Burdel de Dama Espasmo.

He llegado, parece ser por lo que indica en el plano de la zona. Pero... ¿Y la puerta? Tal vez escondida tras las plantas... ¡Equiliqua! ¿Debería tocar a la puerta? ¿Me oirán? Toco como tocaría la puerta de mi casa (cualquiera de las que tuve en la tierra), cuatro golpes rítmicos y decididos.

Me despierto bastante aturdido, ¿cuánto llevaba durmiendo? Creo que prefería no saberlo... Noto los músculos bastante entumecidos por lo que empiezo a correr como un loco por todo el torreón. De vez en cuando me daban estos ataques repentinos de hiperactividad, o algo por el estilo. Los demás no estaban... se habrán ido a explorar, quizás... o eso esperaba.

En medio de una de mis breves carreras escucho que alguien llama a la puerta. Me acerco a ella trotando, quizás son mis compañeros.

-¿Quién es?

-¡Eh, espera!
Drew llegó corriendo, emocionado de haber encontrado a alguien.
-¿Tu también te has perdido? Llevo días buscando vida por aqui pero solo he encontrado unas curiosas cestas de comida -señaló una que llevaba en la mano- y unos simios rarísmos.

Entonces reparó en el torreón.
-Anda... Qué guapo. ¿Vives aqui?

Oigo la voz de un chico joven detrás de la puerta. ¿Y ahora cómo se lo digo...? No había pensado en eso, vaya. Mmm...

En ese momento, se persona otro chico detrás mío. Este seguro es más grande que el de dentro, rondando la mayoria de edad recién adquirida, seguramente.

-Eso mismo te iba a preguntar yo... Déjame, estoy intentando que me dejen entrar, ahí dentro hay humanos.

Me giro de nuevo hacia la puerta.

-Buenas noches, chico. Sé que tal vez suene un tanto extraño, pero... estoy... estamos extraviados y no sabemos dónde ir, ¿sabes? Fui a la biblioteca y ahí una amable... cosa me indicó donde podía encontrar más humanos, y me dio un atlas por el que moverme por la ciudad. He despertado justo hace unas horas y necesito un refugio... Y parece que el este chico también.

-¡Y tengo comida! No sé que era eso de las pezuñas de salmón, pero desde luego no está mal -exclamó Drew, alegre por encontrar por fin, alguien con quien hablar, aunque fuese para decir estupideces como aquella.

-E-espera. ¿Has dicho comida? Anda y saca algo de esos cestos, que me rugen las tripas.

Escucho atentamente las dos voces que provienen de fuera y me debato internamente. ¿Sería cierto lo que decía aquella voz que parecía ser la de una chica normal y corriente? Mi instinto de supervivencia me decía que no abriese, porque podía ser alguna criatura peligrosa tratando de engañarme pero... ¿Y si era cierto? Si eran más niños como nosotros me sentiría mal dejándolos ahi fuera expuestos a cualquier peligro. ¿Qué debía hacer?

Paseé la mirada por la habitación, desorientado, cuando de repente me fijo en algo. Una espada. Parecía bastante pequeña, seguro que podría blandirla incluso yo. Al contemplarla me asalta una idea...

-Está bien... ahora os abro, un momento- grito a los de fuera.

Me acerco rápidamente a la espada y la levanto. Sí, era lo suficientemente ligera para mí. En caso de que fuese algún tipo de monstruo al menos intentaría defenderme... También recogí un pequeño cuchillo que vi por allí tirado, nunca se sabe cuándo podría resultar útil.

Temblando, con la espada en la mano desenvainada me acerqué a la puerta y la abrí.

[que miedo a morir os ha entrado XD]

Fuera no había más que dos personas: un chico con cara de despistado que observaba fijamente las enredaderas como si fuese a descifrar un gran misterio y una chica ocupada en ese momento con lo que parecía un bocadillo; se la veía hambrienta.

Ella masculló algo sobre dormir a la intemperie, camas y seguridad. En cambio, él le saludó amistosamente.

-Hola, buenas. Bonito lugar. Soy Drew y esta es... bueno, no lo sé. No te importa que pasemos, ¿verdad?

Y entró sin más rodeos, tirando de la que parecía ser su amiga (o eso pensó Ulises, que no sabía que nisiquiera se conocían), pasó ante su atónita mirada y se dirigió a una sala. Antes de entrar, Drew se dió la vuelta. Vaya, al fin había recapacitado y se hubía dado cuente de su falta de educación, pensaba Ulises. Probablemente se disculparía correctamente y...
-Oye, ¿no vas a cerrar la puerte? Hay bichos bastante feos por ahí fuera.