Torreón Silente
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17 participantes
- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
19/04/21, 10:56 pm
Justo como Nohlem había prometido esa noche habló con sus padres. No sirvió de nada y el rapapolvo fue tal que el chico no volvió a insistir. A partir de ahí es donde las cosas empeoraron. Kahlo sabía que en el fondo su hermano estaba conforme con como eran las cosas, y eso hizo que volcase todas sus frustaciones en él. Hizo que sus padres cuestionaran sus decisiones poniéndoselo muy difícil, y cuando Nohlem lejos de darse por vencido se esforzó todavía más en sus estudios, su rivalidad se disparó como las plantas en primavera. Kahlo escondió apuntes, bocetos y herramientas de su mellizo, e incluso alguna vez boicoteó sus trabajos para que creyesen que había cometido errores de principiante. Ella había empujado la bola por la pendiente y su hermano había sido el cabeza de turco; siempre había necesitado a alguien que lo fuera. Pero mientras arañaba por salir de la crisálida a pesar del caos a su alrededor, no podía sino pensar que aquel infierno había sido elección suya y de nadie más.
“Infierno” se le quedaba corto. Apenas había sacado la cabeza cuando vio las plumas y la sangre. Sus tímpanos vibraban por el estridente sonido mientras un pensamiento con la voz de Adam invadía su mente. Un poco más afuera pudo ver a Amira con plumas en las orejas, a Luci ensangrentado con alas de mal aspecto en la espalda, a Kolja sin color, a Alec... el corazón se le achicó en el pecho. Había evitado la palabra hasta que llegó al escocés: monstruos. Sus amigos eran monstruos en mayor o menor medida, y se les había colado uno aún más grande en el salón, una enorme criatura alada que se removía desesperadamente en el suelo. Podría haberle dado pena, pero con toda la escena lo que sentía era un miedo tan atroz que no le salieron ni los gritos para no alertar de su presencia. Kahlo no lo sabía, pero estaba produciendo una enorme cantidad de toxinas.
Se echó hacia atrás en un intento fallido de esconderse de nuevo en la cosa que la había envuelto segundos antes, rompiéndola más en el proceso. Algo chocaba y abultaba en su espalda, como si llevara una mochila por debajo de la camiseta, una mochila que además podía sentir como si fuera su propia piel. Miró para ver de que se trataba y se encontró con un montón de pelo blanco y una enorme joroba bajo la ropa, todo borroso por las lágrimas que vertía a toda prisa. Vio el mismo pelo en su muñeca cuando arrastró la camiseta para ver mejor que tenía dentro, pero el terrible ruido hizo que desistiera por desespero. Se le escapó un sollozo mientras se hacía pequeña en su sitio, cerrando los ojos y tapándose una oreja con la única mano que le quedaba.
“Infierno” se le quedaba corto. Apenas había sacado la cabeza cuando vio las plumas y la sangre. Sus tímpanos vibraban por el estridente sonido mientras un pensamiento con la voz de Adam invadía su mente. Un poco más afuera pudo ver a Amira con plumas en las orejas, a Luci ensangrentado con alas de mal aspecto en la espalda, a Kolja sin color, a Alec... el corazón se le achicó en el pecho. Había evitado la palabra hasta que llegó al escocés: monstruos. Sus amigos eran monstruos en mayor o menor medida, y se les había colado uno aún más grande en el salón, una enorme criatura alada que se removía desesperadamente en el suelo. Podría haberle dado pena, pero con toda la escena lo que sentía era un miedo tan atroz que no le salieron ni los gritos para no alertar de su presencia. Kahlo no lo sabía, pero estaba produciendo una enorme cantidad de toxinas.
Se echó hacia atrás en un intento fallido de esconderse de nuevo en la cosa que la había envuelto segundos antes, rompiéndola más en el proceso. Algo chocaba y abultaba en su espalda, como si llevara una mochila por debajo de la camiseta, una mochila que además podía sentir como si fuera su propia piel. Miró para ver de que se trataba y se encontró con un montón de pelo blanco y una enorme joroba bajo la ropa, todo borroso por las lágrimas que vertía a toda prisa. Vio el mismo pelo en su muñeca cuando arrastró la camiseta para ver mejor que tenía dentro, pero el terrible ruido hizo que desistiera por desespero. Se le escapó un sollozo mientras se hacía pequeña en su sitio, cerrando los ojos y tapándose una oreja con la única mano que le quedaba.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Silente
19/04/21, 11:00 pm
Una niña dormía entre sabanas suaves, cálidas y acogedoras. Era la cama más cómoda del mundo. Una cama sin finitud, así no podía caer. Una cama sin salida, pero tampoco la necesitaba.
Aquella niña se llamaba Kradko, tenía cinco años y su comida favorita era el pez enrocado con lentrekas. Aunque llevaba arrastrando antojo durante meses que le parecían años. O tal vez había dado aquel último bocado segundos antes. Era difícil saberlo en un lugar como aquel. En un sueño muy, muy grande contenido en un recipiente muy, muy pequeño.
El sueño era oscuro. En el sueño no entraba la luz por la hipotética puerta, aunque tras su supuesta existencia que nope no era se encontrara una retahíla de ruidosos mamíferos. Estos también eran hipotéticos.
Pero ahí dentro estaba protegida. Ahí dentro no podía ver sus chirriantes rostros u oír sus agudos gritos. Era una oscuridad de cálido rojo tomatl. Pues no era ni luna ni meteoro ni gran planeta rojo exterminador. Era jugoso tomatl. El tomatl está rico.
Así transmutaba la insecto metapsíquica.
Aquella niña se llamaba Kradko, tenía cinco años y su comida favorita era el pez enrocado con lentrekas. Aunque llevaba arrastrando antojo durante meses que le parecían años. O tal vez había dado aquel último bocado segundos antes. Era difícil saberlo en un lugar como aquel. En un sueño muy, muy grande contenido en un recipiente muy, muy pequeño.
El sueño era oscuro. En el sueño no entraba la luz por la hipotética puerta, aunque tras su supuesta existencia que nope no era se encontrara una retahíla de ruidosos mamíferos. Estos también eran hipotéticos.
Pero ahí dentro estaba protegida. Ahí dentro no podía ver sus chirriantes rostros u oír sus agudos gritos. Era una oscuridad de cálido rojo tomatl. Pues no era ni luna ni meteoro ni gran planeta rojo exterminador. Era jugoso tomatl. El tomatl está rico.
Así transmutaba la insecto metapsíquica.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
20/04/21, 12:15 am
Luci se asustó al mover una de las alas involuntariamente. Sentía su peso y el extraño hormigueo de cuando se duerme alguna extremidad. No era una sensación agradable pero era mejor que el dolor. De fondo oyó las voces de sus compañeros reuniéndose a su alrededor y un chirrido horrible que le taladró el cerebro y que había podido ignorar gracias a sus propios gritos.
-¡¿Qué es eso?! -protestó incorporándose lentamente y tapándose los oídos con las manos.
Lo primero que vio fueron las plumitas sobresaliendo de las orejas ensangrentadas de Amira, que no pudo evitar tocar con las puntas de los dedos. Se giró lentamente hacia sus compañeros, tratando al tiempo de ponerse en pie (algo que sus alas le dificultaron) y una vez lo estuvo agarrándose al mueble más cercano miró boquiabierto el circo de horrores en el que se habían convertido sus amigos. Ni siquiera estaban todos presentes, pero había un… animal enorme y blanco que les atacaba el cerebro con la voz de Adam y del que Luci no podía tener miedo de la misma impresión. Sin mediar palabra dio un par de pasos temblorosos hacia la puerta del patio, agarrándose a lo que encontrase, y eso fue lo más lejos que pudo llegar antes de vomitar en el suelo. Ni le importó, se limpió la boca con el dorso de la mano y echó un nuevo vistazo al grupo reunido antes de emprender su marcha lejos del chirrido. Y vio a Kahlo al otro lado del sofá.
O al creyó que era Kahlo. Estaba cambiada, o a lo mejor no. ¿Seguro que era Kahlo? Luci entrecerró los ojos por si la luz le estaba traicionando, pero algo le hizo desviar la mirada y se olvidó de que había visto a la varmana y de cual había sido su intención al ponerse en pie. Miró al suelo. ¿Ese vómito era suyo? La boca le sabía horrible así que no podía ser de nadie más. El chirrido le terminó de recordar que quería alejarse y emprendió su trabajosa marcha hacia el pozo, ignorando a todos sus compañeros e incluso olvidando que estaban a escasos metros de él.
-¡¿Qué es eso?! -protestó incorporándose lentamente y tapándose los oídos con las manos.
Lo primero que vio fueron las plumitas sobresaliendo de las orejas ensangrentadas de Amira, que no pudo evitar tocar con las puntas de los dedos. Se giró lentamente hacia sus compañeros, tratando al tiempo de ponerse en pie (algo que sus alas le dificultaron) y una vez lo estuvo agarrándose al mueble más cercano miró boquiabierto el circo de horrores en el que se habían convertido sus amigos. Ni siquiera estaban todos presentes, pero había un… animal enorme y blanco que les atacaba el cerebro con la voz de Adam y del que Luci no podía tener miedo de la misma impresión. Sin mediar palabra dio un par de pasos temblorosos hacia la puerta del patio, agarrándose a lo que encontrase, y eso fue lo más lejos que pudo llegar antes de vomitar en el suelo. Ni le importó, se limpió la boca con el dorso de la mano y echó un nuevo vistazo al grupo reunido antes de emprender su marcha lejos del chirrido. Y vio a Kahlo al otro lado del sofá.
O al creyó que era Kahlo. Estaba cambiada, o a lo mejor no. ¿Seguro que era Kahlo? Luci entrecerró los ojos por si la luz le estaba traicionando, pero algo le hizo desviar la mirada y se olvidó de que había visto a la varmana y de cual había sido su intención al ponerse en pie. Miró al suelo. ¿Ese vómito era suyo? La boca le sabía horrible así que no podía ser de nadie más. El chirrido le terminó de recordar que quería alejarse y emprendió su trabajosa marcha hacia el pozo, ignorando a todos sus compañeros e incluso olvidando que estaban a escasos metros de él.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Silente
20/04/21, 04:23 pm
Alec observó a los allí reunidos y luego le dirigió una media sonrisa a Amira.
-Me alegra ver que no has perdido el sentido del humor - le respondió,- por cierto te están saliendo plumas en las orejas - comentó casi con naturalidad, si a él le habían salido huesos por todo el cuerpo ¿por qué no iban a salir plumas en las orejas a alguien? - Seguro que Lethe estará bien, es fuerte.
Un chirrido horrible le hizo taparse los oídos y encogerse ligeramente. ¿Aquél sonido había salido de la pupa de Kradko? Las alas de Luci, el pelo y los ojos de Kolja, las orejas de Amira, las plumas de Adam, las piernas de Chromsa que ahora corría escaleras arriba... ¿qué más iba a cambiar aquella noche?
La respuesta le llegó en forma de voz mental y cuando se giró no vio a Adam si no a un espectacular pegaso blanco.
-¿A...dam? - preguntó confuso cuando lo vio caer al suelo.- Dios santo, espera que te ayudo - se acercó al pegaso con intenciones de ayudarlo. Parpadeó confuso cuando se vio cerca de un pegaso blanco donde antes estaba Adam.- ¿Adam eres tú? Dios, espera que te ayudo - se inclinó hacia el caballo alado. Parpadeó confuso al verse inclinado sobre el pegaso que supuso era Adam por el lugar donde se encontraba el ruso antes.- ¿Adam, eres tú? Dios mío, deja que te ayudo - según dijo aquello se llevo una mano a la cabeza confuso, menudo deja vu.
Según tocó la piel del Adam pegaso Alec dejó de sentir todo dolor, y no pudo evitar una sonrisa de tonto.
-Venga, que todo va a estar bien - dijo con un positivismo que chocaba mucho con la escena.- En nada estaremos todos bien. ¿Puedes tenerte sobre las patas? - preguntó para soltarle una vez estaba de pie.
-Me alegra ver que no has perdido el sentido del humor - le respondió,- por cierto te están saliendo plumas en las orejas - comentó casi con naturalidad, si a él le habían salido huesos por todo el cuerpo ¿por qué no iban a salir plumas en las orejas a alguien? - Seguro que Lethe estará bien, es fuerte.
Un chirrido horrible le hizo taparse los oídos y encogerse ligeramente. ¿Aquél sonido había salido de la pupa de Kradko? Las alas de Luci, el pelo y los ojos de Kolja, las orejas de Amira, las plumas de Adam, las piernas de Chromsa que ahora corría escaleras arriba... ¿qué más iba a cambiar aquella noche?
La respuesta le llegó en forma de voz mental y cuando se giró no vio a Adam si no a un espectacular pegaso blanco.
-¿A...dam? - preguntó confuso cuando lo vio caer al suelo.- Dios santo, espera que te ayudo - se acercó al pegaso con intenciones de ayudarlo. Parpadeó confuso cuando se vio cerca de un pegaso blanco donde antes estaba Adam.- ¿Adam eres tú? Dios, espera que te ayudo - se inclinó hacia el caballo alado. Parpadeó confuso al verse inclinado sobre el pegaso que supuso era Adam por el lugar donde se encontraba el ruso antes.- ¿Adam, eres tú? Dios mío, deja que te ayudo - según dijo aquello se llevo una mano a la cabeza confuso, menudo deja vu.
Según tocó la piel del Adam pegaso Alec dejó de sentir todo dolor, y no pudo evitar una sonrisa de tonto.
-Venga, que todo va a estar bien - dijo con un positivismo que chocaba mucho con la escena.- En nada estaremos todos bien. ¿Puedes tenerte sobre las patas? - preguntó para soltarle una vez estaba de pie.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Silente
20/04/21, 06:59 pm
Cuando Alyssa llegó a la azotea ni siquiera reconoció a Lethe al principio. Su apariencia actual era tan distinta de la que la humana estaba acostumbrada a ver que su mente al principio la registró como algún tipo de monstruo, antes de que su propia memoria le recordara quién era la figura que tenía delante.
–Leth…
La griega dudó por un momento. La enderth se retorcía de dolor delante de ella, y la magia de curación, lo único que se le ocurría, había demostrado no servir para aquello ya abajo. ¿Qué se suponía que podía hacer?
Dejó el antiguo pico, que todavía llevaba consigo, en las escaleras. No quería que el ave lo viera. Luego empezó a caminar lentamente hacia el ave.
–Soy Alyssa, voy a acercarme.
No podía ayudarla, no sabía cómo, pero lo mínimo que podía hacer era estar allí a su lado, como cuando Kradko había estado con ella el día en que Setenta y Siete casi los había matad… el día en el que habían matado a Setenta y Siete. No era capaz de imaginarse lo mucho peor que habría sido si la clinger no hubiera estado con ella.
Y de repente las notó. Apenas se veían porque todavía eran muy pequeñas, y prácticamente no las pudo ver hasta encontrarse a su lado, pero había pequeñas plumas asomando en algunas partes de la piel de la enderth. ¿Le volvían a crecer? ¿Por qué?
No. Eso daba igual: si todavía crecían plumas significaba que había esperanza. Ya que no podía ayudarla, esperanza podía ser lo que Lethe necesitara.
–Lethe, necesito… necesito que me dejes verte la cara–
Mientras lo decía tuvo un escalofrío. Tener que volver a contemplar aquella imagen…
No quería, ni siquiera en las pesadillas que seguro tendría, pero… ¿y si…?
¿Y si, igual que las plumas, lo de su cara también daba signos de arreglarse? Alyssa, ahora que tenía esperanzas de que no acabara todo en algo horrible, necesitaba saberlo. Y creía que Lethe también.
Por su lado, en caso de que la enderth decidiera mirarla, notaría que los ojos de la griega se estaban destiñendo, de forma irregular. En algunas zonas de sus irises ya no se distinguía entre la parte blanca del ojo y este mismo. Su pelo, que seguía picando, empezaba a mostrar verde en las raíces.
–Leth…
La griega dudó por un momento. La enderth se retorcía de dolor delante de ella, y la magia de curación, lo único que se le ocurría, había demostrado no servir para aquello ya abajo. ¿Qué se suponía que podía hacer?
Dejó el antiguo pico, que todavía llevaba consigo, en las escaleras. No quería que el ave lo viera. Luego empezó a caminar lentamente hacia el ave.
–Soy Alyssa, voy a acercarme.
No podía ayudarla, no sabía cómo, pero lo mínimo que podía hacer era estar allí a su lado, como cuando Kradko había estado con ella el día en que Setenta y Siete casi los había matad… el día en el que habían matado a Setenta y Siete. No era capaz de imaginarse lo mucho peor que habría sido si la clinger no hubiera estado con ella.
Y de repente las notó. Apenas se veían porque todavía eran muy pequeñas, y prácticamente no las pudo ver hasta encontrarse a su lado, pero había pequeñas plumas asomando en algunas partes de la piel de la enderth. ¿Le volvían a crecer? ¿Por qué?
No. Eso daba igual: si todavía crecían plumas significaba que había esperanza. Ya que no podía ayudarla, esperanza podía ser lo que Lethe necesitara.
–Lethe, necesito… necesito que me dejes verte la cara–
Mientras lo decía tuvo un escalofrío. Tener que volver a contemplar aquella imagen…
No quería, ni siquiera en las pesadillas que seguro tendría, pero… ¿y si…?
¿Y si, igual que las plumas, lo de su cara también daba signos de arreglarse? Alyssa, ahora que tenía esperanzas de que no acabara todo en algo horrible, necesitaba saberlo. Y creía que Lethe también.
Por su lado, en caso de que la enderth decidiera mirarla, notaría que los ojos de la griega se estaban destiñendo, de forma irregular. En algunas zonas de sus irises ya no se distinguía entre la parte blanca del ojo y este mismo. Su pelo, que seguía picando, empezaba a mostrar verde en las raíces.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
20/04/21, 08:40 pm
Chromsa subía lo más rápido que le era posible. Tal vez fuera por la tensión del momento, pero habría jurado que era más rápido que de costumbre. Poco importaba pensar en ello ahora, debía huir de lo que fuera que estuviera produciendo ese ruido. Acababa de tener que aprender a usar sus nuevas patas, pero forzarlas en tan poco tiempo sin la costumbre pasaron factura. Luego de varios tropiezos que evitó a tiempo, en cuanto llegó a la segunda planta cayó al suelo. El golpe hizo que se quitara los brazos de los oídos y, para su suerte, ya escuchaba un poco más amortiguado aquel estruendo. Si ya le dolía todo el cuerpo, ahora con ese golpe le dolía aún más. -¡Maldita sea!- soltó mientras se incorporaba dolorido. Probablemente le saldría algún moratón, pero ya se preocuparía más tarde de ello. Se había alejado, pero todavía sentía que no era suficiente. Tal vez, subiría a buscarlo a él si se quedaba allí... El corazón le latía rápido, y siguió así por el miedo a ese caso hipotético. El ochrorio retomó la carrera de forma más cuidadosa y siguió subiendo, ahora con el oído atento para saber cuándo había dejado el "peligro" lejos. No era consciente, pero el momento de calma en el que estuvo en el suelo fue suficiente para que las hojas dejaran de caer.
Para cuando quiso darse cuenta se encontraba a punto de salir a la azotea. Ya desde el tercer piso le había parecido oír voces y mientras subía el último tramo de escaleras lo confirmó. La voz era la de Alyssa y, por simple descarte, Lethe debía ser la que había gritado. Que encontrara el pico de la chica pájaro también confirmaba por una parte que la terrestre estaba allí (pues se había fijado que subía con él) y por otra que la chica pájaro estaba sufriendo bastante. La imagen solo de que algo similar le hubiera pasado a él o a Adam lo aterraba. En cuanto llegó al exterior hizo notar su presencia: ¡Alyssa, Lethe!- Siguió preguntando mientras se acercaba un poco: -¿Necesitáis ayuda? Estábamos todos abajo y entonces empezó a sonar algo y...- El ochrorio seguía nervioso y que quisiera ver si alguna de las dos estaba mal no ayudaba demasiado. Se fijó que a la terrestre le estaban saliendo cuernos, o al menos a eso se parecían, y Lethe... No la vio bien porque Alyssa estaba delante, pero casi estaba seguro de que no le quedaba ni una pluma.
Decidió que, a no ser que se lo pidieran, era mejor darles un poco de espacio y se quedó a una distancia prudencial. Se podía pasar de muchas maneras aquel dolor, pero estar agobiado por tener demasiadas personas cerca no era lo mejor. Además, con los nervios que tenía en aquel momento no podría hacer mucho, tenía que calmarse. Fue entonces cuando notó además de la lluvia como algo se deslizaba por su frente. La tocó para descubrir su origen y se encontró con una pequeña brecha que estaba sangrando. No sentía lo mismo que con las heridas al salir los cuernos, debía habérsela hecho en la caída. Bajo la mano mirando la sangre mientras pensaba: -(Bueno, nada que un poco de magia no pueda solucionar, aunque me gustaría limpiarla y secarla un poco antes. Ojalá tuviera un paño, incluso me valdría una...)- No llegó a terminar esa frase en su cabeza cuando de repente una hoja empezó a formarse en su mano, dando la sensación de que había salido de su cuerpo. Con los ojos como platos gritó sobresaltado: -¡Por la Acromía! ¡¿Pero qué milagro es este?!-
Para cuando quiso darse cuenta se encontraba a punto de salir a la azotea. Ya desde el tercer piso le había parecido oír voces y mientras subía el último tramo de escaleras lo confirmó. La voz era la de Alyssa y, por simple descarte, Lethe debía ser la que había gritado. Que encontrara el pico de la chica pájaro también confirmaba por una parte que la terrestre estaba allí (pues se había fijado que subía con él) y por otra que la chica pájaro estaba sufriendo bastante. La imagen solo de que algo similar le hubiera pasado a él o a Adam lo aterraba. En cuanto llegó al exterior hizo notar su presencia: ¡Alyssa, Lethe!- Siguió preguntando mientras se acercaba un poco: -¿Necesitáis ayuda? Estábamos todos abajo y entonces empezó a sonar algo y...- El ochrorio seguía nervioso y que quisiera ver si alguna de las dos estaba mal no ayudaba demasiado. Se fijó que a la terrestre le estaban saliendo cuernos, o al menos a eso se parecían, y Lethe... No la vio bien porque Alyssa estaba delante, pero casi estaba seguro de que no le quedaba ni una pluma.
Decidió que, a no ser que se lo pidieran, era mejor darles un poco de espacio y se quedó a una distancia prudencial. Se podía pasar de muchas maneras aquel dolor, pero estar agobiado por tener demasiadas personas cerca no era lo mejor. Además, con los nervios que tenía en aquel momento no podría hacer mucho, tenía que calmarse. Fue entonces cuando notó además de la lluvia como algo se deslizaba por su frente. La tocó para descubrir su origen y se encontró con una pequeña brecha que estaba sangrando. No sentía lo mismo que con las heridas al salir los cuernos, debía habérsela hecho en la caída. Bajo la mano mirando la sangre mientras pensaba: -(Bueno, nada que un poco de magia no pueda solucionar, aunque me gustaría limpiarla y secarla un poco antes. Ojalá tuviera un paño, incluso me valdría una...)- No llegó a terminar esa frase en su cabeza cuando de repente una hoja empezó a formarse en su mano, dando la sensación de que había salido de su cuerpo. Con los ojos como platos gritó sobresaltado: -¡Por la Acromía! ¡¿Pero qué milagro es este?!-
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
20/04/21, 09:52 pm
Adam siguió en el suelo, meneando poco a poco su nuevo cuerpo. Nunca fue una persona de proporciones ligeras pero en aquella ocasión notó que su cuerpo pesaba bastante. Con los nervios empezó a soltar aire por sus fosas nasales, haciendo un sonido que para nada él haría, no era un sonido humano. Escuchó a Kolja hablar y giró su cuello dirección a él. En la periferia pudo ver a Amira, Alec, a todos los que no estuviesen en su nuca, ¿desde cuando tenía tanto rango de visión?
—<<¿Qué? ¿Qué estás diciendo Kolja?>> —la frase la pensó pero hizo el intento de hablar, relinchando ligeramente. No hubo dudas: ese sonido provino de él. Dirigiendo su mirada a sus extremidades observó la cruda verdad, no estaba mintiendo—. <<No. No. ¡No! ¡NO! ¡No soy un caballo! ¡No! ¡No puede ser verdad! Esto es un sueño. Esto es un sueño. Me está mintiendo, ¡esto no me puede estar ocurriendo!>> —los pensamientos de negación de Adam atacaban las cabezas de todos los presentes.
Escuchó a Amira, prefiriendo escuchar su explicación a siquiera asimilar lo que le estaba ocurriendo en aquel momento.
—<<¿Cómo que cambiar? ¿Que le pasó a Lethe?>> —se hizo preguntas mientras sus torpes patas intentaban luchar por sostenerlo, en vano. Era difícil, sorprendentemente difícil—. <<¿Y que pasa conmigo? Quiero ponerme recto pero… no puedo. En mi espalda noto algo moverse. Tengo miedo, estoy asustado>> —mezclaba palabras que quería decir con sus propios pensamientos, relinchando mientras los compartía con los demás como si luchase por hablar. No lograba formar palabras, su nueva boca no ayudaba y menos carecer de cuerdas vocales humanas.
La mole con pinchos en la que Alec se convirtió ofreció ayuda y Adam de verdad que lo agradeció. ¿Tan fuerte era el escocés?
—<<Gracias>> —agradeciendo sintió un vacío mental. ¿Por qué tenía tan buena visión periférica? Se miró a si mismo de nuevo, unas pezuñas tocaban el suelo—. <<¡¿Que cojones?!>> —su susto fue tan grande que relinchó con todas sus fuerzas y extendió sus alas, poniéndose a dos patas y desgraciadamente cayendo al suelo. El pesado contacto de su lomo contra el suelo hizo que relinchara de dolor, el peso de su cuerpo jugó en su contra—. <<No. No. ¡NO! ¿¡Soy un caballo?!>> —gritó mentalmente por segunda vez, teniendo la sensación de vivirlo antes y negándolo de inmediato. Dolorido intentó ponerse de nuevo de pie gracias a la ayuda de Alec.
Sin embargo la sonrisa del escocés se la tomó horrible.
—<<¿Alec, por qué sonríe? ¿Le hace gracia que yo esté así? Sí, si puedo. Espero no caerme para que te rías de nuevo>> —pensaba, pensaba y hablaba. Solo cuando relinchaba hacía el acto de “hablar”, pero para su desgracia sus opiniones negativas se colaron por el canal psíquico.
—<<¿Y voy a tener que pasar el resto de mi vida como… esto? No, no quiero ser esta cosa… Quiero ser humano. Quiero tocar el piano, mi batería, el tambor… ¡No puedo hacer nada siendo un caballo! ¿Qué va a pensar Chromsa de mí?>> —se movía nervioso por la sala, meneando sus alas sin sentido no logrando controlar su movimiento. No lograba calmarse.
—<<¿Qué? ¿Qué estás diciendo Kolja?>> —la frase la pensó pero hizo el intento de hablar, relinchando ligeramente. No hubo dudas: ese sonido provino de él. Dirigiendo su mirada a sus extremidades observó la cruda verdad, no estaba mintiendo—. <<No. No. ¡No! ¡NO! ¡No soy un caballo! ¡No! ¡No puede ser verdad! Esto es un sueño. Esto es un sueño. Me está mintiendo, ¡esto no me puede estar ocurriendo!>> —los pensamientos de negación de Adam atacaban las cabezas de todos los presentes.
Escuchó a Amira, prefiriendo escuchar su explicación a siquiera asimilar lo que le estaba ocurriendo en aquel momento.
—<<¿Cómo que cambiar? ¿Que le pasó a Lethe?>> —se hizo preguntas mientras sus torpes patas intentaban luchar por sostenerlo, en vano. Era difícil, sorprendentemente difícil—. <<¿Y que pasa conmigo? Quiero ponerme recto pero… no puedo. En mi espalda noto algo moverse. Tengo miedo, estoy asustado>> —mezclaba palabras que quería decir con sus propios pensamientos, relinchando mientras los compartía con los demás como si luchase por hablar. No lograba formar palabras, su nueva boca no ayudaba y menos carecer de cuerdas vocales humanas.
La mole con pinchos en la que Alec se convirtió ofreció ayuda y Adam de verdad que lo agradeció. ¿Tan fuerte era el escocés?
—<<Gracias>> —agradeciendo sintió un vacío mental. ¿Por qué tenía tan buena visión periférica? Se miró a si mismo de nuevo, unas pezuñas tocaban el suelo—. <<¡¿Que cojones?!>> —su susto fue tan grande que relinchó con todas sus fuerzas y extendió sus alas, poniéndose a dos patas y desgraciadamente cayendo al suelo. El pesado contacto de su lomo contra el suelo hizo que relinchara de dolor, el peso de su cuerpo jugó en su contra—. <<No. No. ¡NO! ¿¡Soy un caballo?!>> —gritó mentalmente por segunda vez, teniendo la sensación de vivirlo antes y negándolo de inmediato. Dolorido intentó ponerse de nuevo de pie gracias a la ayuda de Alec.
Sin embargo la sonrisa del escocés se la tomó horrible.
—<<¿Alec, por qué sonríe? ¿Le hace gracia que yo esté así? Sí, si puedo. Espero no caerme para que te rías de nuevo>> —pensaba, pensaba y hablaba. Solo cuando relinchaba hacía el acto de “hablar”, pero para su desgracia sus opiniones negativas se colaron por el canal psíquico.
—<<¿Y voy a tener que pasar el resto de mi vida como… esto? No, no quiero ser esta cosa… Quiero ser humano. Quiero tocar el piano, mi batería, el tambor… ¡No puedo hacer nada siendo un caballo! ¿Qué va a pensar Chromsa de mí?>> —se movía nervioso por la sala, meneando sus alas sin sentido no logrando controlar su movimiento. No lograba calmarse.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
20/04/21, 10:34 pm
Cuando escuchó la voz de Alyssa la enderth tan solo se revolvió un poco en el suelo, incapaz de incorporarse mientras seguía retorciéndose de dolor. Estaba siendo vagamente consciente de que le salían plumas nuevas, pues la sensación no le era precisamente desconocida aunque nunca la hubiese experimentado con tanta intensidad en tantas partes del cuerpo al mismo tiempo. Cuando la griega se acercó y le pidió mirarle a la cara quiso negarse: no soportaba que la viesen en aquel estado tan patético y repulsivo. Pero por otra parte, aquella podía ser la oportunidad para preguntarle si de verdad en su cara estaba sucediendo lo que creía. Si no era su mente jugándole una mala pasada para evitar que enloqueciese y la cosa que veía de nuevo ante sus ojos no era más que una ilusión donde antes había estado su pico. Con mucho esfuerzo alzó la cabeza para mirar a la humana.
—A…ls...
Quiso decirle que sus ojos estaban perdiendo color, pero no podía vocalizar. Volvió a retorcerse de dolor y no vio llegar a Chromsa, pero sí su voz. No intentó responderle: ya sabía que no podía. Mientras tanto, las nuevas plumas seguían abriéndose paso a través de su piel. En su cara se podían apreciar plumas negras como las que le habían salido de pronto tras unos meses alrededor de sus ojos y al contrario que antes sus plumas grises ya no salían del mismo tono. En su pecho y cara eran de un gris muy claro que casi podía parecer blanco, mientras que en su espalda se parecía más a su tono original, pero culminaba en plumas azules que antes eran mucho más escasas. Ella no lo sabía, pero su cola también estaba cambiando y le estaban saliendo plumas más largas que antes, de un color gris oscuro con algunas pintas azules.
—A…ls...
Quiso decirle que sus ojos estaban perdiendo color, pero no podía vocalizar. Volvió a retorcerse de dolor y no vio llegar a Chromsa, pero sí su voz. No intentó responderle: ya sabía que no podía. Mientras tanto, las nuevas plumas seguían abriéndose paso a través de su piel. En su cara se podían apreciar plumas negras como las que le habían salido de pronto tras unos meses alrededor de sus ojos y al contrario que antes sus plumas grises ya no salían del mismo tono. En su pecho y cara eran de un gris muy claro que casi podía parecer blanco, mientras que en su espalda se parecía más a su tono original, pero culminaba en plumas azules que antes eran mucho más escasas. Ella no lo sabía, pero su cola también estaba cambiando y le estaban saliendo plumas más largas que antes, de un color gris oscuro con algunas pintas azules.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
20/04/21, 11:41 pm
Demencial, todo era demencial. Nada tenía ningún sentido. Él mismo había estado retorciendose de dolor que había aparecido de repente y que lentamente iba desapareciendo. Luci tenía alas rosas que parecía haber usado para barrer el suelo del polvo que soltaban. Amira tenía plumas en las orejas y de alguna manera lograba mantener la calma. A Alec le habían crecido pinchos por todo el cuerpo y parecía que se había pinchado esteroides de lo ancho que estaba. Y ahora Adam era un pegaso.
Kolja no podía para de mirarle con la boca abierta. Incluso aunque el mismo había dicho en lo que su viejo pupilo se había convertido no terminaba de creérselo. Incapaz de moverse dejó que fuese Alec el que fuese a ayudar a Adam. Miró a donde antes estaba el escoces para encontrarse el espacio vació, volvió la vista hacia el rusky y allí estaba el granjero. ¿Cómo se había movido tan rápido? Apenas había pasado un segundo desde que dijo que iba a ir a ayudarlo y cuando estuvo allí. ¿Y por qué se repetía? Kolja frunció el ceño. Vale que la situación fuese demencial, pero es que empezaba a parecer que hubiese perdido la poca lógica que quedaba.
Y Adam seguía hablando en su cabeza. Aunque no era exactamente eso, era como si pensase y transmitiese sus pensamientos. ¿O era que Kolja podía leer sus pensamientos? ¿Era eso lo que le había pasado a él? Pero de ser así, ¿por qué solo funcionaba con Adam?
-Te he dicho que eres un pegaso Adam- repitió ante la incredulidad de este. -Antes como humano tenías plumas en los brazos y ahora eres un caballo- su expresión, hasta ahora de completa desesperación, empezó a cambiar. -Eres un caballo alado- las comisuras de sus labios empezaron a temblar. -Mi amigo se a convertido en un caballo- y empezó a reírse a carcajada limpia, como hacía tiempo que no lo había hecho.
¿Por qué se estaba riendo? No lo recordaba, pero era incapaz de parar. Le dolía la tripa y le faltaba el aire. Miró por la habitación y vio a Kahlo sentada en su pupa abierta. Estaba totalmente cambiada, tenía antenas que sobresalían de su pelo completamente blanco. Y hablando de pelo, le había crecido pelo al rededor del cuello que parecía extenderse debajo de la camisa de la chica gato. ¿O debía decir chica insecto? Solo le faltaban un par de alas de insecto. La miró y no pudo evitarlo, sus risas crecieron en intensidad y volumen. El mundo se había vuelto loco, ¿por qué no iba a hacer el lo mismo? Y desde luego era mejor que llorar.
Y Adam también se repitió. Al parecer había olvidado que ahora era un pegaso. Y siguieron las risas. El alemán se doblado por la cintura agarrándose el estomago, que le dolía de tanta carcajada. Aún así, era incapaz de dejar de reirse.
Kolja no podía para de mirarle con la boca abierta. Incluso aunque el mismo había dicho en lo que su viejo pupilo se había convertido no terminaba de creérselo. Incapaz de moverse dejó que fuese Alec el que fuese a ayudar a Adam. Miró a donde antes estaba el escoces para encontrarse el espacio vació, volvió la vista hacia el rusky y allí estaba el granjero. ¿Cómo se había movido tan rápido? Apenas había pasado un segundo desde que dijo que iba a ir a ayudarlo y cuando estuvo allí. ¿Y por qué se repetía? Kolja frunció el ceño. Vale que la situación fuese demencial, pero es que empezaba a parecer que hubiese perdido la poca lógica que quedaba.
Y Adam seguía hablando en su cabeza. Aunque no era exactamente eso, era como si pensase y transmitiese sus pensamientos. ¿O era que Kolja podía leer sus pensamientos? ¿Era eso lo que le había pasado a él? Pero de ser así, ¿por qué solo funcionaba con Adam?
-Te he dicho que eres un pegaso Adam- repitió ante la incredulidad de este. -Antes como humano tenías plumas en los brazos y ahora eres un caballo- su expresión, hasta ahora de completa desesperación, empezó a cambiar. -Eres un caballo alado- las comisuras de sus labios empezaron a temblar. -Mi amigo se a convertido en un caballo- y empezó a reírse a carcajada limpia, como hacía tiempo que no lo había hecho.
¿Por qué se estaba riendo? No lo recordaba, pero era incapaz de parar. Le dolía la tripa y le faltaba el aire. Miró por la habitación y vio a Kahlo sentada en su pupa abierta. Estaba totalmente cambiada, tenía antenas que sobresalían de su pelo completamente blanco. Y hablando de pelo, le había crecido pelo al rededor del cuello que parecía extenderse debajo de la camisa de la chica gato. ¿O debía decir chica insecto? Solo le faltaban un par de alas de insecto. La miró y no pudo evitarlo, sus risas crecieron en intensidad y volumen. El mundo se había vuelto loco, ¿por qué no iba a hacer el lo mismo? Y desde luego era mejor que llorar.
Y Adam también se repitió. Al parecer había olvidado que ahora era un pegaso. Y siguieron las risas. El alemán se doblado por la cintura agarrándose el estomago, que le dolía de tanta carcajada. Aún así, era incapaz de dejar de reirse.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
21/04/21, 09:44 pm
Adam era el caballo y no dejaba de hablar dentro de su cabeza, el horrible ruido no daba un descanso, Kolja se reía de histeria, Alec... a Alec no podía ni mirarlo, seguía dándole miedo. Kahlo escondía el rostro tras sus rodillas, tapándose a consciencia las orejas con los ojos cerrados, mortalmente nerviosa. El corazón le iba desbocado. De verdad sentía que si recibía un solo susto más terminaría perdiendo la razón, y con su suerte la vida entera.
—Cállate —masculló, audible solo para sí misma. Adam la estaba volviendo loca—. Cállate, cállate, ¡cállate!
Para más inri un hormigueo desesperante recorría una parte de su cuerpo que no reconocía. Al principió pensó que venía de su espalda, pero estaba por encima de esta. Empeoraba a cada segundo, con el roce de la camiseta y la presión del sofá. Era como si la hubieran forzado a ponerse de pie y correr con ambos pies dormidos, pero con el dolor localizado en una superficie más larga que ella entera. La varmana no aguantó más. Sin importar si llamaba la atención saltó con escasa elegancia y se fue corriendo escaleras arriba, a su habitación. Por todos los santos, el corazón le latía tan deprisa como a los ratones.
Con la puerta cerrada detrás suya se quitó la camiseta como si esta estuviera en llamas y la lanzó al suelo. De haberse girado en ese mismo instante para ver su espalda se habría marcado un Pluck, pero su respiración estaba tan agitada que lo único que hizo fue acribillar la prenda con la mirada mientras recuperaba el aliento a jadeos. El hormigueo se hizo menos desagradable, diluido, como si se hubiera librado de un torniquete. Menos atacada miró hacia abajo, hacia su pecho, donde la pelusa blanca se extendía como un abrigo de los que tanto le gustaban a ella y a su madre. La acarició, y al sentirla como propia tiró de ella. No, no era un abrigo. Su tacto suave la reconfortó aunque la visión... no, el concepto entero fuera extraño. Pero siendo justos, ¿qué no estaba siendo jodidamente extraño? Al menos en su cuarto no había sangre ni llegaba la voz del pony ruso.
Haciendo de tripas corazón Kahlo volteó la cabeza y miró hacia abajo, a lo que más acontecía. No tuvo ni que apartar la pelusa para ver la especie de manta mal doblada que nacía entre sus omoplatos. Se estiraba como una bola de papel sin presión, y cuanta más sangre fluía por ella más la notaba, más distinguía sus segmentos y sus formas. No era un abrigo, no era una manta. Tenía alas. Alas peludas y finas, posiblemente enormes. Alas de mariposa.
Se sujetó a la pared para no desmayarse. Y entonces se desmayó igualmente.
—Cállate —masculló, audible solo para sí misma. Adam la estaba volviendo loca—. Cállate, cállate, ¡cállate!
Para más inri un hormigueo desesperante recorría una parte de su cuerpo que no reconocía. Al principió pensó que venía de su espalda, pero estaba por encima de esta. Empeoraba a cada segundo, con el roce de la camiseta y la presión del sofá. Era como si la hubieran forzado a ponerse de pie y correr con ambos pies dormidos, pero con el dolor localizado en una superficie más larga que ella entera. La varmana no aguantó más. Sin importar si llamaba la atención saltó con escasa elegancia y se fue corriendo escaleras arriba, a su habitación. Por todos los santos, el corazón le latía tan deprisa como a los ratones.
Con la puerta cerrada detrás suya se quitó la camiseta como si esta estuviera en llamas y la lanzó al suelo. De haberse girado en ese mismo instante para ver su espalda se habría marcado un Pluck, pero su respiración estaba tan agitada que lo único que hizo fue acribillar la prenda con la mirada mientras recuperaba el aliento a jadeos. El hormigueo se hizo menos desagradable, diluido, como si se hubiera librado de un torniquete. Menos atacada miró hacia abajo, hacia su pecho, donde la pelusa blanca se extendía como un abrigo de los que tanto le gustaban a ella y a su madre. La acarició, y al sentirla como propia tiró de ella. No, no era un abrigo. Su tacto suave la reconfortó aunque la visión... no, el concepto entero fuera extraño. Pero siendo justos, ¿qué no estaba siendo jodidamente extraño? Al menos en su cuarto no había sangre ni llegaba la voz del pony ruso.
Haciendo de tripas corazón Kahlo volteó la cabeza y miró hacia abajo, a lo que más acontecía. No tuvo ni que apartar la pelusa para ver la especie de manta mal doblada que nacía entre sus omoplatos. Se estiraba como una bola de papel sin presión, y cuanta más sangre fluía por ella más la notaba, más distinguía sus segmentos y sus formas. No era un abrigo, no era una manta. Tenía alas. Alas peludas y finas, posiblemente enormes. Alas de mariposa.
Se sujetó a la pared para no desmayarse. Y entonces se desmayó igualmente.
- ♪♫♬:
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Silente
21/04/21, 10:41 pm
Amira casi prefería volver al caos que había sido la sangre y el dolor. Al menos no había un caballo hablando en su cabeza ni tenía que intentar explicar algo que no comprendía a gente que estaba incluso más perdida que ella. Seguía siendo todo un caos, pero encima tener a Adam en sus pensamientos lo hacía todo más confuso.
Se quedó en el suelo, donde había estado junto a Luci antes de que se fuera, intentando poner en orden sus propios pensamientos. Alec fue a intentar ayudar a Adam, repitiéndose un montón de veces. ¿O no se repetía? Era como si hubiera vivido ya esa situación, o puede que en verdad no. Era todo tan caótico que otro caballo podría haberse colado en el salón y no le hubiera prestado más atención de la mínimamente necesaria. Y la risa de Kolja. No sabía como podía reírse en un momento tan horrible, pero se le estaba contagiando. Se rió entre dientes, tapándose la boca con una mano y tratando de calmarse. «¡No es el puto momento!», se dijo. ¿De qué se reía? No se acordaba, pero le costó parar unos segundos en los que vio que Kahlo había salido de la pupa y subía corriendo. Estaba… distinta. Mucho.
De hecho, ¿dónde estaba Kahlo? Había estado en el sofá hacía unos segundos, ¿no? O a lo mejor nunca había estado allí. No, no. Los restos de la crisálida seguían ahí, pero ella no sabía donde estaba. Agh, ¿por qué era todo tan confuso? Recordaba a Alec decirle que tenía plumas en las orejas, pero a partir de ahí todo estaba borroso, en una suerte de escenas inconexas en su memoria. «Tengo…plumas…», pensó. La primera vez que las había sentido habían sido pocas, pero si eran tan notables es que habían salido más. Quería un espejo, pero no era prioritario en ese momento. Se llevó las manos a las orejas, solo para notarlas llenas de plumas, que se extendían incluso donde ya no había piel. Sin verse no lograba hacerse una idea de cómo se veía, pero para el resto parecerían alas de un brillante color rojo.
Se quedó en el suelo, donde había estado junto a Luci antes de que se fuera, intentando poner en orden sus propios pensamientos. Alec fue a intentar ayudar a Adam, repitiéndose un montón de veces. ¿O no se repetía? Era como si hubiera vivido ya esa situación, o puede que en verdad no. Era todo tan caótico que otro caballo podría haberse colado en el salón y no le hubiera prestado más atención de la mínimamente necesaria. Y la risa de Kolja. No sabía como podía reírse en un momento tan horrible, pero se le estaba contagiando. Se rió entre dientes, tapándose la boca con una mano y tratando de calmarse. «¡No es el puto momento!», se dijo. ¿De qué se reía? No se acordaba, pero le costó parar unos segundos en los que vio que Kahlo había salido de la pupa y subía corriendo. Estaba… distinta. Mucho.
De hecho, ¿dónde estaba Kahlo? Había estado en el sofá hacía unos segundos, ¿no? O a lo mejor nunca había estado allí. No, no. Los restos de la crisálida seguían ahí, pero ella no sabía donde estaba. Agh, ¿por qué era todo tan confuso? Recordaba a Alec decirle que tenía plumas en las orejas, pero a partir de ahí todo estaba borroso, en una suerte de escenas inconexas en su memoria. «Tengo…plumas…», pensó. La primera vez que las había sentido habían sido pocas, pero si eran tan notables es que habían salido más. Quería un espejo, pero no era prioritario en ese momento. Se llevó las manos a las orejas, solo para notarlas llenas de plumas, que se extendían incluso donde ya no había piel. Sin verse no lograba hacerse una idea de cómo se veía, pero para el resto parecerían alas de un brillante color rojo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Silente
22/04/21, 12:04 am
Era una cama sedosa. La invitaba, le hacía dormir sin interrupción alguna. También le cantaba. Se preguntó si también cantaría al resto. Aunque, ¿qué resto? Allí solo estaba ell… El universo era el individuo. El individuo era la cama sin linde. El universo era una cama oscura y acogedora. El universo cantaba.
Poco a poco, incluso el canto fue sueño. Poco a poco, incluso el sueño fue oscuridad. La oscuridad envolvía su conciencia. Su ser dejaba de consistir unidad. Su ser era cama, universo, nada. Dejaba de ser. Era como si estuviera mue-
Un violentísimo espasmo sacudió su cuerpo y conciencia. Se notaba ahogada, como si acabara de recuperar el oxigeno tras estar sumergida en el agua mucho más de lo que su cuerpo podía aguantar. No podía ver nada, su oído no captaba más que sonidos apagados. Palpó a su alrededor y no pudo notar más que una viscosidad sedosa que la rodeaba por completo. Aunque se notaba débil, el pánico la empujó a rasgar aquella masa con las manos. No era especialmente resistente, pero tampoco moldeable. También era pegajosa. De hecho, ya estaba pegada de antes. Se percató entonces de que aquella materia era, de algún modo, ella. Como una muda de caparazón que hubiera crecido por sí misma. Como un capullo.
Tras dar varias paladas con los brazos, empezó a ver algo de luz. Más ansiosa si cabía, empujó con todas las fuerzas que le quedaban hasta que consiguió rasgar la tela. Intentó dar un paso fuera de sí, pero se dio de bruces contra el suelo al no ser capaz de sostenerse. Sus manos se posaron sobre algún líquido que no lograba reconocer. Así como la oscuridad no le dejaba ver nada, ahí fuera la luz roja le cegaba. Asustada, intentó levantarse, pero su brazo resbaló con lo que fuera que impregnaba el suelo. Oía voces, pero amortiguadas y confusas. Intentó pedir ayuda, pero no pudo más que emitir gemidos inconexos. No sabía qué hacer.
Poco a poco, incluso el canto fue sueño. Poco a poco, incluso el sueño fue oscuridad. La oscuridad envolvía su conciencia. Su ser dejaba de consistir unidad. Su ser era cama, universo, nada. Dejaba de ser. Era como si estuviera mue-
Un violentísimo espasmo sacudió su cuerpo y conciencia. Se notaba ahogada, como si acabara de recuperar el oxigeno tras estar sumergida en el agua mucho más de lo que su cuerpo podía aguantar. No podía ver nada, su oído no captaba más que sonidos apagados. Palpó a su alrededor y no pudo notar más que una viscosidad sedosa que la rodeaba por completo. Aunque se notaba débil, el pánico la empujó a rasgar aquella masa con las manos. No era especialmente resistente, pero tampoco moldeable. También era pegajosa. De hecho, ya estaba pegada de antes. Se percató entonces de que aquella materia era, de algún modo, ella. Como una muda de caparazón que hubiera crecido por sí misma. Como un capullo.
Tras dar varias paladas con los brazos, empezó a ver algo de luz. Más ansiosa si cabía, empujó con todas las fuerzas que le quedaban hasta que consiguió rasgar la tela. Intentó dar un paso fuera de sí, pero se dio de bruces contra el suelo al no ser capaz de sostenerse. Sus manos se posaron sobre algún líquido que no lograba reconocer. Así como la oscuridad no le dejaba ver nada, ahí fuera la luz roja le cegaba. Asustada, intentó levantarse, pero su brazo resbaló con lo que fuera que impregnaba el suelo. Oía voces, pero amortiguadas y confusas. Intentó pedir ayuda, pero no pudo más que emitir gemidos inconexos. No sabía qué hacer.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
23/04/21, 12:56 am
Una ráfaga de aire le golpeó en la cara nada más cruzar el umbral y vino acompañada de una tromba de agua. Sus alas actuaron como resistencia al viento y eso lo desestabilizó más de lo que ya estaba y tan solo pudo avanzar algunos pasos antes de caer de rodillas sobre el suelo empedrado. La luz de la Luna lo bañaba todo, pero Luci seguía sin querer alzar la vista para mirarla. Toda la ciudad tronaba a su alrededor, desde la tormenta que se había desatado hasta los aullidos de los lobos o rugidos de bestias sin identificar. Era caótico y terrorífico, sin embargo el ángel recién nacido se sentía mucho más tranquilo que dentro del torreón. La lluvia le calmaba el escozor de las heridas y el dolor de cabeza y se llevaba toda la mugre y la sangre. El aire no olía a ranciedad y a polvo si no a limpio y electricidad. Y a magia. Luci permaneció bajo la tormenta con los ojos cerrados asimilando todos esos estímulos y las nuevas extensiones de piel y hueso que le habían crecido. Se hizo consciente de sus ligamentos y articulaciones, de cómo pulsaba la sangre por las venas, de cómo las plumas se hinchaban para repeler la lluvia. Tenía alas. Él tenía alas y sus compañeros tenían pinchos y pezuñas y pelo y plumas… Se estaban convirtiendo en monstruos. << Así nacen las Carandelas >> pensó. Su calma se convirtió en tristeza.
El viento le trajo el sonido de la risa de Kolja y de… ¿relinchos? Por la luz no podía ver muy bien qué ocurría con el grupo desde allí, pero tenía frío, era el momento de volver. Estaba dolorido, asustado y nervioso pero Lethe estaba peor, y no sabía nada de Kahlo ni de Kradko ni de Reina. Se restregó la cara para terminar de lavarse los churretes de vómito y la sangre. Desandó el corto trecho encorvado, con las alas moviéndose en pequeños espasmos torpes. Se apoyó en el marco de la puerta y se quedó allí sin atreverse a entrar, mirando el enorme animal que se paseaba nervioso por el salón y que gesticulaba al son de la voz de Adam. Se sintió aún peor. ¿Ese era Adam? ¿Iba a quedarse así para siempre? Un escalofrío le hizo temblar.
-¿Alguien me acerca una manta? -pidió en tono lastimero a quienquiera que tuviese cerca.
El viento le trajo el sonido de la risa de Kolja y de… ¿relinchos? Por la luz no podía ver muy bien qué ocurría con el grupo desde allí, pero tenía frío, era el momento de volver. Estaba dolorido, asustado y nervioso pero Lethe estaba peor, y no sabía nada de Kahlo ni de Kradko ni de Reina. Se restregó la cara para terminar de lavarse los churretes de vómito y la sangre. Desandó el corto trecho encorvado, con las alas moviéndose en pequeños espasmos torpes. Se apoyó en el marco de la puerta y se quedó allí sin atreverse a entrar, mirando el enorme animal que se paseaba nervioso por el salón y que gesticulaba al son de la voz de Adam. Se sintió aún peor. ¿Ese era Adam? ¿Iba a quedarse así para siempre? Un escalofrío le hizo temblar.
-¿Alguien me acerca una manta? -pidió en tono lastimero a quienquiera que tuviese cerca.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
23/04/21, 11:24 am
Alec continuó sonriendo hasta cuando el pensamiento ofendido de Adam se coló en su cabeza.
-No, no me río de ti Adam, es que no sé, ha sido raro. Supongo que será cosa de la Luna - se apartó cuando el pegaso se encabritó, no es que le diese miedo, ya había visto caballos en esas situaciones, se apartó para que el caballo no se hiciese daño clavándose algún hueso de su cuerpo.
>>Vale, vamos a salir al patio tú y yo Adam, así no podrás hacerle daño a nadie sin querer, ¿te parece? - tras el aceptamiento del ruso salieron bajo la lluvia, alejándose un poco de Luci que estaba en la entrada, no sin antes acercarle la manta que había pedido.- Y respecto a lo de Chromsa... dudo que deje de quererte aunque seas un caballo con alas. Yo fui la primera persona a la que se lo dijo ¿sabes? Y desde entonces he intentado que estéis a solas el mayor tiempo posible, y viendo como está la cosa me alegro de haberlo hecho. Todo saldrá bien Adam, ya verás - intentó animar al chico.
-No, no me río de ti Adam, es que no sé, ha sido raro. Supongo que será cosa de la Luna - se apartó cuando el pegaso se encabritó, no es que le diese miedo, ya había visto caballos en esas situaciones, se apartó para que el caballo no se hiciese daño clavándose algún hueso de su cuerpo.
>>Vale, vamos a salir al patio tú y yo Adam, así no podrás hacerle daño a nadie sin querer, ¿te parece? - tras el aceptamiento del ruso salieron bajo la lluvia, alejándose un poco de Luci que estaba en la entrada, no sin antes acercarle la manta que había pedido.- Y respecto a lo de Chromsa... dudo que deje de quererte aunque seas un caballo con alas. Yo fui la primera persona a la que se lo dijo ¿sabes? Y desde entonces he intentado que estéis a solas el mayor tiempo posible, y viendo como está la cosa me alegro de haberlo hecho. Todo saldrá bien Adam, ya verás - intentó animar al chico.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Silente
23/04/21, 01:47 pm
Antes de que Lethe se girara, Alyssa pudo escuchar la voz de Chromsa detrás de ellos. Se giró, encontrándose frente a frente por primera vez con los cambios que habían afectado al ochrorio. Por supuesto notó las piernas, era prácticamente imposible no hacerlo, y los cuernos de su cabeza también, pero lo que más chocó en su visión, por contraste, fueron los pies: estaban… ¿deformes? Eran demasiado pequeños, y sin embargo el ochrorio parecía habérselas ingeniado para subir hasta la azotea y seguir teniéndose en pié. La perilla no la registró en su cabeza, y ni siquiera vio la cola.
Alzó una mano en su dirección, en parte para intentar transmitir calma, en parte para intentar prevenir que hiciera algo brusco. Si se acercaba, que lo hiciera despacio. No sabía aún cómo de mal estaba Lethe y no quería que echara a correr otra vez, si tan siquiera podía.
Volviendo al ave: las nuevas plumas que le estaban creciendo ahora eran bastante más visibles, lo suficiente como para que Alyssa pudiera percatarse de que los colores no encajaban, pero ahora tenía otras prioridades.
Cuando llegó el momento de volver a mirarle la cara a la enderth, Alyssa se preparó mentalmente todo lo bien que pudo para la imagen, tensando el cuerpo y apretando las manos mientras intentaba dedicar toda su fuerza mental a no reaccionar ante lo que iba a ver. Si lo hacía Lethe la vería y solo ayudaría a que entrara en pánico.
Aun así no fue capaz de evitar estremecerse un poco, la imagen no dejaba de ser la que era, pero tras la impresión inicial pudo notar aquello por lo que ambas estaban conteniendo la respiración para que sucediera: Igual que con las plumas, un nuevo pico parecía abrirse paso por las marcas que había dejado el antiguo.
–Buenas noticias: No sé cómo, pero te está saliendo un pico nuevo. –Dijo tan pronto como lo vió mientras intentaba sonreír en un intento, no demasiado convincente, de transmitir confianza. Incluso si se equivocaba ahora mismo Lethe necesitaba buenas noticias. Sobre todo cuando… ni siquiera era capaz de imaginarse el dolor por el que estaba pasando.
–Necesito que aguantes como puedas hasta que termine de salir ¿Vale?
Mientras, dentro de su propia cabeza, se maldecía a sí misma mientras rebuscaba entre sus recuerdos cualquier cosa que pudiera ayudar:
Sabía que curar no ayudaba, y tampoco tenía nada que pudiera ayudar con el dolor. Si tan solo…
Calor. Entre las convulsiones y el dolor no podía saber si Lethe temblaba, pero tanto ella como Kradko eran sensibles al frío por el mundo del que venían, si además había perdido las plumas y llovía…
El hechizo térmico. En su día había aprendido levitación y lo había dejado de lado porque no le veía demasiada utilidad entre la poca magia que era capaz de hacer. Luego, con Setenta y Siete, la levitación no le había servido de mucho y, en cambio, el hechizo “poco útil” había acabado siendo fundamental para matar al reptil. Una ironía de mal gusto que hizo que aprendiera todos los hechizos dentro de sus capacidades, pero no hasta que fue demasiado tarde.
Nunca más.
–Voy a usar el hechizo térmico. Si no ayuda necesito que me… –Se calló un momento antes de llegar a decir la palabra “digas”. –Dime que no con la cabeza.
No podía descartar que podría ocurrir lo mismo que con el de curación. Lanzó el hechizo, centrando toda su atención en la Enderth y preparada para cortarlo en cuanto notara cualquier cosa fuera de lugar. No era lo mejor, pero no se atrevía a intentar nada más. Desde el principio no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, solo que era preferible a no hacer nada.
Alzó una mano en su dirección, en parte para intentar transmitir calma, en parte para intentar prevenir que hiciera algo brusco. Si se acercaba, que lo hiciera despacio. No sabía aún cómo de mal estaba Lethe y no quería que echara a correr otra vez, si tan siquiera podía.
Volviendo al ave: las nuevas plumas que le estaban creciendo ahora eran bastante más visibles, lo suficiente como para que Alyssa pudiera percatarse de que los colores no encajaban, pero ahora tenía otras prioridades.
Cuando llegó el momento de volver a mirarle la cara a la enderth, Alyssa se preparó mentalmente todo lo bien que pudo para la imagen, tensando el cuerpo y apretando las manos mientras intentaba dedicar toda su fuerza mental a no reaccionar ante lo que iba a ver. Si lo hacía Lethe la vería y solo ayudaría a que entrara en pánico.
Aun así no fue capaz de evitar estremecerse un poco, la imagen no dejaba de ser la que era, pero tras la impresión inicial pudo notar aquello por lo que ambas estaban conteniendo la respiración para que sucediera: Igual que con las plumas, un nuevo pico parecía abrirse paso por las marcas que había dejado el antiguo.
–Buenas noticias: No sé cómo, pero te está saliendo un pico nuevo. –Dijo tan pronto como lo vió mientras intentaba sonreír en un intento, no demasiado convincente, de transmitir confianza. Incluso si se equivocaba ahora mismo Lethe necesitaba buenas noticias. Sobre todo cuando… ni siquiera era capaz de imaginarse el dolor por el que estaba pasando.
–Necesito que aguantes como puedas hasta que termine de salir ¿Vale?
Mientras, dentro de su propia cabeza, se maldecía a sí misma mientras rebuscaba entre sus recuerdos cualquier cosa que pudiera ayudar:
Sabía que curar no ayudaba, y tampoco tenía nada que pudiera ayudar con el dolor. Si tan solo…
Calor. Entre las convulsiones y el dolor no podía saber si Lethe temblaba, pero tanto ella como Kradko eran sensibles al frío por el mundo del que venían, si además había perdido las plumas y llovía…
El hechizo térmico. En su día había aprendido levitación y lo había dejado de lado porque no le veía demasiada utilidad entre la poca magia que era capaz de hacer. Luego, con Setenta y Siete, la levitación no le había servido de mucho y, en cambio, el hechizo “poco útil” había acabado siendo fundamental para matar al reptil. Una ironía de mal gusto que hizo que aprendiera todos los hechizos dentro de sus capacidades, pero no hasta que fue demasiado tarde.
Nunca más.
–Voy a usar el hechizo térmico. Si no ayuda necesito que me… –Se calló un momento antes de llegar a decir la palabra “digas”. –Dime que no con la cabeza.
No podía descartar que podría ocurrir lo mismo que con el de curación. Lanzó el hechizo, centrando toda su atención en la Enderth y preparada para cortarlo en cuanto notara cualquier cosa fuera de lugar. No era lo mejor, pero no se atrevía a intentar nada más. Desde el principio no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, solo que era preferible a no hacer nada.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
23/04/21, 03:23 pm
Aunque su cara no representase muy bien sus emociones, si tuviese rostro humano Adam se vería claramente frustrado por las reacciones de Amira y Kolja: se estaban riendo de él. No era para gastar bromas, tener el cuerpo de un animal no era motivo de risas.
—<<¡¿Q-Qué es tan gracioso?!>> —preguntó mezclando relinchos con sus pensamientos—. <<¡Solo quiero ser como era antes! ¡Quiero ser humano y no un caballo!>> —no logró escuchar a Kahlo. Por supuesto que la vio salir de la pupa pero los temas personales fueron más fuertes que su preocupación. Después de lo que dijo miró a Kolja, con los ojos entrecerrados. Si fuese un humano estaría con la cara encogida de miedo y tristeza.
—<<¡¡¿Puedes parar de reírte de una puta vez?!! ¡¡Esto no me hace ni puñetera gracia!!>> —contestó mentalmente a las acciones de Kolja. Si no fuese porque Alec le ofreció salir al patio hubiera puesto al alemán muchísimo más verde con sus pensamientos acusadores.
Una vez en el patio el pegaso quien era Adam entrecerró más sus ojos, logrando mostrar lágrimas que se camuflaron con el agua de lluvia. Se percató de que el escocés escuchó sus pensamientos.
—<<G-Gracias Alec. No pretendía decir eso>> —se disculpó agachando la cabeza. De alguna forma lograban entenderlo y dentro de lo malo era tranquilizador.
Cuando Alec dijo la palabra “quererte” el caballo abrió los ojos de par en par. No fue hasta que el escocés admitió que, de hecho, Chromsa le habló del tema.
—<<Eso ha sido muy bonito de su parte. Menos mal que te he conocido Alec>> —dijo involuntariamente dejando escapar su opinión de quien tuvo delante— <<Lo sé… Lo sé Alec. Pero yo también lo quiero lo suficiente como para que no malgaste su vida con un animal. ¿Qué tengo yo para ofrecer?>> —suspiró por sus fosas nasales, algo triste— <<Y por cierto, ¿estas bien Alec?>> —preguntó para hacer saber que le preocupaba el estado del escocés.
—<<¡¿Q-Qué es tan gracioso?!>> —preguntó mezclando relinchos con sus pensamientos—. <<¡Solo quiero ser como era antes! ¡Quiero ser humano y no un caballo!>> —no logró escuchar a Kahlo. Por supuesto que la vio salir de la pupa pero los temas personales fueron más fuertes que su preocupación. Después de lo que dijo miró a Kolja, con los ojos entrecerrados. Si fuese un humano estaría con la cara encogida de miedo y tristeza.
—<<¡¡¿Puedes parar de reírte de una puta vez?!! ¡¡Esto no me hace ni puñetera gracia!!>> —contestó mentalmente a las acciones de Kolja. Si no fuese porque Alec le ofreció salir al patio hubiera puesto al alemán muchísimo más verde con sus pensamientos acusadores.
Una vez en el patio el pegaso quien era Adam entrecerró más sus ojos, logrando mostrar lágrimas que se camuflaron con el agua de lluvia. Se percató de que el escocés escuchó sus pensamientos.
—<<G-Gracias Alec. No pretendía decir eso>> —se disculpó agachando la cabeza. De alguna forma lograban entenderlo y dentro de lo malo era tranquilizador.
Cuando Alec dijo la palabra “quererte” el caballo abrió los ojos de par en par. No fue hasta que el escocés admitió que, de hecho, Chromsa le habló del tema.
—<<Eso ha sido muy bonito de su parte. Menos mal que te he conocido Alec>> —dijo involuntariamente dejando escapar su opinión de quien tuvo delante— <<Lo sé… Lo sé Alec. Pero yo también lo quiero lo suficiente como para que no malgaste su vida con un animal. ¿Qué tengo yo para ofrecer?>> —suspiró por sus fosas nasales, algo triste— <<Y por cierto, ¿estas bien Alec?>> —preguntó para hacer saber que le preocupaba el estado del escocés.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
23/04/21, 04:46 pm
Le dolía mucho la tripa. No era lo mismo que antes, ya que no la sentía como si hubiesen prendido una fogata dentro, era solo que de la risa le dolían los músculos del abdomen. Aún así no podía parar. La histeria de lo que estaba viviendo era demasiado, estaba a un pelo de volverse loco de remate. Y entonces se atragantó y se puso a toser.
Las toses eran muy violentas, y no tanto por la fuerza con la que tosía, sino que con cada una algo de ceniza se le escapaba de la boca. Kolja tenía los ojos como platos mientras veía lo que estaba pasando, incapaz de dejar de toser. Por fin se había acostumbrado a que le saliesen chispas de la boca cuando tosía y ahora tenía algo nuevo, más perturbador si cabe. ¿Era por eso por lo que había estado saboreando ceniza toda la cosecha?
Cuando consiguió parar de toser se quedó mirando al montón de ceniza que tenía ante si. Casi con reverencia fue acercando la mano para tocarlo. No se trataba del polvillo que conocía de la chimenea o de las hogueras, parecía que estaba todo fusionado entre si. Además era sorprendentemente duro. Con una mano lo alzó, sorprendido también de su peso, y lo chocó contra el suelo. El sonido que emitió era sin duda metálico, para sorpresa del alemán.
Con los ojos como platos se quedó mirando el montón, sujetándolo delante de su cara, había pasado de risa histérica a catatónico total. Ni siquiera se dio cuenta de que no había pedido disculpas a Adam, o de que él y Alec salían por la puerta. Tampoco fue consciente de que Kradko salía de su pupa.
Las toses eran muy violentas, y no tanto por la fuerza con la que tosía, sino que con cada una algo de ceniza se le escapaba de la boca. Kolja tenía los ojos como platos mientras veía lo que estaba pasando, incapaz de dejar de toser. Por fin se había acostumbrado a que le saliesen chispas de la boca cuando tosía y ahora tenía algo nuevo, más perturbador si cabe. ¿Era por eso por lo que había estado saboreando ceniza toda la cosecha?
Cuando consiguió parar de toser se quedó mirando al montón de ceniza que tenía ante si. Casi con reverencia fue acercando la mano para tocarlo. No se trataba del polvillo que conocía de la chimenea o de las hogueras, parecía que estaba todo fusionado entre si. Además era sorprendentemente duro. Con una mano lo alzó, sorprendido también de su peso, y lo chocó contra el suelo. El sonido que emitió era sin duda metálico, para sorpresa del alemán.
Con los ojos como platos se quedó mirando el montón, sujetándolo delante de su cara, había pasado de risa histérica a catatónico total. Ni siquiera se dio cuenta de que no había pedido disculpas a Adam, o de que él y Alec salían por la puerta. Tampoco fue consciente de que Kradko salía de su pupa.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
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