Torreón Silente
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- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Torreón Silente
18/04/21, 03:48 pm
Adam casi se tumbó al suelo, rascando esos bultos sin descanso. La sensación era muy desagradable, sentía como esos bultos uno a uno picaban más y más. Miró a Chromsa, estaba gritando de nuevo y eso puso la preocupación del ruso por las nubes. Acompañaban demás gritos que Adam logró escuchar a su alrededor y cerró los ojos, apretándolos tanto como podía.
En mitad de la desesperación pasó de nuevo sus dedos por los bultos, como si quisiese tenerlos vigilados inconscientemente. Sin embargo de los bultos pudo notar crecer algo, y no eran pocos. De sus antebrazos pudo ver plumas blancas, que en un principio solo asomaban pero se abrían paso poco a poco pero sin parar. El sentir como se abrían paso por debajo de su piel lo desagradó muchísimo, no era agradable. En los tobillos sintió lo mismo y se arremangó los pantalones. También estaban ahí.
—«¿Qué es esto? ¿Qué me esta pasando?» —pensó confuso. Aunque no quería creerlo esas plumas eran suyas. Su cuerpo estaba unido ellas y cuando tensaba sus antebrazos o estiraba su piel pudo confirmarlo definitivamente: le estaban saliendo plumas blancas.
Encerrado en su sorpresa se percató de que Chromsa terminó de gritar, en general los gritos fueron menos audibles y el sonido de la lluvia se encargó de tomar su lugar. El ochrorio le preguntó y Adam alzó su rostro. Ahí se dio cuenta de los cambios en Chromsa, como su parte inferior estaba poblada de pelo y tenía rasgos más animalísitcos.
—Si, sigo aquí, me encuentro bien —casi por inercia dejó de hablar y lo abrazó muy fuerte, al borde del llanto— Por un momento... creí que te ibas a morir.
Aunque no quiso separarse, el grito dentro del torreón lo sobresaltó. No reconoció de quién fue pero Chromsa tuvo razón, tenían que mirar cómo estaban los demás.
—Mierda… Voy a ver quien ha gritado, puedo hacer magia ahora —antes de marchar se observó los antebrazos, poblados de aquellas plumas blancas. Agarró a Chromsa de la mano quien accedió a acompañarlo, esta vez no quería soltarlo por nada en este mundo— ¡Q-Qué ha pasado! —preguntó al entrar, mientras observaba tantísimos cambios a su alrededor.
En mitad de la desesperación pasó de nuevo sus dedos por los bultos, como si quisiese tenerlos vigilados inconscientemente. Sin embargo de los bultos pudo notar crecer algo, y no eran pocos. De sus antebrazos pudo ver plumas blancas, que en un principio solo asomaban pero se abrían paso poco a poco pero sin parar. El sentir como se abrían paso por debajo de su piel lo desagradó muchísimo, no era agradable. En los tobillos sintió lo mismo y se arremangó los pantalones. También estaban ahí.
—«¿Qué es esto? ¿Qué me esta pasando?» —pensó confuso. Aunque no quería creerlo esas plumas eran suyas. Su cuerpo estaba unido ellas y cuando tensaba sus antebrazos o estiraba su piel pudo confirmarlo definitivamente: le estaban saliendo plumas blancas.
Encerrado en su sorpresa se percató de que Chromsa terminó de gritar, en general los gritos fueron menos audibles y el sonido de la lluvia se encargó de tomar su lugar. El ochrorio le preguntó y Adam alzó su rostro. Ahí se dio cuenta de los cambios en Chromsa, como su parte inferior estaba poblada de pelo y tenía rasgos más animalísitcos.
—Si, sigo aquí, me encuentro bien —casi por inercia dejó de hablar y lo abrazó muy fuerte, al borde del llanto— Por un momento... creí que te ibas a morir.
Aunque no quiso separarse, el grito dentro del torreón lo sobresaltó. No reconoció de quién fue pero Chromsa tuvo razón, tenían que mirar cómo estaban los demás.
—Mierda… Voy a ver quien ha gritado, puedo hacer magia ahora —antes de marchar se observó los antebrazos, poblados de aquellas plumas blancas. Agarró a Chromsa de la mano quien accedió a acompañarlo, esta vez no quería soltarlo por nada en este mundo— ¡Q-Qué ha pasado! —preguntó al entrar, mientras observaba tantísimos cambios a su alrededor.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia.
Re: Torreón Silente
18/04/21, 06:12 pm
Cada gota de lluvia que caía sobre él parecía pesar dos kilos a juzgar por el dolor que provocaban al estrellarse contra sus músculos cansados. Intentaba tomar respiraciones cortas para no forzar mucho su pecho y mantenía la postura fetal que había adoptado, moviéndose lo menos posible. Cerraba los ojos con fuerza, para no ver aquella luna que le hacía sufrir y por el hecho de que le picaban como si alguien le hubiese tirado un puñado de ceniza directamente contra ellos.
Por esto no fue consciente cuando su pelo, que se desparramaba mojado sobre su cara, empezó a cambiar del rubio sucio a gris, un gris más cercano al blanco que al negro. Su barba seguía el mismo camino de descoloramiento y aunque siempre había sido algo más oscura que su cabello, terminó con el mismo color que este.
Bajo sus parpados sus ojos también sufrían los cambios provocados por la luna, aclarándose el gris oscuro que presentaban antes a uno más claro. La esclerótica se enrojeció, hasta alcanzar un rojo intenso que se iba aclarando según se acercaba al iris, como en una hoguera en la que las llamas exteriores eran más oscuras y según se acercaban a la madera, a la ceniza, se iban aclarando.
Su piel empezó el cambio de color también, aunque en este caso no se completaría aquella noche. De hecho, el cambio que se operó en aquel momento fue tan leve que era prácticamente inadvertible.
Mientras esto pasaba los dolores que aquejaban a Kolja se fueron reduciendo. Sus agarrotados músculos fueron relajándose y su dolor de huesos se calmó. Incluso aquel ardor que se había instalado en su estómago se fue apagando.
Tras un tiempo que a Kolja se le hizo eterno el dolor se fue lo suficiente como para que pudiese levantarse y respirar con normalidad. No había desaparecido, seguía ahí, pero se había vuelto soportable. Se apartó el pelo de los ojos sin fijarse en el cambio de color. Tenía la boca seca de haber estado respirando por ella durante todo aquel tiempo, así que se giró al pozo para sacar, de nuevo, un cubo de agua.
Tiró de la cuerda con fuerza, como siempre, un cubo de agua pesaba al fin y al cabo, y casi se calló de espaladas. El antiguamente pesado cubo se había vuelto mucho más ligero y la fuerza que había empleado era exagerada, haciéndole perder el equilibrio. Con más cuidado fue subiendo el cubo, que se había vuelto ridículamente ligero, hasta que alcanzó el borde. La verdad es que el alemán no se esperaba ver el recipiente, pensaba que se había soltado y por eso no necesitaba hacer fuerza para subirlo, que solo estaba tirando de una cuerda suelta. Pero allí estaba, lleno a rebosar de agua. Con una ligera sacudida de cabeza se quitó el pensamiento de la cabeza y bebió un largo trago de agua.
El repentino grito de dentro del torreón hizo que se atragantara. Dejó caer el cubo y corrió detrás de Chromsa y Adam a ver que pasaba. ¿Era cosa suya o Chromsa andaba de una forma muy extraña?
Por esto no fue consciente cuando su pelo, que se desparramaba mojado sobre su cara, empezó a cambiar del rubio sucio a gris, un gris más cercano al blanco que al negro. Su barba seguía el mismo camino de descoloramiento y aunque siempre había sido algo más oscura que su cabello, terminó con el mismo color que este.
Bajo sus parpados sus ojos también sufrían los cambios provocados por la luna, aclarándose el gris oscuro que presentaban antes a uno más claro. La esclerótica se enrojeció, hasta alcanzar un rojo intenso que se iba aclarando según se acercaba al iris, como en una hoguera en la que las llamas exteriores eran más oscuras y según se acercaban a la madera, a la ceniza, se iban aclarando.
Su piel empezó el cambio de color también, aunque en este caso no se completaría aquella noche. De hecho, el cambio que se operó en aquel momento fue tan leve que era prácticamente inadvertible.
Mientras esto pasaba los dolores que aquejaban a Kolja se fueron reduciendo. Sus agarrotados músculos fueron relajándose y su dolor de huesos se calmó. Incluso aquel ardor que se había instalado en su estómago se fue apagando.
Tras un tiempo que a Kolja se le hizo eterno el dolor se fue lo suficiente como para que pudiese levantarse y respirar con normalidad. No había desaparecido, seguía ahí, pero se había vuelto soportable. Se apartó el pelo de los ojos sin fijarse en el cambio de color. Tenía la boca seca de haber estado respirando por ella durante todo aquel tiempo, así que se giró al pozo para sacar, de nuevo, un cubo de agua.
Tiró de la cuerda con fuerza, como siempre, un cubo de agua pesaba al fin y al cabo, y casi se calló de espaladas. El antiguamente pesado cubo se había vuelto mucho más ligero y la fuerza que había empleado era exagerada, haciéndole perder el equilibrio. Con más cuidado fue subiendo el cubo, que se había vuelto ridículamente ligero, hasta que alcanzó el borde. La verdad es que el alemán no se esperaba ver el recipiente, pensaba que se había soltado y por eso no necesitaba hacer fuerza para subirlo, que solo estaba tirando de una cuerda suelta. Pero allí estaba, lleno a rebosar de agua. Con una ligera sacudida de cabeza se quitó el pensamiento de la cabeza y bebió un largo trago de agua.
El repentino grito de dentro del torreón hizo que se atragantara. Dejó caer el cubo y corrió detrás de Chromsa y Adam a ver que pasaba. ¿Era cosa suya o Chromsa andaba de una forma muy extraña?
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: Torreón Silente
18/04/21, 06:42 pm
Lethe acudió también a ayudar a Luci, lo cual agradeció, ya que ella había perdido toda su magia. Sin embargo, ni su ayuda para quitar la sangre ni la magia de la enderth fueron útiles para su compañero, quien les gritó que pararan. Amira apartó la toalla y le miró confusa, sin entender. Llevaba sin entender nada desde que el astro había empezado a salir y se había desatado el caos. Aprovechó a llevarse las manos a las orejas y rascarse con ganas, porque el picor se le estaba haciendo insostenible a aquellas alturas. Al llevárselas notó sangre, y algo suave y blando. Habían empezado a salirle plumas en las orejas.
«Qué… Qué coño…», pensó, confusa, hasta que el grito de Lethe le sacó de golpe de sus pensamientos. Respondió con otro grito, presa del pánico. Estaba ahí, sin plumas, sin pico. Era una visión aterradora, que probablemente nunca podría olvidar. Alyssa también había cambiado, ahor atenía una especie de… ¿plantas? En la cabeza, y la piel se le estaba volviendo más oscura. Al menos había dejado de sangrar.
—Alyssa, intenta ayudar a Lethe si puedes; yo no tengo magia — ¿De dónde había salido aquella decisión? No importaba, era lo que hacía falta en esos momentos. Se quedó con Luci, a quien intentó consolar como pudo.
—No lo sé, no sé que ha pasado…. Espero que termine pronto, yo… —no era el momento de derrumbarse, tenía que hacer todo lo posible—. Seguro que estaréis bien, sois fuertes. No nos habrían traído aquí si nos fueran a dejar morir después de ver la maldita Luna esa. Conocimos a gente que pasó por esto, ¿no?
A lo mejor era los que habían tenido suerte, como ella, y no estaban sufriendo aquellos dolores y cambios sin sentido ni lógica, pero tenía que intentar ponerse en lo mejor. Los relinchos seguían sonando, algo más cerca esta vez. Sentía la necesidad de buscar a lo que fuera que emitiera el sonido, pero en aquel momento, sus compañeros eran su prioridad.
«Qué… Qué coño…», pensó, confusa, hasta que el grito de Lethe le sacó de golpe de sus pensamientos. Respondió con otro grito, presa del pánico. Estaba ahí, sin plumas, sin pico. Era una visión aterradora, que probablemente nunca podría olvidar. Alyssa también había cambiado, ahor atenía una especie de… ¿plantas? En la cabeza, y la piel se le estaba volviendo más oscura. Al menos había dejado de sangrar.
—Alyssa, intenta ayudar a Lethe si puedes; yo no tengo magia — ¿De dónde había salido aquella decisión? No importaba, era lo que hacía falta en esos momentos. Se quedó con Luci, a quien intentó consolar como pudo.
—No lo sé, no sé que ha pasado…. Espero que termine pronto, yo… —no era el momento de derrumbarse, tenía que hacer todo lo posible—. Seguro que estaréis bien, sois fuertes. No nos habrían traído aquí si nos fueran a dejar morir después de ver la maldita Luna esa. Conocimos a gente que pasó por esto, ¿no?
A lo mejor era los que habían tenido suerte, como ella, y no estaban sufriendo aquellos dolores y cambios sin sentido ni lógica, pero tenía que intentar ponerse en lo mejor. Los relinchos seguían sonando, algo más cerca esta vez. Sentía la necesidad de buscar a lo que fuera que emitiera el sonido, pero en aquel momento, sus compañeros eran su prioridad.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
18/04/21, 10:48 pm
El sonido de la lluvia combinaba muy bien con el piano de la radio. Un hombre y una mujer con la voz tan cálida como el sol cantaban sobre el amor, y a Kahlo solo le salió suspirar. Vestía con sedas de color crema, llevaba las joyas que su madre había llevado antes de casarse, descansaba en un lujoso mueble mullido, un sirviente acababa de traerle manzanilla con anís, pastas de té y moras, y aún así se sentía desgraciada.
Un tercer sonido hizo que despegase la vista de las gotas que chocaban contra la ventana, demandando su atención. La puerta estaba abierta, pero su hermano había tocado por educación. Descansaba un hombro contra el marco, y cuando sus ojos se encontraron el chico se esforzó en esbozar una sonrisa.
—¿Se puede?
Kahlo volteó el rostro sin responder. Un suspiro, el suave crujir de la madera bajo pasos y luego un mueble siendo arrastrado; debajo de todo eso podía oír gritos de dolor, pero eran tan ridículos como el ruido que hace una camisa al doblarla. Nohlem se sentó al lado suya. Había cogido una silla y ahora estaba usándola del revés: en lugar de usar el respaldo como respaldo descansaba ambos brazos sobre este. Aquella no era forma de sentarse, pero no diría nada.
—¿Estás bien?
Silencio. Otro suspiro.
—Oye... yo tampoco quiero. No... no sé porque madre quiere que lo hagamos así. A ti se te da mejor.
Tragó saliva. Quería estar enfadada, gritarle que se marchase, pero el cuerpo le pedía llorar. Su hermano pareció notarlo.
—En serio —continuó—. Voy a intentar hablar con ella y con padre esta noche. Te lo prometo.
La varmana se encogió en el sitio, rehuyendo de los ojos verdes de su hermano en todo momento. Le temblaba el labio y las lágrimas peligraban por salir. En la radio el saxo marcaba un ritmo alegre. Permanecieron en silencio incómodo unos segundos antes de que Nohlem volviera a hacer ruido con la silla al levantarse. Por el rabillo del ojo pudo ver como le ofrecía una mano.
—¿Bailamos?
—Nohlem...
—¡Venga! ¿Estás oyendo la letra?
Sin demostrar interés se fijó mejor en ella. Un hombre cantaba... sobre lo mucho que le gustaban los plátanos por no tener hueso. A Kahlo se le escapó una risa. La mano de su hermano se agitó, apremiante.
—Como se acabe me voy a poner triste.
La chica se limpió las mejillas brevemente con la muñeca antes de aceptar. Bailaron siguiendo y violando la etiqueta según les apetecía, una tras otra. Si la canción era triste lo hacían pegados, ondeando como un velero de forma ridícula hasta que no podían aguantar la risa.
—¡Ya, ya, que me estoy mareando!
—¡Débil! —rió.
Nohlem se detuvo, haciéndola parar consigo. En un gesto cariñoso le estrechó los brazos y sonrió.
—Es hora de despertarse, Kahlo.
—No... ¿tan pronto?
El chico asintió con lástima. Esa parte no estaba en su memoria, pero se sintió natural. Por primera vez fue consciente de los gritos fuera de la habitación. No le extrañó, aunque su corazón se agitó de pena y nervios. Le abrazó con fuerza.
—Está bien...
Cuando el recuerdo de su hermano con 14 años la soltó Kahlo abrió los ojos. La pupa se sacudió.
Un tercer sonido hizo que despegase la vista de las gotas que chocaban contra la ventana, demandando su atención. La puerta estaba abierta, pero su hermano había tocado por educación. Descansaba un hombro contra el marco, y cuando sus ojos se encontraron el chico se esforzó en esbozar una sonrisa.
—¿Se puede?
Kahlo volteó el rostro sin responder. Un suspiro, el suave crujir de la madera bajo pasos y luego un mueble siendo arrastrado; debajo de todo eso podía oír gritos de dolor, pero eran tan ridículos como el ruido que hace una camisa al doblarla. Nohlem se sentó al lado suya. Había cogido una silla y ahora estaba usándola del revés: en lugar de usar el respaldo como respaldo descansaba ambos brazos sobre este. Aquella no era forma de sentarse, pero no diría nada.
—¿Estás bien?
Silencio. Otro suspiro.
—Oye... yo tampoco quiero. No... no sé porque madre quiere que lo hagamos así. A ti se te da mejor.
Tragó saliva. Quería estar enfadada, gritarle que se marchase, pero el cuerpo le pedía llorar. Su hermano pareció notarlo.
—En serio —continuó—. Voy a intentar hablar con ella y con padre esta noche. Te lo prometo.
La varmana se encogió en el sitio, rehuyendo de los ojos verdes de su hermano en todo momento. Le temblaba el labio y las lágrimas peligraban por salir. En la radio el saxo marcaba un ritmo alegre. Permanecieron en silencio incómodo unos segundos antes de que Nohlem volviera a hacer ruido con la silla al levantarse. Por el rabillo del ojo pudo ver como le ofrecía una mano.
—¿Bailamos?
—Nohlem...
—¡Venga! ¿Estás oyendo la letra?
Sin demostrar interés se fijó mejor en ella. Un hombre cantaba... sobre lo mucho que le gustaban los plátanos por no tener hueso. A Kahlo se le escapó una risa. La mano de su hermano se agitó, apremiante.
—Como se acabe me voy a poner triste.
La chica se limpió las mejillas brevemente con la muñeca antes de aceptar. Bailaron siguiendo y violando la etiqueta según les apetecía, una tras otra. Si la canción era triste lo hacían pegados, ondeando como un velero de forma ridícula hasta que no podían aguantar la risa.
—¡Ya, ya, que me estoy mareando!
—¡Débil! —rió.
Nohlem se detuvo, haciéndola parar consigo. En un gesto cariñoso le estrechó los brazos y sonrió.
—Es hora de despertarse, Kahlo.
—No... ¿tan pronto?
El chico asintió con lástima. Esa parte no estaba en su memoria, pero se sintió natural. Por primera vez fue consciente de los gritos fuera de la habitación. No le extrañó, aunque su corazón se agitó de pena y nervios. Le abrazó con fuerza.
—Está bien...
Cuando el recuerdo de su hermano con 14 años la soltó Kahlo abrió los ojos. La pupa se sacudió.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
18/04/21, 11:16 pm
La visión que se presentó ante él fue de pesadilla. El pico de Lethe se le desprendió de la cara, sin más, y cayó al suelo. Las últimas plumas que le quedaban cayeron también. Luci tuvo que cubrirse la boca con las manos para evitar las arcadas. Creía haberse acostumbrado a todo eso: la visión de la sangre, las heridas abiertas, la carne podrida… pero aquello estaba a otro nivel. Le habían cambiado a Lethe por completo, a su Lethe. La vio echar a correr y ni siquiera pudo ir tras ella, pues el dolor no perdonaba y la pérdida de sangre estaba empezando a marearle. Además la Luna parecía hacerse cada vez más y más brillante. Cerró los ojos con fuerza.
-¡Nos mintieron! -le gritó a Amira. No había registrado sus cambios ni los de Alyssa, su mente no podía procesarlos, pero le sujetaba la mano con fuerza -¡Nos han engañado desde el principio! ¡Todo lo que nos dijeron es mentira! ¡Nos han traído aquí a morir!
Un latigazo de dolor le alertó de lo que venía. Algo se abría camino a través de su carne, algo grande, qu hizo que Luci se retorciese y le clavase las uñas a Amira.
Un par de alas.
Salieron de una sola vez, atrofiadas y sucias, salpicando sangre cian a su alrededor. El alarido que soltó el daeliciano le rasgó la garganta y cubrió el sonido burbujeante y asqueroso de sus nuevas extremidades al desplegarse. Una vez fuera cayeron a sus costados, inertes y cansadas como su dueño. El dolor se esfumó, dejando solo un escozor en el nacimiento de las alas y el martilleo de su cabeza. Pero Luci permaneció hecho un ovillo, respirando con dificultad entre sollozos.
-¡Nos mintieron! -le gritó a Amira. No había registrado sus cambios ni los de Alyssa, su mente no podía procesarlos, pero le sujetaba la mano con fuerza -¡Nos han engañado desde el principio! ¡Todo lo que nos dijeron es mentira! ¡Nos han traído aquí a morir!
Un latigazo de dolor le alertó de lo que venía. Algo se abría camino a través de su carne, algo grande, qu hizo que Luci se retorciese y le clavase las uñas a Amira.
Un par de alas.
Salieron de una sola vez, atrofiadas y sucias, salpicando sangre cian a su alrededor. El alarido que soltó el daeliciano le rasgó la garganta y cubrió el sonido burbujeante y asqueroso de sus nuevas extremidades al desplegarse. Una vez fuera cayeron a sus costados, inertes y cansadas como su dueño. El dolor se esfumó, dejando solo un escozor en el nacimiento de las alas y el martilleo de su cabeza. Pero Luci permaneció hecho un ovillo, respirando con dificultad entre sollozos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
18/04/21, 11:55 pm
Alec no podía más que admirar con incredulidad los huesos que sobresalían de sus antebrazos. Al principio había tirado de uno para intentar quitarlo pero cuando sintió el dolor inicial paró de inmediato. No sabía qué le estaba pasando exactamente pero fuera lo que fuera se estaba convirtiendo en un monstruo.
Oyó el grito del interior del torreón y notó como esa persona corría escaleras arriba. Confuso no entendía como lo sabía, sintió a su vez moverse a Kolja, Chromsa y Adam sin necesidad de verlos. Pero lo más extraño es que no era algo extrasensorial, lo percibía con su mano, que tenía apoyada en el suelo.
-¿Qué coño...? - se miró la mano pero a parte de las pequeñas púas del dorso no tenían nada distinto, que él viera al menos.
Todavía sintiéndose raro se levantó y al dar un paso por poco vuelve a caerse al suelo. Notaba su cuerpo más pesado, como si de pronto hubiera aumentado de peso cincuenta kilos.
-¿Estáis bien? - preguntó entrando en el torreón y tropezando con el marco de la puerta, ¿siempre había sido aquella puerta tan estrecha? Reparó en la situación en general y se acercó a los demás.- ¿Quién ha gritado? - inquirió preocupado.
Oyó el grito del interior del torreón y notó como esa persona corría escaleras arriba. Confuso no entendía como lo sabía, sintió a su vez moverse a Kolja, Chromsa y Adam sin necesidad de verlos. Pero lo más extraño es que no era algo extrasensorial, lo percibía con su mano, que tenía apoyada en el suelo.
-¿Qué coño...? - se miró la mano pero a parte de las pequeñas púas del dorso no tenían nada distinto, que él viera al menos.
Todavía sintiéndose raro se levantó y al dar un paso por poco vuelve a caerse al suelo. Notaba su cuerpo más pesado, como si de pronto hubiera aumentado de peso cincuenta kilos.
-¿Estáis bien? - preguntó entrando en el torreón y tropezando con el marco de la puerta, ¿siempre había sido aquella puerta tan estrecha? Reparó en la situación en general y se acercó a los demás.- ¿Quién ha gritado? - inquirió preocupado.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Silente
19/04/21, 12:26 am
La visión del pico de Lethe cayéndose sería algo que no olvidaría pronto. No solo por lo horrible de la escena, también por la mirada que la enderth le dirigió antes de salir corriendo.
En muchos aspectos Lethe había sido la más fuerte del grupo, sobre todo a nivel mental y emocional. Una lethe asustada era algo que símplemente no se lo podía imaginar y ahora… aquel contraste… el terror que vio en los ojos del ave… era como si escuchara algo invisible desmoronarse.
Cuando gritó, la humana se quedó paralizada entre escalofríos, incapaz de reaccionar o volver a la realidad hasta que fue tarde. La enderth ya se había ido.
–¡LETHE!
Hizo ademán de echar a correr tras ella, pero dudó. El pico… ahora en el suelo y ensangrentado… ¿qué se suponía que podía hacer?
La voz de Amira la sacó de dudas, o más bien, ayudó a que se moviera incluso con ellas. Asintió a la chica mientras recogía el pico. Ni siquiera sabía qué iba a hacer con él, pero no podía dejarlo ahí tirado.
Justo antes de irse pudo ver a gente entrando: Adam con Chromsa, luego Alec. No tuvo tiempo para asimilar sus cambios. Si podían moverse podía esperar. Amira podía responder a sus preguntas.
Subió escaleras arriba, llamando a Lethe con la esperanza de que contestara, a pesar de que sabía que no podría hacerlo aunque quisiera. Símplemente no quería pensar en la ruta fácil: seguir el rastro de sangre y los gritos. Le picaba el pelo solo de pensarlo.
Un momento: ¿Le picaba?
En muchos aspectos Lethe había sido la más fuerte del grupo, sobre todo a nivel mental y emocional. Una lethe asustada era algo que símplemente no se lo podía imaginar y ahora… aquel contraste… el terror que vio en los ojos del ave… era como si escuchara algo invisible desmoronarse.
Cuando gritó, la humana se quedó paralizada entre escalofríos, incapaz de reaccionar o volver a la realidad hasta que fue tarde. La enderth ya se había ido.
–¡LETHE!
Hizo ademán de echar a correr tras ella, pero dudó. El pico… ahora en el suelo y ensangrentado… ¿qué se suponía que podía hacer?
La voz de Amira la sacó de dudas, o más bien, ayudó a que se moviera incluso con ellas. Asintió a la chica mientras recogía el pico. Ni siquiera sabía qué iba a hacer con él, pero no podía dejarlo ahí tirado.
Justo antes de irse pudo ver a gente entrando: Adam con Chromsa, luego Alec. No tuvo tiempo para asimilar sus cambios. Si podían moverse podía esperar. Amira podía responder a sus preguntas.
Subió escaleras arriba, llamando a Lethe con la esperanza de que contestara, a pesar de que sabía que no podría hacerlo aunque quisiera. Símplemente no quería pensar en la ruta fácil: seguir el rastro de sangre y los gritos. Le picaba el pelo solo de pensarlo.
Un momento: ¿Le picaba?
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
19/04/21, 09:54 am
Chromsa estaba confuso todavía. Que la agonía hubiera parado y con todos los cambios que había sufrido, la sensación de calma le parecía casi irreal. No tuvo mucho tiempo para pensar en ello, pues cuando quiso darse cuenta Adam lo estaba abrazando con fuerza. No se había fijado demasiado bien, pero notaba algo extraño en los antebrazos del ruso, algo semejante a plumas. Pero ahora mismo no le importaba, por fin había terminado todo y, además, el terrestre le había mostrado cariño después de bastante tiempo. El ochrorio le devolvió el abrazo y en una mezcla de alivio y pena por lo sucedido le dijo con lágrimas que empezaban a formarse en sus ojos: -Como me alegro de que estés bien, Adam. Yo... también llegué a pensarlo, pero ya ha pa...- Sin embargo un nuevo gritó rompió el silencio de nuevo. Aquella noche todavía estaba lejos de acabar.
Adam fue el primero en levantarse, aunque antes de empezar a dirigirse al interior del torreón se miró los antebrazos. Chromsa pudo fijarse que sí, tenía plumas en ellos, y además en los tobillos también le estaban saliendo. -¡Espera!- dijo mientras se levantaba. -Voy contigo.- El ruso cogió su mano y corrieron al interior, no sin antes dirigir el ochrorio una mirada a las hojas que se quedaron bajo la lluvia.
La escena que encontraron era digna de una pesadilla. Había sangre por todas partes, plumas e incluso... un pico. Las dos pupas seguían en su sitio y solo llegó a ver a tres personas: a Alyssa, que se fue corriendo por las escaleras, y a Amira socorriendo a Luci, al cual le habían salido alas. No pudo evitar que le entraran arcadas de la impresión y se tapó la boca con su mano libre mientras miraba en otra dirección para intentar contener el vómito. Resultó que, tal vez porque lo había escuchado, miró hacia atrás justo para ver entrar a Alec y Kolja. Ambos estaban bastante cambiados, aunque quien más le llamó la atención fue el primero, pues ahora parecía más grande y tenía pinchos por gran parte de su cuerpo. Aunque no le gustase, todavía tenían mucho que hacer. Chromsa volvió a mirar hacia adelante y se unió a las preguntas: -¡Santa Acromía! ¿Qué ha pasado, estáis bien? Si hace falta puedo curar...-
Iba a seguir hablando, pero un sonido leve le hizo apartar la vista hacia las pupas. ¿Acababa de...? -Creo... creo que en la pupa se está moviendo a... ¡AH!- empezó a decir, pero tuvo que taparse los oídos con ambas manos. Un sonido agudo y alto le había llegado al ochrorio sin saber muy bien de dónde. En aquel momento le daba igual saberlo, solo quería alejarse de él. Con rapidez, corrió hacia las escaleras y empezó a subirlas a trompicones (en parte porque las piernas todavía no habían cambiado del todo y en parte por el miedo) con las manos todavía en los oídos. No era consciente, pero cualquiera que mirase en su dirección podría ver como de sus piernas salían hojas que iba dejando por el suelo.
Adam fue el primero en levantarse, aunque antes de empezar a dirigirse al interior del torreón se miró los antebrazos. Chromsa pudo fijarse que sí, tenía plumas en ellos, y además en los tobillos también le estaban saliendo. -¡Espera!- dijo mientras se levantaba. -Voy contigo.- El ruso cogió su mano y corrieron al interior, no sin antes dirigir el ochrorio una mirada a las hojas que se quedaron bajo la lluvia.
La escena que encontraron era digna de una pesadilla. Había sangre por todas partes, plumas e incluso... un pico. Las dos pupas seguían en su sitio y solo llegó a ver a tres personas: a Alyssa, que se fue corriendo por las escaleras, y a Amira socorriendo a Luci, al cual le habían salido alas. No pudo evitar que le entraran arcadas de la impresión y se tapó la boca con su mano libre mientras miraba en otra dirección para intentar contener el vómito. Resultó que, tal vez porque lo había escuchado, miró hacia atrás justo para ver entrar a Alec y Kolja. Ambos estaban bastante cambiados, aunque quien más le llamó la atención fue el primero, pues ahora parecía más grande y tenía pinchos por gran parte de su cuerpo. Aunque no le gustase, todavía tenían mucho que hacer. Chromsa volvió a mirar hacia adelante y se unió a las preguntas: -¡Santa Acromía! ¿Qué ha pasado, estáis bien? Si hace falta puedo curar...-
Iba a seguir hablando, pero un sonido leve le hizo apartar la vista hacia las pupas. ¿Acababa de...? -Creo... creo que en la pupa se está moviendo a... ¡AH!- empezó a decir, pero tuvo que taparse los oídos con ambas manos. Un sonido agudo y alto le había llegado al ochrorio sin saber muy bien de dónde. En aquel momento le daba igual saberlo, solo quería alejarse de él. Con rapidez, corrió hacia las escaleras y empezó a subirlas a trompicones (en parte porque las piernas todavía no habían cambiado del todo y en parte por el miedo) con las manos todavía en los oídos. No era consciente, pero cualquiera que mirase en su dirección podría ver como de sus piernas salían hojas que iba dejando por el suelo.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
19/04/21, 12:47 pm
Cuando Adam tuvo tiempo para fijarse bien los demás también mostraron cambios inusuales. Para empezar la imagen de ver a Luci sangrante lo aterró, no pudiendo soltar ni media palabra ante tan terrorífico panorama. Unas alas le salieron al daeliciano de golpe, aunque no muy desarrolladas pero no opacando la sorpresa de verlas. ¿Que diablos estaba ocurriendo con todos?
Su maestro entró al torreón y su cambio de verdad que sorprendió a Adam. Estaba tan acostumbrado a verlo que el cambio de color de su cabello lo pilló por sorpresa, al igual que sus ojos y su piel que se percató de ello después.
—Kolja… ¿cómo has…? Oh dios mio —interrumpió lo que estuvo diciendo al ver semejante mole con pinchos que resultó ser Alec— ¿Eres… Eres tú Alec?
¿Estaban cambiando todos? ¿Mutando? Alyssa mostró un par de puntas sobresalientes en su cabeza y lo que más le llamó la atención fueron las plumas de Amira en sus orejas, que en parte relacionó con sus propios crecimientos en sus antebrazos y tobillos. De pronto un desagradable sonido inundó el área y Adam creía que los tímpanos se les iban a desgarrar. Chromsa salió corriendo del lugar y de nuevo estuvo anonadado por lo mucho que el ochrorio cambió, parecía un animal. Se tapó los oídos y se encogió, deseando que parase. Deseaba huir de allí, quería marcharse lo más rápido posible. El ruso no lo sabía pero esos deseos de correr, de salir huyendo hilaron en sus pensamientos.
Antes de que el propio Adam se diese cuenta los demás pueden ver que donde el ruso estaba hubo, de pronto, un caballo blanco con alas. El recién transformado se sostuvo sobre sus dos patas y cayó de lado pesadamente, tropezando al no estar acostumbrado a sostenerse sobre extremidades equinas. El ala que no hizo contacto con el suelo la extendió, haciéndolo sin querer. Adam estuvo confuso todo el tiempo e intentó menear sus patas en el suelo en vano.
—<<¡¿Q-Qué está ocurriendo?!>> —aunque Adam aparentemente no estaba ahí su voz resonó en la cabeza de todos, sus pensamientos de duda y miedo fueron compartidos sin control ni filtro.
Su maestro entró al torreón y su cambio de verdad que sorprendió a Adam. Estaba tan acostumbrado a verlo que el cambio de color de su cabello lo pilló por sorpresa, al igual que sus ojos y su piel que se percató de ello después.
—Kolja… ¿cómo has…? Oh dios mio —interrumpió lo que estuvo diciendo al ver semejante mole con pinchos que resultó ser Alec— ¿Eres… Eres tú Alec?
¿Estaban cambiando todos? ¿Mutando? Alyssa mostró un par de puntas sobresalientes en su cabeza y lo que más le llamó la atención fueron las plumas de Amira en sus orejas, que en parte relacionó con sus propios crecimientos en sus antebrazos y tobillos. De pronto un desagradable sonido inundó el área y Adam creía que los tímpanos se les iban a desgarrar. Chromsa salió corriendo del lugar y de nuevo estuvo anonadado por lo mucho que el ochrorio cambió, parecía un animal. Se tapó los oídos y se encogió, deseando que parase. Deseaba huir de allí, quería marcharse lo más rápido posible. El ruso no lo sabía pero esos deseos de correr, de salir huyendo hilaron en sus pensamientos.
Antes de que el propio Adam se diese cuenta los demás pueden ver que donde el ruso estaba hubo, de pronto, un caballo blanco con alas. El recién transformado se sostuvo sobre sus dos patas y cayó de lado pesadamente, tropezando al no estar acostumbrado a sostenerse sobre extremidades equinas. El ala que no hizo contacto con el suelo la extendió, haciéndolo sin querer. Adam estuvo confuso todo el tiempo e intentó menear sus patas en el suelo en vano.
—<<¡¿Q-Qué está ocurriendo?!>> —aunque Adam aparentemente no estaba ahí su voz resonó en la cabeza de todos, sus pensamientos de duda y miedo fueron compartidos sin control ni filtro.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
19/04/21, 01:08 pm
La comezón y el cada vez más insoportable dolor en su cara le hacían trastabillar constantemente mientras subía y subía. Sin darse cuenta llegó a la azotea, donde le recibió la ahora tormenta. Se dejó caer sobre la piedra, incapaz de aguantarse más en pie. La lluvia caía inclemente sobre su piel, provocándole dolor. En ese momento, la enderth agradecía aquella sensación que enmascaraba un poco el picor insoportable.
Reducida a un metro setenta y dos de pollo desplumado, sin pico y con la cara descarnada, Lethe no podía hacer nada más que agonizar en el suelo de la azotea. Un nuevo grito desvelaría su posición a Alyssa, ya que de pronto el dolor de su rostro se había vuelto todavía más insoportable: algo comenzaba a asomar en ella.
Reducida a un metro setenta y dos de pollo desplumado, sin pico y con la cara descarnada, Lethe no podía hacer nada más que agonizar en el suelo de la azotea. Un nuevo grito desvelaría su posición a Alyssa, ya que de pronto el dolor de su rostro se había vuelto todavía más insoportable: algo comenzaba a asomar en ella.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
19/04/21, 03:22 pm
La imagen del salón parecía haber empeorado en el tiempo que había estado tirado al lado del pozo. Algunos habían desaparecido, suponía que habían subido ya que le pareció ver el ondear de la tela un segundo antes de que desapareciese por las escaleras. Luci seguía en el suelo, pero la cantidad de aquella sangre oscura y grumosa había aumentado hasta cantidades alarmantes, no sabía como pero el niño chuche seguía vivo y sufriendo. Chromsa estaba convirtiéndose en una especie de fauno como el de la peli esa de Narnia, con las patas peludas terminadas en pezuñas y aquella barba de chivo. Adam tenía plumas en los antebrazos, Amira en las orejas y las que suponía que eran Kradko y Kahlo seguían encerradas en aquellas pupas extrañas.
Se giró cuando oyó los pasos y las maldiciones de Alec detrás suyo para encontrarse con que al granjero le habían crecido pinchos en la cabeza, las manos, el pecho y otras muchas partes del cuerpo. Además... ¿Había sido siempre tan ancho? Resultaba intimidante.
Volvió la vista al frente justo en el momento en el que la espalda de Luci explotaba y dos apéndices se abrían camino por las aterradores heridas. "¿Eso son alas?" se preguntó con el rostro descompuesto ante toda la locura que tenía lugar al rededor.
Con el miedo y la desesperación que sentía ante lo que estaba viendo claramente reflejado en sus rasgos se volvió hacia Adam cuando le oyó pronunciar su nombre. No entendía por que el ruso le miraba como si fuese él lo más raro que había visto en toda la noche. Lo que si tenía mucho más sentido es que se quedara como lo hizo al ver a Alec, si es que algo todavía tenía sentido.
De repente un sonido lacerante le perforó los oídos. Intentó taparse las orejas con las manos, pero era tan agudo e intenso que no sirvió de nada. Y entonces la situación pasó de locura a puramente demencial. No había apartado los ojos de Adam desde que este dijo su nombre y aún así su cerebro no era capaz de asimilar lo que ocurrió. De un momento a otro en el lugar en el que antes estaba el rusky apareció un caballo blanco, alado, que prácticamente nada más materializarse acabó desparramado por el suelo.
Aquello ya era demasiado. Sin fuerzas para seguir de pie se dejó caer de rodillas, lo cual seguramente le acarrearía unos feos cardenales más tarde, aún sin haber notado el choque contra el suelo en ese momento. La voz de su pupilo apareció de repente en su cabeza, por lo que, aún siendo un caballo, debía de mantener algo de si mismo. Puramente demencial.
- A...aaa...Adam- tartamudeó. -Eres un... eres un... eres un caballo alado- en aquel momento recordó el nombre que le daba la mitología griega a una criatura así. -Eres un pegaso- respondió, ya sin que se le quebrara la voz.
Se giró cuando oyó los pasos y las maldiciones de Alec detrás suyo para encontrarse con que al granjero le habían crecido pinchos en la cabeza, las manos, el pecho y otras muchas partes del cuerpo. Además... ¿Había sido siempre tan ancho? Resultaba intimidante.
Volvió la vista al frente justo en el momento en el que la espalda de Luci explotaba y dos apéndices se abrían camino por las aterradores heridas. "¿Eso son alas?" se preguntó con el rostro descompuesto ante toda la locura que tenía lugar al rededor.
Con el miedo y la desesperación que sentía ante lo que estaba viendo claramente reflejado en sus rasgos se volvió hacia Adam cuando le oyó pronunciar su nombre. No entendía por que el ruso le miraba como si fuese él lo más raro que había visto en toda la noche. Lo que si tenía mucho más sentido es que se quedara como lo hizo al ver a Alec, si es que algo todavía tenía sentido.
De repente un sonido lacerante le perforó los oídos. Intentó taparse las orejas con las manos, pero era tan agudo e intenso que no sirvió de nada. Y entonces la situación pasó de locura a puramente demencial. No había apartado los ojos de Adam desde que este dijo su nombre y aún así su cerebro no era capaz de asimilar lo que ocurrió. De un momento a otro en el lugar en el que antes estaba el rusky apareció un caballo blanco, alado, que prácticamente nada más materializarse acabó desparramado por el suelo.
Aquello ya era demasiado. Sin fuerzas para seguir de pie se dejó caer de rodillas, lo cual seguramente le acarrearía unos feos cardenales más tarde, aún sin haber notado el choque contra el suelo en ese momento. La voz de su pupilo apareció de repente en su cabeza, por lo que, aún siendo un caballo, debía de mantener algo de si mismo. Puramente demencial.
- A...aaa...Adam- tartamudeó. -Eres un... eres un... eres un caballo alado- en aquel momento recordó el nombre que le daba la mitología griega a una criatura así. -Eres un pegaso- respondió, ya sin que se le quebrara la voz.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Silente
19/04/21, 06:00 pm
Amira alternaba miradas entre Luci y el patio mientras no se separaba del primero. Habría querido ir a ayudar al resto con sus heridas, pero ahora parecían estar mejor y Luci requería toda su ayuda. Vio a Alec, convertido en una mole con metal por el cuerpo. Nada de aquello estaba siendo natural, no podía estar bien. ¿Y por qué ella no cambiaba, o al menos no tanto? Miró fijamente a Alec después de su pregunta
—Harías mejor preguntando quién no lo ha hecho, pero supongo que te refieres a Lethe. Se le… —no podía ni decirlo en voz alta, el solo recordar cómo se le había caído el pico le daba ganas de vomitar— Está arriba, Alyssa ha ido a ayudarla.
Aceptó los gritos de Luci y el dolor de sus uñas clavándosele en las manos, intentando sonreírle de manera tranquilizadora. Sufría, se notaba, y si podía hacer que al menos no sentiría solo estaba dispuesta a sufrir unos cuantos gritos y el mínimo dolor, comparado con el que sufría el daeliciano, de los arañazos.
«¿A esto se referían con poderes y ser dioses? —quería reírse de forma sarcástica, pero ni siquiera le salía. Era demasiado horrible que a les estuvieran haciendo sufrir así— ¿Por qué creímos que nos dirían la verdad después de todo?». El grito de Luci le perforó los oídos, y le miró para observar un par de alas saliéndole de la espalda. A lo mejor después de todo si eran una suerte de poderes, pero no merecía la pena el sufrimiento. Tampoco entendía por qué a ella solo le salía algo en las orejas mientras sus compañeros se habían retorcido de dolor hacia hacía escasos segundos.
Chromsa y Adam entraron también, el primero con rasgos animales, incluso los ojos le habían cambiado, y el segundo con plumas en los brazos y las piernas. ¿Algo así le pasaba a ella en las orejas? No podía verse, no tenía un espejo cerca, y tampoco era prioritario. Kolja entró también, y aunque no parecía tan cambiado como Alec o Chromsa, sí que parecía que le hubieran desteñido entero. El sonido chirriante le hizo apretar los dientes, y llevarse la mano que no le había tendido a Luci a una de sus orejas para que al menos no fuera tan molesto. Allí la recibió sangre y muchas más plumas de las que había notado hacía un rato.
—Vale, a ver, voy a intentar explicar qué ha pasado —Chromsa era el que había preguntado, y aunque estaba ya corriendo hacia arriba el resto agradecerían una explicación, porque la mayoría solo habrían estado centrados en su propio dolor y ahora estaban en un caos de salón, lleno de sangre y plumas en el que ahora había un caballo alado que… ¿era Adam? —Salió la Luna y empezasteis a sangrar, y a doleros todo y… ¿supongo que os cambió? ¿Se referían a esto con lo de los poderes? Alyssa esta arriba con Lethe, pero no creo que queráis saber qué le ha hecho la Luna por ahora…
Lejos, ajeno al caos del torreón, en medio de la tormenta, un caballo alado volaba, buscando a la valkyria a la que estaba predestinado.
—Harías mejor preguntando quién no lo ha hecho, pero supongo que te refieres a Lethe. Se le… —no podía ni decirlo en voz alta, el solo recordar cómo se le había caído el pico le daba ganas de vomitar— Está arriba, Alyssa ha ido a ayudarla.
Aceptó los gritos de Luci y el dolor de sus uñas clavándosele en las manos, intentando sonreírle de manera tranquilizadora. Sufría, se notaba, y si podía hacer que al menos no sentiría solo estaba dispuesta a sufrir unos cuantos gritos y el mínimo dolor, comparado con el que sufría el daeliciano, de los arañazos.
«¿A esto se referían con poderes y ser dioses? —quería reírse de forma sarcástica, pero ni siquiera le salía. Era demasiado horrible que a les estuvieran haciendo sufrir así— ¿Por qué creímos que nos dirían la verdad después de todo?». El grito de Luci le perforó los oídos, y le miró para observar un par de alas saliéndole de la espalda. A lo mejor después de todo si eran una suerte de poderes, pero no merecía la pena el sufrimiento. Tampoco entendía por qué a ella solo le salía algo en las orejas mientras sus compañeros se habían retorcido de dolor hacia hacía escasos segundos.
Chromsa y Adam entraron también, el primero con rasgos animales, incluso los ojos le habían cambiado, y el segundo con plumas en los brazos y las piernas. ¿Algo así le pasaba a ella en las orejas? No podía verse, no tenía un espejo cerca, y tampoco era prioritario. Kolja entró también, y aunque no parecía tan cambiado como Alec o Chromsa, sí que parecía que le hubieran desteñido entero. El sonido chirriante le hizo apretar los dientes, y llevarse la mano que no le había tendido a Luci a una de sus orejas para que al menos no fuera tan molesto. Allí la recibió sangre y muchas más plumas de las que había notado hacía un rato.
—Vale, a ver, voy a intentar explicar qué ha pasado —Chromsa era el que había preguntado, y aunque estaba ya corriendo hacia arriba el resto agradecerían una explicación, porque la mayoría solo habrían estado centrados en su propio dolor y ahora estaban en un caos de salón, lleno de sangre y plumas en el que ahora había un caballo alado que… ¿era Adam? —Salió la Luna y empezasteis a sangrar, y a doleros todo y… ¿supongo que os cambió? ¿Se referían a esto con lo de los poderes? Alyssa esta arriba con Lethe, pero no creo que queráis saber qué le ha hecho la Luna por ahora…
Lejos, ajeno al caos del torreón, en medio de la tormenta, un caballo alado volaba, buscando a la valkyria a la que estaba predestinado.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
19/04/21, 10:56 pm
Justo como Nohlem había prometido esa noche habló con sus padres. No sirvió de nada y el rapapolvo fue tal que el chico no volvió a insistir. A partir de ahí es donde las cosas empeoraron. Kahlo sabía que en el fondo su hermano estaba conforme con como eran las cosas, y eso hizo que volcase todas sus frustaciones en él. Hizo que sus padres cuestionaran sus decisiones poniéndoselo muy difícil, y cuando Nohlem lejos de darse por vencido se esforzó todavía más en sus estudios, su rivalidad se disparó como las plantas en primavera. Kahlo escondió apuntes, bocetos y herramientas de su mellizo, e incluso alguna vez boicoteó sus trabajos para que creyesen que había cometido errores de principiante. Ella había empujado la bola por la pendiente y su hermano había sido el cabeza de turco; siempre había necesitado a alguien que lo fuera. Pero mientras arañaba por salir de la crisálida a pesar del caos a su alrededor, no podía sino pensar que aquel infierno había sido elección suya y de nadie más.
“Infierno” se le quedaba corto. Apenas había sacado la cabeza cuando vio las plumas y la sangre. Sus tímpanos vibraban por el estridente sonido mientras un pensamiento con la voz de Adam invadía su mente. Un poco más afuera pudo ver a Amira con plumas en las orejas, a Luci ensangrentado con alas de mal aspecto en la espalda, a Kolja sin color, a Alec... el corazón se le achicó en el pecho. Había evitado la palabra hasta que llegó al escocés: monstruos. Sus amigos eran monstruos en mayor o menor medida, y se les había colado uno aún más grande en el salón, una enorme criatura alada que se removía desesperadamente en el suelo. Podría haberle dado pena, pero con toda la escena lo que sentía era un miedo tan atroz que no le salieron ni los gritos para no alertar de su presencia. Kahlo no lo sabía, pero estaba produciendo una enorme cantidad de toxinas.
Se echó hacia atrás en un intento fallido de esconderse de nuevo en la cosa que la había envuelto segundos antes, rompiéndola más en el proceso. Algo chocaba y abultaba en su espalda, como si llevara una mochila por debajo de la camiseta, una mochila que además podía sentir como si fuera su propia piel. Miró para ver de que se trataba y se encontró con un montón de pelo blanco y una enorme joroba bajo la ropa, todo borroso por las lágrimas que vertía a toda prisa. Vio el mismo pelo en su muñeca cuando arrastró la camiseta para ver mejor que tenía dentro, pero el terrible ruido hizo que desistiera por desespero. Se le escapó un sollozo mientras se hacía pequeña en su sitio, cerrando los ojos y tapándose una oreja con la única mano que le quedaba.
“Infierno” se le quedaba corto. Apenas había sacado la cabeza cuando vio las plumas y la sangre. Sus tímpanos vibraban por el estridente sonido mientras un pensamiento con la voz de Adam invadía su mente. Un poco más afuera pudo ver a Amira con plumas en las orejas, a Luci ensangrentado con alas de mal aspecto en la espalda, a Kolja sin color, a Alec... el corazón se le achicó en el pecho. Había evitado la palabra hasta que llegó al escocés: monstruos. Sus amigos eran monstruos en mayor o menor medida, y se les había colado uno aún más grande en el salón, una enorme criatura alada que se removía desesperadamente en el suelo. Podría haberle dado pena, pero con toda la escena lo que sentía era un miedo tan atroz que no le salieron ni los gritos para no alertar de su presencia. Kahlo no lo sabía, pero estaba produciendo una enorme cantidad de toxinas.
Se echó hacia atrás en un intento fallido de esconderse de nuevo en la cosa que la había envuelto segundos antes, rompiéndola más en el proceso. Algo chocaba y abultaba en su espalda, como si llevara una mochila por debajo de la camiseta, una mochila que además podía sentir como si fuera su propia piel. Miró para ver de que se trataba y se encontró con un montón de pelo blanco y una enorme joroba bajo la ropa, todo borroso por las lágrimas que vertía a toda prisa. Vio el mismo pelo en su muñeca cuando arrastró la camiseta para ver mejor que tenía dentro, pero el terrible ruido hizo que desistiera por desespero. Se le escapó un sollozo mientras se hacía pequeña en su sitio, cerrando los ojos y tapándose una oreja con la única mano que le quedaba.
- ♪♫♬:
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Silente
19/04/21, 11:00 pm
Una niña dormía entre sabanas suaves, cálidas y acogedoras. Era la cama más cómoda del mundo. Una cama sin finitud, así no podía caer. Una cama sin salida, pero tampoco la necesitaba.
Aquella niña se llamaba Kradko, tenía cinco años y su comida favorita era el pez enrocado con lentrekas. Aunque llevaba arrastrando antojo durante meses que le parecían años. O tal vez había dado aquel último bocado segundos antes. Era difícil saberlo en un lugar como aquel. En un sueño muy, muy grande contenido en un recipiente muy, muy pequeño.
El sueño era oscuro. En el sueño no entraba la luz por la hipotética puerta, aunque tras su supuesta existencia que nope no era se encontrara una retahíla de ruidosos mamíferos. Estos también eran hipotéticos.
Pero ahí dentro estaba protegida. Ahí dentro no podía ver sus chirriantes rostros u oír sus agudos gritos. Era una oscuridad de cálido rojo tomatl. Pues no era ni luna ni meteoro ni gran planeta rojo exterminador. Era jugoso tomatl. El tomatl está rico.
Así transmutaba la insecto metapsíquica.
Aquella niña se llamaba Kradko, tenía cinco años y su comida favorita era el pez enrocado con lentrekas. Aunque llevaba arrastrando antojo durante meses que le parecían años. O tal vez había dado aquel último bocado segundos antes. Era difícil saberlo en un lugar como aquel. En un sueño muy, muy grande contenido en un recipiente muy, muy pequeño.
El sueño era oscuro. En el sueño no entraba la luz por la hipotética puerta, aunque tras su supuesta existencia que nope no era se encontrara una retahíla de ruidosos mamíferos. Estos también eran hipotéticos.
Pero ahí dentro estaba protegida. Ahí dentro no podía ver sus chirriantes rostros u oír sus agudos gritos. Era una oscuridad de cálido rojo tomatl. Pues no era ni luna ni meteoro ni gran planeta rojo exterminador. Era jugoso tomatl. El tomatl está rico.
Así transmutaba la insecto metapsíquica.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
20/04/21, 12:15 am
Luci se asustó al mover una de las alas involuntariamente. Sentía su peso y el extraño hormigueo de cuando se duerme alguna extremidad. No era una sensación agradable pero era mejor que el dolor. De fondo oyó las voces de sus compañeros reuniéndose a su alrededor y un chirrido horrible que le taladró el cerebro y que había podido ignorar gracias a sus propios gritos.
-¡¿Qué es eso?! -protestó incorporándose lentamente y tapándose los oídos con las manos.
Lo primero que vio fueron las plumitas sobresaliendo de las orejas ensangrentadas de Amira, que no pudo evitar tocar con las puntas de los dedos. Se giró lentamente hacia sus compañeros, tratando al tiempo de ponerse en pie (algo que sus alas le dificultaron) y una vez lo estuvo agarrándose al mueble más cercano miró boquiabierto el circo de horrores en el que se habían convertido sus amigos. Ni siquiera estaban todos presentes, pero había un… animal enorme y blanco que les atacaba el cerebro con la voz de Adam y del que Luci no podía tener miedo de la misma impresión. Sin mediar palabra dio un par de pasos temblorosos hacia la puerta del patio, agarrándose a lo que encontrase, y eso fue lo más lejos que pudo llegar antes de vomitar en el suelo. Ni le importó, se limpió la boca con el dorso de la mano y echó un nuevo vistazo al grupo reunido antes de emprender su marcha lejos del chirrido. Y vio a Kahlo al otro lado del sofá.
O al creyó que era Kahlo. Estaba cambiada, o a lo mejor no. ¿Seguro que era Kahlo? Luci entrecerró los ojos por si la luz le estaba traicionando, pero algo le hizo desviar la mirada y se olvidó de que había visto a la varmana y de cual había sido su intención al ponerse en pie. Miró al suelo. ¿Ese vómito era suyo? La boca le sabía horrible así que no podía ser de nadie más. El chirrido le terminó de recordar que quería alejarse y emprendió su trabajosa marcha hacia el pozo, ignorando a todos sus compañeros e incluso olvidando que estaban a escasos metros de él.
-¡¿Qué es eso?! -protestó incorporándose lentamente y tapándose los oídos con las manos.
Lo primero que vio fueron las plumitas sobresaliendo de las orejas ensangrentadas de Amira, que no pudo evitar tocar con las puntas de los dedos. Se giró lentamente hacia sus compañeros, tratando al tiempo de ponerse en pie (algo que sus alas le dificultaron) y una vez lo estuvo agarrándose al mueble más cercano miró boquiabierto el circo de horrores en el que se habían convertido sus amigos. Ni siquiera estaban todos presentes, pero había un… animal enorme y blanco que les atacaba el cerebro con la voz de Adam y del que Luci no podía tener miedo de la misma impresión. Sin mediar palabra dio un par de pasos temblorosos hacia la puerta del patio, agarrándose a lo que encontrase, y eso fue lo más lejos que pudo llegar antes de vomitar en el suelo. Ni le importó, se limpió la boca con el dorso de la mano y echó un nuevo vistazo al grupo reunido antes de emprender su marcha lejos del chirrido. Y vio a Kahlo al otro lado del sofá.
O al creyó que era Kahlo. Estaba cambiada, o a lo mejor no. ¿Seguro que era Kahlo? Luci entrecerró los ojos por si la luz le estaba traicionando, pero algo le hizo desviar la mirada y se olvidó de que había visto a la varmana y de cual había sido su intención al ponerse en pie. Miró al suelo. ¿Ese vómito era suyo? La boca le sabía horrible así que no podía ser de nadie más. El chirrido le terminó de recordar que quería alejarse y emprendió su trabajosa marcha hacia el pozo, ignorando a todos sus compañeros e incluso olvidando que estaban a escasos metros de él.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
20/04/21, 04:23 pm
Alec observó a los allí reunidos y luego le dirigió una media sonrisa a Amira.
-Me alegra ver que no has perdido el sentido del humor - le respondió,- por cierto te están saliendo plumas en las orejas - comentó casi con naturalidad, si a él le habían salido huesos por todo el cuerpo ¿por qué no iban a salir plumas en las orejas a alguien? - Seguro que Lethe estará bien, es fuerte.
Un chirrido horrible le hizo taparse los oídos y encogerse ligeramente. ¿Aquél sonido había salido de la pupa de Kradko? Las alas de Luci, el pelo y los ojos de Kolja, las orejas de Amira, las plumas de Adam, las piernas de Chromsa que ahora corría escaleras arriba... ¿qué más iba a cambiar aquella noche?
La respuesta le llegó en forma de voz mental y cuando se giró no vio a Adam si no a un espectacular pegaso blanco.
-¿A...dam? - preguntó confuso cuando lo vio caer al suelo.- Dios santo, espera que te ayudo - se acercó al pegaso con intenciones de ayudarlo. Parpadeó confuso cuando se vio cerca de un pegaso blanco donde antes estaba Adam.- ¿Adam eres tú? Dios, espera que te ayudo - se inclinó hacia el caballo alado. Parpadeó confuso al verse inclinado sobre el pegaso que supuso era Adam por el lugar donde se encontraba el ruso antes.- ¿Adam, eres tú? Dios mío, deja que te ayudo - según dijo aquello se llevo una mano a la cabeza confuso, menudo deja vu.
Según tocó la piel del Adam pegaso Alec dejó de sentir todo dolor, y no pudo evitar una sonrisa de tonto.
-Venga, que todo va a estar bien - dijo con un positivismo que chocaba mucho con la escena.- En nada estaremos todos bien. ¿Puedes tenerte sobre las patas? - preguntó para soltarle una vez estaba de pie.
-Me alegra ver que no has perdido el sentido del humor - le respondió,- por cierto te están saliendo plumas en las orejas - comentó casi con naturalidad, si a él le habían salido huesos por todo el cuerpo ¿por qué no iban a salir plumas en las orejas a alguien? - Seguro que Lethe estará bien, es fuerte.
Un chirrido horrible le hizo taparse los oídos y encogerse ligeramente. ¿Aquél sonido había salido de la pupa de Kradko? Las alas de Luci, el pelo y los ojos de Kolja, las orejas de Amira, las plumas de Adam, las piernas de Chromsa que ahora corría escaleras arriba... ¿qué más iba a cambiar aquella noche?
La respuesta le llegó en forma de voz mental y cuando se giró no vio a Adam si no a un espectacular pegaso blanco.
-¿A...dam? - preguntó confuso cuando lo vio caer al suelo.- Dios santo, espera que te ayudo - se acercó al pegaso con intenciones de ayudarlo. Parpadeó confuso cuando se vio cerca de un pegaso blanco donde antes estaba Adam.- ¿Adam eres tú? Dios, espera que te ayudo - se inclinó hacia el caballo alado. Parpadeó confuso al verse inclinado sobre el pegaso que supuso era Adam por el lugar donde se encontraba el ruso antes.- ¿Adam, eres tú? Dios mío, deja que te ayudo - según dijo aquello se llevo una mano a la cabeza confuso, menudo deja vu.
Según tocó la piel del Adam pegaso Alec dejó de sentir todo dolor, y no pudo evitar una sonrisa de tonto.
-Venga, que todo va a estar bien - dijo con un positivismo que chocaba mucho con la escena.- En nada estaremos todos bien. ¿Puedes tenerte sobre las patas? - preguntó para soltarle una vez estaba de pie.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Silente
20/04/21, 06:59 pm
Cuando Alyssa llegó a la azotea ni siquiera reconoció a Lethe al principio. Su apariencia actual era tan distinta de la que la humana estaba acostumbrada a ver que su mente al principio la registró como algún tipo de monstruo, antes de que su propia memoria le recordara quién era la figura que tenía delante.
–Leth…
La griega dudó por un momento. La enderth se retorcía de dolor delante de ella, y la magia de curación, lo único que se le ocurría, había demostrado no servir para aquello ya abajo. ¿Qué se suponía que podía hacer?
Dejó el antiguo pico, que todavía llevaba consigo, en las escaleras. No quería que el ave lo viera. Luego empezó a caminar lentamente hacia el ave.
–Soy Alyssa, voy a acercarme.
No podía ayudarla, no sabía cómo, pero lo mínimo que podía hacer era estar allí a su lado, como cuando Kradko había estado con ella el día en que Setenta y Siete casi los había matad… el día en el que habían matado a Setenta y Siete. No era capaz de imaginarse lo mucho peor que habría sido si la clinger no hubiera estado con ella.
Y de repente las notó. Apenas se veían porque todavía eran muy pequeñas, y prácticamente no las pudo ver hasta encontrarse a su lado, pero había pequeñas plumas asomando en algunas partes de la piel de la enderth. ¿Le volvían a crecer? ¿Por qué?
No. Eso daba igual: si todavía crecían plumas significaba que había esperanza. Ya que no podía ayudarla, esperanza podía ser lo que Lethe necesitara.
–Lethe, necesito… necesito que me dejes verte la cara–
Mientras lo decía tuvo un escalofrío. Tener que volver a contemplar aquella imagen…
No quería, ni siquiera en las pesadillas que seguro tendría, pero… ¿y si…?
¿Y si, igual que las plumas, lo de su cara también daba signos de arreglarse? Alyssa, ahora que tenía esperanzas de que no acabara todo en algo horrible, necesitaba saberlo. Y creía que Lethe también.
Por su lado, en caso de que la enderth decidiera mirarla, notaría que los ojos de la griega se estaban destiñendo, de forma irregular. En algunas zonas de sus irises ya no se distinguía entre la parte blanca del ojo y este mismo. Su pelo, que seguía picando, empezaba a mostrar verde en las raíces.
–Leth…
La griega dudó por un momento. La enderth se retorcía de dolor delante de ella, y la magia de curación, lo único que se le ocurría, había demostrado no servir para aquello ya abajo. ¿Qué se suponía que podía hacer?
Dejó el antiguo pico, que todavía llevaba consigo, en las escaleras. No quería que el ave lo viera. Luego empezó a caminar lentamente hacia el ave.
–Soy Alyssa, voy a acercarme.
No podía ayudarla, no sabía cómo, pero lo mínimo que podía hacer era estar allí a su lado, como cuando Kradko había estado con ella el día en que Setenta y Siete casi los había matad… el día en el que habían matado a Setenta y Siete. No era capaz de imaginarse lo mucho peor que habría sido si la clinger no hubiera estado con ella.
Y de repente las notó. Apenas se veían porque todavía eran muy pequeñas, y prácticamente no las pudo ver hasta encontrarse a su lado, pero había pequeñas plumas asomando en algunas partes de la piel de la enderth. ¿Le volvían a crecer? ¿Por qué?
No. Eso daba igual: si todavía crecían plumas significaba que había esperanza. Ya que no podía ayudarla, esperanza podía ser lo que Lethe necesitara.
–Lethe, necesito… necesito que me dejes verte la cara–
Mientras lo decía tuvo un escalofrío. Tener que volver a contemplar aquella imagen…
No quería, ni siquiera en las pesadillas que seguro tendría, pero… ¿y si…?
¿Y si, igual que las plumas, lo de su cara también daba signos de arreglarse? Alyssa, ahora que tenía esperanzas de que no acabara todo en algo horrible, necesitaba saberlo. Y creía que Lethe también.
Por su lado, en caso de que la enderth decidiera mirarla, notaría que los ojos de la griega se estaban destiñendo, de forma irregular. En algunas zonas de sus irises ya no se distinguía entre la parte blanca del ojo y este mismo. Su pelo, que seguía picando, empezaba a mostrar verde en las raíces.
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